bibkca 17 - Killi Club Argentino

Transcripción

bibkca 17 - Killi Club Argentino
BIBKCA
Boletín del Killi Club Argentino
Marzo Nº 17 – Año 2010
Comisión Directiva
Presidente
Pablo Calviño
[email protected]
Vice Presidente
Norberto Pettiti
[email protected]
Secretario
Julio Martínez
[email protected]
Tesorero
Roberto Petracini
[email protected]
Vocales
Hernán Dominguez
Marcos Montes
Juan Manuel Palacio
Editor y Director del Grupo de Estudio
Pablo A. Calviño
[email protected]
Diseño BIBKCA
Jorge Stojan
[email protected]
Revisión y corrección literaria
Marcos Montes
[email protected]
El presente boletín es una publicación semestral electrónica del Killi Club Argentino y se encuentra públicamente
disponible en formato pdf en www.killiclub.org.ar. Sólo los artículos o notas de carácter científico aquí publicados son
sometidos a revisión por especialistas externos a esta comisión y separatas originales impresas en papel se encuentran a
disposición en las bibliotecas de por lo menos las siguientes instituciones y asociaciones: MACN Museo Argentino de
Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” Buenos Aires, Argentina; MLP Museo de La Plata, La Plata, Argentina; AAA
Asociación Acuariófila Argentina; KCA Killi Club Argentino. Los artículos y opiniones emitidas son responsabilidad de los
autores. Todos los derechos reservados.
© KCA
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Convención KCA 2009
por Héctor Baspineiro (KCA-142)
Para poder hablar y transmitir las dimensiones que tuvo esta Convención del K.C.A. desde mi
experiencia, me voy a permitir retrotraer un año y meses atrás. En agosto de 2.008, un tiempo
después de mi operación, decidí retomar mi actividad en la acuariofilia, que tenía medio
descuidada. Desde casa y con la ayuda de Internet, me puse a leer detenidamente todo lo que
encontraba. Encontré en libros y revistas unos peces my raros o de difícil adquisición, que eran
por supuesto los killis. José Ramón Tauste, de El killiCLUB (EKC), me sugirió que debía estar
incorporado a alguna asociación nacional, y me encontré así con nuestro KCA. Como tutor, Jorge
Stojan me ayudó en todo, me entusiasmó, me alentó y me guió.
Su trayectoria y sus
conocimientos en el tema me hicieron fácil y disfrutable el camino.
Fueron dándose muchas actividades que desde mi provincia, Tucumán, eran realmente todo un
acontecimiento para mí: recibir peces, huevos, y todo tipo de cosas que venían generalmente de
la provincia de Buenos Aires, de Costa Rica, Perú o tantos lugares impensados en otra
oportunidad, no sólo por las distancias existentes, sino también por que sólo conocía a mis
amigos en forma virtual, con excepción de tres de ellos.
Luego llegó la primera convención del KCA, y sentí estar aislado porque el foro no avanzaba,
estaba todo parado, sólo se publicaba información general del evento; y al finalizar tuvimos
noticias de los ganadores, fotos y comentarios, pero eso no me satisfizo. Algo me quedaba sin
rellenar, hasta que al año llegó esta oportunidad invalorable que descubrí, y lo seguiré repitiendo
siempre, gracias a mi amigo Jorge Stojan -con quien siempre nos reuníamos-, y él veía mi
indecisión de participar más activamente. Me dijo, “Héctor, a esta próxima convención no te
la podés perder, va a ser algo inolvidable, la mejor de todas”.
Unos días después, ya en camino a Buenos Aires y con el corazón agitado, mis expectativas
estaban puestas en todo el viaje, comenzando a desandar el camino a mi participación y mi
vivencia en la gran aventura de la II Convención KCA 2009.
Al llegar al museo de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia, comprobé por qué el foro en esta
altura del año también estaba tan quieto; y era porque todos estaban trabajando, haciendo
papeles, colocando los peces en su lugar, preparando los identificatorios, coordinando las cosas
para que el viernes se iniciara todo como corresponde, recibiendo a la gente de otros países o
lugares. Era tal el frenesí, el estrés del viaje, la emoción, y el entusiasmo que yo tenía, que no
noté que al llegar dejé bolso y bastón, empezando a caminar sin su ayuda: algunos socios se me
presentaba, otros me abrazaba, y a todo esto mi cabeza daba vueltas, veía conocidos y
desconocidos que me brindaban su afecto como si me conocieran de toda la vida, y como yo
intuía que eran, desde la web en el foro del club. Lo virtual, lo impersonal se revertían, las cosas
tomaban forma. Julio Martínez era Julio Martínez pero más alto, Norberto Pettiti, con más
mostachones, todo un señor amabilísimo. Roberto Álvarez, como creía, un trabajador incansable,
y el espíritu KCA en el aire: camaradería, trabajo, y killis por doquier. Una copa en un bar a la
salida me hizo conocer a Roberto Petracini, junto a un enorme grupo de personas.
