poesía corporal/danza verbal: una lectura comparada de hnuy illa
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poesía corporal/danza verbal: una lectura comparada de hnuy illa
POESÍA CORPORAL/DANZA VERBAL: UNA LECTURA COMPARADA DE HNUY ILLA Iratxe Retolaza (Euskal herriko Unibertsitatea- Universidad del País Vasco) Poesía corporal/danza verbal: una lectura comparada de Hnuy illa Iratxe Retolaza 1. Introducción Las concepciones de la danza y la poesía se han explicado a menudo con terminología complementaria. Desde el ámbito de la danza, se han hecho afirmaciones como las siguientes: Enrique Ayerbe (2001) define la danza como “una poética del gesto” (Ayerbe 2001: 3), y la conocida bailarina Mary Wigman afirma que “la danza es la poesía del cuerpo” (Wigman 2002: 15). Desde el ámbito de la poesía han sido también constantes las propuestas conceptuales que relacionan estas dos disciplinas. Conocida es la afirmación del poeta francés Stéphane Mallarmé “la danza es un poema liberado del aparejo de la escritura”. Más allá de este cruce conceptual de metáforas y de visiones estéticas compartidas1, el vínculo entre la danza y la literatura es tan viejo como las mismas disciplinas2. No obstante, son más las relaciones conceptuales que han surgido entre la danza y la poesía, que las reflexiones teóricas y comparadas que analizan los vínculos y cruces interartísticos entre estas dos disciplinas. Esta relación interartística no se ha materializado en una única vía, no únicamente la poesía se ha inspirado en la danza para la creación o apropiación de imaginarios, sino que son muchas las coreografías que han adaptado textos literarios, que han interpretado textos literarios3. Es cierto que ha sido más habitual la adaptación de obras de teatro, y de novelas, por el reclamo que supone la representación de un argumento conocido, pero Son muy conocidas las aportaciones de los poetas vanguardistas Stéphane Mallarmé y Paul Valery, que reflexionaron sobre la relación estética entre la poesía y la danza. En la teoría literaria contemporánea, los trabajos de Ivette Fuentes de la Paz (1992) parten también de esa perspectiva, indagando en/desde la poética del movimiento. 2 Es bien conocido que en la cultura clásica la poesía, música y la danza eran componentes de una única disciplina. En la poesía vasca, por ejemplo, hay un relevante testimonio de esa relación, en los poemas “Sautrela” y “Kontrapas” del poeta vasco Bernard Etxepare, autor del primer libro impreso en lengua vasca, Linguae Navarrorum Primitiae (1545). En este libro reúne esos dos poemas mencionados, poemas de alabanza a la lengua vasca, y en los que promueve la socialización de la lengua vasca, mediante la metáfora del baile (anima al euskera a salir a la plaza y a bailar). Para difundir esa idea, titula los poemas con dos nombres de danzas –y por tanto, con dos piezas musicales de danza-, una de ellas una danza de la Edad Media, “Kontrapas”, y otra, una danza de procedencia italiana, de Venecia (saltarella). 3 Delfín Colomé (2007: 104), por ejemplo, en el apartado “Literatura bailada” presenta las adaptaciones coreográficas que ha representado el Ballet Nacional de España. Este recorrido histórico es muy significativo, puesto que nos trazar un pequeño mapa sobre la relación entre las disciplinas que nos ocupan, la danza y la literatura. 1 también son muchos los espectáculos coreográficos que se han articulado alrededor de la correlación entre danza y poesía. Pese a este tipo de expresiones, concepciones y visiones que muestran una continua relación entre estas dos disciplinas artísticas, se han analizado poco los cruces interartísticos generados entre estas dos disciplinas. Ese escaso interés puede ser consecuencia del desinterés general que la Estética ha mostrado ante la danza. Como es bien sabido, la disciplina filosófica que más se ha ocupado de las relaciones interartísticas ha sido la Estética, y al no haber atendido el arte de la danza, por ende, la literatura comparada no ha profundizado en esta interacción artística. Sobre la escasa atención que la Estética ha proporcionado a la danza reflexionó el filósofo Francis Sparchott (1982) en un artículo de referencia. Como indica Sparchott, en el pensamiento occidental el arte de la danza ha sufrido un desprestigio durante siglos4. En un artículo más reciente, David Michel Levin (2001) ofrece algunas consideraciones para explicar esa ausencia de reflexión filosófica sobre el arte de la danza5: Independientemente de su escuela, por tradición los filósofos han comprendido la naturaleza del cuerpo de una manera errónea (por lo dicho anteriormente podrán deducir que no considero que este hecho sea accidental). En general creo que podemos decir que los filósofos han negado, de una manera u otra, la realidad de la presencia sensual del cuerpo (…). Si los filósofos no pueden siquiera desarrollar una explicación adecuada del cuerpo humano, ¿cómo podría esperarse que digan algo veraz e interesante sobre la danza? (2001: 4). En definitiva, estamos ante “una tradición de pensamiento –la occidental– que ha descorporeizado el conocimiento” (Torras 2006: 12). Esta posición incorpórea del sujeto del conocimiento ha implicado una ausencia de reflexión teórica y estética en el ámbito de la danza6, y ha devenido en un distanciamiento entre la experiencia de la danza y la experiencia de lo literario. Es decir, durante siglos se ha difundido la siguiente identificación: lo corporal como propio de la danza, y lo textual –entendido como lo 4 Nos recuerda Sparchott (1982) dos ejemplos muy significativos. Por un lado, en el prefacio a la Encyclopédie (1751), D’Alembert clasifica y enumera las siguientes artes: Pintura, Escultura, Arquitectura, Música y Poesía. No hay mención alguna a la danza. Por otro lado, Hegel tampoco incluye a la danza al describir y enumerar las artes. Hegel explica la ausencia de la danza por considerarla un arte primitivo, puesto que ninguna era de la historia se expresó y manifestó en la danza, como sí ocurrió con la arquitectura (en Egipto o la India, por ejemplo), o con la escultura (en la Antigua Grecia, por ejemplo). 5 Incluso en trabajos más recientes sobre teoría filosófica de la danza se afirma que es un terreno poco explorado (Macias 2009: 17). 6 Como afirma Delfín Colomé (2010) únicamente a partir de la década de los ochenta se percibe un auge en los estudios teóricos y estéticos sobre la danza, y en el Estado español hasta la década de los noventas se ignoraron los estudios teóricos de esa índole. Colomé afirma que “el mundo de la danza se había mantenido muy a distancia del mundo del pensamiento” (Colomé 2010: 20). Para más información sobre las subjetividades modernas y la danza, consulten “El cuerpo bajo la sombra del sujeto moderno” (Macias 2009: 31-56). verbal– como propio de lo literario, en una visión muy reduccionista de estas expresiones artísticas. A comienzos de este siglo, han sido muchas las disciplinas que han enfatizado la necesidad de reflexionar sobre el sujeto encarnado y el conocimiento encarnado, y sobre la necesidad de corporeizar el pensamiento (Esteban 2001; Torras 20067), y es en este contexto donde se vislumbra un interés creciente por la danza como expresión cultural, y todas sus manifestaciones. Y es precisamente este contexto el que ha favorecido en estos últimos años espectáculos coreográficos basados en poéticas de autores vascos, en la búsqueda del espacio en el que convergen lo corporal y lo verbal. Es cierto que en la década de los 60 y los 70, gracias al puje de movimientos contraculturales y vanguardistas, algunos artistas se aliaron para ofrecer unos espectáculos en el que se intercalaban poemas recitados, teatro, canciones y danza. Pero eran espectáculos colectivos organizados por poetas y músicos, donde el teatro y la danza tenían un lugar secundario – de hecho, la mayoría de las veces la autonomía entre las piezas poéticas y las piezas coreográficas era absoluta–. En los últimos años en la cultura vasca se han presentado varios espectáculos coreográficos en torno al imaginario poético de consolidados escritores vascos: por ejemplo, Hnuy illa (2008), coproducción de Kukai-Tanttaka, basada en el imaginario poético de Joseba Sarrionandia; Hasiera, el comienzo de la incertidumbre (2009) de la compañía Belar Gorria, basado en el imaginario poético de Bernardo Atxaga; Naufragoak/Sarritsasoa8 (2011) de la compañía Dantzaz, basado en poemas musicados de Joseba Sarrionandia; o la muy reciente Errimak oinetan (2012) [Rimas en los pies] de la compañía de danza Haatik, un espectáculo que fusiona danza tradicional y danza contemporánea, para reflexionar sobre la posición espacial del cuerpo en el bertsolarismo. En esta aproximación al cruce entre danza y poesía, hemos optado por la descripción y el análisis el primero de esos espectáculos actuales, el espectáculo Hnuy illa que coprodujeron la compañía de danza Kukai y la compañía de teatro Tanttaka. Consideramos que el análisis de esta transferencia cultural del texto poético al texto de la danza, nos ofrece un marco interpretativo muy apropiado para poder esbozar unas breves características sobre las transferencias culturales de la poesía, y más concretamente, del sujeto poético que deviene en sujeto coreográfico. En ese contexto surge el grupo de investigación Cos i textualitat en la Universitat Autònoma de Barcelona, en el año 2005. 