Títulos: Le gamin au vélo (El niño de la bicicleta / El chico de la

Transcripción

Títulos: Le gamin au vélo (El niño de la bicicleta / El chico de la
FICHA TÉCNICA
El niño de la bicicleta
Película
Títulos:
Le gamin au vélo (El niño de la bicicleta / El chico de la bicicleta /
The Kid with a Bike / Il ragazzo con la bicicletta)
Dirección:
Jean-Pierre Dardenne, Luc Dardenne.
Guión:
Jean-Pierre Dardenne, Luc Dardenne.
Fotografía: Alain Marcoen (Color).
Música:
Ludwig van Beethoven ("Adagio un poco mosso").
Producción: Jean-Pierre Dardenne, Luc Dardenne, Denis Freyd, Andrea Occhipinti,
Stefano Massenzi, Bernadette Meunier, André Michotte, Arlette Zylberberg,
Delphine Tomson.
Productora: Les Films du Fleuve / Archipel 35 / Lucky Red (présentent) / France 2
Cinéma / Radio Télévision Belge Francophone (RTBF) / Belgacom TV /
Canañ+ / CinéCinéma / France Télévisions / Wild Bunch.
Países:
Bélgica-Francia-Italia,
Género:
Drama social, Drama psicológico / Infancia, Orfanatos, Adopción.
Duración:
87 min.
Año:
2011.
Premios:
2011: Festival de Cannes: Gran Premio del Jurado (Ex-aequo)
2011: Premios Cesar: Nominada a Mejor película extranjera
2011: Premios del Cine Europeo: Mejor guión. 4 nominaciones, incluyendo mejor película
2011: Globos de Oro: Nominada a mejor película de habla no inglesa
2011: Independent Spirit Awards: Nominada a Mejor película extranjera
2011: Satellite Awards: Nominada a Mejor película de habla no inglesa
2011: Festival de Valladolid - Seminci: Sección oficial largometrajes a concurso
Reparto: Thomas Doret (Cyril Catoul), Cécile De France (Samantha), Jérémie Renier
(Guy Catoul), Fabrizio Rongione (Le libraire), Egon Di Mateo (Wes), Olivier Gourmet (Le
patron du bar), Batiste Sornin (Educateur 1), Samuel De Rijk (Educateur 2), Carl Jadot
(L'instituteur), Claudy Delfosse (L'homme gare de bus), Jean-Michel Balthazar (Le voisin
Val Polet), Frédéric Dussenne (Le concierge), Myriem Akeddiou (L'assistante médicale),
Sandra Raco (L'éducatrice), Hicham Slaoui (Le directeur), Romain Clavareau (Logan),
Charles Monnoyer (Brian), Jasser Jaafari (Nabil), Mireille Bailly (La boulangère), Mourad
Maimuni (Le garagiste), Neda Luga (La cliente salon de coiffure), Laurent Caron (Gilles),
Selma Alaoui (Nadine), Youssef Tiberkanine (Mourad), Michèle Romus (La grand-mère de
Wes), Bilal Covino (L'apprenti garagiste), Valentin Jacob (Martin), Lara Persain (La
médiatrice), Jérémie Segard (Le vendeur supérette), Sabrina Mastratisi (La caissière).
Sinopsis: Cyril, un niño de once años, se escapa de un hogar, donde su padre lo dejó
después de prometerle que volvería a buscarlo. Pero Cyril se propone ir a encontrarlo.
Después de llamar en vano a la puerta del apartamento donde vivían, para escapar de la
persecución del personal del hospicio, se refugia en un gabinete médico y se echa en
brazos de una joven sentada en la sala de espera. Así es como, por pura casualidad,
conoce a Samantha, una peluquera quien le permite quedarse con ella los fines de
semana.
1
Federación Internacional de Mujeres Universitarias
Federación Mexicana de Universitarias
Universidad Nacional Autónoma de México
Museo de la Mujer
Bolivia 17 Centro Histórico, Ciudad de México.
Cine-Club de género, 05 de abril de 2016.
