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PERFIL DEL HERMANO DE LA SALLE
LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE
Frente a nosotros un horizonte de
ilusión y esperanza
Región Latinoamericana Lasallista-Kilómetro 9 vía Las Palmas-Medellín, Colombia
Región Latinoamericana Lasallista-Kilómetro 9 vía Las Palmas-Medellín, Colombia
ÍNDICE
2.INTRODUCCIÓN
3. ESTRUCTURA DEL PERFIL
6. SER HERMANO HOY EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
3.1 MISIÓN
9 - 3.2 VIDA FRATERNA
10 - 3.3 CONSAGRACIÓN
12 - 3.4 FORMACIÓN Y ACOMPAÑAMIENTO
13 - 3.5 ESPIRITUALIDAD INTEGRAL E INTEGRADORA
15. DISCÍPULOS Y MISIONEROS DE JESUCRISTO
16. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1.INTRODUCCIÓN
1.1. Durante la VIII Conferencia Regional de
Visitadores, realizada en Satillo, México, del 13 al 15
de marzo de 2013, los Hermanos Visitadores han
1
solicitado la actualización del perfil del Hermano
de
La Salle latinoamericano y del Caribe con la finalidad
de facilitar e incrementar los intercambios formativos
entre los Distritos de la Región.
1.2. Es innegable el esfuerzo de los Distritos de la
Región Latinoamericana Lasallista (RELAL) para
dinamizar la Pastoral Vocacional y la Formación. Hay
una gran diversidad de experiencias formativas que,
por un lado, representan una gran riqueza, y, por otro
lado, tienen ciertas peculiaridades, que en
determinadas circunstancias, dificultan la realización
de procesos formativos interdistritales. Con esto, toda
la Región pierde. Perdemos en calidad y hay un
aumento de los costos.
1.3. Actualizar el perfil del Hermano de La Salle en
América Latina y el Caribe significa explicitar lo que es
ser Hermano hoy en esta Región del Instituto. Al
a c t u a l i za r e l p e r f i l v a m o s a c o n s i d e ra r
particularmente las orientaciones de la Iglesia y de la
Vida Religiosa del continente y la tradición viva de los
Distritos de la Región.
1.4. Al establecer el perfil del Hermano de La Salle de
la Región somos conscientes de que los elementos
constitutivos del Hermano latinoamericano y del
Caribe no son diferentes de los de cualquier otro
Hermano del Instituto. Lo que vamos a hacer es una
lectura desde una perspectiva específica: la
latinoamericana y caribeña. Por esta razón, vamos a
tener presente particularmente las culturas y
tradiciones de nuestros pueblos, su historia de luces y
sombras, esperanzas y desafíos.
17. PREGUNTAS PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL Y COMUNITARIA
1
Región Latinoamericana Lasallista-Kilómetro 9 vía Las Palmas-Medellín, Colombia
Por perfil entendemos el conjunto de rasgos peculiares o características de la persona o del grupo social que sirven para diferenciarse de
las demás. Al definir el perfil normalmente consideramos el conocimiento, las habilidades, competencias, valores, actitudes y otros
elementos.
Región Latinoamericana Lasallista-Kilómetro 9 vía Las Palmas-Medellín, Colombia
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1.5. El perfil del Hermano de La Salle latinoamericano y del Caribe tiene la función de ser, juntamente con
los Itinerarios Formativos de la Región, uno de los referentes en la revisión de los Planes de Pastoral
Vocacional y de Formación de los Distritos de la Región que estamos realizando a través del Programa de
Actualización de Formadores y de Animadores Vocacionales.
1.6. Hemos optado por presentar el perfil del Hermano de forma narrativa. Entendemos que el estilo
narrativo facilita la comprensión y el reconocimiento de las incidencias prácticas para la vida de los
Hermanos, así como sus implicaciones en la revisión de los planes de Pastoral Vocacional y de Formación
de la Región.
2. ESTRUCTURA DEL PERFIL
2.1. El perfil del Hermano de La Salle de la Región está articulado alrededor de algunos ejes
fundamentales. En primer lugar está la centralidad del Reino de Dios. Como Religiosos Hermanos,
asociados para el servicio educativo de los pobres, asumimos la centralidad del Reino de Dios, a través del
Ministerio Apostólico de la Educación, desde una perspectiva latinoamericana y del Caribe. A partir de
estos elementos configuramos la misión, la vida fraterna, la consagración, la formación y la espiritualidad
para ser discípulos y misioneros de Jesucristo.