8 Este espectáculo es una propuesta de danza al aire libre, y cuando se representa en la playa, se ha presentado como Sarritsasoa: este nombre una fusión del pseudónimo del poeta Joseba Sarrionandia (conocido popularmente como “Sarri”), y de la palabra “itsasoa” [mar]. 7 2. El espectáculo coreográfico Hnuy illa En 2008 la compañía de danza Kukai y la compañía de Teatro Tanttaka presentaron el espectáculo Hnuy illa, un espectáculo coreográfico basado en el imaginario poético del escritor vasco Joseba Sarrionandia. Este espectáculo de danza tuvo gran difusión y aceptación por parte del público, tanto en las actuaciones programadas en el País Vasco, como en las programadas en contextos culturales en los que la poética de Joseba Sarrionandia era desconocida. Después de presentar y difundir el espectáculo coreográfico por el País Vasco, la compañía Kukai presentó su propuesta en la capital mexicana en el marco de la III. Muestra de Artes Escénicas de la Ciudad de México9. Tras el éxito cosechado en México, el espectáculo Hnuy illa se representó en varios países, entre otros, en Uruguay y Berlín, y fue el encargado de abrir la programación del Festival de Teatro de Espressão Ibérica de 2010, en Oporto. Exponente del éxito cosechado son los diferentes premios que ha recibido el espectáculo: a comienzos de su gira por el País Vasco recibió el Premio del Público de las Jornadas de Teatro de Azpeitia (en diciembre de 2008), y tras esta primera aceptación del público, obtuvo también el premio Max al Mejor Espectáculo Revelación (en marzo de 2009). En nuestra opinión, gran parte del éxito de esta propuesta cultural reside en la capacidad de integrar en un único espectáculo diferentes códigos culturales, y de crear un cruce muy efectivo entre diferentes disciplinas artísticas. Una dimensión interdisciplinaria que merece ser analizada e interpretada con detenimiento. 2.1. Hnuy illa, hacia la fusión de imaginarios tradicionales y contemporáneos Para reflexionar sobre la fusión de sujetos poéticos y sujetos coreográficos, partiremos del análisis del espectáculo Hnuy illa, y por ello, es conveniente presentar y contextualizar el proyecto artístico de Kukai-Tanttaka, y el imaginario poético de Joseba Sarrionandia. a) El proyecto coreográfico Kukai-Tanttaka La propuesta coreográfica de la compañía de danza Kukai se basa en la fusión de la danza tradicional y la danza contemporánea. La danza tradicional es un espacio artístico muy ritualizado, e incluso muy conservador en ciertos aspectos –o en ciertas prácticas y discursos-. Por ello, la compañía Kukai ha sido consciente de que su apuesta era arriesgada, y de que no iba a resultar fácil su adaptación dentro del ámbito de la danza tradicional10 (los componentes de la compañía son bailarinas y bailarines conocidos por su labor en la danza tradicional). De hecho, ha sido una propuesta muy criticada, discutida e 9 En el siguiente link pueden consultar un reportaje sobre esta experiencia de México: Hnuy illa en México. Kukai no ha sido la única compañía de danza que ha apostado por esa fusión, a comienzos del siglo XXI fueron varias las compañías que siguieron esa vía, entre ellas destaca la labor de Aukeran. 10 incluso deslegitimada por ciertos sectores de la danza tradicional. Es necesario recordar que históricamente la danza tradicional vasca se ha destacado por estos dos acontecimientos: por una parte, ha sido una práctica cultural que ha estado muy controlada, regulada e incluso prohibida por la Iglesia católica, por considerarla moralmente peligrosa (desde el siglo XVI hasta finales del siglo XIX)11; por otra parte, desde finales del siglo XIX, el fuerismo y el nacionalismo católico consideró la danza tradicional vasca una de las prácticas culturales en las que se manifestaba la identidad colectiva y nacional12. Esta doble práctica política y discursiva ha devenido en una deserotización de los bailes tradicionales (que incluso ha supuesto a una descontextualización de algunos bailes), y en la consolidación de unas coreografías inamovibles. Es en este contexto donde se inserta la propuesta coreográfica de Kukai, que pretende reinventar las prácticas coreográficas, sus símbolos y códigos. Para ello, Kukai ha optado siempre por esa posición fronteriza que no únicamente se manifiesta en la danza (fusión de coreografías tradicionales y contemporáneas), sino que se manifiesta en la colaboración con artistas de otras disciplinas. A partir del año 2002 algunas de sus propuestas coreográficas se produjeron en colaboración con el grupo de teatro Tanttaka. Esta colaboración de las dos compañías ha sido muy fructífera, y han logrado proponer unos espectáculos que aun siendo muy diferentes entre sí, se complementan y se entrecruzan de manera muy especial. En esa correlación, los primeros proyectos coreográficos de Kukai-Tanttaka optaron por temáticas que legitiman su dimensión interartística, y sitúan su propuesta coreográfica en diálogo con la tradición de la danza contemporánea, y en diálogo con la tradición de la cultura/literatura vasca. En primer lugar, sitúan su propuesta coreográfica en la tradición de la danza contemporánea o la Modern Dance. La danza contemporánea en cierta manera fue una reacción al ballet13 o/y a la danza popular (Colomé 2010), que dejó de lado el virtuosismo La Iglesia católica reguló las coreografías de tal manera, que por ejemplo, para que los jóvenes bailarines no se dieran la mano decretaron que algunas danzas tradicionales se debían de bailar con pañuelos, para evitar el contacto físico. En ese sentido, todas las prohibiciones, discursos y regulaciones de la Iglesia católica promovieron unas prácticas coreográficas que carecían de contacto físico, y de cualquier connotación erótica. Para más información Bidador (2005: 13-86). 12 En ese sentido, criticaron toda danza exportada –como el vals- por dos razones; en primer lugar, por no ser autóctona, y considerarla una amenaza para la identidad colectiva; en otro lugar, por considerar esos bailes importados un riesgo para la moralidad. Para más información Bidador (2005) y Lamarca (1977). 13 Como explica Zulai Macias, a comienzos del siglo XX, “se mostrará la necesidad de destruir cuadros armoniosos mediante una nueva propuesta de movimiento dancístico, que se manifiesta y fortalece justo en el período de entreguerras, cuando la conmoción del mundo ante la sorpresa de experiencias antes inimaginables, pone en crisis la subjetividad, porque las referencias antes seguras, ahora se miran volátiles e inestables; ello fragiliza la subjetividad, impulsándola a buscar, 11 de las piernas y valoró el movimiento de todo el cuerpo e incluso sus movimientos más cotidianos. La propuesta coreográfica de Kukai se mueve a caballo entre el virtuosismo de la danza tradicional, y la revalorización de todo movimiento corporal. Pero aunque se posicione en esa frontera, sus guiños a la danza contemporánea son muy visibles. Como ha analizado Delfín Colomé (2010), en el desarrollo de la Modern Dance la Guerra Civil española ha sido una temática coreográfica redundante, porque como en todas otras disciplinas, las propuestas experimentales de la danza vanguardista no permanecieron ajenas a la realidad social y política de su tiempo. Delfín Colomé (2007: 195) afirma lo siguiente al analizar la apertura de la modernidad coreográfica en el Estado español: “Dos factores concretos de corte neo-romántico, y ambos íntimamente relacionados, abrirán una nueva brecha en la modernidad coreográfica para que por sus resquicios penetre lo español: la Guerra Civil y el efecto García Lorca” (Colomé 1937: 195). Y explica, que el componente trágico de la Guerra Civil promovió el interés de muchos coreógrafos en la década de