El día viernes, el momento de los discursos por parte del personal del Museo me causó especial
emoción por lo reconocimientos hacia el KCA. Nuestro Club y el Museo que nos recibía, aunados
en esto de dar a conocer más ampliamente la actividad killífera. Recién cuando cortaron la cinta y
quedó oficialmente inaugurada la convención, tomó real sentido para mí cuánto me había costado
llegar a este momento.
Luego de los aplausos, se repartieron los jurados a calificar los peces y las fotos, con un método a
mi entender muy justo y novedoso. Labor minuciosa pero agradable, por tanta belleza llegada
desde diversos lugares del mundo, fue el calificar las especies en sus distintas categorías, y en la
parte central del edificio, las fotos realzaban la armonía del lugar.
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▲▲ Expectativa en la entrega de premios
▲ Hernán Domínguez y Roberto Petracini juzgando las fotografías
Se escucharon también las exposiciones de nuestro amigo Paulo Roberto F. Guimarães de Brasil,
sobre alimentación de killis, derribando algunos mitos sobre la exclusividad del alimento vivo, y la
de Jorge Stojan, que exhibió su conocimiento y experiencia en el cuidado y reproducción del
género Rivulus). Jorge ofició también de intérprete ocasional en la charla de Paulo (en portugués),
barrera idiomática que sin embargo no complicó la comprensión de sus consejos y explicaciones.
Entrada la tarde, recibí la noticia de tener el segundo premio de fotografía, y un primer premio en
la sexta categoría con mis Simpsonichthys fasciatus Unaí NP 07. En ese momento mi primer
impulso fue llegar adonde estaba Jorge, mi tutor, para comentarle la novedad. Pero las palabras
no salían de mi boca y cuando digo esto es la plena verdad por que no podía, estaba sobrepasado
en mis expectativas.
Esta primera jornada fue muy agobiante pero plena en mi caso, y la terminamos con una cena en
un lugar muy hermoso llamado Puerto Madero, donde cenaríamos y festejaríamos. Fue una noche
deslumbrante, que terminó recorriendo las afueras de la Casa Rosada, El Cabildo, la Casa de la
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Moneda, y el Obelisco, para deleite de nuestros amigos extranjeros, concluyendo con un café en
el mítico Café Tortoni.
La segunda jornada contó con una muy buena concurrencia de personas y la gran participación de
Dalton Nielsen (Brasil) y Pablo Calviño (Argentina) en sus conferencias sobre killis sudamericanos
en ambos casos. Dalton hizo una descripción y recorrido de localizaciones de distintas especies
en el cono sur, y Pablo se refirió a las características morfológicas de los killis argentinos, y sus
modificaciones a lo largo de la historia natural y condicionamientos geográficos.
▲▲ Numerosa participación de la gente
Al terminar, empezamos a preparar todo para la entrega de premios, y en esta parte como en un
examen de secundaria me empecé a poner nervioso. Uno a uno desfilaban mis compañeros: ¡a
Jorge Stojan le faltaban manos por recibir tantos premios!. Ya los de Tucumán, mi provincia, con
sólo dos representantes, teníamos muchos más premios de los esperados. Creo que ese momento
es el soñado por cualquiera en nuestro hobby, porque no sólo te llena de fuerzas, sino también de
responsabilidad y compromiso.
Pero faltaba aun la cena, donde conocí a las familias de mis compañeros, sus hijos, y todo el
entorno que hace de esta afición algo más especial. Fue donde pasamos un relajado momento
evaluando cosas de la actividad, saludando a lo lejos, brindando por los logros y el éxito de esta
convención.
Ha pasado ya más de un mes desde mi participación en este mi primera convención, y les
aseguro que ha servido para reafirmar mi compromiso, para cargar pilas y para alentar a mis
pares a hacerlo de la misma manera. Y a aquellos que no tuvieron esa hermosa oportunidad, los
aliento a que lo hagan, no sólo asistiendo, sino también participando, porque es la forma de que
esta gran familia del K.C.A. se mantenga de la misma manera, y con sus objetivos de siempre.
Efectivamente, las Convenciones Anuales son una Experiencia QUE NO NOS PODEMOS
PERDER…..
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▲ Expositores y organizadores juntos en una última imagen.
Protocolo para el envío de killis por correo
por Pablo Calviño (KCA-002)
1- Reflexión: Tómese el trabajo de embalaje con tranquilidad y responsabilidad. Recuerde
que en estos casos el apuro no es un buen aliado.
2- Tiempo de envío: Es preferible mandar los peces con el mayor tiempo posible de
anticipación permitida por la asociación destinataria, de manera que los peces tengan -al
llegar a destino- unos 10 a 15 días para recuperarse, aclimatarse, comer bien, que las
hembras puedan llenar sus óvulos y encontrarse en óptimas condiciones para el evento.
