la dimensión territorial de los riesgos urbanos en caracas

Transcripción

la dimensión territorial de los riesgos urbanos en caracas
Julien Rebotier
IHEAL - CREDAL UMR
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LA DIMENSIÓN TERRITORIAL DE LOS
RIESGOS URBANOS EN CARACAS
La Pertinencia de las Ciencias Sociales: Ecología Política y Construcción Social
Deslizamientos en la vertiente de la cuenca en la cuál se edificó la urbanización de Santa Inés
(Fuente: Foto del autor, diciembre 2008)
LA DIMENSIÓN TERRITORIAL DE LOS RIESGOS URBANOS EN CARACAS
Resumen
L
a geografía crítica del riesgo encuentra una justificación al tomar en cuenta los desafíos
socio-ambientales tales como se plantean para las sociedades, en nuestro caso, en la
ciudad de Caracas. Permite, dicho enfoque, abarcar en un mismo análisis los diferentes
aspectos de una realidad socio-ambiental y urbana compleja, que se trate de elementos
materiales o inmateriales.
Las ciencias sociales deben formular un discurso sobre los riesgos urbanos más allá de una
aproximación sectorial o demasiado especializada – sin poner en tela de juicio tales estudios
puntuales. En Venezuela, la emergencia del riesgo urbano sobre el escenario político y social
paralelamente al proceso de metropolización y de crisis de los años 1980 permite cuestionar los
enfoques tradicionales sobre el riesgo, demasiado mecánicos, y poco abiertos a la complejidad de
las situaciones urbanas. Para desarrollar una geografía crítica del riesgo, se impone una postura
constructivista e integradora, en fin, ecológica, que permita reseñar un contexto geográfico
en el cual las situaciones de riesgo toman sentido. Además, al afianzar la construcción de los
territorios urbanos y la construcción de los riesgos, se abre la posibilidad de entender mejor las
interrelaciones entre ambiente y sociedad mediante la ocupación del espacio, así como identificar
los territorios de riesgo no solo como un producto, sino también como una causa en el orden
socio-espacial urbano de Caracas.
En el principio del siglo XXI, se hace famosa la ciudad de Caracas por razones políticas, por
ser la capital de una República Bolivariana cuyo presidente, Hugo Rafael Chávez Frías, es objeto
de un tratamiento periodístico polémico en varias partes del mundo. Sin embargo, más allá
de la agitación mediática, Caracas presenta una gran cantidad de situaciones de riesgo cuyas
características urbanas se trata de explorar y entender. Al igual que en varias grandes ciudades
del continente, se consiguen en Caracas problemas vinculados con el crecimiento urbano muy
rápido del medio del siglo XX, seguido en los años 1980 por una crisis sustancial de la economía
basada en la renta petrolera, y, en los años 1990, por la multiplicación y el empeoramiento de
fuertes desigualdades. La capital venezolana cristaliza muchas tensiones en la segunda mitad del
siglo XX y está involucrada en los principales desafíos socio-ambientales que se plantean a escala
metropolitana desde hace tres o cuatro décadas.
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LA GESTIÓN DEL RIESGO URBANO EN AMÉRICA LATINA
Introducción
Los riesgos urbanos vinculados con la inseguridad y con la dimensión sociopolítica en una
ciudad muy polarizada y conflictiva son los primeros elementos a los cuales uno piensa. (Ellner
et Hellinger, 2003). Pero las especificidades relacionadas con la capital venezolana contribuyen
también a la determinación de situaciones de riesgo llamadas socio-naturales, tecnológicas o
sanitarias. Es posible evocar los sismos o los deslizamientos crónicos en el área metropolitana de
Caracas, el colapso de la autopista que conecta la ciudad al litoral y al aeropuerto internacional,
o también la polución o las amenazas vinculadas a la debilidad del equipamiento sanitario en
varios sectores de la ciudad. De esta manera, las situaciones de riesgo urbano aparecen múltiples
y particularmente heterogéneas. A la vez, parecen imponerse en diferentes discursos (de política
local, nacional, de movilizaciones sociales, de instituciones internacionales…) y convertirse en un
punto ineludible de reivindicación o de gestión pública al final del siglo XX.