los 30 y posteriores, que mediante las formas de danza –las caídas, contracciones, balbuceos, remolinos…- expresaron la angustia de la guerra. “El efecto García Lorca”, y el interés de los coreógrafos por la poética lorquiana, evidentemente, está estrechamente vinculado al interés por la Guerra Civil. En ese contexto podemos situar la primera propuesta coreográfica de Kukai-Tanttaka, el espectáculo 1937, gogoaren bidezidorretatik [1937, por los senderos del recuerdo], que rememora los acontecimientos y la angustia de la Guerra Civil14, con especial mención al bombardeo de Guernica15. En segundo lugar, sitúan su propuesta coreográfica en la tradición cultural vasca. Para ello, acuden a los imaginarios culturales creados en la década de los 60, propuestas culturales que habían defendido esa fusión entre la cultura tradicional y la contemporánea, unos movimientos culturales fronterizos que se posicionaban entre los discursos/prácticas de la contracultura anticapitalista europea, y entre los discursos/prácticas del frente cultural antifranquista del País Vasco (Oronoz 2012: 36-43). Cabe destacar, que estos movimientos culturales nunca se alejaron de la tradición literaria vasca –puesto que la memoria histórica y la identidad colectiva era uno de los ejes principales de ese frente cultural-, pero sí tuvieron como cometido principal la experimentación, promoviendo la renovación, modernización y reinterpretación de la en el terreno concreto del arte, expresiones más dotadas de sentido para una realidad cada vez más opaca y hetereogénea” (Macias 2009: 61). 14 También la compañía de danza Aukeran ha representado el bombardeo de Guernica en su espectáculo Gernika: mihise gaineko dantza [Gernika: danza sobre lienzo] (2009). 15 Como ya hemos mencionado en otro artículo (Retolaza 2009), desde el Guernica de Picasso el bombardeo de Guernica ha sido una temática muy recurrente en el arte vanguardista, tanto en pintura (Zumeta), como en escultura (Nestor Basterretxea), en música (Mikel Laboa), en poesía (Paul Eluard, Koldo Izagirre, Joseba Sarrionandia), y como hemos señalado, también en la danza. tradición cultural. En este movimiento cultural renovador destacó la labor del grupo musical Ez dok amairu, que promovió espectáculos musicales, que combinaban música, poesía, teatro e incluso danza (Oronoz 2012), y que trataban problemas sociales, pero utilizando formas de corte tradicional (y re-contextualizándolas). Para incidir en esa herencia, las compañías Kukai y Tanttaka centraron sus actuaciones en dos de sus figuras principales: por un lado, la compañía Tanttaka en 1991 presentó el espectáculo de danza contemporánea Zilbor hestea que homenajeaba al cantautor Mikel Laboa, promotor del grupo musical Ez dok Amairu; por otro lado, uno de las coreografías de Kukai-Tanttaka se ha basado en la figura del escultor Jorge Oteiza, el espectáculo Otehitzari biraka (2005). Concretamente, el nombre de este grupo musical fue idea del escultor Jorge Oteiza, que promovió una escuela que fusionara la canción, la estética, la literatura e incluso la danza. De esta manera, apropiándose del capital simbólico de esas figuras que representan en las coreografías han legitimado su posición artística, pero a la vez, han generado reinterpretaciones y fisuras en el imaginario colectivo, proponiendo la revisión y reinterpretación de acontecimientos históricos (1937, oroimenaren bidezidorretatik) e incluso de artistas destacados o figuras canónicas de la historia y de la cultura vasca (Zilbor hestea –Mikel Laboa-, Otehitzari biraka –Jorge Oteiza-, y Hnuy illa –Joseba Sarrionandia-). b) El imaginario poético de Joseba Sarrionandia: exilio e identidad nómada La poética de Joseba Sarrionandia se sitúa en esa posición artística en la que indagan las compañías Kukai-Ttantaka, entre lo tradicional y lo experimental. La andadura poética de Sarrionandia comenzó en la década de los 70 en el grupo de poesía Pott banda [Banda fracaso]. En este grupo literario se reunieron escritores y artistas tan reconocidos actualmente como Bernardo Atxaga, Jimu Iturralde, Jon Juaristi o Ruper Ordorika. Tras el grito, “el arte por el arte”, defendieron la autonomía de la literatura, autonomía que procura una ruptura, tanto con una tradición literaria conservadora, católica y rural, como con la literatura comprometida. Este grupo literario se apoyó en la legitimidad literaria de discursos culturales europeos. Aunque el imaginario poético de Joseba Sarrionandia está vinculado a esa visión poética de Pott banda, es cierto que la poética de Sarrionandia ha conocido diferentes ciclos. Para comprender adecuadamente las interpretaciones sobre la trayectoria poética de Joseba Sarrionandia se debe de tener en cuenta que Sarrionandia fue encarcelado en 1980 acusado de ser miembro de ETA, y que se escapó de la cárcel en 1985, dentro de unos bafles. Desde entonces, escribe desde el exilio, desde un no-lugar. Su voz está presente el la cultura vasca (con publicaciones literarias, entrevistas, grabaciones…), pero su cuerpo está ausente, tanto físicamente como mediáticamente. Estos datos biográficos del poeta han condicionado de diversas maneras la recepción de sus textos, bien porque algunos agentes literarios y lectores no han considerado la obra del poeta tras su detención y posterior huida, o bien porque otros agentes literarios y lectores han mitificado la figura del poeta, de tal manera que se han malinterpretado e incluso simplificado muchas de sus propuestas poéticas. Sea como fuere, es indudable que Joseba Sarrionandia es una figura central de la poesía vasca, y que su poética ha estado muy vinculada en todo momento al imaginario colectivo. El imaginario poético de Sarrionandia ha estado estrechamente vinculado a la idea del exilio, de la identidad nómada, y de la identidad en tránsito. Es una poética que se aproxima a la propuesta poética de Constantinos Kavafis, en el que prevalece el camino al destino, el proceso, la posición en tránsito. El exilio de Sarrionandia y su biografía ha condicionado la lectura de sus poemas, puesto que todo imaginario vinculado al exilio se ha interpretado en algunas ocasiones únicamente en clave autobiográfica. Es cierto, que es una faceta que hay que tener en cuenta, pero también nos lleva a hacer una lectura muy limitada de su imaginario poético, puesto que ya en sus primeros poemas -en la década de los 70, antes de ser encarcelado, y antes de vivir la experiencia del exilio- trataba la imagen del camino, del exilio, del no-lugar como posición existencial, y la subjetividad mutante que se reconstruye y reinventa sin cesar. Como veremos a continuación, en el espectáculo Hnuy illa se ha optado por escoger poemas de la segunda etapa –la menos culturalista, y la más autobiográfica y comprometida-, aunque no se apele tanto a la vertiente política de esos poemas -ni se hayan optado los poemas más políticos que tratan explícitamente de la justicia, la identidad nacional o la represión-, sino que se apela a la experiencia autobiográfica del poeta, al exilio. El espectáculo Hnuy illa, por lo tanto, también se aprecian esas dos líneas de la trayectoria de Kukai-Tanttaka: por un lado, se reinventa y renueva la imagen de una figura canónica de la cultura vasca (Joseba Sarrionandia); y por otro lado, en la línea de la danza moderna, tratan una temática social contemporánea, el exilio. Edward Said ha definido el exilio como la gran tragedia moderna: “Nuestro tiempo – con su guerra moderna, su imperialismo y las ambiciones cuasiteológicas de los gobernantes totalitarios- es ciertamente la era del refugiado, de la persona desplazada, de la inmigración masiva” (Said 2005: 180). Mediante la poética de Sarrionandia han fusionado a la perfección esas dos líneas de actuación que caracterizaba su proyecto dancístico. Si la danza moderna de comienzos del siglo XX trataron temas míticos (sobre todo mitos griegos) (Colomé 2010: 63), las compañías Kukai y Tanttaka retoman los mitos contemporáneos de la cultura vasca, para revisarlos, reescribirlos y renovarlos. 