Un modelo para el discurso taurino Documento

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Un modelo para el discurso taurino Documento
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Frente a las tesis de la prohibición
Un modelo para el discurso taurino
Por José Francisco Coello Ugalde.
Para reivindicar el
rechazo social hacia
las corridas de toros,
y exigir a los
diputados en todo
México que legislen
sobre este tema
atendiendo a la
postura de la gran
mayoría de los
ciudadanos, el pasado
domingo, 22 de Abril,
se llevaron a cabo
concentraciones en
diversas ciudades. La
manifestación de
México DF reunió
alrededor de 7.000
personas. Se trataba
de alguna forma del punto final de un debate, que tuvo uno de sus momentos
álgidos en unas declaraciones de Edileth Fernández Villegas, que tuvieron gran
impacto, en especial porque abordaba en su conjunto el discurso antitaurino, y
que se realizaron dentro de la campaña para presionar a la Asamblea
Legislativa de la capital mexicana a que aprueba una norma abolicionista.
Más allá de los aspectos propios de la situación concreta que hoy se vive en el
país azteca, traemos a nuestras páginas un trabajo del intelectual y director del
Centro de Estudios Taurinos de México, José Francisco Coello Ugalde, que
ofrece un ponderado análisis de la polémica, con la gran virtualidad de
construir un discurso que muy bien puede servir de verdadero modelo sobre lo
que debe ser la defensa de las tesis taurinas frente a los detractores de la
Fiesta.
En
diversas épocas de la humanidad y esta ya consolidada como tal, se integró, y al
hacerlo fueron integrándose nuevos elementos, sobre todo, aquellos que corresponden al
sentido de la vida cotidiana. Uno de ellos, estuvo y sigue representado en ciertas
representaciones festivas. La tauromaquia es, en otras, una de esas expresiones. Surge o
se materializa aglutinando elementos de todo tipo, incluyendo el ritual, mismo que incluía
entre sus condiciones la del sacrificio y muerte. Y esa condición sigue siendo hoy parte
sustancial de la fiesta. Sin embargo, con el arribo del siglo XXI, de la segunda modernidad,
de la tercera revolución industrial y de nuevas ideas entre las sociedades, el toreo con
toda su carga de elementos y representaciones, ha entrado en conflicto, al punto de que
se ha venido sometiendo a fuertes cuestionamientos, abanderados en buena medida, por
los grupos antitaurinos y ecologistas, que apelan a la tortura como el elemento
cuestionado. Por eso, si nos atenemos a las definiciones de cultura y tortura,
entenderemos desde un principio que son diametralmente opuestas.
Cultura: Conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico;
-conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico,
científico, industrial en una época, grupo social, etc.
Tortura: Grave dolor físico o psicológico inflingido a alguien, con métodos y utensilios
diversos, con el fin de obtener de él una confesión, o como medio de castigo.
Por lo tanto, con los últimos hechos respecto al cuestionamiento que ha enfrentado la
tauromaquia, este ha provocado diversas reacciones. En términos mediáticos se ha
presentado recientemente una entrevista realizada por la famosa periodista Elena
Poniatowska. Edileth Fernández Villegas, la entrevistada, como opositora al espectáculo,
manifestó sus posturas. Por lo tanto, me propongo plantear, en términos de réplica,
nuestras propias defensas, las de los taurinos, que también estamos en derecho de
responder con suficientes razones, mismas que a continuación se despliegan
ampliamente.
I
En esta ocasión, y por tratarse de un tema de actualidad, me permito hacer la réplica a
las observaciones y puntualizaciones de la fotógrafa Elideth Fernández Villegas, quien fue
entrevistada por Elena Poniatowska, y cuya interviú aparece publicada en La Jornada de
enmedio (Cultura), del 14 de abril de 2012, en su página 4a. El asombro en sus diversas
manifestaciones, ante la serie de expresiones, descalificaciones, sentencias y acotaciones
delimitadas a que nos reduce como taurinos, es parte de su planteamiento, mismo que fue
resuelto a partir de la que, a mi parecer, representa una entrevista equilibrada por parte de
una de las mejores periodistas y escritoras en nuestro tiempo: Elena Poniatowska, quien,
desde mi punto de vista no manifestó ninguna parcialidad al respecto del tema, salvo el
párrafo introductorio que veremos. En todo caso, su imparcialidad dejó ver el tono
profesional en el que fue marcando y estableciendo cada uno de los cuestionamientos que
además, respondió de manera rotunda y contundente quien ahora empuña la bandera de
defensa pública en contra de la crueldad contra los animales. Procuraré ir parte a parte,
1 segmento a segmento tratando de entender ya no tanto la pregunta, sino la respuesta, de
ahí que sea necesario replantear una propia y fundamentada actitud contestataria –o
como ya lo dije, en calidad de réplica- en términos de mi postura como taurino, sin
ambages de ninguna especie, pero también con el elemento de razón que se necesita
para los contrapesos. (Nota: Mis comentarios y acotaciones aparecerán en cursivas).
Veamos.
LOS TOROS TIENEN EL MISMO SISTEMA NERVIOSO QUE NOSOTROS, DICE
ELIDETH FERNÁNDEZ VILLEGAS. POR: ELENA PONIATOWSKA.
Apoyada por múltiples personalidades de los ámbitos académico, intelectual,
empresarial y cultural, el domingo 22 de abril se reunirá una coalición de asociaciones y
organismos diversos, en el Zócalo de la ciudad de México, a las 10 de la mañana, para
exigir a las autoridades la abolición inmediata de las corridas de toros en el D.F.
Según la fotógrafa Elideth Fernández Villegas, 70 por ciento de los ciudadanos han
manifestado el deseo que termine la fiesta de los toros y asociaciones como el Pupra
(México Unido por el Respeto a los Animales) y Entrelacemos las Garras, Arte por los
Animales, El Instituto Napoleónico que dirige Eduardo Garzón Sobrado, quien acaba de
ingresar a la Academia de Geografía e Historia, así como 170 asociaciones más.
Lo que digo como taurino es lo siguiente: En efecto, dicha encuesta se llevó a cabo entre
el 5 y el 7 de abril pasados, con 600 entrevistas en viviendas. La población elegida fue
mayor de 18 años residentes en el Distrito Federal, donde el 69% está de acuerdo en que
se prohíban las corridas de toros en el Distrito Federal. El levantamiento de este ejercicio
se redujo sólo a 600 viviendas, lo que apenas da una pequeña, pequeñísima referencia
sobre el mencionado rechazo, mismo que se sustenta en las siguientes variables: que ese
69% piensa que las corridas no son parte de la cultura mexicana, mientras que el 76%
opina que no son un espectáculo sano. Asimismo, el 73% respondió que nunca ha asistido
a un evento de este tipo.1
Que ese 69% haya opinado que no forma parte de la cultura mexicana es negar rotunda
y contundentemente la forma en que tal cultura se formó a partir no sólo de la conquista,
sino del proceso concentrado en los tres siglos coloniales. Nuestra cultura en cuanto tal,
es en esencia, una amalgama de otras tantas que se sumaron en su configuración hasta
forjar lo que hoy somos. Por lo tanto, no percibo que exista una razón fundada en
realidades concretas y sí una negación que quiere borrar de “su” pasado lo que ya
participó en esta integración de lo mexicano, que no se reduce al mero significado
indígena que per se es parte del ingrediente que nos constituye.
Que el 76% opinara sobre que los toros “no son un espectáculo sano”, me temo que esa
respuesta bien pudo integrarse al porcentaje de la otra en la que refieren que, por el hecho
de que “nunca ha asistido a un evento de este tipo”, no le da al encuestado ningún peso
específico, puesto que el grupo elegido contestó sin tener conocimiento de causa y
1
Disponible abril 16 de 2012, en: http://eleconomista.com.mx/deportes/2012/04/12/distrito-federal-contra-lascorridas-toros
2 supongo que sólo respondieron ateniéndose a la mera percepción o una panorámica
general, pero no el detalle de todo su contenido.