Con el fin de poner orden en la multitud de riesgos en Caracas, para tratar de entender
dicho aparente « auge » de la figura de los riesgos urbanos y de las situaciones prácticas que
los corresponden en el espacio urbano caraqueño, pero también para pensar el riesgo con –
y no solo dentro de – la ciudad, se propone adoptar un enfoque constructivista al valorizar el
contexto geográfico, con el fin de reubicar las tendencias más actuales relacionadas con el riesgo,
dentro de diferentes temporalidades urbanas y en perspectivas temáticas más amplias que las
que corresponden al estudio sectorial y local de un tipo de riesgo específico.
De ahí, sugerimos tres niveles de preguntas que constituyen las tres orientaciones
fundamentales de nuestra reflexión. Primero, nos asomamos a la manera de pensar el riesgo
en geografía sin caer en enfoques sectoriales técnicos, muy útiles y operacionales, pero que nos
parecen limitantes en cierto sentido. Después viene la manera de interpretar el riesgo urbano, de
dar sentido al papel que desempeña en la sociedad urbana, en la producción del espacio, y en el
orden socio-espacial urbano, que se trate del funcionamiento, de la organización o de la gestión
espacial de la sociedad urbana. Por fin, quedan todas las preguntas vinculadas a la comprensión
del caso específico de Caracas.
Así, para no aniquilar nuestra postura de exploración de los riesgos como construcción social
(García Acosta, 2005), partimos de un trabajo de campo que nos permite entender tres situaciones
de riesgo urbano y que abarca un conjunto de riesgos y su construcción en la capital venezolana.
Se puede hacer referencia al colapso de la autopista Caracas – La Guaira en febrero del 2006,
fundamental para el funcionamiento del sistema metropolitano de la capital; a los deslizamientos
crónicos en el Distrito Metropolitano de Caracas; y a las marchas y manifestaciones políticas en
un contexto político muy tenso entre el final del año 2001 y abril del 2002 que culminan con el
breve golpe de Estado del 11 al 13 de abril y con las decenas de muertos y heridos del 11 de abril
(Rebotier, 2008).
LA DIMENSIÓN TERRITORIAL DE LOS RIESGOS URBANOS EN CARACAS
Foto: J. Jenkins-OPS/OMS
Partir del terreno es una manera de apegarse a los problemas urbanos tales como se plantean
a los diferentes actores (comunidades, individuos, autoridades públicas, equipos de rescate…)
y permite también desarrollar una mirada crítica alrededor de los aspectos más pragmáticos
y contemporáneos de la ciudad. Tras haber planteado los diferentes elementos temáticos,
espaciales o temporales, nos empeñamos en ubicarlos en la perspectiva de la construcción de los
riesgos urbanos en Caracas, en un “contexto geográfico”, valiéndonos de factores demográficos,
socioeconómicos, funcionales, morfológicos, ideológicos y político territoriales (inspirados de los
factores de vulnerabilidad de Jean-Claude Thouret y Robert d’Ercole, 1996). Además, el carácter
“genérico” del riesgo urbano, tal como lo tratamos, nos lleva a pensarlo más allá de las categorías
comunes de estudio sectorial de los riesgos que corresponden a la ecuación abstracta que dice :
riesgo = amenaza * vulnerabilidad. La oportunidad de un doctorado en geografía en el Instituto
de Altos Estudios Para América Latina en la universidad de Paris III ha permitido el desarrollo de
una reflexión epistemológica, metodológica y analítica a la vez, sobre la manera de pensar el
riesgo urbano en ciencias sociales y de adecuarla a un manejo más acertado del objeto ciudad.
