La cara oscura de la República
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La cara oscura de la República
24/3/2014 Kiosko y Más Artículo anterior Rango del artículo Artículo siguiente 23 mar. 2014 La Vanguardia JOSEP PLAYÀ MASET Barcelona La cara oscura de la República Un libro reconstruye el traslado a México del oro, las divisas y las joyas incautadas I ndalecio Prieto arrebató la carga del ‘Vita’ a Juan Negrín y controló los recursos Prieto vendió el oro al Banco de México y las piedras preciosas a joyeros por dinero “ Es un ejemplo de hasta dónde pueden llegar un gobierno sin rendir cuentas por ello” Uno de los episodios más controvertidos de la guerra civil española es el traslado a México en 1939 de lingotes de oro y plata, joyas y divisas con el objetivo de pagar los gastos de los refugiados y las actividades de la República. Una decisión polémica no sólo por tratarse de bienes incautados, sino también por la posterior conversión de estos tesoros del patrimonio en dinero y, especialmente, por las pugnas ligadas al reparto final y a la desaparición de parte de estos objetos. http://lector.kioskoymas.com/epaper/viewer.aspx 1/3 24/3/2014 Kiosko y Más Todo ese embrollo tiene un nombre: el Vita, el barco que el 25 de febrero de 1939 partió de Rouen y tras un mes de viaje atracó en Veracruz (México). Llevaba parte del tesoro requisado de las catedrales de Toledo y Tortosa, del Palacio Real de Madrid, de la impresionante colección de monedas antiguas de oro del Museo Arqueológico Nacional de Madrid, y parte de las reservas económicas de la Generalitat, así como joyas, dinero y otros objetos procedentes de las cajas de seguridad del Banco de España de Madrid y de los depósitos del Monte de Piedad de Madrid. Todo ese tesoro había sido incautado y escondido los primeros meses de la guerra y puesto a disposición de la Caja de Reparaciones. A diferencia de las obras del Museo del Prado o de otras del patrimonio catalán que fueron protegidas para evitar su destrucción por los bombardeos, en estos casos se trató más bien de una “acción de guerra”, para sustentar la lucha contra el enemigo. Como el oro del Banco de España que acabó en Moscú a cambio de armamento. Esta es al menos la tesis del libro El tesoro del Vita. La protección y el expolio del patrimonio histórico-arqueológico durante la guerra civil, publicado por Francisco Gracia, catedrático de Prehistoria de la UB, y Gloria Munilla, profesora de la UOC, y editado por la Universitat de Barcelona. Aunque los autores son conscientes de la complejidad del tema, su conclusión final es rotunda: “El caso del Vita es un ejemplo de hasta dónde pueden llegar, en primer lugar, un gobierno, y posteriormente quienes se arrogan la representación de la legitimidad legal en el empleo y la conversión económica del patrimonio histórico-artístico de un Estado en beneficio privado y sin rendir cuentas por ello”. Un contundente alegato tras tres años de investigación, la consulta de más de treinta archivos y el acceso a documentación de fundaciones de Tel Aviv, México, París, Madrid, Las Palmas… Un trabajo que los autores emprendieron tras la publicación de Salvem l’art, donde analizaban la custodia de las obras de arte por parte de la Generalitat y su traslado a París y Ginebra. Y que tendrá una tercera parte destinada a seguir la pista de los “tesoros robados”, los que ya no llegaron a embarcar en el Vita. Como dijo el historiador y político Joaquim Nadal durante la presentación del libro esta semana, “la miseria humana que se desprende es comprensible en este contexto, pero no justificable”. http://lector.kioskoymas.com/epaper/viewer.aspx 2/3 24/3/2014 Kiosko y Más En el libro se descubre que nunca existió un inventario concreto de los bienes incautados. También se explica que su traslado primero a edificios habilitados en Madrid, más tarde a Valencia, Barcelona y a locales cercanos a la frontera (castillo de Sant Ferran de Figueres y mina Canta de La Vajol) no obedeció, como en el caso de las obras de arte, al temor de los