Fiebre: actualización en el uso de antipiréticos

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Fiebre: actualización en el uso de antipiréticos
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Alexander Barrios Sanjuanelo, MD
Pediatra
Universidad del Norte
Introducción
Definición de fiebre
La fiebre continúa siendo el principal motivo de
consulta en los servicios de urgencias en pediatría.
La fiebre puede ser definida en términos clínicos
y fisiopatológicos.
■
Este síntoma genera ansiedad y temor en
los padres, al desconocer su origen y sus consecuencias. Pero esta sensación de ansiedad no
se limita a los padres y/o cuidadores de niños
y niñas, también la experimentan los médicos,
incluso los pediatras, de atención primaria y de
los servicios de urgencias.
Clínicamente: es el aumento de la temperatura
corporal 1ºC (1,8ºF) por encima de la media en
el lugar de registro de la temperatura.
Los siguientes grados de temperatura son aceptados como fiebre:
• Temperatura axilar: > 37,4ºC
• Temperatura rectal: > 38ºC
• Temperatura oral: > 37,6ºC
• Temperatura timpánica: > 37,6ºC
En la actualidad, tanto padres como el
personal de salud padece de “fiebrefobia”. Este
término descrito en 1980 por Schmitt consiste en
el miedo de los padres por la fiebre en los niños.
Estudios recientes sugieren que la percepción del médico por la fiebre y su tratamiento
contribuyen a la “fiebrefobia” de los familiares.
A pesar de todo, tres décadas más tarde, la
mayoría de los conceptos erróneos y el miedo
a la fiebre persiste.
Un adecuado uso de los antipiréticos y la
educación a los padres debe ser nuestro objetivo en atención primaria para disminuir la
“fiebrefobia”.
26 ■ Precop SCP
■
La variación diaria normal de la temperatura se
mantiene incluso durante la respuesta febril. Bajo circunstancias normales, la temperatura varia
0,5ºC respecto a la media, con valores bajos en
la mañana (entre las 4 y 8 a.m.) y horas pico en
la tarde (entre las 4 y 6 p.m.).
Fisiopatológicamente: es el incremento regulado
de la temperatura corporal mediado por la región
anterior del hipotálamo; esta elevación del punto
de control en el centro termorregulador hipotalámico es mediada por la interleuquina 1 (IL-1). En
respuesta a esta elevación, se produce un proceso
activo que tiene como objetivo alcanzar el nuevo
punto de control. Esto se logra fisiológicamente
disminuyendo las pérdidas de calor con vasoconstricción y produciendo escalofríos.
Alexander Barrios Sanjuanelo
Fases de la fiebre
En la fiebre se presentan tres fases:
■
■
■
Aumento de la temperatura: se caracteriza por
disconfort. Este término es utilizado para describir las manifestaciones presentes en un niño
con fiebre (dolor, llanto, irritabilidad, decaimiento), resultado de los cambios fisiológicos
de la fiebre.
Estabilización de la temperatura: se produce al
obtener un nuevo nivel en el punto de control
del centro termorregulador hipotalámico. Existe
un balance entre la producción y pérdida de
calor, pero con un punto de ajuste más alto a
nivel hipotalámico. Se manifiesta con enrojecimiento facial y, en esta fase, el niño se siente más
confortable.
Defervescencia: desaparición de la fiebre por lisis
(caída gradual de la temperatura en 2-3 días) o
por crisis (caída de la temperatura en unas pocas
horas).
Fisiopatología de la fiebre
Interleuquinas: citoquinas mediadoras entre leucocitos. IL-1 y la IL-6 juegan un papel importante
en la patogénesis de la fiebre.
Interleuquina 1: la interleuquina 1 es la citoquina
más importante en la patogénesis de la fiebre.
Se almacena en una forma inactiva en el
citoplasma de las células secretoras, actúa como
una hormona al afectar órganos distantes. Se
elimina por vía renal.
IL-1 se compone de tres polipéptidos relacionados estructuralmente, dos agonistas (IL-1α y
IL-1β) y un antagonista (IL-1 antagonista de los
receptores = IL-1ra) que inhibe las actividades
de los dos agonistas.
La IL-1 se produce por:
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Pirógeno: es una sustancia que provoca elevación
de la temperatura corporal.
