HEMINGWAY, Ernest (1940). Por quién doblan las campanas.
Transcripción
HEMINGWAY, Ernest (1940). Por quién doblan las campanas.
HEMINGWAY, Ernest (1940). Por quién doblan las campanas. La acción se desarrolla en la sierra de Gredos durante la guerra civil. Robert Jordan, un profesor universitario norteamericano voluntario por la República, se infiltra tras las filas enemigas con la misión de volar un puente. Allí se pone en contacto con Pablo, jefe de un grupo de guerrilleros y conoce a María, de quien se enamora. María perdió a sus padres, asesinados por los fascistas y fue repetidamente violada por éstos. Cuando consiguen volar el puente y huyen de los fascistas, Jordan tiene un accidente y su caballo cae sobre él destrozándole la pierna izquierda. Jordan comprende que ya nunca volverá a Madrid con María. Restregando las manos contra las agujas de pino, Jordan acomoda su fusil automático esperando dominar el desmayo hasta que el oficial enemigo se acerque hasta donde no podrá errar el tiro. Roberto Jordán deseó haber visto la lucha en la meseta, más allá de Guadalajara, cuando derrotaron completamente a los italianos. Pero en aquella época él se encontraba en Extremadura. Hans se lo había contado una noche en el Gaylord, haciéndoselo ver todo con la mayor claridad, de esto hacía dos semanas. Hubo un momento en que todo estaba perdido, cuando los italianos rompieron las líneas cerca de Trijueque y cuando la brigada doce habría sido copada si le hubiesen cortado el camino de Torija a Brihuega. «Pero sabiendo que eran italianos — le dijo Hans —, hicimos una maniobra que hubiera resultado imposible de realizar con cualquier otra clase de tropas. ¡Y tuvo éxito! » Hans se lo había explicado bien con sus planos de batalla. Siempre los llevaba consigo y aún parecía maravillado y feliz por el éxito obtenido. Hans era un gran soldado y un buen compañero. Las tropas españolas de Listar, del Campesino y de Modesto habían peleado bravamente en esa batalla, honrando a sus jefes y a la disciplina que éstos habían logrado implantar. Pero muchas de las maniobras que realizaran Lister, Modesto y El Campesino les habían sido indicadas por los asesores militares rusos; resultaban como cadetes de aviación manejando un avión de doble control, que el instructor podía tomar a su cargo en cuanto cometieran el menor error. Este año podrían poner en evidencia lo mucho y lo bueno que habían aprendido. Dentro de poco no habría controles dobles y los veríamos manejando divisiones y cuerpos de ejército, completamente solos. Eran comunistas y partidarios de la disciplina. La disciplina, tal como ellos la implantaban, haría de las tropas soldados excelentes. Lister era criminal en lo que se refería a disciplina. Era un verdadero fanático y su desprecio por la vida era realmente español. En muy pocos ejércitos, desde la primera invasión de Occidente por los tártaros, se habían ejecutado sumariamente a los hombres por motivos tan insignificantes, como bajo su mando. Pero sabía convertir una división en una unidad eficiente de combate. «Una cosa es mantenerse en una posición dada; otra muy diferente es atacar las posiciones y tomarlas, y otra más diferente aún es hacer maniobrar un ejército en el campo de batalla — pensaba Roberto Jordán, sentado a la mesa —. Por lo que le he visto hacer, me gustaría enterarme de cómo se comporta Lister una vez desaparecido el doble control. Pero es posible que no desaparezcan; por lo contrario, puede que sean fortalecidos. Me gustaría conocer la posición exacta de los rusos en todo este asunto. Y para ello, ningún lugar como el Gaylord. Hay muchas cosas que necesito saber, para lo cual no tengo más remedio que ir al Gaylord.» Hubo una época en que creyó que el ambiente del Gaylord le hacía daño. Era todo lo contrario al comunismo religioso y puritano que se practicaba en Velázquez 63, el palacio madrileño que fuera convertido en el cuartel general de la Brigada Internacional. En Velázquez 63 se tenía la impresión de estar en una orden religiosa, y la sensación producida en el Gaylord era diametralmente opuesta a la que se recibía en el cuartel general del quinto regimiento, antes de que se disolviera, distribuyéndose entre las brigadas del nuevo ejército. Fuente: http://www.historiacontemporanea.com/pages/bloque6/guerra-civil-en-espaaa-19361939/fuentes_literarias/por-quien-doblan-las-campanas Última versión: 2016-12-23 04:19 - 1 dee 1 -