De Alebrijes y otros seres del Caos
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De Alebrijes y otros seres del Caos
De Alebrijes del y otros seres Caos Recopilación por Carmen Gil Vrolijk Junio – Agosto 2003 Ignoramos el sentido del alebrije, como ignoramos el sentido del universo, pero algo hay en su imagen que concuerda con la imaginación de los hombres, y así el alebrije surge en distintas latitudes y edades. Es, por decirlo así, un monstruo necesario, no un monstruo efímero y casual como la quimera o el catoblepas. Jorge Luis Borges, Manual de Zoología Fantástica. Fondo de cultura economica 1957. - Temibles, deliciosos, reptantes, alados, babeantes, con garras, lascivos: los monstruos provocan, más que nuestro asombro, nuestra complicidad. - Visión hecha cuerpo, metáfora palpable: el monstruo es una criatura imaginaria pero no es una realidad invisible. Al contrario: no existe de veras si no se presenta como una imagen visual. El monstruo no es pensable ni decible, ni audible: es visible. Es una aparición: para ser, necesita ser visto. Octavio Paz In/mediaciones Seix Barral, Biblioteca Breve Barcelona, 1979 …un monstruo no es otra cosa que una combinación de elementos de seres reales (…) las posibilidades del arte combinatorio lindan con lo infinito. En el centauro se conjugan el caballo y el hombre, en el minotauro el toro y el hombre (…) y asi podríamos producir, nos parece, un numero indefinido de monstruos , combinaciones de pez, de pájaro y de reptil, sin otros limites que el hastío o el asco. Jorge Luis Borges Manual de Zoología Fantástica Si a cabeza de dragón un pintor añadiera cuerpo de serpiente, ojos de insecto, alas de mariposa y recubriera con plumas variados miembros tomados de todas partes, de modo que terminara abajo en pez horrendo con patas, lo que arriba fue encendido reptil y a todo eso agregara enorme cola de roedor con escamas, para dar lugar al al’ebrikhe. Podríais amigos llamados a contemplar la obra, contener la risa? Eugen Hollander Wunder, Wundergeburt und Wundergestalt. Augsburg1921. "... es bueno seguir multiplicando los polvorines mentales, el humor que busca y favorece las mutaciones más descabelladas [...] es bueno que existan los bestiarios colmados de transgresiones, de patas donde debería haber alas y de ojos puestos en el lugar de los dientes" Julio Cortázar "Paseo entre las jaulas" en Territorios, México, Siglo XXI Editores, 1988, 4º edic., pág. 44. Una de las mil historias en torno al nacimiento de los Alebrijes, cuenta que Pedro Linares un artesano de la ciudad de México en el tercero de sus sueños de enfermedad, se encontraba agonizando, al llegar a la región de los muertos vio una cantidad de animalitos de muchos colores que volaban en torno a él, gritaban: Alebrijes! Alebrijes! Alebrijes! Tenían alas de dragón, patas de pollo, cuerpo de serpiente, cara de gato… etc. “Otro lugar en el que los dragones se sienten a sus anchas es el mundo de los alebrijes, esas criaturas híbridas que la imaginería popular retrata en utensilios y artesanías, atribuyéndoles cualidades mágicas de protección contra el abuso, o de talismán útil para la realización de arriesgadas empresas. El origen de animales tan extraños se relata en algunas leyendas y uno que otro poema fundacional. En los fragmentos rescatados de los Anales de Culebras se afirma que inmediatamente después de que se inició el movimiento y desde luego el tiempo, los seres, que hasta ese momento habían estado suspendidos como esculturas de piedra en el espacio inmóvil, emprendieron una actividad desenfrenada, exploraron el mundo neonato y se dejaron llevar por sus apetitos, de tal forma copularon unos con otros sin importar distinciones de forma, tamaño, color, reino, especie, clase o subclase. Los