El gozo de Jesús
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El gozo de Jesús
Página 1 de 2 Estudio 5 - célula El gozo de Jesús Introducción ¿Cuál es la definición que tú tienes de “gozo”? En Jesús se puede conocer lo que es el gozo. Porque Jesús personificaba el gozo inquebrantable. Un gozo que se mantenía ante el viento de los tiempos difíciles. Un gozo que se mantenía en pie ante el dolor. Un gozo que se extendía en lo profundo del fundamento eterno. ¿Qué tipo de gozo es este? Un gozo que se mantiene ante la adversidad y ante el dolor. Leemos en Mateo 14:10-14: En aquel tiempo Herodes, el tetrarca, oyó la fama de Jesús, 2 y dijo a sus criados: «Este es Juan el Bautista; ha resucitado de los muertos y por eso actúan en él estos poderes». 3 Herodes había prendido a Juan, lo había encadenado y metido en la cárcel, por causa de Herodías, mujer de su hermano Felipe, 4 porque Juan le decía: «No te está permitido tenerla». 5 Y Herodes quería matarlo, pero temía al pueblo, porque tenían a Juan por profeta. 6 Pero cuando se celebraba el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó en medio y agradó a Herodes, 7 por lo cual este le prometió con juramento darle todo lo que pidiera. 8 Ella, instruida primero por su madre, dijo: «Dame aquí en un plato la cabeza de Juan el Bautista». 9 Entonces el rey se entristeció, pero a causa del juramento y de los que estaban con él a la mesa, mandó que se la dieran, 10 y ordenó decapitar a Juan en la cárcel. 11 Trajeron su cabeza en un plato, se la dieron a la muchacha y ella se la entregó a su madre. 12 Entonces llegaron sus discípulos, tomaron el cuerpo, lo enterraron y fueron a dar la noticia a Jesús. 13 Al oírlo Jesús, se apartó de allí, él solo, en una barca a un lugar desierto. Cuando la gente lo supo, lo siguió a pie desde las ciudades. 14 Al salir Jesús, vio una gran multitud, tuvo compasión de ellos y sanó a los que de ellos estaban enfermos. Aunque murió Juan Bautista, Jesús siguió atendiendo a las multitudes y sanándolas. A este gozo lo llamamos: El deleite sagrado. Es sagrado porque no es terrenal. Lo que es sagrado es de Dios. Y este gozo es de Dios. Es deleite por que puede satisfacer y sorprender al mismo tiempo. Es sagrado porque solo Jesús lo puede conceder. Es un deleite porque emociona. Como es sagrado no puede ser robado. Reflexiona acerca del gozo de Jesús: fue abandonado, fue traicionado, torturado, tuvo sus manos atravesadas por clavos, pero ¿se apagó su gozo? Jesús no se alteró ante las circunstancias adversas. En verdad su gozo no pudo ser apagado por las circunstancias. Su paz no pudo ser robada por las circunstancias. Hay una bendita alegría que viene de Dios. Un gozo santo, un deleite sagrado que está al alcance de todos. Leemos en Mateo 5:12: “Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos.” Página 2 de 2 Estudio 5 Jesús es la fuente del gozo No estamos hablando de felicidad cimentada sobre los fundamentos inestables de las circunstancias, pues la felicidad es efímera; el gozo es permanente. Estamos hablando de algo cimentado, sobre algo diferente: una exuberancia interna que viene de Él. Más que de Él, se encuentra en Él. Solo aquellos que están con Jesús irradian este verdadero gozo. Jesús mostró por medio del ejemplo cómo hacerlo. Las circunstancias no le afectaron, el gozo de Jesús era intocable. Por eso Él puede decir: “Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido. (Juan 15:11) Puede que sepamos acerca de Jesús sin conocerlo en absoluto. De hecho sólo lo conocemos si experimentamos y descubrimos lo que significa estar en su presencia. Experimentar a Jesús cambiará radicalmente lo que cree que sabe acerca de Él. Se necesita saber que hay gozo solamente en la presencia de Jesús. Aunque haya ocupaciones en la vida, aunque no haya tiempo para buscarlo, hace falta buscar el gozo en la presencia de Jesús. Tenemos que tomar la decisión de buscar el gozo en su presencia. Estar con Jesús nos llena de gozo. Leemos en Hechos 2:28: “Me hiciste conocer los caminos de la vida; me llenarás de gozo con tu presencia”. Experimenta el gozo de Jesús A pesar de todo lo que Jesús tuvo que soportar, Él estuvo gozoso, por eso puede ofrecer el gozo. Leemos en I Pedro 4:13: “Sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo…” El placer sagrado es una exuberancia interna que viene de Dios. Para conocer a Jesús debemos pasar tiempo en su presencia. Aquellos que disfrutan del gozo de Jesús tienen una paz permanente e inquebrantable. Conclusión ¿Quieres experimentar el gozo de Jesús? Invítalo para ser tu Salvador y Señor. “Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo, porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.” Romanos 10:9-10.