ТЕКСТЫ ДЛЯ ВНЕАУДИТОРНОГО ЧТЕНИЯ (ДЛЯ 1 КУРСА Д/О)

Transcripción

ТЕКСТЫ ДЛЯ ВНЕАУДИТОРНОГО ЧТЕНИЯ (ДЛЯ 1 КУРСА Д/О)
ФЕДЕРАЛЬНОЕ АГЕНТСТВО ПО ОБРАЗОВАНИЮ
ГОСУДАРСТВЕННОЕ ОБРАЗОВАТЕЛЬНОЕ
УЧРЕЖДЕНИЕ
ВЫСШЕГО ПРОФЕССИОНАЛЬНОГО ОБРАЗОВАНИЯ
«ВОРОНЕЖСКИЙ ГОСУДАРСТВЕННЫЙ
УНИВЕРСИТЕТ»
ТЕКСТЫ
ДЛЯ ВНЕАУДИТОРНОГО ЧТЕНИЯ
(ДЛЯ 1 КУРСА Д/О)
Учебно-методическое пособие для вузов
Составители:
М.В. Суханова,
Л.А. Мирошниченко
Издательско-полиграфический центр
Воронежского государственного университета
2008
Утверждено научно-методическим советом факультета романо-германской
филологии 10 июня 2008 г., протокол № 6
Рецензент д-р филол. наук проф. Л.В. Величкова
Учебно-методическое пособие подготовлено на кафедре романской филологии факультета романо-германской филологии Воронежского государственного университета.
Рекомендуется для студентов 1 курса испанского отделения факультета
романо-германской филологии Воронежского государственного университета дневной формы обучения.
Для специальности: 031201 – Теория и методика преподавания иностранных языков и культур
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Новые образовательные реалии, вносящие значительные изменения
и коррективы в сложившуюся систему обучения иностранным языкам как
лингвистической специальности, обязывают повышать требования к уровню владения иностранным языком и культурой студентов – будущих преподавателей иностранных языков и специалистов по межкультурной коммуникации. В этой связи представляется актуальной работа над содержательным планом чтения, предполагающая обучение студентов самостоятельно пользоваться источником информации. На начальном этапе чтение
выступает как цель и как средство обучения иноязычному общению.
Данное учебно-методическое пособие по дисциплине «Практический
курс первого иностранного языка (испанский язык) (ОПД.Ф.04.1)» предназначено для внеаудиторного чтения студентов первого курса гуманитарных факультетов. Цель этого сборника – научить читать и переводить литературу на испанском языке, а также развивать и совершенствовать навыки устной речи. Предлагаемые тексты построены на общеупотребительной
лексике, подобранной в соответствии с тематикой первого курса дневного
отделения.
Сборник снабжен алфавитным испанско-русским словарем, в который включены наиболее употребительные лексические единицы из представленных текстов. Все тексты сгруппированы в три блока по степени нарастания трудности. Блок I содержит небольшие по объему сказки. В блок
II входят сказки и рассказы испанских и латиноамериканских авторов. В
блок III включены тексты, большие по объему, чем в предыдущих разделах, содержащие дополнительную трудность – раскрытие скобок с подбором соответствующей формы глагола.
Отбор текстов для внеклассного чтения проводился с учетом их познавательной, образовательной и воспитательной ценности. Предлагаемое
пособие используется для самостоятельной работы студентов параллельно
с занятиями по домашнему чтению.
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UNIDAD I
LA CÁNTARA MARAVILLOSA
Un pobre labrador labraba su campo. Al terminar un surco, la reja del
arado, que era de madera, chocó contra un objeto duro y se rompió. El arado
había chocado contra una gran cántara de barro cocido. El labrador terminó el
trabajo y se llevó la cántara a su casa. Contó a su mujer la desgracia. Esta no
quiso escucharle y empezó a gritarle.
El aldeano se preparaba para ir al mercado. Al pasar delante de la cántara
que estaba en el suelo cayó dentro de ella un hilo de monedas que tenía en la
mano. Sacó el hilo de monedas de la cántara y ¡cuál fue su asombro! En el fondo
de la cántara había otro exactamente igual y con la misma cantidad de monedas.
Sacó este segundo y en el fondo ya estaba otro. El labrador comprendió que la
cántara era mágica. Así se hizo rico. Prohibió a su mujer contar a nadie las
propiedades mágicas de la cántara. La mujer no pudo guardar silencio. La
historia llegó a oídos del vecino. Este reclamó la cántara, porque según él estaba
enterrada en su campo. El asunto llegó hasta el juez. Este despidió a los dos
campesinos y se quedó con la cántara. El pueblo no estuvo contento. El padre
del juez dijo a su hijo que por una miserable cántara de barro había perdido su
honra. El hijo le contestó:
– No es una cántara miserable, sino una cántara maravillosa, mágica. Ven
a mi casa y la verás.
Cuando el padre del juez se enteró de las propiedades mágicas de la cántara,
echó en ella todo el dinero que tenía, sacando monedas con ambas manos. Tanto se
inclinó el viejo, que cayó dentro. A los gritos del padre se acercó su hijo y sacó a su
padre del fondo de la cántara. Apenas lo sacó, vio que otro viejo exactamente igual
se movía ya en la cántara. Luego apareció un tercer viejo. Ante el juez se
presentaba un dilema. Si quería ser un hijo honrado tenía que manifestar su amor y
cariño hacia sus padres. Para ello tenía que sacarlos de la cántara.
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El mal juez tuvo que pasarse la vida sacando padres de la cántara, si
quería ser un hijo honrado. La codicia es una mala cualidad. Por eso decimos
que la codicia rompe el saco.
PERSÉFONE, LA PRIMAVERA
Era Deméter una diosa que cuidaba de todas las plantas, las frutas y
semillas de la tierra. Ella enseñó a los campesinos a trabajar en los campos. Por
eso todos la querían. Querían también a Perséfone, su hija.
Perséfone se pasaba el día en los jardines, entre las flores. La gente decía
que donde estaba Perséfone brillaba la luz del sol y se abrían las flores cuando
ella sonreía. Y era verdad.
Un día Perséfone vio en el campo una hermosa flor blanca. Era el narciso
más hermoso del mundo. La muchacha quiso adornar su pelo con el narciso y se
tiró de él para recogerlo, pero no pudo. Entonces tiró de él todas sus fuerzas y el
narciso salió de la tierra. Con el narciso salieron cuatro caballos negros con un
carro de oro. En el carro estaba sentado un hombre. Era Hades, el rey de un
reino que estaba debajo de la tierra. Cuando Hades vio a Perséfone entre las
flores se enamoró de ella. La cogió y la sentó sobre su carro. Después volvió a
su reino debajo de la tierra. Perséfone, llena de miedo, empezó a llorar. Hades le
hablaba de las maravillas de su reino y de todas las riquezas que tenía.
– Estoy muy solo en mi reino – le decía Hades –, por eso te llevo a mi
palacio. Tú serás la reina y serás muy rica. Pero Perséfone no quería ser reina.
Quería volver a su casa. Quería ver la luz del sol y las flores de los campos.
