Inmolación

Transcripción

Inmolación
Inmolación Immolation
2004
proyección vídeo
vídeo (España 2004; Mini DV; PAL; 5:4; color; sonido; 53’43’’)
Javier Núñez Gasco, con el torso desnudo y portando una cartuchera de cuero llena de
botellas de cerveza, entra en el almacén de bebidas de una discoteca, decidido a
inmolarse con alcohol. Consumiendo botella tras botella, se propone lograr,
conscientemente y frente a una cámara, un estado de absoluta ebriedad. Su
determinación es inquebrantable: ni la devastación de su propio cuerpo (que inicia un
proceso de rechazo físico a la sustancia tan ávidamente ingerida y le obliga a vomitar
compulsivamente lo que ha consumido), ni la torpeza de su mente (perdida en desvaríos
psicológicos ciclotímicos), consiguen desviarlo de su propósito inicial. Esta dramática
acción nos conduce inevitablemente a reconocer la analogía con la antecámara de un
supuesto acto terrorista: el espacio del almacén se transforma en un pañol de
armamento y el artista en un aspirante a mártir. Todo este proceso, mostrado en tiempo
real sin cortes, es puntuado por los diferentes ambientes sonoros (músicas y murmullos)
del espacio adyacente de la discoteca, dejando adivinar que mientras transcurre esta
acción de profunda soledad e intimidad hay un mundo fuera disfrutando su noche de fiesta.
Inmolación Immolation (2004)
proyección vídeo, vídeo (España 2004; Mini DV; PAL; 5:4; color; sonido; 53’43’’) (fotogramas de vídeo)
Inmolación Immolation
2004
Inmolación Immolation
2004
proyección vídeo
vídeo (España 2004; Mini DV; PAL; 5:4; color; sonido; 53’43’’)
edición de 5 + 2 p.a.
Javier Núñez Gasco – con el torso desnudo y cargando una cartuchera de cuero
llena de botellas de cerveza – entra en el almacén de bebidas de una discoteca,
determinado a inmolarse con alcohol. Consumiendo botella tras botella, este se
propone lograr, conscientemente y frente a una cámara, un estado de absoluta
ebriedad. Su determinación es invariable: ni la demencia de su propio cuerpo (que
inicia un proceso de rechazo físico a la sustancia tan ávidamente ingerida obligándole a vomitar compulsivamente lo que ha consumido), ni la torpeza de su
mente (perdida en desvaríos psicológicos ciclotímicos), consiguen desviarlo de su
propósito inicial. Somos inevitablemente llevados a reconocer en esa dramática
acción una analogía con la antecámara de un supuesto acto terrorista: el espacio
del almacén se transforma en un pañol de armamento y el artista en un candidato a mártir. Todo este proceso, mostrado en tiempo real sin cortes, es puntuado
por los diferentes ambientes sonoros (músicas y murmullos) del espacio adyacente de la discoteca, dejando adivinar que mientras transcurre esta acción de
profunda soledad e intimidad hay un mundo fuera disfrutando su noche de fiesta.

Documentos relacionados