RESUMEN HECHOS AME

Transcripción

RESUMEN HECHOS AME
Carolina Castro Pérez
Letrada Colegio de Abogados de Madrid
BREVE RESUMEN DE LOS ACONTECIMIENTOS
Querellantes y víctimas del presunto mobbing: Tres enfermeras del Hospital Infanta Cristina
(Hospital de Parla), 2 de ellas interinas y 1 fija.
Los sucesos de los cuales han sido víctimas, ocurrieron mientras trabajaban en la Unidad
Hospital de Día, donde ejercía labores de Supervisión uno de los querellados y donde era Adjunta otro
de los querellados.
Al principio las relaciones laborales entre las partes implicadas eran "cordiales", pero a raíz de
la posible privatización de los nuevos hospitales, en el cual se incluía el Hospital Infanta Cristina, todo
empezó a cambiar de manera radical. Fruto de estos cambios fueron produciéndose los hechos ahora
narrados.
Las 3 enfermeras interpusieron, con fecha 4 de diciembre de 2013, querella contra el
Supervisor de la Unidad y la Adjunta de esa Área, por la posible comisión (por parte de ambos, en
iguales o distintos grados de autoría y participación) de un delito de acoso laboral y de un delito de
lesiones . Los hechos por los que interpusieron la querella fueron los siguientes (de todos estos hechos
fueron conocedores el Gerente - recientemente imputado-, la anterior Directora de Enfermería recientemente imputada también-, el Jefe de recursos humanos y la Consejería de Sanidad, entre otros):
Se denuncia que las tres enfermeras han sufrido por parte del Supervisor (siendo una de las
Adjuntas cómplice/cooperadora necesaria/autora de esto)
comportamientos irregulares y
presuntamente delictivos, que comenzaron en nov-dic del 2012, y que se fueron agravando y
endureciendo con el paso de los meses, hasta que decidieron en diciembre de 2013, cuando no podían
más, denunciar todo lo ocurrido. El Supervisor, según consta narrado en la querella, les ha despreciado
atribuyéndoles errores, les ha amenazado, coaccionado, presionado, castigado. Han sufrido
continuamente violencia psíquica y, en algún momento, física.
Algunos de los hechos más significativos son: continuos insultos y menosprecios, continuos
gritos, golpes encima de la mesa, señalarles con el dedo, mirarles en actitud chulesca y desafiante,
abuso de superioridad, menosprecio a su trabajo, humillación delante de compañeros, obligarles a
ponerse un mandil roto perjudicando gravemente su salud - ya que su cuerpo, al no estar bien
protegido, sufría radiaciones ionizantes de manera continua-; si sufrían amenazas de algún paciente
conflictivo, en lugar de proteger a su personal (como está obligado a hacer un superior jerárquico), se
dedicaba de decirles que eran una "mierda de enfermeras", "que no valían para nada"; cuando se
producía algún derrame de citóstaticos, el supervisor, en lugar de comunicarlo a salud laboral (como
según la ley de prevención de riesgos laborales hay que hacer), se dedicaba a decir que eran unas
ignorantes, y que él no tenía que comunicar nada, por lo que nunca eran valoradas por el servicio de
salud laboral ante tan grave situación; les amenazaba continuamente diciéndoles que cuando viniera la
privada iban a saber lo que sería trabajar y que como no cumplieran sus órdenes les despediría a todos;
en una ocasión agarró fuertemente del brazo a una enfermera, arrastrándola hacia un pasillo y
zarandeándola continuamente, etc, etc.
Tras la interposición de la querella, el Supervisor fue apartado del servicio y fue trasladado a
otra Unidad de Hospitalización, y la Adjunta cesó sus funciones de facto como adjunta del HDM,
abandonando meses después su puesto en el Hospital, marchándose a otro hospital. La Directora de
enfermería fue igualmente cesada, tras la dimisión en bloque de diez de los catorce supervisores del
hospital, por los graves problemas que con ella (y con los denunciados, al parecer) tenían.
Las querellantes, que en diciembre de 2013 tuvieron que cogerse -por prescripción facultativauna baja laboral, fueron dadas de alta y se reincorporaron a sus puestos de trabajo (si bien, todas ellas