En la tierra todos estaban tristes sin Perséfone. No cantaban los pájaros,
no se abrían las flores. Los árboles se quedaron sin una hoja. Deméter, la madre
de Perséfone se envejeció de pena. Nada podía alegrar a Deméter. La tierra
estaba triste. La madre preguntaba a todos por Perséfone, y nadie sabía donde
estaba. Entonces Zeus, el padre de los dioses, le dijo a Hades que debía devolver
a Perséfone, porque sin ella la tierra estaba triste.
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– Vuelve a la luz del sol, Perséfone, – le dijo Hades a la muchacha. – Pero
volverás a mi palacio.
Cuando Deméter supo que su hija regresaba, hizo una gran fiesta. Cubrió
la tierra de hermosas flores, verdes prados y árboles en flor. Todos estaban muy
contentos de ver a Perséfone, la primavera en la Tierra. La tierra estaba hermosa
y joven como Perséfone. Pero la muchacha debía volver al reino de Hades.
Siempre, cuando Perséfone volvía al reino de las tinieblas, Deméter cubría los
ríos, los lagos y la tierra con una sábana de nieve.
EL CUENTO DE LOS CONSEJOS
Vivía en Pamplona un mercader viejo y avaro. Al salir cierto día de una
tienda llamó a un muchacho porque la cesta llena de vasos, tazas y platos, que
había comprado, pesaba mucho. Convino en pagar diez centavos al muchacho
que iba a llevar la cesta hasta su casa.
Habían andado parte del camino cuando el mercader dijo al muchacho:
– Amigo mío, usted es muy joven; vivirá todavía muchos años y podrá
ganar mucho dinero. Yo, en cambio, soy viejo; muy pronto tendré que
abandonar los negocios. Debería, usted, pues, rebajarme un centavo del precio
convenido por el transporte.
– Con mucho gusto – contestó el muchacho. Alentado por el éxito, el
mercader trató de obtener una nueva rebaja. Como el camino era largo, y el
avaro insaciable, obtuvo otras varias rebajas. Cuando llegaron a su casa el
muchacho iba a recibir sólo un centavo por su trabajo.
Mientras subían la escalera, el mercader pensaba cuán agradable sería no
pagar nada. Al llegar al último escalón se volvió hacia el muchacho y le dijo:
– Si usted no acepta el único centavo que ya le debo, le daré tres buenos
consejos.
– Muy bien – respondió el muchacho.
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– Escúcheme. Si alguien le dice que es mejor ser débil que fuerte, no lo
crea usted. Si alguien le dice que es mejor ser pobre que rico, no lo crea usted. Si
alguien le dice que es mejor andar a pie que en coche, no lo crea usted tampoco.
– Muy estimado señor – dijo el pobre muchacho, – yo sabía todo eso; no
era necesario decírmelo; pero yo tengo que cumplir con el pacto; usted no me
debe nada. Y ahora si usted me escucha, le daré un buen consejo y no le cobraré
nada.
Y tirando por el hueco de la escalera la cesta llena do vasos, tazas y
platos, que se hicieron añicos al chocar con el suelo, añadió tranquilamente:
– Si alguien le dice que le queda un solo cacharro sano, ¡no lo crea usted
tampoco!
EL PALACIO Y LA CHOZA
La señorita Gertrudis vivía en un soberbio palacio, dándose mucho tono.
Un día la vió María, hija de un pobre campesino, y le dijo a la señorita:
– Mi padre está muriendo y le pide a Ud. que haga el favor de venir en
seguida, pues tiene que decirle una cosa muy urgente.
La señorita respondió burlándose:
– ¿Qué es tu padre? ¿Dónde vives? ¿Cómo te has atrevido a acercarte a mi
palacio?
– Mi padre es pobre campesino, antes fue soldado de sus padres, vivimos
en una pobre choza.
– ¿Qué cosa urgente será cuando la quiere decir un pobre semejante a tu
padre? Vete, pues no quiero ir a tu choza.
Poco tiempo después volvió María diciendo:
– Querida señora, venga Ud. por Dios, porque mi padre le tiene que decir
un secreto.
– ¿De quién supo él el secreto? ¿Qué secreto es éste? ¿Quién se lo dijo?
– El secreto se lo comunicó a mi padre la madre de Ud.
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–¿Por qué mi madre comunicó su secreto a tu padre? ¿Cuándo ella lo
hizo? ¿Cuánto tiempo lo guarda tu padre?
– La madre de Ud. le mandó a mi padre en la última guerra esconder en
una muralla todas las riquezas y le exigió que no dijese a nadie cosa alguna, sino
sólo a Ud. cuando tuviera 20 años. Pero ya que no puede esperar tanto dice que
vaya Ud. en seguida.
– ¿Cuál es la muralla donde escondió tu padre nuestras riquezas?
– No lo sé, señorita.
Entonces Gertrudis salió corriendo del palacio acompañada por María y al
acercarse a la aldea la campesina preguntó a la joven:
– ¿Cuál de estas chozas es la de tu padre?
– Ésta – le indicó María.
Cuando Gertrudis entró en la choza el viejo ya había muerto. La señorita
apretaba los dientes de ira porque no había llegado a tiempo y porque no sabía
dónde y cómo había que buscar sus riquezas. Regresó a casa y mandó a sus
criadas echar abajo todas las murallas del castillo, pero no encontró nada. ¡Oh!
cómo le remordía la conciencia cuando pensaba en que no había visto al pobre
campesino, perdiendo de este modo tantas riquezas.
EL BURRO Y LOS SABIOS
Dos sabios llegaron a una aldea de España con sus aparatos científicos.
Hacían un viaje de estudio. Como ya era de noche, pidieron alojamiento a doña
Teresa, una viejecita que estaba a la puerta de su casa.
– Señora – preguntaron los sabios – ¿podría usted alojarnos en su casa
esta noche?
– Con mucho gusto, señores – les contestó la vieja. Y los invitó a entrar.
– Señora, deseamos dormir en el patio; la noche es muy hermosa.
– Será mejor dentro, porque va a llover.
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– ¿Cómo, señora? – exclamaron los sabios – ¡llover! ¿Sabe usted que
somos sabios? Nuestros aparatos prueban que no lloverá. No hay el menor
indicio de lluvia; la atmósfera está clara, el barómetro alto. ¡No puede llover!
– Bueno, señores, pueden ustedes dormir en el patio si desean – dijo la
viejecita, entrando en su casa.
– Pero, ¿ha visto usted gente más ignorante? ¿Y notó usted con qué
seguridad hablaba?
–Sí, y hasta dijo que llovería esta noche. Así hablaban los dos sabios
mientras se acostaban en el patio de la casa.
Como habían caminado mucho y estaban cansados, pronto se durmieron.
Aquella noche, como había dicho doña Teresa, llovió mucho. Los dos sabios se
vieron obligados a entrar en casa.
Al día siguiente al despedirse de la dueña de la casa estaban algo
avergonzados.
– ¡Ya les dije que iba a llover, señores! ¡Ya les dije que iba a llover! –
decía la viejecita.