3. Encuentro y fusión entre tres lenguajes/códigos: danza, música y poesía Los espectáculos y representaciones que apuestan por fomentar la dimensión interartística -como Hnuy illa-, nos invitan a interpretar y reflexionar sobre el hecho artístico desde una posición crítica comparatista y fronteriza. La inercia de delimitar fronteras interartísticas reproduce una clasificación, que sin discutir su legitimidad o necesidad, diluye la percepción del carácter transitorio y permeable de los límites entre las expresiones artísticas y los espacios fronterizos. Thomas Munro (1954) en su estudio sobre las relaciones entre las artes reconoce la existencia de fronteras imprecisas y fluctuantes entre diversas manifestaciones artísticas. Como indica Munro (1954), las fronteras interartísticas y las concepciones del arte no solamente se definen por factores conceptuales sino que también por factores sociológicos y pragmáticos. En consecuencia, Munro destaca que los discursos que delimitan y fijan las fronteras entre las disciplinas artísticas actúan muchas veces arbitrariamente, sin tener en consideración la continua variabilidad artística. Ciertamente, el análisis de las relaciones interartísticas nos sitúa en una posición fronteriza, en continuo cuestionamiento y redefinición, que se debe de repensar en cada una de las propuestas artísticas analizadas. Asimismo, se debe de tener en cuenta que para poder reflexionar desde una perspectiva comparatista es necesario que las artes comparadas sean “percibidas por la conciencia común como artes separadas” (Pantini 2002: 225). Como es sabido, muchas de las disciplinas artísticas que hoy en día consideramos autónomas durante siglos han sido parte de una misma expresión artística16. En consecuencia, para poder analizar la relación artística entre dos disciplinas, es necesario que esas dos disciplinas artísticas se perciban como autónomas. En el caso que nos ocupa, en el espectáculo Hnuy illa se apela continuamente a esa autonomía de las expresiones artísticas fusionadas, puesto que se utilizan piezas musicales, poemas o coreografías creadas en prácticas artísticas autónomas (y que ya se han difundido en otros contextos artísticos), y se cruzan en el espectáculo, de tal manera, que se sobreponen los códigos culturales generados en esos espacios autónomos ya difundidos y popularizados. Asimismo, es cierto que toda aproximación comparatista se genera desde una mirada artística concreta, casi inevitablemente, puesto que toda comparación parte de una medida para la comparación. En nuestro caso, la mirada poética va a guiar el análisis y las reflexiones sobre el espectáculo Hnuy illa, puesto que es un espectáculo coreográfico que Como es bien sabido, en la Grecia clásica no existía distinción entre poesía, música y danza (Pantini 2002: 224). Únicamente a partir del siglo XVIII se puede hablar propiamente de la relación entre las artes, puesto que es en ese momento donde se generan discursos y sistematizaciones autónomas de diferentes prácticas artísticas. 16 se basa en el imaginario poético de Joseba Sarrionandia, y por lo tanto, parte de los poemas e imágenes del poeta vasco, para componer unas estructuras escenográficas y coreográficas. 3.1. Danza verbal: antología poética y estructura escenográfica En este apartado vamos a analizar la antología propuesta en el espectáculo Hnuy illa, y de esta manera, analizaremos qué imagen e imaginario del poeta Sarrionandia se propone y se recrea en el espectáculo y qué narración de los poemas nos propone el espectáculo. Sarrionandia tras huir de la cárcel publicó Gartzelako poemak, poemario en el que crea un sujeto que remite a una colectividad, como se remarca en las reiteradas referencias a los compañeros que abandonó en la cárcel. Pero aunque este sujeto desea y pretende ser colectivo, la crítica lo ha interpretado como un sujeto autobiográfico, desideologizado y descontextualizado, cargado de experiencia, pero sin carga política (Kortazar 1990; Kortazar 1999; Aldekoa 2004). Es decir, se interpretan las palabras poéticas como expresiones de un sujeto individual y de sus preocupaciones individuales, y se rechaza que esas prácticas poéticas tengan la capacidad de remitir a una posición colectiva (como observaremos más adelante, la visión hegemónica de la crítica literaria vasca propone una lectura de la poesía de Sarrionandia en clave lírica). El espectáculo Hnuy illa no obvia la pretensión colectiva que subyace en el imaginario poético de Sarrionandia, pero tampoco lo reduce al exilio político, o al mito. En nuestra opinión, ése es uno de los grandes aciertos de este espectáculo, que es capaz de reinterpretar y reescribir un imaginario poético cargándolo de sentido y abriendo nuevas brechas de sentido. Una tarea difícil, teniendo en cuenta que se trata de un poeta canónico y mitificado. Al analizar la antología de poemas que se bailan en este espectáculo, observamos que casi todas las piezas poéticas bailadas son poemas conocidos y difundidos por otras propuestas artísticas: por recitales, canciones, cómics o antologías17. Todas ellas, como se aprecia, formas artísticas populares que han promovido la socialización y popularización del imaginario poético de Sarrionandia. Por lo tanto, al seleccionar los poemas para el espectáculo Hnuy illa, se ha optado por un criterio concreto: representar mediante la danza poemas difundidos, y de esa manera, proponer nuevas interpretaciones de piezas poéticas popularizadas. En este espectáculo se escuchan 15 poemas, algunos se reproducen íntegramente, y en otros casos, en cambio, solamente se reproducen algunos versos y así, recontextualizando aún más los versos. En el cuadro “Hnuy illa: la antología poética propuesta” en la columna “Difusión del poema” se indica de qué manera se ha difundido y popularizado el poema. 17 HNUY ILLA: ANTOLOGÍA POÉTICA La transmisión del poema La representación del poema en el espectáculo Hnuy illa Poema Kiromantzidxa Publicación Difusión Modo Género Ubicación del de de de poema locución la voz la danza Hnuy illa nyha maja yahoo. Poemak 1985- Una mujer 1995, Elkar. Performance Recitado -Izaskun Durante la En el apartado “Tren luze poético, música, (voz en off) Ellakuriaga- lectura del eta bustiak” [Trenes largos cómic18, antología (Versión del disco poema y mojados] Begi hurrineko Gartzelako poemak bertsoa [Poemas de la cárcel] Susa, de Mikel Laboa) Antología19 1992 Bertso (verso Un hombre cantado) Después de la lectura del poema Beste bat bazina Akordatzen [Recordando], Canción Elkar, 2004. Recitado Un hombre/ una Antes de la (voz en off) mujer lectura del poema Poesia hilda dago Hnuy illa nyha maja baina ez naiz ni yahoo. Poemak 1985- Performance Recitado 1995, Elkar, 143. En el poético, antología (voz en off) izan Un hombre Después de la lectura del apartado “Merkatu beltza” poema [Mercado negro] Iluntasuna nehurtzen Hnuy illa nyha maja yahoo. Poemak 1985- Antología 1995, Elkar, 159. En el Recitado El poeta Joseba (voz en off) Sarrionandia No hay danza Cantado El cantautor Mikel Durante la (en off) Laboa lectura del apartado “Merkatu beltza” [Mercado negro] Hegazti errariak Izuen gordelekuetan barrena, Bilbo Aurrezki Canción Kutxa, 1981. poema Enea zara zu Izkiriaturik aurkitu ditudan ene poemak, 1985 Durante la Actuación Recitado (voz en off) Un hombre lectura del poema, y tras ella 18 En el año 2000, en el 25 aniversario de la huida de Sarrionandia, el colectivo cultural Napartheid publicó una obra de cómic colectiva, donde varios artistas gráficos adaptaron poemas y narraciones de Joseba Sarrionandia: Zitroi ur komikiak. Joseba Sarrionandia komikitan, Napartheid-Txalaparta, 2000. Al indicar que la difusión se ha hecho mediante antología, nos referimos concretamente a la antología Hnuy illa nyha maja yahoo. Poemak 1985-1995. 