siguen en tratamiento médico y psiquiátrico y tomando medicación), intentando recuperar (bajo estas
circunstancias y con sus presuntos acosadores/maltratadores, por esas fechas, apartados de sus
funciones y de su espacio físico) la normalidad en sus vidas, lo que más o menos consiguieron hacer
hasta el pasado día 31 de octubre de 2014, que fueron informadas de que uno de sus presuntos
acosadores/maltratadores (el supervisor) volvía al Hospital de Día, teniendo que verle a diario,
teniendo que trabajar a escasos metros de el a diario y teniendo que tratar con él con cierta frecuencia
también, al haber sido nombrado Gestor de Casos (puesto de reciente creación), estando la ubicación
de su nuevo despacho en el Hospital de Día, a escasos metros de los vestuarios de las querellantes.
Y ello a pesar de los gravísimos hechos que se le imputan y que, como está quedando
demostrado en la Instrucción, existen indicios y pruebas más que suficientes de que los mismos fueron
cometidos por los querellados.
Las 3 enfermeras volvieron a manifestar a sus actuales superiores que les era imposible
trabajar con él o cerca de él, que se morían de miedo, se bloqueaban, les daban ataques de pánico y de
ansiedad. Les imploraron que no les obligara a trabajar así, que buscaran una solución, terminando de
nuevo en urgencias, por el grave estado de miedo y ansiedad que los nuevos acontecimientos les
produjeron. Ante esta terrible situación, las 3 enfermeras presentaron un escrito pidiendo auxilio a los
responsables o al responsable del Hospital, derivando todo lo anterior en una nueva baja de 2 de las 3
enfermeras.
El mismo día que se reincorporaron de la baja, fueron llamadas, de una en una, a un despacho
donde se encontraban la Directora de Enfermería, el Adjunto y el Jefe de RRHH del Hospital. A cada
una de ellas, bajo el pretexto de que habían recibido el escrito solicitando auxilio, y dejándoles
diametralmente claro que a el denunciado nada ni nadie le iba a mover de su puesto ni de su ubicación,
les propusieron lo siguiente:
Una de ellas al ser fija, le propusieron salir de su unidad -la cual ella adoraba- a otra unidad ,
sin previa formación con el mismo horario.
Y las otras dos enfermeras interinas, la solución fue el adelantar sus traslados, sin tener en
cuenta que una de ellas ahora se encuentra de nuevo en una situación delicada, ya que el denunciado
sigue pasando por esa unidad, casi todos los días, a trabajar como gestor de casos en esas unidades de
pacientes crónicos.
Y todo ello se ha hecho sin que a ninguna de ellas se les de la pertinente formación y, lo que
es más grave, sin que hayan sido evaluadas por salud laboral, lo que según la LPRL es obligatorio
hacer, cada vez que se reubica a un trabajador en otro puesto de trabajo.
Por contra, al denunciado se le ha "premiado" en el hospital con un mejor puesto, y a las
victimas se les continúa hostigando y acosando laboralmente, ahora por parte de la Gerencia del
hospital ya directamente, provocadora de esta nueva situación.
Por todo lo anterior, a la imputación judicial del Supervisor y de la Adjunta de Enfermería, se
ha unido en el mes de mayo de 2015 la imputación Judicial del Gerente del Hospital y de la anterior
Directora de Enfermería, estando pendientes sus declaraciones en el Juzgado, en calidad de imputados,
para el próximo mes de julio ( a raíz de una ampliación de querella presentada por la representación
procesal de las querellantes).
NO hay que olvidar que la LPRL se incumple sistemáticamente, los riesgos psicosociales a los
que las tres trabajadoras están sometidas aumentan día a día, los conflictos no son resueltos por el
Gerente del Hospital quien, conocedor de toda la problemática, ha permitido que el problema se
enquiste y se agrave, provocando que las tres enfermeras sigan aún en tratamiento médico y
psiquiátrico y no mejoren en sus patologías.
Conclusión: El acoso y derribo que estas tres chicas están sufriendo por parte de un
Organismo Público es indignante, alarmante y vergonzante.
Ltda.- Carolina Castro Pérez
Colegiada ICAM.

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