Descargar los relatos sobre los que trabajaron las participantes
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Relatos 1) caso. Lean atentamente el relato y piensen en el grupo de trabajo que opinión tienen sobre el Relato 1 Los días estaban muy difíciles en la casa de Eugenia, su papa se había quedado sin trabajo y la plata no alcanzaba. Su mama lavaba ropa para afuera y dentro de todo le pagaban bien, su plata era para la comida de todos los días. Pero trabajaba todo el día, las cosas de la casa, los chicos, el trabajo para afuera, las preocupaciones. Cuando las cosas se ponían raras Eugenia siempre pensaba en lo mismo y no podía dormir a la noche por que estaba atenta a los ruidos. Su papa salió con unos amigos esa noche y seguro que venía malo, se ponía furioso y comenzaba a decirle cosas muy feas a su mama, que solo intentaba calmarlo y tratar de que se duerma. Siempre lo mismo, siempre los golpes y los insultos. Ella se quedo pensando que algo tenía que hacer para ayudar a su madre, que en la escuela le habían hablado de que la violencia contra las mujeres no se tenía que aceptar así nomás, que se podía denunciar para que el hombre escarmiente. Se acordó de un grupo de mujeres que siempre se reunían en el salón comunitario del barrio y a las que su papá criticaba todo el tiempo: “¿esas no tienen nada que hacer?, son unas vagas y lo único que hacen es perder el tiempo hablando tonteras…ya les enseñaría yo lo que es bueno…”. Su mama nunca intento ir, ni acercarse porque no quería que su esposo se enoje. A la mañana siguiente, la mamá de Eugenia trato de ocultar los moretones, pero era imposible. Cuando la vio así tomo coraje y decidió llegarse hasta el salón y hablar con doña Blanca, una de las mujeres de ese grupo. Se fue a la tardecita, pidió hablar con Blanca y le contó lo que pasaba en su casa, de cómo le dolía ver a su mama siempre así y quería ayudarla. Doña Blanca la escucho atentamente, le dijo de manera muy simple que podían hacer juntas y que lo importante era que ella estaba dispuesta a ayudar a su mama. Eugenia se sintió aliviada, ahora quedaba convencer a su mama y salir de esa pena que su mama siempre tenía. Relato 2 Anita creció dentro de una familia que era feliz, con muchos hermanos y hermanas. Eran pobres y compartían una pieza con las camas bien juntitas. Por las noches era muy divertido jugar y contarse cuentos, en especial los de miedo. Su papá tenía trabajo y la mamá trabajaba mucho y ambos se preocupaban para que todos estudien y que el día de mañana no pasen necesidades. Anita terminó la escuela secundaria, le gustaba estudiar y fue buena alumna. Soñaba que cuando sea grande le gustaría casarse y tener una familia como la suya, con muchos hijos e hijas. Eso sería la felicidad. Cuando tenía 19 años y ya había conseguido trabajo en una verdulería, limpiando y ayudando a vender. Ahí lo conoció a José y se enamoraron en un ratito. El era un buen chico, trabajador como ella y con ganas de progresar, no era de conformarse con lo justo. Pasaron un tiempo de novios y luego se casaron. Se fueron a vivir en un terrenito cerca de la casa de los padres de José. De a poquito hicieron su casa, con mucho esfuerzo y con ganas de construir una gran familia. A los 3 meses de estar casados esperaban su primer hijo. Y en total fueron 5, tres nenas y dos varones. Chicos sanos y fuertes, criados con todo el cariño de ellos y las familias de sus abuelos. Anita se embarazó de nuevo, a pesar de las recomendaciones del doctor de la salita que la controlaba, que le había dicho que se tenía que cuidar mucho porque la anemia la perseguía. Pero los otros embarazos fueron bueno, sin problemas. Y ella pensó que en este también, que el doctor exageraba. Cuando estaba en el 3 mes se desmayaba a cada rato, no tenía fuerza y le daban calcio y hierro para que se ponga fuerte, pero no hacían efecto. Cuando fue a la consulta porque ya no podía ni hacer las cosas de la casa el médico la retó y le pidió que vaya al hospital a hacerse unos estudios que eran difíciles de pronunciar, pero ella fue y le prometió a su doctor hacer todo lo que él le pedía. Volvió con los resultados y con la ecografía a la salita y cuando se los entregó al doctor él puso cara mala, de preocupado. Ella le preguntó qué pasaba y él le dijo que necesita hablar con su marido, que estén los dos juntos. José trabajaba todo el día y no podía faltar, menos ahora que ella ya no trabajaba. Pero el doctor insistió tanto que cuando Anita fue a su casa le dijo al José que el doctor lo quería hablar. Y fueron a los días los dos juntos, medio asustados estaban. Parecía serio y el doctor si había llamado a su marido era por algo. Si no se lo hubiera dicho a ella sola. Esperaron un ratito y el los hizo pasar al consultorio. Les habló como si fueran sus conocidos, contándoles bien clarito que Anita no podía seguir con el embarazo, que era muy riesgoso para su vida y se podía morir de parto. También les dijo que el bebe no estaba bien, que no crecía en la panza como los otros. Pero que lo más importante era poder salvar la vida de Anita. Les dijo que lo pensaran y que si estaban de acuerdo se podía arreglar con el hospital para que la internen y le hagan un legrado, antes de que su salud se complique más. Se fueron muy tristes y Anita no dejaba de pensar en lo que su doctor le había dicho: “¿por qué le pasaba esto?...Dios siempre la había cuidado para que sea una madre sana y fuerte, y ella rezaba agradecida los domingos en la iglesia”.