Capítulo 3 Inmunohistoquímica del pterigión
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Capítulo 3 Inmunohistoquímica del pterigión
Capítulo 3 Inmunohistoquímica del pterigión — INTRODUCCIÓN — EL LECHO LIMBAR: UN LUGAR ACTIVADOR Y DESACTIVADOR DE SEÑALES — EXPRESIÓN DEL GEN p53 — LAS COLAGENASAS EN EL PTERIGIÓN — EXPRESIÓN DEL FACTOR DE CRECIMIENTO ENDOTELIAL VASCULAR — INESTABILIDAD MICRO-SATÉLITE Y PÉRDIDA DE HETEROCIGOCIDAD EN EL PTERIGIÓN — LA APOPTOSIS EN EL PTERIGIÓN — CIRUGÍA ACTUAL DEL PTERIGIÓN — BIBLIOGRAFÍA Capítulo 3 Inmunohistoquímica del pterigión Alejandro de la Torre Burbano INTRODUCCIÓN El pterigión es una lesión neoplásica benigna caracterizada desde el punto de vista histopatológico por un crecimiento fibrovascular local invasivo del tejido conjuntivo hacia la córnea (1). Ocurre en la fisura interpalpebral y tiene su origen en las células madre basales epiteliales del lecho limbar (CMEL), transformadas, activadas y proliferativas. Esta lesión puede ocurrir en los lados nasal, temporal, o ser bilateral y aunque su etiología no se conoce por completo, existe una fuerte evidencia epidemiológica que compromete a la luz ultravioleta (LUV) como el mayor factor de riesgo ambiental (2). Los enfermos de pterigión a menudo se quejan de ojo rojo, irritación crónica y leves cambios en la visión cuando avanza sobre la córnea. Tradicionalmente se ha definido como una lesión degenerativa elastótica crónica. Sin embargo, los hallazgos por estudios inmunohistoquímicos (IH) y de biología molecular en CMEL que expresan la mutación del gen p53, un marcador común en gran variedad de cánceres humanos así como en lesiones actínicas de la piel, sugiere un desorden proliferativo semejante a un tumor (3) (fig. 1). Estudios recientes en el pterigión han reconocido que la exposición crónica a la LUV puede provocar inestabilidad microsatélite, pérdida de heterocigocidad, disrupción en el proceso normal de apoptosis y oncogénesis. Con base en la IH de especímenes primarios y recurrentes, los cambios tisulares observados en el pterigión podrían explicarse por la mutación del gen p53 como un suceso precoz provocado por la irritación crónica de la LUV; como consecuencia se altera su proteína y todo el mecanismo genético de muerte celular programada dependiente del gen de p53. Las CMEL alteradas se comportan como un tumor, invaden la córnea a través de la membrana basal arrastrando células conjuntivales a modo de tejido fibrovascular neoformado (2,4,5). También se compromete el equilibrio entre la matriz metaloproteinasa MMPs y los inhibidores de metaloproteinasas TIMPs, que al promover la invasión, la degradación y el remodelamiento del tejido conectivo afectan la membrana basal, el colágeno tipo IV del estroma corneal y la membrana de Bowman (2-4). El factor de crecimiento vascular endotelial, importante inductor de proliferación celular Fig. 1: Coloración de hematoxilina y eosina de un caso de pterigión, la cual muestra un epitelio escamoso con escasas células caliciformes, edema estromal y angio-fibroproliferación. 34 endotelial se ha encontrado elevado en el pterigión, así como otros factores angiogénicos y epiteliales, a saber, el factor de crecimiento fibroblástico, el factor del crecimiento epidermal unido a la heparina, el factor del crecimiento tisular conectivo, y el factor del crecimiento dependiente de la insulina (4). En la patogénesis del pterigión se activan múltiples sistemas celulares, que conducen a una cascada de procesos complejos y coordinados que al final producen inflamación crónica, proliferación, remodelamiento del tejido conectivo, angiogénesis e invasión corneal. Por razones desconocidas el lecho activado puede entrar en períodos de quietud. Según los datos que se evaluarán en este capítulo, se puede decir que la patogénesis del pterigión primario y recurrente resulta de la pérdida de las barreras naturales epiteliales sobre