Scherzo. Núm. 4
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Scherzo. Núm. 4
los dos mil años de una voz TERESA BERGANZA homenaje EVGUENI MRAWINSKY dosier MUSlqA ANTIGUA V EN( lY PERAHIA los conciertos ara piano de Mozart J mmws Ayuntamiento de Madrid Concejalía de Cultura HDBOCLECTÍWCAESPAÑOLA Año: I no 4 - MAYO 1986 - 35Ü pías. Edita SCHERZO EDITORIAL S.A. C/ Marques de Mondejar, II - 5« C 28028- MADRID Tno: (91) 246 76 22 Presidente Gerardo Queipo de Llano Director Amonio Moral Subdirectores Javier Alfaya Domingo del Campo Consejo de Dirección Manuel García Franco Sanliago Martín Bermudez Agustín Muñoz Jiménez Enrique Pérez Adrián Colaboradores Miguel Alonso, Roberto Andiade Malde, Ramón Andrés, Cristina Argenta, Joan Arnau, Julio Bravo, Xoan M. Carreira, Diño Carrera, Tomás Garrido, Manuel Gomis Gavilán, Nikolaus Harnoncourt, Sabas de Hoces, José lges, Juan F. Martin de Aguilera, Enrique Martínez Miura, Ángel F. Mayo, Giampaolo Melé, Emilio Moreno, Wolfgang Amadeus Mozart. Alfredo OrOECO, Papageno, Fernando Peregrin, José Luis Pérez de Arteaga, Arturo Reverter, Eduardo Rincón, José Luis Tellez, Ebbe Traberg, Francisco J. Villalba. Distribución Emilio Rubio Redacción, administración, publicidad y distribución Marqués de Mondejar, II - S^'c 28028 MADRID Telf. (91) 246 76 22 Diseño Salvador Alarcó Portada Murray Perahia - Foto CBS Producción gráfica QUEJMADA G.E.M.. S.L. C/ Montera, 32 - 5° Oficina 8" 28013 Madrid. Telf. 231 96 58 Depósito legal M-11822-1985 SCHERZO et una publicación de carácter plural y no pertenece ni ssií advrita i ningún organismo pñhiico ni prnado l a dirección respela la libcriíd de eupreiion de <IB colaboradores 1 m leilos firmados son de ]a esclusna responsabilidad de los firmantes, no siendo por tamo opinión oficul de la revista. SUMARIO OPINIÓN ACTUALIDAD BOTÓN DE MUESTRA: Zubin Mehta, Arturo Reverter ESTRENOS: Bach y Los Corales Neumeister, Domingo del Campo EN PORTADA: Murray Perahia: Un poeta del piano, Arturo Reverter ENTREVISTA: Teresa Berganza: Los dos mil años de una voz, Antonio Moral, Arturo Reverter y Agustín Muñoz Discografía: Treinta años de grabaciones, Roberto Andrade ALTA FIDELIDAD: Los órdenes de prelación, Alfredo Orozco DISCOS Y LIBROS LA GUIA DE SCHERZO DOSIER: La antigüedad y su fascinación —¿Música antigua? Ramón Andrés —El problema de la música antigua, Emilio Moreno —Obra y arreglo. El cometido de los instrumentos, Nikolaus Harnoneourt —La musicología medieval, Giampaolo Melé —Entrevista con Sigiswald Kuijken, Emilio Moreno —El barroco español, Enrique Martínez Miura . . . . HOMENAJE: Evgueny Mravinsky: El poso de lósanos, Arturo Reverter DISCOGRAFÍA: La Walkiria, Ángel F. Mayo . . . . JAZZ: V Festival de Jazz del San Juan Evangelista, Sabas de Hoces Episodios, Ebbe Traberg FOLKLORE: Los Mayos, Cristina Argenta MÚSICA CONTEMPORÁNEA ESPAÑOLA: Opiniones sobre la música española contemporánea, José lges NOTICIAS 4 6 '& 20 22 25 32 34 35 46 51 52 53 56 62 64 67 68 72 76 77 78 80 82 Scherzo 3 - ! ! • ; : - - • . OPINIÓN MÚSICA EN LA TELE Los datos están a la vista y nadie puede negarlos: los programas de música «seria» de nuestra Televisión, en cualquiera de las dos antenas, son los menos seguidos por el público televidente. El hecho era conocido pero no por eso es menos desalentador. Si uno piensa, por ejemplo, en que en un país como Inglaterra, el segundo canal de la BBC transmite todos los días durante la temporada de los Proms cada uno de los conciertos que forman esta famosísima serie, le entran ciertas ganas de echarse a llorar, sobre todo si se piensa que esos programas británicos se hacen en directo y en las horas de mayor audiencia. Sin duda la culpa, en este caso, no es de la política de programación de la TVE sino de lo de siempre: el bajísimo nivel cultural musical del país. Ese es otro hecho al que nos hemos referido una y otra vez desde estas páginas. Y al que nos seguiremos refiriendo, por cierto. Desde luego sigue habiendo casos lamentables, como el reciente de la no retransmisión del Concierto de la Orquesta Juvenil de la Comunidad Europea dirigida por Jesús López Cobos con la colaboración de dos artistas tan eminentes como Alfredo Kraus y María Joao Pires, celebrado, por cierto, en Madrid. Pero el problema es otro. Consiste en que, como tantas cosas, la TVE no es utilizada debidamente como instrumento de difusión cultural. Lo cual no deja de ser al menos paradójico cuando la TVE es un 4 Scherzo organismo estatal. Porque la TVE debiera hacer algo más que sus mortecinos, soporíferos y superferolíticos programas culturales e ir hacia donde hay que ir si se quiere elevar el nivel intelectual del país: al trabajo de base, en profundidad, a la difusión real de la cultura. Y de esa perspectiva es de donde se podría hacer un trabajo serio con la música, como con otras disciplinas artísticas. El que se haga o no se haga depende, por supuesto, de muchas cosas. La primera estriba en algo extremadamente difícil como es la necesidad del cambio de mentalidad de nuestras autoridades políticas. Porque de lo que se trata es de tomar conciencia de una vez por todas de que la cultura no es un lujo ni un adorno, sino una necesidad y un instrumento. Tomar conciencia de ello en un país como el nuestro sería algo casi revolucionario. Querría decir que habría que abandonar de una vez los arcaicos hábitos de bambolla y retórica, de hinchazón y pedantería, y se aprendería a trabajar con humildad, con sencillez, con sentido de la realidad. De ahí, de ese cambio de mentalidad, se podría esperar que surgieran cosas nuevas e importantes. Entre ellas que un instrumento tan prodigioso fuera un instrumento de cambio cultural y no un escaparate permanente de las delicias del American Way of Life. /. A. OPINIÓN CARTAS r~UNA BROMA MUSICAL ~| Querida Nannerl; De nuevo estoy en España, pais que no pude visitar en vida, pero que ahora, desde los ilusionados fantasmas de mi cerebro, observo con pasión, asombro y cierta perturbación. No puedes hacerte idea del sentido musical de las gentes de esta tierra. Desde sus movimientos corporales, eso si ;ilgo exagerados, como los de mis italianos, hasta sus antiguas costumbres folklóricas, todo resulta vivo y cantarín. Sin embargo, es sorprendente cómo rechazan muchos la audición y disfrute, no ya de mi música, sino de lo que ahora llaman «Clásica» en general. Es un misterio que no acabo de comprender. ¿Por qué tantos huyen de sinfonías o cuartetos, de divertimentos o misas, óperas o cantatas, como almas que lleva el diablo? Estoy haciendo esfuer/os por averiguarlo y no sé si lo conseguiré. (iReciierdas nuestras largas jornadas al clave en casa, o aquellos viajes con papá por media Europa? La verdad es que, inconvenientes a parte, disfrutábamos un montón. Eso es lo que me gustaría transmitir a la gente: que con nuestra música, tocándola, oyéndola simplemente, se disfruta; que es uno de los grandes placeres de la vida, y que puede hacernos mejores. Aquí eso está reservado a unos pocos, y cuando lo pienso me sublevo. Dentro de unos días salgo para París donde celebran un festiva! con representación de mis óperas con libreto de Da Ponte. Antes de partir intentaré romper el misterio. España país musical, sin apenas afición musical. Espero que las cosas vayan bien por Salzburgo. W. A. M. Como laníos ojros, aunque no tantos como usledes previsiblemente desearían, saludé alborozado en su momento la aparición de la revista que usted dirige. Ya habia transcurrido casi un año desde que decidi dejar de adquirir la revista Ritmo (claramente decantada en los últimos tiempos hacia sectores profesionales y pedagógicos y no hacia el aficionado medio) y sólo me quedaba la revista Monsalval, admirable en muchos sentidos aunque, si bien la penuria económica que padece no me hace dudar de su independencia y objetividad, hay que reconocer que el producto final es claramente insuficiente. También existía la Revista Musical de Cataluña. El producto no hubiera sido desdeñable si no fuera por su inconfundible lufo catalanista, en su peor acepción. No, ni la situación musical catalana es equiparable a la europea ni el público catalán es el austríaco, ni el coro del Liceo es el del Covent Garden, ni la Orquesta de la Ciudad es la Filarmónica de Víena, no siendo tampoco Ros Marbá Claudio Abbado. Por otra parte en Madrid hace tiempo que dejaron de usar taparrabos y lam-tam. En fin, que sólo a un separatista confeso (y sordo) dejaría de caérsele la revista de las manos. Dejé de adquirirla al tercer número. Sirva este largo y quizá aburrido preámbulo para que usted comprenda que su revista no solamente me es necesaria, me es imprescindible. Sólo noto a fallar una mayor preponderancia de la esfera musical que me es más cara, la ópera (sigue fallando en España un émulo de revistas como la francesa Opera Internacional o como la inglesa Opera), pero aún así debo reconocer que la espero cada mes con ilusionada impaciencia. Todo marchaba, como ve, sobre ruedas cuando aparece ante mis ojos el editorial correspondiente al segundo número (Orquestas, ¿una crisis perpetua1.') y del que es autor J.A. (¿Javier Alfaya?). En él puede leerse lo siguiente: «El franquismo nunca se distinguió... digamos, quince años» Uno de los más grandes errores de los demagogos recalcitrantes antifranquistas es sin duda el olvidar que el sector de habitantes del país al que se dirigen ya estaba vivo y viviendo y hace, digamos quince años. La tentación de contestar punto por punto a esas injustas y parciales lineas es grande (aunque en ese caso no le habría remitido estas lineas a usled sino a su autor), pero al fin no voy a sucumbir ante la tentación de hacerlo. Sólo una nota para usted, al fin y al cabo máximo responsable de la linea de la revista y, por tamo, también de su tendencia editorial. Ignoro si el comentario que reseño se debe a la defensa de una subvención o no, pero me veo en la obligación de manifestarle que si si- guen manteniendo comentarios de esa índole y con esos modos, me veré obligado a prescindir de su revista. Me hago perfectamente cargo de que papá Estado es el único responsable de la iniciativa cultural, musical en esie caso, del país, ya que la iniciativa privada no tiene ningún aliciente (desgravad ones, etc.) para hacerlo y como ustedes saben muy bien, hacer música, aunque sea sólo dignamente, es caro, muy caro. Criiíquenle desde la estopa que consideran necesaria, pero siempre sin olvidar que su revista aborda y trata el género musical. Para defender posiciones pertenecientes al género rojo ya están sus compañeros de la información general confortablemente instalados en los medios de comunicación más significativos. Bien, señor director, paso ya a concluir ésta finalmente mamotrética carta esperando de todo corazón poder seguir adquiriendo su re vis la. Reciba un atento saludo. Eduardo Rodríguez López Barcelona, 27,3.86 Sr. J.A.: ¡Lástima que comience «Scherzo» soltando exabruptos! (NQ 2, pág. 4). Francamente, una publicación de arte que trate de ser fiel a su objetivo no debe de meterse a enjuiciador politico. Para eso se inventaron los historiadores y los rastreadores de ARCHIVOS, que es como hacen Historia los que la respetan. A la Dictadura, media España la ama y medio país la odia. Por tanto, si SCHERZO pretende ser para todos ¿no debería Vd. ahorrarse sus exabruptos de la página 4? Atentamente, Emilia Maree Han Madrid, 31.3.86 Estimados Sres.: Al leer en el n B 2 de la publicación el artículo de Elias Arizcuren acerca del fallecimiento de Pierre Fournier, a la tristeza del hecho en sí, se sumó el del conocimiento de la campaña que contra Cassadó se levanto en Estados Unidos. A este respecto me dirijo a Vds. para preguntarles si conocen bibliografía acerca de la vida y obra de Gaspar Cassadó, así como de su discografía (que no encuentro por ninguna parte). También, y si ello es posible, si existe edición en castellano del «Tratado teórico y práctico del violoncello», del promotor de la campaña a mi-Cassadó, Dirán Alexanian. Quedándoles muy agradecido por lo que puedan hacer y, felicitando a los responsables de la idea SCHERZO, cordialmente les saluda, José M* Escobar Caro Sevilla, Marzo 86 Scherzo 5 ACTUALIDAD GRAN TEATRE DEL LICEU Una imaginativa «Mujer sin sombra» y un »Don Giovanni» convencional La mayoría de los criterios interpretativos que han servido para realizar los montajes escénicos de «Die Frau ohne Schatten», al menos los más célebres, se basan en un concepto de ópera barroca que, sin duda, puede ser válido en tanto que el libreto de Hofmannsthal se inspira en textos diversos que van desde «Las mil y una noches» hasta las ideas de Novalís, pasando por los hermanos Grímm, Goethe, poetas orientales y leyendas chinas, en una heterogénea textura literaria llena de misterios y simbolismos, mezcla de cosas terrestres y sobrenaturales para las que sólo la magia es de utilidad a la hora de explicar !o que racionalmente no puede entenderse. Sin embargo, esta ópera no es asimilable a otras obras de filiación barroca compuestas por Richard Strauss, y más bien habría de considerarse como la única ópera romántica del tándem HofmannsthalStrauss. Irreal, fantasmagórica, apasionado canto a la maternidad, simbólicamente representada por la sombra de la mujer fértil, la pieza se desarrolla en tres planos de acción: el mundo terrestre, el universo de los espíritus y la altiva vivencia del Emperador. Hacer comprensible toda esta extraña, cerrada y misteriosa historia es un reto de gran exigencia escénica que el Liceu, en unas nuevas representaciones desde que en 1951 la programara por primera vez, ha resuelto con la producción, vestuario y decoraciones de Hanna Jordán, de la Hamburgische Staatsoper. Es una realización imaginativa, pretendidamente recargada de líneas, con una acumulación de efectos escénicos que casi obliga a una dirección de carácter barroco, en la que debe situarse la visión del regista Ulrich Wenk, al que también hay que elogiar por la atracliva manera, por la sugestión, en suma, con las que ha sabido jugar las bazas de lo esotérico. Se trata, sin duda, de un gran espectáculo. «Die Frau ohne Schatten» es una partitura bellísima, con orquestación suntuosa, armónicamente fascinante, magistral en su arquitectura musical, capaz de combinar las más apabullantes densidades sonoras con la transparencia de unos colores acústicos infinitamente cambiantes. Strauss, lírico, canta casi siempre, y lo hace con amplias melodías que no ignoran a Puccini o recuerdan a Mozart, en momentos determinados, sin que jamás decaiga el aliento pasional. Atento a estas características, Christof Prieck dirigió las representaciones liceístas con una gran tensión emotiva, con una linea sinfónica muy clara de matices y, en definitiva, con personalidad. En los cantantes resultó demasiado frágil la voz de la soprano Katryn Montgomery-Meissner para el papel de la Emperatriz, pero hubo en general un alto nivel de calidad en todo el reparto, con un Anthony Rafell que fue pura delicia de dicción, como lo fue de intensidad dramática lite TrekelBurkhardt. Die Frau tiline Schallen. Aiiu I. 2'-' Cuadril 6 Scherzo El cambio de cartel hizo subir al escenario liceísta al «Don Giovanni» mozartiano, interpretado por el barítono Renato Bruson. Vaya por delante, en el comentario a su actuación, el elogio a la gran línea de los recitativos, claros, musicales, sin que alcancen la diversidad de intenciones y los cambios de matiz que hacen mayormente atractivo al personaje. Esta igualdad de tono no es óbice para que reconozcamos en la versión de Bruson el hecho siempre premiable de cantar la vocalidad de «Don Giovanni» con nobleza, es decir, sin cargar las tintas oscuras de su voz y prestarla con carácter baritonal, que es el suyo. «Don Giovanni», ¿barítono o bajo? Cualquiera de los dos colores es válido porque en la época de Mozart las voces graves no estaban definidas como lo están hoy —se dice que el papel fue escrito para Luigi Bassi, que era un barítono atenorado—, pero a condición de que cada uno sea propiamente él. La interpretación de Bruson es un tanto intimista, quizás lejana del espectador, pero tiene clase. Particularmente no siento demasiado interés por las representaciones operísticas basadas en las individualidades; prefiero el nivel de conjunto con criterio unitario. Ni el del director de escena, nulo totalmente porque Vittorio Patane' hizo una regie rutinaria, ni el del director musical, con todo y que Gustav Khun tradujo con calidad ACTUALIDAD la obertura y demostró una excelente linea mozartiana, se impusieron como carácter de la interpretación, con lo que la función fue el triunfo personal de los que lo alcanzaron, como el tenor Gusta Winbergh, un «Don Ottavio» magistral, elegante y fácil en la resolución de las inmisericordes dificultades de sus arias. No tuvo ningún interés el «Leporello» de Stafford Dean porque su italiano es totalmente ininteligible, y tampoco gustó Veronika Hiñeses en una Donna Elvira que canta con agobios. La Ana de «Donna» Ana Pusar es muy bella por calidad de voz y buen estilo, en tanto, que Konstantin Sfiris resulta un impresionante Comendador por la voz grande. Completaron muy bien el reparto Angeles Peters y Enric Serra. Joan Arnau LICEU PRIMAVERA 86 Estreno de Edip i Jocasta de Josep Soler tendrá lugar el próximo día 22 de mayo, En el reparto, Enriqueta Tarrés, Jerzy Artysz, Enric Serra; en la dirección escénica, Ricard Salvat, con decorados y vestuario de Josep María Espada. La dirección musical correrá a cargo de Maximiano Valdés. El Edip i Jocasta de Soler está basado en el texto de Séneca y fue compuesta en 1972 bajo los auspicios de la Fundación March. El estreno de la ópera, en versión de concierto, fue realizado por Antoni Ros Marbá el 30 de octubre de Reciente aún el éxito de la Norma de Bellini cantada por la Sutherland con la cual terminaba la temporada operística oficial del Liceu de Barcelona, un acontecimiento a la vista de primera magnitud: el estreno mundial de una ópera del gran compositor cátala Josep Soler: Edip i Jocasta, que 1974 al frente de la Orquesta Ciutat de Barcelona, contando con la intervención de Man ha Modl, Jerzy Artysz y Enric Serra, con el Quartel Polifonic de Barcelona y el piano solista de Eulalia Solé. A retener una bella declaración de Soler en el programa del Liceu: «El creador es siempre un pionero, un descubridor: un arte auténtico jamás es comprendido por sus contemporáneos. El arte es aristocrático y cuando los aristócratas desaparezcan en su inevitable ocaso, el fenómeno artístico seguirá siendo el único aristócrata en un mundo que no le comprenderá: esta tensión es su único justificante: si no existe, no existe obra de arte auténtica». Se completa esta Primavera operística del Gran Teatro del Liceo con una nueva producción de Los Cuentos de Hojfmann con un atractivo reparto, encabezado por Kraus y Enedina Lloris. La dirección orquestal correrá nuevamente a cargo del director chileno Maximiano Valdés. La parte escénica estará en manos de Giuseppe de Tomasi. La Traviata, que será la ópera que cierre el ciclo, aparece, sobre el papel, como la más atractiva por su reparto: Alfredo Kraus (Alfredo), que cantará los días 22 y 25; Dennis O'Neill hará el mismo papel los días 16 y 19. Edita Gruverová será Violeta y Wolfgang Brendel y Leo Nucci completan el reparto. La dirección orquestal está encomendada a Friedrich Heider, mientras que la puesta en escena será obra de Joerg Kossdorff. El ciclo se inaugurará el próximo día 6 de mayo con una producción, procedente del Festival de los Dos Mundos, del Don Pasquale de Donizetti, con dirección escénica de Gian Cario Menotli, realizada por Pierluigi Samaritani. El reparto está encabezado por Giuseppe Taddei, Ruth Welting y Dalmau González. En el foso empuñará la batuta el joven director italiano Robeito Abbado. GHENA DIMITROVA cantará junto a Bruson y Burchulasde Abigaille en el Nabucco que inaugurará la próxima temporada de la Scala de Milán. La dirección musical correrá a cargo de Riccardo Muti. Scherzo 7 ACTUALIDAD TEATRO LÍRICO NACIONAL LA ZARZUELA EL BORIS DE RAIMONDI Por quinta vez en 20 años subía al escenario del Teatro de la Zarzuela Boris Godunov, de Mussorgski. La contemplación y escucha de esta ópera es siempre acontecimiento pues no en vano es una de las obras maestras del teatro dramático-musical. Las innovaciones del lenguaje creadas por el compositor pueden considerarse —lo fueron en su día y en parte lo son hoy— revolucionarias, tanto que la ópera tuvo problemas por falta de entendimiento, lo que llevó a Rimsky-Korsakov a realizar, «en beneficio de la obra», una revisión de la partitura que limara sus asperezas y puliera su superficie con objeto de que pudiera llegar de manera más fácil, «más occidental», al público. Esta versión es la que desde 1906 se presenta habitualmente, aunque con posterioridad se han practicado otras revisiones. Entre ellas la fundamental de Pavel Lamm, de 1928, que es la que utilizó en la década de los 70 David Lloyd-Jones para llevar a cabo la recuperación definitiva de los valores originales musicales de Mussorgski. Aun en la versión de Rimsky, menos directa y popular que la original de Mussorgski, una representación de Boris Godunov debe tener, porque la obra lo posee en grado sumo, un valor de autenticidad y un sabor local capaces de transmitir todo el profundo mensaje social, político y religioso de la partitura, que llega al espectador a través de un lenguaje realmente original y moderno, de una armonía llena de aristas y de un colorido orquestal y vocal oscuro, conciso y vigoroso, en el que la palabra, en su fonética y en su semántica,es empleada como elemento primordial de expresión musical. 8 Scherzo Si algún defecto tuvo el montaje del Teatro de la Zarzuela, representado los días 24, 26 y 30 de marzo y 2 y 4 de abril, fue precisamente el de la excesiva estilización y relativo enmascaramiento de aquellos valores fundamentales. Dejando a un lado la cuestión de la puesta en escena, que se trata aquí al lado, y que indudablemente tuvo importancia y personalidad dentro de su óptica «meridional», cabe decir que la realización musical alcanzó en determinados momentos un indudable nivel y que la batuta del búlgaro Emil Tchakarov logró una apreciable y estimable coordinación general. En tal sentido la representación discurrió por veredas tan correctas como poco inspiradas porque en casi ningún instante pudieron acceder a primer plano los agresivos acentos de la escritura. Falta en Tchakarov una asunción de la verdad profunda de la obra, desconoce el cálido mensaje que porta. Raimandi en Barii Por eso su dirección resultó desvaída —a pesar de ciertos brillos apoyados en el buen hacer general de la Orquesta Sinfónica Arbós—, ayuna de vigor, escasa de expresión. Se hubiera necesitado una mayor concentración, una más grande capacidad de contraste, un cuidado más evidente en la gradación de las distintas intensidades sonoras que otorgan un especial colorido a la música de Mussorgski. Y, curiosamente, la escena de la coronación no tuvo la deseada espectacularidad. Claro que hubiera sido difícil obtener un resultado mejor debido a la falta de confianza, a la inseguridad —en medida, en la afinación y en la pronunciación— del coro, «castigado» por Faggioni a arrastrarse continuamente envuelto en lujosos harapos. Muy bien Ruggero Raimondi, el Boris de esta ocasión, por lo que se refiere a presencia, a intencionalidad dramática, a cuadratura musical, incluso a prestación vocal. Su poderoso instrumento, potente y extenso, resonó con fuerza y aun con belleza en determinados instantes. Brilló sobre todo el ancho centro. En esta ocasión estuvieron menos patentes sus habituales defectos: debilidad de graves, irregular y en ocasiones nasal emisión, sonoridad desabrida y legato imperfecto. Y, sin embargo, su zar no es creíble porque tiene un fallo de raíz: el del idioma. Raimondi pronuncia bien el ruso, pero se nota que en él es algo impuesto, postizo, su canto no sale de dentro y por ello no consigue que se establezca la síntesis necesaria entre la palabra y la música. Las sonoridades peculiares de los fonemas eslavos, con ese característico apoyo en las resonancias consonanticas, no tuvieron el debido relieve en la por otra parte meritoria interpretación del bajo-cantante italiano. Faltó, en definitiva verdad, hondura dramática, vigor trágico (independientes del mero gesto de abrir mucho los brazos o de tirarse al suelo), esenciales a la figura del personaje mussorgskiano. Y, en cualquier caso, desde un punto de vista puramente visual hubo ciertos detalles incoherentes en su encarnación. Ejemplo: ¿Cómo es posible que un personaje atribulado, angustiado, moribundo, permanezca perfectamente peinado en su larga agonía? El resto del reparto se resintió, con independencia de su calidad individual, de una cierta falta de unidad estilística. Se Boris i i'l numie Pinten Afín H'. kstrna II notaba que sus integrantes pertenecían a las más diversas nacionalidades. A destacar la voz de auténtico bajo de Sergei Koptchak que hizo, de todas formas, un Pimen, demasiado rudo, alejado del ideal, y la potencia, incluso excesiva,de Vladimir Atlantov, que tiene un instrumento no bello pero contundente, dolado de metálicas vibraciones en los agudos. Su encarnación del falso Dimitri fue a todas luces criticable por la falta de lirismo y de linea de canto — la escritura de este personaje tiene a veces mucho de italiana—. Gris la Marina de Stefka Mineva, correcto pero sin identificarse con su personaje Günter Von Kannen, Varlaam. Insuficiente el Rangoni de Ivan Konsulov. Aunque a su parte se le suprimieron muchos compases, poda que se practicó también en extensas zonas de la partitura (escena de la coronación, aposentos de Boris, acto polaco). Papageno EL BORIS DE FAGGIONI La puesta en escena de Boris es significativa de lo que está sucediendo en la temporada lírica del Teatro de ia Zarzuela. Da la impresión de que se acabaron los bolos, los montajes mezquinos, el desprecio a la dimensión teatral de la ópera que sólo ocasionalmente se daba —y ocasionalmente, sin continuidad, se sigue dando en la temporada lírica madrileña. El montaje de Boris por Faggioni es de una calidad no acostumbrada hasta el momento. Está pensado como auténtico teatro, en su continuidad dramática sólo interrumpida una vez en las tres horas y pico que dura la función; en su logro de hacerse mover teatralmente a ese coro e viciado por la rutina que empieza a tener, de una vez, mentalidad y dimensión escénicas; en su cuidado de la escenografía de «escueta monumentalidad» que define perfectamente ca- da ámbito de acción. Obsérvese el cuidado de diferenciar la corte y las plazas rusas, con elementos plásticos y arquitectónicos en que el Renacimiento aún no ha vencido la tradición bizantina, de la escenografía del acto polaco, con sus trajes, y arquitectura e imaginería barrocas, con ese algo de paganismo de las cortes católicas frente a la venerabilidad aparente de la lejana ortodoxia moscovita, que sólo oculta su posición marginal y atrasada en el concierto de Eas naciones postrenacentistas. Acostumbrados a un protagonista individua], Boris, que suele tener más de grueso cura aldeano repentinamente revestido de oro que de héroe negativo y contradictorio de vileza y grandeza innegables, la presencia y actuación de Ruggero Raimondi da una dimensión de altura trágica muy convincente, quizá sólo manchada por la tendencia a arrastrarse por los suelos que sin duda marca el director de escena. Se ha reprochado a esta escenificación - procedente de la ya famosa y añeja «versión original» de Musorgki de La Fenice, que aqui ha sido, musicalmente, la de Rimski— una ausencia de espíritu étnico, una falta de carácter «ruso». Confieso que no me preocupa demasiado esa ausencia, si es que existe. Es una opción legítima que funciona bien dramáticamente. Otro reproche más profundo habría que hacerle a este montaje, quizá no tanto al de Faggioni-La Fenice, como al resultado de La Zarzuela. Es el de una auténtica frialdad, una ausencia de comunicabilidad trágica, que sospechamos debida al trasplante de la puesta en escena a un medio que la recoge con provisionalidad, para cinco solitarias funciones, que antes, casi siempre, eran mediocres, y que a h o r a , al menos buscan la calidad y son encaradas con tiempo, sin apresuramiento, y con seriedad. Esta puesta en escena, con elementos aportados por el teatro y con otros venidos de La Fenice. es un ejemplo de que se puede hacer mejor teatro con la ópera de La Zarzuela, pero que los límites están en la excepcionalidad de la ópera como parte de la vida cultural de esta ciudad. Hemos presenciado una de las grandes óperas de la historia del género en versión más que digna para lo que estamos acostumbrados. P r o t a g o n i s t a individual —Boris— y protagonista colectivo el pueblo, el coro, algo tan auténticamente ruso desde La vida por el zar hasta Guerra y paz— actúan realmente, no sólo cantan estáticamente. Y, además, la producción no es importada de Rusia o Bulgaria, sino propia con concurso extranjero de La Fenice, pero realizado aqui. Es para estar contentos, aunque haya sido, en esta ocasión, al precio de una gelidez escénica imprevisible y chocante. S. M. B. Schcrzo 9 JUNIO DOMINGO 15 MARTES 24 Palacio ae Carlos V 12 3a ti ORQUESTA FILARMÓNICA CHECA. Oirecror V NEUMAIi" FaiacoK Cirios V 22 30h ORQUESTA SUDWESTFUNK BADÉN BADÉN Director URI SEGAL Solista M ROSTROPOVIlíf. A DIAKOV. E CSATO W. FORTNER, Iniitnwdk) «* B M » d t Sngre> Soí/sía I KRANSKY IPlllWI A. SALAZAR, P a l u j u |Hom a a Generaron oW 271 F CHOP1N, Concluto N." 1 t u mi i m ™ p i n plino y w q i m t t . A. DVORAK, Slnionn«.'»-Nimo Mundo- CL CHAIKOWGKI. V W I K Í O I I M ROCOCÍ p m «totondwle > o ^ . op. 33 LUNES 16 O. SHOSTAKQVITCH. sintonía N." H op. 3S. Paia soprano y tato (Soore renos Oe f Audiurio Manuel rie Falla 22 M h ORQUESTA FILARMÓNICA CHECA. Directo i V NtUMANN WJL HOZART. Sintonía .Pr»gi. Q. MAHLEH, 1.1 Ki GSÍCIS lüfCá) MIÉRCOLES 25 11 Auditorio Manuel de Falla 23.30 h MARTES 17 Palacio « Carlos V Í2.30h TEATRO PETRUZELLI DE BARÍ a BARBERO DE SEVILLA 10 ' 3 Música G PAISIELLO -Jbia G PETROSELLINI Director M VtOTTI Soislas P PASE, H COVIELLO. G CECCARINI. B PRATICO M SWQIARDO G SISI Regidor M SCAPARRO Escenógrafo E LUZZATI Vestuario S CALI Cémbalo G GOFFflEDO ORQUESTA DEL TEATRO PETRUZELLI DE BARÍ JUEVES» MIÉRCOLES 18 Palacio Te barios v ;'l '^' i TEATRO PETRUZELLI DE BARÍ EL BARBERO DE SEVILLA (£1 mismo apaño del ara 17) Auduotio Manuel de Falla 2C 00 ri TRIO DE CUERDAS DE PARÍS L.VBEETHOVEN, Tnoop ¡ N." 2 J. QUINJOAN, Trio iPeiíwúc s; i™ ae cartas de Psriíl W.A. MOZART. DfxrillMAto K 5Í3 >n mi bemol mayor A A-A 12 VÜRNES 27 13 SÁBADO 26 5 Direclor Artístico PSCHAUFUSS Primeros tallarines P SCHAUFUSS. T SEVILLANO. P ARMAND, E TERA8UST, M SKOOG. O KAfOUNI. N JHQNSON.A MOUN.A. SOMBART L TBUGLIA Director musical GfWHAM 6OND ORQUESTA KARLOVíVAHY Auditorio Uanuei de Falis 2030 h 5-A FEDERICO GARCÍA LORCA Y LA CANCIÓN (I) ISABEL AHAGON. secano MANUEL CABERO, piano Obras n e j BAUTISTA E hALFFTEfl. R HALFFTEfl.JJ CASTRO, F GARCÍA LOflCA VIERNES 20 Generaiite 23 00 h LONDON FESTIVAL BALLET Direcloi Wislico P SCHAJFUSS Oireclor Musical A UOGRELIA til mrsmo (epaílo ael lia ¡SI LA BAVADERE, Ptllpí/Mlnkut ¡iaiem en Estuca) SINFONÍA EK DO. BilanchirwiBlai. CARMEN. PallUBIal \ivira 0e' LOHOOH FFSfrW BALLET Auditorio Manuel de Falla 22,30 h ORQUESTA KARLOvY WRY Director H E;rSKA Eitnr» de k» Premio! .CIUDAD DE GRANADA. M. CASTILLO. O t o encimo del F t t t M (Soíre teiros oí ! GARCÍA IQSCAJ R. HALFFTER. D Lindo de Almona A. DVORAK, Slntonia N ' 8 en M i ffliyar, <Lt Ingle»!- Generaiile 23.00 h PLACIDO DOMINGO Y LA ANTOLOGÍA DE LA ZARZUELA Direclor JOSÉ TAMAYO ! f n homenaie i a Demttcto rfe WÍJJCOI JUEVES 13 Generaliíe 23OC r. LONDON FESTIVAL BALLET ORQUESTA KARLOVY VARY Director fi ELISKA A. DVORAK, C v n i M S. PROKOFIEV. P*dro , | l Lobo U. Ot FALLA. El retiWo de M»se Podro TEATRO 0E HAAI0NETAS BE MAESE VILLAREJO Solistas M ARAGÓN, M CID. L ALVAREZ Direclor de Escena D SuAREZ 6 Palacio de Carlos» J2 30 rt ORQUESTA NACIONAL DE ESPAÑA Director RAFAEL FRUfiECK DE BURGOS Solistas NARCfSOYEPESyVIIOQfilAHEHENCSAR J. niRINA-FRUBECK, T«w y n r i K l s n t i 0. ESPÍA •BercniH- d t LJ P l | i r i Pinta E. HALFFTEfl, 'Ha turma' d> l i Mutfie de Cwnwi J. RODRIGO, Fanlaaia p m un genll^orrbre Z. KODALY, Hiry j m » II. «AlfEL Bolero |Wmeram a la Generación del 2!) 14 DOMINGO 28 Palacio de Carlos V 22.30 ti ORQUESTA NACIONAL OE ESPAÑA Director RAFAEL FPÜBECH DE BURGOS M. DE FALLA, El Amor Brují) 1. STRAWINSKY, El Pajaro di Fuago J. BRAHMS, I,1 Sinfonía íHomenaie a la Generación tísí 21) 15 LUNES» 16 Auditorio Manuel de Falla 22.30 r> Auditorio Manual «a Falla 20.00 h 6-A EL P I A N O E N LA G E N E R A C I Ó N DEL 2T (I) PERFECTO GARCÍA CHORNET Obras de A SÍLAZAR, E HALFFTEfl, J BAUTISTA, O ESPLA fl. HALFFTER, F flEMACHA, S BACARISSE.G PITTALUGA ALEXIS WEISSENBERG, plmo Obtas de C FRANCK. R SCHUMAtlH y F LISÍT ÍHomenajB a USZTI SÁBADO 21 GeneraMe 23,00 n LONOON FESTIVAL BALLET f£l mismo jycflj"írrra y WMTO de/ dfa 20¡ Audnorio Manuel de Falla 20,00 ti LA MÚSICA DE CÁMARA EN LA GENERACIÓN DEL 27 (I) 7 MARTES 1 7-A TFIO MOMPOU OOras de J HOMS R GERHARD. E FDEZ BUWCO. F MOMPOU. X WONSALVAIGE DOMINGO 22 Geneíahle ?3.00 ti LONDON FESTIVAL BALLET (£/ íiíSflJO ptvgrama f leparto Oe< rJra Tft) Auditorio Manuel «Falla 20.00 >i LA MÚSICA DE CÁMARA EN LA GENERACIÓN DEL 27 (II) JULIO 8 8-A CUARTETO HISPÁNICO (JUMEN Obras He M CANALES. Fi HAIFFTER, J GURIOI LUNES 23 Palacio * Carlos V 25.30 h 9 ORQUESTA SUDWESTFUNK BADEN-BADEN Oireclor C HALFFTER SOisla M ROSTROPOVITCH M. OE FALLA, H o ü m u ¡ « C. HALFFTER, NoquMlamái a n u í alíñelo. (Concierto H° 2 para violonchelo y ora, Sobre F GAflCiA LOBCA f sire™ wi Esoaiia) Efegli • l> muwtt « t I r w peM» H p i M M . M. DE FALLA, Tret D m u ót B Sombrero d t Treí Picol Generan? li.Xti MARTHA GRAHAM DANCE COMPANY DE NEW YORK. DIVERSIÓN DE ANGELES. Q'ihiin/Dtllrj Joto ERRANTE EN EL LABERINTO. Gnhim/Manoltl CUEVA DEL CORAZÓN. GrVwnrBirMr ACTOS DE LUZ- SruMm/NHHan 17 MIÉRCOLES 2 Generalüe 23 K IMARTHA GRAHAM DANCE COMPANY DE NEW YORK PRIMAVERA EN LOS APALACHES. QrihinvCopllnd ESTRENO 0E NUEVO BALLET. GrahamlEgga ísiima sbsohao en furopa CONSAGRACIÓN DE LA PRIMAVERA. 18 JUEVES 3 Generalrie 23.00 h 19 BALLET FLAMENCO DE MARIO MAYA ADARGO, srvue renos úe i GARCÍA LORCA FLAMEHCO LI»Rt Audilorio Manuel de Falla 20.00 h EL PIANO EN LA GENERACIÓN DEL 27 (II) EULALIA SOLÉ Obras <R M BLANCAFOCT. B SAMPER. R GEFiHARfJ. F MOMPOU R LAMOTE 0£ GRIBNOM V K GOLS 19-A MINISTERIO DE CULTURA nslituto Noaond de los Artes Escéneasy de b Música VIERNES 4 Ge™'a «le 23 0 0 f NOCHE DE FLAMENCO iMo.Tifnajeaf GflRCíi ¡OHWj E MORENTE. ai cante MANOLETE, al t a i * festival internacional de música y danza 20 uel de Falla 20,00 ti 20-A FEDERICO GARCÍA LORCA Y LA CANCIÓN (II) GARÚEN BU5TAMANTE. soprano CEHFECTO GARCÍA CHORNET. paño Obras 06 M MIAU. B SAMPER. E TOLDftA. F HQMPOLJ. X HOMS R GERHARD SÁBADO 5 Ai'ayanes 223Oti 21 W A MOZART, EL RAPTO DEL SERRALLO Direew JESÚS LÓPEZ COBOS Di rector í e Escena K SOMMER Solistas CH WEINDINGÍR A RAMÍREZ. N ORTH.J FAUFMANN.F WEBNfB.K SOMMEH JOVEN OflQUEStA NOCIONAL DE ESPAÑA Copalucaón «el fesimai de SunaOa y la Osera Oe Bétttn (VíHion) Manuel Oe faHa 20.00" 21-A LA GUITARRA EN TORNO A F. GARCÍA LORCA Y SU GENERACIÓN mCABDO 1ZNAOIA Obras de V ASENSIO J BAUTISTA. E HALFFTEB, G PITMLUGA. S 6ACAHISSE. ANTONIO JOSÉ. A aARRIOS U HAVEL. U DEFAOA.A SALAZAfl. fl GAHCIA A3COT DOMINGO G Arrayanes 32.30 h BERLINER STREICHQUINTEN •Owiiete * cueídai ere Benmi W J L MOIAflT, OuInMtM p « cutrOu Ki 17», Kl SU, Kv SIS AudilorinUanueiiK Falla 25.00 h LA MÚSICA CONTEMPORÁNEA GRUPO LIM Breclor JESUS VILLA ROJQ Obras de 1 STBAWINSK*. 0 MESSIAEN. J VILLA ROJO. J GARCÍA ROMÁN 22 22-A LUNES 7 Arrayaras 22X1 ti WJk. HOZART, EL RAPTO DEL SERRALLO ít' mismo repare óel dlfl 5? 23 MARTES B Arrayanes 22 30 i BERLINER STREICHQUINTETT {Quinteto de cuerflas ue flerirnj W.A. MOZART, QttlnMM ( a n CIHrd» Kf 4M, K. 593, Ki (14 24 MIÉRCOLES 9 Arrayanes 22.30 h CARLOS PRIETO, Violonctrelo ÁNGEL SOLER, piano Obras ríe LV BEETHOVEN. E HALFFTEfl. 0 EHOSTAKOVITCH. Z KODALY 25 JUEVES 10 Palacio d? Carlos V 22.30 h ORQUESTA DE LA RTVE ansetd MIGUEL ÁNGEL GÓMEZ MARTÍNEZ LV. SEETHOVEN, Sintonía M> 1; SlnlmU N.' i 26 VIERNES 11 DE EXCELENTÍSIMO AYUNTAMIENTO DE GRANADA Palacio de Car IM V 22.30 n ORQUESTA DE LA RTVE Directo. MIGUEL ANGtL GÓMEZ MARTÍNEZ LV BEETHOVEN, Sintonía N.* í Sintonía H: i 27 SÁBADO 12 INFORMES Y RESERVACIONES; ANCHA DE SANTO DOMINGO, 1 Tel. (958) 225201-225441 TBlex; 7S449 FIMO-E APARTADO DE CORREOS N." 64 10009 GRANADA. CICLOS PARALELOS: Palscín de Carlos V 22,30 ti ORQUESTA DE LA RTVE Director «IGUE. ÁNGEL GÓMEZ MARTÍNEZ LV. lEETHOVEN, SMonut N> í; SkHoníi N.