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LA GESTIÓN DEL RIESGO URBANO EN AMÉRICA LATINA
Contexto geográfico y territorialización de los riesgos urbanos
A partir del examen del contexto geográfico de la ciudad, diferentes informaciones se
destacan. De manera significativa, las modalidades de construcción de los territorios urbanos
aparecen vinculadas con la construcción de las situaciones de riesgo que se presentan hoy. De
un punto de vista material y muy pragmático, la concentración de la población en la ciudad, o la
intensificación de la urbanización a través de la construcción y del aumento de las tensiones con
el medio ambiente son elementos que incrementan las situaciones de riesgo, al aumentar los
bienes esenciales expuestos, al volverse más complejas las situaciones y al hacer más difícil la
capacidad de respuesta, o también al producir amenazas endógenas. Sin embargo, no todas las
fases de intensificación de la urbanización se corresponden con la identificación de situaciones
de riesgo respectivas. Algunas diferencias aparecen entre las situaciones objetivas de riesgo y
la identificación de dichas situaciones como problemas colectivos y cuestión social. Aquellas
diferencias se manifiestan en función de la época, son “históricas”, pero también, durante
una misma época, se manifiestan en función del tipo de población involucrada en el espacio,
son “políticas”. Aunque las disparidades sociales no siempre son significativas para explicar la
distribución del riesgo urbano (el caso de la amenaza sísmica es ejemplar, siendo los sectores de
la ciudad entre los más favorecidos los que son más susceptibles de padecer daños, debido a las
grandes capas de sedimento y material mueble que los caracterizan), parece que desempeñan
un papel fundamental en la identificación de tal o tal situación de riesgo (tal tipo, o tal sector
de la ciudad). Para matizar nuestro planteamiento, digamos que el orden socio-espacial resulta
ser de primera importancia para entender los riesgos urbanos, así como su estatuto y el sitio
que ocupan hoy dichos riesgos en el “orden” de la capital venezolana. Por orden socio-espacial
urbano, entendemos el conjunto de los arreglos, de la organización y del funcionamiento de
hechos y de relaciones sociales y espaciales, materiales e intangibles, que constituyen el sistema
urbano de Caracas.
Nuestro trabajo consiste en explorar como las disparidades espaciales del hecho social hacen
de la categoría de los riesgos urbanos un “resultado”, y de manera más amplia, un “recurso” que
se puede usar, no sólo a través de la dimensión social, sino también de la dimensión política e
ideológica del espacio urbano. Además de las conclusiones anteriores sacadas del estudio de los
aspectos materiales del contexto geográfico de Caracas, los aspectos más intangibles de la relación
al espacio, de su apropiación y de su producción nos parecen esenciales en la comprensión de
los riesgos urbanos. Al afianzar los aspectos materiales e intangibles de los riesgos en el espacio,
nos referimos al proceso de territorialización propuesto por Guy Di Méo quién pone de realce
respectivamente las esferas geográficas y económicas por un lado, ideológicas y políticas por otro
lado (Di Méo et Buléon, 2005).
La figura del territorio permite tomar en cuenta diferentes aspectos de la construcción social
del riesgo, materiales e intangibles, y permite también articular las nociones de espacio y de
ambiente, así como emprender una lectura mucho más política, en términos de apropiación, de
usos y de control de los territorios.
LA DIMENSIÓN TERRITORIAL DE LOS RIESGOS URBANOS EN CARACAS
Así pues, de un punto de vista intangible, la ideología urbana que corresponde al desarrollo
de la ciudad pero también al orden social y a la calidad de un “poblamiento”, es de primera
importancia en la producción de las situaciones de riesgo actuales (Fernández, 1996 ; Pigeon,
2007). Algunos aspectos intangibles, como el racismo o el desprecio social, han contribuido (y lo
siguen haciendo) a la producción de un espacio segregado y a la atribución, en estas circunstancias,
de condiciones de riesgo diferentes en el espacio urbano y para sus habitantes. Aunque, por
razones analíticas, se distinguen aspectos materiales e inmateriales, muy a menudo los primeros
“visibilizan” los segundos. Tomamos como ejemplo el desarrollo de la construcción de la vivienda
en el espacio urbano que, en mayor parte, cuadra con los lineamientos de la propiedad del suelo
(terreno de haciendas y especulación sobre la tierra urbanizable), ampliamente heredada de un
orden colonial desigual y particularmente excluyente.