– Señora, háganos el favor de decirnos como ha podido usted saber que
iba a llover, cuando nosotros no pudimos ver el menor indicio con nuestros
aparatos. La atmósfera estaba clara y el barómetro alto. ¡No podía llover!
– Pues. la cosa es muy fácil. Tengo un burro que cuando va a llover se
rasca en las paredes. Ayer se pasó medio día rascándose.
– Compañero – dijo uno de los sabios –, vámonos de aquí; en esta aldea
los burros saben más que los sabios.
LOS LOBOS
Una vez se encontraron el lobo de los bosques y el lobo de las estepas. Se
hicieron amigos. Juntos corrieron por todo el país. En aquella época había muy
pocos animales pequeños y no tenían qué comer. Ya no tenían fuerzas para
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andar cuando pasaron junto a un wigwam indio. Los lobos vieron que en el
wigwam una familia de indios preparaba carne.
– Vamos a entrar y pediremos a los hombres un poco de carne – se dijeron
el uno al otro los lobos.
– Nos van a matar – dijo uno al pensar un poco.
– Pero si no comemos nada moriremos de hambre. Vamos a intentarlo.
Se acercaron al wigwam y pidieron un poco de carne. Los indios los
invitaron a entrar y les dieron comida.
A la mañana siguiente el lobo de las estepas dijo a su amigo:
– Aquí tenemos nuestra casa. Los hombres se portan muy bien con
nosotros. Vamos a quedarnos aquí con nuestros amigos.
Al oír esto los indios se alegraron mucho y empezaron a construir un
wigwam para los lobos. Mientras todos los indios del pueblo estaban ocupados
en la construcción, el lobo de los bosques que era muy malo, corrió de un
wigwam al otro y robó toda la carne que pudo encontrar. La escondió debajo de
un árbol en la montaña. Después dijo a su amigo:
– Vamos a esperar la noche. Entonces cogemos toda esa carne y nos
marcharemos al bosque.
El lobo de las estepas muy triste dijo a su amigo:
– ¿No se han portado los indios bien con nosotros? Deja la carne donde
estaba. No está bien portarse mal con los amigos que nos dieron comida en los
momentos difíciles.
Pero el lobo malo se rió de su amigo. Entonces el lobo de las estepas
buscó a los indios y les contó lo que el lobo de los bosques quería hacer. Los
indios querían matar al lobo de los bosques pero era amigo del lobo de las
estepas y le perdonaron la vida. Los indios le dijeron al lobo malo:
– No debes entrar más en el pueblo.
El lobo malo volvió a los bosques y el lobo de las estepas se quedó con
los indios. Éstos lo alimentaron y le permitieron dormir junto a su casa. El lobo
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les defendía por la noche de los animales salvajes. Pasó mucho tiempo y el lobo
de las estepas se hizo perro. Desde entonces es amigo del hombre.
Y el lobo de los bosques es enemigo de la gente.
UNIDAD II
EL REAL DEL SASTRE
(Cuento popular español)
Este era un infeliz, algo tramposo, que estaba empeñado con todos los
vecinos, y como le aburrían demasiado pidiéndole su dinero, fingió una
enfermedad y se metió en la cama. Los vecinos fueron a visitarle, se sentaron
alrededor de su cama y, compadecidos, empezaron a decirle:
– Lo que es por mí, no te apures. Yo te perdono las pesetas que me debes.
– ¡Pobrecito! Y yo también.
Y así todos menos uno: el sastre.
– A mí me debe un real y me lo paga.
– Pero hombre, ¡ten caridad! ¿No ves tú que se muere el pobrecito?
– Si se muere, que se muera. Pero a mí, ¡ya lo creo que me paga!
Tanto se incomodó el enfermo con la codicia del sastre que fingió que se
moría, para que no saliese con la suya. Lo metieron en la caja, lo pusieron en las
andas y le hicieron el entierro. Colocaron el cadáver en la iglesia, y el sastre, que
no pensaba más que en cobrar su real, se refugió en el confesonario.
Y sucedió que por la noche llegaron doce ladrones a la iglesia y se pusieron a
contar el oro que llevaban en un saco. Pero aunque eran doce, el capitán dispuso
trece montones, pues era tan fiero que para acostumbrar a sus bandidos a las
mayores atrocidades, les señaló el montón que sobraba diciéndoles:
– Daré ese montón al que pegue una puñalda a ese cadáver.
Se levantó un bandido, sacó un puñal y se dirigió hacia el muerto fingido.
El pobre cadáver no se murió de miedo por milagro; pero al ver que el peligro
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era inminente, dio un brinco de pronto y tuvo la idea de gritar al sastre, que
continuaba en su escondite:
– ¡Venid, difuntos!
Y el sastre echó por tierra el confesonario con estrépito y contestó a
grandes voces:
– ¡Allá vamos todos juntos!
Los ladrones echaron a correr aterrados, hasta meterse en el bosque. Una
vez allí se serenaron un poco y se acordaron del tesoro que habían dejado en la
iglesia. Entonces el capitán envió a ella a uno de sus hombres para que se
enterase de lo ocurrido.
El ladrón volvió atrás, lleno de miedo, y entró en el pórtico en el momento
en que el cadáver y el sastre estaban repartiendo la fortuna. Terminando el
reparto, el sastre, que no olvidaba la deuda, dijo al otro:
– Bueno, ahora dame mi real…
Y cuando el ladrón oyó esto se puso a temblar como un azotado y huyó al
bosque a todo correr.
– No hay que pensar en volver por el tesoro – dijo casi sin aliento a sus
compañeros –, pues ¡son tantos los difuntos que hay en la iglesia que sólo tocan
a un real!…
LOS HIJOS DE MAMÁ LECHUZA
(Cuento popular argentino)
Cuentan los árboles más viejitos del bosque que un día, hace mucho
tiempo, Dios se asomó al balcón del cielo y después de observar un largo rato lo
que pasaba en la Tierra dijo al ángel que estaba a su lado:
– ¿Sabes? Me parece que allá abajo ocurren cosas injustas…
– ¿Cosas qué? – preguntó el ángel sorprendido, pues desconocía el
significado de ese término.
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– Digo que no está bien que los hombres traten tan bien a los animales
lindos y desprecien a los feos… Mira, se llevan a su casa las más lindas aves
para que vivan con ellos, corren en busca de las más bellas mariposas y elogian
hasta cansarse la hermosura del león, de las gacelas o del pavo real…
– ¡Uf! ¡Qué feo está eso!
– Y como si esto fuera poco – agregó Dios – he visto que en el bosque se
organizan frecuentemente concursos de belleza para premiar al más lindo, ¿qué
te parece?
– Y… me parece eso que usted dijo, Señor: “injusto”…¡Tengo una idea!
¿Qué le parece si hacemos un concurso al revés? Así podríamos premiar al más
feo, ¿he?
– ¡Brillante idea! Te felicito. Ahora mismo bajarás y la pondrás en
práctica. ¡Habrá regalos para todos los animales feos y en especial, una medalla
celeste para el más feo de todos!
