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TEATRO COLEGIAL EN NUEVA ESPAÑA PUBLICACIONES DEL SEMYR documenta 2 Director Pedro M. Cátedra Coordinación Eva Belén Carro Carbajal El Seminario de Estudios Medievales y Renacentistas (SEMYR) es una entidad sin ánimo de lucro, que se apoya en la Sociedad de Estudios Medievales y Renacentistas, y desarrolla actualmente sus actividades en el ámbito del Departamento de Literatura Española e Hispanoamericana de la Universidad de Salamanca T E AT R O C O L E G I A L E N N U E VA E S PA Ñ A TEXTO Y CONTEXTO DE «EL ESPOSO POR ENIGMA» (1646) POR EMILIO DE MIGUEL MARTÍNEZ & JAVIER SAN JOSÉ LERA SALAMANCA Seminario de Estudios Medievales y Renacentistas Sociedad de Estudios Medievales y Renacentistas MMVI De esta edición se han impreso ciento setenta y cinco ejemplares, no numerados © Emilio de Miguel & Javier San José Lera I.S.B.N. 84-934697-5-0 D.L. S. 1998-2006 Gráficas Cervantes, S.A. (Salamanca) TABLA Historias y contexto de El esposo por enigma .. 9-50 El manuscrito [11-14]. Fray Marcos Ramírez de Prado, OFM, obispo de Michoacán [15-21]. Teatralidad novohispana. El Colegio de San Pedro y San Pablo [22-36]. Sustrato mitológico y claves para el enigma y otros enigmas de la obra [37-50]. Poética y teatro ........................................ 51-96 Poética. Recursos estilísticos; huellas literarias y algunas observaciones sobre la métrica [5372]. Teatro. Recursos teatrales; el gracioso y teoría de la comedia [73-96]. Criterios de edición .................................. 97-102 EL ESPOSO POR ENIGMA El Esposo por enigma ................................ 103-196 Apéndice: Adición a los festejos… Un documento ilustrativo........................................ 197-210 Bibliografía ............ .................................. 211-216 Índice onomástico .. .................................. 217-219 Colofón .................................................... 227 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE EL ESPOSO POR ENIGMA EL MANUSCRITO E L MANUSCRITO 2129 de la Biblioteca de la Universidad de Salamanca contiene un texto teatral titulado Comedia famosa, El esposo por enigma. Son 66 folios copiados con letra del siglo XVII, que dan cuenta del texto que «dedicó y representó el Colegio de San Pedro y San Pablo de la Compañía de Jesús al Ilustrísimo y Reverendísimo Señor Don Fray Marcos Ramírez de Prado, obispo de Michoacán, con la flor de sus estudiantes, en concurso de la nobleza de esta corte, viniendo su Ilustrísima por Visitador de la Cruzada»1. 1. Puede verse la descripción completa del manuscrito, cuya portada acabamos de citar, en el Catálogo de manuscritos de la Biblioteca Universitaria de Salamanca, Salamanca: Ediciones Universidad, 2002, vol. II, págs. 493-494. Agradecemos a Margarita Becedas, directora de la Biblioteca Universitaria, la noticia de este manuscrito. Igualmente agradecemos sugerencias concretas de Eduardo Alonso Romo y Laura Puerto Moro. La publicación 11 12 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE La portada recoge los datos necesarios para adscribir el texto a un género, el teatro de colegio jesuita, a un ambiente, la corte novohispana, y a una circunstancia, la visita de un personaje ilustre a la ciudad. Si bien no da datos de la fecha, 1646, ni pistas sobre el momento histórico de la visita solemne, en plena polémica de los jesuitas con el obispo de Puebla de los Ángeles, Juan de Palafox y Mendoza. El manuscrito debió de formar parte de la biblioteca privada del hermano del obispo, que no es otro que el humanista, Lorenzo Ramírez de Prado, célebre en la época, entre otras cosas, por la nutrida biblioteca de que disponía 2. Como informa el cronista de Indias, Gil González Dávila, al escribir la crónica del obispo de Michoacán, fray Marcos: La mayor parte de lo que se ha historiado deste prelado se debe a su muy noble hermano D. Lorenzo Ramírez de Prado, del Orden de Caballería de Santiago, Consejero del Consejo Real y Supremo de Castilla, público y gran bienhechor de las historias de España y de las del Nuevo Mundo, verdadero amparo de las Letras humanas y curiosas3. de este libro se inserta dentro de las actividades llevadas a cabo en el Proyecto de Investigación concedido por la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León (2005-2007): La literatura popular impresa de los Siglos de Oro. Géneros dialogados o cautados en pliegos de cordel, SA084A05. Proyecto en que participan los autores de esta publicación. 2. Ver Joaquín de Entrambasaguas, La biblioteca de Ramírez de Prado, Madrid: CSIC, 1943. 3. Gil González Dávila, Teatro eclesiástico de la Primitiva Iglesia de las Indias Occidentales, vidas de sus arzobispos, obispos y cosas memorables de sus sedes…, Madrid: Diego de la Carrera, 1649. «EL ESPOSO POR ENIGMA» 13 A la muerte del prestigioso humanista, su viuda quiso obtener beneficio de la biblioteca, vendiéndola. Sin embargo, a causa de una revisión inquisitorial se frenó el proceso de venta, que se cierra finalmente en 1662 por 20.000 ducados, sin que haya datos del comprador. Entrambasaguas apunta que el comprador fue quizá el Colegio de Cuenca de la Universidad de Salamanca, al cual ciertamente fue a parar gran parte, aunque no toda la biblioteca de Lorenzo Ramírez de Prado. Estos libros, y con ellos nuestro manuscrito, pasaron posteriormente a la Real Biblioteca, donde estaban cuando Domínguez Bordona elabora su catálogo de manuscritos americanos y cuando Joaquín de Entrambasaguas edita (con algunos errores de lectura) la Loa y la Aplicación 4. Finalmente, en 1954, como resultado de un acuerdo con el Gobierno, los libros y manuscritos del Colegio Mayor de Cuenca fueron devueltos a la Universidad. En los anaqueles de Churriguera ha dormido el –¿injusto?– sueño de los justos del que le despierta ahora nuestra edición. El estudio del teatro del Siglo de Oro novohispano requiere todavía el esfuerzo de «completar o por lo menos aumentar los datos, de modo que haya materia para la crítica», tal y como reclamaba en su estudio pionero José J. Rojas Garcidueñas. La dolorosa ausencia de documentos de Nueva España sobre las representaciones 4. J. Domínguez Bordona, Manuscritos de América, Madrid: Real Biblioteca, 1935, pág. 171. Joaquín de Entrambasaguas, Una familia de ingenios. Los Ramírez de Prado, Madrid: CSIC, 1943, págs. 163-168. 14 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE teatrales sigue preocupando a Octavio Rivera en 19995. El deseo de contribuir a esta historia, aportando textos inéditos, desconocidos u olvidados justifica este libro. 5. José J. Rojas Garcidueñas, El teatro de Nueva España en el siglo XVI, México, 1935, pág. 6. Octavio Rivera, «Teatro y poder en el virreinato de Nueva España: las loas profanas de Sor Juana Inés de la Cruz», Anales de Literatura Española 13 (1999), págs. 127-141. «EL ESPOSO POR ENIGMA» 15 FRAY MARCOS RAMÍREZ DE PRADO, OFM, OBISPO DE MICHOACÁN Según reza la portada del manuscrito, la representación se hizo con motivo de la visita del obispo de Michoacán a México como visitador de la Cruzada. Fue en 1646, cuando el franciscano fray Marcos Ramírez de Prado, obispo de Michoacán, acudía a la ciudad de México, como Visitador del Tribunal de la Cruzada, cumpliendo lo ordenado por el rey Felipe IV. Sus funciones consistirían en vigilar que los privilegios otorgados por la Bula de la Santa Cruzada se aplicaban correctamente y que los ingresos se distribuían según lo estipulado por la legislación6. La encomienda resultaba, por 6. El Tribunal de la Santa Cruzada era un tribunal eclesiástico con jurisdicción privativa para resolver los asuntos derivados de la aplicación de la Bula de la Santa Cruzada. Por ella se conceden privilegios (indulgencia plenaria, y remisión de pecados, indultos de abstinencia, etc.) a los reyes españoles y se aplican a quienes participan en la lucha contra los infieles. El comisario (Arzobispo de Toledo) remitía las bulas a las diferentes diócesis y desde allí a parroquias y curatos. El Tribunal se establece en 1603 en América, encargado de proceder en los litigios y causas surgidos de la aplicación, administración y cobro de las bulas. La publicación de las bulas se efectuaba cada año, y lo recaudado por su venta debía destinarse en América a la evangelización de los indios. En el Archivo general de la Nación de México existe abundante documentación sobre la administración, recaudación, nombramientos, etc., relativos a las bulas de la Cruzada. (www.agn.gob.mx/archivos/15.html. Consultada el 21 de septiembre de 2006). 16 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE lo tanto, de especial interés para las arcas de la Corona y para el buen gobierno de las colonias. Además, la visita de un obispo suponía no un mero viaje de cortesía, sino la manifestación del ejercicio de la justicia eclesiástica7. Fray Marcos había sido promovido a la diócesis de Michoacán en 1640, procedente del obispado de Chiapas, para el que había sido nombrado en 1632 y del que había tomado posesión en 1635. Parece ser que había renunciado a los de Yucatán y Caracas8. Hasta ese momento, la vida de fray Marcos se había desarrollado en España, en su Madrid natal (donde nació en 1592), dentro de la destacada familia de los Ramírez de Prado. Su padre, don Alonso, fue miembro del Consejo Real y del Consejo de Hacienda. A pesar del desdoro de haber sido encarcelado por problemas con la hacienda pública, el prestigio de la familia fue recuperado por su hijo Lorenzo (del que hemos ya hablado al referirnos a su biblioteca). Su creciente reputación en humanidades y política le lleva a ocupar distintos cargos de relevancia en los gobiernos de Felipe III y Felipe IV. Su hermano menor, Marcos, estudió como él en Salamanca Artes y Teología, pero escogió el camino del convento, profesando como franciscano en el de San Francisco de esta ciudad. Dentro de la orden, ejerció diversos cargos en distintas ciudades. 7. Ver Jorge E. Traslosheros, Iglesia, justicia y sociedad en la Nueva España. La audiencia del arzobispado de México 15281668, México: Editorial Porrúa - Universidad Iberoamericana, 2004. 8. El dato, en la Bibliotheca Universa Franciscana, de fray Juan de San Antonio, Madrid, 1732 (reed. Greg Press Limited, 1966), págs. 318b-319a. «EL ESPOSO POR ENIGMA» 17 En 1632, a los cuarenta años de su edad, siendo Vicecomisario del Consejo de Indias, es promovido por el rey Felipe IV como obispo de Chiapas. Desde entonces, dado el salto a las Américas, la carrera de fray Marcos sigue un sentido ascendente, que culmina con el nombramiento como Arzobispo de México en diciembre de 1666, si bien no pudo disfrutar de ese cargo, pues muere en junio de 1667. Sería enterrado en la Iglesia Catedral de Valladolid, capital de Michoacán, cuya construcción él mismo había promovido9. La carrera de fray Marcos Ramírez de Prado contó, sin duda, con el apoyo de su influyente familia, sobre todo de su hermano, y con el compromiso personal del rey Felipe IV, tal y como se lee en la 9. Los datos fundamentales de la biografía de fray Marcos Ramírez de Prado proceden de Gil González Dávila, Teatro eclesiástico… (1649). En la pág. 105 se lee la portadilla: Teatro eclesiástico de la S. iglesia de Mechoacán, vidas de sus obispos y cosas memorables de su sede. Al ilustrissimo y reverendissimo señor don Fr. Marcos Ramirez de Prado obispo de Mechoacán, del Consejo de su Magestad. A continuación, tiene un mapa desplegable, dibujado por Juan de Noort, del Obispado de Mechoacan en los Reynos de la Nueva España. En él se lee: «Fue obispo electo de este obispado el Ilmo. Señor Don Fray Marcos Ramírez de Prado del Consejo de su Magd. Año 1639. Gobierna este de 1648 i es Visitador General de los Tribunales i Ministros de la Santa Cruzada de toda la Nueva España». De esta crónica de González Dávila toma también los datos Joaquín de Entrambasaguas, para su Una familia de ingenios. Los Ramírez de Prado, citado, págs. 138-168. Ver también Jorge E. Traslosheros, «Por Dios y por su Rey: las Ordenanzas de fray Marcos Ramírez de Prado para el obispado de Michoacán, 1642», Revista de Investigaciones Jurídicas, 19 (1992), págs. 405-439, con una semblanza biográfica, cuyas fuentes pueden verse citadas en pág. 405 nota 1. Ver igualmente Pilar Hernández Aparicio, «Fray Marcos Ramírez de Prado, OFM, Obispo de Michoacán (1640-1666)», Archivum Franciscanum Historicum, año 85, 1-4 (1992), págs. 302-332. 18 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE carta que, agradeciendo sus servicios como obispo de Michoacán, le escribe el monarca desde Zaragoza en 1643: «…y quedo con particular memoria dello para las ocasiones que se ofrecieren de vuestros aumentos y conveniencias. Y ahora me hallo y doy por bien servido de vuestro piadoso y religioso celo, y del cuidado que habéis puesto en las cosas de mi Real patronazgo». Como obispo de Michoacán, había llevado a cabo varias visitas para conocer el estado de su diócesis, resultado de las cuales son los dos sínodos convocados (1642 y 1644) y las Ordenanzas, publicadas en 1642. Como Visitador del Tribunal de la Cruzada, elabora igualmente unas ordenanzas en que se nos muestra como personaje cargado de decisión, dispuesto a regir con firmeza los asuntos de su competencia10. Por todo ello (su origen, el favor real, su carácter firme y su peso político) no es extraño que en su visita a la Ciudad de México en 1646, fuera recibido con todos los honores y fuera objeto de una celebración solemne por parte del Colegio de la Compañía de Jesús. 10. «En sus ordenanzas, fray Marcos deja sentir el peso de su poder y autoridad episcopal sin dejar lugar a dudas […] reafirmar el poder episcopal es reafirmar el poder real. Disciplinar la sociedad religiosa es hacerlo con la secular Poder y disciplina conforman el binomio que posibilitará la conducción de las almas de los fieles a la salvación eterna» (Jorge E. Traslosheros, art. cit. 1992; la cita en pág. 424). Las Ordenanzas para los tribunales de la Santa Cruzada destos reinos y provincias desta Nueva España por el Ilmo. y Rmo. Obispo de Michoacán del Consejo de su Majestad Visitador, inéditas, se recogen en el manuscrito 1931 (fols. 34-48) de la Biblioteca Universitaria de Salamanca. «EL ESPOSO POR ENIGMA» 19 Pero no sólo por eso. Creemos que se debe interpretar la fiesta organizada en torno al obispo de Michoacán como un episodio más de la polémica de los jesuitas con el obispo de Puebla de los Ángeles, Juan de Palafox y Mendoza11. La etapa mexicana de esta polémica abarca los años 1640-1649, y termina con la prudente huida del obispo a España. El conflicto se plantea en torno a tres temas: doctrinas (parroquias rurales, que el obispo quita a las órdenes religiosas para ponerlas en manos de clero secular); diezmos (que los jesuitas deben rendir ante el obispo por una donación); licencias ministeriales (que el obispo exige a los jesuitas para poder confesar y predicar). Estos tres temas son en realidad manifestaciones de un conflicto de autoridad entre la jurisdicción de los obispos y la exención de los jesuitas, vinculados directamente a Roma. En 1647, la polémica está en plena ebullición Y en 1648 el rey ha dictado catorce cédulas reales, unas favorables a las pretensiones de los jesuitas; otras asegurando la autoridad del obispo y reprendiendo a la Audiencia de México por no haber intervenido12. ¿Qué papel desempeña fray Marcos Ramírez de Prado en este asunto? No se le suele citar en relación con el caso Palafox y, sin embargo, debió de tener una participación activa, como mediador o, al menos, como asesor de los cargos políticos implicados. El manuscrito 2065 de la Universidad de 11. Tomamos los datos del resumen de hechos de Gregorio Bartolomé, Jaque mate al Obispo Virrey. Siglo y medio de sátiras y libelos contra don Juan de Palafox y Mendoza, México - Madrid - Buenos Aires: FCE, 1991. 12. G. Bartolomé, op. cit., pág. 30. 20 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE Salamanca contiene en el folio 20 una carta del Conde de Salvatierra, Virrey de Nueva España al Sr. Obispo de Michoacán, firmada el 21 de noviembre de 1646, en que le pide consejo sobre la forma de actuar en el caso de Palafox y los jesuitas, «confiando mucho del celo, prudencia y experiencia de tan gran prelado y consejero, y que tendrá bien penetrada la materia por hallarse al presente en esta ciudad en la ocupación de su visita de Cruzada, le suplico con particular afecto que viendo los papeles inclusos me dé su parecer…». El 25 de noviembre de 1646 se fecha la respuesta de fray Marcos, recomendando prudencia para mantener la paz y asegurar la autoridad del obispo y aconsejando se remitan las decisiones al Consejo de Indias. Otro manuscrito salmantino, el 1931 (fols. 34-48) contiene, como ya hemos señalado, las Ordenanzas para los tribunales de la Santa Cruzada destos reinos y provincias desta Nueva España por el Ilmo. y Rmo. Obispo de Michoacán del Consejo de su Majestad Visitador. El hecho de hallarse estas ordenanzas entre papeles referentes al caso Palafox indica la vinculación de fray Marcos Ramírez de Prado con el asunto. Es indudable, por otro lado, que su hermano Lorenzo, a quien pertenecían todos estos documentos depositados ahora en la Biblioteca de la Universidad de Salamanca, es amigo de Palafox, como muestran las cartas intercambiadas entre ambos. El hecho es que cuando se recibe a fray Marcos en el Colegio de San Pedro y San Pablo en la ciudad de México y se le agasaja con la representación de una comedia empalagosamente laudatoria, los jesuitas mexicanos están intentando dorar la píldora «EL ESPOSO POR ENIGMA» 21 a alguien que entienden puede intervenir con sus consejos a su favor en el asunto Palafox, el cual, por cierto, lejos de ser un caso exclusivo de la diócesis de la Puebla, se ha extendido a todo México. Hasta el mismo Arzobispo de México, según predicaba un jesuita, había mandado celebrar la derrota del obispo enemigo, con la representación de cuatro o cinco comedias en su casa en 1647, con el pretexto de que cumplía años el día de San Juan13. Este último testimonio nos muestra una celebración teatral «con pretexto» de victoria política. Sería la nuestra una representación que, bajo la apariencia de fasto colegial y cortesano, escondería la voluntad de halagar a un posible valedor en un conflicto de jurisdicción y autoridad que durará aún mucho tiempo. Desde esta perspectiva, la obra que editamos desborda la finalidad moralizante o catequética característica del teatro de colegio, para convertirse en otra forma de teatro. Este contexto histórico no excluye sino que complementa el otro, evidente, que vincula nuestra obra con el teatro colegial y sus usos. 13. G. Bartolomé, op. cit, pág. 29. 22 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE TEATRALIDAD NOVOHISPANA. EL COLEGIO DE SAN PEDRO Y SAN PABLO Al año de su llegada a México fundaron los jesuitas el que había de ser su centro educativo de referencia: el Colegio Máximo de San Pedro y San Pablo (1573). Desde su fundación, la finalidad prevista para el Colegio es la enseñanza de las Humanidades y la Teología. En carta al Presidente del Consejo de Indias de 10 de septiembre de 1573, el Arzobispo de México recomienda el proyecto de los jesuitas, y le pide que envíe «más subiectos y entre ellos personas de letras»14. Este Colegio había de ser el más importante de México, donde se establecieron los estudios de gramática latina, de humanidades y retórica, filosofía y teología, según lo prescrito en la Ratio Studiorum y siguiendo los modelos de las Universidades de París, Roma y Salamanca15. Como producto de esa enseñanza humanística de raigambre clásica, el alumno de los jesuitas adquiere un dominio de la cultura clásica y las técnicas retóricas. Para ello se dotó al 14. Félix Zubillaga, «La provincia jesuítica de Nueva España. Su fundamento económico. Siglo XVI», Archivum Historicum Societatis Iesu, 38 (1969), págs. 3-169; pág. 24. 15. Charles O’Neill, S.I. y Joaquín M.ª Domínguez, S.I., Diccionario Histórico de la Compañía de Jesús, Roma-Madrid, 2001; vol. III, s.v. México. «EL ESPOSO POR ENIGMA» 23 edificio de cuatro patios, en torno a los cuales se desarrollaban las clases, y se estableció igualmente una bien poblada librería y un espacio «para las funciones literarias y la clase de retórica»16. Con esa vocación «literaria», permanece el espíritu del Colegio en el siglo XVII, como se reconoce en la Carta Annua de la Provincia de México, enviada el 8 de abril de 1600, y de nuevo en la remitida en 1602: Comenzando de la principal ocupación y empleo de este Colegio, que es de letras […] ha sido nuestro Señor servido de conservar y llevar adelante con mucho aumento los ejercicios de virtud y de letras… y se ha ido continuando en orden a la mejor institución de juventud […]. Han dado entre año muestras nuestros estudiantes de latinidad en algunas ocasiones públicas, de su buen ingenio y habilidad y del trabajo que la Compañía en su enseñanza pone, con mucha loa y satisfacción de los que a ellos han asistido. […] La ocupación y empleo principal de este colegio, donde los ejercicios literarios sazonados con lo dulce de la virtud son los que tienen su propio asiento y lugar… Se alientan a seguir a una letras y virtud17. Comienzo y fin de curso, Natividad, Epifanía y Corpus, así como fiestas locales o visitas de 16. F. Zubillaga, art. cit., pág. 37. 17. Monumenta mexicana, vol. VII (1599-1602), por Félix Zubillaga, S.I., Roma: Institutum Historicum Societatis Iesu, 1981, págs. 124 y 591. La Annua de 1604 recoge ya la producción de libros del maestro de retórica para las clases de Humanidades; ver Ignacio Osorio Romero, Floresta de gramática, poética y retórica en Nueva España (1521-1767), México: Universidad Nacional Autónoma de México, 1980, pág. 98. 24 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE personajes ilustres eran objeto de solemnidad mediante actos literarios sostenidos por los alumnos más brillantes y representaciones teatrales 18. El centro mexicano no es una excepción a este respecto, siendo varios los fastos de celebraciones que podemos documentar19. En las mismas 18. Mucho se ha trabajado ya sobre el teatro jesuita, desde el estudio pionero de Justo García Soriano, El teatro universitario y humanístico en España. Estudios sobre el origen de nuestro arte dramático; con documentos, textos inéditos y un catálogo de antiguas comedias escolares, Toledo: Tipografía de R. Gómez Menor, 1945. Actualmente debe hacerse especial mención a los trabajos de Jesús Menéndez Peláez, así como los estudios recogidos en la revista TeatrEsco (http://parnaseo. uv.es/teatresco/portada.htm Antiguo teatro escolar Hispánico). Sobre el ambiente social, cultural y literario en el México virreinal, ver Irving A. Leonard, La época barroca en el México colonial, México: FCE, 1974. Respecto al teatro novohispano, además del citado trabajo de Rojas Garcidueñas (que trata de las representaciones en colegios jesuitas en el cap. IV, pág, 57), ver Manuel Antonio Arango, El teatro religioso colonial en la América Hispana, Barcelona: Puvill, 1997. 19. Arango, op. cit., págs. 63-65, se refiere a la representación del Desposorio espiritual de la iglesia mexicana y el pastor Pedro, realizada en el colegio de México el día de la consagración del obispo Pedro de Moya Contreras, que fue el 5 de diciembre de 1574, «una de las primeras manifestaciones dramáticas del mundo americano». Otras representaciones mexicanas en el siglo XVI, mencionadas por Rojas Garcidueñas (págs. 57-65) y repetidas por Arango (págs. 67-73), y precisamente con referencia al Colegio Máximo de los jesuitas son: 1590. Representación a lo divino. Celebrada en México, en el Colegio de la Compañía de Jesús, en honor del Virrey Don Luis de Velasco (Actas del Cabildo); 1594. Un pasaje de la Vida de San Hipólito, representado en latín, en el Colegio de la Compañía de Jesús. «Los estudiantes fueron los actores»; 1595. Coloquio en varios metros latinos. Representado en el Colegio Máximo de San Pedro y San Pablo en la iniciación de los cursos, con asistencia del Virrey Conde de Monterrey (Actas de Cabildo); 1600. Comedia representada en Puebla en el Colegio de la Compañía de Jesús, para celebrar la dedicación de la Iglesia del Espíritu Santo. «EL ESPOSO POR ENIGMA» 25 Cartas Annuas de 1600 y 1602, constatamos la costumbre, tan arraigada en los colegios jesuitas, de solemnizar determinadas fechas y acontecimientos especiales. Por ejemplo, por ser la advocación titular del colegio, se celebraba solemnemente la fiesta de San Pedro, con predicaciones especiales: «Celebrose solemnemente la fiesta de San Pedro; iba uno de los nuestros a más de 6.000 personas que se juntaron a oírle» (pág. 190). Con motivo de la festividad de San Ignacio, 31 de julio, fecha de su muerte, se celebran actos literarios en que «dieron muestra de sí los ingenios, así en esto como en el gran número de poesías latinas, españolas, italianas y griegas, y otras lenguas, con que entretuvieron los ocho días, dando un espiritual solaz a sus hermanos, y saliendo, con la viveza y artificio de la poesía, afinados concetos que, con estas dos cualidades, suelen ser más vivos y levantados. Hubo al pie de docientas composiciones» (pág. 593). Otras veces, son fiestas religiosas en honor de la Virgen, de las que se dice: «Hanse solemnizado en ambas (congregaciones) las fiestas de nuestra Señora con mucha devoción, con ejercicios de letras y muestras de virtud» (pág. 598). Así en la vida como en la muerte, la actividad literaria se hace presente en la vida colegial: cuando muere un miembro del Colegio se adorna el túmulo con abundante cera «y epitafios curiosos en latín y romance» (pág. 599). Se da cuenta de mucha actividad festiva, literaria y devota, pero no se concreta en ninguna referencia a representaciones teatrales específicas; quizá, como indica más adelante a propósito de las fiestas realizadas para celebrar la finalización de las obras de la iglesia nueva, «porque la solemnísima festi- 26 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE vidad y devoción con que, por espacio de nueve días, se celebró la dedicación de la nueva casa y templo de Dios, y la mucha brevedad que el annua requiere, no dan lugar a historiarse y describirse aquí de propósito». Sin embargo, la descripción de esas fiestas es lo suficientemente minuciosa, para dejar testimonio indudable de su intensa teatralidad. Reproducimos algunos fragmentos significativos, tomados de nuevo de la Carta Annua de 1600: Comenzaron a las nueve y media de la mañana, al son de trompetas, chirimías y otros instrumentos músicos, que de todas partes se habían traído, a levantar en lo alto de la iglesia muchos pendones y gallardetes que sumamente hermoseaban, continuando el ruido de los atabales y trompetas hasta las dos de la tarde, que comenzó el repique de campanas, con que se hizo seña para las vísperas […] Cubriose para la noche la azotea de la iglesia de luminarias y fuegos que se encendieron, con un solemne repique de campanas y estruendo de atabales, ayudando las invenciones de la pólvora su buena parte, con mucha correspondencia de los vecinos con que se regocijó la noche y el día se hizo más alegre; porque con la misma música y repique se dio la alborada de la mañana. Amanecieron nuestras calles colgadas y aderezadas como lo pedía el día […] Salieron 24 niños, muy bien aderezados y con buen orden con sus hachas encendidas en las manos; y como iban llegando, decía cada uno un concepto en verso, en razón de ser admitidos para irle alumbrando […] Todo causaba novedad y hermosura. […] A la tarde acudieron los indios a nuestra iglesia con un solemne mitote, en que se vio junto todo lo rico de la plumería de la comarca. […] Acabada «EL ESPOSO POR ENIGMA» 27 la misa, se comenzó una representación que para este tiempo estaba apercibida, que por ser tan a propósito de la fiesta, y acompañada de dos danzas y suavidad de música, dio particular gusto a los oyentes. […] Salió lo bueno del pueblo con una encamisada con mucha orden, música y hachas. […] Salieron los 24 niños con los colegiales de San Hierónimo […] diciendo algunos de ellos algo, en poesía española, a las santas reliquias, como pajecicos de hacha […] La iglesia los recibió con mucha música […] En el altar mayor estaban dos ángeles […] El uno de ellos dio principio al razonamiento cantando y respondiendo desde los balcones altos: que todo ello hacía una rima, representación del cielo. […] Acompañose el dar de estos premios con una breve y curiosa representación, con una ingeniosa danza y unas declamaciones que hicieron dos colegiales… interpolándose siempre gran cantidad de música. De las celebraciones jesuíticas reseñadas en el Colegio de San Pedro y San Pablo de México, se desprende una forma de teatralidad compleja que incluye música, luminarias, atrezo, fuegos de artificio, encamisadas (mojiganga representada en la noche, a la luz de las hachas), bailes indígenas como mitotes y tocotines, y otros eventos escénicos destinados a mover a devoción y admiración a los fieles congregados: «Era este un espectáculo de grande edificación a los que lo vían» (pág. 586). Es obvio que la Compañía de Jesús muestra un dominio de las estrategias simbólicas de la fiesta, que le permite aprovechar al máximo su rentabilidad como instrumento de edificación y de 28 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE demostración de poder, como ha destacado atinadamente Fernando R. de la Flor20. En fechas muy próximas a aquella en que tiene lugar nuestra representación de El esposo por enigma, encontramos los fastos organizados para celebrar la llegada a México del Virrey Diego López Pacheco, Marqués de Villena en 1640. Solemniza el evento Cristóbal Gutiérrez de Medina, en su Viage de tierra y mar…, México, 164021. El cronista pormenoriza los festejos que, organizados en honor del Marqués, se van repitiendo por todas las localidades por donde pasa: portadas en arco triunfal con letras agudas de elogios y jeroglíficos, pinturas y emblemas, loas recitadas en tablados, y bailes de los indios nobles, que no dejaron de mostrar a su usanza la alegría que sentían con un castillo de chichimecos que desnudos salían a pelear con fieras haciendo tocotines y mitotes, que son sus saraos antiguos, con muchas galas a su usanza, y muchas plumas preciosas de que forman alas, diademas y águilas que llevan sobre la cabeza, y desta suerte, en tropas cantando en su idioma, estaban todo el día sin cansarse en su sarao danzando (fol. 27r). 20. Atenas castellana: ensayos sobre cultura simbólica y fiestas en la Salamanca del Antiguo Régimen, Valladolid: Junta de Castilla y León, 1989. Ver también Fernando R. de la Flor y Esther Galindo, Política y fiesta en el Barroco, Salamanca: Ediciones Universidad Salamanca, 1994. 