3- Elección de los peces: Los peces a enviar deben estar sanos, fuertes, aletas enteras,
buena postura y buen apetito. En síntesis, gozar de un excelente estado de salud y
comportamiento general. No se tiente de enviar peces, por mejor tamaño o colorido que
tengan, si los mismos presentan una pequeña o incipiente enfermedad.
4- Purgado previo: Procure mantener los peces purgados antes del envío: 36 a 48 hs. sin
darles alimento (con el objeto de que sus desechos no contaminen el agua. En un volumen
reducido, transcurridos varios días, el desecho puede resultar fatal).
5- Cuidado especial de las hembras: Muchas veces las hembras son propensas a expulsar
sus óvulos por el estrés del viaje. Es preferible que no se encuentren excesivamente
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“llenas”, por lo que es saludable haberlas puesto a desovar previamente. Los huevos
expulsados en el pequeño volumen de agua presente en la bolsa terminan contaminando,
corriendo altos riesgos la salud de la hembra en cuestión.
6- Individualización: Siempre utilizar pequeñas bolsas INDIVUDUALES (una por pez).
Independientemente del tamaño del individuo, sea grande o pequeño, siempre es
recomendable meter sólo un pez en cada bolsa. Esto permite que ante una baja, no
contamine y eche a perder el resto.
7- El agua: El agua empleada en el transporte, será la que haya en el acuario. La misma
debe estar en óptimas condiciones. La intención es emplear un agua con la mayor calidad
posible, pero con algo de bacterias, para que ayuden éstas en la eliminación de los
posibles nitritos.
8- Tipos de bolsas:
a) Bolsas pulmón: Deben ser llenadas con un pequeño volumen de agua
(aproximadamente menos de medio vaso de agua, dependiendo del tamaño del pez).
Se cierran con una bandita elástica (esto requiere una técnica especial y práctica), sin
dejar ninguna burbuja ni cápsula de aire. Sin embargo, las bolsas pulmón NUNCA
deben tocarse entre ellas, ni ser embaladas en forma apretadas todas juntas. Deben
ser separadas por un papel periódico, toalla de papel absorbente, lana de perlón
(guata) o de ser posible, en cajitas individuales de telgopor, o hueveras plásticas
agujereadas -que permitan el escape de anhídrido carbónico y la incorporación de
oxígeno. En este caso la caja de embalaje exterior no debería ser totalmente hermética
(sólo 3 o 4 pequeños orificios de 5 mm practicados en la caja serán suficientes: estos
orificios posteriormente serán cubiertos con el envoltorio exterior de papel). El papel no
dejará ver los agujeros pero permite el intercambio de gases.
Proporción tamaño bolsa pulmón/ pez:
Pez de 5 cm: 100 ml de agua
b) Bolsas plásticas comunes: Lo ideal son las de forma cilíndrica lo más largas posibles,
con bordes redondeados y ATOXICAS (verificar que sea apta para uso acuarístico, ya
que existen muchos plásticos tóxicos). El porcentaje de llenado debe ser ¼ de agua y
¾ de aire). Si los peces son pequeños (hasta 5 cm) no es necesario llenarla de
oxígeno, siempre que tengan un buen volumen de aire (500 cc) y se coloque –repitoun solo pez por bolsa. Siempre es conveniente agregar otra bolsa protectora en vacío
(sin dejar espacio de aire entre bolsa y bolsa), con el objeto de aumentar el volumen
del grosor plástico a modo de protección (no hacer esto con las bosas pulmón). Lo ideal
es cerrarla con bandas elásticas; pero si no está seguro, opte por el tradicional nudo.
Las bolsas deben ser de un grosor suficiente que no permita que se desinflen pasados
varios días. Un plástico adecuado tendría que resistir al menos 15 días “inflado” de aire
con el plástico tensionado. Si se desinfla, descartar ese tipo de bolsa.
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Proporción tamaño bosa común/ pez:
Pez de 5 cm: 250 ml de agua + 750 cc aire
Rotulado
Bolsa común con aire
20 cm de aire
Bolsa pulmon 6 cm. aprox.
20% AGUA - 80% AIRE
Rotulado
100% AGUA SIN AIRE
Tamaño de Killi 4 cm.
Tamaño de Killi 4 cm.
BOLSA PULMÓN
BOLSA COMÚN
9- Rotulado de bolsa: No olvidarse de rotular perfectamente cada bolsa, con una etiqueta
blanca donde se menciona la especie, población y otros datos adicionales como el Ph,
dureza y temperatura en que fueron enviados. La etiqueta debe estar tipografiada con
impresora o bien manuscrito en letra clara utilizando marcador o lapicera de tinta
indeleble. La etiqueta debe estar cubierta con cinta transparente (un plastificado casero)
para impermeabilizarla ante cualquier mojadura.