bombardeos sino más bien a una orden de Juan Negrín para disponer de estos fondos en un determinado momento. Del mismo modo que cuando el final de la guerra ya era inminente, Negrín coaccionó al presidente Lluís Companys para que le entregase los recursos de la Generalitat, con una falsa promesa de devolución. Poco se conoce de cómo este tesoro pasó precipitadamente la frontera en camiones y cómo llegó hasta París (se especula que con la ayuda de miembros del partido comunista francés y no se descarta que se les pagase de algún modo). Se sabe que una parte de los fondos quedaron abandonados en el castillo de Figueres y que sólo una pequeña parte fue a México. Las noticias de detenciones de personal republicano y de intermediarios en el sur de Francia con oro y objetos artísticos demuestra el descontrol existente. Una parte de este fondo se lo quedó Negrín y constituye otra ramificación pendiente de estudio. Pero el destino del Vita fue también rocambolesco. Cuando llegó a México, nadie esperaba la carga. Y esa circunstancia fue aprovechada por el dirigente del PSOE Indalecio Prieto, con el beneplácito del presidente de México Lázaro Cárdenas, para dirigir el barco hacia el puerto fluvial de Tampico, y hacerse con la carga. Prieto ganó la partida al presidente del gobierno Negrín y se quedó con el tesoro. La posterior venta del oro al Banco de México a cambio de dinero (que desmiente el mito idílico de México como país de acogida) y la venta de piedras preciosas y joyas en dinero (dos joyeros judíos de Nueva York pagaron hasta cinco millones de dólares), aun a costa de desmontar y destrozar objetos del patrimonio artístico, se prolongó hasta 1945. La arbitrariedad en la distribución de las ayudas, casi siempre en función de simpatías ideológicas (comunistas y anarquistas no recibieron casi nada, y los grandes beneficiados fueron los socialistas) y dirigidas a las élites políticas e intelectuales, aumentó la polémica. Tras la liquidación de los fondos, Prieto aún se quedó con recursos que llegaron hasta la Transición para financiar el PSOE Histórico de Rodolfo Llopis, en las primeras elecciones de 1977. El documentado estudio de Gracia y Munilla concluye con otra historia apasionante, la del Vita. Este barco, de 62,30 metros de eslora por 9,20 de manga, era un yate de recreo construido en Kiel en 1931 por encargo de un financiero norteamericano con el nombre de Ar gosy, pero lo vendió de inmediato a un expiloto de aviación británico, que lo rebautizó como Vita. Fue el ministro de Hacienda Méndez Aspe quien encargó la adquisición del barco para afrontar con garantías la travesía atlántica y la compra se hizo a través del armador de origen filipino Marino Gamboa, muy vinculado al PNV. Tras acometer su misión el barco pasó a tener bandera panameña y a llamarse Abril. Fue comprado por la Armada de Estados Unidos y durante la II Guerra Mundial utilizado para la vigilancia costera contra los barcos nazis con el nombre de USS Cythera II. Tras ser dado de baja por la US Navy, fue comprado por una naviera financiada por judíos americanos y sirvió para el traslado de 600 superviviente de los campos de concentración nazis desde Marsella hasta Tel Aviv. El barco, entonces llamado S.S. Ben Hecht, fue interceptado por la flota británica y desviado a Chipre. Tras la proclamación del Estado de Israel, en 1948, fue incorporado a su Servicio Naval, y como INS Ma'oz K-24 participó en la guerra árabeisraelí de ese mismo año. Una vez dado de baja de la Marina fue adquirido por una empresa privada que lo utilizó hasta el 2002 como transbordador entre Nápoles y la isla de Capri con el nombre de Santa Maria del Mare. Y desde el 2010 está anclado en Nápoles a la espera de comprador, otra vez como yate de lujo al precio de 15 millones de euros. Impreso y distribuido por NewpaperDirect | www.newspaperdirect.com, US/Can: 1.877.980.4040, Intern: 800.6364.6364 | Derechos de reproducción y protegido por la ley. Artículo anterior Artículo siguiente http://lector.kioskoymas.com/epaper/viewer.aspx 3/3