Consagración
Espiritualidad
Misión
2.3. Religiosos Hermanos. La Exhortación Apostólica
Postsinodal Vita Consecrata considera que la expresión
“Religioso Hermano” expresa mejor la índole peculiar de su
vocación. Aunque el Hermano realice servicios comunes a
los demás fieles laicos, los realiza en la condición de
consagrado, manifestando así el espíritu de entrega total a
Cristo y a la Iglesia según el carisma propio del Instituto. El
Hermano, consagrado a la Santísima Trinidad para buscar su
mayor gloria, está llamado a ser hermano de Cristo,
primogénito entre muchos hermanos; hermano con los
demás hermanos por el amor mutuo y la cooperación al
servicio del bien de la Iglesia; hermano de los hombres por el
testimonio de la caridad de Cristo hacia todos,
especialmente hacia los más pequeños, los más necesitados
y hermano para hacer que reine mayor fraternidad en la
Iglesia (Cfr. Vita Consecrata: n. 60).
2.4. Asociados para el servicio educativo de los pobres.
Desde los orígenes, la asociación para el servicio educativo
de los pobres constituye uno de los elementos
configuradores de la identidad del Hermano. Representa un
impulso místico y profético que alimenta, dinamiza e integra
la vida del Hermano. Un impulso que se expresa a través del
voto de asociación como un acto de esperanza teologal.
¿Cómo abandonar a los hijos de los artesanos y de los pobres
que nos fueron confiados por Dios? Hoy el Hermano de La
Salle es convocado a renovar este impulso místico y profético
desde el contexto latinoamericano y caribeño.
El Religioso Hermano, asociado para el
servicio educativo de los pobres, asume
la centralidad del Reino de Dios en su
vida a través del Ministerio Apostólico
de la Educación desde la perspectiva
latinoamericana y caribeña.
Vida Fraterna
2.2. Centralidad del Reino de Dios. El Reino de Dios es el
tema central del Evangelio. Jesús vino al mundo para
proclamar la buena nueva del Reino: “bienaventurados los
pobres, porque vuestro es el Reino de Dios” (Lc 6, 20). En la
condición de discípulo y misionero de Jesucristo el Hermano
asume evangélicamente y desde la perspectiva del Reino de
Dios el servicio educativo de los pobres para promover la
dignidad humana, la justicia y la solidaridad (Cfr. Aparecida:
n. 382-386). Como cooperador de Jesucristo, ofrece
gratuitamente toda su existencia a edificar el Reino de Dios
mediante el Ministerio Apostólico de la Educación.
Formación
2.5. Ministerio apostólico de la Educación. El Hermano es
llamado gratuitamente por Dios para el ministerio apostólico
de la educación. Según el Fundador, Dios elige, llama y envía.
El Hermano reconoce en el rostro de los niños, jóvenes y
adultos, especialmente en los pobres, el rostro del Dios que
lo llama a ser un signo del Reino en medio de ellos. El
Hermano comparte con otros lasallistas la misión y la
espiritualidad, según la especificidad del carisma lasallista.
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2.6. Desde la perspectiva latinoamericana y del Caribe. El Hermano de La Salle comparte con
los pueblos latinoamericanos y caribeños sueños, luces y sombras. Pese a que los indicadores
económicos y sociales de las últimas décadas revelan importantes avances, es necesario
reconocer que continuamos siendo el continente de mayor desigualdad social (CEPAL, 2011ª).
Esta inequidad social, histórica, persistente y recurrente continúa hipotecando el futuro de
grandes parcelas de niños y jóvenes de nuestro continente.
3. SER HERMANO HOY EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
2.6.1. El nuevo rostro eclesial diseñado por el Concilio Vaticano II ha adquirido rasgos peculiares
en nuestro continente a través de las Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano
y del Caribe: Medellín (1968), Puebla (1979), Santo Domingo (1992) y Aparecida (2007). Según
el Documento de Aparecida, la Iglesia está llamada actualmente “a repensar profundamente y
relanzar con fidelidad y audacia su misión en las nuevas circunstancias latinoamericanas y
mundiales. […] Ello no depende tanto de grandes programas y estructuras, sino de hombres y
mujeres que encarnen dicha tradición y novedad, como discípulos y misioneros de su Reino,
protagonistas de vida nueva para una América Latina que quiere reconocerse con la luz y la
fuerza del Espíritu (Aparecida: n. 11). Esto significa que la Iglesia necesita repensar su misión,
reconfigurar su identidad y renovarse institucionalmente (Cfr. Brighenti 2004: 119-143).
2.6.2. Los organismos de la Vida Religiosa del continente convocan al Religioso Hermano a
recuperar el rostro evangélico de su opción de vida. Es una clara invitación para reconducir los
conflictos de lo periférico a lo central, del confrontamiento de percepciones a la cuestión que
estructura y unifica la vida como opción evangélica para poder contemplar la realidad y la
historia con los ojos de Dios. Ante los nuevos escenarios y sujetos emergentes, el Señor llama al
Hermano a ser discípulo misionero y a orientar toda su vida desde la realidad transformadora
del Reino del Dios. Concretamente esto significa un estilo de vida evangélico marcado por la
sencillez, la cercanía con los pobres y los jóvenes, por relaciones humanas cálidas y por una
misión caracterizada por los valores del Reino de Dios.
