Campos de ficha catalográfica
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Campos de ficha catalográfica
NORMAS CATALOGRÁFICAS SISTEMA NACIONAL DE FOTOTECAS Ficha Catalográfica (Anexo 1) Sección Técnica Esta sección se conforma de dos partes y suponen el conocimiento de las técnicas fotográficas que pueden encontrarse en un acervo. La primera se determina con base en los campos que contempla la ficha técnica empleada por el Departamento de Conservación de la Fototeca Nacional y en ella se consigna un levantamiento puntual del estado físico de cada pieza (Anexo 2). La segunda parte está integrada por datos complementarios identificados por el catalogador, sobre la técnica, que son de utilidad para los usuarios. Número de inventario. Es la asignación por imagen (negativa, positiva y digital) de un número arábigo único y progresivo a partir del 1. Conviene tener una idea aproximada del acervo y de su posible crecimiento para prever el número de dígitos que se necesitarán en el momento en que se automatice el sistema. En la Fototeca Nacional, por ejemplo, se consideran siete dígitos. Clave técnica. Esta asignación está integrada por tres componentes que permiten definir el proceso fotográfico de la pieza, el fondo o la colección a la que pertenece y el formato en que está realizada: Proceso fotográfico. Es una clave numérica de dos dígitos tomada del sistema clasificatorio del International Museum of Photography and Film de Rochester, Nueva York, pionero en el campo y que dicta la norma por la cual se clasifican los diversos tipos de materiales o procesos utilizados en las fotografías. Dado el gran avance y penetración de la imagen digital, la cual cuenta ya con un espacio indudable en los acervos, la Fototeca Nacional ha agregado otras claves a la lista. En el Anexo 3 se muestra la lista de los procesos y el número que les fue asignado. Fondo o colección. Son conjuntos de piezas fotográficas que denotan su proveniencia y que fueron producidas, recopiladas o agrupadas con un propósito especifico, ya sea de investigación, registro o pasatiempo; se identifican por medio de las letras del abecedario, en mayúsculas, colocadas junto a los dígitos antes mencionados. En este sentido, cada institución debe asignar claves a cada uno de ellos y contemplar al menos dos espacios para su designación; estos elementos permiten su rápida identificación, a la vez que facilitan su captura en la base de datos. En el caso de la Fototeca Nacional se cuenta hasta el momento con 46 fondos. (Anexo 4) 1 Formato. Basada también en el sistema del International Museum of Photography and Film, ésta es una clave numérica de dos dígitos que identifica el tamaño de cada pieza fotográfica (Anexo 5). Número de Negativo copia. Número consecutivo y de control interno que se le asigna al negativo fotográfico –copia- hecho en Fototeca Nacional, como respaldo análogo de la pieza original. Datos complementarios Original. Se refiere a la pieza producida por el fotógrafo, ya sea negativa o positiva. Interpositivo. Es la transparencia o diapositiva realizada a partir del negativo original. El hecho de que una pieza sea copia de otra se vuelve significativo a la hora de la reproducción, ya que la calidad no es la misma que la de un original. De ahí la importancia de que el catalogador identifique y marque el círculo correspondiente. Negativo copia. Negativo hecho a partir del interpositivo. Copia de positivo. Negativo hecho a partir de una impresión original o vintage.1 Facsimilar. Copia de un proceso original. Aquí se considera el trabajo de los autores que usan técnicas antiguas con fines creativos. Cuando se trata de un proyecto de investigación vinculado con la conservación, las piezas no se contabilizan en el inventario, sino que corresponden al ámbito de exposiciones, materiales de trabajo, investigación, etc. En caso de que por algún motivo pasaran a formar parte del acervo, se debe aclarar su procedencia. Reprografía. Reproducción fotográfica de una obra artística, creativa o histórica como litografías, grabados, pinturas, dibujos, códices, fotografías u otro documento cualquiera que sea su soporte. Para su divulgación o con fines documentales y de registro. Sección Cultural En esta sección se anota toda la información que los catalogadores pueden recuperar a partir del análisis de las piezas fotográficas, facilitando al usuario el 1 Impresión fotográfica de época elaborada a partir del negativo original. Se refiere a la que hizo el fotógrafo o la que se realizó bajo su supervisión en un tiempo más o menos contemporáneo a la producción del negativo original. Se han convertido en piezas apreciadas por los coleccionistas, los museos y las galerías. En Gilles Mora, Photo Speak, Nueva York – Londres - París, Abbeville Press, 1998, p. 166. 