Terminemos lo que empezamos, por Ed Miliband
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Terminemos lo que empezamos, por Ed Miliband
Terminemos lo que empezamos, por Ed Miliband, secretario de Energía y Cambio Climático del Gobierno Británico Nunca iba a ser fácil acordar una solución global al cambio climático. Tenemos como meta hacer algo que ninguna generación ha hecho: revertir permanentemente el aumento en las emisiones de gases de efecto invernadero. Lo anterior es de importancia no sólo para nuestro futuro, sino para nuestro presente. Ya empezamos a ver los efectos en cada continente. Ya se ven señales de sequías más frecuentes que afectan la producción de alimentos, de incremento en los niveles de los mares y su temperatura por el derretimiento del hielo. De ahí la importancia de la conferencia de la ONU sobre cambio climático en Copenhague de diciembre pasado. Por primera vez se reunieron todos los países del orbe –lo mismo desarrollados que en desarrollo- con la oportunidad de actuar para todos. Es cierto que la conferencia no logró el acuerdo integral que Uruguay, el Reino Unido y otros países buscaban. Tenemos que redoblar esfuerzos para alcanzar un tratado legalmente vinculante que nos ofrezca a todos la seguridad que necesitamos y que concluya los pendientes que quedaron de Copenhague. Con todo, Copenhague representó un importante paso adelante, un paso que no debemos desestimar. Se lograron importantes avances en la reducción y verificación de emisiones, así como en el tema de financiamiento. Como parte del Acuerdo de Copenhague, por primera vez los principales países en desarrollo y los desarrollados se inscribieron en un tratado internacional que aborda las emisiones. Cabe destacar que, como parte de este acuerdo, la semana entrante se registrarán públicamente. El Acuerdo avala los hallazgos científicos que determinan que debemos impedir que el calentamiento global rebase los 2°C. También por primera vez se alcanzó un acuerdo para un proceso internacional de medición, reportes y verificación. En cada país los avances con respecto a los compromisos se someterán a un proceso de análisis independiente. Los avances en financiamiento se reflejaron en el Acuerdo, y que este año comenzarán a beneficiar a la población de países en desarrollo. Comenzando en 2010, y con una duración de tres años, el Acuerdo establece otorgar hasta 30 mil millones de dólares en asistencia para “arranque rápido”. Y, mirando más al futuro, dicho Acuerdo establece planes para flujos financieros con valor de hasta 100 mil millones de dólares y ha puesto en operación una fuerza de tarea para la identificación de fuentes de financiamiento sustentables. Lo anterior es apenas el inicio. El mundo necesitará ir mucho más allá, por lo que en las siguientes semanas y meses, el Reino Unido buscará ampliar, fortalecer y profundizar el Acuerdo. Deseamos ampliarlo al incrementar el número de países que se alineen con él. Queremos profundizarlo al asegurar la mayor de las ambiciones en las reducciones de carbono que están sobre la mesa. Para Europa lo anterior significa, siempre y cuando haya una gran ambición de otras de las partes, elevar nuestro compromiso de reducción de 20 por ciento al 30 por ciento de emisiones en 2020, con respecto a las de 1990. Y queremos fortalecerlo retomando el camino hacia un Acuerdo legalmente vinculante. Pero la solución a nuestros problemas climáticos no vendrá únicamente de los acuerdos internacionales. Depende de las acciones que ponga en práctica cada uno de los gobiernos. Y también debemos continuar en ese frente. En el Reino Unido no nos distraeremos de nuestro plan de reducir nuestras emisiones en 34 por ciento con respecto a los niveles de 1990 para el año 2020. De hecho, nuestras proyecciones indican que vamos en camino a lograr más. Hacemos lo anterior no sólo porque es lo mejor para el ambiente; también lo es para la economía y para la seguridad energética. Las nuevas industrias del futuro, bajas en emisiones de carbono, serán la clave del crecimiento económico. Por lo anterior, seguiremos adelante con los planes para que haya carbón limpio, nueva energía nuclear y un importante aumento en renovables. Seguiremos ayudando a la población del Reino Unido a desperdiciar menos energía, al tiempo que impulsaremos transporte más verde, incluyendo vehículos eléctricos. Si bien la Cumbre de Copenhague no trajo consigo la solución integral que la mayoría buscábamos, no debemos permitir que la frustración por dos semanas ensombrezcan el cambio histórico que marcó el año pasado. Hay una tendencia irreversible hacia una menor presencia de carbono. Ha iniciado el trabajo para acordar una solución, seguirá este año y tendrá éxito.