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PASAJE CULTURAL
La feria en
Tonalá
Aimeé Muñiz Machuca
C
on teatro, música, danza y canto, Ismael
García Ávila agudiza los sentidos de
quienes deciden sumarse al Fandango de
los novios, puesta en escena a cargo del grupo folclórico de la División de Artes y Humanidades,
del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y
Diseño (CUAAD), que recrea una boda tradicional jalisciense de finales del siglo XIX.
El público no solo permanece con ojos y oídos fijos en el espectáculo, sino que puede bailar
en el escenario, comer, beber, oler o tocar.
“La audiencia poco a poco descubre y
utiliza sus cinco sentidos, ya sea para degustar
tequila, oler una flor o saborear la gastronomía
mexicana que ofrecemos en la puesta. También
hay un espacio para bailar”.
La obra será presentada en el hotel La nueva posada, de Ajijic, el 11 de marzo, a las 18:00
horas, y después en abril, del 25 al 29, en los
museos de la Ciudad y Regional.
Hasta cierto punto es como una cenaespectáculo. El eje consiste en una boda, y la
cena resulta un ingrediente básico.
Una vez que han comido todos, viene el baile de los novios: un verdadero fandango, porque
el público tiene cabida en la pista o puede ser
parte de la fiesta alrededor de sus mesas.
Ricardo Ibarra
Fandango de los novios comienza con un personaje tradicional del barrio del Santuario: el
“Polidor”, quien pregona las delicias gastronómicas de la zona.
Continúa con el momento en que la pareja
(una hacendada y un pastor) se conoce en una
garita, fuente o pozo a donde iban las mujeres
a bañarse, y el posterior cortejo de los novios.
Entonces la hacendada decide contraer
matrimonio, de manera que entrega al hombre
un pañuelo, símbolo del compromiso formal de
las nupcias.
El tercer cuadro muestra las actividades
previas a la fiesta. El punto fuerte consiste en la
preparación de los alimentos típicos de la alta
cocina tapatía, mismo que muestra cocineras
dedicadas a tortear y cantar.
“Estoy jugando con los sentidos del espectador. En ese momento tenemos prendidos
cinco braseros de barro de Tonalá alrededor
del público. Quemamos canela para propagar
el olor, para que el espectador sienta que está en
la cocina, donde preparan la comida que recibirá
más tarde”.
La boda viene después, con los novios y
sus trajes tradicionales. La mujer es acicalada
según las costumbres de antaño, cuando a las
casas de las novias no acudían maquilladoras o
peinadoras y la familia realizaba estas tareas.
Cuando la pareja está lista, llega la cena:
ensalada verde, pechuga de pollo con pipián,
arroz a la mexicana, verdura de temporada y
postre de mango.
El cierre llega con el fandango, que incluye
música, baile y canto.
La duración de la obra depende de la participación del público: si decide entrar a la fiesta,
puede durar hasta dos horas y media.
EL VESTUARIO
ADOLFO ÁVILA
LA HISTORIA
Se presentan este 11 de marzo en Ajijic
Fandango
de los novios
Además del baile, las canciones y la comida, sobresale el vestuario de los bailarines y actores.
Al comienzo de la obra, la mujer viste un
medio fondo con tres rebozos trenzados para
la escena de los baños. El hombre usa calzonera
de manta, huarache, bule, sombrero y gabán.
“El segundo vestuario fue diseño mío. A
partir de un traje típico de Jalisco, hecho de
manta y listones de colores, degradé el tono
del listón, para obtener un vestido elegante.
También usamos el traje de china, del siglo XIX,
empleado de manera frecuente en esta entidad.
El hombre lleva traje charro de gala.
“El vestido de novia es de manta. Tiene
cola, como 400 metros de listón y otros 200 de
tira bordada y encaje. Como tocado porta tres
rebozos de santa María, de San Luis Potosí”.
EL PRESUPUESTO
Fandango de los novios pudo surgir, en parte,
gracias a una beca que Ismael García Ávila
recibió del Consejo estatal para la cultura y
las artes (Ceca), así como de recursos propios
de director y coreógrafo.
Parte del vestuario, también costoso, ya
lo tenía García Ávila, porque además de su
carrera en la danza, también ha dedicado
tiempo al diseño de prendas. Incluso posee
un taller y una costurera.
“Tenía el monto económico de un premio
nacional de danza, de hace dos años; uno
atrás había concursado en otra beca, misma
que me proporcionó otra cantidad en efectivo, y recibí algo en este, de manera que poco
a poco he juntado para la producción de esta
pieza”.
En la obra participan 19 bailarines,
egresados y estudiantes de la División
de Artes y Humanidades, un coro integrado por Yolanda Pérez Borrado, Fabia
Escamilla, Martín Vázquez Jiménez y
Óscar Medrano Chávez, así como el grupo Medieros, dirigido por Víctor Ávila
Gutiérrez.
La tercera llamada “va con todo”, confirmaron los miembros de la Compañía de teatro
de la Universidad de Guadalajara, previo al
estreno de La feria, luego de reconocer que
este montaje sería posiblemente la última
puesta como grupo teatral universitario.
Ante la depresión que generó en los
actores la noticia del nuevo modelo teatral
de esta casa de estudios, vieron con buenos
ojos el probable “cambio de ciclo”, con una
obra del escritor jalisciense Juan José Arreola
que llevarán al teatro.
“No pudo haber sido mejor”, exclamó
el director de la Compañía, Fausto Ramírez,
“que cerrar un ciclo con uno de los autores
más grandiosos de Jalisco”.
Antonio Navarro, actor con 13 años en
la comunidad teatral de la Universidad, dijo
que el replanteamiento del modelo fue “un
balde de agua fría. Sin embargo, ahora hay
mucho entusiasmo por asistir a esta fiesta.
¡Ya hasta compramos cacahuates! Vamos
a llegar con el brío que da cada estreno. La
tercera llamada va con todo. Como siempre,
nos transformaremos al pisar el escenario.
Así lo he visto y así será en La feria”.
Previo a la rueda de prensa informativa, los siete actores de la obra desplegaron cuatro actos de La feria: procesión,
mayordomía, monólogo de cuervos y el
temblor, fragmentos de la obra literaria
que detallan la lucha entre campesinos
indígenas de Zapotlán y las autoridades
políticas y religiosas.
La feria pretende ser una puesta que pueda viajar por los municipios de Jalisco. “Nos
interesa implementar una provocación hacia
la lectura. Podremos presentar el montaje un
día, y al siguiente leer el texto de Arreola con
la comunidad, en la iglesia o cualquier otro
punto de reunión municipal”.
En la presentación, Orso Arreola, hijo del
“Juglar” de las letras jaliscienses, expresó su
alegría a los actores y representantes de los
medios, por “retomar un texto que revela un
hecho histórico de Jalisco”.
Los actores participantes son Antonio
Navarro, Rafael Rosas, Carlos Gómez Cacho,
Abelardo Ferré, Andrés David, Salvador
Rodríguez, Meli Ortiga, Azucena Evans y
Francisco Santiago. La dirección es de Fausto Ramírez, quien será asistido por Susana
Romo. La adaptación teatral fue de Teófilo
Guerrero.
La última función de La feria, después
de su estreno, en marzo, es este lunes 7
y martes 8, a las 19:00 horas, en el patio
Miguel Hidalgo, de la presidencia municipal de Tonalá (Hidalgo 21, entre Juárez
y Emiliano Zapata). El costo de los boletos
es de 60.00 (general) y 30.00 (estudiantes y
maestros).

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