Por tanto, me parece que 600 entrevistas pueden generar, como se generó, un resultado
apenas perceptible, cuando el valor de hogares, por lo menos el que proporciona el
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, por sus siglas) nos dice que la
población total en 2010 el D.F. era de 8,851,080 y que el valor en Hogares corresponde,
para el mismo lugar y fecha a 2,388,534, así como que el total de viviendas particulares
habitadas en 2010 era de 2,453,031.2
Finalmente se menciona en dicha respuesta que Eduardo Garzón Sobrado “acaba de
ingresar a la Academia de Geografía e Historia”, también puedo mencionarle a Elideth
Fernández que mi ingreso a la Academia Mexicana de Geografía e Historia (Sección
Historia), ocurrió el 13 de noviembre de 2000 con el tema: “Discurso historicista y humano
de la tauromaquia”.
En 2011 se presentó una iniciativa a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF)
para prohibir las corridas de toros en la capital y se congeló. Actualmente acaba de pasar
al pleno y va a votarse antes del 30 de abril, fecha en que termina la actual legislatura.
Elideth Fernández Villegas es una de las más entusiastas activistas de Plataforma Meta
(México Ético en el Trato con los Animales)
En efecto, se pretende modificar al artículo 42 de la Ley para la Celebración de
Espectáculos Públicos. Tal iniciativa data de 2009, propuesta por el polémico asambleísta
Cristian Vargas (Partido Revolucionario Institucional) y de Norberto Ascencio Solís (del
Partido Verde Ecologista de México). Ambos aducían que los toros son un espectáculo
“indigno y éticamente inaceptable para quienes lo observan y quienes lo ejecutan”, durante
el cual se explota una “falsa superioridad” por los toreros quienes “creen tener el derecho y
potestad para disponer a su antojo de la vida de otros seres sensibles”.
Como la iniciativa se “congeló”, no fue retomada sino hasta hace unas pocas semanas,
para lo cual el asambleísta Carlos Flores Flores (del Partido Acción Nacional), uno de los
que se abstuvieron de votar en la Comisión en que sí lo hicieron los diputados del Partido
de la Revolución Democrática José Luis Muñoz Soria, Beatriz Roja y Víctor Varela, adujo
en octubre del año pasado que la “iniciativa carecía de un estudio de impacto económico”
por lo que pidió una discusión amplia para tomar en cuenta a quienes viven de dicha
actividad.
Por su parte, Gustavo Larios, presidente de la Asociación Mexicana por los Derechos de
los Animales en alguna intervención al respecto, planteaba que luego de la prohibición
ocurrida en Barcelona, las plazas ya cerradas se sustituyeron por centros comerciales, los
cuales han generado más ingresos que antes.
Desconozco en qué medida pueda ocurrir esa condición favorable en un país en el que
los índices relacionados con bolsa de trabajo garanticen el mismo escenario, sobre todo
con un representante de estado que se comprometió a convertirse en el “presidente del
2
Disponible abril 16, 2012 en: http://www.inegi.org.mx/sistemas/mexicocifras/default.aspx?e=09
3 empleo”, y lo único que puede percibirse es un índice cada vez más restringido de esta
legítima oportunidad entre muchos mexicanos.
No puedo dejar de mencionar el cambio de postura que manifestó el diputado Cristian
Vargas quien al paso de los días, llegó a afirmar que aunque “me considero un hombre
seguidor y partidario de las libertades, y una ciudad como el Distrito Federal, que se
considera capital de vanguardia, no debe coartar el derecho al trabajo y a la diversión de
un sector de la población”. (Dicha decisión y/o afirmación fue presentada por el propio
diputado el 16 de diciembre de 2009).
Como se percibe hasta aquí, el tema tiene fuerte trasfondo político, el cual se intensifica
en estos tiempos en que las campañas de los candidatos a la presidencia de la república
van a toda marcha. Por lo tanto, las decisiones que puedan llegar a tomarse al respecto de
esta medida, a favor o en contra, tendrán un profundo peso de cuya carga se liberará la
propia medida tiempo más adelante, dejando ver lo oportuno o inoportuno de cualquier
decisión tomada y ello podría tener (no lo estoy afirmado ni sentenciando) un enorme
costo en el que la sociedad podría pasar factura. Eso es innegable.
Ocho legisladores componen esta comisión –dice la coordinadora general de Plataforma
Meta (coalición de varias asociaciones), Elideth Fernández Villegas- cuatro son del PRD.
Los del PAN y el PRI se abstuvieron de votar. Se va a votar en el pleno antes del 30 de
abril, porque termina esta legislatura y esperamos que sea aprobada.
Del contexto o escenario de las realidades, pasamos ahora sí a las preguntas.
Pero en México, la fiesta brava es una tradición igual que la misa dominical.
Al contrario, los toros han decaído y ya no hay aficionados.
La pregunta de Elena Poniatowska confirma que se trata de una tradición. Sin embargo,
la respuesta de Fernández Villegas en parte tiene razón y en parte no.
Que los toros han decaído y ya no hay aficionados esta en verdad, es una afirmación
que tiene sus propias razones al interior de la dinámica del espectáculo. En efecto, ya no
hay aficionados porque las empresas, fundamentalmente las empresas no están
organizando sus temporadas en función de ciertos elementos que consideramos como
“tradicionales”: presencia del toro o del novillo en apego a lo que plantea (o recomienda la
costumbre) un reglamento que la mayoría de las ocasiones no se respeta, y no se respeta
por desapego de la autoridad que no quiere ponerse en su lugar. Esto también origina la
ausencia de la autoridad de la autoridad, lo que permite que ciertos empresarios hagan lo
que dicta su capricho, o sus intereses. Ello va en detrimento de la afición, misma que
viéndose afectada en el más elemental de sus propósitos: acudir consuetudinariamente a
cuanto festejo se organice, no lo hace, porque se siente engañada, afectada en sus
sentimientos y porque sencillamente no se le está ofreciendo un buen espectáculo. Hace
muchos años llegó a haber aficionados que reclamaban en estos términos: “¡Pagamos
mucho. Seremos exigentes!”
Independientemente de que los ganaderos se dediquen a sus labores en forma
correcta. Al margen de que el “veedor” (enviado de la empresa que valora con meses o
semanas de anticipación al comienzo de una temporada, la presencia de los toros en el
campo), es el empresario quien no quiere apostar por buen espectáculo. No dudo que
4 ofreciendo materia prima de calidad: toros o novillos con edad, y carteles atractivos ya de
toreros de alternativa; ya de novilleros, lo demás se da por añadidura.
II
En efecto, antes de continuar, sólo quisiera afirmar que el dato porcentual sobre quienes
respondieron no estar de acuerdo con la tauromaquia en el Distrito Federal, lo entiendo
como un sondeo particular y específico que llevó a realizar dicha actividad. Sin embargo la
muestra obtenida no es concluyente en el sentir de toda la población de este espacio
urbano, cuya población total en 2010 para INEGI, era para el Distrito Federal de 8,851,080
de los 112,336,538 del país en su conjunto.
Elideth Fernández Villegas, mujer alta y valiente, se manifiesta públicamente en contra
de la crueldad contra los animales.
En el orden legal abolir la corrida responde a la voluntad de 70 por ciento de los
ciudadanos y a una sociedad que ha evolucionado políticamente. Desde el punto de vista
ético, es inadmisible que un interés personal y de gozo se base en el sufrimiento ajeno de
un ser dotado de conciencia con capacidad de experimentar dolor. No corresponde a la
moral de la época. Además, está demostrado, por instancias criminológicas y
sicoanalíticas, que espectáculos como las corridas son generadores de violencia social,
intrafamiliar y alienantes para la niñez y dañinas para su salud mental. Existe una relación
entre la crueldad infantil hacia los animales y la potencial violencia en su adultez. Quien
maltrata a un animal en su niñez o adolescencia no necesariamente será un criminal. Sin
embargo, según las estadísticas casi todos los criminales maltrataron animales.
