RECOMENDACIONES DE ESTILO DE VIDA PARA

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RECOMENDACIONES DE ESTILO DE VIDA PARA
RECOMENDACIONES DE ESTILO DE VIDA PARA PACIENTES CON
HEPATITIS C
Los pacientes con hepatitis C suelen sentir que no pueden controlar muchas cosas sobre
su enfermedad. Pero sí que pueden controlar qué y cuánto comen y beben. Una buena
alimentación también forma parte del plan de salud y bienestar de los pacientes con
hepatitis C. Una alimentación sana proporciona energía al organismo;
También ayuda a aliviar algunos de los síntomas de la enfermedad, como el malestar y
la fatiga.
En general, la dieta más apropiada para el paciente con hepatitis C es la que incluye una
alimentación variada, sana y equilibrada. Las recomendaciones son las siguientes:
No beber alcohol
El alcohol puede producir una lesión hepática grave en las personas con hepatitis. El
alcohol es un tóxico directo contra el hígado. Impide la absorción de ciertas vitaminas
que el organismo necesita para funcionar correctamente. El alcohol también hace menos
efectivas las medicaciones contra la hepatitis C.
Evitar las dietas estrictas y los atracones
Si el objetivo es perder peso, hay formas saludables de reducir la cantidad de calorías
que se ingieren cada día. El ejercicio es otra parte importante del plan para perder peso
y también ayuda a aliviar algunos de los efectos secundarios desagradables del
tratamiento de la hepatitis C.
Si el objetivo es aumentar de peso, la variedad en la alimentación es la clave. Se pueden
comer más tentempiés entre las comidas y más calorías cada día.
Aprender a comer mejor
El aprendizaje de unos buenos higienicodietéticos requiere tiempo y práctica. Vale la
pena informarse de las recomendaciones alimentarias para una dieta sana, variada y
equilibrada que hacen las autoridades sanitarias.
Leer las etiquetas de los alimentos envasados también ayuda a aprender su contenido en
nutrientes esenciales.
Comer una alimentación variada
La pirámide de los alimentos proporciona una información gráfica de las diferentes
elecciones de cada grupo de alimentos. Si la alimentación es variada se garantiza la
ingesta de vitaminas y minerales necesarios para la correcta función del organismo. En
ocasiones las náuseas, los vómitos o la pérdida de apetito producidos por el tratamiento
de la hepatitis C hacen difícil ingerir los nutrientes que se necesitan. Hay que consultar
con el médico la necesidad de un suplemento vitamínico. No se debe ingerir un
suplemento vitamínico sin la prescripción del médico, ya que el exceso de algunas
vitaminas puede ser perjudicial para el hígado.
Líquidos
La única y principal recomendación es beber mucha agua. Si no existe una restricción
de líquidos en su alimentación, se recomiendan 8 a 12 vasos grandes de agua cada día.
Si hay vómitos, hay que beber más líquido para compensar la pérdida de líquidos por el
vómito. No se recomiendan las bebidas con cafeína, alcohol o azúcar, ya que
predisponen a la deshidratación.
En algunos pacientes, la adicción de una rodajita de limón y una cucharadita de miel al
agua, les permite beber más líquidos cada día.
Intentar evitar los efectos secundarios de la enfermedad y su tratamiento
La hepatitis C y su tratamiento pueden hacer difícil una alimentación adecuada. Las
náuseas, los vómitos, la diarrea y la pérdida del apetito pueden hacer que el paciente no
coma o coma muy poco. He aquí algunas sugerencias que pueden ayudar a aliviar estos
efectos secundarios:

Identificar los desencadenantes. El olor, el sabor e incluso pensar en algunos
alimentos pueden hacer que el paciente se encuentre peor. Una vez identificados
hay que intentar evitarlos.

Llevar un diario de los alimentos que se comen. Así se pueden identificar
alimentos que sientan bien y que sientan mal. Esto puede ayudar a mejorar la
alimentación diaria y mantener los niveles apropiados de calorías y nutrientes
diarios.

Comer platos menos abundantes. Con frecuencia, comiendo raciones más
pequeñas se facilita la digestión de los alimentos y se alivia la sensación de
plenitud o la producción de gases.

Evitar los alimentos ricos en grasa. Suelen producir molestias digestivas. Es
mejor cocer los alimentos que freírlos.

Si hay náuseas, probar a comer alimentos que sientan bien al estómago. Si
las náuseas aparecen justo después de levantarse de la cama, coloque alimentos
tipo galletas en la mesita de noche y cómalos antes de levantarse.

Hay que comer regularmente aunque no se tenga hambre
Si además se padece cirrosis, puede ser necesario hacer cambios específicos en la dieta,
que su meció le aconsejará. Hay que consultar siempre con el médico antes de iniciar un
plan o dieta alimentaria.

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