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Transcripción

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PLD
Space
Visitamos una pequeña empresa pionera
en el diseño y construcción del primer
cohete de combustible líquido de España.
manuel rodríguez de viguri
N
Impresión artística del cohete
Arion-1. (Excepto donde se
indique, todas las imágenes son
cortesía PLD Space)
40 | nº183 | septiembre 2014 |
os encontramos en
la ciudad de Alicante en una tarde del
mes de julio de 2014,
en pleno verano, sufriendo los rigores
del calor. Nada más que «caen»
unos 31 grados centígrados a la
sombra en una seca y soporífera tarde en la que, para variar, no cabe ni
un alma en playas como las de San
Juan o los Arenales del Sol. Pero
hoy no toca pisar la arena de la playa aunque el cuerpo lo pida. Hoy
nos desplazamos hasta la cuna del
calzado en nuestro país, la ciudad
de las Palmeras por excelencia, Elche, donde vamos a visitar a los ingenieros de la compañía aeroespacial PLD Space (www.pldspace.com);
una aventura pionera en nuestro
país liderada por un equipo de jóvenes soñadores que, desde 2011,
nos ilusionan con una voluntad decidida por diseñar y construir desde
Elche y para España, el primer cohete de combustible líquido.
Mucho antes, como es natural,
los ingenieros de PLD Space tienen
por delante un duro y largo camino
de pruebas que desde la revista AstronomíA queremos recorrer juntos.
La sede de PLd sPace
Así pues tomamos la Autovía del
Levante y en pocos minutos nos
encontramos frente al edificio
«Quórum IV» del campus de la Universidad Miguel Hernández (UMH)
en Elche. Este edificio acoge, como
a PLD Space, a muchas otras empresas que apuestan por la tecnología
made in Spain; algunas incluso ya son
colaboradoras de PLD Space. El edificio toma el nombre de la Fundación Quórum, entidad gestora del
Parque Científico y Empresarial de
la UMH, un ente privado que tiene
como misión «el impulso y la coordinación de las actuaciones de la
empresa y la universidad en materia
de ciencia, desarrollo tecnológico e
innovación, así como la realización
y gestión de todas aquellas actividades que contribuyan a la promoción
y mejora de la competitividad de las
empresas por la vía de la transferencia tecnológica de la investigación
universitaria», tal y como reza en
su carta de presentación. Y lo comprobamos.
El acceso al edificio es restringido,
como es lógico. Pero en pocos minutos nos recibe Raúl Torres, ingeniero de propulsión y diseñador jefe
La que ellos llaman «la cueva» es el
lugar desde el que los ingenieros de
PLD Space diseñan y proyectan su
primer cohete.
del vehículo de lanzamiento. Dentro del edificio, tras cruzar la puerta, nos encontramos con un póster
bien grande de un «señor cohete»
de la Agencia Espacial Europea, en
pleno despegue, un Ariane. Espectacular. Otras impresiones similares
nos hacen percibir que nos encontramos ante un lugar especial, fuera de lo habitual. Los despachos del
edificio no son muy grandes, pero
lo suficientes para, como es el caso,
permitir «arrancar» proyectos empresariales que buscan dar un servicio novedoso a la sociedad. En el caso de PLD Space este espacio ya se
quedó pequeño y enseguida comprenderán la causa.