productos de esas cruzas imprudentes poblaron lo habitable, consumieron lo consumible y pusieron en riesgo el plan de la creación. La promiscuidad y los excesos dieron lugar a degeneraciones que obligaron la intervención de los dioses. Primero tomaron unos ejemplares de cada variedad de organismos que habitaban la tierra, acto seguido liberaron el terremoto y los temblores, ríos de fuego dejaron cenizas a su paso. Después vino la lluvia, la tierra quedó bajo las aguas. Cuando regresó la calma, los dioses decidieron dar una segunda oportunidad a las criaturas, escogieron a las más fuertes y adaptables y los expulsaron del cielo para que volvieran a poblar la tierra, en esta ocasión limitando su preferencia sexual y su capacidad de procreación a los miembros de la misma especie. En el cielo quedaron las criaturas contrahechas y extrañas, algunas muy bellas pero incapaces de sobrevivir en las condiciones naturales del planeta. Estos son los alebrijes, bestias de dos o más cabezas, cuerpo de mamífero o de saurio, patas de ave o cola de pez, con alas o sin ellas, escamas donde debería de haber plumas o plumas donde debería de haber pelo, cuerpos de insecto cubiertos con pieles de lagarto, roedores protegidos con élitros que cubren unas alas delgadas y sedosas. De vez en cuando los dioses liberan algunos de estos seres fantásticos para ver si soportan las exigencias de la naturaleza. Estas visitas ocasionales han dado lugar a la fantasía y al mito, de ahí provienen los unicornios, los pegasos, las furias, la medusa, los naguales, los centauros y los dragones. Con el nombre genérico de alebrijes los mexicanos designamos a una extensa variedad de seres que tienen la particularidad de combinar las características fenotípicas de los animales conocidos, incluso llegan al extremo de incorporar algunos rasgos propios de la vida vegetal. Desde luego los alebrijes son inclasificables, podríamos decir que cada ejemplar constituye por sí mismo una especie. A diferencia de otras mitologías donde los animales fantásticos son simbolizaciones del bien o del mal. Los alebrijes significan pluralidad, son síntesis de la vida que no inspiran reverencia o rechazo sino simpatía, manifestaciones de la infinita capacidad combinatoria de la naturaleza, representaciones de lo otro, lo diferente, lo que se ubica más allá de nuestra limitada visión. El alebrije, como metáfora, es de la familia del dragón, un signo de la realidad que cambia, un hoyo negro, nada, un espejo que dibuja, con la luz, lo inexistente. Los disfraces del dragón Norberto de la torre (Publicado por editorial Verdehalago, México D. F. 1996) Pedro Linares EL CREADOR DE LOS ALEBRIJES Primero había que pasar bajo una enorme campana que pendía quién sabe de dónde, tan voluminosa que su sombra cubría desde el mercado de Sonora hasta el zócalo (en el D.F.: una distancia de tal vez 2 kilómetros), en compañía de otros desventurados que también avanzaban sin mirar a izquierda o derecha sudando frío, esperando que en cualquier momento la enorme mole de bronce empezara a sonar y el monstruoso tañido los desbaratara. Después había que recorrer un estrecho sendero de piedra, tan angosto como un lápiz, con insondables abismos a ambos lados y tan largo que no se le veía final: unos trataban de caminar como equilibristas en el alambre, pero a los pocos pasos caían al abismo; y otros, los menos, optaban por sentarse en el filoso sendero de piedra, una pierna a cada lado, y deslizarse penosamente, aferrados a la roca con muslos y manos. Esto último fue lo que hizo el cartonero capitalino Pedro Linares López, entonces de 23 años de edad y ya famoso en el rumbo de la Merced. Gracias a ello pudo llegar con vida al otro lado del precipicio, donde empezaba el llano de los