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MONTENEGRO, BOSNIA Y HERZEGOVINA Y
ESLOVENIA
FICHA TÉCNICA DEL VIAJE
PREPARACIÓN DEL VIAJE
03/04/09,
04/04/09,
05/04/09,
06/04/09,
07/04/09,
08/04/09,
09/04/09,
10/04/09,
Viernes: CÁDIZ – FIGUERAS (GERONA)
Sábado: FIGUERAS – VENECIA (ITALIA)
Domingo: VENECIA – DUBROVNIK (CROACIA)
Lunes: DUBROVNIK – CAVTAT – HERCEG NOVI (MONTENEGRO) – KOTOR –
PERAST - MUO
Martes: MUO – ADA BOJANA – ULCINJ – STARI BAR – BAR – PETROVAC –
BUDVA - MUO
Miércoles: MUO – SVETI STEFAN – P.N. SKADARSKO JEZERO –
MONASTERIO DE OSTROG – PODGORICA - MUO
Jueves: MUO – CETINJE – P.N. MONTE LOVĆEN – FIORDO DE KOTOR –
KOTOR - MUO
Viernes: MUO – CARRETERA PODGORICA-KOLAŠIN – P.N. DURMITOR –
ŽABLJAK – CAÑÓN DEL RÍO TARA – PLJEVLJA – VIŠEGRAD (BOSNIA Y
HERZEGOVINA)
11/04/09, Sábado: VIŠEGRAD – SARAJEVO - MOSTAR
12/04/09, Domingo: MOSTAR – BLAGAJ – NECRÓPOLIS DE RADIMLJA –
MEĐJUGORJE – CASCADAS KRAVICA – POČITELJ - MOSTAR
13/04/09, Lunes: MOSTAR – VISOKO – TRAVNIK – JAJCE – BANJA LUKA
14/04/09, Martes: BANJA LUKA – ŠKOFJA LOKA (ESLOVENIA) – LJUBLJANA ŠKOFJA LOKA
15/04/09, Miércoles: ŠKOFJA LOKA – BLED - GARGANTA DE VINTGAR – VALLE DE
BOHINJ – RIBČEV LAZ – CASCADA SLAP SAVICA – RADOVLJICA – KRANJ ŠKOFJA LOKA
16/04/09, Jueves: ŠKOFJA LOKA – ALPES JULIANOS – P.N. LOGARSKA DOLINA –
VELENJE – CELJE – PTUJ – SLOVENSKE KONJICE - ŠKOFJA LOKA
17/04/09, Viernes: ŠKOFJA LOKA – CASTILLO DE PREDJAMA – CUEVA DE
POSTOJNA – CUEVA DE ŠKOCJAN - ŠKOFJA LOKA
18/04/09, Sábado: ŠKOFJA LOKA – FIGUERAS (ESPAÑA)
19/04/09, Domingo: FIGUERAS – CÁDIZ
VALORACIÓN FINAL DEL VIAJE
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FICHA TÉCNICA DEL VIAJE
FECHAS: del 3 al 17 de abril de 2009.
TOTAL DÍAS: 17
KM. RECORRIDOS: 9.154,7
GASTO TOTAL DEL VIAJE: 1.996,06 €
GASTO MEDIO DIARIO: 117,42 €
PREPARACIÓN DEL VIAJE
El año pasado, también en Semana Santa, estuvimos en CROACIA y nos encantó, por
lo que decidimos regresar a conocer otros países que formaron parte de la antigua
Yugoslavia. Unimos a las vacaciones Semana Santa una semana de días de asuntos propios,
lo que sumaba un total de 17 días de vacaciones.
En un principio, pensamos en volar hasta VENECIA (ITALIA) o hasta DUBROVNIK
(CROACIA) y una vez allí alquilar un coche, pero las compañías que tanteamos no permitían
meter el coche en BOSNIA Y HERZEGOVINA o en MONTENEGRO, por lo que finalmente
optamos por ir con nuestro coche, como hicimos el año pasado, lo que, por otra parte, nos
permitiría llevar más cosas: microondas, comida, sacos, más ropa,… El año pasado, al
regresar a casa, nos encontramos en el equipaje dos billetes de 50 “kunas”, la moneda
croata, que guardamos para nuestra próxima visita a este país; los buscamos por todas
partes pero no los encontramos, así que cuando vuelvan a aparecer los pondremos en un
sitio visible por si volvemos por tercera vez a CROACIA antes de que adopten el euro.
Reservamos el “Hotel Los Ángeles” en FIGUERAS (GERONA) para la primera noche
y la última, y un bungalow en el “Camping Fusina”, cerca de VENECIA (ITALIA) para la
segunda. El resto del viaje buscaríamos alojamiento sobre la marcha, preferiblemente
apartamentos o “sobe” (habitaciones en casas particulares).
Para orientarnos, llevamos el mapa de carreteras de “Michelín de Eslovenia,
Croacia, Bosnia y Herzegovina, Montenegro, etc.”, de 2007, a escala 1:1.000.000, el atlas de
carreteras de “Michelín de Europa”, de 2007, y el TomTom Go 710 con mapas de Europa
Occidental y de Europa Oriental. No llevamos ninguna guía de viaje, aunque nos bajamos
mucha información de Internet, tanto de ges de las oficinas de turismo como de foros de
viajeros.
También, como solemos hacer, llevamos algo de comida: embutidos, latas, frutos
secos, fruta, etc.
03/04/09, Viernes. A los Balcanes otra vez CÁDIZ – FIGUERAS (GERONA). 1.257,4
km. 13h 17’.
Salimos de CÁDIZ un poco pasadas las 7 de la mañana, con 15º de temperatura.
Vamos de nuevo hacia la antigua YUGOSLAVIA: el año pasado visitamos CROACIA y, en
esta ocasión, iremos a MONTENEGRO, BOSNIA Y HERZEGOVINA y ESLOVENIA.
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Desde que compramos este coche, hace ahora casi dos años, hemos hecho varios
viajes largos, con un total de 62.000 km., por lo que acabamos de cambiarle las ruedas
delanteras. Tras varios años de viajar por todo el mundo en grupos organizados, en un
momento dado nos apeteció ir por libres. Con nuestro coche anterior (Ford Fiesta de 13
años) ya hicimos bastantes kilómetros por ESPAÑA y PORTUGAL, y el pobre cumplió su
objetivo hasta que fue reemplazado por el actual (Citroën Xsara Picasso). Y así, llegamos
primero hasta el CABO NORTE (NORUEGA); tras esa experiencia, vimos que era posible
hacer viajes largos en coche y, luego, se han sucedido otras aventuras: POLONIA y
REPÚBLICAS BÁLTICAS, CROACIA, MARRUECOS, BRETAÑA, PORTUGAL,… en dos años.
En los viajes más largos, las 2-3 primeras etapas son las más pesadas, pero una vez en el
destino, es un placer recorrer las distancias cortas más tranquilamente, pernoctando donde
nos apetece, con una ruta planificada pero modificable; siempre intentamos llevar, al
menos, un día “de sobra” por si surge algún inconveniente o nos apetece estar más tiempo
del previsto en algún sitio.
Bueno, hoy al ser un día de tránsito hay poco que contar, por eso nos estamos
enrollando. Afortunadamente, el día está transcurriendo tranquilo, el tráfico está bastante
fluido (vamos casi todo el trayecto por autovías o autopistas) y no hemos encontrado
retenciones, pese a que estamos en plena operación salida. Nuestra ruta pasa por
CÓRDOBA, MANZANARES, VALENCIA y BARCELONA.
A la hora de comer, paramos en un área de descanso y vemos que hay un hostal con
habitaciones a muy buen precio: entre 36,00 y 40,00 € la doble. Al pedirles una tarjeta a
los dueños, una pareja madurita muy amable, nos enseñan una habitación: es amplia, limpia,
con baño, TV y aire acondicionado; es básica y estupenda para dormir una noche de paso,
además, se encuentra junto a la autovía, por lo que no hay que desviarse. A su lado, una
gasolinera y un restaurante con menú del día a 9,00 €. Se llama Hostal Bungalows y tiene 2
estrellas. Está a 653 km. de casa, en la margen derecha del punto kilométrico 224 de la
autovía A-3 (MADRID-VALENCIA), a la altura de CASTILLEJO DE INIESTA (CUENCA).
(Aviso: En el año 2010 volvimos a parar aquí y comprobamos que han transformado el hostal
en un puticlub).
A las ocho y media llegamos a FIGUERAS (GERONA) donde hemos reservado el
“Hotel Los Ángeles” en la página de centraldereservas.com, por sólo 40,00 € la doble sin
desayuno. El hotel está muy céntrico, tanto que es imposible encontrar aparcamiento cerca,
por lo que lo dejamos en el pequeño parking que tiene el hotel (8,00 € más). La habitación es
limpia y correcta y la recepcionista muy amable. Dejamos el equipaje en la habitación y
damos un paseo por los alrededores, aunque ya está todo cerrado. Cenamos en la habitación.
El tiempo ha estado muy bueno, aunque al entrar en la provincia de BARCELONA
nos llovió un poquito.
04/04/09, Sábado. ¡Y dale con las autopistas nuevas!: FIGUERAS – VENECIA
(ITALIA). 1.167,9 km. 12h 51’.