2 acercamiento a las imágenes a través de los datos de uso común: tema, lugar, fecha y personajes. La labor de los catalogadores que trabajan con archivos fotográficos debe tomar en cuenta múltiples variables que se entrelazan para poder obtener piezas fotográficas bien descritas y sobre todo ubicadas de manera más certera en la época de su realización. Antes de llevar a cabo cualquier acción catalográfica se debe realizar un acopio de información que proporcione un contexto para el conjunto de piezas que se van a procesar. Esto se logra investigando sobre el origen de las colecciones, los contratos de adquisición o los convenios de donación con sus respectivas listas de obra, las notas periodísticas, así como la documentación de exposiciones y publicaciones. En todo caso, resulta fundamental conocer todos los datos posibles acerca del autor, el periodo en que trabajó, los lugares donde se estableció, si tenía organizado su archivo a modo de una catalogación primaria, si hubo un único dueño de la colección o quiénes otros la poseyeron, etc. La información que se puede obtener en este primer acercamiento a los materiales fotográficos puede resultar una fuente indispensable para comprender el origen, la estructura y el contenido de los acervos.2 Por otra parte, el catalogador debe actualizar permanentemente su cultura general y visual para mejorar su trabajo, lo cual se obtiene mediante la lectura de investigaciones y textos sobre fotografía, historia, etnografía, archivística, entre otras áreas del conocimiento.3 Son útiles también los testimonios orales, ya sea en forma de entrevistas directas, de grabaciones o de transcripciones. De igual manera, es de suma importancia acercarse a los medios audiovisuales como la producción cinematográfica mexicana, especialmente de la llamada “Época de oro”, la cual tiene la virtud de reflejar la cotidianeidad que aunque maquillada, es un referente para conocer las costumbres, personajes, eventos, modas, automóviles fundamentales para situar los materiales fotográficos. Datación Es común que los acervos fotográficos carezcan de información para ubicar las imágenes en un espacio temporal exacto, por lo que es necesario apoyarse en los elementos culturales observables, tales como los personajes, la moda, los automóviles, la arquitectura, la decoración interior y exterior de los inmuebles, la publicidad, etc. Ante la inquietud que planteaba el llamado error del milenio o Y2K, según el cual al cambiar el siglo la información se podía alterar e incluso perder, en el Sistema Automatizado de Consulta de la Fototeca Nacional se decidió eliminar el primer dígito de las fechas que indica los miles por lo que sólo se anotan los tres últimos dígitos.4 Si bien la datación de imágenes fotográficas involucra particularidades 2 Michael J. Fox y Peter L. Wilkerson, Introduction to Archival Organization and Description, Estados Unidos de Norteamérica, Getty Information Institute, 1998. 3 La Internet se ha convertido en una rica fuente de información que no se debe desdeñar; de hecho, en la actualidad, los trabajos académicos la citan. 4 Hoy sabemos que no existe tal peligro por lo que se recomienda asentar la fecha completa. 