> 7 28 DOMINGO 13 Palacio Oe Carlos V 22 30 ti ORQUESTA DE LA RTVE Direcw MIGUEL ÁNGEL GÓMEZ MARTÍNEZ L.V. BEETHOVEN. Sfnfonfi N.' 4; SMonit N. 1 1 FOLKLORE ANDALUZ MÚSICA CORAL Y MÚSICA DE ÓRGANO CONCIERTOS DEL CURSO MANUEL DE FALLA MISA CANTADA EN MEMORIA DE MANUEL DE FALLA Y MÚSICOS ESPAÑOLES FALLECIDOS CONFERENCIAS KVII CURSO MANUEL DE FALLA LUNES 14 EXPOSICIONES: LA MÚSICA DE LA GENERACIÓN DEL 27: HOMENAJE A FEDERICO GAHCIA LORCA (Mmisfe.'ro <Je CMuiij FEDEfllCO GARCÍA LORCA Y LA CULTURA ESPAÑOLA DE SU TIEMPO *udilonc «anuel de Falla Í2 30 n JOVEN OROUESTA NACIONAL DE ESPAÑA CORAL CARMINA CORAL POLIFÓNICA UNIVERSITARIA DE LA LAQUNA COROS DEL CURSO MANUEL DE FALLA DlflECTOP. F.DMON COLOMER Solista A GOKU. I ALVAflfZ J. t U H H S . Itaqalwi Akwan Pslacnj «5 Carlos V 22.30 ti OROUESTA DE LA RTVE Directo MIGUEL ÁNGEL GÓMEZ WARTINE2 Si>islas A HIGUERAS. M PEREISTEIN T MOSfB F GflUNDHEBER LV. BEETHOVEN, C S i n t o ^ t 29 30 HARTES 15 ESTRUCTURAS MUSICALES DE LOS HERMANOS BASCHET ítlnivsisKlsd ús Granada) 31 ACTUALIDAD UNA SONÁMBULA SOMNOLIENTA No pasará precisamente a la historia del Teatro de la Zarzuela la representación, dentro de la temporada 85/86, de La sonnambula, de Belhni, ópera de 1831. muy característica del estilo de su autor, en la t(ue, muy poto antes de una de sus obras maestras, Norma, brilla por encima de todo, antes que cualquier valor dramático, el arte melódico del autor. Porque La sonnambula es, sobre todo, una sucesión de bellísimas melodías incrustadas en una inexistente acción. Es una ópera estática, con una anécdota banal y bastante estúpida, que sólo puede promover el interés cuando para servirla se dispone de un plantel de voces, fundamentalmente dos, soprano y tenor, capaces de expresar y exponer el tardobelcantismo bel limano en su máxima pureza. Por desgracia, hoy es difícil encontrar cantantes que se ajusten al depurado estilo que precisa la escritura del compositor de Catania. Y por desgracia tampoco pudo contarse en esta representación de la Zarzuela con los instrumentos necesarios para otorgar su verdadera dimensión a la obra, que ni desde un punto de vista escénico, ni desde el ángulo puramente vocal pudo sobrepasar la cota de la mediocridad. Cecilia Gasdia, soprano líricoligera, precedida de extraordinaria fama, considerada por algunos adelantados como «heredera de la Callas» a sus 26 años, mostró más defectos que virtudes. La voz, mis bien pequeña, es moderadamente extensa, pero desigual. El timbre, nada bello, es opaco y en ciertas zonas de la tesitura trémulo. Los sobreagudos le ofrecen grandes dificultades (un ejemplo: el pretendido Mi del final del primer acto) y las agilidades no son casi nunca perfectas, aunque en ocasiones, mientras realiza extraños ejercicios y contorsiones con su cuello, logra obtener trinos de buena factura. Esta extraña técnica de canto, que le permite emitir sonidos con la boca cerrada, se combina con aislados y deslumbrantes momentos —y sólo aquí 12 Scherzo Cetilio Gosília en La sonnambula puede entreverse la sombra de la Callas— de lacerante fraseo, expresivo y justo, insuficientes para dotar de solidez a su interpretación. Su número »fucrte» del último acto, la famosa *A non credea mirarti», fue un pálido reflejo, falro de tersura y con problemas de legato, de lo que exige la escritura belliniana- Demasiados nervios, bisoñe? e incorrecciones estilísticas en la cantante veronesaque, por el momento, y a pesar de los pesares, está muy lejos de evocar el recuerdo de la gran trágica griega. A su lado Dalmacio González, que tiene una voz metálica, pequeña, estrangulada en el paso, a pesar de dos o tres agudos bien colocados y de su mayor amplitud actual en grave y ceñiros, y de su indudable buena voluntad, evidenció en pocos instantes una auténtica adecuación a lo que es el canto belliniano. El húngaro Laszlo Polgar tiene, en teoría, una buena voz de bajo, con sonoros graves y ancho centro, pero a su emisión le falta la definitiva consolidación, a su fraseo le sobra rudeza y su zona aguda carece de justeza, de proyección, de afinación. Muy malos ratos pasó Paloma Pérez Iñigo en el difícil papel de Lisa, que tiene dos arias verdaderamente diabólicas para una secundaria. No bella, pero sí sonora y bien emitida (quizá la mejor emitida de la noche) la voz de la mezzo argentina Mabel Petelstein. Ajusado en su breve cometido Alfonso Echeverría que, en un papel por debajo de sus posibilidades, se mostró nervioso e inquieto, sin sitio en el escenario (como si el haberse afeirado la barba le hubiera afectado de alguna manera). El decorado de Adolfo Cofiño. según diseño de Simón Suárcz. con abundancia de escayola, no pareció el más apropiado para la lírica historia que, de todas formas, siempre resulta algo cursi. Y ello a pesar de la buena mano que puso en la dirección escénica José Luis Alonso. La dirección musical del desconocido Roben Paternostro fue absolutamente inane, inocua, falta del más mínimo matiz y sentido de la acentuación. Dio la impresión de que la Orquesta Sinfónica Arbós y el coro de la Zarzuela, en general afinados, seautogobernaban. Por todo ello esta Sonnambula resultó especialmente aburrida, somnolienta. Papageno ACTUALIDAD PRESENCIA DE TERESA BERGANZA Los escasos encuentros de Teresa Berganza con la vida musical madrileña de los últimos años convierten cada una de sus intervenciones en un acontecimiento. La participación de la gran «mezzo» en uno de los conciertos de la sene de la Orquesta de RTV ha dado un brillo cierto a una temporada aquejada del mal de grisura. La homogeneidad del programa presentado (Escuchado el 10 de abril) ero otro de los alicientes de la sesión a tener en cuenta. No hay que detenerse demasiado en las lecturas de Gómez Martínez del Preludio a la siesta de un fauno de Debussy y la Pavana para una Infama difunta de Ravcl. Como es usual en esta batuta ,la letra fue bien dicha, pero la sensualidad de la primera obra y el lirismo de la segunda sencillamente se esfumaron. ESTRENO DEL CONCIERTO IMAGINANTE DE CLAUDIO PRIETO hn la última etapa de su carrera compositiva Claudio Prieto viene dedicando una especial atención a la orquesta. Quedó consagrado su buen hacer en este medio con la partitura Catedral de Toledo (1973). Experiencias anteriores, como Expresiones{]963), Contrastes (1964) y Nebulosa (1972), fueron los pasos necesarios de una búsqueda personal. La Sinfonía I (1975) representó el despegue del estilo de madurez del palentino en el manejo de la centuria. La escritura orquestal de Prieto ganó todavía mayor soltura y un tono más brillante en la Sinfonía //(1983) y la orquestación del Fandango de Soler (1985). El estreno del Concierto II Imaginante (audición: 4 de abril) se presentaba aureolado por la concesión del Premio Reina Sofía de Composición 1984. El Concierto I (1978) estaba destinado a una plantilla de cámara. El cambio de escala incide en el acrecentado in- ¡crc\a Ucrganzu Fueron dos obras de Manuel de Falla, Siete Canciones populares españolas y El amor brujo, las que contaron con Teresa Berganza como solista. La cantante madrileña tuvo una actuación decepcionante en parte. Puede que su salud no fuera buena (de hecho no cantó el terés de Prieto por la orquesta. El Concierto Imaginante tiene al violín como protagonista, pero no es el único destinatario del virtuosismo; la orquesta misma debe enfrentarse a partes de gran dificultad. El discurso de la obra, en un solo tiempo, evoca la forma tradicional. Prieto reúne en su página despliegues de fantasía junto a pretensiones formales evidentes. Algunos aspectos de la composición no están del todo logrados. Asi, el deseo a ultranza de conseguir masivas sonoridades implica el ocultamiento del solista, o también la insistencia rítmica. No son éstos los mayores peligros que ha de sortear Prieto en el futuro. El Concierto Imaginante posee un estilo un tanto indefinido. Pasajes de melodismo pseudo romántico alternan con secciones de inquisitiva expresión. La perpectiva total que la obra ofrece es la de una cierta incursión por parte del autor en un manierismo de sí mismo, tendencia que apuntaba ya en la Sinfonía II y el Fandango. La interpretación escuchada fue correcta como primera aproximación. Agustín León Ara esquivó las complicaciones de su cometido, pero su sonido fue muy metálico. El acompañamiento de Gómez Martínez tuvo eficacia dentro de su infiexi- II de abril por efermedad). Teniendo esto presente, el estado vocal apreciado se resentía por la disminución del volumen y una mayor opacidad del color en relación con estos valores en la Berganza de hace unos años. Así y todo, las interpretaciones de Teresa Berganza no dejaron de poseer belleza por su gran estilo y su inteligencia en la comunicación de un texto. Supo mostrarse sensible en todo momento, dominando los matices y añadiendo esa nota tan suya de picante a algunas de las Canciones. Sus solos en El amor brujo habrían ganado mucho, de acuerdo con el sentido último de la obra, con mayores dosis de desgarro, con un superior entronque en lo «jondo», en suma. La dirección de Gómez Martínez en Falla discurrió por los senderos habituales: orden y claridad. Pero también recurriendo a los lugares comunes del granadino. Lecturas en gran medida mecánicas, sin calar en lo profundo de las partituras y apenas dotadas de carácter racial. E. M. M. bilidad. Completaba el programa la efectista cantata de Orff Carmina Burana, reproducida por Gómez Martínez acentuando incluso esa condición. E. M. M. CURSO DE MÚSICA DE CÁMARA JESÚS DE MONASTERIO El curso de interpretación musical de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, que tradicionalmente se viene organizando en colaboración con el Concurso Internacional de Piano de Santander, los años que no se celebra el certamen, estará dedicado este año, por primera vez, a la música de cámara. El curso de música de Cámara Jesús de Monasterio tendrá lugar del 25 de agosto al 5 de septiembre de 1986, con el Trío de Madrid, integrado por los profesores Joaquín Sorianofpana), Pedro León (violin) y Pedro Corostola (violóncello). Estará abierto a pianistas e instrumentistas de violin y violóncello de cualquier nacionalidad, que tengan un máximo de 32 años en la fecha límite de inscripción (15 de mayo de 1986). Scherco 13 ACTUALIDAD UNA VISION MADURA DE BRAHMS El Réquiem Alemán parecía ser hasta hoy una partitura maldita. Si se recuerdan las interpretaciones de los últimos años el panorama es notablemente desolador, oscilando aquellas entre la mediocridad más ramplona, las varias de Friihbeck, Gómez Martínez, y la catástrofe absoluta, Odón Alonso, Salvador Mas. Esta vez las cosas han discurrido por sendas más fructíferas. Tampoco puede hablarse de una lectura completamente redonda, pero al menos se ha visto regida por una lógica y una sensibilidad musicales de altura. La versión se debió a Antoni Ros Marbá al frente del Coro de RTVE y la Orquesta Ciudad de Barcelona, dentro del ciclo de la Orquesta de RTVE (20 de marzo). La batuta hizo presentes los valores de la obra ante los que tantos directores se han estrellado. Son estos la poesía y el lirismo, aspectos si se quiere dificilmente definibles, pero que constituyen la esencia misma de la página, tan sincera y hondamente vivida por su autor y ahora por Ros. Muy medido el control dinámico, en especial en el crescendo del segundo tiempo. Como contrapartida se dieron algunos desfallecimientos que restaron fuerza a la concepción. El director catalán contó con la formación orquestal a la que ha estado unido por una amplia etapa. El conjunto denota numerosas deficiencias, cuerda baja con fisuras, violines de sonido no siempre bello, metales inconsistentes, sobre todo las trompas. Incluso así, la respuesta de este día es seguramente una de las mejores de que la orquesta es capaz en el momento 14 Scherzo actual. Ros Marbá gobernó con acierto la masa vocal, frenando su inclinación al grito, obteniendo intervenciones de calidad general, que no ocultaron, desde luego, las pérdidas de color, los roces en los agudos de sopranos y tenores y las destemplanzas de las entradas en fuerte de casi todo el grupo. Decepcionantes los solistas. Edith Wiens dejó sin trasmitir la inmaterialidad de su parte. Voz poco interesante. Mejor Tom Krause, si bien algo oscuro en el legato. Le faltó el grado último de energía interna para resultar comunicativo de verdad. ACTUACIÓN EN MADRID DE LA ORQUESTA JUVENIL DE LA COMUNIDAD EUROPEA España es ya miembro activo, junto con Portugal, de la Comunidad Económica Europea. Para festejar este hecho se han organizado en los dos países una serie de Enrique Martínez Miura conciertos en los que participa la agrupación, constituida por jóvenes de 12 naciones, y renovable en un 40 o en un 50 por ciento cada año. En Madrid tuvo lugar, el 16 dé Abril, la presentación. En la orquesta, únicamente tres españoles, lo que puede ser bastante significativo. El conjunto, excesivamente numeroso (ti contrabajos), se mos. tro, como era de esperar, falto de El joven pianista Juan Galán verdadero empaste, algo desajusCrespo, nacido en Madrid en 1965, tado, con un sonido irregular y ha ofrecido un atrevido y variado poco personal. Es sin duda una recital en el Centro Cultural de la formación brillante, con mimbres Villa de Madrid, dentro de los excelentes, pero a medio hacer. conciertos propiciados por el CírHacia el verano, cuando, tras estos culo Guitarristico de Madrid diriprimeros conciertos y el trabajo gidos por Osvaldo Caserta. El recidel segundo director James Juddj tal que Juan Galán ofreció el pasala coja en sus manos el titular, do día 12 incluía prácticamente Claudio Abbado, los resultados todos los estilos posibles para el serán sin duda muy otros. teclado: el Barroco tardío (con el En el concierto del día 16 López Concierto Italiano de J.S. Bach), Cobos, con pocas horas de ensayo el primer Romanticismo (Sonata — quizá como consecuencia de la Tempestad de Beethoven), el virenfermedad de su mujer—, no putuosismo plenamente romántico do, a pesar de su decisión y buena de carácter nacionalista (Nocturvencer los problemas inhenos y Polonesa op. 40~¡ de Chopin) técnica, rentes a un concierto de estas cay dos piezas de la obra cumbre del racterísticas. Los resultados internacionalismo pianístico de Albépretativos de la suite de El pájaro niz. El Puerto y El Albaicín de la Je fuego de Stravinsky y La valse Suite Iberia. Galán ha estudiado de Ravel no pasaron de discretos y desde la temprana edad de once los acompañamientos a la exquisiaños con Mercedes Lecea y Julián ta pianista portuguesa Maria Joao López Gimeno. En la actualidad Pires, en el 2e de Beethoven y a trabaja con el pianista uruguayo Alfredo Kraus, que actuó a medio Humberto Quagliata. El concierto gas, y que ofreció de todas formas constituyó una suerte de resumen una magistral «Furtiva lagrima», de estudios, en un momento en estuvieron faltos de depuración soque este pianista novel quizá se nora y de regulación dinámica. enfrente a la necesidad de encarar Una brillante Circus polka del auun repertorio más restringido por tor ruso y un electrizante intermeel momento (sin que con ésto predio de IM boda de Luis Alonso tendamos aconsejarle una excesiva pusieron fin a este acto social, que y estéril especialización en un solo presidió su Majestad la Reina. período). JUAN GALÁN CRESPO, UN JOVEN PIANISTA S. M. / S. ACTUALIDAD ORQUESTA NACIONAL: Temporada 1986-87 Se anuncia el avance de la temporada 1986-87 de la Orquesta y Coro Nacional de España. Como resumen de urgencia puede decirse que se ha buscado la unidad de cada concierto centrándolo, en varios casos en un título único. En general se ha apostado por lo espectacular y por el gran aparato de éxito seguro: Sinfonía Alpina de Strauss, Sinfonía Canto de Alabanza de Mendelssohn, El Paraíso y la Peri y Manfred de Schumann, la Segunda Sinfonía de Mahler, la Séptima Sinfonía de Bruckner, la Sinfonía Fausto de Liszi y Romeo y Julieta de Berlioz. Lo más positivo de esta serie de «frescos sonoros» es seguramente el «estreno» por la orquesta de Fausto y Manfred a cargo de un López Cobos, siempre inteligente e interesante en la programación, y de Romeo por Arturo Tamayo con la colaboración de Teresa Berganza. La Sinfonía de Mahler será dirigida por Frühbeck de Burgos lo que sin duda complacerá a sus muchos admiradores madrileños. Hay también conciertos monográficos dedicados a Schubert (Gunther Herbig), Beethoven (Gerd Albrecht) y Ravel (Jean Fournet). Como orquesta invitada actuará la Sinfónica de la RTV de Cracovia con el Coro de la Orquesta Filarmónica Nacional de Varsovia que ofrecerá el Réquiem de Krzysztof Penderecki dirigido por el autor. La música del siglo XX está muy parcamente representada: Stabat Mater de Szymanowski (Rowicki), Sinfonía Lírica de Zemlinsky (López Cobos) y Oedipus Rex de Stravinski (M. Valdés). En cuanto a la música española tampoco hay demasiada. Cristóbal Halffter dirigirá su Versus dentro de un programa perfectamente convencional. También podrá oírse en el ciclo el Concierto para violin de Conrado del Campo, el Concierto nQ 2 de Enrique Llácer, Don Quijote de Gerhard y el Concierto para guitarra de Balada. Como puede verse un capitulo este bastante magro para una orquesta imacional». UNA SORPRESA MOZARTIANA Uno de los alicientes de la serie de conciertos de los «Lunes musicales de Radío Nacional» es el hecho de dar cabida en su curso a instrumenios por completo alejados de los circuitos al uso. Naturalmente, la atención a medios sonoros olvidados implica la recuperación de las obras a ellos dirigidas. Reseñamos una sesión (14 de abril) que estuvo protagonizada por un trio de «corni di bassetto». Las páginas ejecutadas se debían a Wolfgang Amadeus Mozart. El «corno di bassetto», pese a su nombre, pertenece a la familia de los clarinetes. Sus orígenes no están aún nada claros, aunque es muy posible que su forma definitiva fuese obra de Mayrhofer. Las características tímbricas del instrumento y su extensión hicieron que muchos compositores importantes lo incluyesen en sus partituras. A Mozart el color del «corno» le pareció particularmente indicado para sus composiciones de significación masónica. La mezcla de su sonoridad con la voz humana sedujo a Mozart, quien lo prescribió en el Réquiem y algunas de sus óperas, como a varios autores más. El concierto monográfico de los «Lunes» recogía tres de los cinco Divertimenti k-439b, los números I, 2 y 4. Las posibilidades de al combinación, «a priori» un tanto limitada, fueron llevadas al extremo por Mozart. Estas páginas toman un tinte oscuro y un espíritu más severo de lo acostumbrado en el género. Una música sorprendente y deliciosa. Se encargó de las interpretaciones el Trio Divertimento de «corni di bassetto». Lo integran Eric Hoeprich, Lisa Klevit y Caries Riera. Sólo cabe una calificación de sus intervenciones. Aun teniendo en cuenta ciertas imperfecciones, sus lecturas son seguramente las de mayor calidad que pueden oírse en la actualidad de estas obras. „ .„ .„ E M. M. IX FESTIVAL DE MÚSICA ANTIGUA Se cierra esta temporada musical de la Caixa de Pensiones con un interesante festival dedicado a la música antigua, que tendrá lugar en su IX edición, entre los días 14 y 18 del presente mes de mayo. Lo abre Paul Badura-Skoda, con un programa que incluye obras desde Haydn hasta Beethoven, pasando por Mozart. La Capilla Musical del S.E.M.A., hará un interesante programa centrado en la música del Ducado de Calabria. Christopher Page al frente del grupo inglés The Gothic Voices nos ofrecerán música sacra y profana de los siglos XIII y XIV. Tras un concierto de vihuela y guitarra sobre compositores españoles, ofrecido por José Miguel Moreno, el festival alcanza su máxima cota, los días 23, 27 y 28, con la presentación de tres importantes formaciones barrocas inglesas. E! primer día el grupo London Baroque interpretará un programa dedicado a la música barroca italiana además de Haydn y Mozart. The Consort of Musicke nos ofrecerá obras de Monteverdi, Lawcs, Dowland, etc. El concieno de clausura correrá al frente de la prestigiosa Academy of Ancient Music que interpretarán el Réquiem de Mozart y su concieno para clarinete, en el que será solista Antohy Pay, bajo la dirección de Christopher Hogwood. Scherzo 15 ACTUALIDAD SAMUEL RUBIO: La muerte de un musicólogo La desaparición el pasado 15 de marzo de Samuel Rubio (Posada de Omaña, León, 1912) priva a la escuela musicológica madrileña de su cabeza visible y al pais en general de una de las figuras señeras que nuestro siglo ha producido en este campo. Rubio pertenecía a la antigua tradición del musicólogo religioso. Siguió estudios eclesiásticos y musicales con los agustinos de El Escorial. Su interés por el gregoriano le llevó a los focos de irradiación de la manifestación: Silos, Montserrat, Solesmes. Al doctorarse en musicología, en Roma en 1967, tuvo ocasión de entrar en contacto con otro de los grandes musicólogos españoles contemporáneos, Higinio Anglés, quien dirigió su tesis sobre Morales. Este texto se considera actualmente como uno de los más perfectos nunca escrito de análisis estilísticos. Samuel Rubio desarrolló gran parte de su labor en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, donde actuó también como músico práctico, maestro de capilla y organista, entre 1939 y 1959. En su vertiente de investigador, sacó a la luz la música guardada en sus archivos. La personalidad más sobresaliente reanimada por Rubio ha sido ciertamente Antonio Soler. Procedió a la catalogación de su obra, la edición de los Seis Conciertos para dos teclados y, sobre todo, la de 120 Sonatas en 7 volúmenes. Aparte de este trabajo, con seguridad el que le ha dado toda la fama de que un musicólogo puede disfrutar en España, Rubio se ocupó con igual fortuna de la música polifónica, a la que aportó un insustituible tratado de conjunto, La polifonía clásica, además de ediciones de obras, Vázquez, Navarro, Anchieta, y estudios particulares, Victoria. La muerte de Samuel Rubio nos deja su obra y el impulso que dio a la musicología española. En 1977 fundó la Sociedad Española de Musicología, que vino a sumarse al hasta entonces solitario Instituto de Musicología. Su órgano de expresión, la Revista de Musicología, es hoy un canal indispensable para la investigación musicológica del país. 16 Scherzo PETER PEARS: La desaparición de un gran tenor UN FINAL PARA LA NOVENA DE BRUCKNER Con este titulo publica una interesante información el gran musicólogo Harry Hallbreich en el último número de Le Monde la Musique sobre uno de los «cabos sueltos» que dejó el gran compositor austriaco. Hallbreich nos cuenta cómo , a partir de las diferentes versiones del finale de la inacabada Novena, dos musicólogos italianos, Nicola Sámale y Giuseppe Mazzuca,han conseguido una versión «interpretable» que ya se ha dado a conocer en Berlín recientemente, en un concierto de la Sinfónica de la Radio de esta ciudad bajo la dirección de Peter Gütke. Según Hallbreich, «Sámale y Mazzuca han realizado una partitura de 707 compases (de una duración aproximada de unos 25 minutos), auténtica en un 95%, proporción infinitamente superior a la de la Décima de Mahler reconstruida por Deryck Cooke, y comparable a la del tercer acto de Lulú completado por Friedrich Cerha». Si en Berlín Ducke sólo dirigió ese nuevo Finale, el 24 de mayo se celebrará en la RAÍ de Milán un concierto del director israelita Elíahu lnbal que dirigirá la sinfonía completa con la citada reeelaboración del movimiento final. Ha fallecido en su casa de Aldeburgh a la edad de 75 años el lenor Peter Pears. Pears que durante treinta años fue amigo intimo del compositor Benjamín Britten, ha sido quizá el tenor inglés de más proyección internacional. Su inteligencia le llevó a interpretar papeles en óperas de Britten que en principio no parecían apropiadas para su voz tales como Peter Grimes, Albert Herring, el siniestro Quint de La vuelta del tornillo, el capitán Veré de Billy Bud y el Aschenbach de Muerte en Venena. También destacó en los principales roles de tenor del repertorio mozartiano, en el Vasek de La Novia vendida de Smetana y en el Pandarua de la ópera de Walton Troilus. Tanto Britten como Tipett y Henze le dedicaron obras. Fundó la «English Opera Group» y fue director de los Festivales de Aldeburgh y pilar de la Britten-Pears School. Sus numerosas grabaciones, discográficas son un legado imperecedero de las peculiaridades de su timbre y dicción asi como de su profunda musicalidad. NOTICIAS JESSYE NORMAN por fin cantará la Maríscala del Rosenkavalier. Aún no se ha anunciado el escenario que tendrá el privilegio de escuchar en el papel straussiano a la fabulosa soprano. RUGGERO RAIMONDI y KATIA RICCIARELLI cantaran Felipe II e Isabel de Valois en la versión original del Don Cario de Verdi que se representará el próximo año en la Opera de Paris. El director será Georges Pretre. KATIA RICCIARELLI cantará el papel de Bianca en la ópera de Rossini Bianca e Faliero en el próximo Festival de Pesaro junto a Marilyn Horne. RENATA SCOTTO cantará la Guiñara de // Corsaro de Verdi en la Arena de Nimes el próximo Julio. GRAN TEATRE DEL L1CEU CONSOKCI 1)1.1. UUN TKATKi; DLX UCI.l 1 PRIMAVERA 1986 (Mayo-Junio) DON PASQUALE deG. Donhettí 6, 8,11 y 13 de mayo Giuseppc Taddei, Rulh Wdting, Dalmau González, Angelo Romero, etc. Director de orquesta: Roberto Abbado Realizada por Piet Luigi Samaritani Producción: Festival Dei Due Mondi EDIPIJOCASTA d e j . Soler Estreno mundial 22, 25 y 27 de mayo Enriqueta Tarrés.Jerzy Artysz, EnricSerra, etc. Director de orquesta: Maxi miaño Valdés Nueva producción: Gran Teatre del Liceu Decorados y vestuario: Josep M.* Espada Direaor de escena: Ricard Salvat LES CONTES D'HOFFMANN del.Offenbach 4, 8 y 12 de junio Alfredo Kraus, Enedina Lloris, Grace Bumbry, Lucy Peacock, Jean-Philippe Lafont, Ricardo Cassinelli, Jean Chnstophe Benoit, Philippe Bohé, etc. Director de orquesta: Maximiano Valdés Nueva producción: Gran Teatre del Liceu Director de escena: Giuseppe de Tomasi LA TRAVIATA dej. Verdi 16, 19, 22 y 25 de junio Edita Grubcrová, Dennis O'Neill (16-19). Alfredo Kraus (22-25), Wolfgang Brendel, Leo Nucci (25), etc. Director de orquesta: Friederich Heider Producción: Gran Teatre del Liceu Decorados: Joerg Kossdorff ORQUESTA SINFÓNICA Y CORO DEL GRAN TEATRE DEL LICEU Directores del Coro: Romano Gandolfi y Vittorio Sicuri Abonos del 7 al 1<) dt abril Iflífi Venta anncipída a partir del 28 de abril Rcseiva de localidades por correo para los residentes fuera de Barcelona Horarios: d i 8 a 15 h. laborables, sábados de 0 a 13 h. Tel. 31*92 77. Oficinas: C/Saní Pau. n.° I bajos. 08001 Barcelona. BOTÓN DE MUESTRA ZUBIN MEHTA: £1 dominio no lo es todo ¿Qué recuerdo ha quedado de la visita girada a Madrid, dentro del ciclo Grandes Orquestas del Mundo presentado por Ibermúsica, de los conjuntos del Maggio Musicale Florentino dirigidos por el divo Zubin Mehta? Pregunta de fácil contestación: el de la personalidad, dominio y potencia constructiva de una batuta. Nada o casi nada más. A lo largo de los dos conciertos programados, que incluían la obertura de las Vísperas Sicilianas de Verdi, el Concierto para orquesta de Bartók y la Novena Sinfonía de Schubert, por un lado, y el Réquiem de Verdi, por otro, pudimos degustar el poder de comunicación y la fogosidad de la dirección del músico hindú, tan brillanteconstructory tan «desmelenado» como siempre. No vamos a descubrir ahora que Mehta es un director fácil, apasionado y, al mismo tiempo, clarividente en cuanto a la manera de edificar los planos sonoros. Tampoco vamos a decir nada nuevo si resaltamos su espléndida técnica, que se apoya en poderosos, contundentes y vigorosos movimientos de su brazo derecho, que actúa en todos los estratos y que, empuñando una diseccionad ora y ágil batuta, es capaz de marcar rigurosamente el compás mientas, incluso subdividiéndolo, desentraña el tejido orquestal y propicia, muy nítidamente, las sucesivas entradas de los instrumentistas. Apoyado en un eléctrico movimiento de hombros y en ocasionales inclinaciones de torso, ello le basta, con despliegues ocasionales del brazo izquierdo, que proyecta y recoge dinámicas, para tener en sus manos, dominándolo asi férreamente, al conjunto orquestal o vocal que dirige. Es, por otra parte, artista sensible, dotado de indudable intuición para la reproducción y diferenciación de los timbres y para 18 Scherzo la consecución de un colorido determinado. Está sin duda más cerca del brillo y agresividad de las partituras de finales del xix y principios del XX y su temperamento le coloca de manera natural en el mundo apasionado del melodrama italiano de Verdi o de Puccini. Todo ello pudo comprobarse y confirmarse en estas dos actuaciones madrileñas, en las que también quedó de manifiesto que Mehta, que tiene cierta proclividad a la exageración, a la demostración altisonante —un poco a lo Hollywood Bowl (algo se le ha pegado de los EEUU, su segunda patria)—, puso en evidencia que, pese a su sentido del color, no es un refinado y que, a despecho de sus dotes constructivas, no es excesivamente variado en el fraseo ni, aun aceptando lo rutilante de sus exposiciones, demasiado amplio a la hora de graduar las dinámicas. Estas limitaciones quedaron más claramente señaladas en su pobre, monótona y poco matizada realización de la obra schubertiana, que necesita mayores dosis de lirismo, de sentido poético y de delicadeza acentual. La construcción de Mehta fue un tanto rutinaria y no llegó a calar en el meollo romántico —con tantos rasgos clásicos, sin embargo— de la partitura. Mayor interés tuvo la interpretación del Concierto para orquesta, una de las grandes creaciones bartokianas, que fue reproducida con intención, desgarro y desolada intensidad, muy propia del autor, en el tercer tiempo, «Elegía». El «Intermezzo interrotto», soñador y humorístico, y el «Finale», impetuoso y folklórico, tuvieron, en una realización que fue a más, adecuada traducción, muchos más conseguida que la un tanto desangelada e irregular de los dos primeros números. En cualquier caso, se echó de menos esa pátina de misterio, de conflicto continuo, de compromiso, de resumen que anida en la esencia de la composición, mucho más tornasolada y rica de lo que esta brillante interpretación mostró. Un Réquiem cojo El poder de animación de la batuta apareció en todo su esplendor durante el Réquiem, expuesto con claridad y vigor, en ocasiones con auténtico fuego, en todos sus números. La versión fue en tal sentido más que plausible, idiomática y cantada suficientemente, siempre en primer plano los contrastes operísticos que la alimentan. Fue interesante la manera en que Mehta desentrañó el tejido polifónico del «Dies ¡rae», y la forma que tuvo de edificar, con perfecto sentido del ritmo y de las proporciones, la fuga del «Libérame». La parte negativa de esta interpretación verdiana vino dada por los elementos sonoros (la batuta no suena, ya se sabe). En primer lugar, por un inaceptable cuarteto solista, tres de cuyos miembros eran sustitutos de los inicialmentes anunciados. Katia Ricciarelli fue una auténtica alma en pena, carente de las mínimas condiciones exigidas para emitir sonidos canoros audibles. La voz, destimbrada de arriba a abajo, descolocada, opaca, recuerda difícilmente al bello instrumento de antaño. Los esfuerzos realizados por la cantante a la hora de atacar cualquier nota fueron evidentes. Caló en todos los agudos y vocalizó francamente mal. Lamentable. La mezzosoprano Bruna Baglioni, la única del equipo original, a despecho de tres o cuatro bellas notas de un instrumento no execrable, evidenció nerviosismo, falta de cuadratura, incapacidad expresiva y acusó en ciertos momentos un vibrato muy desagradable. El tenor, Neil Wilson, a excepción de algunos agudos, que sonaron con brillo y colocación, aunque muy lejos del ideal, demostró una palpable falta de BOTÓN DE MUESTRA técnica y de línea de canto y abusó del falsete. El más digno fue Nicolai Ghiuselev, voz hasta no hace mucho notable de bajo cantante, que dijo con propiedad su parte, aunque bastante disminuido y algo agarrotado. Es difícil, desde luego, brindar una interpretación adecuada de una obra como esta si falla el cuarteto solista. Y si, además, no se cuenta con un coro algo más que estilísticamente apropiado y profesional o con una orquesta simplemente discreta, con una cuerda calurosa y unos vientos que no siempre dan la talla por su tosquedad e imperfecciones, como los del Maggio Musicale. La impresión general es la de que Menta, nombrado hace poco titular de los conjuntos, no los ha trabajado todavía suficientemente, lo que pudo apreciarse, por ejemplo, en la desigualdad de los arcos. De ahí la falta de unidad de ataque. Buena la versión de Las vísperas y excelente la de La forza del destino, ofrecida de propina, un viejo «hit» del director. Arturo Reverter 'II TI vi 1 1 n w ir' Zubirl Mehla EL ÓRGANO EN LA PENÍNSULA IBÉRICA B VII CURSO DE INTERPRETACIÓN DE MÚSICA IBÉRICA ANTIGUA PARA ÓRGANO del 14 al 26 de julio de 1986 Profesor: Josep M. MAS i BONET Profesor de órgano al Conservatorio Superior de Música del Liceo, de Barcelona Curso Internacional de Interpretación Torredembarra - Montblanc (Tarragona-España) PROGRAMA: Las obras de Antonio de CABEZÓN (1510-1566) y deJoan CABANILLES (1644-1712) Los participantes pueden presentar obras de otros compositores ibéricos de los ss. XVI, XVII y XVIII. DESARROLLO DEL CURSO del 14 al 19 de julio: en el órgano de TORREDEMBARRA (Hermanos Guilla, 1705). Históricamente reconstruido por G. Grenzingcn 1978. del 21 al 26 de julio: en el órgano de MONTBLANC (Cadireta de 1607) (órgano major de j . Bosca, 1703 y A. Boscá. 1750). Restaurado porG. Lhóte y G. Blancafort, en 1977. ACTIVIDADES COMPLEMENTARIAS: — Visitas de órganos históricos de la región: El Vendrell (órgano de L. Scherrer), Sitges, l'AlcixarTorroja (órgano dcJ.P. Cavaillé, s. 18). — Visita de un taller de organero (G. Grenzing o G. Blancafort). Para toda información y reserva de alojamiento, dirigirse a: M.Mas-Apartadodecorreos531 REUS/Tarragona Tel. (977)305765 Scherzo 19 ESTRENO Bach y los Corales de Neumeister El pasado día 8 de abril tuvo lugar en la Iglesia de Nuestra Señora del Buen Suceso el estreno en Madrid de 33 preludios de coral atribuidos a Bach, recientemente descubiertos. El concierto estuvo a cargo de José Manuel Azkue, artista de reconocida competencia y musicalidad, quien previamente había ejecutado los corales en San Sebastián y Bilbao. Culminaba asi la integral de la obra organística del maestro de Eisenach que promovida por la Sociedad Bach ha venido desarrollándose en dicha iglesia y por el referido intérprete semana tras semana ante un público fiel N os dice Forkel que el lugar del coral en el Oficio estaba entre la Epístola y e! Evangelio, después del sermón y durante la comunión. El cántico de la congregación era precedido de una introducción a cargo del órgano, de ahí la expresión preludio de coral (Choralvorspiel), si bien también era frecuente que el instrumento interviniese entre cada versículo a modo de interludios. Bach, en esta importante parcela de su actividad creadora, se remite fundamentalmente a la tradición de la Alemania protestante del Norte reflejada en las obras de Scheidt, Reincken, Boehm y Buxtehude, sin olvidar a otros compositores que traían estímulos meridionales, como es el caso de Pachelbel. Los corales bachianos ofrecen no pocas incógnitas y la primera de ellas se refiere a su concreta funcionalidad. Colecciones como el Pequeño Libro de Órgano o aún en mayor medida la Tercera Parte de los Ejercicios para Teclado parecen apuntar hacia unas finalidades didácticas muy similares por ejemplo a las del Arte de la Fuga más que a satisfacer las obligaciones del Oficio divino. Según Adlung, un organista alemán de la época y área en que se desenvolvió Bach, tenía tres misiones: dar la entrada a la congregación, informar a ésta de la melodía y deleitarla por medio de ideas fluidas (dürch wohlfliessende Gedanken). Comenta Peter Williams que muchos de los preludios de Bach satisfacen la tercera exigencia pero difícilmente las dos primeras. Ya lo vieron as! las autoridades de Arnstadt cuando le acusaron, seguramente con razón desde un estricto punto de vista litúrgico, de hacer «curiosas variaciones» en el coral, de mezclar muchos «extraños tonos» y en definitiva de haber llevado la confusión a la congregación. Los corales de la Colección Neumeister que ahora hemos podido oir pertenecen a lajuventud de Bach; se apunta hacia 1705 cuando contaba por tanto veinte años. Su interés es grande desde muchos puntos de vista. Un aspecto especialmente llamativo es que se incluyen en la colección preludios sobre melodías corales de las cuales no se conserva ningún otro arreglo suyo. Los corales se contienen en un manuscrito hallado no hace muchos meses en la Universidad de Yale por Christoph Wolff, el conocido musicólogo de Solingen, y en el contexto de las investigaciones llevadas a cabo conjuntamente con Hans Schulze en relación con la elaboración de un Compendium para actualizar el catálogo de obras de Bach. El descubrimiento no ha estado exento de anécdotas y hasta de un cierto escándalo al reivindicar para si el organista Wilhelm Krumbach la prioridad sobre el mismo. Se ha podido seguir la pista del manuscrito con bastante Habilidad; debió de ser copiado alrededor de 20 Schtrio 1790 por Johann Gottfried Neumeister (1757-1840) alumno de Georg Andreas Sorge (1703-1778), teórico, organista y compositor quien al igual que Bach era miembro de la Sociedad de Ciencias Musicales de Mizler, a la que accedió en 1747 como miembro número 15 (Bach era el n° 14). El manuscrito de Neumeister pasó a Christian Heinrich Rinck (17701840), alumno de Johann Christian Kittel (1732-1809) uno de los alumnos favoritos de Bach en sus últimos años. La biblioteca de Rinck fue comprada por el compositor y organista norteamericano Lowell Masón (1792-1872) quien a su muerte la donó a la Universidad de Yale. El manuscrito contiene 82 corales de varios compositores: Johann Michael y Johann Christoph Bach, Zachow, Pachelbel, Sorge y Daniel Brican. Además hay cinco corales de autor anónimo. Bajo el nombre de Bach (Johann Sebastian) aparecen en el manuscrito 38 preludios corales para órgano. De ellos tres eran conocidos y habían aparecido en colecciones anteriores: BWV 60t Herr Christ, der ein'ge Gottes Sohn (Pequeño Libro de Órgano); BWV 639 Ich rufzu dir. Herr Jesu Christ (id.) y BWV 737 Valer unser im Himmelreich. De las restantes composiciones, dos habían sido provisionalmente excluidas como obras de autenticidad dudosa de la Neue Bach Ausgabe. Son las BWV 719 Der Tag, der ist so freudenreich y BWV 742 Ach Herr, mich armen Sünder. Otras dos composiciones habían sido conservadas incompletas: BWV 714 Ach Gott und Herr y BWV 957 Mach's mit mir Gott, nach deiner Güt que no había sido reconocida como coral para órgano sino presentada en el catálogo de Schmieder como fuga en sol mayor para clave. La atribución a Bach de estos corales por Neumeister parece digna de crédito a pesar de no existir otra fuente para confirmarla. Pero la verdad es que en cuanto a soporte documental no están estas composiciones en situación de desventaja respecto a otras obras consideradas de autenticidad indiscutible. El análisis estilístico confirma la atribución según el descubridor si bien por tratarse de una creación temprana no ofrecen en general la alta calidad de las colecciones de la madurez y lógicamente se interfieren estilos de otos músicos del Centro y Norte de Alemania (Boehm, Buxtehude, Pachelbel, Johann Christoph y Johann Michael Bach). Debemos señalar finalmente que Wilhelm Krunv bach pretende haber descubierto otros 27 corales de Bach en otras dos fuentes: un manuscrito de la colección de Rinck adquirido también por Lowell Masón y un manuscrito de la Colección Rudorff de la Biblioteca de Música de Leipzig. Domingo del Campo ^ssSSS^sss^ MURRAY PERAHIA: Un poeta del piano En estos días visita Madrid el pianista norteamericano (Nueva York, 19 de Abril de ¡947) Murray Perahia, que ofrece en el Real, dentro del ciclo Grandes Intérpretes de Ibermúsica, un recital. Este hecho y, sobre todo, la aparición en nuestro mercado discograjico de la integral de los conciertos para piano de Mozart interpretada por él, como director y solista, hace que su nombre cobre especial actualidad y que motive este trabajo, que intenta ser una modesta aproximación a su figura. P ERAHIA no es un desconocido para los aficionados madrileños. Hace tres temporadas brindó un magnífico concierto, con obras de Schubert y Beethoven, en el Teatro Real. Pudo captarse entonces el grado de madurez artística al que había llegado el pianista luego de una provechosa evolución, iniciada sin duda desde que, en 1964, se emancipó del yugo formalista al que le tenía sometido su profesora neoyorquina, Jánet ffaién, y que tuvo como etapas fundamentales sus contactos con Karl Bamberger, en materia de dirección orquestal, y, en 1967, con Rudo!f Serkin, Alexander Schneider y Pablo Casáis, en el marco del Festival de Marlboro. Importantísimas fueron también sus relaciones con los cuartetos Guarneri, Budapest y Galimir, con los que se curtió en el campo camerístico, y su debut con la Filarmónica de Nueva York bajo la dirección de lstvan Kertész, hecho ocurrido ya en 1972, año en el que, trasladado a Europa, gana el concurso de Leeds. Desde 1973 reside en Londres, ciudad en la que lleva a cabo una febril actividad, que le conduce a la interpretación pública, en el doble cometido de pianista y director, de los conciertos de Mozart; uno de sus sueños dorados. Recuerdo la primera visita de Perahia a Madrid para interpretar, siempre en el Real, una de estas partituras. Me sorprendió entonces su exquisita musicalidad, su toque delicado, su terso sonido y su maduro fraseo. Allí había un artista , aún no en sazón, todavía tímido, algo dubitativo y bastante limitado a la hora de enfrentarse a un conjunto sinfónico. Era quizá demasiado «niño», le faltaba fuerza resolutiva y su sonido era demasiado débil. En 1976 tuve ocasión de escucharle en Londres, de nuevo interpretando a Mozart, y me convenció su manera de aproximarse a esta parcela concertante del compositor salzburgués y la forma, tan cantada, tan desde dentro, en que la entendía. Principiaba por entonces la integral que ahora, tras su finalización en 1984, llega a España. Puede decirse que Perahia, y él mismo lo reconoce, es todo menos un virtuoso en sentido clásico. Se define ante todo como un músico; después como un pianista. «La música es la vida misma», manifestaba a la periodista Sophie Lannes, en la entrevista publicada en L'Express en 1983. Hombre preocupado por el mundo del arte en general, inquieto e inquisitivo, ha intentado, y lo intenta todavía, durante mucho tiempo profundizar en lo recogido en el pentagrama, ir más allá de las notas escritas; captar, en suma, la esencia de la música. Para, una vez descubierta, trasladarla y verterla al exterior son necesarias dos cosas: el sonido, es decir, la materia, dotada de unas especiales características de intensidad y timbre, que ha de captar el 22 Scherzo oído, y el canto, la forma en que dicha materia es expuesta y moldeada. Esta postura humanista que, en cualquier caso, parte de un estudio riguroso y de un respeto milimétrico a la partitura, le viene dada a Perahia tanto por su propia sensibilidad artística cuanto por la mella que hicieron en la misma influencias de personalidades tan significadas como las ya mencionadas de Serkin, Schneider o Casáis, o como las de Giulini, Celibidache, Clifford Curzon o Nadia Boulanger. No es extraño por todo lo dicho que entre sus ídolos figuren, aparte algunos de los citados, Cortot, Furtwaengler, Schnabel o Fischer. Por no citar a Lipatti, al patriarca Horszowski, a Brendel o a Claudio Arrau. Brilla en el pianista norteamericano —que no hay que olvidar que pertenece a una familia sefardita oriunda de Salónica— un innato sentido de las proporciones, una técnica que participa tanto de la ciencia como de la intuición, y un temperamento artístico de notable refinamiento. Su dicción, que guarda el máximo respeto por la construcción de los periodos, es lógica consecuencia de la comentada profundizaciónen el significado y en el transfondo de cada nota, de cada frase. Aun sin estar dotado de una desmedida fuerza en la pulsación, posee recursos más que suficientes para jugar muy matizadamente con la dinámica, procurando una tan discreta como efecliva regulación de intensidades que le permiten traducir de manera efusiva, dentro de una poética en el fondo muy clásica, los mensajes del pianismo romántico. En tal sentido su Schumann es modélico a pesar de que no ofrezca los brillos orquestales que le proporcionan otros pianistas. A señalar en especial su interpretación de los Esludios Sinfónicos (CBS 76635). No es amplio el repertorio de nuestro pianista que, con una sinceridad y honradez bastante raras, reconoce, por ejemplo, que no posee las condiciones precisas para abordar ciertas obras de Brahms y la mayoría de las de Liszt, Rachmaninov o Prokofiev. No se siente identificado con la música atonal o dode cafó nica y, excluyendo Bartók, no ejecuta otros compositores de este siglo. Incluso manifiesta ciertas reticencias hacia Debussy y confiesa que «a partir de cierta edad llega a ser muy difícil tocar lo que nunca se ha tocado». Una cuestión de amor No de otra forma cabe calificar la unión, la identificación de Perahia con la música de Mozart, su gran pasión junto a Juan Sebastián Bach. Y no hay duda de que las cualidades de este pianista se acomodan perfectamente al mundo mágico, transparente, efusivo EN PORTADA Foto: CBS y, sin embargo, nimbado, aquí y allá, de extrañas luces y sombras, de pinceladas en las que aflora un patetismo que preludia en buena medida el universo romántico. Perahia se acerca a la música del salzburgués con infinito respeto pero también con enorme devoción. Y ello se nota escuchando cualquiera de sus interpretaciones, llenas de encanto, gracia y lirismo de la mejor ley. Construidas a partir de esa ya descrita, y consustancial en él, capacidad para cantar, para respirar, para musitar las frases más delicadas y para enunciar, con vigor, con energía, tamizados por una serena elegancia, los acentos en los que se nos muestra el Mozart más exultante. Es un auténtico placer para el oído y para el espíritu escuchar el piano de Perahia desgranando las notas del maravilloso Andante del Condeno n$ 25, que, junto con los 24 restantes, aparece en esta publicación de CBS. Es un ejemplo que podría extenderse, con las debidas matizaciones, claro está, a cualquiera de los movimientos que componen todas las partituras de la serie. Para tocar Mozart, para encontrar la verdad de su música hay que estar, en este caso más que en ningún otro, «en el secreto». Murray Perahia lo está. Y lo está porque, como la ciencia —y no siempre el arte— no es infusa, se ha preocupado de ahondar, tras largas horas de estudio, en lo que significa el músico austriaco, en los valores que atesora su producción, en la historia que nos cuentan las notas fijadas en el pentagrama. «¿Cómo comprender a Mozart —se pregunta nuestro artista— si no se conocen las influencias literarias u otras que ha recibido, la música que ha escuchado?» Por eso es preciso conocer también la música de Johann Christian Bach, de Anfossi, de Schoberl, de Hasse... Y, naturalmente, ¿cómo entender la música concretamente del salzburgués, o cualquiera de sus otras parcelas, si no se ha profundizado en el conocimiento de su producción operística? Es por lo tanto esencial, subraya nuestro intérprete, a la hora de abordar estos conciertos, tomar contacto con la componente dramática del compositor pucslo que el drama juega un gran papel en cualquiera de sus obras. Sólo partiendo de estas premisas se comprende cómo el pianista ha conseguido establecer ese tono dialogante, lleno de contrastes, a veces conversacional, entre las distintas familias de la orquesta y el instrumento protagonista. El discurso resulta de tal manera cálido, elocuente y animado. Y todo ello en medio de una atmósfera muy propia de la música de cámara, de la que sin duda están impregnadas estas composiciones, en muchos casos inmersas por completo en el ámbito de la serenata, género en el que Mozart fue maestro. Y este rasgo no ha de aplicarse exclusivamente a los movimientos lentos: muchos de los iniciales allegros y de los conclusivos rondós participan igualmente de ello. Escuchemos, para comprobarlo rápidamente, el primer tiempo del Condeno nB 21, que Perahia plantea de manera muy medida, resaltando la extraña contradicción entre marcialidad y ligereza. El trino que a poco de comenzar su intervención expone el piano es ejecutado de manera maestra, como remate de una frase en la que el solista, lleno de delicadeza y mostrándose dominador y regulador de los acentos y del sonido, da ya un ejemplo claro de su nitidez, de su limpieza y de su exquisito control del matiz. No es este el lugar —entre otras razones por evidente falta de espacio para estudiar pormenorizadamente la interpretación de cada uno de los veinticinco conciertos. Es la impresión general la que debe extraerse y comentarse porque, además, el nivel de las versiones es muy parejo. Pueden, eso sí, señalarse, a vuelapluma, algunas particularidades de las recreaciones de Perahia. Y destacar así la adecuación agógica del movimiento final del famoso e importante Concieno ns 9, en el que quizá, por lo que respecta al Andantino podría haberse pedido una mayor introsScher/o 23 EN PORTADA pección lírica. Falta, en la introducción del monumental nQ 20, en Re menor, en todo caso correcta, amplitud y un ir más allá en la tremenda y trágica dimensión de su Allegro inicial. La orquesta y el piano cantan maravillosamente, pero el tejido polifónico no resulta siempre todo lo transparente que sería de desear. Magistral la forma de exponer el Andante del ns 22 y excelentemente dicho el Adagio, lleno de delicadeza y desolación, del n9 23. No hay probablemente en el 24 todo el misterio que exige la introducción del Allegro, aunque las variaciones del Allegretto, tan emparentado con ciertos instantes de La flauta mágica, son expuestas modélicamente. El tono olímpico del 25 ha quedado mejor recogido en otras interpretaciones (Gulda-Abbado y Barenboim-Klemperer, por ejemplo). En el 27 se detecta, además de algún que otro problema de ajuste, una cierta sosería expresiva. Son motas que en modo alguno empañan la magnífica interpretación general, que aparece protagonizada en todo momento por ese ya comentado sentido de las proporciones, por un elegante juego camerístico (escúchese aQeste respecto el Allegro vivace inicial del Concierto n 18), por un medido y al tiempo inspirado fraseo y por una indudable capacidad para obtener el tono expositivo y el sonido idóneos. Es un Mozart de altura. Plenamente recomendable y, por lo general, muy bien grabado, con tomas realizadas entre los años 1975 y 1984. Un Mozart que resiste perfectamente las comparaciones con los debidos a otros pianistas y directores que se han acercado previamente a esta ejemplar colección. La otra gran integral de los últimos tiempos mantiene con ésta claros parentescos: misma orquesta, aproximación que parte en determinados casos de planteamientos similares, reunión en una sola persona de los cometidos solista y directoría!... Se trata de las grabaciones llevadas a cabo por Daniel Barenboim en los años inmediatamente anteriores para EMi. El pianista anglo-argentino —que juega más, mucho más que Perahia, a ser director, ya que el norteamericano sólo ha empuñado simbólicamente la batuta con motivo de la interpretación de estos conciertos— nos da, en general, una visión que, partiendo de un enorme lirismo de fondo, se aproxima en mayor medida al mundo romántico. Son versiones, podríamos decir, «maduras», que sondean más los sentimientos, descubriendo acentos y premoniciones inesperadas, que establecen, como en el caso de Perahia, un juego camerístico más nitido, chispeante y fresco. La pátina sonora de Barenboim es más oscura, su pincelada más apretada que la del pianista neoyorquino. Sería difícil recomendar una integral antes que otra. Y tampoco conduciría a nada el realizar un estudio comparativo de obra por obra. Las dos son espléndidas y ofrecen una distinta y en ambos casos válida imagen del genio mozartiano. No puede concluirse este trabajo, dedicado a Murray Perahia, sin hacer mención, de pasada al menos de algunas otras señaladas interpretaciones de conciertos para piano del salzburgués. Por supuesto, hay que tener siempre en la memoria el n^20át LefebureFurtwaengler, las distintas muestras dejadas por Edwin Fischer (17, 20. 