El ángel bajó y organizó el concurso. Participaron el yacaré, el mono, el
hipopótamo, el rinoceronte y qué sé yo cuántos más. La elección fue muy difícil,
porque todos los concursantes eran a cual más feo, y por tanto, el premio mayor
quedó desierto.
– ¡Bueno, otra vez será! – dijo el ángel y se volvió al cielo dejando a todos
muy contentos con los regalos repartidos.
A los pocos días bajó Dios al bosque y todos los animales le rodearon
agradecidos y felices. La lechuza le chistó sonriente desde una rama para
mostrarle sus pichoncitos. Dios los miró y los encontró tan feos, tan feos, que no
dudó de que uno de ellos debió haberse llevado el primer premio.
– ¡Hola! Te felicito… ¿Cuál de ellos se ganó la medalla celeste? –
preguntó a la mamá.
– Ninguno, Señor…, ninguno. ¡No los presenté al concurso! – contestó la
lechuza.
– ¿No? ¿Y por qué…?
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– Señor… El ángel dijo que era un concurso para feos… y mis hijitos son
los más lindos del bosque. ¿No los ve?
Entonces Dios premió a la madre lechuza con dos medallas de sol. Una
por cada hijito, ¡los más lindos del mundo!
UN CUENTO DE PERRO
(Noel Clarasó)
Mi amigo Pedro siente mucha debilidad por los perros. Él tiene un perro
grande, de color gris con manchas más oscuras. Lo tiene siempre encerrado y el
pobre animal, a pesar de la solicitud de mi amigo está con los nervios
estropeados. Pedro sólo puede salir de su casa cuando el perro duerme. Si el
perro está despierto no le deja salir. Se interpone entre Pedro y la puerta y aulla
desesperadamente hasta que Pedro se resigna a quedarse en casa. En cierta
ocasión que el perro padeció un insomnio prolongado Pedro estuvo dos meses
sin salir de su casa. Aprovechó para perfeccionar el inglés. ¡Lástima que no
pudiera practicar con el perro!
Algunos días visito a mi amigo. Una o dos veces al mes. No me atrevo a
más. Los otros amigos que tiene, ya le han abandonado todos. Es que cada visita
tiene dos momentos de suma dificultad: la entrada y la salida. Todo por culpa
del perro.
La entrada se hace más o menos así: se empieza por llamar cinco veces
seguidas, como primera señal. Después se espera un ratito y se llama otras cinco
veces. Entonces Pedro ya sabe que se trata de un amigo que, a pesar de todo,
desea verle. El perro cuando oye el timbre se precipita a la puerta y se queda allí,
oliendo, a la espera del visitante para devorarlo.
Se atiende a los ruidos de dentro. Y cuando se nota que el perro ya está
junto a la puerta, se baja la escalera, se sale a la calle otra vez, se entra en un bar
a la esquina y se pide un coñac con sifón. Dos horas después se sube otra vez la
escalera de la casa de Pedro, a pie, de forma que el perro no oiga el ascensor.
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Entretanto, Pedro ha conseguido introducir el perro en la cocina, le ha servido
una comida y le ha cantado cinco o seis nanas para adormercele. Lo ha dejado
adormecido, y está esperando junto a la puerta para abrirla sigilosamente en
cuanto oye el rumor que el amigo hace desde fuera al rascar la madera con las
uñas.
Si la entrevista es larga y el perro ha tenido tiempo de despertarse, la
salida es mucho más complicada. No siempre se consigue salir el mismo día. Es
conveniente, cuando se visita a Pedro, prevenir a la familia, por si acaso. Yo les
digo que me voy a pasar ocho días de vacaciones al campo. Si regreso el mismo
día, digo que lo he pensado mejor. Los últimos tiempos he tenido suerte, y en mi
casa empiezan a pensar que estoy mal de la cabeza.
La salida normal de la casa de Pedro con el perro desvelado se hace así: se
abre un balcón en la habitación más separada de la puerta. Se sale al balcón y se
espera que se asome un vecino en la casa de enfrente, que está a diez metros de
distancia. Si el vecino ya está en el secreto la cosa se resuelve con relativa
prontitud. Si no, se le ha de poner en antecedentes, y es mucho más lento. Por
una cuerda cuyo extremo se lanza al balcón del vecino, se le pasa una trompa de
caza. El vecino se da a tocar la trompa a pleno pulmón y alborota toda la calle y
lo más importante es que alborote al perro y que el perro alborotado, salga al
balcón y ladre ferozmente al vecino. Es tal la excitación del perro, que es
incapaz de enterarse de que la puerta se abre y de que alguien que estaba dentro
de la casa sale a la calle. Si se entera no hay quien salga.
LA CUENTA DEL MÉDICO
(Eusebio Blasco)
En un pueblo de Galicia vivía un pobre labrador con su mujer. Era muy
pobre... Trabajaba días y noches guardando dinero pero no hay dicha completa
en este mundo y la mujer del labrador se enfermó. Domingo – así se llamaba el
labrador – pidió prestado el burro a un amigo y se marchó a la villa cercana.
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El médico a quien fue a ver le dijo que por menos de seis pesetas por cada
viaje no se movería de su casa. Domingo tuvo que aceptar.
Por la tarde vieron los vecinos entrar al señor médico montado en un
caballo blanco.
– Todo esto va a costarle a Vd. dinero, mucho dinero – dijo el médico a
Domingo.
– Bueno – contestó éste –. Lo pagaré todo a un tiempo, visitas y
medicinas.
Estas visitas de ida y vuelta duraron veintidós días, al cabo de los cuales
una mañana al entrar en casa el doctor halló a Domingo y a unas mujeres
llorando y gritando. Su mujer tuvo el mal gusto de morirse.
Una tarde, dos meses después, el médico llegó a la puerta de la casa de
Domingo, bajó de su caballo y dijo:
– Buenas tardes, Domingo.
– Buenas tardes, señor doctor.
– Aquí le traigo a Vd. la cuenta de los honorarios y de las medicinas para
su pobre mujer.
– ¿Y cuánto le debo por todo, señor doctor?
– Pues para que sea suma redonda cuarenta duros. Domingo lo miró con
asombro, después como quien toma una resolución dijo:
– ¡Entre Vd., pase adelante!
El doctor entró en casa.
Domingo sacó dinero y dijo al doctor:
– Antes de pagarle su cuenta, me va Vd. a responder, como hombre
honrado, a dos preguntas.
– Contestaré a ellas con mucho gusto.
– Usted no curó a mi mujer, ¿no es verdad?
– No, señor, no la curé.
– ¿Luego Vd. la mató?
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– No, señor, tampoco la maté, se murió, porque tenía que morirse.
– ¿De modo que ni la mató ni la curó?
– Eso es.
–¡Pues, entonces...!–exclamó Domingo, abriendo la puerta sin perder
tiempo y echando al médico a la calle – ; ¡pues, entonces no le debo nada,
absolutamente nada!
EL PODER DEL EJEMPLO
Por Vicente Riva Palacio
El pueblito era muy lindo. Situado en las sierras, daba gusto verlo, con sus
casitas blancas y sus jardines bien cuidados.
