jonás - Rackcdn.com

Transcripción

jonás - Rackcdn.com
PROGRAMA No. 1115
JONÁS
Capítulo 1:11-2:2
Continuamos hoy, amigo oyente, viajando por el libro del profeta Jonás y vamos a ver aquí
algo que le aconteció a Jonás. En nuestro programa anterior concluimos nuestro estudio en el
versículo 10 del capítulo 1. Como usted recordará, los marineros de la nave en la cual se
encontraba Jonás estaban sumamente asustados. Ellos se acercaron a Jonás y le preguntaron:
¿Por qué has hecho esto? “¿Por qué estás huyendo de Dios? Tú adoras al Dios vivo. Nosotros
no adoramos sino a los ídolos”. Porque ellos sabían que huía de la presencia de Jehová, pues él
se lo había declarado, dice el versículo 10. Y el versículo 11, continúa diciendo:
11
Y le dijeron: ¿Qué haremos contigo para que el mar se nos aquiete? Porque el mar se
iba embraveciendo más y más. (Jonás 1:11)
Estos hombres reconocieron que ellos estaban enfrentando una decisión muy difícil, y
querían que fuera Jonás quien tomara esa decisión. Y en el versículo 12, Jonás responde y dice:
12
El les respondió: Tomadme y echadme al mar, y el mar se os aquietará; porque yo sé
que por mi causa ha venido esta gran tempestad sobre vosotros. (Jonás 1:12)
Jonás reconoce que la mano de Dios se encuentra en todo esto y que Dios está actuando en su
vida todo este tiempo, y que la única solución para el problema de la tormenta es sacarle a él del
barco, de esa nave, que se estaba dirigiendo a Tarsis. Porque Dios ya había determinado que este
hombre no iba a ir a Tarsis, sino que iría al lugar donde Dios quería que él fuera. Ahora, en el
versículo 13 leemos:
TTB 5081
Página 1 de 8
Programa No. 1115
13
Y aquellos hombres trabajaron para hacer volver la nave a tierra; mas no pudieron,
porque el mar se iba embraveciendo más y más contra ellos. (Jonás 1:13)
Estos hombres, estos marineros paganos, toman una posición que debemos reconocer como
digna. Ellos no querían arrojar sobre la borda a Jonás, aunque ellos eran paganos. No querían
arrojarle al mar. Trataron lo mejor que pudieron para hacer regresar esa nave a la tierra.
Trataron de salir de esa tormenta, pero aunque remaban tanto como podían, encontraron que no
podían hacer nada contra la tormenta. Debemos decir que en este lugar en particular, en este
libro, estos marineros paganos se nos presentan en una posición mucho mejor que Jonás. En
realidad, debemos decir que éstos eran hombres destacados. No querían arrojar a Jonás al mar.
Trataron lo mejor que pudieron, de hacer salir este barco de la tormenta, pero no pudieron
lograrlo. Y en el versículo 14, leemos:
14
Entonces clamaron a Jehová y dijeron: Te rogamos ahora, Jehová, que no
perezcamos nosotros por la vida de este hombre, ni pongas sobre nosotros la sangre
inocente; porque tú, Jehová, has hecho como has querido. (Jonás 1:14)
Notemos ahora el cambio que está tomando lugar en las vidas de estos hombres. Ellos se
están dirigiendo ahora al Dios Vivo y Verdadero. Ellos se están volviendo a Él, por supuesto, en
su desesperación, y claman a Dios que les perdone por lo que van a hacer. No tienen ninguna
otra alternativa. Sólo pueden hacer eso. Y en el versículo 15, leemos:
15
Y tomaron a Jonás, y lo echaron al mar; y el mar se aquietó de su furor.