todo de las células caliciformes, pues facilitan así la irritación crónica de las CMEL por la LUV, provocan la mutación del gen p53 sensible a la LUV, alteran su fenotipo y activan progresivamente otros genes que provocan cambios tisulares. Entonces las CMEL invaden la córnea acom- 3. Inmunohistoquímica del pterigión pañadas de tejido fibrovascular para destruir la membrana basal, disolver la membrana de Bowman e infiltrar el estroma corneal superficial y se comportan como una neoplasia benigna. EL LECHO LIMBAR: UN LUGAR ACTIVADOR Y DESACTIVADOR DE SEÑALES El lecho limbar es el micro ambiente específico donde se localizan, mantienen y reciben señales las CMEL de células endoteliales, fibroblastos, epitelios y la matriz extracelular (6). Las células madre son un grupo reducido de células indiferenciadas, capaces de división celular asimétrica dando lugar a una célula que permanece como célula madre que no migra y a una segunda célula hija capaz de migrar del lecho a lo largo de la membrana basal, que se puede diferenciar como célula del epitelio corneal con rangos diversos de capacidad proliferativa, conocidas como células amplificantes transitorias TAC (7,12). Las células madre son responsables de mantener el epitelio corneal (9,10) (fig. 2). Fig. 2: El lecho libar para células madre (CMEL). Las señales que activan las CMEL son factores de crecimiento, diferenciación y supervivencia, críticos para sostener el lecho funcional y estructuralmente. 3. Inmunohistoquímica del pterigión Las señales que activan las CMEL son factores de crecimiento, diferenciación y supervivencia, críticos para sostener el lecho funcional y estructuralmente (6-8). Todos estos factores dirigen unos gradientes para mantener las CMEL en un fenotipo indiferenciado durante la vida del organismo (10). La membrana basal limbar es distinta en su composición de membrana basal de los epitelios conjuntivales y corneales, así como los proteoglicanos del estroma (6). Con técnicas histoquímicas (azul alcian 8GX, ácido peryódico Schiff) realizadas en el laboratorio el autor ha podido observar cambios en los patrones para marcar y diferenciar el pterigión con respecto al tejido normal (fig. 3). Schermer et al. (13), demostraron que el marcador celular K3 queratina se puede localizar en todas las células epiteliales menos en las células madre. Las diversas proteínas se expresan preferentemente en las células limbares basales y se han estudiado como marcadores; en este grupo se incluyen: 1. Enzimas metabólicas: α-enolasa, citocromooxidasa, anhidrasa carbónica y transportadores de glucosa. 2. Receptores para factores de crecimiento: receptor para factor de crecimiento epitelial, receptor TGFβ1 y 2, TrkA. 3. Componentes cito esqueléticos: queratina 19-35 y vimentin 36. 4. Componentes del ciclo celular: ciclinas D y E y p107. 5. Otras: α9 integrin, melanina, p63. Esta distribución enfatiza la heterogeneidad de fenotipos celulares presentes en el limbo, pues no existe un marcador preciso para CMEL sanas (6-12). El limbo es el lugar de origen de la mayoría de las displasias corneales epiteliales y de las neoplasias (6-9). EXPRESIÓN DEL GEN p53 El gen p53 (fig. 4) es un gen supresor de tumores que codifica la proteína p53 que controla el ciclo celular normal y previene la formación de neoformaciones. La mutación en el 35 Fig. 3: Técnica histoquímica para sialomucinas y mucinas neutras de un caso de pterigión. Se observa un epitelio con metaplasia escamosa. gen p53 es lo más común en los cánceres humanos: 70% en cáncer pulmonar, 50% en cáncer de piel, 20% en cáncer de mama y 10% en leucemia (14-22). Las alteraciones del gen p53 se puede identificar por la sobre-expresión de la proteína p53 descubierta por el anticuerpo monoclonal clon DO-7, un anticuerpo dirigido contra los aminoácidos 19 y 26 de la p53 en su forma nativa y en sus formas mutantes. La proteína p53 nativa es clave en el control de la división celular anómala; una mutación en el gen p53 puede resultar en una proliferación celular incontrolada (15-24). La proteína p53 es un factor de trascripción que interactúa y aumenta la tasa de trascripción de otros 6 genes conocidos: p21, MDM2, GADD45, Bax, IGF-BP y ciclina G, para llevar a cabo el reconocimiento de la naturaleza normal del DNA en la división celular, que permite la replicación tisular o conduce la célula a la apoptosis (28). 