2.6.3. Vivir la asociación para el servicio educativo de los pobres desde la perspectiva
latinoamericana y caribeña significa asumir “la opción preferencial por los pobres como un
elemento implícito de la fe cristológica en aquel Dios que se ha hecho pobre por nosotros, para
enriquecernos con su pobreza” (Aparecida: n. 392).
3.1. MISIÓN
3.1.1. Fiel a la experiencia fundante de los orígenes, los Hermanos
asumen la misión situándose en el desierto, la periferia y la frontera
(Cfr. Sobrino 1984: 335). Estar en el desierto significa estar ahí donde
hay poca o ninguna presencia de los discípulos y misioneros de
Jesucristo. Los desiertos latinoamericanos y caribeños están repletos
de empobrecidos y excluidos que claman por justicia, solidaridad y paz.
Estar en la periferia significa no participar, no apoyar y no ser
connivente con los juegos de poder que se orientan por criterios
antievangélicos. Y, finalmente, estar en la frontera significa estar donde
más hay que experimentar, imaginar, crear, donde los riesgos son
mayores y la profecía es más necesaria para sacudir la inercia
institucional. Las fronteras también son el lugar de encuentro, y muchas
veces de tensiones y conflictos, de las más diversas realidades
culturales, sociales, económicas, étnicas y religiosas. En las fronteras
riesgos y oportunidades se entrelazan recíprocamente. En síntesis, esto
significa que el Hermano necesita continuamente repensar su misión,
reconfigurar su identidad y participar en la renovación institucional.
3.1.2. En 150 años de presencia en América Latina y el Caribe, los
Hermanos lograron estar en el desierto, la periferia y la frontera.
Posibilitaron acceso a la educación a muchos niños y jóvenes a través de
las obras educativas. Muchas veces fueron innovadores a través de
proyectos educativos profesionales o al atender grupos sociales
particularmente vulnerables. Su vida sencilla y dedicada a la misión,
normalmente los ha mantenido lejos de los círculos de poder. Al
renunciar al prestigio social y eclesial, los Hermanos evitan el afán de
hacer carrera y adquieren la libertad interior que les posibilita asumir
los riesgos propios de la opción preferencial por los pobres como
elemento intrínseco de su fe cristológica.
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Región Latinoamericana Lasallista-Kilómetro 9 vía Las Palmas-Medellín, Colombia
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3.1.3. Situarse en el desierto, periferia y frontera significa para los Hermanos latinoamericanos y caribeños
contribuir con la democratización del conocimiento; con la accesibilidad de las nuevas tecnologías a los
empobrecidos y excluidos; con una educación de calidad como derecho de todos (Aparecida: n. 329); con
una educación en y desde la promoción del desarrollo humano sostenible; y una educación en y desde el
respeto a los derechos humanos, especialmente de la niñez y de la juventud (Cfr. PERLA: 9-24).
3.1.4. La misión de los Hermanos, a la luz del camino exodal del Fundador, tiene una dinámica centrífuga, un
movimiento del centro a las periferias. Un movimiento en dirección a los empobrecidos, excluidos y
desechados para transformarlos en sacramento de comunión e instrumento de inclusión (Cfr. Zechmeister
2011: 570). Atentos a los nuevos escenarios y los sujetos emergentes, sin excluir a nadie, los Hermanos se
comprometen a renovar constantemente a las obras y crear nuevas para responder con fidelidad creativa a
las nuevas y antiguas formas de pobreza, exclusión social, culturas juveniles, desarrollo sostenible,
participación democrática, cultura digital, migraciones y otros.
3.1.5. Como ministros y embajadores de Jesucristo los Hermanos se comprometen, con los demás
lasallistas, a promover una educación de calidad según el Evangelio y la tradición lasallista. Por esto,
consideran la educación de calidad como un derecho de todos (Aparecida: n. 329). Promover una
educación de calidad, en el continente de mayor desigualdad social, significa para los Hermanos,
configurar procesos educativos desde un enfoque de derechos, asumir una postura crítica frente a los
proyectos de calidad que favorecen la mercantilización de la educación, impulsar prácticas de inclusión
social y de democratización del conocimiento, crear nuevas obras y renovar las existentes, y participar
activamente en la construcción de una sociedad más justa, democrática y participativa.
3.1.6. La proclamación del Evangelio de Jesucristo constituye otro elemento fundamental de la misión de
los Hermanos. En el contexto latinoamericano y caribeño, los Hermanos están llamados a ser protagonistas
de la buena nueva del Evangelio a través de la misión educativa. Son llamados a confirmar, renovar y
revitalizar la novedad del Evangelio arraigada en nuestras culturas e historia, desde un encuentro personal
con Jesucristo para suscitar discípulos y misioneros del Reino, protagonistas de la vida nueva en América
Latina y el Caribe (Cfr. PERLA 2011: 25-27).