Hoy nos toca otra jornada de tránsito. Salimos de FIGUERAS unos minutos antes
de las siete, con una temperatura de 9º y el cielo despejado. Cogemos por una carretera
equivocada y tenemos que retroceder, lo que nos supone perder media hora y hacer 40 km.
de más.
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A las 07:49 horas entramos en FRANCIA, no hay controles aduaneros y la
temperatura ha bajado a 4º.
Hacemos varias paradas técnicas durante el trayecto para descansar, ir al baño y
estirar las piernas. Poco después de la una de la tarde, paramos en el “Aire de Beausoleil”,
el último que hay en FRANCIA; bajo nosotros, la COSTA AZUL y MONTECARLO
(MÓNACO). El año pasado, cuando fuimos a CROACIA, también paramos aquí a comer.
Llenamos el depósito (en ITALIA está más caro el combustible) y comemos. Hace calorcito:
20º.
A las 14:11 entramos en ITALIA, sin controles fronterizos de ningún tipo. El
trayecto entre NIZA (FRANCIA) y ALESSANDRIA (ITALIA) es infernal, debido a la
cantidad de puentes y túneles que hay que atravesar; es realmente cansado (para la vista,
por los continuos cambios de iluminación entre los túneles y el exterior y para el resto del
cuerpo ya que hay muchas curvas y muchos cambios de limitación de velocidad que te
obligan a estar en tensión). Entre NAPOLES y VENECIA llueve intermitentemente. A 60
km. de PIACENZA, un cartel indica que estamos pasando por el paralelo 45.
Justo al llegar a VENECIA, nos encontramos con que han construido (¡por fin!) una
nueva autopista para circunvalarla y evitar los míticos atascos que se producían en esta
zona, pero el TomTom no la reconoce, se lía, nos lía a nosotros y, cuando nos damos cuenta,
nos hemos pasado la salida de VENECIA y tenemos que llegar hasta PREGANDOL y luego
retroceder. Esto de saltarse la salida debe ser algo habitual porque al salir por
PREGANDOL, en la cabina donde te cobran el peaje hay un cartel indicando cómo se puede
ir a VENECIA desde allí; suponemos que lo ha puesto el señor que se encargar de cobrar
harto de que turistas despistados como nosotros le pregunten.
Finalmente, llegamos a MALCONTENTA, al “Camping Fusina”, donde hemos
reservado un bungalow a través de su página web (el año pasado también lo hicimos); nos
cuesta 36,50 € (5,00 € son por el coche). Tenemos 18º de temperatura y no llueve. Estamos
deseando estirar las piernas, así que nos vamos a dar un paseo por el camping mientras nos
tomamos, Jose una birra alla spina y Lola un vino rosso (7,00 € ambos). La noche está
apacible, aunque hay alguna nube que no termina de tapar a la media luna que luce en el
cielo. El aire se respira limpio y húmedo (ha llovido hasta hace poco). Frente al camping,
situado junto a la laguna, vemos las luces de VENECIA, la “serenissima”, a la que hemos
visitado tantas veces…, y las que nos quedan, ya que es una de las ciudades que más nos
gustan del mundo. Lamentablemente, esta vez no toca.
Ducha, cena y a dormir, que estamos muy cansados. Fuera, empieza a llover fuerte.
Se oyen los aviones que aterrizan y despegan en el aeropuerto “Marco Polo”, y con ese
runruneo nos dormimos apaciblemente, esperando no tener que salir durante la noche para
ir al baño.
05/04/09, Domingo. ¡Hola de nuevo, Dubrovnik! Cena y sobe: VENECIA – DUBROVNIK
(CROACIA). 855,8 km. 11h 01’.
Al igual que en los dos últimos días, suena, implacable, el despertador a las 6 de la
mañana. Está noche ha llovido, pero ahora se escucha cantar a los pájaros, por lo que
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suponemos que ha escampado. Después de desayunar y recoger, nos ponemos en marcha
pasadas las 7 de la mañana, con 13º de temperatura y el cielo cubierto.
Le indicamos al TomTom que nos lleve hasta TRIESTE. Cuando lleguemos,
modificaremos la dirección, pero al menos nos sacará de aquí en ese sentido. Como era de
esperar, no nos lleva por la nueva autopista de circunvalación porque no la reconoce. Llueve
ligeramente durante un rato.
A las 08:57 horas entramos en ESLOVENIA. Lo primero que hacemos es cambiar
en el TomTom el mapa de Europa Occidental por el de Europa Oriental y encender las luces
de cruce ya que es obligatorio llevarlas encendidas siempre, al igual que en el resto de los
países que vamos a visitar. Al poco, llegamos al primer peaje, pero las cabinas de los
cobradores están vacías. Paramos sin saber qué hacer (el año pasado pagamos, nos dieron el
ticket y punto) y se nos acerca un policía esloveno que, en italiano nos pregunta por la
“vigneta” (así se dice en italiano, en esloveno es “vinjeta”); ponemos cara de decir “ni
pajolera idea” y nos dicen que teníamos que haber comprado una pegatina que cuesta 35 € y
permite circular libremente por todas las autopistas eslovenas durante 6 meses, en caso
contrario te multan. Les comentamos que vamos a CROACIA, en dirección a RIJEKA y que
no vamos a usar apenas la autopista ya que en esta dirección no hay, pero nos dicen que
tenemos que comprarla igualmente. Les preguntamos que dónde las venden y nos dicen que
5 km. atrás, pero no podemos dar la vuelta ni tampoco seguir porque estamos en el peaje,
así que ante nuestra consternación, el poli decide salvarnos la vida y vendernos él la
“vigneta” in situ, por el mismo precio (nos da factura). Además, nos perdona la multa. Pues
muchas gracias. Pegamos la pegatina en el parabrisas, arriba a la izquierda. Todos los
vehículos de menos de 3.500 kg. deben llevarla y, al llegar a un peaje, hay que reducir la
velocidad a 40 km/h y pasar sin más; los vehículos que pesen más tienen que parar y pagar
en cada peaje. De momento, sólo vamos a usarla unos 10 km., antes de desviarnos por una
carretera secundaria, pero al regreso sí que le sacaremos partido porque vamos a estar
varios días en el país.
A las 09:59 horas entramos en CROACIA tras un rápido control aduanero. Al poco,
paramos en una gasolinera, sacamos “kunas”, la moneda croata de un cajero y echamos
gasoil (1 litro cuesta 6,61 kunas = 0,86 €). Al llegar a RIJEKA, la carretera está en obras,
nos hacen desviarnos y nos liamos un poco, aunque pronto enfilamos la autopista A-6, en
dirección a ZAGREB y, poco antes de llegar a BOSILJEVO, tomamos la A-1 hacia el sur. La
velocidad máxima permitida es de 130 km/h, aunque en los túneles hay que reducir a 100
km/h. Las pocas áreas de descanso existentes carecen de sombra, por lo que comemos en
una a pleno sol, aunque en algunos tramos nos ha llovido.
A la altura de RAVČA, a 129 km. de DUBROVNIK se acaba la autopista (aunque
siguen construyendo más tramos) y debemos continuar por la 62, una carretera de montaña
estrechísima y con muchas curvas, que nos hace ir muy lentos. Claro que esto nos permite
ver otra vez el bellísimo Delta del Río Neretva, que tanto nos gustó cuando lo descubrimos
el año pasado.
A las cinco de la tarde entramos en BOSNIA Y HERZEGOVINA y, quince minutos
más tarde, volvemos a entrar en CROACIA. Los trámites fronterizos son mínimos.
En un principio, teníamos pensado dormir en CAVTAT, pero sobre la marcha
pensamos que podríamos quedarnos en DUBROVNIK (43.800 habitantes) y así conocerla de
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noche, iluminada, ya que el año pasado sólo conocimos esta preciosa ciudad en su versión
diurna. Dicho y hecho: una vez allí, muy cansados por cierto, buscamos una “soba”
(habitación en una casa particular) donde dormir. En la carretera E-65, que circunvala la
ciudad por su parte superior (Jadranska Cesta), hay media docena de carteles
anunciándolas. Al tercer intento damos con una bastante decente; como siempre, limpia y
con gente encantadora por dueños, con el baño al lado de la habitación; tiene un huerto y un
jardín. Está en una calle con escalones que baja hacia el centro (N 42º 39’ 02.65” E 18º 05’
57.51”). Hay varias sobe juntas, si una está completa, la dueña te indica a cuál debes ir ya
que se pasan clientes entre ellas. Nos cuesta 30,00 €. La verdad es que no merece la pena
cambiar kunas porque admiten los euros en todas partes, incluso en las autopistas puedes
pagar en euros. Por cierto, los tejados de las casas de esta zona de la ladera, planos, sirven
para aparcar el coche.
Una vez soltados los bártulos, la hija de la dueña nos da un plano y nos indica, en un
correctísimo inglés, el mejor camino para llegar al centro. Nos dice que al regreso cojamos
el autobús nº 3 o un taxi, ya que regresar caminando cuesta arriba es bastante duro.
Mientras paseamos, vemos más carteles anunciando “sobe” o “apartmani”. Hace una tarde
estupenda.
