Quien relata los hechos con más detalles es la M. González

Quien relata los hechos con más detalles es la M. González

votó a favor de la Orden. Posteriormente el Excmo. Obispo
Modrego presidió otra votación y entonces salieron once votos
a favor de la Congregación y se supone que uno sería de la
M. Coínta, puesto que previamente nos había exhortado a toda
la comunidad a pasar a la Congregación » (P.O., T. 45, ad 8.
Summ., p. 199).
« Cuando M. Coínta dejó Badajoz y volvió a Talavera y se normalizó, por así decirlo, la vida en el convento de Talavera, ella
empezó a tomar a las religiosas, una por una (salvo a alguna
que era muy refractaria a la Unión, como la M. Elguezábal, ya
difunta, a quien yo misma hablé por encargo de M. Coínta)
tomó, digo, una por una a las religiosas y nos ponderaba las
ventajas de la “ Unión ” y nos decía que lo pensáramos delante
del Señor y que le encomendásemos a Él el asunto, sin perjuicio, sin embargo, de la libertad de cada una, tanto en la opinión como en la decisión. Semipreparado así el terreno, llegó,
según creo, el mes de septiembre de 1940, y M. Coínta reunió
a la comunidad y ya, públicamente, nos repitió aquellas mismas ideas que nos había sugerido en particular sobre las ventajas de la Unión, rogándonos mucho que encomendáramos el
asunto a Nuestro Señor y maduráramos la decisión en la peni173
ASÍ NOS TRABAJA DIOS
Quien relata los hechos con más detalles es la M. GonzálezTablas. Refiere cómo la M. Coínta habló primero con cada religiosa y después con la comunidad en pleno. Presentó las ventajas de la Unión tal y como las veía ella y pedía a las religiosas
que lo consideraran ante el Señor, dejándoles toda la libertad
para expresar su opinión y su decisión. No se apresuró en el
proceso de discernimiento que duró de mayo a septiembre.
Ella misma, ante decisión tan importante, se retiró unos
días para orar, libre de las ocupaciones habituales.
¿Qué sucedió entonces? Son los misterios de la conducta
humana y de la acción de Dios en personas que suponemos
obraban con la mayor rectitud y deseo de cumplir la voluntad
de Dios. Así creemos que lo interpretó la M. Coínta cuando el
resultado de los votos de la comunidad fue contrario a su propuesta y cuando, consecuentemente, no fue reelegida para el
cargo de priora.