08 ESTUDIO BIBLICO 2016

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08 ESTUDIO BIBLICO 2016
ESTUDIO BÍBLICO Nº 8‐16 LOS HACEDORES DE LA LEY SERÁN JUSTIFICADOS POR OBISPO REV. DANIEL RODRÍGUEZ VERGARA SANTIAGO, 28 FEBRERO 2016.‐ ROMANOS 2: 12 Y 13 Texto =Gal, 3; 11. 12
Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que
bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados.
En este pasaje la palabra se dirige a los gentiles. Antes se había referido a los judíos y a su privilegio especial. Dice que cada uno será juzgado por lo que tuvo oportunidad de saber. Si no tenía la ley, se le jugara como a uno que no conocía la ley. Dios es justo. El juicio de Dios será según la medida de la luz recibida. Hay dos clases a la vista: los que no tienen la ley (los gentiles) y los que están bajo la ley (los judíos). Esto incluye a todos, (excepto a los convertidos que están en la iglesia de Dios). Los que han pecado sin ley, sin ley también perecerán. No dice que será juzgado sin ley, sino que sin ley también serán juzgados. Serán juzgados en base de la revelación que el Señor les diese, y, no habiendo vivido en conformidad a aquella revelación, perecerán. Los que han pecado bajo la ley, por la ley serán juzgados, y si no la han obedecido, también ellos perecerán. La ley exige una obediencia total. Aquí tiene la respuesta los que preguntan que les va pasar a los que vivieron en el mundo antes que Jesús viniera, y no tuvieron oportunidad de conocer el Evangelio. Cada uno será juzgado por su fidelidad a lo más elevado que pudo conocer. Hasta los que NO conocieron la Ley escrita, tenían otra ley en el corazón. Nosotros lo llamaríamos un conocimiento instintivo del bien y el mal. “Decían los estoicos (filósofos griegos) que habían ciertas leyes que estaban vigente en el universo que uno quebrantaba a su riesgo: las leyes de la salud, y las leyes morales que gobiernan la vida”. El razonamiento del apóstol Pablo es que el ser humano sabe por naturaleza como debe vivir. El apóstol Pablo al escribir esta carta veía al mundo dividido en dos clase de personas: a los judíos con la Ley que procedía directamente de Dios y estaba escrita de forma que la podía leer; y a las demás naciones, sin una ley escrita, pero con un conocimiento del bien y del mal implantado por Dios en sus corazones. Nadie podía pretende la exención del juicio de Dios. No lo podía pretender el judío por el hecho de ocupar un lugar especial en el plan de Dios. Y el gentil tampoco, por el hecho de no haber recibido la Ley escrita. El judío será juzgado como alguien que ha conocido la ley: y el gentil, como uno que tiene la conciencia que Dios le ha dado. Dios juzgara a cada uno según lo que ha conocido y ha tenido oportunidad. 13
porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley
serán justificados.
JUSTIFICACIÓN, JUSTIFICADOS.“Justificar” (heb. ; gr. [ LXX y NTS] ) es
término forense que significa “absolver”, “declarar justo”, lo opuesto de “condenar”
(cf. Dt. 25.1; Pr. 17.15; Ro. 8.33). Justificar es la acción del juez. Desde el punto de
vista del litigante, en consecuencia, “ser justificado” significa “conseguir el
veredicto” (Is. 43.9, 26).
Agustín, y el concilio de Trento, según los cuales cuando Pablo y Santiago hablan
de la justificación actual se refieren a la obra divina de hacer justo por renovación
interior, a la vez que contar como justo por la remisión de los pecados.
Aparentemente Santiago no quiere significar ninguno de los dos, y Pablo
solamente el último concepto. Los sinónimos que emplea Pablo para “justificar” son
“contar por justicia”, “perdonar (cubrir) los pecados”, “no inculpar de pecado”
(véase Ro. 4.5–8), frases que expresan la idea, no de una transformación interior, sino
del otorgamiento de una posición legal y de la cancelación de una responsabilidad legal.
Para Pablo la justificación es juicio que recae sobre el hombre, y no algo que se efectúa
dentro de él. Ambas cosas van juntas, pero son diferentes.
Pedro no emplea el término “ley” en el sentido de un sistema de estatutos que se
deben obedecer para obtener la salvación sin la gracia. Aquí “la ley” representa la
voluntad de Dios que se le ha dado a conocer a la humanidad. El sólo oír la palabra de
Dios no sirve de nada sin la fe, la sumisión y la obediencia. Es necesaria “la
obediencia a la fe”, “que obra mediante el amor” (Gá.5:6)
La mera posición de la ley no es suficiente. La Ley exige una obediencia perfecta y continua. Nadie es considerado justo solo ponqué sepa lo que dice la ley. Lo única forma concebible de obtener la justificación bajo la ley será guardarla en su integridad. Pero por cuanto todos los hombres son pecadores (decir hombre también es decir mujeres), les es imposible llevarla a cabo. De modo que este versículo establece en realidad una condición ideal, y algo que los hombres pueden hacer. El N.T. enseña de manera enfática que es imposible que nadie sea justificado guardando la ley: Hch.13: 39y que de todo aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser
justificados, en él es justificado todo aquel que cree.
Ro3: 20ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de
él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.
Gá.2: 16sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe
de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por
la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie
será justificado.
21
No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces
por demás murió Cristo.
Gá.3: 11Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El
justo por la fe vivirá.
Nunca fue intención de Dios que nadie se salvase por la ley. Incluso si alguien pudiese guardarla a la perfección, desde ese día en adelante, con todo, no quedaría justificado, porque Dios demandara lo pasado. Así, cuando el versículo 13 dice que los cumplidores de la ley serán justificados, hemos de comprender esto como significando que la ley exige obediencia, y que si alguien pudiese presentar una obediencia perfecta desde el día que nació, quedaría justificado. Pero el hecho frio e inflexible es que nadie puede presentar tal obediencia. REFERENCIAS BÍBLICAS 12) Co.3: 25Mas el que hace injusticia, recibirá la injusticia que hiciere, porque no hay
acepción de personas.
13)
Mt.7: 21No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el
que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
24
Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un
hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.
Jn.13: 17Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis.
Stg.1: 22Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a
vosotros mismos.
23
Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es
semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.
25
Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera
en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado
en lo que hace.
1ª Jn.3: 7Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo.
Ro.3: 20ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él;
porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.
Gá.2: 21No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por
demás murió Cristo.
Gá.3: 11Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El
justo por la fe vivirá. (Texto)
PARA DIOS SEA LA HONRA Y GLORIA SIEMPRE, AMÉN.

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