«La cueva»
Así es como llaman al lugar actual
donde más horas pasan al cabo de
la semana los ingenieros de PLD
Space en Elche. El nombre hace similitud con «the trench» o la trinchera, que «era la primera fila de la
sala de Control de Misión durante el
programa Apollo norteamericano. En
la trinchera es donde se tomaban las
decisiones orbitales que llevarían al
hombre a la Luna», nos explica Raúl
Torres, este joven ilicitano licenciado en Ciencias Biológicas e Ingeniero Aeroespacial que, desde pequeñito se ha ido aproximando poco a
poco al techo de nuestro globo, primero con modestos pero resolutivos
cohetes de agua y, hoy en día, como
ingeniero y empresario forjado tras
su paso por las universidades de Alicante y Valencia y el «mundo» que
da que te cierren muchas puertas
y se abran otras, las menos pero las
mejores. «Éramos un grupo de amigos que desde adolescentes nos hemos sentido con la necesidad de hacer volar cosas. Nos conocimos en la
universidad y un día nos decidimos
a ponernos manos a la obra.» Allá
por 2010 en la biblioteca de la Universidad se conocieron Raúl Torres
y Raúl Verdú y empezaron a trabajar
juntos con el fin de desarrollar un
Arion-1 será su primer lanzador, ideado
para vuelos suborbitales, económico
y que abre la puerta a pequeñas y
medianas empresas de este sector a
las condiciones de micro gravedad
que ofrecen este tipo de vuelos
pequeño satélite (CanSat) para familiarizarse con esta ingeniería y, de
paso, participar en el galardón que
la Agencia Espacial Europea otorga a este tipo de proyectos. Empezaron a entenderse con el diseño de la
aviónica y pronto centraron su interés sobre los lanzadores. Así que por
un momento se cuestionaron si serían capaces de desarrollar su propio vehículo lanzador. Construyeron
el pequeño Raptor-1 que consideran
hoy como amateur pero que les valió
para ganar el premio «49K» en junio
de 2011. Y, ya en septiembre de ese
año, nace PLD Space.
Se ponen manos a la obra para la
puesta en marcha de un proyecto aeroespacial pero con un claro objetivo comercial y piensan en el Arion-1
como su primer lanzador. Un cohete
ideado para vuelos suborbitales, económico y que abre la puerta a pequeñas y medianas empresas de este sector a las condiciones de micro
gravedad que ofrecen este tipo de
vuelos. «Llegamos a adquirir en poco tiempo muchos conocimientos
sobre economía, marketing, recursos humanos, derecho y sobre la em-
presa en general, entre otras muchas
cosas. Sabíamos que aquí existe un
nicho importante de mercado y vamos a por ello», nos explican.
En «la cueva», la gente de PLD
Space toma constantemente decisiones técnicas y económicas importantes, muchas de ellas críticas, que si
todo va bien harán que esta compañía española pueda llegar al espacio
«dentro de algo más de tres años»,
tal y como nos asegura Raúl Torres,
el también gerente (CEO) y cofundador de PLD Space.
Primera Parada, arion-1
En este lugar, en «nuestra» trinchera, son en total cinco ingenieros los
que trabajan duro para poder desarrollar el primer motor de combustible líquido de España. Ellos están en
esa primera línea de la sala de Control de Misión que va tomando forma. En el equipo Raúl Torres es uno
más de ellos. Como ingeniero responsable tanto del cohete como de
la propulsión, nos explica que el primer artefacto tendrá unas 2,5 toneladas de empuje en el despegue,
pero lo más importante es que «se| septiembre 2014 | nº183 | 41
reportaje | PLD space
El sistema de ignición del motor cohete, en desarrollo.
guirá funcionando en el vacío a más
de 100 kilómetros de altura», añade Torres. El cohete Arion-1 tendrá
unos 12 metros de longitud por 64
centímetros de diámetro.
En este desarrollo y construcción
será clave el sistema de recuperación
del cohete, ya que su recuperación,
reparación y mejora servirá para sucesivos lanzadores. La idea es que
tras cumplir con su misión, los cohetes caigan al océano mediante un
sistema de paracaídas que, además
de suavizar el impacto con el agua,
acercará a la lanzadera (ya sin combustible) hacia el punto de partida
planeando con un parapente teledirigido, que mediante servos que harían de «brazos» tirando de las cuerdas, fuera recuperado. Este aspecto
«se diseñará y construirá por nosotros o se adquirirá», nos afirma Raúl
Torres. El combustible que PLD Space empleará para el motor cohete
se denomina KeroLOx. Se trata de
usar la combinación de oxígeno líquido y queroseno (en depósitos separados), una mezcla explosiva que
nunca antes ha sido empleada por
empresa u organismo público español para un lanzamiento profesional, a pesar de ser el combustible de
la carrera aeroespacial por excelencia desde los años 50. Nos apunta
Raúl Torres, verdadero forofo de la
carrera espacial, a este respecto que
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fueron los misiles rusos R7 Semyorka
los primeros en emplear este combustible tan energético y eficiente,
por cierto, misiles que –según nos
añade Torres–, «son los precursores
de la propulsión de los Soyuz rusos
actuales.»
