Síndrome del bolillo

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Síndrome del bolillo
Síndrome del bolillo
Nada puede ser peor que no tener futuro y, por ende, no ser sujeto de reconocimiento alguno.
Hace alguno años me enteré de un ensayo-experimento realizado por un grupo de científicos japoneses compuesto por expertos
neurólogos, calificados frenólogos, siquiatras, sicólogos y sociólogos, y para tal efecto, constituyeron tres grupos de voluntarios que
fueron nominados grupo A, grupo B y grupo C. Con ellos estudiarían el comportamiento de cada uno de estos grupos habiéndoseles
privado, mediante una terapia de hipnosis profunda, de su respectiva etapa vital: pasado, presente o futuro.
A los del grupo A, a quienes se les suprimió el pasado, mostraban síntomas de ansiedad, temor, inseguridad y desconfianza, mirando
alarmado a todos lados.
A los del grupo B, a quienes se les suprimió el presente, denotaban tristeza y desesperación, histeria y alegría cíclicamente, sin lograr
el ritmo de vida apacible y serena.
Pero, todo lo anterior es una minucia comparado con los resultados experimentados con los del grupo C, a los que le privaron el
futuro, fue la peor manifestación de todas las pruebas realizadas: los SINFUTURO, acusaban profunda accidia, melancolía,
aburrimiento, desolación, proclive a cualquier cosa, capaces de todo inclusive a una buena acción, estos ni siquiera lograban
mantenerse en pié, ni sentados. ¿Para qué me levanto? ¿Para dónde voy? ¿Qué voy a hacer? ¿Por qué ser bueno? ¿Por qué ser malo?
¿Por qué ser honesto? ¿Recibiré, sí o nó, la picúa (coima o soborno)? O ¿pediré que se me otorgue patente de corzo para la gasolina?
En suma, la pérdida absoluta, en el grupo C, de los valores morales, éticos, políticos y religiosos; esos valores que son los que operan
como sensores al justipreciar los actos de las personas y refrendan la conducta ejemplar que propicia y posibilita la existencia de un
futuro promisorio, creaban como resultado del experimento, a una persona apática, sin esperanza, carente de sueños y anhelos que
bien podríamos asimilarla con la figura del “Policía raso” nuestro, a esos a quienes les han negado su futuro por decreto porque
nacen, viven y mueren con el bolillo, y no les permitirán jamás, lucir esos alamares con los que deberían exornar sus charreteras:
dignidad, respeto y tradición pero, sobre todo, su deseo de reconocimiento.
La Institución de la Policía Nacional no les brinda a estos modernos ilotas, otra alternativa distinta que aquella que tienen signada en
la frente: Bolillo a perpetuidad. Las espadas estrellas y soles están reservadas para los oficiales de carrera que no se hallan atrevido a
ser “Policía de barrio”.
Con estas referencias de lo que sería su futuro, no nos debe sorprender la permeable conducta de nuestros agentes del orden ante las
asechanzas del demonio que se manifiestan a través de los mercaderes y traficantes del delito y el crimen que ofrecen siempre
compartir acompañados de seductoras propuestas de indeclinable rechazo.
El Policía nuestro está indefenso siempre de estas “asechanzas” al no encontrar dificultad alguna en escoger entre una mísera pensión
sin reconocimiento alguno, o la oportunidad fugaz de liberarse, con fortuna, del esclavizante bolillo. He aquí las circunstancias
propicias para que fructifique la corrupción.
De igual, o quizás peor, manera ha venido ocurriendo con la conducción y manejo de los partidos políticos tradicionales: Liberal y
Conservador. La gran crisis que padecen y su atomización hacia otros partidos casi hasta vislumbrar su extinción se debe,
mayormente, a la soberbia vanidad de sus dirigentes que prefirieron sacrificar los anhelos y ambiciones de las juventudes que
creyeron en un futuro político y, en cambio, permanecer ellos casi a perpetuidad en el Congreso – Senado y Cámara – hasta bien
avanzada edad, truncándoles la aspiración natural a las nuevas generaciones de acceder a las altas dignidades del Estado.
La maldición de Sansón no se hizo esperar ante la ceguera de estos dirigentes que prefirieron derrumbar el templo con los pocos
filisteos que le han quedado, en vez de declinar dignamente de su curul y no aceptar la ruina y demolición de un partido que no tuvo
la precaución de limitarles su ejercicio parlamentario, solamente, a dos (2) períodos continuos. Bolillo con ellos!!!
Atendamos la amonestación de mi admirado profesor Francis Fukuyama que señala: “Uno de los factores como decisivo a la hora de
interpretar todo sistema social es el concepto de “deseo de reconocimiento”. El concepto subyacente bajo el vocablo
“reconocimiento”no lo inventó Hegel al proponer su teoría de la alienación humana; es tan viejo como la filosofía política occidental y
hace referencia a una parte enteramente ffamiliar de la personalidad del hombre.
Este “deseo de reconocimiento” es lo que Platón denomina thimos, y que junto con la nous o razón y la epithymía o deseos primarios,
constituyen las tres dimensiones del alma humana. Maquiavelo lo llamóel deseo de gloria, Hobbes, el orgullo o vanagloria, Rousseau,
l’amour propre, Alexander Hamilton, el amor de la fama, J. Madison,la ambición, Hegel, el reconocimiento y Nietzche, “la bestia con
mejillas sonrosadas… ”
El deseo de reconocimiento es la parte del hombre más específicamente política porque es la que empuja a querer afirmarse a sí
mismo frente a los demás, de tal modo que no es de extrañar que halla habido filósofos políticos que consideren como problema
central de la política el d edomesticar o controlar este deseo de reconocimiento, para que sirva a la comunidad en su
conjunto.”
(Esta es la filosofía de "La Viuda Negra", esa araña perversa que mata a sus amantes -a sus seguidores- que "El cartel de La Viuda
Negra", ilustrará, en breve, el corolario de esta nota. Ejemplos patéticos: Roberto Gerlein, el senador Holguín, 'el bello durmiente',
Henrique Gómez Hurtado, 'el Himenso Senador' y todos aquellos que sobrepasan y sobrepasaron 5 y 6 períodos en el Parlamento Congreso de la República.)
Bueno mis queridos lectores como ustedes bien han podido apreciar Fukuyama, aprueba la bolillera a estos políticos egoístas y
vanidosos dinosaurios a quienes desde ya se los postula a su amigo Steven Spielberg para que logre realizar “El parque jurásico IV”
Antonio "Mono" Escobar, [email protected]

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