El niño de la bicicleta
Mtra. Delia Selene de Dios Vallejo
♣♥
El niño de la bicicleta desarrolla con
naturalidad un conmovedor guión que define
el amor como una necesidad vital innata a la
persona. El propósito de los directores es la
simple exposición de un mensaje de auxilio
sobre el aislamiento amoroso y la soledad,
tan comunes en la sociedad moderna, sin
adscribirse a ideologías ni liarse en rodeos o
ambigüedades. La claridad es sinónimo de
brevedad; bastan unas pocas escenas para
caracterizar a los personajes: Cyril
encuentra en Samantha, la primera
desconocida quien se interesa por él, el cariño que no recibe de un padre que le
ve como un estorbo. Samantha, por su parte, es puro afecto: un personaje sin
presentación que, tras una irrupción casual en la trama, no pone trabas para
acoger al niño desde su primer encuentro. Más tarde, se confirma la sospecha
sobre tan chocante tolerancia; Samantha tiene pareja, pero su privación afectiva
procede de la ausencia de un destinatario de su amor maternal (estupenda la
escena en la que establece sus prioridades decantándose por Cyril).
Lo más curioso de El niño de la bicicleta es su
voluntad protestona, eficiente pero libre de
efectismos, su capacidad realista para aludir a
numerosas polémicas sociales con una morosidad
narrativa -sobre la palabra, no sobre el discurso- tan
drástica (arrítmica y letárgica cadencia, frecuente en
el cine de los Dardenne y uno de los principales
objetos de crítica para sus detractores) y un croquis
argumental tan conciso y elemental, donde toda escena es consecuencia directa
de su anterior inmediata. Las deficiencias en la educación de una generación
CatedráticadelaFacultaddeCienciasPolíticasySociales-UNAM
*SecretariaGeneraldelaUniónNacionaldeMujeresMexicanasAsociaciónCivil.
Seagradeceelapoyodelaslicenciadas:EvaCalderón,EurídiceRomándeDios,AdrianaRomoSotres,
PamelaJiménezRomoyRosalindaCuéllarCelis.
♣
♥
2
criada por los videojuegos (aunque suene a tópico "purista") tienen su germen en
la incapacidad de unos padres novatos -como los de la brillante El niño (L'enfant,
2005)-, quienes vieron prolongada su adolescencia y apenas alcanzaron la
madurez. Los directores no cuestionan la dificultad de la paternidad, mas sí lanzan
su dedo contra aquel que "tira la toalla", omitiendo unos motivos inexistentes. La
apática falta de estímulo en unas vidas demasiado fáciles, que de pronto se
volvieron demasiado difíciles, es razón suficiente para obviar la importancia de las
cosas, tirar por el camino cómodo y no encarar los demonios personales.
Esta función de denuncia
guarda
una
estrecha
relación de dependencia con
la bicicleta del título. Es
mucho
más
que
una
bicicleta, todo gira en torno a
ella
como
personaje
omnipresente, como hilo
conductor y como separador
de fases argumentales. Es el
pretexto inicial para que el
niño busque a su padre y
proporciona la clave para su
hallazgo, además de actuar
como primer nexo de una relación futurible, entre Cyril y Samantha. El tiempo la
hará mutar en inmejorable vehículo para desaparecer y empezar desde cero. Pero
también, desempeñará un papel de demiurgo que tienta para apurar las
decisiones que moldearán la personalidad. Es ley de vida, equivocarse para
aprender, y los Dardenne quieren hacer hincapié en ello, suavizando la tentación,
con un mal muy subliminal, no terminantemente nefasto, para evidenciar la
presencia de un enemigo más duro en el interior de cada uno. A tal solemnidad
conceptual le corresponde una expresión silenciosa y serena, solo violada por
unas transiciones musicales que se encargan de subrayar unos figurados
capítulos configurados como una tortuosa escalada de una psicología dividida en
niveles.
La exclusión de todo alambique estilístico libera de trucos narrativos una trama
que desprendía un hedor a tragedia desde la resolución de un conflicto suave
como la amenaza de sus propias secuelas. Pues no se sufre por el peligro que
acecha al chiquillo, sino por la contingencia de lo que sería una gratuita moralina.