10-Protección de la bolsa: Este es un detalle que pocos tienen en cuenta. Las bolsas
individuales con los peces una vez cerradas y rotuladas deben estar protegidas y cubiertas
con un papel suave y oscuro. Ej. papel crepe (suave) negro. Esto evitara el estrés del pez
–cuando el destinatario abre la caja-producido por los fondos blancos del telgopor,
especialmente después de varios días que los peces se encuentran a oscuras. Es
importante que el papel no sea duro ya que sus pliegues pueden producir ángulos
peligrosos para las bolsas y además el pequeño crujido sonoro que se produce al
desenvolverlos también es un factor de estrés.
11-El embalaje exterior: La caja de envío será de Telgopor (Argentina) de alta densidad,
también llamado polispan duro o Porexpán (España) de 2 o 3 cm de espesor. En su
defecto, como último recurso optaremos por una caja de cartón lo más duro posible, en
este caso forrado internamente con bolsas plásticas, por seguridad, para impermeabilizar
ante una eventual pinchadura del contenido.
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12-Aislación: Los espacios vacíos o huecos de la caja deben ser perfectamente llenados con
bollitos de papel periódico o bolitas de telgopor, con el objeto de otorgar una óptima
AISLACIÓN TÉRMICA Y ACUSTICA.
13-Cerrado de caja: El cerrado de la caja debe ser con una fuerte cinta de embalar, y luego
forrarlo íntegramente con papel madera o papel blanco de embalar. Recuerde que en
algunos correos como CORREO ARGENTINO actualmente no permiten el uso de cinta
scotch ni cinta de embalar visibles externamente, por lo que todo el envoltorio de papel
debe ser pegado con cola.
14-Rotulado de Envío: Colocar prolijamente el nombre y dirección del destinatario y
remitente. Es recomendable cubrir la etiqueta con una ancha cinta scotch transparente que
la proteja de la lluvia. Un detalle importante que muchos olvidan: Colocar carteles de
FRAGIL, o íconos universalmente reconocidos, como la copa de cristal; y, de ser posible,
FLECHAS en las cuatro caras de la caja que indiquen la posición correcta para el embarque
(como un intento para que la caja sea cuidadosamente manipulada).
15-Envío: Elegir las formas más rápidas de envío, por ejemplo CORREO EXPRESS. De todas
maneras, no estaremos ajenos a los tiempos del correo o eventuales problemas de
aduana. Ante una retención, si bien no está permitido el envío de animales vivos por
correo, es importante que el destinatario o la institución destinataria realice previamente
los trámites de autorización en algún organismo oficial, como el ministerio de pesca y
acuicultura, mencionando el listado de peces a ingresar al país. Si es aprobado por este
organismo, se facilitará la liberación de aduana.
16-Recomendaciones finales: No enviar una cantidad excesiva de peces por encomienda.
Es preferible hacer varios envíos por separado en cajas de dimensiones razonables que
hacer un solo envío en una caja gigante. De esta manera se disminuyen los riesgos de
perder todo ante un eventual problema de aduana o atraso del correo.
Protocolo de aclimatación de los peces recibidos
1- Preparado previo del acuario: Al menos una semana antes de recibir los peces, el
acuario para su destino debe estar listo según las necesidades de cada especie. En lo
posible, con una cantidad mínima de bacterias nitrificantes provenientes de otro acuario
maduro que funcione bien
2- Apertura de la caja: La caja y la bolsa deberán ser abiertas con la menor intensidad de
luz posible en el ambiente. El acuario no debe estar iluminado en esta etapa. Lo ideal seria
hacerlo al atardecer o a la noche, o si no, en un ambiente donde la luz sea muy baja y no
haya ruidos.
3- Verificación físico-química: Si las condiciones del agua de la bolsa (ph, dureza y
temperatura) son similares a las condiciones del acuario, se pueden pasar directamente los
peces sin la necesidad de goteo, ni es necesario poner la misma agua de la bolsa. Al
contrario, generalmente la bolsa en que vinieron los peces, después de varios días, ya
contiene desechos que contaminarán el agua óptima que ya esta establecida en el acuario.
Generalmente es más importante igualar las temperaturas del agua que el valor de pH y
dureza.
4- Tapa del acuario: La tapa debe cubrir perfectamente toda la superficie, dejando sólo una
luz no mayor a 2 mm. para el intercambio de gases. Una pequeña luz de mayor tamaño
puede permitir que un pez pequeño salte del acuario, terminando seco en el piso.
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Acercamiento a la reproducción natural del Kryptolebias marmoratus
por Miguel S. Bayona Valentín
Dada la importancia del Kryptolebias marmoratus como agente biorregulador en su hábitat
natural y la amenaza de su posible desaparición, producto de la misma contaminación o
explotación de los manglares, el Club de Acuarismo “El Acuarista Cubano” se propuso estudiar y
conservar dicha especie. Para esto, se trazó un plan de búsqueda en varias localidades donde
había sido ubicado con anterioridad. Casualmente el 23 de julio del 2008, después de una visita al
Instituto de Medicina Tropical “Pedro Kourí” (IPK), el centro donó al grupo un individuo con el
objetivo de que se estudiara el comportamiento y la reproducción del mismo, y a su vez compartir
parte de la cría entre las instituciones interesadas y aficionados del club. Algunos datos aportados
por el IPK revelaban que éste fue colectado en una zona del litoral Norte de Ciudad de la Habana
en el mes de enero del mismo año, y que por el tamaño que presentaba fue considerado un
juvenil. Como curiosidad, cabe destacar que esta especie presenta una conducta reproductiva
atípica por lo que hasta el momento se sabe en peces de agua dulce, como es el caso de la
reproducción hermafrodita auto-fecundante.