alebrijes. DESPERTAR EN TINIEBLAS Linares no conocía a estas criaturas de formas satánicas y carne como de hule transparente, que brincaban bajo la niebla aposentada sobre el valle; pero aun antes de verlas las bautizó "alebrijes" porque así, "¡alebrijeeeee...!", sonaba el grito que los extraños seres lanzaban a coro, como lobos mirando a la luna. El cartonero de la Merced logró escabullirse por entre los tentáculos de los alebrijes gracias a las 2 muchachas vestidas de blanco que recorrían el paraje tomadas de la mano, como impulsadas por la brisa, sus pequeños pies desnudos acariciando apenas la capa de niebla acumuladasobre el terreno; —Mira, algunos no se han muerto —dijo una de las niñas. Entre ambas levantaron al postrado Linares y le indicaron el camino a seguir. Sin mirar atrás, el cartonero descendió a tropezones una pronunciada pendiente, entró a su casa, se tendió en la cama y cayó en un sueño tan profundo como catalepsia. El hombre no sabe cuánto tiempo permaneció así; un día se levantó, semiciego, tan débil que no podía hacer otra cosa que pasarse las horas sentado al sol, a la puerta de su casa. Parecía un anciano y su cuerpo olía a ceniza. Si el cartonero se salvó en aquella ocasión y hasta recuperó la juventud (era el año de 1930) fue gracias a uno de esos fotógrafos que iban de casa en casa ofreciéndose para amplificar y colorear fotos de parientes fallecidos. —Usted ya está muerto —anunció el fotógrafo—, pero yo lo devolveré a la vida con una medicina que traeré mañana. —No tengo con qué pagarle —argumentó Linares débilmente. —No importa, ya me pagará. Eso sí: deje la puerta abierta porque vendré muy temprano. El fotógrafo regresó al otro día, cuando todavía estaba tan oscuro que en la negrura de su cuarto el semiciego Linares no lograba ni entrever la figura del desconocido; pero sí reconocerle la voz: —Primero le voy a embadurnar todo el cuerpo con esta pomada hecha con hierbas de Oaxaca, para que entre en calor —dijo el fotógrafo—; después le voy a dejar un kilo de este polvo, que usted tomará durante un mes y sólo 3 cucharadas por día, porque es peligroso. NIÑEZ ENTRE DIABLOS Linares dice que el desconocido jamás regresó por su paga pero que sus medicinas resultaron milagrosas, ya que al mes el enfermo había recuperado la vista, la fuerza y la juventud; y hasta se dio el gusto de desconcertar a los doctores con la repentina desaparición de una úlcera gástrica que le habían detectado años atrás pero que él nunca se había dejado operar. Hijo de un zapatero del estado de México que en sus ratos de ocio fabricaba caballitos, máscaras y piñatas de cartón, Linares aprendió el oficio de cartonero en la infancia y tal vez el crecer rodeado de judas y diablos a medio hacer fue lo que lo preparó para las fabulosas experiencias que afirma haber vivido en 1930, cuando ya estaba a punto de casarse y fundar su propia familia, formada ahora por sus 3 hijos, una veintena de antiguos aprendices y decenas de nietos que hoy —el patriarca ya tiene 78 años de edad— integran la principal dinastía de cartoneros de México y producen sobre todo una gran variedad de espeluznantes alebrijes. Antes de su excursión sobrenatural, Linares era ya uno de los juderos más buscados de la Merced. En aquel tiempo cada Sábado de Gloria, los tenderos "tronaban" para sus clientes judas repletos de regalos, desde paquetitos de carnes frías hasta perfumes, golosinas, trozos de bistec, peines y peinetas, chicharrón y chocolates (sólo la droguería Bustillos, de la calles de Tacuba, le encargaba a Linares cada año 20 judas). Ya casado y padre de familia Linares aumentó su fama cuando empezó a fabricar, como adorno para grandes fiestas, unas enormes esferas o estrellas de carrizo y cartón que a cierta hora estallaban y