vertebración digital, visual y multimedia
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vertebración digital, visual y multimedia
Sección INNOVACIÓN Sección elaborada por IE Business School La Universidad con vertebración digital, visual y multimedia Texto: Juana Abanto Gamarra. Profesora y Directora del MediaLab. IE School of Communication-IE University Begoña González Cuesta. Profesora y Directora de Programas. IE School of Communication-IE University Fotos: LatinStock 62 REVISTA DE COMUNICACIÓN V ivimos tiempos de cambio, tiempos apasionantes en los que la revolución digital está generando múltiples oportunidades para construir nuevos modos de relacionarnos con la realidad. La digitalización de la cultura tiene implicaciones esenciales en nuestra comunicación; no estamos solamente ante unas nuevas herramientas, sino que esas herramientas están generando nuevos lenguajes, nuevos mensajes, nuevas maneras de recibirlos y nuevas formas de influencia. En este contexto, la universidad ha de estar en la vanguardia del pensamiento sobre esos nuevos lenguajes y simultáneamente en la vanguardia de la acción y la creación en esos nuevos medios. El lenguaje nos permite conocernos y conocer el mundo, crear cultura; y el lenguaje del siglo XXI es digital, visual y multimedia. Nuestra forma de comunicarnos, de expresarnos, de pensar, de construir nuestras representaciones de la realidad pasa por la creación de obras digitales y visuales. Es por tanto, imprescindible conocer en profundidad este lenguaje y la cultura que en él se crea, aprender a leer esas imágenes y a escribirlas. En un mundo en cambio y complejo es necesario saber pensar, analizar, abordar la realidad en múltiples dimensiones, conocer y manejar los lenguajes, también el lenguaje digital. Profundizando en él, crecerá nuestro entendimiento de la realidad y, por tanto, desarrollaremos nuestras capacidades de análisis, interacción, flexibilidad, creatividad, percepción estética, iniciativa, compromiso, pensamiento crítico. Y aquí se inserta nuestra reflexión sobre la necesidad de introducir en el corazón del proceso de formación del futuro comunicador toda una serie de conocimientos y habilidades en torno a lo que podríamos denominar “arte visual” y “alfabetización digital”. Es en ese terreno donde se juega en la actualidad y el estudiante de comunicación ha de conocerlo, pensarlo, usarlo y crearlo. Consideramos que un espacio idóneo para la formación sobre el universo digital es el ámbito de una Facultad o Escuela de Comunicación. El comunicador del presente y del futuro ha de conocer en profundidad los contenidos y lenguajes de la comunicación, sus usos, sus estrategias, sus instituciones y sus efectos; y para desarrollar todo ese ámbito de conocimiento y acción es esencial el soporte firme de la maestría en el lenguaje digital, visual y multimedia. Durante largas décadas, parecía que el lugar propio para los estudios sobre la imagen en las universidades estaba en los campos disciplinares de la historia del arte, la iconología, las bellas artes… Pero en los últimos tiempos ha cambiado en gran medida el panorama de los estudios universitarios; y también se ha producido una enorme transformación de la presencia de las imágenes en el universo cultural, en el seno de nuestras sociedades. Ha habido un importante desarrollo de los estudios de Comunicación en el medio universitario y se ha desplegado una investigación sobre las imágenes que amplía y complica los modos en que éstas son analizadas. Apostamos por la inclusión en los estudios en Comunicación de una formación en profundidad y práctica sobre las imágenes, la cultura digital y multimedia. Pero, y esto es importante, esta formación ha de construirse desde una perspectiva interdisciplinar. Conviene no introducir en “guetos” los estudios sobre la imagen, sino todo lo contrario: su creciente complejidad como constructora y vehículo de cultura hace especialmente necesaria y apasionante la confluencia de perspectivas para su estudio. Se debe abordar la imagen compleja desde la complejidad: es el enfoque interdisciplinar el que está siendo cada vez más necesario. La interdisciplinariedad remite a un cruce real de perspectivas y mundos referenciales en el conocimiento del amplio ámbito de las manifestaciones visuales. Se favorece así la pluralidad, se evitan visiones únicas y hegemónicas, se propician los roces, las hibridaciones, la intertextualidad. En definitiva, se trata de reconsiderar y ampliar el ámbito desde el que abordar la formación en el conocimiento y uso de las imágenes. Los estudios de Comunicación tienen mucho que hacer en ese sentido. A todo ello, se une el hecho de que la universidad en España se encuentra en un momento de cambio; por muchos motivos, pero especialmente por su incorporación al Espacio Europeo de Educación Superior (o Plan Bologna, a cumplir en 2010). Es cierto que ante esta situación se puede cambiar todo para que no cambie nada; pero también se podrían aprovechar los nuevos retos planteados como oportunidades de oro para repensar desde la base las funciones de la universidad en la sociedad, sus objetivos, sus procesos. Conviene analizar lo que esta institución puede hacer en el contexto contemporáneo: encontrar su lugar en la construcción de la sociedad