La renovacion de la lirica Dante y Petrarca
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La renovacion de la lirica Dante y Petrarca
La renovación de la lírica. Dante y Petrarca Dos grandes figuras de la literatura italiana anuncian ya el nuevo espíritu renacentista. Son los poetas Dante, que encierra en su gigantesca obra toda la época que está finalizando, y Petrarca, que inaugura la sensibilidad poética moderna. Orígenes de la poesía italiana Existe una larga tradición poética italiana anterior a Dante: • Poesía religiosa franciscana: Cántico de las criaturas de San Francisco de Asís (11821226). • Escuela siciliana: poesía cortesana de la primera mitad del siglo XIII, muy influida por el estilo cortés trovadoresco. •D olce stil nuovo, escuela poética florentina de la segunda mitad del siglo XIII que supera el esquema cortés con un mayor análisis psicológico: su temática sigue siendo amorosa, pero la dama ya no es la señora feudal de los trovadores, sino una mujer idealizada, compendio de virtudes humanas. Los poetas de esta escuela propugnaban una poesía depurada, con un lenguaje más sutil e intelectualizado. Uno de los primeros y más importantes poetas de este nuevo estilo es Guido Cavalcanti (1250-1300). Dante, grabado de Gustave Doré. 2 Dante y la Divina comedia Dante Alighieri (1265-1321) inició su trayectoria poética con una poesía influida por la lírica trovadoresca y el dolce stil nuovo. Posteriormente evolucionó hacia una mayor profundidad de sentimientos y hacia el simbolismo. En latín publicó los tratados De vulgari eloquentia, De monarchia, y varias epístolas. En lengua romance escribió El convite, buena muestra de su prosa, y Vida nueva, en la que relata en prosa, intercalando poemas, su gran amor por Beatriz, conocida cuando era niña y muerta muy joven. Beatriz es una donna angelicata, una mujer que es vista como mensajera o símbolo de la perfección espiritual, que puede alcanzarse mediante el amor. Por su estilo e ideas estas obras se encuadran en el dolce stil nuovo. La Divina comedia (ver Obras clave), compuesta entre 1307 y 1321, es una de las obras maestras de todos los tiempos. En las tres partes del poema, escritas en tercetos encadenados, Dante narra un alegórico viaje al mundo de ultratumba. En el Infierno y el Purgatorio le sirve de guía el poeta latino Virgilio, y en el Paraíso, su amada Beatriz. A través de quienes va encontrando, condenados o beatificados, Dante nos resume la historia de la humanidad y expresa la visión medieval del mundo, con sus problemas sociales, políticos y religiosos. También enjuicia en su viaje por el Infierno, el Purgatorio y el Paraíso a sus contemporáneos, especialmente a aquellos que están en relación con la política florentina de su época, en la que Dante participó activamente. Desde la óptica del humanismo cristiano de finales de la Edad Media, no puede ocultar su propia emoción ante la Ilustración de la Divina comedia. De espaldas, Dante propia condición humana y los dramas de sus semejantes, y Virgilio. anticipando el humanismo renacentista. h ist o r ia de la lite r atu r a U N I V E R S A L Petrarca y el Cancionero Francesco Petrarca (1304-1374) desempeñó un papel fundamental en el nacimiento y consolidación de una corriente cultural muy importante que se desarrolló en la Italia del siglo XIV: el humanismo. Fue un gran estudioso de los autores de la Antigüedad e, imitándolos, escribió además numerosos libros en latín: tratados filosóficos y religiosos, obras históricas, y poesía lírica y épica. Sin embargo, la trascendencia de Petrarca en la literatura europea reside en una obra escrita en italiano: el Cancionero (ver Obras clave). El Cancionero es una colección de poemas que desarrolla la historia de la pasión amorosa que el poeta sintió hacia su amada, Laura. Está concebido como una obra unitaria, dotada con una estructura precisa en la que es fundamental la división de dos grandes bloques separados por la muerte de la amada: los poemas in vita (‘en vida’) e in morte (‘en muerte’) de Laura. El Cancionero representa una auténtica revolución literaria. La métrica presenta varias innovaciones, como la consolidación del verso endecasílabo y de estrofas como el soneto o la canción. La temática aporta un repertorio exhaustivo de sentimientos y situaciones que se pueden dar en una relación amorosa, descritos con minuciosidad y sutileza: el encuentro con la amada, su descripción, los sufrimientos y angustias, las ocasionales alegrías… Se desarrollan todos los tópicos amorosos que van a alimentar la lírica europea durante tres siglos. El estilo también es novedoso: el discurso del poeta se adapta con flexibilidad a las formas métricas elegidas, creando una sensación de naturalidad y elegancia expresiva. Hay, además, abundancia de imágenes, símbolos y metáforas que serán empleadísimos en la posteridad. Francesco Petrarca. Desde su nacimiento, el Cancionero fue considerado una obra maestra. Su imitación y el desarrollo de sus formas, temas y estilo configuraron una corriente lírica llamada petrarquismo, que, primero en Italia y después en Europa, influyó decisivamente en la creación de la lírica amorosa moderna. Literaturas hispánicas En el ámbito peninsular destacaron dos poetas valencianos: Manuscrito del Cancionero de Petrarca. Jordi de Sant Jordi (s. xv) cultivó la poesía trovadoresca, con sus temas habituales, aunque a veces se aprecie la influencia de Petrarca. De su breve obra solo se conservan dieciocho composiciones, entre ellas Pasión de amor y Prisionero. Ausiàs March (1397-1459) impulsó la renovación de la lírica al centrar la poesía en el análisis del sentimiento amoroso, como lo había hecho antes Petrarca. Además de la temática amorosa compone poemas de tema religioso y filosófico. Entre sus poemas destacan los Cantos de muerte y el Canto espiritual. PARA SABER MÁS El simbolismo en la Divina comedia La Divina comedia posee un complejo significado alegórico. El peregrinar del poeta por Infierno, Purgatorio y Paraíso simboliza el camino que ha de hacer el hombre pecador (Dante) desde el pecado hasta la pureza que le lleva a la gracia, purificando las malas inclinaciones. El significado alegórico de la obra se apoya en un poderoso sistema de símbolos: la propia estructura del poema se basa en los números simbólicos tres y nueve. El tres expresa, en la mentalidad cristiana medieval, la perfección divina, ya que Dios se representa en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Tres son las partes del poema, y cada parte consta de treinta y tres cantos; tres son los versos de cada estrofa (llamada terceto), por lo que, al ser los versos de once sílabas, cada estrofa tiene treinta y tres sílabas. El nueve, múltiplo de tres, potencia el valor de este último número, por lo que también determina la estructura: cada una de las tres partes de la obra se divide en nueve círculos. Ausiàs March. 