El positivo valor de la indecisión vocacional

Transcripción

El positivo valor de la indecisión vocacional
El positivo valor de la indecisión vocacional
Domingo 16 de Agosto de 2009 00:00
La generación de padres, profesores y psicólogos que aspiran a orientar a los estudiantes que
hoy en día egresan de los colegios, se educó bajo la presunción de que la elección vocacional
es única y lineal. Es decir, que los niños van desarrollando habilidades conducentes a una
vocación que tiene que ser detectada aproximadamente a los 16 años, para dar lugar a la
elección de una carrera técnica ó profesional que se mantendrá inalterada por el resto de sus
vidas. En función de ella, escogerán la universidad, la ciudad de residencia, los empleos
futuros, etc.
Si uno se toma el trabajo de verificar cuán cierta fue esa premisa hasta hoy, descubrirá que
para buena parte de los estudiantes no fue válida porque cambiaron de carrera o universidad
más de una vez, ó porque una vez egresados decidieron dedicarse a algo que no tenía relación
directa con lo estudiado. Esta situación se volverá más incierta aún en las próximas décadas,
habida cuenta que se crearán nuevas carreras, se saturarán o eliminarán muchas de las ya
existentes, el mercado laboral se globalizará y las oportunidades de empleo se presentarán
por todo el planeta entero como si fuera un solo país. Junto con ello, las migraciones obligarán
a buscar opciones vocacionales compatibles con los contextos culturales o laborales de los
diversos países de residencia.
Así, si en décadas pasadas asumir la unicidad y linealidad vocacional era un error, hacerlo hoy
en día es un craso error. La elección vocacional de hoy es análoga a la navegación por
Internet. Uno sabe cuál es el puerto de partida, pero solamente explorando el espacio, abriendo
y cerrando ventanas, migrando de una página a otra uno va a ir encontrando su punto de
llegada, temporal o permanente. Agreguemos a eso las evidencias científicas que señalan que
las personas tienen talentos y vocaciones múltiples, por lo que resulta absurdo asumir que los
estudiantes tienen una y sola un área vocacional óptima con la que debe calzar la carrera y
universidad o instituto elegido.
1/3
El positivo valor de la indecisión vocacional
Domingo 16 de Agosto de 2009 00:00
Las dos carreras que suelen tener mayor margen de permanencia vocacional en el tiempo
desde que los niños son pequeños –sin ser inequívocas- son las de derecho y medicina,
habida cuenta de que los niños se familiarizan con esas carreras desde pequeños, debido a la
exposición a la televisión (abogados) y la experiencia propia (medicina). En todos los demás casos, el tema es mucho más abierto. Por lo tanto, la indecisión vocacional
debiera ser considerada como una situación perfectamente normal, y los estudiantes deben ser
alentados a tener presentes varias opciones para su vida. Generalmente, con suficiente
información y orientación abierta son capaces de hacer una elección intuitiva de una buena
opción con la cual empezar a explorar su vida universitaria o del instituto superior, para luego
dejar que el tiempo haga lo suyo. Esto es algo que por ejemplo en Estados Unidos se practica desde hace décadas, razón por la
cual le permiten a los estudiantes que ingresan a un college o universidad tomarse los cuatro
años del primer título para ir explorando sus intereses académicos y vocacionales, postergando
la decisión de la especialización para el momento de ingresar a una maestría.
En el Perú los jóvenes salen del colegio muy confundidos por la avalancha de ofertas
universitarias que invaden la secundaria, lo cual no les permite terminar y cerrar tranquilos su
ciclo escolar, para luego pasar por una transición normal hacia el mundo universitario. Ambos
mundos aparecen superpuestos. A eso se agrega que con pocas excepciones, las
universidades exigen a los postulantes elegir su opción profesional con mucha anticipación,
desde que están en 5to año de secundaria.
2/3
El positivo valor de la indecisión vocacional
Domingo 16 de Agosto de 2009 00:00
Eso les impide tomar la distancia necesaria para pensar, experimentar y escoger con calma.
Algunas universidades ni siquiera tienen estudios generales, que podrían ser el espacio para
esa exploración vacacional que tanta falta les hace. Parecería que las universidades prefieren
sacrificar las necesidades vocacionales de sus estudiantes en aras de tener mayores
facilidades administrativas para colocar a cada alumno en un casillero del que no habrá de
moverse. Lamentablemente, no es lo mejor para los estudiantes. Lo que es peor, es que aún
suponiendo que hayan elegido “bien” y hayan culminado “exitosamente” sus estudios
superiores, nada garantiza que encontrarán trabajo en el área de su especialidad y que no se
verán obligados a asumir alguna otra alternativa en atención a las realidades del mercado
ocupacional.
No es recomendable hacer sentir a los jóvenes que algo anda mal si no eligen de una vez su
carrera a los 16 años o en 5to de secundaria. Deben saber que eso es normal y que no pasa
nada si postergan por un tiempo su elección. Y en caso que se vean obligados a escoger una
carrera, porque el sistema se los exige, que sepan que es una elección exploratoria y que
podrán cambiarla más adelante. No hay nada más frustrante que estudiar algo que a uno no le
gusta, y peor aún, tener que ejercer una carrera que no genera motivación, pasión y placer.
3/3

Documentos relacionados