22, 24...), muchas veces solista y director, las siempre interesantes, aunque algo beethovenianas, grabaciones de Schnabel, los registros, espléndidamente trabajados, de Giesekíng, las históricas interpretaciones de la impar Clara Haskil, llenas 24 Schcrzo de delicadeza y ternura, el bello ns 27 de un inspirado Backhaus asístidopor Bohm... Y, más modernamente, las brillantísimas aportaciones de Gulda-Abbado (DG), las ejemplares versiones de Serkin, con Szell (CBS) o Abbado (DG), el juego diamantino de Pollini, con Bohm (DG)... Naturalmente, hay que mencionar también, y es pecado no haberlo hecho ya, las luminosas traducciones de Casadessus-Szell (CBS), llenas de contagiosa vitalidad. Dentro de las integrales ofrecen menor interés Ingrid Haebler, con Rowicki y Galliera (Philips), a pesar de su elegante y nítida dicción, y Geza Anda (DG), asimismo solista y director, un tanto alicorto expresivamente y apoyado en un sonido orquesta] de no excesiva calidad. A destacar, desde luego, la integral en marcha de un inspiradísimo Brendel, situado, como tercera vía, entre Barenboim y Perahia, con quien colaboran, muy incisivamente, Marriner y la Orquesta Saint-Martin-in-the-fields (Philips). El álbum que ha merecido este comentario aparece acompañado por un muy bien confeccionado folleto (el mismo para el disco que para el compacto) en tres idiomas —no el castellano, por supuesto— con una larga entrevista a Perahia y un buen trabajo sobre las obras de Marc Vignal. Además se incluyen junto a los veinticinco conciertos los Rondas K 382 y 386, del propio Mozarl, y, a modo de apéndice, el lercer concierto de la Op. 3 del polaco Johann-Samuel Schroter, que se hizo famoso en Londres hacia 1770 y que al parecer mereció la admiración del compositor austríaco. Este concierto, en tres movimientos, es una obrita graciosa y llena de encanto que no aporta nada, pero que sirve bien de complemento. Arturo Reverter DISCOGRAFIA BEETHOVEN: Sonatas nos. 4 v II, Op. 7 y 22. S7699S; BEETHOVEN: Sonatas nos. 7 y 23 «Apassionata» IM39344 Digital IMK39344 - Campad disc: CHOPIN: Preludios Op. 28, 45 y Post. S76422; CHOPIN: Sonatas nos. 2 y 3. S76242; CHOPIN: Concierto para piano n^ I. Filarmónica de N. York I Director: Zubin Mehta S76970; CHOPIN: Cuatro impromptus. Barcarola. Berceuse. Fantasía Op. 49IM39708 Digital IMK3970H - Compací disc; MEDELSSOHN: Conciertos para piano nos. 1 y 2. Academy of Si. Martin-in-the Fields. Director: Neville Marriner S76376; MENDELSSOHN: Variaciones Serias / Sonata Op. 6. Rondo Caprichoso/Preludio y Fuga Op. 31 n° I IM37838 - Digital/ MK37838 - Compon disc; MOZART: Sonata K. 448: SCHUBERT; Fantasía Op. 103 (Con Radu Lupuj IM395IIDigital; MOZART: Conciertos completos para piano Eng/ish Chamber Orchestra M13 42055 - (Álbum ¡3 LPs) MI3K 42055 - (Álbum de 13 CD's) (Existe también edición en LPs individuales); SCHUBERT: Impromptus Op. 90 y 142 D3729I - Digital NOTA. Todus lus discos son CBS TERESA BERGANZA Los dos mil años de una voz r M Ít:RF.SA Berganza fue reconocida como una de m las grandes «mezzosopranos» de nuestra época J . desde los comienzos de su actividad internacional hace ya casi treinta años, por lo que lodo intento de presentar su figura es casi superfluo. Su ane como intérprete —especialmente de las obras de Mozart y Rossini— ha merecido el reconocimiento entusiasta de los críticos especializados, incluso de aquellos que, como el italiano Rodolfo Celleti, se han mostrado reticentes frente a otras grandes cantantes españolas como Conchita Supervía o Victoria de los Angeles. Según la propia ariista reconoce, su voz es del lipo «mezzosoprano aguda». El color, más bien claro, es muy atractivo, con gama homogénea y extensa (en sus primeros años, del «la bemol» grave al «do» agudo, hoy algo reducida por arriba). En particular, el ceniro es estupendo: cálido, sonoro y dotado de una luminosidad típica de las voces latinas, a diferencia de muchas actuales, su timbre posee una acusada personalidad y no es difícil de reconocer. Por otra pane, su voz carece de la envergadura y de la potencia y facilidad en el agudo que caracterizó a las últimas grandes umezzosopranos» italianas (Eimo y Stignam, y más tarde, Simionato y Cossotto) y no tiene las características, casi de soprano dramática, de Verret o Bumbry. La de Teresa Berganza es una voz más delicada, más «de cámara»: de ahí su perfecta adecuación al mundo del »¡ied>: que ninguna de las antedichas —excepto la Bumbry en sus primeros años— ha cultivado. Ése timbre, homogéneo y sin aristas, resulta bastante «fonogénico» por más que, como toda voz bien proyectada, sólo revela toda su riqueza en teatro. Su voz y su escuela se complementaron con un sobresaliente talento interpretativo. Utilizando la célebre frase de Caruso. Teresa Berganza canta no con la voz o con el corazón, sino con el cerebro. No se trata, por supuesto, de una artista «perfecta pero fría»; al contrario, es cálida y comunicativa. Pero Teresa es una profesional consciente de pies a cabeza que, desde sus comienzos supo qué debía cantar, cuándo y cómo: sus recitales, sus óperas o las grabaciones de unos y otras fueron y siguen siendo preparadas con todo rigor, de modo que nada se abandona a! azar o a la inspiración del momento. En ese sentido se alinea con otros grandes artistas españolas — Victoria de los Angeles, Pilar Lorengar, Alfredo Kraus— en que las excelentes dotes vocales han sido medios, no fines, para la creación artística. Con toda propiedad, a menudo se define a la Berganza como una gran estilista. No hay obra ni personaje en su carrera que Teresa no haya meditado, estudiado y pulido —con la ayuda de su maestra, antes citada, y de su primer marido, Félix Lavilla— para ofrecerlo de acuerdo con una concepción rigurosa y fiel. En tal sentido, es obvio citar sus interpretaciones de la música española; pero sus grabaciones de Haendel, Rossini o Mozart cuentan ya con más de un cuarto de siglo y siguen siendo plenamente válidas, pese a los avances y cambios de tendencia en los estudios musicológicos. Su «Carmen», una de las más grandes de ¡a historia escénica y fonográfica del personaje, fue pensada durante largo tiempo y demora porque la artista sabía que simultanear este personaje con los rossinianos era prácticamente imposible. En páginas sucesivas, y a lo largo de una amplia entrevista y de una discografía comentada, Scherzo ha tratado de acercar la figura de Teresa Berganza a sus lectores. Esperamos haberlo conseguido. R. A. M. Scherzo 25 ENTREVISTA I I na entrevista con Teresa Berganza, cantante afama^ ^ da, con muchas cosas que contar, persona sincera y cordial, buena conversadora, es siempre un plato exquisito, de esos que se paladean hasta el final, para cualquier periodista musical. SCHERZO ha tenido la fortuna de que la mezzosoprano madrileña haya aceptado este coloquio que a continuación podrán Vds. leer y que no es sino un extracto de lo mucho que la cantante nos dijo en su residencia de El Escorial y ante la atenta y complacida mirada de su marido José Rifa. SCHERZO.—¿Cómo calificarías tu voz en tus inicios? ¿Eres una mezzo claramente desde el mámenlo en que la cambiaste? ¿Una mezzosoprano acuto? BERGANZA—Sí, creo que cuando empecé ya tenía ese color de mezzosoprano acuto. Hubiese podido canlar de soprano, de soprano lírica ,.por qué no'.', pero es que mi color no era de soprano. Había algo en el centro que asi lo atestiguaba. Aparte de eso, yo he podido cantar papeles de Rossini con el Si y con el Do, con el Sol, Sol sostenido, en La. sin especiales problemas, no me encontraba a gusto cantando en la tesitura de soprano, porque esos son agudos aparte, que se dan aisladamente. Pero al frasear en el paso, en el Fa y en el Sol, me cansaba y tenia que forzar. S.— Porque lo más interesante de tu voz es el centro. Aunque tampoco has andado muy mal de graves. B.—Sí, en efecto, a los 19 y 20 años lenía unos graves impresionanles y fáciles. No es como ahora que me da miedo enfrentarme a ellos. S.— Un buen ejemplo de tus graves los podemos encontrar en las grabaciones de Alcina con Joan Sutherland, bajo la dirección de Richard Bonynge. B. — Los graves los he tenido siempre y mi voz se caracterizaba por un especial color y densidad en el centro y extensión de tres octavas, que es lo lógico en mezzosoprano ligera o, como yo digo, en una mezzo Rossini. S.— Y siempre has tenido la inteligencia de no salirte del repertorio propio de una voz semejante. B.—¿Y para qué? He podido tocar otras tesituras y otros papeles y siempre me he preguntado: ¿para qué? Me he preocupado mucho de profundizar en el significado de la música que caniaba, para perfeccionar un agudo, para embellecer un centro, para que cada pasaje fuera más hermoso, para que cuando cantaba en alemán no se me fuera la voz para atrás. Hay que seguir el ejemplo de Fischer-Dieskau y comprobar cómo lleva arriba el sonido apoyado en esas emes y esas enes de su idioma. Esto cuando tienes 20 o 30 años o hasta 35 años no lo piensas. Es después cuando te das cuenta de cómo profundizar en un idioma. Mira que llevo yo años cantando canciones de Mussorgski y hasta hace poco no he aprendido las posibilidades que se escondían iras ellas. Y la pista me la ha proporcionado Boris Christoff que es gran amigo mío y con quien debuté a los 21 años en el Don Quijote de Massenet en la RAL Escuchándole me di cuenta de que en el idioma ruso había muchas posibilidades desconocidas que permitían interpretar las canciones de Mussorgski con una enorme libertad. Christoff más 26 Scherzo que cantar hablaba las canciones infantiles de Mussorgski. Y me pregunté que si él se permitía tal libertad, por qué no iba a hacer yo lo mismo. Prueba de esto es que hace muy poco he tenido en la Opera de Zurich uno de los mayores éxitos de mi vida interpretando estas canciones.Y eso que Christoff hacía a veces cosas muy ridiculas imitando la voz de un niño y, sin embargo, era genial. S.—Lo importante en un artista es ser capaz de crear o recrear un texto y darle vida propia. Y en relación con tu forma de cantar querríamos que nos dijeras algo sobre esa cuestión tantas veces debatida de que eres en cieno modo una heredera de Conchita Supervia. fi—Sabia que me lo ibais a preguntar. ¡Jamás! La primera vez que me dijeron en Londres que era la heredera de Conchita Supervia me llevé el disgusto de mi vida. Porque si tú pones un disco de Conchita Supervia y otro mío, ves que somos los dos puntos más opuestos que han podido existir en el canto rossiniano. S.-—No sólo en el timbre, sino en la forma de canlar. B.—En todo. Ella tenia un timbre completamente distinto y un vibrato que a mi me molesta mucho, aunque a la gente le gusta. Yo estoy con FischerDieskau, con Victoria de los Angeles, con Elizabeth Schwarzkopf y con Christa Ludwig. S.—¿Era la Supervia también una mezzo acuto? ¿O quizá era una soprano? B. — No, ella era una mezzo. El único paralelismo que puede existir entre las dos es el repertorio, pero nada más. Hay que ver cómo se comía Conchita las notas cuando cantaba Rossini. Si existe un paralelismo con alguien en mi forma de cantar Rossini, seria con Victoria de los Angeles. La orientación en la clave del éxito S,—Con independencia del tipo de voz y de la belleza de los dos timbres tú eres más sobria, más concisa que Victoria. ¿. — Bueno, no se olvide que soy madrileña y a mi eso me ha marcado mucho. El nacer en Madrid te da otra gracia, otra forma de decir las cosas. He admirado toda mi vida a Victoria de los Angeles. S.—¿Crees que la clave del éxito de un cantante esiá en la orientación que reciba en sus comienzos? B. — La mía desde luego ha sido esa y siempre he dicho, y sigo diciendo, que debo casi todo a Lola Rodríguez de Aragón. He estudiado con ella hasta unos días antes de su muerte. En la vida de un cantante hay baches de edad y de otro tipo y si tienes ENTREVISTA Un mámenlo ¡le la entrevista con A. Reverter y A. Moral a alguien que le pueda corregir, eso te ayuda a superarlos. S.—Lola Rodríguez de Aragón ha sido muy criticada. Si» embargo, lie su escuela han salido muy buenas cantantes, entre ellas tú. Se la criticaba, sobre todo, porque no enseñaba a echar la voz fuera en las notas agudas, B.— Mirad, he presenciado clases con otras cantantes y si éstas hubieran hecho lo que ella les indicaba hubieran sido una maravilla, pero no le hacian caso. Ella siempre aconsejaba abrir la máscara, llevar la voz delante. S.— Cantar sobre el'fimo, aparentemente tan fácil y de hecho tan difícil. B.—Esto es; abrir la garganta y dejar salir todos los resonantes y luego llevar la voz delante, sin tensión. La escuela de mi maestra, conmigo al menos, estaba basada en la técnica de la relajación. 5. — Con tu experiencia forntativa y profesional ¿has pensado, al retirarte, en transmitir todo esto, en dedicarte a la enseñanza? B. — No, lodavia no. Tengo grandes deseos de libertad y si cuando termine mi carrera lengo que empezar otra vez con las voces de los alumnos y con la mía propia, no podría soportarlo. Es una vida muy esclava, muy hermosa, pero muy sacrificada. Y yo he procurado reservarme tiempo libre, no sólo para vacaciones, sino también para estudiar. 5.—¿Cuándo, después de tus grandes épocas de Londres, París o Aix-en-Provence, das el sallo hacia un repertorio distinto al tuyo habitual basado fundamentalmente en Mozart o Rossini? B.~-Fue en el 74. Undía vino a verme Peter Diamand, muy amigo mío, que ya me había invitado a cantar Cenerentola, Bodas y Cosifan tulle en el Festival de Edimburgo, que por entonces dirigía y que es uno de los festivales más hermosos y famosos del mundo. Vino a Londres a convencerme de que ya había llegado el momento de la Carmen. Me dijo «O ahora o nunca». La verdad es que a mí, desde los 21 años, me habían pedido cantar Carmen. Fijaos qué Carmen habría hecho yo sin saber lo que era la libertad... Empecé a leer, a empollarme, a meterme en el personaje y a ver y a oir, a ir a Andalucía y a visitar Granada; y a ver cómo se sentaban las gitanas; y cómo reaccionaban y como cantaban; y, en fin, el Mérimée fue mi libro de cabecera durante bastantes años. No se' cuántos. Lo leía y subrayaba frases. Y así hasta que le dije a Peter que sí iba a hacer Carmen. Me dejó elegir el «partenaire». Me dio una lista con los mejores directores, los mejores tenores, las mejores Micaelas, los escenógrafos y jos Escamillos. Y pensé: ¿Zubin Mehta?: No, demasiado fogoso. Giulini está en una mala época (estaba por entonces muy deprimido). Para Carmen necesitaba un poco de marcha por mucho que se respetara la partitura. ¿Karajan?; yo habia visto su Carmen con Grace Bumbry, además en una Sevilla donde había playa; una Carmen tan germánica que dije: ¡No! Entonces me acordé de Abbado, con quien habia hecho varios Rossinis. Respeta las partituras de una manera increíble. Y dije: «Quiero a Claudio». «Bueno vamos a hablar con él, pero dame otra posibilidad», comentó Peter. «No, no quiero más que a Claudio». Ni que decir tiene que entre los tenores elegí a Plácido Domingo. Yo quería un español, con esa pasión, con esa voz tan preciosa, con esa forma de decir. Necesitaba a alguien que sintiera la obra. ¿Micaela?: Mirella Freni. La mejor Micaela de los últimos 30 años ¿quién ha sido?: ella, sin duda. En cuanto al Escantillo, el más digno en aquella época me parecía Tom Krause. El resto del reparto era gente de primerísima. Y llegó el momento Scherzo 27 ENTREVISTA de escoger el director de escena que para mi era casi lo más impórtame. Plácido me habia hablado mucho de Piero Faggioni. Yo dije que no le conocía y que necesitaba tener unas larguísimas conversaciones con él. Y como me pusieron todo como a Felipe II, Peter Diamand me trajo a Piero Faggioni a Madrid, en dos días, para que habláramos. Le conté cómo veía yo la Carmen y él la veía de la misma forma. Faggioni no es sólo un director de escena, es un actor, cosa muy importante. Y nuestra Carmen admiró a todo el mundo. Se decía que era una maravilla la muerte de la gitana. Para conseguirla hubo que emplear una técnica casi balletística. Faggioni tardó horas en explicar al tenor cómo tenía que sostenerme y cómo tenía que agarrar la faca. Y cuando yo me iba cayendo poco a poco, con una mano, que no se sabe de dónde salía, era yo la que tenia que sujetarla y llevarla a una pierna. Y mientras, el tenor decía «Ma Carmen adorée» y me sujetaba en un movimiento muy lento y muy largo que no se improvisa de repente. Lo que hizo Faggioni fue muy hermoso porque Carmen, cuando recibe la puñalada, se agarra a Don José. Ha ido ella hacia la muerte y, sin embargo, tiene todavía unos momentos en los que parece decir: «Me quiero salvan-. Pero ya no puedo. Era muy bonito irse agarrando a Plácido, que me sujetaba, y lentamente iba cayendo hasta morir. Luego él, que es tan fuerte, me llevaba en sus brazos hasta el suelo con un amor increíble; y era muy hermosa, una vez que había cantado su frase final, la manera que tenía de cogerme muerta. Todo eso no lo haces en unas horas, al llegar: estuvimos ensayando 45 días. Foto: R. Estrada «Siempre tuve claro que nunca iba a cambiar ni forzar mi voz» S.—Cuando decidiste aceptar la oferta de Diamand Jue porque estimabas que tu voz había llegado ya a un pumo de madurez adecuado para acometer el papel de la cigarrera? B.—Sí, pero de todas formas yo tenía claro que nunca iba a cambiar ni forzar mi voz, aunque el papel tiene una escritura que pide unas frases más llenas, unos centros más amplios. Hay que expresar con él una tragedia que se lleva aquí (señalándose el corazón). Yo sabía que aceptando Carmen iba a tener que prescindir de mis Rossinis agudos, que estaba cantando desde los 22 años. Y renuncié, aunque canté todavía Ceneremoia. Y sigo, desde luego, con Mozart, fundamentalmente Cherubino y Dorabella. Mientras en escena pueda representar, más o menos, las edades de estos dos personajes, seguiré haciéndolos. S.—¿Cómo encuentras ahora mismo tu voz? ¿Es la misma de antes, de siempre? B.—Prácticamente si. Quizá haya ganado color en el centro y se haya redondeado un poco más. Pero al no seguir practicando el Rossini ligero, la voz toma algo más de cuerpo. El color no lo he perdido. Ni la homogeneidad. S.—¿Y la extensión? B.—Tampoco. Pero tengo miedo. En casa yo sigo cantando El barbero y La cenerentola. Pero ahora mismo no las haría en escena porque tengo miedo. 28 Scherzo S.—Nos llama la atención que hayas alternado continuamente la interpretación de diversos géneros vocales. Pasa un poco como con Victoria, B.—¿Sabéis que a mi no me llamaba la ópera? Siempre he necesitado, después de una ópera, volver a la intimidad del «lied», que te deja sola frente al público, que debe vibrar únicamente por lo que tú le digas, le expreses. Estos solos en el escenario con tu voz, un piano y lo que dices. Ahí no hay truco de vestiditos y cosas que te arropen, de orquestas maravillosas. Sí, te puedes bajar medio tono. Está permitido. 5.—Aunque a veces no se sabe realmente para que tipo de voz ha sido escrito. El mismo Brahms y Strauss han previsto, según los casos, una u otra voz. Y Schubert. Y, en relación con este tema, tú empezaste enseguida a colaborar con Félix Lavilla. ¿Qué importancia tuvo para ti la colaboración desde un punto de vista musical? A—Fue muy importante porque Félix, que es un gran músico, me «sujetó» bastante. Claro que yo también sabia lo mió. Pasaron años hasta que empecé a darme cuenta de que estaba cantando no como quería yo, sino como quería él. Yo hacía todo lo que me indicaba. Era la clásica mujer española que se sometía a lo que decía su marido, que por otra parte era una maravilla de pianista. Poco a poco me fui dando cuenta de lo que me gustaba y no me gustaba. Y empezaron los roces y las diferencias. En la música y en la vida intima. Habia diferencias hasta en la forma de vestir. No le gustaban para mí, por ejemplo, los trajes muy escotados o espectaculares. S.—Es fácil deducir, teniendo en cuenta tu amor por la cosa bien hecha y muy ensayada, las razones por las que en España, país improvisador donde los haya, has actuado más bien poco. Y por las que has dado más ENTREVISTA recitales que ópera. Aparte de éste, ¿hay algún otro motivo'.' B — Hombre, la verdad es que aqui me han hecho bastantes jugarretas. Justo en el periodo en el que estaba saliendo a cantar había unos comisarios de la música — palabra espantosa— que tenían unos gustos muy definidos. Eran gente muy fina que se escandalizaba incluso por mi manera de vestir. Les molestaba también, al parecer, el que tuviera éxito con Ataúlfo Argenta o el que tenía con los directores que venían aqui. Yo, puedo decirlo claramente,eslaba vetada. Y esas cosas, teniendo en cuenta que soy muy «Rossina» mi «Ma» ha sido muy famoso— , me desagradaban profundamente. «Sonó docile, nía se mi tocano...». No doy nomhres, pero sí he de insistir en que se me intentó marginar en numerosas ocasiones en beneficio de cantantes extrajeros y de los españoles escogidos y preferidos. Todo ello me causó una herida muy honda. Y no si; me olvida. Teatros españoles: «Troppo tardi» S.— Y ahora en esta nueva etapa que estamos viviendo en algunos aspectos, ¿no te han invitado al Teatro de la Zarzuela' B.— Bueno, he de decir que, en efecto, me han invitado sin ningún tipo de condición. El problema es que es «troppo tardi». Por otro lado, la Zarzuela es un teatro que no me gusta. Tiene una acústica horrible. Aqueperola verdad es que muchos me dicen que la sonoridad líos de mis colegas que cantan ahi tendrán sus razones, pero la verdad es que muchos me dicen que sonoridad de la sala es espantosa. Es su problema. El mío es que, en efecto, esa acústica no me gusta nada. Me agobia. No es, evidentemente, un teatro preparado para la Foto: R. Estrada ópera. Por eso digo «troppo tardi». Quizá cuando reabran el Real como ópera pueda hacer allí la Quickly del Falstaff. Cuando en vez de 2.000 tenga 4.000 años. S.—A pesar de lo que dices, tal vez valiera la pena pasar por iodo para que el público madrileño, que siempre te espera, tuviera oportunidad de escucharte. B.—Si, pero yo también tengo mi orgullo profesional y a mí la gente me escucha en cualquier país: Inglaterra, Alemania, Estados Unidos, Japón... y tengo un público fiel. Y no hablemos ya de Francia, que es como mi segunda patria. Allí no existe el problema de que me han oído hace tres o cuatro años y están todos pendientes de cómo estoy. Allí me están oyendo desde hace 30 años y estoy como en casa, sin sobresaltos, sin dimes y sin diretes. S.—¿ Y el Liceo? B.—Bueno, mejor no hablar de él. S.—¿Por qué"1 ¿Es que no has llegado a cantar allí? B.—¡Sí!, y precisamente tuve uno de los mayores éxitos de mi vida, pero hube de aguantar toda clase de ruidos y ver cómo entraba y salía la gente de los palcos y cómo se servía champán en ellos. ¡Algo insólito! En aquella época, desgraciadamente, había un director, Pamias creo que se llamaba. Fue tan desagradable conmigo, me trató tan mal que dije que era la primera y la última vez que cantaba en ese teatro. Hace dos años, ya funcionando el actual patronato, me ofrecieron hacer un Haendel con tres días de ensayos y la Carmen con dos... «Con Karajan siempre me he llevado mal. A mi las dictaduras no me gustan» S.—¡Qué raro.' porque parece que ahora estaban haciendo las cosas mejor en este sentido. Nos acordamos de tus actuaciones en Salzhurgo con el Cherubino de Las bodas. Con el sistema de ensayos del Festival si que sertas feliz porque incluso, como nos dijiste tras una representación en el año 73, se ensayaba cada verano a pesar de que el montaje estaba más que visto y preparado. B. — S'i, porque de un año a otro pueden haber cambiado cantantes y a lo mejor el director de escena ha decidido que es más bonito que el Cherubino salle por la ventana o que salte de manera distinta a como lo hacía el año anterior. 5. — Y allí estaba el todopoderoso Karajan. ¿ Qué tal te has llevado con él? B. — Mal. A mi las dictaduras no me van. Tuve con él más de un roce porque no me quería doblegar a exigencias que me parecían fuera de lugar. Como la de obligarnos a todos los cantantes, después de una representación que habíamos finalizado rotos, a bajar a su despacho para corregir determinados problemas musicales. Y sin darnos tiempo para quitarnos el maquillaje y cambiarnos. Bajaban todos menos yo. Tenía el mismo derecho que él a quitarme la ropa y a darme una ducha. No me lo perdonó nunca, como buen dictador. Y lo que tampoco me perdonó es que cuando hice mi primer Cherubino con él en Salzburgo, el éxito de la noche fuera mió. Los periódicos del día Scherzo 29 ENTREVISTA siguiente hablaban de «Las bodas de Fígaro de Teresa Berganza». Realmente era raro que al todopoderoso Ka rajan eso pudiera afectarle tamo. Pero le afectó de tal forma que a la siguiente representación me prohibió salir a saludar sola. Tenía que hacerlo con Barbarina. Pero era igual porque cuando me adelantaba un poco y me inclinaba, el teatro se venia abajo. S-—¿Qué recuerdos guardas de Klemperer con quien irabajaste precisamente Las bodas? B.—Desgraciadamente guardo el recuerdo de que, por entonces, estaba ya muy mal. Al pobre le dio un amor senil por mi y me invitaba insistentemente a tomar el te con pasteles, lo que daba un poco de apuro porque el pobrecito estaba ya muy mal. Pero tengo también un buen recuerdo de cuando llegué al hotel en donde tenía un piano. Porque antes de grabar ensayaba con cada artista por separado, cosa que casi ya no se estila. Ahora tos cantantes llegan a grabar y lo que sale, sale (haciendo el gesto de frotarse las manos). Y cuando entré me dijo: «¿Qué quiere Vd. cantar?» «Lo que quiera maestro». Y abordamos el recitativo previo a «Non so piú». Cuando terminó el aria me dijo: «¿Pero Vd. es española?» «Si» «¿Con quien ha estudiado?» «Pues con una maestra española». Y, mirándome enternecido, me dice: «Es que Vd. tiene algo de Elizabeth Schumann». Ya sabéis que la Schumann, que dio clase a Lola, fue uno de sus antiguos amores. S.—La verdad es que la grabación acusa la vejez de la batuta: Sus «tempi» san lentísimos y caídos. B.—Como los de Bohm en la segunda versión de La clemencia de Tito. Le cogí un par de años antes de morirse. S.— Para ir terminando. Hay una persona con la que te identificaste y llegó a ¡odas las capas de tu piel: Lola Rodríguez de Aragón. B.—Si, sin duda. «¿Un maestro?... Giulini y Abbado. ¿Un director de escena?... Faggioni, Strehler, Ponelle». S.—,;Un director, un maestro con el que hayas trabajado y le haya entusiasmado de esa forma en la que se unen lo artístico y lo humano? B— Giulini y Abbado. S.—¿Un director de escena? B.—Faggioni, Strehier y Ponelle. Este último ha sido mi director sensacional de Rossini. Hizo sus primeros Rossinis conmigo. Si yo tengo 2.000 años, él 500.004. En aquella época yo era la Rossina, la Cencrentola y Jean Pierre no era nada. Y su primera Carmen fue también conmigo. Una Carmen muy interesante. Con él se trabajaba hasta sudar sangre. A mí me ha hecho llorar en escena. Aparte de estos tres grandes podría citar algunos directores de escena habituales de La Scala. Pero eran menos interesantes para mi, más rutinarios. Me gusta sobre todo el trabajo creativo, estudiar los distintos comportamientos de un personaje frente a estímulos diversos. En el Cherubino que hice en París con Strehler, yo no podia manifestarme de la misma manera ante Gundula Janowitz que arte Margaret Price; o ante Mirella Freni cuando ha hecho este papel; o ante Teresa Stich-Randall. No sabéis lo que me he divertido con la Price o con la Lorengar. S.—¿Y Schwarzkopf? B.—Con ella era otra cosa. Siempre había una cierta distancia. S. —A ese respecto, seria interesante que nos comentaras la anécdota del chai recogida por Diapasón. B. —Eso fue cuando estaba en estado de mi hija mayor. Salía a cantar en el Royal Festival Hall con un vestido negro precioso que me había confeccionado Balenciaga. Hacía muchísimo frío, pero no tenia pieles todavía. La Schwarzkopf, en cambio, llevaba una capa de armiño que era una hermosura. Y le dije que tenia un frío tremendo. Entonces debió de sentir un poco de ternura por mi; era mujer dura y fuerte que un día me habia dicho: «No cantes porque no vas a hacer nunca nada...». Me estoy preparando para los 3.000 años. Ptero Faggioni con Teresa en Carmen. 30 Schcno S.—cDe verdad le dijo eso? B.—Si, si, en Madrid, tres años antes, en 1955, después de escucharme. Yo la adoraba, era una auténtica fan, la seguía con una rosa a los conciertos... Bien, entonces ella me dio su capa y sali a cantar. Y tuve un éxito... No sé si fue la capa o mi barriguita... Y ella terminó su aria y casi no la aplaudieron. Fue un golpe muy duro para Elizabeth. Y luego ha sido conmigo, esa es la verdad, muy amable. Una gran señora. Incluso he pensado a veces, ahora que me falta mi maestra, en ir a trabajar con ella. Porque soy de la opinión de que por muchos años de carrera que lleves, por mucho que sepas, por muy grande que seas, si encuentras una fuente de la cual todavía puedes beber, ENTREVISTA tienes que acudir a L'lla. Yo ahora estoy preparando otras cosas, como la Pasión según San Maleo; me estoy preparando para los 3.000 años. ¿Con quién me gustaría estudiarla? Pues me gustaría hacerlo con Christa Ludwig. Y me iré a buscarla y le diré que me ensene cómo hace ella esta o aquella frase. ¿Cómo podría hacerla yo? (,Cómo respira aquí? Si tengo que hacer Mahler. seguramente me iria también con ella. S.—¿Con Baker le irías? B.—No. La admiro, pero es una fuente de la que yo no podría recibir nada. S — ¿ Y cómo era la técnica de SchwarzkopJ? B.— Ella me lo dijo una vez; cantaba precisamente por la técnica. Hay una antigua grabación de «lieder» de Mozart con Gieseking. A él te lo puedes comer porque está genial. Ella, en cambio... Si tú oyes ahora a una debutante así, la pitas. S.~,,Vna diva a la que hayas admirado? B. — Maria Callas. Y colega adorada, Mirella Freni. Mirella es una hermana. Cómo nos hemos divertido, reido y llorado juntas. Maria es la artista a la que más he admirado. Recuerdo la Medea que canté con ella en 1957. Después de un aria me temblaban las piernas y me apoyé en ella, mi corazón junto al suyo. Me dieron una ovación enorme y yo no osaba ni moverme, allí, al lado de aquella mujer tan admirada. ¡Dios mío!, me decía, que se terminen proto los aplausos. Y Maria me decía, que se termine pronto los aplausos. Y Maria me puedo!», conteste. «Vuélvete porque si no te volveré yo», me dijo. Creo que es muy importante la humildad. Y muchas veces pecamos de soberbia. Ahí está el divismo mal entendido. Y la Callas era, de verdad, divina. Y sin gestos, sin exageraciones. Con una mirada maravillosa. Estática y genial. S.—¿Algún nombre de cántame masculino? B.—Varios. Lo primordial para mí es que se les entienda lo que cantan. Por eso me gusta FischerDieskau o Kraus. Está encantado y le estas entendiendo todo. Ahí le tienes con 3.000 años. El empezó algo tarde. Nos presentamos los dos al concurso de Ginebra y él estaba mucho más preparado que yo. Me enfadé extraordinariamente porque no le dieron el primer premio sino un segundo. De los que recibieron el primero nunca más se supo. 5.—¿Un tenor mozaniano? B.—A mí me gustaba mucho Luigi Alva que cantaba incluso muy bien el Tamino. Era una vo? muy natural. En otro repertorio me encama Plácido Domingo. Me gusta como actúa, aunque a veces se le nota muy cansado. S.—¿Qué proyectos tienes? B.— Fundamentalmente vivir. Con mis 51 años me encuentro muy bien, muy joven, llena de planes en mi vida privada. Hace 10 años que soy felicísima. Mi marido me equilibra mucho intelectualmente. A. Muñoz, A. Reverter y A. Moral Scherzo 31 ENTREVISTA joya; el segundo —«Páginas castizas»— simplemente muy bueno. Del barroco a Bizet pasando por Mozart y Rossini Teresa Berganza: Treinta años de grabaciones La Zarzuela Teresa Berganza inició su carrera fonográfica con numerosas zarzuelas para la Columbia española. Según la cronología esbozada en el libro de Sergio Segalini, las primeras datan de 1953 y 1954, cuando contaba la artista unos 18 o 19 años. Sus intervenciones fueron más bien breves; pero ya en los registros realizados entre 1955 y 56 pasó Berganza a papeles protagonistas o casi [El barberillo de Lavapiés, El último romántico. La calesera. La picara molinera; las dos últimas junto a una también muy joven Pilar Lorengar). Tras la muerte de Ataúlfo Argenta en 1958 y el fulgurante comienzo de su carrera internacional, nuestra «mezzo», aún grabó otros títulos como La rosa del azafrán, La bruja (junto a Alfredo Kraus), El anillo de hierro. La tempranica y La chulapona, dirigidas las dos últimas por Rafael Frühbeck. A partir de 1965 la serie prosiguió con varios títulos de Sorozábal bajo la batuta del propio autor, ya para Hispavox: Los burladores. La del manojo de rosas, Don Manoliio y Adiós a la bohemia, además de una partitura de Albéniz, Pepita Jiménez, cuya edición preparó Sorozábal. Hacia 1973, la colección se cerró —esperemos que no definitivamente— con dos obras de Serrano junto a Plácido Donjingo y García Navarro: La doloroso y Los claveles. La contribución de Teresa. Berganza en todas estas zarzuelas es, por lo menos, sobresaliente pese a que, en ocasiones, su timbre de «mezzo» queda algo tirante por agudas tesituras escritas para tiple (Rosa de! azafrán y IM del manojo, por ejemplo). Pero aún en esos casos !a calidad tímbrica de su voz es absolutamente idónea; ello unido a una pronunciación diáfana y a un especial sentido de la rítmica, del rubato del justo punto para el acento castizo, produce resultados invariablemente muy buenos y, en muchas ocasiones, excepcionales. Creo que, entre las voces españolas que han cultivado con asiduidad este repertorio, tan sólo Conchita Supervía ha ofrecido en disco una calidad interpretativa y vocal tan excelente (recordemos sus dúos con Marcos Redondo) aunque sus grabaciones no sean tan numerosas como las de Teresa. Cerramos este repaso de la zarzuela mencionando los dos registros realizados para Ensayo con la Orquesta de cámara inglesa y García Asensio: el primero de ellos, titulado «Concierto de género chico» es una 32 Scherzo Decca tuvo a la Berganza como artista exclusiva desde 1959 hasta cerca de 1970. El primero de sus recitales para esta casa inglesa estuvo dedicado a Rossini, con fragmentos de las tres óperas favoritas (Barbero, Cenerentola, Italiana), del Stabar Maier y de Semiramis en su papel protagonista, no en el de «Arsace». Este disco asombra aún hoy tanto como debió asombrar en 1960, pues Berganza restituyó la escritura de Rossini a su exacta dimensión vocal y estilística con una voz cálida, flexible y ágil, capaz de una coloratura no solo impecablemente ejecutada sino además, expresiva y rica de colorido, lo que va implícito en el propio término y debiera estar indisolublemente unido a él en la práctica. Pocos años después, la irrupción de Marylin Horne en el Rossini serio {Semiramis, Tancredi, Asedio de Corinto, Donna del Lago) completaría, tras la Arnüda y el Turco en Italia de María Callas,-en los años 50, una perfecta plasmación de todos los estilos rossinianos. El citado disco fue seguido en 1961 por otro no menos deslumbrante con música de Gluck, Pergolesi, Paisiello, Haendel y Cherubini. Destaquemos las arias de «Paris» («O del mió dolce ardor»), «Cleopatra» («Piangeró») y «Neris» («Solo un pianto»): precisamente esta última supuso su consagración junto a la Callas en una histórica Medea dirigida por Rescigno en Dallas (1958), felizmente preservada en disco (Foyer). No menos histórico fue su «Ruggiero» junto a la «Alcina» de Joan Sutherland. Por inexplicable que parezca, esta estupenda grabación de Richard Bonyhge no movió a Decca a explorar más el repertorio haendeliano, en el que la pareja Sutherland-Berganza hubiera sido sensacional. Aun hoy, las arias «Verdi prati» o «Sta nell' arcano» son paradigmas de los aspectos del «belcanto»: la linea «Spinata» —sin adornos— de la primera o la de bravura, con brillantes agilidades, en la segunda. Teresa Berganza registró también para Decca otras cuatro óperas completas: La clemenza di Tito y Cosí fan tutte, de Mozart; El barbero de Sevilla y La italiana en Argel de Rossini. Pese a que los repartos incluyen nombres de gran relieve, casi ninguno está a la altura de Berganza a causa de limitaciones estilísticas o vocales. En conjunto, el mejor registro es el Tiius mozartiano al que Berganza presta su insuperable «Sesto». En resumen, cinco óperas completas en más de 10 años de exclusiva no es un balance que honre a los directores artísticos de Decca y es lógico que la artista buscase en Deutsche Grammophon ampliar su repertorio discográfico. Pero tampoco la empresa alemana logró reunir en torno a ella un grupo homogéneo de cantantes rossinianos —acaso por imposibilidad física—, y así las grabaciones de El barbero de Sevilla y La cenerentola son históricas sólo en lo que atañe a su labor y a la orquestal, debida a la Sinfónica de Londres con Abbado. Este dirige un Rossini limpio de tradiciones espúreas, nítido y de un admirable humor, un tanto irónico. Tampoco fue perfecto el reparto de un nuevo Titus dirigido por Bohm (1978), con un protagonista —Peter Schreier— difícilmente soportable, como suele resultar en el repertorio italiano. El mejor álbum de Berganza para DG fue la Carmen que siguió a las representaciones en el King's Theater de Edimburgo ENTREVISTA la discografia del autor italiano ha sido descrita antes. En la mozartiana aún quedan por señalar dos personajes, «Zerlina» y «Cherubino». El primero ha sido preservado en imagen y sonido: el irregular registro de Lorin Maazel sirvió de banda sonora para una película de Joseph Losey en la que Berganza aparece como una inhabitual «Zerlina», de atractiva madurez, poco ingenua y muy sensual. Las bodas de Fígaro ha sido la ópera más representada por Teresa Berganza, que ha hecho del «Cherubino» una antológica creación, grabada dos veces por EMI, con Klemperer (1970) y con Barenboím (1976). A la primera versión le falta espíritu mozartíano, y pese a que Berganza está en mejor momento vocal que en la segunda, esta última parece preferible por su reparto y dirección más homogéneos, aun sin alcanzar a las dirigidas por el primer Karajan, Erich Kleiber o Giulini. Concluyamos el repaso de la discografia mozartiana de Teresa Berganza citando sus recientes Arias de concierto para Decca (con Gyorgy Fischer) y la admirable «Ch'io mi scordi di te» que grabara con Pritchard en 1962, también para Decca, acompañada de otras espléndidas pertenecientes a Cosí («Fordiligi» y «Dorabella»), Bodas («Cherubino») y Ti tus («Sesto»). Los discos más recientes h'mo: Rohertv Estrada en 1977: el trabajo intenso del equipo Abbado-Faggioni-London Symphony con el reparto vocal fue admirablemente registrado, resultando una Carmen clara, brillante, mediterránea y pasional, aunque desprovista de excesos. La critica francesa, en general, aceptó casi sin reservas este registro como el más completo, técnica y artísticamente, realizado hasta entonces de la partitura maestra de Bizet. La «Carmen» de Berganza, meditada profundamente y pulida en todos sus detalles, es una de sus grandes creaciones por medio del canto, sin exageraciones «temperamentales». Resulta aun sin el apoyo de la escena, una criatura vital, libre y trágica. Puede decirse que la linea marcada por Supervia y Victoria de los Angeles en los años treinta y cincuenta culmina en este registro admirable. Deutsche Grammophon proporcionó a Berganza buenas ocasiones en lo que se refiere al repertorio español: tres discos de canciones, más un álbum con La Vida breve y El amor brujo son un buen conjunto, del que me parecen preferibles los estupendos recitales con Yepes (1974 y 1978) y Lavilla (1976) a las partituras de Falla, cuya tesitura no es exactamente la de Berganza, en especial la muy aguda en La vida breve. Por cierto que las siete canciones populares, notables en la guitarra de Yepes, creo que eran aún mejores en el primer registro con el excelente Félix Lavilla al piano. Destaquemos, para concluir, el recital de arias barrocas italianas con Ricardo Requejo; los Stabat Mater de Pergolesi y Alessandro Scarlatti, formando pareja insuperable con Mirella Freni; y la Pulcinella stravinskiana con Abbado. Teresa Berganza y Cherubino Ya quedó dicho que los ejes de la carrera de Teresa Berganza fueron Rossini y Mozart; su contribución a Para EMI registró Berganza hace unos 10 años un excelente disco Vivaldi (con Valentini-Terrani y Mut¡) y, más recientemente, la Scheherazade de Ravel y una chispeante versión de La Périchoie junto a Carreras, dirigidas ambas por Plasson. A partir de 1980, Berganza ha comenzado a grabar para otras casas como Philips, Erato, la alemana Orfeo y la suiza Claves. En esta última, notables versiones de Amor y vida de una mujer, de Schumann o El cuarto de los niños, de Musorgsky. Esperemos que Claves brinde a la cantante la oportunidad de llevar al disco partituras de Schubert, Brahms, Wolf o Fauré que a menudo figuran en sus recitales. El último disco de Teresa incluye un infrecuente grupo de autores: Villalobos, Guastavino y Braga, con las encantadoras, Seis cancoes nordestinas de este último. En la discografía de Teresa Berganza hemos pasado revista a grabaciones operísticas de los repertorios francés, italiano y español; a canciones y «heder» de estas lenguas y de las alemana, rusa y portuguesa; y también a varios registros de oratorios. Un catálogo, pues, muy rico y vanado, que pone de relieve la versatilidad de la artista en géneros, estilos e idiomas diversos. Pero seguramente este catálogo oficial no es todo lo completo que las calidades artísticas de la artista merecen: a las lagunas antes apuntadas hay que añadir ciertas óperas como Werther y Mignon que Berganza cantó en teatro pero no ha grabado comercialmente. En todo caso, su legado discográfico —que sin duda ha de aumentar— bastaría para definirla como una de las cantantes que haya tenido España (en su cuerda, la más, sin discusión), que ha mantenido un nivel artístico sin altibajos en una carrera que se inició ya desde la cumbre. Todos sus discos reflejan una gran voz, a una gran cantante y a una gran artista, tres categorías que comúnmente identificamos pero que rara vez coexisten al tiempo en un mismo intérprete vocal. Cuando ello se produce, el resultado no puede ser otro que excepcional, Roberto Andrade Scheno 33 ALTA FIDELIDAD LOS ORDENES DE PRELACION E N Alta Fidelidad no pueden establecerse dogmatismos de ninguna clase sobre componentes primarios y secundarios; todo es importante y no existe actualmente como sucedió en otro tiempo un criterio oficialmente rígido para establecer qué componentes son los más vitales o importantes en un equipo de Alta Fidelidad. La evolución del conocimiento y las experiencias que existen sobre esia materia suponen ya la evidencia de que ningún componente de la cadena de sonido es desdeñable. Se ha demostrado ya definitivamente la vieja teoría de que la mitad como mínimo de un presupuesto determinado hay que aplicarlo a la compra de cajas acústicas por ser éstas el componente que más influye en el sonido final del equipo. Realmente no es asi. Esta crisis del principio de la primacía de las cajas acústicas no significa en modo alguno que éstas no sean indudablemente el componente que imprime una mayor personalidad al equipo sino que se trata de considerar y ponderar debidamente que el resto de los componentes que van tratando la señal sonora en sus diferentes estadios van a influir de modo muy poderoso, la electrónica por ejemplo, en el comportamiento final de los altavoces y por lo tanto de la música que sale al espacio. Cuando se analiza actualmente la prensa especializada en sonido y muy en particular las revistas «underground» se encuentra uno con teorías y matices para todos los gustos. Se trata de un mundo extraordinariamente cambiante en el que cada cual relata sus propias experiencias y también sus particulares preferencias. A título de ejemplo, resulta de difícil discusión la teoría hoy tan en boga de que el conjunto de lectura de discos (plato, brazo y cápsula) constituye la «clave del equipo» desde el punto de vista de que ese conjunto considerado como un bloque es el responsable de la recogida de 34 Scherzo CD IJI ekttn'tintu es tan importante tomo lu.