21. Viage de tierrra y mar, feliz por mar y tierra, que hizo el Excelentísimo Señor Marqués de Villena, mi señor, yendo por Virrey y Capitán General de la Nueva España… Impresso en México en la Imprenta de Juan Ruyz, 1640. Esta obra, y todos sus elementos añadidos, se atribuye al jesuita Matías Bocanegra, al que nos referiremos más adelante. «EL ESPOSO POR ENIGMA» 29 Maquinaria escénica, como la que se organiza en Puebla, donde «a la mano derecha desta portada había un tablado, y al llegar su excelencia se abrió una nube, y dentro della un ángel, que en nombre la ciudad de los Ángeles dijo una loa angelical en latín y en romance» (fol. 29v). Luminarias, música, toros, máscaras y carros: Jueves 2 de agosto hubo otra máscara lucida con carros triunfales de música y toda la descendencia de la casa del Marqués, mi señor, desde sus principios, con trajes según la usanza de los tiempos, que tuvo tanto que ver como admirar, llevando sus tarjetas elogios que explicaban sus asuntos. Viernes 3 de agosto, los estudiantes, dando muestras de sus ingenios y alegría, hicieron a lo ridículo un juego de cañas con libras tan graciosas, cuadrillas tan concertadas y su carro triunfal con música y carreras con tanta destreza que pudieron competir con las primeras cañas. Hubo toros, y a la noche nuevos fuegos y siempre luminarias. Sábado 4 de agosto hubo toros, acabándose con otra máscara, carro triunfal de música, y nuevas invenciones de libreas costosas, con mucho lucimiento de hachas. Encamisadas, fuegos artificiales, mitotes, juegos escénicos: Hubo un grande castillo en el patio con cinco torreones de donde salieron dos hombres armados a pelear con una sierpe de notable grandeza despidiendo de sí mucha artillería cohetes sin número, bombas de fuego artificioso, multitud de buscapiés; y para acabar esta fiesta hubo muchos toros hechos con mucho ingenio y cubiertos de cohetes, 30 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE trayéndolos por la plaza hombres ocultos en ellos, y habiendo caballos y caballeros hechos del mismo ingenio, que rejoneaban y daban lanzada de fuego (fol. 36v). Y desde luego, teatro de texto: El día siguiente, teniendo la ciudad comedia prevenida, hecha a intento de venida tan deseada […] Hízosele otra comedia, asistiendo a ella con la Real Audiencia y los demás tribunales desta ciudad (fol. 36v). En el mismo volumen en el que se recoge el Viage, aparece un impreso, titulado Adición a los festejos que en la Ciudad de México se hicieron al Marqués, mi señor, con el particular que le dedicó el Colegio de la Compañía de Jesús. Son cuatro folios con colofón: En México, por Bernardo Calderón Mercader de libros en la calle de San Agustín. Año 164022. Según el cronista, este fue «el mayor festín de México que la Compañía de Jesús hizo al Marqués, mi señor, en el Colegio de Estudios de San Pedro y San Pablo, aplauso de los mayores que vio este reino». Al repique de campanas se convocó al público, y fue tanto el concurso de gente que difícilmente podía romper camino la guarda para entrar al patio de los Estudios; donde estaba dispuesto un teatro cuadrado, en quien no debió nada la majestad a la discreción en el comportamiento de los asientos, para tribunales, cinco obispos, Inquisición, títulos, personas graves, religiones y 22. Por su indudable interés documental reproducimos esta Adición como Apéndice a nuestra edición de El esposo por enigma. «EL ESPOSO POR ENIGMA» 31 mucho pueblo que se distribuyeron en tablados, ventanas, corredores y patio, sin que las personas graves se viesen unas a otras con que cesaron cualesquier razones de sentimiento. La descripción pormenorizada de la disposición de los presentes, de la arquitectura efímera sobre el tablado, con sus pinturas y epigramas, figuras y emblemas alegóricos, con letras y poemas, y el desarrollo de la fiesta, desde la loa cantada (con un lenguaje llamativamente similar al de la nuestra), la representación, los entremeses y danza y el baile final, hacen de esta relación un documento impagable de la fiesta teatral jesuítica, convertido el Colegio a estas alturas del siglo XVII en trasunto de los palacios cortesanos madrileños. El Colegio, está claro, es uno más de los espacios de la representación que hay que estudiar en relación con el teatro y la fiesta barroca, como mostró para el ámbito académico universitario Fernando R. de la Flor23. Por lo que respecta a la representación, dice el cronista que se representó: una comedia compuesta para este propósito por uno de la Compañía, cuyo asunto fue la conversión de san Francisco de Borja, Duque de Gandía en el estado de Grande y Virrey, en cuya persona hizo lo ingenioso del verso un vivo dibujo, así de lo heredado de su Excelencia en la real sangre de sus ascendientes, como de lo adquirido de sus virtudes, méritos personales, títulos, prudencia, afabilidad y 23. «Teatro de Minerva: prácticas parateatrales en el espacio universitario barroco», en J. M. Díez Borque, ed., Espacios teatrales del barroco español, Kassel: Edition Reichenberger, 1991, 221-253. 32 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE gobierno, celebrando siempre la Musa dos sujetos en un aplauso, siendo como cuerpo de sus versos lo que celebró en su Virrey Barcelona y el alma lo que México venera en el suyo. No admiró menos la solidez en la sentencia, la gravedad en lo serio, que se aplaudió la dulzura en el metro y entretuvo la graciosidad y facecia; ni robó menos lo espiritual al afecto que a la suspensión lo cómico de la novela. Alabose la puntualidad y concierto en las entradas, la variedad de las escenas, la majestad de la apariencia y tramoyas, el número de personas que en danzas, representación y acompañamientos pasaron de sesenta, todos con muy vistosas y costosas galas, mudadas de muchos en los trajes para diversos propósitos. Este impreso, junto con otros que se integran en el volumen del Viage… (la Loa famosa, Razón de la fábrica alegórica, Zodiaco regio…) es atribuido por Uriarte y Lecina al jesuita Matías Bocanegra. Nacido en Puebla en 1612 y muerto en 1668, enseñó retórica y se dedicó posteriormente a la predicación; fue considerado hombre de vivo ingenio y vasta erudición, autor de las relaciones sobre el Auto General de Fe de 1649, sermones y varias poesías; y fue quizá también el autor de esa comedia sobre San Francisco de Borja a la que se refiere la relación. La descripción no difiere mucho de las documentadas para el Colegio Imperial de Madrid24. Y bien podría valer para nuestro Esposo por enigma, 24. «Relación de la fiesta y diálogo que se hizo a su Majestad en nuestro Colegio Imperial de Madrid en 5 de noviembre deste año de 1635 años», en Justo García Soriano, op. cit., págs. 309-342. Ver también José Simón Díaz, «Fiesta y literatura «EL ESPOSO POR ENIGMA» 33 reduciendo solamente el número de personas implicadas. La aplicación alegórica, la dulzura del metro, la gracia en el chiste, la variedad escénica, son todos elementos que integran también la teatralidad de nuestra comedia famosa, como después tendremos ocasión de analizar. El mismo pormenor en la descripción de la espectacularidad de un evento lo percibimos en otra manifestación de la teatralidad novohispana, aunque se trate de asunto no estrictamente teatral. Nos estamos refiriendo a las relaciones que recogen los autos de fe mexicanos de 1646, 1647 y 164825. En ellas observamos un gusto especial en la descripen el Colegio Imperial de Madrid», Dicenda, Cuadernos de Filología Hispánica, 6 (1987), págs. 525-537. 25. Hemos visto ejemplares de estas relaciones en la Biblioteca Menéndez Pelayo de Santander. La primera (auto de 1646), sin portada; las otras, con la siguiente: BREVE | Y SUMARIA RE-|LACION DE UN AVTO| PARTICULAR DE FEE, QUE EL TRIBV:|nal del Santo Oficio de la Inquisición de los Reynos,| y Provincias de la Nueua España, celebró en la San-|ta Iglesia de la Cathedral de México, a los veinte y | tres de Enero, del Años de mil y seiscientos y| quarenta y siete. | [Escudo orlado en óvalo el lema: EXURGE DOMINE IUDICA CAUSAM TUAM. En el interior del óvalo un brazo armado sostiene una cruz clavada en una bola del mundo; a sus lados las letras I M] | Impresso en México, Por Francisco Robledo, Impressor del Se-|creto del Santo Oficio. Fols. 1 (portada) a 12 . RELACIÓN | DEL TERCERO AVTO | PARTICULAR DE FEE QUE EL TRIBVNAL| DEL SANTO OFFICIO DE LA INQVISICION DE| los Reynos y Provincias de la Nueva España celebró en la | Iglesia de la Cassa Professa de la Sagrada Religión de la Compañía de | IESVS a los treinta del mes de Março de 1648 años. Siendo | Inquisidores en él, los muy illustres Señores Doctor Don | Francisco de Estrada, y Escouedo. Doctor Don Iuan Saenz de Mañozca y Licenciado Don Bernabé | de la Higuera y Amarilla. [Grabado: con los mismos lema y motivo del impreso anterior, pero de mayor elaboración formal y riqueza de adornos] Impresso en México: En la Imprenta de Iuan Ruyz. Año de 1648. Fols. 1-53 COLOFÓN: LAUS DEO. 34 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE ción de la construcción de los tablados o teatros, de la escenografía y disposición de los asistentes, de la liturgia del procedimiento, la actio de los intervinientes, etc. Y sobre todo se insiste en la abundante asistencia que muestra el gusto por este tipo de espectáculo parateatral: «la capacidad y hermosura que tuvo el Teatro, donde concurrió […] innumerable concurso», «concurrió tanto pueblo, que se huye de todo guarismo su número», «el copiossísimo concurso del Pueblo desde las primeras sombras de la noche hasta los primeros crepúsculos del día allí desvelado y asistente para ver la procesión de los reos», «fue tan copioso el concurso en las calles y plaças que con dificultad se podía romper, ni hazer passo», etc.26. Así pues, en este contexto de múltiple teatralidad, debe considerarse la representación colegial novohispana como una más de las ‘formas complejas de la teatralidad’ áurea (parafraseando a Caro Baroja), que intervienen en la construcción cultural del diálogo social. Las representaciones en sus variada tipología constituyen un atractivo indudable para el pueblo, pero al mismo tiempo sirven para asentar la cohesión social al hacer explícita la jerarquía del poder. La mezcla de elementos indígenas (mitotes, tocotines) e hispanos convierte además estas expresiones en paradigma de esa transculturación que caracteriza al barroco colonial, pero al mismo tiempo asegura la recep26. La espectacularidad de los autos de fe, que llama la atención de Irving A. Leonard (op. cit., 1974, pág. 155), puede corroborarse en el artículo de María Águeda Méndez, «El Auto General de Fe de 1649: Inquisición y teatralidad en la Nueva España», Theatralia, 6 (2004), págs. 169-180. «EL ESPOSO POR ENIGMA» 35 ción por parte de los grupos populares del discurso del poder, que impone las normas hegemónicas. No obstante, no podemos descartar en estas manifestaciones teatrales –y más en concreto en nuestra obra, aunque no lo parece– la perspectiva de quienes plantean en la literatura colonial la voluntad de escapar del «mecanismo especular», de la reproducción mimética de las normas culturales hispanas mediante la adaptación excesiva y por eso casi paródica de los modelos27. Desde estos principios, la comedia famosa El esposo por enigma adquiere caracteres de modelo, mezclando los elementos colegiales con los del lenguaje teatral barroco, hegemónico en la Península, y con elementos característicos de la cultura colonial, como puede ser, además de algún rasgo de lenguaje, la incorporación de músicas y danzas, aderezadas probablemente con instrumentos populares indígenas, tal y como nos describe el relator de los festejos de 1640: Rematose toda la fiesta con un mitote o tocotín, danza majestuosa y grave, hecha a la usanza de los indios, entre diez y seis agraciados niños, tan vistosamente adornados con preciosas tilmas y trajes de lama de oro, cactles o coturnos bordados de pedrería, copiles o diademas sembradas de perlas y diamantes, quetzales de plumería verde sobre los 27. «Aunque una cultura subalterna no se puede expresar directamente, puede desembocar en la parodia de la cultura oficial por medio de una adaptación excesiva y por ende en detrimento del original. En vez de ser un reflejo imitador es un espejo deformante, capaz de devolver una ‘mirada oblicua’ del original» (Vittoria Borsó, «Del barroco colonial al neobarroco», en P. Aullón de Haro, ed., Barroco, Madrid: Verbum, 2004, págs. 1003-1060; la cita en pág. 1007). 36 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE hombros, que sola esta danza y su lucimiento bastara por desempeño del festejo más prevenido. A lo sonoro de los ayacaztles dorados, que son unas curiosas calabacillas llenas de guijillas que hacen un agradable sonido, y al son de los instrumentos músicos, tocaba un niño cantor acompañado de otros en el mismo traje, en un ángulo del tablado, un teponatzle, instrumento de los indios para sus danzas28. 28. La misma mezcla instrumental había sido relatada por Andrés Pérez de Ribas a propósito de una representación del Colegio de San Gregorio de México: «En la mano derecha llevan un instrumento que llaman Ayacaztli, de unas sonajitas que usan de calabacitas doradas, con unas chinitas dentro, que meneadas también a son y compás, lo hazen gracioso […]; un tamborcito, llamado Teponaztli, guía toda la música y dança, muy diferente de los que se usan en Europa […]. Los españoles han añadido a ese el de sus instrumentos, harpa, corneta y baxón», citado por Jesús Menéndez Peláez, Los jesuitas y el teatro en el Siglo de Oro, Oviedo: Universidad, 1995, pág. 82. «EL ESPOSO POR ENIGMA» 37 SUSTRATO MITOLÓGICO Y CLAVES PARA EL ENIGMA Y OTROS ENIGMAS DE LA OBRA La acción de El esposo por enigma está construida sobre un sustrato mitológico que se desprende de su localización después del enfrentamiento de griegos y troyanos y que hace aparecer en la obra a dioses como Júpiter y Palas, dioses personificados como Atenea o héroes como Demofonte. Demofonte, a su regreso de la Guerra de Troya, se encuentra con Filis, princesa Tracia, y se casa con ella. Ausentado Demofonte, y tras larga espera, ella se suicida y se transforma en un árbol deshojado; pero a su vuelta un abrazo de él hace que el árbol vuelva a dar hojas. La difusión de esta historia se hizo desde los comentarios a la segunda epístola de las Heroidas de Ovidio, donde se recoge la carta de Filis a Demofonte antes de suicidarse29. Sobre este matrimonio, adornado con 29. «…Ut fabulæ ferunt, in arborem amigdalum sine foliis mutata est. Postea reversus Demophoon, recognita, truncum eius amplexus est, qui veluti sponsi sentiret adventum, folia emisit». Puede leerse la historia en los abundantes comentarios a esta segunda epístola de las Heroidas, en la edición de las Heroides Epistolæ cum omnibus commentariis ubique locorum hactenus impressis… His nos adiunximus emblemata, argumenta, ac varias lectiones ex optimis quibusque auctoribus collectas et præter adnotata ab Ioanne Baptista Egnatio, observationes Constantii Fanensis nuper in studiosorum utilitatem 38 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE la deuda que los atenienses tienen con Demofonte, por la estatua troyana de Palas Atenea, el Paladio, y con una transformación semejante a la de Filis (aunque con final feliz) se arma la trama argumental y se construye la alegoría de nuestra comedia. La representación se inicia con una Loa monologada que precede a la comedia, desarrollada en tres Jornadas, de las cuales parece oportuno ofrecer aquí una sinopsis. Júpiter y Palas deciden el desposorio de Demofonte con Filis, y le darán a este un ramo y un enigma que resolver. En batalla de la guerra troyana, Teseo, rey de Tracia pelea con Demofonte, que le perdona la vida; en reconocimiento del favor, Teseo le entrega una banda que acredita el galardón que le otorga: la mano de su hija Filis. Sacatrapos, criado de Demofonte, se encuentra con Sigismundo, hijo de Teseo y, para salvar el pellejo, le promete guiarle hasta donde está su padre. Palas se le aparece a Demofonte y le hace entrega del ramo y el enigma. Sacatrapos se reencuentra con Demofonte. JORNADA I editas…». (Venecia: Jerónimo Scoto, 1543, pág. 21 B). El ejemplar que hemos visto de este impreso en la Biblioteca Universitaria de Salamanca lleva el ex libris del Colegio y Librería de la Compañía de Jesús, lo que indica que era libro probablemente usado en las clases de humanidades. Lo testifica igualmente el hecho de que las Epístolas de Ovidio aparecieran en sendas antologías publicadas por profesores de Retórica del Colegio de los Jesuitas en 1605 (Poeticarum Institutionum Liber) y en 1636 (Florilegium ex amœnissimis tam veterum quam recentiorum poetarum hortulis ad usum studiosæ iuventutis collectum). Véase Osorio Romero, citado, págs. 157 y 189. «EL ESPOSO POR ENIGMA» 39 JORNADA II Sigismundo ha recibido alojamiento en el albergue pastoril del pastor Alfesibeo. Aparecen Demofonte y Sacatrapos; Sigismundo reconoce la banda de su padre que trae Demofonte y pelea con él, hasta que este puede explicarse. Clarinejo, otro pastor, trae noticias de Creta, donde está circulando una letra de Teseo con las promesas del reino y la mano de su hija a quien porte la banda y dé noticias de su hijo. Sigismundo decide regresar disfrazado al palacio de su padre, acompañado de Alfesibeo y Sacatrapos, y queda Demofonte de mayoral, al cuidado de los rebaños. Filis y su criada Flora en el jardín de palacio hablan, exponiendo la primera su miedo de resultar malcasada por la promesa de su padre. Aparece Atenea, princesa de Grecia, disfrazada de labradora, que se declara esposa por la palabra dada de Sigismundo. Un síncope súbito de Teseo disuelve el grupo antes de que se incorpore al mismo Sigismundo. Atenea, escondida, descubre a su esposo disfrazado y para comprobar la identidad de Sigismundo finge la muerte del rey. El dolor que expresa Sigismundo revela su identidad. Alfesibeo parte en busca de Demofonte. JORNADA III Intermedio pastoril: Demofonte muestra su prudencia y valor como mayoral. Alfesibeo trae noticias. Intermedio cortesano: Atenea y Filis muestran su discreción. Sigismundo y Sacatrapos discretean. Representación cortesana de El esposo por enigma (teatro dentro del teatro, como veremos). Reflexión sobre el valor pedagógico y moral del teatro. Atenea muestra su discreción construyendo una alegoría astrológica sobre «su estrella» (Sigismundo). Escena final. Con todos los personajes en escena, aunque jugando 40 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE aún el juego de los embozos, se descubre que las glorias prometidas por Teseo recaen ambas en Demofonte. Se consagra su matrimonio, así como el de Atenea y Segismundo. Sin embargo, falta una última vuelta de tuerca: Demofonte debe partir hacia Atenas para cumplir el encargo de Júpiter, y Filis queda entristecida. Aparece Palas súbitamente, deus ex machina, en el bofetón, y transforma a Filis en un árbol. Atenea resuelve el texto del enigma, que explica cómo Filis volverá a ser quien es al abrazo de su amado. El regreso de este confirma el pronóstico. La representación se cierra con el baile y la Aplicación al obispo agasajado del sentido del texto que acaba de representarse. Este resumen del argumento justifica, en cierta medida, lo opinado por Entrambasaguas cuando escribía que la obra tiene «mucho barullo de tramoyas y mitología», aunque no podemos compartir su juicio de que «es obra de escaso valor literario»30. Al margen del indudable interés histórico y cultural, la pieza no carece de mérito y muestra en alto grado el dominio del lenguaje y de la técnica teatrales del barroco, como subrayaremos después, aunque quizá pueda aplicarse a ella lo opinado por Alfonso Reyes a propósito del teatro criollo del siglo XVI : el empeño de la educación escolar desviaba la poesía hacia el ejercicio de la retórica31. Queden aquí ahora consignadas las rupturas de la unidad de lugar, con continuos saltos de localización o la mezcla de personajes elevados y bajos, la suma de todas las artes para la representación 30. J. Entrambasaguas, Una familia…, citado, pág. 162. 31. Alfonso Reyes, Letras de la Nueva España, México: FCE, 1948, pág. 70. «EL ESPOSO POR ENIGMA» 41 (música, pintura, escultura), junto con la imprescindible figura del gracioso, seguramente el personaje mejor construido. Todos ellos son elementos dramáticos que contribuyen a la variedad del espectáculo, tan del gusto barroco. Junto con el sustrato mitológico de la trama, el otro elemento destacable es el uso de la alegoría como instrumento de construcción de la obra y de aplicación de su sentido. Desde el título queda claro el componente enigmático de la trama. El enigma es «una oscura alegoría que se entiende difícilmente», dice Lope de Vega en Los pastores de Belén, II, 158, traduciendo a Quintiliano (Institutiones Oratoriæ, 8, 6, 52), que define el enigma: allegoria quæ est obscurior ænigma dicitur. Como figura retórica, el uso de la alegoría constituye elemento esencial del lenguaje barroco y formaba parte del gusto el reto de resolver un enigma, por la agudeza y ejercicio de ingenio que supone32. El enigma al que se refiere el título se plantea en los versos 117-120, por parte de Palas: Quando buelvas, bolverá de tu Prado Primavera y, buelta en lo que antes era, lo que as de ser te dirá. La redondilla que contiene el enigma se resuelve sólo al final, gracias al ingenio de Atenea (2232, 32. Irving A. Leonard (op. cit., págs. 213-228) ha mostrado cómo los diversos juegos de ingenio (glosas, acrósticos, poemas en eco, décimas retrógradas, poemas ‘prefabricados’ con versos prestados, adivinanzas rimadas, laberintos poéticos…) forman parte del gusto de los poetas mexicanos que imitaban así en la sociedad colonial el gusto cortesano europeo. 42 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE «Ya he entendido yo el enigma»). Este mecanismo alegórico podemos verlo, por ejemplo, con elementos muy similares a los de nuestra obra, en la Loa para el auto Andrómeda y Perseo de Calderón. Allí se comienza proponiendo un «misterioso pregón», un «nuevo cartel | que publican los vientos»; la Universidad de Atenas cita a todos los ingenios para resolver un enigma, y promete «al que un problema acertare | dará este laurel en premio». El enigma se plantea en cuatro versos: ¿Cuál es la cosa menor del Mundo, que incluye dentro de sí la mayor, y se halla mayor, y menor a un tiempo? «Linda cosi cose» responde el Placer, que actúa como gracioso en esta Loa. A continuación, dos de los siete sabios preguntan extrañados: «¿Qué imposible enigma es | este que repite el eco». Se van proponiendo ingeniosas respuestas hasta que el último de los sabios resuelve el enigma: Dios en la Hostia del Sacramento. Citamos este texto de Calderón como muestra de la rentabilidad dramática de la figura retórica del enigma en el teatro de la segunda mitad del siglo XVII, a cuya estirpe pertenece sin duda la obra que ahora editamos, según habrá ocasión de comentar más adelante. Como parte de una fiesta cortesana, la obra juega a construirse con elementos paradigmáticos del modelo consagrado a tal efecto y que se traspasa de la loa sacramental a la cortesana. Pero la alegoría, esencial para entender la literatura barroca, no es sólo una figura: es un método hermenéutico y, por extensión, un sistema para leer el mundo y una epistemología. Las diversas formas «EL ESPOSO POR ENIGMA» 43 de lectura alegórica se hacen visibles en la representación teatral cortesana. Lo vemos en el empleo dramático del enigma; pero, más allá, debemos suponer una representación alegórica desde los objetos que identifican el poder obispal y las armas de la familia a la que pertenece el obispo, así como los objetos que adornan el tablado formando emblemas, y que se hacen presentes también en el texto de la obra, ramos y prado, como elemento visual importante para el atrezo escenográfico: Aparece Pallas con el ramo en la mano […] que en breve paradigma este ramo declara con su enigma Dáselo (vv. 438-439). Este ramo lo atestigua y lo dice en un emblema que yo explicar no sabré ni lo sabrá toda Grecia (vv. 969-972). Se trata de dar consistencia verbal y visual a una idea, porque el conocimiento de las cosas altas y difíciles se hace mejor por semejanza con las que vemos y entendemos (diría fray Luis de León, siguiendo a San Agustín). O en palabras de Calderón, en la Loa del auto citado: «Humanas letras en que | alegórico el concepto | haga luz a las Divinas». El prestigio del lenguaje alegórico procede en última instancia de la construcción de un sentido de interpretación de la Biblia, que deriva de San Pablo (I Cor, 13, 9-12): «Al presente nuestro conocimiento es imperfecto… Cuando llegue el fin desaparecerá eso que es imperfecto… Ahora vemos por un espejo y oscuramente (videmus nunc per speculum in enigmate), entonces veremos cara a cara». 44 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE No se trata aquí de la interpretación de pasajes bíblicos, aunque alguna tipología se desprende del esposo del título, y del tema del buen pastor, como veremos, sino de celebrar la grandeza del obispo, convirtiendo sus apellidos, Ramírez de Prado, en objetos que le identifican (ramos y prados), y sus actos en hechos heroicos. La Loa inicial y la Aplicación final hacen explícitos los propósitos laudatorios. La Loa, quintaesencia de lenguaje barroco convencionalmente puesto al servicio de la corte, exalta al «Ilustrísimo príncipe», visto como un caballero armado, cuyas armas relucen al sol, que mira, como las águilas, de frente y como ellas desafía la altura del astro. Como obispo y como visitador del Tribunal de la Cruzada «dos veces sol, en uno y otro empleo», Ramírez de Prado puede resultar protector de la orden que ahora le agasaja: Ramo os queremos ¡oh florido ramo!; prado os queremos, prado bien florido. Prado, ya del temor seguro olvido; ramo, de protección dulce reclamo (Loa, vv. 43-46). La exaltación de sus virtudes, su nobleza, su prudencia, su tesón y buen gobierno aseguran la fama eterna y justifican los galardones otorgados por el cuarto Monarca. Para aliviar del peso grave de tales empleos el festejo os dedica deste día de Jesús la Sagrada Compañía en que de su afición echa la clave (Loa, vv. 66-68). «EL ESPOSO POR ENIGMA» 45 Finalmente, presenta en breve el argumento de la obra y su sentido, «que en vos se aviene | tan a lo igual con él, y tan de un modo | que Demofonte parecéis en todo» (Loa vv. 78-80). Desde el principio queda, pues, claro, que lo que se va a representar es una «imagen vuestra, bien sacada copia», pues Demofonte es figura, es decir alegoría tipológica del obispo. Por si no quedaba claro el propósito, la representación concluye con un nuevo monólogo, en forma de romance (ó-e) titulado Aplicación, en el que se insiste en el papel de la Compañía como anfitriona de la fiesta y se desvela del todo lo que ha ocurrido en «esta alegórica noche»: el obispo es Demofonte, Filis es la Iglesia de Valladolid, su diócesis, y Atenea, desveladora del enigma, la Compañía de Jesús que en México, Atenas Noble ha dispuesto la fiesta: Vos sois, príncipe illustrísimo, el divino Demofonte […] Con el enigma del ramo que es vuestro glorioso nombre… […] Filis de Valladolid es la Iglecia […] Aquí os previene Atenea festivas aclamaciones. Más claro: la Compañía este festejo os dispone. Mediante estos mecanismos alegóricos la representación cumple esa función especular, tan característica del teatro cortesano barroco: el texto que se representa es una imagen transformada de lo 46 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE que puede verse en el salón. Demofonte en escena y el obispo en la sala definen un eje central que irradia luz a todos los presentes; por eso es importante destacar la asistencia de los nobles de la ciudad («en concurso de la nobleza desta corte», dice la portada), que dan testimonio de esta irradiación luminosa que es la comedia con la que se enaltece al homenajeado. Así funciona el teatro cortesano calderoniano y así lo ha aprendido y lo ejecuta quien compone esta comedia famosa de El esposo por enigma. Junto con esta intención laudatoria de la alegoría, podemos plantearnos la presencia de otros elementos constituyentes de la ideología de la obra. Es evidente que la comedia se construye, además de con un buen caudal de cultura clásica, con elementos teológicos, que se perciben, por ejemplo en las dos grandes metáforas subyacentes al texto: Esposo y Pastor. Los dos son nombres de Cristo y sus valores teológicos fueron explicados con pormenor por fray Luis de León. Baste señalar aquí que el matrimonio que se propone al inicio de la trama y con el que culmina la obra representa alegóricamente el desposorio espiritual del obispo con su Iglesia, bodas divinas, no humanas, como señala el texto: que estas vírgines bodas no son humanas, son divinas todas (vv. 456-457). Es lógico que, tratándose de la recepción a un obispo, se plantee una fiesta sobre la metáfora matrimonial. La consagración de los obispos es vista en la liturgia y en el derecho canónico como un desposorio espiritual, por el cual la iglesia se «EL ESPOSO POR ENIGMA» 47 convierte en sponsa episcopi. Por eso la comparación entre bodas carnales y espirituales podía aplicarse en sus diferentes aspectos, desde las promesas nupciales hasta el adulterio33. Y el intermedio pastoril del comienzo de la Jornada Tercera nos muestra a Demofonte como buen pastor, salvando a sus ovejas del ataque feroz de un oso, en visualización alegórica del obispo que gobierna con buen criterio su rebaño como aplicación tipológica del modelo del Buen Pastor. Esta metaforización tópica del gobernante como buen pastor justifica igualmente la alegoría pastoril con que se cierra la Aplicación, en la que Júpiter es, claro, «Júpiter de Austria», el rey Felipe IV, y el mayoral, el obispo: Mayoral os nota aora Júpiter, y a vuestras voces dormir seguras ovejas, velar despiertos pastores. Proseguid, que no le faltan a Júpiter atenciones para haceros mayoral en exidos superiores. Esto cantaba Athenea al son de un rústico albogue a un mayoral que por muchos, por muchos siglos se goze (Aplicación, vv. 97-108). 33. Parafraseamos a Daniela Rando, «Ceremonial Episcopal Entrances in Fifteenth Century North-Central Italy; Images, Symbols, Allegories», en José Pedro Paiva, ed., Religious Ceremonials and Images: Power and Social Meaning (1400-1750), Coímbra: Palimage, 2002, pág. 41. Ella misma se refiere a varias ceremonias solemnes de entradas de obispos en que se juega con esa simbología matrimonial. 