En el pueblito había una escuela. La dirigía el tío Paco, hombre muy
querido por los vecinos. Según la tradición, en ella los chicos repetían a coro sus
lecciones y lo hacían cantando.
Cada día, a las cinco de la tarde, los chicos salían, y el tío Paco los miraba
alejarse, lleno de satisfacción. La escuela quedaba desierta y silenciosa.
Entonces el tío Paco sacaba una silla y se sentaba a tomar el chocolate que le
traía un criado. De repente se oía la voz de un loro que decía:
– Tío Paco, quiero chocolate. Perro, perro, prrua.
El maestro se acercaba a la percha donde estaba el loro, y le decía:
– Bueno, lorito, dame la pata, y tendrás tu chocolate –, y le daba pan con
chocolate, porque los dos eran buenos amigos y se entendían perfectamente.
Pasaron los años. El lorito aprendió algunas lecciones de las que cantaban
a coro los chicos de la escuela, y el tío Paco llegó a tenerle tanta confianza, que
nunca lo ataba ni le cortaba las alas. Pero un día el lorito se fue al bosque. Nadie
más volvió a verlo, y el tío Paco se olvidó al fin del “ingrato”.
En alguna ocasión el maestro tuvo que ir a otro pueblo de la sierra. Se
desayunó muy temprano, montó a caballo, y se puso en camino. Ya había
entrado en el bosque, cuando creyó oír a lo lejos el canto de los chicos de su
escuela. Al principio le pareció aquello una alucinación, pero el canto se hacía
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más claro: ¡aquello era una lección repetida a coro en medio del bosque! Era la
misma lección que él enseñaba en la clase de gramática elemental.
Don Paco se detuvo y, lleno de asombro, vio una bandada de loros que
volaban cantando: ba...be...bi...bo...bu...
¡más...sa-be...el...bu-rrо... que...tú!
Pero su asombro fue mayor al ver que tras ellos, volando
majestuosamente, iba su lorito. Y todavía fue mayor, cuando oyó que le decía:
Tío Paco... ya tengo escuela...
Pero no bebo chocolate.
Chocolate quiero, perro, perro, prrua …
Y como los loros siguieron volando y cantando, el tío Paco se hizo la
señal de la cruz y exlamó:
– ¡Alabado sea Dios!
Y dicen que desde entonces los loros del bosque siguen haciendo grandes
progresos en el estudio del español.
UNIDAD III
NEPTUNO
(Haber) una vez un hombre que (volverse) loco y (ser) metido en un
manicomio de Sevilla. (Transcurrir) algunos años y el hombre ya no (parecer)
loco, sino cuerdo y (tener) ganas de salir del manicomio.
Pero como todo el mundo (continuar) considerándole loco, (decidir) escribir
cartas al Arzobispo, pidiendo ayudarle. Le (escribir) muchísimas cartas que (ser)
tan razonadas que el Arzobispo (acabar por creerle). En sus cartas el loco (decir)
que sus parientes le (meter) en el manicomio para apoderarse de sus riquezas y que
el director no lo (dejar) salir a la libertad para no perder los regalos que sus
parientes le (hacer). El Arzobispo (verse) obligado a enviar a un capellán suyo para
que comprobase, si (ser) verdad lo que el hombre le (escribir).
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Cuando el capellán (llegar) al manicomio, el rector le (decir) que a pesar
de que aquel hombre (parecer) a veces cuerdo, en realidad (estar) loco. El
capellán no le (hacer caso) y (querer) hablar con el hombre. (Hablar) largo rato,
y el capellán (quedar) convencido de que el hombre (estar) sano y cuerdo, por
eso (decidir) ponerle en libertad. Cuando lo (saber) éste, (ponerse) muy contento
y (decir) que (querer) despedirse de sus compañeros de desgracia.
El capellán y el rector (ir) a acompañarle. (Pasar) por los pasillos del
manicomio y (entrar) en una celda donde (encontrarse) un loco furioso. Al saber
que su compañero (irse), (exclamar) el loco furioso que el capellán y el rector
(hacer) una tontería inaudita poniendo en libertad a su compañero, que éste no
(deber) salir del manicomio. Después el loco furioso agregó que él (jurar) a
Júpiter cuya majestad él (representar) en la tierra que no (ser) así, que el
capellán y el rector no (poner) en libertad a su compañero. El (decir)
amenazándoles que si ellos (atreverse) a soltarle, él (votar) a Júpiter que
(castigar) a Sevilla, que (hacer) que no lloviera nunca en aquella tierra.
(Sonreír) el hombre que (irse) del manicomio y dirigiéndose al capellán
(decir) estrechándole la mano que éste no hiciera caso de las palabras de aquel
pobre loco, que si éste (ser) Júpiter y no (querer) llover, él (ser) Neptuno y
(llover) cuando fuera necesario. El capellán le (decir) a Neptuno que a pesar de
todo él (creer) que no (estar) bien enfadar al señor Júpiter y que (volver) por su
merced otro día.
LOS DOS VECINOS
En un pequeño pueblo (discutir) un día cuatro amigos el tipo de la nueva
vecina de uno de ellos. (Decir) uno que era probablemente rubia, con ojos
azules; el segundo que era, por lo visto, morena, con brillantes ojos negros; el
tercero (suponer) que tenía pelo castaño y ojos garzos. El cuarto, llamado
Rafael, explicó que nunca (ver) a su misteriosa vecina, pero no (dudar) que era
hermosa porque de noche (tocar) dulces melodías en su arpa. Les (prometer) a
19
sus amigos averiguar si era bella aquella joven, para ver cuál de ellos (tener)
razón.
Cada noche (asomarse) ella al balcón de su casa, y no (tardar) en imitarla
Rafael. (Pasan) unas noches y los dos – vecinos después de unas conversaciones
(conocerse) cada uno (descubrir) el nombre del otro. Siempre después de
retirarse ella (volver) a sonar los suaves acordes del instrumento. Rafael no
(apartarse) de la ventana mientras la vecina (tocar), entonces (alejarse) y durante
la noche (soñar) con ella.
(Llegar) el otoño y ni Rafael ni Carlota (pensar) en volver a la ciudad.
(Amarse) con ternura y (vivir) felices en medio de aquella soledad. Una noche
(faltar) la joven a la cita, y Rafael la (aguardar) hasta que (lucir) el alba.
A la mañana siguiente (saber) de un criado que la joven (hallarse) enferma
y no (poder) abandonar el lecho. El médico (decir) que ella (estar) muy grave y
que él (desesperar) de curarla. El dolor de Rafael no (tener) límites cuando al día
siguiente (tocar) las campanas de la parroquia anunciando el funeral de Carlota.
Ella (morir) y Rafael no (lograr) verla antes de la muerte. (Dirigirse) al
cementerio lentamente para mirarla de cerca una vez al menos, porque nunca lo
(realizar) en vida de la joven.
En el cementerio Rafael acercándose al ataúd descubierto, (quitarse) el
sombrero, (pararse), después (dar) algunos pasos hacia adelante y (caer) sin
sentido. Cuando (volver) en sí, (volverse) a la sepultura, pero (ser) demasiado
tarde. El ataúd (estar) casi cubierto por la tierra que sobre él (arrojar) el
enterrador.