(Jonás
1:15)
Y esto nos revela, amigo oyente, de manera muy directa, que esa era una tormenta
sobrenatural, y que Dios estaba controlando todo esto. Ahora, el versículo 16, dice:
16
Y temieron aquellos hombres a Jehová con gran temor, y ofrecieron sacrificio a
Jehová, e hicieron votos. (Jonás 1:16)
TTB 5081
Página 2 de 8
Programa No. 1115
En el libro de Proverbios, capítulo 9, versículo 10, se nos dice que: El temor de Jehová es el
principio de la sabiduría. Y Jehová es el Señor. No los dioses de ellos. Ellos le temían porque
Él es el Creador del mar y de la tierra. Y ahora, ellos ofrecen sacrificio a Jehová. Ese sacrificio
señala hacia Jesucristo. No hay ninguna otra alternativa. Ahora, aquí vemos que ellos hicieron
votos. ¿Qué clase de votos hicieron esos hombres? Ellos hicieron votos al Señor. Ahora ellos le
iban a servir a Él. Mediante esta experiencia ellos se vuelven al Dios Vivo y verdadero. Así es
que, algo de fruto se ha obtenido por medio de esta tormenta y por medio de Jonás. Él subió a
bordo de esa nave y ahora es arrojado al mar. Y notemos lo que va a suceder con Jonás. Leamos
el versículo 17:
17
Pero Jehová tenía preparado un gran pez que tragase a Jonás; y estuvo Jonás en el
vientre del pez tres días y tres noches. (Jonás 1:17)
Aquí no se menciona una ballena, como es la creencia popular. Se le llama aquí un gran pez.
Pero lo que es importante aquí, según notamos, es el hecho de que este pez haya sido preparado
por el Señor para esta actuación especial. Pensamos que nuevamente tenemos aquí un milagro
en cuanto al pez, en el sentido de que había sido preparado especialmente para tragarse a Jonás.
Leamos otra vez la segunda parte de este versículo 17:
17b
y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches. (Jonás 1:17b)
No se nos dice aquí que Jonás estuvo vivo dentro de este pez. Y esto nos lleva a la segunda
división, al capítulo 2. Y si regresamos nuevamente al itinerario del libro de Jonás, en el capítulo
1, vemos que él dejó a Israel. Su destino era Nínive, pero él fue a parar al pez. Y ahora en el
capítulo 2, él va a salir del pez. Su destino todavía es Nínive, pero él va a parar a tierra firme. Y
queremos ver la experiencia de este hombre que está dentro de este pez. Y el primer versículo
del capítulo 2, dice:
1
Entonces oró Jonás a Jehová su Dios desde el vientre del pez, (Jonás 2:1)
TTB 5081
Página 3 de 8
Programa No. 1115
Ahora, alguien nos va a decir: “Pero, ¿creen ustedes que Jonás estaba muerto dentro del pez y
que Dios le levantó de entre los muertos?”. Por cierto que creemos esto. Pero alguien va a decir
además: “Pero aquí dice que Jonás oró a Dios desde el vientre del pez. Eso indica que él estaba
vivo dentro del pez”. Por cierto que lo indica. Nuestra pregunta es: ¿Cuándo hizo Jonás esa
oración? Cuando él hizo esa oración que tenemos aquí, ¿la hizo cuando recién entró al pez,
cuando el pez se lo tragó y él fue a parar al estómago del pez; fue entonces cuando él oró? ¿O
Jonás dijo cuando estaba dentro del pez, hablando consigo mismo: “Bueno, aquí estoy en
realidad en una posición precaria, y las cosas no se ven muy bien para mí. Así es que voy a
preparar una oración y se la enviaré a Dios, y espero recibir una respuesta”? Y por tanto, Jonás
decidió escribir su oración. Trabajó, digamos, por unos dos días, y luego al tercer día ya se la
había aprendido de memoria, y entonces, él presentó esta oración.
Bueno, si él hizo eso,
entonces, nuestra interpretación está completamente equivocada. Pero, no creemos que él haya
esperado tanto tiempo con esa oración. Si este hombre se encontró en la condición en que se nos
relata aquí, usted puede estar seguro de una cosa: que él inmediatamente comenzó a orar a Dios.
Creemos que él comenzó a orar cuando el pez se lo estaba tragando, cuando llegó al estómago
del pez, él pudo decir su ¡amén!
Los hombres no oran en un momento de crisis con una oración que haya sido preparada de
antemano. Los hombres se dirigen inmediatamente al grano. Cierto Pastor que había sufrido un
accidente, en el cual había perdido un dedo de la mano derecha, cuando alguien le preguntaba,
cómo era que había sido llamado al ministerio, o cuál había sido su llamado, él levantaba la
mano y movía lo que le quedaba de ese dedo que había sido cortado. Y la gente, naturalmente, le
preguntaba: “¿Qué es lo que usted quiere decir con esto? Y entonces él les contestaba de la
siguiente manera:
“Cuando yo era muchacho, mi papá era miembro de una iglesia, y un día vino un evangelista
y tuvo reuniones allí por una semana. La primera noche que ese evangelista predicó, mi padre
hizo que todos nosotros nos sentáramos adelante en la primera banca. Y este predicador hizo que
ese lugar fuera muy incómodo para mí, porque yo sabía que él me estaba hablando a mí, aunque
él no sabía quién era yo. Se me obligó a ir la segunda noche, y yo sabía que si permanecía allí,
no sólo aceptaría a Cristo como mi Salvador, sino que también iba a entregar mi vida a Él en el
TTB 5081
Página 4 de 8
Programa No. 1115
ministerio, porque yo sentía algo que podía ser mi llamado. Así es que esa noche, cuando todos
se fueron a dormir, yo tomé algo de ropa, salté por la ventana y huí a otra provincia y conseguí un
trabajo en un aserradero. Yo no sé si usted se acuerda cómo operaban esos aserraderos antiguos.