3.1.7. La evangelización y la catequesis, según la Regla, constituyen la principal
función de los Hermanos (Regla 15). Según el Hno. Michel Sauvage, la dimensión
catequética es primordial e incluye el conjunto de elementos del ministerio del
Hermano porque no se trata “solamente ni en primer lugar de comunicar unos
conocimientos, sino de educar a los niños cristianamente, de enseñarles a vivir bien”
(Sauvage 1998: 14). El documento de Aparecida nos recuerda que el itinerario
formativo del cristiano tuvo siempre un carácter de experiencia, en el cual era
determinante el encuentro vivo y persuasivo con Cristo, anunciado por auténticos
testigos. Los rasgos característicos del discípulo que hay que formar en nuestro
continente son los siguientes: “que tenga como centro la persona de Jesucristo,
nuestro Salvador y plenitud de nuestra humanidad, fuente de toda madurez
humana y cristiana; que tenga espíritu de oración, sea amante de la Palabra,
practique la confesión frecuente y participe de la Eucaristía; que se inserte
cordialmente en la comunidad eclesial y social, sea solidario en el amor y fervoroso
misionero” (Aparecida: n. 292).
3.1.8. Las culturas juveniles representan un importante desafío para la misión
educativa y evangelizadora de los Hermanos, conocerlas es indispensable para
poder instaurar con los jóvenes un verdadero diálogo. La conferencia de Aparecida
reconoce la necesidad de renovar de manera eficaz y realista la opción preferencial
por los jóvenes dando un nuevo impulso a la Pastoral Juvenil (Cfr. Aparecida: n.
446a). Fundamental para el éxito de esta determinación de Aparecida será la
formación de una nueva generación de jóvenes discípulos y misioneros de
Jesucristo. Otro importante desafío para la misión de los Hermanos relacionado con
las culturas juveniles es la Pastoral Vocacional. Será imprescindible encontrar
nuevos caminos para que los jóvenes puedan identificar sus sueños con el carisma
lasallista.
3.1.9. El Hermano latinoamericano y del Caribe realiza su misión en clave de
asociación. Es consciente de que es para y con los seglares corazón, memoria y
garantía del carisma lasallista (Cfr. 44º Capítulo General: 24-25). Reconoce que el
carisma recibido a través del Fundador, surgido para el bien de todos, debe ser
puesto otra vez en el centro de la misma Iglesia, abierto a la participación y
comunión de todos los miembros del Pueblo de Dios (Cfr. Caminar desde Cristo: n.
31). Acepta con espíritu evangélico la contribución de los seglares, que posibilita
“descubrir inesperadas y fecundas implicaciones de algunos aspectos del carisma,
suscitando una interpretación más espiritual, e impulsando a encontrar válidas
indicaciones para nuevos dinamismos apostólicos” (Vita Consecrata: n. 35).
3.1.10. En la animación de las obras los Hermanos optan decididamente por
modelos participativos donde ejercen la autoridad en espíritu de
corresponsabilidad y de subsidiaridad. Favorecen la iniciativa y la responsabilidad
de los integrantes de la comunidad educativa en el ámbito que les es propio.
Inspirados por el ejemplo de San Juan Bautista de La Salle y de los primeros
Hermanos valoran los procesos de consulta, de discernimiento y de toma de
decisiones colegiadas, sin olvidar su propia responsabilidad. La calidad educativa y
la transparencia administrativa constituyen para los Hermanos elementos
fundamentales para la vitalidad de las obras educativas. El ejercicio de la autoridad
es para el Hermano un servicio. Consideran normal que en las obras educativas los
puestos de autoridad sean ejercidos por seglares. En este caso colaboran de forma
abierta y decida con ellos.
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3.2. VIDA FRATERNA
3.2.1. La vida fraterna, en virtud de la cual el Hermano se
esfuerza en vivir en Cristo con un solo corazón y una sola
alma, es una elocuente manifestación trinitaria. El
Hermano es memoria viviente del modo de existir y de
actuar de Jesús como Verbo encarnado ante el Padre y ante
los hombres (Cfr. Vita Consecrata: n. 21 – 22). La vida
fraterna en comunidad significa para el Hermano estar en
sintonía y participar del designio salvífico de Dios para
responder, “a las necesidades de una juventud pobre y
alejada de la salvación” (R. 47).
3.2.2. A partir del misterio de la Santísima Trinidad los
Hermanos identifican los trazos característicos de la
comunidad: unidad, comunión, individualidad, relación,
igualdad en la diversidad, entrega mutua. La Trinidad es la
mejor comunidad (Cfr. Boff 1991: 182). En sintonía con este
modelo, los Hermanos están llamados a participar en la
construcción de la comunidad considerando la complejidad,
la riqueza y las fragilidades de cada uno de sus integrantes.