Conscientes de ello, los Dardenne resucitan a su protagonista con un nuevo perfil
fraguado por la experiencia. El niño serio ya sonríe.1
Cuando se habla de cine combativo, comprometido y reivindicativo salen a flote un
raudal de autores (no sólo) europeos quienes a lo largo de su filmografía
1
http://www.elespectadorimaginario.com/pages/noviembre-2011/criticas/el-nino-de-la-bicicleta.php
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abordaron distintos conflictos sociales. Ken Loach, Robert Guédiguian, Constantin
Costa-Gavras, Fernando León de Aranoa y, desde luego, los hermanos JeanPierre y Luc Dardenne, entre otros. Cada uno con su estilo, cada uno centrado en
sus parcelas de interés. Unos comprometidos con las condiciones de vida de los
trabajadores, con los sectores más marginales de la sociedad y otros con los
avatares políticos. Los hermanos Dardenne, quienes ahora nos ocupan, han
desarrollado más de dos décadas de cine social, sin ánimo alguno de encasillarlos
con etiquetas. Una filmografía reconocible. Con denominación de origen. Sus
películas son retratos enérgicos, repletos de personajes, preferiblemente jóvenes,
marginales y excluidos. Con un estilo formal y narrativo muy diáfanos. Filmes en
los cuales forma y fondo van de la mano. Un universo cinematográfico que ha
contado con el reconocimiento de una Espiga de Oro como Mejor película en la
Seminci de Valladolid –La promesa (1996) con la que obtuvieron, por primera vez,
el beneplácito de la crítica internacional y consolidaron un estilo propio–, dos
Palmas de Oro en Cannes –Rosetta (1999) y El niño (2005)– y un Gran premio del
jurado, también en el Festival de Cannes –El niño de la bicicleta (2011).
Con ésta última los hermanos
Dardenne,
continuistas
en
esencia, rompieron con algunas
de las premisas de su cine para
contar, citando sus propias
palabras, "un cuento de hadas".
El protagonista es un crío, Cyril,
quien se encuentra una casa
hogar. Su padre lo abandonó con
la promesa de regresar pasado
un tiempo. Su mayor fijación es
recuperar su bicicleta negra y
emprender la búsqueda de su
progenitor. En medio de esa pesquisa, en pos de su pequeño tesoro de dos
ruedas, conoce por casualidad a Samantha, una peluquera del barrio. Ella, en un
acto de altruismo bellísimo, decide atenderlo durante los fines de semana. Este es
el punto de partida de la historia más conmovedora, que no sentimentalista, de la
filmografía de los belgas. Tal vez no sea su mejor película, pero posiblemente la
más brillante, en todos los sentidos.
¿Por qué la más brillante? Sin atender a valoraciones subjetivas, es más luminosa
que sus películas anteriores. No existe esa atmósfera gris, apagada, deprimente.
La fotografía es muy alegre. Ambos directores rodaron en verano con el objetivo
de hacer un filme con más brillo, con más colorido. En consonancia con una visión
menos pesimista de la realidad. Acorde con el mensaje de amor, bondad y
solidaridad latente. Buscando imágenes menos sórdidas, enriqueciendo las
escenas con una mayor carga expresiva a través de la música, algo prácticamente
ausente en sus piezas anteriores. Hay también algunas variaciones técnicas, si
bien es cierto que siguen abundando los primeros planos del protagonista, no
existe esa suerte de cámara persecutoria de Rosetta o El hijo. Las escenas, a su
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vez, están rodadas a una altura diferente de lo habitual, con ángulos bajos; debido
al simple deseo por parte de los realizadores de adoptar el punto de vista del niño.
Todo está enfocado, sin una ternura azucarada, al optimismo –de ahí el personaje
de Samantha, posiblemente el más bondadoso de cuantos hayan creado–. El
mérito de la jugada, el secreto de su brillantez, reside en el no abandono de su
universo descarnadamente realista –apunte subjetivo–. Enriquecieron su paleta de
grises con tonos más cálidos.