Finalmente, la afición a los toros es un lastre en la economía, porque la sostiene el erario
y, por tanto, impide la creación de más empleos. La reconversión de la plaza podría
multiplicarse en empleos.
El dicho de Fernández Villegas es motivo para varias consideraciones.
Uno, tiene que ver, en efecto con el hecho de que la sociedad ha evolucionado
políticamente. En eso estoy totalmente de acuerdo. No podría ser de otra manera. Ahora
bien, desde el punto de vista ético, la fotógrafa plantea un escenario en el que “un interés
personal y de gozo se base en el sufrimiento ajeno de un ser dotado de conciencia con
capacidad de experimentar dolor”. Entre los pocos estudios de veterinarios ligados al
ámbito taurino, existe el que plantea el cuestionadísimo Dr. Juan Carlos Illera del Portal,
Director del Departamento de Fisiología Animal de la Facultad de Veterinaria de la
Universidad Complutense de Madrid.
De un primer vistazo, se puede afirmar, según las declaraciones que el propio
profesional ha hecho a la prensa, 3 que el “sufrimiento” del toro aparece en varias etapas.
Primero, cuando es desplazado del campo a la plaza, en una movilización que nunca fue
común hasta el momento en que el encierro elegido para la ocasión es elegido y separado
hasta conducirlo al camión que a su vez, será el medio que los entregue en la plaza.
3
6TOROS6 Nº 658, del 23 de enero de 2007, p. 9-13.
5 Para ello, afirma Illera del Portal a la pregunta expresa de si ha habido índice de estrés
en el transporte: “Llega a ser tres veces superior que durante la lidia. Por decirlo de otra
manera: transportar los toros al matadero es para estos animales tres veces más
estresante que realizarles una lidia entera. Con lo cual, nosotros no podemos decir que no
sufra estrés, pero sí podemos afirmar que el que sufre durante la lidia no es tan grande
como algunas personas quieren hacer ver. En el tema de si la lidia es cruenta o no cruenta
yo no entro; nosotros lo que queríamos demostrar es que el toro es un animal especial,
que está perfectamente adaptado para la lidia. Y que todos sus mecanismos endócrinos
(hormonales) se ponen en funcionamiento de una manera totalmente distinta a la de
cualquier otro animal o incluso las personas. Los novillos se estresan un poco más, pero
en los toros, durante su lidia, los niveles llegan a ser prácticamente normales”.
Si esto no corresponde a la moral de la época, lo que viene a continuación por parte de
la declarante es de suyo curioso: “…está demostrado, por instancias criminológicas y
sicoanalíticas, que espectáculos como las corridas son generadores de violencia social,
intrafamiliar y alienantes para la niñez y dañinas para su salud mental. Existe una relación
entre la crueldad infantil hacia los animales y la potencial violencia en su adultez. Quien
maltrata a un animal en su niñez o adolescencia no necesariamente será un criminal. Sin
embargo, según las estadísticas casi todos los criminales maltrataron animales.
Finalmente, la afición a los toros es un lastre en la economía, porque la sostiene el erario
y, por tanto, impide la creación de más empleos. La reconversión de la plaza podría
multiplicarse en empleos”.
Es decir, que el trato que tendríamos los taurinos, por serlo, es de criminales en
potencia, o de que las corridas son generadores de violencia social, intrafamiliar y
alienantes para la niñez…, ignorando olímpicamente todo el conjunto de razones que hoy
día alimentan o sustentan tales causas, pensando en que los índices a la alza en el
narcotráfico son otra causa, como lo es aquella reacción ocurrida en los estadios de futbol
o lo que es todavía peor, pero que es en estos momentos un tremendo polvorín: la
inconformidad social vs. desempleo, el alto costo de la vida, la delincuencia.
Insiste Fernández Villegas en la criminalidad implícita. Esta patología tendrían que
estudiarla muy bien no sólo fundamentados, como dicen estarlo con sectores de taurinos
que ahora resulta también que somos, entre otras lindezas, generadores de violencia
social, cuando precisamente la asistencia de estos sectores de la población a los festejos
taurinos, por ahora, va a la baja. Así que lo que tendría que ocurrir al término de cada
festejo es una especie de toque de queda, porque los taurinos están regresando a sus
hogares para materializar sus frustraciones.
En cuanto a que “la afición a los toros es un lastre en la economía, porque la sostiene el
erario…” este es un total y absoluto despropósito. Los empresarios, en todo caso son los
que tienen que exponer sus capitales (en tanto quehaceres del sector privado). El estado
no tiene, salvo su directa vigilancia a través de la reglamentación destinada para aplicarse
en las corridas de toros, ninguna otra participación. En todo caso, históricamente, el
estado se ha valido en otros tiempos de las corridas de toros para recuperar o inyectarle al
6 erario fondos de recuperación que han servido para diversas causas que, en buena
medida, han sido de carácter benéfico.
Si el erario depende de la administración pública, del presupuesto federal aquí no cabe
su dicho, como no cabe tampoco de que tal situación impide la creación de más empleos,
como ha sido parte de la consigna que el estado ha mantenido al menos durante este
sexenio (no olvidemos las falsas promesas de reinserción laboral ofrecidas por el gobierno
a los ex – trabajadores de Luz y Fuerza del Centro hoy día, a casi dos años y medio de
haber ocurrido la extinción de dicha empresa no han sido cumplidas). Y finalmente, de que
la reconversión de la plaza podría multiplicarse en empleos, es que el problema aún es
peor. Ya se dijo que en Barcelona ocurrió ese comportamiento. Dudo mucho que eso
suceda en nuestro país, a menos que sea la iniciativa privada la que asuma el costo, y
además se proceda a la aplicación de los métodos más feroces de contratación, donde el
trabajador queda limitado a casi ningún derecho o adscrito a sistemas como el temible y
frustrante reclutamiento para outsourcing.
Fernández Villegas y líderes de otras asociaciones presentaron formalmente a los
legisladores de la ALDF sus documentos, estudios y las opiniones de quienes de
manifiestan a favor de abolir las corridas.
Desafortunadamente los taurinos en ese sentido, somos muy desorganizados. Hasta
donde tengo información, no se entregó en los mismos términos de las agrupaciones
contrarias a las corridas, ningún tipo de documento o expediente con las justificaciones de
permanencia. En todo caso ha sido levantando la voz, movilizándose en marchas,
enviando correos electrónicos, generando redes sociales a través de nanoblogs como
facebook o twitter. Sin embargo, como todas estas expresiones son de naturaleza popular,
el hecho de que no las considere el conjunto de 66 diputados podría ser riesgoso, porque
además de todo, la medida antidemocrática que ya están demostrando es de que al haber
cruzado la boleta electoral a favor de estos representantes lo hicimos en el entendido de
que los elegimos para servirnos, para escucharnos.
Estamos trabajando 170 asociaciones de protección a los animales para presionar a los
legisladores. Les presentamos estudios científicos –veterinarios- los cuales comprueban
que los toros sufren terriblemente, porque comparten el mismo sistema nervioso central
que un ser humano.
Según estudios veterinarios, el toro padece miedo, angustia, temor, coraje. En una
escena famosísima que salió en las noticias, el astado Pajarito le hizo honor a su nombre
y voló por encima de la barrera, cayó en la primera fila para huir y jamás agredió a nadie
en las gradas. ¿La razón? Tenía miedo. Por eso es redondo el ruedo, para que el toro no
tenga escapatoria ni encuentre dónde resguardarse. Hay un video maravilloso del joven
francés Crhistophe Thomas, quien compra un joven toro de lidia: Fajden, lo domestica y
vive con él como un gato negro. No sólo las imágenes de la relación de Christophe Tomas
con su animal demuestran que el toro de lidia es amigable y dócil, también en España un
ganadero explica que el toro es un animal sociable y no toca a quien lo alimenta. El
francés Thomas peina a su toro, lo baña, éste lo sigue a todas partes.