Entramos en el casco antiguo por la Puerta Pile (Gradska vrata Pile) y paseamos por
la Calle Placa; reconocemos sus murallas, sus fachadas, su pavimento de mármol
reluciente,… Está empezando a anochecer y vamos a cenar al “Restaurante Domino”, que ya
conocíamos del año pasado y del que conservamos buenos recuerdos; tiene un menú del día
bastante surtido y uno de los más baratos de la ciudad (31,00 € los dos).
Cuando salimos ya es de noche, la ciudad está iluminada y hay poca gente. Nos
perdemos por sus calles y hacemos fotos y más fotos, a la Iglesia Serbia (Srpska
pravoslavna crkva), a la Plaza Gundulić (Gundulićeva poljana), a la Catedral (Katedrala), al
Palacio Rectoral (Knežev dvor), al Ayuntamiento (Vijećnica), al Campanario (Gradski
zvonik), a la Columna de Orlando (Orlandov stup), a la Iglesia de San Blas (Crkva sv.
Vlaha) que sigue en obras un año después, al Palacio Sponza, al Puerto Viejo (Gradska
luka), etc., etc., etc. Bastante cansados, cogemos un taxi que por 60 kunas (7,80 €) nos
lleva hasta la soba.
Duchita y a dormir en esta cama tan enorme.
06/04/09, Lunes. ¡Nos vamos a Montenegro!: DUBROVNIK – CAVTAT – HERCEG
NOVI (MONTENEGRO) – KOTOR - PERAST – MUO. 140,5 km. 9h 54’.
Hoy no hay que madrugar tanto, y además es necesario darle al cuerpo el descanso
que necesita, así que ponemos el despertador… a las 7; de todas formas, nos hacemos un
ratito los remolones. Tras desayunar en la habitación, recoger las cosas, pagarle a la señora
y subir el equipaje hasta el coche, partimos a las ocho y media con el Sol en el cielo y una
espesa niebla cubriendo DUBROVNIK.
Continuamos hacia el sur por la carretera E-65. Varios miradores cercanos a la
ciudad nos obligan a parar para hacer fotos. La densa niebla contribuye a que la belleza de
esta ciudad, vista desde lo alto, sea aún más espectacular. Hasta otra.
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Al llegar a la cercana CAVTAT (2.000 habitantes) paramos para visitarla.
Encontramos aparcamiento justo al final del Puerto, situado en la bonita y arbolada Bahía
de Luka. Aunque está todo repleto de restaurantes y terrazas, debido a lo temprano que es
está todo cerrado y no hay casi nadie por las calles; mejor, así estamos más tranquilos. Al
lado del parking se encuentra el Monasterio Franciscano, cuyo interior carece de interés.
Seguimos paseando al filo del mar hasta llegar a la barroca Iglesia de San Nicolás. Muy
cerca de ella están comenzando a montar un Mercadillo al aire libre. Al lado está la Bahía
de Uvala Tiha, y entre ambas se encuentra la Península de Rat, donde se halla el Casco
Antiguo (Stare Miasto). Compramos algunas vituallas en un supermercado y enfilamos la
calle Ulica Prijeko, que se adentra en el interior de la península y en la que hay varias
“sobe”. Al final de la calle se encuentra nuestro coche.
Retomamos la ruta por la carretera E-5, que se encuentra repleta de cipreses. A las
diez y media llegamos a la frontera: para salir de CROACIA nos piden la documentación del
coche y nos sellan los pasaportes (es la quinta vez en dos años que salimos de este país,
pero la primera que nos piden la documentación y nos sellan los pasaportes); unos metros
más adelante, llegamos a MONTENEGRO (CRNA GORA), donde también nos piden la
documentación del coche y nos sellan los pasaportes. Mientras realizamos este trámite, se
nos acerca un señor que, en un correcto inglés, nos dice que debemos pagar una ecotasa de
10,00 €; como estamos justo al lado del policía de aduanas, suponemos que será verdad, le
pagamos y nos da una pegatina que debemos pegar en el interior del parabrisas; la validez
de la pegatina es de un año. Aquí al menos te lo advierten en la misma frontera, no como
para comprar la “vigneta” de las autopistas eslovenas, que te lo avisan cuando ya estás en
ellas.
Lo primero que hacemos es para en una gasolinera y llenar el depósito de gasoil
(precio fijo en todo el país: 0,80 €/l.). Aunque MONTENEGRO no pertenece todavía a la
Unión Europea ni a la “zona euro”, su moneda oficial es el euro (en algunos sitios aceptan las
kunas croatas, pero a un cambio desfavorable).
Pronto, llegamos a HERCEG NOVI (16.000 habitantes) y damos un par de vueltas
hasta encontrar un lugar donde aparcar. Nos dicen que tenemos que comprar un ticket y
ponerlo dentro del coche en un lugar visible. Jose va a buscar la típica máquina en la que
suelen vender estos tickets pero no la encuentra; le preguntamos al encargado de poner las
multas y nos acompaña hasta un kiosco de prensa, que es donde venden los tickets (él
mismo se encarga de pedirlo en montenegrino). Cuesta 0,70 € y sirve para una hora.
Subimos hasta el cercano, pequeño y bonito Casco Antiguo (Stari Grad). Hace calor y la
intensa luz que alumbra por estos lares obliga a llevar gafas de sol. En la concurrida Plaza
Trg Nikole Đurkovia comienza el Casco Antiguo: subimos unos escalones que nos llevan por
debajo de la Torre del Reloj (Sahat Kula) hasta la agradable Plaza Trg Belavista, donde
se halla la pequeña Iglesia de San Miguel Arcángel (Sv. Arhanñela Mihaila crkva) y,
delante de ella, una bonita fuente de mármol. Continuamos paseando, perdiéndonos por las
estrechas, inclinadas y tranquilas calles de la ciudad y vemos la Iglesia de San Jerónimo
(Sv. Jeronima crkva) y la Iglesia de San Leopoldo (Sv. Leopolda crkva); aunque las iglesias
no son nada del otro mundo, desde ellas se disfruta de una impresionante vista del Fiordo
de Kotor. Iniciamos la subida a las ruinas del Castillo (Kanli Kula), bajo un sol de justicia,
pero poco antes de llegar arriba nos damos cuenta de que está cerrado, por lo que damos
media vuelta. La ciudad nos ha parecido bastante agradable, aunque suponemos que en
verano no cabrá ni un alfiler.
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Volvemos al coche, que es una sauna, y comprobamos que el TomTom reconoce esta
zona. Seguimos por la carretera E-80, que bordea el Fiordo de Kotor, el único fiordo del
Mar Mediterráneo; la Región Natural, Cultural e Histórica de Kotor ha sido declarada
Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El fiordo se encuentra en la Bahía Boka
Kotorska, en pleno Mar Adriático; está formada por cuatro pequeñas bahías conectadas
entre sí por otros tantos estrechos, el más angosto de los cuales mide sólo 300 metros; en
su interior hay 7 islas de pequeño tamaño. Al llegar a KAMENARI, vemos que hay un ferry
que cruza a personas y vehículos hasta LEPETANE, ahorrando muchos kilómetros, pero
nosotros preferimos continuar por la carretera, en la que paramos varias veces para hacer
fotos. Así, fotografiamos la bonita imagen de la localidad de PERAST, con la Isla de
Nuestra Señora de la Roca (Gospa od Skrpjela) y la Isla de San Jorge (Sv. Đorñe) en
primer plano. En la primera de estas islas se encuentra la iglesia del mismo nombre,
edificada en 1630, mientras que en la segunda hay una iglesia del siglo XII rodeada de
cipreses. Dejamos la visita de la ciudad para más tarde y continuamos hacia KOTOR; como
vamos a estar aquí cuatro noches, queremos encontrar un apartamento, para estar más
amplios y poder usar la cocina. Preguntamos en un par de sitios, pero están completos.
Pasamos de largo KOTOR, siguiendo carretera que bordea el fiordo que cada vez se
estrecha más y, de inmediato, llegamos a MUO, donde vemos un cartel anunciando
“Apartmani” (Apartamentos). Preguntamos y nos ofrecen dos: uno enorme por 50,00 €
diarios y otro normal por 30,00 €, con cocina, baño, aire acondicionado y televisor;
intentamos regatear un poco con el argumento de que van a ser 4 noches, pero no hay
manera, así que aceptamos. El apartamento está muy bien, impecable y limpio, todavía huele
a muebles de madera nuevos; tiene una ventana desde la que se ve el fiordo y podemos
aparcar en la misma puerta. Además, nos regalan un centro de frutas. Y así, con la
sensación de que estamos estrenando casa, nos instalamos. Las coordenadas aproximadas
de este apartamento son: N 42º 25' 51" E 18º 45' 29".