La historia es un peregrinaje cuya meta es
el amor. Cyril anhela el regreso de su
figura paterna y ante los múltiples
desengaños picará de flor en flor en busca
de reciprocidad afectiva. Desde su
conflictividad inicial hasta la canalización
de su ira. La acción se desarrolla
prácticamente en tres espacios, la ciudad
donde Cyril vivía con su padre, y con la
peluquera más tarde; el bosque donde se
encuentran los múltiples peligros; y la
gasolinera, lugar de transición entre una etapa evolutiva y otra. Escenarios de un
viaje plagado de obstáculos, donde la criatura sólo encuentra el manto protector
de su hada madrina –Samantha–. Los hermanos Dardenne hablan, por primera
vez, de la devoción afectiva como realidad latente. La filman. Desde la inocencia
de un niño se dibuja la ética del desinterés. Una película pequeña que se agiganta
a su fin por su carácter humano. Sin caer en la empalagoso ni en lo
melodramático. Tan descriptiva como sus filmes anteriores, pero mucho más
expresiva. Menos voraz. Tan espontánea como una sonrisa. Mérito no sólo de la
pareja realizadora, también de los dos protagonistas. La naturalidad exhibida por
Thomas Doret roza la epopeya –recuerda a la de los gemelos de Más allá de la
vida (2010)–. Un ejercicio de realismo con dos caras, el lado áspero y el lado
tierno. Una historia demoledora pero con margen para la redención. Quizás, no la
mejor, pero sí la más bonita.2
‘El niño de la bicicleta’ empieza con Cyril intentando encontrar a su padre, Guy
(Jérémie Renier, actor fetiche de los Dardenne). Furioso, incontrolable, Cyril
consigue escapar del hogar para niños en donde ha sido internado y llegar al piso
donde vivía con su padre, pero descubre que ha sido abandonado, tanto la él
como la vivienda. La única pero inmensa alegría que anima a Cyril es haber
podido recuperar su querida bicicleta, gracias a la generosa Samantha, una
peluquera a quien conoce durante su desesperada búsqueda. Con la ayuda de la
mujer, el chico sabe que Guy vive con una joven a quien está ayudando a montar
un restaurante. Cuando el padre lo rechaza, Cyril no encontrará alivio en la
bondad de Samantha, y se meterá en problemas. Por ahí se dice que es la versión
de los belgas de ‘Caperucita roja’.
2
http://www.elantepenultimomohicano.com/2013/10/el-nino-de-la-bicicleta-critica.html
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Aseguran los hermanos Dardenne que emplearon prácticamente un año en
terminar el guion de ‘El niño de la bicicleta’, el cual en un principio fue concebido
como un cuento de hadas sobre una mujer que intenta llevar por el buen camino a
un niño agresivo. Lo mejor es que no subrayan los sentimientos o los explican,
huyen de lo convencional. De esa manera se plasma mejor en la gran pantalla el
estupendo trabajo de los Dardenne con el niño protagonista, lo cual les obligó a
realizar muchos más ensayos de lo que están acostumbrados antes de empezar a
rodar. La puesta en escena de los realizadores, es simple y efectiva, dejando
respirar la acción y espacio para los personajes, y con la labor de los actores,
impecables.3
Jean-Pierre y Luc Dardenne opinan:
“Hay dos diferencias de peso -señala Jean-Pierre Dardenne-. Por una parte, es la
primera vez que rodamos en verano, y la luz cambia del todo. Es una película muy
callejera. De otro lado, el personaje interpretado por Cécil de France es netamente
positivo”.
Hay un tercer elemento que marca la diferencia y es que por primera vez en su
cine hay música. El niño de la bicicleta tiene, como es habitual en las películas de
los belgas, a un niño como protagonista: Cyril (Thomas Doret), un chico de trece
años hiperactivo que malvive en un centro para niños desamparados y sueña con
ser rescatado por su padre (el habitual Jéremie Renier). Mientras el niño busca al
padre, una peluquera con un corazón de oro (France) se ofrece a cuidarlo los fines
de semana, iniciando una relación materno-filial lo cual es un triunfo absoluto del
amor.
En muchos aspectos, El niño de la bicicleta es perfectamente coherente con el
universo de los Dardenne. La figura del padre desaprensivo la podemos ver en La
promesa (1996) o incluso en El niño (2005), donde con varios años menos el
propio Renier le daba su primera vuelta al personaje de progenitor sin escrúpulos.
Por otra parte, los más jóvenes son protagonistas habituales del cine de los
célebres hermanos. El inquieto Cyril enlaza con el adolescente de La promesa en
su bondad natural o con el de El hijo en el papel simbólico que acaba adoptando
como esperanza de futuro. Además, como es frecuente, el filme plantea
numerosos dilemas morales: ¿Hasta dónde llegará esa mujer para proteger a un
niño que no es su hijo? ¿Será éste capaz de superar la rabia y el rencor por haber
sido abandonado y apartarse del mal camino?