7 Respecto a que el toro padece miedo, angustia, temor, coraje. Y vuelvo para ello con
Illera del Portal, quien afirma si sufrimiento es equivalente a estrés.
“No, no, son cosas totalmente distintas. El estrés puede ser un sufrimiento, pero no en
todos los casos, porque éste puede deberse a a otras causas. Aquí entramos en el
siguiente punto que hemos querido investigar: puesto que estos animales tienen un
mecanismo hormonal especial para superar el estrés, pensamos que quizá también lo
tuvieran para liberarse del dolor. Hasta hace muy poco no se sabía ni cómo se medía el
dolor, y las mediciones eran totalmente subjetivas. No habrá ningún parámetro que los
médicos o los investigadores pudiera utilizar para saber cuál era el grado de dolor en un
momento determinado. Porque hay que tener en cuenta que el umbral del dolor es
individual y distinto para cada persona o animal”.
Ahora bien, si este estudio ha sido contrapuesto o cuestionado por la Asociación de
Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia (AVAT por sus siglas), misma que en un
documento que presentaron en agosto de 2010 a la Unión de Criadores de Toros de Lidia
(en España), la que un mes después respondía al respecto de que: “el toro (bos taurus) es
un animal mamífero con un sistema nervioso muy próximo al de la especie humana”, ello
significaría que los humanos compartamos “muchos aspectos de su sistema neurológico y
emotivo”. En tal estudio, surgido desde la integración de Veterinarios Abolicionistas, lo que
ya es en sí mismo una condicionante, se intentó “humanizar” al toro sobre todo por el
hecho de que no son aplicables a los animales cualidades relacionadas con la psiquis, o la
emotividad, ya que éstas son intrínsecas de la especie humana, y desde luego en ningún
caso asociadas con la especie bovina, por lo que las conclusiones de AVAT pretenden
transmitir a la sociedad que la prohibición de los toros en Barcelona o cualquier otra región
es para proteger a los animales cuando estamos ante un asunto estrictamente político, tal
y como lo externa la Unión de Criadores de Toros de Lidia.
El caso de Fajden y Christophe Thomas deja ver la forma en que puede domesticarse un
toro, un animal herbívoro, gregario, que puede convivir en su hábitat con los de su
especie, a menos que se constituyan segregaciones y venganzas entre ellos mismos por
razones de dominio territorial, me parece una buena forma de que los animalistas den su
punto de vista y lo hagan a través de este tipo de divulgación. No hay que olvidar el
contraste ideológico entre culturas sajonas y latinas habido en el propio territorio francés,
ni de que actualmente, en el sur del territorio galo exista una marcada preferencia al
espectáculo taurino, e incluso de que dichos festejos se consideren todavía mejor
organizados que en España misma, lo que significa que las empresas dedicadas a ello
han visto el potencial que tiene la tauromaquia en una región que no está reñida con tal
expresión, y de que sucede en la franja fronteriza con España, lo cual es una buena forma
de entender que fomentando las corridas de toros en esa dimensión, con esos propósitos,
las plazas tienen garantizada la presencia masiva de aficionados.
III
Pregunta Elena Poniatowska: ¿Es mentira que el toro de lidia sea bravo por naturaleza?
8 La respuesta de Fernández Villegas fue como sigue: El toro es dócil. Las imágenes de
Fadjen han dado la vuelta al mundo. Ambos se tiran en el pasto para demostrar que el
toro, por naturaleza, no nació para embestir ni matar.
Sin embargo, en las haciendas ganaderas, los toros están detrás de (las) alambradas y
jamás se les ve en la calle de algún pueblo conviviendo con las personas como lo hacen
los caballos, los burros, los perros, las gallinas.
¡Justificaciones hay muchas, pero no argumentos ni razones para considerar que los
toros de lidia son bravos y su destino es morir en la plaza!
Cesáreo Sanz Egaña planteaba en su clásica obra Historia y bravura del toro de lidia
que
(…) el toro representa a su vez un ejemplar admirable. Es animal doméstico, en cuanto
admite la presencia del hombre y sigue sus órdenes; goza, sin embargo, de una vida
salvaje pura. La zootecnia recurre a los métodos de selección que exaltan sus instintos
e impulsos naturales, procurando rodearle de condiciones de ambiente favorables para
conseguirle una máxima eficacia sin modificar la espontaneidad de su
comportamiento. El toro de lidia es el único animal doméstico que conserva el dominio
completo de sus actividades funcionales, de sus instintos primitivos, sin ninguna doma
ni amansamiento. Animal criado para veinte minutos de espectáculo, llega a la plaza
sin preparación y sin adiestramiento. Las observaciones psicológicas recogidas en el
toro de lidia son reacciones naturales, espontáneas, en un ambiente natural cuando se
exteriorizan en el campo, y en un medio experimental, en ambiente adverso, cuando
se encuentra en la plaza.
Y agrega poco más adelante:
El toro como todos los animales ungulados4 es un animal de tipo defensivo; su
alimentación, exclusivamente herbívora, le libra de luchar para vivir; los vegetales no
se mueven. Por eso los rumiantes, a cuyo género pertenece el toro, carece de garras,
de colmillos, piezas para sujetar las presas, órganos para desgarrar las carnes, al
modo de los carnívoros y fieras cuya vida exige matar.5
Creo que no se podía encontrar mejor respuesta en una voz tan autorizada como la del
especialista español.
¿La tradición?
También era tradición sacar el corazón al enemigo en las guerras floridas.
Y aquí detengo mi transcripción para objetar el hecho de que un ritual tan específico
como el sacrificio humano sea visto, por ojos tan sensibles como los de Fernández
Villegas como una tradición, lo que genera un equívoco en su interpretación. Me atengo
nuevamente al DRAE para traer hasta aquí la primera de las acepciones:
Trasmisión de noticias, composiciones literarias, doctrinas, ritos, costumbres, etc., hecha
de generación en generación.
4
DRAE. adj. Zool. Se dice del mamífero que tiene casco o pezuña.
Cesáreo Sanz Egaña: HISTORIA Y BRAVURA DEL TORO DE LIDIA. Madrid, Espasa-Calpe, S.A., 1953.
207 p. (Colección Austral, 1283)., p. 43-6.
5
9 En efecto, si extraer el corazón al enemigo se pudo convertir en tradición ello no refleja
el significado original que tuvo tal acontecimiento, que además representaba una forma de
demostración del poderío por parte de cualquiera de las culturas prehispánicas que
sometiera a otras en condiciones bélicas que las hubo, y muy cruentas, como es el caso
de las “guerras floridas”.
(…) A lo largo del tiempo, la cultura nos enseña a tener conciencia de las barbaridades
que hacemos. Son muchas las tradiciones que el hombre necesita cambiar. Ninguno de
los argumentos de los taurinos es aceptable. Sólo en algunos países existe la
tauromaquia: España, México, Colombia, Portugal, Francia, Perú, Venezuela, cuatro de
América Latina y tres de Europa.
¿Colombia?
Medellín, Colombia, es de las ciudades más seguras para los animales; incluso los
policías tienen una conciencia animal absoluta; no hay perros en la calle, hubo
reconversión de los antirrábicos que ahora son centros de bienestar animal. Hay estudios
criminológicos que comprueban que el matrato animal genera violencia social.
Precisamente esa cultura de la que habla Edileth Fernández Villegas ha logrado permear
en esa otra aculturación que nos permite entender lo que fuimos, somos y seremos en
término de diversas sociedades que han habitado por ejemplo, este territorio específico
llamado México, el cual, desde los tiempos en que registra la dinámica en el asentamiento
y/o florecimiento de las culturas prehispánicas, así también hemos entendido la forma en
que pretendieron dominar, y conquistar por consecuencia. Lo mismo pasó en el periodo de
la conquista, y durante la etapa colonial, o los siglos en que México ya es visto y
considerado como un estado-nación, y así hasta nuestros días.