3 La lírica renacentista El Renacimiento supone un cambio radical respecto a la Edad Media. A las notables transformaciones históricas y sociales se suma una nueva visión del mundo: el humanismo. El resultado será una extraordinaria eclosión artística y literaria que, ya activa en Italia en el siglo XV, se extenderá por toda Europa en el siglo XVI. Del teocentrismo medieval al antropocentrismo renacentista En la Edad Media se pensaba que Dios era el centro del universo (teocentrismo), y que la existencia terrena era un mero trámite para llegar a la vida eterna. En el Renacimiento el hombre queda colocado en el centro del mundo (antropocentrismo) y la vida se considera digna de ser vivida a fondo. La principal consecuencia de ello fue una revalorización del mundo y del ser humano. El humanismo fue inicialmente un esfuerzo erudito que surgió en Italia para recuperar el conocimiento exacto de la cultura clásica grecolatina, muy deformada en la Edad Media. Inmediatamente se transformó en un amplio movimiento que aspiraba al renacimiento del arte y de la manera de pensar y de vivir de los admirados antiguos. Los humanistas italianos del XV, siguiendo el ejemplo de los grandes autores del siglo XIV, Dante, Petrarca y Boccaccio, se esforzaron por descubrir manuscritos latinos antiguos e imitar su forma y contenidos. Manuscrito e ilustración de Leonardo da Vinci. En el Renacimiento el ser humano pasa a ser el centro del pensamiento y las artes. Por una parte, se toma como modelo la poesía lírica de la tradición grecolatina (Virgilio, Horacio, Píndaro), que aporta diversos géneros, como la oda o la égloga, algunos tópicos literarios, como el carpe diem (‘aprovecha el momento’), el beatus ille (‘feliz aquel’, la felicidad del que se aísla del mundo y vive en la naturaleza), y el locus amoenus (‘lugar idílico’), y la mitología como tema literario. Por otra parte, la poesía de Petrarca se asume como modelo absoluto de lírica amorosa. Del petrarquismo se adopta el enfoque psicológico del amante, la descripción de sus sentimientos, la descripción de la amada, así como multitud de figuras e imágenes presentes en el Cancionero. Además de Petrarca, la lírica italiana exporta formas métricas, principalmente el verso endecasílabo y el soneto. La lírica en Italia En el Renacimiento italiano la lírica está totalmente impregnada por la influencia de Petrarca y por la concepción neoplatónica del amor, desarrollada por los humanistas. Entre los principales cultivadores de la lírica se hallan: Pietro Bembo (1470-1547). Su obra poética más destacada es Rimas. En el diálogo Gli asolani expone una teoría platónica del amor, y en Prosas sobre la lengua vulgar trata sobre la importancia de la lengua toscana. Influyó significativamente en la poesía de sus contemporáneos. Angelo Poliziano (1454-1494). Gran latinista, fue protegido por Lorenzo de Médicis. Escribió poesía en tres lenguas: en latín, en griego y, sobre todo, en lengua toscana, como las Estancias y Orfeo, en forma de representación profana. Su obra plasma un mundo pagano, idealizado y mitológico. También destaca la figura de Lorenzo de Médicis, llamado el Magnífico (1449-1492), notable poeta, además de gobernante de Florencia en su máximo momento de esplendor. 4 h ist o r ia de la lite r atu r a U N I V E R S A L La lírica en Francia La principal manifestación de la lírica francesa del Renacimiento tiene lugar en un grupo de poetas que conforman un núcleo llamado la Pléiade, cuyos principales componentes fueron Pierre de Ronsard, Joachim du Bellay, Étienne Jodelle y Jean Antoine de Baïf. Aunque este grupo defiende el empleo del francés para la creación poética, se inspiran en los poetas antiguos e italianos, en vez de hacerlo en los poetas franceses que les preceden. La poesía amorosa de este grupo es de corte petrarquista, ya que adopta tanto las formas métricas como los temas e imágenes poéticas que caracterizan a la lírica de Petrarca. Maurice Scève (1500-1564) es el autor de Delia, un libro de poesía amorosa consagrado exclusivamente a una sola mujer, al estilo de los cancioneros italianos. Este libro preludia el éxito que tendrán las recopilaciones de poemas amorosos característicos de los autores de la Pléiade. En este poemario, el amor a la mujer se convierte en camino de perfeccionamiento del poeta. Scève también escribió Microcosmos, un poema muy original que trata sobre el progreso humano. Pierre de Ronsard (1524-1585) es el principal representante del grupo de la Pléiade, y el maestro del género de poesía amorosa. En su tiempo fue reconocido como «príncipe de los poetas». En las Odas se muestra seguidor de Píndaro y Horacio; Los amores de Casandra es una colección de sonetos petrarquistas; su último gran libro, Sonetos para Helena, es de los más perfectos de su poesía. En los Himnos aborda temas religiosos, filosóficos y políticos desde una perspectiva didáctica, y construye una cosmología basada en los pensadores de la época clásica, en la que la naturaleza tiene un papel fundamental. Su poesía cayó en el olvido y fue rehabilitada por el Romanticismo. Joachim du Bellay (1522-1560) expuso los ideales poéticos de la Pléiade en su Defensa e ilustración de la lengua francesa. Fue el introductor del soneto en Francia. Su poesía, que tiende a la aflicción y al desencanto, encuentra en el poema elegiaco la mejor forma para utilizar la melancolía como fuente de inspiración literaria. Su libro más importante, Las añoranzas, es precisamente la cima de la poesía elegiaca de du Bellay. En la Querella del desesperado también el tono melancólico es dominante, y este sentimiento es expresado a través de imágenes tomadas directamente de la naturaleza. LECTURA Poemas, Ronsard Cuando seas anciana, de noche, junto a la vela hilando y devanando, sentada junto al fuego, dirás maravillada, mientras cantas mis versos: «Ronsard me celebraba, cuando yo era hermosa». Ya no tendrás sirvienta que tales nuevas oiga y que medio dormida ya por la labor se despierte al oír el sonido de mi nombre, bendiciendo el tuyo con inmortal alabanza. Yo estaré bajo tierra, y fantasma sin huesos reposaré junto a la sombra de los mirtos, y tú serás una anciana junto al hogar encogida. Lamentando mi amor y tu desdén altivo. Vive, créeme, no aguardes a mañana: coge desde hoy las rosas de la vida. PIERRE DE RONSARD, Sonetos para Helena Pierre de Ronsard, aguafuerte de Dalí para ilustrar una edición de Los amores de Casandra. 