3 diversas, éstas finalmente se plasman en dos rubros diferentes, fecha de asunto y fecha de toma. Entre las variables se encuentran: Una datación precisa es cuando se conoce la fecha exacta de lo fotografiado, la cual se presenta por dígitos separados con guiones siguiendo la pauta de día, mes y año, por ejemplo, 18-12-1969 para el 18 de diciembre de 1969. Si sólo se conocen el mes y el año, se escribirá 12-1969. Y cuando únicamente se cuenta con el año preciso, se asienta éste. La datación de un suceso o proceso que abarca un espacio temporal del que se conoce el inicio y la conclusión; por ejemplo, el Congreso Constituyente inició sesiones el 2 de diciembre de 1916 y concluyó el 31 de enero de 1917, se asienta: 02.12.1916 - 31.01.1917.5 Algo semejante ocurre cuando en una fotografía no se puede identificar una fecha, pero se tiene el dato de que pertenece a periodos de gestiones públicas, institucionales, etcétera, como sería el caso, por ejemplo, del Gobierno de Francisco I. Madero, 1911-1913; de Jesús González Gallo como gobernador de Jalisco, 1947-1952, o bien de Alfonso Caso como Director General del INAH, 1939-1947. Si las dataciones son aproximadas se antepone la abreviatura ca., que corresponde a la palabra latina circa que significa “alrededor de”, “aproximadamente” Para usar esta nomenclatura hay que basarse en los elementos culturales observables en las fotografías porque permiten deducir en forma aproximada la época en que se tomaron. La datación en períodos de cinco o diez años se asignará cuando los elementos culturales observables se puedan ubicar en uno de esos lapsos. Para hacer el asentamiento catalográfico se separan los años con un guión, por ejemplo, 18951900, 1963-1968, 1970-1980. Se recomienda no hacer fechamientos en espacios temporales mayores a los señalados, ya que parte fundamental del trabajo de catalogación radica en hacer el máximo esfuerzo para ser preciso. Si resulta imposible determinar una fecha, se anota: no id., que corresponde a no identificado. Fecha de asunto. Es la fecha que hace referencia directa a lo fotografiado, sea un individuo o un grupo, un monumento, un paisaje o un suceso. Fecha de toma. Se refiere a la fecha en que fue tomada la imagen por el fotógrafo. En este caso es importante destacar que no necesariamente la Fecha de asunto y la de toma coinciden, sobre todo en el caso de imágenes que registran edificios de otras épocas, documentos, obras de arte e incluso fotografías antiguas reproducidas con posterioridad. 5 Norma Internacional General de Descripción Archivística ISAD (G), México, Archivo General de la Nación, 1997, p. 26 (Cuadernos del Archivista, 3). 4 Ubicación geográfica Cuando se catalogan piezas fotográficas es necesario asignar a cada una de ellas un espacio geográfico, al que llamamos “lugar” que se refiere al sitio donde se ubica la imagen. Tiene dos acepciones: Lugar de asunto. Se refiere al sitio geográfico donde se encuentra lo fotografiado. La forma de asentarlo depende de la información disponible y se consigna de la manera siguiente: ciudad o pueblo, municipio, estado o región y país. Hay que asentar sólo lo que se conoce (el nombre del pueblo, por ejemplo) y en futuras investigaciones es posible que se pueda completar. Dada la importancia que tiene el registro de las zonas arqueológicas que no necesariamente corresponden a un municipio, se anota, por ejemplo, Cacaxtla, Tlaxcala, México; Monte Albán, Oaxaca, México; El Tajín, Veracruz, México. Otro aspecto importante a considerar es el de respetar la nomenclatura original de los lugares. Esto quiere decir que se debe hacer un esfuerzo para que exista relación entre el nombre del lugar y la fecha en que se sitúa lo fotografiado. En este sentido, en épocas recientes se han añadido los apellidos de hombres ilustres a ciertos municipios del país, lo cual es posible que no corresponda a la época histórica en que se realizó la toma fotográfica; lo mismo sucede con las calles y avenidas a las cuales se les cambia el nombre por diferentes motivos. Por ejemplo, desde el 23 de diciembre de 1978 se sustituyó Tlalnepantla, Estado de México, por Tlalnepantla de Baz, Estado de México. Desde que Francisco Villa la rebautizó el 8 de diciembre de 1914, la calle de Plateros se conoce como Avenida Francisco I. Madero. Estos datos indican la época y por lo tanto proporcionan información adicional al usuario. Suelen aparecer imágenes de haciendas, fábricas o comercios sobre los cuales se desconoce la ubicación exacta, pero se sabe el nombre. En este caso el catalogador rescatará el nombre en el campo correspondiente al Título y en Lugar