36 Fig. 4: Muestra de pterigión marcada con el anticuerpo monoclonar p53 (DO-7-DAKO). Se observa patrón de marcaje nuclear en células basales y algunas células superficiales. Normalmente en una célula la proteína p53 existe en forma p53 activa a bajas concentraciones y tiene un período corto de vida media, cerca de 20 minutos, lo que la hace invisible a los colorantes inmunohistoquímicos actuales; por tanto siempre que es objetivada es un indicador de mutación (15-17). La célula utiliza varias proteínas para reconocer las diferentes alteraciones en el DNA. Las proteínas que reconocen células con genomas inestables debido al daño en el DNA o células en micro-ambientes anormales, envían señales para elevar los niveles de p53, que a su vez aumenta su actividad como factor de trascripción e inicia una cascada en la que participan genes como p21, ciclinas y complejos Cdk, que pueden bloquear la progresión del ciclo celular; 3. Inmunohistoquímica del pterigión así se establece el control normal en la mitosis celular conduciendo las células hacia la apoptosis dependiente de p53, y mantiene en esta forma la normalidad tisular (16,19,20). La proteína p53 también se manifiesta en la fase G2-M y previene la entrada prematura en la fase S del ciclo celular (18). La acción crónica de la LUV en las CMEL provoca mutaciones en el gen p53, pues cambia la secuencia específica del dominio localizado entre los aminoácidos 120 y 192, y como producto hay contactos defectuosos en el DNA con pérdida en la capacidad del p53 para actuar como factor de trascripción, de donde resultan una proliferación celular incontrolada y un cambio para las señales que activan los factores de crecimiento y la vía de las ciclinas D1-Cdk4 (16-21). En la patogénesis del pterigión se ha reportado una tasa alta de inmunorreactividad para p53 en el epitelio basal y los estudios concluyen que ese hallazgo confirma las mutaciones de p53 y que desempeña un papel importante en los orígenes del pterigión (fig. 4). Tsai et al. (3), en un estudio reciente encontraron 22,8% como prevalencia de expresión de p53 en 127 pterigión. Al revisar 8 estudios inmunohistoquímicos por Medline informaron como tinciones positivas las cifras de 7,9%, 36,8%, 37,5%, 38,1%, 50%, 53,8%, 60% y 100%, lo que sugiere la necesidad de estandarizar los estudios inmunohistoquímicos para definir la prevalencia exacta de mutación del gen p53 (14). Por ahora; la presencia de mutación de p53 en el pterigión nos explica su naturaleza y su patogénesis. LAS COLAGENASAS EN EL PTERIGIÓN Una de las características histopatológicas del crecimiento del pterigión es la proliferación fibrovascular (24) y su invasividad hacia la córnea, lo cual explica la tendencia a la reproducción posquirúrgica (25). Otra característica es que, en la medida en que el tejido fibrovascular progresa se pierden la membrana basal, la membrana de Bowman y el estroma corneal superficial, facilitado por la matriz de metaloproteinasas (6,26,27). 