“Nos interesa colocar a nuestros personajes en situaciones de un dramatismo
extraordinario en el que deben tomar complejas decisiones morales. Nos gusta
acompañarlos y ver cómo consiguen salir adelante. En nuestro cine, la pregunta
3
http://www.blogdecine.com/criticas/festival-de-cannes-2011-el-nino-de-la-bicicleta-jean-pierre-y-lucdardenne-y-the-artist-michel-hazanavicius
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tiene que ver con la consecución de un crimen y sus consecuencias”. Ahí está la
protagonista de El silencio de Lorna (2008), su anterior película, traumatizada por
un homicidio involuntario o el Cyril de este nuevo filme, carne de cañón para el
delito.
Los Dardenne suelen fijarse en personajes de clase baja, personas sin estudios y
con pocas posibilidades de prosperar para quienes la delincuencia es un drama
inevitable. “Es difícil responder a la cuestión de por qué situamos nuestras
películas en ambientes marginales. Podrían aducirse cuestiones políticas o
sociológicas pero no estaríamos siendo sinceros porque hay motivaciones más
profundas. Hay que amar a esta gente, su sonrisa, su forma de buscarse la vida.
No creemos que filmemos a víctimas sino a personas en circunstancias muy
duras”, explica Luc Dardenne.
Seres a la deriva
Con frecuencia, en sus filmes suceden cosas terribles que dejan al espectador con
el corazón encogido. Aunque El niño de la bicicleta nos haga soñar con un futuro
mejor para su protagonista, también nos encontramos con uno de esos seres a la
deriva tan propios de su filmografía: “Es un hecho universal que las personas que
no han recibido afecto de pequeños tienden a la destrucción. No es casual que la
Securitate rumana reclutara a huérfanos o desamparados para sus siniestras
operaciones. Cyril necesita desesperadamente sentirse amado, que alguien se
preocupa por él. Deberá aprender a amar la vida”.
Los buenos aficionados al cine de los Dardenne también saben que hay dos cosas
que rara vez fallan. Por una parte, es constante el trasiego de billetes arrugados,
ese dinero que se hace físico y que cobra así una presencia más simbólica que el
líquido y electrónico de las tarjetas de crédito. Por la otra, la velocidad se convierte
en una vía de escape para los desconsuelos del protagonista, como el kart de La
promesa o la moto de El niño, aquí es la bicicleta del propio título la que también
marca el ritmo dinámico y frenético del filme: “Concebimos ese movimiento
constante de la bicicleta como una metáfora de su nerviosismo, de su inquietud. Él
va de una puerta a otra, y ese trasiego no es más que su desesperación por
acercarse al padre”. Sin embargo, al contrario que en otros filmes, en esta ocasión
el tono realista (naturalista es el adjetivo tradicional para describir el cine de los
Dardenne) se ve sustituido por un tono casi de fábula que a ratos recuerda a una
versión libérrima de Oliver Twist. Las tramas normalmente enrevesadas de los
Dardenne desaparecen de El niño de la bicicleta, donde la historia transcurre
sobre los carriles de un argumento diáfano. ¿Por qué volver una y otra vez al
asunto de la orfandad, de los hijos abandonados? “En la sociedad actual los
vínculos familiares son mucho más frágiles. Algo pasa en un mundo en donde los
padres no se ocupan de sus hijos”, añade. El niño de la bicicleta rubrica una de las
filmografías más brillantes y coherentes de la historia del cine.4
4
http://www.elcultural.com/revista/cine/Jean-Pierre-y-Luc-Dardenne/29988
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ENTREVISTA CON JEAN-PIERRE Y LUC DARDENNE
P: ¿Cómo surgió la idea de hacer “El niño de la bicicleta”?
Luc: Era una historia que nos rondaba hace mucho tiempo. La historia de una
mujer que ayuda a un chico a liberarse de la violencia que le aprisiona. La primera
imagen era la de este niño, un manojo de nervios, que encuentra la paz y el
sosiego gracias a otro ser humano.
Jean-Pierre: Al principio pensamos que Samantha podía ser médico pero después
cambiamos de idea y decidimos que sería una peluquera con un negocio
consolidado en su barrio.
P: La película es conmovedora pero sin caer en sentimentalismos.
Jean-Pierre: ¡Afortunadamente!