dejaban volar multitud de globos que a su vez derramaban kilos de confeti sobre la concurrencia. Pero lo que al cabo lo colocó en un plano único fue su serie de alebrijes —unos monstruos de cartón inspirados en las visiones que Linares asegura haber tenido durante su excursión al Más Allá— que hoy figuran en los principales museos de artesanías y colecciones particulares, y que según su tamaño u el horror que sean capaces de inspirar se cotizan entre 25,000 y 50,000 pesos cada uno. OBRAS DE ARTE Cada alebrije le toma a Linares 2 semanas de trabajo y consume una buena cantidad de papel, cartón y engrudo. De un periódico arrugado y hecho bolas, va formando la cabeza, después el cuello, que pude ser corto o tan largo y delgado que para sostenerse requiere de un alambre. En seguida plasma el cuerpo, de múltiples formas, como las que adquiría en segundos cada uno de los monstruos de su sueño. Una vez formado el cuerpo del alebrije, Linares recorta cartón grueso para hacer las aletas, orejas, cuernos, uñas y dientes. Por último, utilizando pinturas de agua, Linares decora con delirantes colores el cuerpo, pintándole escamas, ojos, todos los detalles que hacen de sus alebrijes codiciadas obras de arte. El paso final es dar una capa de barniz para que el monstruito conserve sus colores. En la actualidad Linares ya casi no trabaja y sus alebrijes tienden a estandarizarse. —Es que pronto me iré a vivir con ellos —dice el anciano— y ya no quiero ofenderlos. Guillermo C. Aguilera Lozano Cóctel Alebrije-Bar El Alebrije (Acapulco)………….. Ingredientes * Ice * 1/2 oz Vodka * * * 1/2 oz Ron 1/2 oz Amaretto 1/2 oz Ginebra * 1/2 oz Tequila * * 2 oz Jugo de Naranja 2 oz Jugo de Pina • Gotas de Granadina. Los alebrijes fueron inventados, pues, por un servidor de ustedes, de nombre Pedro Linares. Piensa uno que va a hacer una figura verdad? Y al momento de estarla forjando, entonces se vienen otras ideas… En lugar de ser un, digamos, un burro, por ejemplo entonces ya se le ponen cuernos, o pico y se le hacen pues, un cuerpo de gallo, un cuerpo de perro, o de pescado, o de víbora, o bien otras cosas que salen de momento. Entonces se va uno imaginando y lo va formando poco a poco… Un burro con alas… pues no hay!… pero se imagina uno que pueda ser un alebrije? Si! Los alebrijes fueron inventados, verdad, por ciertas revelaciones que yo tenía… ya de muertos, ya de pingos… de diablos. Cosas, pues, macabras, verdad? podemos decir. Estas cosas me hicieron pensar en hacer figuras como las que hacemos ahora. Hay figuras feas, muy horrorosas verdad?. Pero a la misma vez son muy bellas. Entrevista con Pedro Linares, artesano. Transcrita de “Artesanos Mexicanos” Judith Bronowski. Crfats and Folks arts museum, L.A., CA 1978. Al igual que Orfeo, Pedro Linares descendió al mundo de los muertos a rescatar a los Alebrijes. Alebrije (Nahual; Quimera Mexicana, pez-reptil-ave Fénix del nuevo mundo). Zoofictionis Aztquii Animal legendario, desconoce la culpa y el arrepentimiento, pues nunca fue expulsado del paraíso ni figuro en el cargamento de Noé, y es ajeno en consecuencia a diluvios terremotos y desastres. Animal de naturaleza libertaria, soporta el cautiverio de las vitrinas y anaqueles, a cambio de gozar de la atención, el asombro y el cariño del amo que sepa contemplarlo con arrobo y admiración. ORIGEN DE LOS ALEBRIJES: En el testamento del venerable maestro Magnalucius se consigna que el Alebrije, corresponde a un fantástico ser, que él denomina el-Adarihe, la custodia del tesoro del Collegium Gnosticum que fundara en el siglo XV en Ravenna. El no describe a el-Adarihe, pero uno de sus discípulos, llamado Iamblicus el Alquimista, a quien se debe el Libro de Némesis, al hacer la genealogía del Unicornio y de su perseguidor principal