\ i u/u.* atústitai. la información, generalmente riquísima, que existe en el surco del disco. Pero aun dentro de este principio aparentemente indiscutible surge toda una teoría de prelaciones y consideraciones más o menos técnicas sobre las mil y una formas de combinar el conjunio citado de cápsula-brazo-plato. En este orden de cosas resulta evidente y está suficientemente demostrado el hecho de que ni todas las cápsulas casan con cualquier brazo ni éste se acopla así como así con cualquier plataforma giradiscos. En este campo el número de combinaciones que puede realizarse es enorme y las posibilidades de equivocarse muy grandes si no se dispone de la experiencia o el asesoramiento debidos. Es decir, se puede componer un conjunto exótico y supercaro para conseguir solamente resultados mediocres o francamente malos. Realmente para acertar en este sutil y delicado terreno viene muy bien la ayuda de un vendedor especializado de gran competencia y que disponga de los medios necesarios para efectuar demostraciones fiables en la propia sala de escucha del cliente. Y otro tanto cabe decir del conjunto de amplificación o electrónica del equipo cuya importancia en los resultados finales del equipo resulta absolutamente decisiva. Todo el cuidado que se ponga en la elección de una buena electrónica será un tiempo muy bien empleado tanto si se emplea un amplificador integrado como si se opta por un conjunto de preamplificador y etapa de potencia por separado. En este difícil terreno hay forzosamente que admitir que el preamplifícador en particular constituye el eje o centro de gravedad del equipo, sobre todo en lo que concierne a la «cantidad de la información» que ha de suministrar finalmente el equipo. Bajo un cierto punto de vista el previo es el «cerebro del equipo» y para algunos el componente de más importancia. El preamplificador recibe las señales de las fuentes acústicas (disco, radio, cinta) que ha de entregar de forma impoluta a la etapa de potencia para que ésta a su vez excite correctamente las cajas acústicas. Esa labor de mediación del previo resulta dificilísima y de hecho se puede afirmar que el mercado no ofrece demasiados modelos de verdadera calidad. Aquí las labores artesanales y a la medida mejoran con bastante frecuencia a la mayoría de los materiales de marca. La etapa de potencia en un componente más «fácil», el mercado ofrece más cosas de valor en este terreno pero al igual de lo que sucede con el conjunto de lectura de discos la conjugación previo-etapa puede resultar problemática. De no utilizar un amplificador integrado no es mala filosofía decidir que el previo y la etapa sean de la misma marca; se pueden evitar frustraciones y disgustos siguiendo este consejo. A la luz del conocimiento actual sobre la Alta Fidelidad hay que convenir en mi opinión en el hecho de que ningún componente prima realmente sobre los demás y que a la hora de elaborar un equipo hay que optar por el principio de la armonía del conjunto bien adaptado a ese componente básico que es la sala de escucha. La.\ cajas ai usinas dependen del resiu del equipo . Alfredo Orozco DISCOS BACH: El arle de la fuga BWV 1080. ZolUn Kocsis, piano. Ferenc Rados, piano (Contrapunto 18). Philips 412 729-1 Digital. Hasta hoy ha sido interminable la polémica, y probablemente lo seguirá siendo en el futuro, sobre el destino que Bach tenia en mente para la que fue su última obra. La via más productiva es la que traduce estos pentagramas en sonidos, naturalmente con un cumplimiento mínimo de determinadas exigencias musicologicas. Gustav Leonhardt demostró sobradamente que la magna obra puede tocarse en un teclado, salvo los contados pasajes que precisan de dos intérpretes. Decir teclado indica los instrumentos que Bach tenia a su alcance en su tiempo. Esto excluye el piano moderno. La elección hecha en el registro que comentamos lastra de raiz sus hipotéticos logros. Desde luego que Kocsis es un magnifico pianista, pero su Arte de la fuga se encuentra a años luz del ideal bachiano. Casi todo le separa de la verdadera atmósfera barroca. Al pianista no parecen bastarle estas piezas como monumentales estructuras lógicas y por ello les confiere un carácter disparatadamente pseudodramátíco. Una empresa errónea. DISCOS ciones no se resienten por este lado. El problema radica en el aliento dado a la recreación. Parece que se ha buscado una linea poco comprometida, como distanciándose emociona I mente de la obra. Se aprecia una cierta desgana en determinados pasajes y afectaciones en la batuta en otros. El pulso vital de la página sufre, de esta forma, alteraciones y desfallecimientos. Desde luego, apenas se pasa de la letra de la obra. Superior tono expresivo se encuentra en la Sonata para violín n& 2. Todo se viene a cifrar en la mayor dosis de sinceridad al hacer música. Un disco, como se ve, desigual. E. M. M. BACH: Suiíes para violoncelto solo nQs 3 a 6 BWV 1009-1012. Pablo CaBRITTEN B.: A Midsummer Night's sáis, violoncillo. EMI 037 10 0893 I y Dream (El sueño de una noche de 037 10 0894 1. verano). Alfred Deller, El iza be th Harwood, Peter Pears, Thomas Hemsley, Con estos dos discos se completa la Josephine Veasey, Heather Harper, reedición de las versiones grabadas Stephen Terry, John Shirley-Quirk, por el genial instrumentista catalán de Helen Watts. Owen Brannigan, Norla titánica colección de las Suiíes para man Lumsden, Kenneth Macdonald, violomello solo de Bach. Los registros David Kelly, Robert Tear, Keith Ragcuentan ya con una buena cantidad de gett. The London Symphony Orchesaños a sus espaldas. No será superfluo E. M. M. tra. Dirección: Benjamín Brillen recordar Is fechas ade las tomas: 3*, (DECCA SET 338-40) Álbum 3 disnoviembre 1936; 4 , junio 1939; 5', cos. Importación. junio 1939; 6», junio 1938. U datación de por si lo suficientemente expresiBACH: Concierios de Brandemburgo es A partir de influencias tan distintas y nos ayuda a valorar correctaBWV 1046-1051. Orquesta Phllhar- va y contradictorias. Brillen creó un lenmente estas interpretaciones de Casáis. monia. Director: Otto Klemperer. Como quiera que ya se realizó un guaje muy personal y ante todo eclécEM1 137 10 0532 3. tico por naturaleza y por elección. El comentario a la aparición de las dos sueño de una noche de verano es obra primeras Suiíes (SCHERZO nD |, compuesta en el año 1960. La elaboraLa grabación de Klemperer de los p. 35) no vamos ahora a repetir las ción del libreto, basado en la obra del Can ciertos Brande/aburgueses, fecha- opiniones entonces expuestas. Bastará mismo título de Shakespeare, fue lleda en 1961. es el «canto del cisne» de con insistir en el carácter histórico de vada a cabo por el compositor y el todo un universo interpretativo. Desde estas grabaciones, absolutamente imtenor Peter Pears. La partitura, si es ese año, nuestra sensibilidad hacia el prescindibles para seguir la curva de mucho atrevimiento afirmar que es la barroco ha experimentado una verda- los acercamientos a estas partituras. mejor ópera de Britten, es, sin duda, la dera revolución. El cuarto de siglo que Tampoco debemos omitir el hecho de más imaginativa. Esta imaginación hinos separa de estos dos discos ha que las recreaciones de nuestros dias se zo que, con escasez de medios y una quebrado insalvablemente una tradi- hallan muy lejos de las propuestas por buena inspiración, el autor, creara un ción conceptual, cuya falacia se ha Casáis. universo sonoro misterioso, brillante y visto descarnadamente expuesta. No humorístico. No hay limite a la pasión, se trata ya de la vieja cuestión de E. M. M. la magia, la comedia. Los sentimientos obtener grupos adecuados a partir de son expresados magníficamente y la formaciones superiores, dedicadas música proyecta limpiamente el texto normalmente a otro tipo de repertorio. abreviado. El sonido resultante, desde luego, es II I I' I II ínapropiado. Lo que nos distancia a Las páginas de esta obra están llelos oyentes contemporáneos de una nas de matices, creando Britten para versión como la de Klemperer es su ésta fábula shakespeariana tres lenBRAHMS: Concierto para violín y «filtro» romántico, su exagerado «paguajes musicales distintos que se coorquesta en re mayor Op. 17. Pinchas trios», la pesadez de los «tempi», la rresponden con los tres niveles en que Zukcrman, violín. Orquesta de Paré. longitud de las frases y lo equivocado se mueven los personajes. A cada niDirector: Daniel Barenboim. Sonata de la acentuación. Todo ello moldea para violín y piano n& 2 en la mayor vel, el compositor asignó un colorido una idea de Bach absolutamente capeculiar en la instrumentación y en el Op. 100. Pinchas Zukerman, violín; duca. tratamiento de las voces: Titania y Daniel Barenboim, piano, DG 415 Oberon cantan agudas notas barrocas. Cuando todavía no se han apagado 838-1. Reprocesado Digital. Representan un mundo mágico por ios ecos de la celebración del centenamedio del arpa, clavicémbalo y la perrio de Otto Klemperer, la imagen del La interpretación del Concierto cusión, reforzado por las intervenciogran director viene a completarse para violin produce una extraña imnes habladas de Puck y la voz sobreahora con uno de sus puntos débiles. presión. Evidentemente, solista, orhumana de Oberón. Los avalares y questa y director se hallan a una altura querellas de los enamorados son suE. Ai. M. técnica más que suficiente y las ejecuScherzo 35 DISCOS brayados por la cuerda y la madera, mientras que el mundo de los artesanos se hace cargo del fagot y los metales graves que son símbolo de rusticidad. El registro sonoro al que hacemos referencia fue producido por John Culshaw en 1966. Se trata de la ópera completa y que se sepa única y soberbia versión en el mercado discográfico. Brillen, de nuevo se reveló como el intérprete ideal de su propia obra. Junto a la equilibrada dirección están los virtuosos dibujos de la Orquesta Sinfónica de Londres (sonido de trompetas que acompañan al Puck acróbata). Peter Pears hace un Lisandro correctísimo. Owen Brannigan en un Bollan encantadoramente agresivo y cómico; en su famosa «traducción» de un asno demuestra una admirable técnica. De entre los enamorados Josephine Veasey (Hermia) está sobresaliente. Para finalizar, el contratenor Alfred De I ler que estrenó la obra y para quien Britten creó el papel de Oberon, es el intérprete idóneo y efectivo de este personaje. En estas sorprendentes páginas hasta el bosque canta, a través de las cuerdas cuyo sonido se eleva y palpita con un hechizo viviente. Hez que da la impresión que concebir y ejecutar esta partitura bruckneriana es la cosa más fácil del mundo. Todo ello le aleja por completo tanto del agobio opresivo de la versión de Karajan (DG) como de la aburrida corrección de la lectura de Boehm (Decca). La expresividad nunca es desbordante, e incluso en los grandes climax no se pierde nunca de vista la claridad del discurso. En conjunto el Bruckner de Kubelik posee esa rara mezcla de intuición, espontaneidad y control intelectual que acercan a nuestro director al lado de los legendarios Schuricht o Knappertsbusch (por citar a dos brucknerianos de reconocido prestigio). La respuesta de la Orquesta de la Radio Bávara ha sido «todo corazón» a los mandatos de su antiguo jefe. El sonido bueno en lineas generales, aunque algo opaco. Afortunadamente el comentario de lleana Cotrubas: «Los discos dentro de algunos años no tendrán ningún valor artístico» (ver número 3 de SCHERZO) no ha sido profético (aunque quizá nos hallemos ante la excepción que confirma la regla). A. DVORAK: Sinfonía nf> 9 en mi menor, np. 95, «De! nuevo mundo». Orquesta Phi I harmonía: Otto Klemperer. EMI-Acor de 037 10 0587 1. BRUCKNER: Sinfonía n<> 3 en Re menor. Versión revisada 1876/ 77. Orquesta Sinfónica de la Radiodifusión Bávara. Director: Rafael Kubelik. (CBS Masterworks, IM 39033. Digital) 36 Scherzo S. M. B. E. P A. M. G. F. Rafael Kubelik se prodiga poco en los estudios de grabación, pero cuando alguna vez que otra aparece por ellos y además da en la diana, entonces se pueden comprender las palabras de Sergiu Celibidache cuando asumió la dirección de la Filarmónica de la capital de Baviera: «En Munich sólo se puede hablar de música con Rafael kubelik». La paradoja de esta frase, que parece estar hecha «pour épater le bourgeois», es que el maestro checo está en las antípoda» del director rumano, esto es, no es analítico, ni minucioso, ni racionalista; tampoco es un mago del sonido orquestal y no se preocupa en exceso por la cohesión lógica de los diversos movimientos de una composición sinfónica. Pero lo cierto es que al escuchar detenidamente esta grabación hay que rendirse ante la evidencia: estamos ante un músico con todas las de la ley. Kubelik, como se sabe, es un gran director romántico cuyo principal resorte interpretativo es la intuición, y en el caso de esta Tercera de Bruckner el resultado ha sido un fenomenal acierto en la expresión. Todo está planificado y expuesto con tal senci- Es precisamente lo que consiguen magistralmente dos de los grandes intérpretes de nuestro tiempo, Richter y Carlos Kleiber, en un disco de rara perfección que ahora edita EMI en serie económica. El cuidado de ese maniático de la perfección que es Kleiber permite el milagro de esa integración en este disco que es absoluta referencia. Es cierto que se trata de una obra poco habitual en el mundo del disco. Como alternativa o como conocimiento para dvorákianos impenitentes podríamos recordar el magnífico registro de CBS en que George Szell dirigía a la Orquesta de Cleveland, con Rudolf Firkusny al piano; o ta grabación checa de sello Supraphon en que Frantisek Jilek dirige la Orquesta Filarmónica del Estado de Brno. con Radoslav Kvapil —un soberbio pianista— en la parle solista. A. DVORAK: Concierto para piano en sol menor op. 33. Svialoslav Richler. Orquesta del Estado de Baviera: Carlos Kleiber. EMI-Acordc, 037 29 0049 1. Este disco constituyó uno de los grandes éxitos fonográficos (al menos de crítica) de finales de los años setenta. Esta obra de Dvorak pertenece a la etapa relativamente juvenil del compositor y probablemente es una pieza más digna de consideración que su más conocido Condeno para violt'n. Es una obra en que lo concertante se somete a una concepción sinfónica, donde el solista no ocupa un protagonismo excesivo, donde hay una integración orgánica del discurso pianístico con relación al conjunto. Por eso en esta obra la dirección orquestal y la relación batuta-solista son esenciales. Escuchando esta peculiar versión de la Sinfonía del nuevo mundo caemos de nuevo en la cuenta de que lo sinfónico —como tantos otros géneros y formas— puede ser enfocado desde puntos de vista tan variados que el discurso final constituye, en cada caso, algo muy distinto. El sinfonismo de Dvorak sigue la ortodoxia formal del legado beet noven ¡ano (el Beethoven de las sinfonías I a 8) que se consiguió salvaguardar desde las aportaciones sinfónicas de Mendelssohn. Dvorak fue un nacionalista, y a pesar de ello se convirtió en un sinfonista de características cent roe uro peas. Pero su espíritu es diferente. Sus melodías, populares o inventadas, son ligeras, de lineas clarísimas; su armonía es clasicista, tradicional, límpida, meridiana. Su mundo es ajeno a las brumas de buena parte del sinfonismo germánico, lejano a la densidad de pensamiento de compositores como Bruckner o el mismo Brahms —que fue su amigo, su protector ocasional y también su admirador—. Y precisamente lo que hizo Klemperer en este antiguo registro fue darnos una visión casi bruckneriana de esta conocidísima sinfonía (escúchese, sobre todo, el Largo, en este sentido). Lo que se gana en densidad se pierde en esa gracia ligera que constituye quizá una de las grandes aportaciones de Dvorak. Es como si el director diera crédito a aquellos que consideran que Dvorak, por ser melódico y clásico, fuera «superficial», y pretendiera corregirle. La experiencia DISCOS puede resultar fascíname: un Dvorak incluido en el glorioso ilinerario del sinfonismo germánico, donde se descubren velas de gravedad discursiva antes desconocidas. Para algunos puede suponer la «recuperación» del descarriado Dvorak. Para otros puede significar que se está haciendo algo que no tiene nada que ver con lo que compuso el checo. ¿Opción dudosa? Tal ve?. Por mi pane, no me atrevo a descalificarla, y prefiero limitarme a estos matices. HAENDEL: Zadok ihe Priesi. The King shall rejoice. Leí thy hand be strengthened. My hean is intjiting. 2 números de Judas Mactabaeus. Joan Rodgers, soprano; Catherine Den le y, contralto; Anthony Rolfe Johnson, tenor; Robert Dean, bajo. Academy •nd Chorus of St. Martin-In-TheFitlds. Director: Neville Marriner. Philips 411 733-1. Digital. Se recogen en este disco las cuatro Antífonas para la coronación que compusiera Haendel con motivo de la 5. M. B. ceremonia celebrada en la Abadía de Westminster el 11 de octubre de 1727. Accedían por ella al trono Jorge II y 9 DVORAK: Sinfonía n 9 en mi menor su esposa Carolina. Hacía muy poco Op. 95. Filarmónica de Viena. Direc- que Haendel se había naturalizado tor: Kirl Bohm. Variaciones sobre un inglés y por lo mismo, su elección para lema original. Sinfónica de la Radio tan importante ocasión suponía un de Baviera. Director: Rafael Kubelik. claro exponente de la consideración en DG 415 837-1. Reprocesado Digital. que era tenido. Haendel, naturalmente, realizó un trabajo de mayor entidad Dos obras fundamentales del catá- que la simple comisión de obras funlogo orquestal de Antonin Dvorak de cionales. Sin embargo, el carácter «ofimuy distinta aceptación entre intérpre- cial" de las Antífonas no dejó de limites y público. La Sinfonía del nuevo tarlas como logros estéticos. El sajón mundo ha sido llevada al disco en se preocupa en ellas mucho más del infinidad de ocasiones. Una lectura efecto de grandiosidad, que de dibujar debe aportar algo en verdad muy per- las partituras en detalle. Teniendo en sonal para hacerse un hueco entre mente los grandes efectivos con los tanta oferta. Cuando se trata además que iba a contar el dia del acto, Haende una reedición, como esta que ahora del optó por la brillantez y la masivípresenta la serie Gallería, la compe- dad coral, colocando las intervenciotencia es más reñida. La versión de nes solistas en un plano muy secundaBóhm dispone por derecho propio de rio. un lugar de honor. El director ausMarriner ha sido uno de los grandes triaco atrae quizá demasiado la obra a intérpretes haendelianos de los últimos la órbita germana, pero su interpreta- años. La pujanza actual de otras opción es, en cualquier caso, de una ciones más atrevidas —por ejemplo, serenidad clásica. Sobresale la extraorHogwood— le ha ocasionado la pérdidinaria capacidad para poner de relie- da de los puestos de cabeza. Su Haenve la dimensión cantable de la parti- del, con todo, si no de vanguardia — tura. Secunda a BShm una Filarmóni- nada un tamo entre dos aguas estilística de Viena en una ejecución gloriosa. cas— sigue siendo valioso y disfrutable. Marriner no es un radical, en la Kubelik se entrega con convicción a recrear las l'ariationes un lema origi- acentuación, el fraseo o la acritud (imbrica. La música de Haendel en sus na!, demostrando que estamos ante un Dvorak en estado puro. Su visión manos es de una elegancia clásica. Lo recorre una amplia y rica paleta or- que nos propone en este disco no se questal que va del poderío a la delica- concibe sin las extraordinarias prestaciones de coro y orquesta. deza. Muy poco feliz la inclusión de los fragmentos de Judas Macabeo. E. M. M. E. M. M. HAENDEL: Concierto grosso «Alexander's Feastv. Sonata a 5 en si bemol mayor. Conciertos para oboe nfy Ia3. David Reichenberg, oboe; Simón Stand age, Micaela Comben i, violines; Anthony Pletth, violoncello; PaulNicholson, órgano. The English Concerl. Clave y Dirección: Trevor Pmnock. Archiv 415 291-1. Digital. Asombra comprobar que un autor de la inmensa y reconocida talla de Haendel tenga todavia parcelas de su obra poco conocidas. Una consecuencia inevitable de esto es el descuido fonográfico. La obra instrumental de Haendel aparece en un segundo plano frente a la vocal. Se avanza constantemente en la registración en primicias de óperas y oratorios, pero no parece que llegue a completarse una visión correcta de todas las obras instrumentales, si se excluyen las grandes colecciones. Hay, además, problemas de autenticidad sin resolver, o de simple ordenación, como es el caso de los Conciertos para oboe aquí grabados. Una abrumadora mayoría de los conciertos escritos por el sajón presenta una dependencia en su material temático de obras vocales. La autonomía total se da en escasos ejemplos, alcanzándose sobre todo en la Op. 6. Trevor Pinnock ha demostrado anteriormente que es un espléndido interprete haendel ¡ano. Destaca en su discografia una sensacional lectura de los Conciertos para órgano. Este disco se coloca en la misma linea general de acierto. Aun reconociéndose el valor de las interpretaciones de Pinnock, se debe señalar alguno de los peligros que subyacen en sus enfoques. El mayores la seriedad excesiva, en detrimento de lo lúdico, de lo vital. Hoy por hoy, esto asoma como posibilidad. Magnificas intervenciones solistas. E. M. M. F. L1SZT: Conciertos para piano núnts. I y 2. Venezia e Napoli: Gondoliera, Canzone & Tarantella. Lazar Hermán. Orquesta Sinfónica de Vicna: Cario María Gíulini. Deutsche Grsmmophon Gallería 415839-1. (DtgiUlly Remutered). Liszt concluyó sus dos conciertos pianísticos durante su larga estancia en Weimar —el segundo, en rigor, algo después—, pero la composición o el esbozo eran anteriores, de su etapa de solistas virtuoso itinerante. Se trata, pues, de obras que constituyen un compromiso entre las demandas del pianista de éxito y las ambiciones sinfónicas que se fueron desarrollando en Weimar y que ciaría lugar a doce de los Scherzo 37 DISCOS trece poemas sinfónicos y a las Sinfonías Fausto y Dante. Se trata de obras concenantes que convierten al piano en protagonista absoluto, y donde la orquesta tiene una importancia relativamente inferior a la de las obras concertantes clásicas. Estos conciertos inauguran una forma de hacer enfática, gesticulante, de bravura, lo cual no significa necesariamente algo peyorativo. Sus continuadores fueron el Chaikovski del Primer concierto y el Rachmaninov de sus cinco obras para el género. El solista de este registro, Lazar Berman, es uno de los grandes especialistas actuales en la música pianística de Lisa. Por eso, y por el acompañamiento de uno de los monstruos de la dirección de orquesta de nuestros dias, Giulini, este registro constituye una de las auténticas referencias para estas obras. Berman matiza como pocos esas diferencias dinámicas acusadas, crea una ligazón de las frases que da a las obras una sensación de continuidad, de todo orgánico, que permite una comprensión fecunda de unas obras a veces mal consideradas por los melómanos. Creo que se encuentra a nivel semejante — algunos dirían, por qué no, que superior— a otros registros, como los históricos de von Sauer y Weingartner (lejanísima grabación de EM1, con von Sauer, discípulo directo de Liszt al final de la vida de éste) o KatchenArgenta (DECCA). Entre los registros modernos cabría destacar los de Brendel y Haitink (Philips) y Beroff-Masur (EMI). Completan este registro reprocesado en digital tres números de Venezia e Napoli, ya incluidos en el álbum triple con la integral de Años de peregrinación. S. M. B. MENDELSSOHN: El sueño de una noche de verano. WEBER: Oberturas de Oberon y Der Freischütz. Edílh Malbis, Úrsula Boese. Coro y Orquesta de la Radio de Baviera. Director: Rafael Kubelik. (Deutsche Graitimophon 415.840-1. Reprocesado en sistema digital). Casi nadie ha dejado de sorprenderse y gozar con ese divertimento que es el Sueño de una noche de verano de Shakespeare, de tal forma que Herminia, Titiana, Teseo, Puck, elfos y payasos irremediablemente componen un fresco de eterna juventud, en el que lo lúdico, lo mágico, el amor y la noche, trenzan el ritual pagano de la noche de San Juan bajo el sonoro rebuzno de Puck, hábilmente orquestado por un judío berlinés que se llamó Mendelssohn. Obra encantadora, ninguno de los grandes maestros, Monteux, Maag, Klemperer o Szell resistieron la tenta38 Scnerzo ción de grabar esta música incidental y, a esta cita, no podía faltar Kubelik, maestro clásico entre los clásicos, para aportar la alquimia de su paleta orquestal sensitivamente traducida por la preciosa orquesta de la Radiodifusión bávara que sabe prestar su sonoridad más exquisita a este enredo de la fantasía. La fiesta se cierra con otro clásico romántico: Weber con su Oberon y su Der FreischütZt ambas oberturas recreadas maravillosamente; destacando en la primera, el aliento poético y el j liego sutil de los contrastes del Sueño shakesperiano; en la segunda vibrando desde el silencio, toda la fuerza del rornaiícismo incipiente: el misterio de la naturaleza y la redención por el amor, levemente sugeridos por el colorido y la potencia sonora de la orquesta bávara. Desde hace veinte años Kubelik y su orquesta muniquesa vienen apareciendo como el fénix por los anaqueles discográficos, ¿por qué no ahora, cuando el sonido original se ha mejorado por el tratamiento digital para satisfacción de los melómanos? otra parte, pesante y poco contrastada, hace que la transparencia de la orquesta alemana se pierda en la grisura de una toma de sonido bastante plana. En definitiva, el excepcional intérprete que fue David Oistrakh no encontró en esta grabación la clave de estos conciertos. Una de las alternativas más válidas que el aficionado puede encontrar en la actualidad sigue siendo la que hace ya 25 años realizara Grumiaux con la Sinfónica londinense y Colin Davis cuando éste aún no era Sir. A. M. J. A. M. J. Miasorgsky. MOZART: Condeno para violin v orquesta n^S, K. 219. Sinfonía concertante para violin, viola y orquesta, K. 364. Igor Oistrakh (violin). David Oístrakh (violin y viola). Orquesta Filarmónica de Berlín. Director: David Oislrakh. (EM1, Acorde, 03710249.11) Galantes y risueños, como los D¡vertimentos y Serenatas compuestos en Salzburgo hacia 1775, la Sinfonía concertante para violin y viola o el Concierto «turco» para violin nos muestra al joven Mozart de 19 años como un joven alegre de humor desenfadado que también sabía de melancolías. Un pequeño conjunto de cuerdas reforzado por oboes y trompas acompañarán a los solistas, los cuales estarán por encima del virtuosismo nada fácil de los conciertos. Obras favoritas de públicos y solistas los Oistrakh las han paseado por doquier, especialmente David, quien a menudo en su vida cambió violin por viola para cautivar a los auditorios con la dulzura de su sonoridad. Sin embargo la grabación que nos ocupa decepciona porque si la técnica es irreprochable y el sonido, terso y luminoso, es el idóneo para esta música, el excesivo romanticismo del violinista ruso, que además dirige a una adelgazada berlinesa, privada a estas obras de su más íntima esencia: la vivacidad y elegante humorismo tan cercano al espíritu de la ópera. La dirección, por MliSSORGSKY, M.: Cuadros de una esxposición (x), orquesta ción de Maurice Rivel. RAVEL, M.: Mi madre la acá (xx); Rapsodia española (xx). Orquesta Sinfónica de Chicago (x). Orquesta Filarmónica de Los Angeles (xx). Cario María Giulini, director. DG, Gallería, 415844-S, reproceso digital. Cuando apareció la grabación de los Cuadros (1976) con Giulini fue saludada alborozadamente como una de las versiones de referencia, tanto musical como técnicamente. El noble, elegante y aristocrático Giulini había realizado, con la perfectisima Sinfónica de Chicago, una puesta en sonido malancólico voluptuosa, donde se consumaba el amor entre la ruda entraña del alma eslava y las refinadas maneras del salón anstocrático-burgués occidental, ahora transformado en la sala de conciertos mesocrática. El bello registro —medido, moroso, sensitivo, refulgente— se completaba entonces con la también «rusa» Sinfonía Clásica, de Prokofieff, lo que producía una inconveniente «boutade» desembocante sin remisión en la incompatibilidad de caracteres presuntamente afines. La reedición de los Cuadros —en disco económico y. además, de generosa minutación— viene ahora acompañada por el segundo registro que hiciera Giulini de su suntuosa Rapsodia Española (el anterior lo fue para EM1 con la klemperiana New Philar- DISCOS monia) y con ei de la más prousliana proposición —casa de muñecas, cajita de música, pulcros niños de gasas y tules que han desayunado magdalenas— que imaginarse puede de Mi madre la oca. Este es ahora un disco ra ve lía no genuino y primerisimo, con orquestas técnicamente envidiables y un director tan inteligente como sensible y cultivado: si alguna vez se ha rozado la perfección discográfica (sin detrimento de la música), he aquí una de esas, más que raras, mágicas ocasiones. A. F. M. SAINT-SAENS: Sinfonía n° 3 en do menor Op. 78. Bacanal de «Sansón y Dalila» op. 47. El Diluvio Op. 45. Danza Macabra Op. 40. Sinfónica de Chicago (Op. 78). Orquesta de París. Director: Daniel Barenboim. DG 415 847-1. Reprocesado Digital. No es esta breve crítica discográfica el lugar para valorar la trascendencia de la música de Sainl-Saens. Desde la postura de puro subjetivismo de quien esto firma, que el lector juzgará, se trata de un producto muy bien escrito pero vacío. La atención desmedida que se le presta es una injusticia sangrante cuando todavía tantos como pósito res de talento permanecen postergados. Se dan ocasiones en las que las cualidades de la música de Saint-Saens, brillantez, efectismo, superficialidad. sensiblería, encuentran un intérprete que sabe traducirlas a ¡a perfección. Esta es una de ellas. E. M. M. SCHN1TTKE, Alfred: Concierto núm. 2 para vioiin y orquesta de Cámara Quinteto con piano. Basler Sinfottie-Orchester. Gidon Kremer, Elena Basáis ir ovi, Kathrin Rabus, Gerard Caussé, Ko Iwasaki. Director: Heinz Holliger. (Philips 411 107-1). Digital. Siempre es sorpresa que las casas discograficas entre tantas obras y autores conocidos —algunos hasta la saciedad— hagan llegar al aficionado algunas partituras poco o nada conocí idas, al menos en estos lares. Tal es el eso del soviético Alfred Schnitlke del que escasamente hemos oído gran cosa. Se que existen dos grabaciones con obras del compositor. Una en la casa Chandos que contiene la Sonata núm. 1 para vioiín y la Sonata de estilo antiguo. El otro registro está en Philips con la Sonata para vioiin núm. 2 y el Preludio en memoria de Shostakovich para violín y cinta. Ignoro completamente si estos discos están o han estado en nuestro mercado, opino más bien que no. Schnittke, que cuenta ahora con Si años, adquirió su formación musical en Viena y Moscú donde actualmente y ha hecho trabajos en el Estudio experimental de música electrónica. Hace uso del pluralismo de estilos contraponiendo siempre tonalidadatonahdad sin buscar la síntesis. Si en un principio su método compositivo consistía en algo más racional y constructivista, formando sus obras con el idioma de Shostakovich y Prokofiev, sus exploraciones musicales le llevarían a la segunda escuela de Viena (post-serial). Las piezas que contiene el presente disco son de los años 1966 y 1976, respectivamente. En esta etapa se manera de hacer es más intuitiva y tradicional, recurre a las técnicas antiguas re interpretadas con la óptica moderna. Maneja una paleta {imbrica amplia: técnica serial, aleatorismo controlado, que va del sonido aislado al estallido. Cargadas sus obras de energía y al mismo tiempo de dolor y carácter elegiaco llegamos a la conclusión de que anda merodeando ese mundo que Alban Berg supo transmitirnos maravillosamente. La toma de sonido y la versión de sus obras me han parecido no solo loables sino excelentes. Me hago participe de las palabras del propio compositor cuando dice que las ejecuciones que Gidon Kremer hace de sus obras le han impresionado. Tanto el solista como el resto de los intérpretes logran los necesarios matices para la creación de una atmósfera y contenida emoción. M. G. F. R. SCHUMANN: Carnaval op. 9. Tres piezas del Álbum para la juventud: núms. 37, 38 y 39. Arturo BenedeIti Michelangeli, piano. E MI-Acorde 037 10 2613 1. La gran aportación de Schumann al piano fue la creación de una especie de suíte en que diversas piezas breves, a veces auténticas miniaturas, se engarzaban en un todo cuyo carácter orgánico venía dado por la posible identificación de referencias extra mus i cales, donde cabía un elemento temático común que podía recorrer la suite o aparecer en diversos momentos de la misma. Es, tal vez, un paso más allá de las Romanzas sin palabras al estilo de Mendelsohnn, pero, como ellas, tienen un parentesco, en lo instrumental, con el mundo de la canción. Carnaval es quizá la más famosa de esas obras. Se trata de una suite de veinte números diferenciados que, pese a la juventud del autor, ya muestra todo el mundo sonoro característico del compositor. Tengamos en cuenta que Schumann, desde sus primeras obras — Variaciones Abegg. Papillons—, ya posee su cosmos sonoro propio. Ese mundo de miniaturas unificadas en una suite parte de Papillons y se da en muchas otras obras de Schumann, como las Davidsbündlenanze, las Kinderszenen, la Kreisteriana, etc. En Carnaval aparecen retratos o referencias del mundo espiritual del compositor: sus amores (ne II, Chíanna, que es Clara Wieclc, su futura esposa; n8 13, Estrella, referencia a Ernesiine von Freicken), sus personajes literarios (no 5, Eusebio; n& 6, Flores tan; ambos trasuntos de su propia contrastada personalidad), de la commedia dell'arie, de las danzas, de varias evocaciones humanas o de situaciones hoy difícilmente accesibles... Scheno 39 DISCOS Carnaval no precisa de un pianista virtuoso. Frente a un Líszt, Schumann apareció como un clásico en la escritura pianística, lejano a la bravura y los ataques del húngaro y del tipo de virtuoso de la época (a pesar de la admiración de Schumann hacía Chopin). Pero si necesita un intérprete de especial sensibilidad, de gran capacidad de comprensión de los matices de estas veinte piezas contrastad ¡simas, donde abunda la sugerencia, el guiño gracioso y elegante, la ensoñación, el humor, un lirismo contenido y nunca gesticulante, una pasión jamás explícita. Hay varias versiones del Carnaval que hoy día resultan clásicas. Pensemos en la de Rubintein para RCA o en la de Arrau para Philips, dos auténticas referencias. Más lejos, la grabación histórica de Alfred Cortot (EMI). Y, más reciente, la de Alicia de Larrocha (DECCA). Frente a todas ellas destaca la de Arturo Benedetti Mi chela ngel i, Pero no porque consideremos que es la de referencia. Puede serlo para muchos, sin duda. Lo destacable de esta interpretación es su originalidad, una originalidad nada caprichosa, que resulta comprensible con un mínimo de atención a la lógica que propone el genial pianisia. Se trata de un Carnaval que a menudo resulta heterodoxo, diferente, como si no sonara a esa obra tantas veces oída a los intérpretes relacionados más arriba y a tantos otros. Se trata de una versión cuidadísima, que cumple como pocas esa necesidad de matización a menudo extrema entre las piezas, a veces incluso a costa de lo que estamos acostumbrados a percibir. Desde luego, todo esto no es un descubrimiento. Este disco ha estado a la venta en la serie Ángel hasta no hace mucho y tiene poco más de diez años. Su reedición en serie económica no pillará desprevenidos a los aficionados. Pero a quien no lo posea aún, le recomendarla que lo adquirieran. Y aun con peligro de hacer una recomendación aparentemente consumista, recomendaría también que se escuchara junto con la versión de Arrau o la de Rubinstein. La experiencia puede ser fascinante por las calidades de las interpretaciones, pero también - y sobre lodo— por la comparación enriquece dora de las propuestas. S. M B. nPrior SCHUMANN/GR1EG: Conciertos para piano y orquesta op. 54 y op. 16. Geza Anda (piano). Orquesta Filamónica de Berlín. Director: Rafael Kubelik (Deutsche Grammophon 415.8501. Reprocesado digital). A pesar de la enorme producción discográfica dedicada a los Conciertos de Schumann y Grieg, no podemos 40 Scherzo afirmar que existan muchas versiones de referencia de ambas obras, tal vez porque las dificultades interpretativas que ambas encierran hacen que pianistas y directores fracasen en el momento de enfrentarse a estos pentagramas. La presente grabación, vieja compañera desde que se publicó hace veinte años, es una buena muestra de esas dificultades; en primer lugar hallamos un impresionante concierto de Schumann, recreado por un Ceza Anda en plenitud de forma, espléndidamente secundado por la Filamónica berlinesa a la que Kuhelik hace sonar con una transparencia casi mozartiana: sonoridad que se revela ideal para expresar la pasión exaltada, la alegría y la ternura del Schumann recién casado con Clara Wieck. El endeble concierto de Grieg seria el reverso de la moneda, porque ni pianista ni director saben hallar el equilibrio entre el melodismo fácil y el ambiente ensoñador que le confieren las melodías populares noruegas, de tal forma que el concierto se convierte en algo aburrido, por algo tan esencial como es la fe, porque, ni Anda ni Kubelik se creen lo que interpretan. Reprocesado por el sistema digital, la aparición de este disco ofrece la posibilidad de disfrutar de un excelente concierto de Schumann, aunque confiemos en que D.G. publique grabaciones de otros artistas que el sello alemán parece haber sacrificado en aras del marketing. A. M. J. R. STRAUSS: Aho sprach Zarathustra, Till Eulenspiegel. Orquesta Filarmónica de Bcrlfn. Director: Herberl von Karajan D.G. (Deutsche Grammophon 415.853-1 Reprocesado en sistema digital). Es de admirar la capacidad de copiarse y ser fiel a si mismo del «Gotl» Ka rajan, especie de fakir musical, ave fénix, capaz de hacerlo todo, tocarlo todo o repetirse hasta el infinito en aras del negocio, voracidad que mata a los duendes de la creación artística en la búsqueda de abultados dividendos. De este afán lucrativo que tantos discos mediocres ha producido, habría que salvar las interpretaciones que Karajan hace de Richard Strauss a quien el «Gottn ha servido mucho y bien, quizá por una cierta semejanza de carácter con el músico muniqués, de ahi que el sobrecargo mundo del Zaralhustra nietzscheano o las bromas de ese delicioso rondó que es el Till encuentren en las menos de Karajan todo su esplendor suntuario, a los que no son ajenos las redondas sonoridades de una filarmónica berlinesa, poderosa