48 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE Construcción de sentidos políticos desde la teología que es tan característica también del discurso barroco34. ¿Y algún sentido más? Podemos sospechar que detrás de todo, ya lo hemos señalado, existe el deseo de ganar la voluntad del obispo para la causa que los jesuitas mantienen contra el obispo Palafox. El ataque del oso a las ovejas en la segunda escena de la Jornada Tercera, bien podría ser leída en esa clave. Y con menos esfuerzo, los versos ya citados de la Loa, que se refieren al temor y a la protección que dispensará el obispo: Ramo os queremos ¡o florido ramo!; prado os queremos, prado bien florido. Prado, ya del temor seguro olvido; ramo, de protección dulce reclamo (Loa, vv. 43-46). ¿Y el autor? Varios podrían ser los candidatos. Desde luego, en primer lugar, Matías Bocanegra, autor de la Loa y las relaciones incluidas en el Viage por tierra y mar… (ver la Adición que reproducimos en apéndice), a las que ya nos hemos referido; y autor quizá igualmente de la comedia representada en aquella ocasión. También Baltasar López, nacido en San Miguel el Grande, diócesis de Michoacán, que entra en la Compañía en 1620 y es profesor de humanidades, filosofía y teología en el Colegio de México. Publica varias obras entre 1632 y 164835. Dos simpatizantes del gongorismo: 34. Ver Antonio García Rivera, «Espíritu y poder en el barroco español», en P. Aullón de Haro, Barroco, citado, págs. 567-596. 35. Los datos, en la Bibliotheca Hispana Nova de Nicolás Antonio, y en Sommervogel, Bibliotheque de la Compagnie de «EL ESPOSO POR ENIGMA» 49 Esteban de Aguilar (nacido en Guadalajara, 1606, profeso en 1624) y autor de varios panegíricos en verso latino y un sermón de título alegórico, Náutica Sacra y viaje prodigioso, y Pablo Salceda, nacido en Valladolid de Michoacán, novicio en 1637 y que muere como rector del Colegio de San Pedro y San Pablo en 1688, autor igualmente de varios elogios y sermones36. Y finalmente, Mateo Galindo, profesor de Retórica, de Filosofía y de Sagrada Escritura en Puebla, pero natural de Michoacán, y que es el autor de toda la literatura efímera de los festejos organizados en el Colegio de Puebla de los Ángeles con motivo de la llegada del virrey, Marqués de Villena37. Sin embargo, el hecho de ser una pieza de circunstancias e inscribirse como un acto más de las solemnidades colegiales justifica su carácter anónimo. No se pretende dejar una obra para la posteridad, sino contribuir con el ingenio personal al esplendor del Colegio y de la Orden, Ad maiorem Dei gloriam; por eso se dice de la comedia sobre san Francisco de Borja que fue «compuesta para este propósito por uno de la Compañía». Como señala Menéndez, Jesus, Paris-Bruxelles, 1893, vols. I, pág. 1559 y IV, pág. 1940. Sobre Bocanegra ver también José E. de Uriarte y Mariano Lecina, Biblioteca de escritores de la Compañía de Jesús…, Madrid: Viuda de López del Horno, 1925, tomo I, págs. 518520; así como Obras anónimas y pseudónimas de la Compañía de Jesús…, Madrid: Sucesores de Rivadeneira, 1904, tomo II, pág. 227. 36. Datos de ambos, así como la adscripción al gongorismo, en Charles O’Neill, S.I. & Joaquín M.ª Domínguez, S.I., Diccionario Histórico de la Compañía de Jesús, citado. 37. Tanto Nicolás Antonio como Sommervogel le atribuyen el siguiente impreso: Arco Triunfal. Emblemas, geroglíficos e inscripciones con que la ciudad de la Puebla recibió al Virrey de la Nueva España Marqués de Villena, Puebla, 1640. 50 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE los autores de estos textos suelen ser los profesores de Retórica y el anonimato deriva de su pertenencia al grupo38. Por eso mismo no es descartable que fueran varias manos las que intervinieran en el texto, elaborando por un lado la Loa y la Aplicación, y por otra la comedia, además de la literatura efímera que sospechamos formó parte del festejo. La representación de la comedia famosa, El esposo por enigma, es una nueva expresión de la complejidad del fenómeno teatral en el Siglo de Oro. El teatro ha cumplido una vez más una función social y cultural que va más allá del mero entretenimiento. Y más allá de las intenciones morales y políticas que podemos sospechar escondidas en la celebración, y de la exhibición propagandística del centro y de la Compañía, se hace con un texto al que no le faltan valores literarios, por más que su carácter colegial le convierta, a veces, en un centón de tópicos. 38. Jesús Menéndez Peláez, Los jesuitas y el teatro en el Siglo de Oro, citado, pág. 45. POÉTICA Y TEATRO A TENOR DE lo apuntado sobre el contexto en que se escribe El esposo por enigma, es evidente que estamos no ante una obra que nace en determinadas circunstancias, sino ante una obra que nace gracias a determinadas circunstancias y, casi, ante unas determinadas circunstancias que hacen posible una obra. No es esta, parecería, la situación ideal para ejercitar la creación artística aunque quizá quedáramos muy sorprendidos si se reescribiera la historia de la literatura universal –y sobre todo la del teatro– desde el punto de vista de las circunstancias que han motivado la creación de un importantísimo número de obras. En todo caso, adelantamos nosotros la convicción de que esta pieza, pese a tan inequívoca dependencia de unas circunstancias tan concretas, tiene una carga importante de valores estéticos y, al tiempo, aporta un testimonio del mayor interés respecto a manifestaciones secundarias, pero 51 52 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE comprobamos que muy poderosas, del teatro español en el siglo XVII, y en territorio extrapeninsular. A compartir los criterios por los que hemos llegado a esta valoración tienden las siguientes observaciones. «EL ESPOSO POR ENIGMA» 53 POÉTICA Recursos estilísticos Intentar la valoración de un texto teatral, aunque al texto en cuestión le afecten circunstancias tan específicas como las ya reseñadas, obliga a mantener avivado el criterio de que la búsqueda de valores estilísticos nunca puede anular la conciencia de que un texto concebido para el teatro ha de juzgarse primordialmente por su capacidad para funcionar válidamente en la representación. Es oportuno, a estos fines, recordar aquel punto de vista de Patrice Pavis: «Leer un texto dramático no consiste simplemente en seguir al pie de la letra un texto tal como leeríamos un poema, una novela o un artículo de periódico […]. La lectura del texto dramático presupone todo un trabajo imaginario que ponga en situación a los enunciadores»39. Punto de vista que puede complementarse con la sugerencia aún más explícita de leer los textos teatrales de modo tan imaginativo que su lectura tenga mucho de «puesta en escena virtual»40. Y aun con 39. Patrice Pavis, Diccionario del teatro. Dramaturgia, estética, semiología, Barcelona: Paidós, 1984, págs. 171-172. 40. Es José Luis García Barrientos quien utiliza esas palabras concretas: «Habría que ver si la lectura de un texto dramático no consiste precisamente en una puesta en escena virtual, imaginada, que actualiza y completa la obra teatral que el texto contiene de forma potencial e inacabada» (Cómo se comenta una obra de teatro, Madrid: Síntesis, 2001, pág. 27). 54 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE este criterio ofrecido por Anne Ubersfeld: «Un estudio del texto sólo puede constituir el prolegómeno, el punto de partida obligado, pero no suficiente, de esa práctica totalizadora que es la práctica del teatro concreto»41. Y arrancamos con esas premisas precisamente para relativizar el alcance y los objetivos de las calas con que apuntalaremos la valoración de la calidad literaria de nuestra obra. Como primera observación podemos afirmar que en El esposo por enigma el lenguaje de todos los personajes está sometido a los convencionalismos esperables en un teatro de corte académico. Un teatro, diríamos, de salón de actos, de celebraciones religioso-cortesanas, y por eso no resulta chocante comprobar que tanto dioses como nobles se expresan con el debido y palaciego decoro y que los pastores mismos huelen más a salón cortesano que a ganado, aprisco y jara. Añadamos que, en línea con el convencionalismo indicado, los diálogos se desarrollan con estimable fluidez, contribuyendo a evitar que pudiéramos hacer a la pieza un reproche claro de frialdad, afectación o amaneramiento. Supone naturalmente excepción a lo indicado, aunque relativa, el tono y a veces el contenido de muchas de las intervenciones del gracioso. Apenas ubicado en el escenario e inaugurando su pose de soldado fanfarrón, a la cual volveremos a referirnos, saluda con un barriobajero: «¡Voto a Çarabullaque | que queda Troya hecha mil arapos! | No ay aquí que decir taque barraque» (vv. 202-204)42, 41. Anne Ubersfeld, Semiótica teatral, Madrid: CátedraUniversidad de Murcia, 1989, pág. 10. 42. El tal Zarabullaque debía de ser personaje proverbial y a él quizá puede haber referencia en el entremés El Doctor Zarabullaque, de Francisco Osorio, que justamente desde años «EL ESPOSO POR ENIGMA» 55 anticipando un tono populista que igualmente exhibirá al exclamar poco después: «¡Qué lindo, qué lindico y qué lindoque» (v. 293)43. Pero, dado que el gracioso reclamará atención específica, no pensemos en lo excepcional de su caso sino en los rasgos estilísticos que caracterizan la generalidad de la obra. Y entre esos rasgos, subrayado ya el tono convencional de la pieza, que es tanto como decir su sabor literario, destaquemos algunos usos un punto rebuscados de metáforas, como la utilizada para indicar el momento del día –ese Sigismundo que informa de que la representación de una comedia en salones del palacio del rey Teseo se hará «quando amortaje al sol la espuma cana» (v. 1810)–, o como la ideada para describir, de forma aun más atrevida y rebuscada, la oscura grafía en que está escrito el enigma en torno al cual pivota la comedia; de ella dice Palas: «El alma son de la antes (1646-1647) estaba publicando el impresor Velasco, según recoge Cayetano Alberto de la Barrera y Leirado, Catálogo bibliográfico y biográfico del teatro antiguo español: desde sus orígenes hasta mediados del Siglo XVIII, London: Tamesis Books, 1968, pág. 289. 43. Remite a una canción de la época, a la que parece referirse Cervantes en El Rufián dichoso (vv. 564-566): «Acabada la música, andaremos | aquestas estaciones. Vaya agora | el guitarresco son, y el aquelindo». Correas en su Vocabulario trae la frase: «¡Oh, qué lindico! Más, ¡oh, qué lindoque!». Góngora compone sobre la frase una letrilla –Robert Jammes la data en 1610 y la edita bajo el número XIX (Letrillas, Castalia, 1980, pág. 99)–, la cual empieza: «Que pretenda el mercader» y que alterna en el estribillo de cada mudanza «Oh, qué lindico» y «Oh, qué lindoque». Por eso le parodia Quevedo en su romance satírico: «Poeta de oh, qué lindico, | verdugo de los vocablos | que a puras vueltas de cuerda | los haces que digan algo…». 56 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE noche | sus caracteres difíciles» (vv. 113-115). En línea muy similar, anotemos cómo Alfesibeo nos anuncia su propósito de rápido desplazamiento en estos términos: «Los pies me calçaré de quatro vientos» (v. 1474). Naturalmente, ejecutado el traslado, coherentemente informará: «De plumas vengo calçado | por abrebiar mi venida» (vv. 1670-1671). No es raro que hasta Sacatrapos se apropie de ese mismo lenguaje figurado: «Llegué calçado de plumas | pensando que estavas muerto» (vv. 582-583). Pero, al margen de las observaciones concretas que iremos practicando, quizá la manera más rápida y acertada de definir el estilo de la pieza es subrayar que el carácter culto, hiperculto podríamos decir, es la clave de cuanto allí sucede y, en buena lógica, del modo en que se expresa. E indudablemente una de las formas más evidentes en que se plasma ese carácter culto es la riqueza de léxico que exhiben los personajes. Esa rica amplitud de vocabulario explica probablemente la tendencia, un punto abusiva, a frecuentes series de anáforas en que se solaza, propiciando acumulaciones léxicas, más bien poco justificadas desde el punto de vista de los intereses teatrales, pero esperables en quien desea exhibir su dominio escolar y retórico. Una de las principales series la hallamos en labios de Palas que se hace torrente verbal para exaltar las cualidades guerreras de Demofonte: Tanto blasón soberano, tanto esclarecido timbre, tanta de su descendencia púrpura de fino tinte; tanta prodigiosa hazaña y tanta empresa sublime, tantos muros asaltados, «EL ESPOSO POR ENIGMA» 57 tantos vencidos fortines, tanta cimera abatida y tanto penacho humilde, tanta vandera arrastrada (vv. 53-63). La misma Palas recurrirá a similar catarata léxica para describir la batalla que desde su olímpica atalaya ve desarrollarse en Troya: ¡Qué de lanças, qué de picas, qué de vistosos arneses qué de azerados paveses, qué de sobrevistas ricas, qué de soldados ferozes, qué de visarros plumajes, qué de galas, qué de trajes, qué de gritos, qué de voces, qué de vanderas tremolan, qué de atambores atruenan, qué de clarines que suenan qué de insignias se enarbolan! (vv. 145-157). Sin duda acreditan gran exhibición léxica estos usos anafóricos, recurso estilístico que, por otra parte, caracteriza más al autor que a los distintos personajes que a él recurren o en él incurren. En efecto, su proliferación desautoriza a extraer conclusiones respecto a la hipotética verborrea o quién sabe qué posibles connotaciones psicológicas de alguno de los hablantes. Que si antes escuchamos a Palas, paralelamente podemos oír a Sigismundo expresar su estado de ánimo por vía muy similar: Toda el alma se me altera, todo el pecho se me rompe, 58 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE todo el coraçón me tiembla, rabioso y tumultuante con la cólera que encierra, con la zaña que me azora con el furor que me alienta, con el rebato que toca, con el alarma que suena, con la sangre que latiendo hace pedaços las venas (vv. 827-837). Pero en todo caso y en reconocimiento de la indudable calidad literaria de la pieza, que es mucha, no retengamos solo estos recursos de la metáfora o de la anáfora, siempre un punto rebuscados. Pensemos, como muestra de muchos momentos realmente brillantes, en cómo mediante el uso de un léxico muy bien seleccionado, al servicio, claro está, de observaciones igualmente muy sagaces, un personaje, al tiempo que alaba la autenticidad del valor de Demofonte, consigue, por contraste, desenmascarar a tanto impostor presuntuoso: Ríndase luego a tus pies todo guapo de mentira: mucho tufo y copetazo, mucha guedeja partida, mostachones que parecen escobajos de vendimia; y siempre virgen la espada, siempre pura y siempre limpia (vv. 1605-1612). Que quien habla con esa eficacia y brillantez sea el pastor Clarinejo no hace sino confirmar cuanto hemos adelantado respecto a que en la pieza hay un estilo de autor y no unas marcas estilísticas, «EL ESPOSO POR ENIGMA» 59 caracterizadoras de los distintos personajes, en atención, por ejemplo, a su extracción social. Huellas literarias: Góngora, Calderón Si cuanto señalamos corrobora el carácter literario del texto, quizá sea oportuno subrayar que, tanto en lo teatral como en lo exclusivamente literario o estilístico, la obra, que es un fruto quintaesenciado del barroco, abraza con fervor los usos de ese periodo y hace sospechar que el tener conciencia de estar emulando a Calderón y Góngora conferiría a nuestro autor una de las mayores satisfacciones y títulos de orgullo. Aunque, antes de ampliar las referencias a los dos escritores nombrados, es de justicia reseñar un importante guiño al Quijote cervantino. Pensamos en el momento en que Sacatrapos, para exaltar la figura del protagonista de la comedia, opta por el recurso de enumerar otros bravos cuyos méritos languidecen ante la valía de Demofonte: Humíllense a Demofonte el Arenal de Sevilla; de Málaga, los Percheles; de Toledo, las Ventillas; la Olivera de Valencia y de Riarán, las Islas; de Vegel, las Almadrabas; de Granada, la Rondilla; de Segovia, el Azoguejo, que son plaças conocidas donde sólo a espada y daga los bravos se desafían (vv. 1613-1624). 60 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE Con independencia del osado anacronismo que se practica al poner a los pies del héroe clásico a los bravos de la España coetánea a los espectadores –recurso este del anacronismo utilizado en otros momentos de la obra con clara voluntad cómica–, nuestro interés es ahora recordar aquel pasaje del Quijote en que el ventero, dispuesto a embromar al caballero andante, se hace pasar él mismo por hombre de vida aventurera: y así, le dijo que andaba muy acertado en lo que deseaba y pedía, y que tal prosupuesto era propio y natural de los caballeros tan principales como él parecía y como su gallarda presencia mostraba; y que él, ansimesmo, en los años de su mocedad, se había dado a aquel honroso ejercicio, andando por diversas partes del mundo buscando sus aventuras, sin que hubiese dejado los Percheles de Málaga, Islas de Riarán, Playa de Sanlúcar, Potro de Córdoba y las Ventillas de Toledo y otras diversas partes, donde había ejercitado la ligereza de sus pies, sutileza de sus manos, haciendo muchos tuertos, recuestando muchas viudas, deshaciendo algunas doncellas y engañando a algunos pupilos, y, finalmente, dándose a conocer por cuantas audiencias y tribunales hay casi en toda España44. Que el autor haya pedido en préstamo letra y espíritu de este pasaje cervantino para abocetar en pocos rasgos lo que ha podido bautizarse como una «especie de mapa picaresco de España»45 está 44. El Quijote, I.ª Parte, capítulo 3.º, edición de Francisco Rico, Barcelona: Biblioteca Clásica, Crítica, 1998, pág. 55. Nuestra la cursiva. 45. El primero en usar la expresión parece haber sido Fermín Caballero, en su Pericia geográfica de Miguel de Cervantes, «EL ESPOSO POR ENIGMA» 61 pregonando su deseo de homenajear, en el ámbito culto donde este tipo de diálogos intertextuales tendría magnífica recepción, a uno de los autores más destacados del periodo. La comprobación que acabamos de realizar no hace sino confirmarnos el propósito del escritor de pisar las huellas más dignas del universo barroco; de manera que, dejando para Calderón el honor de identificarle como guía y maestro teatral de la pieza, es necesario resaltar algunos de los homenajes que el autor de El esposo por enigma está haciendo, y de forma nítida, a Góngora; evidencia que se nos impone aun sin empeñarnos en rastrear semejanzas o similitudes más o menos recónditas, de modo que nuestras observaciones vendrán a corroborar aquella afirmación de Alfonso Reyes: «Góngora se aclimató singularmente entre nosotros, produciendo lo que desdeñosamente ha llamado cierto crítico una ‘barata culterana’»46. En esa misma línea puede recordarse lo escrito por Irving A. Leonard: «Una de las más abyectas expresiones del culto al poeta español Luis de Góngora fueron los centones, que eran remiendos hechos de pedazos y fragmentos recortados de los poemas del vate tutelar»47. El propio Leonard arranca su artículo «Some Góngora centones in Mexico» con esta afirmación: «El siglo XVII bien puede llamarse el siglo de Góngora en la historia de la poesía española. demostrada con la Historia de Don Quijote de la Mancha, Madrid: Imprenta de Yenes, 1840. De él lo toma Clemencín, citados ambos en la edición indicada en la nota anterior. 46. Alfonso Reyes, Letras de la Nueva España, citado, pág. 88. El mismo Reyes recuerda cómo del autor teatral Salazar y Torres, se afirmaba que «decoraba y comentaba de niño los más difíciles poemas de Góngora», (Ibid., pág. 93). 47. Op. cit., pág. 223. 62 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE Y no sólo es esto posible en la Península, sino también en esas vastas posesiones de ultramar, donde, aunque remotos, habían florecido centros de cultura, bajo el patrocinio de España»48. Pensando en algunos casos concretos, cuando Flora describe ante Filis la belleza de una mujer desconocida (sabremos luego que es Atenea en disfraz de campesina), uno de los piropos utilizados: «el coral quede corrido | de competir con su boca» (vv. 1283-1284), es indudable que se sitúa con plena voluntariedad en la estela del «Mientras por competir con tu cabello…», el verso con que iniciaba Góngora uno de sus más celebrados sonetos. Claro que esa misma horma constructiva había sido utilizada en el arranque de la obra por el propio Júpiter cuando ponderaba la belleza de Filis y, en concreto, lo rubio de sus cabellos: Ya me ha dado alguna quexa el sol, de que en competirse a sus rayos soberanos es su cabello algo libre (vv. 9-12). Y es igualmente sobre cauces muy gongorinos por donde discurren modos expresivos de muy acendrado barroquismo, como las palabras con que Palas elogia a Demofonte: Y pudieran las vanderas y plumas que su pie rinde en montes de tafetán selvas de pluma fingirse (vv. 69-72). 48. Hispania, 12 (1929), págs. 568-569; la cita en página 563. Es nuestra la traducción de esta cita. «EL ESPOSO POR ENIGMA» 63 Parentesco que están acreditando igualmente algunas de las osadas formulaciones con que se predica de Apolo que: «aora en prados turquíes | luzientes conduce estrellas» (vv. 1057-1058). Bulle por doquier ese sabor gongorino. Como ocurre al referirse Demofonte a la destrucción de Troya y, para ilustrar los destrozos operados mediante la enumeración de tantos cambios negativos como allí se han producido a consecuencia de la guerra, recoge en estos términos las transformaciones de un bello paraje: El jardincico galán, donde açechando otras flores a la temprana açuçena galanteava el clavel joven, ya le pidieron por suyo el enebro y alcornoque, desmintiéndolo jardín y acreditándole bosque (vv. 366-373). Antes, y en el mismo contexto de lamentaciones por esa destrucción de Troya, Demofonte, al decir: «hoy es pastoral albergue | que sólo por verle pobre, | le murmura un arroyuelo | y le silban unos robles», no parece dudoso que está nuevamente pisando huellas del Góngora que, en el Romance de Angélica y Medoro, escribía: En un pastoral albergue que la guerra entre unos robles lo dejó por escondido o lo perdonó por pobre… En línea similar, un oído atento quizá descubra afinidades entre la choza del idealizado Alfesibeo y 64 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE el «albergue a cualquier hora» que cantaba Góngora en verso que funcionaba a modo de estribillo en el cierre de alguna de las estrofas de la primera de sus Soledades. Y el mismo oído comprobará que en la Jornada Tercera, la glosa que se hace a la letrilla «Lo que va de ayer a hoy» (vv. 1729-1753) discurre con manifiesta voluntariedad sobre los versos gongorinos de la letrilla: Aprended, flores, de mí lo que va de ayer a hoy, que ayer maravilla fui y sombra mía aun no soy. Es de notar, por cierto, que esta letrilla se canta y se cita con frecuencia en obras de Lope, Calderón y de otros dramaturgos del Siglo de Oro. No es casualidad que Eunice Joiner Gates haya podido apuntar: «Entre los dramaturgos del Siglo de Oro nadie más gongorista que Calderón»49. Y sirva el haber nombrado nuevamente a Calderón para volver sobre la afirmación que antes hacíamos a propósito de su indiscutible magisterio teatral. Recordemos a ese propósito que Everett W. Hesse, en su artículo: «Calderon’s Popularity in the Spanish Indies», anotaba que Calderón fue «el dramaturgo peninsular más popular en las Indias durante el periodo colonial, si el número de representaciones de sus obras es un indicio»50. Por el mismo estudio sabemos que «se hicieron un total de 358 representaciones de las obras de Calderón 49. «Góngora and Calderón», Hispanic Review 5 (1937), págs. 241-258; la cita en la página 241. Nuestra la traducción. 50. Hispanic Review, 23 (1955), págs. 12-27; la cita en página 12. «EL ESPOSO POR ENIGMA» 65 en México durante el periodo colonial»51. Y curiosamente recoge allí el dato de que una de las representaciones de obra calderoniana, concretamente de El gran Príncipe de Fez, en Lima, tuvo como motivo una circunstancia muy similar a la nuestra; en efecto, estuvo a cargo de «estudiantes del Colegio de San Pablo en Lima, como parte de las ceremonias relacionadas con la llegada de un nuevo prelado»52. «Topoi» clásicos Adscrito nuestro autor y, según vamos viendo, con adhesión plena, a los postulados de la literatura culta, nada tiene de extraño que se dé con entusiasmo al cultivo de algunos de los lugares comunes más trillados por barrocos, renacentistas y clásicos. Quien rivaliza con Góngora emulándole en metáforas y homenajeándole en letrillas, cómo no competirá con él y con tantos otros en el manejo de algunos de los más frecuentados tópicos literarios. Y más si alguno de estos tópicos, muy visitado por los barrocos, también tiene alcurnia renacentista (fray Luis de León) y hasta se remonta a la más noble cepa clásica (que en el caso del locus amoenus, por ejemplo, Horacio y Virgilio sonríen desde los orígenes de nuestra historia literaria). Son dos los momentos en que el autor parece darse con particular dedicación a estas recreaciones de motivos clásicos. En un caso, cuando, diríamos hoy, canta la calidad de vida de quienes 51. Art. cit., pág. 16. 52. Art. cit., pág. 13. Son nuestras las traducciones de los textos de Hesse aquí citados. 66 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE disfrutan del campo, y le vemos, de hecho, trenzar dos tópicos cuyo entrecruce es casi obligado, dada su proximidad: el nombrado locus amoenus más el beatus ille o alabanza de aldea que puede y suele llevar implícito el menosprecio de corte. El segundo momento es cuando, al contemplar a Troya destruida –asunto que por sí mismo es ya tópico literario–, se tiñen sus versos de reminiscencias del ubi sunt, con cadena de quejas y nostalgia de los oropeles que la muerte destruyó. La presencia del primero de los topoi citados, la exaltación de un paisaje idílico, ha sido señalada frecuentemente como lugar común del teatro barroco. «En el teatro del siglo XVII –escribe, por ejemplo, John E. Varey– también podemos ver reflejado ‘el paisaje ideal’, la visión artística de una naturaleza armoniosa, ‘el lugar de armonía cósmica insertado en nuestro mundo de caos’, en palabras de Curtius»53. Cuando nuestro autor introduce el asunto en la Jornada Segunda, admitamos que no hay demasiada justificación temática, en el sentido de que no estamos ante disyuntiva que realmente se esté planteando alguno de los personajes entre seguir con su vida activa e intrigante o cambiarla por la placidez de una existencia campesina. Sin obedecer, pues, a tensiones internas, surgidas de la acción dramatizada, basta que Sigismundo exprese su admiración por el modo de vida del ‘mayoral’ Alfesibeo: «Dichoso tú, que vives con tu suerte | contento» (vv. 732-733), para que el ilustrado campesino se dé al elogio, de enorme belleza literaria, de la vida en sintonía con la naturaleza. 53. John E. Varey, Cosmovisión y escenografía. El teatro español en el siglo de oro, Madrid: Castalia, 1987, pág. 67. «EL ESPOSO POR ENIGMA» 67 Elogio, por cierto, que, tras iniciarse con un axioma rotundo: «Esto es vivir; lo demás, muerte», al incluir inmediatamente la observación de que «la vida alegra el son del caramillo | a la sombra del fresno contemplando | el ganado» (vv. 734-736), contiene un guiño expreso al Virgilio que arrancaba su Égloga I con palabras de Melibeo a Títiro absolutamente próximas a las que aquí leemos54. Es elogio, de otra parte, en que nuestro autor se desenvuelve con magnífico dominio de la expresión y del verso. No hace al caso reproducir completa la larga y hermosa tirada de versos que encontrará el lector a partir del 734 de nuestra edición, y nos limitamos por eso a llamar la atención sobre las variaciones formales que va introduciendo para evitar la monotonía de la larga reata de alabanzas. Si, como leíamos líneas arriba, inicia la loa con un «la vida alegra» para introducir las primeras enumeraciones, en los versos 738 y 740 varía a «da gusto ver». Hay más énfasis, si cabe, en la expresión que utiliza en los versos 742 y 746: «a vida sabe»; expresión que será sustituida por la exclamativa: «¡Qué contento me dan…!», del verso 750. Al cuidado por evitar rutinas formales se une, y con qué acierto, la depurada expresión literaria de los diversos elementos seleccionados para transportarnos 54. La traducción poética de los versos a que hago referencia («Tityre tu patulae recubans sub tegmine fagi…»), la había hecho, entre otros, Juan del Enzina, en estos términos: «Títiro, cuán sin cuidado | que te estás so aquesta haya, | bien tendido e rellanado; | yo triste, descarrïado | ya no sé por dó me vaya. | ¡Ay, carillo!, | tañes tú tu caramillo, | no hay quien cordojo te traya». Citamos por José Mª. Micó, «Verso y traducción en el Siglo de Oro», Quaderns, Revista de Traducció, 7 (2002), pág. 83. 68 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE –y trasladar, por cierto, esas sensaciones a todos nuestros sentidos– el caudal de bellezas allí concentradas: desde el inicial cabritillo travieso, a los pastores altivos y belicosos, las aves de espléndido canto, la amplia gama de flores, plantas y arbustos, hasta culminar con una enumeración de productos marinos que constituyen una seria provocación gastronómica: Y veer por esas playas saltando las centollas y langostas, ensartando en los ramos de las hayas meros, sabogas, hostias y tortugas, verderoles, vesugos y lampugas (vv. 769-773). Cuesta creer que el Sigismundo al que le hacen tal propaganda de estas delicias no dé inmediatas muestras de querer abandonarlo todo por quedarse a vivir entre tanta maravilla (su interlocutor constata, en efecto: «Mas según el semblante que en ti veo | es esto a tus intentos corto empleo»), y habrá de recordarse y recordarnos, como explicación a por qué no se asienta en tal paraíso, que le obliga a seguir su camino la angustia de no saber si su padre vive o está muerto. Al margen de otros topoi literarios que el sagaz lector sabrá identificar, señalaba líneas arriba la presencia del tópico de la destrucción de Troya, de gran fecundidad en las letras occidentales, lugar común que, por su naturaleza, se funde con el más universal y abstracto del ubi sunt. De un lado, abordar un tema tan consustancial a la tradición clásica y poder escribir verso tan definitivo como: «Fue Troya, ya no lo es» (v. 326), le permite a nuestro autor hombrearse con el Virgilio que se «EL ESPOSO POR ENIGMA» 69 había referido a los «campos ubi Troia fuit»55, y al Ovidio que de forma muy parecida, constataba por boca y pluma de Penélope: «iam seges est, ubi Troia fuit»56. Y de otra parte, según adelantamos, el espectáculo de la ciudad destruida le facilita reflexiones sobre la muerte y sobre el olvido que trae consigo. Así puede sentenciar: «todo muere a manos | del tiempo, por cuyo orden | es monte lo que fue llano | y lo que es llano fue monte» (vv. 346-349). Y aún más claramente asoma el aire del ubi sunt en algunos de los versos siguientes: Donde coronó de espigas Ceres a sus labradores oy lo surcan o lo aran bien artillados galeones (vv. 354-357). Métrica Un autor que, en cuantos aspectos venimos analizando muestra una inequívoca adhesión a los valores establecidos en la literatura de su época, es normal que transite igualmente por caminos de habitualidad en lo tocante a la métrica. Y si la métrica del teatro áureo tiene a gala la enorme variedad de metros y rimas, El esposo fingido es muestrario, si no generoso, al menos suficiente de la diversidad indicada. También es indicio de esa tendencia al ejercicio retórico colegial que puede llevar al autor al deseo de mostrar su habilidad técnica y dominio de muchos de los metros que pone a su disposición el acervo teatral áureo. Por eso, en 55. Eneida, III, 11. 