el dragón, relata que del primer dragón Yaldabaoth se generaron dragones como Nagamat, Kaligat, Orkus, Tarasque, Serpeus y el-Adarihe, al que también denomina Al-A’brikhe, el único de entre los dragones que no persiguió al Unicornio y que en vez de intentar devorarlo trato de protegerlo, incluso contra los deseos de su progenie, Iamblicus cuenta de el que era colosal, de brillante colorido, que el fuego de su boca podía quemar los árboles del bosque, pero que a los unicornios les brindaba calor, ternura y protección, por lo que Magnalucius le confió la custodia de los secretos y tesoros del Collegium Gnosticum, que guardaba los misterios del unicornio. Otros autores como Otto Keller (Die Antike Tierwelf, -el mundo de los animales antiguos-), previenen contra el engaño de las conclusiones apresuradas y se permite dudar de la existencia de animales que sean combinación de dragones y serpientes aladas, pero consigna que entre los antiguos celtas causaba admiración y pasmo la aparición alada de un reptil volátil, de colores encendidos, al que en medio del pavor la gente llamada All-afrihe, que el traduce como un grito de prevención, (“todos a resguardarse”), pero que bien podría ser la grafía antigua de los animales hoy conocidos como alebrijes. En El libro de los Muertos hay también referencias a el-Ada’Rikhe, como un posible guía de muertos que serviría incluso para enfrentarse al temido Devorador de Sombras. En el Bardo Thödol se menciona que luego de ser juzgado por el tribunal de las Divinidades, el muerto tiene la posibilidad de dar tres respuestas a otras tantas preguntas y que si miente u oculta la verdad, se le entrega al Devorador de Sombras, que sin embargo no siempre lo acomete, porque cundo el hombre miente por defender su convicción, por olvido o por buena fe, el poderoso el-Ada’Rikhe que acompaña a los nobles de corazón se enfrenta al Devorador y le devuelve la santidad al hombre juzgado. En su Historia General de las Casas de la Nueva España, Fray Bernardino de Sahag!ún da cuenta de la amplia significación del nahualli. Y posteriormente en páginas que han rescatado algunos historiadores, pero que generalmente no figuran en los libros, menciona entre los nahuales mas importantes al nahuallibrixi, o sea al brujo que podia convertirse a voluntad en huallibrixi. El huallibrixi, empero, no era común a todos los mortales, sino exclusivo de los señores principales. Moctezuma relata Bernal Diaz del Castillo y consigna el propio Cortes, se presento a la entrevista con el conquistador, protegido por su Nahuallibrixi. “Nos salio a recibir – apunta Cortes en su segunda Carta de Relación – aquel señor Mutezuma venia por medio de la calle con dos señores, el uno de la mano derecha y el otro de la izquierda, de los cuales uno era grande y el otro se fue empequeñeciendo hasta perder la talla de humano para volverse a ser de naturaleza de reptil, como dragón, con alas y plumas coloridas, como el ave que dicen de quezal y a la vista de nuestro horror por la mudanza que viamos, Mutezuma ordenó a la visión que volviese a su figura y el nagual aquel, que luego se nos dijo era nagualibrije, volvió a su forma de ser y fue de todos espanto y miedo por la magia y hechicerías de estos naturales”. Y Bernal, por su parte, relata con admiración que “el gran Moctezuma venia muy ricamente ataviado, sugun su usanza, traia calzados unos como cotaras, que se dice lo que se calzan; las suelas de oroy muy preciada pedreria por encima de ellas; pero el asombro que nos pasmo venia de su acompañante que a nuestros ojos se fue mutando de hombre a pajro, de pájaro a reptil, de dragon a pez, de quimera a grifo, de grifo a basilisco, ave roc, demonio, figurac!ion, hasta ser como un juguete de talla no mayor del perro de los