Juan José Pino

Transcripción

Juan José Pino
Sin goles sociales
Juan José Pino Martinez
([email protected])
Antamina es considerada como una de las empresas más importantes de la economía
nacional. Sin embargo la comunidad de San Marcos aún espera el progreso prometido hace
ya una década (1997), cuando la empresa comenzó a visitar sus territorios. Algunos apuntes
de porque no chorrea y el papel de la empresa en el precario avance hacia un desarrollo sólido
y real.
Imagine que sus hijos tengan que caminar por dos horas para llegar a estudiar. Este
dilema de las comunidades de San Marcos es el mismo al de todas las comunidades
campesinas en el Perú. La única diferencia es que en este distrito Ancashino se
encuentra la empresa minera más importante del país.
En realidad, la idea de levantarse en plena madrugada, padeciendo las agujas del frío y
tener la suprema voluntad de caminar, es algo inherente a las comunidades del ande
por siglos. Últimamente, en un programa de TV, escuchaba sobre las comunidades de
Nepal que “trabajaban tanto, para conseguir tan poco”. Pues lo mismo ocurre en las
comunidades campesinas peruanas. Su capacidad para esforzarse y seguir adelante es
admirable. Como decía el conductor de aquel programa: “...eso me hace sentir tan
pequeño”. Y es por eso que todos los peruanos que podemos disfrutar de las
comodidades físicas que nos permiten tener tiempo (como para escribir este texto)
respetemos y seamos solidarios con estos hermanos. Pues las diferencias, asimetrías y
desigualdades sociales son pilares para el subdesarrollo y la carencia de capacidades
humanas.
En estos momentos de convulsión social y bonanza económica es necesario tener un
conocimiento de los conflictos sociales y plantear estrategias para atacar las causas
profundas de los mismos. Es impensable que los gobiernos locales y regionales que
reciben gran cantidad de impuestos aún no puedan atender a problemas básicos que
son las causas para el descontento social. Sin embargo el problema es más complejo de
lo que parece.
San Marcos recibió el último año más de 30 millones de soles por concepto de canon
minero. De 112 proyectos presentados al SNIP, sólo 25 se están ejecutando. Además, la
Compañía Minera Antamina destinó, el último año, 9.2 millones de soles en inversión
social en las zonas de influencia minera. Pero las mejoras no parecen sentirse ni para el
investigador que llega a la zona ni para los pobladores que se encuentran ahí.
Se suman a todo esto otros componentes de conflicto como: la inestabilidad laboral, la
pobreza extrema, las denuncias de contaminación y los conflictos de tierra.
Demostrando una lentitud deprimente hacia el desarrollo. La empresa Antamina ha
contratado a toda el personal “contratable” de la zona, pero éste porcentaje de personas
es mínimo para las demandas laborales actuales. Es conocido que las empresas
mineras no son fuentes de trabajo en ninguna parte. Pero las dimensiones de Antamina
son una esperanza de progreso para las comunidades. Y estas comunidades consideran
que pueden colaborar con la empresa minera de muchas maneras. Algunas
comunidades tienen pequeñas empresas que son creadas con el objetivo de ser
colaboradoras de Antamina en aspectos de transporte, de logística y de alimentación.
Antamina es un gigante económico que es dirigido por cuatro accionistas
transnacionales con actividades mineras en los cinco continentes. Según el último
boletín de minería del MEM, Antamina se encuentra en el primer lugar en
exportaciones de cobre del Perú. Más del 32 % de la producción total de este mineral.
Además, es segunda en la producción de zinc a nivel nacional con 15 % del total. Una
mina a tajo abierto que mide aproximadamente 1700 m. de diámetro y cerca de 500 m.
de profundidad, según el EIA presentado por la Compañía al MEM, es la fuente de
tanta riqueza. Montañas, un glaciar y una laguna fueron transformadas en zonas de
explotación. Todo esto dentro de los límites del Centro Poblado de Carhuayoc y el de
Huaripampa ubicados en el distrito de San Marcos, en la provincia de Huari.
A pesar de ser una empresa que busca mantener la contaminación en niveles tácitos
con diversos mecanismos para reducir el impacto ambiental, aún se escuchan
denuncias de contaminación en la zona. La empresa argumenta que la situación es un
tema de percepción. Sin embargo las comunidades creen que el polvo es transportado
por el viento y que así puede afectar a las comunidades fuera del alcance de la actividad
minera. Se acusa a la empresa de la contaminación de algunos pobladores (niveles de
mineral alto) y de afectar la producción de lana en los auquénidos locales (caída de pelo
en los animales). La empresa dice haber realizado estudios que desvirtúan cualquier
denuncia de contaminación. Pero para la comunidad este es sólo uno de los factores
negativos que aporta Antamina en su relación con la población.
El conflicto de Juproc se lleva la atención cuando hablamos de demandas comunales.
Juproc es una comunidad campesina del Centro Poblado de Carhuayoc, ubicada a tres
horas de caminata del centro del distrito y a dos horas de caminata de las instalaciones
mineras. Esta comunidad está en “pie de lucha” según manifestaciones de la población
de Juproc. Y es que la empresa minera trató de realizar actividades de exploración en
territorios que consideraba haberlos adquirido al momento de la instalación, sin
embargo la comunidad protestó y presentó documentos que prueban a los verdaderos
dueños como parte de la comunidad. Ahora la comunidad de Juproc está exigiendo a la
empresa ser parte del accionariado de la empresa (como ocurre con otras empresas y
comunidades mineras) a cambio de las tierras en disputa. La empresa parece no
tomarlo en serio y ha preferido no explorar en esos territorios.
A pesar de existir todas estas causas profundas e inmediatas para la existencia de una
pobre relación entre la empresa Antamina y las comunidades de San Marcos, existe un
tema aún más importante para discutir y fortalecer por parte de la empresa: La
comunicación y la imagen de la empresa a nivel local. La comunicación está
conformada fundamentalmente por las reuniones de mesas de diálogo en oficinas
céntricas a la población de influencia minera.
A pesar de existir predisposición para las constantes reuniones y toda forma de diálogo,
la comunicación se realiza entre representantes e interlocutores de ambas partes. Esto
facilita la cohesión de ideas y la apertura a soluciones más prácticas, sin embargo el
acercamiento a la gente resulta nulo. Estrategias de sensibilización, marketing social
(cambios de conducta), campañas sociales y programas educativos e informativos sobre
la base de medios radiales, podrían fortalecer la comunicación, la confianza y la
armonía entre la población y la empresa minera en base a objetivos sólidos de
desarrollo y cooperación.
En la visita que realicé a la Oficina de Relaciones Comunitarias de San Marcos
(Antamina) me di con la lamentable sorpresa que no se manejaban datos estadísticos
de ningún tipo. Precarias descripciones de residentes locales fue lo único que
alcanzaron a mostrarme. Esto es de gran importancia si nos ponemos a pensar en la
imposibilidad de efectuar evaluaciones o monitoreos del avance o la efectividad de la
inversión social de Antamina en el distrito. Se suma a esto la falta de confianza y la
imagen negativa que va ganando la figura del gerente de relaciones comunitarias,
Antonio Cornejo, que es conocido como una persona que trata de engañar y “mecer” a
las autoridades y a la comunidad. Existen algunos ejemplos más en la investigación
realizada para el curso de Seminario de la Investigación, sin embargo podemos afirmar,
que la actividad social y la comunicación que realiza Antamina tienen (aún) mucho por
mejorar.

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