JAZZ, TEATRO, IMPROVISACIÓN Y MANAGEMENT Guillermo S
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JAZZ, TEATRO, IMPROVISACIÓN Y MANAGEMENT Guillermo S
JAZZ, TEATRO, IMPROVISACIÓN Y MANAGEMENT Guillermo S. Edelberg DBA Profesor Emérito Mi viejo libro de estrategia empresarial, al tratar el tema de “Limitaciones de la estrategia,” dice lo siguiente (E. P. Learned et al., Business Policy. Text and Cases. Homewood, Illinois): Una limitación surge del hecho que una exagerada dedicación al planeamiento puede provocar la pérdida de oportunidades. Los enemigos del planeamiento expresan, con alguna justicia, que es más importante mantener la flexibilidad para aprovechar oportunidades no anticipadas que dedicarse a planes fijos durante períodos prolongados. La estrategia no debe ser tan rígida como para impedir la consideración de una oportunidad inesperada. Hoy día, ante el resurgimiento del tema de la «improvisación» en la empresa, quizás sus autores hubiesen expresado que “la formulación de una estrategia no debiera hacer perder la capacidad de ‘improvisar’ ante la presencia de una oportunidad inesperada”. El Diccionario de la Real Academia Española on line dice que improvisar es “hacer algo de pronto, sin estudio ni preparación”. P. Meyer señala que, en un contexto organizacional, “improvisar es la habilidad de emplear el tiempo y los recursos en beneficio de la organización para responder a lo inesperado y no planeado” (Improvisation Power. Executive Excellence. Provo: diciembre de 2002). ¿Por qué el interés actual? La profesora Rosabeth Moss Kanter lo expresa así (MIT Sloan Management Review, invierno de 2002): En el mundo de los negocios, las nuevas tecnologías crean incertidumbre. En estos casos las empresas que marcan el paso tienden a: 1) actuar antes de desarrollar un plan concreto, 2) otorgar poder a los innovadores para llevar a cabo experimentos y proyectos sobre prototipos, 3) adaptarse rápidamente a las reacciones de usuarios y consumidores y 4) relacionar los proyectos con las actividades corrientes. No esperan el momento de contar con un plan perfectamente concebido; por el contrario, lo crean sobre la marcha. Es decir, improvisan. ¿Es posible desarrollar la habilidad de improvisar? Ante todo debo mencionar que los especialistas señalan que: a) se exagera el aspecto espontáneo de la improvisación porque ésta no consiste en momentos de inspiración «brillantes»; por el contrario, detrás de una improvisación efectiva se encuentran muchas horas de preparación y de estudio; y b) la improvisación no siempre conduce a resultados positivos. D. Vera y M. Crossa contestaron la pregunta anterior de la siguiente manera (Improvisation and Innovative Performance in Teams. Organization Science, Linthicum: mayo-junio de 2005): 2 Los investigadores se volcaron al estudio de la improvisación en el jazz y en el teatro para comprender el trabajo de los integrantes de equipos dedicados a la innovación y la adaptación en tiempo real. Se preguntaron: ¿si músicos y actores aprenden a improvisar e innovar en tiempo real, por qué no pueden hacerlo también quienes integran equipos de trabajo en las organizaciones? Sus conclusiones señalaron que lo primero que se requiere para que la improvisación tenga lugar y sea efectiva es la creación de un contexto favorable. El entrenamiento se basa en ejercicios utilizados por los actores de teatro de improvisación, aunque se admite que falta evidencia empírica que demuestre su éxito en la vida organizacional. Como quizás se deduzca de esta cita, las enseñanzas derivadas de las improvisaciones de los músicos de jazz ―a partir de las famosas jam sessions― no se utilizan demasiado en las empresas porque sus técnicas son menos accesibles para los que no saben nada de música. Para intentar comprender las que utilizan los actores, quizás sea útil citar a uno de éstos, quien se expresó así en una entrevista (Los que improvisamos no somos improvisados. Entrevista con Oski Guzmán. Diario Página/12. Buenos Aires: 5 de agosto de 2005): Hay una técnica precisa que es la que se desarrolla y se entrena para liberar todo lo que uno tiene y cree que puede llegar a servir, sin que se crucen negaciones ni críticas en ese momento de creatividad. Esa técnica hace que uno no tenga bloqueos ni inseguridades. La duda y la inseguridad son los obstáculos mayores para cualquier actor. El improvisador entrena para liberarse de esos miedos que la educación, el esquema cultural, nos impone. La limpieza de las convenciones es la puerta de salida para la liberación de un actor. En las clases nunca decimos qué salió bien o qué salió mal. En todo caso, señalamos qué es lo que conviene y qué no a la hora de improvisar. ¿Hay reglas para el teatro de improvisación? La primera regla básica es la del sí. Cuando comenzamos a dar clases, de lo primero que les hablamos a los alumnos es del sí. El sí en la vida es creatividad, arte, juego, todo lo que uno se propone. El sí como forma de aceptar lo que uno trae para jugar a ser. Aceptar es reconocer lo que está sucediendo en escena. El decir sí no es un sí impune, donde todo vale. Este concepto, de que cuando se improvisa todo vale, es lo que durante años provocó la desvalorización del término improvisación, provocando que se usara en tono despectivo “es algo improvisado...”, “es un improvisado...”. Decir cosas sin sentido, porque se me vienen a la cabeza, se parece más a delirar que a improvisar. Improvisar en teatro es generar en forma cooperativa una historia a la que le inventamos los diálogos, la puesta en escena y hasta la música. El entrenamiento se enfoca por lo tanto a: crear un espacio adecuado para la improvisación, liberar la mente, aceptar y añadir a la propuesta de otro con el enfoque de “sí, y” en lugar de “no” o “sí, pero,” captar el ambiente, crear confianza, saber escuchar, cooperar. Para terminar: si en una empresa la evaluación del desempeño favorece la habilidad de improvisar, quizás lo que dice el tango1 sirva de inspiración: 2 A los corsos voy a ir y a los concursos, también. 1 Cocoliche, 1930. Música: Eugenio Nóbile y Luis Cosenza. Letra: Dante A. Linyera. Corso: Fiesta popular callejera que se celebra por la noche durante los días de carnaval y consiste en mascaradas, comparsas, bailes y otros juegos (Diccionario del Habla de los Argentinos). 2 3 Un día de vida es vida. Lo que me voy a lucir cuando salga a improvisar 3 pa’ pelarme el primer premio... 3 Pelar: 1. Desenvainar rápidamente un arma; 2. Sacar, exhibir prontamente algo (ídem).