56. Heroidum Epistula prima: Penelope Ulyssi, v. 53. 70 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE El esposo por enigma encontramos romances con rima variada –y, por supuesto, empleados preferentemente para las relaciones–, redondillas –incluso heptasílabas–, silvas con abundancia de pareados, sextetos lira, quintillas… Sin que falte el adorno más comprometido de un soneto –para más sorpresa, en boca del gracioso– o la ligereza alegre de un romancillo que, puesto en boca de Atenea, le sirve para autopresentarse en ritmo casi bailable: Yo soy Atenea y danme los hombres (pienso que se engañan) de bella el renombre. Cumplimos gustosos con formalismos establecidos por la costumbre, al editar y estudiar obras del periodo áureo, ofreciendo la métrica de nuestra comedia: 1-116 117-200 201-325 326-421 422-517 518-625 626-725 726-789 790-1066 Jornada I (1-725) Romance (í-e) Redondillas Silva con tendencia a constituirse en silva de pareados (total de versos pareados: 100) Romance (ó-e) Sextetos Lira (aBaBcC) Romance (é-o) Redondillas Jornada II (726-1484) Octavas reales Romance (é-a). Se producen dos interrupciones: 1 soneto (vv. 900-913) y 1 letra de 16 versos, resuelta en romance í-e (vv. 999-1014) 116 84 125 96 96 108 100 64 276 «EL ESPOSO POR ENIGMA» 1067-1310 1311-1358 1359-1374 1375-1484 1485-1552 1553-1683 1684-1758 1759-1849 1850-2041 2042-2207 2208-2231 2232-2353 Redondillas Romancillo (ó-e) Romance (é-o) Silva con tendencia a constituirse en silva de pareados (total de versos pareados: 86) Jornada III (1485-2353) Silva con tendencia a constituirse en silva de pareados (total de versos pareados: 30) Romance (í-a). Lo interrumpe la letra de 8 versos (1662-1669), resuelta en romance (á-a) Quintillas Silva con tendencia a constituirse en silva de pareados (total de versos pareados: 72) Redondillas Romance (ó-a) Redondillas heptasilábicas Romance (é-a) Algunos datos en Romance Redondilla Silva Sextetos lira Quintillas Octavas reales Romancillo 71 244 48 16 110 68 130 75 92 192 166 24 122 porcentaje: 43,1 27,3 16,7 4 3,1 2,7 2 La Loa se resuelve en octavas mixtas, combinación de octava real y copla de arte mayor (ABBAABCC), y la Aplicación, en romance. Hay en el libro altura poética –algunas muestras hemos visto y otras veremos en citas hechas con fines distintos– y hay, al tiempo, excelente dominio de la versificación. Los casos de hipérbaton 72 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE algo violento que detectamos obedecen más a tributo estilístico, tan propio del momento, que a necesidad de violentar la frase para conseguir rima57; rima que a veces se hace rimbombante para dar énfasis a contenidos que lo requieren: Y no es fineça que espanta; antes, es conforme a ley que el que dio la vida a un rey le dé la mano a una infanta (vv. 706-709). Y rima que puede divertirse jugando a sorprender al espectador, al lector y al analista en casos en que conseguir la consonancia parece reto poco menos que imposible. En efecto, al Teseo que humilla ante el poderoso Demofonte: Demofonte, al rey de Tracia rendido tienes aquí, nuestro héroe, hallando una arriesgada consonancia, puede responderle: Pues dame esa vanda, y lleva la vida de gracia (vv. 173-176). 57. Ocurre, por ejemplo, en el verso 2050: «Dos corren promesas tuyas»; o en los versos 1390 y 1391: «bellos texerá laços | para darte dulcísimos abraços». «EL ESPOSO POR ENIGMA» 73 TEATRO Recursos teatrales Como afirmación de partida que buscaremos demostrar, proponemos la consideración de que el autor de El esposo por enigma nos resulta un escritor sólidamente instalado en el arte teatral, buen conocedor de sus usos y, por lo mismo, escritor que, al componer su obra, está prestando atención más que suficiente a los intereses específicamente teatrales de su escritura. Entendiendo, además, que esos intereses son precisamente los que rigen en el teatro barroco, dado que, según venimos comprobando, profesa nuestro autor adhesión inequívoca a la estética barroca. Consecuencia directa de apreciaciones como éstas es comprobar que estamos ante un autor cuya obra abona las convicciones expuestas por Arellano, el cual, en sintonía con tantos historiadores de nuestra escena, nos recuerda que «las piezas dramáticas del Siglo de Oro se escribían, primordialmente, para ser representadas. Su consumo pertenece al territorio del espectáculo, y sólo secundariamente a la literatura»58. Recuérdese en ese sentido que el arranque mismo de la obra supone un saludo al espectador con exhibiciones mecánicas tendentes 58. Ignacio Arellano, Historia del teatro español del siglo XVII, Madrid: Cátedra, 2005 (3.ª ed.), pág. 61. 74 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE a sorprenderle y a cautivar su atención, sumergiéndole, casi por absorción, en las propuestas imaginativas que se ofrecen desde el espacio escénico. Júpiter y Palas, en efecto, se presentan a ojos de los espectadores «en dos pescantes o bofetones que, saliendo de los lados del teatro, se encuentran en el medio. Con discante». Si el discante hace referencia al acompañamiento musical sobre el que discurrirían las palabras de ambos dioses (literalmente sería el sonido de guitarrilla pequeña de tonos muy agudos), los dos elementos mecánicos que nombra son artilugios que permiten incorporar personajes al escenario o hacerlos desaparecer del mismo, sea mediante sistema giratorio (los bofetones), sea mediante súbitos ascensos o descensos (los pescantes). Es el arranque, pues, de la obra, y ya está comprometiendo al espectador con ofertas visuales, distintas a las seducciones estilísticas con que inmediatamente halagará a su oído. Y a lo largo del espectáculo –y de espectáculo es pertinente hablar– volverá el uso del bofetón y se añadirán la tramoya y la apariencia59. Es muy revelador que en una sola pieza, como vemos, encontremos utilizados todos los instrumentos mecánicos que más y mejor caracterizan al teatro barroco. Teatro que por el abuso de tales maquinarias más bien repelía 59. Para los menos familiarizados con aquellos artilugios y sus denominaciones, recordemos que la tramoya facilita la aparición o desaparición de personajes, unas veces por elevamientos o descensos, siempre súbitos; otras, mediante trampa practicada en las tablas para conseguir desapariciones instantáneas. La apariencia, por su parte, es la figura real o, más normalmente, la imagen pintada que aparece a ojos del espectador al correr rápidamente la cortina del fondo. «EL ESPOSO POR ENIGMA» 75 al Cervantes que, recordemos, añoraba tiempos de mayor simplicidad escénica: En el tiempo deste célebre español [Lope de Rueda], todos los aparatos de un autor de comedias se encerraban en un costal, y se cifraban en cuatro pellicos blancos guarnecidos de guadamecí dorado, y en cuatro barbas y cabelleras y cuatro cayados, poco más o menos. […] No había en aquel tiempo tramoyas, ni desafíos de moros y cristianos, a pie ni a caballo; no había figura que saliese o pareciese salir del centro de la tierra por lo hueco del teatro…60. Añadamos, además, que quien opta por componer una pieza protagonizada por dioses y personajes de alta alcurnia, está facilitándose la posibilidad de sorprender a los espectadores con exhibiciones de vestuario muy distinto al del común de los mortales y, por lo mismo, suscitador de 60. Prólogo a Ocho comedias y ocho entremeses nuevos, nunca representados, edición de Florencio Sevilla & Antonio Rey, Barcelona: Planeta, 1987. Y no menor repulsa expresaba el mismo Lope de Vega, cuando en el Prólogo a la Parte XVI de sus comedias (Madrid: Viuda de Alonso Martín, 1621) introducía este diálogo: «Forastero. ¿Qué tienes, qué novedad es ésta, estás enfermo, que parece tocador ese que tienes por la frente? Teatro. No es sino una nube que estos días me han puesto los autores en la cabeza. Forastero. Pues ¿qué puede moverte a tales voces? Teatro. ¿Es posible que no me ves herido, quebradas las piernas, y los brazos, lleno de mil agujeros, de mil trampas y de mil clavos? Forastero. ¿Quién te ha puesto en estado tan miserable? Teatro. Los carpinteros, por orden de los autores». Comentando puntos de vista como los transcritos, Varey (Cosmovisión y escenografía, citado) puede afirmar: «Lope se queja del uso excesivo de las tramoyas, y crea la figura del Teatro, con el vendaje en la frente que simula una tramoya de nube. Se va al teatro ahora más para ver que para oír, dice». 76 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE admiraciones61. Y súmese a los recursos con que se construye la complejidad y riqueza del espectáculo barroco, la utilización de músicas (repetida presencia del discante, la peregrina letra que canta Clarinejo), la reiterada presencia del sonido siempre impresionante de las cajas, y el animado baile que precede al recitado de la Aplicación. Por lo demás, y al margen de las demostraciones técnicas que indicamos, además del vestuario llamativo y costoso y de los efectos acústicos y visuales señalados, el autor se mueve con soltura en el uso de variados recursos teatrales. Es, por ejemplo, de buena estirpe teatral ese arranque de la pieza, en que dioses del Olimpo se personan sobre el escenario de forma súbita, como veíamos, y lo hacen manteniendo una conversación que parece continuación pública y a la vez espontánea de lo que vendría siendo una charla privada; conversación muy próxima a la que sostendría un matrimonio burgués, con intercambio de opiniones a propósito de la boda que planean para Demofonte. Y conversación, digamos también, incurriendo en un glorioso anacronismo, que parece sacada de una alta comedia, de una de esas comedias de salón en que el parloteo refinado y un poco cursi sustituye a la acción (que de acción 61. En la Adición a los festejos, que reproducimos en Apéndice, se nos confirma el impacto que se lograba con el boato formal de las representaciones (y nótese que se hace referencia expresa al vestuario suntuoso): «Alabose la puntualidad y concierto en las entradas, la variedad de las escenas, la majestad de la apariencia y tramoyas, el número de personas que en danzas, representación y acompañamientos pasaron de sesenta, todos con muy vistosas y costosas galas, mudadas de muchos en los trajes para diversos propósitos». Nuestras las cursivas. «EL ESPOSO POR ENIGMA» 77 teatral, confesémoslo sin tapujos, anda más bien escasa nuestra obra). Es también de muy legítima estirpe teatral el uso repetido de la ticoscopia o técnica del relato, hecho sobre el escenario, de acciones complejas o de imposible representación, que discurren fuera del mismo pero que uno de los personajes alcanza a contemplar desde la escena. Utiliza esa técnica Palas muy al principio de la obra para, al narrarle a Júpiter lo que está ocurriendo en Troya, darnos a nosotros las coordenadas espaciotemporales en que discurrirá la obra. Al hacerlo, mezcla con acierto los planos generales («verás la cenizienta | borrasca que a Troya embuelve», vv. 123-124) con otros muy particularizados («quál temerario acomete | quál cobarde se retira, | quál rompe, quál se recata | quál queda herido, quál hiere!», vv. 135-138), hasta cerrarse en la focalización plena sobre quien será protagonista de la obra: Mas entre todos más prueva de corazón y de espada hace aquel cuya celada un monte de plumas lleva. El divino Demofonte es, sin duda, cuyo aliento troyanos de ciento en ciento echa a rodar por el monte (vv. 157-164). De nuevo echará mano del recurso cuando desde el escenario se nos relate el arriesgado enfrentamiento de Demofonte con un oso (vv. 1579 y sigs.). Es técnica que el lector interesado puede ver magistralmente ejecutada por Lope en el arranque de su Peribáñez y el Comendador de Ocaña, 78 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE cuando desde el escenario se nos narra y pondera el valor y riesgo del Comendador enfrentándose a un novillo, tras habernos dado la noticia de los sucesivos destrozos que el animal va causando. La entrada al escenario del Comendador, herido por el astado, funde los dos espacios, el que contempla el espectador y aquel del que le informaban, igual que ocurre en nuestra pieza, en el segundo de los casos citados, cuando se produce el regreso de Demofonte al escenario del que partió para enfrentarse al oso62. Se mueve igualmente con total soltura el autor en las transiciones tanto de espacio (y hay formidables saltos de lugar: del Olimpo a cercanías de Troya; de Troya a Tracia; de idílicos campos a un lujoso palacio) como de tiempo (con no menos formidables elipsis), y hasta ocasionalmente nos parece verle actuar como los buenos dramaturgos de todos los tiempos, los cuales, liberados de la necesidad premiosa de darnos resuelto cada uno de los detalles de la acción y, sobre todo, del modo de ejecutarla en escena, tienden a delegar en el director escénico –o figura equivalente en cada momento– la solución de los problema prácticos. Piénsese, por ejemplo, en el momento en que Atenea, inmediatamente después del verso 1374, decide ocultarse, y el autor con tanta claridad como despreocupación anota: «Escóndese en un bosquecillo que se formará». ¿Cómo se formará? ¿Con qué elementos? Resuélvase en los trámites de la representación. 62. Relato hecho desde el escenario, con similar técnica y también narrando fiesta taurina, lo encontramos igualmente en el arranque de la Jornada Tercera de El caballero de Olmedo. «EL ESPOSO POR ENIGMA» 79 Igualmente, afecto el autor a los recursos más teatrales con que de siempre se ha alimentado la intriga, halla ocasión para incorporar lances que raramente faltan en toda comedia de enredo del periodo clásico: sea el uso de disfraces para entrar sorpresivamente en círculos sociales donde el disfrazado no será reconocido, sea el esconderse aprovechando algún elemento del escenario y, por supuesto, a ojos del espectador, lo cual permite que el escondido sea testigo de acciones o escuche palabras más o menos sorprendentes o comprometedoras y, en ocasiones, que los no escondidos sospechen a su vez alguna presencia extraña. Y todo ello con la complicidad del espectador, invitado a participar activamente en el juego teatral. En nuestro caso, es Atenea quien, ocultada, descubre con asombro la presencia de su amado: «¡Júpiter soberano! | ¿Qué es lo que escucho? | Para creydo es mucho. | ¿Sigismundo, mi dueño | es este?» (vv. 1392-1396). Y el nombrado, en una de las posibilidades que adelantábamos, a su vez malicia: «Alfesibeo, amigo, | ¿no oyes este ruido y este estruendo? | Luchando estoy conmigo | si nos han descubierto…» (vv. 1401-1404). En obra que, según veremos, tiene quizá como mayor defecto la carencia de un conflicto realmente fuerte, son de agradecer estas pequeñas dosis de intriga. Es de interés también llamar la atención sobre un tipo de comportamiento en el manejo de los recursos teatrales que, a nuestro juicio, evidencia el dominio con que el autor se mueve en el terreno de lo teatral, bien por un ejercicio lato de escritura, bien por un magnífico conocimiento del género, si es que no por ambas circunstancias. Nos referimos a la soltura y el humor con que provoca 80 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE rupturas de la ilusión participativa en que usualmente consiste el juego teatral. Encontrarnos una de ellas en la Aplicación, que, al fin y al cabo, es momento en que ya se ha quebrado la convención ficcional y, por lo mismo, la ruptura resulta menos chocante. Pero en todo caso recuérdese que allí Filis, al iniciar la aplicación del enigma previamente dramatizado, simula un fallo de memoria («Olvideme, ¡o confusiones! | Passose de la memoria | y al mejor tiempo faltome»), pide ayuda («¿Ay quien apunte?») y, comprobado que no la obtiene («si nadie me socorre»), se lanza ella misma a desvelar las claves de lo antes planteado: «Diré, señor, que vos fuistes | el sol que las sombras rompe» (vv. 16-21 de la Aplicación). Lo que en ese pasaje, además de algo forzado, resulta menos rompedor, entronca con la línea apuntada de rupturas del convencionalismo durante la representación. Por limitarnos a algunos casos, recordemos cómo el Sacatrapos que, modificando a su antojo la realidad, cuenta el periplo que ha hecho antes del reencuentro con su señor, corona el relato en estos términos: «Llegué calçado de plumas | pensando que estabas muerto; | te hallo vivo…» y, seguro de que al público habrá gustado la gracia del relato que teóricamente venía haciendo a Demofonte, y la astucia con que está vendiendo como modélico su más que dudoso comportamiento, se sale de la convención y, sospechamos que hasta saludando con pícara cortesía al auditorio, reclama descaradamente un aplauso con este quiebro: …y aquí acaba, docto senado, mi cuento (vv. 584-585). «EL ESPOSO POR ENIGMA» 81 Anotemos que estas «salidas» del papel que practica el gracioso ocasionalmente están puestas al servicio de la fluidez en el desarrollo de la acción. El caso más esclarecedor es cuando con ese recurso resuelve Sacatrapos un paso argumental que podría haber resultado tedioso para el espectador. Ocurre que Sigismundo, de entrada fuertemente irritado con Demofonte por creer que ha matado a su padre, inicia una conversación en que ambos habrán de darse las largas explicaciones que los pasen de enemigos a compañeros e, incluso, a parientes; explicaciones ya conocidas por el espectador. Pues bien, al momento de iniciarse la charla aclaratoria y tras la acotación del autor: «Retíranse y hablan secreto», Sacatrapos, que los ve alejarse y parlamentar en creciente armonía, ejerce para el público de informador y comentarista: «Ya escampa… ¡Y llovían guijarros!» (v. 892) y, para salvar con cierta credibilidad el lapso temporal que requiere una conversación como la que han de mantener para informarse mutuamente de las extrañas circunstancias que van a amigar sus vidas, Sacatrapos cubre la necesidad de hacer verosímil ese lance argumental, dando rienda suelta a sus «furias ciegas» y hasta avisándonos de que va a desahogarse con un soneto. Soneto que es, por cierto, quejumbrosa interpelación al autor: Poeta de los diablos, que a ser llegas poeta de arrapiezos y de arapos, ¿cómo metes al triste Sacatrapos en estas borrascosas segarregas, a pique de quedar en las refriegas en más añicos que los espadrapos? (vv. 902-907). 82 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE Y soneto, a cuyo final ya resulta más digerible –dentro, claro está, del convencionalismo con que discurre el tiempo en el teatro– que regresen a primer plano quienes se retiraron a hablar, y es igualmente más aceptable que cuando volvemos a oírles, esté lograda la reconciliación: SIGISMUNDO DEMOFONTE ¿Que no mataste a mi padre? No le maté, aunque pudiera. Como cierre de estas observaciones y recordando el tono con que Sacatrapos increpaba al autor, anotemos también cuánta osadía hay dentro de estas rupturas del convencionalismo teatral, en los momentos en que nuestro personaje –porque siempre es el gracioso quien salta las fronteras de la convención teatral– se encara con su creador, recriminándole que le haya creado como personaje condenado a pasar hambre. No sacaremos las cosas de quicio, pero será muy alabado que, algunos siglos después, Augusto Pérez, en Niebla, se encare con Unamuno, exigiéndole trato distinto al que le viene dando. Nuestro gracioso llegó a esto: ¡Válgate el diablo, el poeta, que siempre tengo de ser lacayo de segarregas, que no me hiciera frai Torta de algún santo anacoreta, que me entregara las llaves de la coçina y despensas! (vv. 893-899). «EL ESPOSO POR ENIGMA» 83 El gracioso Ese buen conocedor del género teatral que demuestra ser el autor de El esposo por enigma tiene bien estudiada y entendida la figura del gracioso y, sin añadirle un ápice de creatividad, construye una réplica muy fiel del modelo que encuentra magníficamente perfilado en la comedia áurea. El nombre que le adjudica es el término con que se designa el instrumento utilizado para sacar los tacos de las armas de fuego o para limpiar escopetas63, si bien el Diccionario de Autoridades, ya en 1739, daba como segunda acepción, la de «sujeto que con arte o maña saca de otro lo que pretende»; significado este desde el que se explica bien la conexión con los perfiles del pícaro. El conjunto de rasgos con que se caracteriza a Sacatrapos es, según adelantamos, muestra de la magnífica asimilación que hace el autor de la panoplia de recursos que le ofrece la comedia del siglo de oro. Incluso le adjudica algunos de los caracteres no tan habituales en la figura del donaire aunque sí en otras figuras generadoras de comicidad en la literatura del periodo (y de tantos otros, incluido el de la clasicidad latina). Dos rasgos, en efecto, que van más allá de los habituales en el gracioso, pueden ser su profesión de tabernero 63. Con función semejante aparece citado el vocablo en las Ordenanzas para el gobierno del obispado de Michoacán que dictaba en 1642 nuestro fray Marcos Ramírez de Prado: «Item mandamos que las pilas del bautismo […] tengan sus sumideros para que se consuma el agua y para este efecto se haga una bara (sic) de madera con un garabato de yerro que llaman sacatrapos». (Jorge E. Traslosheros, «Por Dios y por su Rey…», art. cit., pág. 432). 84 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE –exhibida ocasionalmente a puros efectos humorísticos– y, en segundo lugar, la asunción plena de todos los tópicos del miles gloriosus. Es en el arranque de la obra cuando el gracioso, por salir de un apuro se mete en otro peor, afirmando que lleva consigo una importante cantidad de dinero. Preguntado por el origen de esa riqueza, se lanza a explicar: «Señor, fui tabernero». Y al tiempo confiesa cierta vocación de aguador de líquido tan preciado como explicación a su enriquecimiento: De dos pipas hacía cuatro pipas, con que ya sabe que lo hurté a las tripas (vv. 270-271). Más juego cómico le dan las exhibiciones de bravuconería. Sea cuando hace afirmaciones groseramente infladas: «que he muerto más troyanos | que tengo dedos en los pies y manos» (vv. 205206), sea cuando hasta se permite detallar con pormenores el modo de tanta hazaña: A unos volava de un tajo toda el alma y medio cuerpo, que bolar un braço es cosa que la hiciera con un dedo. A otros desde la cabeça los dividía por medio y parados se quedavan aunque se quedavan muertos (vv. 538-545). Y pese a que lectores y espectadores tienen indicios más que suficientes para entender que nuestro héroe está mintiendo, el autor no se priva de aclararlo, dándonos noticias ocasionales de la «EL ESPOSO POR ENIGMA» 85 mucha cobardía con que va por la vida Sacatrapos. Sirva de muestra su primer encuentro con Sigismundo, que se muestra inquisitivo y violento, y le apremia bajo amenaza a declarar quién es. Nuestro gracioso, sin sonrojo alguno, manifiesta: Señor mío, yo cierto que hablaría más que un barbero o sastre, mas temo algún desastre, y primero querría saber de quiénes es vueseñoría, porque dé donde diere seré de donde vuestra alteça fuere (vv. 241-247)64. Tal cobardía puede incluso haberle salvado la vida, según podríamos colegir de sus impúdicas confesiones. Que, rodeado de llamas en el momento culminante de la destrucción de una Troya «con el fuego hecha una yesca», él sobrevivió sin problemas gracias a la defensa que le proporcionaban las humedades fisiológicas causadas por sus miedos: «estávanse mis calças muy mojadas» (vv. 912-913). Naturalmente, si afirmamos de él que reproduce con toda fidelidad el paradigma acuñado por el teatro del momento, es obvio que no le faltarán ocasiones para jugar humorísticamente con el hambre, objeto, como sabemos, de continuada explotación cómica en aquel teatro. De los varios 64. La cómica amoralidad y disposición a la mentira, de que aquí hace tan palmaria exhibición, será fuente de humor en otros momentos. En ocasión en que transmite datos ajenos, difíciles de creer, remata su exposición en estos términos: «Si miente o no, Dios lo ayude, | (como a mí, que también miento)» (vv. 596-597). 86 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE momentos en que nuestro antihéroe se queja del hambre, selecciono como muestra el caso en que, nombrando las figuras que pueden darse en la comedia, él interesadamente desearía: que Doña Sinalefa se hiciera, que es figura que come quanto halla, aunque sea un montante y una malla, y quiçás a comer me combidara… (vv. 1826-1829). Además, en línea con tópicos de la literatura del periodo, y aun de todos los tiempos, hace partícipes de su estado de necesidad a los poetas, dando por hecho que quien se dedica a las letras, pasa necesidades. En un momento en que, en contexto humorísticamente disparatado, habla de un alma, y de un alma de buen aspecto, por bien alimentada, aprovecha para comentar: Si fuera de un poeta, esa sí que estubiera recoleta de carnes y de talle muy fruncida; porque no come más toda su vida sino unas pechuguitas de lombriçes con un ajonjolí y unos aniçes (vv. 304-309). Como no menos tópica resulta la irónica referencia al hambre que pasan quienes se empeñan en aparentar formas de vida no coincidentes con sus penurias. Así, el generoso hospedaje dispensado por un pastor acomodado le facilita esta pulla: Alfesibeo, que nos hiço aquella noche pastoril acojimiento, «EL ESPOSO POR ENIGMA» 87 y no digo cortesano porque nos dio cabra y queso, y si cortesano fuera cenáramos sólo viento (vv. 563-569). Anotemos, al paso, que algo criticables pueden parecer los casos en que Sacatrapos es utilizado como vocero de chistes que no nacen de situaciones de la propia comedia sino que podrían aparecer en muchos otros contextos de muy distinta naturaleza. Porque chiste no enraizado en la trama es el modo en que el gracioso ayuda a identificar a un personaje, señalándole de lejos: ¿Ves aquel viejo espichado que en la barba representa a un bisbirindo de cabras y a una tresquila de ovejas? Pues no es él, el otro es (vv. 806-810). Igualmente chiste de raigambre clerical y literaria, y que ha vivido en páginas de muy distintas intenciones, es atribuirle a la esposa de Eneas el ir, según relato de Virgilio: «buscando a su marido, el pío Eneas, | diciendo: ‘Pío, pío’ | como si fuera pollo con resfrío» (vv. 264-266). Es difícil, en efecto, no acordarse del Quevedo que, en El alguacil endemoniado, decía Al pío lector: «Y si fuéredes cruel y no pío, perdona, que este epíteto, natural del pollo, has heredado de Eneas». Aunque quizá el caso más evidente de material chistoso transportado sin mucha justificación a la obra es el relato, por otra parte magnífico desde el punto de vista de ingenio 88 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE expresivo, de las ventosidades repetidamente emitidas por un potro: Un potro por los cóncabos traseros destosiose sin más alabarderos, y como estamos hechos que a qualquiera rumor el corazón se nos altera, despavorido desperté al instante, cuando oygo por la cola el consonante del ruydo que me asusta, porque el potro asegundó con uno y aun con otro (vv. 1797-1804). Es lo cierto, según vemos, que en todos los casos, se trate de material humorístico bien incardinado en el argumento de la obra, o sean incrustaciones más o menos gratuitas, la eficacia expresiva, la exhibición de ingenio justifican sobradamente su inclusión. Estamos, en definitiva, ante un tipo que suscita de continuo nuestra simpatía, bien cuando exagera al describirnos la talla de los insectos que sufre en el pajar donde duerme: «que hay pulga que se lleva un hombre a cuestas» (v. 1799), bien cuando halla forma tan plástica como ésta para referirse al amargo final que teme para sí en caso de reencontrarse con el airado Sigismundo: ¡…si él está ya en su reyno, me mandará de una encina alargar el tragadero! (vv. 613-615). Teoría de la comedia Si proponemos para este epígrafe un título como el que precede, pese a su pretenciosa apariencia, es únicamente con el propósito de subrayar «EL ESPOSO POR ENIGMA» 89 cómo en esta curiosa obra, tan afecta, según vamos viendo, a los postulados y prácticas del teatro barroco, se airean también, aunque sea en pequeñas dosis, puntos de vista que constituyen reflexión sobre el género teatral, en línea no sólo con preceptistas y autores del periodo, sino también, presumiblemente, con deliberaciones que podemos sospechar –en algunos casos, asegurar– como propias de la erudición jesuítica y, en concreto, del aprecio al teatro como instrumento muy apreciado en la formación de sus miembros. En la pieza tenemos noticia de teatro dentro del teatro aunque el autor no dé el paso de ejecutar, siquiera en alguna pequeña ráfaga, la representación que se comenta. Se trata de una velada teatral en el palacio real de Teseo, con la ingeniosa particularidad de que los personajes que salen de la representación, preguntados por el título de la obra vista, dirán haber asistido precisamente a El esposo por enigma. Y es buena prueba de la madurez del género y de la firmeza de las convicciones estéticas del autor y del selecto público para el que escribe, el permitir al gracioso Sacatrapos reírse de la comedia en cuestión –no olvidemos, la que escribe quien así hace hablar al figurón–. Se trata, eso sí, de bromas cerradas, de alcance muy reducidamente escolar. Ocurre, en efecto, que no le atrae el título a nuestro hombre y con desdén apunta: Pues a esa comedia, illustre príncipe, que a verla vaya Doña Metonimia y Doña Antonomasia y Don Sinécdoque, y con Doña Metáfora, don Sístole (vv. 1818-1821). 