19 Biluzteko orduan Hnuy illa nyha maja yahoo. Poemak 1985- Antología 1995, Elkar, 187. Recitado El poeta Joseba Durante la (voz en off) Sarrionandia lectura del En el apartado poema “Monogamo inperfektoak” [Monógmas imperfectos] Oroitzen Gartzelako poemak zaitudanean [Poemas de la cárcel] Susa, Exilio Hnuy illa nyha maja Después de la Antología 1992 Recitado Una niña (voz en off) lectura del poema Durante la yahoo. Poemak 1985- Antología, Recitado/ Una mujer y la lectura del 1995, Elkar, 56. En el canciones Cantado cantante poema apartado “Tren luze eta (Mikel Laboa, (en off) Maria Berasarte bustiak” [Trenes largos y Zura, Bosanova) (Fado) mojados] Ez diren gauzak Hnuy illa nyha maja yahoo. Poemak 1985- Después de la Canción, antología 1995, Elkar, 147. En el Recitado Un hombre (voz en off) lectura del poema apartado “Merkatu beltza” [Mercado negro] Garaizarkoa Akordatzen [Recordando], Durante la Sin difusión Elkar, 2004. Mundua Hnuy illa nyha maja begiratzeko leihoak yahoo. Poemak 1985- Canción 1995, Elkar, 167. En el Recitado El cantautor Ruper lectura del (voz en off) Ordorika poema Recitado Un hombre No hay danza (voz en off) apartado “Merkatu beltza” Sustraiak han Izuen gordelekuetan dituenak barrena, Bilbo Aurrezki Canción (Mikel Cantado El cantautor Mikel lectura del Kutxa, 1981. Laboa) (en off) Laboa poema Iñongo lekuak Hnuy illa nyha maja Recitado Una niña No hay danza yahoo. Poemak 19851995, Elkar, 28. En el Durante la Antología (voz en off) apartado “Tren luze eta bustiak” Por otra parte, la mayoría de las escenas responden a la recreación de un poema, pero en dos casos, en una escena se insertan varios poemas, o varios fragmentos de poemas, creando una nueva polifonía coral en una sola pieza escénica. El nombre del espectáculo, Hnuy illa, se ha tomado prestado del libro Hnuy illa nyhamaja yahoo. Poemak 1985-1995 (1995, Elkar). En este libro Joseba Sarrionandia ofrecía una antología personal de los poemas publicados desde 1985 hasta 1995. El título de esta antología hace referencia a la obra Los viajes de Gulliver de Jonathan Swift, que significa “Cuídate, amigo”, y hace referencia, al camino, al viaje, al tránsito. La coreografía retoma el título de la antología, y comienza con una lluvia de letras, que recuerda a la portada de la antología. Esa lluvia de letras se va fundiendo según los bailarines entran en escena, y las letras y palabras se van diluyendo en una simulación de gotas de agua, de lluvia, de sirimiri. Esta apertura de la coreografía nos remite a la textualidad de la actuación coreográfica, en una visión que fusiona lo verbal y lo corporal. Puesto que lo verbal tiene una dimensión performativa, y lo corporal también se presenta en su dimensión textual, y discursiva. Por otra parte, un epígrafe del poemario Hnuy illa de Joseba Sarrionandia resume la visión que se recrea en el espectáculo: ‘Exilium vitam est’ VICTOR HUGO ‘Bizitza herbestea da’ ISMAEL LARREA (Sarrionandia 1995: 23). El exilio como un concepto que define la existencia y la vida en un sentido figurado, el exilio como experiencia real (puesto que Ismael Larrea es un heterónimo que utiliza Joseba Sarrionandia, poniendo en la práctica de la escritura también esa figura de la identidad que se deshace y rehace). El exilio como experiencia que en el pensamiento contemporáneo se expresa en esas dos vertientes, en la del pensamiento (como una categoría filosófica y existencial), y en la de la experiencia (como una experiencia vital irremediable): “El exilio es algo curiosamente cautivador sobre lo que pensar, pero terrible de experimentar. Es la grieta imposible de cicatrizar impuesta entre un ser humano y su lugar natal, entre el yo y su verdadero hogar: nunca se puede superar su esencial tristeza” (Said 2005: 179). En esa línea, en el poemario Hnuy illa se hace especial hincapié en la temática del exilio, en diferentes dimensiones: el exilio político, el exilio geográfico, el exilio lingüístico, y el exilio existencial. Se presenta el exilio como posición epistemológica, pero partiendo de una experiencia vital, que no se puede obviar al presentar todas las demás dimensiones. La narración que se propone en el espectáculo Hnuy illa responde a ese orden mencionado, a todas esas dimensiones del exilio. Comienza tratando el exilio político con el poema “Kiromantzidxa”, es decir, dan comienzo al espectáculo con la dimensión más conocida por todos los espectadores, y poco a poco, van presentando otras dimensiones del exilio, y de la identidad nómada. De lo político a lo existencial, un continuum. Además, como mencionaremos en el siguiente apartado, el espectáculo Hnuy illa también propone un exilio o una identidad en tránsito que se refiere a la sexualidad y a la corporeidad. Para analizar la puesta en escena de los poemas, en primer lugar, vamos a reflexionar sobre el espectáculo como una modalidad de performance poética20. En ese sentido, partiremos de las características que Cornelia Gräbner (2008) delimita para el performance poético, porque aunque en este espectáculo los poemas no sean recitados ni enunciados en escena, nos parece una buena manera de comparar los recitales poéticos o los performances poéticos donde participan los propios poetas, con otra modalidad de escenificación de la poesía, en el que no existe tal correlación entre poeta y enunciador. De hecho, una de las características principales que reúne Cornelia Gräbner (2008) es la presencia física del poeta, una presencia que se expresa mediante la voz, el cuerpo y la autoridad. En el espectáculo Hnuy illa, sin embargo, no hay esa triple presencia del poeta. En este performance o espectáculo de danza el autor de los poemas no está presente en el espectáculo coreográfico, y no participa corporal ni físicamente en él. Ya hemos mencionado, además, que el poeta Sarrionandia representa incluso una autoría incorpórea, puesto que al escribir desde el exilio (y desde un no-lugar) no se difunden imágenes corporales ni gestuales del escritor, y la única imagen autorial que conservamos es una vieja foto de la década de los 80. Para compensar esta ausencia física, corporal y gestual, y para refrendar la posición autorial, han optado por integrar en el espectáculo dos poemas recitados por el mismo poeta, Joseba Sarrionandia, dos poemas muy conocidos y difundidos, puesto que se editaron en el trabajo Hau da ene ondasun guzia (2000, Txalaparta), disco que reúne poemas musicados del poeta. Esos poemas recitados por el autor son una excepción en el espectáculo, puesto que la mayoría de los poemas se insertan gracias a la re-mediación, pero eso sí, los poemas se escuchan mediante voces en off, o canciones, y son las y los bailarines los que interpretan/experimentan el poema con la escenificación, pero no son los bailarines los que recitan las piezas poéticas. En ese sentido, la fractura entre voz y cuerpo-espacio que representa Joseba Sarrionandia -al ser una voz siempre descorporeizada, deslocalizada y desterritorializada-, también se manifiesta en el espectáculo Hnuy illa, al estar claramente desvinculados/desmembrados la voz y el cuerpo, la enunciación del poema y la actuación de la danza. Es decir, en este espectáculo el sujeto poético y el sujeto coreográfico no se fusionan en la escenificación, aunque en algunas escenas las y los bailarines interpreten ser ese sujeto poético –pero la voz no se desprende de su cuerpo-. Por lo tanto, lo corporal y lo verbal están muy disociados en este espectáculo, de tal manera, que parecen sugerir ese exilio de la voz, ese desplazamiento de la voz, esa deslocalización de la voz. Y por otra parte, sugieren el deseo de corporeizar, de 20 En el siguiente apartado, “Poesía corporal”, reflexionaremos sobre las características dancísticas del espectáculo. dar cuerpo y espacio a esas voces deslocalizadas que no pueden estar presentes físicamente. La disociación entre el poeta, la enunciación del poema y el cuerpo genera preguntas sobre la subjetividad, sobre la relación entre esas tres subjetividades – el sujeto creador –posición inicial de la enunciación-, el sujeto enunciador – transmisor y responsable de la re-mediación- y el sujeto coreográfico – el actor que escenifica y encarna el poema, generando nuevas fisuras e interpretaciones-. Por otro lado, Cornelia Gräbner (2008) la performance poética la poesía en performance se presta a la expresión de identidades culturales que se encuentran al margen de la posición social hegemónica. La poesía en performance acoge dialectos, sociolectos y posiciones discursivas marginales, que los valora como una expresión de identidad y posición social, dándoles voz. Esa característica enunciativa responde a la opción enunciativa general que se aprecia en la propuesta coreográfica. Incluso el espectáculo comienza con un poema en una variante del dialecto vizcaíno (“Kiromantzidxa”), uno de los dialectos y de las variantes más alejadas del euskera batua (estándar). Destaca esa opción, puesto que es uno de los únicos poemas que Sarrionandia (vizcaíno de origen) ha escrito en ese dialecto. Asimismo, se aboga por dar voz a identidades culturales que se encuentran en los márgenes de la posición social hegemónica: la voz del exiliado (Joseba Sarrionandia), la voz de la mujer, la voz de los niños y niñas, la voz de la cultura portuguesa… Como se ejemplifica en el cuadro, la remediación de algunos de los poemas muestran esta apuesta por las voces marginales. Gräbner (2008) La poesía en performance apela a la hibridación mediática. La performance va acompañada a menudo de música, de elementos visuales como la fotografía o el vídeo, e incluso de elementos propios de la representación teatral. Al tratarse de un espectáculo de danza, aunque también se caracterice por la simultaneidad de códigos (sobre todo el vídeo, y elementos teatrales), entre esos códigos destacan la