Luc: No queríamos dar pistas sobre lo que empuja a Samantha a interesarse por
Cyril. No queríamos dar demasiadas explicaciones psicológicas. No queríamos
que el pasado explicase el presente. Queríamos que el público pensara: “¡Le está
ayudando!” Y eso ya es mucho.
P: Cyril no para nunca. Es infatigable.
Jean-Pierre: Sí, suele ir en bicicleta... Es un niño sin ataduras que busca el amor
aunque todavía no lo sabe.
P: Sus películas suelen tratar las relaciones entre padres e hijos: “La
promesa”, “El niño”, “El hijo”. ¿A qué se debe?
Luc: Todos somos hijos o hijas de alguien.
Jean-Pierre: La sociedad fomenta el individualismo. Así que es una especie de
reacción y de la necesidad de recuperar la noción de vínculo. Un vínculo que no
es necesariamente biológico, como ocurre con Samantha y Cyril.
P: A pesar de la historia trágica de Cyril, la película tiene un lado optimista.
Jean-Pierre: Sí, hemos intentado que fuera fluida y no demasiado enrevesada.
Rodamos en verano lo cual es fundamental para nosotros.
P: ¿Es difícil rodar la ternura?
Luc: La verdad es que el mal siempre resulta más atractivo (risas). Pero era muy
importante que no cayéramos en una ternura edulcorada. Lo que sí queríamos
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reflejar con la mayor exactitud posible era ese sentimiento de apertura y de
intercambio.
Jean-Pierre: Hacer una película sobre un personaje que se vuelca
desinteresadamente en otra persona no nos ha ocurrido muy a menudo. Rodar en
verano nos ayudó a que la película tuviera cierto brillo y también cierta dulzura. Y
Cécile de France transmite esas cualidades de forma natural.
P: No suelen trabajar con actores conocidos.
Luc: No habíamos programado nada. Nunca escribimos pensando en un actor en
particular. En cuanto terminamos el guión empezamos a pensar en actrices y
Cécile fue quien surgió primero. Sabíamos que con ella evitaríamos ese lado
melodramático. Su cuerpo y su cara lo dicen todo. Le enseñamos el guión y
aceptó inmediatamente. Nos hizo algunas preguntas sobre las motivaciones de su
personaje. Le dijimos que Samantha estaba ahí en ese momento. Nada más. Y
ella confió en nosotros.
P: Parece que ha redescubierto su acento belga.
Jean-Pierre: ¡Sí! Tuvimos mucho cuidado con el acento. No queríamos que la
gente dijera: '¡Aquí llega la actriz francesa!' Cécile es belga, no hay que olvidar ese
detalle. Creció cerca de donde se desarrolla la acción, en el valle del río Meuse.
Tiene un poco de acento pero no queríamos exagerarlo.
P: ¿Cómo encontraron a Thomas Doret, el chico que interpreta a Cyril y
quien está en casi todas las escenas?
Jean-Pierre: Lo encontramos por la vía habitual para buscar actores de su edad:
poniendo un anuncio en el periódico. Al casting se presentaron un centenar de
niños. Thomas vino el primer día. Era el quinto que veíamos y enseguida supimos
que era él.
Luc: Nos impresionó la expresión de sus ojos, su aspecto de niño testarudo, su
actitud concentrada.
Jean-Pierre: Además tenía una capacidad asombrosa para aprenderse los
diálogos. Y tenía muchísimos... Desde las primeras pruebas -que en realidad son
la escena de apertura de la película- supimos que era el personaje. Comprendió
de forma intuitiva en qué consistía su papel. Resultó preciso y conmovedor, pero
nada melodramático.
Luc: Fue el único que estuvo las seis semanas de ensayo. ¡Así que se convirtió en
una especie de líder! Se había aprendido las escenas de memoria aunque en esa
fase de la película no le habíamos pedido que lo hiciera. Y cuando se equivocaba
se ponía furioso. ¡Thomas es cinturón marrón de karate! Eso le ayuda a
concentrarse y a tener memoria.
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P: Dos de sus actores habituales aparecen en esta película. Nos referimos a
Olivier Gourmet, y Jérémie Renier, en el difícil papel del padre.
Luc: ¡Olivier se pasó por allí y tuvimos que darle algo que hacer! (risas) Le
propusimos tres opciones y escogió el dueño del café que sirve las cervezas. Es
una escena pequeña pero queríamos que estuviese en la película.