90 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE De otra parte, si antes de representarse la comedia, al referirse, pues, a que habrá teatro en la corte, se pondera «que es saçonada fiesta | a un rey una comedia, si es honesta» (vv. 1814-1815), entre los comentarios de quienes salen de la representación destaca la reflexión de Teseo subrayando las similitudes entre vida y teatro (en ambos casos, existencia con disfraces); reflexiones de raigambre neoestoica, de carácter tópico, desde luego, y ciertamente de clara prosapia barroca. Eso sí, alcanza momentos de gran altura poética cuando la referencia es al poder igualador de la muerte, al final, pues, de la representación, cuando caen los disfraces, y: ni el galán de galán viste ni el soldado el color vario; antes, tan igual blasona la muerte en lo que baraja que guarda en la misma caja el cayado y la corona (vv. 1932-1937). A nosotros, oída esa prédica que no tiene más novedad que los hallazgos formales que contiene, nos resulta de más interés escuchar la glosa de Filis a la comedia como género, para comprobar cómo, al elogiarla desde perspectiva puramente estética, alaba su capacidad de facilitarnos modos de evasión: Mientras la trama se atiende y se atiende a la alusión, las causas de su aflicción la imaginación suspende (vv. 1854-1857). Y alaba los sistemas por los que el autor capta la atención («aquel notar en qué para | con un «EL ESPOSO POR ENIGMA» 91 acesido ansioso | el enredo artificioso», vv. 18581860), haciendo especial hincapié en la habilidad del comediógrafo para enredar la trama, teniendo siempre una salida en la recámara: aquel veer cómo el poeta en un laço el pie metió y que luego se escapó con una donosa treta (vv. 1866-1869). Pero también Filis acaba cayendo en consideraciones morales y didácticas, y por eso sus disquisiciones a propósito de los efectos terapéuticos del teatro como arma para combatir la melancolía y, sobre todo, a propósito de la ejemplaridad derivada de los casos que vemos representados en el teatro. Se trata, y es de interés subrayarlo, de una justificación evidente y expresa a favor de la utilidad pedagógica del teatro, esencial en los preceptos de la Ratio Studiorum jesuítica. Su reflexión, basada en que el aplicado espectador está invitado a entender que «como aquellos seré yo | si fuere yo como ellos» (vv. 1904-1905), termina con la inevitable cita ciceroniana: que una comedia advertida es espexo de la vida (vv. 1907-1908). Y, para quien está exhibiendo su arte ante un auditorio selecto de clero culto, ¿puede haber placer superior que hacer hablar a uno de sus personajes apropiándose de pensamientos y palabras del venerado Marco Tulio? * * * 92 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE Es fácil confirmar que estamos, según hemos venido anotando, ante comedia nacida en dependencia absoluta de unas circunstancias. Ante comedia de argumento construido para acoplarse alegóricamente al perfil humano y religioso y a la trayectoria biográfica del obispo al que se homenajea; obispo, por cierto, que históricamente nos aparece como auténtico príncipe, a la par eclesiástico y seglar, lo cual facilita el coqueteo de la obra con la mitología pagana. Y si, desde el punto de vista literario y teatral, podemos convenir que estamos ante pieza digna de conocimiento y de estudio, ¿significa ello que la encontramos carente de defectos? Los hay, claro está. Como crítica menor, y en cierto paralelismo con el material de comicidad mostrenca que se le adjudica a Sacatrapos, señalemos la presencia de las que podríamos llamar frases de autor, es decir, sentencias que, como apuntamos a propósito de algunas de las comicidades del gracioso, podrían tranquilamente migrar de una comedia a otra, contribuyendo a la impresión de que hay en la obra acopio de materiales interesantes pero quizá ausencia de un motivo principal que los individualice y dé pleno sentido dentro de la pieza. La impresión de toparnos con alguna de esas frases de autor se produce ante reflexiones como la que Flora hace a Filis cuando, para aconsejarle que no se mortifique con malos augurios no confirmados, le ilustra: A un acreedor tan austero no pagues adelantado, que aun después de muy llegado es bien negar el dinero (vv. 1191-1194). «EL ESPOSO POR ENIGMA» 93 O ante sentencia como la acuñada por Sigismundo: «La lengua de un noble | es de acero en sus ofensas»; redonda frase que aquí luce tanto y con tanta pertinencia como lo haría, pongamos, en más de un centenar de obras del periodo. Pero el principal defecto, sin lugar a dudas, es que estamos ante una construcción artificiosa, puro juego cerebral, casuístico y muy ceñido a unas circunstancias tan concretas como las que expusimos. Según hemos comprobado, hay muchos elementos de buen teatro, pero no hay un asunto, intriga o argumento que les dé razón y los potencie, infundiéndoles soplo creativo. No hay conflicto que tense la acción, pues no lo es que Palas al comienzo de la obra discrepe mínimamente de la voluntad de Júpiter respecto a con quién debe casarse Demofonte ni cautiva realmente nuestra atención ninguno de los pequeños episodios o percances de que se nutre la trama. En consecuencia, no hay creación de personajes, de caracteres bien individualizados que sustenten la acción y se involucren de verdad en un conflicto casi inexistente. Los habitantes del Olimpo nunca desdicen lo esperable de unos dioses de cartón piedra, y tanto pastores como damas y caballeros se corresponden con el patrón que dócilmente están replicando. Que Sacatrapos resulte brillante en ocasiones confirma que el autor es capaz de deslumbrarnos en el nivel formal, pero tampoco en su pintura ha conseguido una individualización reseñable. Eso sí, a falta de valores o novedades de contenido, es, como decimos, en el nivel formal donde pueden encontrarse los méritos del escritor. Es decir, que Demofonte, guerrero, actúe en todo momento como se espera del tópico caballero 94 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE ejemplar, sólo tiene el aliciente de que en algún caso alcance belleza y eficacia expresivas, como cuando le oímos exclamar en pleno combate: ¡Rinde, troyano, a mis bríos la espada, y cruza las manos! ¿Qué sois quatro mil troyanos para quatro golpes míos? (vv. 165-168). Argumentalmente, la obra pende, en cuanto a intriga, del interés por cómo se desvela un enigma que puede resultar más o menos oscuro pero en ningún caso apasionante, pues no vivimos la tensión de que afecte a la suerte vital de las personas. La obra, por todo ello, entretiene, y de forma válida, al destinatario culto, y hubo de entretener y resultar simpática y aguda a sus primeros y naturales receptores, aquellos que, además de admirar la propiedad con que se aplicaba el curioso enigma a la trayectoria del obispo, podían identificar circunstancias concretas que estaban a su alcance. Estamos, en su conjunto, ante uno de esos casos en que un escritor asimila perfectamente el estilo y conceptos dominantes en su época y es capaz de producir réplicas absolutamente fieles a los modelos imitados. A nuestro desconocido autor quizá puede aplicársele aquella observación que Pedro Salinas acuñó para definir las limitaciones de Jorge Manrique en cuanto autor de un muy convencional Cancionero. Lo definía como un magnífico muestrario de poesía cortesana, pero echaba en falta la incorporación total del autor, su adhesión íntima a lo que escribe. «Nos hallamos, concluía, ante un caso obvio de tradición poética «EL ESPOSO POR ENIGMA» 95 pasivamente restaurada»65. La apreciación puede trasvasarse sin el menor retoque a lo observado en nuestro autor. Claro que Manrique se redimió componiendo aquellas Coplas que rompían con todos los clichés poéticos del periodo. Ignoramos nosotros si este anónimo escritor pudo, supo y quiso recorrer algún camino realmente personal. Nuestro autor, magnífico orfebre y endeble creador, nos ha dejado una poderosa muestra de teatro escolar y jesuítico, que sustancialmente consiste en la construcción de una pieza con todas las características del teatro histórico, con la particularidad, eso sí, de que los protagonistas del acontecimiento histórico son aquí, en curiosa aleación, dioses del Olimpo, algún héroe más o menos inventado y pastores de perfiles netamente librescos. Con esos materiales ha jugado a construir una pieza en que exhibe habilidades, sin capacidad para insuflarle la vida que derivaría de un argumento poderoso. Compuso una obra, y de ello proceden sus limitaciones, que es juego de ingenio, y solo de ingenio, a la busca de dialogar con el ingenio, y solo con el ingenio de los destinatarios. Principalmente por ese motivo El esposo por enigma difícilmente puede vivir, como artefacto teatral autónomo, fuera de las circunstancias para las que fue concebido. 65. En Jorge Manrique o tradición y originalidad, Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 1947, pág. 42. CRITERIOS DE EDICIÓN La edición de un manuscrito como el que nos ocupa suma, a los problemas específicos de poner en circulación un texto áureo, los derivados de su condición teatral. Hay que optar por dar preferencia al concepto de texto o al de teatro para leer. Y, al margen de la opción elegida, hay que resolver la cuestión de introducir o no criterios de modernización gráfica y ortográfica. De las soluciones que aquí hemos adoptado, dejamos constancia a continuación. La opción de modernizar grafía y ortografía del texto (que le evita al lector actual barreras que no existían para un lector del XVII) acarrea la pérdida de información filológica que puede ser de gran interés para un tipo de estudiosos. La opción contraria –la reproducción casi paleográfica– corre el peligro de consagrar convenciones gráficas y opciones personales de un copista que trabaja, y eso es obvio en nuestro caso concreto, en circunstancias de notable falta de regularización ortográfica. Para hallar una solución de compromiso entre modernización y 97 98 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE old spelling, y asumiendo el riesgo de dejar a tantos conformes como insatisfechos, hemos optado, de entrada, por transcribir el manuscrito con la máxima fidelidad, manteniendo incluso los múltiples casos de alternancia gráfica en la misma palabra (Athenea / Atenea; siencia / sciencia) o en las formas verbales de un mismo verbo (bolverá / volverá; haber / aver, etc.). Así, el lector avisado, tras el esfuerzo por superar las barreras a que hacíamos referencia, obtendrá como fruto el disponer de datos que le permiten leer el texto desde la perspectiva que considere oportuna: historia de la lengua, hábitos gráficos, particularidades nacionales, etc. La reproducción fiel del texto que practicamos permite comprobar y analizar errores ortográficos derivados del seseo del autor, del copista o de ambos, resultando así convenientemente testimoniado ese importante rasgo lingüístico. Es el caso de palabras como: acesido, apetesco, bisarros, biscocho, cenceña, conoscas, crescas, estremescan, estremesco, floresca, has, jasmín, júsgala, jusgo, meresca, ofresco, ofrescamos, paresca, paresco, pellisco, perescan, pesuñas, risos, rodesno, rosagante, sincel, sodiacos, siencia. Menor presencia hay de casos en que el fenómeno del ceceo provoca que la s se transcriba como z (o como c en los grupos ce, ci): concejeros, concejo, iglecia, sociégate, sociego, zaña, cornizas, borzores. De igual raíz, pero un punto más complejo, es el error cometido al escribir con c las palabras anices y reveces. Aparentemente se está facilitando la rima consonante con lombrices, en el primer caso, y con veces, en el segundo. Pero lo cierto es que el seseo lógicamente aplicado a lombrices y veces iguala plenamente el sonido de esas palabras con las forzadas anices y reveces. Por «EL ESPOSO POR ENIGMA» 99 el mismo fenómeno igualatorio del seseo riman versos terminados en -aço, -aso y -azo. La misma voluntad conservadora permite la presencia de algunas formas irregulares que caracterizan el habla de algún personaje: cárceres, vindemiada (habla de gracioso), vírgines, huapos (‘guapos’ en gracioso), tradusgo, escuso. Mínimas matizaciones a la fidelidad por la que hemos optado, son las siguientes: A) Modernizamos la puntuación y el uso de mayúsculas, aplicando la norma actual. Con respecto a la puntuación, hemos buscado el equilibrio entre una puntuación semántica, esencial para desentrañar el sentido de algunos pasajes, y una puntuación rítmica, en atención a que se trata de versos para ser leídos en voz alta (o voz alta interior). B) Regularizamos el uso de u/v e i/j en posiciones vocálica y consonántica. C) Desenvolvemos las abreviaturas convencionales (Illmo., Cia.) sin hacer ninguna indicación. De forma similar, separamos formas que se escriben unidas en el manuscrito (porque, siempre junto, es trascrito porque, por que, por qué, según los casos) y juntamos los adverbios terminados en -mente, según el criterio actual. Mantenemos las amalgamas de preposición y artículo o pronombre (deste, dél, della, etc.)1. D) Únicamente hemos corregido el texto que, por lo general, merece todo tipo de elogios, en tres casos. (a) En el verso 170, parece obvio que el copista 1. Estos criterios aplicados a la edición del manuscrito se respetan igualmente para la reproducción del impreso en el Apéndice. 100 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE comete un lapsus cuando al belicoso Demofonte, que se enfrenta a Teseo, le hace decir: «¿A Demóstenes conoces?». Su rival acaba de intimidarle con un: «¿Conoces, griego, a Teseo?», y lógicamente el protagonista de la obra le replicará con exhibición de su propia persona: «¿A Demofonte conoces?». (b) En el verso 1964 pasamos el desde que allí se lee, al dende que parece hacer más sentido en la enumeración de errores de expresión que, dice Atenea, le ha corregido su culto hermano. (c) Y finalmente nos arriesgamos a una tercera corrección, ope ingenii, cuando encontramos los versos 347-348 formulados de la siguiente manera: En fin, todo muere a manos del tiempo, por cuyo orden es monte lo que fue llano y lo que llano es ya monte. El cuarto verso de la serie transcrita es llamativamente tautológico y defectuoso, y desdice del buen nivel estilístico del resto de la obra. Considerando que puede tratarse de un error de la copia, nuestros lectores encontrarán: En fin, todo muere a manos del tiempo, por cuyo orden es monte lo que fue llano y lo que es llano fue monte. En otro orden de cosas, al tratarse de la edición de un texto teatral, incorporamos algunas convenciones editoriales: editamos los apartes, tal y como nosotros los identificamos, entre paréntesis, prescindiendo de cualquier otra indicación, y con la misma voluntad de favorecer la lectura y comprensión de «EL ESPOSO POR ENIGMA» 101 las circunstancias teatrales, incorporamos el criterio de escena, inexistente en el original, editando entre corchetes la aparición de cada una de estas marcas (corchetes que igualmente utilizamos al incorporar el nombre de Sigismundo antes del verso 1759, para corregir una omisión del copista). Las didascalias se reproducen en cursiva. Y, dentro de la línea de máximo respeto al texto, damos el elenco de intervinientes o dramatis personae, tal como aparece en el manuscrito, pese a entender que haría más justicia a los usos teatrales una confección del listado con otro criterio. En beneficio de la mejor composición e imposición de página reducimos abreviando los nombres de los personajes, en línea, por cierto, con lo queya ocurre en el manuscrito. Hemos separado los versos que se parten en el parlamento de dos personajes distintos, sangrando su segundo segmento para que se perciba visualmente la pertenencia al mismo verso. El manuscrito copia estos casos a renglón seguido. Hechas estas precisiones, en la transcripción de la Comedia solamente incorporaremos notas con aclaraciones léxicas (que, si no se hace otra indicación, se basan en diccionarios comunes: RAE, Autoridades) o que faciliten la identificación de personajes, con renuncia a cualquier otro tipo de aparato erudito. Anotamos finalmente que, pese a ser inédita la obra, y según ya indicamos en el estudio introductorio, Joaquín de Entrambasaguas publicó la Loa y la Aplicación en su obra sobre los Ramírez de Prado. Dejamos constancia de las siguientes discrepancias de lectura (damos en primer lugar la nuestra, seguida de la suya). 102 HISTORIAS Y CONTEXTOS DE En el texto de la Loa: grevas / grecias (v. 12); en las que / en los que (v. 26); piélagos / piélago (v. 28); bien aya / bien hayas (v. 30); clave / llave (v. 68); te aclama / le aclama (v. 71); Atendedle / Atendedlo (v. 87). En la Aplicación: Passose / Passase (v. 17); A tantas / A tantos (v. 25); con las demás / con los Demos (v. 51); Ya Júpiter / Y a Júpiter (v. 59); un Licurgo/ un tiempo (v. 62); un ramo / un Rama (v. 75); Será pompa / Seca Pampa (v. 85). EL ESPOSO POR ENIGMA COMEDIA FAMOSA EL ESPOSO POR ENIGMA Que dedicó y representó el Collegio de S. Pedro y S. Pablo de la Compañía de Jesús al Illustríssimo y Reverendíssimo Sr. D. Fr. Marcos Ramírez de Prado Obispo de Mechoacán, con la flor de sus estudiantes, en concurso de la nobleza desta Corte viniendo su Illustríssima a México por Visitador de la Cruzada. Interloqutores Demofonte Júpiter Filis, infanta Pallas Flora, criada Teseo, rey Athenea, princesa Sigismundo, príncipe Sacatrapos, lacayo Alfesibeo, mayoral Damintas, Silvio, Clarinejo, pastores 105 106 EDICIÓN DE LOA Crespo el faldón, ensortijado el pelo, pendolea el penacho tremolante el Águila Caudal, vajel boyante, poco leído en Ícaro su buelo. Ya su acesido1 real y noble zelo grande altura escaló del inconstante piélago vagoroso. ¡O, quánto es corta esfera al que vajel sus ondas corta! Una nube vistió de una acerada color todas las armas, corpulento gigante armado, béllico portento desde las grevas asta la celada. No teme el ave a la que nube armada en la campaña se plantó del viento; antes, quando a la nube armada nota de su cimera fue parda garzota. Desde tanta eminencia al sol se atreve, encara en él la vista tan atenta que ya no sólo rayo a rayo cuenta su luz, mas rayo a rayo se la bebe; quemósele la pluma, ¡o fuego aleve! a la pluma dos veces cenicienta. Con todo, al sol se acerca y solo teme no se le quede rayo aunque se queme. La vista coronó de resplandores en las que el rubio sol púrpuras raya. 1. ‘Anhelo, ansia’. 5 10 15 20 25 «EL ESPOSO POR ENIGMA» ¿Qué importa que la pluma ardido aya abrasándose en piélagos de ardores? Ella logró sus altos pundonores, mató su sed hidrópica. ¡O, bien aya hipo2 tan generoso, pues en suma logró la vista, si quemó la pluma! Illustríssimo Príncipe, ya veo mi despeño en la púrpura luciente que os ciñe en puro rosicler la frente dos veces sol, en uno y otro empleo. Con todo anhela a tanto mi deseo que por goçar la luz del sol ardiente, olvida de la pluma los desmayos, açendrando la vista en esos rayos. Templad, señor, templad el encendido resplandor, en que ya la vista inflamo, ramo os queremos, ¡o florido ramo!; prado os queremos, prado bien florido. prado, ya de el temor seguro olvido; ramo, de protección dulce reclamo. Ramo y prado de cuyos altos loores cojemos frutos y goçamos flores. De la virtud el lustre que os abona, la prudencia divina que os exalta, la nobleza acendrada que os esmalta, la Relligión excelsa que os corona, el gobierno acertado que os pregona, el constante tesón que nunca os falta, la púrpura flammante que os matiça y la fama immortal que os eterniça, Ramos son deste tronco esclarecidos, frutos son deste ramo saçonados, 2. ‘Ansia, deseo intenso’. 107 30 35 40 45 50 55 108 EDICIÓN DE brotes son deste prado bien logrados y partos deste prado bien nacidos. Dícenlo los officios repetidos que del Quarto Monarca3 los cuydados os cometen, teniendo en sus deseos devido galardón vuestros empleos. Por aliviaros, pues, del peso grave el festejo os dedica deste día de Jesús la Sagrada Compañía en que de su afición echa la clave. Góçase aqueste día que le cabe el veros, y con muestras de alegría noble te aclama, excelso, afortunado por la dicha que en veros ha gozado. Antes que el sol allá en el orizonte las Pías espumantes desenfrene4, la virtud que en tan alto puesto os tiene veréis en el famoso Demofonte; altivo cedro, en encumbrado monte le ensalçó la virtud, que en vos se aviene tan a lo igual con él, y tan de un modo que Demofonte parecéis en todo. No os podemos servir con más agrado que con una bellíssima, una propia imagen vuestra, bien sacada copia que en poco tiempo obró mucho cuydado. Ínclito Demofonte afortunado en todo se os figura y se os apropia. Atendedle, señor, pues por lo menos, si vos le veis, será con ojos buenos. 60 65 70 75 80 85 Éntrase. 3. Felipe IV, reinante cuando se compone la pieza. 4. Pías espumantes son las yeguas (o caballos) que tiran del carro del sol; espumantes, porque al salir el sol parecen cabalgar sobre la espuma del mar. «EL ESPOSO POR ENIGMA» 109 PRIMERA JORNADA [Escena 1.ª] ❧ Aparecen JÚPITER y PALLAS en dos pescantes o bofetones que, saliendo de los lados del teatro, se encuentran en el medio. Con discante 5. JÚP. Filis ha de ser su esposa, que la hermosura de Filis, como tú, Pallas, no ignoras, es quanto puede decirse. Bien has visto de su rostro las dos rosas carmesíes ser el mayo de los mayos y el abril de los abriles. Ya me ha dado alguna quexa el sol, de que en competirse a sus rayos soberanos es su cabello algo libre. Su nobleça es bien notoria, pues aunque hidalga se afine, la de un dios puede su sangre ser púrpura de su tinte. Su discreción ya la sabes, sabiendo en ella avenirse magestosas humildades y magestades humildes. 5 10 15 20 5. Los términos pescantes, bofetones, discante, así como tramoya y apariencia han sido comentados en el estudio introductorio. 110 EDICIÓN DE El gallardo Demofonte esposo ha de ser de Filis y esto de quánto le estimo sea testimonio firme. PAL. Júpiter Altisonante a cuyo imperio sublime tiembla el cielo, y del Averno las hondas cárceres gimen, Dioses y Diosas están… 25 JÚP. ¡Pallas, Pallas, no repliques a mi imperio, que ya sé que las deidades lo impiden! No pierde, no, Demofonte en desposarse con Filis, y que la estime yo basta para que todos la estimen. Pero con todo, deseo, Divina Pallas, oírte lo que los Dioses alegan que este desposorio impiden. 30 PAL. Si de Filis la ermosura como tú, Júpiter, dices, es quanto pensarse puede y quanto puede decirse, el gallardo Demofonte comparaciones no admite, porque se llueven las gracias en sus años juveniles. Decirte de su nobleça fuera aora referirte que del Sol los resplandores en rosicleres se tiñen. Tanto blasón soberano, tanto esclarecido timbre, tanta de su descendencia púrpura de fino tinte; 35 40 45 50 55 «EL ESPOSO POR ENIGMA» tanta prodigiosa hazaña y tanta empresa sublime, tantos muros asaltados, tantos vencidos fortines, tanta cimera abatida y tanto penacho humilde, tanta vandera arrastrada su pie vencedor oprime que pudiera el caos informe menos confuso sentirse de que con tanto destrozo confusiones le compite. Y pudieran las vanderas y plumas que su pie rinde en montes de tafetán selvas de pluma fingirse. La capacidad del joben solo Ulisses la predique, pues le consulta advertido en sus peligros Ulisses. Estudiante le admiró la Grecia, Academia insigne de las Letras y turquesa de los ingenios sutiles. De mis campos trasplantose a las campañas horribles de Marte, donde ganó fama inmortal, nombre insigne. En el incendio de Troya oy ha hecho que se admire Aquiles de su valor cuanto Héctor del bravo Aquiles. Por esto piensan los Dioses que aunque Filis, como dices, es mucho, pero, en fin, menos es que Demofonte Filis. Y están en que es digno el joven si tú no lo contradices 111 60 65 70 75 80 85 90 112 EDICIÓN DE de empleos de más realce y de esposa más sublime. JÚP. PAL. Oygo, Pallas, mas no asiento a lo que los Dioses dicen, aunque de mi tribunal sean las columnas firmes. Correrán después los tiempos y en mi palabra se afixe Demofonte, que tendrá desposorios más insignes. Es este el de mi afición; fíen los Dioses, y él fíe que tenga puestos más altos quando aya servido a Filis. Parte luego, y este ramo le darás, Pallas. Y dile que repare en ese enigma que en verde papel escribe. El alma son de la noche sus caracteres difíciles, griegos, latinos, romanos… Atienda el cielo, así dicen: «Quando buelvas, bolverá de tu Prado Primavera y, buelta en lo que antes era, lo que as de ser te dirá». Estraño enigma. Mas buelve, Júpiter, la vista atenta y verás la cenizienta borrasca que a Troya embuelve. Del troyano Palladión6 y de su vientre fatal 95 100 105 110 115 120 125 6. Denominación de la estatua de Palas robada a los troyanos, pero por extensión parece referirse aquí al caballo de Troya, quizá por cruce con Sexto Propercio, Elegía 3, 9, 42: «victor Palladiae ligneus artis equus». «EL ESPOSO POR ENIGMA» sale con rabia inmortal un bien formado esquadrón. ¡O, con quánto furor cierra7! ¡El acometer espanta! A ser nube se levanta deshecha en polvo la tierra. Rigores el cielo admira, la luna eclipses promete. ¡Quál temerario acomete quál cobarde se retira, quál rompe, quál se recata quál queda herido, quál hiere! Uno aquí matando muere, otro allí muriendo mata. Contra la gente troyana lleva ya la mejor parte mi Grecia, que su estandarte fixa en sus torres ufana. ¡Qué de lanças, qué de picas, qué de vistosos arneses qué de azerados paveses, qué de sobrevistas ricas, qué de soldados ferozes, qué de visarros plumajes, qué de galas, qué de trajes, qué de gritos, qué de voces, qué de vanderas tremolan, qué de atambores atruenan, qué de clarines que suenan qué de insignias se enarbolan! Mas entre todos más prueva de corazón y de espada hace aquel cuya celada un monte de plumas lleva. El divino Demofonte es, sin duda, cuyo aliento 7. ‘Acomete, ataca’. 113 130 135 140 145 150 155 160 114 EDICIÓN DE troyanos de ciento en ciento echa a rodar por el monte. [Escena 2.ª] ❧ Sale DEMOFONTE peleando con TESEO. Tocan clarín y caxas 8. DEM. ¡Rinde, troyano, a mis bríos 165 la espada, y cruza las manos! ¿Qué sois quatro mil troyanos para quatro golpes míos? TES. ¿Conoces, griego, a Teseo? DEM. A Demofonte conoces? TES. En tus alientos feroces tu gallardo esfuerço veo. Demofonte, al rey de Tracia rendido tienes aquí. DEM. Pues dame esa vanda, y lleva la vida de gracia9: que al león basta que espante con amago temerario, aunque nunca en el contrario tiña la garra rampante. TES. 170 175 180 La vanda y vida te doy quando la vida te devo. DEM. Al combate voy de nuevo. TES. Y yo a mi reyno me voy. Éntrase cada uno por su puerta. 8. Instrumento utilizado en la escena para simular sonidos de guerra. 9. Banda es ‘distintivo militar’. «EL ESPOSO POR ENIGMA» 115 [Escena 3.ª] JÚP. PAL. Bien de mi amor es empleo Demofonte. Hermosa Palas, bate las ligeras alas y dile quánto deseo destas bodas las estrenas10. Mas le di que, luego que aya concluydolas, se vaya por visitador a Athenas. Y que en su prudencia fío que la gracia de sus labios con la escuela de los sabios honrará el acierto mío. Del enigma no te olvides que es discreto y peregrino. Póngome luego en camino a executar lo que pides. 185 190 195 200 Ciérrase la aparenzia con discante, bolviendo los pescantes a sus lugares. [Escena 4.ª] ❧ Sale SACATRAPOS. SAC. ¿Burlaos con Sacatrapos? ¡Voto a Çarabullaque que queda Troya hecha mil arapos! No ay aquí que decir taque barraque, que he muerto más troyanos que tengo dedos en los pies y manos. Corrido estoy en parte de que tubiese Grecia maña y arte del Palladión valiéndose y desvelo 205 10. ‘Regalos con que se inicia la ceremonia matrimonial’. 116 EDICIÓN DE para poner a Troya por el suelo siendo yo Palladión de Palladiones para matar vestiglos y follones, porque si yo me arrisco deslomo una ballena de un pellisco11. Por Dios, lindo despacho, cuélgome yo un troyano de un mostacho. Entre, pues, señoríssima ferrusca que ya está vindemiada esta rebusca12. Demofonte se tarda, mi dueño. Siempre rabia quien aguarda. ¡O, si ya apresurase el passo y esta noche se pasase! 210 215 220 [Escena 5.ª] ❧ Sale SIGISMUNDO. SIG. De mi padre Teseo siguiendo va las sombras mi deseo. ¡Cielos! Si le encontró la muerte fiera en rayos se desate vuestra esfera, que ya ofresco sin miedo mi desmayo la vida al trueno y el aliento al rayo. ¡O borrascosa noche, viste de sombras lóbregas el coche que miserablemente fue testigo de estragos tan estraños con que causó triunfante el enemigo fatales muertes, prodigiosos daños! Allí diviso un hombre. 225 230 235 11. Vestiglos y follones: ‘monstruos y ruines’. Me arrisco: ‘me enfurezco’. 12. Pueden ser las palabras con que acompaña el gesto de devolver la espada a la vaina. «EL ESPOSO POR ENIGMA» 117 SAC. Aora me estremesco y espeluço13 y es justo que me asombre; la respuesta no escuso. SIG. ¿Eres griego o troyano? ¡Responde, o probarás aquesta mano! 240 SAC. Señor mío, yo cierto que hablaría más que un barbero o sastre, mas temo algún desastre, y primero querría saber de quiénes es vueseñoría, porque dé donde diere seré de donde vuestra alteça fuere. SIG. 245 ¡Ya rabio de furor y de despecho! SAC. Pues lo que manda tenga ya por hecho y no piense que en valde aquí me escondo y que de contumaz no le respondo, porque ni griego soy ni soy troyano, sino el alma de un mísero cristiano, a quien manda el gran Dios omnipotente, que paresca aquí en justo y en creyente, y sin más dilaciones, luego, luego venga a restituir este talego… Con que ni soy troyano ni soy griego. SIG. ¿Almas en este tiempo? SAC. Así se usa. ¿No ha oydo que el alma de Creúsa14, 250 255 260 13. Vulgarismo por ‘despeluzar’: desordenar el pelo de la cabeza. 14. Según la Iliada, joven princesa ateniense, raptada y violada por Apolo, que la abandonó en un bosque. Aquí se la recuerda a través de Virgilio, que la nombra en la Eneida 2, 562, como la mujer de Eneas que se queda atrás en la 118 EDICIÓN DE como Virgilio llora, iba casi a esta hora por los humeros15 y las chimeneas buscando a su marido, el pío Eneas, diciendo: «Pío, pío» como si fuera pollo con resfrío? SIG. 265 ¿Y a quién robaste, dime, ese dinero? SAC. (¡Válgate por valiente, majadero!) Señor, fui tabernero. De dos pipas hacía cuatro pipas16, con que ya sabe que lo hurté a las tripas. (¡Ay, que ahora me dan un tizonaço!) 270 Grita. ¡Ay, ay, ay, que me quemo! ¡Ay, ay, ay, que me abraso! ¡Mares de açufre temo, quemado tengo todo el espinazo! SIG. Hombre apenas te creo. Mas dime, ¿has visto el alma de Teseo allá en el otro mundo, padre de Sigismundo y monarca de Tracia? 275 280 SAC. Pues, dígame, ¿Teseo murió en gracia? Porque si no murió sino en peccado, no sabré de Teseo desdichado, que fue a tierra caliente y no me entiendo yo con esa gente. 285 fuga de Troya; de ahí la referencia chistosa del gracioso que participa del rebajamiento burlesco de los mitos tan del gusto barroco. 15. ‘Cañón de chimenea por donde sale el humo’. 