Después de aposentarnos y comer, vamos a KOTOR (19.000 habitantes). La
carretera por este tramo es superestrecha, cuando se cruzan dos vehículos de frente,
ambos deben pegarse a su lado al máximo; el problema es para el que va pegado al mar, ya
que no hay quitamiedos. Dejamos el coche en el parking que hay junto al Puerto Deportivo,
frente a la entrada principal, que es carísimo (2,70 € por 1,5 horas). Desde aquí hay una
bonita vista de las Murallas y del Bastión de San Juan, perfectamente mimetizados en el
paisaje. Se encuentra a 280 metros de altitud y, para llegar hasta él, además de pagar 2,00
€ hay que subir 1.426 escalones, por lo que decidimos dejarlo para cuando seamos más
jóvenes. Junto a la entrada hay un kiosco donde se encuentra la Oficina de Turismo, en la
que nos dan un plano de la ciudad. Todo el Casco Antiguo (Stari Grad), medieval, es de
piedra y sus calles son peatonales. Aunque es pequeño, resulta un poco laberíntico, aún con
el plano, por lo que es frecuente pasar varias veces por el mismo sitio. Lo primero que
vemos al entrar es la Plaza Trg od Oružja, con numerosos bares y terrazas; aquí se
encuentra la Torre del Reloj, del siglo XVII. Perdiéndonos por sus bonitas calles, llegamos
a la Plaza Trg Sv. Luke, donde se encuentran la Iglesia de San Nicolás (Sv. Nikola crkva),
de 1909, y la de San Lucas (Sv. Luka crkva), del siglo XIII. La ciudad está repleta de
palacios que fueron construidos en distintas fechas entre los siglos XIV y XVIII. La
Iglesia de Santa María (Sv. Marija crkva), del siglo XIII, tiene un impresionante ventanal
románico en su ábside. Es una gozada vagar sin rumbo por la ciudad, uno de cuyos símbolos
es la Catedral de San Trifón (Sv. Tripun Katedral), del siglo XII. La ciudad,
completamente amurallada, posee tres puertas de acceso y tiene un aire a VENECIA (sin
canales, claro), en el trazado de sus callejuelas, en las ventanitas de las casas señoriales, en
los leones de piedra presentes en muchas fachadas, en los pozos de sus placitas,…
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Tras la visita, volvemos a PERAST (350 habitantes), pequeño y tranquilísimo pueblo
barroco con numerosos edificios de los siglos XVII y XVIII, entre los que destacan la
Iglesia Parroquial y la Iglesia de San Nicolás (Sv. Nikola crkva). Desde esta población se
disfruta de una de las más bonitas vistas del fiordo, con la Isla de Nuestra Señora de la
Roca (Gospa od Skrpjela) y la Isla de San Jorge (Sv. Đorñe) en primer plano; es posible
alquilar barcos para visitar estas islas, pero no nos apetece hacerlo.
El fiordo lo adorna todo; varios pueblecitos se extienden a lo largo de todo el
perímetro de su costa. No hay vestigios de la guerra por aquí, a estas alturas. Casas que
parece que llevan en pie tanto tiempo como los árboles antiguos que las acompañan, se
desparraman sin orden fijo en las laderas o en la orilla misma del fiordo. Parece que la
gente vive bien por aquí.
Es temprano, pero volvemos a casa. Aún arrastramos algo del cansancio de las
jornadas necesarias para llegar hasta aquí. Antes, pasamos por un súper, actividad que nos
encanta, y nos aprovisionamos para las cenas que nos esperan aquí. ¿Cenamos spaghettis?
Antes de cenar lavamos a mano algunas blusas y camisetas finas, ya que pensábamos que iba
a hacer frío y casi toda la ropa que hemos traído es de invierno.
La madre de Lola nos telefonea y nos dice que ha habido un brutal terremoto en
L’AQUILA (ITALIA), a unos 450 km. de donde estamos. Encendemos la tele y vemos la RAI
para informarnos más. Al final, el número de fallecidos ascendió a cerca de 300.
El día ha estado soleado y ha hecho calor (a la una de la tarde teníamos 26º).
07/04/09, Martes. Carreteras en obras, pero llegamos: MUO – ADA BOJANA –
ULCINJ – STARI BAR - BAR – PETROVAC - BUDVA – MUO. 233,4 km. 9h 38’.
Hoy no toca madrugar, así que hacemos caso omiso al despertador, que suena a las
siete, y nos levantamos una hora más tarde. Tras un buen desayuno, cogemos el coche
dispuestos a recorrer toda la costa montenegrina hasta la frontera con ALBANIA. Salimos
a las nueve, con 17º de temperatura y el cielo despejado.
Cruzamos un largo túnel y salimos a la carretera E-851, que discurre paralela a la
costa. Hay muchos controles de velocidad (la velocidad máxima permitida es de 80 km/h, y
sólo en algunos tramos) y la policía no se anda con chiquitas. Nos encontramos con muchos
tramos de carretera en obras, lo que hace que tardemos dos horas y media en recorrer 103
km., debido a las retenciones que se forman a veces. En una de ellas, tenemos ocasión de
ver desde arriba, por primera vez, la preciosa y pequeña isla de SVETI STEFAN.
Vamos todo el tiempo pegados a la costa adriática, disfrutando de la belleza de su
mar color turquesa, hasta llegar a nuestro primer destino de hoy: ADA BOJANA. Se trata
de una isla triangular que hay en la desembocadura del Río Bojana y que sirve de frontera
natural con ALBANIA; fue creada artificialmente debido a que en el siglo XIX encalló el
barco “Mérito” y actuó como freno para las sedimentaciones que arrastraba el río. La isla
tiene 3 km. de playas (una buena parte, nudista) y numerosos restaurantes especializados
en pescados y mariscos. Al llegar a la zona de los restaurantes, cruzamos un puente que hay
a la derecha y continuamos hasta el final de la carretera, donde se halla un balneario usado
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por los peces gordos de la Yugoslavia de Tito; se encuentra en estado de abandono, aunque
lo están empezando a restaurar. Damos un corto paseo por la playa, que es inmensa y muy
tranquila, ya que ahora no hay nadie. Al regresar, paramos en el puente para hacer fotos: la
sucesión de restaurantes junto a la orilla, algunos con terrazas construidas sobre palafitos,
y las enormes redes de pesca, nos recuerdan a los poblados de pescadores que hemos visto
en algunos países asiáticos como VIETNAM, LAOS, CAMBOYA o TAILANDIA.
Regresamos nuevamente a la carretera principal que va cerca de la costa, en la que
abundan las “sobe” y los “apartmani”, debido a la proximidad de la Velika Plaža, que con sus
13 km. de longitud es la playa más larga del Mar Adriático. Se suceden los controles de
velocidad por parte de la policía.
En unos minutos llegamos a ULCINJ (10.800 habitantes), cuyos habitantes son
mayoritariamente musulmanes y hablan albanés. Posee 17 Mezquitas musulmanas, 7 Iglesias
cristianas y 1 Catedral ortodoxa; toda una amalgama de religiones. El ambiente musulmán
se nota de inmediato en el ambiente, en las mujeres con el rostro tapado y en el caos
circulatorio. Circulamos por la avenida principal, buscando aparcamiento, y resulta que la
avenida finaliza en una zanja, ya que la están arreglando pero no avisan, por lo que debemos
recorrer marcha atrás unos 200 metros; finalmente, conseguimos aparcar en la misma
avenida aprovechando que salía uno en ese momento. Aquí conducen y aparcan como locos.
Hace un poquito de frío. En los bares sólo hay hombres, como en la mayoría de los países
árabes, aunque aquí no beben té sino cerveza. Damos una vuelta por el Mercado, que ofrece
productos frescos, sobre todo vegetales. Fuera hay mucho ajetreo, con muchas calles
levantadas por obras, la mayoría con financiación de la Unión Europea. Realmente, es la más
musulmana de las ciudades montenegrinas.
Nuestro próximo destino es STARI BAR, es decir, “Bar viejo”, que no hay que
confundir con BAR, más moderno y junto al mar. Al salir tenemos la sensación de no ir por
la carretera adecuada, por lo que paramos en el arcén, delante de un chalet donde una
familia se estaba preparando una barbacoa, les preguntamos por la dirección correcta y,
muy amablemente, por señas, nos indican que demos la vuelta y poco antes de llegar a
ULCINJ giremos a la derecha.
Una vez en STARI BAR, aparcamos en una amplia explanada (N 42º 05' 30.52" E
19º 07' 58.17") y subimos caminando por una empinada calle, en la que hay varios
restaurantes, hasta la Fortaleza Haj Nehaj, del siglo XV, en la que se encuentra el Castillo
del Rey Nikola. La entrada cuesta 1,00 € por cabeza. Es una pequeña ciudad amurallada en
bastante mal estado, salvo una iglesia, la torre del reloj y un par de edificios que han sido
restaurados, aunque permite gozar de unas vistas estupendas. Al parecer, por aquí hay un
olivo con más de 2.500 años de edad, pero no conseguimos localizarlo.
De aquí vamos a BAR (13.700 habitantes) que se encuentra a 5 km., junto al mar.
Hacemos una visita sin bajarnos del coche ya que carece de interés. Al salir, vemos a la
izquierda un pinar junto a la playa y paramos para comernos unos bocadillos. La playa está
bastante sucia, aunque suponemos que en verano la limpiaran porque esta localidad es
bastante turística.
Después de comer, nos dirigimos a PETROVAC, que también la vemos sin bajarnos
del coche ya que no parece tener nada de interés, salvo la playa, pero no está el tiempo
para baños.
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Vamos ahora a SVETI STEFAN, no sin antes soportar estoicamente más
retenciones debido a las obras en la carretera. Este islote, unido a tierra firme por un
camino de unos 100 metros, está amurallado y ha sido convertido en hotel de lujo con
aspecto de pueblo de pescadores. Para entrar hay que pagar 6,00 €. Cuando llegamos,
observamos que tenemos el sol de cara, por lo que decidimos regresar mañana a primera
hora para tener mejor luz. Al salir, “disfrutamos” de una nueva retención, esta vez
bastante larga, por lo que bajamos del coche para disfrutar del paisaje litoral.