El hecho de tener a disposición un solo reproductor nos ponía en un gran aprieto: no podíamos
arriesgarnos a perder el único individuo existente en el grupo, por lo que debíamos llevar adelante
lo mas rápido posible el proyecto de reproducción del K. marmoratus. En ese momento se trataba
de una especie casi desconocida para todos los integrantes del club, y sólo se tenían algunas
referencias por las publicaciones consultadas de un grupo de autores importantes como el Dr. D.
Scott Taylor, Dr. Bruce Turner, Dr W. Costa, Sallie S. Bogas, R. W. Harrington, entre otros.
También se contaba con alguna información aportada por los boletines de prestigiosas
agrupaciones que se dedican al estudio de los cyprinodontiformes ovíparos (Killis), como el Killi
Club Argentino (KCA), Asociación de Acuaristas de Aguadilla (AAA), Sociedad de Estudios
Ictiológicos (SEI), Grupo Rivulus (GR), Comunidad Brasileña de Killifilia (Killifish Brasil) y KilliData.
Inicialmente, el K. marmoratus fue situado en un acuario pequeño de 20 X 11 X 18cm, pero
pasado el mes de Agosto se comprobó que había aumentado de tamaño, por lo que se lo trasladó
a otro acuario de mayor dimensión (40x30x25). Pretendiendo simular un ambiente lo mas natural
posible, el acuario fue decorado con grava de río, un tronco de mangle y abundante vegetación
(Cryptocoryne willisi, Hygrophila polysperma, Myriophyllum Sp. y Sagitaria Sp.). Para evitar que
saltase el pez, se utilizó una cubierta de acetato flexible y transparente que permite la entrada
directa de luz solar por diversas zonas en diferentes horarios del día.
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En la noche del 16 de septiembre de 2008 se pudo observar un par de huevos, uno sobre el
tronco y el otro sobre una hoja de Cryptocoryne willisi, indicio de que el pez había realizado su
primer desove. Días después se colocaron en las esquinas del acuario 4 mopas (objeto compuesto
de corcho de espuma e hilo de estambre), visto que estos eran los puntos de preferencia por el
pez para desovar. Desde el 1ro de octubre de 2008 hasta el 30 de septiembre de 2009 se
registraron diferentes variables para su posterior análisis tales como: fecha de observación,
superficies donde se realizaron las puestas, viabilidad y características de los huevos, así como las
variaciones de temperaturas ambientales. Diariamente se hizo una revisión exhaustiva en busca
de huevos para proceder a su conteo. Los huevos atacados por hongos o no fecundados, fueron
desechados.
Comportamiento de las puestas y resultados
Se pudo apreciar que el pez se mantuvo ovopositando durante todo el período registrad; sin
embargo la cantidad de huevos por meses fue bastante irregular, siendo los meses de diciembre
(90) y marzo (78) los de mayor colecta, mientras que en agosto (12) y septiembre (9) fue menor
la cantidad de huevos colectados (Gráfica 1). Los desoves se realizaron de manera intermitente,
dejando entre una puesta y otra algunos días de por medio. La mayor frecuencia de puestas
ininterrumpida fue de 15 días, entre el 26 de noviembre y 10 de diciembre del 2008, en cambio,
entre el 17 y 31 de agosto de 2009 se observó la interrupción más larga, que duró 15 días. Esta
última es muy posible que esté más relacionada a la escasez de alimento vivo que a otros
factores.
La mayor cantidad de huevos hallados en un mismo día fue de 12 y data del 29 de noviembre y
13 de diciembre de 2008, mientras que el 26 de noviembre de 2008 y 14 de marzo de 2009 se
encontraron 11 huevos. La menor colecta fue de un huevo por día, registrándose dicha cantidad
en 46 ocasiones (Gráfica 2).
Cant. Huevos
100
90
78
80
60
55
54
53
49
44
38
40
23
21
20
12
9
0
Oct.
Nov.
Dic.
Ene.
Feb.
Mar.
Abr.
May.
Jun.
Jul.
Ago.
Sep.
Mes
es
11
Grafica 1. Cantidad de huevos por meses.
Grafica 2. Comportamiento de la cantidad de huevos recolectados por día desde Octubre
(2008) hasta Septiembre (2009).
