31 de Marzo de 2013

Transcripción

31 de Marzo de 2013
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San germán
de Constantinopla
Boletín Informativo
Parroquia
31/03/2013 - Domingo de Resurrección - nº 438
San germán
de Constantinopla
Parroquia San Germán de Constantinopla C/ General Yagüe 26 - 28020 Madrid - Telf: 91 555 46 56
¿Por qué buscáis entre los
muertos al que VIVE? (Lc 24,5)
MisiónMadrid
¡RESUCITÓ!
Hoy se estrena el «aleluya», hoy renace la luz, hoy es nueva la llama del cirio. La tumba está vacía,
los ángeles luminosos se aparecen, las mujeres se turban, Magdalena de pronto ve al Maestro, los
discípulos se conmueven, dos apóstoles corren hacia el sepulcro, otros dos se marchan tristes camino de Emaús. ¿Qué ha pasado? Cristo ha resucitado, ha vencido a la muerte, ha triunfado sobre el
pecado. Pascua es la fiesta de la alegría en nuestra certeza final de la Resurrección.
Hoy es el primer y principal domingo del año litúrgico, con dos celebraciones singulares que se
complementan: la vigilia pascual de la noche y la misa del día. La liturgia no se cansa de repetir el
mismo estribillo: «Ha sido inmolada nuestra víctima pascual: Cristo. Así pues, celebramos la Pascua.
Aleluya». El entusiasmo de la Iglesia se expresa en la bendición de este domingo: «Éste es el día en
que actuó el Señor». Después de las tinieblas de la Semana Santa se ha levantado para siempre el
sol de la Resurrección. Por eso los creyentes en Jesús cantan el cántico nuevo, el himno de la liberación definitiva, el aleluya sin fin. Hoy celebramos al Cristo de la gloria, al Resucitado, al Primogénito
de entre los muertos, que es prenda de nuestra resurrección futura.
Este Domingo de Resurrección es tan grande que la Iglesia convierte casi en domingo los ocho días
que le siguen, celebrando la octava de Pascua. Parece como si la Iglesia no quisiera acabar este
gran domingo, fiesta de las fiestas y solemnidad de las solemnidades. Su grandeza es tal que toda
la comunidad cristiana se siente hechizada con un mismo sentimiento de júbilo. Esta octava está
consagrada, ante todo, a la toma de conciencia del hecho mismo de la Resurrección de Cristo y
al recuerdo del Bautismo.
Andrés Pardo
SACERDOTES PARA LOS FIELES. FIELES CON LOS SACERDOTES
El Papa Francisco abrió el Triduo Pascual, el primero de su pontificado, con la Misa Crismal. Durante
el rito, celebrado a primeras horas de la mañana del Jueves Santo en la basílica de San Pedro del
Vaticano, los 1.600 sacerdotes presentes renovaron sus promesas (pobreza, castidad y obediencia)
y Francisco destacó en su homilía lo que significa ser cura y sus obligaciones.
“No es en autoexperiencias, ni en introspecciones reiteradas donde vamos a encontrar al Señor. Los
cursos de autoayuda en la vida pueden ser útiles, pero vivir pasando de uno a otro, lleva a minimizar
el poder de la gracia que se activa y crece en la medida en que salimos con fe a dar el Evangelio
a los demás, a dar la poca unción que tengamos a los que no tienen nada de nada”, afirmó.
El Papa Bergoglio dijo que el sacerdote que sale poco de sí, que unge poco a sus fieles “se pierde lo
mejor de nuestro pueblo, eso que es capaz de activar lo más hondo de su corazón presbiteral”. “El
que no sale de sí, en vez de mediador, se va convirtiendo poco a poco en intermediario, en gestor.
Todos conocemos la diferencia: el intermediario y el gestor ´ya tienen su paga´, y puesto que no
ponen en juego la propia piel, ni el corazón, tampoco reciben un agradecimiento afectuoso que
nace del corazón”, denunció.
El Papa agregó que de ahí proviene precisamente la insatisfacción de algunos sacerdotes, “que
terminan tristes y convertidos en una especie de coleccionistas de antigüedades o bien de novedades, en vez de ser pastores con ´olor a oveja´, pastores en medio de su rebaño y pescadores de
hombres”. Francisco añadió que “la llamada crisis de identidad sacerdotal” amenaza a todos y se
suma a una crisis de civilización, pero que si los sacerdotes “sabemos atravesar la ola, podremos
meternos mar adentro en nombre del Señor y echar las redes”.
Durante la misa, Francisco bendijo el Óleo de los catecúmenos, el de los enfermos y el Crisma (aceite
y bálsamos mezclados). Refiriéndose al aceite consagrado, el Papa dijo que su unción, “como dijo
claramente el Señor”, es para los pobres, para los cautivos, para los enfermos, para los que están
tristes y solos. “La unción no es para perfumarnos a nosotros mismos, ni mucho menos para que la
guardemos en un frasco, ya que se pondría rancio el aceite... y amargo el corazón”.
Dijo también que al buen sacerdote se le reconoce “por cómo anda ungido su pueblo” y aseguró
que cuando los fieles están ungidos con óleo de alegría se le nota, “por ejemplo, cuando sale de la
misa con cara de haber recibido una buena noticia”.