3.2.3. La comunidad es uno de los elementos constitutivos
de la vida del Hermano. En una realidad como la
latinoamericana y caribeña marcada por tantos conflictos,
tensiones, exclusiones de todo tipo, y muchas veces
fragmentadas por motivos étnicos, ideológicos, políticos y
religiosos, la comunidad está llamada a ser un signo de
fraternidad. Un lugar donde se respire amistad,
transparencia, lealtad y se vivan relaciones humanas
cálidas, abiertas, llenas de comprensión, de acogida y de
perdón. En los pueblos latinoamericanos y caribeños
encontramos un apego profundo a la dimensión
comunitaria (Cfr. Aparecida, n. 56 – 59) que se revela a través
de variadas manifestaciones de afecto y de cariño. Con
facilidad expresan sus sentimientos. En sintonía con los
pueblos del continente los Hermanos están llamados a
desarrollar relaciones humanas cálidas, abiertas y que
respetan y valoran la dignidad de cada ser humano.
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3.2.4. La comunidad es uno de los lugares privilegiados para el Hermano traducir en prácticas efectivas los
compromisos asumidos a través de la consagración religiosa. Es el espacio donde puede construir
fraternidad a partir de la dinámica real y compleja de cada Hermano, considerando sus potencialidades,
calidades y límites, y donde puede celebrar con los demás su experiencia de fe y su opción vocacional (Cfr.
Morano 2007: 51-60).
3.2.5. El Hermano realiza su apostolado como integrante de una comunidad. Por ella se siente reconocido,
sostenido y enviado (Cfr. R 16). En diversos Distritos de la Región las comunidades religiosas están
generalmente formadas por un reducido número de Hermanos. Muchas veces actúan en diversas obras.
Esta situación requiere reforzar el espíritu comunitario para que la comunidad sea visible, creíble y
profética en la misión educativa. Particularmente relevante en este contexto es el apoyo y el
acompañamiento fraterno.
3.2.6. La comunidad normalmente está abierta a los demás lasallistas que comparten con nosotros la
misión. Habitualmente se prevén durante el año momentos para compartir la misión y la espiritualidad. La
comunidad muestra un cariño especial para con los jóvenes que manifiestan inquietud vocacional.
3.3. CONSAGRACIÓN
3.3.1. Según la fórmula de votos, el Hermano se consagra
enteramente a la Santísima Trinidad para procurar su gloria
(Cfr. R. 25). Consagrarse a la Santísima Trinidad significa
poner en el centro de su opción de vida el amor a Cristo, que
lo llama a su intimidad, al Espíritu Santo, que dispone su
ánimo a acoger sus inspiraciones; al Padre, origen primero y
fin supremo de toda su vida. La consagración del Hermano
es anuncio de lo que el Padre, por medio del Hijo, en el
Espíritu, realiza con su amor, su bondad y su belleza (Cfr.
Vita Consecrata: n. 20 y 25).
3.3.2. Para el Fundador y los primeros Hermanos, el
Hermano es un consagrado porque ha sido llamado por
Dios y ha respondido generosamente poniéndose
completamente a disposición del proyecto de Dios para
gastar su vida en la promoción del Reino entre los alumnos
de las escuelas (Cfr. Villalabeitia 2007: 62). A través de la
consagración al Dios de la vida y de la esperanza, el
Hermano ofrece todo lo que es y hace diariamente, inserto
en una comunidad para la misión. En la Meditación 135, 2, 2
el Santo Fundador afirma que los Hermanos “por su empleo
tienen la obligación de enseñar las verdades de la fe a sus
discípulos y de instruirlos en la religión. Deben, incluso,
consagrarse totalmente y dar su vida, si fuera preciso, para
desempeñar bien este deber”.
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3.3.3. A través de la consagración el Hermano está en el corazón mismo de la Iglesia participando de su misión
(Cfr. Vita Consecrata: n. 3). El Hermano se consagra a Dios, inserto en una comunidad, para un servicio
apostólico al Pueblo de Dios. La consagración se expresa a través de los votos. El compromiso adquirido
mediante los votos representa la expresión de una total consagración a Dios y al mismo tiempo el modo de
realizarlo (Cfr. Redemptionis donum: n. 7).
3.3.4. El 44º Capítulo General invita al Hermano a descubrir su identidad de consagrado a la luz del voto de
asociación para el servicio educativo de los pobres y desde esta perspectiva considerar los demás votos (Cfr.
Circular 455: 24-25). El objetivo principal del voto de asociación en los orígenes del Instituto fue fortalecer la
unión entre los Hermanos, cohesionar la institución, darle solidez interna, comprometer a los Hermanos con
la Sociedad de las Escuelas Cristianas para mantener las escuelas gratuitas (Cfr. Villalabeitia 2007: 77-78). El
voto de asociación fue para los primeros Hermanos y el Fundador un voto de un proyecto asumido “juntos y
por asociación” para mantener las escuelas gratuitas como un signo del Reino de Dios para los hijos de los
artesanos y de los pobres.