Pero quien realmente está más
ocupado estos días y de quién dependen especialmente los avances
en el desarrollo del Arion-1 es Raúl
Verdú, responsable de la instalación
del primer banco de pruebas privado; un «laboratorio al aire libre»
ideado para certificar y probar las
diversas partes que conformarán el
motor cohete definitivo, no solo del
Arion-1, sino también de su sucesor, el Arion-2. Raúl Verdú, el «otro»
Raúl de PLD Space, es el diseñador
industrial que, junto a Raúl Torres,
conforman el núcleo tecnológico
de PLD Space.
La Lista de La compra
Durante esta visita a las oficinas
de PLD Space en Elche nos detallan algunas de las piezas y componentes que van a emplear a partir
de los próximos meses en las pruebas ya in situ sobre el terreno en
el banco de pruebas. En los últimos cuatro meses han ido recibiendo elementos como los sensores de
medición de los tanques de queroseno; han recibido hace pocas se-
manas la bomba de alimentación
del sistema de supresión de sonido por agua, necesario para «amortiguar» el conducto de llama del
banco de pruebas en el momento de la ignición del motor. También han instalado varios paneles
verticales que usarán para las pruebas unitarias de los instrumentos
de medición del suministro de presurizante, tanto del banco de ensayos como del motor cohete. Otras
de las piezas que ya tienen a su disposición son los núcleos de fabricación para las dos primeras cámaras
de combustión de los motores de
la segunda etapa del Arion-1, además de una larga de lista de empalmes, juntas, conversores, etcétera;
piezas que conservan bien inventariadas, etiquetadas y en orden.
Muchas piezas que son de un acabado y una calidad fuera de lo habitual, como se requiere para el caso. No nos debemos de sorprender
por ello. Pero realmente el trabajo de Raúl Verdú está delante del
ordenador, diseñándolo todo en
CAD, la mejor forma de visualizarlo en 3D. Verdú lo mide todo, lo informatiza de manera que las simulaciones y la documentación que
se generen tras las pruebas, a medida que avance el desarrollo del
Arion-1, queden registradas para
su perfecto análisis, discusión y, sobre todo, certificación de la instalación, por partes y en su conjunto. No olvidemos, como bien nos
han asegurado desde el principio
en PLD Space, el Arion-1 será tan
solo el primer paso para una futura
generación posterior de lanzadores mayores, que irán al espacio a
órbitas superiores a los 200 kilómetros y por espacios de tiempo de varios meses.
La instrumentación
Dentro del equipo de trabajo de
PLD Space se encuentra Mariano
Alfaro, ingeniero industrial natural
de Aspe (Alicante), quien ostenta
la responsabilidad de ser el ingeniero de instrumentación de la compañía. Cuando le preguntamos por
cómo se sumó al equipo nos relata
con sencillez que tras terminar la in-
geniería tenía que hacer el proyecto
de fin de carrera y optó por el trabajo titulado: Automatización del banco
de pruebas para motores cohete para el
que contó con la dirección del profesor Luis Payá. «Tenía que hacer el
trabajo de fin de carrera y como conocía tanto a Verdú como a Torres
me pregunté: ¿A quién mejor que
a ellos iba a hacerles el proyecto?»,
así que en junio de 2013 obtenía el
aprobado al proyecto y se puso manos a la obra a trabajar para PLD
Space, según nos explicó Alfaro en
su despacho en el campus ilicitano.