3. Inmunohistoquímica del pterigión La matriz de metaloproteinasas MMPs está formada por una familia de más de 21 proteasas genéticamente distintas sintetizadas y secretadas por una variedad de tipo celulares que incluyen fibroblastos, células epiteliales, PMN, etc., y que son capaces de modificar y degradar de modo efectivo todas las proteínas de la matriz extracelular especialmente: colágeno, elastina, fibronectina y proteoglicanos. Se han dividido en 5 grupos: colagenasas (MPP-1, MMP-8 y MMP-13), gelatinasas (MMP2 y MMP-9), estromelisinas (MMP-3, MMP-10 y MMP-11), membrana tipo MMP y metaloelastasas (27-30). Por lo menos 4 inhibidores tisulares de metaloproteinasas, los TIMPS también los expresan varios tipos de células incluidos los fibroblastos. Los TIMPs y la Alfa2 macroglobulina son inhibidores de las formas activas de MMPs (30). El equilibrio entre la actividad de MMPs y sus inhibidores TIMPs determina la extensión de la proteolisis, y resulta en remodelación y degradación de tejido conectivo. En general, un ratio incrementado MMPs-TIMPs se correlaciona con la capacidad de invasión tumoral. Se sabe que los fibroblastos del pterigión cuando crecen en cultivo muestran elevada expresión de MMPs (28). Los estudios recientes de Li et al. (25), evidencian que sólo en la cabeza del pterigión hay un alza significante de la actividad de MMP-1 y MMP-3. No existen cambios en la expresión de MMP-2, TIMP-1 y TIMP-2, en las otras regiones del pterigión, ni en la córnea, ni en la conjuntiva normal (24). Estos datos proporcionan la evidencia o soportan el concepto que la invasión del pterigión en parte se facilita por una población poco común de fibroblastos activados en su cabeza o ápex (29,30). La MMP1 es una colagenasa intersticial que puede degradar colágeno fibrilar nativo tipo I, II, III, X y XI, MMP-3 o estromelisina-1, específica para degradar caseína, proteoglicanos, fibronectina, elastina, laminina, así como colágenos tipos III, IV, V, y IX. Cuando estas dos metaloproteinasas colaboran, aumentan la acción proteolítica (26,27). 37 Entonces es concebible que la sobreproducción de MMP-1 y MMP-3 con relación a su TIMPs facilite el efecto invasor de los fibroblastos de la cabeza del pterigión en la córnea, para degradar la membrana basal, la membrana de Bowman y el estroma superficial de la córnea, hallazgos histopatológicos bien reconocidos en esta enfermedad. La expresión alta de MMP-1 y MMP-3, sin cambio en los TIMPs, se ha propuesto también como la base de metástasis de las células tumorales donde la invasión celular es una característica común. Es, pues una posible evidencia de que el pterigión sea un tumor benigno (31,32). Los daños en el colágeno y en la elastina, signos clásicos de «degeneración elastótica», secundarios a la exposición crónica a la LUV, ahora se entienden como resultado de la acción proteolítica en la matriz extracelular del tejido conectivo (33). EXPRESIÓN DEL FACTOR DE CRECIMIENTO ENDOTELIAL VASCULAR Los factores de crecimiento se identificaron originalmente como estimuladores de la mitosis de las células tisulares, mientras se creía que las citoquinas afectaban la mitosis y diferenciación de las células inflamatorias, pero hoy se sabe que unos y otras interactúan (33). La formación y progresión del pterigión dependiente de la fibrosis y neovascularización ocurre por un equilibrio entre inhibidores angiogénicos, estimuladores angiogénicos y factores de crecimiento (34-39). El factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF) es un importante inductor de angiogénesis durante la embriogénesis (35), la remodelación de tejidos, la cicatrización de heridas, así como en los tumores. Se encuentra altamente expresado en el pterigión con respecto a las conjuntivas humanas sanas, y esto sugiere un compromiso directo o indirecto en la patología del pterigión. Además induce la proliferación y la migración de las células endoteliales y actúa también como un factor quimiotáctico para los monocitos (34-36). 