3.3.5. El voto de asociación para el servicio educativo de los pobres significa para el Hermano latinoamericano
y del Caribe redescubrir el dinamismo místico y profético del Instituto de los orígenes. En otras palabras,
requiere considerar la inequidad social del continente como una de las fronteras de su vida y misión para la
creación y revisión de las obras educativas. Recuperar la originalidad y la unidad de la consagración del
Hermano, a partir del voto de asociación, significa fortalecer la vida comunitaria, compartir el carisma con los
demás miembros de Familia Lasallista y asumir los desafíos de la misión a partir del mundo de los pobres y
excluidos de la sociedad.
3.3.6. El voto de estabilidad recuerda a los Hermanos de la Región que los niños y jóvenes del continente de la
mayor inequidad distributiva continúan siendo un campo privilegiado para realizar la obra de Dios. No
podemos abandonarlos. Reconocer que el tsunami posmoderno ha afectado los cimientos profundos de las
concepciones tradicionales y modernas significa repensar la identidad, la formación y la misión del Hermano,
a partir de nuevas categorías para continuar respondiendo con fidelidad creativa al llamado de Dios para
participar mediante el Ministerio Apostólico de la Educación en la construcción del Reino de Dios.
3.3.7. Mediante el voto de estabilidad los Hermanos se comprometen a no abandonar la obra de Dios aun en
las situaciones más difíciles. Asociados para el servicio educativo de los pobres no pueden abandonar a los
niños y jóvenes pobres que Dios les confió.
3.3.8. A través de los votos de pobreza, castidad y obediencia el Hermano participa del misterio pascual (Cfr.
Redemptionis donum n. 8). Participar de la muerte y resurrección de Jesucristo es despojarse del hombre
viejo y revestirse del hombre nuevo (Ef 4, 22-24). Los votos, a luz del Misterio Pascual, son una invitación
constante para el Hermano vivir como símbolo progresivo sus relaciones afectivas, el ejercicio de la autoridad
y como persona de condición modesta.
3.3.9. Asumir los votos a partir de la dinámica pascual significa vivir una pobreza que no necesite de muchas
explicaciones, una vida célibe por el Reino que nos hace integrados, maduros, disponibles y alegres, y,
finalmente, una vida de obediencia que nos hace libres y comprometidos con el sueño de Dios a través de una
vida fraterna que entusiasme y una misión fascinante por la osadía a favor de todo el hombre y toda la mujer,
especialmente por los empobrecidos, marginados y desechables (Cfr. Guerrero 2008: 262).
3.4. FORMACIÓN Y ACOMPAÑAMIENTO
3.4.1. Desde la perspectiva latinoamericana y caribeña
entendemos la formación como un itinerario formativo para
toda la vida. Lo que queremos en la Región son Hermanos
afectivamente maduros, espiritualmente integrados y con
una función de liderazgo en la misión educativa. Entendemos
que los Hermanos deban tener una palabra calificada en las
áreas de su actuación: Misión, Pastoral, Formación y
Administración.
3.4.2. Hoy sabemos que un signo para ser considerado
significativo en la sociedad necesita ser muy vivo
evangélicamente, caso contrario no será más que una de las
tantas alternativas de la sociedad de consumo. Para que
nuestra vida de Hermanos encante, seduzca, interpele y
testimonie los valores del Reino necesita ser caracterizada
por la radicalidad evangélica. Los procesos formativos
necesitan ser organizados de tal manera que posibiliten al
Hermano actualizar constantemente su experiencia
fundante de vida. En términos lasallistas, esto significa
adquirir, cultivar y profundizar el espíritu de fe y celo.
3.4.3. La Región cuenta actualmente con Itinerarios
Formativos que proponen contenidos y procesos para
renovar periódicamente los Planes de Pastoral Vocacional y
de Formación. Los contenidos, considerando la unidad de la
persona del ser humano, destacan la opción fundamental del
Hermano como cristiano y su expresión según el carisma
lasallista. Los procesos formativos propuestos plantean
trayectorias más flexibles y diversificadas para integrar más
y mejor las dimensiones constitutivas de la vida del
Hermano, considerando los cambios culturales que estamos
viviendo en el continente (Cfr. Itinerarios Formativos: 1-7).
3.3.10. Hoy la realidad latinoamericana y caribeña convoca a los Hermanos a una revitalización de la
consagración. Los Hermanos participan, con los demás religiosos y religiosas del continente, en la
humanización de la Vida Consagrada, en el acercamiento a los nuevos pobres del continente (trata de
personas, migración, inequidad social, narcotráfico, violencia y otros), en el aprendizaje de las culturas
ancestrales (indígenas y afroamericanas), en la promoción del diálogo ad intra y ad extra eclesial, en la
participación activa y creativa de las nuevas generaciones, en la defensa de la integridad de la creación y en la
promoción del laicado (Cfr. Horizonte Inspirador de la CLAR: 19).
