te alguna se encontraron en canti- dad tan crecida, ni

Transcripción

te alguna se encontraron en canti- dad tan crecida, ni
BOLETÍN D E M W A S .
te alguna se encontraron en cantidad tan crecida, ni de una pureza
tan perfecta." É l oro sobre lodo,
jiareeía ser abundantísimo, y no
aoio sc estraia del interior de las
montañas, siuo que se recogía tamLieu cn las arenas de algunos rios,
])riuc¡palmcnte en el Duero, el
Mondego, el Gcnil y cl Tajo..
Apesar de tau albagueño reíalo , cs
nías que probable, que el motivo
qiie atrajese á nuestras costas á
aquellos nuevos liuéspedes, émulos
déla Grecia, sería la riqueza agrícola del pais y el monopolio dc sus
producciones á beneüclo de sus numerosos bageics, que á imitación
de la moderna Inglaterra, cruzaLan los mares cn todas direcciones,
cstendiendo su comercio por todo
el mundo conocido. La España de
entonces, era ya demasiado céleLre por su abundancia de cereales,
de vino, dc aceite, lino y cien otros
productos vcgelaics 5 y sus caballos , su peletería , su miel, cera,
y sobre todo su bermosa y finísima lana tantas veces encomiada por
los mismos bisloriadorcs citados,
eran objetos todos que bien merecían la pena de que nna nación
industriosa y activa, entrase en relaciones con ella sin que sea necesario becbar mano de nuevos alicientes. No es nuestro ánimo proLar con esto que el pais careciese
de minas: uo, y si tal empeño tuviéramos uo saldriamos muy airosos.
Esa bistoria tantas veces oscura
y otras contradictoria , está conforme y barto clara en un puuto que
iuteresa á nuestro propósito; á sa-_
bcr, que los diferentes pueblos que
ocupaban cl territorio español á la
llegada de los fenicios, eran valientes cn demasía y tan dispuestos para
las lides, que los babia entre ellos
quiches tenian á dieba perecer ca
los combates, considerando como ua
baldón la muerte cuando era efecto
dc una enfermedad. Para estas lides bartos frecuentes entre naciones que no nccesilaban para emprenderlas de un motivo ni muy
grande, ni muy justificado, bailábanse apercibidas la mayor parte coa
recursos que desdicen algún tanto
del atraso eu que se las supone:
Contaban en electo con armas, y
tan buenas algunas, que mas adclaute fueron adoptadas con entusiasmo por los romanos , como su*
cedió con las lanzas y las espadas
de los celtiberos. Estas armas y
otras defensivas, comunes á varios
dc aquellos pueblos , estaban fabricadas unas veces de bronce v oirás
dc bierro; y afírmase también, que
algunos de ellos poseían el secreto dc dar á estas últimas una especie de temple algo parecido al del
acero. Este becbo de que nadie
duda , cs ya por sí dc mueho bulto,
y la consecuencia natural que dc
el se deduce es, que ya entonces
se sabia lo necesario para la reducción del bierro, cobre y estaño, j
por cierto que todo el que conozca los numerosos y complicados
procedimientos que sc ncccsilaa
para la obtención de cualquiera dc
ellos, babrá de convenir forzosamente en que sns conocimientos
metalúrgicos no eran de despreciar.

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