Según se aprecia en la Tabla 1, el 73,8% de los huevos fue rescatado de las mopas y el 22,6% de
las plantas, lo que indica que la vegetación utilizada no está entre las preferidas por estos peces,
como sucede en condiciones naturales (Koldenkova et. Al 1988). Sin embargo cabe destacar que
con la aparición del limo en el acuario, hubo un incremento en las puestas y sobre todo en la
utilización de éste como superficie de desove, obteniéndose así la cifra de 105 huevos entre el 20
de noviembre y el 29 de diciembre de 2008. El resto de los huevos fueron hallados sobre el
tronco, la gravilla y los bordes del acuario.
Período registrado (Oct. 2008 – Sep. 2009)
Superficie
s
Gravilla
Tronco
Plantas
Bordes
Mopas
Total
Oct
.
1
2
1
19
23
Nov
.
2
34
19
55
Dic
.
1
2
73
14
90
Ene
.
2
52
54
Feb
.
53
53
Mar
.
5
2
71
78
Abr
.
1
2
1
40
44
May
.
1
2
46
49
Jun
.
38
38
Jul
.
1
2
18
21
Ago
.
2
1
9
12
Sep
.
9
9
Tota
l
2
16
119
1
338
526
Tabla 1. Cantidad de huevos por superficie.
12
Actualmente se cuenta con pocos individuos F1 listos para comenzar su ciclo reproductivo y si
bien no nos satisface del todo, queda el haber logrado los objetivos inicialmente propuestos y lo
más importante, la experiencia adquirida durante todo el desarrollo del trabajo, que nos permite
seguir contribuyendo a fomentar la reproducción de la especie.
Bibliografía consultada
Koldenkova, Liudmila; García Avila, Israel.: Estudio de la fecundidad del pez larvívoro Rivulus
cylindraceus, Poey, 1860 (cyprinnodontiformes: cyprinodontidae), agente biorregulador d
eculícidos, en condiciones de laboratorio. Rev. Cuba. Med. Trop;43(1):59-65, ene.-mar. 1991.
Koldenkova; L. I. Garcia Avila: Caracteristicas de la ovoposición de R. Cylindraceus (Teleostei:
Cyprinodontidae). Misc Zool (26) 4, 1985.
Manual de iniciación a los Killis. Killi Club Argentino (KCA), 2007.
Bayona Valentín, Miguel S.: Experiencia con Kryptolebias marmoratus. BIBKCA 16: 7-15, 2009.
Bayona Valentín, Miguel S.: En busca de un acercamiento a la reproducción natural del
Cubanichthys cubensis. BIBKCA 16: 21-24, 2009.
Robles, Pablo L.: En busca del killi Boricua I. Boletín Ojo de Agua 5: 20-23, 2008.
Robles, Pablo L.: En busca del killi Boricua II. Boletín Ojo de Agua 6: 20-23, 2008.
Robles, Pablo L.: En busca del killi Boricua. Boletín GR 2: 16-19, 2009.
http://www.killi-data.org
http://www.sms.si.edu/IRLSpec/Rivulu_marmor.htm
Grandjean, Gustavo.: Kryptolebias ocellatus o milagre da multiplicação solitária.
Boletin #11, 2007.
Killifish Brasil
13
6200km en busca de killis (Argentina 2008)
por Roberto Petracini (KCA-001)
Finalizada la Convención del KCA en noviembre de 2008, junto a Frans Vermeulen programamos
una salida de colecta que abarcaría Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Formosa, Chaco,
Corrientes y Misiones.
Partimos de Buenos Aires por Ruta 9 hasta Rosario, luego por Ruta 34 hacia Santiago del Estero.
En la segunda etapa del viaje,
seguimos hasta S. M. de Tucumán,
donde se agregaría Jorge Stojan y,
una vez reunidos, intentaríamos
localizar algún killi en Tucumán.
Sin embargo, al igual que en el resto
del camino, no fue posible localizar
ningún charco ya que la intensa sequía
que abarcaba toda la República
Argentina en esa fecha, hizo que sólo
los grandes ríos tuvieran algo de agua.
Algunos imprevistos nos desviaron de
la ruta Tucumán-Embarcación, ya que
debimos entrar a Salta (Capital), lo
que nos obligó a hacer el viaje desde
Salta durante la noche, sin ninguna
posibilidad de localizar charcos.
▲ Aguada en Pluma de Pato (Salta)
La situación en el Norte no era mejor que en el centro del país. Aunque es sabido que las lluvias
en el Chaco Salteño comienzan en los últimos días de primavera antes de que se inicie el verano
(mediados de diciembre), no podíamos imaginar que la sequía fuera tan intensa.
En todo el recorrido localizamos una sola aguada en la localidad Pluma de Pato. Se trata del tipo
de aguada que se utiliza para bebedero de ganado, la cual permanece todo el año alimentada por
14
alguna vertiente natural. En viajes anteriores, la profundidad de esa misma aguada era de hasta 2
metros, pero en este caso apenas superaba los 40 cm en las zonas más profundas. Allí
localizamos aproximadamente las mismas especies que en años anteriores: 2 o 3 especies de
caracínidos, Hoplosternum littorale (“cascarudo”), Hoplias malabaricus (“tararira”), y Rineloricaria
filamentosa, entre otras.