38 Normalmente al VEGF lo inhibe de modo selectivo y directo el factor de crecimiento conectivo tisular (CTGF). La producción de MMPs es un evento común en la patogénesis del pterigión que rompe CTGF (36,37), y reactiva así la acción angiogénica e inflamatoria del VEGF y esto induce la proliferación endotelial celular y la angiogénesis del pterigión. El VEGF afecta el micro ambiente del lecho limbar necesario en la patogenia de esta entidad. En el ojo la proteína del VEGF se ha descubierto en tejidos normales bien vascularizados como la conjuntiva, el iris y la retina (34,38,39). En las células inflamatorias del pterigión y en los cultivos de fibroblastos del mismo se han encontrado: factor de crecimiento de fibroblastos, factor de crecimiento derivado de plaquetas, factor β transformador del crecimiento TGFβ, y factor α de necrosis tumoral (38). Estos hallazgos permiten afirmar que las citoquinas y los factores de crecimiento contribuyen a la proliferación celular, a la inflamación, a remodelar el tejido conectivo y a la angiogénesis, típicas del pterigión (40,41). La mitomicina C (MC) inhibe el sistema TGFβ y disminuye la posibilidad de cicatrización. Hay estudios recientes que han identificado capilares intraepiteliales en el pterigión con factores de crecimiento de fibroblasto básico en tejido conectivo acompañado de mastocitos. Los fibroblastos en particular tienen cierto papel en la recurrencia del pterigión, dado que existe una fuerte inmunorreactividad para factor básico de crecimiento de los fibroblastos en el pterigión recurrente (36-42). INESTABILIDAD MICRO-SATÉLITE Y PÉRDIDA DE HETEROCIGOCIDAD EN EL PTERIGIÓN La pérdida de heterocigocidad celular (LOH) significa perder la multifuncionalidad de las CMEL. Entre los genes que juegan un papel en la carcinogénesis, están los genes supresores de tumores (TSG), los cuales a menudo son inactivados por mutaciones o pérdida del material genético en un alelo. LOH es un marcador de la existencia de TSG (43,44). 3. Inmunohistoquímica del pterigión La inestabilidad genética en la forma de LOH se ha visto en condiciones benignas como queratosis actínica de la piel, en lesiones premalignas, por ejemplo displasias de bajo grado y en otras más serias, cáncer escamocelular (43-46). El hecho de que el pterigión muestre el fenómeno LOH sugiere que los genes que suprimen los tumores se pueden comprometer en el desarrollo de tal lesión. LOH en el pterigión se ha encontrado con una incidencia alta en la región 17Q, hallazgo semejante en algunas lesiones neoplásicas de pulmón, mama, esófago, riñones, vejiga, piel y sangre. Estos hallazgos sugieren que los genes supresores de tumor localizados en esta área pueden tener un papel muy importante en el desarrollo de la neoplasia (44,45). En el tejido conjuntival normal que se toma de sitios protegidos por los párpados no se halla LOH; esto puede indicar un posible vínculo entre LOH y la exposición a la LUV (44). Se ha sugerido una predisposición genética hacia el desarrollo del pterigión como una forma de herencia autosómica dominante. La correlación de incidencia familiar del pterigión en jóvenes aparece en varios estudios, sin embargo, el hallazgo de LOH que no se relaciona de modo significante con la historia familiar está de acuerdo con el concepto de LOH como un evento somático (46). La evidencia del papel de la LUV se aprecia en los estudios de TSG. El método usual para localizar los sitios en el genoma de los candidatos a TSG se hace al descubrir la pérdida de heterocigocidad con marcadores microsatélites altamente polimórficos. Una de las características de las células neoplásicas es la tasa mutacional alta por parte de los genes polimórficos y se refleja en la actividad de microsatélites de DNA (47). Detorakis et al. (44), al examinar 15 marcadores microsatélites en las regiones 17P, 17Q, 13Q, 9P y 9Q con la reacción de la polimerasa en 50 pterigión, encontraron que la perdida de heterocigocidad es común (se observó con más frecuencia en 9P [48%] y 17Q [42%]), mientras que la inestabilidad microsatélite de DNA es rara (44,45-49). Además, la pérdida de la heterocigocidad en la región 9Q se vio más a menudo en el pteri- 3. Inmunohistoquímica del pterigión gión recurrente y se correlacionó con factores de riesgo como la exposición temprana