■
Pirógenos exógenos: sustancias que se originan
fuera del cuerpo y que producen fiebre, induciendo la producción de interleuquinas (organismos
infecciosos, toxinas).
Pirógenos endógenos: sustancias que se originan
en el interior del cuerpo y son capaces de inducir fiebre, actuando sobre el centro regulador
hipotalámico (IL-1, factor de necrosis tumoral,
interferón, citoquinas).
Criógenos endógenos: péptidos que contrarrestan
los pirógenos y modulan la regulación ascendente
del termostato hipotalámico (vasopresina, hormona alfa melanoestimulante y somatostatina).
Citoquinas: son proteínas producidas por los
monocitos, macrófagos y células T, para regular la respuesta inmune y controlar procesos
inflamatorios.
■
Macrófagos: principal fuente de IL-1.
Células de Kupffer, queratinocitos, células de
Langerhans.
Astrocitos en el tejido cerebral: contribuyen a
la respuesta inmunológica dentro del sistema
nervioso central (SNC) y a la fiebre secundaria
a hemorragia del SNC.
Células tumorales (enfermedad de Hodgkin, leucemias, carcinomas). Esto explica la asociación
de fiebre en ausencia de infección.
Monocitos en circulación y sistema reticuloendotelial.
Funciones de la IL-1:
■ Inducción de la fiebre, actuando sobre el hipotálamo para elevar su punto de ajuste.
■ Inducción de respuesta inflamatoria.
■ Activación de células B y células T.
■ Estimular al hígado para la producción de proteínas de fase aguda (fibrinógeno, haptoglobina,
proteína C reactiva).
■ Supresión del apetito: resulta en una reducción
importante de la ingesta de alimentos. Síntoma
visto frecuentemente en enfermedades febriles.
■ Producción del factor S, un péptido similar a
IL-1, con efecto en la inducción del sueño de
onda lenta. Se produce en los astrocitos y puede
explicar el aumento del sueño en las enfermedades febriles.
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Fiebre Actualización en el uso de antipiréticos
Termorregulación
La termorregulación requiere de un equilibrio
entre la producción y la pérdida de calor,
además de un adecuado funcionamiento del
centro regulador hipotalámico para regular
estos mecanismos.
La producción de fiebre requiere de las
siguientes etapas:
■
■
■
El sitio de acción de la IL-1 es el área preóptica
en el hipotálamo anterior, que contiene grupos
de neuronas termosensibles localizados dentro
de la pared rostral del tercer ventrículo. Este
sitio se conoce como organum vasculosum
laminae terminalis (OVLT) y es considerado
una interfaz entre la circulación y el cerebro.
La IL-1 entra en el espacio perivascular del
OVLT a través de capilares fenestrados y estimula la producción de prostaglandina E2
(PGE2) en el área preóptica del hipotálamo
anterior para causar fiebre.
El OVLT no es el principal puerto de entrada
de los pirógenos. Se ha demostrado que, en
las células endoteliales y perivasculares de la
barrera hematoencefálica, citoquinas pirógenas cambian a PGE2. Estas células representan una estructura denominada sistema de
órganos circunventriculares, constituida por
un pequeño grupo de neuronas adyacente a
la barrera hematoencefálica y sirve como un
canal de comunicación entre la sangre y las
neuronas del hipotálamo.
Cuando las citoquinas pirógenas circulantes
son detectadas por los órganos circunventriculares, inducen la formación de PGE2.
El resultado final de estos mecanismos complejos es un aumento de la concentración
de PGE2 a nivel hipotalámico, que desplaza
hacia arriba el punto de ajuste del termostato generando fiebre. En respuesta a esto,
fibras simpáticas eferentes, que inervan especialmente vasos sanguíneos periféricos y
músculos, inician el proceso de conservación
del calor con vasoconstricción y producción
de calor con contracciones musculares (escalofríos). El incremento de la temperatura
28 ■ Precop SCP
■
■
■
resultante continúa hasta que la temperatura del cuerpo se aproxima a la temperatura del punto de ajuste elevado a nivel
hipotalámico.
El punto de ajuste planteado se restablece de
nuevo a lo normal si las concentraciones de
PGE2 caen o si se administran antipiréticos
que bloquean la síntesis de prostaglandinas.