La última visita de hoy es BUDVA (11.000 habitantes), la ciudad más turística del
país. En verano recibe a más de 250.000 turistas ansiosos de gozar de sus 11.310 metros de
playas de arena, de su animada vida nocturna y de la belleza arquitectónica de su casco
antiguo. Justo a la entrada de este último, hay dos aparcamientos al aire libre (N 42º 16'
52.35" E 18º 50' 14.23"); dejamos el coche en uno de ellos (0,50 €/hora) y comenzamos a
caminar por un agradable Parque que hay junto al Puerto Deportivo. El Casco Antiguo
(Stari Grad) está rodeado por una Muralla y su interior es de estilo veneciano. Nos
perdemos por sus calles viendo puertas, ventanas, balcones y las Iglesias de San Juan
(Sveti Jovan crkva), del siglo VII, la de Santa María de Punta, del año 840 y la de la
Santísima Trinidad (Sveto Trojstvo crkva), terminada en 1804, las tres ubicadas en la
misma plaza, en la que también hay un Museo y una Fortaleza. Casi todo ha sido
reconstruido fielmente después de que, en 1979, un terremoto asolara la ciudad. Frente a
la ciudad se encuentra la Isla de San Nicolás, conocida popularmente como “Hawai”.
Cruzamos una puerta y salimos a una pequeña playa. Atravesamos de nuevo el casco antiguo
y salimos al Puerto Deportivo, donde se encuentran atracados unos yates inmensos (igual
que en el puerto de KOTOR). Al lado hay un bar con forma de gran campana.
De vuelta a casa, paramos en un mirador de la carretera para ver la playa más
famosa de BUDVA, la Mogren Plaža.
Cerca de KOTOR, paramos en un supermercado para abastecernos. Hoy también ha
hecho un día espléndido. Estamos de suerte. La ropa que lavamos ayer está casi seca.
Aprovechamos para lavar la que nos hemos puesto hoy porque hemos traído poca ropa de
verano y, sin embargo, el calor aprieta.
08/04/09, Miércoles: Hoy nos para la poli: MUO – SVETI STEFAN – P.N.
SKADARSKO JEZERO – MONASTERIO DE OSTROG – PODGORICA – MUO. 316,8
km. 10:07 horas.
Otro bonito día nos despierta, tan sólo una bruma en el fiordo, como calima, hace
que el tiempo no sea perfecto; aunque mirando con ojos benévolos, esa calima contribuye a
que el paisaje sea más encantador, si no miramos las obras, claro.Tras desayunar, salimos a
las nueve de la mañana y ya tenemos 18º de temperatura.
Cruzamos el túnel y volvemos a tomar la carretera costera E-851. Nuevamente,
padecemos las retenciones por las obras hasta que llegamos a SVETI STEFAN, que ayer la
habíamos dejado pendiente en busca de mejor luz, como la que tenemos ahora. Justo en la
entrada hay un parking gratuito al aire libre (N 42º 15' 22.10" E 18º 53' 41.28") donde
dejamos el coche. No hay prácticamente nadie. Hacemos fotos y caminamos por el camino
hacia el islote. Al llegar vemos que está la puerta cerrada; preguntamos a unos obreros y
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nos dicen que la isla está cerrada por obras, así que nos tenemos que contentar con verla
por fuera (al menos, nos hemos ahorrado los 6,00 € por cabeza que cuesta la entrada,
aunque da un poco de pena). El mar, con el característico color verde turquesa del
Adriático, está precioso.
Continuamos el camino, alternando carreteras estrechas, obras y algún que otro
loco al volante, y, poco antes de llegar a PETROVAC, cogemos a la izquierda la E-65, que
asciende con rapidez ofreciendo bonitas vistas de la costa. Más tarde llegamos al PARQUE
NACIONAL SKADARSKO JEZERO (“Jezero” significa lago). El lago es el mayor de los
Balcanes y tiene en su interior unos 50 islotes en los que suele haber una iglesia donde
vivían en la Edad Media monjes que se dedicaban a escribir libros. El Parque Nacional es
importante por su avifauna (dicen que en su interior vive un hipopótamo). El Centro de
Interpretación está junto a la carretera, justo al pasar el lago. Se puede hacer senderismo
o alquilar barcos, pero no nos apetece ninguna de las dos cosas (hoy nos hemos levantado
flojos).
Decidimos modificar sobre la marcha la ruta prevista para hoy y ponemos rumbo al
MONASTERIO DE OSTROG (Manastir Ostrog). Una vez llegados a PODGORICA,
tomamos a la izquierda la carretera E-762, en dirección a NIKŠIĆ. Los conductores
montenegrinos suelen adelantar con línea continua, generalmente, asegurándose de que no
hay peligro. En una larga recta, con buena visibilidad y en la que no venían coches de frente,
adelantamos a un camión sin darnos cuenta de que, en mitad del adelantamiento, la línea
discontinua se vuelve continua. De repente, aparece un policía y nos para. Los
montenegrinos sí pueden adelantar con línea continua, pero los extranjeros no, ni siquiera si
han comenzado el adelantamiento con línea discontinua. El policía nos pregunta si hablamos
francés y le decimos que no, que sólo hablamos español, que es lo mejor en estos casos; nos
explica por señas que hemos realizado un adelantamiento incorrecto y nosotros nos
limitamos a sonreír y a decirle tonterías en español. Por un momento, está a punto de
sospechar porque nos pide los pasaportes y los papeles del coche en un inglés de preescolar
y se los damos de inmediato. Los mira y le dice a Jose que le acompañe al coche patrulla que
está justo enfrente. Allí, otro policía intenta explicar lo mismo, pero Jose sigue erre que
erre hablando sólo español. Dicen en una mezcla de francés, inglés e italiano algo de una
multa de 300 euros al tiempo que insisten en que ellos son tolerantes. Después de un rato
con ese diálogo de besugos, Lola se baja cual matrona salvadora y se dirige al coche
patrulla; justo en ese momento, nos devuelven los pasaportes y la documentación y nos
dicen que sigamos nuestro camino “piano, piano”. Hay que ver, nosotros refunfuñando por lo
mal que conducen los montenegrinos y hoy va y nos para la poli. Está claro que son unos
corruptos y lo que pretendían es que les diéramos 40 ó 50 euros (sin factura a cambio) por
hacer la vista gorda y dejarnos marchar, pero les salió mal la jugada. Eso sí, aprovecharon
para mirarle el culo a Lola.
Seguimos el camino y comienzan a aparecer carteles escritos en cirílico (OSTROG
se escribe ОСТРОГ). Unos kilómetros más tarde, tomamos una carretera bien señalizada
que parte a la derecha y que, poco a poco, va ascendiendo; los últimos 8 km. son de
carretera estrecha y mala, sin quitamiedos, pero espectacular. Finalmente llegamos a una
explanada en la que se encuentra la pequeña Iglesia de Sv. Martyr Stanko; paramos y
observamos que está cerrada, pero desde aquí se ve en lo alto, encastrado en la pared
vertical, el Monasterio Superior (Gornji Ostrog). Continuamos el ascenso hasta llegar al
final de la carretera, donde hay un parking (42º 40’ 30.92” E 19º 01’ 47.37”) Desde aquí
hay una preciosa vista del Valle de Bjelopavlići. El monasterio, que pertenece a la iglesia
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ortodoxa serbia, fue fundado en el siglo XVII por Vasilije, el obispo metropolitano de
HERZEGOVINA, está dedicado a San Basilio de Ostrog (Sveti Vasilije Ostroški) y es el
principal centro de peregrinación de MONTENEGRO. En primer lugar vemos la Residencia
Monástica, que tiene una pequeña capilla absolutamente negra, debido al humo de las velas.
Un poco más arriba, está la Iglesia de la Santa Cruz (estamos a 900 metros de altura), y
pasamos a su interior que se encuentra decorado con pinturas (no dejan hacer fotos); al
lado hay una pequeña capilla, con una puerta muy baja, donde se encuentran los restos de
San Basilio, a quien los montenegrinos reverencian con pasión. Tanto la forma en la que el
monasterio está embutido en la roca, como el paisaje que se divisa desde aquí son
impresionantes. En 1924, un incendió dañó mucho el complejo, que ya ha sido fielmente
restaurado. Iniciamos el descenso y nos cruzamos con una pareja que sube andando, a 24º
de temperatura, ¡hay gente pa tó!. Llegamos al Monasterio Inferior (Gornji Manastir)
donde se halla la Iglesia de la Virgen María, que está siendo restaurada. Vemos su
interior desde una ventana y nos parece muy bonita. Seguimos bajando, pasamos por una
zona donde hay varios restaurantes y tiendas de recuerdos y llegamos de nuevo a la
carretera E-762.
Nuestro próximo destino es PODGORICA (140.000 habitantes), la capital del país.