de asunto quedará asentado el estado, o al menos el país al que pertenece. Lugar de toma. Se refiere al lugar donde el fotógrafo elaboró la imagen y el asentamiento se hace del mismo modo que en el caso anterior. Al igual que con la fecha de toma, no necesariamente el sitio físico de la toma de una fotografía es el mismo del asunto, sobre todo cuando se trata de reproducciones de documentos, obras de arte, fotografías antiguas, etc. Epocario Es importante ubicar cada pieza fotográfica en un contexto más amplio al que proporciona la Fecha de asunto; para esto se ha implementado una tabla de épocas históricas que comprende desde el período prehispánico hasta el presente. 5 Época. El asentamiento se hace por medio de claves preestablecidas en el epocario, donde se conjuntan horizontes culturales y contenidos históricopolíticos. El origen de esta herramienta es la organización que hizo la familia Casasola de su acervo y en esta edición se simplificó para facilitar su uso. (Anexo 7). Cuando se trate de referencias a la época prehispánica se utilizarán los períodos culturales señalados por la historiografía; para la época virreinal o pirmera mitad del siglo XIX, que tampoco corresponden a la fotografía sino a lo fotografiado, se usará el fechamiento por siglos. En el caso en que la imagen fotográfica presente información visual que permita inferir su fecha precisa, se considerará ésta. Es pertinente señalar que la época está determinada por la Fecha de asunto. Cuando una imagen se sitúe en más de una época, tal como sucede en la etapa revolucionaria o en los años que se realiza un cambio de gobierno, se asentarán separadas por un guión, por ejemplo A23-24. Tal es el caso del gobierno Convencionista, de los gobiernos interinos o de los diversos levantamientos a lo largo del territorio nacional. En el caso en que la pieza fotográfica no se haya realizado en México, y que además no se perciba en ella ningún vínculo con el país, se asignará la clave B. Autoría Toda pieza fotográfica tiene un autor ya sea conocido o uno más de la interminable lista de anónimos. Desde la perspectiva de una fototeca es importante reconocer el trabajo de los fotógrafos porque proporciona datos complementarios a la imagen. La asignación autoral se debe enriquecer con los datos que proporcionan las investigaciones en la historia de la fotografía. Autor. Es quien produce la imagen fotográfica. En la Fototeca Nacional se elaboró un lista de autores de los cuales se encuientra obra y que consigna la mayor cantidad de datos, como nombre y apellido, dirección del estudio, incluyendo estado y país, teléfono, sellos, datos biográficos, etc. (Anexo 8). Pensando en la simplificación del trabajo y para evitar errores ortográficos y de captura, a cada autor se le asignó un número consecutivo a partir del 0. Se recomienda seguir este sistema en cada uno de los acervos porque así se enriquece la información de los materiales resguardados y se facilita el manejo de las colecciones. Autor primigenio. Es el autor original o primero, que produce una imagen, a la cual le imprime su individual forma de trabajo, mostrando características técnicas y de expresión únicas. Su asignación puede ser dada por él mismo en su firma o por datos proporcionados en investigaciones sobre historia de la fotografía. Agencia o estudio. Es la empresa responsable de producir fotografías bajo un sello; reúne el trabajo de varios autores, ya sea por contratación o a 6 través de la adquisición de imágenes. Aquí se encuentra la producción de fotoperiodistas y documentalistas a quienes las publicaciones periódicas no siempre dan el crédito. Las agencias y estudios están incluidos en el listado de la Fototeca Nacional codificados del mismo modo que los autores. Por ejemplo, el número 420 corresponde a la CIF o Compañía Industrial Fotográfica, especializada en vistas de la Ciudad de México y sus alrededores durante los años veinte y treinta. Editor o coleccionista. Se refiere a individuos o compañías que reunieron fotografías para uso propio o para la reproducción comercial y que hoy forman parte de diversos acervos en archivos públicos y privados. Por ejemplo, en la Fototeca Nacional, el número 102 corresponde