16. ‘Tonel para guardar vino’. «EL ESPOSO POR ENIGMA» Y si ni crisma tubo ni bautismo estará su Teseo en el Abismo. Y diga, aquesa alma ¿es muy sençeña17 o muy rolliza? Deme alguna seña. (¿Cómo he de responder lo que conviene?) SIG. 119 290 ¿Señas el alma tiene? SAC. (¡Qué lindo, qué lindico y qué lindoque!18 Él quiere que a impaciencia me proboque.) Pues diga, el alma de un bodegonero o de un cachetudo tabernero con cien varas de tripa, que parece un tajón, rodesno o pipa19, ¿quiere que sea el alma de un chillido? Ande, que son excesos querer que esté en los huesos y que se tenga como de milagro alma que come acá tozino magro. Si fuera de un poeta, esa sí que estubiera recoleta de carnes y de talle muy fruncida; porque no come más toda su vida sino unas pechuguitas de lombriçes con un ajonjolí y unos aniçes. Y así con bien acabe y tenga buena muerte, que es una cosa fuerte, pesada, dura y grave. 295 300 305 310 17. Transcrita con el error ortográfico derivado del seseo, la palabra cenceña tiene el significado de ‘delgada, enjuta’. 18. Parecen expresiones montadas sobre canción de época, según comentamos en el estudio introductorio. 19. Tajón: ‘tabla redonda para partir sobre ella la carne’. Rodesno: ‘rueda de gran tamaño para usos industriales, como puede ser el molino’. 120 EDICIÓN DE SIG. Luego no has acabado y es testimonio cierto el aver de morir, de que no has muerto. 315 SAC. (¡Triste de mí, que estava ya olvidado!) SIG. ¡O perro, morirás aquí cien veces! SAC. Detén, señor, los tajos y rebeçes, que yo, para que más mi fe te quadre, te pondré donde veas a tu padre. SIG. 320 Este será otro embuste. SAC. Sígueme, sin decir chuste ni muste. SIG. Guía, pues. SAC. ¡A Dios monte! ¡A Dios, a Dios mi dueño Demofonte! 325 Vanse. [Escena 6.ª] ❧ Sale DEMOFONTE. DEM. Fue Troya, ya no lo es porque de sus altas torres sólo quedan en las campos tristes señas, mudas voces. Como faltando la basa es fuerça que se desplomen en el arco las cornizas, plintos, salmeres, borzores20; 330 20. Se nombran distintas partes de la columna: la basa es la pieza inferior; el plinto, la parte cuadrada sobre la que se apoya la basa; salmeres, las piedras sobre las que se asientan los arcos; los borsores, vulgarismo por ‘bolsores’, es término equivalente a ‘dovela’. «EL ESPOSO POR ENIGMA» desmentida la verdad, los imperios superiores los volados capiteles en bárbaro estrago esconden. Mal robada estubo Elena21, mas bien castigado el joven que del Sol de Grecia fue precipitado Faetonte22. No fuera Troya gigante del cielo de Grecia noble y Encélado no se viera y no se llorara Bronte23. En fin, todo muere a manos del tiempo, por cuyo orden es monte lo que fue llano y lo que es llano fue monte; el suelo donde la mar enrizó espumas salobres lenguas de azadas lo buelven, dientes de arados lo rompen. Donde coronó de espigas Ceres24 a sus labradores oy lo surcan o lo aran bien artillados galeones; oy es pastoral albergue que solo por verle pobre, le murmura un arroyuelo y le silvan unos robles. 121 335 340 345 350 355 360 21. Esposa de Menelao que, al huir con Paris, provoca la Guerra de Troya. 22. Hijo de Helios, dios del Sol que, incapaz de conducir el carro de su padre, provoca la ira de los dioses que le arrojan a la tierra; es habitualmente símbolo del amante atrevido. 23. Encélado y Bronte son gigantes. El primero, encerrado por Júpiter bajo el monte Etna, y el segundo, uno de los cíclopes. 24. En la mitología romana, diosa de la Agricultura. 122 EDICIÓN DE El sitio que en otro tiempo como entonces era corte le adularon los palacios y lisonjearon las torres. El jardincico galán, donde açechando otras flores a la temprana açuçena galanteava el clavel joven, ya le pidieron por suyo el enebro y alcornoque, desmintiéndolo jardín y acreditándole bosque. Pero qué, si el tiempo, en fin, con el pico al mármol rompe, saja con la escoda25 al jaspe, muerde con la lima al bronce. Destas, pues, que al alma pulsan divinas inspiraciones nace en mi pecho un deseo, oygo acá dentro unas voces, late en el alma un impulso, siento en la conciencia un toque que me despierta unas ansias con un acesido noble, con un generoso hipo, con un latido uniforme, con una resolución que ya cobarde se encoje, ya temeraria se atrebe, ya con prudente reporte aploma el ala al deseo y corta el buelo al remonte, ya ciega a tanta prudencia, barajadas sus raçones, 365 370 375 380 385 390 395 25. ‘Martillo, con corte en ambos lados, utilizado para labrar piedras’. «EL ESPOSO POR ENIGMA» huye Dédalos26 ancianos, Ícaros27 imita jóvenes. En fin, ya me determino, quiero dexar de ser hombre, y ver si le puedo hurtar al tiempo si quiera el nombre. ¿No es simpleça que me llamen açia su trono los Dioses, donde vivirán esentos de los tiempos mis blasones y que yo no me resuelva a oír tan divinas voces, dejando lo que se acaba por que no me acabe entonces? Monarquías, pues, supremas, deidades, pues, superiores, ya a vuestras aras, ¡qué dicha!, se consagra Demofonte. Si la eternidad es premio del que bien sirve altos Dioses haced que de eternidades fueros mis obsequios goçen. No quiero patria ni padres aunque mi sangre se enoje, al cielo quiero por patria, Dioses por progenitores. 123 400 405 410 415 420 26. Arquitecto, inventor del laberinto de Creta para que el rey Minos encerrara al monstruo Minotauro. Reveló el secreto a Ariadna, su hija, que lo contó a su amante Teseo. Dédalo fue encarcelado con su hijo Ícaro en el mismo laberinto, aunque logró huir por los aires, fabricando unas alas de cera. 27. Ícaro, hijo de Dédalo, se acercó demasiado al sol con sus alas de cera, que se fundieron y cayó precipitado al agua; en literatura es símbolo del amante atrevido. 124 EDICIÓN DE [Escena 7.ª] ❧ Aparece PALLAS con el ramo en la mano. Y aya discante. PAL. Mancebo afortunado, Pallas soy: en las letras y gobierno se emplea mi cuydado. La alta deidad de Júpiter eterno, de su glorioso asiento a ti me embía; escucha, pues, atento. Es todo su desvelo Filis, que de belleça rosagante es bien prendido un cielo quando le enjoya su mayor diamante o quando en clara noche uno le pule el manto y otro broche. Hija es de Teseo, rey soberano de la antigua Tracia; ésta ha de ser tu empleo y principio de otras esta gracia, que en breve paradigma este ramo declara con su enigma. 425 430 435 Dáselo. DEM. ¡O diosa de los sabios! Si no es ya tu deidad y tu presencia mordaça de los labios permite a Demofonte esta licencia. Mis deseos notorios del cielo son, y no de desposorios. No quiero ya ser hombre; dios quiero ser, o por lo menos, Pallas, aspiro a inmortal nombre. De Júpiter apelo a vuestras salas, deidades soberanas, que no apetesco, no, glorias humanas. 440 445 450 «EL ESPOSO POR ENIGMA» PAL. 125 Joven illustre, entiende de Júpiter los altos pensamientos, que no, que no pretende desacer tus heroicos intentos: 455 que estas vírgines bodas no son humanas, son divinas todas. La esmeralda así bella se casa con el oro, y queda el oro virgen, y virgen ella, 460 guardado a lo sagrado su decoro. Filis será tu esposa; tú el oro de esmeralda tan hermosa. Después que las estrenas celebres de tan casto desposorio, 465 visitarás a Atenas por comisión del alto consistorio, donde admirarte pueda su escuela docta. A Dios, a Dios te queda. Cúbrese con discante la apariencia. [Escena 8.ª] DEM. Discreta y noble Pallas, que vagorosa peinas las regiones del viento con las alas, ¿qué nuevas dudas son, qué confusiones éstas en que me veo cortando el hilo de mi justo empleo? Afectuoso adoro de Júpiter el ramo generoso que el laço bello de oro en mi cuello pondrá de noble esposo de Filis, cuyo agrado es del piadoso Júpiter cuydado. Mi ingenio corto excede del enigma la una y otra letra. 470 475 480 126 EDICIÓN DE Mas ¿quién penetrar puede sacramentos que Júpiter penetra, siendo el ingenio humano átomo de un planeta soberano? A Tracia, pues, camino a buscar a mi esposa, Filis bella. Será de mi destino su dulce aliento aquilonar estrella28, que beldad tan sagrada es forçoso que sea afortunada. Ánimo, Demofonte: peregrinar es necesario en suma. La tierra monte a monte medir quiero y la mar espuma a espuma, que nunca haçer alarde de empresas pudo un ánimo cobarde. Mis altos pensamientos, un ánimo constante, un pecho fuerte, heroycos intentos, el ramo verde de mi buena suerte solo llevo conmigo; bastan estos al rumbo que yo sigo, que la virtud constante, quando le hace lado la prudencia, es almacén bastante a un peregrino, y quando de experiencia la virtud se acompaña es carta de favor en tierra estraña. Sólo de mi criado siento la falta, por la compañía, mas él avrá pagado el censo triste de la muerte fría, que en incendio tan ciego milagro fuera el escapar del fuego. 28. Aquilonar: ‘del norte’. 485 490 495 500 505 510 515 «EL ESPOSO POR ENIGMA» 127 [Escena 9.ª] ❧ SACATRAPOS, lacayo, sale corriendo. SAC. ¡Él es, como yo soy yo! ¡Mil gracias le doy al cielo! Dame esos braços, señor, o los pies, si es mucho aquesto. Y en memoria deste día desde oy llamarme quiero Sacatrapos del Milagro si hay entre trapos portentos. 520 525 DEM. Yo que eras muerto pensava. SAC. Pues yo no pensava en eso. DEM. ¿Y cómo, di, te escapaste? SAC. Es muy prolijo mi cuento. Después, señor, que a la luz de los crecidos incendios que sepultaron a Troya en túmulos cenicientos, quando ya estube cansado de matar troyanos, cierto que según matante estube que maté los elementos. A unos volava de un tajo toda el alma y medio cuerpo, que bolar un braço es cosa que la hiciera con un dedo. A otros desde la cabeça los dividía por medio y parados se quedavan aunque se quedavan muertos29. 530 535 540 545 29. Parados: ‘de pie’; significado que se conserva en el habla mexicana actual, lo cual da pleno sentido a la concesiva. 128 EDICIÓN DE En fin, para no cansarte… (¡Válgame Dios lo que miento, parece que estoy en Indias y de Cataluña vengo!)30 …Después de esta segarrega31 me salí a tomar aliento, (aora dixe verdad, mas tal estava de miedo…) Estando, pues, más molido que quien ha escuchado a un necio, se descaminó un troyano con semblante truculento y con aspecto feroz y con un montante fiero me cautivó y, cautivado, como digo, de mi cuento, fuimos a dar a una choza de un pastor, Alfesibeo, que nos hiço aquella noche pastoril acojimiento, y no digo cortesano porque nos dio cabra y queso, 550 555 560 565 30. En el contexto de bravuconadas, propias del soldado fanfarrón que Sacatrapos encarna en este pasaje, probablemente haya en estos dos versos doble referencia: a los embustes y exageraciones que, en persona o por carta, relataban quienes ‘hacían las Indias’, y a la Cataluña que desde pocos años antes vivía una importante revuelta y que, por lo mismo, era lugar para exhibir las habilidades bélicas (o para contar que se habían ejercitado tales habilidades). 31. Puede tratarse de un lusismo y tendría el significado de ‘jaleo ruidoso e inoportuno’, derivado de la segunda acepción con que aparece el término en el Vocabulario Portuguez & Latino (1720), vol. IX, de Rafael Bluteau: ‘instrumento inoportuno y disonante’. Confirmaría ese significado igualmente la segunda acepción con que el término ‘cegarrera’ aparece en el Dicionário Houaiss da lingua portuguesa: “Som semelhante ao produzido pela cigarra; barulho monocórdio”. «EL ESPOSO POR ENIGMA» y si cortesano fuera cenáramos sólo viento. Sobre pieles mal curtidas se acostó mi nuevo dueño, y yo, que ya vi la mía, cojí las de Villadiego, puse pies en polvorosa, en prendas la sombra dexo; vistiome salto de mata, aunque no ruego de buenos. Con una boca de risa salió el Alva y, según pienso, el Aurora se reía de mi prisa y de mi miedo. Llegué calçado de plumas pensando que estavas muerto; te hallo vivo, y aquí acaba, docto senado, mi cuento. 129 570 575 580 585 DEM. Estraño es tu amor y estraña tu fineça. SAC. ¿Cómo es eso? Pues por que más te confirmes en lo que te estimo y quiero, sabe que mi nuevo amo, de quien yo por ti me alejo, del grande Reyno de Tracia es el Príncipe heredero. Es un pimpollo de oro y es su padre el Rey Teseo. Si miente o no, Dios lo ayude, (como a mí, que también miento.) 590 595 DEM. ¡Tente, amigo, tente, escucha y dame esos braços luego, que pagarte de contado tan alegres nuevas quiero! 600 130 EDICIÓN DE ¿Es cierto lo que me dices? ¿De quién lo sabes? SAC. De él mesmo, que a voces lo publicaba lloroso, sentido y tierno. Y nadie miente llorando. ¿Y qué tenemos con eso? ¿Qué te espantas, qué te admiras? ¿Tenemos algún enredo? DEM. Tenemos mil laberintos. 605 610 Ven, y al príncipe busquemos. SAC. ¿Al príncipe? ¡Guarda afuera, que, si él está ya en su reyno, me mandará de una encina alargar el tragadero! 615 DEM. No mandará sino darte muchos tesoros en premio. SAC. (Famosa está la vandica.) Rica vanda. DEM. En ella llevo puesta toda mi esperança y en el ramo que venero. Vamos, Sacatrapos, vamos. 620 SAC. Vamos, y líbreme el cielo de ser en un leño triste bodegonada32 de cuerbos. 625 Vanse. 32. ‘Comilona en una bodega’. El gracioso tiene miedo de quedarse en un leño (¿ajusticiado?) y allí servir de comilona para los cuervos. «EL ESPOSO POR ENIGMA» 131 [Escena 10.ª] ❧ Sale el rey TESEO, FILIS princesa, FLORA, criada, y acompañamiento. TES. FIL. Dame otra vez esos braços, Filis, y templen tus ojos los tristísimos enojos de tan desastrados casos. Murió Príamo33, mi amigo, en cuyo favor salí contra el griego, y yo me vi rendido ya al enemigo. Las muertes, los desconciertos, las miserias, los estragos, de sangre humana los lagos, los montes de cuerpos muertos sería nunca acabar quererte los referir; sólo se pueden sentir, sólo se pueden llorar. A la guerra, padre, fuistes, mas dexásteisla en mi pecho, que bien viva me la han hecho imaginaciones tristes. Todos los días pensava que venía aviso cierto, padre, de que érades muerto y yo más muerta quedava. Viéndoos estoi, y el tormento passado en el pulso late, que no ay guerra que así mate como un triste pensamiento. 630 635 640 645 650 33. Rey de Troya, por su edad, demasiado viejo para pelear en aquella guerra. Teseo, rey de Atenas, afirma aquí haber ayudado a los troyanos contra el griego, quizá Paris, raptor de Helena. 132 EDICIÓN DE No me deis ya estos enojos ni os ausentéis de mi amor, porque esas canas, señor, son las lumbres de mis ojos. Mas ya los dolores fieros del pecho casi difunto se recompensan por junto con la alegría del veros. ¿Y mi hermano, dónde está? ¿Cómo queda Sigismundo? Vuestro silencio profundo, señor, me lo dixo ya. Pareçe que os lastimáis, padre, y os enternecéis; y, pues no me respondéis, por muerto le confirmáis. Ciertos mis recelos son. ¡Cielos, templad el tormento, que es ya mucho el sentimiento y pequeño el coraçón! TES. El llanto, Filis, enfrena, que Sigismundo no es muerto; apenas a hablar acierto con el dolor y la pena. La diligencia y el arte se apuró toda en buscarle, mas no fue posible hallarle; acaso escapó a otra parte. Porque si muerto quedara en el campo, caso fuerte, adonde le halló la muerte, mi diligencia le hallara. Y ya mandé pregonar que quien nuevas me trujere de su vida, de mí espere un galardón singular: la mitad de mi corona será suya, por mi vida, 655 660 665 670 675 680 685 690 «EL ESPOSO POR ENIGMA» y estará muy bien partida como mi palabra abona. La vanda que me labró tu amor, a un soldado di a quien la vida debí porque la vida me dio. También despaché ya postas que corran por todo el mundo sin perdonar al profundo piélago y todas sus costas que avisen que el que conmigo andubo tan liberal trayga la vanda en señal y se casará contigo. Y no es fineça que espanta; antes, es conforme a ley que el que dio la vida a un rey le dé la mano a una infanta. Que hombre de tal fortaleça y tan alto proceder es forçoso, Filis, ser de aquilatada nobleça. A Júpiter ofrescamos sacrificios y fiemos que estas dos cosas hallemos quando a Júpiter honramos. FIL. En tu gusto me contemplo, tu hija soi y tu esclava. TES. Tu misma virtud te alaba, siendo de virtud exemplo. FIL. De mi obediencia se arguya quánto a servirte me ajusto, pues que ni tengo más gusto ni más vida que la tuya. Vanse. 133 695 700 705 710 715 720 725 134 EDICIÓN DE JORNADA SEGUNDA [Escena 1.ª] ❧ Sale ALFESIBEO y SIGISMUNDO. SIG. A ventura he tenido, Alfesibeo, averte conocido. ¡Quién dixera que el ingenio y prudencia que en ti veo tosco gaván de paño lo encubriera! ALF. Este fue de mi suerte el rico empleo. SIG. En fin, vives contento y en tu esfera. Dichoso tú, que vives con tu suerte contento. Esto es vivir; lo demás, muerte. La vida alegra el son del caramillo a la sombra del fresno contemplando el ganado, que el junco y el tomillo va por la loma verde repelando. Da gusto veer brincar al cabritillo trabieso, con los otros retoçando; da gusto veer los claros arroyuelos haciendo al sol mil visos y espejuelos. A vida sabe andar por la floresta y entresacando de ella hermosas flores texer una guirnalda bien compuesta de varios y finísimos colores. A vida sabe veer por esa cuesta desafiarse a saltos los pastores, traçar la caça, concertar la lucha, ALF. 730 735 740 745 «EL ESPOSO POR ENIGMA» enlaçar la perdiz, pescar la trucha. ¡Qué contento me dan estos jayanes34, desgreñados y rústicos alisos campear con sus penachos tan galanes! ¿Pues qué las hayas con sus verdes risos? Como quando se rozan tafetanes, cruje allí el viento con los ciparisos35, cantando en ellos aves diferentes del dulce amor los tiernos accidentes. Embidiando las aves su armonía cantan y corren y responde el valle con los ecos que aprende todo el día; jaula es de los jilgueros esta calle. Y bien halladas con su melodía no he visto flor que en ella no se halle: esta es gualda, quál blanca, aquella roja y todas muy preciadas de la hoja. ¿Pues qué quando recorren esas costas mis çagales, despiertas atalayas de sus esteros36, vigilantes postas de sus peces? ¿Y veer por esas playas saltando las centollas y langostas, ensartando en los ramos de las hayas meros, sabogas, hostias y tortugas, verderoles, vesugos y lampugas? Si tú, hermoso çagal, desde oy quisieras aplicarte a esta vida afortunada, luego te señalara en esas eras de tierra fértil, más de una arançada. ¡O, quán presto creçer tu hacienda vieras como la yedra al álamo enlazada! Mas según el semblante que en ti veo es esto a tus intentos corto empleo. 34. ‘Gigantes’. 35. ‘Especie de cipreses’. 36. ‘Terrenos encharcados’. 135 750 755 760 765 770 775 780 136 SIG. EDICIÓN DE Estoi de tu agaçajo y de tu gracia satisfecho, pastor, y agradesedo, todo el pecho mi ánimo regracia; otro intento me tiene aquí escondido y después lo sabrás. (¡O Tracia, Tracia, has cuenta que a tu príncipe has perdido todo el tiempo en que no estubiere cierto en si mi padre vive o es ya muerto!). 785 [Escena 2.ª] ❧ Salen DEMOFONTE y SACATRAPOS por otro lado. SAC. Ésta, señor, es la granja. 790 Avra los ojos y advierta que anda el diablo en Cantillana37 y ay más mal en la aldegüela de lo que suena. DEM. ¿Y conoces aquellos hombres? Ya empieça SAC. 795 mi temor. DEM. ¿Pues de qué temes, villano, si en esta diestra, se cifra todo el valor? 37. Expresión popular para indicar que está revuelta una situación. Recuérdese que es frase utilizada por Sancho en el episodio de la Ínsula Barataria: «Yo gobernaré esta ínsula sin perdonar derecho ni llevar cohecho, y todo el mundo traiga el ojo alerta y mire por el virote, porque les hago saber que el diablo está en Cantillana». Es, al parecer, frase proverbial acuñada en circunstancias históricas, que los comentaristas del Quijote (Clemencín, Rodríguez Marín) tratan de reconstruir. Luis Vélez de Guevara compone una comedia titulada El diablo está en Cantillana. Y el dicho se encuentra con frecuencia en comedias de la época para indicar inquietud o turbación por algún suceso enmarañado y dificultoso. «EL ESPOSO POR ENIGMA» 137 SAC. Es verdad, soy una bestia, pero si doy en temer no ay conejo que así tema y no está más en mi mano: tanto que parece tema en mí el temer38. DEM. Pues acaba, y dame ya la respuesta. 800 805 SAC. ¿Ves aquel viejo espichado39 que en la barba representa a un bisbirindo40 de cabras y a una tresquila de ovejas? Pues no es él, el otro es. ¿No ves la hidalga presencia rebentarle por los ojos? Llega, pues. 810 Y tú, aquí espera. DEM. SAC. En cuydado me lo tengo, aunque no me lo dixera. 815 [Escena 3.ª] ❧ Llega DEMOFONTE. DEM. Dios os guarde, venerable anciano. ALF. Y en hora buena lleguéis, generoso joven. 38. Tema es tecnicismo gramatical con que se designa la raíz de una palabra; el gracioso construye el chiste sobre la paronomasia tema/temer, como si la raíz del verbo temer fuese tema. 39. ‘Moribundo’. 40. En México, ‘alegre, vivaracho’. 138 EDICIÓN DE DEM. En la misma a vos os vea… Vos, qualquiera que seáis, que no parecéis qualquiera. SIG. 820 Guárdeos Dios. Repara en las vandas. (¡Válgame el cielo y toda la hermosa esfera! ¿No es de mi padre Teseo ésta la vanda? ¡Ella es, ella, como ser yo Sigismundo! Toda el alma se me altera, todo el pecho se me rompe, todo el coraçón me tiembla, rabioso y tumultuante con la cólera que encierra, con la zaña que me azora, con el furor que me alienta, con el rebato que toca, con el alarma que suena, con la sangre que latiendo hace pedaços las venas. Mina de pólvora soi en quien ya el fuego se ceba; exalación oprimida soy, que sonante rebienta los verdinegros cristales a la nube cenizienta.) 825 830 835 840 DEM. (Él se ha turbado de veer la vanda.) Danos licencia, padre, para hablar un poco, que nos inporta. ALF. No emprendas, mancebo, alguna trayción con amigable aparencia, 845 «EL ESPOSO POR ENIGMA» 139 que en esta casa, aunque pobre está por veer la primera. La turbación del zagal me causa mucha sospecha de que por ser tu enemigo sin duda matarle intentas. 850 855 DEM. Toma la espada y las armas por que asegurarte puedas, y para matarme luego junta tú toda la aldea si yo la muerte le diere. SIG. Al instante se le buelvan las armas, que no soi yo hombre a quien hablan sin ellas. Antes, an de ser aora las espadas nuestras lenguas, porque la lengua de un noble es de azero en sus ofensas. Retírate, Alfesibeo. Defiéndete tú, ¿qué esperas, 860 865 (Riñen) quando tan enorme muerte en esa vanda alardeas? Con muchas ventajas entro en esta riña, pues ella es el clarín que me anima y la caxa que me alienta. 870 875 DEM. Mancebo, advierte que yo sólo atiendo a mi defensa. Óyeme primero y luego quien menos pudiere, muera. Mira que si yo te mato que yo también muera es fuerza. 880 140 SIG. EDICIÓN DE No ay aquí más que matarse. Aleve, calla y pelea. DEM. Pues ya no vale el silencio, rompa el silencio la lengua. Oye, Sigismundo, oye, espera, príncipe, espera. ¿Quieres más? Pues diré más. SIG. Mancebo, los labios cierra y acia esta loma camina, que ya mi cólera cesa. 885 890 Retíranse y hablan secreto. [Escena 4.ª] SAC. Ya escampa… ¡Y llovían guijarros! ¡Válgate el diablo, el poeta, que siempre tengo de ser lacayo de segarregas41, que no me hiciera frai Torta de algún santo anacoreta, que me entregara las llaves de la coçina y despensas! Salto, pues, y un soneto de los huapos hago para vengar mis furias ciegas Poeta de los diablos, que a ser llegas poeta de arrapiezos y de arapos, ¿cómo metes al triste Sacatrapos en estas borrascosas segarregas, a pique de quedar en las refriegas en más añicos que los espadrapos? A nadie que me quexo le paresca 41. Término comentado en la nota al verso 550. 895 900 905 «EL ESPOSO POR ENIGMA» sin razón, pues ardía a llamaradas Troya, pero mi ropa estava fresca. Las murallas estavan ya abrasadas y Troya con el fuego hecha una yesca y estávanse mis calças muy mojadas. 141 910 [Escena 5.ª] SIG. ¿Que no mataste a mi padre? DEM. No le maté, aunque pudiera. SIG. 915 ¿Y que él la vanda te dio? DEM. Mejor dixeras vandera, pues con ella he ya triunfado, príncipe, de tu sospecha. Él esa vanda me dio o por alarde o por prenda de su afición. SIG. 920 ¿Y, pues, fuese? DEM. Desde allí se fue a su tierra y es cierto que ha muchos días que deve de estar en ella cuydadoso42 de tu vida. SIG. DEM. 925 ¿Pues qué aguardas o qué esperas que los braços no me das quando me das tales nuebas? Tu hermano soi. Yo, tu esclavo. 42. ‘Preocupado’. 930 142 SIG. EDICIÓN DE No trates de esa manera a quien tu hermano se goça y tu esclavo se profesa. Ya rebiento de alegría. SAC. ¿Son abraços o son bregas43? 935 Amistades son y paces. ALF. Estrañas cosas son estas. SAC. Baylo y brinco de placer. SIG. Pues, ¿quién te dixo que en esta aldea estava escondido? 940 DEM. Mi criado, Sacatrapos. ¡Sacatrapos, llega, llega y besa el pie a Sigismundo! SAC. Perdóneme vuestra alteça que no pude despedirme por estar con mucha priesa y porque siempre entendí que fuera breve la buelta. SIG. Donayre tienes, pues toma, amigo, aquesa cadena que la guerra perdonó. 945 950 SAC. ¡Dios se lo pague a la guerra, que si no la perdonara tampoco tú me la dieras! SIG. Llega Alfesibeo ya y de tu lealtad espera el premio. 43. ‘Riñas’. 955 «EL ESPOSO POR ENIGMA» ALF. Luego leí en tu semblante quién eras. SIG. Estese todo en secreto. Tú, amigo, dispón, ordena por qué rumbo te parece caminen las cosas nuestras. 143 960 DEM. Aún tengo más que decirte, porque Júpiter intenta que yo me case con Filis, rara de beldad idea, tu hermana y que, desposado, passe a visitar a Atenas. Este ramo lo atestigua y lo dice en un emblema que yo explicar no sabré ni lo sabrá toda Grecia. SIG. Júpiter dice muy bien, y aunque nunca lo dixera ha de ser tu esposa Filis. 965 970 975 SAC. ¿Ay tramoyas como éstas? Basta que también los Dioses dan en cultos. [Escena 6.ª] ❧ Sale CLARINEJO. CLA. ALF. Brava fiesta, padre. ¿Qué queréis hacer? ¿Es ya corte nuestra aldea? ¿Cómo vienes, Clarinito? 980 144 EDICIÓN DE CLA. Cansado de estar en Creta, donde ha avido aquestos días mucho tamboril y fiesta. ALF. ¿Y qué ay por allá de nuebo? 985 CLA. Una peregrina letra que trata del rey Teseo y de las grandes promesas que haçe a quien le llevare nuevas de unas menudencias. Si quieren la cantaré, que la voz es una perla. SIG. Cántala, pues, por mi vida. Los Dioses con advertencia están a nuestros succesos. Hermano, atiende a la letra. 990 995 CLA. Pues siéntome en esta enzina porque en pie no se me acuerda. Canta. «Llegó a su corte Teseo y halló en el rostro de Filis si dos soles apagados marchitos muchos abriles. Mandó luego que llegó que dos cosas se publiquen en quantas tierras el sol con sus rayos de oro ciñe. Al que una vanda trujere por quien él dice que vive a Filis da por esposa, ¡y es un cielo hermoso Filis! Del príncipe Sigismundo 1000 1005 1010 «EL ESPOSO POR ENIGMA» 145 al que supiere decirle media corona le da que es quanto dar se permite». SIG. Basta, y toma, Clarinejo, este anillo por la letra. Como si fuera del cielo aquesta voz nos enseña lo que devemos haçer en tan confusas materias. Yo me parto disfraçado a la corte. También venga Alfesibeo conmigo, y porque estafeta sea venga también tu criado con quien los avisos tengas ajustados a tus causas. Tú, Demofonte, te queda en esta cabaña humilde a apacentar sus ovejas, a cuydar de sus pastores, a auyentar lobos y fieras que açechan a los rediles y las majadas infestan. Que, pues príncipe has de ser de tan alta preeminencia, como Júpiter promete en prodigiosos emblemas, es bien que aora te ensayes en pastoriles deesas, cuydando ya de ganados y siendo pastor de ovejas: quien ha de cuydar de hombres bien ha menester paciencia y es bien que tenga un cayado 1015 1020 1025 1030 1035 1040 1045 146 EDICIÓN DE porque el peso no le muela; el silvo que allá conduçe a las seguras veredas, acá también encamina a la ovejuela trabiesa; del pellico de sayal se pasa bien al de seda y un buen cayado de azebo dorado cayado espera. Guardó el ganado de Admeto44 Apolo en su edad primera, y aora en prados turquíes luzientes conduce estrellas. 1050 1055 DEM. Finalmente, Demofonte por el mayoral se queda desta aldea. Sea en buen hora. SIG. 1060 Pues quédate en hora buena y fía de mi palabra. DEM. Dios te guarde. A Dios te queda. SIG. SAC. A Dios, mi dueño. Dios vaya DEM. 1065 contigo. ALF. Y contigo sea. Vanse por diferentes puertas. 44. Amigo de Apolo, rey de Feras y esposo de Alceste. «EL ESPOSO POR ENIGMA» 147 [Escena 7.ª] ❧ Sale FILIS y FLORA en el jardín. FIL. Huertos y bosques sombríos adonde la primavera siempre hermosa, siempre entera, se baña en cristales fríos. Hermosa fuente serena, cuyas aguas cristalinas hacen diamantes las chinas y perlas la blanca arena. Bien enlaçado obelisco de mal trançado45 arrayán por quien viste a lo galán si quiera una vez el risco, entenderéis, bellas flores, según vuestras fantasías, que por verdes celosías os vengo a decir amores. Pues daros quiero un desdén, perdone el lustre florido que nunca avéis parecido a mis ojos menos bien. ¿Y qué les dices tú, Flora? ¿Véngalas destos agravios? 1070 1075 1080 1085 FLO. El donayre de esos labios puede embidiar el aurora, quando para amanecer la frente de rayos ciñe y los puros labios tiñe de cándido rosicler. Y puede ser, ya que estás tan esquiva y desdeñosa, 45. ‘Trenzado’. 1090 1095 148 EDICIÓN DE que no meresca la rosa los desdenes que le das. Si ellas te causan enojos con la oja que se esmalta se ha de ver si está la falta en las ojas o en los ojos. FIL. No, Flora, que oy en las rosas está el mal, aunque porfías que también tienen sus días por lo que tienen de ermosas. 1100 1105 FLO. Con todo, en litigio tal la sentencia doi así: que ni te está mal a ti ni a las flores está mal; porque están llenos de antojos las vees con ojos no buenos; porque están de beldad llenos las miras con buenos ojos; finalmente a tu desdén ellas por respuesta dan que ellas para veer están mas tú no las miras bien. Y este es principio evidente: que, ¿qué le importa al jasmín que esté muy alegre, en fin, si le miran tristemente? FIL. Eres, Flora, muy discreta. Triste estoy. FLO. Quiéreslo estar, porque aquel quiere enfermar que no quiere la receta. FIL. ¡Ay, Flora, qué confusiones me dan, aunque no les quadre 1110 1115 1120 1125 «EL ESPOSO POR ENIGMA» el nombre a estas de mi padre iniquas disposiciones! ¿Assí dispone, así manda –¡o sentencia rigurosa!