Pero tenían un gancho muy grande, y con ellos se hacía rodar los troncos de los árboles y eran
llevados por un transportador al lugar donde estaba la sierra, para cortarlos por el medio a lo
largo del tronco. Mi tarea era hacer pasar esos troncos por la sierra”.
“Luego de haber trabajado por unas dos semanas, estaba trabajando una tarde y se me
acabaron los troncos, así es que el capataz consiguió unos troncos viejos que estaban allí y
comenzó a pasarlos por la sierra, aunque algunos de ellos habían sido rechazados por una razón u
otra. Y allí había un tronco que antes había sido cortado hasta la mitad, aproximadamente, pero
por alguna razón no se concluyó la tarea y lo sacaron sin terminar de cortarlo hasta el fin.
Cuando cargamos ese tronco sobre la banda transportadora, fue llevado hacia la sierra, pero se
abrió donde había sido cortado antes, y allí se trabó mi dedo índice de mi mano derecha, y yo
sentí que era arrastrado por ese tronco hacia la sierra que lo iba a cortar. Yo comencé a gritar tan
fuertemente como podía, pero cuando comencé a gritar, el tronco ya había llegado a la sierra, y
estaba siendo cortado. Y si usted alguna vez ha visitado uno de esos aserraderos donde uno
escucha el ruido tremendo que hace al cortar la madera, nadie puede oír a una persona que esté
gritando, aunque grité a más no poder. Así es que yo me vi arrastrado hacia esa sierra. Habría
unos 45 segundos antes que yo llegara a la sierra. Cuando llegué allí, mi dedo estaba muy
ajustado en la ranura del tronco donde había quedado atrapado, y cuando pasó por la sierra, por
supuesto, me cortó el dedo. Pero eso me libró del tronco, y me arrojé hacia un lado, y no me hizo
más daño”. Este Pastor continúa diciendo: “En esos 45 segundos, que fue todo el tiempo que se
demoró ese tronco en pasar por la sierra, en esos 45 segundos yo oré al Señor. Yo oré a Cristo,
mi Salvador; le prometí que entraría al ministerio, que haría Su voluntad, y le dije muchas otras
cosas. Le dije muchas cosas más en 45 segundos en esa ocasión, que lo que le he dicho en una
hora de oración, desde ese entonces”.
Amigo oyente, este Pastor hizo una oración muy rápida en un momento de crisis. Y así es
como usted y yo oramos cuando nos encontramos en algún peligro. Si uno se encuentra en un
avión y a causa del mal tiempo el avión comienza a descender un poco más rápido de lo
TTB 5081
Página 5 de 8
Programa No. 1115
acostumbrado, uno no va a esperar hasta que llegue a aterrizar para ponerse a orar. Si uno se da
cuenta que se encuentra en peligro, comienza a orar inmediatamente. Y estamos seguros que
usted también hace lo mismo, amigo oyente, y también estamos seguros que esa fue la situación
en la cual se encontró Jonás.
Así es que, Jonás hizo esta oración mientras bajaba desde a la boca del pez, hasta llegar al
estómago del pez, cuando llegó allí, ya él había terminado su oración y había dicho ¡Amén! Y
creemos que él oró mucho más de lo que se nos informa aquí. Vamos a observar esta oración.
Aquí tenemos a Jonás dentro del vientre del pez, y para comprenderlo mejor leamos los
versículos 1 y 2 de este segundo capítulo de Jonás:
1
Entonces oró Jonás a Jehová su Dios desde el vientre del pez, 2y dijo: Invoqué en mi
angustia a Jehová, y él me oyó; desde el seno del Seol clamé, Y mi voz oíste. (Jonás
2:1-2)
La palabra Seol aquí que se traduce por seno aquí, en algunos lugares es traducida como
sepultura; en otros lugares como el mundo invisible adonde van los muertos. De cualquier forma
en que uno la observe, tiene que ver con la muerte, siempre se asocia con el cementerio, y uno no
podría tomar esta palabra en ningún otro sentido, así que es desde el seno del Seol, o desde el
seno de la tumba.
