Nuevos atentados terroristas en Siria
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Nuevos atentados terroristas en Siria
juventud rebelde JUEVES 22 DE MARZO DE 2012 INTERNACIONAL 03 Afganistán Control de daños y asesinos sueltos por NYLIAM VÁZQUEZ GARCÍA [email protected] Vigilia por las víctimas de los atentados terroristas. Foto: AP Nuevos atentados terroristas en Siria Stratfor y Blackwater podrían estar colaborando con los grupos de la oposición armada en ese país DAMASCO, marzo 21.— En otro acto terrorista contra Siria, un suicida hizo estallar este miércoles aquí un carro bomba en el área de Barzeh, cerca del hospital militar Tishreen, provocando víctimas y daños materiales. El atentado, en horas de la tarde, tuvo lugar cuando el equipo técnico del enviado especial de la ONU, Koffi Annan, concluía una visita de consulta de tres días y el Consejo de Seguridad de esa organización respaldaba sus gestiones, reportó PL. Este es el onceno atentado de este tipo en Siria desde el pasado viernes 23 de diciembre, diez de ellos con coches bomba, en Damasco, Aleppo y Deraa. El ataque en Barzeh coincidió en el feriado por el Día de las Madres, que los sirios celebran en el equinoccio de primavera. En tanto, el canal Russia Today (RT) denunció que empresas estadounidenses como Stratfor y Blackwater podrían estar involucradas en la ayuda de inteligencia y seguridad para grupos de la oposición armada siria, como hicieron en Libia. Según RT, que cita a la página de Internet Wikileaks, en un mensaje enviado a Stratfor por James Smith, ex director de Blackwater, este se presenta como ex agente de la Agencia Central de Inteligencia que ayuda a la oposición a derrocar al Gobierno sirio. La operación se expone como exploratoria, aunque en realidad se trata de proteger a dirigentes o miembros de las citadas agrupaciones armadas y cuenta con el respaldo de la congresista republicana Sue Myrich, del comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes. Por su parte, el Consejo de Seguridad respaldó este miércoles la gestión de Koffi Annan, en busca de un arreglo pacífico al conflicto en ese país y emitió una condena de ese cuerpo de 15 miembros a los recientes atentados terroristas registrados en las ciudades sirias de Damasco y Aleppo. El texto expresa la preocupación del Consejo de Seguridad por el deterioro de la situación en Siria, la consecuente crisis en materia de derechos humanos y situación humanitaria y «la muerte de muchos miles de personas». Igualmente, secunda las acciones para «facilitar una transición política liderada por los sirios hacia un sistema político plural y democrático, en el cual todos los ciudadanos sean iguales sin distinción de afiliaciones, creencias o etnias». El documento del Consejo de Seguridad menciona además el objetivo de «iniciar un diálogo político entre el Gobierno sirio y el amplio espectro de la oposición siria». La declaración expresa el pleno apoyo al plan de seis puntos presentado por Annan a las autoridades durante la reciente visita que realizó a Damasco, donde se reunió en dos ocasiones con el presidente,Bashar al-Assad. PASAN los días y salen a la luz más detalles macabros, como si la primera versión de la matanza de civiles en Afganistán no fuera lo suficientemente terrible. La idea de que solo un soldado estadounidense hubiera masacrado a 16 personas, entre ellos tres mujeres y nueve niñas, en viviendas muy distantes una de otra, parecía poco convincente desde el principio. Cada vez con más fuerza se levantan voces que denuncian que se trató de un acto perpetrado por un grupo de uniformados de EE.UU., quienes se divirtieron largamente con sus fechorías. Una comisión integrada por legisladores afganos investiga lo ocurrido y sostiene que entre 15 y 20 soldados asistidos por dos helicópteros habrían actuado en el momento de los asesinatos. Esta tesis se aleja de la sostenida por el Pentágono, que insiste en cargarle toda la responsabilidad al sargento Robert Bales, de 38 años, a quien acusan de locura a causa de anteriores misiones en Iraq. Casualmente, solo ahora han trascendido los enfrentamientos de este soldado con la ley en EE.UU. Según la ABC News fue juzgado bajo el cargo de asalto y un tribunal le ordenó controlar sus ataques de ira. ¿Dónde estaban los asesores militares o los médicos, cuando los superiores aprobaron su alistamiento y fue enviado a Afganistán en diciembre de 2011? No solo se trató de la irrupción nocturna en casa de civiles afganos en plena madrugada —como es el procedimiento habitual de las fuerzas