Pero más allá del racismo o del desprecio social, la ideología urbana que impera en el
desarrollo de la ciudad desempeña un papel importante en la construcción de las situaciones
de riesgo urbano contemporáneas. Que se trate del pensamiento de las Luces, entre los siglos
XVIII y XIX, de esta postura burgués, mezclada con el auge consecutivo del positivismo a lo largo
del siglo XIX, o más tarde aún, de la creencia en el progreso o en el desarrollo, todas aquellas
posturas intelectuales han llevado a los tomadores de decisión de la ciudad a emprender un
ordenamiento del espacio urbano que se enfrenta temprano con sus límites. La intensificación de
la urbanización y el fuerte crecimiento de Caracas después del primer tercio del siglo XX, según
un esquema relativamente común en el continente, aumentó la tensión con el medio ambiente
de manera extremadamente significativa, así como se ha vuelto más complejo el funcionamiento
de la ciudad. Ahí también, los problemas de funcionamiento urbano y las situaciones de riesgo
no afectan el espacio urbano de manera uniforme, y un análisis a través del orden socio-espacial
ofrece unas llaves de lectura e interpretación que nos parecen muy útiles.
Antes de poner de realce las riquezas de un enfoque geopolítico de los riesgos urbanos,
hacemos un balance de la diversidad de los “condicionamientos” de las situaciones de riesgo
urbano tales como se dan a conocer hoy en la capital venezolana, tales como se identifican
socialmente y como se articulan a una escala global. Más allá de los aspectos materiales y de su
periodicidad relacionados con el desarrollo nacional y con un modelo común en el continente en
sus grandes rasgos ; más allá de los aspectos intangibles vinculados con la ideología urbana o el
orden social; pero también, a escala más local, más allá de las condiciones de vida de la gente y la
imperiosa necesidad de conseguir comida, trabajo o vivienda antes de pensar en las situaciones
de riesgo ; parece importante subrayar el papel del discurso internacional que, después de
las preocupaciones medioambientales de los años 1970, impone de manera progresiva, luego
masiva, la problemática del riesgo en las agendas globales, nacionales y locales en los años 1990.
Así es como el auge de los riesgos urbanos en Caracas se articula también, a escala global, a los
organismos internacionales, de la circulación de las ideas y de los modelos de gestión.
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LA GESTIÓN DEL RIESGO URBANO EN AMÉRICA LATINA
Crisis urbana regional y proceso de metropolización: un crisol
para los riesgos urbanos
Resulta interesante ensanchar la reflexión por escala (espacial y territorial) a otros temas que
estrictamente las situaciones de riesgo. De hecho, a partir del final de los años 1970, la trayectoria
urbana de Caracas conoce importantes problemas de funcionamiento que profundizan, hasta
volverlas insoportables, las desigualdades y las difíciles condiciones de vida en la ciudad. La crisis
de los precios de la energía que, para Venezuela, sigue los primeros “choques petroleros”, debilita
mucho la capacidad de intervención de un Estado tradicionalmente intervencionista que absorbía
muchas de las tensiones de la sociedad venezolana. La crisis de la deuda cuyos contornos se
dibujan a lo largo de la década de los 1980, acentúa esta tendencia y el discurso liberal añade a la
miseria económica un proceso de descentralización que consiste en despojar el Estado central de
su capacidad de intervención… así como de absorción de las tensiones. Paralelamente, la presión
demográfica sigue siendo notable en la capital y una urbanización intensa vuelve más críticas
aún situaciones de riesgo urbano muy problemáticas ya. Asociado con la inserción progresiva
a la globalización (por los mercados, los discursos, las prácticas de gestión…) el proceso de
metropolización corresponde para Caracas a la desaparición de muchos puntos de referencia, a
la desestructuración de las divisiones político-territoriales o de modalidades de intervenciones
públicas. El anuncio de la aplicación de medidas que pertenecen al ámbito del ajuste estructural
en 1989, comprometiendo más aún los últimos servicios públicos, como el sector de alimentación
o de transporte, acarrea un movimiento de rebeldía que cuenta entre los más sangrientos en
Venezuela desde que se ha reanudado la democracia en 1958, y hasta hoy. El Caracazo de febrero
de 1989 ha causado la muerte de varias centenas de personas, en Caracas para la mayoría. En la
capital de un Estado tradicionalmente muy presente, el riesgo se impone en la cotidianidad de lo
urbano en cuanto la función de regulación de un Estado potente pierde de su eficiencia.