Un criado de Carlota se acercó a Rafael y le (decir):
– ¡Cuánto le (querer) a Ud.! ¿Por qué no (ir) Ud. a visitar la nunca?
– Yo (imaginar) a mi vecina una mujer muy bella – (contestar) Rafael. –
(Saber) que mi figura fea (deber) desagradarla y (encontrarse) con ella a la luz
de las estrellas, cuando Carlota no (poder) verme bien. ¿No (ver) tú mi cuerpo
contrahecho y mi rostro feo? Por eso (huir) las ocaciones de verla.
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– ¡Señor! Esa no (ser) causa suficiente. Ella también (huir) las ocasiones
de encontrar a Ud. Sólo (encontrar) consuelo en la música. Dice Ud. que no es
hermoso. ¡Ah! Don Rafael, mi señora no lo hubiera sabido, no lo hubiera visto:
la señora (ser) ciega de nacimiento.
UNA BROMA
Una tarde, Mark Twain (regresar) del trabajo a su casa como siempre en
tranvía, cuando (ver) por la ventanilla a un viejo amigo suyo quien (caminar)
tranquilamente por la acera y distraídamente (mirar) la vitrinas de los almacenes.
Twain (saber) que este amigo (trabajar) en un extremo de la avenida, y a pesar
de la distancia del trabajo a la casa, siempre (regresar) a pie. (Ser) un amante del
paseo, pues (decir) que éste le (rejuvenecer). Mark Twain (alegrarse) al verlo y
(bajarse) del tranvía en la primera parada. Como el amigo (estar) muy lejos aún
y no lo (ver) Twain (ir) a su encuentro. Al acercársele (abrir) los brazos y
(gritar):
– ¡Fred! ¡Viejo amigo! ¿Cómo estás? ¡Cuánto tiempo sin vernos! Pero
dime: ¿Por qué te ves así? ¿Te (pasar) algo? ¿(Sentirse) mal?
El amigo muy extrañado por el tono y las palabras de preocupación de
Mark Twain le (contestar):
– ¡Tanto gusto de verte, Mark! Pero con respecto a mi aspecto, te diré que
nada malo me (pasar). (Tener) mala cara, pero (sentirse) muy bien.
– Bien, bien, tú (saber) mejor, pero no estaría de más que te vieras con un
médico. Por ahora (despedirse), (tener) prisa... Te (hacer) una visita en estos
días.
Y (alejarse). (Volver) a tomar el tranvía de manera que no lo viera el
amigo. Después de pasar a Fred, nuevamente (bajarse) y (empezar) a caminar en
sentido contrario para encontrarse con él. Cuando (tropezarse) con su amigo,
hizo como si le viera por primera vez: (abrir) los brazos y emocionado (decir):
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– ¡Fredy! ¡Cuánto tiempo sin verle! Y yo que me preguntaba: ¿Dónde
(estar) ese viejo “lobo” que no se deja ver por nadie? Pero... ¡Qué cara (tener)!
¡(Deber) de sentirte muy mal para tenerla así!
El amigo (quedarse) perplejo, al fin, cuando (poder) hablar, (decir):
– Pero, Mark, es que ¿no (verse) hace unos momentos?
Twain lo (mirar) extrañado y (replicar):
– ¡No, chico! Si la última vez que (verse) (ser) el año pasado.– ¡Qué
estúpida (ser) al no visitarte tanto tiempo! ¡Y ahora te (encontrar) en ese estado!
Bueno, estoy apurado. ¡Cuídate! (Pasar) por tu casa en estos días. Twain le (dar)
unas palmaditas alentadoras en el hombro y (irse) en sentido contrario al camino
del “pobre Fred”, para tomar nuevamente el tranvía.
Mientras tanto, el amigo se quedó parado unos instantes. Ahora, sí, (tener)
una cara “perdida”. Estaba reflexionando: “¿Qué me pasa, (estar) loco? ¡Bah!
Eso (deber) de ser lo que (llamar) la alucinación”.
Y un poco tranquilizado, (seguir) caminando con paso inseguro a su casa,
hasta que nuevamente (ver) a Mark Twain que con los brazos abiertos y la
sonrisa resplandeciente (venir) a su encuentro. Fred (palidecer), (virar) sobre sus
talones y (echarse) a correr a casa de un médico psiquiatra quien (vivir) cerca de
allí.
Ese médico (ser) amigo común de los dos quien muchas veces los
(invitar) para que lo visitaran juntos, para “recordar la juventud”, pero éstos
nunca (encontrar) tiempo. Mark Twain muy complacido, (seguir) a Fred en
silencio. ¡Al fin... (poder) reunirse los tres amigos!
EL CUЕNTO DE LA PURGA
El hijo de un nuevo rico, de siete años (caer) enfermo. La madre (estar)
acostumbrada a recolar ella misma a su lujo. Pero esta vez (preferir) llamar a
una celebridad. La madre (preguntar):
– ¿Quién (ser) el médico que cobre más caro?
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Le (decir) un nombre, y ella (hacer) telefonear, a su secretario. (Ponerse)
al teléfono la secretaria del médico y (decir) que 110, que el doctor (tener) las
horas ocupadas hasta el siete de marzo. Estamos en noviembre, y el secretario de
la nueva rica (ofrecer) cien duros por cada visita . La secretaria del médico
(despreciar) la oferta. El secretario (ofrecer) más, y al fin (quedar) en dos mil
duros, y en que el doctor visitará al niño al día siguiente.
En efecto, el doctor (llegar) para examinar al niño. Le (prescribir) todo lo
que hay que tomar y le (recetar) tres inyecciones de curalotodomicina. El
(advertir) que cada inyección (costar) cien duros. Esto le (gustar) mucho a la
madre del niño:
– No importa. Ahora (nadar) nosotros en la superabundancia.
Y en la puerta, mientras (despedirse) del doctor, la madre, (preguntar):
– ¿Y si yo le (dar) al niño una purga, doctor?...
El doctor la (observar) despectivo y ni (dignarse) contestarle. Tres días después
el niño (seguir) tan enfermito. El doctor le (someter) a un nuevo examen. Y le
(recetar) tres inyecciones de novaimásticina.
Cada inyección (costar) mil duros. La madre (estar) dispuesta a pagar dos
mil por cada inyección pues (querer) mucho ver a su hijo sano. Ella (sufrir) por
su hijito tan enfermito y (susurrar) al oído del doctor:
– ¿Y si le (dar) nosotros una purga, doctor?
Esta vez el doctor le (gritar):
– ¡Viejos sistemas arrumbados por la ciencia moderna! ¡Purgas! ¿(Estar)
nosotros acaso en tiempos de los ébridos?
La palabra “ébridos” (sofocar) a la madre. No (tener) nada que oponer a
esta palabra, ella (morderse) los labios y (mandar) a uno de sus criados en busca
de la novaimásticina.