“Nuestra gente agradece el Evangelio predicado con unción, agradece cuando el evangelio que
predicamos llega a su vida cotidiana, cuando ilumina las situaciones límites, las periferias donde el
pueblo fiel está más expuesto a la invasión de los que quieren saquear su fe”, subrayó.
Francisco pidió a los fieles que acompañen a los sacerdotes con el afecto y la oración, para que
sean siempre Pastores según el corazón de Dios.
...el misterio de la resurrección de Cristo nos eleva por encima de la muerte. Lógicamente, por nuestra condición de
seres humanos vivimos siempre en este mundo sometidos a
las leyes naturales. En la naturaleza rigen la muerte y la vida.
Pero en Cristo vemos que la persona es algo definitivo. No
es sólo un elemento en el gran proceso del nacimiento y
de la muerte, sino que es y seguirá siendo un objetivo propio de la creación. En este sentido, el ser humano ha sido
arrancado del simple remolino del eterno perecer y nacer
e introducido en la estabilidad del amor creador de Dios.
Dios y el mundo (Joseph Ratzinger)
PARA ENTENDER LAS LECTURAS DE HOY
1ª LECTURA: Hch 10, 34a. 37-43
El discurso de Pedro (el quinto discurso kerigmático) en la primera lectura de los Hechos de los
Apóstoles, recoge el esquema central de lo que debe ser evangelizar. En la muerte y resurrección de Jesús, Dios ha dicho la última palabra a favor de los hombres. Los apóstoles disfrutaron
de un encuentro con Jesús resucitado único y singular.
2ª LECTURA: Col 3, 1-4
El autor de la Carta a los Colosenses recuerda que ya desde el bautismo los creyentes han
entrado en comunión con el Cristo glorioso. El sacramento realiza en la persona humana una
maravilla: injertar al hombre en Jesús muerto y resucitado. El apóstol revela la provisionalidad
que tienen todas las cosas, por la esperanza de la meta definitiva.
EVANGELIO: Jn 20, 1-9
La lectura evangélica evoca la primera experiencia de los discípulos sobre la resurrección de
Jesús: la experiencia del sepulcro vacío. El relato de la visita al sepulcro conserva el recuerdo
de una situación real, inesperada y desconcertante. Es necesario una revelación, puesta en
boca de ángeles, para que el hecho dejase de ser un enigma y se transformase en el signo de
fe. «¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?». Toda fe, toda esperanza y todo amor se
apoyan en la seguridad de la certeza pascual: Cristo, el mismo que murió, vive eternamente.
¡Cristo ha resucitado! «Resucitar» es la expresión que traduce a vocabulario humano el misterio trascendente de la victoria de la vida a través de la muerte. Victoria de la vida sin límite,
es decir, de Dios. Proclamar que Cristo ha resucitado, significa afirmar que Jesús -el mismo de
Belén, Nazaret y Cafarnaúm, el que murió en la cruz y fue sepultado- vive eternamente. En
plenitud divina y en plenitud humana. La fe en la Resurrección de Jesucristo supone para el
cristiano lo que el sol para el firmamento a mediodía. Sin la resurrección no existiría la Iglesia
ni se hubiera escrito una sola página del Evangelio. La firmeza de la fe en la resurrección y el
florecimiento de la vida cristiana se corresponden recíprocamente.
En el Bautismo y la Eucaristía, Jesús se une con nosotros y nosotros participamos en su «paso»
(pascua) de la Muerte a la Vida. Unión con Cristo resucitado, que debería transfigurar nuestra
vida interior en incesante ¡aleluya! Para el bautizado que vive en gracia de Dios, siempre es
Pascua en el alma.
Los evangelistas no describen el hecho de la Resurrección de Jesús, que se realizó en silenciosa
trascendencia. Refieren, sí, algunas de sus manifestaciones: el sepulcro vacío; las apariciones a
los discípulos en particular, el definitivo encuentro con el grupo apostólico reunido, cuando les
da la misión de proclamar el Evangelio a todo el mundo. La Iglesia es misionera y universal por
mandato de Jesucristo Resucitado.
Dios cumple su proyecto salvador a pesar de todas las resistencias. Y lo ha cumplido devolviendo la vida a su Hijo hecho hombre y, en comunión personal con Él, a todos los hombres. La
vida humana encuentra en Jesús resucitado la respuesta al interrogante más hondo incrustado
en ella: el anhelo de vivir para siempre y feliz.
Ángel Fontcuberta
Avisos Parroquiales
El domingo 31de marzo es la Solemnidad de la Resurrección del Señor. Se suspenden
las misas de 9:30h y de 10:30h.
Rezaremos Laudes Solemnes a las 11:00h.
El jueves 4 de abril es primer jueves de mes, por lo que habrá Adoración Nocturna.
El viernes día 5 por ser primer viernes de mes a las 20:00h será el acto de consagración
al Sagrado Corazón de Jesús.
El sábado 6 el acto de consagración al Inmaculado Corazón de María será a las 11:00h.
El fin de semana del 5 al 7 abril, rezaremos por los frutos del Retiro de Emaús de mujeres.
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