5 SABÍAS QUE... Lírica y guerras de religión Las guerras de religión en la Francia del siglo XVI hicieron tomar partido a los poetas. Muchos de ellos ponen sus obras poéticas al servicio uno de los dos bandos, el católico y el protestante. Aunque en general la calidad de las composiciones no es muy buena por ser muy propagandísticas, el enfrentamiento generó gran cantidad de poemas. Las dos obras más importantes y de mayor calidad son los Discursos de Ronsard, por el bando católico, y Las Trágicas de Agrippa d’Aubigné, por el bando protestante. Estas dos obras anticipan la renovación de la lírica de tema religioso que tendrá lugar durante el siglo XVII. La noche de San Bartolomé, fresco de Giorgio Vasari. Sala Regia del Vaticano. El cuadro reproduce los violentos sucesos del 24 de agosto de 1572, la matanza de hugonotes (protestantes) en París por parte de los católicos. La lírica en Inglaterra PARA SABER MÁS Villancicos y baladas en la literatura inglesa En Inglaterra existió una rica tradición de poesía popular oral y, aunque la mayoría de composiciones se han perdido, se conservan unas cuantas. Existen dos tipos de estas composiciones: los carols –o villancicos– y las baladas. Los carols tienen sus orígenes en danzas en corro en las cuales se cantaba el poema, y con el tiempo se asociaron a festividades religiosas, especialmente la Navidad. Los carols se componen de un texto y de un estribillo independiente. La balada, por otra parte, tiene un origen similar al de carol, aunque se diferencia en que tiende a mezclar el texto y el estribillo. Son poemas narrativos, de métrica sencilla y suelen tratar temas familiares y domésticos, con tendencia a la tragedia. El Renacimiento en Inglaterra tiene lugar algo más tarde que en países como Francia o España. Además, su poesía lírica presenta una influencia algo menor –aunque existente– de los modelos italianos. En la poesía inglesa renacentista lo culto y lo popular se enlazan con la tradición medieval, si bien existen además elementos de la tradición grecolatina. La poesía italianizante es introducida por Thomas Wyatt (1503-42) y H. Howard, conde de Surrey (1517-1547), con quien se asentó el verso endecasílabo blanco (sin rima), tan típico en la poesía inglesa. Los poetas más destacados son: Edmund Spenser (1552-1599), es uno de los representantes de la lírica inglesa en época isabelina. Es el autor del Calendario de los pastores, rimado en estilo clásico. Esta obra es un poema pastoril, género muy cultivado en el Renacimiento en todos los países, tomado de los poetas clásicos como Teócrito o Virgilio. De hecho, Spenser está más influido por poemas pastoriles del Renacimiento que por los originales grecolatinos. También compuso el poema alegórico La reina de las hadas, donde confluyen creencias cristianas y leyendas del ciclo artúrico, y Epitalamio, poema de temática amorosa y nupcial. Philip Sidney (1554-1586), modelo de hombre renacentista, importa el soneto a la literatura inglesa. En su obra Astrophil y Stella muestra un estilo italianizante, y expone el ideal femenino renacentista, de raíz platónica. También escribió un ensayo, La defensa de la poesía, en el que expone su pensamiento sobre la creación literaria. Cubierta de La reina de las hadas, de Spenser. Biblioteca Nacional, Madrid. 6 h i s t o r i a d e l a l i t e r a t u r a U N I V ERSAL La lírica en Portugal La poesía lírica portuguesa del siglo XVI manifiesta sus influencias clásicas, petrarquistas e italianas en el Cancionero general de 1516, que recoge la obra de múltiples poetas, entre ellos Gil Vicente (14651536), que además destacó como autor de obras teatrales. Los máximos exponentes de la lírica portuguesa de esta época son Francisco Sá de Miranda y Antonio Ferreira. Francisco Sá de Miranda (1481-1558) es considerado el introductor del Renacimiento Italiano, ya que vivió en este país un tiempo. Adopta formas italianizantes y géneros líricos como la égloga y la elegía. En su obra poética destacan Fábula de Montego y la égloga Alexo. Antonio Ferreira (1528-1569) es uno de Gil Vicente. los humanistas más importantes de Portugal. Profundizó en las innovaciones poéticas de Sá de Miranda, especialmente en la Tragedia de Inés de Castro, una tragedia en verso en la que aparece un coro griego. También compuso los Poemas lusitanos. La lírica en Alemania El Renacimiento alemán está condicionado por la Reforma religiosa que lleva a cabo Martín Lutero. La Reforma hizo que el interés se centrase en temas religiosos y rechazó por mundanas las ideas del Renacimiento italiano. El auténtico Renacimiento alemán –entendiendo el Renacimiento como incorporación de los modelos literarios clásicos a las tradiciones literarias nacionales– tendrá lugar en el siglo XVIII. Una de las pocas figuras que ofrece esta etapa es Hans Sachs (1494-1576), poeta que en su vasta obra escribe una poesía popular, con temas propios de la pequeña burguesía profesional. Es también el máximo representante del Meistersang, una tradición literaria que une canto de tipo religioso y poesía. Los meistersinger («maestros cantores») escribían sus canciones como medio de propagación de la doctrina reformista de Lutero. Lutero y sus amigos, de Lucas Cranach. Lutero, el primero por la izquierda, aparece junto a su protector, el elector Federico de Sajonia y al resto de reformistas. 7 La épica renacentista En el Renacimiento, la épica deja de tener un carácter popular y se convierte en un género culto de autor conocido. Los poetas épicos renacentistas toman como modelo la épica clásica, especialmente la Eneida de Virgilio. Características de la épica renacentista SABÍAS QUE... Os Lusíadas El nombre de Os Lusíadas significa «los hijos de Luso». Según la leyenda, los portugueses descienden de Luso, hijo del dios Baco, que conquistó por las armas un territorio que después será Lusitania, o sea, Portugal. La palabra fue creada por el humanista André de Resende, y Camoens la empleó por primera vez en lengua portuguesa. Este nombre colectivo indica claramente que el sujeto épico del poema no es un hombre concreto, sino el pueblo portugués. Son muchos los elementos de la épica renacentista deudores de las grandes epopeyas grecolatinas. Esta influencia clásica no es igual en todos ellos, en algunos es más predominante y en otros menos, pero siempre es uno de los principales referentes. También