Ya en Formosa, seguimos por la Ruta 81 del Chaco Salteño (paralela al Río Bermejo) con el
mismo resultado: no encontramos ni un charco, pero sí mucho ganado muerto por la falta de
agua. La provincia de Formosa no ofrecía hasta el momento mejores condiciones para los killis de
las que ofrecía Salta.
Recién pasando Laguna Yema, donde dejábamos atrás el Chaco Salteño y comenzábamos a
ingresar al Chaco Paraguayo, pudimos ver algunos charcos con agua, la mayoría de ellos
recientes. La única lluvia de la primavera, caída el 18 de octubre, no alcanzó para saturar los
suelos y permitir que se formaran los charcos.
A medida que avanzamos hacia el Este, la humedad aumenta y algunos charcos presentan signos
de vida. Ranas y microorganismos ya pueblan algunos charcos, aunque los killis siguen brillando
por su ausencia. Entre Las Lomitas y Comandante Fontana encontramos muchos charcos, pero
solamente uno en el cual pocos ejemplares juveniles de Trigonectes balzanii poblaban las aguas.
Los infaltables Austrolebias vandenbergi, Pterolebias bokermani y Neofundulus ornatipinnis no
daban señales de vida.
Llegamos a la ciudad de Formosa en plena oscuridad, y decidimos continuar viaje hacia
Resistencia para dormir, y durante la mañana siguiente regresar al área del Río Bermejo en busca
de más killis.
15
▲ Amanecer en biotopo de Riacho Iné (Chaco)
▲ Jorge Stojan y Frans Vermeulen examinando los peces capturados
▲ Austrolebias bellottii – ejemplar macho recién capturado
16
A diferencia de los días anteriores, la mañana se presentó muy fría y bastante nublada. No
obstante sabemos que en la Provincia de Chaco las lluvias no son abundantes y ni bien aparece el
sol, la bruma se disipa y la temperatura aumenta rápidamente. Y así fue: comenzamos la
exploración bastante abrigados y poco tiempo después la temperatura nos hizo dejar casi toda la
ropa en el vehículo.
Saliendo de Resistencia hacia el Norte por la Ruta 11, localizamos muchos charcos, la mayoría de
ellos con Austrolebias bellottii y Austrolebias nigripinnis. Colectamos algunos ejemplares en las
cercanías de Resistencia, también en charcos próximos al Riacho Iné, y seguimos hacia el norte
en busca de los díscolos Pterolebias bokermani que tampoco daban señales de vida pese a que
abundan en esa zona casi todo el año.
▲ Roberto Petracini y Frans Vermeulen colectando Austrolebias nigripinnis en las
cercanías de Riacho Iné (Chaco)
A Frans le interesaban fundamentalmente los Rivulus, en particular las especies de montaña, pero
en las llanuras del norte chaqueño no pudimos localizar ni un biotopo de R. punctatus.
Finalmente llegamos a la zona próxima a Arroyo Zapirán, Río Tragadero y Río de Oro. En la
localidad de Selvas del Río de Oro por fin dimos con la primera población de Pterolebias,
quedando así registrada una nueva localidad para este Género.
En la ya conocida localidad de Río de Oro (KCA 34, registrada en el año 2005), pudimos colectar
al menos tres especies: Austrolebias patriciae (adultos y juveniles), Austrolebias nigripinnis de
aproximadamente 40 días y por primera vez en ese biotopo, Neofundulus paraguayensis
adultos y extremadamente dóciles.
El charco no tenía más de 7-8 cm de profundidad y estaba cubierto por malezas, dificultándose
mucho la captura de los escurridizos Neofundulus, pero a pesar de todo capturamos 8 ó 9
ejemplares. Dos de ellos los llevó Jorge Stojan, otros dos fueron a dar a mis acuarios y el resto
los llevó Frans para Aruba.
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▲ Neofundulus paraguayensis "Río de Oro, KCA 34/08" (foto: Jorge Stojan)
Lo curioso de este biotopo es la presencia de al menos seis especies de Rivulidae en un charco de
no más de 10 metros de largo por l metro de ancho (ver foto). En Río de Oro hemos colectado A.
bellottii, A. nigripinnis, A. patriciae, N. paraguayensis, T. balzanii y P. bokermani, aunque nunca
hemos encontrado todas ellas en la misma época del año.
Aún sabiendo que no era la temporada indicada para buscar Austrolebias toba, recorrimos la zona
de Puerto Bermejo y Ruta 3 para comprobar que la prolongada sequía no había permitido en esa
zona que los suelos se saturasen con las recientes lluvias. Por tal motivo no localizamos charcos
anuales. Solamente encontramos algunos charcos permanentes en los que conviven diferentes
especies de caracínidos, cíclidos, loricáridos, etc. En algunos de esos charcos, en pleno invierno
hemos colectado P. bokermanni, pero obviamente noviembre no era la fecha indicada.