al editor Julio Michaud, especializado en vistas del país entre fines de 1850 y 1870, y el 514 al historiador Manuel Toussaint quien coleccionaba imágenes de las construcciones consideradas como monumentos históricos y que le servían para ilustrar sus investigaciones. Lema. Se trata de la frase o palabra que sirve como identificación de un autor o estudio fotográfico. Indicativo: Es un signo o símbolo que expresa la identidad de un autor, dentro de éste apartado se incluye: Sello. Forma en que el autor estampa su identificación a través de figuras, emblemas, palabras y signos. Suele ser en tinta. Cuño. Marca en relieve que estampa el autor en el soporte secundario o de la fotografía. Hecho con una pieza metálica grabada en hueco, y que lleva el lema e identidad del autor. Firma. Es la rúbrica con el nombre del autor inscrita en el soporte del material fotográfico, que afirma la originalidad de la pieza. Etiqueta. Se trata de un fragmento de papel adherido generalmente al soporte secundario o a la imagen que expresa información del autor. Imprenta. Es toda impresión gráfica que el autor asigna a su obra, conteniendo datos precisos de su trabajo y de su identidad. Otro: Cualquier presencia física o inscrita que pueda dar informes del trabajo del autor y su trabajo fotográfico. Dirección. Son los datos de identificación del domicilio o ubicación legal donde se encuentra establecido el estudio del autor. En éste rubro se incluye la entidad federativa y el país. 7 Denominación Para describir lo que se observa en una imagen fotográfica el catalogador debe ser capaz de sintetizar lo visual y convertirlo en texto, de modo que al leerlo, y sin ver la imagen, el usuario pueda imaginar algo similar a lo fotografiado. Es ahí donde la creatividad y los conocimientos del experto se vuelven decisivos, ya que un buen título facilitará el trabajo de todas las personas que en el futuro quieran acceder a esa imagen. Se consideran dos niveles distintos según los datos con los que se cuenta: Título de origen. Se trascriben exactamente los datos de origen, adicionándole comillas. Si fuera necesario agregarle algo para dar coherencia a la frase, se hará entre corchetes para indicar que se trata de una adición del catalogador. Se consideran títulos originales aquellos que el autor escribió en el positivo o negativo, como es el caso de muchas fotografías del siglo XIX o las postales que comenzaron a circular en la primera década del siglo XX. Por lo general tienen un claro fin de identificación. Existen títulos de carácter artístico que con frecuencia se encuentran asentados en la marialuisa o passe-partout del positivo original, en la cédula, en la guarda o en el álbum. Otros títulos corresponden a la manera en que aparecieron en exposiciones y se han preservado en publicaciones de diversa índole (folletos, catálogos, libros). En la fotografía documental y el fotoperiodismo sucede que, en ocasiones, los títulos originales no proporcionan información suficiente. Si este fuera el caso, se agregarán fuera de las comillas los elementos complementarios siempre y cuando no se modifique el sentido original proporcionado por el autor. En ocasiones el título original resulta incomprensible o contiene errores; en estos casos se anotará fuera del entrecomillado la partícula “sic” entre corchetes [sic]. Posteriormente se debe asentar la aclaración en el campo de Anotaciones. Algunas piezas fotográficas contienen textos del autor, de las personas o de las instituciones que las custodiaron. Esto no se anota en el título porque se trata de información adicional como fechas, personajes, lugares, datos que incluso pueden no tener nada que ver con la pieza en cuestión. Éstos se consignan en el campo correspondiente o directamente en Anotaciones y se señalará dónde aparece esa información. Título catalográfico. La mayor parte de las imágenes de los acervos fotográficos no tienen título, por lo que es necesario que el catalogador designe uno que se ciña a los siguientes parámetros: ser sintético, descriptivo, libre de adjetivaciones, adverbios y apreciaciones subjetivas del catalogador. 