hay poemas en los que los ideales medievales y su imaginario son tan importantes como los clásicos. Pocos poemas de la épica renacentista, sin embargo, tratan un asunto clásico, salvo alguna excepción, como la Francíada, de Ronsard. Respecto a la estructura de los poemas, aunque algunos tienen un claro molde medieval –con trama muy intrincada y llenos de digresiones–, por lo general presentan una estructura clásica, ordenada y equilibrada, propia del gusto renacentista. Se emplean varias formas métricas, pero es muy habitual la octava real, estrofa de ocho versos de once sílabas, con rima consonante, cuyo esquema es ABABABCC. Los poemas se suelen dividir en varios capítulos llamados cantos. Según el tema, las composiciones épicas se dividen en varias clases: • Imitación directa de la epopeya clásica: la Francíada, de Ronsard. • Epopeyas sobre aventuras heroicas contemporáneas: Os Lusíadas, de Camoens, que cuenta las exploraciones geográficas portuguesas por África y la India, o la Araucana, de Alonso de Ercilla, que narra la victoria de los conquistadores españoles sobre los indios de Chile. • Epopeyas de hazañas caballerescas medievales, situadas en tiempos remotos y con presencia de episodios de amor: el Orlando enamorado, de Boiardo, y el Orlando furioso, de Ariosto. Algunos de estos poemas épicos tienen un contexto religioso, como la Jerusalén liberada, de Tasso, que anticipan algunas grandes epopeyas religiosas cristianas, principalmente el Paraíso perdido y el Paraíso recobrado, de John Milton, ya en el siglo XVII. La Francíada El rey de Francia Carlos IX encargó a Ronsard que escribiese un poema que, a imitación de la Eneida de Virgilio, vinculase el origen de Francia con la guerra de Troya. De esta forma, igual que Eneas huye de Troya para fundar Roma, el héroe Astiancte, hijo de Héctor, llega a la Galia, funda París en honor al hermano de su padre, Paris, y forma los cimientos de la Francia moderna. Los paralelismos con la Eneida son tales que incluso el protagonista –que en el poema se llama Francus– tiene una historia de amor con una princesa cretense, igual que Eneas con la reina cartaginesa Dido. La Francíada fue planteada por Ronsard para tener veinticuatro libros, pero al final, el absoluto fracaso de los cuatro primeros hizo que quedara inacabada, y acarreó cierto desprestigio a su autor. 8 h ist o r ia de la lite r atu r a U N I V E R S A L Os Lusíadas Luis de Camoens (1524-1580) es el creador de la epopeya nacional portuguesa, Os Lusíadas. Publicada en 1572, consta de ciento dos octavas repartidas entre diez cantos. El tema sobre el que se articula la obra es la primera expedición de Vasco de Gama a Oriente, si bien el propósito último del autor es cantar la gloria del imperio portugués, en general, de ahí que en el relato del gran viaje se inserte el pasado de la patria (que ocupa más de un tercio del libro), y las gestas del conquistador representan únicamente una anécdota en la historia del país. El poema comienza cuando ya los navegantes se encuentran en el Océano Índico. A continuación se refieren las aventuras anteriores, desde la desembocadura del Tajo, a lo largo de las Canarias, Cabo Verde, Sierra Leona, el Congo, el extremo de África y la punta oriental de este continente, una travesía marcada por innumerables avatares (como la epidemia de escorbuto que causa muchas bajas entre los marineros). Continúan luego hacia Mozambique, donde los musulmanes les salen al paso, aparentemente con buenas intenciones. El almirante recibe entonces al jeque en la nave, pero a la inicial relación amistosa pronto se suman envidias y temores, por lo que los portugueses ponen rumbo a Mombasa. Les sorprende una tempestad en el mar, que amaina por la mañana y permite al buque arribar a las costas de Calicut –la actual Calcuta–, la mayor de las ciudades de Malabar (en la India). En Calicut se repite la experiencia de Mozambique y los conquistadores, tras eludir las emboscadas, consiguen huir en dirección a Lisboa. En su camino de regreso, Venus les conduce –como premio a sus fatigas– a una isla paradisíaca: este constituye uno de los episodios más vivos del poema. Embarcan de nuevo y ya sin detenerse llegan a Lisboa con un único tesoro: la noticia del descubrimiento. Sepulcro de Luis de Camoens. En el poema, los elementos fabulosos de corte clásico se mezclan con los episodios históricos: además de la aparición de la diosa Venus, los marineros caen en brazos de las nereidas (deidades del mar), parecidas a las sirenas de Ulises; aparece también una ninfa que profetiza la historia futura de las Indias Orientales (la profecía es también otro elemento de la epopeya clásica); y Júpiter alude a los navegantes portugueses como descubridores de nuevos mundos, igual que Ulises y Eneas. LECTURA Os Lusíadas, Camoens «Tan grande era de miembros, que bien puedo certificarte que era el segundo de Rodas extrañísimo coloso que uno de los siete milagros fue del mundo. Nos habla con tono de voz horrendo y grueso, que parece salir del mar profundo. Se erizan las carnes y el cabello, a mí y a todos, solo de oírlo y verlo. »Pues vienes a ver los secretos escondidos de la natura y del húmedo elemento, a ningún ser humano concedidos de noble o de inmortal merecimiento; oye los daños que de mí apercibidos están a tu soberbio atrevimiento por todo el vasto mar y por la tierra que aún has de sojuzgar con dura guerra. »Y dice: “¡Oh! Gente osada, más que cuantas en el mundo hicieran grandes cosas, tú, que por tales y tantas guerras crudas y por trabajos vanos no reposas; pues los vedados términos quebrantas y navegar mis anchos mares osas, que ya hace tanto tiempo que guardo y tengo, nunca arados por extraño o propio leño. »Sabe que cuantas naves este viaje que tú haces que hicieran, atrevidas, hallarán enemigo este paraje con vientos y tormentas desmedidas; y la primera armada que pasaje hiciera por estas olas intactas, haré de improviso tal castigo que será mayor el daño que el peligro”.» Ilustración de Os Lusíadas. El gigante Adamástor amenaza la carabela de Vasco de Gama en el cabo de Buena Esperanza. 