Los policías que nos pararon a la ida ya no están. Entramos en la ciudad, damos un par de
vueltas con el coche y aparcamos cerca de un parque donde nos comemos el pic-nic que
habíamos traído. Luego nos dirigimos al centro, aparcamos junto a un estadio y damos un
paseo. La verdad es que no tiene nada de interés, es una ciudad fea y con un tráfico
espantoso: los cruces entre dos avenidas son muy peligrosos, ya que impera la ley del más
fuerte. Ni MARRAKECH en hora punta. Al marcharnos, vemos el único monumento de la
ciudad que vale la pena: la Iglesia Ortodoxa (Hram Hristovog Vaskrsenja), que está
cubierta de andamios. Justo enfrente hay un amplio aparcamiento (N 42º 26' 43.73" E 19º
14' 46.56").
Finalmente, regresamos al apartamento por la misma carretera y las mismas
retenciones por obras, haciendo la parada de rigor en el supermercado para comprar
cerveza fría y comida preparada para cenar (pollo y cerdo guisados, sólo hay que
calentarlos un poco en el microondas). Hoy hemos vuelto a tener buen tiempo. Ponemos la
RAI y vemos como continúa aumentando el número de muertos y de personas sin hogar a
consecuencia del terremoto italiano.
09/04/09, Jueves. La nieve nos impide avanzar: MUO – CETINJE – P.N. MONTE
LOVĆEN – FIORDO DE KOTOR – KOTOR - MUO
Salimos a las nueve con una temperatura de 15º. Volvemos a cruzar el túnel y a
coger por la E-851 cuyas obras nos conocemos ya de memoria. Al poco de pasar BUDVA,
cogemos una carretera que sale a la izquierda y que nos lleva a CETINJE. Mientras
ascendemos, aprovechamos para hacer algunas paradas y sacar fotos de la espectacular
costa adriática, eso sí, adornadas con su brumita matutina, que debe ser lo habitual.
Al llegar a CETINJE (15.200 habitantes), encontramos aparcamiento sin problemas
y comenzamos a pasear (se notan 4º ó 5º menos). Es la antigua capital de MONTENEGRO y
está situada a los pies del Monte Lovćen; fue el lugar donde se asentó la iglesia ortodoxa
del país y se convirtió en el centro de la resistencia contra los turcos. Es una ciudad
pequeña y muy tranquila, donde el tiempo parece haberse detenido; en las terrazas de los
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cafés hay mucha gente sentada charlando tranquilamente. No sabemos si hoy, Jueves
Santo, es festivo aquí; pensamos que no porque están todos los comercios abiertos y los
niños han ido al cole. Vemos en primer lugar el Monasterio de Cetinje (Cetinjski manastir),
fundado en 1484 y reconstruido en el siglo XVIII; es más bonito por fuera que por dentro.
Cerca está la Casa del Príncipe-Obispo (Crkveni sud), del siglo XIX y, a su lado, el bonito
edificio que alberga el Museo del Estado (Državni archiv Crne Gore). No muy lejos, en una
céntrica y arbolada placita, se alza la Iglesia de Vlaška (Vlaška crkva), el edificio más
antiguo de la ciudad, pues data de 1450 (fue reformada a mediados del siglo XIX).
Caminamos por sus dos calles principales y nos parece una ciudad muy agradable, con
diversos y bonitos edificios nobles, vestigios de su antiguo esplendor capitalino. En una
frutería compramos kiwis por señas, ya que no hablaban inglés, pero nos atendieron con
mucha amabilidad.
Nos vamos ahora a visitar el PARQUE NACIONAL DEL MONTE LOVĆEN, que
está a 20 km. La carretera se vuelve más estrecha y mala conforme vamos ascendiendo. A
7 km. hay una “Pay Station”, pero no hay nadie, por lo que pasamos sin pagar. Llegamos a la
zona de recreo, donde hay bastante nieve, y nos dirigimos por una tortuosa carretera al
Mausoleo de Petar II Petrovic Njegoš, uno de los grandes poetas, filósofos y estadistas
del país, pero a mitad de camino nos tenemos que volver porque la nieve acumulada nos
impide avanzar (no llevamos cadenas). Tenemos que hacer muchas maniobras porque la
carretera es muy estrecha y el coche patina un poco. En esta carretera hay varios
chiringuitos pero están cerrados. Intentamos coger por otra carretera que va hasta
KOTOR, pasando por la villa de NJEGUSI, pero nuevamente tenemos que retroceder
debido a la nieve y al pésimo estado de la carretera.
Regresamos a CETINJE pero no encontramos la carretera que va a BUDVA;
preguntamos a unos paisanos y nos explican por dónde se va, con mucha amabilidad, en un
correctísimo montenegrino. Antes de llegar a la costa, paramos en un mirador para hacer
fotos de BUDVA y su bahía, esta vez sin bruma.
Como es temprano, decidimos recorrer la parte sur del Fiordo de Kotor y la Bahía
de Boka Kotorska. A partir de LEPETANI, la carretera se vuelve muy estrecha y debemos
tener cuidado cuando nos cruzamos con otro coche. Realmente, merece la pena porque las
vistas son preciosas. Volvemos a ver (y a fotografiar) la ISLA DE GOSPA OD SKRPJELA y
la ISLA DE SV. ĐORĐE, aunque desde un ángulo distinto. Detrás de cada curva surge un
paisaje diferente, a cual más bonito. Hay “sobe” por esta zona, pero no muchas. El tramo
final, antes de llegar a nuestro apartamento, está, cómo no, en obras.
Comemos en el apartamento y descansamos un buen rato, con el aire acondicionado
encendido, ya que fuera hace mucho calor. Cuando refresca, vamos en coche a KOTOR y
aparcamos gratuitamente poco antes de llegar. Paseamos por segunda vez por su Casco
Antiguo medieval, que es una maravilla. Al salir, compramos la revista “Barbie” para la
colección internacional de nuestra sobrina Bárbara (curiosamente, está escrita en croata,
ya que era el idioma más extendido en la antigua Yugoslavia). Última compra en un
supermercado y volvemos a casa, que mañana toca madrugar.
Nos vamos del apacible fiordo y del cómodo apartamento. Otras sobe y otras
tierras nos esperan. Un día más, hemos tenido sol y calor.
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10/04/09, Viernes. Un hotel muy moderno: MUO – CARRETERA PODGORICAKOLAŠIN – P.N. DURMITOR – ŽABLJAK – CAÑÓN DEL RÍO TARA –
PLJEVLJA – VIŠEGRAD (BOSNIA Y HERZEGOVINA). 425,9 km. 10h 05’.
Hoy nos levantamos más temprano porque nos vamos hacia el norte de
MONTENEGRO. Desayunamos, recogemos, le pagamos a la dueña del apartamento y nos
marchamos. Son las 07:20, tenemos 11º de temperatura y está el cielo despejado.
Atravesamos una vez más el túnel, cogemos la carretera E-851 y pasamos, por última vez,
por las obras que ya nos sabemos de memoria, aunque como es temprano no hay
retenciones. Poco antes de PETROVAC, tomamos la E-65 y llegamos a PODGORICA.
Una vez aquí, atravesamos la ciudad y continuamos por la misma carretera en
dirección a KOLAŠIN. Esta carretera es realmente bonita, ya que discurre al lado del Río
Morača, que ha horadado la tierra y forma un paisaje espectacular, ya que ha creado un
pequeño cañón de paredes verticales aunque no demasiado profundo. El río, de un intenso
color verde turquesa, es de suma belleza; lo malo es que la carretera es estrecha y no es
fácil encontrar un sitio donde poder aparcar para sacar unas fotos. Poco antes de llegar a
KOLAŠIN, el paisaje se torna montañoso y nevado. Es, sin duda, uno de los tramos más
bonitos que hemos visto en este viaje.
Seguimos hasta MOJKOVAC, donde giramos a la izquierda, en dirección a
ŽABLJAK. A nuestra derecha llevamos ahora el precioso Río Tara. Al llegar a un puente,
tomamos la carretera de la izquierda, y comienza a llover un poco. De repente, aparecen
ante nosotros las impresionantes cumbres nevadas que forman el PARQUE NACIONAL
DURMITOR, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. A la entrada de
ŽABLJAK, nos para la policía porque piensan que llevamos las luces apagadas, pero al ver
que están encendidas nos dejan seguir (la verdad es que se nos habían fundido las luces de
cruce, que son las obligatorias, y sólo llevábamos encendidas las de posición, pero eso no lo
sabían los policías). ŽABLJAK (2.000 habitantes), es la ciudad montenegrina situada a más
altura (1.456 metros) y es el principal enclave dedicado al turismo de invierno. Alrededor
de ella hay 18 lagos glaciares y 23 picos que sobrepasan los 2.200 metros de altura.
Lamentablemente, la nieve ha cortado las carreteras de acceso a los lagos y no podemos
verlos.
En un principio, habíamos previsto quedarnos a dormir aquí, pero visto que son las
12:30 y que el pueblo carece de interés, decidimos continuar la ruta. Retrocedemos hasta
el puente donde hay una impresionante vista del Cañón del Río Tara, de 100 km. de
longitud y 1.067 metros de profundidad. Hay agencias que lo recorren en zodiacs, haciendo
rafting, pero no tenemos en estos momentos cuerpo para hacerlo.
Llegamos hasta PLJEVLJA (21.000 habitantes), donde se encuentra la Mezquita de
Husein-Pasa, que tiene un minarete de 42 metros, pero por más vueltas que damos no lo
encontramos. La ciudad es fea, sucia, polvorienta, con calles sin asfaltar y un tráfico
caótico, nada que ver con las ciudades costeras (salvo ULCINJ).