y dúctil a las órdenes de su máximo jefe. El sonido ya era bueno cuando se publicó este disco hace unos años; hoy reprocesado por el sistema digital mejora aún más la presencia anterior, de forma que el inicio del Zarathustra hace evocar de una muñera casi real la secuencia fílmica del 2.001 de Kubrik. A. M. J. 1. STRAVINSKY: La Consagración de la Primavera (ballet completo). El pájaro de fuego (suite). Orquesta Sinfónica de Londres: Claudio Abbado. Deutsche Grammophon Galien« máster ed). Las dos obras que integran este disco constituían en tiempos el contenido de disco y medio. Abbado grabó por entonces estas piezas más Petruchka. Juego de naipes y Pulcinella. Sólo Petruchka era grabación digital. El punto más alto en calidad fue, probablemente, la versión integra de Pulcinella. La consagración de la primavera de este disco, en cambio, supone quiza la interpretación de menos interés de esas cinco aproximaciones stravinskianas por parte de un grandísimo director como es Abbado, a pesar de lodo. La orquesta es magnífica y suena muy bien —el sonido reprocesado es sin duda excelente— pero, aún tratándose de un Sacre digno, carece del sentido teatral presente en otros muchos registros dramáticos de Abbado. Hay una suerte de concepción lineal que no consigue contrastes ni dimensión escénica a pesar de los habituales cambios de ritmo y dinámica que parecerían facilitar las cosas, en este sentido, a la batuta. Que ello no es asi lo demuestra esta sosa versión de Abbado, que contrasta con la gracia abundante y mesurada del Pulcinella con el que convivió en un álbum cuádruple, junto con la otras obras mencionadas. El discurso se pierde en una exposición carente de tensiones, donde los habituales climax aparecen de repente, sin motivación, donde los episodios se caen sin sostenimiento por parte del intérprete, desmañados y tor- DISCOS EMIL WALDTEUFEL: Vahes (España, Les patineurs. Estudiantina. Acclamalions), Polkas (Minuit, Bella Bocea, L'Esprít Franca is), Galops (Prestissimo). Orquesta de la Opera Nacional de Montecarlo: Willi Boskovsky. EMl-Acorde 037 10 2793 I. StrcivinsL pes. El problema es, quizá, una de las tentaciones que Abbado sufre, sobre todo, en lo* estudios de grabación: la del amaneramiento; algo que, como se ha señalado a menudo, es también muy propio de otro gran maest r o, de otro genio de la dirección de orquesta, el viejo maestro Karajan. Es el amaneramiento, tal vez, lo que destruye el discurso de esta Sacre. En cambio, al lado, encontramos un Pájaro de fuego muy aceptable, lleno de ese misterio a veces ingenuo que proviene directamente del Rimski-Korsakov de la última época. También hay aquí una cierta tendencia a ralenlizar tempi y a dar dimensión lírica a lo que no es exactamente eso (con el consiguiente efecto de romanización, precisamente en una música que le sirvió al compositor para huir definitivamente del Romanticismo), pero la maniera es más respetuosa, o acaso resulta menos forzada con esta obra menos «moderna» que el Sacre: es decir, el preciosismo de la «Ronda de las princesas» del Pájaro es, con todo, más plausible que el de las otras rondas, las printaniére\, donde resulta inadmisible. Es cierto que Abbado quita aristas a la «danza infernal de Kachei», pero también es verdad que la expone con una exquisita transparencia. La maniera regresa con la «Ber.ceu.se», en una interpretación donde se diría uue el intérprete olvida que el destino de esta música es la danza (lo cual no tiene por qué ser necesariamente un reproche). A pesar de las virtudes de Abbado, sobre todo en El pájaro de fuego, no son estas las versiones que podríamos considerar de referencia. Hay muchas Consagraciones más recomendables: la del propio Stravinski con la Sinfónica Columbia (CBS), la de Markevich (EMI). Dorati (DECCA), Horenstein (Marfer), Muti (EM1), Hailink (PHILIPS), Solli (DECCA) y otras que no podemos enumerar. Suites del Pájaro son des laca bles aquella antigua de Kempe, la de Stokowski (DECCA) o la de Haitínk (Philips). S. M. B. Es posible que muchas composiciones de Emil Waldteufel, compositor francés que vivió enire 1837 y 1915, sean más conocidas que su propio nombre, al menos entre nosotros. Su música está a mitad de camino entre la culta y la ligera. Se le ha comparado con Johann Strauss II y con algún otro miembro de esta afortunada e inspiradísima familia vienesa, pero en su feudo parisiense. También se ha dicho que quizá no sea tan grande com aquél, y creo que serla cierto. Las obras que contiene este precioso disco menor no necesitan presentación y constituyen un regalo de cierto tipo de música que carece de excesivas pretensiones, pero que es una invitación a la danza, una suerte de intermedio digno de agradecimiento. Su intérprete es un especialista en esta música. Es conocida la serie de grabaciones de Willi Boskovsky con música de danza de la familia Strauss (Decca) o su va antiguo álbum doble con danzas de Viena que incluía autores como Joseph Lanner, los Strauss, Haydn, Mozart, Schuben y otros compositores casi desconocidos de la Viena que vio el surgimiento de Johann II. Este disco doble fue publicado en España por Hispavox (Clave). Recordemos, en fin. El murciélago de Boskovsky (EMI, publicado en España por segunda vez en el sello desgraciadamente desaparecido de EDIGSA), auténtica referencia de esa obra maestra de la opereta. Recordemos que Boskovsky dirigió los Conciertos de Año Nuevo vieneses ¡entre 1954 y 1979! Todo este aval quizá permitió que el autor de estas lineas sea creído si dice que este disco de Waldteufel es sumamente recomendable. El humor del oyente lo agrade- S. M. B. CANTO GREGORIANO: Proprium Primae Missae in Nativiíate. Proprium Teriiae Missae in Noiivitae. Coro de Monjes df la Abadía Benedictina de Miinsterschwarzach. Director: Peter Codehard Joppich. Archiv 410 658-1 El Canto Gregoriano debe ser considerado en justicia como una de las cimas de belleza alcanzada por la humanidad. En su aparición sedio uno de los casos más fructíferos de mutua fertilización entre arte y religión. La gran tradición del Canto Gregoriano se conserva felizmente todavía en algunos centros aislados. La Iglesia Católica, por razones de suyo evidentes y que no es este el lugar para tratar, ha «renegado» de la que fuera durante siglos su música oficial. Relegado a Monasterios y Abadías, el Gregoriano se defiende de las oleadas de triste vulgaridad que dominan la presente liturgia católica. Las dos Misas que presenta el disco que ha motivado la anterior consideración pertenecen al ciclo de las fiestas de Navidad. Los criterios comúnmente manejados para enjuiciar interpretaciones no sirven en el caso del Gregoriano. Aquí no se trata tanto de la calidad de las entonaciones del solista o el grado de cohesión del coro —más que sobresaliente ambos en este disco— sino de una expresión auténtica y sincera. La raíz del problema puede hallarse en que el disco es incapaz de dar la verdadera dimensión del fenómeno. Su condición de sustituto lo incapacita para comunicar cualquier hecho musical en su totalidad, lo hace más evidente con el Gregoriano debido a su especialísima naturaleza. Asi y todo, los monjes de Münsterschwarzaeh (Alemania) nos hacen llegar la persuasiva unción con que guardan este hermoso legado milenario. E. M. M, EL CLARINETE ACTUAL (I): /. Stravinsky: Three pieces. A. Gentilucci: Gesii e risonanze. J. Villa Rojo: Acordar, E, Alandia: Phucuy. Jesús Villa-Rojo, clarinete. Pedro Eslevan, percusión. LIM RECORDS S20/0O2. Distribución, CBS. Una cosa a resaltar como primera impresión: la excelente toma de sonido del clarinete, instrumento que parece ser un «maldito» para la fonografía. Si una de las ambiciones de LJm Records es conseguir para la música de cámara contemporánea grabaciones que puedan competir con la medida del mercado, lo viene logrando en sus dos primeros discos resultando admirable en éste !a fidelidad lograda en momentos de grandes dificultades como en las hete rufo nías del clarinete, el aire sin sonido o la limpieza de la toma de las baquetas en la fusta al final de Acordar. Es quizás ésta la obra que más atención recabe en el presente disco. Acordar, escrita originalmente para trombón y percusión, es la partitura más bella plásticamente de Villa-Rojo y sus páginas son las más reproducidas de su autor pese a no existir, lamentablemente, una edición de la misma. Es también una obra fundaScherzo 41 ORQUESTA Y CORO TEATRO XXII TEM Delegado Genera Director titular: Mig Abonos Octubre PROGRAMA 1: Aleves. 2 — Viernes. 3 R STRAUSS: Cuatro ultimo* Lieder Solisu: EDITH W1ENS (soprano) B STRAUSS: Sinfonía de los Alpes, Op. 64 Director: MIGUEL Á. GÓMEZ MARTÍNEZ A PROGRAMA 3: Jueves. 16 - Viernes, 17 i. CURIDI: Dtez melodías vascaí E. GR1EG: Concierto en La menor, Op. 16, para plano y orquesta Solista: SERGIO DE LOS COBOS F. MENDELSSOHN. La primen noche de Wa!piréis, Op. 60 Solistas. UTA PR1EW (ainualu)), MA.JTRED FINK (lenorl, SIEGFR1ED VOGEL (bajo) CORO DE KTVE Director: OLEO CAETANI PROGRAMA J. heves. 30 — Viernes, 31 Obra española a determinar F. MENDELSSOHN: Concierto n." 1 tn Sol menor, Op. 25, para pian» y orquesta Solisu: JOSÉ FRANCISCO ALONSO F. MENDELSSOHN: El sueno de un* noche de verano Solistas. CARMEN BUSTAMANTE (soprano) M JVl Noviembre Diciembre PROGRAMA 7: Jueves, 13 — Viente*. H CONCIERTOS FUERA DE ABONO J GURJDI: En un barco fenicio F. LISZT: Concierto o." 1 en MI bemol mayor, para piano y orquesta. Solisu: FERNANDO PUCHOL L. van BEETHOVEN Sinfonía n.* 7 en La mayor, Op. 92 Director: EDMON COLOMER PROGRAMA 9: Jueves. 27 - Viernes. 28 G. F. HAENDEL: Judas Macalwo n *u-tlioln< A Hta|*f ill i t l T ^uiisuiaJ n u n c í i niiiau CORO DE RTVE. Director: RUCUAL ORTEGA PROGRA G. MAH CJrthkntai PROGRAMA 10: JUCVM. 4 - Viente*. 5 R. WAGNER: TrWán e balda (Acto 1°) 0*niúo de concieno) Solutas. INGRTD HAUBOLD (soprano) UNDA FINN1E (mezzosoprwK)) TONI KRAEMER (icnor) HARTMUTWELKER (tarAono) ERICH KNODT (btuo) IMRE REMENYI (lenor) CORO DE RTV ESPAÑOLA Director: MIGUEL Á. GÓMEZ MARTÍNEZ 3UIIDIU> Ulfil 1*1 J^J1 PROGRAMA II: Jueves, U - Viente*. 12 R WAGNER: Trirtau t bolda (Acto 2°) (Msrsión de concierto) Director: MIGUEL Á. GÓMEZ MARTÍNEZ Pr^Pí 1TFÍN Ímr77nsjinrann^ r C r v l - i J • t - i L™ 11 ¡••^ÍU/tnrtf 1 alikff CORO DE RTVE (Grupo fernenino) Director: JORGE RUBIO B PROGRAMA 2: Jueves, 9 — Viernei. K) J. CURIDI: Una «entura de Don Quijote C MAHLER: KiDdertotenJJeder Solista: MAJUANA UPOVSEK (meiwsoprano» A. BORODIN: Sinfonía n * 2 en SI menor Director: MIGUEL Á. GÓMEZ MARTÍNEZ PROGRAMA 6. Jueves. 6 — Viernes, 7 R STRAUSS: Don Joan, Op. 20 F. LJSZT: Concierto n.° I en I J mayor. pmr» piano y orquesu Solista: JOAQUÍN SORIA NO A. WEBERN: Viento de verano I. STRAWINSKY: El pajaro de ruejo (versión de 1919} Director: ALDO CECCATO PROGRAMA 4: Jueves. 23 - Viernes, 24 H. DUTILLEUX: •Ibut tai monde kantaln», para violonchelo y orquesta Solisia: LLUIS CLARET H. DUTILLEUX: Thabrea, Eapacf, Mouvement, ou 'La nultetolllc' H. DUTILLEUX: Métaboto Director: M1CHEL TARACHNK PROGRAMA 8: Jueves. 20 — Viernes. 21 G. MAHLER SmlbnBi n * 7 tn Mi menor Director: SILVIO VAHVISO Palio Platea Entresuelo (llxl.000) Primero .". Segundo: 1.' Fila 2. 1 y 3 . ' Fila Anfitear.ru Anfilealro estudiantes (11x1.000) ( l l x 750) (11 x 450) < l l x 300) (11 x 150) W. A. M La faid* B. MART Concierto Solistas A DVOR Slfcüll MIGUEL PROGRAÁ W A M Stnfonia í KV. 364, SoJmu M. A. CC SoJisUtd La creciente demanda de abonos para nuestras ter ahora ha regido, y a adoptar otro que permita as público que lo desea. Estamos seguros de que U de todos a participar en la vida cultural y de que que esta justa y necesaria medida pueda ocasiona Pros. (! 1x1.000) (11x1.000) Director* MIGUEL k. GÓMEZ MARTÍNEZ PROGRAi S.PRDtt>l Este avance de programas es susceptible de modificación Bulatas PROGRAMA 12: Juevea, 18 - Vienta. 19 R WAGNER: TriaUn e bolda (Ado 3°) (\fcnión tle concieno) 11.000 11.000 11.000 11.000 8.250 4.950 3.300 1.650 Así pues, la Junta Rectora de la Orquesta Sinfín Que, a partir de la próxima temporada 86/87, sólo quedando abierto el rtsto a nuevos abonados. Con este fin surgen dos tipos de abonos. A y B. qu en el AVANCE de programa que se acompaña. Cada abono contempla para dicha temporada un to al mes de diciembre (Programas números 10. 11 a la. venta conjuntamente en las fechas que opon Nuestros actuales abonados, que mantendrán en p de estas dos clases de modalidades, dentro del corre^K iINFONICA i R.T.V.E. LADA 1986-87 iguel Ángel Coria Ángel Gómez Martínez Enero Jueves, l í - Viernes. 16 n Do n f l n l d o ncaor Diieclor: GÓMEZ MARTÍNEZ Abril Marzo Febrero PROGRAMA 17: Jueves. 12 - Vientes. 13 PROGRAMA 21: Jueves. 12 - Viernes. 13 PROGRAMA 25: Jueves. 9 ~ Viernes, » W. A. MOZART: SlufbnJa nnm. • en Do, KV. 13. S. RACHMANlNOFF: Concierto aura. 3, p"raj piano y orquesta SoUHa: JOAQUÍN ACHUCARRO Z KOOALY: D u B M i f c Galaot* Z. KODALY Sute de -Hary Janoi* J. BRAHMS Concierto n * 2 en SI bemol mayor, para plano y orquata, Op. 83 Solista: ALEXIS WE1SSENBERG A ROUSSEL: Bato y Ariane L* j 2 * Snllei G VERD1: Rcqoleai Solistas: PILAR LORENGAR (soprano) GLENVS LINOS (conlralto) GIORGIO MERIGH1 (tenor! J HENDRK ROOTERING (bajo) CORO DERTVE Director WALTER WELLER PJfOGRAM/t » : Juevei. 26 - Viernes. Z7 ] S rWCH: Concierta p a n otnc dt m o r y orquesta Solista. JESÚS M " CORRAL A BRUCKNER: SlnfMta n.° 7 « M I mayor Director: THEODOR GUSCHLBAUER PROGRAMA 23: Jueves, 26 - Director: MIGUEL Á GÓMEZ MARTÍNEZ Viernes. 27 G. MAHLER: Sloftnai a." 9 Director: SERO1U COMISS1ONA Director: VÍCTOR MBLO PÉREZ Juevet, 12 - Viernes,23 F; s , KV. 620 (obertura) •toa fUoot y orauetU ÁNGELES RENTERÍA NTO MATUTE D Sol mayor, Op. H Director' ÍMEZ MARTÍNEZ Jueves. 19 - Viernes, 30 Unte m MI bemol m i n r , 'Mín, viola y orquesta RO LEÓN (violín) LIO MATEU (VioUJ Ariettc bur . Romeo y Jalda (fragua»») Director: NI ROS-MARBA PROGRAMA 16: Jueves. 5 - Viernes. 6 PROGRAMA 20: Jueves, 5 - Viernes. 6 PROGRAMA 24: Jueves. 2 - Viemes, 3 A. WEBERN; P u a c a g l b , Op. L p a n orquesta W. A MOZART: Codderto n.' 5 en La mayor, KV. 119, p a n violín y orquesta Solista. LUIS NAVIDAD P. 1 TCHA1K0WSKY: Sáfenla n.* 4 en la menor, Op. 36 J. BRAHMS: Conderto n.° 1 en R t menor, Op. 15, para piano y orquesta Solisu: ANDRÉ WATTS G. GERSHWIN: Un americano en P»rls G. VIOTTI Sinfonía concertante para dm vloUna y orquesta Solistas: LUIS M1CHAL MARTHA CARFI Obra e^UAola * determinar D. MILHAUD Q bory «obre el lc>do Director: HEINZ WALLBERC M. RAVEL: Dapaaii j Cloe, (1." y 2.a Suites) CORODERTVE D ¡redor' OÜNTER NEUHOLD PROGRAMA 18: Jueves, 19 - Viernes. 20 PROGRAMA 22: Jueves, 19 - Viernes, 20 M RAVEL: Una barca «obrt d Océano E. ELGAR. Coadtrto en M I menor, Op. K, pan vlotonctMlo y orquesta Solista ARTURO MURUZAfiAL J. L. de DÉLAS: . l a muaiqne el Falr C. DEBUSSV: Q Mar W. A. MOZART: Obcrtara -THmF. DEVIENNE: Cmderto en Sol mayor, para flauta y orquesta Soluta: JOSÉ MORENO Director: ARTURO TAMATO Director: MIGUEL Á. GÓMEZ MARTÍNEZ A BRUCKNER: ShaiOBra a.1 3 en Re ruenor Dí rector: HEINZ PRICKE idas nos obliga a modificar el sistema que hasta i nuestros conciertos al cada vez más numeroso imparten con nosotros la creencia en el derecho ardn generosamente las pequeñas incomodidades Con este fin se acompaña el oportuno impreso que. una vez cumplimentado, deberán remitirlo a nuestras oficinas, sita en Sor Angela de la Cruz. 2-7* planta (28020- MADRID), antes del 3! del próximo mes de mayo, y en la forma que mis abajo se señala. Nos comprometemos a reservarles su localidad hasta la fecha indicada anteriormente (31-5-86). Coro de Radiotelevisión Española ha resuelto: Ls misma persona no podrí mantener los dos tipos de Abono A y B simultáneamente, ya que ello iría contra el objetivo que perseguimos de hacer accesibles a lodos los que lo deseen nuestras actuaciones. Esperamos lo comprendan. an abonos aun 50 por 100 de la programación. esponderán a los conciertos que quedan reflejados once conciertos. Los conciertos correspondientes están considerados fuera de abono, y se pondrán lente se señalarán. no asignada su localidad, deberán optar por una te día semavú, jueves o nemes, al que pertenezcan. Aprovechando esta ocasión pretendemos llevar a cabo un proceso de mecanización del banco de datos, por lo que, como podrán observar, se k s solicitan los nombres y apellidos de las personas que dependen del ulular del abono. Una vez cumplimentado el impreso con el tipo de abono escogido (dentro de su día semanal), puede proceder a ingresar la cantidad resultante de la aplicación de las tarifas. El ingreso en efectivo deberá efectuarse en cualquiera de tas sucursales de la Caja Postal de Ahorros, en la cuerna abierta por RTVE n.° 3086330. titulada •cuenta restringida de abonos Orquesta y Coro-. La fotocopia del resguardo del ingreso, junio con el impreso cumplimentado, pueden remitirlas, cotno al principio les seAaldbamos. a nuestras oficinas. DiSCOS menial en !a producción de Villa-Rojo pues ha servido de punto de partida •—como lo fuera el cuanelo de cuerda «Tiempos»— para «propuestas» posteriores de su autor. Pero por encima del interés perlocucionario que alcanza lo fascinante y del metalingüistico, hay una cuestión y es que es una obra de especial hermosura. Gemilucci es conocido en España por su magnifico libro «Guía para escuchar la música contemporánea», que tuvo una gran repercusión en toda Europa por la propuesta critica del autor que parte de una inteligente utilización del instrumento marxista. iGesii e risonanze» es una lúcida composición en la cual están presentes muchas de las preocupaciones habituales en músicos, lingüistas y filósofos de Milán. Compuesta para un clarinetista-percusionista el histrionismo adquiere relevancia en su interpretación en un escenario, pero su escritura está muy próxima de las aportaciones técnicas de Villa-Rojo —como la propia ideología estética— y encuentra en él un idóneo intérprete. Edgar Alandia es un compositor boliviano residente en Italia. «Phucuy» es una partitura de gran emotividad que bien puede considerarse como un estudio de timbres y densidades para clarinete. Sin negar la referencia a la música del altiplano a la que su autor se refiere, es lingüísticamente una obra «europea» y aún «italiana» en la línea de las composiciones de autores de este pais para el oboísta Lothar Faber o el flautista S. Gazelloni, claramente heredadas de la tradición del virtuosismo vocal italiano. Las «Three pieces» de Siravinsky son un punto de partida para el clarinete actual, como dice el propio VillaRojo. Obra bien conocida y de repertorio obligado, no afrentaré al lector comentándola. Por lo que se refiere a la interpretación, es merecedora de todos los «placet» y una auténtica lección de como tocar la música contemporánea en un país cuya discografia de Nueva Música es motivo de sonrojo para quien intente seguir las obras con la partitura. Un disco que debe tener en cuenta e) Sr. Se ni llosa a la hora de las relaciones internacionales. X. M. C. A PORTRAIT OF FREDER1CA VON STADE: Arias y Licder de Mozart, Rossini, Thomas, Massenet, Offenbach, Schumann, Chausson, Brahms. (CBS, MK 39315). Importación. Frederica von Stade, es sin lugar a dudas una de las voces de mayor atrae44 Scherzo ordinaria soprano que es Judith Blegen, para la que solo tengo palabras de admiración. En general un atractivo disco, por presentar una clara exposición de la carrera de Frederica von Stade y también, aunque breve, la maravillosa aportación de la voz de Judith Blegen. M. G. G. tivo de) panorama lírico mundial y más que por grandeza vocal por su enorme capacidad de versatilidad. Encuadrada dentro de unos amplios criterios de voces rossinianas. dentro de la tesitura de contrallo, su extensión abarca con facilidad la cuerda de sopranos. Deberíamos de destacar también, su facilidad para el fraseo, la clara dicción con excelente pronunciación en italiano, francés o alemán; su clarísima emisión moderadamente nasal, aterciopelada, coloreada, con muy correcta impostación, apoyada sobre una medida anchura vocal que le confiere la posibilidad de adaptación a tan diferentes roles, desde el dramático al lírico ó cómico e incluso a un género tan reflexivo e introvertido como puede ser el lied. Su reconocimiento es unánime en todo el mundo, frecuentando los mejores Teatros y Salas de Conciertos. Quizás por todos estos motivos la casa discográfica CBS acaba de presentar un disco con una antología de grabaciones algunas de ellas creo que inéditas en España (al menos yo no tengo referencia de anteriores publicaciones) como son los Duetos de Schumann o los también Duelos de Brahms. Analizando la presente grabación, existen en ella creaciones desde 1975 a 1984. Los autores son tan dispares como las obras interpretadas, y así pasamos por el «Non so piu» de Las Bodas de Fígaro de Mozart, «Bel raggio lusinghier» de Semiramis de Rossini, «C'est moi...Me voici» de Mignon de Thomas, «Que mes soeurs sont heureuses» de Cendrillon de Massene t, «Dites-lui» de La Grande Duchesse de Gerolsteín de Offenbach, «Duetos» de Schumann, «Chanson perpéluellew de Chausson y «Duelos» de Brahms. Con todo esto no cabe duda que se abarca un periodo de 10 años de evolución que son más que suficientes para comprender la linea de estilo interpretativo y la constancia de calidad de emisión de la cantante norteamericana y que salvo alguna irregularidad poco valorable, quizas en la Semiramis, sobre todo de violencia en la tesitura alta, siempre se mantiene dentro de un nivel «grande». Junto a ella aparecen Maestros de la talla de Julius Rudel, de Almeida o Pritchard y en los Duetos, la colaboración del pianista Charles Wadsworth y sobre todo de la bellísima voz, lírica pura, fresca, emocionada de la extra- GREAT LOVE SCENES. Dúos de óperas de Puccíni. (¡lea. Charpentier. Massenet- Gounod. Plácido Domingo; Renata Soltó; Kiri Te Kanawa; I lea na Colrubas. (CBS M 39030). Importación. En esta selección de grandes escenas de amor de óperas románticas ó postrománticas que CBS aporta en esta grabación, se pretende ensalzar un género o forma musical incluida dentro de la ópera y fundado en la acción dramática que esta conlleva como espectáculo teatral, pero que no cabe duda que fuera de su contexto escénico o discursivo, salvando las bellezas musicales o artísticas, tiene poca razón de ser. al parecemos un poco desconcertantes todos estos arrebatos de pasión. Con esto pretendo decir que quizás, para un no aficionado a la ópera carezca de interés un disco de dúos y para un aficionado, no debe de extraerse su integridad de obra total y dratiálica. Pero sin embargo sí debemos darle un interés en cuanto a la facilidad para obtener un fragmento, quién deba por caracteres profesionales ó simplemente de interés, desarrollar un estudio de voces, con lo que se verá favorecido, al enfrentarse con el análisis de un determinado fragmento. De las voces poco debemos de decir, puesto que son de sobrada calidad tanto la del tenor Plácido Domingo, como las de las tres sopranos tan dispares perú a la vez tan cualificadas en lodos los aspectos; Scotto, Te Kanawa y Cotrubas, Además todos estos fragmentos ya salieron editados en obras completas o incluso en Dúos anteriormente en España y hay sobradas ediciones y comentarios para recrearnos en lo que ya está hablado. Otro tanto ocurre en los directores, — aquí de fundamental importancia— pues al ser dúos de marcado componente expresivo la orquesta debe jugar un lugar predominante en alcanzar el clima. Las grabaciones incluyen a Lorin Maazel, James Levine, Kurt Adler y Georges Pretre y las óperas son Madama Butterfly, Adriana Lecouvreur, La Kondine, Manon, Louise, y Romeo y Julieta. Abarcan un periodo de 1976 a 1874. LIBROS Un punió a destacar es el sonido: a p e s a r de ser g r a b a c i o n e s de épocas distintas, suenan todas con similitud de buenos caracteres; quizás a pesar de un buen nivel de aceptación, excesivamente planas. En resumen un disco de poco interés, que únicamente recuerda lo ya oido y que posiblemente valga únicamente para escuchar o estudiar un fragmento musical con un interés más vocal que musical. M. G. C. LIBROS CATALOGO DEL ARCHIVO DE MÚSICA DE I A CATEDRAL DE ZAMORA. Por Jase López-Calo (Diputación de Zamora, 1985). El catedrático de Historia de la Música y eminente musicólogo, padre López-Calo, ha llevado una extraordinaria labor de catalogación en diversas catedrales españolas. A él se deben los catálogos de los archivos de música de las catedrales de Santiago, Granada, Paleneia, Avila y el de Zamora, presentado éste último el pasado mes de diciembre. La edición de este catálogo se remonta a la generosa ayuda que la Fundación Juan March otorgó al padre López-Calo y a su equipo de colaboradores para llevar a cabo la catalogación de los archivos de música de las catedrales de Castilla-León. Gran parte del trabajo realizado, que no dudamos en calificar como una de las más importantes empresas realizadas por la musicología española en los últimos cincuenta años, está aún sin publicar. Seria labor encomiable que las Diputaciones correspondientes o la Junta de Castilla-León se hicieran cargo de la edición de esta obra fundamental para la musicología española. En esta ocasión, ha sido la Diputación de Zamora la que se ha hecho cargo de esta labor. La Diputación de Zamora está apoyando la investigación cultural en su provincia de manera ejemplar; consciente de que una recuperación del patrimonio no puede hacerse sin antes haber catalogado los fondos artísticos, ha patrocinado la edición del catálogo de música de la catedral en una edición muy bien presentada. Consta de 436 páginas y se divide en diez secciones: las dos primeras están dedicadas a los libros de polifonía, la tercera a Juan García de Salaíar, uno de los grandes compositores de la España del siglo xvn, la cuarta a los maestros de capilla durante el siglo xvill (Alonso de Cobaleda, Manuel Antonio Agullón, Manuel de Oeste, José Bonet. Manuel Mancebo Alonso y Luis Blasco), la quinta a los maestros del XIX y la sexta a «Autores varios españoles», la séptima a las obras impresas, la octava a la música organíslica, la novena a los compositores extranjeros y la última a las obras anónimas. Una obra esencial para conocer nuestro pasado musical: si la historia de la música española del pasado es todavía muy desconocida, la falta de catálogos musicales de numerosas catedrales españolas es el principal handicap para la musicología española. A partir de la publicación de obras como ésta, los investigadores tienen una base de partida importantísima para trabajar. Los restantes catálogos esperan en la Fundación Juan March, a que alguna institución los publique. Nuestra más sincera enhorabuena al padre José López-Calo y a la Diputación de Zamora, cuyo ejemplo ojalá cunda. Paulino Capdepón Alfted Einstein: Schuben. Madrid 1984. 373 páginas. J.E. Brown y Eric Sams: Colección «NEW CROVE». Editores. Madrid 1986. IS4 Taurus. Maurícc Schubert. Muchnik páginas. La edición española del libro dedicado a Schubert, dentro de la colección de biografías procedentes de la gigantesca enciclopedia «New Grove», parece una buena oportunidad para referirse también al libro de Alfred Einstein, en su momento bastante ignorado incluso por la prensa especializada. Estamos ante dos opciones bien definidas, hasta enfrentadas, de hacer musicografla. El Schubert. Retrato musical de Einstein, impreso originalmente en inglés en 1951, pertenece en realidad a una metodología decimonónica. Nuestra apreciación actual no puede por menos que tener este tipo de enfoques como faltos de rigor. El estudioso alemán, al que desde luego no negamos su grandeza, legó trabajos de muy superior nivel científico, como The Iialian Madrigal. Su escrito sobre Schubert, último libro que publicó, es un ejercicio basado en la autoridad personal. Einstein no entra a considerar internamente las obras. No pasa de una descripción exterior, señalando su instrumentación o su armazón tonal. La etiquetación de cada obra citada con un término o frase significativos cae mucho más del lado de la literatura que del musicológico. El texto de Brown y Sams, básicamente el articulo de la enciclopedia, pero cuya edición separada y en castellano tiene un indudable interés, parte de un planteamiento si se quiere más limitado. Los objetivos iniciales, en todo caso, quedan cubiertos satisfactoriamente. Dentro de la concisión, propia del medio primitivo de procedencia, el aporte de información es el valor máximo. Existe una sujección al dato positivo. Einstein, naturalmente, no lo descuida. Es su tratamiento del mismo lo que le distancia de la línea de Brown y Sams. El catálogo y la bibliografía incluidos en el libro de Muchník hacen de éste un extraordinario instrumento de consulta. Un comentario sobre las traducciones. La del texto de la serie «New Groven es correcta. La recogida en Taurus, notablemente deficiente. Aparecen correspondencias tan cómicas como «tambores» cuando se trata obviamente por el contexto musical de «timbales», o se dice «ópera rescatada» en vez de «ópera de rescate». Los ejemplos podrían multiplicarse. Los editores deberían cuidar este aspecto, nunca secundario. E. M. M. Scheno 45 GUIA SCHERZO PROGRAMACIÓN SELECCIONADA DE MAYO (Programas susceptibles de modificación) CONCIERTOS BARCELONA S. Isidro 86 13. Recital de Victoria de tos Angeles. Obras de compositores españoles (22 h.) 14. Reciial de Narciso Yepes (22,30 h.) 15. Recital de Nicanor Zabalela 16. Enrique Morenle. OPERA 86 (Concierto extraordinario) 4. G. Rossini (La cambiale di matrimonio). G.C. Menotti (The death of the bishop of Bnndisi). Orquesta Sinf. de Madrid. Dir. M. A. Gómez Martinez. (20,30 h.) Grandes Recitales Líricos. 5. Recital de Gwynetti Jones. (20 h.) 9. Recital de lleana Cotrubas. (20 h.) Ibercámara: (21 h.) 5. Varíse (Integrales). Debussy (La mer). Btahms (Sinf. núm. 4) Orq. Fil. de Rotterdam. Dir. James Conlon. 15. Charles Santos, piano (Programa a determinar). 22. Shostakovilch (Sinf. núm. 7). Orq. Fil. Leningrado. Dir. M. Jansons. 23. Bruckner (Sinf. núm. 7). Orq. Fil. Leningrado. Dir. E Mravinsky. Festival Música Antigua (21 h.) 14. Recital de Paul Badura-Skoda, piano. Obras de Haydn, Mozart y Beethoven. 28. Academy of Acient Music. Dir: Christopher Hagwood, clarinete; A. Pay. Obras de Mozart. SALO DEL T1NELL (21 h.) 16. Capella del S.E.M.A. Música del Ducalo de Calabria. 19. Gothic Voices. Música profana de los siglos XIII y XIV. 31. Recital de J.M. Moieno. viola y guitarra barroca. 23. I.ondon Baroque. Obras de Cnrelli, Vivaidi, Haendel, etc. 27. The Conson of Musicke. FUNDACIÓN JUAN MARCH 5. Recital de canto y piano. J. Drosser/E. Ibañez, Obras de Beelhoven, Schubert. Schumann, Brahms y Wolf. (12 h.) 7. La canción en Andalucía: Obras de Falla, Turina, Rodríguez Romero, J. Alfonso García y M. Castillo. P, Pire?.-Iñigo/ M. Zanelti. (19.30 h.) 12. Recital piano de A. González Calderón. Obras de Beethoven, Brahms, Liszt y Prokofiev. (12 h.) 14. Tribuna de Jóvenes Compositores. Obras de C. Cano Forrat, A. Charles Soler, J.L. de la Fuente, E. Martínez, R. Mosquera y E. Sanz. Int.: Cuarteto Arbos y Grupo Circulo. Dir. J. L. Temes. (19,30 h.) 19. Recital de guitarra de Toru Kannari. Obras de Praetorius, Bach, Barrios, Granados y Duarte. (12 h.) 21. Ciclo «Beethoven: Variaciones para piano» (I), 33 variaciones sobre un vals de Diabelli, op. 120, y 32 var. en Do menor. J. M. Pinzolas. (19,30 h.) 26. Recital de piano de Rogelio Gavilanes. Obras de F. Liszt. (12 h.) 28. Ciclo uBeethoven: Variaciones para piano (II) 15 var. «Heroica» op. 35. 6 var. op. 34. Sonata núm. 12, op. 26. UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE MADRID 13 y 14. Ciclo de Cámara: Orq. de Cámara de Stuttgart. (Teatro Real) 19,30 h. ASTURIAS MADRID TEATRO REAL Ibermúsica: 5. Recital de M. Perahia. Beethoven (Sonata op. 31/11). Berg (Sonata op. 1). Schumann (Sonata nr. 2 op. 22). Schubert (Sonata nr. 13 d. 664). (22 h.) 7. Strauss (El caballero de la rosa). Debussy (La mer). Brahms (Sinf. núm. 4). Orq. Fil. Rotterdam. Dir. J. Conlon. (19,30 h.) 8. Strawinsky (Jeu de canes). Mahler (La canción de la tierra). Orq. Fi!. Rotterdam. Dir. J. Conlon (19.30 h.) 24. Shostakovich (Sinf. núm. 7). Orq. Fil. Leningrado. Dir. M. Jansons (19,30 h.) 27. Bruckner (Sinf. núm. 7). Orq. Fil. Leningrado. Dir. E. Mravinsky. (19,30 h.) 46 Scherzo TEATRO PRINCIPAL Orquesta Municipal de Valencia. 8 y 10. Llaccr Pía (Conc. piano y Orq.). Respighi (Vidrieras de una Catedral). F. Puchol/M. Valdes. 22 y 23. J.S. Bach/Respighi (Pasacagliaen Do menor). Mozart (Conc. núm. 3 de trompa y orq.). Brillen (Serenata para tenor, trompa y cuerdas) Enesco (Rapsodia rumana núm. I). V. Zarzo, trompa. S. Mariatcgui, tenor. Dir. M. Galduf. LONDRES English Chamber Orchestra 8. Concierto piano K. 449 y Concierto piano K. 537 (Mozart). Octeto (Stravinsky) Mitsuko Uchída (piano y dirección). (Queen Elizabeth Hall, 19,45 h.) PALAU DE LA MÚSICA Euroconcert; (21 h.) 9. Dvorak (Obert. Carnaval y Conc. violonchelo y orquesta). Mendelssohn {Sinf. núm, 4). Orq. Filarmónica Eslovaca. L. Kanla/Dir. Z. Kosler. 25. Recital José Carreras. Obras de Hahn, Duparc, Massenel, Tosti, Puccini. Respigtii, Hall t ler, <j usía vino. V. Scalera, piano. VALENCIA Orquesta Sinfónica de Asturias 7 (Aviles), 8 (Gijón), 9 (Oviedo). Schubert (Misa en Sol Mayor y Sinf. «La Grande»). M* J. Sánchez/T. Cabrera/L. Alvarez. Coro Principado de Asturias. Dir. V.P. Perei. 21 (Aviles), 22 (Gijón), 23 (Oviedo). Concierto Lírico. Dir. V.P. Pérez. BILBAO City of hondón Sinfonía 9. Miserere (Allegri), Sinfonía concertante, K. 364 (Moiart), Réquiem (Fauré). Watkinson/ Jackson/ Ashol, Vaicoe. Dir.: Hickox (Queen Elizabeth Hall, 19,45) 12. Variaciones Tchaikovsky (Arensky), Nocturno del Cuarteto nfi 2 (Borodin), Concierto rfi I (Shostakovich), Serenata cuerdas (Tchaikovsky). Steele-Pcrkins/Kalichstem. Dir.: Hickox (Barbican, 19,45 h.) Roya! Phiiharmonic Orchestra 1. Sinfonía Simple (Brllten), Concierto violín K. 219 (Mozart), Sinfonía 6 (Tchaikovsky). Mutler: Masur. (Royal Festival Hall, 19,30 h.) 3. Hébridas (Mendelssohn), Concierto violín n° I (Bruch), Sinfonía 6 (Tchaikovsky). Accardo/ Masur. (Fairfield Croydon, 20.00 h.) 4. Mismo concierto dia 3. (Royal Festival Hall (15,15 h.) 6. Tannhauser (obertura, Wagner). Lieder (R. Strauss), Sinfonía 4 (Mahler). Soederstroem/Groves. (Royal Festival Hall, 19,30 h.) 17. Cuadros exposición (Mussorgsky-Ravel). Carmina Burana (Orff). Kaufmann/ Wynford Evans/ Knap. Dir.: Hughes. (Royal Festival Hall, e19,30 h.) 25. Prel. acto 3 Lohengrin (Wagner), Concierto piano efi I (Brahms). Sinfonía S (Dvorak). Ohlsson/Temirkanov. (Royal Festival Hall, 19,30 h.) 2-8. Oberon (obertura, Weber), Concierto violin (Stravinsky), Sintonía fantástica (Berlioz). Menuhín Temirkanov. (Royal Festival Hall. 19.30 h.) Contienas del mediodía en el Barbkan Centre. (13.00 h.) 7. Quintetos cuerda K. 516 y K. 406 (Mozart). Cuarteto Gabriel i con Kenneth Essex (viola) 14. Concierto trompeta (Haydn), Sinfonía 8 (Beelhoven). Orquesta Cámara Escocesa. Laird/Saraste. 28. Obras de Elgar, Kreisler. Selección de Jazz. Kennedy/ Peltinger. TEATRO CAMPOS ELÍSEOS Orquesta Sinfónica de Bilbao. 8 j 9. Vivaidi (Cuatro estaciones). Resto programa a determinar. Dir. U. Ruiz Laorden. 32 y 23. I. Albeniz/Arbos (Evocación, El puerto y Triana). M. Bruch (Fantasía escocesa). Brahms (Sinf. núm. 2). M. Kneifel, violln. Dir. E. García Asensio. (19,45 h.) PARÍS Sala Pleyel (20,30 h.) 6. Ensemble Orchestral de París. Obras de Mozart. Bardon/ Rampal/Geliot. 7. Nouvel Orchestre Philharrnoníque. Obras de Vivaidi y Mozart. Conjunto Vo- Después de! extraordinario éxito obtenido con el Festival de Salzburgo 1985 yel Concierto de Año Nuevo en Viena. presentamos la programación de la presente temporada: Gran Via, 70, piso 10D-l 26013 MADRID Tels: 24! 96 68 y 241 96 78 Tlx.: 4841B GUIA SCHERZO cal de Lausanne. Kenny/Alenander/ Croóle/ Leehlc. Dir.: Corboz. 11. Nouvel Orchcstre Philharmo ñique. Obras de Amy, Várese y Schoenberg. Dir. Amy. 13. Ensemble Orchcslral de París. Obras de Mojan. Larrocha/Ros-Marbá. 14. Recital Miguel Ángel Estrella. Obras de Albeniz, Schumann v Mozart. 15. Orchestre National de Franee. Obras de Debussy. Ravel y Dulilleuii. Bour. 27. Ensemble Orchestral de Paris. Obras de Mozart. Szeryng. 29. Nouvel Ore he st re Philharmonique. Obras de Mozart Haydn. Eschenbach/ Frantz. Dir.: Krivine. 31 y 1 (Junio). Sinfonía 3 (Mahler). Ludwig/Levine. (20,00 h.) Orquesta Sinfónica Radio Berlín 5. Magnifica! (J.S. Bach). Don Quijote (R. Strauss). Rostropovich/Albrecht (20.00 h.) 8. Adagio cuerda (Barber), Concierto violin (Brahms), Suite Romeo y Julieta (ProkoHev). Mutter/Rostropqvich. (20.00 h.) 18 y 19. Obertura Agripina (Haendel), Concierto piano K. 595 (Mozart), Sinfonía 9 (Schubert). Solista a determinar por fallecimiento de Emil Gilels, contratado para este concierto. Dir.: Jochum. (20.00 h.i 25 y 26. Blumme (Mahler). 5 Rückert-Lieder (Mahler), 2 Lieder del «Libro Italiano" (Wolf). Sinfonía 2 (Schumann). Horne/ Chailly. (20.00 h.) Sala Chopín 14. Orquesta de París, ciclo música de cámara. Obras de Martinon, Nigg, Xenakis y Beño. Moglia (violín). (18,15!h.) Teatro Musical de París (Chatelet) S. Hébridas (Mendehsuhn), Concierto K. 622 y Condeno piano K. 4S8. Portal/ Cabasso. Orquesta Academia Fournüler. (18,30 h.) 23. Manfrcd, Concierto Op. 54 y Sinfonía Renana (Schumann). Pires. Nueva Orquesta Filarmónica Radio Francia. Janowski. (20,30 h.) 25. Concierto violín (Beeihoven). Sinfonía Dante (Liszt). Menuhin. Orquesta de Paris. Barenboim. (20.30) 26. Dúos (Lieder Schumann). Schreier/ Mathis/Wyss. (20,30 h.) 28. Recital Claudio Arrau (Schumann/ Liszt). (20,30 h.) Teatro Campo» Etfacos 2. Recital Marilyn Horne. (20.30 h.) 5. Recital Nikita Magaloff (Chopin). (20,30 h.) 6. Recital Cristina Ortiz. Obras de VillaLobos y Chopin. (20,30 h.) 12. Cuartetos con piano y Quinietos cuerda (Moiart), C u a n d o Amadeus/Tipo. (20,30 h.) 14. Mismo programa día 12. 20, 22 y 24. Las bodas de Fígaro (Mozart). Coro y Orquesta de Paris. Dir, musical: Barenboim. Puesta en escena: J.P. Ponelle (19,30 h.) 21. Recital Murray Perahia. Obras de Schumann, Britten, Berg y Beethoven. (20,30 h.) 23. English Chamber Orchestra. Ashkenazy (solista y director). Obras de Mozart. 27. Recital Annie Fischer. Obras de Beethoven, Debussy y Liszt. (20,30 h.) 30. Recital María Tipo. Obras de Scarlatti, Bach y Buso ni. (20,30 h.) CAIXA D'ESTALVIS DE TERRASSA OBRA SOCIAL I CULTURAL TEMPORADA DE DANSA-1986 BALLET DE FRANCE -Romeo i Julieta- BERLÍN Orquesta Filarniónica de Berlín 3 j 4. Sinfonía 3 (Schubert). Sinfonía 7 (Bruckner). Barenboim. (20,00 h.) 6 y 7. Obert. Oberon (Wcber). Concierto piano no 2 {Chopin). Sinfonía 1 (Biahms) Pogorelich/Bychkov. (20,00 h.) 10 y 11.6 Piezas Op. 6 (Webern). Concierto piano RO 2 (Piokofiev). Sinfonía 1 (Shosiakovich). Rudy/SkiowacKwski. (20,00 h.) 24 j 25. Prometeo (Beethoven). Concierto cello no 2 (Penderecki), Sinfonía 3 (Beeihoven). Jablonski/Bychkov. (20,00 h.) 27 y 28. Lieder eines fahrenden Gesellen y Sinfonía I (Mahler). Fassbaender/Leinsdorf. (20,00 h.) 48 Schcrzo Divendres, 16 de maig, a les 10.30 de la nit Dissabte, 17 de maig, a les 10.30 de la nit CENTRE CULTURAL DE LA CAIXA DE TERRASSA Rambla d'Egard. 340 - Telé! 780 43 77 - TERRASSA GUIA SCHERZO MUNICH Orquesta Filamónka de Munich 7, 8 y 9. Concierto cello (Schnittke), Sinfonía Alpina (R. Strauss). Cutman/Suitner. (20,00 h.) 14 y 17. Obras de Richard Wagner. Dir.: Svetlanov. 23, 24 y 25. Klanggesang (Rihm), Concierto piano K. 491 (Mozart), Sinfonía 2 (Schumann). Franu/Eschenbach. (20,00h.) VIENA Orquesta Filirmónica de Vicna 10 y 13. Sinfonía n<» 9 (Beelhoven). M. P r i c e / T r o y a n o s / W i n b e r g / P r e y . Coro Opera Estatal Viena. Abbado. Van Alian (Mayo 13), Gibbs, Giacomini, Trohskaya/Zampieri{Mayo 9, 13, 16), Wixell. Mayo I, 5. 9. 13, 16. Hora: 7,30. LES CONTES D'HOFFMANN (J. Offenbach) Dirección: Cti. Dutoit. Producción: J. Schlesinger. Escenografía: W. Dudley. Vestuario: M. Bjorson. Reparto: Ramcy. Schicoff, Powcll, Scrra, Armstrong, Miricioiu. Mayo 3. 7, 10. Hora: 7,00. Recital de MAR1LYN HORNE. Programa a decidir. Mayo 6. CARMEN (G. Bizet) Dirección: No anunciado. Producción: M. Geliot. Escenografía y vestuario: J. Beavan/D. Fielding. Reparto: McLaughlin. Carreras. Baltsa, Quilico. Mayo 17. 20. 23, 26, 28, 31. Hora: 7,00. Orquesta Slnfónici d( Vkna PARÍS 2, 3 y 4. Obert. Alceste (Gluck), Concierto Op. 54 (Schumann), Don Juan (R. Strauss). Pájaro fuego (Stravinsky). Larrocha/ Frtihbeck. 6, 7, 9 y 10. Sinfonía K- 318 (Mozart). Concierto trompa (R. Slrauss), Sinfonía n» I (Mahler). Baumann/ Macal. 14. Obras de Sir Michael Tippet dirigidas poi el autor. 30 y 31. Stabat Maler (Dvorak). Hargan/ Rappc/Protschka/Furlanetto. Albrccht. TEATRO NACIONAL DE LA OPERA OPERA BARCELONA GRAN TEATRE DEl. L1CEU DOS PASQVALE (G. Donizelti) Dir. mus. R. Abbado. Dir. esc. G.C. MenoIti. Int.: G. Taddei/R. Welting/D. González/A. Romero, etc. Días: 6, 8, II y 13. EDIPO Y YOCASTA (J. Soleí) -estreno mundial— Dir. mus. M. Valdés. Dir. esc. R. Salvai. Int.: E. Tarrés/J. Artysz/E. Serra, etc. Días: 22, 25 y 27. MADRID TEATRO LÍRICO NACIONAL LA ZARZUELA LA WALKIRIA (R. Wagner) Dir. mus. G. Kuhn. Dir esc. Hugo de Ana. Int.: M. Caballé;1 S. Jerusalem.'K. Moll/H. Tschammer/H. Sotin/J. Meier/H. Derncsch/B. Fassbaender. .Días: 12, 15, 17, 21 y 24. (19.30 h.) LONDRES ROYAL OPERA HOL'SE COVENT CARDEN. Dirección: Box Office, 48. Floral Street. London WC2E 7QA. Teléfono: 24*1066 TOSCA (G. Puccini) Dirección: R. Stapletón. Producción: F. Zeffirelli. Escenografía: R. Mongiardino. Vestuario: M. Escoffcr. Reparto: Macann/ 8, H U Í Scribe. 7S009 Piris. Tf: 742 57 50. LA BOHEME (G. Puccini) Dirección: Th. Fulton. Producción: G.C. Menotti. Escenografía y vestuario: P.L. Samantani. Reparto: D'Amico, Ferrarini/ Lagrange, Pavarotli, Tilus. Mayo 16, 19, 22. 25, 28, 31. Hora: 8,00. SALOME (R. Strauss) Dirección: K. Nagano. Producción: G. Lavelli. Escenografía y vestuario: M. Bignens. Reparto: Moser, Tear/Ulfung, Brocheler/ Nimgern, Cortez. Cole/Dupuouy. Mayo 17. 20. 23, 27. Hora: 7,30. SALLE FAVART. LA FILLE DU REGIMENT (G. Donizetii) Dirección: B. Campanilla. Producción: B. Steíano. Escenografía y vestuario: B. Arnould. Reparto: Anderson (Mayo 3, 7, II, 14, I9)/Ferranini, Termpont, Kraus (Mayo 3. 7. II, 14. 19),'La Scola. Mayo 3. 7, 9, II, 14, 17, 19, 20. Hora: 7,30. MILÁN E.A. TEATRO ALLÁ SCALA Dirección: Biglietteri* TtMro alU Scala. VI» Filodrammatici, 2. Mll.n. Tf: 809129. PELLEAS ET MELISANDE(C. Debussy) Dirección: C. Abbado. Producción: A. Vite// V. Kokkos. Reparto: Von Stade, Linos, Ollman/Le Roux, Brocheler/ Hermann, Ghiaurov.Mayo 28, 30. ÑAPÓLES TEATRO SAN CARLO IL BARBIERE DI SIV1GLIA (G. Rossini) Dirección: B. Bartoletii. Producción: De Simone. Reparto: M. Zimmermann. Leopardo/Giminez, Melbye/Pola, Pagliuca. Mayo 14 a 12 de Junio. GENOVA PALERMO TEATRO MASSIMO GUERRA V PAZ (Prokofieff) Dirección: Ruslan Rajcev. Producción: B. Pokxovskij. Compañía de la Opera de Sofía. Mayo 2, 3, 4, 6. UN BALLO IN MASCHERA (G. Vcrdi) Dirección: R. Giovaninetli. Repario: CasoIla/Parai2in¡, Payne, Rigacci. Ciannella, Cassis. Mayo 20, 23, 25. 