9 El Orlando enamorado Matteo Maria Boiardo (1441-1494) parte de tradiciones épicas medievales para componer su poema Orlando enamorado, tanto las de tema carolingio (Cantar de Roldán), de tipo guerrero, como las de tema bretón o artúrico, de tipo más cortés y caballeresco. El poema consta de tres libros, el último de los cuales quedó inconcluso por la muerte de Boiardo. El protagonista del poema, Orlando (Roldán, caballero de la corte de Carlomagno), no es aquí un héroe épico que se dedique a guerrear y para el que el amor sea un elemento más, sino que con la estilización que da Boiardo al tema de Roldán, el amor es una forma de idealismo cortés, de caballería y de heroísmo. La belleza de la dama Angélica lleva a varios caballeros a ir tras ella, mientras se van sucediendo múltiples peripecias, muchas de carácter fantástico. El Orlando furioso Ludovico Ariosto. Ludovico Ariosto (1474-1533), inspirado en el poema de Boiardo, escribe su Orlando furioso continuando las aventuras del caballero Orlando. El poema, formado por cuarenta y seis cantos, en octavas, presenta la guerra del rey sarraceno Agramante contra Carlomagno, pero no es en realidad este su tema, sino el ambiente caballeresco y cortesano que sirve de fondo a los acontecimientos. La narración de Ariosto comienza donde termina el Orlando enamorado, es decir, en los montes Pirineos, donde se va a librar la batalla entre sarracenos y cristianos. Allí se concentran los más valerosos héroes, uno de los cuales es Orlando, que acaba de llegar de Oriente acompañado por la bella Angélica. Los cristianos son derrotados, Angélica abandona a Orlando y, a partir de aquí, la acción del poema se estructura en torno a tres núcleos principales: las aventuras de Angélica, las de Orlando y Ruggiero, y la guerra. Angélica mantiene relaciones tras su huida con no pocos hombres hasta que conoce a Medoro, un joven soldado sarraceno de quien se enamora y con quien se casa. Orlando, enajenado por los celos, pierde la razón y se torna furioso. No recupera la razón hasta que Astolfo va a caballo a la Luna, guiado por San Juan, y trae de allí la botella que contiene el juicio de Orlando para que se lo devuelva. El poema no acaba aquí: es a Ruggiero a quien le corresponde la conclusión. Ruggiero representa el ideal que todo caballero persigue y está investido de una magia que dota al conjunto de la obra de un carácter maravilloso. Protegido por Atlante, logra esquivar el destino de una pronta muerte y cierra felizmente el poema con su boda con Bradamante (una virgen guerrera). Ruggiero y Angélica, de Ingres (1819). Museo del Louvre, París. El cuadro recrea la escena de Orlando furioso en la que Ruggiero rescata a Angélica. 10 h ist o r ia de la lite r atu r a U N I V E R S A L También en este poema hay, pese a su tema medieval, multitud de elementos clásicos. Se comparan las dotes militares de los caballeros con la fuerza y el valor de Héctor; un rey rescata a su esposa de un ogro disfrazado de cabra y arrastrándose, como Ulises; Angélica es rescatada de un monstruo marino de forma análoga a como cuenta Ovidio el rescate de Andrómeda a manos de Perseo; el poema concluye con el combate entre Ruggiero y Rodomonte, igual que el combate final entre Eneas y Turno en la Eneida; la amazona Bradamante está relacionada con la mujer guerrera Pentesilea, también de la Eneida, etc. El Orlando furioso funde armoniosamente el lirismo, la fantasía y el humor, con un estilo ágil y teñido de ironía. La Jerusalén liberada Torcuato Tasso (1544-1595) narra la historia de la primera cruzada, liderada por Godofredo de Bouillon, miembro de una ilustre familia feudal francesa, que llegó a conquistar Jerusalén en el año1099. El poema se articula en torno a los esfuerzos del Diablo para impedir la captura de Jerusalén por parte de los cristianos, ayudado por una hermosa hechicera llamada Arminda. Aunque parte de hechos históricos y tiene intención de veracidad histórica, los episodios que narra el poema están muy alejados de los sucesos históricos de la primera cruzada. En términos generales existen similitudes con la obra de Ariosto, pero con una gran diferencia: aparecen con fuerza tanto los elementos sobrenaturales cristianos como la propia doctrina cristiana. Así, al igual que los dioses intervenían en los asuntos humanos, incluso tomaban parte entre los contendientes en la épica clásica, en la Jerusalén liberada Dios envía a los ángeles para dar mensajes a los hombres, por ejemplo, al inicio del poema, San Gabriel pregunta a Godofredo por qué no actúa contra los paganos; también Dios envía a un ángel para que interponga un escudo invisible entre un guerrero y una espada; todo ello recuerda mucho a las intervenciones divinas de la Ilíada y la Eneida. Las intervenciones de ángeles son tantas y tan elaboradas que parecen más dioses menores que ángeles. Pero además de los elementos cristianos, predominan los motivos comunes a la épica culta renacentista: combates, pruebas de valor de los caballeros, seres fantásticos y episodios de amor romántico. Torcuato Tasso. Godofredo de Bouillon toma Jerusalén en 1099. Ilustración medieval. La obra, terminada en 1575, fue tachada de poco ortodoxa; Tasso llegó a escribir una nueva versión, la Jerusalén conquistada (1593), en la cual eliminó algunos episodios y en la que se percibe el espíritu de la Contrarreforma. SABÍAS QUE... Rinaldo, de Haendel El compositor alemán Georg Friedrich Haendel compuso una ópera llamada Rinaldo, basada en un personaje de la Jerusalén liberada de Tasso. Rinaldo es uno de los caballeros que acompaña a Godofredo de Bouillon –uno de los personajes de la ópera– en la primera cruzada. El libreto de la ópera fue escrito por Giacomo Rossi, que tradujo la obra de Aaron Hill, que es quien directamente se basa en la Jerusalén liberada de Tasso. Los compañeros de Rinaldo, cuadro de Nicolas Poussin. Metropolitan Museum of Art, Nueva York. Carlos y Ubaldo, compañeros de Rinaldo, van a buscarlo a la isla encantanda donde este se halla junto a la hechicera Arminta. 11 La prosa didáctica renacentista En el siglo XVI, el pensamiento humanista generó un importante caudal de obras en prosa de carácter didáctico que consolidó un nuevo género, el ensayo, que servirá a los autores como vehículo de los nuevos ideales. El saber en el Renacimiento Los autores de prosa didáctica tratan de diversos temas, principalmente filosóficos, políticos, religiosos y artísticos. Con su pensamiento, estos autores representan el modelo de intelectual renacentista, en el centro de cuyas preocupaciones está el ser humano y las circunstancias que lo rodean. Son hombres de cultura interesados en todas las humanidades desde una postura racional. Maquiavelo Nicolás Maquiavelo (1469-1527) es un escritor y político italiano. Considerado como uno de los creadores de la ciencia política, elaboró una doctrina, contenida fundamentalmente en El príncipe y Discursos sobre la primera década de Tito Livio, en la que analiza la esencia del poder político. Para Maquiavelo, en cuanto