En parte tendría razón en decir que “ninguno de los argumentos de los taurinos es
aceptable”. Lamentablemente en estos precisos momentos, salen a flote muchos lugares
comunes y ya vemos, nuestra apuesta debe ir bien sustentada con los argumentos con
que ellos, los contrarios esperarían para convencerlos de que los propios, los que tenemos
los taurinos también tienen valor. Con su afirmación, perdemos. Si ella plantea que es sólo
con cultura, cultura vamos a demostrarles no sólo en término de nuestra actitud
respetuosa y tolerante, sino en tanto fundamentos y razones de peso que permitan el fiel
de la balanza. Pero no sólo eso, sino que represente también una balanza en la que esos
“argumentos” dignifiquen y justifiquen las razones de por qué defendemos la permanencia
de la fiesta de los toros.
Y así es. Hoy día, sólo ocho países siguen detentando en sus costumbres o tradiciones
a la tauromaquia, y esos ocho países precisamente, y sus aficionados estamos haciendo
defensa legítima, y estamos organizándonos y preparando los elementos de defensa para
integrar un expediente, mismo que, en su debido momento será canalizado a la UNESCO,
para solicitarle formalmente analice la petición de nuestra parte, para que la Tauromaquia
sea considerada como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad ya que, cumple con
los ocho requisitos para tal propósito. La UNESCO exige 8 requisitos para declarar una
actividad como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, de los cuales por lo menos uno
tiene que cumplimentar un aspecto cultural.
10 El caso de Colombia lamentablemente tiene que enfrentar en estos momentos
situaciones políticas tirantes y extremas que también han tomado el asunto de los toros
hasta convertirlo en mero botín de intereses, al grado de que la afición prácticamente ha
quedado maniatada y con pocas posibilidades de movilización. Ahora bien, como dice la
fotógrafa, en otro sentido, la presencia de perros en el escenario urbano ya casi
desapareció, y esto se debe a una correcta política de control y saneamiento que permite
percibir las calles desde otra perspectiva. No es el caso para México, donde al parecer
sigue estando fuera de control la presencia de perros. Pero si la autoridad no se empeña
en hacerlo no como campaña sino como sistema y además controlado, sucedería lo
mismo que en Colombia o en cualquier otro país sensible a este tipo de situaciones.
Y si hay estudios criminológicos que comprueban que el maltrato animal genera
violencia social, sería razonable nos explicaran en qué segmento porcentual se encuentra
la fiesta de los toros. El término “criminológico” per se es bastante radical, y etiqueta a
cualquier sujeto, en este caso a una comunidad de aficionados, al hecho de que somos
potencialmente criminales, y de que por el hecho de presenciar un espectáculo como el
taurino se consuma en la generación de violencia social, en donde también nos
convertimos en agentes que capitalizamos esa misma violencia. Aunque la siguiente
declaración todavía es más extrema. Veamos.
En México olvidamos fácilmente a San Francisco, nada de hermano lobo, hermano
cordero…
Un estudio de la FBI demuestra que casi todos los asesinos seriales maltrataron
animales en la infancia. Eso no quiere decir que un niño que maltrata un animal se vuelva
un asesino, pero sí es un punto rojo. En una familia donde hay un animal maltratado,
siempre hay violencia intrafamiliar; la mujer es maltratada por el esposo y el niño acaba
maltratando al perro, se desquita con él. Casi todos los criminales han maltratado
animales.
En casas de ricos, las mascotas suelen tener vida de reyes. Lo demuestran todos los
artículos que se venden en las tiendas de autoservicio.
No siempre, hay niños malcriados en todas partes. El niño malvado con los animales no
le importa ver cómo sufren, se insensibiliza con el tiempo y se convierte en un delincuente,
un criminal en potencia, está comprobado. El dominio sobre el débil siempre ha sido una
fuente de violencia y no intervenir cuando se ve que un animal está sufriendo es una
cobardía.
Si lo anterior está comprobado científicamente, considero que es esta comunidad en la
que participa activamente Fernández Villegas la encargada de diseminar entre la sociedad
las formas de cultura para el trato de animales domésticos. Si la preocupación de su parte
lleva a pensar que se presenta violencia intrafamiliar y no sólo terminan siendo blanco del
atacante la esposa o los hijos, sino también él o los animales que habitan ese espacio,
entonces el aspecto de cultura tendría mucho que ver, precisamente para que la
ignorancia junto a las pasiones desatadas sean un punto a tratar entre los especialistas, y
esa cultura permee entre adultos y luego entre los niños. Primero entre los atacantes, que
de alguna forma entenderán la situación y luego entre los afectados que tendrán que
11 pasar por un proceso de recuperación ante el daño ocasionado. Pero mucho cuidado, el
planteamiento que formuló la fotógrafa sólo está enfocado, por ahora, en animales
domésticos.
IV
Ahora el mundo tiene el gran ejemplo de Cataluña, que ha prohibido las corridas de toros,
pero habría que preguntarse, qué les sucede a todos aquellos que vivían de las corridas,
Elideth.
En cuestiones de economía, la experiencia de Cataluña transformó la Plaza de las
Arenas en un centro comercial que tiene una derrama económica mayor que cuando era
plaza de toros. Evidentemente no es el caso de México, porque no se ha hecho un estudio
económico profundo. Pero el de Cataluña es un ejemplo. Los mismos ganaderos
mexicanos declaran que ya no es negocio criar toros de lidia, que sólo lo hacen por gusto
y por amor a la tauromaquia.
Con las últimas noticias sobre la dinámica laboral en nuestro país, los datos que incluyo
a continuación son patéticos:
En la economía informal, 55% de la población ocupada: UNAM. Estos datos equivalen a
26.4 millones de trabajadores al cierre del año pasado.6 Por tanto, si el “presidente del
empleo” y su principal maquinador (sólo que en sentido contrario) Javier Lozano Alarcón
dispusieron este tipo de escenarios, no están garantizadas las condiciones que establece
Elideth Fernández Villegas
Ahora bien, en cuanto a que ya no es negocio criar toros de lidia, aquí un ejemplo de
que no todos los ganaderos piensan así, a continuación incluyo las apreciaciones de uno
de ellos.
El toro de lidia vive además en total libertad por más de cuatro años con una gran
calidad de vida; más del doble que los novillos de otras razas de carne dedicados a
engorda que mueren a una edad temprana, los cuales son castrados y confinados a
corrales, sin libertad de movimiento, por aproximadamente noventa días, tiempo en que
son cebados y mandados al rastro para ser descabellados y desollados al instante; a esta
misma edad un novillo bravo es llevado del campo a la plaza de tienta de la ganadería
para su examen, en donde se prueba su bravura ante el caballo y su comportamiento en
las “colleras”, que es la forma como entre dos personas a cuerpo limpio, con una rama en
la mano, pueden proceder a retirarlo del caballo sin torearlo; acción que constituye, sin
duda, una tarea difícil para un ganadero de bravo, para apreciar el grado de bravura y
calidad en la embestida del novillo. Las vaquillas son tentadas toreándose, para percibir
las condiciones especiales de su desempeño y de acuerdo a las características que se
hayan detectado, poder decidir su destino final como madres, apareándose con un
determinado semental.
En esta selección previa de novillos y vaquillas de lidia se deben tener en cuenta: la
conformación física, la línea genética (padres, abuelos, etc.) y ciertas condiciones de
comportamiento y proceder que son muy importantes de percibir y registrar en una tienta:
6
La Jornada, D.F., del 19 de abril de 2012, p. 1 y 43.
12 su temperamento, su bravura, su docilidad y su clase, la aptitud para humillar a la hora de
tomar el engaño, que embista con son (o ritmo), que sea emotivo y “transmita”, que no
salga suelto o con tendencia de irse a las tablas, que repita con largo recorrido, estando
fijo en el engaño.
Con base en esta selección previa es que el ganadero de lidia ha logrado a lo largo de
los años una evolución en la embestida del toro: de áspero y brusco a un toro con las
cualidades necesarias para la interpretación del toreo actual, sin perder su bravura y
acometividad.