8 Si el caso lo permite, el título catalográfico debe incluir el nombre propio de los elementos observables en la imagen, como edificios, calles, monumentos, puentes, fiestas populares, personajes principales (al menos de dos, cuando se trata de un retrato de grupo). Título de serie. Se refiere a la agrupación de imágenes que guardan una relación entre sí; se anota por medio de una frase o palabra y tiene por objeto crear un índice que permita vincular las imágenes. En este campo se considerarán los nombres de reportajes, expediciones, portafolios, eventos, exposiciones, libros, etc. Resulta útil llevar un registro de los Títulos de serie asignados para poder acceder a ellos cuando aparezca una fotografía que parece pertenecer a una serie ya catalogada (Anexo 9). Descriptores Es una de las herramientas más útiles para los usuarios ya que es el punto de partida para ubicar la información cultural contenida en la imagen. Los catalogadores deben tener un amplio conocimiento de ellos para intuir los diversos usos posibles de las imágenes y de esta manera ampliar el universo de consulta. Estos conceptos se encuentran en una lista ordenada alfabéticamente que se llama Tesauro. El Tesauro que se utiliza en la Fototeca Nacional se basa en la Lista de encabezamientos de materia, elaborada en el Departamento de Catalogación de la Biblioteca Nacional de México por la Maestra Gloria Escamilla González.6 Ha sido modificada y enriquecida para atender la especificidad de la fotografía, así como las particularidades de los acervos resguardados en la Fototeca Nacional. Es recomendable que cada archivo determine en primera instancia cuáles serán los descriptores que le son necesarios, ya que cada colección es distinta. Tema principal. Para localizar de manera rápida y eficiente el asunto de las imágenes, se separa del conjunto de descriptores, permitiendo su localización inmediata y facilitando las búsquedas en los sistemas automatizados. Descriptores. Esta asignación se establece con letras mayúsculas, separados con una diagonal, consignándose de la siguiente manera: en primer lugar los elementos temáticos de carácter general que definen el contexto de la imagen, ya sean complementarios o periféricos. El último descriptor que se asienta a modo de cerrojo catalográfico se refiere al género fotográfico al que corresponde la pieza en cuestión: Fotografía científica Fotografía criminal Fotografía de desnudo Fotografía de expresión personal (o de autor) 6 Escamilla González, Gloria, Lista de encabezamientos de materia, México, UNAM, 1978. 9 Fotografía de filiación Fotografía de paisaje Fotografía de registro Fotografía de retrato Fotografía documental Fotografía antropológica y etnográfica Fotografía industrial Fotografía médica Fotografía publicitaria Fotoperiodismo Protagonistas Identificar los personajes que aparecen en las piezas fotográficas puede ser un asunto complejo porque es difícil que el catalogador reconozca personalidades de ámbitos tan diversos como la política, el deporte, las artes plásticas y la ciencia, por nombrar algunos. El trabajo cotidiano con el material de una época o tema va familiarizando al catalogador con los sujetos representados; de gran ayuda resulta contar con una biblioteca de referencia básica. Sin embargo, hay que aclarar que a veces no es posible identificar todas las personas que aparecen en una fotografía. Personajes. En este campo se asientan los nombres como se indica a continuación: Comenzando por el personaje más importante, se sigue con los otros de izquierda a derecha. Si los personajes están acomodados en más de un plano, se empieza de abajo hacia arriba conservando el orden señalado en el caso anterior. En la medida de lo posible, se buscará asentar los dos apellidos de los personajes, los cuales se escriben con mayúsculas, seguidos de una coma y del nombre, asentando la primera letra de éste con mayúscula y las demás en minúsculas. En ocasiones sólo es posible tener la identificación por nombre y un sólo apellido. Los nombres de los personajes se separan entre sí por punto y coma; signo que se anotará también al final, cuando no sea posible reconocer a todos los personajes. Cuando se identifican todos los personajes se colocará un punto al final para indicar su identificación plena. Es fundamental para la localización de un personaje anotar el nombre más usual de la persona. Uno de los casos más conocidos es el de Francisco Villa que, a pesar de llamarse Doroteo Arango, se debe asentar por su seudónimo. También se pueden presentar los siguientes casos: La identificación por el apodo, el cual se entrecomillará, por ejemplo “El tigre”. Cuando se conoce el nombre, el apellido o los apellidos y el apodo, éste se pone entre comillas y se anota de la siguiente manera: MORENO, Mario, “Cantinflas”. 