que el hombre es malo por naturaleza, es el Estado el que tiene que regir e imponer un orden, función que el príncipe debe garantizar mediante su acción política. En esta concepción es fundamental la admiración que Maquiavelo siente por los grandes Estados europeos de reciente creación, regidos de forma centralista por un monarca. La acción política ha de estar regida por la observación y la atención a la realidad, olvidando cómo deberían ser el hombre y la sociedad y centrándose en cómo realmente son. Así, según propone Maquiavelo, la política no ha de partir desde un planteamiento moral, ha de ser independiente de ella, ya que en algunas situaciones la moral no indica qué es lo mejor para el Estado, y el Estado es la razón suprema de la acción política. Esta independencia del poder político respecto a la moral genera la «razón de Estado», único criterio que debe seguir el príncipe, y por el cual el fin que se busca justifica todos los medios que se ponen para su consecución, independientemente de su valor moral. El príncipe, pues, se convierte en el árbitro absoluto del poder, y por ello ha de someter a su voluntad a los restantes poderes de la sociedad, incluida la Iglesia. El Estado se vale de sus instituciones (el ejército, la propia Iglesia) para aplicar lo que sea políticamente útil y conveniente. En El príncipe, por tanto, se concibe una teoría de la política como construcción del Estado, pero también una defensa del engaño, la astucia, la planificación, del mal necesario y de la instrumentalización de la religión al servicio del poder político. Nicolás Maquiavelo fue secretario de la república de Florencia entre 1498 y 1512 y desempeñó diversas misiones diplomáticas en cortes italianas y europeas. En 1512 fue acusado de traición y encarcelado por los Médicis. 12 h ist o r ia de la lite r atu r a U N I V E R S A L LECTURA El príncipe, Maquiavelo No es, por tanto, necesario a un príncipe poseer todas las cualidades mencionadas, pero es muy necesario que parezca tenerlas. E incluso me atreveré a decir que si las tiene y se las observa siempre son perjudiciales, pero si aparenta tenerlas son útiles; por ejemplo: parecer clemente, leal, humano, íntegro, devoto y serlo, pero tener el ánimo predispuesto de tal manera que si es necesario no serlo, puedas y sepas adoptar la cualidad contraria. Y se ha de tener en cuenta que un príncipe –y especialmente un príncipe nuevo– no puede observar todas aquellas cosas por las que los hombres son tenidos por buenos, pues a menudo se ve obligado para conservar su estado, a actuar contra la fe, contra la caridad, contra la humanidad, contra la religión. […] Debe, por tanto, un príncipe tener gran cuidado de que no le salga jamás de la boca cosa alguna que no esté llena de las cinco cualidades que acabamos de señalar y ha de parecer, al que lo mira y escucha, todo clemencia, todo fe, todo integridad, todo religión. Y no hay cosa más necesaria de aparentar que se tiene que esta última cualidad, pues los hombres en general juzgan más por los ojos que por las manos ya que a todos es dado ver, pero palpar a pocos: cada uno ve lo que pareces, pero pocos palpan lo que eres y estos pocos no se atreven a enfrentarse a la opinión de muchos, que tienen además la autoridad del estado para defenderlos. Tomás Moro Tomás Moro (1478-1535), humanista y político inglés cuyo pensamiento tiene afinidades con el de Erasmo de Rotterdam, de quien era amigo. Su obra más importante es Utopía. En ella comienza haciendo una crítica a la sociedad europea contemporánea, basada en la injusticia social que afecta a grandes capas de población, en la sed de poder y en los planteamientos belicistas que rigen las políticas de los Estados. Tras esta crítica, similar a la de Erasmo, propone una solución radical y construye una sociedad ideal, situada en una isla llamada Utopía (que literalmente significa «ningún lugar», lo que plantea dudas por parte de Moro de que una sociedad así fuera viable). Esta sociedad ideal estaría regida por los principios de la racionalidad humana: una sociedad justa e igualitaria, en la cual el trabajo fuese algo obligatorio y llevado a cabo por todos los miembros de la sociedad, quienes elegirían a sus gobernantes, y la educación se dirigía a todos. Para que esta sociedad funcionase, debería ser una sociedad cerrada e inmóvil, sin cambios. Tomás Moro llegó a ser uno de los principales representantes de la cultura de su país. Enemistado con Enrique VII, hubo de abandonar la vida pública hasta la subida al poder de Enrique VIII. Sin embargo, se opuso firmemente a la Reforma anglicana y no aprobó el divorcio del rey. Considerado enemigo de la patria, fue encarcelado y ejecutado. La religión que propugna Moro en su Utopía se caracteriza por ser tolerante hacia los distintos credos, y por propugnar una moral basada en la razón y en la naturaleza humana. Tomás Moro desarrolla las características de la sociedad ideal, pero no tiene presente la idea de que esta se imponga de forma brusca y revolucionaria, sino de que a través del racionalismo las sociedades europeas tiendan a parecerse cada vez más a la sociedad ideal. La importancia de la obra de Moro será fundamental en la literatura del siglo XX, ya que crea un subgénero literario de raíz política, en el que se postulan sociedades futuras ideales (así como su contrario, la antiutopía, en la que la sociedad supuestamente ideal genera un espacio social deshumanizado y cruel). Sirvan como ejemplo de esto las obras Un mundo feliz, de Aldous Huxley o 1984, de George Orwell. Ilustración de la isla Utopía en un ejemplar de la obra de Tomás Moro. Biblioteca Nacional, Madrid. 