La evolución de la cría del toro de lidia en México se debe a la selección que se ha
logrado llevar a cabo por varias generaciones de ganaderos que importaron, durante el
siglo pasado, vacas y sementales desde España, que lograron mejorar notablemente la
ganadería brava.
Destaca dentro de estos ganaderos Don Antonio Llaguno González, quien fundó en
1899 con su hermano Don Julián la ganadería de San Mateo, con vacas criollas.
Después de varias corridas que resultaron un fracaso, en el año 1908, con el consejo e
intermediación del matador español Ricardo Torres “Bombita”, adquiere de la ganadería
del Marqués de Saltillo en España, las primeras cinco vacas y dos sementales de lidia,
para posteriormente adquirir en el año de 1911 diez vacas más de la misma procedencia.
Don Antonio ha sido de los primeros en México en sistematizar y practicar las técnicas
genéticas y el registro en libros del ganado bravo a partir de las teorías de las leyes de la
herencia del padre Gregor Mendel, publicadas en 1865, las cuales influyeron en el método
empleado para que a partir de un puñado de dieciséis vacas y dos sementales importados
desde España, se pudieran seleccionar básicamente tres ramas o razas con
características definidas, que han servido para la conformación actual, en los últimos
cincuenta años, de la mayoría de grandes encastes de ganado bravo mexicano. Don
Antonio, en un momento dado, recurrió a la consanguinidad para poder fijar ciertos
caracteres genéticos que le permitieron lograr inmortalizar grandes sementales: “Vidriero”,
“Conejo” y el legendario “Guantero”, que han pasado a la posteridad como especímenes
base de la ganadería mexicana para lograr una gran descendencia que ha permitido
inmortalizar muchas de las grandes faenas de la fiesta en México.
Con la materia prima de calidad del toro mexicano, hacia los años cuarenta del siglo
pasado se inicia la época de oro del toreo en México, en la cual se consolida la fiesta
taurina en nuestro país.
La interpretación a la que se ha llegado en el toreo contemporáneo, no es sólo producto
de la evolución del toro, sino también de la transformación de la práctica depurada de la
lidia moderna, la cual produjo una auténtica revolución en la interpretación del toreo,
inaugurada en España, a principios del siglo XX, por José Gómez Ortega “Joselito”, Juan
Belmonte y Rodolfo Gaona, quienes sentaron las bases para lo que surgiría años después
en nuestro país, cuando se inicia la época de oro del toreo mexicano, consolidando la
forma personal de interpretar el toreo, con diestros que han formado dinastías: los Silveti,
los Armilla, los Garza, los Pérez, los Solórzano, los Rivera, los Arruza y, por supuesto, el
Ranchero Aguilar, Manolo Martínez entre muchos otros, quienes dieron la pelea al mismo
13 nivel que los mejores diestros españoles del momento, y salvo la crisis de las últimas
décadas por la falta de nuevos valores, se empieza a vislumbrar una nueva época de auge
con la reciente aparición de jóvenes valores, en donde las escuelas taurinas han tenido un
papel preponderante para el resurgimiento de la fiesta en México.
La ganadería de toro de lidia representa una actividad muy importante en la
preservación del medio ambiente de cada región donde está ubicada, conservando las
condiciones naturales originales sin cambiar el uso de suelo, protegiendo la vegetación
endémica y preservando la fauna silvestre existente, dándole sustentabilidad permanente
a su vocación natural como agostadero, llevando a cabo prácticas de conservación como
el sistema de rotación de potreros, que hacen más eficientes la producción de pastos,
invirtiendo en obras de infraestructura especiales y necesarias como cercas, abrevaderos
y saladeros (con sal adicionada con minerales) localizados estratégicamente para conducir
al ganado a sitios poco frecuentados.
Para lograr el estricto control genético del hato se debe contar con potreros subdivididos
donde se puedan mantener de 35 a 40 vacas, cuando menos durante la temporada
cuando hay buenos pastos, que es de julio a diciembre, época en que se padrean los
sementales, y así tener la certeza en el registro que se lleva para determinar qué cría es
de determinado semental.
El 85% de las ganaderías de bravo está en terrenos de agostadero ubicados en la zona
semiárida del centro de México, donde una preocupación en el pasado año fue la
escasísima precipitación pluvial que se presentó (de un 5 a un 10% del promedio anual), la
cual nos tiene afrontando una situación de crisis sin precedente a todos los que vivimos
del campo, por lo que se está teniendo que recurrir a la alimentación suplementaria del
ganado, además de la transportación y reparto de agua en pipas a los abrevaderos.
La explotación irracional de los recursos naturales ha llevado a culturas completas a su
desaparición, lo cual nos demuestra que se requiere de una consciencia colectiva que
propicie una explotación racional y equilibrada, implementando un manejo “holístico” de
los agostaderos, en los cuales se establezcan alternativas integrales de explotación
sustentable con un equilibrio entre la flora, la fauna y los recursos minerales, además del
monitoreo constante de los agostaderos. Desgraciadamente, estas condiciones son
difíciles de implementar en los predios de propiedad colectiva del área semidesértica del
altiplano, donde se practica, por lo general, una ganadería extensiva, la cual resulta
perjudicial a largo plazo. Es necesario incrementar las medidas efectivas por parte del
gobierno para su regeneración y reforestación con programas de ajuste, limitando la carga
animal de los potreros.
En la actualidad es normal apreciar en esta zona grandes extensiones, carentes de
cercos e infraestructura ganadera, muchísimas abiertas al cultivo, las cuales están
expuestas a la erosión pluvial y eólica que está provocando que la frontera de la
desertificación vaya ganando terreno, tardando decenas de años en volverse a repoblar de
pastos cuando se regeneran. (Son palabras y experiencias de D. Marco Garfias).
Sin corridas, ¿qué harían los aficionados los domingos?
14 Una sicóloga asegura que después de una corrida de toros el domingo, sube el índice de
criminalidad en la ciudad. Todos estos documentos ya se entregaron a la ALDF.
El dicho de Fernández Villegas me parece en todo caso, hasta insultante. Es decir, que
en cuanto termina un festejo en el Distrito Federal, por ejemplo, lo mejor o más
conveniente es declarar toque de queda porque ¡ya vienen los taurinos! ¡Se va a desatar
una masacre con ellos!
¿Los aficionados a los toros han podido dar su opinión?
Sí, se han considerado las dos partes. Incluso dieron la oportunidad a los taurinos de
presentar sus argumentos y uno es que muchas familias se van a quedar sin trabajo, pero
ya se comprobó que la fiesta se puede reconvertir.
Ojalá nos den la receta de esa reconversión porque los tiempos no pintan nada bien
para nadie. Las fuentes de INEGI son de dudosa confiabilidad y la oferta de nuestros
tiempos en cuanto a que trabajando algunas horas ya es considerado un ingreso sólo que
sin contrato laboral ni protección jurídica, social y hasta de los más elementales servicios
médicos, de los que el estado se sustrae.
¿Y el arte? ¿Picasso y Goya?
¡Cuántos artistas y escritores se han inspirado en la Crucifixión y no por eso piden una
cada fin de semana! El arte es convertir una hoja en blanco en una página de escritura. O
sacar de una piedra una escultura maravillosa. Un animal tan hermoso como el toro
termina siendo una bola de sangre, una masacre es el supuesto arte de la tauromaquia.
Muchos artistas se han nutrido de la belleza, de la luz y del fuego, del abstracto y hasta
de la tragedia para convertir todas esas expresiones en arte. Todos esos elementos,
afortunadamente los posee la tauromaquia y por ello, la producción en ese sentido ha sido
muy abundante.
¿Ser torero es un oficio o una vocación?
Bueno, evidentemente a los toreros les han hecho creer que su arte es maravilloso.
¡Y sí que es maravilloso, único, irrepetible!
El toro de lidia es una raza, no una especie, la van criando justamente para su
conveniencia. De todos los toros de lidia que se crían, sólo de 5 a 7 por ciento van al
ruedo, los demás van al matadero.