que llaman izquintli. Este Nahual de los principales, según creencias antigua, acompanaba a los hombres al Mictlán, a su viaje al mas alla, para protegerlos contra el riesgo de no volver a nacer. Se entiende asi que un alebrije o nahuallibrixi se le haya aparecido al maestro Pedro Linares y que en el trance de su muerte le haya dictado su nombre y su figura, pues Linares resulta entre los artesanos un principal, como lo fue Moctezuma para con los conquistadores. Fragmentos tomados de “Alebrijes, en la entraña del mito” exposición realizada en la galería Toltecayotl, Octubre a Diciembre de 1987. Héctor Anaya. MORFOLOGíA: Algunos alebrijes tenemos cuerpo de pollo... de pollo crudo obviamente Otros somos tan raros que algunas veces nos asustamos cuando nos miramos al espejo! A mi por ejemplo se me olvida que en mis propios cuernos hay otras caras que me miran... y en los cuernos de ellas otras más que los miran y me miran y yo las miro y nos miramos y las miro y me miran, y yo las miro y nos miramos y nos miramos y me miran, y yo las miro y me miran y nos miramos, las miro y nos miramos, me miran... AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA! No mas! Cerremos todos los OJOS!!!! No se cuales son las patas y cuales son las manos, es que tengo tantos ojos... y tantas patas y manos, manos... ya sé! voy a caminar con mis alitas. Los alebrijes somos de colores; vivos, brillantes, rabiosos y feroces colores, pero cuando la gente delira por una fuerte fiebre o algo así cree que somos como las gárgolas, esas que están en las viejas catedrales, grises feas y brutales, no! nosotros somos bellos y estamos en technicolor Que no son antenas! Que NO!!!! Son mis ojitos. Hace unos años creí que era una mariposa, me confundí por eso de los colores (es que estaba borracho) y entonces me fui detrás de una de ellas... no se dio cuenta. Cuando las demás me vieron huyeron despavoridas y dejaron sus colores atrás, desde ese día hay mariposas negras. Nosotros nacemos de dos clases, unos de papier maché y otros de madera, y en la noche cuando nadie nos ve caminamos y volamos por todo el recinto donde nos encontramos, a veces se nos olvida poner las cosas en su sitio, eso explica que sus pantuflas no estén donde las dejó, o que su jarrón haya cambiado de sitio o que su pan se haya terminado mientras usted juraba haber visto y pedazo antes de ir a dormir. Los que somos de papier mache somos mas bonitos, y asustamos mas, los de madera parecen animalitos, nosotros no. Nosotros nacemos por encargo, los de madera no, ellos se multiplican, en el día hay tres y en la noche ya ves que son 50 y así sucesivamente. Ellos esperan en repisas, anaqueles y estantes a que alguien venga por ellos, nosotros somos diferentes, a veces vienen personas de muy lejos y dicen: “yo quiero un alebrije” y entonces les muestran fotos de nuestros hermanos y la gente dice “bueno quiero que tenga las patas de este, las alas de aquel, la cabeza de ese de mas allá….” Y así… y luego de un par de semanas vienen por nosotros y somos felices!!! Y nos llevan lejos, a veces en carros, a veces en aviones y nos dicen que somos sus hijos, claro que cuando yo veo sus fotos digo – que pues no nos parecemos- bueno, eso no importa. La verdad es que no nacemos así, esa es la forma como nos materializamos, la verdad es que nosotros estamos vivos en un lugar oscuro y a veces vemos las almas de la gente que se muere, pero cuando una de esas almas llega allí por error le empezamos a gritar; Alebrijes, Alebrijes!!! Y cuando vuelve al mundo, pues ahí va uno que lo vio primero también y aparece en un lugar y de ahí en adelante le toca cuidar que a la primera persona que ve, que es como nuestro padre o madre, no le pase lo mismo y llegue por error al lugar oscuro.