13 Erasmo de Rotterdam Erasmo de Rotterdam (1469-1536) fue un gran defensor de los estudios históricos y filológicos, de aplicar un método racional en estas dos áreas para llegar al conocimiento. Así, tradujo el Nuevo Testamento del griego al latín, porque creía necesario un acercamiento del cristianismo al mensaje del evangelio. También editó obras de los padres de la Iglesia. Escribió Adagios, una colección de estudios donde se incluye uno llamado La guerra es dulce para quienes no la han vivido, donde expresa su firme antibelicismo: la guerra está totalmente prohibida por Cristo, incluso –o especialmente– la guerra santa contra el infiel. El pacifismo es uno de los elementos por los que Erasmo ataca a la Iglesia contemporánea, ya que esta promueve la guerra por intereses puramente mundanos. Erasmo de Rotterdam en un grabado de Alberto Durero. Erasmo centró principalmente su interés como pensador en la religión, en el cristianismo. Su doble vertiente de monje agustino y de humanista propició que consagrase su vida al estudio y al pensamiento. Erasmo, en otros libros como Doctrina del príncipe cristiano o el conocido Elogio de la locura, ahonda sus críticas contra la Iglesia, a la que considera inmoral, y a la que reprocha que prime un cristianismo exterior, de formas, preceptos y rituales, en vez de conceder mayor importancia a un cristianismo de la intimidad, más personal, espiritual, basado en el diálogo con Dios y la imitación de Cristo. Él mismo, que fue monje, niega el privilegio tradicionalmente asignado a los religiosos y ofrece a los laicos la oportunidad de llevar una vida perfectamente cristiana. Para Erasmo, la virtud reside en saber sobreponerse a ciertas pasiones para ser capaz de discriminar el verdadero bien, basado en una moral humanista sustentada en la razón, y las apariencias falsas que lo suplantan (riquezas, poder, etc.). En este punto también reprocha a la Iglesia por estar excesivamente inclinada hacia la falsa virtud del poder y la riqueza. Algunas tesis erasmistas presentan elementos de coincidencia con el protestantismo de Lutero, principalmente en los elementos de crítica hacia la Iglesia. Sin embargo, Erasmo acabó combatiendo las tesis de Lutero por ciertas incompatibilidades de pensamiento. En su obra Del libre albedrío Erasmo expresa cómo deben afrontarse las grandes preguntas teológicas: con objetividad, tacto, ecuanimidad y respeto por las posturas ajenas, ya que si no se hace así, se genera un enfrentamiento que aleja al cristiano de la piedad, mucho más importante que las discusiones teológicas. SABÍAS QUE... El erasmismo La influencia de la obra de Erasmo fue tan importante en el siglo XVI que generó una corriente de pensamiento llamada erasmismo. La expansión de este pensamiento es reflejo de las nuevas corrientes ideológicas que impregnaron la primera mitad del siglo, y que en la órbita de los países católicos quedó cercenada con la Contrarreforma. En España, por ejemplo, la influencia de Erasmo fue fundamental en el pensamiento y en la literatura anterior a la Contrarreforma, en autores como Alfonso y Juan de Valdés, o en obras como El lazarillo de Tormes, pero tras el concilio de Trento el erasmismo fue considerado como doctrina peligrosa por sus críticas a la Iglesia y por sus tesis coincidentes en algunos puntos con el protestantismo. Baltasar de Castiglione Baltasar de Castiglione (1478-1529) tiene como obra más importante El cortesano, en la que describe el ideal de vida del Renacimiento y propugna un modelo de caballero, que responde a las inquietudes y a la visión del mundo renacentista. El caballero perfecto debe ser tan experto en las armas como en las letras, saber conversar y tratar con sus semejantes, especialmente con las damas, y tañer algún instrumento musical. Baltasar de Castiglione, de Rafael. Museo del Louvre, París. 14 El cortesano expone en cuatro libros el diálogo que mantienen durante cuatro noches varios interlocutores (una duquesa, una princesa, un cardenal, Cesare Gonzaga, el poeta Pietro Bembo, Giuliano di Medici, Ludovico di Canossa, Federico Fregoso y el Aretino). h ist o r ia de la lite r atu r a U N I V E R S A L La conversación se inicia como un juego que sugiere Fregoso para elegir entre todas las propuestas que se formulen «la forma de cortesanía más conveniente». En el primer «juego» se debate acerca del nacimiento y educación del gentilhombre; en el segundo, de su comportamiento en sociedad; en el tercero, del ideal de la perfecta dama de palacio; y el cuarto, que trata de las relaciones del cortesano con el príncipe, se cierra con una disertación sobre el amor platónico a cargo de Bembo. La conversación se desarrolla con un ritmo armonioso y está moderada por el ideal del decoro que presidió la literatura, el arte y las costumbres del Renacimiento. Joven caballero en un paisaje, de Vittore Carpaccio. Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid. Este cuadro muestra una imagen ideal del caballero renacentista. Michel de Montaigne Michel de Montaigne (1533-1592) refleja en su amplia obra una sólida formación humanista y un amplio conocimiento de los autores clásicos. Su pensamiento escéptico le hace combatir todo sistema absoluto de valores y todo pensamiento dogmático, especialmente en el ámbito de la religión. Por el contrario, en su obra aprecia el valor de lo que es relativo y ensalza la duda como fuente de virtud intelectual. Su principal obra, Ensayos, tiene una importancia fundamental en la historia de la literatura, ya que consolida el género ensayístico moderno, caracterizado en él por ser menos sistemático que el tratado filosófico, y por impregnar en ellos mucho de sí mismo, de su biografía y de su forma de ver el mundo. Esto hace que los Ensayos tengan un estilo propio, individual, vivo, y que en ellos casi todo pueda tener cabida, al ser la visión del «yo» el único filtro de contenidos. Así pues, los Ensayos de Montaigne son una mezcla de pensamiento filosófico –con predominancia de temas éticos y morales– y meditaciones personales, desde las más profundas hasta anécdotas ilustrativas, pasando por retratos psicológicos, citas y ejemplos de autores, etc. LECTURA De la costumbre, Montaigne Nacen de la costumbre las leyes de la conciencia que decimos nacer de la naturaleza; sintiendo íntima veneración por las ideas y costumbres recibidas y aprobadas a su alrededor, nadie puede desprenderse de ellas sin remordimientos, ni aplicarse a ellas sin aplauso. […] Mas el principal efecto de su poder es apoderarse de nosotros y dominarnos hasta tal punto que apenas esté en nosotros el liberarnos de su influencia y volver a nuestro ser para discurrir y razonar sus órdenes. En verdad, al mamarlas con la leche materna y al presentarse el rostro del mundo en este estado ante nuestra primera mirada, parece que hayamos nacido con la condición de seguir esta marcha; y parece que sean las universales y las naturales las imaginaciones comunes que hallamos en crédito a nuestro alrededor y que han sido infundidas en nuestra alma por la semilla de nuestros padres. De donde resulta que lo que está fuera del marco de la costumbre, lo creemos fuera del marco de la razón; sabe Dios cuán irracionalmente las más de las veces. Michel de Montaigne. 