– que me lleve por esposa el que trujere una vanda? No sé cómo no rebiento en el discurso que sigo, pues con tanto como digo aún no digo lo que siento. ¿Si fuera un hombre villano el que la vanda trujera, fuera bueno? Bueno fuera que yo le diera la mano. Y quién avrá dicho, quién que estemos en laço igual si yo le paresco mal y él no me parece bien. Si le fuerçan a casarse a una mujer, es forçoso no ser el laço de esposo sino laço de ahorcarse. Su hija y su esclava soy y con más raçón me quexo, pues obra tan sin concejo en las querellas que doy. Para que el nombre le quadre de rey y de padre, es ley que, si manda como rey, que me mire como padre. Bien pudiera prometer por la vanda qualquier cosa, mas no diera por esposa, a quien hija ha de atender; que no parece raçón que mi padre de hacer trate 149 1130 1135 1140 1145 1150 1155 1160 150 EDICIÓN DE la vanda de su rescate, el laço de mi prisión. Mas tente, lengua atrebida, no te arrojes de esa suerte; sea la vanda mi muerte, pues a mi padre fue vida. ¡Ay, Flora! FLO. Cierto, señora, que el dolor que te atormenta unas veces me impacienta y otras veces me enamora. ¿Qué bien hallando te vas con esas melancolías? ¿Han llegado ya los días en que malcasada estás? Hace bien, si nunca pasa esa pena en que te hallas, que tú sales a buscallas para meterlas en casa. Si aún la nueba no es llegada del esposo que condenas, ¿cómo han llegado las penas de que estás ya malcasada? Dime, Filis, por tus ojos, ¿no es locura y poco seso atrasarse el mal succeso y adelantar los enojos? A un acreedor tan austero no pagues adelantado, que aun después de muy llegado es bien negarle el dinero. Quando aya salido azar y el mal succedido esté, juro, Filis, por mi fe, que te ayudaré a llorar. Pero aora es disparate y tú lo tendrás por tal, 1165 1170 1175 1180 1185 1190 1195 1200 «EL ESPOSO POR ENIGMA» que no aya llegado el mal y que yo por él me mate. Y dígote finalmente que es partido mal seguro a un desastre de futuro una pena de presente; que es muy usurario engaño el quererla adelantar, porque la pena ha de hablar sólo del tiempo del daño. Y Dios pudiera trazar que el mal que aora te apura sea entonces la ventura en que no quieres pensar. Si te aflige el presumir un desbaratado esposo, presúmelo muy ermoso y comiénçate a reír. FIL. FLO. Tus raçones excellentes toda la eloquencia esmalta. Pero tienes una falta: que hablas bien, pero no sientes. Passos son. ¿Quién puede ser? Si es mi padre… Ya los siento. ¿Ay mayor atrebimiento? Lexos viene. Voylo a veer. 151 1205 1210 1215 1220 1225 Vase. [Escena 8.ª] FIL. Pon en raçón, ¡o raçón!, estas ilusiones locas, pues hallas veces no pocas que atormentan y no son. 1230 152 EDICIÓN DE Primero es la perfección del ser y luego el obrar, ¿pues, cómo si aún no ha lugar el ser, viene a suceder que atormenten ya con ser, sin ser para atormentar? Quando al succeso effectivo acompañan ya los daños, como faltan los engaños el tormento es menos vivo; quando ya el daño recibo, acude el entendimiento ya al remedio, ya al tormento, y mediado deste modo ni es ya del remedio todo ni todo del sentimiento. Como no ay que remediar en un daño aprehendido, con solo no aver venido da mucho más que penar. ¿Qué remedio ay que buscar a lo que está en podrá ser? ay todo es padeçer el alma y todo sentir, porque ay mucho que sufrir porque no ay nada que haçer. Si entenderme o no ha querido la raçón, con raçón dudo, pues por el remedio acudo y hallo el daño más crecido. Es cierto que procedido ha la raçón con engaño, pues que, medido el tamaño, del daño que vencer quiero era pigmeo primero y es ya muy gigante el daño. 1235 1240 1245 1250 1255 1260 1265 «EL ESPOSO POR ENIGMA» 153 [Escena 9.ª] ❧ Entra FLORA. FLO. Albricias, Filis, me da. FIL. ¿De qué, Flora? FLO. De una aurora que no quise entrase aora porque descansando está. Buscándote, Filis mía, ha llegado una aldeana con más luz que la mañana tiene, quando raya el día. Aquel rostro, aquel color, aquellas cintas doradas, aquellas manchas rosadas en cándido resplandor. Patenas, sartas, corales adornan su hermoso cuello; volado al viento el cabello en madejas orientales; el coral quede corrido de competir con su boca, porque es su fuerza muy poca para no quedar vencido. No ay cristal, no ay nieve en pellas46, leche blanca o açahar que se pueda comparar 1270 1275 1280 1285 46. Literalmente son ‘bolas de nieve’. Por eso Tirso las utiliza como comparación hiperbólica de la blancura de la dama en La villana de Vallecas: «¿Hay cristal, hay nieve en pellas, | leche o manteca de azahar| que se pueda comparar| con aquellas manos bellas?» (acto II, vv. 1574-1577). El mismo Tirso, en Quien calla otorga, construye una escena en que las damas arrojan bolas de nieve a los caballeros y juega allí (acto I, vv. 779-792) con el concepto «nieve en pellas» para exagerar la blancura y belleza de la piel femenina. 154 EDICIÓN DE con aquellas manos bellas. Deste monstruo de cristal es el sayal la corteça: que a una estremada belleça aun le está bien el sayal. El sombrero a lo aldeano con el texido cordón es curiosa guarnición de su rostro soberano, como quando a una pintura para que salga el color hace el curioso escultor con el barro la moldura. El capotillo es el manto con que el alva esparçe flores quando dulces ruyseñores la saludan con su canto. ¿Quieres más? ¿Ay más que ser? 1290 1295 1300 1305 Vase. FIL. Entre, que no estás en ti, pues que me pintas aquí lo que tengo yo de veer. 1310 [Escena 10.ª] ❧ Sale FLORA y entra ATENEA en el hábito de labradora. ATE. Illustre princesa, si acaso conoces de un amor honesto las obligaciones, no te espantarás que una muger noble muchas tierras ande, cruçe muchos montes. 1315 «EL ESPOSO POR ENIGMA» Yo soi Atenea y danme los hombres (pienso que se engañan) de bella el renombre. Princesa de Atenas soi, a quien los Dioses hicieron el centro de sabios varones. Bien te acordarás que el gallardo joven, noble Sigismundo, –¡ay, Dios, qué dolores!– fue a estudiar a Atenas que tres veces doze leguas distará de tu illustre corte. Aprendió ingenioso las siencias mayores. Y con casto amor mirele y mirome. Tan honesto estubo y yo tan conforme de mi illustre sangre a los pundonores que jamás me habló, sino dos razones en este papel con estos renglones: «Tu esposo he de ser, Atenea. Voyme; aguárdame presto». Y firma su nombre. Llamolo su padre vínose y dexome. No sé qué concejo o qué medio tome. 155 1320 1325 1330 1335 1340 1345 1350 156 EDICIÓN DE Dicen que en la guerra murió a sus rigores. ¡Llevose dos vidas la muerte de un golpe! 1355 [Escena 11.ª] ❧ Vuelve a salir FLORA. FLO. Señora, a tu padre ha dado un parasismo47 tan rezio que casi dudo que viva porque quedava muriendo. FIL. 1360 Atenea, aguarda aquí. Vamos Flora. ¡O, golpe fiero! Vanse. [Escena 12.ª] ATE. ¿Ay más brava confusión? El Palacio está rebuelto, gente ha entrado en el jardín; escóndome en este espeso toldo de arrayán y murta48, para escaparme sin riesgo de ser de ninguno vista. ¡O amor, aun después de muerto eres todo confusiones, todo ruydo y todo enredos! Escóndese en un bosquecillo que se formará. 47. ‘Paroxismo’, desmayo o pérdida de conocimiento. 48. Variante del arrayán, arbusto de jardín. 1365 1370 «EL ESPOSO POR ENIGMA» 157 [Escena 13.ª] ❧ Salen SIGISMUNDO, ALFESIBEO, SACATRAPOS, rebozados 49. SIG. Ya en el palacio estamos. Rebozarse y callar es lo que importa para que conocidos no seamos. Sacatrapos no hables o reporta la voz, ya que estos ramos adonde el artificio se desuela de nuestro intento son verde rodela50. 1375 1380 SAC. Seré de un torno tabla que oye siempre hablar, y nunca habla. ALF. ATE. Príncipe Sigismundo, dichoso aplauso te previene el mundo. ¡O, con quánto deseo deve de estar tu padre, el rey Teseo! Saldrá Filis tu hermana como el alva entre perlas y entre grana; bellos texerá laços para darte dulcísimos abraços. (¡Júpiter soberano! ¿Qué es lo que escucho? Para creydo es mucho. ¿Sigismundo, mi dueño es este? No es posible, yo lo sueño. Estoy por descubrirme a voces luego, pero ya me sociego, que es bien que mi cuydado atento advierta si sueño tanto bien, si estoy despierta.) 49. ‘Con el rostro cubierto’. 50. ‘Escudo’. 1385 1390 1395 1400 158 EDICIÓN DE SIG. Alfesibeo, amigo, ¿no oyes este ruydo y este estruendo? Luchando estoy conmigo si nos han descubierto, no lo entiendo. Sacatrapos, ¿qué dices? 1405 SAC. Que tengo nombre propio de narices. ¿Qué tengo de decir, por vida mía? Que me tiene sin juicio esta vehetría51. Mas así empeçó Troya, o estoy loco, que nunca mucho començó por poco; solo que fue de noche más cerrada. SIG. Toda el alma turbada y todo el corazón turbado tengo. ATE. (Después que mi atención está agotada en una duda vengo: mas si éste me ha seguido y falso Sigismundo se ha fingido… ¡A todo ha de arrojarse quien quiere en lo que intenta no engañarse! Pero yo rastrearé muy por entero si es este Sigismundo verdadero, que como ya a la luz faltan reflexos no puedo conocerle de tan lexos. Voyme de aquí un gran trecho, daré un grito valiente, que sin duda es su hijo, si él lo siente.) Éntrase. ALF. Ya parece que cesa. SAC. ¡O, si acabara y descansar un poco nos dejara! 51. ‘Confusión, desorden’. 1410 1415 1420 1425 «EL ESPOSO POR ENIGMA» 159 Dentro, ATENEA gritando. ATE. ¡Murió el rey, murió el rey! SIG. ¡Téngase el mundo! ¡Vasallos, conoced a Sigismundo! 1430 Vase a entrar y sale ATENEA y le detiene. ATE. ¡Tente, príncipe illustre! Que solo fue un desmayo, ya está bueno. SIG. (¡De goço estoy y de tristeça lleno! ¡Válgame el cielo santo! ¿Qué estoy viendo?) (O es Atenea esta, o no me entiendo.) ¿Que sólo fue desmayo y no otra cosa? (Sin duda es esta la princesa hermosa.) ¿Ángel de luz, es cierto que mi padre no ha muerto? Dos affectos me llevan a dos cosas y por seguir las dos ninguna sigo. ATE. Pues a las dos en breve otras dos digo: no ha muerto, no, tu padre. Yo di el grito por ver si eras su hijo Sigismundo. Yo tu Atenea soy, y tú mi esposo. SIG. Con esto de mis males me desquito. ¡Mil abraços te doy, esposa bella! ATE. Por seguirte fui ya tu errante estrella; ya mi suerte prolija en tus braços me ha hecho estrella fixa. SIG. ¿Pues en palacio estás con ese traje? ATE. Después te contaré todo mi viaje. ¿Qué pretendes aora? Descubrirme SIG. por la mañana. 1435 1440 1445 1450 160 ATE. SIG. EDICIÓN DE Estás muy acertado, porque todos por muerto te han llorado. A Filis dava cuenta ha poco de la bárbara tormenta que en caudalosos ríos han llorado por ti los ojos míos. En fin, son muchas cosas para contadas en tan breve suma. 1455 1460 Pues vete a la recámara52 de Filis y estese, ¡o princesa esclarecida!, en tu pecho secreta mi venida. Vase. [Escena 14.ª] ALF. SIG. ¡A Dios te queda! A Dios, bella Atenea. 1465 SAC. ¿Ay en el mundo quien aquesto crea? En fin, veer y callar es cosa grande; quien quiera saber mucho, mucho ande. SIG. ALF. Alfesibeo, parte a toda prisa y a Demofonte avisa que se venga a esta corte sin tardança, no sea que nos turbe una mudança todos nuestros intentos. Los pies me calçaré de quatro vientos. Vase. 52. ‘Habitación privada’. 1470 «EL ESPOSO POR ENIGMA» 161 [Escena 15.ª] SIG. Ya en silencio la noche pasea las esferas en su coche; otra pieça busquemos donde con más abrigo la pasemos. 1475 SAC. ¡O benditos los cielos soberanos, que después de combates tan tiranos, después de tanto enredo y tanto diablo, nos vamos a dormir en un establo adonde solamente hallemos higos que poder presentar a los amigos! Vanse. 1480 162 EDICIÓN DE JORNADA TERCERA [Escena 1.ª] ❧ Sale DEMOFONTE en traje de mayoral. DEM. Ya ni por las deesas ni por cañada o loma destos agostaderos armado de trayción el ojo asoma. No esgrime el lobo los estoques fieros de las sangrientas presas que en otro tiempo en la erizada breña se comía al cordero palpitante, siendo taxón la alforça53 de la peña y haciendo de las garras el trinchante el mastín vigilante. No trae, no, las carlancas54 mal teñidas por bregas que tubiese bien reñidas con el manchado tigre; duermen, sin que peligre la ovejuela en el campo, descuydados Lisiscas y Melampo. El cándido cordero, como la escarcha y nieve; la segura ovejuela, después que las corrientes aguas bebe, hacen al rubio sol blanca rodela; 1485 1490 1495 1500 1505 53. ‘Grieta’. 54. ‘Collar de puntas de hierro que se pone a los perros para evitar la mordedura de los lobos’. «EL ESPOSO POR ENIGMA» 163 Silvio por el otero viene con queso y pan matando el hambre; dale voces el rústico Damintas que buelva por la yerba vedegambre55; 1510 porque vio en una oveja mal distintas las sospechosas pintas de la roña56, que ya a picar empieça, y entrambos con amor y con presteça a la oveja doliente 1515 la curan mansamente. ¡Oh, quánto se desvelan pues ni el vellón maltratan, ni repelan! Una ovejuela loca 1520 que mal aconcejada y peor divertida57 desamparó el redil y la majada de Silvio pena fue, pena crescida. Silvio, pues, a quien toca pastorear el ganado por el valle, 1525 pisando aquí la xara, allí el garrancho58, la sigue por el rastro de una calle de espinos; uno de ellos con un gancho le hiço un surco ancho de sangre, que el empeine le ha pasado, 1530 y Silvio, sin tener de eso cuydado corrió y alló la oveja que del ato se alexa, y dando al mundo asombros 1535 se la trujo al redil sobre los hombros. Un mastín mal tallado de pesuñas, mal echo y mal formado el cerro59, 55. 56. 57. 58. 59. ‘Planta con poderes curativos’. En animales, ‘sarna’. ‘Apartada, alejada’. ‘Partes salientes y duras de troncos y ramas’. ‘Pescuezo de un animal’. 164 EDICIÓN DE el lomo angosto y sin valor el pecho –desmintiose mastín, trocose en perro y lobo declarado–, todas las noches un cordero hurtava y con hambre rabiosa lo comía; y después el ladrón ladrando estava siendo él el que el hurto cometía; un pastor advertía que los otros mastines no ladravan y por su misma boca condenavan del mastín la insolencia. Di luego la sentencia: matámosle, aunque tarde, porque no es bien que un lobo ovejas guarde. 1540 1545 1550 [Escena 2.ª] ❧ Salen DAMINTAS, SILVIO y CLARINEJO. DAM. ¡Guarda el oso, guarda el oso60, que acia el rebaño camina haciendo rostro61 a los perros y afilando las cuchillas! SIL. 1555 ¡Ya se ha entrado en la majada! DEM. ¿Qué es esto, Silvio, Damintas? SIL. ¿No lo vees? ¡Un oso fiero que determinado aguija y por poco a Clarinejo no le quitara la vida! DEM. Buena cuenta diera yo. 60. Grito para alertar sobre la presencia del oso. 61. ‘Enfrentándose’. 1560 «EL ESPOSO POR ENIGMA» 165 ¿Y pues, diste alguna herida, Clarinito? CLA. Fue milagro escaparme de su ira: sólo me lavó la cara con las espumas que hacía. 1565 DEM. Perdonaras tú el xavón… Aguardadme, por mi vida, que ya buelvo. 1570 Vase. [Escena 3.ª] CLA. ¿A dónde vas? ¡Pardies, que acia allá camina! Ya entró el oso en el rebaño. ¡O, quánta me causa grima! Y aun un cordero se lleva sobre la espalda, que eriza. 1575 DAM. A ayudar a Demofonte voy. SIL. Vamos todos, Damintas. Vanse. [Escena 4.ª] CLA. Buena está la escarapela62 de peleoneros. ¿Se pican? Pues guárdense, que los osos no sufren muchas cosquillas. Tomad, si lo dixe yo, 62. ‘Riña’. 1580 166 EDICIÓN DE en su punto está la riña, haciendo su casa fuerte una desmochada enzina. El oso les hace cara, ¡y qué cara tan maldita! ¡Y qué bien se le parece que está azorada y mohína! ¡O, cómo arruga la frente, o, cómo la piel eriza! Un estoque es cada pelo, cada cerda una cuchilla. ¡Qué bravo va Demofonte, qué reportado Damintas! Silvio no ha tomado paso, pecca de melancolía, que cólera no la tiene, él ha comido gallina. ¡O valiente Demofonte, celebre tu valentía más que la del bravo Aquiles del mismo Apollo la lira! Ríndase luego a tus pies todo guapo de mentira: mucho tufo y copetazo63, mucha guedeja partida, mostachones que parecen escobajos de vendimia; y siempre virgen la espada, siempre pura y siempre limpia. Humíllense a Demofonte el Arenal de Sevilla; de Málaga, los Percheles; de Toledo, las Ventillas; la Olivera de Valencia 1585 1590 1595 1600 1605 1610 1615 63. ‘Cabello rizado y flequillo’; metafóricamente vanidad y apariencia. «EL ESPOSO POR ENIGMA» y de Riarán, las Islas; de Vegel, las Almadrabas; de Granada, la Rondilla; de Segovia, el Azoguejo, que son plaças conocidas donde sólo a espada y daga los bravos se desafían64. Él viene con los despojos. 167 1620 1625 [Escena 5.ª] ❧ Sale DEMOFONTE con un cordero ensangrentado. SILVIO arrastra un oso o lobo muerto. DEM. No le salió bien la rifa al oso, pues que dexó por el cordero la vida. DAM. Esforsado Demofonte, tu pecho y valor admira. 1630 DEM. No es valor, sino cuydado, pues si yo cuydo estas crías de los tiernos recentales y viene la ambrienta embidia de un infame y me las mata, tiñendo en púrpura fina el velloncico de nieve que quiero más que a mi vida, ¿no tengo de dar mil muertes a la fiera mal nacida? Vaya y, si quiere comer, mate bestias salvajinas. 1635 1640 64. Lugares de la vida picaresca española a finales del XVI, ya nombrados por Cervantes, según quedó comentado en el estudio introductorio. Islas son manzanas de casas. 168 EDICIÓN DE CLA. Y quiçás irá a comer ella, y bolverá comida. DAM. Bien bolverá, si la comen. SIL. 1645 Canta un tono65 a Demofonte por que sociegue la ira. DEM. A de ser el de Teseo que cantaste el otro día. CLA. Mucho gustas de ese tono, 1650 quiçá por Filis divina. DEM. No sé quién es esa Filis. Es sabrosa la letrilla. CLA. Si Filis ha de ser tuya, aunque el sol le cause embidia, no ay más que decir ni hacer que buscar una vandica. 1655 DEM. ¡Válgate Dios por rapaz, acaba y canta! CLA. La prima se rebentó; vaya assí, pues yo me llevo la prima66. 1660 Canta. «Mucho sois para cabaña, sabe Dios si durará, que quien cuyda de su hato presto lo mejorará. 1665 65. ‘Composición poética musical característica del teatro del siglo XVII’. 66. Prima es la primera cuerda de la guitarra. También juega con el sentido de primera copla del tono y grado de parentesco. «EL ESPOSO POR ENIGMA» 169 Vueltas son de la fortuna que nunca sabe parar, con que a poco más o menos poco arroyo es mucho mar». [Escena 6.ª] ❧ Sale ALFESIBEO. ALF. De plumas vengo calçado por abrebiar mi venida. Partamos ya, Demofonte, que Sigismundo te avisa que ay peligro en la tardança. DEM. Caminemos noche y día. 1670 1675 Venga mi vanda y mi ramo, con el misterioso enigma, y a Dios. ¿Viste a la princesa? ALF. Sabraslo mientras caminas. DEM. Vamos todos. TODOS ALF. Todos vamos. 1680 Quédense Dorinto y Licias por que cuyden del ganado. DAM. A Dios, granjas. SIL. A Dios, quintas. [Escena 7.ª] ❧ Salen ATENEA y FILIS. ATE. ¿Está ya bueno tu padre? FIL. Bueno ya, princesa mía, mas por la melancolía 1685 170 EDICIÓN DE no ay festejo que le quadre; él nos dio bien triste día. ¿Hállaste bien en mi corte? ATE. FIL. ¿Pues cómo tengo de hallarme si eres de mi dicha el norte? Mas mira que des tú el corte con que yo pueda ocultarme, que yo por esto, señora, me estoi así por aora, aunque mi nobleza ultraje. Estate de labradora, que te asienta bien el traje. Que con título de verte de rostro tan agraciado diré que he dado en quererte y, teniéndote a mi lado, podrás mejor esconderte. Assí encubierta estarás los días que tú quisieres. Tu esclava soy, ¿quieres más? ATE. Siempre liberal estás, como siempre hermosa eres. Iba a responder aora. FIL. ¿Qué ibas a responder? ATE. Que siendo Filis señora, ¿cómo esclava puede ser Filis de una labradora? FIL. Con mucha razón me espanto, Atenea, de tu amor. O aquí anda algún encanto o ayer amavas mejor, porque estavas más de llanto. 1690 1695 1700 1705 1710 1715 «EL ESPOSO POR ENIGMA» ATE. Lo que en mí de gusto vees no es cierto menos amar, sino querer descansar para penar bien después por poder mejor penar. ¿Y pues, tan contenta estoi que paresca hacer excesos? FIL. Aunque sin sospecha voi, paréceme que están oi esos ojos más trabiesos. ATE. Pues alto a las flores di, ya que te parece a ti que me río en mis amores, no desmayeis, bellas flores, flores, aprended de mí. Pues tan triste estube ayer y oi tan contenta estoi, no tenéis que descaecer, que en mí, flores podéis veer lo que va de ayer a oi. ¿Va buena? FIL. ATE. Va muy preciosa, pero, pues eres discreta quanto pareces hermosa, acaba con esa glosa67. Va, pues me quieres poeta. Llega la tarde y allí la flor acaba y su alarde, si es maravilloso así el no morir a la tarde, ayer maravilla fui. 171 1720 1725 1730 1735 1740 1745 67. ‘Género poético de tradición cancioneril en que se desarrolla con variaciones una copla inicial’. Es el género que utiliza en este pasaje Atenea, haciendo alarde de ingenio. 172 EDICIÓN DE Como el sol me dio en la cara ayer fui su luz, mas oi tan de tinieblas estoi que ayer fui del sol luz clara y hoy sombra mía aún no soi. FIL. ATE. Un siglo me ubiera estado oyéndote. Y, en efeto, llámame el justo cuydado de mi padre. 1750 1755 Lo tratado se esté, Filis, en secreto. Vanse. [Escena 8.ª] ❧ Sale SIGISMUNDO y SACATRAPOS. [SIG.] Mucho, mucho se tarda Demofonte y de alguna desgracia me recelo. ¡O, nunca quiera el cielo que algún azar succeda! Estese la fortuna, estese queda hasta que nuestras firmes amistades exemplo sean para las edades. 1760 1765 SAC. Si Demofonte fuera, en la corte jamás los pies pusiera, que tenía por cosa averiguada darme luego una y otra tarascada, y desde que llegamos, ni frío ni caliente no probamos, y allá entre los desvanes68 de la frente lo frío está brincando y lo caliente. 1770 68. En un teatro o corral de comedias, las localidades más altas; el gracioso, una vez más, hace humor metateatral. «EL ESPOSO POR ENIGMA» Un xigote69, un pernil, unos chorizos, un salchichón en la sartén chillando, un plato vaheando de mondongo, ¡pardiez, que se me da de todo un hongo! ¿Qué se me da vivir en un palacio estando el vientre tan pizmiento y lacio? Pues, pardiez, si se tarda, que salte con la carga y con la albarda, y que luego eche mano a una alabarda, llevando en la otra mano una espingarda70, y saliendo con cólera no corta empeñe la alabarda en una torta. SIG. 173 1775 1780 1785 Ea, que antes de un mes si no me engaño avrás sacado el vientre de mal año. SAC. Dormir en un pajar lleno de frisa71, que ay pulga que se lleva un hombre a cuestas, dígolas yo galeras, y no fiestas; 1790 pues el andar a sombra de texado, si oyes pasos con ánimo asustado, como ratón casero, correr y recogerte al agujero. Ante noche dormía en el pesebre… 1795 –es raçón que este cuento se celebre–. Un potro por los cóncabos traseros destosiose sin más alabarderos, y como estamos hechos que a qualquiera 1800 rumor el corazón se nos altera, despavorido desperté al instante, quando oygo por la cola el consonante del ruydo que me asusta, porque el potro 69. ‘Guisado de carne picada’. 70. Alabarda es lanza larga, y espingarda, un tipo de escopeta. 71. ‘Tela vasta que sirve de forro’, o para vestidos de aldeanos. 174 EDICIÓN DE asegundó72 con uno y aun con otro. Y yo dije a mi sayo por donayre: 1805 «Quietémonos, que aquello es cosa de ayre». ¿Hate quadrado el cuento? Es muy salado. SIG. SAC. Pues llámese éste El cuento de Quadrado. SIG. Dexando tus dislates a una parte, avísame Athenea que mañana, quando amortaje al sol la espuma cana, por solaçar al rey, de mucho arte se le haçe una comedia, donde asiste la nobleça, que púrpuras se viste; que es saçonada fiesta a un rey una comedia, si es honesta. 1810 1815 SAC. ¿Y llámase? SIG. El esposo por enigma. Será algún ingenioso paradigma. SAC. Pues a esa comedia, illustre príncipe, que a verla vaya Doña Metonimia y Doña Antonomasia y Don Sinécdoque, y con Doña Metáfora, Don Sístole. Y hollándose con gran Prosopopeya, con Doña Catacresis Don Apóstrofe. ¿Aora salen con tropos y figuras? Yo mucho más quisiera que Doña Sinalefa se hiciera, que es figura que come quanto halla, aunque sea un montante y una malla73, y quiçás a comer me combidara, y cosa que comer no le dexara; 1820 1825 1830 72. ‘Repitió’. 73. Montante es espadón de mucho peso, y malla, el tejido de hierro entrelazado con que se protegía el cuerpo del guerrero. «EL ESPOSO POR ENIGMA» 175 que fiestas donde falta sinalefa son flores de cantueso y ropavieja74. SIG. ¡O, si ya Demofonte apresurara y este lance dichoso se lograra después de la comedia! Al jardín vamos, que parece nos hablan ya los ramos con el verde color y manso ruydo, diciendo: «Demofonte ha ya venido». 1835 SAC. Como andas a cencerros atapados75, cencerros se te antojan, mas cojeas, príncipe, de la cosa que deseas; mas, como afectos son hambrones, solamente deseo bodegones; y como es ya de días, pues van ocho, me comiera una armada de viscocho, porque hambre y con hachi no repara en si es vino o es tepachi76. SIG. 1840 1845 Sígueme, loco, y con secreto entremos. SAC. ¡O, si dixeras: «Ven y comeremos»! Vanse. [Escena 9.ª] ❧ Tocan chirimías, sale acompañamiento, rey TESEO, FILIS, ATENEA. TES. La comedia ha estado buena y el verso muy bien sentido. 1850 74. Ambos términos equivalen a ‘baratijas’ y ‘cosas usadas’. 75. Andar a cencerros atapados es hacerlo cautelosamente. La expresión se deriva de la costumbre de silenciar los cencerros de las reses cuando se quiere que pase inadvertida su presencia. 76. En México, tepache es una bebida fermentada hecha de piña y azúcar. 176 FIL EDICIÓN DE En fin, avrás divertido, señor, parte de tu pena. Mientras la trama se atiende y se atiende a la alusión, las causas de su aflicción la imaginación suspende. Aquel notar en qué para con un acesido ansioso el enredo artificioso; aquel guardarle la cara; aquel apretar un lançe con tal artificio y cuenta que parece que rebienta por darle el ingenio alcançe; aquel veer cómo el poeta en un laço el pie metió y que luego se escapó con una donosa treta; aquel estar advirtiendo en un soberbio Faetonte77 cómo rueda por el monte con tan exemplar estruendo, que los potros arrogantes ya por la pendiente falda rompen exes de esmeralda, troçan ruedas de diamantes. Con el castigo presente luego el soberbio se enfrena, que es bien que en cabeça agena el presumido escarmiente. Corrige lascivos yerros Anteón78 desenfrenado 1855 1860 1865 1870 1875 1880 77. Comentado en la nota al verso 341. 78. Personaje mitológico, normalmente conocido como Acteón, que, después de descubrir el baño de Diana, fue convertido en ciervo y devorado por sus propios perros. «EL ESPOSO POR ENIGMA» a quien en ciervo trocado se lo comieron sus perros. Ícaro79, que a la corona del sol atrebe la pluma ya se rebuelca en la espuma que las alas le xavona. Véalo la edad primera para que pueda aprender que es desatino atreber a mucho sol poca cera. Vea también los blasones de los magnánimos pechos, que por sus illustres hechos se eternizaron padrones; los letrados virtuosos que por los libros subieron a los puestos que les dieron sus desvelos hazañosos. Y con esto exclame al vellos lo que ya Athenas gravó: como aquellos seré yo si fuere yo como ellos, que un bien entendido siente que una comedia advertida es espexo de la vida. TES. Aunque habló como prudente, mexor dijo el que sentía que toda la gloria humana es una comedia vana que en este mundo se hacía. Los papeles, la fortuna reparte, haciéndose autor; a éste viste de señor aunque nació en pobre cuna; 79. Comentado en la nota al verso 397. 177 1885 1890 1895 1900 1905 1910 1915 178 EDICIÓN DE al otro con un plumaje le dio papel de galán; a estotro aplicó a rufián y acomodolo de traje; al otro lo armó de rey, a quien los demás veneran; mas, como que todos mueran, es incontrastable ley, en llegando a los finales acentos, por varios modos, como los desnuda a todos, a todos los dexa iguales. Porque ya en el vestuario de una sepultura triste ni el galán de galán viste ni el soldado el color vario; antes, tan igual blaçona la muerte en lo que baraja que guarda en la misma caja el cayado y la corona. FIL. Siempre te vas a tu daño, piensa en cosas de alegría. TES. Al prudente, Filis mía, mucho alegra un desengaño. Pero, dexando esto aora, ¿qué labradora es aquesa? FIL. Merecía ser princesa, señor, esta labradora. He dado en tenerla amor, su ingenio es cosa de espanto. 1920 1925 1930 1935 1940 1945 TES. Pues ya que la quieres tanto, vístela, Filis, mejor. FIL. Ella no pasa por eso. 1950 «EL ESPOSO POR ENIGMA» TES. ¿No pasa? ¿Por qué no pasa? ATE. Porque a quien le dan la casa, pedir vestido es exceso. Ya que en hablarme te igualas, señor, habré de decir que haré gala del servir y con eso tendré galas. TES. Con traje tan de ignorante no vi hablar tan cortesano. ATE. Es que tube yo un hermano que fue muy grande estudiante, y quando yo le decía: «endemás», «huera», «roin» «ensomo», «dende» o «magín», él luego me corregía y tube tan buen pergeño80 –vees cómo me fui a quien era sin que en decir lo advirtiera, que mi palabra te empeño–, que en poco tiempo, señor, sin tinta, pluma o papel hablava yo más que él y él decía que mejor. Como tan hábil me vía otras siencias me enseñó. De la que gustava yo era de la astrología. Supe los rumbos seguros de los astros y los cielos, eclípticas, paralelos, sodiacos y coluros81. 179 1955 1960 1965 1970 1975 1980 80. ‘Ingenio’, en el lenguaje rústico y pastoril. 81. Eclípticas es el término astrológico con que se designa el círculo que recorre el sol en un año; coluros, el usado para señalar el círculo que, pasando por los Polos, corta la eclíptica. 180 EDICIÓN DE No ay aquí más que entender, llegué a levantar figura82. TES. ATE. ¿Y sabes ya tu ventura si buena o mala ha de ser? Pues, ¿qué ventura más llena que aver en tu casa entrado? En ella, señor, he hallado toda mi ventura buena. De mi ventura la estrella mucho tiempo errante andubo asta que mi estudio tubo habilidad para vella. En mi tierra no se vía y luego que vine aquí, desde el jardín descubrí la estrella que yo seguía. Porque en esto de notar el uno y el otro broche con que se estrella la noche tengo gracia singular. Como tengo en esta estrella puesto todo mi cuydado, apenas hube llegado, quando procuré por ella. No luego la conocí ni quedé desto muy cierta, porque estava algo encubierta luego que la descubrí. Como no quedé del todo cierta en si era o no era, híceme un poco acia fuera y conocila. De modo que estoy por asegurar 1985 1990 1995 2000 2005 2010 82. ‘Acción con que el astrólogo traza la posición de planetas y estrellas para conocer el horóscopo y establecer la predicción de sucesos’. «EL ESPOSO POR ENIGMA» 181 que la estrella se alegró. Y si gustaría yo, es fácil de adivinar. Luego se encubrió otra vez, y ha días que no la veo, pero sabrá mi deseo sacarla de su disfraz. Si quieres averiguar quánto mi estrella prefiere, esta noche, si saliere, te la tengo de mostrar. Y dirás de su arrebol, quando se descubra y salga, que una estrella tan hidalga hija puede ser del sol. 2015 TES. ¿Pues cómo tu vigilante estudio allá no la hallava? 2030 ATE. Porque yo fixa me estava y ella andava muy errante. 2020 2025 [Escena 10.ª] ❧ Entra SACATRAPOS. SAC. Señor, por fin de la fiesta TES. ya que no pudieron antes, dos cavalleros andantes afuera aguardan respuesta para entrar y, cierto, aguardan con una rara invención. 2035 ¿Quántos los andantes son? 2040 SAC. Dos, señor. TES. Di que ya tardan. Caxa y clarín. 182 EDICIÓN DE [Escena 11.