Jean-Pierre: El papel de Jérémie tiene más sustancia. Cuando terminó de leer el
guión y descubrió su personaje nos dijo que había encontrado otro papel más
bonito para él. (risas) Pero interpreta a los buenos en películas de otra gente así
que por esta vez.
P: ¿Cómo escribieron el guión? ¿Cuánto tiempo les llevó?
Jean-Pierre: Un año y unas cuantas semanas. Pero llevábamos mucho tiempo
hablando del tema.
Luc: Empezamos con un personaje, una situación, y tomamos notas sobre todo lo
que nos parece interesante. Después llega la estructura, luego el primer borrador,
luego otro, y otro... Nos lleva meses.
P: ¿Y el rodaje?
Luc: 55 días. Con noches muy cortas. Pero nunca trabajamos después de la 1:30.
Bueno, puede que alguna vez. Estábamos rodando con un niño de 13 años.
Estábamos muy bien preparados. No ensayábamos mucho antes de una toma.
P: En “El niño de la bicicleta” hay una ciudad pero también un bosque que la
bordea.
Luc: Para esta película imaginamos un triángulo: la ciudad, el bosque y la
gasolinera. El bosque es un lugar lleno de peligros para Cyril porque ahí es donde
puede aprender a convertirse en delincuente. La ciudad representa el pasado con
su padre, y el presente es Samantha. La gasolinera es un lugar de transición,
donde el argumento adquiere nuevos y numerosos giros.
Jean-Pierre: Queríamos construir la película como si fuera un cuento de hadas,
con malos que quieren arruinar las ilusiones del chico, y donde Samantha quien
surge como una especie de hada. De hecho en algún momento pensamos que la
película se llamase "Un cuento de hadas de nuestro tiempo".
P: Es la primera vez que utilizan música, aunque con moderación.
Luc: No solemos hacerlo en nuestras películas y tuvimos muchas dudas. En un
cuento de hadas tiene que haber una evolución, con emociones y nuevos
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comienzos. Nos pareció que en algunos momentos la música podía tener un
efecto calmante para Cyril.
Entrevista con Cecile de France (Samantha)
P: ¿Cuál fue su primera reacción al terminar de leer el
guión de “El niño de la bicicleta”?
R: Los hermanos Dardenne escriben muy bien así que
visualicé inmediatamente la película... La fuerza de la
sencillez es lo que mejor define su trabajo. Es la historia de
un chico que quiere encontrar a su padre y no necesita
muchas explicaciones. La intensidad es subterránea, está
sugerida. El cine de los dos hermanos no nos da lecciones,
no ofrece interpretaciones en blanco y negro, ni hace
chantaje emocional. Y el guión reflejaba perfectamente esa
filosofía. Me encantó.
P: ¿Qué le dijeron los hermanos Dardenne del personaje de Samantha?
R: No les gustan las explicaciones psicológicas. Samantha es benevolente,
resplandeciente, ¡pero los hermanos Dardenne me dejaron muy claro que no tenía
que pasarme con el azúcar! Me dijeron que esta película era una especie de
cuento de hadas moderno y que mi trabajo consistía en representar a una mujer
que es una mezcla de fuerza y dulzura y cuyas motivaciones permanecen ocultas.
Al principio, Cyril no se siente muy atraído por Samantha sino más bien por la
posibilidad que le ofrece de encontrar a su padre. Cyril es el verdadero
protagonista. Samantha está a su servicio. Y yo tengo que estar al servicio de la
historia.
P: ¿Es frustrante?
R: ¡Para nada! ¡Me encanta estar al servicio de la historia! Además me gustó
mucho dejar de lado ciertos hábitos de los actores. Tuve que olvidarme de mi ego.
De todas formas, con los hermanos Dardenne tienes que dejar de lado todas esas
tonterías. ¡Olvidarte de la sacrosanta ''interpretación del actor'! Los belgas tienen
una actitud de rechazo hacia el glamour. Dicen “¡No al star system!”, “¡Lo que
cuenta es la historia!”. Y a mí me gusta.
P: ¿Hace tiempo que quería trabajar con ellos?
R: La verdad es que sí. Me gusta la forma en que muestran la vida real y nuestra
sociedad. ¡Los hermanos Dardenne simbolizan Bélgica! Ruedan en nuestro país y
lo hacen con gran sutileza. Me sentí muy honrada cuando me invitaron a su
mundo. Cuanto más excepcional es el mundo del director, más me enriquece.