ocupantes—, de la intimidación y muerte a sangre fría de las víctimas sin distinción de edades, es también la violación de al menos dos de las mujeres. La parlamentaria Hamidzai Lali, a partir de testimonios recogidos en la zona, dio cuenta de que «los militares estadounidenses capturaron a dos mujeres, las violaron y luego las mataron con armas de fuego». Uno de los testigos, entrevistados por Telesur, aseguró que los soldados —siempre en plural— asustaron a los pequeños con sus gritos y que no respetaron ni siquiera el sueño de un bebé de dos meses. ¡Cuánta desesperación para esas madres, cuánta impotencia debieron sentir los hombres de las familias en esos minutos terribles! Los soldados, incluido el sargento Bales, hicieron lo que ya tenían previsto, porque es poco creíble que fueran a encontrar «enemigos» en esas casas. Finalmente, autoproclamados verdugos, hicieron aquello para lo que son minuciosamente entrenados: vejaron y mataron. Después todo debería quedar como un error, otra lamentable pifia personal. Y por supuesto llegó el desfile de disculpas y las promesas de investigación y castigo para «el responsable». Como siempre, esperan que llegue el olvido. Sin embargo, aunque la historia pugne por repetirse, no es tan sencillo luego de diez años de reiteración impune en Afganistán y en Iraq. Para colmo, también esta vez el mando militar estadounidense obstaculiza la investigación llevada adelante por el Gobierno afgano. De hecho, el presidente de esa nación centroasiática sugirió que Washington puede estar ocultando datos y pidió la retirada de las tropas ocupantes a sus cuarteles para el próximo año. «Esto ha durado demasiado. Hasta aquí hemos llegado. Esta forma de actuar, este comportamiento no se puede tolerar», advirtió Hamid Karzai. Para intentar apagar el fuego, crecido en las últimas semanas también por la quema de miles de copias del Corán en la base de Bagram y azuzados con los más recientes hechos, el presidente estadounidense Barack Obama llamó a Karzai para prometer una revisión de la estrategia de la guerra. Como era de esperar: «Control de daños». Sin embargo, el traslado supersónico del solitario transgresor a territorio norteamericano y la conformación de un equipo de defensa, que incluye al menos un abogado militar, avizora el mismo modus operandi de siempre o en el «mejor» de los casos, un escarmiento para el chivo expiatorio y el resto, libre para seguir matando en las calles de Kandahar, Kabul, o cualquier otra ciudad o aldea afgana. Resulta llamativo que Bales, asesino de casi una veintena de seres humanos —y ahora no recuerda nada de lo hecho, según su abogado— reciba un tratamiento tan distinto al del sargento Bradley Manning, sometido a torturas, a incomunicación, a quien le negaron un juicio justo y cuyo delito fue sacar a la luz pruebas que documentan aún más los desmanes del ejército estadounidense. La matanza de hombres, mujeres y niños en el sur afgano aumenta el amplísimo historial de crímenes de EE.UU. allá donde va. Y mientras nadie puede devolver el aliento, la vida toda a esos pequeños afganos que debieron crecer, a sus madres, a sus padres. Los asesinos siguen sueltos. Denuncian prácticas represivas en Chile SANTIAGO DE CHILE, marzo 21.— Organizaciones defensoras de los derechos humanos en Chile entregaron este miércoles al Gobierno una carta de denuncia contra la represión policial en la Patagonia, que consideran retrotrae al país a los años de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), reportó PL. Están aplicando una política de terrorismo de Estado en la región de Aysén, expresó la presidenta de la Agrupación de familiares de ejecutados políticos, Alicia Lira, quien hizo entrega de la misiva en el Palacio de La Moneda, junto a la presidenta de la Asociación de familiares de detenidos y desaparecidos, Lorena Pizarro. La carta está motivada por el drama que vive la zona de Aysén, donde hay una represión criminal en estos momentos frente a un pueblo que pide rebaja del precio del gas «que es para ellos como el agua para vivir en esa zona tan helada». Como expresión de la brutalidad policial,señaló la dirigente social que se están lanzando bombas lacrimógenas al interior de los hogares de Puerto Aysén y Coyhaique, las dos principales municipalidades de la citada región, situada en la Patagonia chilena, a unos 2 000 kilómetros de Santiago. Lo que están haciendo con los patagones es aberrante y criminal, recalcó Lira en declaraciones exclusivas a PL. La lucha en Aysén es respaldada por estudiantes en la capital. Foto: Reuters