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3.4.4. En la Región entendemos el acompañamiento como una dimensión esencial de la formación. Estamos
conscientes de que sin un buen acompañamiento muchos procesos formativos quedan incompletos y el
resultado son Hermanos poco calificados para vivir la vocación de Religiosos Hermanos. Por acompañamiento
entendemos mucho más que la tradicional entrevista. La dinámica del acompañamiento necesita considerar
la compleja estructura personal y las relaciones interpersonales del Hermano. Además del acompañamiento
personal es importante estructurar el acompañamiento comunitario a través de reuniones comunitarias,
diálogos formales e informales, encuentros personales con el Hermano Director, dinámicas de grupos, lectura
orante de la Palabra de Dios y otros. El conjunto de la persona necesita ser acompañado. Tradicionalmente
hemos hablado del acompañamiento espiritual. Hoy sabemos que además del área espiritual, el área afectiva
y profesional es fundamental en la vida del Hermano y debe ser objeto de acompañamiento. Un gran reto para
la Región es la preparación de Hermanos calificados para hacer el acompañamiento. Sin esto el
acompañamiento queda a medio camino y difícilmente vamos a lograr responder a los desafíos que el
momento actual requiere.
3.4.5. En un continente donde la educación sigue siendo en gran parte una tarea pendiente, los Hermanos
necesitan estar calificados para poder participar activamente en el proceso de transformación cultural,
social, política y económica en curso. Necesitamos cada vez más participar en las políticas públicas para hacer
avanzar la educación de calidad como un derecho de todos. Esto requiere una adecuada preparación
académica con su respectiva titulación.
3.5. ESPIRITUALIDAD INTEGRAL E INTEGRADORA
3.5.1. El Hermano vive su vocación mediante el ministerio
apostólico de la educación participando en la edificación
de la Iglesia y en la propagación del Reino de Dios. Su
espiritualidad integral e integradora es consecuencia
lógica de su opción de vida.
3.5.4. Una espiritualidad integradora. El Fundador nos recuerda que “es buena norma de conducta no
hacer distinción entre los asuntos propios de su estado y el negocio de la salvación y perfección propios, y
convencerse de que nunca se asegura mejor la salvación ni adquiere mayor perfección que cumpliendo los
deberes del propio cargo” (EP 3, O, 3). La espiritualidad lasallista “es profundamente unificadora, tiende a
suscitar hombres que viven según el Espíritu: hombres ganados por Dios, llenos de celo; pobres que se
apoyan en el don de Dios y anuncian a su vez el amor salvífico de Dios a los pobres” (Campos/Sauvage 1977:
372). La espiritualidad del Hermano, siendo una espiritualidad personalizada, integra lo corporal, lo
afectivo, lo ético, lo cultural y lo simbólico según el espíritu del Evangelio (Cfr. Aparecida: n. 263).
3.5.5. Una espiritualidad ministerial. San Juan Bautista de La Salle recuerda que los Hermanos ejercen una
de las principales funciones de apóstoles y para ser dignos de tan santo ministerio necesitan
constantemente del retiro y de la oración (MF 102, 1,2). En coherencia con la tradición espiritual lasallista
(Cfr. M 198, 1,2) el Hermano latinoamericano y del Caribe eleva diariamente su espíritu a Dios para
presentar las necesidades apremiantes de su quehacer educativo e iluminado por la gracia redentora del
Dios de la vida anuncia la buena del Evangelio a los niños, jóvenes y adultos que le fueron confiados.
3.5.6. Una espiritualidad desde la Palabra de Dios. La vida del Hermano se renueva a partir de la
experiencia de la Palabra de Dios. La Lectio Divina permite al Hermano escuchar y mirar, con un corazón
místico y profético, y comprometerse más y más con la misión que Dios le confió. “La Sagrada Escritura es
como la fuente… pero de qué sirve la fuente, por más limpia que sea, si no la vamos a tomar en nuestros
cántaros y llevarla a las necesidades de nuestros hogares” (Mons. Oscar Romero).
3.5.7. Una espiritualidad litúrgica y sacramental. Al participar de la liturgia eucarística y en la vida
sacramental, el Hermano renueva constantemente en su vida la dinámica pascual de desvestirse del
hombre viejo y revestirse del hombre nuevo (Cfr. Zadra 1985: 57-106) para testimoniar y anunciar la Buena
Nueva del Reino de Dios a través del Ministerio Apostólico de la Educación.
3.5.2. Una espiritualidad de la presencia de Dios. El
Hermano latinoamericano y del Caribe descubre que los
empobrecidos, excluidos y desechados del continente son
una palabra viva de Dios que lo interpela a renovar
diariamente la asociación para el servicio educativo de los
pobres como forma privilegiada de participar en la
construcción del Reino de Dios.
3.5.3. Una espiritualidad de discípulos y misioneros de
Jesucristo. La V Conferencia General del Episcopado
Latinoamericano y del Caribe invita a los Hermanos a
cultivar una espiritualidad de discípulos y misioneros de
Jesucristo convirtiéndose en personas creativas,
solidarias y comprometidas con la transformación de la
realidad y capaces de encontrar el sentido profundo en
todo lo que les toca a vivir y hacer (Cfr. Aparecida: n. 285).