15 La prosa renacentista de ficción En el Renacimiento, la prosa de ficción va llegando al final de un largo desarrollo que, desde la novela griega de época helenística, desembocará en la novela moderna. La prosa ya es aceptada como vehículo de expresión literaria. Géneros de la prosa de ficción En el siglo XVI la prosa ya está plenamente aceptada como vehículo de expresión literaria de ficción. Desde el siglo XV están latentes en la narrativa europea algunos géneros que siguen teniendo vigencia en el XVI: • La novela caballeresca, heredera de los libros de caballerías medievales. • La novela sentimental, con poca acción externa y argumento centrado en la pasión amorosa de dos personajes, inspirada en la novela Fiametta de Boccaccio. • La novela pastoril, con antecedentes en la novela clásica Dafnis y Cloe, de Longo. También existe el género de novelas de aventuras o bizantinas, inspiradas en las novelas grecolatinas tardías, con muchas peripecias, viajes, etc. Además, en España surge durante el Renacimiento un nuevo género, de tipo plenamente realista, que se exportará a Europa en el siglo XVII: la novela picaresca. La novela pastoril. La Arcadia Paisaje con pastores, del pintor Cornelis van Dalen (siglo XVI). Museo del Prado, Madrid. El cuadro refleja la visión idealizada de la vida campestre, propia de la novela pastoril. La novela pastoril fue un género muy cultivado en el Renacimiento. Uno de los modelos que mayor influencia ejerció en el género es La Arcadia, del italiano Iacopo Sannazaro (1456-1530). Durante la Edad Media, la temática pastoril iniciada en época clásica empezó a tener presencia, especialmente en poesía, y frecuentemente en composiciones breves, entre amorosas y burlescas. También existe un antecedente pastoril en Boccaccio, en su obra Admeto. Pero es con La Arcadia cuando el tema pastoril encuentra un pleno desarrollo, muy fructífero durante el Renacimiento. La Arcadia cuenta cómo un amante desdichado parte de Nápoles hacia la Arcadia, huyendo de sus preocupaciones. Allí logra distracción en la vida campestre y con las historias de sus habitantes, muchas veces de corte amoroso. Cuando regresa a Nápoles, encuentra muerta a su amada. La Arcadia es una novela rica, completa y compleja, con mucha presencia de la literatura clásica. Hay abundantes referencias literarias de la vida rural, tomadas de Homero, Teócrito, Virgilio y Ovidio. Está escrita en un estilo natural, poco dado a los artificios, muy del gusto renacentista. La novela tuvo un éxito inmediato en su época, fue rápidamente traducida a otros idiomas y tuvo múltiples imitaciones en las literaturas europeas. 16 h ist o r ia de la lite r atu r a U N I V E R S A L Gargantúa y Pantagruel, de François Rabelais François Rabelais (1494-1553) aporta a la prosa de ficción renacentista una obra fundamental, Gargantúa y Pantagruel, una novela fantástica, burlesca y satírica. El argumento de la obra se basa en el de una novela popular medieval. Comienza con el nacimiento del protagonista, un gigante llamado Gargantúa, hijo de Grandgousier y Gargamelle y heredero del reino de Utopía. Es educado en París según los principios escolásticos, motivo que usa el autor para parodiar este método. Tras diferentes episodios se casa con Badebec y fruto de la relación nace otro gigante, Pantagruel. Pantagruel traba amistad con Panurgo, un «clérigo vagante» con el que emprenderá innumerables aventuras. Este argumento le sirve a Rabelais para construir una figuración satírica del mundo, en la que los elementos dominantes son el humor, la parodia, la sátira y la fantasía, mezclados con elementos de exceso y desmesura, (en comida, bebida, esfuerzo físico, etc.). En la obra alterna una refinada erudición clásica y filosófica con un sentido del humor, a veces, obsceno. Si bien la novela no participa del espíritu sereno y equilibrado propio del Renacimiento, posee la modernidad de una concepción de la literatura basada en el ser humano y en sus circunstancias, lo que la convierte en una de las obras fundadoras de la novela tal como la entendemos hoy. LECTURA Gargantúa y Pantagruel, Rabelais En tanto estaban en estos coloquios, Gargamelle comenzó a tener dolores. Entonces Grandgousier, que estaba tendido sobre la hierba, se levantó y, pensando que serían los dolores del parto, la consoló cariñosamente, diciéndole que se tumbara en el saucedal, que pronto se le pasarían. (…) Esta dificultad hizo que se relajaran los cotiledones de la matriz, por los cuales saltó el niño, que penetrando por la vena cava y subiendo luego por el diafragma hasta los hombros, donde dicha vena se divide en dos, tomó el camino de la izquierda y salió por la oreja del mismo lado. En cuanto hubo nacido, no exclamó como los otros niños: «¡Migas, migas!» sino que gritó con fuerza: «¡A beber, a beber!», como invitando a todo el mundo. Y tales fueron sus gritos, que se le oyó en todo el país de Beusse y de Bibarais. Dudo que deis crédito Primeras palabras de Gargantúa al nacer. Grabado de Gustave Doré para una edición de 1873. a tan extraño parto. Y si, en efecto, no lo creéis, no me importa. Mas un hombre de bien, un hombre sensato, debe creer siempre lo que le dicen y lo que ve escrito. ¿Atenta esto contra nuestra ley, nuestra fe, nuestra razón o contra la Sagrada Escritura? (…) Por merced, no turbéis nunca vuestro entendimiento con tan vanos pensamientos, porque yo os digo que nada es imposible para Dios y, si Él así lo quisiera, en lo sucesivo todas las mujeres parirían sus hijos por la oreja. ¿No fue Baco engendrado en el muslo de Júpiter? ¿No salió Croquemouche de la pantufla de su nodriza? ¿No nació Minerva de la cabeza y por la oreja de Júpiter, y Adonis por la corteza de un árbol de mirra? ¿No nacieron Cástor y Pólux de la cáscara de un huevo puesto y empollado por Leda? Pero mucho más admirados y sorprendidos estaríais si os expusiera ahora aquel capítulo de Plinio en que habla de partos raros y contra natura. Pero yo no soy un embustero tan ilustrado como él lo fue. Leed el libro VII de su Historia natural, capítulo III, y no me importunéis más con ello. François Rabelais. LITERATURA Y ARTE l motivo de la Arcadia E en pintura El tema y los motivos pastoriles han inspirado a los pintores desde el Renacimiento. El tema concreto de la Arcadia se inicia con el pintor italiano del siglo XVII Francesco Barbieri, conocido como el Guercino. En su cuadro Et in Arcadia Ego se ve a dos pastores que visitan una tumba con una calavera; en la tumba se puede leer la inscripción latina, que significa «hasta en la Arcadia me encuentro», refiriéndose a la muerte, presente incluso en un lugar idealizado. El tema fue copiado por Nicolas Poussin en su famoso cuadro Pastores de la Arcadia. Pastores de la Arcadia, de Nicolas Poussin. 1650. Museo del Louvre, París. 17