28, 31. VIENA STAATSOPER Un rapto en el Serrallo (W.A. Mozart) Mayo I. MARÍA STUARDA (G. Donizetti) Mayo 2. SALOME (R. Slrauss) Mayo 4. EL CASTILLO DE BARBA AZUL (Bartók) y Erwartung (Schonberg) Mayo 5. ARIADNE AUF NAXOS (R. Strauss) Mayo 6, 10, 13, 16. FAUSTO (Gounod) Mayo 7, I I . SIMÓN BOCCANEGRA (G. Verdi) Mayo 8, 12, 15, 18. MANON LESCAUT (G. Puccini) Mayo 19, 23. CAVALLER1A RUSTICANA (Mascagni) y PAGLIACC1 (Leoncavallo) Mayo 20. 28. GOTTERDAMMERUNG (R. Wagner) Mayo 22. LA GIOCONDA (A. Ponchielli) Premiere. Dirección: G. Gavazzeni. Producción: A determinar. Reparto: Manon, Lilowa, Domingo, Rydl, Semtschuk, Manuguerra. Mayo 24, 27, 30. TANNHAUSER (R. Wagner) Mayo 25, 29. IL BARBIERE DI S1VIGLIA(G. Rossini) Mayo 26. 31. GLYNDEBOURNE ALBERT HERRING (Brillen) Dirección: Jane Clover. Producción: P. Hall. Escenografía: J. Gunler. Reparto: Bovino, Coilins, Gale, Johnson. Van Alian. Mayo 27, 29, 31. SIMÓN BOCCANEGRA (Verdi) Dirección: B. Haitink. Producción: P. Hall. Escenografía: J. Gunler. Reparto: Cióse, Vaness. Lloyd, Rafíalli, Moses, Noble, Rawnsley. Mayo 28, 30. TEATRO MARCHERITA TANNHAUSER <R. Wagner). Dirección: M. Horvart. Producción: E. Otienthal. Reparto: Altmeyer, Napier, Versalle/ Wenkoff, Lorcni, Ridderbusch. Mayo II, 13. IS, 18. 20. Schcrzo 49 FUNDAC1Ó CA1XA DE PENSIONS TEMPORADA MUSICAL'85 IX FESTIVAL DE MÚSICA ANTIGA BARCELONA, del 13 al 27 de Mayo de 1986 CONCIERTOS Dia 14 de Mayo de 1986, a las 21 h. PALAU DE LA MÚSICA CATALANA PAUL BADURA-SKODA, pianoforte Obras de: Haydn. Mo¿ort y Berthoven Cto 16 de Mayo de 1986, a las 21 h. SALÓ DEL T1NELL CAPILLA DEL SEMINARIO DE ESTUDIOS DE LA MÚSICA ANTIGUA .Música en la Valencia del Duque de Calabria". Día 19 de Mayo de 1986, a las 21 h. SALÓ DEL TIMELL GOTtttC VOICES. Dlr. Chríatopbmr Pmgt, «Música sacra y profana de bs siglo* XIII y XIV* Dia 21 de Mayo de 1986, a las 21 h. SALÓ DEL TINELL JOSÉ MIGUEL MORENO, vihuela y guHmrrm barrocm Obras de: Pisador. Valderrábano, Fuen)lana. Narvaez, Mila, Mudaría. Üiulianl y Sofs. Dia 23 de Mayo de 1986, a las 21 h. SALÓ DEL TINELL LONDON BAROQUE Obras de: CofeM. VfvakB, Couperin, Boyce, Erskine y Haendd. Día 27 de Mayo de 1986, a las 21 h. SALÓ DEL TINELL THE CONSORT OF MUSICKE. Director Anthony Roolej Obras de: Schutz. Monieverdl, Ward Dia 28 de Mayo de 1986, a las 21 h. PALAU DE LA MÚSICA CATALANA ACADEMY OFANCIENTMUSIC CHOIR OF THE ACADEMY OF ANCIENT MUSIC. Solistas vocales. Anthony Pay, clarinete. Chrlstopher Hogwood, director. MOZART: Concertó para clarinete. K 622 y Réquiem. K 626 ACTIVIDADES; Centro Cultural de \a Cala de Pensiones. Paieo de San Juan, 106 VIDEOS: LA DANZA Se repondrán en dto y hora* detaaadaa en el fofeto dtí F«DValr I B grabadonea en video de l u sctunctanH de dan» pfOQnurAiu en nuednnF«livelaanlefk4vi.Ofüppo(JIDanBRaHxlmen1^FAmicnkaAnTkji4fteRDrria-Dantudeai^ Bmque Dante TneeUe: «EspecTAcuLo de danu banoca*. The Renolunnce Dance ConvNmy oí London The Qty Waltes. •Dvuas y tonadH populare* de la Inglaterra de 1600». CONVERSACIONES CON... En Loi d i » y ttoras dnalLadas er d folWto del Feathal H han programado unu conveiuciones con mteipretes invitad» el IX Fettfval dt MilUta Arüaua UUei como. Paul Baduia-Sludi. Juan J M * Rey. Jo»í Miguel M O O B y Charies MefBam- LA CAKA A LES ESCOLES: Di. 16 de Mayo » l u 16 h. F^uw de la MúMca Catalana. CAPILLA MUSICAL DEL SEMINARIO DE ESTUDIOS DE LA MÚSICA ANTIGUA •Música «patela dd Renaclmiemo- MADRID: T«0o Ral. Na 29 de Mayo de 1986 l BILBAO: Teatro Campos O w s Día 30 de Majo de 1966 a lai 20 h ACADEMY OF ANCIENT MUSIC. CHOIR OF THE ACADEMY OF ANC1ENT MUSIC Soiam nocalei Anthony P«y. tlannelr ChrlMoptlel Hogwood. directo!. MOZART Concieno paca clarinete, K 622 y Réquiem. K S26 labrm«dA¡ Serve* d'informació de la Fundado Cabía de Pensións. Tel. (93) 317 57 57 RJMMCION CAÍA 1 * PENSIONLS i • ¿V •:::TT I l"I •• ti f ¡ 'iV V.' na ••-!-( V)A*ÍT un» LA ANTIGÜEDAD Y SU FASCINACIÓN V tiempo queda definido por su manera de relacionarse con el pasado. La historia de los sucesivos presentes musicales no es ajena a este hecho. Durante centurias la música pretérita fue casi algo muerto. Se la podía estudiar, pero su ejecución era algo extraño a la mentalidad del momento. Sólo los auautores vivos suministraban una música viva. Desde el siglo XIX las incursiones en la música histórica han ido aumentando en progresión geométrica. El actual es un instante arqueológico —¿síntoma de decadencia?— que quizá se limite a presagiar el inicio de un camino. El apasionante fenómeno de la fidelidad a la huidiza sonoridad de lo desaparecido ha añadido un factor más al proceso. SCHERZO dedica su Dosier del mes, coincidiendo con el «IX Festival de Música Antiga» organizado en Barcelona por la Fundado Caixa de Pensións, a este tema siempre en alza. Nos hemos acogido a la denominación «.Música Antigua», dentro de su imprecisión, como aglutinante de la variedad de los enfoques dados, de la Edad Media al Barroco, de la cuestión musicológica a los problemas interpretativos. .1 ».',/• ',;:t"r:::; MOLOCO- CINTO Sala di comimpir ln%kiafptai tn vtñtfmft Ln'tric fuú'orruu ufi defijd u^ri* O Invirír gwi'otniu Mj>Oifjp^Pit in unta Chtqucllo di curiad» iprt- Doi/í"TT* p*r J'arlrí h't C nó p ÍÍK £ n . f i t dnfdírf hauítaLu ifhcü ko*QK, ¿MÚSICA ANTIGUA? E L hecho de que Cioran, en 1949. conceptuara la música de Juan Sebastián Bach como algo inherente a nuestra cosmogonía, o que el novelista Juan Rulfo, hace pocos meses desaparecido, escucha, casi con obstinación, la arropada desnudez —son sus palabras— de la música medieval, indica que, al margen de las cronologías, la música, su identidad, es. no simple Lógica ni mera Forma, sino la propia imagen de los hombres, y este juicio, inspirado en la teoría estética de Lipps, puede hallar asiento en el parágrafo de Antonio Eximeno, perteneciente a su tratado Del origen y reglas de la música (1774): «... El gusto de la música varia ciertamente con la índole y diversa educación de las naciones; pero todas usan las mismas cuerdas, la misma armonía y la misma escala. Es indispensable, pues, que el hombre tenga dentro de sí mismo el origen de la música, la cual procede del instinto, lo mismo que el lenguaje». En efecto, este pensamiento, que recoge la tradición de Boecio y la de los primeros filósofos pitagóricos, ha ido desatendiéndose, desnaturalizándose en el decurso de los días por motivos ajenos a la propia música. Razones 52 Scherzo analíticas y metodológicas han obligado a los estudiosos a parcelar, a situar lindes divisorios, cronológicamente hablando, que, estrictos e infranqueables, han contribuido a angostar la panorámica musical, olvidando en ocasiones que la propia evolución del arte contribuye a una natural división, pero que su esencia, a pesar de las frecuentes rupturas estéticas acontecidas a lo largo del tiempo, vienen unidas por una hebra común, es decir, por la naturaleza del propio arte. Que Schoenberg sintiera fascinación por la música del Medioevo, y que su discípulo español, el compositor y musicólogo Robert Gerhard, anduviera abstraído entre romos pliegos renacentistas, o más aún, que Sergiu Celibidache se doctorara con una espléndida tesis sobre Josquín Des Prez, no debe causar en nosotros maravilla. Imperceptible, y aun de manera inconsciente, nos sobreviene con asiduidad una pregunta que hace reparemos en un fenómeno fluctuante, que, con mayor o menor notoriedad, aparece en nuestra sociedad desde las últimas décadas decimonónicas. ¿Por qué un autor pretérito, un compositor en este caso, o un determinado período histórico, ocupa, de pronto, el interés de una generación? Reiteradamente, las respuestas apuntan hacia consecuencias de orden estético, que sometidas por el tiempo a la caducidad, vuelven a reponerse gracias al aviso y atención de los estudiosos. Así que, cuando una obra artística trasciende esencial y formalmente su época, se cumple una cíclica revitalización de la misma. Pero no obstante lo enunciado, se produce, además, una manifestación que en la mayoría de los casos suele pasar desapercibida; no hemos de olvidar que el acercamiento a una obra del pasado comporta una instintiva identificación con el momento y las circunstancias en las que fuera creada. Aparece, pues, como Bergson propugnó en La evolución creadora, una cíclica discontinuidad a través de las generaciones, una línea de concordancia que hoy nos lleva a revisar lo acaecido durante las centurias precedentes, al igual que hicieran los hombres de la Edad Media y del Renacimiento con la doctrina y la sensibilidad de sus antepasados. Pero ése ejercicio de revisión conlleva abundantes controversias, entabladas enfáticamente entre los defensores de la denominada Música Antigua y los que la denostan, quienes alegan en su contra una caduca emotividad que hoy dista de ser compartida por nuestro entendimiento. Incluso he oído, y no en pocas ocasiones, palabras despreciativas de los músicos hacia aquéllos compañeros de oficio dedicados a laborar sobre el repertorio escrito hasta el siglo xviii, aduciendo, entre otras razones, un exceso de subjetivismo por parte de estos y una menor destreza técnica precisada para la ejecución de las obras. De ahí que una buena proporción de pianistas suela mirar con paternalismo y complacencia a los clavecinistas, los violoncelistas a los tenedores de viola de gamba, y así hasta cumplirse un largo y deplorable etcétera. Espectador y participe a un mismo tiempo de tal polémica, y ante la duda siempre procedente, recordé lo que en El Quijote dijera Sancho; «... donde hay música no puede haber cosa mala». Nunca agradeceré lo bastante el haber mirado hacia atrás, sin desatender el horizonte, y el llegar al convencimiento de que ¡a música (al vez sea, como reseña Borges, la inminencia de una revelación que no acaba de producirse. EL SONIDO COMO METAFÍSICA Aunque la ejecución musical y la técnica supongan una parte importantísima, primordial, en la expresión de esta ciencia, también lo es su especulación, en el sentido latino-medie val del término. Desde el siglo II - otros antecedentes, sin embargo, habían aflorado antes de esa fecha— la teoría musical quedó vinculada indefectiblemente a los simbolismos aritméticos, a la astronomía y a la metafísica, de ahí que los discípulos pitagóricos concibieran el sonido, su escala de alturas, como un elemento estructural del hombre y del cosmos. Quince siglos después. Roben Fludd escribía en su D e h o m i n i s interni et externi h a r m o n í a (1619) en idea análoga, lo siguiente: «... encontremos un diapasón entre el límite de la mente y la esfera del corazón...». El hermetismo de los números, asociados a cada sonido, a )a proporción del cuerpo y a la del alma, preocupó sobremanera al ya citado astrónomo, alquimista y músico inglés, quien en un pasaje perteneciente al capitulo segundo de la referida obra, dice: «... de la proporción de esta armonía contenida en el triple número sepicnarío está formada la máquina del mundo, cuya proporción correspondiente a los elementos, que consta de la sinfonía más grave, parece sustentar a las otras partes de la armonía mundana...». Si bien numerosos teóricos de siglos posteriores acusaron con efusión a todos los defensores de la «armonía de las esferas» y del orden numérico musical, tildándolos de cabalistas y amigos de los despropósitos, paradójicamente, y dando sentido a la ya anunciada teoría de Bcrgson. vuelve a expresarse hoy, musicalmente, mediante algunos compositores de vanguardia, en favor del sonido como metafísica, a propender hacía la significación numérica como elemento místico, como medio filosófico y sensible que concibe la música como algo total, en un sentido numérico que en la música oriental todavía prevalece y que tanto influjo ha causado en las últimas generaciones de nuestros compositores. A la vuelta de los años advirtamos que entre la Música Antigua y la de nuestro tiempo existen primordialmente disparidades formales, que las divisiones cronológicas de las que hablábamos sean simplemente metodológicos, y caigamos en la cuenta de que hay menor distancia entre Machaut y Cage, por referir dos ejemplos, que entre la retórica de la innovación y nuestra propia sensibilidad, porque la música en si no es más que una metafísica, invariable por sus constantes, y porque el hecho de revivir partituras antiguas significa una nueva forma de entendimiento y de evolución, dentro del análisis musical y de su percepción. No se postergue, pues, lo que por su atemporalidad nos pertenece. EL PROBLEMA DE LA «MÚSICA ANTIGUA» I NDUDABLEMENTE la «música antigua» se ha convertido en un fenómeno de enorme interés en el mundo musical presente: lo que empezó poco a poco, prácticamente sólo en círculos de iniciados, bien a pesar de las reticentes que sobre todo en los estamentos más conservadores siguen existiendo, ha alcanzado tal auge que. incluso, se ha convertido en un serio peligro para la supervivencia de grupos y formaciones tradicionales de ya larga vida y prestigio. Porque este fenómeno de la interpretación con los llamados instrumentos originales ha conseguido situarse en un punto tan alto en el mundo del «business» musical que sólo un cataclismo podría hacer desaparecer los avances conseguidos en este campo: raras son las casas discográficas que no incluyen ya regularmente en sus catálogos música «antigua» grabada con instrumentos «auténticos» y por especialistas; no se trata sólo de alardes de modernidad como pudo ser hace aún pocos años, ni siquiera de hacer concesiones intelectualoides como toque de prestigio: se trata lisa y llanamente de una constatable exigencia de los compradores de discos que, sensibilizados (más fuera de España aún que aquí) por ésta ya no tan nueva manera de hacer la música, exigen (o lo que es lo mismo, compran) versiones «auténticas» menospreciando, a veces injusta y unilateralmente, otras versiones convencionales (que no por ello peores). Y si bien un público menos exigente que el melómano especializado aún no tiene perentorias necesidades de veracidad histórica en las versiones que va a oír, también es verdad que ha acogido ya sin temor (o al menos lo ha casi perdido, igual que los reparos) estas nuevas ópticas musicales como puede probarlo la creciente frecuencia con que en series y temporadas musicales hacen acto de presencia grupos y solistas «barrocos» no desmereciendo la asistencia del público a estos concienos, así como la presencia de radios y televisiones, a la de los normales. Y si la música antigua empieza a ser habitual en la vida de conciertos, en la esfera de la enseñanza tampoco ha empeorado la situación, si bien la oficial queda más al margen que la privada; del páramo que era hace diez o quince años la posibilidad de acceder al estudio de instrumentos históricos a ahora, hay una notable diferencia: los conservatorios más rabiosamente isabelinos, los centros más despiadadamente depositarios de la herencia de la «verdad» tradicional han admitido ya en el cuadro de sus enseñanzas una Scherxo 53 serie de instrumentos (flauta de pico, gamba, laúd, clavecín) mostrando una mínima disposición a un cierto avance; naturalmente se trata de instrumentos sin un verdadero correlato en el orgánico actual. Más difícil lo tienen aquellos cuyo correspondiente actual está mucho más cerca, como el violín, el traverso o el oboe «barrocos» y sin embargo centros de todo el mundo comienzan a pensarse la posibilidad de incluirlos en sus elencos, aunque sea por la puerta chica, en forma de cursillos monográficos o informativos, wokshops o clases opcionales ante el ejemplo de los tradicionalmente abiertos a los instrumentos antiguos como Basilea, La Haya o Boston. La demanda, palpable en la proliferación de cursos breves en épocas de vacaciones enteramente consagradas a la música antigua con sus verdaderos problemas logisticos ante la avalancha de asistencias, esté sirviendo de aldabonazo a los centros estables que ven, con alivio pero con remordimientos, como una demanda que ellos no pueden satisfacer lo ha de ser desviándose de esos cauces oficiales. Porque, ¿qué es la «Música Antigua»? Más que una interpretación de músicas pretéritas en sí es una actitud: es la reconstrucción del inmenso repertorio de la música occidental, vista cada obra a través de la óptica adecuada a su época, interpretada con los instrumentos y sus técnicas contemporáneas y apropiadas, y con el espíritu del momento evitando intromisiones estéticas y técnicas de otros estilos. Hasta ahora se consideraba «Música Antigua» al repertorio que iba del Medioevo al Barroco: sin embargo los instrumentistas y musicólogos se han adentrado poco a poco en los dominios del XIX y se contempla ya la posibilidad de, incluso, interpretar «históricamente el primer Romanticismo. Un hecho en todo el fenómeno: lo que empezó como tendencia elitista a la que sólo tenían acceso elementos ilustrados y con tiempo para ello, «connaisseurs»y «amateurs éclaires», incluso como alternativa a los verdaderos profesionales que no podían hacerles competencia, entre otras cosas, porque consideraban la práctica con instrumentos antiguos como algo inferior o poco serio, lo que así empezó, hoy se ha convertido en una faceta más de la actividad cotidiana de muchos instrumentistas que no ven en ello sino una ampliación de su vida musical sin diferencias cualitativas entre aquélla y la música «normal», máxime cuando gran parte de los actuales instrumentistas de las orquestas barrocas son músicos que compaginan ambas prácticas sin menoscabo de ninguna. El mundo del disco ha 54 Scherzo podido hacer llegar a los melómanos y aficionados versiones de tanta calidad y belleza como las realizadas con instrumentos habituales, desterrando prácticamente la idea de que los instrumentos abarrocados eran una senda a escoger por aquellos menos dotados que preferían quedarse en ámbitos más «fáciles» (y lo entrecomillo porque tal facilidad no existe) que eran la música del Renacimiento o del Barroco. Imprecisiones y lagunas, errores y titubeos propios de todos los albores y balbuceos de algo nuevo, hicieron que determinadas buenas intenciones mal conducidas por parte de los pioneros y primeros intérpretes de la susodicha música antigua, que la elección de caminos errados o partidas de bases endebles o insuficientemente estudiadas, condujeran a resultados nefastos que tuvieron gran culpa en la formación de ¡deas falsas y malentendidos que ha costado mucho trabajo desterrar si no es que aún subsisten en parte. ¡Cuántos son los instrumentistas que muestran una desconfianza cartesiana a lo que huele a «barroco» por el mero hecho de tener en el oído frases hechas que si antaño estaban fundadas hoy ya no es así!: ni los claves son máquinas de coser, ni los «barrocos» desafinan, ni se ha desterrado el vibrato: ya no se usan aquellos engendros de pedales que tocaba Wanda Landowska (que con razón Furtwaengler despreciaba), pianos aclavecinados que nada tenían en común con los verdaderos modelos históricos, pues ni se desafina propiamente (los hay que si, y no solo «barrocos») sino que se utilizan temperamentos no temperados, ni tampoco se vibra constantemente sino que se utiliza el vibrato como lo que fue hasta finales del xix: un ornamento más. Cierto que al principio hubo demasiado entusiasmo, precipitación y falta de sensatez en las primeras grabaciones y conciertos; cierto que muchas veces resulta penoso oír grabaciones «barrocas» hechas mal y desafinadas; cierto que muchos músicos han pensado que tocar barrocamente era hacerlo de cualquier manera y que a veces ha sido una escapada para los menos dotados; pero también es cierto que hay «barrocos» que locan perfectamente afinados (y muchos más de lo que una ¡dea superficial podría suponer) y con una perfección y convicción que no es habnual en otros músicos y grupos convencionales; que las grabaciones obtienen premios internacionales y que, fundamentalmente, un público que va a conciertos «barrocos" no lo hace porque sea sofisticado hacerlo sino porque el producto que se le sirve es tan bueno o mejor que el «tradicional». Hoy los instrumentistas «barrocos» son tan profesionales como los otros y si hay grupos «auténticos» que tocan mal, a nadie se le escapa que también son legión las orquestas y ensembles de profesionales «normales» que, sin ir más lejos y en nuestro pais, no suenan mejor que formaciones estudiantiles por muchos títulos y calificaciones académicas más altas que ostenten sus componentes. Tampoco ayudó la presencia de profesionales normales cuando, fundamentalmente por motivos económicos o con mentalidad de la que en castellano se denomina «bolo», decidían hacer incursiones en el campo de la música antigua tomándola como algo totalmente secundario y sin profundizar en el tema, sin llegar a la interpretación histórica con una verdadera curiosidad e inquietud intelectual sino a través de una visión superficial y simplista, incluso a escondidas de los colegas «modernos». La consecuencia era contraproducente pues sin la necesaria especialización y estudio tocaban los instrumentos antiguos con técnicas inadecuadas resultando un producto absolutamente nefasto para la calidad y el timbre de aquellos instrumentos. Para ello sacrificaban los músicos de cuerda, y nunca mejor dicho por lo que para ellos representaba uno de sus instrumentos abarrocándolo, y jamás el mejor; el efecto era grupos con mediocres instrumentos tocados inadecuadamente y empleando precedimientos estilísticos tópicos: uso de cuerdas al aire indiscriminado, ausencia total de vibrato, ornamentaciones absurdas, fuera de lugar y exhuberantes o inflamientos de sonidos por doquier que más que desfigurar una verdadera interpretación histórica la convertían en una auténtica caricatura cuyo deplorable resultado es hoy bien audible en muchas grabaciones, sobre todo alemanas, de los años setenta, grabaciones que han quedado en muchas mentes como triste exponente de lo que es la música antigua. La música antigua no es fundamentalmente un problema de instrumentos sino que éstos son una parte, que no un todo, de los que se podría llamar una interpretación histórica; como tampoco sólo una lectura filológica de un texto sin el instrumentado adecuado puede lograr un grado ideal de exactitud y verdad histórica. El problema de la música antigua no lo es iconográfico, pues asi nos quedaríamos sólo en la superficie del hecho en sí, como tampoco es un problema de tan srflo una lectura hueca; la solución está en un proceso gramatical, en la utilización de un código adecuado para que la interpretación sea la idónea. El objetivo de la interpretación histórica de una obra del pasado sería traerla tal como era a nuestros días sin prescindir de su esencia; introducir en nuestra cultura otro bien diferente y, además, hacerla inteligible a través de un lenguaje, el suyo propio, que si en teoría es distinto, en la práctica ha de ser comprensible hoy de manera que ello no signifique ni pérdida de su pureza estilística ni se hagan concesiones esenciales (y remarco lo de esenciales porque las concesiones hay que hacerlas) a su espíritu, a su forma y a su contenido. Pero no echemos las culpas de los problemas de la música antigua solo a la actitud de incomprensión de muchos músicos; la música antigua también surge como reacción a una situación musical anómala que es la hegemonía demasiado cerrada y a veces cerril de la tradición postromántica que. a su vez, va a condenar a la marginación a todo aquéllo que se salga de su ortodoxia, ortodoxia (de la que es fruto la incomprensión anteriormente aludida) que erigiéndose en astro solar y abotargando el gusto de las generaciones siguiente, obligó a que alrededor suyo y a partir de un momento determinado girara todo: la enseñanza, los conceptos estéticos, los estilos y los gustos, influyendo en todas las esferas y estamentos musicales, desde el público a los intérpretes y sentando las bases a partir de las cuales se juzgó lo pasado, lo presente y el devenir. Marginada por un movimiento que le hace como defensa, la música antigua hace tiempo que ha comenzado su batalla por librarse de la hegemonía de la tradición y algunas ventajas tiene sobre la otra gran víctima de la inercia postromántica, la música contemporánea, y es que su lenguaje es infinitamente más asequible que el de ella: si en las salas de conciertos, al igual que en tiempos pasados, sólo se tocase música contemporánea, no cabe duda de que éstas estarían vacías (como lo estarían las de entonces si se tocase música «antigua» en lugar de la que se componía al día): al menos, el lenguaje de la música antigua se aproxima al de la tradición, bien que a veces pueda sorprender (pero siempre a entendidos, nunca a legos). Para salir finalmente de esta maraña de hechos consumados, de premisas dadas como buenas sin serlo, de lugares comunes y hábitos interpretatorios ancestrales y atávicos, para abrirse paso a través de conceptos estéticos anacrónicos que la ofendan y desvirtúan, lo primero que ha de hacerse es ser consciente de sus propias lagunas y superarlas, de analizar sus errores y evitarlos y perder el complejo de inferioridad y de marginación que le afecta (bien a pesar del aire de suficiencia que puede mostrar con demasiada reiteración), para ver el ejercicio de la profesión de la música antigua como una faceta más en la vida musical de la que ha de desaparecer de una vez por todas el amateurismo, la chapuza y el conformismo ante los resultados mediocres. Sólo un auténtico espíritu de superación que sea capaz de ofrecer resultados convincentes hará que músicos y público reacios abran sus ojos y oídos ante la evidencia de la calidad: podrá gustar o no, pero el espectador o el colega han de tener la sensación que se encuentran ante un trabajo bueno y bien hecho. Así desaparecerían los prejuicios sobre la calidad técnica que el enorme diluimiento estético del músico «normal» propicia, y abriría el entendimiento a aquel que considera que lo que queda superado lo es porque es peor que la nueva en la evolución, y se decida a conceptuar que si el instrumento y la músico son fruto de una evolución, esa evolución puede ser estudiada no sólo es su vertiente sincrónica. Sdlo así, a lo mejor, desaparecerían definitivamente los recelos ante las posturas histoñeistas (un tanto pedante a veces) a condición, decimos, que éstas se vean respaldadas por un nivel de calidad técnico y musical, al menos similar al de la música convencional. Después, todo vendrá sobre ruedas porque si algo le sobra a la música antigua es fundamento científico, nivel intelectual y respaldo de la Musicología. Emilio Moreno Barcelona, marzo 1986 Scherzo 55 Fidelidad a la obra OBRA Y ARREGLO. EL COMETIDO DE LOS INSTRUMENTOS H OY día, interpretar una ópera supone, tan solo, reclutar los cantantes idóneos, conseguir un director de orquesta competente, un director de escena, y a continuación realizar la obra según las exactas indicaciones del compositor. No hay que plantearse graves problemas, ya que las partituras de Pucciní, de Richard Strauss, de Wagner. Verdi, Weber y Beethoven encierran todo lo necesario. Cada nota ha sido destinada por el compositor a un cantante concreto, a un instrumento concreto; cada uno sabe en qué momento exacto tiene que cantar o tocar. La obra, en consecuencia, es inmediatamente reconocible, incluso en la más extrema de las interpretaciones. Si un director quisiera darle a ta! o cual obra una concepción sonora distinta, personal —por ejemplo, modificar las partes vocales mediante ornamentos, transformar radicalmente la instrumentación y la armonización—, ello seria considerado intolerable, un atentado a la obra de arte, una imperdonable destrucción de lo que quería y exigía el compositor. Nadie aceptaría, por ejemplo, que se interpretara Los maestros cantores de Wagner con una orquesta de pianos, arpas, guitarras, saxofones, vibráfonos, armonio, celesta y mandolinas. Seria imposible convencer a los especialistas y al público de la necesidad artística de este tipo de alteraciones. La autoridad del compositor es intocable y la obra no puede ser puesta en cuestión en ningún caso. La cuestión es muy distinta en lo que se refiere a las óperas antiguas, y en general para las obras del siglo XViii. En este caso no sólo se admite la intervención del arreglo, sino que se considera que es lo suyo, que se trata de algo exigido por la obra misma. Los presupuestos son, evidentemente, radicalmente distintos. Por eso, al interpretarse óperas, oratorios y otras obras musicales del siglo xvn, se menciona la existencía de un arreglo, de una adaptación musical, de una instrumentación o de cualquier otro nombre que se le dé. El oyente poco informado se preguntará a menudo, sin duda, si no se podría interpretar esa obra sin el arreglo, tal y como fue compuesta. ¿Es necesario que a estas alturas, precisamente en ese tipo de música, un arreglista cualquiera se sitúe entre el compositor y el público, en una época en que podemos escuchar casi toda la música clásica, e incluso una parte de la preclásica, depurada de cualquier aditamento, retoque o mejora aparente? ¿Es que la tendencia genera! a la autenticidad, al respeto del compositor, ha sido excluida precisamente en lo que se refiere a los grandes maestros de los siglos XVI, xvn y xvm? 56 Scherzo No es sencilla la respuesta a unas preguntas así. Toda reflexión y toda toma de posición están condicionadas por la evolución histórica de determinados conceptos: la obra, la composición, la restitución1. La ¡dea de fidelidad a ¡a obra, elevada a la categoría de principio rector durante los últimos cincuenta años, parte del principio de que a toda composición —con pocas excepciones dignas de mención— correspondería una restitución única e ideal, y que, en consecuencia, cada restitución sería tanto más estimable cuanto más se acercara a ese ideal. Esta teoría podría aplicarse a una parte de la música de los siglos XIX y XX. En efecto, los compositores de estas épocas han buscado definir sus intenciones hasta en los últimos detalles que pudieran fijar, y por ello reducir al mínimo el libre albedrio de los intérpretes. Una unidad perfecta entre obra y restitución, según ésto, no puede darse sino en la improvisación creadora, o dicho de otro modo, cuando el compositor y el intérprete coinciden en el tiempo. El problema de la autenticidad en la música más antigua parte del hecho de que nuestra educación y formación musicales se han basado —y se basan aún— en las obras del post-romanticismo y de comienzos del siglo XX, ésto es, sobre obras cuyo modo de interpretación ha sido fijado por el compositor en la medida más amplia posible. Que la música de épocas anteriores haya sido compuesta en circunstancias diferentes, y que para ella la relación entre obra e interpretación pueda ser distinta, son certidumbres que no podemos llegar a alcanzar más que a costa de cierto esfuerzo. Este problema aparece peligrosamente á La interpretación de la ópera oscurecido por la notación misma: de ella emana, como de cualquier escrito, una sugerencia casi mágica que irradia sobre el lector y sobre el intérprete. La anotación casi idéntica para épocas distintas nos inspira una engañosa confianza; puede provocar errores de grave trascendencia en los matices, en la elección del tempo, en el trato emocional de los distintos eslilos. En la medida en que las indicaciones de expresión son muy raras —o totalmente inexistenles- en la música clásica y preclásica, puede llevarnos a esterilizar emocionalmente esa música. Una examen histórico más preciso nos lleva a reconocer que no hay época alguna en que nuestra notación posea ese carácter univoco con el que sueñan tantos compositores y músicos. ¿No es sorprendente y chocante que todos los detalles importantes, como las alturas absolutas y relativas, la duración de las notas, las relaciones rítmicas, los matices, y tantas otras cosas, no puedan ser representadas de forma univoca'.' La comprensión de la notación descansa en un acuerdo convencional no escrito, vigente entre compositores e intérpretes, que constituye la clave de su recíproca relación. En dos palabras, durante décadas hemos leído e interpretado con total buena fe la totalidad de la música occidental según las convenciones de la época de Brahms. El resultado ha sido la aparición de dos conceptos fundamentalmente diferentes y extremos, a partir de los mismos presupuestos, es decir, paradójicamente frutos de una idéntica actitud espiritual: o bien se añaden las indicaciones ausentes (matices, expresión, tempi, efectivos) o bien se interpreta simplemente lo que aparece escrito, de forma auténtica y objetiva. Y sin embargo nuestro objetivo ha de ser descubrir qué significa la notación. Puesto que la interpretación de óperas de los siglos xvi y xvii es ahora más numerosa, desde hace varios años, no carecería de interés el examen de los problemas que plantean el arreglo, la práctica de una ejecución adecuada y sus hipotéticas soluciones. Al ser inventada la ópera en Florencia, en el año 1600, se partió del principio de que la poesía griega, y especialmente la tragedia, era recitada bajo una especie de forma cantada, y se quiso resucitar esta forma de interpretación. Se trataba de recitar las tragedias griegas, e incluso las tragedias helenizantes de autores vivos, de forma - creían— auténtica, con acompañamiento de laúd o de clavecín. La ejecución correcta de este canto solista dramático que se acababa de inventar fue descrito desde el principio de una manera muy precisa, casi dogmática. Hasta entonces se conocía exclusivamente la música polifónica medida; y he aquí que de repente se le pedía al cantante que se basara en la lengua («... en ra?ón de la costumbre y del estilo actuales en el canto, la composición y el canto son, en cierto modo, como si... más bien se recitara...»). Se anotaba este habla-canto (la monodia) aproximadamente según el ritmo y la melodía de la lengua, pero insistiendo siempre en ésto, que no había compás, sino tan sólo acentuaciones de la lengua y que la notación en compases de 4/4 representaba tan sólo una necesidad ortográfica. Para este recitado cantado (recitar cantando), que tenía como objetivo reforzar la expresión y la fuerza de persuasión dramática de la lengua, había que encontrar un tipo de acompañamiento adecuado. Todo bajo demasiado exigente desde el punto de vista musical, concebido como contrapartida de una línea vocal, habría supuesto una distracción con respecto a la lengua, lo cual habría reforzado de algún modo el aspecto musical, y eso era contrario al espíritu de las nuevas ideas. Se utilizó entonces una especie de acompañamiento simple de acordes. Esta forma de acompañar el canto era la tarea más importante del bajo continuo. En este estilo, la ejecución de la parte vocal (sobre todo desde el punto de vista rítmico), así como ei bajo continuo (elección de instrumentos, de acordes, de ritmo), ofrece numerosas posibilidades en el espíritu de la composición. Existían preceptos de ejecución muy precisos para el acompañamiento de los recitativos, y a ellos se atiene Monteverdi: no había que emplear más que el laúd, el clavecín, el órgano, o instrumentos análogos. El violoncello no intervenía para reforzar el bajo más que si la linea de bajo tenía que ser especialmente realzada. Tan solo determinadas situaciones debían ser subrayadas con determinada instrumentación. Este acompañamiento restringido era, además, una necesidad técnica, pues el canto recitado debía ejecutarse libremente, esto es, sin ritmo estricto, y ante todo sin la escansión métrica de los tiempos fuertes y los tiempos débiles. Desde luego toda realización, es decir, todo lo que tocaban los instrumentos armónicos por encima del bajo, constituía una improvisación, o sea, era añadido libremente. He aquí una de las grandes innovaciones de la música en el tránsito del siglo xvi al xvii: de pronto, las partes extremas adquirían una importancia mucho mayor que la de lo que había entre ellas. La Scherzo 57 LANZAMIENTOS COMPACT DISC B K h : Oratorio de Navidad A. Auger, J. Hamari, P. Schreier-C. Bach da Stuttgart Helmuth Hilllng M3K3B229 Bach: MIM «O SI nwnor A. Auger, P Schreier C. Bach de SluftgartHelmul Rilting M2K38972-2CDS A. Auger, J. Hamari C. Bach óe StungartHelmuth Rilling M2K79307-2CDS Bach: Sonata» completa* para flauta Joan Pierra HampalTrevor Pinnock M2K397«-2CD'S Bach: Magníficat J. Hamari, P. Scflraier C. Bach de StmigartHelmul Rilíing MK42064 Bolllng: Picnic SuH* J.P. Rampal. A. Lagoya. C. Bolliog MK73952 Bolllng: Surta para violoncalla Yo-Yo Ma. Claude Bolling MK39059 Bruckner: Sinfonía n.° 3 O.S.R. de BawsraRalael Kubelik MK39033 Brahma: Concierto para plano n.°1 Lazai Barman-O.S. ChicagoE. Leinsííorl MK358S0 Haydn, Hummat, Mozart; Conciertos para trompeta Wynlon MarsalisHaymond Lsppard MK37846 Mozart, SchuÉ>«rt: Obras para 2 planos Murray Perahia y Radu Lupu MK38611 Motad: (Trio) K.563 Vo-Yo Ma, G. Kremer, K. Kashkashian MK3BSS1 XTRAORDINARIOS PRIMAVERA 86 Mozart: ConctartM para plano, complato* Murray Perahia-English Ch. Orchestra M13K42055-13CO'S Ramean: Obras para clava Bob James, sinleiiíador MK39540 R. Strauw: Danza de loa «iota vetoa y Etcttna Final de "Salomo". Fragmento Sintónico de "El amor de Dañas", Cuatro última» Canción**, Malven. Eva Marton-S. de Toronto A. Davis MK42019 Prokonel: Sinfonía Clásica. Surta* de "El amor da la* 3 naran|as" y "El teniente Kl|é" O Nacional da FranciaLorin Maazel MK39S57 Puodnl, Varril: Artas y dúo* da amor Deborah Sasson, Pater Hofmann R.S.O. de Stunoart-G. Kuhn VK39228 Aranjuaz Fantaal» para un gentilhombre Jofin Williams-O. Ptillharmonia L. Fremaux Schubert: SlrffoSS»íy• "Inacabada" Filarmónica de BerlínDaniel Baten boim HK3M78 R. Strausa: Sonata para plano Op. 5 5 plaza* para plano Op. 3 Glenn Gould MK386S9 Wagnar: La Walkyria, Acto I E. Marión, P. Hoffman, M. Taivela HK3974S SI desea unirse al 'Club Compact Dltc" de CBS y disfrutar de todas sus ventajas: Información gratuita, descuentos, sorteos, etc..., rellene, por favor, este cuestionarlo y envíete a: DISCOS CBS Club "Compact Dtsc" P.a de la Castellana. 