Lizandro

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Lizandro
Mineros Notables
Lizandro
Proaño Soto
Ilustre pionero de la minería peruana
y forjador de su constante modernización
Destacado por su especial apuesta para la
consolidación de una industria minera nacional
a finales del siglo XIX e inicios del XX, y por su
esfuerzo por modernizar y hacer competitivos
los procesos mineros, don Lizandro Antonio
Proaño Soto fue un Minero Notable que marcó
una época y dejó una huella imborrable en la
historia de la minería peruana.
N
ació en Cerro de Pasco el 10 de mayo de 1866,
en el seno de una familia estrechamente vinculada a la actividad minera en Perú. Su padre fue
don Ricardo Proaño y su madre doña Petronila
Soto, y sus abuelos don Miguel Proaño y doña María del
Pilar Quintana.
Sus primeros estudios los cursó en el Colegio Ortecho
de Tarma y en el Colegio San José, dedicándose desde muy
joven a trabajos mineros, lo que le permitió adquirir una vasta
experiencia en esta dura actividad a la que se ligaría con especial predilección hasta el fin de sus días.
Como un predestinado hombre de minas, en 1894, junto
con su cuñado Octavio Valentini, en uno de sus múltiples recorridos por el centro del país, descubrió mineral de alta ley
de cobre en el distrito de Morococha de la provincia de Yauli
en el departamento de Junín, donde luego fundó la negociación de mediana minería Alapampa para explotar, entre
otras, la mina Ombla.
De esta forma, a fines del siglo XIX, se inicia la exploración y explotación formal de este rico depósito mineral, que
es uno de los pilares de la minería nacional, en uno de los
distritos mineros más importantes del mundo.
Con el tiempo, don Lizandro Proaño funda también las
Sociedades Mineras Austria Duvaz y La Mar, e inicia operaciones en las minas de carbón bituminoso en el asiento
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“El contexto geográfico y la actividad de sus ancestros
determinarían su vocación, que en su lecho de enfermo,
cercano ya a su deceso, lo llevó a declarar que la única
profesión de su vida era la de ser minero”.
Juan Paz Soldán
minero de Huari, en la provincia de Yauli,
desde donde fue configurando su objetivo de establecer un centro metalúrgico
propio, meta que materializó posteriormente en Tamboraque.
Industria nacional
En la primera década de 1900, un
representante del millonario norteamericano Jones B. Haggen adquirió un
importante número de concesiones en
Morococha, con una inversión cercana
a las cuatrocientas mil libras esterlinas, y
otras tantas en Cerro de Pasco, sentando
las bases de la futura compañía Cerro de
Pasco Corporation.
Según reseñaron Rosemary Thorp y
Geoffrey Bertram en su obra Entry of the
Cerro de Pasco Mining Company to Peru,
editada en Oxford en 1974, don Lizandro
Proaño “fue el único propietario minero
que activamente se opuso a la expansión
del control extranjero de las minas peruanas”.
Luego de una serie de litigios legales por la posesión de algunos asientos
mineros, invirtió en desarrollar vigorosamente el distrito minero Viso-Aruri, ubicado en San Mateo, provincia de Huarochirí
en el departamento de Lima, para enfrentar lo que se denominó la desnacionalización de la minería.
De esta forma, en 1905 funda Minera Lizandro Proaño S.A. para explotar el
yacimiento aurífero de Tamboraque, don-
de un año después construye una planta
de fundición, una hidroeléctrica, campamentos e instalaciones conexas.
Por lo agreste de la topografía de la
región, en una muestra de su ingenio innovador, mandó instalar un cablecarril de
diecisiete kilómetros, cuya primera etapa
entre Coricancha y Tamboraque significó
un importante ahorro de tiempo y costos
en el transporte del mineral entre el yacimiento y la planta.
En estas instalaciones, tres décadas
más tarde, debido al aumento de la demanda de metales básicos, se construyó
una planta de flotación con una capacidad de tratamiento de 50 TM diarias para
la recuperación de plomo y zinc. Posteriormente, se amplió la capacidad de la
concentradora hasta las 200 TM y se instaló una de las primeras plantas de biolixiviación del país, como una muestra del
carácter innovador y vanguardista que
siempre identificó a este minero.
En relación a su fructífera trayectoria, don Mario Samamé Boggio, en su
obra El Perú Minero, destaca que, junto a Eulogio Fernandini, Antenor Rizo
Patrón, Ricardo Bentín, Fermín Málaga
Santolalla y Manuel Mujica Carassa,
don Lizandro Proaño representa el espíritu emprendedor de una legión de
pioneros peruanos que constituyen la
fuente del impulso para la transformación y crecimiento de la minería peruana del siglo XX.
Cerro de Pasco
MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero
Actividad pública
A la par de su indudable labor trascendental en el sector minero peruano,
don Lizandro Proaño tuvo una activa y
acertada participación en política municipal y nacional. Así, durante más de seis
años, fue alcalde del distrito de Ancón, cargo en el que desplegó ingentes esfuerzos
para dotar al balneario de los servicios de
alumbrado eléctrico y desagüe, además
de construir el malecón principal y urbanizar los terrenos de Playa Hermosa, lo
que contribuyó a su embellecimiento.
En 1914 integró también el cuerpo de
regidores del Concejo Provincial de la
Municipalidad Metropolitana de Lima y
fue diputado del Congreso de la República en representación del departamento
de Junín, desde donde impulsó una serie de mejoras en favor de la provincia de
Yauli.
De otro lado, tuvo una brillante intervención en el Congreso de Minería, que
se desarrolló en Lima en 1917, y en eventos similares propuso la creación del Banco Minero, que años más tarde se haría
realidad, y el establecimiento de refinerías
para procesar minerales en diferentes
puntos del país.
Para dejar sentada su lúcida visión de
la minería peruana, en una oportunidad
manifestó: “ante la contemplación que
una vez más se nos ofrece de los tesoros
que encierra el suelo de la Patria, hay motivo para que los hombres que solo cifran
la felicidad nacional en las fecundas tareas del trabajo y de la paz se sientan llenos de complacencia por el brillante porvenir que le está reservado al Perú con la
explotación de sus riquezas naturales, si
para ello los poderes del Estado acuden
con las medidas de aliento y protección
que la industria minera nacional viene reclamando”.
Este Minero Notable, que desde sus
inicios se erigió en uno de los principales
impulsores de la minería peruana como
un instrumento para alcanzar el desarrollo integral del país, dejó de existir el 24
de junio de 1945, tras años de una intensa actividad, para ser recordado ahora
como uno de los personajes más ilustres
de nuestra historia minera.
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