No sabemos cuál es su interpretación, pero nuestra interpretación es que Jonás está diciendo
que el seno de este pez fue su tumba, y una tumba es un lugar para los muertos. Uno no coloca a
un hombre vivo en una tumba. Creemos que Jonás se dio cuenta que él iba a morir dentro de ese
pez, y que Dios iba a oírle a él y resucitarle de entre los muertos.
En cierta ocasión, un joven se puso a conversar con el Pastor que había visitado su iglesia y le
dijo que quería aceptar a Cristo. El Pastor le preguntó por qué no había pasado al frente, y este
joven respondió que él tenía un problema que no podía superar. El Pastor entonces, le preguntó
cuál era ese problema, y el joven respondió: “Yo no puedo creer que un hombre pueda vivir tres
días y tres noches dentro de un pez”. El Pastor le dijo: “¿Y quién le dijo eso?” “Bueno”,
TTB 5081
Página 6 de 8
Programa No. 1115
contestó el joven, “la Biblia lo dice, y yo sé que mi predicador también lo dice, y tengo un
profesor en la escuela que se está burlando de todo esto”. Entonces, el Pastor le dijo: “Bueno, mi
Biblia no dice que él estuvo vivo”. Y llegó luego al capítulo 2 de Jonás y lo leyó. Y explicó que
este hombre, Jonás, muestra claramente que el estómago de este pez fue su tumba, y que la
tumba es un lugar para los muertos. Y el joven dijo: “¿Quiere decir que él murió? ¿Quiere decir
que Dios le resucitó de entre los muertos?” Y el Pastor le dijo que sí, que tenía razón, que así era
exactamente como había ocurrido, que allí se enseña la resurrección de Cristo. Entonces, este
joven dijo: “Ese es un milagro más grande que el otro”. Y el Pastor afirmó que así era. Que él
creía que era un milagro mucho más grande que el mantener con vida al hombre dentro de un
pez, porque eso puede ser probado como algo que ya ocurrió en una ocasión, y vamos a hablar de
esto en otra oportunidad, más adelante.
Pero lo importante aquí amigo oyente, es que este hombre, Jonás, clamó a Dios desde el
vientre de este pez. Y él dijo: desde el seno del Seol clamé. Y ese es el lugar para los muertos.
Y él fue allí a morir, esa fue su tumba. Usted debe comprender que él fue quien escribió eso, no
cuando se encontraba allí en el vientre del pez, sino más tarde. Debemos decir aquí que habrá
algunos que no van a aceptar este punto de vista. Quizá estemos solos, al mantener esta posición.
El Dr. M.R. DeHaan también tenía este punto de vista, y muchas personas aceptaron lo que él
decía, cuando les fue presentado, por la confianza que le tenían. Pero, si usted mantiene el punto
de vista de que Jonás estuvo vivo, no hay nada malo con eso. Dios podía haberle mantenido
vivo, no hay ninguna duda en cuanto al poder de Dios.
La pregunta que tenemos es: ¿Qué hizo él, en realidad? Pero, no debemos mantener eso a
expensas de robar a muchos jóvenes, el defender la Biblia, en el día de hoy. Ese joven que
mencionamos anteriormente regresó a la Biblia, y contaba que su profesor volvió a burlarse, y
entonces, él pudo decir: “¿Quién le dijo a usted que Jonás estaba vivo en el vientre del pez?” Y
el profesor contestó: “Bueno, la Biblia lo dice”. Y este joven le pudo responder: “Eso no está
en mi Biblia”. Entonces, el profesor sacó su Biblia, y la observaron, y leyeron, y vieron que en
realidad ese hombre había estado muerto dentro del pez. Bien, amigo oyente, vamos a dejar esto
aquí por hoy. Dios mediante, continuaremos viendo este mismo asunto en nuestro próximo
programa.
TTB 5081
Página 7 de 8
Programa No. 1115
Mientras tanto, le aconsejamos que usted lea el resto de este capítulo 2 y se familiarice así
con la oración que hace Jonás, para estudiarla, Dios mediante, en nuestra próxima oportunidad.
TTB 5081
Página 8 de 8
Programa No. 1115

Documentos relacionados