93 28044 MADHD Nombre I I M Apellidos 11 1 rVimirilin 11 1 I I I M I I I Núm. M i Pnhlamin 11 Provincia 11 I I I M 1 l 1 Piso Tftóliwi 11 PmfMinn 1 11 1 I I I M 1 1 1 | | | I I I I I I I I I I I I I I 1I I M I 11 1 J Cod.Posoi 1 1l l ¡III 1 1 111t 1 1 f 1 1i1 11 1 lili Mil | 1 1 1 1 1 11 1 | MSUHL composición propiamente dicha consistía, pues, en inventar las partes extremas, y el continuo mismo podía y debía improvisar libremente todo lo demás. Este trabajo creador indispensable no proviene, sin embargo, de la obra, sino de la interpretación. Y esta división de cometidos entre obra e interpretación era uno de los aspectos más importantes y el más nuevo de la música del momento. No se prescribía una instrumentación precisa, en el sentido actual, ni del continuo ni del resto de la orquesta, aunque existía un reparto de todos los instrumentos en instrumentos de base e instrumentos de adorno que, al margen de algunas asociaciones convencionales, regía el empleo efectivo de los instrumentos. Los instrumentos de base estaban destinados a ejecutar el bajo continuo; sobre ellos se dibujaba la línea de bajo y también !os acordes de relleno que marca el desevolvimiento armónico. Todo eso era improvisado, evidentemente; es decir, que incluso allí donde tan sólo instrumentos de base que acompañan, el acompañamiento, con sus armonías o sus motivos, corresponde a la ejecución, y no a la composición. (Estos instrumentos de base son, como ya hemos dicho, el clavecín, el virginal, el órgano, el arpa, el laúd, el chitarrone, y otros). Los instrumentos sobre los que podía tocarse una sola V02 eran llamados instrumentos de adorno (entre los que se encuentran los instrumentos de cuerda y viento, pero también el arpa y el laúd, cuando son empleados melódica y no armónicamente). Hoy día la línea del bajo suele ser interpretada por un instrumento de base (como el clavecín) y un instrumento de 60 Scherzo adorno (como el violoncello); esta práctica corresponde a usos del siglo XVIH. En los comienzos del bajo continuo (después de 1600), es cierto que a menudo se doblaba el bajo con un instrumento de cuerda o de viento (violoncello, violone. dulcián, trombón), pero sólo cuando el bajo tenía por su movimiento algo que decir, desde el punto de vista de los motivos; los acordes de sostenimiento colocados bajo el hablacanto debían ser interpretados sólo por el instrumento de base. Hoy día, el cometido de los instrumentos de adorno es objeto de controversias. Algunos testimonios del siglo xvii muestran que el nivel de formación de los músicos profesionales era tan elevado que podía confiárseles la improvisación de movimientos polifónicos (sin duda como imitaciones simples y una armonía poco complicada, con tolerancia de pequeños errores de escritura). En todo caso los esbozos y las notas, en ocasiones con signos escritos por la mano del director, permitía ya a las pequeñas orquestas de ópera tocar con cierto orden. En esta época se deseaba mantener en secreto las particularidades del arte. Es lógico que no haya sobrevivido, con las partes escritas, ningún tipo de material de ejecución, ni siquiera los ritornellos. Las bibliotecas sólo conservan, como ya hemos indicado, el principio de base de la obra. La elección del instrumento Lo primero es, por lo tanto, elegir y repetir los instrumentos de continuo de acuerdo con los personajes y las situaciones dramáticas. Pueden ser empleados según dos principios. En primer lugar: cada personaje es acompañado siempre por el mismo instrumento. En segundo lugar: una situación dramática determinada es acompañada por instrumentos determinados. Para el empleo de los instrumentos de adorno, las grabaciones, aportan indicaciones claras, desde el puro hablacanto sobre acordes muy simples de apoyo, a las grandes formas en estilo de aria, pasando por las formas intermedias de arioso sobre motivos de bajo. En el habla-canto es el instrumento de base el que acompaña, tan simplemente como sea posible (et oyente no tiene que ser distraído del sentido del texto por el arte y la imaginación del músico que interprete el continuo, y por ello tampoco es doblado el bajo). En las formas intermedias de arioso, el continuo es ya más rico, pero aún es improvisado; uno o varios instrumentos de cuerda o de viento diseñan la línea de bajo para hacer una contraparte a la melodía. En las grandes formas estilo aria el continuo es interpretado también por los instrumentos de adorno; por lo tanto, la orquesta toca también el acompañamiento. La realización es tan simple como sea posible y nunca debe distraer al oyente de lo esencial, la línea vocal y el bajo, pero debe ofrecer una alternancia sonora con los pasajes de puro bajo continuo. Además de estas formas exite también el candíalo inventado por Monteverdi en su Combaitimemo di Tancredi e Clorinda (1624), un recitativo acompagnaio, con instrumentos, concebido para los pasajes violentos o iracundos. Para la elección de los instrumentos, desde los iniermezzí del siglo xvi se había desarrollado un cierto simbolismo por asociación: los afectos tiernos y refinados se asociaban a las cuerdas (que servían igualmente para la ira en el concítalo), los afectos pastorales folklóricos a las flautas de pico y a las chirimías; é los afectos eróticos a las flautas; las divinidades acuáticas, los (rítanos igual que las sonoridades subterráneas, estaban asociados a las cornetas curvas y a los trombones, y los dioses y señores a las trompetas. En una de sus cartas Monteverdi escribió expresamente lo siguiente: cuando el mar cumple un cometido, es evidente que hay que hacer uso de cornetas curvas y de trombones. Tal vez la sonoridad hueca de este instrumento es un bello símbolo del agua —para el oyente de entonces debía tratarse, en cualquier caso, de una evidencia. Una de las cuestiones más controvertidas en la ejecución de la música antigua es lo relativo a improvisación y ornamentación. Da la impresión de que en este caso, en las interpretaciones actuales, al esforzarse en conseguir la mayor autenticidad posible se ha ido a menudo demasiado lejos. Los encargados del bajo continuo exhiben labores de contrapunto que a veces son desde luego muy hábiles, pero que no convienen más que raras veces desde el punto de vista estilistico y dramatúrgico. Es sobre todo el caso del principio del Barroco. Es cierto que existen numerosos tratados para la ornamentación improvisada del cantante; sin embargo disponemos, precisamente para las obras de Monteverdi, partes contemporáneas de canto que piden que no se añada nada, o lo menos posible, al texto escrito. De hecho Monteverdi escribió ya más adornos que ningún otro compositor de su época. Podríamos deducir que no deseaba que se le añadieran demasiados alli donde no los había anotado. En el Orfeo encontramos numerosos adornos. Una de las grandes arias de Orfeo está anotada, en una ocasión con adornos, y en otra sin ellos. Es posible que esta última versión estuviera destinada a un cantante incapaz de ejecutar aquellos difíciles adornos. Para la improvisación y otras libertades del intérprete no queda demasiado sitio en e! Orfeo, si lo comparamos con las óperas posteriores que han sobrevivido. Las reglas de Caccini también se aplican en este caso: no hay que añadir adornos más que alli donde la expresión musical se vea reforzada por ellos. La adaptación musical del intérprete Ni hoy ni entonces puede interpretarse una ópera de Monteverdi o de sus contemporáneos sin adaptación musical. Pero hoy hay que escribir antes con exactitud, a cada músico, las notas que liene que tocar. Y como ha de interpretar música de todas las épocas, en tanto que componente de una orquesta, no se encuentra en ninguna de ellas tan en su medio como para improvisar contramelodías modeladas de manera irreprochable. Hoy día, la improvisación, desde el momento en que excede la ornamentación relativamente simple, tiene que ser anotada. Pero esta necesidad de arreglar la música puede ser fácilmente malinterpretada: los contemporáneos de Monteverdi no tenían este problema, pues casi todos los músicos eran compositores y teóricos consumados, que sabían con exactitud lo que había que hacer; no eran simples instrumentistas o cantantes, sino músicos en el sentido más amplío: sabían componer y expresarse libremente, desde el punto de vista musical y retórico, y deseaban hacerlo. No podía presentárseles composiciones elaboradas al detalle o un texto musical concreto para reproducirlo. La improvisación creadora era una evidencia, el simbolismo de la instrumentación era conocido por todos y no necesitaba explicación algu- na. La rareza de las indicaciones en las partituras antiguas permitía a cada músico adaptar la obra a las circunstancias, ejecutarla con los medios que tenía a su disposición. La necesidad de un arreglo era, pues, algo muy claro para los redescubridores de la ópera barroca si querían interpretar una obra histórica del género. La extensión de las posibilidades, en los siglos Xix y XX, acostumbrados a los oídos a los dramas musicales de Wagner, o a las óperas de Pucciní, es evidentemente mucho mayor que en la época de Monteverdi, en que sólo se conocía la música de los contemporáneos. Es decir, hoy día tenemos la posibilidad, al contrario de lo que pasaba hace trescientos cincuenta años, de hacer de una ópera de Monteverdi, por medio del arreglo y de la instrumentación, una obra del siglo xix 0 del XX desde el punto de vista sonoro. Pero también podemos intentar conseguir lo que deseaba el compositor con los medios y las posibilidades de su tiempo. La cuestión es hoy día la misma que antaño: ¿qué es lo que sirve mejor a las ideas musicales?, ¿cómo podemos hacer hoy día que la obra resulte verdaderamente comprensible? ® Nikolaus Harnoncourt Residenz Verlag, Viena (Traducción de Santiago 1 Marlin) Restitución, en el sentido de interpretación nú ten t i » ,V. del T. Scherzo 61 LA MUSICOLOGÍA MEDIEVAL L A situación actual de los estudios sobre música medieval ofrece un panorama amplio y heterogéneo con corrientes hisfonográficas de diverso origen y formación, que con la primera pregunta con que se enfrenta es la siguiente: ¿En qué periodo se desarrolló esa maravillosa manifestación de la cultura europea que es la música medieval?. Haciendo un conciso esquema, cosa conveniente en un artículo breve como es el presente, podemos circunscribir el ámbito de la música medieval al período histórico denominado antiguo-tardío —a pricipios del Medioevo— caracterizado por el nacimiento de la himnología cristiana (siglos Ill-iv), para llegar a la baja edad media con la música «ars nova» tardía, la Ars Subtilior y la primera generación borgoñona (siglos xiv-xv). Esta es sin embargo, una delimitación simplificada y por supuesto discutible. De hecho podríamos también partir de las primitivas manifestaciones del canto cristiano (siglos [-11) extendiéndonos a la segunda mitad del siglo xv, época del Cancionero Musical de Palacio de los Reyes Católicos. En su conjunto los estudios sobre música medieval son relativamente recientes. Los más antiguos y documentados comienzan en la segunda mitad del siglo Win. Con anterioridad los hombres del Humanismo y del Renacimiento calificaban despectivamente de gótica a la «bárbara» cultura medieval, contraponiéndola a la, en su opinión, superior, épica de la cultura clásica greco-latina. Por esto es comprensible que Vicenzo Galilei, laudista y teórico musical, padre del célebre Galileo, préstese más atención a la música griega que a la medieval. El siglo xvi, por su parte, fue un siglo de tratados musicales prolijos y desordenados, en los que el Medioevo, con excepciones esporádicas y poco representativas no logra alcanzar el puesto que le corresponde. Como hemos dicho, será necesario esperar al siglo xvni, época de las primeras investigaciones eruditas de valor científico, para encontrar estudios críticos sobre la música medieval dignos de mención. Estamos ahora, por lo tanto, ante una nueva forma de enfrentarse con el tema de matices prácticamente modernos. Nacen en este momento las primeras obras de historiografía musical, gracias a estudiosos como el Padre Martini, Burney, Hawkins y, no obstante la persistencia de la concepción negativa del Medioevo, el canto «gregoriano» interesa cada vez más a los estudiosos, que comienzan a estudiar su evolución histórica y su estratificación. Uno de los primeros que estudió la música medieval fue el francés Jean Benjamín de Laborde, administrador general y gobernador del Louvre, favorito de Luis XV, que salvada la piel de la tormenta de la Revolución, pudo publicar entre 62 Schcrzo 1791 y 1802 textos y melodías originales de los trovadores. El siglo xviu es también el siglo en el que nace la primera recopilación documental y literaria, gracias a las obras del Abate Gerbert, que en 1784 publicó una colección básica de tratados musicales basándose en su extraordinario conocimiento de manuscritos originales. Las obras de Gerbert fueron reimpresas en el siglo pasado por Coussemaker que amplió y perfeccionó la investigación en una célebre colección publicada entre 1864 y 1876. La musicología medieval moderna nace a finales del siglo pasado, gracias al infatigable empeño de los padres benedictinos de San Pedro de Solesmes (Francia) que iniciaron el estudio sistemático de las fuentes de la música que son el fundamento de la Paleografía y Diplomacia musical, es decir de la ciencia que estudia la génesis y el desarrollo de los documentos musicales y su notación. Un gran maestro de la musicología medieval fue Friedrich Ludwig, discípulo de Gustav Jacobsthal, que en 1897 accede a la única cátedra de musicología aun persistente en la Universidad de Estrasburgo. Los principales discípulos de Ludwig fueron Jacques Handschin, Heinrich Besseler y Friedrich Gennrich. Este último, particularmente, dedicó a la música medieval una colección en 18 volúmenes editados de 1957 a 1967. Entre los estudiosos en activo en la Europa de la postguerra destacaron Wilibald Gurlitt, Higino Anglés, K. Gustav Fellerer, Kund Jeppesen, Otto Ursprung, Hans Spanke, G. Sunyol y A. Pirro. Los eruditos de la postguerra merced al desarrollo de los medios de comunicación y al perfeccionamiento de la metodología han podido desarrollar unos mejores criterios de transcripción y comparación con las fuentes. En los años 60-70 aparece una pléyade de expertos musicólogos que con técnicas y resultados diversos, están publicando sistemáticamente a la vez que investigando, toda la música medieval y su contexto histórico cultural. Entre los estudiosos más prestigiosos de la vieja y la nueva generación se encuentran W. Apel, A. Machabey, S. Corbin, B. Stáblein, E. Cardinc. A. Hughes, M. Huglo, L. Schradc, f. Giinther, J.M. Llorens, L. Agustoni, N. Prittorra, R. Monterosso, G. Vecchi, E.T. Moneta Caglio, D.L. Brou. G. Cattin, A. Ziino, F.A. Gallo, C. Terni, W.Th. Marrocco, S. Clercx. Esta enumeración no sigue orden alguno ni incluye numerosos estudiosos de menos fama pero no de menos valia que los en ella nombrados. De hecho la musicología medieval actualmente se puede jactar de una tradición científica en cierto sentido más profunda y rigurosa que otras ramas de la musicologia y que ha producido un número considerable de talentos. Sin embargo, es necesario observar que hoy, en el mundo de las computadoras, no es posible pensar en la posibilidad de la existencia de un erudito que trabaje aislado. Por esto en la posguerra se han multiplicado las iniciativas de carácter internacional que se sirven de nutridos equipos de estudiosos de diversa nacionalidad. Entre estas recordaremos el célebre R1SM, siglas del «Répenoire ¡nternalional de Sourees Musicales», catálogo de las fuentes manuscritas, y el no menos autorizado Corpus Mensurabais Musicae que hace magnificas ediciones de Música mensúrala. Entre tantas colecciones monumentales y brillantes monografías se advierte sin embargo, de un tiempo a. esta parte, una cierta falta de síntesis. Carencia esta que en parte ha sido paliada tanto por clásicos como Th. Gérold (Paris, 1936), G. Reese (New York-Londres 1940) y J. Chailley (Paris, 1950) como por los más recientes, A. Seay (New Jersey, 1975 segunda edición), J. Caldwell (Londres, 1978), R.H. Hoppin (New YorkLondres, 1978), G. Cattin (Turin, 1979) que ofrecen un cuadro histórico exhaustivo. Giampaolo Melé Scherzo 63 ENTREVISTA CON SIGISWALD KUIJKEN L A figura del joven violinista belga Sigiswald Kuijken (1944) es una de las más interesantes y polémicas jumo a las de Gustav Leonhardt, Frans Brueggen y Nikolaus Harnoncourt en el mundo de la música actual. Pionero del violín barroco con el grupo Alarius (junto a sus también reputados hermanos Barthold y Wieland y Janine Rubinlicht y Roben Kohnen) rescata un repertorio totalmente olvidado, el XVíl italiano, cuando gran parte del mundo musical desconocía literalmente no sólo ese repertorio sino los mismos instrumentos en su versión «antigua». Su labor desde entonces ha sido la de un constante estudio e investigación del mundo sonoro de los siglos XVlí y XVill que le ha llevado, no sólo a redescubrir todo un mundo interpretativo que, a priori, podría haberse limitado a círculos minoritarios de ilustrados y entendidos, pero que ha trascendido hasta ¡o más profundo de la vida musical europea y americana cambiando no pocas premisas interpretativas hace aún pocos años inviolables e indiscuiidas. Kuijken se ha dado a conocer prácticamente en conciertos por todo el mundo y tiene tras de sí una inmensa discografía, generosamente premiada, tanto de solista, como de colaborador de otras importantes figuras en el repertorio cameristico y como concertino o director de «La Petite Bande», una de las formaciones barrocas de más prestigio y calidad de momento, fundada por él a instancias de la casa Harmonía Mundi para grabar «Le Bourgeois Gentilhomme» de Lully- Moliere. De referencia son sus grabaciones de las sonatas para violín solo y las de violín y clave, con Gustav Leonhardt, de Bach, los Conciertos Reales de Couperin, obra camerística de Mozart, Boccherini, los conciertos M Scherzo brandemburgueses y los de violín de Bach; las Estaciones de Viva/di con la Petite Bande a la que dirigió en las grabaciones de los conciertos grossos de Corelli, Zoroastre de Rameau, Alejandro de Haendel, Las Estaciones de Haydn... Además Kuijken enseña en el Conservatorio Real de la Haya y su aula atrae anualmente alumnos de todo el mundo. En la última semana del pasado febrero tuvo lugar en Haarlem (Holanda) la grabación del oratorio de Cari Philipp Emanuel Bach «La Pasión del Crucificado» a cargo de la Petite Bande dirigida por Sigiswald Kuijken. Un especialista español, el violinista Emilio Moreno, amigo de Kuijken y colaborador del grupo anterior, aprovechó su participación en la grabación para recabar del músico belga su opinión sobre algunos temas concernientes a la llamada interpretación «histórica». SCHERZO: Colegas y críticos nos echan a veces en cara que el uso de instrumentos en condición original con sus técnicas correspondientes es una manera de prescindir de los avances de la música, de quedarse anclados, que si Bach levantara la cabeza abjuraría del clave oyendo el piano... KUUKEN: Progresar no es avanzar a lo loco. Volviendo hacia atrás la vista, y no obviamente con una mentalidad reaccionaria sino, al revés, bien moderna por lo que de innovador tiene, revisionista, lo que creo que se ha hecho es desescombrar muchas cosas, redescubrir colores verdaderos difuminados por el tiempo, poner en orden proporciones que son mucho más fáciles de evidenciar, y también de percibir, con los instrumentos llamados antiguos. La música que lan a menudo estaba condenada al olvido porque, por más vueltas que se le diera, con los instrumentos «modernos» y sus técnicas no salía, no sonaba (se decía, se dice que esiá mal escrita, lo cual es en parle verdad pues no lo fue para ellos), con los instrumentos «originales» volvía a sonar, a tener sentido: es la experiencia fantástica de poder rehacer esa música desde dentro de ella misma. La, llamémosla así, «Música Antigua» no nació sino porque algo estaba en el aire que decía que la solución a tantos problemas, a tantos callejones sin salida iba a ser volver a algo fresco para poder volver a evolucionar de nuevo. S: También se nos acusa de falta de sentido: tocando con fidelidad a un autor, a una obra o una época no tenemos más remedio que ser objetivos. Asi pues, ¿dónde estaría ese elemento necesariamente subjetivo en el arte, en una praxis que ha de ser eminentemente objetiva? ¿Es que Bach no era un traidor ya, cuando interpretaba a Couperin? h': Efectivamente, hay una tendencia a creer que si se respeta tanto al autor como a las fuentes, los libros, etc.. se tiene que eliminar uno mismo, que el músico se condena a una especie de estado de máquina. Por mi parte yo creo que esto no tiene ningún sentido, que todo ello es falso; cuando se descubren fuerzas vivas (y no podemos decir que no las haya en el repertorio que frecuentamos) hay que ser verdaderamente un muerto para no reaccionar a ellas. En parte tienen razón los que nos acusan de que, efectivamente, caemos en el subjetivismo: lo que pasa es que esto no quiere decir que por ello se sea menos «histórico»; lo que no podemos ser es espíritus farisaicos en los que sólo la letra, la teoría es lo que vale. En nosotros se desencadenan reacciones a la música que interpretamos que son muy subjetivas: si eso es traicionar a la música, a los libros, a la historia, entonces somos traidores, pero no por ello menos auténticos: ¿es que Bach no era un traidor ya, cuando interpretaba a Couperin? Porque es probable que él estuviera, a lo mejor, más distante de su espíritu y de su cultura que nosotros, hoy en un mundo en el que la información no es un elemento tan difícil como entonces. Nosotros intentamos reproducir la música pretérita lo más fiel posible a un espíritu y a un momento histórico pero sin pretensiones de ser el autor mismo. Tampoco nos ponemos pelucas enpolvadas para dar los conciertos y sí que vivimos conscientes de nuestro entorno político, social y cultural actual. S: En nosotros se producen con frecuencia anacronismos que en el fondo contradicen el espíritu de la interpretación histórica: por ejemplo, un programa que empieza con una sonata de Cima de ¡610 y acaba en otra de Haydn de 1793 pasando por Bach y Corelli, o sea, con tanta distancia entre el más antiguo y el más moderno como entre éste y nosotros; y para más escarnio, interpretado todo ello con el mismo violin, el mismo arco, temperamento, clavecín... ¿Dónde está el historieismo en una situación tal? K: Yo personalmente creo que lo que se pretende con los instrumentos «barrocos» y toda su parafrenalia es una nueva simplificación: es decir, se han dado como válidas unas convenciones nuevas que no tienen por que ser necesariamente las buenas: se toma un violín abarrocado que, digamos, pertenece a 1750 o 1760 y, en efecto, con él se toca Monteverdi y también Rossini: y no es justo. Por mi parte yo procuro evitar estas grandes combinaciones y hacer programas lo más coherentes posibles y concentrados; por ejemplo, y en mi caso concreto, encuentro que lo que he hecho cuando interpretaba hace años la música italiana de principios del xvn lo hacía como un amateur: sé muy bien que no lo hice con el violín adecuado y que el arco era ideal para Couperin. Efectivamente, no se trata de hacerlo así y, por lo tanto, era una situación que me hacía sentirme bastante incómodo; he ido, como resultas de ello, poco a poco dejando de tocar esta música pues no me siento en posesión de los medios que hay que tener para interpretarla. En realidad son otras las personas que deberían ser las adecuadas para interpretar este repertorio, otros que vengan del Renacimiento de la misma manera que nosotros, ahora, hemos ido «subiendo» paulatinamente hacia Mozart o Gluck. Seria formidable que una persona, un grupo que se llevara ocupando ya mucho tiempo con la música renacentista se adentrase en Monteverdi y desde dentro como final de una etapa, de atrás a adelante, lograr un producto que, pienso, ha de ser fantástico. Nosotros volvemos en la Historia hacia atrás por nuestra formación; yo mismo, y no puede ser de otra manera, si vuelvo a Monteverdi es reculando, lo cual, por no ser la dirección ideal, francamente, no me gusta, me hace desconfiar del resultado final. S: Como bien dices, el camino ha de ser hacia adelante y hoy vemos que lo que empezó por ser una reconstrucción de la música del XVII y XVIII ha ido poco a poco derivando a periodos cada vez más cercanos a nosotros: La Petite Bande últimamente no graba casi más que "modernos»: Mozart, Gluck, Cari Philipp, Haydn; y Bruggen ha grabado la i" de Beethoven, a lo mejor graba la Eroica y dice que en futuras tourneés va a hacer Mendelssohn y Rossini con su orquesta. Estoy seguro que de aquí a poco se interpretará «barrocamente», históricamente a Brahms. ¿Cómo ves tu el futuro de la susodicha interpretación auténtica? K: El concepto de interpretación es algo bien personal y muy relativo: cada uno vive su propia vida a la vez que la edad avanza. El artista, individualmente, rehace la historia de la música a su propio «lempo» y gusto. Hay personas, y estoy pensando, por ejemplo en Scheizo 6S mento como él lo ha de estar ciertamente, lo mejor es seguir su propia vía y no tener remordimientos de conciencia, sentirse, quizás, molesto e ir a buscar consejo e información (me parece que a Harnoncourt), a alguien que, con toda seguridad, le va a decir cosas que le resultarán absolutamente sorprendentes; sinceramente creo que una cosa asi no puede producir un buen efecto: en todo caso es una cosa que a mi modo de ver me resulta extraña y un poco comercial aunque esta no sea la mejor expresión, una especie de comercio consigo mismo, con el arte, con sus principios, y en un segundo momento, incluso, con el «business»: hoy está de moda la música antigua con instrumentos originales, se puede decir que se vende bien. Pero sobre todo lo veo como un comercio con el propio intelecto. Creo que cada cosa ha de estar donde tiene que estar, sin que nadie se tome atribuciones de otros. Lo que se haga parcialmente, y aquí se trata de ello, no es ni carne ni pescado. Aparte de todo ello, Kremer es un violinista excepcional. Gustav Leonhardt, que no están verdaderamente interesadas en avanzar: a él no le apeiece, si asi pudiéramos decirlo, tocar las cosas de después del final del xvni; cada uno tiene su manera de ver las cosas e incluso hay otras personas que están bien contentas de no pasar de Monteverdi sin siquiera pensar en llegar a Purcell. Naturalmente que se llegará a tocar Brahms con instrumentos originales y respetando las técnicas interpretativas e instrumentales de sus dias aunque aún esté todo por estudiar. Que sea estrictamente necesario hoy por hoy no lo sé: desde hace tiempo llevo dándole vueltas a una idea: para mi la Revolución Francesa fue un fenómeno absolutamente decisivo en nuestra cultura y en concreto, en lo que a la música se refiere, todo lo que es anterior a ella corresponde a otro mundo que no es verdaderamente el nuestro: nosotros pertenecemos al ámbito de la Revolución, a lo que a partir de ella surgió: tengo la impresión que para la praxis instrumental, para intentar hacer un repertorio autén- Emilio Moreno ticamente, toda la música anterior a la Revolución, al Antiguo Régimen si quieres, es susceptible de tal tratamiento de autenticidad, entra perfectamente en el campo de las tendencias rescatadoras de unas sonoridades originales; podría pensarse, en fin, que es un hecho que entra en lo normal. Sin embargo para la música de después, para lo que llamaríamos el Nuevo Régimen, las condiciones son diferentes: es una música que está demasiado cerca de nosotros, la tenemos al alcance de la mano. No creo que aún, en nuestros dias. tengamos la suficiente perspectiva para poder decir que vamos a hacer Prokofiev «históricamente», vamos a tocar así Debussy. Y eso que ya se ven reacciones claras contra una manera de tocar a Debussy demasiado gorda, vehemente y no suficientemente perfumada, es decir, pura analogía con la manera que se ha podido oír la música de Couperin tocada al piano o al órgano hace 30 años o incluso ahora. Hay, pues, síntomas claros de que algo está cambiando en el concepto general ante la obra artística musical pero para decir que hay que tocar a Debussy «auténtico» yo no me siento llamado a hacerlo, pues mi distancia con esa música es demasiado corta; esa especie de cortina que fue la Revolución y el final del xvm, esas nubes, hacen que, para mi, todo lo que eslé antes lo mire con otras gafas que hacen del fenómeno de autenticidad algo soportable y deseable, mientras que para después encuentro que cuanto más se avanza hacia nosotros, se va haciendo tal fenómeno cada vez menos soportable, cuando no artificial. S.—Será que músicos y público se van despertando, pero es notorio que cada vez son más los que llegan a la conclusión que hay que respetar históricamente una obra, al menos más de lo que hasta ahora se hacia; sin embargo muchos lo hacen sin dejar sus instrumentos «modernos», y pienso en Gidon Kremer, que parece ser que ha dejado de pensar que el violín barroco es un «.refugio de pecadores» y hasta lo ha probado para ser «histórico''' con su violin normal. Sigiswald: tú, que tienes una cierta fama de intransigente con los compromisos, ¿qué te parece esta actitud? K: Al Kremer «barroco» aún no le he escuchado aunque no tengo mucha confianza en el resultado. Incluso te diría que tampoco siento un especial interés en escuchar una cosa así: o se es lo uno o se es lo otro; si se está verdaderamente apasionado por su instru- 6í> Se h e n o Haarlem, febrero 1986 EL BARROCO ESPAÑOL P ERO, ¿existe realmente una música barroca española?. Si se observa la vida concertística del país, si alendemos a la discografía, o inspeccionamos ia generalidad de los libros de historia, la respuesta aparenta ser negativa, o como mucho obtendremos la pálida imagen de un fenómeno marginal. Lo barroco en música parece que sólo puede manifestarse a través de los dos grandes polos, Italia y Francia, y la escala de posibles síntesis; Alemania. La rigidez de esta consideración comienza a resquebrajarse en cuanto se adopta una mirada más inquisitiva. Un arte nacional que brilló a altura inigualada en literatura y pintura en este período no pudo haber ignorado la música, o producir en este campo figuras de clase inferior. Quizá no quepa esperar que al fin salga a la luz un creador de la importancia de Calderón o Velázquez, pero no son descartables las sorpresas. Es un tópico al tiempo que un hecho descarnado: la mala suerte se cebó a conciencia con la música barroca española, como acaeció con la de tantas otras épocas. La abrumadora mayoría de las obras escritas se conservan en forma manuscrita. Calamidades de todo lipo hicieron desaparecer gran parte del legado. La Guerra de la Independencia fue una catástrofe cultural de consecuencias incalculables. Por otro lado, la herencia que nos ha llegado se mantiene, aún hoy, durmiendo bajo el polvo de los siglos en archivos y bibliotecas, esperando la simple catalogación. Luchando contra la que parece la directriz suprema en la relación con nuestro padado, la desidia, la musicología reciente ha rescatado ya géneros, autores y obras. Dentro de la provisionalidad, que se desprende de lo trazado hasta aquí, deberemos necesariamente movernos en las líneas que siguen. En España se produjo el mismo cambio que en el resto de Europa a finales del siglo xvi. No entraremos a discutir la problemática cuestión del manierismo; sin embargo, la transición hispana tuvo una mayor suavidad, una superior extensión en el tiempo, que en Italia. Ello explica la persistencia de las formas arcaicas, propias del renacimiento, hasta fechas muy avanzadas. Cuando el canto monódico gobierna el panorama, en la península ibérica se sigue cultivando la polifonía religiosa. No hay, pues, el drástico corte con los siglos de oro que se pensaba. La tradición de las escuelas andaluza, aragonesa, castellana y catalana prosigue en el xvil. El centro más importante es, sin duda, Montserrat. El momento lo representa genuinamente Joan Cererols, mientras que el carácter tardio lo incorpora Francisco Valls, muerto en 1747. La escritura para órgano comparte con la vocal religiosa su firme anclaje en las manifestaciones más hondamente españolas. No se da en esta zona un conservadurismo tan unilateral como en el otro apartado. Hay personalidades egregias: Sebastián Aguilera de Heredia, activo en Zaragoza desde 1603, Francisco Correa de Arauxo y Juan Bautista Cabanilles. Correa, cuya principal obra es Facultad orgánica (1626), manejó elementos renacentistas, que desplegó al máximo, logrando un estilo avanzado de apariencia caótica. Cabanilles es la cumbre de la música organística española, el compositor del barroco medio más importante anterior a Bach. Una creencia firmemente asentada, la del aplastante italianismo de la música española de este tiempo, no puede aplicarse por igual a todo el barroco. Para el siglo xvn, desde luego, resulta ser pura y simplemente falsa. Maneras organizativas como la policoralidad nacieron independientemente de los usos venecianos, en un proceso que cubrió gran parte de la segunda mitad del xvi. La música instrumental se nutría de formas ibéricas hasta la médula, como eran las danzas con variaciones. A su vez, los medios materiales contaban a sus espaldas con una amplia historia. Naturalmente, se experimentaron evoluciones. Sería ahora la guitarra, sustituyendo a la vihuela, la que atrajese a los compositores. Gaspar Sanz condujo el instrumento hasta la cota de las posibilidades que el instante ofrecía. La italianización fue un acontecimiento tardío, ya del xvill, del que no cabe duda alguna para la música vocal. El teclado español, por el contrario, conservó su identidad. La influencia de Scarlatti no desvió a los músicos hispanos que se situaron en su órbita, como Soler y Albero, de sus pilares raciales. El principal género musical exportado por Italia desde los comienzos mismos del barroco fue la ópera. España vivía una etapa teatral irrepetible, que permitió la pronta implantación de obras escénicas totalmente cantadas mucho antes que en otros países de Europa. Varias páginas se disputan tal primacía. Pudo ser aquella La selva sin amor (1629) con texto de Lope de Vega y música, hoy perdida, de autor desconocido. La colaboración del dramaturgo Calderón con el compositor Juan Hidalgo logró la cristalización de la zarzuela primitiva, la realización más trascendente que España ha dado en el terreno de la ópera. Hidalgo puso música a La púrpura de ¡a rosa y a Celos aun del aire matan, ésta la primera de las coservadas hasta hoy. La ópera española del xvn se dividía en coros antifonales, solos y recitativos, éstos sí a imitación de los italianos. Las partes análogas a las arias eran conocidas como tonos humanos, bajo cuyo ancho concepto se acogían todo tipo de cantos profanos con instrumentos. La música de las óperas del período se caracterizaba por su nacionalismo, en una línea fuertemente popular, que enlazaba con Enzina y Flecha. Sebastián Durón defendió todavía la herencia del binomio Calderón/Hidalgo con apuestas como La guerra de los gigantes. Esto no impidió la definitiva italianización de la escena española. Se pasó a usar libretos italianos y los cantantes de esa nacionalidad monopolizaban el panorama. Surgió una diferenciación, no sólo terminológica, con la zarzuela dieciochesca, cuyo casticismo cuajó con las musicalizaciones de libros de Ramón de la Cruz. El mencionado Sebastián Durón, autor de cantatas de peso, punto final del antiguo villancico, significa el auge de las partes instrumentales. Dicha contribución estuvo siempre presente, pero cuestiones tan decisivas, como por ejemplo la reglamentación del continuo, toman cuerpo, cuando menos de forma impresa, en año tan tardio como 1702. Enrique Martínez Miura Scheno 67 HOMENAJE YEVGUENI MRAVINSKY £1 poso de los años Los días 24 y 27 de este mes actuará en el Teatro Real, dentro del ciclo Ibermúsica, la Orquesta Filarmónica de Leningrado. Un concierto correrá a cargo de Marvin Janson y el otro tendrá como protagonista al legendario Yevgueny Mravinsky, receptor, a sus 83 años, de toda una cultura y de toda una tradición musical rusa. En anciano maestro, tanto tiempo unido a la Orquesta de Leningrado, pondrá en los atriles una obra en principio apartada de sus preferencias y de su repertorio habitual: la 7a Sinfonía de Bruckner. H AN sido ya varios los conciertos ofrecidos en las últimas temporadas por la centuria soviética y su sempitermo director en Madrid. Hay que recordar de manera especial sus interpretaciones de una selección de Romeo y Julieta, de Prokofiev, la J a Sinfonía, de Chaikovsky, y la a 5 Sinfonía, de Shostakovich. En sus actuaciones Mravinsky nos ha revelado paisajes musicales insospechados y nos ha traído el aroma de la vieja Rusia. Su carrera directorial constituye un importante eslabón de la cadena iniciada en 1861 por el bohemio Eduard Napravnik, que asumió la dirección de la orquesta privada del príncipe Yussopov. Su huella fue seguida, entre otros, por Safanoff, Dranisnikov, Sarajev y Aslanov, en una primera generación. Y Golovanov, Gauk, Samosud, Khaikin y Melik-Pachaiev, en una segunda. Hasta la llegada de Serge Koussevitzky no se empezaría a abrir realmente a occidente la escuela directorial rusa. A partir de la revolución de 1917 encontramos, además del citado, situados en el mundo occidental a directores como Nikolai Malko, Jascha Horenstein Igor Markevitch. Mravinsky bebe, como se ha dicho, de estas fuentes, pero se sitúa en cierto modo aparte. Es un caso aislado aun cuando su arte y su personalidad encuentran perfecto acomodo en la evolución musical rusa. Nacido el 4 de junio de 1903 en San Petersburgo (hoy Leningrado), puede decirse que pertenece, por edad, a la generación de un Horenstein (nacido en 1898), más «europeo» dada la línea que siguió su carrera, e inmediatamente anterior a la generación de un Markevitch 68 Scherzo (1912) o de un Kondrashin (1914). Pero la figura de Mravinsky, su personalidad, permanecen incluso hoy un tanto oscurecidas y realmente se sabe muy poco más de que desde 1938 es titular de ia Filarmónica de Leningrado. Es la suya, sin embargo, una personalidad musical fascinante. Luego de estudiar ciencias naturales y composición, esto último con Cherbachev, estudió dirección de orquesta con Gauk y amplió sus conocimientos como técnico de escena en lo que hoy es la Opera Kirov, actuando posteriormente como pianista, de 1921 a 1930, en la Escuela de Ballet de la ciudad. En 1931 debutó como director en una representación de La bella durmiente de Chaikovsky, alcanzando una rápida fama. En 1938, tras ganar el concurso de directores de orquesta de Moscú, se le nombró principal director de la Filarmónica. Desde entonces ha mantenido con el conjunto una íntima e indisoluble unión y ha estrenado numerosas obras de compositores contemporáneos soviéticos. Entre ellas, por su importancia y significación, hay que recordar la J a Sinfonía de Prokofiev a a (1947), 5 y 5 Sinfonías de Shostakovich, asi como otras composiciones de Khatchaturian, Salmanov o Miaskovsky. Ha sido el primero en estrenar en la Unión Soviética obras como la Música para cuerda, celesta y percusión, de Bartók, o la Armonía del mudo, de Hindemith, y la 3a Sinfonía, de Honneger. Su seriedad, preparación, profundidad de concepto han despertado siempre en los artistas y músicos rusos gran admiración, como la que le profesaba Prokofiev o el mismo Shostakovich, quien fue el encargado de condecorar al director con el premio Lenin. Las características directoriales de Mravinsky son, podría decirse, las opuestas a las que definían la personalidad de Koussevitzky. Frente al temperamento desbordante, a la intuición, al calor, al brillante colorido que desplegaba el tantos años titular de la Sinfónica de Boston, el de la de Leningrado opone un intelectualismo y un objetivismo mucho más depurados; en contra de la extraordinaria y ampulosa gama de gestos de aquél, sitúa una extrema concisión y una contención mímica casi espartana. Su enteca y magra figura, a la que podría calificarse de quijotesca, atrae pronto la atención por su austeridad, sobriedad y elegancia. Se adivina tras la tranquila actitud una tensión interior capaz de producir una extraordinaria violencia. Su arte gestual, económico y aparentemente sencillo, tiene tras sí una enorme labor de ensayos. Mravinsky gusta de trabajar a fondo, de diseccionar al detalle las partituras, para ir construyéndolas poco a poco, midiéndolas, ajusfándolas y edificándolas lentamente. Labor que, sin embargo, no hace que se pierdan las líneas maestras, vertebrales que articulan cada pieza. Por eso sus interpretaciones tienen, a la par que una precisión de relojería y un refinamiento timbrico muy grande, un vigor interior y una amplitud de concepción muy notables. La textura de su orquesta nunca es pesada, excesivamente densa. No hay por ello en su color ni tampoco en su fraseo ese «patrios» excesivo del que a veces abusan los directores rusos (y también muchos occidentales). Todo fluye con nitidez con claridad y con rigor en su discurso musical. La frialdad se evita, a pesar de este planteamiento intelectualizado, por la intensidad de la expresión, la concisión del acento y la tensión que anima todo. Como ha apuntado Koch, las interpretaciones de Mravinsky, en particular las de Chaikovsky, se apartan de todo exhibicionismo psicológico y autobiográfico consiguiendo en ellas «un sorprendente sucinto vigor y coherencia estructural». Lo apolíneo en la forma unido a lo dionisíaco en el fondo. No deja de ser curioso que, después de tantos años de actividad, las grabaciones discográficas del anciano maestro, al menos las que pueden adquirirse en occidente, sean más bien escasas y difíciles de localizar. La mayoría son, en cualquier caso, producto de tomas de conciertos en vivo. Hay que destacar, en la era de las 78 revoluciones, una Patética y una Francesco da Rimini, de Chaikovsky, una 4a Sinfonía, de Glazunov y una 5 a Sinfonía, de Shostakovich. Registros más modernos incluyen, en la época del microsurco y con la Filarmónica de Leningrado, las Sinfonías 101 de Haydn y 39 de Mozart y las Sinfonías 4, 5, 6 y 7 de Beethoven, así como la Primera de Brahms y las tres últimas Sinfonías de Chaikovsky (que están recogidas en un álbum de la D.G.G.). Hay que señalar también, y como casi todas sus grabaciones en el sello Melodiya, la 8a Sinfonía de Bruckner, la (5a, 7a, 9a, / / a y ¡2' de Shostakovich, la 7a de Prokofiev, y la 7a de Sibelius, La Armonía del Mundo de Hindemith y la Música para cuerda, celesta y percusión, de Bartók, de las que ya se ha hablado anteriormente. Arturo Reverter Scheizo 69 ULTIMAS NOVEDADES DISCOS Y CASSETTES BARTOX: Divtrthntnto. Dantas Populares Runuruu JANACEK: Mtadi (Juventud) Orpheus Chamber Orchestra LP 415 668-1 Dig. Impon. CD 415 668-2 Din. Impon. DEBUSSY: Estampes. Etude IX. Sulle BerEamasqiK ChLldrtn's Córner. La filie muí cheveul át lin. Lisie joyeuse. La plus que lente A le xi!. Weiísenberg I.P 415 510-1 Día. Impon. MC 415 510-4 Dig. Impon. DVORAK: Sinfonía No. 9 "del Nuevo Mundo* SMETANA: El Moldava (Vllava) Orquesta Filarmónica de Vicna. Hcrbcrt von Karajan I.P 415 509-1 Diz. MC 415 509-4 Dií CD 415 509-2 Din. Impon. ÁLBUMES BACH: Misa t u Si menor Solieras. Coro Monteverdi. The English Baroque Soloisls. John Elioi Gardiner 415 514-1. 2 LP Dig. impon, 415 514-4. 2 MC Digital. Impon. BACH: las 6 Pirtilis p i n clave Trevor Pinnock 415 493-1. 2 LP Dig. Impon. 415 493-2, 2 CD Dig. Impon. I.IS2T: Anos de Peregrin>clón: Suüa Daniel Harén bciim, piano LP 415 670-1. Impon. CD 415 670-2. Impon MOZART: Serenata No. t K 239 "Nocturna" Divertimemos K l í l y 270 Orpheu^ Chamber Orchestra I.P 415 66V-! tiig Impun. CD 415 669-2 Dig. Impon B E R W A L D : las 4 sinfonías Orquesta Sinfónica de Golhenburg. Neeme Jarvi 415 502-1. 2 LP Ihn. Impon. BRUCKNER: Sinfonía No. 5 Orquesta Sinfónica de Chicago. Daniel Barenboim 27 07 113. Dohle LP. Oferta LISZT: Sinfonía Fausto BO1TO: Prólogo d« Meüstófeles Kenneth RiegeL. Nicolai Ghiaurov Coros del Festival de Tangkwood y de la Opera de Viena Orquestas Sinfónica de Boston y Filarmónica de Vicna Leonard Bernstein 27 07 100. Dohle LP. Oferta V E K D I : Oberturas y Preludios completos Orquesta Filarmónica de Berlín Herbert von Karajan 27 07 IK>n Dohle LP. Oíerta D. SCARLATTI: 15 Sonatas Alexis Weiábenberg. pianu LP 415 511-1 Dlg. Impon. MC 415 511-4 Dig. Impon. CD 415 511-2 Dig. Impon. S C H l M A N N ; Amor v Vida dt Mujer. Ciclo de Lieder No. l> op. 24. 3 Tragedias, op. 64. 3 Lieder Bngitte Fassbaender. mezzosoprano. Irvin Gage. piano LP 415 519-1 Dig. Impon. CD 415 519-2 Dig. Impon. R. STRAUSS: Una Vida de Héroe Oruuesla Filarmónica de Berlín. Herben von Kara|an I.P 415 508-1 Dig. Impon. MC 415 508-4 Dig Impon. CD 415 50/1-2 Dig. Impon. STRAVINSKV: La Consagración de la Primavera (versión para piano a 4 manos del autor) Guher y Stiher Pekinel, piano I.P 413 314-1 D<g. Impon. V I V A L D I : Z Conciertos y 1 Trios con guitarra 1 Concierto* dobles Croran Sollscher. guitarra. Thomas Demengah cello Camerata de Berna. Thiimas Fün. violin y director I P 415 4S7-I Dig. Impon. MC 415 4S7-4 Dig. Impun. CD 415 487-2 Dig. Impon. PAI ESTRIÑA: Misa del Papa Marcelo. Tu es Petrus ALLEGRI: Miserere. Obris polifónicas de ANERIO. NANINO, ele. Coro de lu Abadía de Wcslminster. Simún Presión / P 415 517-1 lhK. Impon MC 415 517-4 Dig. Impun. CD 415 517-2 Dig. Impon. V E R D I : II Trovatorr Bergon/L Slella. Cossollo, Baslianimb Vinco Coro y Orquesta del Teatro de La Scala. Milán Tullio Serafín 415 389-1. 2 LP Impon. "RECITAL DE VLAD1MIH HOROWtTZObr»* de BACH/Bt'SONl, CHOPIS, I.IS7.T, MOSZKOWSK1. MOZART. RACHMAMNOV. SCRIABIN. SCHIIBF.RT y SCHLMANN Vladimir }]orowil7. piano I.P 419 045-1 Dig. Impon. MC 419 045-4 llig. Impon. CD 419 1145-2 Dig Impon. ULTIMAS NOVEDADES PHILIPS ÁLBUMES BACH: El Arte d * la Fuga Zúltan Kuc^is. piano 412 I4I-I, lii'blr I.P Dig. IIAENDEL: las 4 AniíToni^ de la Coronación Judas IM«caben: Marcha y 1 C orí» Solislas. t o r o y Acadcmy oí Si. Marlin-in-the-Helds Sir \cvillc Murnner I.P 412 7JJ-Í Dig. Impon. MC 412 73.1-4 lhx Impon. (Ti 412 733-2 I),K- Impon. HAVDN: lo^ 2 Conciertos para violnnchrlo iNos- 1 y 41 Julián Lloyd Webber. EngEish Chamber Orchmra I.P 412 79.1-1 Día lmp.,n MC 412 7V.I-J Din. lmn-¡¡. CD 412 7VJ-2 DIK Impon H A Y D N : Mis» No. 9 "para liempo de guerra' ("con timbales") Blegen. Fassbacnder. Ahnsjó. Sotm. Coro y Orquesta Sinfónica úc [a Radio de Ravicru Iconard Bernslein LP 412 734-1 Dig Impon. MC 412 734-4 DIK. Impon. CD 412 7S4-2 Din Impon DONIZETTI. L "Eligir d'Amorl Ritciarelli. Carreras. Nutci, Trimarchi. Rigacci Coro y Oruuesta de la RA] de Turín. Claudio Scimone 412 714-1. 2 I.P lhx. Imptiri. 41} 714-4, 2 MC n¡g. Impon. 412-714-2. 2 CD Dig Impon. MOZART: 23 Conciertos p i n piano (Nos. 5 al 27) Alírcd Brendd. Acadcmy oí Si. Marun-m-ihe-Fields Sir \eville Marriner 412 KS6-I. 13 IP Impon. 412 H56-2. 10 CD. Impon. MOZART: lis grandes Sonatas para vlolín y piano (Nos. 17 al 34) Arlhur (¡rumiaux. violin Waller Klien. piano 412 141-1. 5 I.P. nig. Impon. V I V A I . D I : los Conciertos completo* para oboe, 2 oboes ) oboe y fagot Heiní Holliger. Mauritc Fkmrgue. oboes Klaus rhuncmann. fagot. I Musía 416 120-1. 5 IP. Impon. MOZART: los 4 Conciertos para Irumpa Hermann Baumann. Orquesta de Cámara Si. Paul. Pinchas Zukerman LP 412 737-1 Din Impon MC 412 7S7-4 Din Impon. CD 412 737-2 Dig Impon MOZART: Divertimentos K 138 y 287 Conjunlo de Cámara de la Academy of St. Martin-in-the-Fields I.P 412 740-1 nig. Impon CD 412 740-2 Dig. Impon. MOZART: DWertlmento X 334. Marcha K 445 Conjunlo de Cámara de la Academy oí S[. Martin-in-lhe-F-'ieJds LP 411 102-1 Dig. Impon MC 411 102-4 Dig. Impon Cfí 411 102-2 Olí Impon. MOZART: Cuartetos de cuerda Nos. Zl y 11, K S75 y 5*9 Cuarteto Orlando I.P 412 121-1 nig. Impon. Cn 412 121-2 nig. Impon. MOZART: Sonata! para piano K 27», 45T y 576. Fantasía K 475 Milsuko Uchida "ANTOLOG1A DE LA ZARZUELA" Solista;.. Coro y OrqucMa Sinfónica de la RTV Española Igor Markevuch 416 mi-l. Dublé I.P Oferta LP4I2 HI7-I nig. Impon. MC 412 f>!7-4 Dig. Impon. MOZART: Sonata* pata piano K 330 y 333. AdaRia K 540 Cita K 574 Musuko Uchida LP 412 fil»-t Dig. Impon. CD 412 616-2 D¡g. Impon DISCOS Y CASSETTES BA( M; Obrat para d a t e Suite BWV 996: Toccata 91J; (nprk-cin 442: hitilasia y f u f i «04: Preludio, fagi t i l l t j r u 99H Ciusla\ l.eonhardl I.P 411 141-1 I>'K- Impon CU 416 141-2 Mu Impon. B t R d : Concirrro pan violin. 