Se ha encontrado que la PGE2 ejerce una
retroalimentación negativa sobre la liberación de IL-1, lo que tiende a interrumpir los
mecanismos que iniciaron la fiebre. Además,
la vasopresina, considerada un criógeno endógeno, actúa en el SNC para reducir los
pirógenos.
La normalización de la temperatura se inicia con
vasodilatación y sudor a través del aumento controlado del flujo sanguíneo a la piel.
Medición de la temperatura
corporal en niños
La medición de la temperatura corporal desde
los inicios de la medicina ha sido objeto de
estudio de los clínicos.
Inicialmente, la medición de la temperatura
corporal se fundamentaba en el uso de la mano
para determinar diferencias en la temperatura de
la piel. Uno de los primeros intentos realizados
para cuantificar la temperatura se llevó a cabo
en el siglo I a. C. al inventar un termoscopio
que no tuvo aplicación clínica. Fue hasta 1864
cuando Carl Reinhold August Wunderlich
popularizó el uso del termómetro, demostrando
que la fiebre no era una enfermedad, sino un
síntoma, y estableció los límites normales de
temperatura corporal.
La localización anatómica para una adecuada
medición de la temperatura es variable, siendo
más exacta en sitios anatómicos profundos,
como la arteria pulmonar, el esófago y la nasofaringe, pero con la desventaja de tener un difícil
acceso. Los sitios anatómicos periféricos son los
más utilizados por su fácil acceso, seguridad y
comodidad para el niño.
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La axila es uno de los lugares más usados para
la medición de la temperatura. La temperatura
axilar es poco sensible y a menudo inexacta e
imprecisa. El enfriamiento de la piel, la sudoración y la evaporación son los factores que afectan
la precisión. La temperatura oral es cómoda y
segura para niños mayores de cinco años, suele
ser más precisa que la axilar, pero puede verse
afectada por los líquidos consumidos y la evaporación al respirar por la boca. La temperatura
rectal ha sido considerada como el estándar de
oro para la medición indirecta, porque no hay
factores externos que modifiquen la medición,
aunque es incómoda para los niños.
En la actualidad, la medición de la temperatura en la membrana timpánica, con el uso de
termómetro infrarrojo, ha cobrado importancia
por su rapidez. La temperatura a nivel timpánico
es cercana a la temperatura corporal central
debido a que el suministro de sangre es similar
al del hipotálamo. Sin embargo, esta medición
tiene limitantes técnicas que ponen en duda su
exactitud; entre estas, se encuentra la dificultad
para apuntar el termómetro en la membrana
timpánica, la impactación de cerumen u otitis
media y cuando el médico lucha con una adecuada colocación del termómetro en lactantes
menores de dos meses de edad.
Recomendaciones para la medición de la
temperatura:
■
■
■
La vía oral y la rectal no deberían emplearse
de manera rutinaria para medir la temperatura
corporal en niños de 0-5 años de edad.
En los niños menores de 4 semanas de vida,
la temperatura corporal se debe medir con un
termómetro digital en la axila. (Evidencia III;
recomendación B).
En niños de 4 semanas a 5 años de edad, la temperatura corporal debe medirse con termómetro
digital en axila o termómetro infrarrojo timpánico.
Tratamiento no farmacológico
de la fiebre
Teniendo en cuenta que la fiebre induce una
mayor demanda metabólica en el niño, el tratamiento no solo se basa en la administración
de antipiréticos, también es importante una
adecuada nutrición e hidratación durante la
fase febril.
El uso de medios físicos antitérmicos, como
el baño con agua tibia o el uso de una esponja, proporcionan una leve disminución de la
temperatura corporal y suele acompañarse de
malestar y escalofríos. La eficacia de los medios
físicos para tratar la fiebre no es clara y no parece
ofrecer ventajas comparada con los fármacos
antipiréticos.
Está contraindicado el uso de agua fría o
alcohol, ya que produce vasoconstricción, en
lugar de la vasodilatación que se necesita para
disipar el calor, y el alcohol poder ser absorbido
por la piel y generar toxicidad.
Tratamiento farmacológico
de la fiebre
El consumo de antipiréticos es amplio en la
población pediátrica y con frecuencia son automedicados por los padres, por lo que es esencial
realizar un uso racional de estos medicamentos.
Dentro de los antipiréticos de uso frecuente
en pediatría, la actividad varía de uno a otro,
sobre todo en el tiempo de disminución de la
fiebre, vida media y efectos secundarios.