Es una práctica, la de las tientas y selección las que determinan, en buena medida esas
decisiones, no las casualidades. Los ganaderos buscan afirmar el encaste y por tanto,
tienen la condición de tomar este tipo de decisiones para lograr el mejor punto de equilibrio
en sus haciendas.
¿No reúnen las características para la corrida?
Va al rastro 95 por ciento. Ahora, ¿qué es una de las cosas que se proponen?
Evidentemente, por la historia de la tauromaquia, se pueden hacer santuarios de toros que
resulten en una derrama de turismo importante. Todos los que trabajan en las corridas
podrían verse beneficiados. Otra cosa importante es el medio ambiente.
La ganadería, en sí misma, ya es un santuario, creo que no necesita ese tipo de
implementos. Además, con respecto al medio ambiente, este junto con el cambio climático
ha provocado cambios no previstos y por tanto, ellos, los ganaderos, están buscando
15 nuevas formas de aplicación derivadas de los estudios más recientes en ingeniería
forestal, agronomía y la veterinaria misma para no afectar el desarrollo de la crianza.
Los ganaderos de toros de lidia dicen que cuidan el medio ambiente con las hectáreas
enormes que dedican a la crianza de toros. Hay estudios que demuestran lo contrario. Una
ganadería contamina más que la industria automotriz; todos esos terrenos enormes
dedicados a los toros de lidia rompen con el ecosistema. Los ganaderos abren campos y
devastan bosques para criarlos y el toro vive maravillosamente bien durante cuatro años,
pero yo digo que lo masacran en 20 minutos.
En respuesta a su afirmación, traigo aquí la voz autorizada de un MVZ.
En México existen 284 explotaciones ganaderas que crían (Bos taurus); Raza de Lidia,
muchas establecidas en el centro y altiplano mexicanos, caracterizadas por su aridez,
escasa precipitación y producción de biomasa. La FAO afirma: “Un 60% de las tierras del
mundo están sometidas al pastoreo directo extensivo, sosteniendo 360 millones de
bovinos y 600 millones de ovejas y cabras”. Eso ha propiciado que nuestros ganaderos de
bravo mexicanos hayan implementaron un manejo holístico de su rancho, consistente en
la toma de decisiones que establecen metas concretas, incluye calidad de vida, favorecen
la rotación de potreros y establecen una visión futura de conservación de la biodiversidad.
Mediante investigaciones realizadas sobre biodiversidad, encontramos una distribución
distinta en porcentajes, tanto vegetales como animales silvestres, al hacer una
comparación de ranchos dedicados a cría de toros bravos vs. ranchos ganaderos
dedicados al ganado domestico. La vegetación mixta (matorral) fue mayor en ranchos de
bravo, cuantificamos una cobertura aérea de (14.2%) contra (6.7%) de ranchos de ganado
para carne. La cobertura basal del pastizal fue mayor para ranchos de bravo (12.9%)
contra (7.7%) de ranchos distintos. Respecto a la fauna silvestre encontrada en ranchos
bravos fue de 42 especies, mientras que para ranchos productores de ganado distinto se
encontraron sólo 29 especies silvestres. Las condiciones de los ranchos bravos han
contribuido a mantener la biodiversidad en equilibrio (homeostasis) del ecosistema, por la
mayor cantidad de biodiversidad encontrada, contra aquellos ranchos distintos. Los
ranchos de bravo garantizan la interacción entre flora y fauna, proporcionando estabilidad
del hábitat de sus especies. Sumémosle que nunca se sobrepasa la carga animal sobre el
terreno; solo se crían los toros que son demandados, lo que a su vez nos garantiza una
conservación del ecosistema, mientras que otros ranchos sufren sobrepastoreo y pérdida
de biodiversidad. (MVZ Pedro Martínez Arteaga).
V
La fiesta brava… Hay quien dice que le dan oportunidad al toro de demostrar su bravura
y le ofrecen una muerte gloriosa.
Una de las recomendaciones que Hizo (Rudolph) Guiliani cuando vino, invitado por
Marcelo Ebrard (sic; fue durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador), es que
México pusiera atención al matrato animal. De ahí nació la Brigada de Protección Animal.
16 ¡Y qué bueno que haya surgido con la visita del mismo Giuliani dicha brigada! ¿Pero fue
necesario hasta ese momento tomar cartas en el asunto y cobrar conciencia sobre ese
aspecto? ¿Por qué no antes? Por tanto, ¿había que tomar como modelo la recomendación
de un norteamericano para que, bajo el principio que tiene ese país, fuese posible en el
nuestro tal iniciativa?
Sobre todo porque no sólo son los toros, también están todo un conjunto de animales
domésticos cuyas vidas corren peligro, en mano de personas que a veces no cobran
conciencia de tener, en su hogar un compañero, un ser animal que terminará adaptándose
a esa forma de vida, que no es la suya, por supuesto, pero que se sujeta a tales principios
o condiciones. Pero son tantos, y tantas las problemáticas que surgen en torno a ese tipo
de razas, pero sobre todo de culturas para su conservación, que no alcanzaría a
entenderse el problema si la gente común y corriente no entiende que contar con un
animal en casa tiene un significado muy especial. Por eso, creo que ese tema en particular
tiene suficientes elementos como para dedicarse a legislar en la materia, misma
legislación con la que ya cuenta la fiesta de los toros, seres animales que en todo
momento, salvo en el que ya se encuentran en el ruedo, son sujetos de esa protección a la
que aducen, como desprotección quienes creen que sucede un atentado al quedar
desprotegidos. Si no hacemos una lectura correcta de estos aspectos legales, el asunto se
polariza. En ese sentido, las declaraciones del Lic. Julio Esponda son más que
determinantes, al explicar –bajo el principio de la legalidad-, cuáles son esos derechos y
deberes a que estamos sujetos nosotros, integrantes de una sociedad para su protección.
Por lo tanto, sugiero a los interesados, a hacer una revisión del contenido del programa
“Toros y Toreros” del lunes 16 de abril pasado,7 en el que, apelando al derecho positivo
mexicano, explicó con toda claridad esos otros significados que muchas veces, taurinos y
no taurinos no entendemos, porque están sustentados a partir del derecho mismo, y no
por la especulación ni tampoco por la mala interpretación que podría caber en términos de
explicar y explicarse los elementos allí contenidos.
María Félix, Dolores del Río, Silvia Pinal, Agustín Lara, Paco Malgesto, Renato Leduc
eran fanáticos de los toros. Cuando entrevisté a Manuel Benítez El Cordobés, hace años,
recuerdo haber visto a muchos niños aficionados.
En algunos países no se acepta que entren niños a los toros. Sólo en México los niños
ven este espectáculo.
Si en otros países han limitado la entrada de los niños a una plaza de toros, esto
significa el corte generacional que puede causar no solo brecha, sino un abismo hasta el
punto en que se distancien y sean ajenos a una cultura que le es propia a la población de
esos países, en cuya constitución histórica, social, religiosa, política o ideológica, por
mencionar los términos de formación y consolidación de un estado en términos de sus
creencias, estas podrían vulnerarse ante lo que casi representa un juicio sumario,
alentando los principios ajenos y no los propios, condenando también a sus integrantes a
7
Disponible abril 21, 2012 en: http://www.youtube.com/watch?v=IKbvvy3P0U&list=PL90EC974F4949E5D4&index=1&feature=plpp_video
17 alejarse del significado espiritual y cultural que ha significado la condición aglutinante de
esas sociedades a lo largo de siglos de existir y convivir entre ese conjunto de
ingredientes intangibles o inmateriales pero que son el conjunto de principios que le dan
esencia a la forma de ser, pues han cargado con todos esos saberes que, indudablemente
deben llegar a todos, incluyendo a los niños. Negarles, de alguna forma un pasado como
forma de vida, es negarles el conocimiento, sin más.
¿En el box no entran niños?
En el box, no sé si entren niños. Hay quien dice que también debería desaparecer el
box, la lucha libre y otros espectáculos de violencia. En el box, dos personas deciden que
quieren golpearse, en el caso del toro, la decisión es de uno contra el animal.