música y la danza. Como afirman los teóricos de la danza (Colomé 2007: 119), la música y la danza son disciplinas que se complementan, que incluso, son indispensables la una para la otra. Es por ello que la estructura coreográfica de Hnuy illa prácticamente se manifiesta en las piezas musicales, que son las que delimitan cada una de las escenas (junto a la iluminación, que se oscurece al final de cada escena, para delimitar las piezas musicales y dancísticas). También el vínculo entre música y poesía es estrecho, e históricamente mucho más fructífero que el vínculo entre danza y poesía. En ese sentido, el optar por poemas musicados para el baile, puede ser una vía de vincular esas dos disciplinas que no han tenido tan estrecha relación (danza y poesía), mediante una disciplina hermana en las que ambas se han articulado, la música. Los dos poemas musicados que se utilizan para el baile, son canciones popularizadas con letra de poemas de Joseba Sarrionandia, en voz del cantautor Mikel Laboa. De esta manera, ofrece una reinterpretación de canciones popularizadas y poemas popularizados. De hecho, gran parte de los poemas de Sarrionandia en los que se basa el espectáculo han sido musicados. La poética de Joseba Sarrionandia ha estado muy vinculada a la música vasca. Es cierto que la relación entre la música y poesía en la literatura vasca ha sido continua e intensa, debido a la tradición oral de la cultura vasca que ha fomentado ese encuentro artístico entre lo musical y poético. Como ya hemos mencionado, la modernidad poética estuvo vinculada al grupo cultural y musical Ez dok amairu, donde se cantaban tanto canciones tradicionales vascas, como poemas contemporáneos. Esta tradición musical que nace del encuentro poético y musical ha tenido gran arraigo en la cultura vasca, y todo poeta que se precie tiene un disco con poemas musicados. Por ejemplo, los poemas de Atxaga se musicaron en el proyecto Nueva Etiopía (1996), y los poemas del propio Joseba Sarrionandia se musicaron en el disco Hau da ene ondasun guzia (Txalaparta) por grupos y estéticas musicales muy diferentes –pop, rock, punk, reggae-. Aún siendo así, y siendo muchos grupos musicales los que han acudido al imaginario poético de Sarrionandia para componer sus piezas, la mayoría de las versiones musicales que se han elegido para este espectáculo son del músico Mikel Laboa. Son canciones de gran arraigo popular, composiciones mucho más conocidas y difundidas que la poesía de Sarrionandia. Es decir, muchos de los espectadores desconocerían que la letra de esas canciones tan popularizadas eran del poeta Sarrionandia, y por lo tanto, el espectáculo Hnuy illa también tiene ese componente informativo, puesto que se recuerda a los espectadores la autoría de esas canciones tan popularizadas. De los tres poemas cantados, dos se reproducen en voz de Mikel Laboa, en versiones popularizadas, y otro poema ha sido musicado para este espectáculo, el poema “Propostas para a definiçao do exilio”. Es precisamente la cantante donostiarra María Berasarte quien canta un fado basado en este poema. La composición de las piezas musicales creadas para el espectáculo ha corrido a cargo del músico Iñaki Salvador. Este músico y compositor colaboró en múltiples ocasiones con Mikel Laboa, y por lo tanto, se ha creado en este espectáculo una atmósfera musical conocida e identificable. Además, fue precisamente Iñaki Salvador el compositor del espectáculo Zilbor hestea (1991) de la compañía Ttantaka, como hemos mencionado, su primer espectáculo de danza contemporánea. La colaboración interartística, en consecuencia, responde también a la filosofía del proyecto, a esa intención de fusionar lo tradicional y contemporáneo. Bailan una tradición musical y literaria conocida, y por lo tanto, destaca aún más el intento de ofrecer una nueva lectura de estas piezas y poemas. El uso de piezas musicales conocidas –y no compuestas para el baile o el espectáculorecuerda al uso de la música de la danza moderna. En la danza popular o tradicional, como es bien sabido, la música y la danzan se funden, puesto que una partitura concreta responde a un ritual de danza específico. Sin embargo, en la danza moderna predomina la visión rupturista, y se libera de esa dependencia, para lo que se acude en ciertas ocasiones a piezas musicales no creadas para el baile (Colomé 2007: 129). En el espectáculo Hnuy illa la transgresión de códigos se activa en una doble dirección: por una parte, se bailan piezas musicales popularizadas (y que ninguna relación tienen con la danza); y por otra parte, se inscriben movimientos y elementos coreográficos de la danza tradicional vasca para interpretar esa pieza musical, desvinculándose de la fusión entre música y danza propia de la danza popular, y recontextualizando tanto la pieza musical como los movimientos coreográficos. Teniendo en cuenta que Sarrionandia es un poeta canónico, y que se ha adscrito por los críticos e historiadores de la literatura como un claro exponente de la lírica vascas, gracias a la coreografía, y a esa descentralización de las subjetividades que en ella participan, los poemas de Sarrionandia se reinterpretan desde una diferente posición, y el discurso poético ya no se puede interpretar como una autorrepresentación del sujeto discursivo, ni como una voz experiencial y finita vinculada al presente (Casas 2012: 23). Partiendo de la distinción que hace Arturo Casas (2012)21 sobre el discurso lírico y el discurso no-lírico, se puede afirmar que la crítica literaria ha interpretado la poesía y los poemarios de Sarrionandia desde la perspectiva del discurso lírico, y por el contrario, el espectáculo Hnuy illa ha generado otra interpretación de los poemas –cuestionando el discurso hegemónico-, y han generado nuevas subjetividades e intersubjetividades próximas a ese discurso no-lírico. Como espectadoras y espectadores nos posiciona en un espacio potencial entre el cuerpo y la voz, entre la danza y el poema, entre el bailarín y el enunciador, entre el enunciador y el poeta. Y es la creación de ese espacio fronterizo entre todas estas posiciones espaciales (que van del escenario a las voces en off), y las subjetividades (desde el poeta al bailarín, pasando por la re-mediación) donde se desestabilizan las identidades corporales, y las identidades lingüísticas, en continua construcción y diálogo. “With regard to Ernesto Laclau and Chantal Mouffe’s (1985, pp. 105-122) theory of discourse, I believe that self-displaying of the subject and its virtualities could be seen as the hegemonic factor in the configuration of the lyric discourse in modernity and postmodernity. Alternatively, its negation would be the structuring of non-lyric discourse. That is, the non-lyric poetic discourse begins with the decision to separate the self-representation of the discursive subject and his/her (moral, aesthetic, epistemic, ideological, etc.)” (Casas 2012: 33). 21 3.2. Poesía corporal: danza y poesía en tránsito Como hemos destacado uno de los aciertos de este espectáculo se aprecia en la capacidad de reinterpretar y cuestionar el imaginario colectivo hegemónico, y proponer una poética de (inter)subjetividades en construcción. Y precisamente el baile e interpretación corporal de los poemas y de piezas verbales resulta muy efectiva a la hora de problematizar posiciones subjetivas y discursivas representadas en los poemas. La singularidad de la danza radica en su carácter eminentemente corporal (Macias 2009), y por ello, Zulai Macias nos habla de la danza moderna y “del poder silencioso de la experiencia corporal”. Sin embargo, en la danza contemporánea, cada vez son más las propuestas coreográficas en las que los bailarines toman la palabra, y tienen voz. Ixiar Rozas (2011) en su tesis doctoral analiza algunas coreografías de la danza contemporánea, para mostrar que la puesta en escena de esa voz y enunciación de los bailarines es una nueva forma de experimentación que está en auge22, y que concretamente tiene como función problematizar esa disociación entre cuerpo y voz. Rozas (2011) centra su análisis en la coreografía experimental, tal como la define Lepecki (2008): desde esa perspectiva, “La coreografía experimental lleva a escena su pensamiento, una escritura del cuerpo en el espacio, una escritura que a su vez sitúa lo coreográfico fuera de los límites de la propia danza y que no tiene por qué estar relacionada con lo que hasta ahora hemos relacionado con un cuerpo que danza” (Rozas 2011: 12-13). El espectáculo Hnuy illa no responde exactamente al modelo de la coreografía