Dado que aquí no hay nada que ver, decidimos sobre la marcha salir de
MONTENEGRO y entrar en BOSNIA Y HERZEGOVINA, quedándonos a dormir en
SARAJEVO, pero visitando antes VIŠEGRAD. Le preguntamos a unos policías locales por
dónde se va y nos lo indican muy amablemente. La carretera es mala, pero es la que hay:
estamos viendo el MONTENEGRO profundo, donde no se adentran los turistas extranjeros.
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Llegando a la frontera, la carretera comienza a ascender y la nieve a aparecer. En
la aduana nos piden los pasaportes y la documentación del coche; tras una breve espera, nos
permiten continuar. Comenzamos a descender, rodeados de nieve, por tierra de nadie.
Quince minutos más tarde, a las 15:15, justo donde termina la cuesta, llegamos a la aduana
de BOSNIA Y HERZEGOVINA, donde sólo nos piden los pasaportes. El paisaje no difiere
mucho del de MONTENEGRO, de momento. Nos llama la atención la cantidad de casas que
están destruidas a consecuencia de la guerra, bastantes más que en CROACIA. Los
carteles están escritos en cirílico y en algunos cruces tenemos que dejarnos guiar por el
instinto para coger la carretera adecuada. Al iniciar una subida, vemos un sitio donde parar
y lo hacemos para comer algo. A nuestros pies hay un bonito valle.
Hacemos un inciso para intentar explicar algo casi inexplicable: la REPÚBLICA DE
BOSNIA Y HERZEGOVINA, que así es como se llama el país, limita al norte con otro país:
la REPÚBLICA DE SERBIA, y está formada por dos regiones históricas: por un lado
BOSNIA (en el centro y en el norte ocupando 4/5 del territorio) y por el otro
HERZEGOVINA (en el sur, ocupando 1/5 del territorio). Sin embargo, desde el punto de
vista administrativo está formada por dos entidades políticas: la REPUBLIKA SRPSKA o
REPÚBLICA SERBIA (que ocupa el norte y el este del país) y la FEDERACIÓN DE BOSNIA
Y HERZEGOVINA (que ocupa el resto); en el norte, además, se halla el DISTRITO DE
BRČKO que, a pesar de ocupar territorios de ambas entidades, se gobierna autónomamente.
Como se ve, la nomenclatura adoptada induce a equívocos y, para colmo, la división histórica
no tiene correspondencia con la administrativa. Por si fuera poco, en el país conviven tres
grupos étnicos, cada uno con una religión distinta: los serbios (ortodoxos), los bosnios
(musulmanes) y los croatas (católicos). Aunque en todo el país hay tres idiomas oficiales:
bosnio, croata y serbio, en la FEDERACIÓN DE BOSNIA Y HERZEGOVINA los escriben
usando la grafía latina pero en la REPUBLIKA SRPSKA los escriben usando caracteres
cirílicos (aunque, poco a poco, la grafía latina va ganando terreno). La moneda oficial es el
marco convertible pero aceptan euros en todas partes, es decir, que en la práctica utilizan
dos monedas simultáneamente. La capital oficial del país es SARAJEVO (musulmana), pero
quien realmente ejerce como capital es BANJA LUKA (ortodoxa). Si alguien lo ha
entendido que nos lo explique. Sigamos con el relato.
Al llegar a GORAŽDE, tomamos la carretera E-762, en dirección VIŠEGRAD. Hay
controles de velocidad también por esta zona. La carretera, que discurre junto al Río
Drina, atraviesa uso 50 túneles. Finalmente, llegamos a VIŠEGRAD (21.200 habitantes),
cuyo principal interés radica en el precioso Puente Mehmed Paša Sokolović, construido en
1577por el arquitecto imperial otomano Sinan; supone la máxima expresión de la ingeniería
turca. Dispone de 11 arcos con una altura de entre 11 y 15 metros; su longitud total es de
179,50 metros. Las dos guerras mundiales dañaron algunos de sus arcos pero han sido
restaurados. El puente fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Nuestra idea inicial era dormir en SARAJEVO, que está a un par de horas de aquí,
pero como son las cinco y media de la tarde, estamos cansados y junto al puente hay un
hotel, pensamos que lo mejor es quedarnos a dormir aquí y mañana madrugar. La verdad es
que el hotel (llamado “Višegrad”), se carga el entorno con sus muros pintados de rosa y
amarillo y con sus contornos tan modernos. Preguntamos si tienen habitaciones libres y nos
dicen que les queda una, nos la enseñan, nos dicen que cuesta 42,56 € desayuno incluido y
aceptamos. Vamos por el coche, que está aparcado al otro lado del puente, lo dejamos en la
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puerta del hotel (N 43º 46' 55.91" E 19º 17' 23.04"), subimos el equipaje por la escalera
(no hay ascensor) y vamos a dar una vuelta por el pueblo.
Antes de la llegada del euro, la moneda de BOSNIA Y HERZEGOVINA era el marco
alemán, y actualmente es el marco convertible (km) que equivale a medio euro
aproximadamente. Le preguntamos al recepcionista del hotel dónde podemos conseguir
marcos convertibles y nos dice que no es necesario, que en cualquier lugar del país admiten
euros.
Damos un paseo muy agradable por esta tranquila ciudad que nos sienta muy bien, ya
que hoy llevamos muchas horas de coche. Una cosa que nos impacta bastante es un
Cementerio que hay junto a una Iglesia ortodoxa; en CROACIA vimos muchos cementerios
(sobre todo en la región de KRAJINA), improvisados la mayoría en parques, jardines,
campos de cultivo,… porque los de siempre ya estaban llenos, pero en las lápidas de este
cementerio aparecen grabadas las caras de los difuntos por un lado y una escena de su vida
cotidiana (tomando una cerveza, montado en una moto, charlando con amigos, sentado en
una terraza,…) en la otra. Todos murieron en 1992. También hay inscripciones con mensajes
de sus seres queridos y piensas: esto era la guerra; te lo cuentan en el “telediario” y sigues
comiendo y viviendo, pero luego lo ves “in situ” y se te corta el cuerpo. La guerra nos parece
lejana, pero sucedió bastante cerca. Tanto dolor ¿para qué?
Seguimos con el paseo y nos sentamos en la terraza de un bar, junto al río, con
vistas al puente, a tomarnos una cerveza y un vino (3,08 €). La temperatura es perfecta y la
tranquilidad absoluta. Hemos hecho muy bien en quedarnos aquí en lugar de tirar para
SARAJEVO ya que nos hubiera pillado la noche por el camino. Pagamos en euros pero nos
dan el cambio en marcos convertibles; como funcionar con dos monedas va a ser un follón,
vamos a un cajero y sacamos marcos convertibles para así tener sólo una moneda.
Cenamos en el restaurante del hotel (40 marcos = 20,51 €), en una terraza cubierta
(somos los únicos clientes) y empieza a llover. Estará así toda la noche (a ver si se lava el
coche, que está asqueroso).
11/04/09. Sábado. Sarajevo y Mostar
SARAJEVO – MOSTAR. 251 km. 6h 45’.
nos
llegan
al
corazón:
VIŠEGRAD
–
Después de un desayuno un poco ridículo en el restaurante del hotel, recogemos el
equipaje y partimos a las siete y veinte, con 9º de temperatura y cielo despejado. El coche
está algo más limpio por la lluvia que ha caído esta noche, pero no demasiado.
Volvemos a atravesar la cincuentena de túneles que pasamos ayer y, al llegar a
USTIPRAČA, tomamos la carretera E-762 en dirección ROGATICA.
A las nueve y media llegamos a SARAJEVO (412.000 habitantes) y vemos
numerosos carteles anunciando "sobe". Seguimos unas indicaciones que anuncian un parking
y nos lleva a un sótano, en el que no hay nadie para darnos el ticket de entrada, sólo un par
de coches aparcados; el parking está decrépito, parece un refugio antinuclear después de
la explosión. Aparcamos y entramos en unos servicios que están dentro del mismo parking y
que nos sorprenden por lo nuevos y limpios que están. Una señora nos cobra 1 marco por
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cabeza. Son los contrastes ya habituales: vestigios de la destrucción junto a la renovación y
al empuje para seguir adelante.
Salimos del parking directamente al Barrio Turco (Baščaršija) que, efectivamente,
nos transporta a cualquier zoco de TURQUÍA: tiendas de artesanía, joyerías, pastelerías
con dulces árabes, kebabs, cafeterías con auténtico café turco, mezquitas, etc. En turco,
Baščaršija significa “Mercado principal” y fue construida en el siglo XV. También hay
mendigos pidiendo limosna, algo que no habíamos visto hasta ahora en este viaje.
Comenzamos a vagar entre sus calles y por los alrededores sin rumbo fijo: vemos el bonito
edificio que alberga la Facultad de Ciencias Islámicas, que está cerrado, así como un par
de Mezquitas con estilizados minaretes. Hay diversos carteles anunciando aparcamiento
que nos llaman la atención, porque ponen: “Parking 2 km” pensamos que el aparcamiento
está a dos kilómetros, pero no es así, es que km es la abreviatura de “marco convertible” y
lo que están indicando es el precio, no la distancia. Paseamos por la Calle Mula Mustafe
Bašeskija, en la que se encuentran numerosos edificios bonitos así como algunas “sobe”.
