Crítica Criadas y Señoras (The Help)

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Crítica Criadas y Señoras (The Help)
Crítica Criadas y Señoras (The Help)
Isabel Méndez Rodríguez
Año: 2011
Duración:137 min.
País: Estados Unidos
Director: Tate Taylor
Guión: Tate Taylor (Novela: Kathryn Stockett)
Música: Thomas Newman
Fotografía: Stephen Goldblatt
Reparto: Emma Stone, Viola Davis, Bryce Dallas Howard, Sissy
Spacek, Octavia Spencer, Jessica Chastain, Ahna O'Reilly, Allison
Janney, Anna Camp, Eleanor Henry, Emma Henry, Chris Lowell, Cicely
Tyson, Mike Vogel, Brian Kerwin.
Criadas y señoras nos traslada al Mississipi de los años sesenta. Esta película, adaptación del
libro con el mismo nombre de Kathryn Stockett, retrata a la gente de un pequeño pueblo y lo que
suponía ser blanco o de color.
Mientras que en el resto de Estados Unidos, una revolución surgía con un Martin Luther King
dispuesto a cambiar las cosas, en Jackson, Mississipi, cada vez van a peor. A diferencia de las
chicas con las que creció, Skeeter se acaba de graduar en la universidad y aspira a ser escritora
dejando de lado el matrimonio y los niños, para disgusto de su madre y de su círculo de amigas.
Comienza a trabajar en el periódico del pueblo dando consejos del hogar para coger experiencia
antes de buscar algo más grande. Para ello, pide ayuda a Aibileen, la criada de una de sus
amigas, aunque no guste a esta última. Así, y debido a la petición de una editora de Nueva York,
las dos se embarcan en un proyecto secreto para escribir una novela que describa la situación de
las criadas como Aibileen. Con sus conmovedoras y duras historias, y después, las de Minny, otra
criada del pueblo, van dando sentido a la novela y las tres entablan una amistad “prohibida” y mal
vista por aquel entonces.
A mí, personalmente, me encantó. Esa época tan difícil en la que la lucha por los derechos
civiles empieza a despuntar es contada a través del punto de vista de un sector muy afectado, y
muy interesante. Con momentos como los del baño de la criada que tiene que estar fuera para
que las señoras “no se contagiaran de las enfermedades que portan los negros” o de cómo
estaban obligadas a criar a niños de otras mujeres en vez de a los suyos, y la complicidad y el
cariño que se daban mutuamente. Criadas y señoras consigue llegar al espectador y mostrarnos
una parte real y para muchos desconocida de los Estados Unidos. Consigue que disfrutemos con
la “venganza” de Minny, horrible y divertida, hacia Hilly, que la despide injustamente después de
un trato vergonzoso durante todos los años como criada en su casa. Y es que el personaje de
Hilly llega a ser tan odioso (y bien interpretado) que no podemos sino reír.
Una de las historias que me gustaría destacar es la de Minny con su nueva jefa, Celia Foote,
una pueblerina discriminada por las señoras del pueblo por casarse con uno de “sus” hombres.
Ella, al no crecer en el ambiente de Jackson, es muy diferente a las demás y trata a Minny como a
una persona más, una amiga. Su historia es de las mejores dentro de la película.
Las actrices, con una actuación perfecta, se meten en la piel de unos personajes bien definidos
y magníficos. Y es que huele a Oscars por todos lados. Viola Davis (Aibileen) es una firme
candidata a la estatuilla por su gran actuación, mientras que la revelación del año que ya
sorprendió el El árbol de la vida (Terrence Malick, 2011), Jessica Chastain (Celia Foote), con un
papel opuesto al de la citada película nos demuestra sus aptitudes y pide un hueco entre los
nominados. Por otra parte, Emma Stone (Skeeter), la actriz de moda en Hollywood, protagoniza
este film haciendo muy bien su trabajo, aportando su frescura e ingenio. Sin olvidarse de Octavia
Spencer (Minny), con uno de los personajes más cómicos y, a la vez, fuertes de la película; ni de
Bryce Dallas Howard (Hilly), con un personaje totalmente extremo y una actuación brillante.
El film, aunque basado en un libro que a su vez está basado en la niñez de la autora, tiene
rasgos algo hollywoodienses, como el final por ejemplo. Aún así ha encandilado a los millones de
espectadores en todo el mundo que se han conmovido y llorado (como una servidora) con la
pobre suerte de aquellos personajes.

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