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4. DISCÍPULOS Y MISIONEROS DE JESUCRISTO
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
BRIGHENTI, Agenor, A Igreja Perplexa - A Novas Perguntas, Novas Respostas, SOTER/Paulinas, Sao Paulo,
2004, 148 pp.
4.1. Esperamos que la actualización del perfil del Hermano latinoamericano y del
Caribe nos ayude a recuperar el encanto, el brillo y la atracción por la vocación del
Hermano para que seamos en el contexto latinoamericano y del Caribe discípulos y
misioneros de Jesucristo. Lo que nos debe caracterizar es la calidad evangélica de
nuestras vidas para que seamos a través del Ministerio Apostólico de la Educación un
signo de esperanza para las nuevas generaciones. Con esto, nos unimos a toda la
Iglesia que comparte “los gozos y las alegrías, las tristezas y angustias de los hombres
de nuestro tiempo, sobre todo los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y
esperanza, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente
humano que no encuentre eco en su corazón. La comunidad cristiana está integrada
por hombres que, reunidos en Cristo, son guiados por el Espíritu Santo en su
peregrinar hacia el reino del Padre y han recibido la buena nueva de la salvación para
comunicarla a todos. La Iglesia por ello se siente íntima y realmente solidaria del
género humano y de su historia (Gaudium et spes: n. 1).
CLAR, Horizonte Inspirador de la Vida Consagrada en América Latina y el Caribe, Editorial Delfín, Bogotá,
2013, 24 pp.
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CONGREGACIÓN PARA LOS INSTITUTOS DE VIDA CONSAGRADA Y LAS SOCIEDADES DE VIDA
APOSTÓLICA, Caminar desde Cristo: un renovado compromiso de la vida consagrada en el tercer
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GUERRERO, José María, Ustedes tiene una gran historia que construir, in. CLAR, Memorias del
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JUAN PABLO II, Exhortación Apostólica Postsinodal Vita Consecrata, Editrice Vaticana, Roma, 1996, 209
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HERMANOS DE LAS ESCUELAS CRISTIANAS, Regla, Roma, 2008, 236 pp.
MORANO, Carlos Domínguez, Afetividade, Espiritualidade y Mística, Publicações CRB, Rio de Janeiro,
2007, 86 pp.
CONCILIO VATICANO II, Constitución Pastoral Gaudium et Spes sobre la Iglesia en el mundo actual, Editrice
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PREGUNTAS PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL Y COMUNITARIA
ESTRUCTURA DEL PERFIL
1.¿Qué significa ser Hermano hoy en América Latina y el Caribe?
2.¿Cuáles son las consecuencias prácticas de la centralidad del Reino de Dios para la vivencia
cotidiana del Religioso Hermano?
MISIÓN
1.¿Qué significa asumir nuestra misión de Hermanos situándonos en el desierto, en la periferia y en
la frontera?
2.¿Cuáles son los retos de una educación de calidad para nuestra misión educativa?
3.¿Cuáles son los desafíos actuales de la proclamación del Evangelio de Jesucristo?
4.¿Cuál es el modelo de gestión predominante en nuestras obras educativas?
VIDA FRATERNA
1.¿Cómo vivimos en nuestro día a día los elementos característicos de la comunidad identificados a
partir del misterio de la Santísima Trinidad?
2.¿Hasta qué punto nuestra presencia en la Comunidad Educativa es visible, creíble y profética?
3.¿Cómo realizamos en nuestra comunidad el apoyo y el acompañamiento fraterno?
CONSAGRACIÓN Y VOTOS
1.¿Qué significa que la “consagración del Hermano es anuncio de lo que el Padre, por medio del
Hijo, en el Espíritu, realiza con su amor, su bondad y su belleza”?
2.¿Cómo estamos recuperando el dinamismo místico y profético del voto de asociación?
3.¿Qué significa participar a través de los votos de la dinámica pascual?
FORMACIÓN Y ACOMPAÑAMIENTO
1.¿Los procesos formativos del Distrito posibilitan actualizar constantemente la experiencia
fundante de la vida del Hermano?
2.¿Estamos preparando a los Hermanos del Distrito para que tengan una palabra calificada en el
área de Misión, Pastoral, Formación y Administración?
3.¿Cómo están siendo actualizados en el Distrito los planes de Pastoral Vocacional y de Formación a
partir de los Itinerarios Formativos?
ESPIRITUALIDAD INTEGRAL E INTEGRADORA
1.¿Hasta qué punto nuestra espiritualidad vivida es integral e integradora?
2.¿Cómo realizamos en nuestra comunidad la lectura orante de la Palabra de Dios?
3.¿Nuestra espiritualidad realmente nos convierte en personas creativas, solidarias y
comprometidas con la realidad y capaces de encontrar el sentido profundo en todo lo que nos
toca vivir y hacer, según la invitación de la Conferencia de Aparecida?
Santo Hno. Miguel
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