Clasificación de los analgésicos antipiréticos y
antiinflamatorios no esteroides
Manejo de la fiebre
Salicilatos (ácido acetilsalicílico): producen inhibición irreversible de la ciclooxigenasa plaquetaria
por medio de la acetilación.
El objetivo principal del tratamiento del niño
febril es mejorar el confort.
Pirazolonas (dipirona): son inhibidores competitivos de la ciclooxigenasa. Tienen acciones
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Fiebre Actualización en el uso de antipiréticos
antiinflamatorias superiores, pero con mayor
incidencia de trastornos hematológicos, como
la agranulocitosis.
Paraaminofenol (acetaminofén): es predominantemente antipirético. Aparentemente
inhibe selectivamente la ciclooxigenasa en el
área preóptica hipotalámica.
Derivados del ácido propiónico (ibuprofeno):
acción similar a los salicilatos.
Mecanismo de acción de los antipiréticos
Los antipiréticos actúan a nivel central reduciendo el punto de ajuste del centro regulador
hipotalámico mediante la inhibición de la
ciclooxigenasa (COX), la enzima responsable
de la conversión del ácido araquidónico en
prostaglandinas y leucotrienos.
3. Tener baja tasa de efectos secundarios con dosis
terapéuticas y baja toxicidad cuando se toma en
sobredosis.
4. Baja incidencia de interacción con otros medicamentos y rara vez contraindicación en pediatría.
5. Seguro y rentable.
Indicaciones para el uso de antipiréticos
Es importante reconocer que la principal indicación para la prescripción de un antipirético
no es reducir la temperatura del cuerpo, sino
aliviar el malestar del niño y, por lo tanto, la
ansiedad de los padres. Existe poca evidencia
que sustente que la reducción de la temperatura
del cuerpo sea beneficiosa.
Se recomienda el uso de antipiréticos en
los niños cuando la temperatura es superior
a 38,5ºC.
Esta reducción conduce a una serie de
respuestas fisiológicas, incluyendo la disminución de la producción de calor, aumento
del flujo sanguíneo a la piel y la consecuente
pérdida de calor por radiación, convección y
evaporación.
Medicamentos antipiréticos
La mayoría de los antipiréticos inhiben los
efectos de las prostaglandinas sobre los receptores del dolor. Parece ser que los antipiréticos
tienen otros resultados clínicos, incluyendo
la analgesia, mejoran las molestias asociadas
con fiebre y enfermedad produciendo un
mayor confort en el niño y las mejoras que
se acompañan (menos irritabilidad, mejor
alimentación, mejoría de la condición clínica
del niño). El efecto del acetaminofén, y el ibuprofeno, puede ser más como analgesia, ya que
se carece de investigación para determinar si
la normalización de la temperatura realmente
alivia el malestar.
Acetaminofén
Características de un antipirético ideal
1. Dar resultado rápido y eficaz para reducir la fiebre por lo menos 1ºC.
2. Está disponible en forma líquida y supositorios.
30 ■ Precop SCP
El acetaminofén y el ibuprofeno son los
medicamentos antipiréticos recomendados
en niños y solo cuando la fiebre se asocia a
disconfort.
El acetaminofén es el antipirético más utilizado
en pediatría. Es un metabolito activo de la acetanilida y fenacetina. Es un compuesto de origen
sintético derivado del p-aminofenol.
El mecanismo de acción es aún desconocido,
pero el efecto antipirético parece deberse a su
capacidad para disminuir la síntesis cerebral
de prostaglandinas, con un menor efecto inhibitorio a nivel periférico, por lo que no posee
propiedades antiinflamatorias.
La absorción es rápida y casi total en el tracto
gastrointestinal; su distribución es uniforme
en todos los líquidos corporales. Se une a las
proteínas plasmáticas entre el 20-50%; su vida
media es de 1-4 horas.
Alexander Barrios Sanjuanelo
Se metaboliza en el hígado, el 60% con
ácido glucorónico, el 35% con ácido sulfúrico
y el 6% con cisteína. Los niños poseen menor
capacidad para la glucoronoconjugación. Una
pequeña proporción sufre N-hidroxilación
por el citocromo P450 y forma un metabolito
intermedio altamente reactivo, pero su efecto
es controlado al reaccionar con el glutatión. La
eliminación es renal en un 90%.