Foto: UNISDR
LA DIMENSIÓN TERRITORIAL DE LOS RIESGOS URBANOS EN CARACAS
Contexto de territorialización de los riesgos en la Caracas metropolitana:
un enfoque de ecología política a los territorios de riesgo urbano
(Fuente: Elaboración propia)
Es obvia hoy la crisis del modelo de desarrollo, de las funciones de regulación del Estado
y finalmente de la organización del país desde el medio de los años 1920, caracterizada por
el papel que desempeña el Estado en la explotación petrolera (Coronil, 1997). Este contexto
geográfico de construcción de los territorios urbanos permite entender la construcción de las
situaciones y de la figura de los riesgos urbanos actuales en Caracas, al articular las escalas y los
factores de explicación de diferente naturaleza. En los años 1990, las políticas de desregulación
y el retroceso del Estado siguen adelante, sin que dicho movimiento de transformación tenga
una traducción inmediata en el ámbito político, ni tampoco urbano. Pero el sistema político
tradicional está acabado y, en 1998, da lugar a la elección de uno de los candidatos presidenciales
fuera de los partidos tradicionales: Hugo Chávez. El orden socio-espacial urbano en Caracas entra
progresivamente en una recomposición abierta, que va agudizándose. Las relaciones de poder
entre los “olvidados” de la democracia pactada y las clases medias superiores, clientela de los
partidos tradicionales o elites socialdemócratas así como demócratas cristianas también, entran
en mutación. En el período actual muy tenso, empezando el siglo XXI, los discursos se enfrentan,
las posiciones resultan más marcadas y determinadas.
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Y los riesgos urbanos (dentro del marco del auge de un discurso global) también intervienen en
las mediaciones sociales al movilizar la categoría geográfica de los territorios y todo lo que significa
en términos de distribución, de apropiación, de identidad o de representaciones. Finalmente, la
manera de invocar (¿convocar?) el riesgo y su contribución al arbitraje de relaciones sociales
entre diferentes sectores de la ciudad y de la población nos llevan a pensar el riesgo como un
instrumento de dominación – o de subversión – de un orden socio-espacial urbano cuestionado
entre las dos últimas décadas del siglo XX y el principio del siglo XXI (Douglas, 2001). El riesgo
puede convertirse en una categoría “unánime”, auto legítima (¿Quien está en contra de la gestión
de riesgo?).
De ahí, el control de la acción y del discurso, relativos al riesgo, es cuanto más importante.
Un estudio de las representaciones de los riesgos en diferentes sectores de la ciudad (además
de un estudio de los poderes públicos en la “era chavista”) puede ayudar a ver como diferentes
prioridades no siguen los limites físicos de la distribución espacial de los espacios de riesgo, sino
más bien los contornos de territorios urbanos que corresponden a una apropiación de espacios
tan físicos y materiales, como apropiados en términos identitarios y políticos, y ayudar a ver
también como retoman las configuraciones de un orden socio-espacial en crisis. Así, se definen
los territorios de riesgo, como una división eminentemente geográfica, en un proceso constante
de construcción, que articula los aspectos materiales e intangibles de los riesgos en un sistema
socio-espacial dado en un momento dado. Corresponden a la vez a situaciones tangibles y a la
manera como son socialmente identificadas y vividas, hasta instrumentalizadas. De hecho, los
discursos evolucionan en función de las épocas, y nos parece que, sí al principio del siglo XX el
discurso higienista legitimaba la erradicación de las viviendas insalubres y de sus habitantes, al final
de siglo XX y principio del siglo XXI, es el riesgo urbano, entre otras nociones a priori universales,
el que puede servir un discurso excluyente o justificar un modo de organización socio-espacial
segregativo. El estudio del riesgo se inserta así en un marco de reflexión más amplio que gira en
torno a los temas de justicia espacial y de justicia ambiental (Cutter, 2006: 249-338; Schlosberg,
2007).