del conocimiento. Una universidad que ha de centrarse en el aprendizaje de los estudiantes, en el desarrollo de competencias. Es, pues, éste un buen momento en España y en Europa para replantear el mapa y la configuración de los estudios Junio 2009 63 universitarios, en la superficie, pero sobre todo como consecuencia de una mirada más profunda y crítica a los espacios de docencia e investigación. Es tiempo de considerar las competencias de la universidad en la comprensión de la realidad cultural, interpretarla, mirarla crítica y reflexivamente, aportar creación y construcción cultural desde una perspectiva más compleja. Una de las funciones esenciales de la universidad es generar conocimientos, no sólo custodiarlos y transmitirlos. Creemos en una universidad involucrada en la sociedad contemporánea, agente constructora de la misma, capaz de dotar a los estudiantes de instrumentos de conocimiento y de análisis que les permitan relacionarse con la realidad y sus obras, para recibirlas de forma reflexivo-crítica y para generarlas también reflexiva y críticamente. La universidad ha de dotar al estudiante de herramientas que le capaciten para relacionarse con las producciones culturales de su tiempo, y éstas son digitales y multimedia. De esta forma, el estudio de la imagen -en sentido amplio e integrador de sus dimensiones diversas- sí aportaría algo o mucho en la tarea propia de la universidad que es la generación de cultura, la aportación a la construcción de una sociedad democrática de ciudadanos más reflexivos y conocedores de la pluralidad de lo real. Pensamos en una universidad activa frente a la realidad sobre la que investiga, una universidad productora de conocimiento desde una perspectiva “poética”, generadora de reflexión teórica y de creación. Una universidad, en definitiva, que tome distancia de una función archivística o clasificadora del saber, para desempeñar un papel mucho más centrado en la generación de conocimiento en profundidad y para estar en la vanguardia de las nuevas creaciones. La Universidad ha de dotar al estudiante de herramientas que le capaciten para relacionarse con las producciones culturales de su tiempo, digitales o multimedia En el ámbito de los estudios de la imagen, la necesidad de la perspectiva interdisciplinar crece día a día pues se trata de un campo en expansión y diversificación; es un mundo cada vez más heterogéneo y transfronterizo. La cultura de la imagen contemporánea viene definida por la hibridación audiovisual, por el mestizaje entre las diversas categorías de imágenes, entre los formatos, los lenguajes o los géneros. Para abordar una investigación en profundidad sobre las obras audiovisuales contemporáneas hemos de cruzar y saltar por encima de las fronteras marcadas entre cine y vídeo, salas comerciales e instalaciones museísticas, entre los diversos géneros, entre televisión y vídeo, entre construcciones narrativas, poéticas, ensayísticas, entre fotografía y multimedia, entre ficción y documental... Las prácticas de géneros aislados o de formatos o lenguajes puros ya no existen. Si es que alguna vez existieron. Ante unas creaciones visuales marcadas esencialmente por estas características, las implicaciones tenidas en cuenta para su estudio han de abordar las distintas facetas que incorporan esas obras: antropológicas, estéticas, sociales, económicas, éticas, políticas… La metodología, pues, ha de ser “programáticamente indisciplinada” -en expresión de José Luis Brea-, o el método adecuado sería el del “cubismo teórico” -en expresión de Robert Stam-. Apostamos por el intento de superar las exclusividades de los cotos cerrados. La Universidad en España se encuentra en un momento de cambio por su incorporación al Espacio Europeo de Educación Superior (Plan Bologna) a cumplir en 2010 Si de veras quisiéramos construir una universidad del conocimiento, deberíamos dejar de lado los espacios de poder a los que remiten los ámbitos disciplinares establecidos y cerrados. En consecuencia, lo que estamos proponiendo es desarrollar estudios sobre la imagen y el universo digital que, desde su localización en los espacios intersticiales, en los pliegues que surgen entre las disciplinas, puedan implicarse más a fondo en el conocimiento de lo real y en su transformación. La cuestión que subyace en el fondo de estos planteamientos es la necesidad de acometer desde la universidad prácticas creadoras de cultura en lo que éstas tienen de pluralidad, riqueza y complejidad. En nuestro caso concreto, la necesidad de abordar la imagen en toda su profundidad, no como un mero espejo mudo de lo real, o como generadora de simulacros sino que se trataría de revelar de qué manera a través de la construcción de imágenes se pone de manifiesto una dimensión profunda de lo real. Para desarrollar esta mirada sobre la imagen creemos necesario generar un pensamiento en red, que trabaje en las intersecciones entre disciplinas, considerándolas no como campos de estudio cerrados y vallados, sino como territorios abiertos que incorporan espacios limítrofes colindantes con otros territorios; y es, precisamente, en esas localizaciones fronterizas donde comenzará a manifestarse la complejidad inherente a las imágenes. 