La dosis de acetaminofén recomendada
es 10-15 mg/kg/dosis cada 4 a 6 horas. En el
recién nacido, se aconseja una dosis a intervalos
de 8-12 horas, por el aclaramiento lento del
medicamento en este grupo etario. El efecto
antipirético inicia 30 a 60 minutos posterior a
la administración y alcanza un nivel máximo
en plasma a los 30 minutos.
Se han sugerido regímenes alternativos de
dosificación de acetaminofén con dosis de carga
inicial por vía oral de 30 mg/kg/dosis, pero no
existen pruebas que avalen que estos regímenes
mejoren la eficacia antipirética.
Los efectos secundarios del acetaminofén son
raros y muy leves cuando se administra en dosis
adecuadas, por eso es seguro su uso en niños.
Los más frecuentes son el vómito y el dolor
abdominal, es raro que se produzcan reacciones
de hipersensibilidad. Es fundamental reconocer
que el acetaminofén no causa sangrado gastrointestinal, nefropatía por analgésicos o coagulopatía.
La hepatotoxicidad es el efecto adverso más
frecuente y suele presentarse con la administración de múltiples dosis supraterapéuticas,
mayores a 15 mg/kg/dosis o que sobrepasen
los 90 mg/kg/día. Se incrementa el riesgo de
hepatotoxicidad con isoniacida, rifampicina y
fármacos antiepilépticos. Se aumenta la absorción
con metoclopramida y domperidona.
Está contraindicado en insuficiencia hepática y en pacientes que poseen una limitación
genética para metabolizar la fenacetina o su
metabolito, el paracetamol.
Acetaminofén endovenoso
La Food and Drug Administration (FDA)
aprobó recientemente en los Estados Unidos
la preparación intravenosa del acetaminofén
para el tratamiento de la fiebre y el dolor
agudo moderado. La presentación para
administración endovenosa está aprobada
para su uso en todas las edades en muchos
países, pero en los Estados Unidos no está
aprobado su uso en niños menores de dos
años de edad.
Diferencias entre la administración oral y endovenosa
Existen diferencias entre la administración oral
y endovenosa.
La administración oral produce un pico
máximo en una hora posterior a la administración, con la particularidad de continuar
subiendo durante horas después de una
dosis alta. En contraste, la administración
endovenosa produce un pico inmediato, pero
la concentración disminuye rápidamente.
La mayor concentración pico luego de la
administración endovenosa puede implicar
mayor toxicidad.
La absorción gastrointestinal del acetaminofén se hace por circulación esplácnica,
produciendo alta concentración hepática de
este. El metabolismo hepático del acetaminofén produce un metabolito tóxico llamado
n-acetil-p-benzoquinamina, pudiendo este
ser mayor cuando la administración es por
vía oral. Particularmente, la administración
endovenosa obtiene concentraciones en suero
más altas, pero la exposición hepática puede
ser menor porque evita el metabolismo de
primer paso.
En modelos de investigación, se ha demostrado que la infusión endovenosa produce una
concentración pico de acetaminofén en el hígado
un 50% menor que la concentración producida
con la administración vía oral.
CCAP  Volumen 11 Número 4 ■
31
Fiebre Actualización en el uso de antipiréticos
Ibuprofeno
demuestran que puede ser seguro su empleo en
pacientes con antecedente de asma.
El ibuprofeno, derivado del ácido propiónico,
se convirtió en el único medicamento antiinflamatorio no esteroide (AINE) aprobado como
antipirético en los Estados Unidos desde 1984 y
en el Reino Unido desde 1990. El uso de ibuprofeno para manejar la fiebre ha ido en aumento,
ya que parece tener un efecto más favorable en
el descenso de la temperatura corporal.
Es un inhibidor de la ciclooxigenasa no selectivo, inhibe la adherencia y agregación de neutrófilos. A dosis altas disminuye la producción de
citoquinas y la liberación de enzimas lisosomales.
Otros antipiréticos
Dipirona
La dipirona es un derivado de la pirazolona
que tiene un alto índice de toxicidad, particularmente agranulocitosis, lo que llevó a su
retirada del mercado de los Estados Unidos
en 1977. Todavía se usa en muchas partes del
mundo (dosis: 15 mg/kg). Este medicamento
no se recomienda para su uso en niños.