a la LUV y vivir en un área de peligro (49). LA APOPTOSIS EN EL PTERIGIÓN El mantenimiento de la homeostasis celular está regulado esencialmente por una fina interrelación entre la proliferación y la apoptosis celular, que se define como la muerte celular programada para las células que han alcanzado el término de su ciclo vital, según varias características: disminución del volumen, marginación de la cromatina y fragmentación del DNA (50,51). Se ha propuesto la necesidad de la trascripción mediada por p53 para inducir apoptosis. Sin embargo, no todos los eventos apoptóticos son mediados por p53. La opción depende del tipo celular (52). Los inhibidores de la apoptosis incluyen genes tales como el bcl-2 y bclx1 mientras que los promotores incluyen otros genes como el bax, bad, bak, bcl-xs. Dos de los genes que son regulados por p53 definen el destino de la célula (bax-bcl-2). Si p53 inhibe la expresión de bcl2 promueve la expresión de bax iniciando el camino de la apoptosis (51-53). En un estudio de Tan y col (51), se evaluaron 15 muestras de pterigión junto con 15 tejidos conjuntivales normales del mismo ojo para Fig. 5: Corte conjuntival para iniciar la disección. 39 observar la expresión de genes asociados con la inducción o represión de apoptosis p53, bcl-2 y bax. En los pterigión se encontraron células apoptóticas limitadas esencialmente a la capa epitelial basal situada inmediatamente adyacente al soporte fibrovascular. Esas células expresaron niveles significativos de p53 y de bax, así como la proteína inhibidora de la apoptosis bcl-2. En contraste, las muestras de conjuntiva normal no expresaron bcl-2 y las células apoptóticas fueron vistas a través de todo el espesor de la capa epitelial acopladas con niveles altos de expresión de bax. Estos resultados están a favor de la teoría por la cual en el desarrollo del pterigión hay trastorno del proceso de apoptosis (51-53). CIRUGÍA ACTUAL DEL PTERIGIÓN Una vez conocidas las bases inmunohistoquímicas del pterigión, el objetivo del tratamiento quirúrgico debe ser: retirar todo el tejido fibrovascular invasivo, inflamado y neoformado (54-57) (figs. 5, 6, 7 y 8). En nuestra opinión, además de la reconstrucción anatómica, estética y funcional del lecho limbar debe realizarse aplicación tópica de mitomicina C al 0,02% (intraoperatoria de 0,2 mg/ml durante 30 segundos) (54) (figs. 9 y 10). Para la reconstrucción anatómica, estética y funcional, utilizamos un auto injerto conjuntival Fig. 6: Cuerpo del pterigión preparado para cortar a ras de la córnea. 40 3. Inmunohistoquímica del pterigión Fig. 7: Lecho córneo-limbar. Fig. 8: Puliendo la superficie desnuda córneo-escleral. Fig. 9: Mitomicina C colocada sobre esclera con microesponja y viscoelástico. Fig. 10: Autoinjerto in situ, limbo a limbo. de la conjuntiva bulbar superior, o si no hubiera conjuntiva sana injertamos membrana amniótica (57). El autor quiere agradecer al Doctor Oscar Tamayo, Morfólogo e Inmunólogo de la Universidad del Valle y de la Universidad Santiago de Cali por la revisión del manuscrito y el trabajo de laboratorio. 3. 4. 5. 6. BIBLIOGRAFÍA 1. Jaros PA, DeLuise VP. Pingueculae and pterygia. Am J Ophthalmol 1988; 33: 41-49. 2. Dushku N, Reid TW. Immunohistochemical evidence that human pterygia originate from an invasion of 7. 8. 9. vimentin-expressing altered limbal epithelial basal cells. Curr Eye Res 1994; 13b: 473-81. Tsai YY, Chang KC, Lin CL, et al. p53 expression in pterygium by inmunohistochemical analysis - A series report of 127 cases and review of the literature. Cornea 2005; 24: 583-86. Dushku N, Molykutty KJ, Gregory SS, Reid TW. Pterygia pathogenesis. Arch Ophthalmol 2001; 119: 695706. Scott CT. Stem cell now- From the experiment that shook the world to the new politics of life. Pi Press New York 2006. Stepp MA, Zieske JD. The corneal epithelial stem cell niche. 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