ª] ❧ Salen ALFESIBEO, DAMINTAS, SILVIO, CLARINEJO, SACATRAPOS, SIGISMUNDO y DEMOFONTE, cubiertos ambos los rostros con una liga83. DEMOFONTE con el ramo de JÚPITER y la vanda de TESEO cubiertas. DEM. Invictíssimo Monarca cuyas haçañas heroycas abre el sincel en el bronçe, rompe en el jaspe la escoda84, el emboço de los rostros, Magnífico, nos perdona, pues pretendemos con ellos darte por junto las glorias. Dos corren promesas tuyas expresamente notorias en quantas tierras el sol con lucientes rayos dora. Aseguras tu palabra y ociosamente la apoyas, que su fe nunca los reyes de su palabra divorcian. Del Príncipe Sigismundo a las noticias gloriosas imperiosamente grande mandas tu media corona. A una vanda que tú diste quando a la que ya fue Troya mucha tempestad de incendios en ceniza bolvió poca. Al dichoso que trujere la vanda, das por esposa 83. ‘Venda o tela’. 84. Término comentado en la nota al verso 376. 2045 2050 2055 2060 2065 «EL ESPOSO POR ENIGMA» 183 a la bellísima Filis, mucha embidia de las diosas. ¿Es así rey? TES. Así es. 2070 DEM. Pues digo que la una y otra promesas en mí se juntan por consequencia forçosa; para merecer a Filis te buelvo tu vanda propia. Yo te di la vida, rey. El lenguaje me perdona, que me importa que la vanda conoscas y me conoscas. 2075 Quítase el embozo y dale la vanda. TES. Esforçado Demofonte, los braços en premio toma; tuya es Filis. DEM. Para serlo es tu diligencia ociosa, que Júpiter soberano me da a Filis por esposa. Deste ramo lo atestigüen tantas letras como ojas que de Demofonte y Filis publican las castas bodas. Como a cosa, pues, sagrada en quien Júpiter se goza, Filis, la mano te doi. FIL. TES. Yo con ella el alma toda, agradesciendo a la vanda las agencias de mis bodas. ¡Cielos, o, quánto cuydáis de mi reyno y mi corona, 2080 2085 2090 2095 184 EDICIÓN DE pues tan de repente tanto esmalte bello la adorna! DEM. Pues para que más estimes 2100 de Júpiter las memorias, a Sigismundo recibe, no ya sus noticias solas. Quita el embozo. SIG. TES. SIG. ATE. Padre querido, aquí tienes a tus plantas generosas al Príncipe Sigismundo. 2105 ¡Cielos, acortad las glorias, que a tantas felicidades no basta una vida sola! ¡Quán tiernamente te abraça, hijo, un padre que aun aora muerto, muerto te llorava y ya con vida te goza! 2110 Hermana, dame esos brazos. Bien las penas galardonas en que nos puso tu ausencia. 2115 No es bien que yo quede corta. Señor, ya salió mi estrella, mi estrella que el cielo borda con majestuosos rayos para que tú la conoscas. ¿Quieres la veer? Esta es. 2120 Apuntando a SIGISMUNDO. TES. ¿Qué dice esta labradora? SIG. Que es la Princesa de Atenas y conmigo se desposa; sólo aguardo tu licencia. 2125 «EL ESPOSO POR ENIGMA» TES. Admiraciones es toda esta noche, más que tiene broches ella que le doran el manto azul, más que cuentan las orillas espaciosas del mar, arenas que arramblan por sus profundas alcobas, por médanos dilatados los vientos que las trastornan. Dóitela de buena gana, pues en esa mano logras discreción con hermosura. 185 2130 2135 DEM. Pues celébrense las bodas del Príncipe Sigismundo y su consorte dichosa, Reyna de Atenas en Tracia, mas las de Filis hermosa an de celebrar de Atenas cátedras y escuelas doctas. A visitar su academia la Magestad imperiosa de Júpiter me destina y cuydadoso me exorta que al punto que dé la mano a Filis, que es ya mi esposa, sin dilación para Atenas corra el campo y tome postas. A favores tan de Júpiter mis obediencias son cortas, si justas correspondencias, y mis palabras son obras. De su voluntad divina mis atenciones son todas poner en execución las comisiones forçosas, que a una deidad soberana un obediente soborna 2140 2145 2150 2155 2160 186 EDICIÓN DE para grandes promociones con execuciones prontas. Y pues allá espero al príncipe con su bellísima esposa, para que mis desposorios festeje en su corte propia, lleve Atenea este ramo y en sus escuelas proponga este prodigioso emblema que los ingenios absorta. 2165 2170 Dale el ramo. Y a Dios, padre; a Dios, hermano; Filis, a Dios, y perdona: voces de Júpiter son, no negociaciones propias. TES. 2175 Salga contigo mi corte, la nobleça y Tracia toda. Vanse TESEO, DEMOFONTE y acompañamiento. [Escena 12.ª] SIG. Quédate acá, Sacatrapos. 2180 SAC. Quédome, pues, en buen hora, pero quédome con tal que traygan presto la olla. SIG. A mi cargo Alfesibeo queda como tu persona. ALF. Eres Príncipe. SAC. Es verdad, mas yo lo quisiera torta. SIG. Prevénganse grandes fiestas. 2185 «EL ESPOSO POR ENIGMA» ATE. FIL. Huélgome, Filis hermosa, de tantas dichas y tantas prosperidades que gozas. No sé qué tengo en el alma, Atenea, de congoja; muy libre deve de ser pues a vista de mis glorias se atrebe a martiriçarme: perplexidades soy toda. ATE. La ausencia deve de ser, consuélate con que es corta. FIL. Paréceme que las fuerças se me marchitan y agostan, y que mi florida edad en árbol seco se torna. Pero, ausente Demofonte, es bien que me seque toda de tristeça, qual sin olmo se seca la yedra hermosa. 187 2190 2195 2200 2205 [Escena 13.ª] ❧ Aparece PALLAS con música en el bofetón. Todos de rodillas, y FILIS arrimada a la tramoya del árbol. PAL. Sagrada Filis bella, de Júpiter cuydado, ya de su trono alado hacerte quiere estrella. Quiere que sus tristeças por Demofonte ausente al mundo se las cuente Filis buelta en corteças. Y como en su presencia a los mayos excede, 2210 2215 188 EDICIÓN DE así marchita quede de su esposo la ausencia. Los altos consistorios de Júpiter piadoso votos son por tu esposo conformes y notorios; tu espíritu elevado acá verá en el cielo que es tu esposo el desvelo del tribunal sagrado. Su suerte esclarecida verás y quanto exceda. Ven, y en tanto te queda, en árbol convertida. 2220 2225 2230 [Escena 14.ª] ❧ Desaparece PALLAS, vuelve la tramoya del árbol ofreciéndose a la vista y quedando a sus espaldas FILIS. ATE. Ya he entendido yo el enigma, entalle el nombre de Atenas, pórfidos que nunca falten, bronces que nunca perescan. Alcancen a Demofonte, díganle que luego buelva y que de Filis, ya rama, está el remedio en su buelta. SIG. Sacatrapos, parte luego. ALF. ¿Cielos, qué cosas son estas? 2235 2240 SAC. Volaré más que un alcón quando tras la garza buela. ATE. Doi por muy bien empleados los afanes de mi siencia. 2245 «EL ESPOSO POR ENIGMA» SIG. ¿Que has penetrado el enigma? ATE. Como si el enigma viera. ¿No ves que soi el oráculo de la Academia de Atenas, y que por eso me dan apellido de Atenea? Soi quien enseña las artes, las súmulas y dialéctica, la docta filosophía y la que se azora sciencia85 a los Dioses soberanos. Soi la que, docta, interpreta los cánones y decretos que los togados asientan; soi la que en mis clases crío la florida adolescencia. SIG. 189 2250 2255 2260 ¡Toda la corte se turba y en confusas tropas entra! [Escena 15.ª] ❧ Salen TESEO, DEMOFONTE y todos. DEM. ¡Qué tan presto se acabaron mis dichas, deidad eterna! ¿De Júpiter, Filis árbol? ¿Filis ya buelta en corteças? TES. 2265 ¡Qué poco viven las dichas, qué de ello viven las penas! 85. Podría referirse a la ‘Metafísica’, dado que ésta sería la disciplina que completa la enumeración de las materias de que consta la enseñanza de ‘las artes’, de acuerdo con el diseño aristotélico. 190 ATE. EDICIÓN DE Sociégate, Demofonte; Teseo, el pecho sociega, y de Júpiter Amonio oyd el sagrado emblema. Mucha escuridad le ciñe, bosque es de horror cada letra, sus lenguas tradusgo así, latina, romana y griega: Quando buelvas, bolverá de tu Prado primavera y, buelta en lo que antes era, lo que has de ser te dirá. Quando buelvas… Ya volviste, eso basta y eso suenan las dos primeras palabras que te dicen quando buelvas. Bolverá… Sí, bolverá porque aora es planta seca, y quando abraçarla llegues se bolverá Filis bella. Prosigue el enigma assí: de tu Prado primavera. Tú eres el prado, mancebo, en quien los Dioses apuestan a floridas esperanças soberanas competencias. Eres Prado donde crecen para más altas empresas las flores de las virtudes, los frutos de la experiencia. Primavera es por ti Filis, porque su Prado se ausenta; marchita está y a tu vista bolverá a ser primavera. Allá la tienen los Dioses y tus augmentos le cuenta, mas ella te los dirá ya buelta en lo que antes era. 2270 2275 2280 2285 2290 2295 2300 2305 «EL ESPOSO POR ENIGMA» 191 Sólo aguarda tus abraços; llega, Demofonte, llega. DEM. Llego y abraço mil veces, 2310 ¡válgame toda la esfera de Júpiter soberano! [Escena 16.ª] ❧ Buelve la tramoya, y queda escondido el árbol y FILIS aparece. TES. DEM. ALF. SAC. ¡Hija amada! ¡Filis bella! ¡Temblando estoy! ¡Caso raro! SIG. Transformación es aquesta que no la creerán los siglos. ATE. Verificose el emblema: quando buelvas, bolverá de tu Prado primavera y, buelta en lo que antes era, lo que has de ser te dirá. FIL. Generoso Demofonte, alta fortuna te espera, mucha eminencia te llama, grande te aguarda excellencia. Dichosa mil veces yo, que gozaré tu presencia, mientras que de mis abraços no te apartare otra alteça. El ramo que en verdes ojas escribió mis bodas bellas 2315 2320 2325 2330 192 EDICIÓN DE del Olimpo será cedro para que en sus ramos crescas. Aqueste ramo en tu prado crescerá a dichas excelsas como la planta que está junto a las corrientes frescas. Ramo cuyo pie se arrayga en aquella mano, aquella con que el rei Júpiter hace que los orbes se estremescan; que por eso su cuydado ramo y prado te semejan para que se estienda el ramo, para que el prado floresca. 2335 2340 2345 DEM. Muy vuestras, Júpiter, son tan liberales promesas. SIG. Ya señor, de toda Tracia las alegrías empieçan. ATE. Pues donde empieçan los gozos acabará la comedia del Esposo por enigma y de la esposa más bella. FIN 2350 «EL ESPOSO POR ENIGMA» 193 ❧ Aquí se hiço una hermosísima dança y, acabada, estando en medio del teatro FILIS, repartidos a sus dos lados todos los personajes, aplicó esta obra al Señor Obispo, encarándose a Su Señoría Illustríssima desta manera: Aplicación Illustríssimo señor, en cuya púrpura noble el sol deletrea rayos que la frente le coronen, cuya mitra brilla tantas soberanas perfecciones quantos rayos cuenta el día, quantas estrellas la noche. Vuestra compañía, ¡o, quánto es justo que ella blasone, pues en decir que es tan vuestra le di su mayor renombre! Con este assumto os festeja a vuestros hechos conforme; ¿pero qué assumto, qué enigma? Olvideme, ¡o confusiones!, passose de la memoria y al mejor tiempo faltome. No ay remedio. ¿Ay quien apunte? Pues si nadie me socorre diré, señor, que vos fuistes el sol que las sombras rompe, a cuya luz se passó esta alegórica noche. A tantas de tanto sol valientes innundaciones, 5 10 15 20 25 194 EDICIÓN DE vacillante naufragó la sombra y desvaneciose. Vos sois, príncipe illustrísimo, el divino Demofonte; vos sois la verdad de aquel; sombra aquel de vuestros loores, el grande Júpiter de Austria86 a quien porque el hombro pone para sustentar dos mundos le besan el pie dos orbes. Con el enigma del ramo, que es vuestro glorioso nombre, con Filis os desposó. Los rayos del sol perdonen, que después que es vuestra Filis, ni son hermosos ni nobles, con ella los rayos que eran de lo uno y otro crisoles. Filis de Valladolid es la Iglecia, cuyas dotes dice el cielo que la toca y los que la calçan montes. Tan amante suyo el cielo que, aunque ceñudo se enoje con las demás, sólo a Filis le habla perlas y ríe flores. En estos, pues, desposorios altas devéis atenciones a los sabios concejeros de tribunales conformes. De empleos de más realçe digno os aclaman sus voces. Ya Júpiter para grandes dignidades os propone. 86. Felipe IV. 30 35 40 45 50 55 60 «EL ESPOSO POR ENIGMA» Júpiter, pues que en prudencia un Licurgo87 os reconosce, visitador os embia a México, Athenas Noble. Aquí os previene Atenea festivas aclamaciones. Más claro: la Compañía este festejo os dispone. ¿Quién duda, pues, que ya Filis, vuestra esposa, en los rigores de vuestra ausencia marchite de su hermosura las flores? Júsgola en vuestra presencia un prado que aspira olores, un ramo que a la esmeralda visos compite y colores; en vuestra ausencia la jusgo marchita planta, que al toque de la ausencia que avéis hecho secó ramos y ajó flores. Volverá quando bolváis a ser primavera noble, que es fuerza que ella floresca si es prado su Demofonte. Será pompa del verano luego que esos braços goze; bolverá a lo que antes era, tiénenla aora los Dioses en sus tronos de zafir donde en los votos acordes le muestran a Filis quánto ha de ser su esposo noble. Por eso ha de floreçer luego que esos braços toque, 195 65 70 75 80 85 90 87. Político y orador ateniense, discípulo de Platón, paradigma de buen gobernante. 196 EDICIÓN DE figurando en lo florido bien floridas promociones. Mayoral os nota aora Júpiter, y a vuestras voces dormir seguras ovejas, velar despiertos pastores. Proseguid, que no le faltan a Júpiter atenciones para haceros mayoral en exidos superiores. Esto cantava Athenea al son de un rústico albogue88 a un mayoral, que por muchos, por muchos siglos se goze. 88. ‘Flauta rústica’, propia de pastores. 95 100 105 APÉNDICE ADICIÓN A LOS FESTEJOS… UN DOCUMENTO ILUSTRATIVO ADDICIÓN | A LOS FESTEXOS, | que en la Ciudad de México, se | hizieron al Marqués mi señor, con el particular que | le dedicó el Collegio de la Compañía de JESÚS. DESPUÉS DEL FIN DESTA RELACIÓN no me pareció dexar la del mayor festín de México, que la Compañía de Jesús hizo al Marqués mi señor, en el Collegio de Estudios de San Pedro y San Pablo, aplauso de los mayores que vio este reyno, y como tal, recibido del agrado de su Excellencia y aclamado de toda esta ciudad, a quien pareció desempeñarse con esta acción particular mucho de los comunes deseos. * * * Convidó a su Excellencia el Padre Provincial de la Compañía, para el día 18 de noviembre deste año, al festejo que le previno en el dicho Collegio, 199 200 APÉNDICE: donde fue recebido con repique de campanas y general aplauso de todo el concurso, que fue tan grande, que difícilmente podía romper camino la guarda para entrar al patio de los Estudios; donde estava dispuesto un teatro quadrado, en quien no debió nada la magestad a la discreción en el comportamiento de los asientos, para tribunales, cinco obispos, Inquisición, títulos, personas graves, religiones y mucho pueblo, que se distribuyeron en tablados, ventanas, corredores y patio, sin que las personas graves se viesen unas a otras con que cesaron qualesquier razones de sentimiento. Ocupó el principal testero del quadro su Excellencia acompañado del señor Visitador Don Juan de Palafox, y de la Real Audiencia; por la mano derecha el Cabildo Ecclesiástico, con división de tablado; y con la misma el secular a la otra mano. Estava de frente, a compasada proporción, erigido un vistoso arco de pincel, en que se ofrecía lo sutil al ingenio de sus assumptos y lo hermoso de su pintura a la vista. Tenía diez y siete varas de alto, de ancho quinze en un cuerpo de arquitectura fabricado en obra jónica de tres arcos, uno grande sobre que se fundó la fachada, y dos menores a los lados, sobre que se levantaban dos maziços relevados en perspectiva. En la tarja del tablero de enmedio estava la dedicatoria de la fórnice y de la fiesta, en un epigrama castellano, que va al fin de la loa; en el tablero de la mano derecha sobre el uno de los arcos menores estava en emblema pintado un olmo, de cuyas ramas pendía ceptros, coronas imperial y reales, tusones y hábitos de las maestrías de Santiago y Calatrava, y con él iba enlaçando sus pámpanos y razimos una vid guiada por la mano de un agricultor, en «ADICIÓN A LOS FESTEJOS…» 201 cuya persona se simbolizó S. Francisco de Borja, sujeto de la comedia, en significación de que se prometían los estudios de la Compañía guiados por tal mano arrimo y amparo en el olmo de su Excellencia a quien adornan los ceptros y coronas de sus reales ascendientes, como lo dixo el mote: Habebit sic fulta vires. Y la letra en una tarja inferior: Olmo un Pacheco es opimo de noblezas a quien trepa de cada ceptro la cepa buscando en su rama arrimo. Agricultor y razimo los abraços Borja guía de su vid al olmo, y fía que fuerças, dulçura y colmo tendrá abraçada a tal olmo la vid de la Compañía. Ocupava el frontispicio deste tablero, en una tarja, la empressa de una mano teniendo un Jesús que se imprimía al cristal de un espejo que estava en otra mano por el opuesto: significación de la uniformidad para la Compañía en los ánimos de los dos Duques, el de Escalona y el de Gandía, como lo dixo el mote: Haud alter ab illo. En el tablero de la otra mano se vían las armas de México y en el pecho de su águila un Jesús representando la Compañía Mexicana, que en dos polluelos examinava su juventud a los rayos de un sol, que en el ángulo encontrado hazía alusión al Sol de las Armas de su Excellencia, con este mote: Acies ad lumina probo. Y su letra en la tarja interior. De un sol Pacheco a los rayos que a sus estudios humana 202 APÉNDICE: la juventud mexicana hace de su vista ensayos. Más quilates que desmayos logra, con que la promueva, que es porque a su luz se atreva águila esta casa; y es Sol de Villena el Marqués a cuyas luzes la prueva. Llenó el frontispicio deste tablero en una tarja, la empresa de dos columnas, una de nube, símbolo de la Sabiduría, otra de fuego, símbolo de la Ley y Govierno; dando a entender el amparo de nuestro Duque en ambos significados, como lo notó el mote: Dux utroque tempore. Adornavan las dos vueltas de perspectiva haziendo orla al arco de enmedio, quatro tarjas pendientes, dos por lado, repartidas alas quatro virtudes, que en el Príncipe pide el Philósopho: cupo la primera a la Fortaleza; fue su empresa una yunque en quien estava escrito: Regnum; encima un diamante en quien estava Nobilitas; hería al diamante un martillo en que se pudo Labor. Orlava toda la empresa este mote: Más Diamante que Virrey. Cupo la segunda a la Prudencia; fue su empresa el simulacro de la de Apolo, una serpiente de tres cabeças; de león la una, su título Vigilantia; de lobo la otra, el suyo Prosperitas; de perro la tercera, y en ella escrito Fidelitas. Su mote: Con prudencia más sagaz. La tercera cupo a la Justicia; su empressa una mano con dos balanças en fiel, una espada en la una con este título, Justicia; en la otra un ramo de oliva con este, Pax. Y el mote: Uniendo Justicia y Paz. La última se dio a la Templança, su empressa una pintura de Némesis, en la mano derecha un «ADICIÓN A LOS FESTEJOS…» 203 cubito geométrico con este título, Modus; en la otra un freno con este, Cohibitio. Y por mote: Templança pone a la Ley, haziendo esta ingeniosa quarteta los quatro motes: Más diamante que virrey con prudencia más sagaz uniendo justicia y paz templança pone a la ley. Dava remate al architectura sobre la cornisa, en la clave de una media naranja, una tarja en que estava un Jesús, armas de la Compañía, sustentada en los hombros de la Sabiduría y el Zelo; y por los lados, sobre los maçiços de los dos arcos, las armas de su Excellencia, estrivando en el un lado sobre los hombros de Minerva y Marte, y en el otro sobre los de la Nobleza y Fama. Llenó la Compañía en esta fórnice el número de todas las triumphales que se han erigido por parte de las ciudades e iglesias a las entradas de su Excellencia en este reyno, obras todas en que se esmeraron los luzidos ingenios de sus religiosos, pues todos los arcos han salido de la Compañía. Levantose esta architectura sobre el tablado de la representación y sus arcos servían de entradas y apariencias a los representantes. Dieron principio a la fiesta los cantores más diestros de la Cathedral, cantando en música de composición este romance: En Villena cantando sangre y fortuna a la Fama le faltan redobles y se acaban al viento las plumas 204 APÉNDICE: Celebra de sus grandezas tantas empresas augustas, que lo más que ella termina es lo menos que ellas juntan. Si por grande, es el mayor; si por sangre, fue la suya gloria de muchos monarchas y esmalte a coronas muchas. Nada le debe a la Fama pues por más que ella retumba, al aliento de su trompa alto objeto sobrepuja Su grandeza solo un Borja en semejança no obscura, rayo a rayo y gloria a gloria, como en espejo trasumpta. Que en Villena cantando, etc. Dixo con estilo nuevo y conciso un bien sentido recitante de los estudios la Loa que sirvió de prólogo y dedicación de la fiesta, refiriéndose al epigrama, que leyó en la dedicatoria del arco LOA Si engrifado gigante al cielo aspira, señor excellentíssimo, del monte Crestón volado; si su alteza mira humilde el valle, bajo el orizonte más que tierra en su cumbre, cielo admira su penacho sin riesgos de Faetonte, arriscado hasta el cielo, donde sube globo a globo con él, y nube a nube. «ADICIÓN A LOS FESTEJOS…» Celebra el valle en verdes primaveras merecer tal pizarra, que autorize con su altura la humilde de sus veras. Pide a Flora que adornos le matize en cambio de su plata a las riveras, que abierto Grifo su cristal enrrize, mostrando con fineza nada parca tanto aplauso al gozar tanto monarca. El prado le agradece a su fortuna hacerle de tan gran monte vasallo que apuntalando la triforme luna jamás le niegue la ocasión mirallo, donde todas las flores, una a una puedan en su grandeza contemplallo, pues aunque humildes por mostrarse a ellas su príncipe se azora a las estrellas. La sangre que heredó vuestra excellencia los títulos que goza, los reales blasones, la ínclyta ascendencia, los méritos heroycos personales se subieron a tanta preeminencia que en Nabas deste reyno Occidentales tan alto monte México le mira que solo de alcançarle a ver se admira. Con Príncipe tan grande el Reyno ufano júbilos brota, vístese de flores, blasona dichas, canta soberano su Virrey en sus sacros esplendores. Tan divino le aclama como humano, porque de su nobleza los candores parecieron subir a esta grandeza para mostrar al valle tal cabeça. Entre tan justas, pues, aclamaciones entre aplausos que calla mi Thalía por no hazer escarmientos sus borrones sacrifica, señor, la Compañía 205 206 APÉNDICE: juntando en uno muchos coraçones, ofrenda sacra en aras de alegría a Vuecellencia. Allí la Musa explica lo que ofrece y a quien lo sacrifica. Al más grande por Duque, al de Escalona. Por Marqués al primero, al de Villena. Por estirpe, al más claro, al que en cadena de muchas en su sangre una corona. Al afable, al magnánimo, al que abona cortos obsequios que su agrado llena; al prudente en govierno, en cuya estrena aun los que espera México blasona. Como a quien debe de fineças tanto da un Marqués, un Virrey, un Duque santo un grande en Borja, humilde Compañía: Que en aplausos de quien su amparo fía a tal hijo el festejo es justo mande de un Marqués, un Virrey, un Duque y Grande. Representose luego una comedia compuesta para este propósito por uno de la Compañía, cuyo asumpto fue la conversión de san Francisco de Borja, Duque de Gandía en el estado de Grande y Virrey, en cuya persona hizo lo ingenioso del verso un vivo dibujo, assí de lo heredado de su Excellencia en la real sangre de sus ascendientes, como de lo adquirido de sus virtudes, méritos personales, títulos, prudencia, afabilidad y govierno, celebrando siempre la Musa dos sujetos en un aplauso, siendo como cuerpo de sus versos lo que celebró en su Virrey Barcelona y el alma lo que México venera en el suyo. No admiró menos la solidez en la sentencia, la gravedad en lo serio, que se aplaudió la dulçura en el metro y entretuvo la graciosidad y facecia; ni robó menos lo espiritual al afecto «ADICIÓN A LOS FESTEJOS…» 207 que a la suspensión lo cómico de la novela. Alabose la puntualidad y concierto en las entradas. la variedad de las scenas, la majestad de la apariencia y tramoyas, el número de personas que en danças, representación y acompañamientos pasaron de sesenta, todos con muy vistosas y costosas galas, mudadas de muchos en los trages para diversos propósitos. Dividieron las jornadas un entremés en negro, y dos danças de diez niños estudiantes, de lo más noble de México, en quienes campeó tanto el luzimiento en las galas y riquezas en las joyas, como el ayre y destreza en las mudanças y texidos que se formaron en un bran, que fue la primera, y en unas alcancías que jugaron en la segunda. Rematose toda la fiesta con un mitote o tocotín, dança magestuosa y grave, hecha a la usança de los indios, entre diez y seis agraciados niños, tan vistosamente adornados con preciosas tilmas y trages de lama de oro, cactles o cothurnos bordados de pedrería, copiles o diademas sembradas de perlas y diamantes, quetzales de plumería verde sobre los hombros, que sola esta dança y su luzimiento bastara por desempeño del festejo más prevenido. A lo sonoro de los ayacaztles dorados, que son unas curiosas calabacillas llenas de guijillas que hazen un agradable sonido, y al son de los instrumentos músicos, tocaba un niño cantor acompañado de otros en el mismo trage, en un ángulo del tablado, un teponatzle, instrumento de los indios para sus danças, cantando él solo los compases del tocotín en aquestas coplas, y repitiendo cada una la capilla, que en un retiro de zelosías estava oculta. 208 APÉNDICE: Coplas del tocotín. Salid mexicanos, bailá el tocotín, que al sol de Villena tenéis en zenith. Su sangre cesárea qual roxo matiz dorado epiciclo rubrica en carmín. Con tanto planeta seguros vivid de influxos eternos en vuestro paíz. Aora comiença a arder y luzir la tórrida zona de nieve hasta aquí. De lunas constantes podéis presumir si de sol tan claro siempre os envestís Si en densas tinieblas de penas vivís sus rayos destierran la noche servil. Los tiempos traduze su lumbre feliz: ivierno en verano agosto en abril. En vuestra laguna la rosa y jasmín ya se acreditaron de Idalio pensil. «ADICIÓN A LOS FESTEJOS…» 209 Las crespas alcobas del lago sutil son a sus aspectos celeste zafir. De vuestras campiñas el verde Tabí da espigas de oro por tosco maíz. Ya de cautiverios exemptos vivís, que faltan egipcios a tanto adalid. Los mares bermejos de llanto infeliz os abrieron calles por donde salir. Baxeles volantes al cielo subid pues vuestros quetzales de pluma vestís. Salid mexicanos, bailá el tocotín, que al sol de Villena tenéis en zenith. Mereció el lleno desta fiesta la calificación que le dio el agrado de su Excellencia, diziendo ser digna de que se hiziesse a los ojos de su Magestad en su Real Corte. Por lo qual se empeñan sus desseos y afecto a juntar ocho niños con su traje y gala al uso de los indios dedicados al gusto de su Magestad. En México, por Bernardo Calderón mercader de libros en la calle de S. Agustín. Año 1640. BIBLIOGRAFÍA Bibliografía citada Arango, Manuel Antonio, El teatro religioso colonial en la América Hispana, Barcelona: Puvill, 1997. Arellano, Ignacio, Historia del teatro español del S. XVII, Madrid: Cátedra, 1995. Bartolomé, Gregorio, Jaque mate al obispo virrey. Siglo y medio de sátiras y libelos contra don Juan de Palafox y Mendoza, México-Madrid-Buenos Aires: FCE, 1991. Bocanegra, Matías, ver Gutiérrez de Medina. Borsó, Vittoria, «Del barroco colonial al neobarroco», en P. Aullón de Haro, ed., Barroco, Madrid: Verbum, 2004, págs. 1003-1060. 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ÍNDICE ONOMÁSTICO Aguilar, Esteban de 49 Agustín, san 43 Alguacil endemoniado, El 87 Alonso Romo, Eduardo 11n Andrómeda y Perseo 42 Angélica y Medoro 63 Antonio, Nicolás 48n, 49n Arango, Manuel Antonio 24n Arellano, Ignacio 73n Aullón de Haro, Pedro 35n, 48n BARCELONA 32, 206 Barrera y Leirado, Cayetano Alberto de la 55n Bartolomé, Gregorio 19n, 21n Becedas, Margarita 11n Bluteau, Rafael 128n Bocanegra, Matías 28n, 32, 48 Borsó, Vittoria 35n Caballero, Fermín 60n Caballero de Olmedo, El 78n Calderón, Bernardo 30, 209 Calderón de la Barca, Pedro 42, 43, 59-65 CARACAS 16 Caro Baroja, Julio 34 Cervantes, Miguel de 55n, 75, 167n CHIAPAS 16, 17 Churriguera, José de 13 Cicerón, Marco Tulio 91 Clemencín, Diego 60n, 136n Colegio de Cuenca 13 Colegio de San Pedro y San Pablo 11, 20, 22-36, 105, 199 217 218 ÍNDICE ONOMÁSTICO Compañía de Jesús 18, 22, 27, 30, 38, 45, 199 Conde de Monterrey 24n Conde de Salvatierra 20 Correas, Gonzalo 55n Curtius, Ernst Robert 66 Diablo está en Cantillana, El 136n Díez Borque, José Mª 31n Domínguez, Joaquín Mª, S.I. 22n, 49n Domínguez Bordona, Jesús 13 Doctor Zarabullaque, El 54n Duque de Gandía (ver Francisco de Borja, san) Eneida, La 69n, 117n Entrambasaguas, Joaquín de 12n, 13, 17n, 40, 101 Enzina, Juan del 67n Escalona, Duque de (ver López Pacheco, Diego) Felipe III 16 Felipe IV 15, 16, 17, 44, 47, 108, 194 Francisco de Borja, san 31, 32, 49, 201, 206 Galindo, Esther 28n Galindo, Mateo 49 García Barrientos, José Luis 53n García Rivera, Antonio 48n García Soriano, Justo 24n, 32n Góngora, Luis de 55n, 5965 González Dávila, Gil 12, 17n Gran Príncipe de Fez, El 65 GUADALAJARA 49 Gutiérrez de Medina, Cristóbal 28 Hernández Aparicio, Pilar 17n Heroidas 37, 69n Hesse, Everett W. 64, 65n Horacio 65 Iliada, La 117n Jammes, Robert 55n Joiner Gates, Eunice 64 Lecina, Mariano, S.I. 32, 49n León, fray Luis de 43, 46, 65 Leonard, Irving A. 24n, 34n, 41n, 61 LIMA 65 Lope de Rueda 75 Lope de Vega 41, 64, 75n, 77 López, Baltasar 48 López Pacheco, Diego (Duque de Escalona y Marqués de Villena), 28, 49 199, 201, 206 Manrique, Jorge, 95 Méndez, María Águeda 34n Menéndez Peláez, Jesús 24n, 36n, 49, 50n MÉXICO 15, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24n, 28, 30, 32, 45, 61, 65, 105, 137n, 175n, 195, 199, 201, 205, 206, 207, 209 MICHOACÁN 15-21, 48, 49, 83n Micó, José María 67n Moya Contreras, Pedro de 24n Niebla 82 ÍNDICE ONOMÁSTICO O’Neill, Charles, S.I. 22n, 49n Osorio, Francisco 54n Osorio Romero, Ignacio 23n, 38n Ovidio 37, 69 Pablo, san 43 Paiva, José Pedro 47n Palafox y Mendoza, Juan 12, 19, 20, 21, 48, 200 Pastores de Belén, Los 41 PARÍS 22 Pavis, Patrice 53 Pérez de Ribas, Andrés 36n Peribáñez y el Comendador de Ocaña 77 Propercio 112n PUEBLA DE LOS ÁNGELES 12, 19, 29, 32, 49 Puerto Moro, Laura 11n Quevedo, Francisco de 55n, 87 Quien calla, otorga 153n Quijote de la Mancha, Don 59, 60, 136n Quintiliano 41 Ramírez de Prado, Alonso 16 Ramírez de Prado, Lorenzo 12, 13, 20 Ramírez de Prado, fray Marcos 11, 12, 15-21, 44, 83n, 105 Rando, Daniela 47n Rey, Antonio 75n Reyes, Alfonso 40, 61 Rico, Francisco 60n 219 Rivera, Octavio 14 Robledo, Francisco 33n Rodríguez de la Flor, Fernando 28, 31 Rodríguez Marín, Francisco 136n ROMA 19, 22 Rojas Garcidueñas, José 13, 14n, 24n Rufián dichoso, El 55n Ruyz, Juan 28n, 33n SALAMANCA 22 Salceda, Pablo 49 Salinas, Pedro 95 San Antonio, fray Juan 16n Sevilla, Florencio 75n Simón Díaz, José 32n Soledades 64 Sommervogel, Carlos 48n, 49n Tirso de Molina 153 n Traslosheros, Jorge E. 16n, 17n, 18n, 83n Ubersfeld, Anne 54 Unamuno, Miguel de 82 Uriarte, José E. S.I. 32, 49n Villana de Vallecas, La 153n YUCATÁN 16 VALLADOLID 45, 49, 194 Varey, John, E. 66, 75n Velasco, Luis de 24n Vélez de Guevara, Luis 136n Virgilio 65, 67, 68, 87, 117n ZARAGOZA 18 Zubillaga, Félix, S.I. 22n, 23n En un noviembre lluvioso el fin coronó la obra; siglos mudo, voz recobra el enigma del Esposo. Corregido con reposo desde el alfa hasta la sigma en las prensas del SEMYR acabose de imprimir «El Esposo por enigma».