Este fármaco se absorbe bien en el tracto
gastrointestinal, alcanzando una concentración
máxima en una hora; el 98% se une a las proteínas del plasma. Se metaboliza en el hígado
por hidroxilación y conjugación, siendo luego
eliminado por vía renal.
Combinación de antipiréticos
Sus efectos analgésicos y antiinflamatorios
otorgan ventajas terapéuticas en comparación
con el acetaminofén.
En una encuesta, el 67% de los padres respondió que alternaba antipiréticos y el 50% de
los pediatras avalaron tal práctica. Sin embargo,
no hay pruebas concluyentes que indiquen que
alternar antipiréticos es seguro o más eficaz
que la monoterapia.
La dosis recomendada es de 5 a 10 mg/
kg/d. Esta dosis es aceptable, eficaz y segura,
cuando se usa durante un tiempo limitado
como antipirético en niños mayores de seis
meses de edad, a pesar de las preocupaciones
teóricas sobre la nefritis intersticial.
Se contraindica su uso en pacientes con
insuficiencia renal, trastornos de la coagulación
y úlceras gastroduodenales. Estudios recientes
En los últimos años, se ha convertido en una
práctica común combinar el acetaminofén y el
ibuprofeno para tratar a los niños con fiebre en
el hospital y en casa.
Alternar antipiréticos tiene mayor riesgo de
toxicidad. Específicamente, el ibuprofeno inhibe
la producción de glutatión, que, en presencia
de concentraciones crecientes de acetaminofén,
puede conducir a toxicidad hepática o renal,
especialmente en un niño febril que tiene
hipovolemia.
Tabla 1. Farmacodinamia de los antipiréticos
Dosis
Intervalo de las dosis
Pico concentración plasmática
Tiempo máximo para reducción de la temperatura
Duración de la acción
Fuente: Avner JR. Acute fever. Pediatr Rev 2009;30(1):5-13.
32 ■ Precop SCP
Acetaminofén
Ibuprofeno
10-15 mg/kg
5-10 mg/kg
4-6 horas
6-8 horas
30 minutos
60 minutos
2 horas
3 horas
4-6 horas
4-8 horas
Alexander Barrios Sanjuanelo
En conclusión, se debe reforzar la monoterapia para el manejo de la fiebre, con el antipirético
correcto, con dosis e intervalos de dosificación
adecuados para cada niño.
Puntos clave para disminuir la fiebrefobia
Acetaminofén versus ibuprofeno
■
Estudios en los que se comparó la eficacia
del ibuprofeno y del acetaminofén han dado
resultados variables, el consenso es que ambos
fármacos son más efectivos que el placebo en
la reducción de la fiebre y que el ibuprofeno es
al menos tan eficaz como el acetaminofén en la
reducción de la temperatura corporal.
■
El ibuprofeno no ha demostrado ser superior al acetaminofén en el control de la fiebre,
excepto en una duración más larga del efecto
antipirético (6-8 horas comparado con 4-6
horas del acetaminofén). La seguridad del
ibuprofeno y del acetaminofén es generalmente
comparable, pero la gastritis es más común
con el ibuprofeno.
■
■
■
■
■
Los pediatras deben contrarrestar la fiebrefobia al
enfatizar que la mayoría de la fiebre no es dañina y
que el uso excesivo de antipiréticos puede causar
daño a órganos.
Los antipiréticos no deben ser prescritos como
medida preventiva durante la vacunación, se ha
demostrado que puede disminuir la respuesta de
anticuerpos a varias vacunas comunes. Deben ser
usados cuando aparezca fiebre posvacunación.
Los antipiréticos no tienen ningún papel en la
prevención de las crisis febriles.
La alternancia de antipiréticos no tiene ningún
beneficio clínicamente significativo, y aumenta
la posibilidad de errores de dosificación.
Con excepción de la hipertermia, la gravedad de
la enfermedad no tiene correlación con el grado
de fiebre.
El tratamiento de la fiebre no mejora el curso de
la enfermedad.
La fiebre solo debe ser tratada con el fin de mejorar la comodidad del niño, en vez de hacer “normalizar” la temperatura.
Lecturas recomendadas
1. El-Radhi AS, Carroll J, Klein N, editors. Clinical Manual of
Fever in Children. Springer-Verlag Berlin Heidelberg; 2009.