Si bien, como nos confesó, «el proyecto que hice realmente ya nada
tiene que ver con lo que vamos a hacer», entre otras cosas tras haber optado por una tecnología puntera,
muy actual, sin apenas relación con
las herramientas que se emplean
aún en la universidad.
En el día a día, por delante de la
pantalla de Alfaro pasan y pasarán
cientos o miles de variables, indicadores, lecturas y escrituras de datos,
Raúl Torres nos muestra algunas de las piezas del motor cohete que deberán de
ser probadas en el banco de ensayos. (Foto Juan Vidal)
do el «sistema nervioso» del sistema de ignición que supervisa. «Antes de cualquier prueba», nos sigue
explicando Alfaro, «ya tendremos
reproducidos y programados bajo
un mismo entorno de desarrollo todas las variables a manejar: temperaturas, presiones, caudales, etcétera»,
concluye.
Además de la simulación de ese «sistema nervioso» del motor cohete
de combustible líquido, Alfaro es el responsable de las medidas de
seguridad que salvaguardarán la integridad de los equipos y, sobre todo, de las personas. Tal es el celo y
la escrupulosidad con la que aquí se
trabaja que no han querido «delegar» ciertas cuestiones. Por ello, acaban de construir una mesa de control completa, desde la que poder
tomar decisiones sobre toda la planta de pruebas, sin recurrir a terceras
partes salvo en componentes electrónicos y piezas como la carcasa de
la mesa de control, para cuya construcción, como dice Mariano Alfaro, «si hace falta nos acercamos a
uno de los diversos negocios locales
más cercanos que tenemos y que ya
nos conocen», se sonríe.
Una futura generación
posterior de lanzadores
mayores irán al espacio
a órbitas superiores a
los 200 kilómetros y por
espacios de tiempo de
varios meses
que se escrutarán antes de ver volar al primer Arion-1 en pocos años.
Y es en Mariano Alfaro en donde,
hay que decirlo, nos encontramos
con una buena muestra del grado
de evolución tecnológica en el que
nos vemos inmersos y de la capacidad de resolución de problemas a
la que se debe someter cualquier
ingeniero, aportando las soluciones más sencillas y, en este caso,
también las más veloces. Y aquí entra en juego el hardware, del que es
su «guardián» Alfaro. «Cuando tengamos el banco de pruebas contaremos con más de cien sensores a
los que habrá que hacer seguimiento a la milésima de segundo en todas y cada una de las diversas fases
de los ensayos», nos explica Alfaro
sentados frente al esquema de to-
EL ALMA MATER
Pero si tenemos que poner la eti-
queta del alma mater del equipo tenemos que apuntar hacia Eleazar
González, el más veterano de los integrantes de PLD Space. Durante
2005 y 2006 participó en dos campañas de vuelos parabólicos de la
Agencia Espacial Europea con fines
científicos estudiando el comportamiento de fluidos bifásicos y el cambio de fase en condiciones de baja
gravedad. González, así pues, es el
único que se ha puesto «de verdad»
el mono de trabajo y ha «sufrido»
los efectos de la ingravidez. «En mi
caso no guardo muy buen recuerdo de la ingravidez», nos confiesa, ya que sufrió los efectos de esta
ausencia de gravedad en su cuerpo. En PLD Space Eleazar González («Ele», que es como lo llaman)
es el ingeniero de propulsión. A él,
como al resto, nunca le deberán fallar los cálculos. Y así será, al menos mientras sigan en pie de guerra
apostando por nuestro futuro, por
ellos mismos. ( )
Manuel Rodríguez de Viguri
(@rdeviguri) presenta y dirige desde 2008 un programa
de divulgación científica.
El Cinturón de Orión (@cinturondorion)
se emite los martes de 20 a 21 horas por
la 95.2 FM y www.radiosanvicente.com.
La web del programa es: www.cinturondeorion.com.
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