experimental, porque la narración está bien estructurada, y los límites de la danza están más definidos que en esas coreografías experimentales, y porque lo verbal está discursivamente estructura. Pero, no obstante, esta coreografía, al fusionar códigos de diferentes disciplinas artísticas – e incluso diferentes códigos dancísticos (el tradicional y el moderno)-, generan esa reflexión y esa escritura del cuerpo en el espacio al que alude Ixiar Rozas. Como indica Zulai Macias (2009: 25) la práctica de la danza tiene una doble partida: por una parte, se rige por un fuerte poder disciplinario; por otra parte, tiene la capacidad de crear y experimentar. Y en esta coreografía se enfrentan y se ponen en diálogo estas dos prácticas dancísticas, para desarrollar y activar “la posibilidad de desplazar los límites de la subjetividad normada y Ixiar Rozas (2011: 12) explica así la función de la voz en la danza contemporánea: “En el teatro postdramático es la fragmentación del texto y el libreto la que provoca una ruptura en la estabilidad y la linealidad narrativa (Lehman 2006). La danza, por su parte, rompe su silencio y empieza a hablar a partir de los años sesenta con Judson Church. Y en esta irrupción la ruptura con el texto dramático no va a ser la única responsable de la desestabilización, también la voz, con la que se empieza a experimentar de manera más específica en la danza que se desarrolla a partir de los años noventa, va a ser un elemento fundamental”. 22 disciplinada” (Macias 2009: 25) que tiene la danza, y generar grietas en los estereotipos y normas corporales23. Tanto Zulai Macias (2009) como Ixiar Rozas (2011) destacan que la danza contemporánea es potencialmente un espacio de resistencia. Como indica Rozas (2011: 22), “La danza como práctica micropolítica, y en un diálogo continuo, introduce en sus formas estéticas temáticas que pertenecen a un terreno macropolítico” (Rozas 2011: 22). Y evidentemente, siendo una disciplina corporal, la danza contemporánea y sus propuestas coreográficas deben problematizar el cuerpo y las concepciones que surgen alrededor de lo corporal, y para ello, “Es necesario, pues, vincular la práctica dancística con las reflexiones de su propio tiempo, mismas que se corresponden con propuestas artísticas, así como de las concepciones que surgen alrededor de lo corporal” (Macias 2009: 17). En ese sentido, consideramos que esta transferencia cultural del texto poético al texto de la danza, nos ofrece un marco interpretativo muy apropiado para poder reflexionar sobre las representaciones del cuerpo. Esta lectura comparada nos posibilita comparar dos ámbitos en los que la presencia, representación y participación del cuerpo son, de partida, completamente diferentes, y de esta manera, nos ofrece la posibilidad de reflexionar sobre diferentes prácticas discursivas para generar los cuerpos, para representar los cuerpos. En esta lectura comparada prestaremos especial atención a la adaptación o transferencia de las representaciones de la sexualidad. Analizaremos cómo se han representado en la danza los discursos sobre el género y la sexualidad de los poemas de Joseba Sarrionandia. De hecho, una de las aportaciones más interesantes del espectáculo Hnuy illa se centra en la reinterpretación de los discursos sobre el género y la sexualidad propuestos en el imaginario poético de Joseba Sarrionandia. Una reinterpretación sobre el género y la sexualidad generada únicamente mediante la actuación o performance corporal, mediante la danza. De hecho, en el imaginario de Sarrionandia el cuerpo es casi un espacio no habitado, y su imaginario poético trata más sobre los espacios territoriales, la tierra y el hogar. Por otra parte, la fusión entre danza tradicional y contemporánea ya promueve la reinterpretación de los códigos establecidos. Como afirma Enrique Ayerbe “la danza folclórica es una poética gestual de la memoria de la cultura” (Ayerbe: 3). Por consiguiente, las danzas tradicionales suelen representar los códigos hegemónicos del imaginario En opinión de Zulai Macias, la danza contemporánea tiene “la capacidad de incidir en regímenes bien establecidos, con el potencial de irrumpir las formas de la distribución de lo sensible para, luego, plantear otras formas posibles de su quehacer, siempre en movimiento.” (Macias 2009: 18) 23 colectivo, y al mismo tiempo, suelen ser unas de las expresiones culturales más ritualizadas, que incluso corren el riesgo de convertirse en fósiles culturales. En estas danzas se perpetúan códigos corporales y códigos sexuados: en la indumentaria, en las funciones, en las posiciones, etcétera. Es decir, las danzas tradicionales suelen representar posiciones y movimientos normativizados, estereotipados, faltos de sentido, incluso para quien los ejecuta. Y por tanto, en las danzas tradicionales también se crean espacios de control de la sexualidad (en el caso de la danza tradicional vasca, son conocidas las prohibiciones de bailes y la institución de concepciones genéricas, que prohíben a mujeres representar ciertos bailes). En ciertos imaginarios colectivos, además, la danza tradicional es uno de los patrones hegemónicos que construye la imagen de la nación. Al fusionar la danza tradicional y la danza contemporánea, las compañías KukaiTtantaka han creado un espacio híbrido, un espacio fronterizo donde se fusionan diferentes códigos corporales y códigos sexuados. La transgresión de los límites genéricos establecidos posibilita nuevos actos preformativos: la flexibilidad en los movimientos, las nuevas posiciones en las coreografías grupales, el contacto físico entre los bailarines y la sensualidad o el erotismo. La propuesta coreográfica procura repensar el carácter comunitario y colectivo de la danza tradicional, y para ello, aunque los bailarines bailan en grupo y en círculo (como en la danza tradicional), a veces se desplazan de esa posición rígida del círculo, e incluso dan le dan la espalda. De esa manera, se recrea esa doble fuerza por la que se rige la construcción de la identidad (lo público y lo privado, en una continua interacción y en continuo diálogo, desplazamiento). Como hemos mencionado al tratar el tema del exilio, en esta propuesta coreográfica, tras tratar el exilio político, geográfico y existencial, se propone un exilio sexual o genérico. En ese desplazamiento de lo político a lo sexual, también se aprecia una evolución en la escenificación de la danza. En la primera escena, en la que se recita el poema “Kiromantzidxa”, la bailarina interpreta al sujeto poético que enuncia. Pero esa correlación entre el sujeto poético y el sujeto coreográfico cada vez se va alejando más durante el espectáculo, de tal manera, que los poemas se recitan antes de la pieza dancística, o después de la pieza dancística. Esta disociación del sujeto poético y del sujeto coreográfico también implica una lectura e interpretación cada vez más corporal (y por lo tanto, más personal) de los poemas. Es el poema “Propostas para a definiçao do exílio” el que funciona como bisagra entre la interpretación más difundida y popularizada del imaginario poético de Joseba Sarrionandia, y la reinterpretación propuesta por este espectáculo. Recopilamos el poema, puesto que consideramos que reúne todas las dimensiones del exilio que recorre el espectáculo. Propostas para a definiçao do exílio Exílio é um país que esmorece além do horizonte. Exílio é passear em ruas povoadas de folhas mortas. Exílio é olhar estações de trilhas mofentas por onde passam locomotivas de inícios de século. Exílio e descansar ao lado dum relogio de parede. Exílio é todas as caixas vazias. Exílio é viver na escada. Exílio é deitar-se na cama sem se despir Exílio é entrar sem pagar em cinemas baratos Exílio én entrar em bosques sem lobos e em bosques Com lobos Exílio é papel em que a gente escreve. Exílio é onde e quando Exílio é como um morcego na ferida Exílio é beber em botecos de porto Exílio é navegar em barcos de bruma Exílio é a segunda, a terça e o domingo Exílio é uma noite incendiada Exílio é um bairro sem luz Exílio é dormir Numa cama de lama Exílio é se afogar nos olhos pretos de uma mulher cega Exílio é falar sem os lábios próprios Exílio é que o vento não deixa pedra sobre pedra. Exílio é deixar a barba crescer para parecer sábio. Exílio é um hotel que pega fogo à meia-noite. Exílio é ficar sem cor nas bandeiras. Exílio é como esvaziar todas as coisas Exílio é refugiar-se no futuro e nos demais tempos verbais. Exílio é a realidade que determina a conciência. Exílio é fugir de estórias para a