Geografía social, urbana y geopolítica local: para una geografía crítica del riesgo urbano
Esta lectura de geopolítica local del riesgo urbano, además de dar una interpretación del
presente en Caracas, también puede dar un sentido al desarrollo urbano, con un enfoque
retrospectivo. Así, las consecuencias de las exigencias de seguridad en el ámbito de la vivienda,
que se destacan en Caracas (altos muros, cámaras, alambre electrificado…), se insertan tanto
dentro de la intensificación de la inseguridad urbana en el último cuarto del siglo XX, innegable
pero ampliamente dramatizada e instrumentalizada, como en una tradición de urbanismo.
Efectivamente, además de las prácticas segregativas de un urbanismo colonial hispánico,
la construcción de los primeros sectores residenciales en la Caracas moderna, a partir de los
primeros años del siglo XX, se inspira directamente de prácticas arquitectónicas y urbanísticas
estadounidenses. Los principios seguidos, gracias a una serie de restricciones y reglamentos, pero
LA DIMENSIÓN TERRITORIAL DE LOS RIESGOS URBANOS EN CARACAS
también gracias a un dibujo de los conjuntos habitacionales, logran inscribir un “entre sí” – y el
rechazo de un otro diferente – en las formas de la ciudad (Fogelson, 2005). Así es como, varias
décadas antes de la emergencia del riesgo de inseguridad como argumento incuestionable para
justificar el encerramiento y aislamiento en viviendas de arquitectura defensiva, los ejemplos
de una urbanidad cuyas características son homogéneas y selectivas, hecho que raramente se
pone de realce, se multiplican en la capital venezolana. Aquella dimensión geopolítica del riesgo,
mediante la construcción de diferentes territorios urbanos, también atrae nuestra atención en
este trabajo.
Arquitectura defensiva en el sector residencial La Florida
(Fuente: Foto del autor, noviembre 2008)
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LA GESTIÓN DEL RIESGO URBANO EN AMÉRICA LATINA
Al término del estudio, esperamos dar elementos de respuesta
a los tres niveles de cuestionamiento inicial:
Por una parte, el análisis de las territorialidades del riesgo nos permite ir más allá de las
categorías imperfectas (para una concepción genérica del riesgo) de la “amenaza”, de la
“vulnerabilidad”, de los “elementos esenciales expuestos”, de la “resiliencia”, de la “capacidad de
respuesta”… que pueden ser muy operacionales y eficientes de un punto de vista técnico, pero que
presentan diferentes problemas para enfocarse de manera pertinente en un sistema socio-espacial
complejo y en su conjunto si no se toma en cuenta una problemática relativamente reducida o un
tipo de riesgo específico. Por lo tanto, el método de análisis a través de los territorios de riesgo
queda por sistematizar, pero esperamos contribuir a la reflexión sobre la manera de plantear
la categoría de los riesgos urbanos en geografía. La geografía crítica del riesgo se fundamenta
también en una reflexión sobre los desafíos socio-ambientales contemporáneos al considerar
el riesgo como una variable del desarrollo de las sociedades, al diferenciar lo coyuntural de lo
estructural y de temporalidades más largas, al destacar factores de riesgo disimulados, gracias al
estudio del contexto geográfico, al identificar las relaciones al espacio y al ambiente que puedan
parecer “naturalizadas” pero que son objetos de construcción, al subrayar relaciones de fuerzas
diversas entre actores, al dedicarse, por fin, a reducir la complejidad de las interacciones entre
sociedades y ambiente. Dicho enfoque constructivista de los riesgos deja espacio para diferentes
racionalidades, pone en perspectiva la manera de construir el objeto de estudio, y devuelve a la
geografía y al geógrafo algo de legitimidad y de responsabilidad social en aquella problemática
muy contemporánea de los riesgos urbanos.