2. Mackowiak PA, Wasserman SS, Levine MM. A critical
appraisal of 98.6 degrees F, the upper limit of the normal
body temperature, and other legacies of Carl Reinhold August
Wunderlich. JAMA 1992;268(12):1578-80.
3. Avner JR. Acute fever. Pediatr Rev 2009;30(1):5-13.
4. Craig JV, Lancaster GA, Williamson PR, Smyth RL.
Temperature measured at the axilla compared with rectum
in children and young people: systematic review. BMJ
2000;320(7243):1174-8.
5. Dew PL. Is tympanic membrane thermometry the best
method for recording temperature in children? J Child Health
Care 2006;10(2):96-110.
6.
Feverish illness in children: assessment and initial management
in children younger than 5 years. NICE Clinical guideline 47.
2007. Available at: <www.nice.org.uk/CG047>.
8. Tréluyer JM, Tonnelier S, d’Athis P, Leclerc B, Jolivet-Landreau
I, Pons G. Antipyretic efficacy of an initial 30-mg/kg loading
dose of acetaminophen versus a 15-mg/kg maintenance dose.
Pediatrics 2001;108(4).E73. Available at: <www.pediatrics.
org/cgi/content/ full/108/4/e73>.
9. Ofirmev (acetaminophen) injection [product label]. San
Diego, CA: Cadence Pharmaceuticals, Inc.; 2010.
10.Dart RC, Rumack BH. Intravenous acetaminophen in
the United States: iatrogenic dosing errors. Pediatrics
2012;129(2):349-53.
11. Royal MA, Gosselin NH, Pan CC, et al. Route of administration
significantly impacts hepatic acetaminophen exposure:
a simulation based on a first pass model. In: Proceedings
from the American Society of Clinical Pharmacology and
Therapeutics. Dallas, TX; 2011, Poster Pii-73.
12. Sherman JM, Sood SK. Current challenges in the diagnosis and
management of fever. Curr Opin Pediatr 2012;24(3):400-6.
7. Section on Clinical Pharmacology and Therapeutics;
Committee on Drugs, Sullivan JE, Farrar HC. Fever and
antipyretic use in children. Pediatrics 2011;127(3):580-7.
CCAP  Volumen 11 Número 4 ■
33
examen consultado
Fiebre Actualización en el uso de antipiréticos
21. La fiebre se define
como un aumento de
la temperatura corporal
en el centro regulador
hipotalámico mediado por:
A. factor de necrosis tumoral
22. Las siguientes son
recomendaciones para la
medición de la temperatura
en niños, excepto:
A. en los niños menores de 4 semanas
de vida, la temperatura corporal
se debe medir con un termómetro
digital en la axila
B. interleuquina 1
C.exotoxinas
D. células T
B. niños de 4 semanas a 5 años de
edad, la temperatura corporal debe
medirse con termómetro digital
en axila o termómetro infrarrojo
timpánico
C. la vía oral y la rectal deben utilizarse
para medir la temperatura corporal
en niños de 0 a 5 años de edad
D. todas las anteriores
23. Son indicaciones para
el uso de antipiréticos en
niños, excepto:
A. reducir la temperatura corporal
B. temperatura > 38,5ºC
C. aliviar el malestar del niño y por lo
tanto la ansiedad de los padres
D. fiebre asociada a disconfort
34 ■ Precop SCP
examen consultado
Alexander Barrios Sanjuanelo
24. Son factores que
incrementan el riesgo de
hepatotoxicidad al usar
acetaminofén, excepto:
A. no sobrepasar dosis de 90mg/kg/día
B. dosis supra-terapéuticas
C. asociaciones con fármacos antiepilépticos
D. dosis mayores 15mg/kg/dosis
25. No es una conducta
apropiada para el manejo
de la fiebre y favorece el
incremento de la fiebre fobia:
A. la alternancia de antipiréticos no
tiene ningún beneficio clínicamente
significativo y aumenta la posibilidad
de errores de dosificación
B. la alternancia de antipiréticos tiene
beneficios clínicamente significativos
C. los antipiréticos previenen las crisis
febriles.
D. antipiréticos no debe ser prescritos
como medida preventiva durante la
vacunación.
CCAP  Volumen 11 Número 4 ■
35

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