1 P Í H I Í para orqurtra op. i (.¿idon Krem^r ürque\l¡i Sinfónica de la Radio de Baviera Sir Colín Davis I.P 412 52J-1 Pin. Impon KAl » É : Réquiem I u t u Popp, Simón Esles Coro de la Radio de Leipzig Orquesta Eslalal de Dresdc. Sir Colín Davis I.P 412 74J-1 í>t)i. Impim. MC 412 74Í-4 n¡%. tmpuri. (II 412 74S-: t>tx. Impon Suilf Hulherg. 2 Pítí»- líricas SIBKI.IIS: Su,lc Karrtia. Kl ( isne de Tuoncli> Acadcmy or Si. Mamn-in-lhc-Fields. Sir Neville Marrinei IP4I2 '27-1 lhx Impon Cl> 412 727-2 Iiig Impon S Í H I BERT: Son»» para arpe^ione. S C H I M A N N : Piezas Fuiláslicas op. 73. 5 Piezas en estilo popular, up. 102 Mise ha Maisky. violonchelo. Martha Argerich, piano I.P 412 230-1 Dig. Impon. SCHLBERT: Sonata para plano No. 15, en Do mayor, D MS Svialoslav Richier LP 416 292-1 Impon. CD 416 292-2 Impon. V I V A L D I : í t o n c k f i m eon guitarra, R 93. 35*. 425, 5J2 y 5W Los Romero. Academy of Si. Manin-in-ihe-Fieldv tona Brown LP 412 624-1 Dig. Impon. MC 412 624-4 Dig. Impon. CD 412 fi24-2 Dig. Impon. "ALFRED B R E ^ D E I . en vivo, a beneficio de Amnistía Internacional" Obras de BERG. BUSON1 y 1.1SZT LP 416 319-1. Impon. "ARIAS DE OPERAS FHANCESASBarhara Hendricks. soprano. Orquesta Filarmánica de MonlecarLo. Jeffrey TaEC I.P 410 446-1 Dig. Impon DISCOGRAF1A LA WALKIRIA DISCOGRAFIA COMPLETA L A discografía de la Waikiria es muy nutrida. Sin tener en cuenta la multitud de registros de la «canción de la primavera» o de los «adioses de Wotan», hoy es posible reseñar al menos veititrés de versiones «completas» (todas las procedentes de representaciones en USA y también la de la Scala tienen cortes en el segundo acto), y quizá exista alguno más. Sólo seis han sido tomados en estudios de grabación. Todos los demás proceden de representaciones o conciertos (Furtwaengler, Roma), y en su mayoría pertenecen al curioso y relativamente reciente «boom» de las, así llamadas eufemísticamente, «versiones privadas»: una floración de los últimos diez o doce años. Afortunadamente, desde 1940 hasta 1967 estas grabaciones han preservado casi todas las grandes voces que en ese periodo han cantado Siegmund, Sieglinde, Hunding, Wotan, Brünnhilde y Fricka. La llamada «edad de oro» del canto wagneriano está representada por Melchior, Lehmann, List, Kipnis, Schorr y Thorborg. De la generación posterior, podemos oír a Hotter su incomparable Wotan (en gran forma en 1953, algo fatigado pero en la cima como intérprete en 1956, 1957 y 1958, declinante en 1965), a Treptow, Suthaus, Weber, Frantz, Lawrence, Traubel, Honger o Frick. Después, los cantantes-actores wielandianos que dieron vida y verdad al «Nuevo Bayreuth» desde 1951: Windgassen, Vínay, Greindl, Adam, Varnay, Stewart, Brouwenstijn, Rysanek, Crespin, Gorr, Nilson, Modl..., sin olvidar a Vickers y al «histórico» Lorenz, ya en el final de su carrera de tenor heroico vocacional. Por último, desde 1967 a nuestros días, King, Jerusalem, Altmeyer, Salminen, Molí... De los directores, a muchos codos de distancia Furtwaengler, Knappertsbusch y Krauss, los tres distintos, arquitectónico y profundo aquél, monumental y telúrico «Kna», refinado y vital el último; pero todos ellos artistas con el común denominador de lo poético. Bohm les sigue pálidamente en el declinar del «Nuevo Bayreuth». Competente, Keilberth. Solti es un gran organizador de la «puesta en sonido», en términos acústicos. El «nuevo» Wagner de Karajan, tan alquitarado, ha envejecido mientras los imperfectos registros con la gran trilogía de sus colegas mayores han ganado pátina. Los rajados y violentos estruendos de Boulez poseen valor de documento de una época ignorante a fuerza de hiperintelectualizada. Hn cuanto a Janowski, si alguna vez existió la «neutralidad» ante Wagner, ésta seria una de sus manifestaciones. De los registros de actos aislados, conserva toda su belleza el del primero (Viena, 1935) con los excepcionales Melchior, Lehmann y List y un Bruno Walter sensible y dramático (EMI, Dacapo: IC 049-03.023). La grabación con Flagstad, Svanholm y Van Mili (Viena, 1958, DECCA, SXL 2074-75) acusa los años que sumaba la pareja de welsungos, pero Knappertsbusch obtuvo de la Filarmónica el más suntuoso fraseo que imaginarse pueda (la comparación con el duro tercer acto grabado ese mismo año con Solti es muy cruel). Del segundo acto, el completado en Berlín en 1938 con los fragmentos que dejará Walter —exiliado entre tanto—, que presenta a Martha Fuchs, Margarete Klose y un Hotter que entonces tenía veintinueve años (Les Introuvables du Chant Wagnérien, EMI 290 2123). En fin. del tercero, el registro «privado» obtenido en el Covent Garden (1937) con Flagstad, Müller, Bockelmann y Furtwaengler (IGI, RR 417), y un valioso documento de la reapertura del Festival de Bayreuth (1951), con Rysanek, Varnay y Bjorling (Sigurd) dirigidos por un Karajan que aún era de ardiente carne mortal (EMI, Dacapo: 1 C 181-03 035/36). Ángel F. Mayo 72 Scherzo 1941 F.. Lein'dor Met. New York (') Prívate record L. Mekhior F. Srhorr A. Kipnis A. Vainav H Traubel K Thorborg T. Voripka M Scellman D.Doe A Kaskas M. Van De ¡den H. Olheim M. Van Kirk L. Browninc 1940 ANO E. Lemsdorf DIRECTOR Met. New York Cl ORQUESTA Uniaue Obera EDICIÓN L Mclchior Siegmund J. Huehn Woian E. List Htinding M. Lawrcnce Sieglinde K. FJagstad Bríinnhilde K. Branzdl Fricka T Voiipka Gerhilde M Siellmsn Onlinde D. Doe Waliraute A. Kaskas Schwertleiie D Manskj Hclmwige H Olheim Si eg ruñe I. Perina Gnmgerde L. Brownine Rossweisse UORC ¡86 REFERENCIA ' Registros «en vivo». 1940 E. Lemsdorf Met New York. C,i . Golden age. !.. Melchior F Sihorr E. List L. Lehmann M. Lawrence K. Thotborg T. Votipka 1. Jcssner D.Dot W Heidt D. Manski H Olheim M Sidlrnan L. Brownine El'S 118 ANC DIRECTOR ORQUESTA EDICIÓN 1954 J. KEILBERTH FESTIVAL BAYREUTH D MELODRAM M. Lorenz H. Hottet J.Grindl A. Vainav M. Módl' G. Milinkovic H.Wilfrrt B. Nilsson F.. Schand M. von Ilosvay H. Scheppan G.Liu G. Milinkovic H Plümather Siegmund Woran Hunding Sieglinde Brtlnnhilde Fríe ka Gerhilde Ortlindf Waliraute Schwerileiic Helmwige Siegrune Grimgcrde Rossweisse REFERENCIA lí>53 Feüiva/BaweulbC) Foyer R Vinay H.Hoiter j . Greindl R. Resnik A. Varnay I Malaniuk B. Friedland B. Falkon L. Sorel I M. von Ilosvay L. Thomamüllcr G. Litz S. Píate E Srhubert FO 1009 MEL Í47 ERR ¡07 1954 W. Furiwan FilViena EM1 L. Suthaus F. Frantz G.Frick L. Rysantk M. Módel M. Klose G. Schcyter J. Hellwig D. Schmedes R. Sicwerr R. Kóth H. Topper J. Blatter D. Hermán n Serabiir» 6012 1950 If . Ftirtwangler Scala Milán 1 j lormit Cetra G. Trcptow F. Frantz L Webcr H. Konet^ni K. Falgsiad E. Hcingen W Wegcner K.M.Ccrkal D. Schmedes P Batir 1. Steingruber M Kenney S. Wagncr M. Wcih-Falke FE 18 1955 Keilberlb FestivalBayreulh f'i Melodram R. V¡na\ H. Hotter } . Greindl M.Modl A. Varnay G. Milinkovic H. Wilfert G. Lammers E. Schand M. von Ilosvay H. Scheppan J. Watson G. Milinkovic M. Graf MEL 557 1952 / Kedberth Festival Bjyreuth Cl Melodram G Trpio* H. Hotter J. Greindl I. Borkh A. Varnay 1. Malaniuk I. Meinig P. Brivkalne H. Ludwig R. Sicwcft L. Tbomamiiller H Tópper M Bugarinovit T. Roesler HL5271 1956 H. Knappertsbuích Festival fiayreuth í'¡ Melodn H Houer J. Greindl G. Brouwenstijn A. Varnay G. Milinkovic P. Lenchner G. Lammers E. Sihártel M. von Ilosvay H. Scheppan L.C. Kamps G. Milinkovic I Madejta 1W W. Furtwünqler RA1C) EM1 W. Windgassen F. Frantz G Frick H. Konctzni M. Módel E Cavelii G. Srheyrer M. Gabon, D. Sthmedes H. Róssd-Majdan J Hellwig 0 . Bcnnings W. Cavelii 1. Malaniuk C 147-02* publicado en 1972 1957 D. MilroPou/os Mel. New York C¡ Melodram R. Vinay 0 . Hdelman K. Boehme M. Schcch M. Haishaw B. Thcbom C. Ordassy H.Krall M. Roggero B. Amparan G. Lind R. Elias M. Lipion S. Warfield ANO DIRECTOR ORQUESTA EDICIÓN Siegmund Wotan Hunding Sieglinde Briinnhilde Fricka Gerhilde Ortlinde Waltraute Schwerrleite Helmwige Siegrune Grimgcrde Rossweisse REFERENCIA ANO DIRECTOR ORQUESTA EDIC1QN Siegmund Wotan Hunding Sjeglinde Briinnhíldc Fricka Gerhilde Ortlinde Walcraute Schwertleite Helmwige Siegrune Grimgerde Rossweisse REFERENCIA 1957 H. Knappertsbmth Festiva/Bayreuth O Melodram (*) R. Vinav H. Hotter J. Greind! B. Nilsson A. Varnay G. Milinkovic P. Lenchner G. Lammers E. Sthartel M. von llosvav H. Scheppan H. Bader G. Milinkovic H. Pliimacher MEL 577 1967 K. Bohm Festival Bay reuth Phihbi J T. Adam G. Niensredi L. Rysanek B. Nilsson A. Burmeisrer D. Masrilovic H. Dernesch G. Hopf S. Wagner L. Synek A. Burmeister E. Schartel S Cervena 6599.289/92 publicado 1973 1958 H. Knabpertsbusch Festival Bayreuth (') ¡Aehdram J Vickers H. Hotter J. Greind! L. Rysanek A. Varnay R. Gorr M. Siemeling H.Scheppan E. Scbanel M. von llosvay Lotre Rysanek G. Hoffmann R. Gorr U. Boese MEL 1971 H. Swarowsky Praga Westminster G. Mrkec R. Polke O. van Rohr D. Sommer N. Knjplova R.Hesse H.M. Ferch L. Becker-Egncr F. Berger Rose Jasper Goeritz Kobeck E, Schubert WGSO8176 1960 R. Kempe Festival Bayreuth Melodram í') W. Windgassen J. Hiñes G. Frick A. Normo-Lowvbefg A. Varnay H. Tópper G. Hopf F. Martin C. Hcllmann R. Siewert I. Bjoner G. Hoffmann M. Kobeck-Peters D. Stcin MFI. 6QJ 1961 E. ¡.einídnrf O.S. \.cindreu RCA J. Vickers G.London D. Ward G. Brouwenstijn B. Nilsson R. Gor: M.Collier J Malyon M. Elkins J. Edwards J. Pierce N. Berry M Guy 1. Véase 1976 1980 R. Goodall Englúh Nattonal Opera EMI A. Remedios N. Baüey C. Grant M. Curphey R. Hunter A. Howard K Clatk A. Conoley E. Connell H. Attfidd A Evans S. Walker S. Squires A. Collins SLS 5061 en inglés P. Boulez FestivalBjyreuth i9*rt G. Sniti FU Viena Decca J. King H. Horter G. Fritk R. Crespin B. Nilsson C. Ludwig V. Schlosser H. Dernesch B. Fassbaender H. Watts B Lindholm V Linle M. Tylcr C. Hcllmann 1967 H. von Karaían FU Berlín DGG J. Vickers T. Stcwart M. Talvela G. Janowitz R. Crespin J. Veasey L. Rebmann C. Ordassy 1. Sieger L. Brockaus D. Mastilovic B. Ericson C. Ahlin H. Tenckel 1982 (') Estado Dresde Philip.-, P Hoffmann D. Mtlntyre M. Salminen J. Alrmever G. Jones H Schwarz C. Reppel K.Middleton G. Schnaut G Killebrew K. Clarke M. Schime I. Gramatzki F. Glauser S.Jemsalem T. Adam K. Molí J. Normann J Alimeyer Y. Minion E M. Bundsrhuh C. Studer O. Wenkel A. Gjevang R. Falcon C Borchers K. Kuhlmann U. Priew 6769 071 ío; 14 Í turodiic "~ -».y. ••».":•• | | te *- 2703243/2703273 (2Vols.) 9 •*^. MOZART i T ... 1 Ü '" , 1 DANIEL ' UARENBOIM | | 2702701 SCRiABI\ SymphonyNo.1 n.ih~ »,„, tlwllitl'utríJilHuiIníir^ryi fc , \JS RKCARDO MUTl 2703181 2702433 2701941 2703031 \HJCHANWHUAMS 3N)A_ANlAR] BBMARD 2703103 JAZZ V FESTIVAL DE JAZZ DEL S. JUAN EVANGELISTA Atrajeron más los viejos valores, que la vanguardia de los 60. Un curso mas —el decimosexto— el Club de Música del Johnny, que dirige esa institución cultural y humana llamada Alejandro Reyes Domeñe, ofreció su Festival de J a / / —el quinto- en colaboración con la dirección General de Cultura del Ayuntamiento madrileño y la ayuda del Corte Inglés, formalizando el módulo de los tres conciertos, que esta vez corrieron a cargo de Toots Thielmans con Eddie Harris Trio, del bluesman Memphis Slim y del cuarteto de Fharoah Sanders, todo ello dentro de la programación de la III Primavera Musical Madrileña, por la que se incorporan de nuevo un variado muestrario de otras músicas diversas, que interesan a los gustos heterogéneos de la juventud universitaria y no universitaria. Entre lo oido a otros comentaristas y lo contemplado por uno mismo, parece que hay que reconocer que la música de más calado «intelectivo» —para entendernosy que en esta ocasión corría teóricamente a cargo del grupo de Faroah Sanders, paradójicamente no es la que más multitudes arrasIra. Parece que tuvo más éxito de público el venerable armoniquista Thielmans y el blusero Slim que el gran músico y saxofonisia Saenders. En principio esto es normal, simpre que ocurra fuera de un recinto universitario con la casta del Johnny. Deducimos, no obstante, que también al aficionado universitario le ocurre como a cualquier otro de no imporia que extracción cultural que se guia por lo que más le suena nominalmente y no musicalmente, aparte consideraciones de economía personal '• '/iiH'/t'incim para poder gastarse su presupues(o particular en tres conciertos de un ciclo de jazz, aunque el precio de los mismos no sea el de la calle. El concierto de Faroah La sesión más importante, musicalmente hablando, aunque no por su asistencia, corrió a cargo de dicho cuarteto de Faroah Sanders que resultó corta y casi toda ella se les fue a sus componentes en calentarse. Prácticamente no «entraron» en toda la noche, salvo algunos intentos de Faroah que arrancó palmas de compás entre el auditorio, pero se le veía en pura actuación de trámite y el jazz no es eso... t'aroah Sonden Xí KM JMRdflX 76 Scherzo No hubo duende esta vez. Estuvo mucho mejor hace dos años en el María Guerrero. Bien es verdad que ninguno de tos otros componentes del cuarteto eran los mismos y que en aquella ocasión estuvieron todos por niveles más cálidos al prolongarse mas la sesión y tal vez por la influencia del auditorio, igualmente más acogedor —la sala me refiero— aunque no el público que es más sibarita en el Johnny. Todos estos y otros elementos son a veces decisivos para alcanzar una comunicación entre los intérpretes de un género tan peculiar y los degustadores de una afición tan poco corriente y fuera de cualquier estereotipo de audiencias masivas. Faroah Sanders —que hasta que nos lo advirtieron siempre le llamábamos Faraoh, desde sus orígenes con Coltrane, debido a un error de imprenta en las primeras apariciones de su nombre— tocó conservadoramente dentro de su escuela avanzada. No debía tener muchas ganas de complicarse la noche. Los focos le molestaron varias veces. No podía concentrarse. Cambiaba de micrófonos, empleando el vocal por el instrumental. No trajo casi ningún tema de los que grabara con los grandes históricos en los que se inició y le dio fama y que aquí habíamos reconocido más fácil y gratamente. En fin, que no estaba la Magdalena para tafetanes. No es que pasáramos mala velada, es que esperábamos mucho más. Pero está visto que ni los genios se libran de una mala digestión. Yo a la próxima no les daba de cenar más que un sopicaldo, hasta que no les chorrearan los duendes por los instrumentos. Pero se debieron de forrar con alguna cena carolingia y luego dejaron al personal muerto de hambre. Musicalmente se entiende. Sabas de Hoces JAZZ L o que es la vida cuando el sedentario que es uno se convierte en nómada! Una tarde, recién llegado a Copenhague.-subo por una escalera oscura y me encuentro, de repente, ante Mr. Joy. alias Paul Blcy. A este mítico canadiense no le había visto desde la primavera del 66 cuando pasó por el desaparecido Whisky jaz* Club de la madrileña calle de Villamagna. En casa de un amigo común recordamos aquellas noches cuando hacía maravillas con el teclado ante un grupo reducido de aficionados Sus fieles acompañantes de entonces eran el contrabajista Mark Levinson y el batería Barry Altschul, un trio histórico, como ya intuíamos en aquel momento y comprendimos más tarde por ios discos quegrubódurante su prolongada gira europea: por ejemplo Ramblin' (Red Record VPA 117), Biood (Fontana 883911 JCY). I» Haarlem (International Polydor 623 258). En Madrid nadie pensó en grabar un recuerdo de u n increíbles noches que fueron, si la memoria no me falla, una sana y apasionante mezcla de tradición renovada y vanguardia controlada. Muy pocos se dieron cuenta de la importancia de un pianista que. ya de joven, había marcado auténticos hitos tocando sucesivamente con Charlie Parker, Lester Young. Coleman Hawkins. Sonny Rollms, Charles Mingus. Art Blakey. Ornette Coleman. Don Cherry y Albert Ayler. versatilidad que ningún otro músico ha podido igualar. Y nadie ha pensado jamás en volverle a invitar a este país, a pesar de su importantísima carrera posterior. Paul Blcy tuvo que huir de la capital española Según cuenta el inefable dueño del club intentó con terribles amenazas prohibirle la salida cuando había aceptado una tentadora invitación para actuar en Italia. Con sus músicos y su mujer de entonces. Annette Peacock. que estaba encinta de cuatro meses, alquiló un VW color naranja y em- EPISODIOS prendió en una noche de lluvia el largo trayecto hacia Bolonia temiendo las represalias aborbónicas» hasta una frontera que nunca volvió a cruzar, entre otras razones porque a nadie se le ocurrió contratar a un auténtico maestro del piano. Como se sabe, aquí prefieren oir una y otra vez a Osear Peterson. su compatriota, tal vez porque resulta mucho más caro. La discografía de Blcy es amplia y se halla, en gran medida, fuera del alcance de los coleccionistas. Su propio sello. Improvising Artist Inc.. quebró a finales de los setenta, y los discos salen ahora a precios muy elevados en las subastas internacionales. Revelan un compositor fuera de serie y un improvisador no menos impresionante que nunca, en su incesante búsqueda, ha hecho un alto para recrearse en sus logro?. En estos momentos esperamos impacientes el LP que grabó para la marca Steeple Chase el ocho de diciembre del pasado año. junto con el bajista danés Jesper Lundgaard y el batería norteamericano Billy Han. My ItóWtfrí/(SCS-i214). Los afortunados que ya hemos podido escuchar las cintas de esta sesión podemos confirmar que el pianista alcanza cotas superiores a dos de sus más destacados contemporáneos, Bill Evans y Keith Jarrett. precisamente en el terreno que este último ha hecho suyo. Su delicada, y a veces revolucionaria manera de tratar temas clásicos como «Lover Man», «All The Things You Are». *Long Ago And Far Away», «1 Can't Get Started», »l Wish I Knew», etc., muestra su perfecto dominio de un teclado que quedará para siempre marcado por su paso. A los 53 años Paul Bley sigue siendo una figura aislada que jamás buscó la gloria en la vanidad o en la moda, sino escogió avanzar en solitario, sin concesiones a un público inestable y. al fin y al cabo, infiel. Creo que ya es hora que este jazzman vuelva a España que también ha evolucionado durante las dos décadas que han transcurrido desde su primera y única visita. En nuesrra conversación muestra interés en volver a tocar con un saxo tenor como Sonny Rollins. un bajista como Gary Peacock. un batería como Roy Haynes. Traer a semejante cuarteto, ¿no sería una idea para un promotor despierto de este país que precisa nuevos impulsos? Tampoco sería mal escucharle como solista. Nadie se sentiría defraudado, de esto podemos estar seguros. Más de treinta años de ininterrumpida actividad creadora han hecho de él una personalidad indispensable en el jazz, aunque tan injustamente ignorada fuera de un restringido círculo de conocedores que son todos forzosamente sus incondicionales. Ebbe Traberg X TKM JMfóflX fflHt Scherzo 77 FOLKLORE LOS MAYOS Hablar de los Mayos en estas fechas es tema obligado para todos los conocedores del folklore, pues son muchos pueblos de nuestro estado los que realizan esta celebración año tras año. Existen diversos trabajos literarios sobre esta manifestación folklórica, pero si alguno hubiéramos de recomendar al M AYO es el mes de la fiesta del amor, de la vegetación y de la prosperidad de los campos. Su símbolo es el árbol o Mayo, sustituido en algunos lugares por La Cruz, trueque mediante el que et catolicismo se apropiara del primitivo ritual pagano. En muchos lugares de España y de Europa consiste la costumbre en clavar en la plaza del pueblo o en otro lugar dispuesto al efecto, el último día de Abril o el primero de Mayo, un gran árbol denominado Mayo. Toda vez que dicho mes no es de sementera, el árbol cuyo rito comenlamos es arrancado al concluir éste, siendo posteriormente subastado o vendido. En otros lugares se trata de una simple rama clavada en el suelo para la ocasión, o colocada ante la puerta de la casa de la novia; o puede tratarse también de un gran tronco cuidadosamente elegido y limpiado de corteza en toda su dimensión excepto en la punta, que se engalana y se usa después como cucaña y también para bailar y cantar en romo suyo: en cualquier caso, la significación fáüca del objeto es tan obvia que nos exime de mayores exégesis. Resulta igualmente evidente la relación entre esta tradición popular y ciertas imágenes de la tradición escrita, cuyo más ilustre exponente sería ese gran fresno del que Siegmund desclava la espada Nothung en el acto I de Die Waíküre. Es aún posible añadir otra representación más: La Maya y el Mayo, personajes femenino y masculino respectivamente que rigen esta celebración. Es costumbre en muchos sitios que sea mayo el mes en que se concierten los matrimonios: las bodas se fraguaban el dia de la Cruz de Mayo, existiendo también la creencia complementaria de que las bodas así apalabraScherzo lector interesado en el tema, seria La Estación De Amor de Julio Caro Baroja. El propósito de la presente nota no es otro sino el de ofrecer una descripción sucinta de la estructura de esta fiesta, en la que encontramos, por cierto, uno de los más bellos exponentes de nuestra música tradicional. das no deben celebrarse en este mismo mes, pues serian desgraciadas. De ahi el refrán «Bodas Mayales, bodas mortales». Ya hemos señalado rápidamente los tres sinónimos principales que el término mayo asume en nuestra cultura popular: el Árbol Mayo, el Mes de Mayo y El Mayo como figura humana de carácter alegórico. Fáltanos tan sólo el Mayo como género musical. La música tradicional ligada a las celebraciones del mes de Mayo presenta tres variantes: las canciones de las cruces de mayo o los ramos, los mayos a la Virgen y los mayos a las mozas. Estos cantos se efectúan en diversos pueblos y ciudades de Galicia, Aragón, Murcia, y Andalucía, etc., pero quizá sea Castilla-La Mancha la zona del estado que conserva en mayor número y con mas grande arraigo esta celebración y, por consiguiente, sus cantos. Entran éstos dentro del género de Ronda, ya que consisten, justamente, en rondar a la Virgen, primero, y a las mozas a continuación. El contenido literario es el mismo en ambos casos: una descripción de la figura femenina, cambiando el sentido espiritual por el corporal. La mayor parte de los mayos manchegos que hemos tenido ocasión de examinar presentan ciertas características comunes, tales como estar confeccionados en coplas hexasilábicas1 rimadas al modo de cuartetas, ejecutadas en lempo moderato o allegretto y compás de 2 (o de 4) partes, de los que la estrofa puede ocupar seis u ocho (12 o 16). Debido al contenido literario de índole enumerativa o descriptiva, no puede hablarse en estos cantos de verdaderos estribillos, cumpliendo tal papel una suerte de rilomello instrumental de 2 o 4 compases, o bien un coro que repite sin variación la media estrofa final. Suelen los mayores comenzar y concluir con cantos de otra especie: así, es frecuente el empleo de la folia Jsea binaria o ternaria) a guisa de introducción, y de la más rotunda jota ternaria para concluirlos. En estos mayos manchegos que comentamos (de los que serían buenos ejemplos los de Ocaña, Cuenca, Almodóvardel Campo y otros) la célula rítmica esencial sigue por lo común este diseño. Ni que decir tiene que pueden hallarse muchísimas variantes que contradicen en todo o en parte la breve descripción reseñada, que incluímos sin otra pretensión que la de orientar grosso modo al lector interesado. A las doce de la noche del 30 de Abril los mozos salen de ronda. La primera parada se realiza ante la iglesia donde se encuentra la Virgen y a ella !e echaran el primer mayo. Dirán tantos mayos como mozos (mayos) haya ese año e imágenes por el pueblo. Al finalizar los mayos a la Virgen, irán a rondar a las mozas que esperan en sus casas y así la música sonará incansable hasta el amanecer. Presentamos a continuación un trabajo sobre uno de los más atípicos mayos de nuestra geografía: el que se canta en El Molar (Madrid), cuya irregular disposición (en la que, posiblemente, se acumulan restos no integrados de otras músicas dispares) posee un carácter único y, que sepamos, inédito aún como objeto de estudio musicológico, lo que confiere inusitado interés al texto que el lector hallará seguidamente. Cristina Argenta 1 Ya estamos a treinta del abril cumplido mañana entra mayo de flores vestido. ULTIMAS NOVEDADES HAVDN: Sinfoníis Nos. « - S o i p r n » " y 96 " Academy of Ancicnl Music Chri&lopher Hugwood l.P 414 330-1 Din. Imparl. HAVDN; M i u No, « ~¡n i n g i u i ü t " ("Misi Ndson**| Bonney, Howelli. Rolfe-Johnson. Robcns. Coro de la Orquesta Sinfónica de Londres. City of London Sinfonía. Richard Hickox l.P 414 464-i Dig Impon. C-D 414 464-2 Din. Impon ISAAC: Chínsoí», Erottok y I.iídtr The Medieval Ensemble of London. Peter Sí Timothy Davies Li> 410 107-1 Dig. Impon. ÁLBUMES HAENDEL: fcrfhef Kirkby, Kwclla. M ínter, Rolfe-Johnson, FUIOÍI, Partridge* Thornas Coro y Academy ol Ancicni Music. Chnsiopher Hogwood 414 423-1. 2 LP Día. impon. 414 423-2 2 CD Dig. tmport MENDELSSOHN; Sinfonías Nos. 3 -f.stoctst" y 4 "Italiana" Orquesta Sinfónica de Chicago. Sir ücorg Solli I P 414 M5-1 Din- Impon. MC 414 M5-4 Día- lmr,,n. CO 414 66Í-2 Dig. Impon. M07.ART: Concierto para elarinele. Concierto para oboe Amony Pay. clarincfc Michel Pigcn-I. oboe Academy of Ancitnt Music. ChnsUipher Hogwood l.P 414 339-1 I)ÍK Impon. (l> 4H 319-2 Pie. Impon. MOZART: Serénala No. 3, K I8S. Marcha K IS9 Jaap Schroder. violin. Acddemy of Ancient Music Chnsiophcr Hogwood l.P 41! 93<i-i Dig. Impon. 11)411 936-2 Din- Impon. "La Cloru de Wolfgang Amideus Vanas obras c intérpretes l.P 417 21)1-1 Impon. MC 417 2(11-4 Impon. CD 417 201-2 impon MOZART: t o s i f i n l u l l t Y-ikarh Naíé. Winbergh, Krau<rf, Resick, Fcllcr Coro y Orquesta del Teatro de la Corle de Drodningholm Amoid Ostman 414 Slfi-1. J LP Dig. Impon. OCKEGHEM: Mú&iti profana complela The Medieval Ememblc uf LondorL Pcter A Timothy David, 9-mM4, J LP Dig Impon. ROSSINI: Semln-mide Siiiherland* Hurneh Roukiu, Serge, Malas, Fy^on, Langdon Coro Ambro^ian Opera. Orquesta Sinfónica de Londres Richard Bonynge V-WQ45, J LP. impon. DISCOS Y CASSETTES MrSSORCSKY; Escenas de Borii. Codunov. VKRDI: F.wenaí de Don Cario, Ernani, Macbeth y Simón Boccanegra Pdata Burchulad/?. bajo. Enghah Concen Orche^lra Fdward Downcs l.P 414 335-1 Dig. Impon. SCHl BERT: Skironiai INos. 5 j g "Inacabada" Orquesta Filarmónica de Vicnu Sir Georg Solti l.P 414 371-1 Dig. Impon. MC 414 371-4 Dig Impon. CD 414 371-2 Din. Impon SCHÍ1TZ: 7 M o t t t « para doble curo Coro Heinnch Schüt/, Symnhomae Sacras. Spinks, Hogwood. Roger Norrington LP 414 S32-I Impon. R. STRAISS; El Caballero de la Rosa, tuile La Mujer sin nombra, fantasía sinfónica Orquesta Sinfónica de Dciroit. Amal Dorali l.P 411 X93-I Dig. Impon. BEETHOVEN: Sinfonías Nos. I y 1 Academy of Ancient Music. Chrislophcr Hogwood l.P 414 3S8-I Dig- Impon. F. COUPERIN: M t u puri los Convenios Coro de Cámara de Oxford. Pelcr Hurford, órgano l.P 4!! « 7 - / Dig. Impon. DESPREZ: Músici proftm • 3 pmrle compkli The Medieval Enscmblc of London. Peler 4 Timothy Davies LP 411 93S-I Dig. Impon. HAENDEL: Aniifoius de Cfundos Nen. 2 y 5 i hriend, 1-angridge. Coco del King's Collfgc, Cambridge Academy of Si. Manin-in-ihe-Fields. Sir David Willcocks l.P 414 449-1. impon. STRAV1N5KY: Diverlimento (El B H O del Hada). Octeto. Suitn I y 2. Fanfarria, i Piezas para clarínelt Mío l.ondon Sinfonielta. Riccardo Chailly H A f N D t l . : 4 C i n U l » Itilúnas tmma Kirkby- Academy of Ancient MusLc. Chri&iophcF Hogwood I P 414 47J-1 DIK- Impon SliPPÉ: 7 Oberturas Orquesta Sinfónica de Monlreal. Charles Dutoil HAENDEL: Te Dcum Ót Uir«ht. Jubililf Solisias. Coro de la Catedral Iglcvia de Crmo Academy of Ancieni Music. Simón Presión l.P 9-S/01I. Impon l.P 417 114-1 Dig. Impon. CD 417 114-2 Dig. Impon. l.P 414 408-1 DIK. Impon. MC 414 408-4 Dig. Impon. CD 414 408-2 D-g Impon. TELEMANN: 5 Concierto) d o b k i y triples Solistas. Academy of Ancient Music. Chnslopher Hogwood LP 9-50042 OPINIONES SOBRE LA MÚSICA CONTEMPORÁNEA ESPAÑOLA La sección que inicia su publicación en este número alberga 2 pretensiones: en primer lugar, la de informar acerca de la más relevante actualidad de nuestra música (festivales, encuentros, concursos, ediciones...); en segundo término, la de posibilitar la existencia C OMO punió de partida, se nos ocurrió consultar a diversos compositores españoles. Los términos de la pregunta eran, más o menos, éstos: «¿Cómo valoraría el momento que atraviesa nuestra música contemporánea?». En otra variante, al compositor se le invitó a expresar, en unas 5 lineas, «su opinión sobre el panorama actual de la creación musical en España, y los diversos aspectos de su problemática». Algunos de los interlocutores elegidos «a príori» han resultado, por unos u otros motivos, inabordables; otros, como —por ejemplo— Jorge Fernández Guerra, han manifestado su imposibilidad de expresarse en tan limitado formato. Advertimos asimismo que, en lo que sigue, nos hemos permitido citar algunos comentarios no recogidos en el transcurso de nuestra «encuesta», y lo hemos hecho por considerar conveniente su aportación en el contexto general en que este trabajo se desenvuelve. En este corte tan sincrónico como incompleto —aunque no intencionadamente «sesgado»— al que les proponemos asomarse, lo amplio y genérico de la pregunta y la obligada brevedad de la respuesta no han impedido la incisiva referencia a muy variados aspectos —desde el plano estético al «cotilleo»— de nuestra creación musical. «Entre lo mejor del mundo», afirmaba Claudio Prieto. «Pero, ¿asi, sin más?», inquiríamos nosotros. Y él: «¡Sí, sí!. ¡Está entre lo mejor del mundo!». Euforia más matizada la de José Luis Téiiez: «la actual escuela española muestra una pujanza y diversidad, a mi juicio, iguales —si no superiores— a las del resto de las escuelas europeas, con la ventaja de una mayor diversidad e imaginación», a lo que añadía: «eso creo; además. 80 Scherio de una, digamos, tribuna de opinión, abierta a todos los interesados (compositores, intérpretes, crítica y aficionados) y a todas las tendencias. Ambas se resumen en la expresa voluntad de ser útiles a la música contemporánea española. aunque no fuese del todo cierto, ¡hay que "hacer patria"!». La joven compositora catalana Merce Capdevila declaraba que «lo más interesante de la música que se está haciendo ahora es la riqueza y variedad de opciones, lo que lleva a la coexistencia pacífica de posturas contradictorias: no hay dogmatismo, sino tan sólo opciones distintas»; en otro orden de cosas, insistió en el escaso peso específico de la mujer en nuestra creación musical. «Además —añadía— no ha habido actitud de mostrar esos trabajos hacia afuera». «La música forma parte de una realidad que hay que conocen), señalaba Carmelo A, Bernaola en una reciente entrevista; la cuestión del entorno cultural se planteó, precisamente, como uno de los temas a debate entre los muy bisoños autores que intervinieron en el 1 Encuentro de Jóvenes Compositores, que tuvo lugar en Madrid el mes pasado. «No encontramos que la música que hacemos se nutra de (o sirva para alterar) nuestro entorno», decían David del Puerto y Juan Carlos Panadero, Muy distinta tesis a la mantenida por AveUno Alonso quien, desde Gijón, nos respondía así: «Vivimos tiempos de freno y reflexión; la coyuntura española actual es reaccionaria, y el deber y la obligación del arte en general — y de la música, en particular— es que ésto cambie». Otro joven instrumentista y compositor —catalán, en este caso— Joan Josep Ordinas, incide en que el ambiente es «un poco regresivo, como en toda Europa. Se vuelve a un cierto academicismo; la investigación de vanguardia se ha quedado bastante abandonada. Además, el mercado de la música contemporánea es falso —no como el del escritor, por ejemplo, que, si no vende, no sale adelante—; al necesitar el mecenazgo institucional, aparecen los intereses creados, los favores y las "mafias", factores que enrarecen aún más el ambiente». Parece oportuno recordar, a propósito de ello, declaraciones hechas tiempo atrás por Caries Santos, uno de nuestros más singulares creadores: «La llamada música contemporánea ha r > ^ ^ j t - ¿Tí» agotado al público; ahora, hemos de recuperarlo con otro tipo de propuestas, más vitales. No concibo que el compositor no sea capaz de defender su propia obra sobre el escenario». Abundando en esto último, Fernando Palacios nos insistía en que «una y otra vez se ha venido demostrando que la propuesta musical contemporánea española interesa poco¡ya desde hace algún tiempo, nadie puede creerse que vivimos en uno de los mejores mundos vanguardísticos posibles. Parece claro, pues, que nuestra música actual está a la altura de sus intérpretes y de su público; es decir, es poca y desigual». Y concluía: «Esto no quita para que algunos niños fustiguen a diestro y siniestro con su carnet de geniecillos, conseguido a toda prisa en El Bierzo». A la hora de redactar estos folios, no había sido posible tomar contacto con ninguno de los jovencísimos compositores integrantes del, tan reciente como heterogéneo, «grupo de El Bierzo», por lo que la obligada concesión del turno de réplica queda abierta; sobre todo, si tenernos en cuenta que, en las afirmaciones de otro autor —no ligado al grupo—, el madrileño Carlos Galán, quien veia el momento presente «tremendamente rico y sugestivo, aunque el tiempo dirá como fructifica todo», se aludía, tras pregunta hecha por nuestra parte, al citado colectivo. «Enrique Xíacias y Duran Loriga, cabezas pensantes, vieron la ocasión —por la afluencia de critica y personalidades influyentes— de presentarse al Curso de Composición como un grupo: su golpe de suene fue el encontrar allí, en la reunión de El Bierzo, a Cristóbal (Halffier) en disposición de prohijarlos a todos». ¿Está iodo ello, acaso, «en la onda» de las aseveraciones que Luis de Pablo hacia el pasado año en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, en las que definía a la nueva «hornada» de compositores españoles como «continuistas» res- pecto de las aportaciones de la llamada «Generación del 51»? Sin duda, el joven autor coruñés Manuel Balboa no opina así cuando responde a nuestra consulta en los siguientes términos: «Si algo me parece significativo en el bazar estético «fin de siécle» en que nos movemos, es la constatación de que los compositores más jóvenes han empezado a ironizar con creatividad sobre sus ceñudos mentores: ¿una dialéctica de la Esfinge?». Por su parte, Llorenc Barber señala la «falta absoluta de diálogo; no hay reflexión ni discusión, ni entre los compositores, ni entre los críticos». Para Eduardo Pérez Maseda se ha producido «una desaparición del concepto de «vanguardia» como criterio unitario válido hasta hace 10 años, con lo que se ha roto una dogmática estética y, en consecuencia, el ambiente es más plural y se pueden replantear muchas cosas». La valoración global que hace Javier Maderuelo es mucho menos optimista: «La denominada "música contemporánea española" es algo difícil de deslindar, porque no es ni una condición ni un movimiento; es algo que carece de carácter. Se trata de un amasijo de traspiés sin rumbo, de una colección de esfuerzos tan bienintencionados como inútiles, de algo que supongo ya definitivamente agota- do, por más que haya quien aún intente vivir de ello». La necesaria —y nunca suficiente— difusión de las obras es motivo de gran preocupación para muchos de los consultados. Agustín González Acilu nos refería que «en el Catálogo que pronto publicará la A.C.S.E., encontramos un promedio de 50 títulos por cada uno de los 130 autores incluidos; pues bien: muy pocas de esas obras se interpretan con la deseable periodicidad... y en los programas de las orquestas, la inclusión de música contemporánea española ha ido en regresión. Sólo la radio sigue difundiendo con continuidad nuestro trabajo». El malagueño Rafael Díaz insiste: «Hay un problema gravísimo de diiusión. En ello inciden muy negativamente 2 aspectos: la pobre cultura musical del pueblo español y la colonización cultural que sufrimos». Ramón Barce, presidente de la A.C.S.E., señala que, «siguiendo el buen ejemplo de otros países, hay que potenciar lo que tenemos masivamente; hay que defender la producción musical como se hace con el acero o con las naranjas». Y añade otra observación interesante: «De entre los compositores españoles, somos muy pocos los que trabajamos todos los días como la cosa más natural del mundo». Ello nos trae a la memoria el anecdótico caso de aquel compositor que aún no había escrito ni una sola nota de su obra, pero que exigía a la orquesta el asumir por adelantado el compromiso de estrenarla. En contrario, hay muchas partituras «criando polvo»; es el caso de Pedro Vilarroig, autor, entre otras obras, de 6 sinfonías para orquesta que, asegura, «he grabado yo mismo con un equipo de grabación y sintetizadores...». Parece claro que diálogo y difusión son, si no suficientes, necesarios alimentos para nuestra creación musical; sólo nos queda reiterar nuestra intención de servir a todo ello desde estas páginas. José Iges .1* Y.SmUso. Scherzo 81 NOTICIAS CURSOS CONCURSOS II CONCURSO DE COMPOSICIÓN DE LA J. O. N. D. E. La Joven Orquesta Nacional de España (JONDE) convoca este concurso, abierto a todos tos compositores españoles que el 31 de Enero de 1986 no tengan más de 30 años cumplidos. Se concederá un Primer premio de 500.000 pesetas, dos accésits de 300.000 y otro de 100.000 pesetas. Las obras deberán entregarse personalmente o enviarse a la JONDE, Teatro Real, Pza. Isabel II, s/n, 28013 Madrid, indicando «Para el concurso de la JONDE». El plazo de admisión se cierra el 30 de Junio de 1986. La JONDE se compromete a estrenar la obra premiada. CONCURSO INTERNACIONAL DE MÚSICA ELECTROACUSTICA DE BOURGES, 1986 Producido y organizado por el Grupo de Música Experimental de Bourges, se convoca en 4 categorías —sin límite de edad ni nacionalidad—: «Música Electroacústica Pura», «Mixta», «Programática» y «En directo». La fecha límite de recepción de las cintas es el 10 de Mayo de 1986. Para ello y ampliación de informaciones, escribir a: Place André Malraux. 18000 Bourges. France. (Tf.: 48 20 41 87). V TRIBUNA DE JÓVENES COMPOSITORES DE LA FUNDACIÓN MARCH Elwiércoles, 14 de Mayo, a las 19,30%, tendrá lugar en el Salón de ACTOS de la Fundación Juan March 'fcCastelló, 77, Madrid), el concierto en que serán interpretadas las o&ras seleccionadas en la V Tribuna de Jóvenes Compositores que organiza la citada institución. Obras de César Cano, Agustín Charles, José M* de la Fuente, Ernest Martfaez Izquierdo, Roberto Mosqúpa y Esteban Sanz Vélez serán atetas en pie por el Cuarteto Arbofc el Grupo Circulo, bajo la direcqten de José Luís Temes. 82 Scherzo TERCER CURSO INTERNACIONAL DE INTERPRETACIÓN MUSICAL GIRONA Entre el 15 de julio y el I de agosto de 1986 se va a celebrar la tercera edición del Curso Internacional de interpretación musical que organiza el Ayuntamiento de Gerona. El curso consiste en una sene de clases teóricas y prácticas de perfeccionamiento y se integra en la oferta cultural veraniega del municipio catalán. Las materias y los profesores son los siguientes: — Piano (Luiz de Moura Castro, Sebastián Benda y Emmanuel Ferrer). —Violin (Vartan Mannogian, Néstor Eidler). —Viola {Matthias Maurer), —Violoncillo (Herré Jan Stegenga). —Canto (Julielte Bise). —Guitarra (Osear Cáceres). —Percusión (Xavier Joaquín). —Órgano (Montserrat Torrent). — Flauta (Alexandre Magnin). — Fagot (Janos Meszaros). —Análisis musical (Caries Gu¡novan). Para solicitar información sobre este curso, alojamiento, precios de matrícula, alojamientos, etc., el interesado puede escribir al «111 Curso Internacional de Interpretación Musical». Subida de la Mercé, 12. 17004 GIRONA (España). PRIMER CONCURSO NACIONAL DE GUITARRA Y CANTO La Organización Nacional de Ciegos ha convocado el Primer Concurso Nacional de interpretación de guitarra y canto (tenores y sopranos), cuya finalidad es la divulgación de las obras de compositores ciegos. El concurso se desarrollará en Madrid en el mes de octubre y en él podrán participar lodos los españoles y extranjeros con una residencia mínima de dos años en nuestro país, que no hayan superado los 35 años de edad. Se establecen dos premios de TRESCIENTAS MIL PESETAS para cada modalidad, además de oír o de CIENTO CINCUENTA MIL PESETAS para el concursante ciego o deficiente visual que haya obtenido punciente visual que haya obtenido mayor puntuación. Quienes deseen participar deberán mandar a la Dirección General de la O.N.C.E. —Sección de Relaciones Publicas, c/ Prado 24, 28014-Madrid, Tel. 429 96 42— antes del 31 de mayo la documentación requerida sobre la que se pueden informar en esta misma dirección, así como et resto de las bases de este Concurso. VII CURSO DE INTERPRETACIÓN DE MÚSICA IBÉRICA ANTIGUA PARA ÓRGANO El próximo mis de julio, entre losdias 14 y 26, tendrá lugar en Torredembarraní ontblanc (Tarragona) un nuevo curso de interpretación organistica a cargo del profesor Josep M. Mas Bonet. El programa incluye obras de Cabezón y Cabanilles. Para más detalles pueden escribir al Apartado de correos 531 de Reus (Tarragona) ó llamar al teléfono (977) 305765. BOLETÍN DE SUSCRIPCIÓN Rrtltn* y rnvie utos cupones ti Mirqufi úc Mondar, II - í» C - 210» MADRID DrifO !u«riBirrat. lusia nuevo JVHO. i li roiita SCHEKZO i partir oel número por periodo! irnovibles a mora iliamcntc de un iflo mturi] (ttici numeral), cuyo impone 3.000 pesem (I) abonaré de 1» siguiente forma O D Q O D Tnrultrtncii bunuiii i H c/c 13.730-0 del BANCO HISPANO AMERICANO, Sucursal 0319. Dr. Gómez Ulli. 2 - 2BO2! MADRID Contri reembolso del primsr ejcmplir (ID»S 100 pin. de gallos (Je envió) Por lalon banuno idjunio Por giro poiul Con cargo a la Cuerna n.o d( oe (1) _dc 198 AIcnTjrnenle. Firmado, [I] Li* luicuptioncí pira fl s*<rin|iio i m pe n i ri «i fio' íQ('r Antrriu y debelan xr llfolttdlt mtdi'iir (hrijur tuiKi (Jl Tlthnt lo q « "O p r » l 4 i Nombre ^ Domicilio Población . Teklono i ÍQOOptKU* y [tur iv^nftOOO (KrfiJi pan tompi y "> 000 p i n r IMPORI \DOK 1 \ ( I I sl\O: Oficinas: I afurja. ~5. I .;K. 2lW .V» 00 UARfl I ( ) \ \ - : i 200 1S (S~. l d w ; 'I M i n a r o n : ( c i i i r u l c - i | . a i l k - H l ' n l i i i o i i n I \ I I K K I hi I V \](>\ l( \ l ) \ I Kl l\ \( (UJI^1,>II.H IH \ l \ I \ I.S I \ s MI-..IOKI-S i n - . M ) \ s !>l MI M( \ . AL SERVICIO (RM) DE LA MÚSICA REAL MUSICAL CARLOS III. 1 (Frente al Teatro Real) Tels.: 241 30 09 - 241 31 06 28013 MADRID