Por otra parte, para reducir la complejidad inherente al riesgo urbano concebido de manera
genérica en una ciudad de varios millones de personas como la es Caracas, parece fundamental
restituir un contexto geográfico que permita identificar los términos (materiales e intangibles, de
diferentes ámbitos) de la construcción de las situaciones de riesgo, y combinar escalas variadas en
el sistema urbano. Los riesgos se insertan a diferentes niveles dentro de un orden socio-espacial
urbano, como “momentos” dentro de un “contexto geográfico”. A la vez, son un producto de
este sistema, un recurso, pero también son un instrumento, en función de los períodos, de los
actores involucrados y de sus posiciones en el orden urbano. A través de los territorios de riesgo,
se entiende bastante bien la intervención de una categoría geográfica en las relaciones sociales y
en la producción de los territorios urbanos.
Para terminar, último nivel de cuestionamiento, si se puede identificar la capital venezolana con
muchas de las trayectorias urbanas del continente, también hay que destacar las especificidades
de Caracas vinculadas al sitio, a su posición relativamente marginal en la colonia, a la presencia muy
pronunciada del Estado en la organización del país – y de su fuerte participación al “orden” urbano
– o al tipo rentista de su economía estrechamente conectada con el petróleo. Las controversias
políticas actuales permiten identificar mejor las diferentes posiciones en el orden socio-espacial
urbano, y hacer hincapié, por ejemplo a través del tema imperioso de la inseguridad urbana en
las preocupaciones de todo tipo, en la instrumentalización muy pragmática de la categoría de los
riesgos urbanos que se está dando.
LA DIMENSIÓN TERRITORIAL DE LOS RIESGOS URBANOS EN CARACAS
La construcción de los territorios de riesgo está estrechamente asociada con la construcción
de los territorios urbanos, en diferentes aspectos. Se trata de una construcción social que hace
eco a un contexto geográfico que asocia identificación, representación o conflictos sociopolíticos
con la materialidad de los edificios, con la calidad física del sitio o con el trazado de la red vial, sin
eludir ninguna de las muy variadas dimensiones materiales ni intangibles. En consecuencia, aquel
proceso se puede referir de manera significativa a la geografía social urbana de Caracas así como
a una geopolítica de la capital venezolana. Más que hacer posible un diálogo entre enfoques
segmentados de una realidad compleja, la geografía crítica del riesgo dirige una mirada original,
pertinente e integradora hacia los riesgos urbanos. Pero la geografía no es sólo una pasarela. Por
las posibilidades de un enfoque sistémico y constructivista (pero también de ecología política,
Greenberg y Park, 1994; Forsyth, 2003; Pelling, 2003), por una apertura disciplinaria, por una
capacidad de innovación evidente y por la disposición de saber-hacer flexibles y múltiples,
favorece la lectura de un mundo contemporáneo dinámico y necesariamente complejo, así como
de los desafíos que plantea (Pigeon, 2005, 2007; Mur, 2008).
El objetivo de dichos planteamientos para incentivar una geografía crítica del riesgo consiste
en promover líneas de investigación que permitan tomar en cuenta, en un sistema socio-espacial
urbano, la complejidad de la dimensión territorial de los riesgos como construcciones y como
factores de construcción de dicho sistema. Si fuese necesario dar una definición lapidaria
de los territorios de riesgo urbano, diríamos que se corresponden con aspectos materiales e
inmateriales de un real (re)construido a través del filtro social de un “aquí” y de un “ahora”. De ahí,
los territorios de riesgo urbano parecen ser la expresión en el espacio social y político caraqueño
de las mutaciones urbanas de las últimas décadas, del auge de la incertidumbre y de los miedos
de los ciudadanos así como de la desestructuración de los sistemas urbanos (Innerarity, 2008)
marcados, en particular en Caracas, por el retroceso evidente del Estado al final del siglo XX.
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