64 REVISTA DE COMUNICACIÓN INNOVACIÓN Artículo Sección elaborada por IE Business School Hace una década el control de las herramientas tecnológicas era responsabilidad exclusiva de los técnicos. El profesional hoy tiene que saber emplearlas para competir en el mercado digital Por lo que respecta concretamente a la formación de estudiantes en el seno de las titulaciones de Comunicación, parece conveniente formar a personas que no se conviertan simplemente en cinéfilos que veneran obras del pasado, o en técnicos de audio y video conocedores sólo de los instrumentos de trabajo, sino formar a constructores de obras multimedia o analistas que sean más creativos y libres, más cultos. Es una formación de la que están necesitados los creadores visuales, quienes han de adquirir herramientas conceptuales, analíticas, reflexivas, que les hagan capaces de realizar obras generadoras de significado y efectos culturales; y, por tanto, les hagan más preparados para la responsabilidad moral y política. Una formación que ha de apoyarse sobre un sólido conocimiento teórico y sobre una vanguardista preparación práctica. Los acelerados cambios tecnológicos de esta era digital, están obligando a las universidades a replantear su sistema educativo. Ya no es suficiente un plan de estudios que forme al alumno sólo en el “saber”, ahora resulta indispensable prepararlo también en el “saber hacer”. Además de adquirir “conocimientos”, el estudiante debe desarrollar “competencias y habilidades” que le permitan desempeñarse de manera competitiva en el mercado de la comunicación actual. Los procesos de producción y administración de contenidos están evolucionando hacia la digitalización de la información. Desde esta perspectiva, el referente formativo actual, debe estar basado en una comunicación vía Internet, interactiva y multimedia, es decir, debe ser integral y multidisciplinar. Hasta hace apenas una década, el control de las herramientas tecnológicas era responsabilidad exclusiva de los técnicos. Esta situación está cambiando, el profesional de hoy, para que pueda competir en este revolucionado mercado digital, necesariamente tiene que saber emplearlas. Hasta hace poco cubrir un hecho noticioso suponía un importante despliegue de recursos humanos y técnicos, por ello, esta labor era realizada generalmente por los grandes medios. Actualmente, el avance tecnológico ha traído consigo el abaratamiento de las herramientas de la comunicación y, en consecuencia, el acceso a las mismas. Por poner un ejemplo, el periodista de hoy, puede difundir una noticia en el mismo momento en que está ocurriendo, es decir, en tiempo real; suficiente con que tenga un teléfono móvil y acceso a Internet. Preparar al estudiante para el mundo profesional como empleado y también como empleador, poniendo a su alcance el pensamiento y las herramientas tecnológicas de la cultura digital y sobre todo, enseñarle a utilizarlas de manera adecuada. El comunicador tiene que saber crear, desarrollar y gestionar productos multimedia, en y para Internet. En este sentido y acorde con los nuevos procesos, dimensión y lógica de la comunicación, cabe resaltar la experiencia no en tamaño, con grandes sumas de dinero, sino en uso inteligente; la unidad central de contenidos en el MediaLab1 que la IE School of Communication de la IE University tiene a disposición, para el claustro y alumnado como eje fundamental del desarrollo del plan de estudios de grado y postgrado. Es necesario que las universidades tengan en cuenta que nos encontramos en un mundo donde los medios analógicos, caracterizados principalmente por la transmisión de información, están siendo desplazados por los digitales, donde la producción y gestión de la información cobra relevancia, siendo la movilidad, Internet y los contenidos multimedia los principales protagonistas en manos no de los productores, sino de los consumidores. En este escenario, la formación debe encaminarse hacia un comunicador autónomo en el ejercicio de la profesión, versátil y multidisciplinar, con criterios que le permitan seleccionar la información de manera justa, con habilidades y competencias para desenvolverse en cualquier área de la comunicación, con dominio de lenguajes de información múltiples integrados en soportes multimedia. Todo esto, sin descuidar, claro está, las vertientes éticas y humanistas de la profesión.• En todo este contexto cabe preguntarse: ¿están las universidades realmente preparadas para llevar a su eje central un planteamiento estratégico enmarcado en esta nueva realidad social y mediática, tan cambiante e incierta como dinámica y beneficiosa? Nosotros, “sí”; no tenemos más remedio al haber nacido en 2008. • 1 El MediaLab supone para el alumno una apertura al mundo profesional; una factoría multimedia. Cuenta con un sistema de almacenamiento compartido: editshare, el cual permite interconectar el audio -cabina de radio-, la imagen estática -laboratorio fotográfico- y la imagen dinámica -estudio de televisión, control de realización, cabinas de edición y postproducción-. En este laboratorio el alumno tiene la posibilidad, desde el primer año de estudios, de experimentar y poner en práctica los fundamentos teóricos que va adquiriendo, trabaja como si estuviera en un escenario profesional real desarrollando proyectos digitales de manera integral. Junio 2009 65