▲ Austrolebias nigripinnis “KCA 83/08, Riacho Iné” (foto: Frans Vermeulen)
De regreso tomamos Ruta 11 hasta Arroyo Zapirán, lugar donde se encuentra el biotopo de
Austrolebias cf. nigripinnis “KCA 23 Arroyo Zapirán” donde, a pesar que tenía poco agua debido al
movimiento de tierra por los cultivos de soja, pudimos capturar algunos ejemplares muy jóvenes.
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Retornando a Resistencia nos aguardaban nuestro gran amigo Omar Giménez y su familia, que
como en toda ocasión que viajamos al Norte, nos ofrece su hospitalidad. En esta ocasión, por la
urgencia del viaje, no visitamos su factoría de ovovivíparos en Puerto Tirol. No obstante nos
recibió en su casa de la ciudad, donde nos ofreció un exquisito almuerzo y agradables momentos.
Mientras hacíamos la digestión encaramos hacia Canal Molina donde por fin esperábamos que
Frans pudiera colectar los tan ansiados Rivulus. Sin embargo la acción antrópica era tal, que el
biotopo podía considerarse virtualmente destruido. Montañas de basura producto de la recolección
domiciliaria habían transformado el lugar en un inmenso y nauseabundo basural, lo cual nos hizo
desistir de intentar la colecta, debiendo tomar la decisión de dirigirnos hacia Laguna Paranacito en
busca de Rivulus punctatus, o hacia Misiones en procura de Rivulus de montaña, tal como ansiaba
encontrar Frans.
Arribando a Misiones, Jorge Stojan debió abandonar la partida y regresó a Tucumán. Seguimos
Frans y yo hacia el Norte, transitando por la Ruta 12, paralela al Río Paraná.
Mi opinión, tras haber recorrido muchas veces la zona, fue que no había Rívulus de montaña en
Argentina, pero ya que Frans quería convencerse por sí mismo y debíamos pasar por Posadas,
podríamos intentar la colecta en un amplio bañado en el cual ya habíamos encontrado R. cf.
punctatus (“KCA 36/05”).
También sabía de la existencia en esta localidad de Austrolebias sp. aff. nigripinnis.
Personalmente me ilusionaba la idea de encontrar allí la recientemente descrita Austrolebias
paranaensis, pero sería mayúscula nuestra sorpresa cuando al llegar nos encontramos con un
sinnúmero de máquinas rellenando y apisonando el terreno. El bañado de cientos de hectáreas,
que se ubicaba entre las márgenes del Río Paraná y la Ruta 12, estaba dando lugar a un nuevo
emprendimiento inmobiliario.
Por tal razón seguimos hacia el Norte compartiendo la impotencia ente la destrucción del humedal
y la intriga de no saber si allí pudo haber o no A. paranaensis.
En Jardín América, una localidad misionera típica, pasamos la noche en el confortable (y
económico) Hotel Brasilia, donde tras desayunar emprendimos viaje hacia el Norte.
▲ Frans Vermeulen en el Acuario Montecarlo
Llegando a Montecarlo visitamos el Acuario de Montecarlo, un emprendimiento destinado al
turismo, en el cual es posible encontrar especies autóctonas ambientadas de modo tal que se
integran perfectamente con el paisaje natural del lugar. Tras algunas horas de amigable
conversación e intercambio de direcciones de e-mail, retomamos nuestro camino en busca del
Rivulus de montaña.
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▲ Buscando Rivulus
Luego de muchos intentos fallidos, en las cercanías de Colonia Wanda localizamos un biotopo que
reunía todas las condiciones para encontrar Rivulus de montaña. Sin embargo, y tal como ocurrió
en otras ocasiones, Frans sufrió una nueva decepción pese a que el lugar parecía ideal para estos
peces.
Decepcionados por la ausencia de Rivulus y bastante cansados por el agotador viaje, decidimos
retornar a Buenos Aires, lo cual hicimos programando la ruta de regreso por Entre Ríos, donde
también la sequía nos impidió colectar Austrolebias, tan abundantes en la primavera de otros
años.
Luego de recorrer más de 6200 Km. llegamos a Buenos Aires extenuados, con pocos killis pero
con la seguridad de que tan largo viaje nos había permitido compartir muchas vivencias y hacer
nuevos amigos. De regreso a Aruba, Frans Vermeulen pudo llevarse algunos killis, gratos
recuerdos y hasta algunas lecciones de idioma “argentino básico”, el cual nos fue muy útil para
comunicamos durante esos días de convivencia.
Afortunadamente todos los peces colectados han sido reproducidos, permitiendo incorporar al
hobby al menos dos o tres nuevas localidades de Austrolebias, una de Pterolebias y una de
Neofundulus paraguayensis.
En cada viaje de colecta, aún como en este caso en que nos tocó recorrer zonas con muchísima
sequía, hemos aportado nuevos conocimientos sobre la distribución geográfica y otras
características de los biotopos de nuestros killis.
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