Tres días después el niño (seguir) tan enfermito. El doctor le (someter) a
un examen que (durar) cinco horas. Le (analizar) la sangre, le (radiografiar) los
huesos, (analizar) la sangre del padre y de la madre y de todos los parientes
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consanguíneos hasta el cuarto grado y al fin: (recetar) tres inyecciones de
vayausteasabericina que han de llevar en avión de Norteamérica, porque en
Europa todavía no (fabricarse). La madre (insistir) en la purga y el doctor ni
(dignarse) contestarle.
Y a los tres días el mismo niño, hecho unas pascuas, (abrir) la puerta al
doctor. El niño (estar) rebosante de salud. Y la primera exclamación del doctor,
al verle, (ser) ésta:
– ¡Vaya! ¡Se ve que por fin tu madre te ha dado la purga!
VOCABULARIO
amor m любовь
andas f pl носилки
animal m животное
antecedente предшествующий
anunciar сообщать
añadir добавлять
añicos m pl обломки, осколки
aparato m прибор
aparecer появляться
apartarse отдаляться, отходить
apoderarse завладевать (чем-л.)
aprender изучать
apretar сжимать
aprovechar использовать (что-л.)
apurado трудный, нуждающийся
apurarse волноваться, спешить
arado m плуг
árbol m дерево
arpa f арфа
arrojar бросать, выгонять
ascensor m лифт
asomarse высовываться
asombro m удивление
aspecto m вид, внешность
asunto m дело, вопрос
atar привязывать
ataúd m гроб
atender внимательно слушать
A
abandonar оставлять, покидать
absolutamente абсолютно, никоим
образом
aburrir скучать
aceptar принимать, соглашаться
acercarse приближаться
acordarse договариваться
adormecer усыплять
adornar украшать
agradecido благодарный
agregar добавлять
aguardar ждать
ala f крыло (птицы)
alba f рассвет, заря
aldeano m крестьянин
alborotar переполошить, шуметь
alegrarse радоваться
alejarse удаляться
aliento m дыхание
alimentar питать(ся), кормить(ся)
alojamiento m размещение
alojarse расквартировываться
alrededor вокруг
alucinación f галлюцинация
amante m любитель (чего-л.)
amar любить
amenazar угрожать
24
castaño каштановый, коричневый
castillo m замок
castigar наказывать
caza f охота
celda f келья, отдельная комната
celeste небесный, лазурный
cementerio m кладбище
cercano близкий, ближний
cesta f корзина
ciego m слепой
científico m ученый, научный
cierto точный, некоторый
claro светлый
cobrar получать (зарплату)
codicia f жадность
comunicar сообщать
compadecido сочувствующий
compañero m приятель, товарищ
completo полный, целый
complicado сложный, трудный
conciencia f сознание, совесть
confesonario m исповедальня
confianza f доверие
conseguir удаваться, достигать
considerar считать, полагать
construir строить
consuelo m утешение
contar считать, петь
contento довольный
continuar продолжать
contrahecho сутулый, горбун
contrario противоположный
conveniente подходящий
conversación f разговор
coñac m коньяк
correr бегать
cortar подрезать
criado m слуга
cruz f крест
cualidad f качество
cubrir покрывать
cuenta f счет, расчет
cuerda f веревка, струна
aterrado испуганный
atreverse решаться
atrocidad f жестокость
aullar выть (о волках)
avaro жадный
ave f птица
avenida f проспект, аллея
avergonzado стыдливый
averiguar проверять, выяснять
azotado избитый (кнутом)
B
bandada f стая (птиц)
bandido m разбойник
barro m грязь, глина
beber пить
brillante сверкающий, сияющий
brillar блестеть, сиять
bosque m лес
brinco m прыжок, скачок
broma f шутка
burlarse насмехаться, издеваться
burro m осел
buscar искать
C
caballo m конь
cacharo m посуда, разг. барахло
cadaver m труп
caja f ящик, коробка, гроб
camino m дорога
campana f колокол
campesino m крестьянин
campo m поле, деревня
cantar петь
cántara f кувшин
cantidad f количество
capellán m капеллан, священник
capitán m капитан, главарь (шайки)
caridad f милосердие
cariño m нежность, привязанность
carne f мясо
carro m повозка
carta f письмо
25
cuerdo разумный, рассудительный
cuerpo m тело, туловище
cuidado ухоженный
culpa f вина
cumplir выполнять
curar лечить
CH
chistar подзывать
chocar сталкиваться (с кем-, чем-л.)
chocolate m шоколад (напиток)
choza f хижина, шалаш
D
debilidad f слабость, немощность
decidir решать
defender защищать
desagradar быть неприятным
desconocer быть незнакомым
descubrir открывать, обнаруживать
desesperadamente неожиданно
desesperar не ожидать, отчаиваться
desgracia f несчастье
desierto пустынный, безлюдный
despedir прощаться (с кем-л.)
despreciar презирать, не признавать
desvelado бдительный
deuda f долг
devolver возвращать
devorar пожирать, поедать
dicha f счастье, удача
diente m зуб
difícil трудный, тяжелый
dificultad f трудность, помеха
difunto m покойник, труп
dilema m дилемма
dios m бок
dirigirse обращаться, направляться
discutir обсуждать, спорить
disponer располагать, размещать
distancia f расстояние
distraidamente рассеянно
dormir спать
dudar сомневаться
dueño m хозяин, владелец
dulce сладкий, приятный
durar длиться, продолжаться
duro m дуро (монета)
E
echar выбрасывать, выгонять
elogiar хвалить
empeñado упорный, задолжавший
enamorarse влюбиться
encerrado запертый, заточенный
encontrarse встречаться, находиться
enfadar сердить, раздражать
enfermar заболевать, занемогать
enfermedad f болезнь
enemigo m враг, неприятель
enseñar показывать, обучать
enterarse узнавать (о чем-л.)