História. Exílio é bater do outro lado de uma porta fechada. Exílio é uma palavra que soa absurda, Como si tivesse sido repetida demais Exílio é morrer morrer dun acidente de bicicleta Exílio é um amanhecer onde jogo literalmente a minha vida. Exílio é a cuadratura da hipotenusa. Exílio é rexistir, se a palavra rexistir. Exílio é uma réstia de coraçaoes e testículos. Exílio é fuligem e tisne de noites e de dias. Exílio é plantar sombras. Exlio é un concerto sem instrumentos que você aproveita Para escutar a neve cair Exílio é a vida é assim. Exílio é beber um cafe cinzento com muita borra. Exílio é se esconder num armário com medo de que alguém o abra e com medo de que ninguém o abra. En este poema un bailarín representa una danza con una bicicleta, mientras se proyecta en la pantalla una carretera en movimiento, un camino que se transita. Por lo tanto, se representa mediante el baile esa identidad en tránsito que propone el poema. La siguiente pieza que se baila es el poema “Ez diren gauzak” [Cosas que no hay], que se interpreta de una manera muy personal, por dos bailarines. Antes de que comience el baile, una voz en off recita parte del poema, únicamente la parte que se refiere a la existencia de cosas que se invisibilizan y se silencian. Es decir, no se recita la parte del poema que se refiere a los territorios negados, y las cartografías silenciadas24. De esta manera, se despoja el poema de la interpretación territorial o geográfica, y se reinterpreta desde una nueva óptica: una visión de género. Tras la lectura del poema, dos bailarines interpretan una danza, que comienzan con pasos típicos del aurresku, y terminan bailando juntos una danza que integra pasos y movimientos corporales asociados al tango. Parece que la propuesta coreográfica retoma los dos últimos versos del poema “Propostas para a definiçao do exílio”, y reinterpreta la imagen del exilio y el armario desde los discursos de la sexualidad. Es muy significativo que se hayan fusionado el aurresku y el tango, ambos bailes que son parte del imaginario colectivo, pero con connotaciones bien diferenciadas. El aurresku es un baile de honor, y el tango, es un baile vinculado a la sensualidad y el erotismo. La fusión de estos dos códigos genera nuevas interpretaciones y asociaciones que nos obligan a deconstruir discursos hegemónicos y establecidos. En ese sentido, el baile de honor, se convierte en un baile sensual que promueve la complicidad entre dos bailarines, en movimientos y gestos que sugieren un juego de seducción entre dos hombres, transgrediendo los códigos ritualizados de la danza tradicional vasca, e incluso transgrediendo los códigos sexuados del tango, que en cierta medida, es uno de los bailes e imágenes de seducción más difundidas en el pensamiento heterosexual. Ya en una pieza escénica anterior, en “Hegazti errariak” [Pájaros errantes], se escenifica una danza sugerente que nos evoca erotismo entre una bailarina y un bailarín, y a la sombra, en un segundo plano, se nos presentan otros dos bailarines, ambos hombres, besándose. Esa reinterpretación de la identidad nómada y de los géneros en tránsito, nos ha recordado al poema “¿Qué es queer?” de Sejo Carrascosa, que precisamente responde a una estructura semejante a la del poema “Propostas para a definiçao de exílio” de Joseba Sarrionandia: El poema “Ez diren gauzak” [Cosas que no hay] trata sobre todo sobre las geografías perdidas, y la territorialidad negada. Como bien se puede observar en la versión en cómic, el territorio y la cartografía son la temática principal (para ver la versión cómica consultar blog). 24 Qué es queer? Queer es el devenir sexo en olor de multitudes. Queer es el jugar a los médicos de las primitas y primitos en las horas de la siesta en las tardes de estío. Queer es pasarte la infancia diciendo: “Que no soy un niño y me llamo Leire. ¡Joder!” Queer es ser maricón y hacer bollos con tus amigas. Queer es paradoja, nunca metáfora. Queer es ser gitano y enterarte en la adolescencia de que eres parguela. Queer es un culo en busca de material de relleno. Queer es hacer vudú con tu mejor muñeca: tu esclavo. Queer es ser un eterno superviviente, cada vez que te matan (y son tantas…) nunca te mueres. Queer es el Sr. Antonio con sus caramelos en la puerta del colegio. Queer es Marimar corriendo al salir de clase para conseguir los ricos caramelos que le da el Sr. Antonio por tocarle la salchicha. Queer es no correrse nunca. Queer es correrse siempre antes. Queer es osos, zorras, lobos, perras, buitres, leonas, víboras. Un zoo no lógico. Queer es ser bastarda y no tener familia. Queer es fundar un clan, alzar una partida, formar una banda. Queer es un mapa mudo donde los accidentes son prótesis cartografiando el deseo. Queer es una red de órganos, y otra red, y otros órganos. Queer es una sordera intermitente a voluntad. Queer es Cábala. Otros alfabetos, otras entonaciones en las lecturas. Queer es tantos poderes como orificios, tantos órganos como funciones. Queer es tener alergia a los universales, a Shere Hite y a la academia. Queer son los monstruos que aparecen por las grietas del urbanismo patriarcal. Queer es comer niños. Queer es un punto de ternura ajeno a la economía heterosexual. Queer es intercambiar artilugios sexuales. Queer es follar con sombras y espectros. Queer es conjurar machos y hembras. Queer es generar diosas. Queer es pervertir travesías, subvertir escalas. Queer es trashumar ritos. Queer es estar en los márgenes del ágora, en el camino de los misterios. Queer es arte: artefacto, artificio, artilugio y artesano. Queer es amazonas, ogros, hadas, enanos, mujeres barbudas, tiovivos… en las zonas oscuras del parque temático de la sexología. QUeer es mantener que los áangeles y los pitufos no tienen sexo, mientras les das por culo. Qué es Queer? Qué es Qué? Queer es Queer? Queer es Qué? Qué eres Qué? Sejo Carrascosa 4. Hacia una poética transgenérica Tras este rápido recorrido por el espectáculo Hnuy illa, es evidente que en él se activa la potencialidad para generar espacios de resistencia tanto de la peformance poética25 como de la danza moderna. Las iniciativas culturales de las compañías Kukai-Ttantaka no solamente han creado un contexto apropiado para que la danza se manifieste de otra manera, sino que también han posibilitado que la danza sea percibida por el público como un fenómeno artístico diferente, y que problematicen las actuaciones de danza tradicional (y todo su ritual). Al cambiar la forma de la danza, cambió la capacidad de percepción del público. Para ello, proponen una identidad nómada, el cuerpo en movimiento y tránsito como gesto poético que supera la concepción de la danza tradicional (y por ende, del imaginario colectivo) como código establecido, ritualizado y fosilizado. De esa manera, logran crear fisuras en los códigos hegemónicos, subvirtiendo las jerarquías, transgrendiendo los límites genéricos establecidos (géneros textuales, géneros artísticos, géneros sexuales), y negando el imaginario colectivo incorpóreo, presenta una poética que se mueve hacia la corporeidad de imaginarios colectivos. En conclusión, proponen una poética transgenérica que atraviesa y atiende tanto a los géneros artísticos, como a los códigos corporales y sexuales. En los análisis y teorizaciones sobre la performance poética que se han realizado en el volumen Performing Poetry (2011) dirigido por Arturo Casas y Cornelia Gräbner (2011) ha quedado en evidencia esa potencialidad de esta modalidad poética para generar fisuras en los discursos poéticos hegemónicos o en las posiciones más institucionalizadas. "Importantly, all contributors seem to agree in that the performance of poetry embraces a critical, marginal or even outsider position towards the poetics establishment" (Casas 2011: 10). 25 REFERENCIAS: ALDEKOA, Iñaki, Historia de la literatura vasca (San Sebastián: Erein, 2004). AYERBE, Enrique, “Presentación”, en Juan Antonio Urbeltz, Danza vasca: aproximación a los símbolos (Lasarte-Oria: Ostoa, 2001), 3-5. BIDADOR, Joxemiel, Dantzaren erreforma Euskal Herrian (Bilbao: Ayuntamiento de Bilbao, 2005). CASAS, Arturo & GRÄBNER, Cornelia (eds.), Performing Poetry: Body, Place and Rhythm in the Poetry Performance (Amsterdam/Nueva York: Rodopi, col. Thamyris / Intersecting, 24, 2011). CASAS, Arturo, “A Non-Lyric Poetry in Current System of Genres”, in Burghard Baltrusch & Isaac Lourido (ed.), Non Lyrical Discourses in Contemporary Poetry (2012). COLOMÉ, Delfín, Pensar la danza (Madrid: Turner, 2007). 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