En efecto, yo también desconozco si entran o no niños a una función de box. En cambio,
véase y entiéndase la conmoción que pueden crear las luchas libres entre el sector infantil,
y se entenderá de qué forma, los medios masivos de comunicación han trascendido entre
los niños. Las transmisiones se encuentran en horarios permitidos y si no fuera así, las
restricciones se harían notar de inmediato.
Que en el caso del toro, la decisión es de uno contra el animal, no, en efecto no puede
ser entendido en esos términos, puesto que al intervenir el matador con una espada y
consumar el sacrificio y muerte, este no actúa en términos de cómo piensa Fernández
Villegas o como piensan los contrarios. Esto implica la participación y materialización no
sólo de un aspecto que podría verse aplicado con premeditación, alevosía y ventaja. Allí
culmina la invocación a un estado, el más primitivo, el que demuestra cómo en la caza,
como en los toros, la muerte sigue siendo demostrada como un sacrificio, o sea, como el
vestigio deformado y ritual de un acto religioso ancestral, de un acto primigenio de la era
del nacimiento de los humanos.
¿Cree usted que ver toros o luchas afecte el desarrollo del niño?
El niño se insensibiliza. “Yo desde niño he ido a los toros y no soy violento –suele alegar
el aficionado- el toro sufre 15 minutos porque tiene la piel muy gruesa”. No se da cuenta
de que es insensible.
Creo que Edileth Fernández Villegas tomó, para responder, el tópico o lugar común más
obvio, como para descalificar nuevamente la opinión de los aficionados. Primero, el niño
no es que se insensibilice, puesto que en su aprendizaje va entendiendo los significados
de la vida. Otra cosa es que la parte tutoral de los padres entre en juego influyendo en sus
decisiones, al punto de que se deforma el proceso cognitivo de o en su conciencia,
quedando marcada la aceptación o repugnancia de por vida, lo que con los años va a
definirse claramente hacia qué lado incline su gusto o rechazo; en este caso concreto, por
todos los significados de la tauromaquia.
¿La protección de los animales?
Si rechazamos los espectáculos violentos nos hacemos más sensibles con nosotros
mismos.
Espero que esa respuesta tenga la misma afirmación en cuanto el común denominador
de la vida en estos momentos, es la violencia en general. Hemos llegado a tal grado de
insensibilidad que la muerte ya no nos conmueve. Es terrible decirlo, pero en la forma en
18 que están ocurriendo todos los casos en que la presencia de la muerte es un hecho, viene
provocando un fenómeno de indolencia. En el caso de que la muerte de un toro pueda ser
gloriosa, cumpliéndose así con el principio ritual a que está sujeta por contener ese
ingrediente incómodo, pero inherente y propio desde el pasado mismo, esa misma carga
de glorificación es celebrada en forma conmovedora por el público que presencia en la
plaza tal circunstancia. Que los contrarios tomen como ejemplo –y es que los hay-, en que
los toros son masacrados, no significa que este sea el común denominador de la corrida.
Y si además, han tomado como suya esa misma escena, me parece inoportuna y
tendenciosa la forma de hacer creer a los demás de que eso es el toreo y no otra cosa.
¿Cree usted que vaya a pasar la ley a favor de la abolición de las corridas de toros en la
ciudad de México?
Sí y además sería un parteaguas para proteger a otros animales, como los perros y los
gatos. A veces sufren más los perros en las familias que los que son callejeros. Hace tres
años, 35 mil familias en el D.F. decidieron llevar a su perro de compañía al antirrábico.
Imagínate la formación de niños capaces de desprenderse de un ser vivo después de
tenerlo tres, cuatro, cinco años. a muchos niños les regalan una mascota en Navidad y en
marzo el abandono de cachorros latosos es impresionante. Los sacan a la calle y a las
asociaciones ya no les cabe un animal más. Salvar cualquier animal es simbólico. Si se
prohíben legalmente las corridas de toros va a haber más conciencia.
El trabajo de agrupaciones en donde está integrada Edileth Fernández Villegas es
descomunal. Podrían ser un verdadero referente en divulgar una cultura y una conciencia
que represente el trato correcto de los animales a nivel doméstico. Primero entre los
padres, que no tienen porqué satisfacer un gusto o un capricho, si luego las
consecuencias pueden ser las del abandono. En ello tiene que haber unos significados en
que se crea la responsabilidad, y aplican los derechos y los deberes que las personas
tendrían que tener hacia y por los animales que estarán en casa, como un integrante más
de la familia. Así, se obtendría un beneficio por añadidura: el que los niños ya educados,
convivan correctamente, junto con sus padres, con esos animales y hasta se pueda crear
un ámbito entrañable que signifique, entre otras cosas, el cuidado y la preservación.
Suficiente trabajo tienen en eso. Lo de los toros se convierte en una expresión que va más
allá de nuestras propias realidades. Es una representación cuyo peso específico, a lo largo
de muchos siglos, ha adquirido y consolidado una cultura que, como tal, comparte sus
andanzas, venturas y desventuras al lado de diversas sociedades a las que les queda
claro que es un legado proveniente de otros tiempos y que se sigue integrando a usos y
costumbres que nuestra modernidad y los tiempos que ahora corren, ya no corresponden
porque es muestra de su evolución. Pero en la evolución caben también los principios de
un pasado que cohabita en forma natural, se integra, en otra forma y con otro ritmo al
pulso de estas sociedades que van al paso de lo que esa modernidad avasallante va
dictando, queramos o no, como puede ser el caso de la globalización y todos sus efectos,
por ejemplo.
19 El colombiano Álvaro Múnera, quien fue torero y vive en Medellín, es de los principales
defensores de animales. Por una cornada se quedó paralítico y cuenta cómo vio llorar al
toro cuando él lo toreaba. “Yo ahorita valgo más que cuando era torero”
En los Viveros se juntan jóvenes a torear. Llevan su capote, una carretilla con cuernos y
practican. Supongo que ahora tendrán que torear ardillas.
Un matador de toros es víctima de una cultura machista y de una masculinidad mal
entendida, Elena.
Y hasta aquí las declaraciones de Edileth Fernández Villegas, no sin antes referirme al
hecho de que, en el caso particular de Álvaro Múnera se tomó un referente como de
conversión entre alguien que primero se integró a los toros y que, a causa de un percance
fue víctima directa, negándose ahora a su pasado. Al margen del ejemplo que tiene sus
matices, el hecho es que tomarlo y decir por tanto que el toreo es así, o porque por el
toreo ocurrió algo así, no es suficiente explicación, e incluso me parece vaga y poco obvia,
si no se tienen claras las expresiones de que ese, además de ser un elemento aislado, no
dan suficiente información para entender la dimensión infinitamente mayor que puede
tener, desde diversas aristas, lo que comprendemos como fiesta de toros, como
tauromaquia en la que no necesariamente debe pensarse que entonces surgimos o
dependemos de una cultura “machista” para identificarnos como seres en los que incluso
existe una masculinidad mal entendida.
Y si se ha tratado de explicar (nunca para entrar en polémica o en provocaciones) todo
lo anterior en términos de la cultura, nada mejor que reafirmar ese conocimiento, porque
eso es cultura, se ha hecho haciendo ver a todo el conjunto de modos de vida y
costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico (incluso industrial) en
una época, grupo social, etc. Por lo tanto, esta es nuestra defensa hacia la cultura de los
toros y apelo, como sé que todos los taurinos sabrán hacerlo, al principio elemental de la
tolerancia, virtud de y entre humanos, para hacerles saber a quienes no comparten esta
“cultura” que no alentamos en ningún momento la tortura como se cree desde la otra
postura a la que respeto, pero con la que no comparto sus opiniones. En apego a la
libertad de expresión, las anteriores han sido mis opiniones que nunca partieron de otra
cosa que no fuera apelar a la cultura como el único medio posible para hacerlo.
22 de abril de 2012.
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