enterrador m могильщик
enterrar хоронить, закапывать
entierro m погребение
entrevista f встреча, свидание
envejecerse стареть, дряхлеть
enviar посылать, приказывать
época f эпоха, период
escalera f лестница
escalón m ступенька
esconder прятать
escondite m тайник, прятанье
esperar ждать
esquina f угол
estepa f степь
estimado уважаемый
estrella f звезда
estrépito m шум, грохот
estropeado поломанный
estudio m учеба
estúpido глупый, тупой
exactamente точно, верно
excitación f возбуждение
exclamar восклицать
26
indicio m знак, примета
indio m индеец, индейский
infeliz несчастный
ingrato неблагодарный
injusto несправедливый
inminente неизбежный
insaciable ненасытный
insomnio m бессонница
intentar пытаться
interponerse преграждать путь
introducir поместить
invitar приглашать
ira f злость, гнев
J
jardín m сад
juez m судья
juntos вместе
jurar клясться
L
labrador m земледелец
labrar обрабатывать, пахать
ladrón m вор
lago m озеро
lanzarse бросаться, кидаться
lección f урок, занятие
lecho m кровать, ложе
lechuza f сова
lento медленный
libertad f свобода
límite m граница, предел
lindo красивый
lobo m волк
loco сумасшедший
lograr добиваться, достигать
loro m попугай
lucir блестеть, сверкать
luz f свет
Ll
llorar плакать
llover идти (о дожде)
lluvia f дождь
exigir требовать
éxito m успех
extremo m конец, край
F
faltar отсутствовать
felicitar поздравлять
feliz счастливый
feo некрасивый
ferozmente свирепо, жестоко
fiero свирепый, жестокий
fiesta f праздник
fingir изображать, притворяться
flor f цветок
fondo m дно, глубина
fortuna f капитал, судьба
fuerte сильный
fuerza f сила
funeral m похороны, погребение
G
gacela f газель
ganar зарабатывать
gente f люди, народ
grave серьезный, тяжелый
gritar кричать
guardar хранить, беречь
guerra f война
H
hallar находить, размещать
hermoso красивый
hipopótamo m бегемот
honorario m вознаграждение
honra f честь, достоинство
huir бежать, убегать
I
iglesia f церковь
ignorante невежественный
imaginar воображать, представлять
imitar копировать, подражать
inaudito неслыханный
incapaz неспособный
inclinarse наклоняться
incomodarse тревожиться
27
olvidar забывать, оставлять
oro m золото
oscuro темный
P
pacto m договор, пакт
padecer страдать, переносить
pagar платить
pájaro m птица
palacio m дворец
palidecer бледнеть
pan m хлеб
parada f остановка
pariente m, f родственник
parroquia f приходская церковь
parte f часть
pasar проводить, проходить
pata f лапа (животного)
pavo real m павлин
peligro m опасность
pelo m волосы
pena f горе
percha f жердочка (для птиц)
perder терять, проигрывать
perdonar прощать
perfeccionar совершенствовать
perfectamente отлично, превосходно
permitir позволять
perro m пес
perplejo растерянный
pichoncito m птенец, дитя
planta f растение
plato m тарелка, блюдо
portarse вести себя
pórtico m колоннада
prado m лук
precio m цена
precipitarse торопиться
premiar награждать
preocupación f беспокойство
presentarse являться, представляться
prestar давать в долг
M
madera f дерево, древесина
mágico волшебный
majestuosamente величественно
mancha f пятно
mandar посылать, приказывать
manicomio m сумасшедший дом
manifestar выражать, проявлять
maravilloso удивительный
marcharse уходить, уезжать
mariposa f бабочка
matar убивать
medalla f медаль
medicina f лекарство, медицина
medio m половина, середина
mercader m торговец
mercado m рынок, базар
merced f милость
miedo m страх
milagro m чудо, диво
miserable несчастный, жалкий
misterioso таинственный
moneda f монета
mono m обезьяна
montado верховой, конный
montón m куча, груда
moreno смуглый, темный
mostrar показывать, проявлять
moverse двигаться
muerto мертвый
mundo m мир, вселенная
muralla f крепостная стена
N
nacimiento m рождение
nana f колыбельная песня
narciso m нарцисс
nieve f снег
notar замечать
O
observar наблюдать, замечать
obtener получать, достигать
ocasión f случай, случайность
oler нюхать, пахнуть
28
resolverse решаться
resplandeciente сияющий
rey m король
rico богатый
rinoceronte m носорог
riqueza f богатство
rodear окружать
romper разбивать, раскалывать
rostro m лицо
rubio светловолосый
rumor m слух, шум
S
sábana f простыня
sabio m мудрец, ученый
sacar забирать, выводить
saco m мешок
salvaje дикий
sastre m портной
satisfacción f удовлетворение
seguridad f уверенность
semejante похожий
semilla f семя, зерно
señal f сигнал, знак
señalar означать, показывать
separado отдельный
serenarse успокаиваться
servir служить, годиться (для чего-л.)
sierra f горы
sigilosamente тайно
silencio m тишина, молчание
silencioso молчаливый
significado m значение
sobrar превосходить
soledad f одиночество
solicitud f просьба
soltar отпускать
sonar звучать
sonreir улыбаться
sonriente улыбающийся
sorprendido удивленный
suave легкий
suceder случаться, происходить
prevenir предупреждать
primavera f весна
probablemente возможно
probar доказывать
progreso m прогресс
prohibir запрещать
prolongado длительный
prometer обещать
prontitud f быстрота
propiedad f собственность
psiquiatra m психиатр
pueblo m деревня, народ
pulmón m легкое
puñalada f удар кинжалом
purga f слабительное
Q
quedarse оставаться
R
rama f ветка
rascarse чесаться
razonado обоснованный
real m реал (монета)
realizar осуществлять
rebajar снижать
rebosante пышущий (здоровьем)
reclamar претендовать
recoger собирать
redondo круглый
refugiarse прятаться
reino m королевство
reirse смеяться
reja f решетка
rejuvenecer омолаживать
regalo m подарок
regresar возвращаться
regreso m возврат
relativo относительный
remorder мучить, терзать
repartir делить
reparto m распределение
repetir повторять
resignarse покоряться
resolución f решение
29
triste грустный
trompa f труба, рог (охотничий)
tropezarse наталкиваться
U
uña f ноготь
urgente срочный
V
vacaciones f pl отпуск, каникулы
vecino m сосед
verdad f правда
viaje f поездка
viejo старый
villa f деревушка, поселок
visitar посещать
volar летать
votar голосовать
Y
yacaré m кайман
suerte f судьба, удача
suficiente достаточный
suponer предполагать
surco m борозда
T
temblar дрожать
ternura f нежность
tesoro богатство
tierra f земля
timbre m звонок
tinieblas f pl сумерки, темнота
tirar бросать, кидать
tontería f глупость
tramposo мошеннический
tranquilamente спокойно
transcurrir проходить (о времени)
tranvía f трамвай
tratarse вести речь
Основная литература
1. Горохова М. Г. Учебник испанского языка : для 2 к. гуманит. факультетов / М. Г. Горохова, Н. И. Царева. – М. : Высш. шк., 2001. – 230 с.
2. Патрушев А. И. Учебник испанского языка : практ. курс: продвинутый этап / А. И. Патрушев .– М. : ЧеРо : Юрайт, 2003. – 253 с.
Дополнительная литература
1. Нуждин Г. А. Español en vivo : учеб. соврем. исп. яз. с ключами /
Г. А. Нуждин, К. Марин Эстремера, П. Мартин Лора-Тамайо. – М. : Айриспресс, 2003. – 521 с.
2. VEN 3. Curso de Español para Extranjeros : Libro del alumno /
F. Castro, F. Marín, R. Morales, S. Rosa. – Madrid : Edelsa, 1997. – 176 p.
Электронный каталог научной библиотеки Воронежского государственного университета. – (http//www.lib.vsu.ru/).
Социальные и гуманитарные науки. Языкознание : библиогр. база
данных. 1986–2002 гг. / ИНИОН РАН. – М., 2003. – (CD-ROM).
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Учебное издание
ТЕКСТЫ ДЛЯ ВНЕАУДИТОРНОГО ЧТЕНИЯ
(ДЛЯ 1 КУРСА Д/О)
Учебно-методическое пособие для вузов
Составители:
Суханова Марина Владимировна,
Мирошниченко Людмила Алексеевна
Редактор
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Отпечатано в типографии Издательско-полиграфического центра
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