10 La identificación del personaje sólo por apellido; por ejemplo, el “Sr. González”, se anota como: GONZÁLEZ, (Señor). Puede ocurrir que la persona se identifique por su parentesco con un personaje destacado, se anotará el vínculo entre paréntesis; como por ejemplo, la esposa de Joaquín Pardavé, se anotará del modo siguiente: PARDAVÉ, Joaquín (esposa de). Observaciones En el último campo de la ficha catalográfica se anota información complementaria de la imagen y que no tiene cabida en otros apartados, teniendo cuidado de no repetir datos. Inscripción original. En primera instancia se transcribe cualquier anotación o marca escrita sobre las piezas fotográficas a la que se le anteponen las iniciales mayúsculas I.O. y también se aplica la norma del entrecomillado. Conjunto. En éste rubro se asienta el nombre o número del grupo o conjunto en la que está incluido de modo físico el material fotográfico, ya sea un álbum o compilación, encuadernado o de hojas sueltas. En el caso de fotografías de documentos, se debe procurar trascribirlo o hacer un resumen si es demasiado extenso; cosa que también se puede hacer en el caso de inscripciones en otros idiomas. Anotaciones. Son las notas resultado de las pesquisas del catalogador tales como la transcripción de la biografía del personaje o del suceso fotografiado. También se consigna la información bibliográfica referente a la imagen. De igual manera, se puede incluir información referente a la colección o la proveniencia. Números de intersección. Es el registro que se realiza de los números de inventario que tienen relación entre sí para vincularlos. Ello obedece a que, por diversas razones, existen imágenes que no necesariamente se engloban en el mismo Título de serie. Anteriormente se usó las siglas V.F. (Véase ficha) en el campo Anotaciones, seguidas por las referencias a los números de inventario correspondientes. Documentación asociada. En éste apartado se hace referencia de todo aquel material que tenga relación con la pieza fotográfica. Se incluirá también la información que deje ver el uso de la pieza fotográfica, tal como publicación o exhibición temporal. Anexos Anexo 1 Ficha catalográfica Anexo 2 Ficha técnica Anexo 3 Lista de Procesos fotográficos 11 Anexo 4 Fondos de la Fototeca Nacional Anexo 5 Codificación de piezas fotográficas Anexo 6 Codificación de deterioros e intervenciones en las piezas fotográficas Anexo 7 Epocario Anexo 8 Ficha de registro de fotógrafos de la Fototeca Nacional Anexo 9 Registro de Títulos de serie Bibliografía Barra Moulain, Paula e Ignacio Gutiérrez Ruvalcaba, Normas catalográficas del Sistema Nacional de Fototecas del INAH, Manual técnico del SINAFO, México, INAH, 2000. Boadas, Joan, Lluís-Esteve Casellas y M. Àngels Suquet, Manual para la gestión de fondos y colecciones fotográficas, Girona, Biblioteca de la Imagen, 2001. Escamilla González, Gloria, Lista de encabezamientos de materia, México, UNAM, 1978. Fox, Michael J. & Peter L. Wilkerson, Introduction to Archival Organization and Description, Estados Unidos de Norteamérica, Getty Information Institute, 1998. Lusini, Sauro (ed), Fototeche e archivi fotografici, Prato, Regione Toscana – Comune di Prato – Archivio Fotografico Toscano, 1996. Norma internacional general de descripción archivística ISAD (G), México, Archivo General de la Nación, 1997, p. 26 (Cuadernos del Archivista 3). Polichetti, Maria Luisa et al, Strutturazione dei dati delle schede di catalogo Beni artistici e storici, Scheda F, primera parte, Roma, Istituto Centrale per il Catalogo e la Documentazione, 1999. Sacconi, Achille (ed), Beni architettonici e ambientali: l’immagine fotografica, Milán, Edizioni Unicopli, 1991. 12