P: ¿Le sirvió el mes de preparación que tuvo antes del rodaje?
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R: ¡Muchísimo! Los actores siempre quieren defender sus personajes, sacarles el
máximo provecho. Yo hubiera hecho que el personaje de Samantha fuera más
dulce. En los ensayos los hermanos Dardenne me ayudaron a controlar el lado
maternal. Tenía que ser más neutral... y eso lleva mucho trabajo. Ensayamos
durante más de un mes en los platos reales, con el vestuario de la película. No
tiene comparación con el tipo de lecturas a las que estoy acostumbrada. A los
hermanos Dardenne les gusta buscar y se toman su tiempo. Y me encantó.
P: ¿Cómo fue trabajar con Thomas Doret, quien sólo tiene 13 años?
R: Los hermanos Dardenne son excelentes y consiguen que todos se sientan
iguales. Nunca me sentí como la "actriz experimentada". Thomas pasó más
tiempo que yo ensayando así que iba por delante de mí. Él era nuevo en esto y
eso le daba cierta ventaja. Logró comprender la espontaneidad del personaje
mucho antes que yo. No tenía que olvidarse de sus experiencias anteriores.
P: ¿Esta experiencia ha cambiado su forma de ver el cine?
R: He aprendido a contenerme. Quiero seguir creando e inventando, pero
aprender a no desbordarme ha sido una experiencia muy enriquecedora.5
Directores del film
Jean-Pierre y Luc Dardenne
Jean-Pierre Dardenne y Luc Dardenne son dos
hermanos cineastas belgas. Jean-Pierre nació
el 21 de abril de 1951 en Engis y Luc el 10 de
marzo de 1954 en Awirs, ambos lugares
pertenecientes a la provincia valona de Lieja
(Bélgica). Escriben, dirigen y producen juntos
sus películas y se han denominado a sí mismos
como «una persona con cuatro ojos».
Los hermanos Dardenne comenzaron su carrera realizando documentales a
finales de los años 1970 y ya en los 1980 rodaron su primera obra de ficción,
Falsch. No obstante, no consiguieron el reconocimiento de la crítica internacional
hasta La promesa, su tercer largometraje, reconocimiento que se consolidó con
Rosetta, película ganadora de la Palma de Oro en la edición número 52 del
Festival de Cannes. Desde entonces, todas sus películas han participado en la
sección oficial a concurso del festival y en 2005 ganaron su segunda Palma de
Oro con El niño.6
5
http://www.lahiguera.net/cinemania/pelicula/5600/comentario.php
6
https://es.wikipedia.org/wiki/Hermanos_Dardenne
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Filmografía:
Año
Título
Título en francés
Premios
1987 Falsch
Falsch
1992 Je pense à vous
Je pense à vous
1996 La promesa
La promesse
Seminci: Espiga de oro
1999 Rosetta
Rosetta
Cannes: Palma de Oro
Cannes: Mejor actriz para Émilie Dequenne.
2002 El hijo
Le file
Cannes: Mejor actor para Olivier Gourmet.
2005 El niño
L'enfant
Cannes: Palma de Oro
Guldbagge: mejor película extranjera
2008 El silencio de Lorna
Le silence de Lorna
Cannes: mejor guion
2011 El niño de la bicicleta Le Gamin au vélo
Cannes: gran premio del jurado (exaequo)
Premios del cine Europeo: mejor guión.
2014 Two Days, One Night Deux Jours, Une nuit
FUENTES DOCUMENTALES:
http://www.rebeldemule.org/foro/cine/tema13357.html
http://www.elespectadorimaginario.com/pages/noviembre-2011/criticas/el-nino-de-labicicleta.php
http://www.elantepenultimomohicano.com/2013/10/el-nino-de-la-bicicleta-critica.html
http://www.blogdecine.com/criticas/festival-de-cannes-2011-el-nino-de-la-bicicleta-jean-pierre-yluc-dardenne-y-the-artist-michel-hazanavicius
http://www.elcultural.com/revista/cine/Jean-Pierre-y-Luc-Dardenne/29988
http://www.lahiguera.net/cinemania/pelicula/5600/comentario.php
https://es.wikipedia.org/wiki/Hermanos_Dardenne
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