Aquí se halla también la Vieja Iglesia Serbia, del siglo XVI, pero no entramos porque hay
que pagar y no dejan hacer fotos. En esta calle se encuentra el Mercado al aire libre,
donde tuvo lugar uno de los episodios más sangrientos de la Guerra de Bosnia. Actualmente
es un mercado con frutas, flores, verduras,…, parece que aquí no ha pasado nada, de no ser
por los restos de metralla que hay en las paredes; no hay que olvidar que la ciudad estuvo
sitiada por el ejército serbio durante cerca de 4 años, pero ya está casi reconstruida.
Vemos una Sinagoga y, cerca de ella, la Catedral Católica (Sarajevska katedrala), del siglo
XIX, cuyo interior carece de interés y el Teatro Nacional. Vamos a la Iglesia Ortodoxa
Serbia, del siglo XIX, delante de la cual se juega permanentemente al ajedrez, con fichas
gigantes. Paseando, vemos la Mezquita Ferhadija (Ferhadija Džamija), a cuyo lado hay un
cementerio con lápidas esculpidas con estilo arábigo. Regresamos de nuevo al Barrio Turco
y visitamos la Mezquita Gazi Husrev Bey, del siglo XVI. Nada más entrar vemos un cartel
que nos llama la atención, en el que aparecen diversos dibujos que indican que no se puede
entrar con perros, con bicicletas, con metralletas,… En su patio hay una hermosa fuente y,
en dos edificios anejos, sendas tumbas ricamente decorada. Su fachada principal es
realmente bonita. Para visitar su interior hay que pagar, pero el lugar donde venden las
entradas está cerrado; vemos como sale un grupo organizado por una puerta lateral, y por
ahí entramos, eso sí, nos descalzamos antes de entrar; su interior es bonito pero tampoco
es para lanzar cohetes. La verdad es que SARAJEVO es una ciudad muy bonita, que sufrió
mucho debido a la guerra, pero que está levantando cabeza gracias al empuje de sus
habitantes.
Regresamos al parking, y nos vamos camino de MOSTAR. Al llegar al Lago
Jablaničko (Jablaničko jezero) hacemos una parada para hacer fotos, ya que está
realmente bonito con los almendros en flor en primer plano.
A las dos y media de la tarde llegamos a MOSTAR. Vamos en dirección al centro de
la ciudad, que está bien indicado, hasta que llegamos a un parking al aire libre donde
dejamos el coche. Aquí queremos estar dos noches, por lo que nos gustaría conseguir un
apartamento. Le pagamos al aparcacoches dos horas (2,05 €, aunque también acepta marcos
y kunas croatas) y le preguntamos si conoce algún apartamento cercano; nos dice que sí y
que le sigamos. Por el camino nos encontramos con unos estudiantes españoles que están de
“Erasmus” en BUDAPEST (HUNGRÍA) y que se han alquilado un coche para visitar
SARAJEVO y MOSTAR. El aparcacoches nos lleva hasta la cercana Oficina de Turismo,
que está cerrada; con rapidez, localiza a su responsable, nos la presenta y se marcha. Esta
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señora posee o gestiona unos apartamentos que están en la misma plaza, a dos pasos del
famoso Puente Viejo (Stari Most). Nos lo enseña, regateamos un poco, y al final se queda la
cosa en 40,00 € por noche, con cocina compartida con otro apartamento que, en estos
momentos, está vacío. Además, podemos aparcar en la misma puerta (N 43º 20' 14.89" E
17º 48' 49.49"). El apartamento está muy bien (se llama “Pansion Marshall”, aunque no tiene
ningún cartel que lo anuncie; sabemos el nombre porque aparece en la factura que nos dan)
y la señora es muy amable. Estamos supercéntricos. El edificio contiguo presenta todavía
restos de metralla, y es que esta ciudad fue muy dañada durante la guerra. Nos instalamos
pero, antes de comer, damos una vuelta por los alrededores para buscar un supermercado
donde comprar cerveza fría y vino bosnio, algo que conseguimos enseguida. Hay bastante
animación y vemos a muchos españoles. Hace mucho calor: ¡¡¡31º!!! De vuelta en el
apartamento, vemos que han alquilado el de al lado, con el que tenemos que compartir
cocina; se trata de una pareja joven de ingleses que chapurrea el español y con los que
charlamos un rato.
Después de comer, salimos a conocer la ciudad. Justo al lado del apartamento se
encuentra, aunque cerrado, un Hamam (baño turco) del siglo XVI. Hay un par de chavalas,
muy simpáticas, repartiendo publicidad de un restaurante, pero como ya saben que estamos
alojados en el apartamento, se limitan a sonreírnos al vernos pasar. Desde la puerta del
apartamento, situado en una pequeña plaza empedrada, tenemos una magnífica vista de la
Mezquita Neziraga (Nezir-Agina Džamija). Salimos de inmediato a la Calle Onešćukova,
repleta de tiendas para guiris, restaurantes, cafeterías, heladerías, sobes,… Hay bastante
bullicio y numerosos españoles. Vemos el bonito Puente Encorvado (Kriva Ćuprija), cuya
antigüedad se desconoce pero se sabe que es más antiguo que el Puente Viejo. Sirve para
cruzar el Arroyo Rabobolja, un afluente del Río Neretva. Debido a los daños que sufrió
durante la guerra (1992-1995), el 31 de diciembre de 1999 se cayó, pero fue reconstruido
por la UNESCO en el año 2002 gracias a la financiación de LUXEMBURGO. Cerca está la
Mezquita Neziraga (Nezir-Agina Džamija), que veíamos desde casa; fue construida en el
siglo XVI. Su altísimo minarete se ve desde toda la ciudad. Aunque la puerta está abierta
porque hay un par de personas rezando, nos limitamos a asomarnos para no molestarlos; la
verdad es que es más bonita por fuera. Desde aquí hay una bonita vista de los tejados de
MOSTAR.
Tras comprarnos un helado, bajamos hasta la orilla del Río Neretva, en una zona
repleta de restaurantes, desde donde se disfruta de una bonita vista del símbolo de
MOSTAR: el Puente Viejo (Stari Most), del que toma su nombre la ciudad. El puente,
edificado originalmente en 1566, consta de un único arco de piedra de casi 29 metros, y
fue destruido el 9 de noviembre de 1993, durante la guerra, por la aviación croata. La
UNESCO lo reconstruyó, en una labor que duró años, hasta que se inauguró el 23 de julio de
2004. Un año más tarde, la propia UNESCO lo declaró Patrimonio de la Humanidad, así
como al Barrio Turco que está al lado. El puente siempre ha sido un símbolo de la pluralidad
multiétnica del país, ya que unía las dos orillas del río y las dos comunidades que lo
habitaban: la musulmana y la católica. El puente ha sido reconstruido fielmente, incluyendo
las barreras arquitectónicas que tenía el original y que dificultan (casi impiden) el tránsito
a personas en sillas de ruedas. A la entrada del puente hay una pequeña piedra con una
sencilla inscripción: “Don’t forget ‘93”; en los cementerios que hay en la ciudad, en las
lápidas aparece 1993 como año del fallecimiento de las personas que están enterradas.
Desde lo alto del puente hay una impresionante vista del Barrio Turco, con sus
mezquitas y sus casas de colores, y también de las numerosas terrazas de los restaurantes
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que proporcionan vistas al puente. Cruzamos el puente y entramos de lleno en la Calle Braće
Fejića, donde se concentran la mayoría de tiendas del Barrio Turco. Realmente parece que
nos hemos trasladado a algún zoco turco. Toda esta zona también forma parte del
Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Nos llama la atención el hecho de que vendan
balas (con las que han hecho llaveros, colgantes, etc.) y camisetas y almanaques con la
efigie de Tito.
Entramos en la Mezquita Koski Mehmed Pasha (Koski Mehmed Pašina Džamija),
construida en 1618. Cuesta 2,00 € por cabeza (si queremos subir al minarete, hay que pagar
otros 2, pero pasamos) y no te piden que te descalces (o es que ya no se utiliza para el culto
o es que la pela es la pela). Su interior es bonito, pero las hemos visto mejores en
ESTAMBUL. La entrada da derecho a visitar un patio posterior desde el que se disfruta de
una impresionante vista del Puente Viejo.
Seguimos caminando, saliendo ya de la zona comercial, y vamos hasta la Casa Turca
(Bišćevića kuća), edificada en 1635, que no podemos visitar porque está cerrada. Muy cerca
se halla la Mezquita Karañoz-bey (Karañozbegova Džamija), considerada la obra maestra
de la arquitectura sacra islámica del siglo XVI, pero también está cerrada, por lo que
hemos de contentarnos con verla por fuera. A su lado hay un impresionante cementerio con
todas las lápidas fechadas en 1993. Intentamos visitar la Casa Muslivegovic (Musliegovića
kuća), del siglo XVIII, pero también está cerrada (no son más de las cinco de la tarde). Hay
varias “sobe” por esta zona.
Continuamos paseando y vemos numerosos edificios con las fachadas y las persianas
agujereadas por la metralla y que, 16 años después, aún no han sido restaurados a pesar de
que sigue viviendo gente en ellos. Contrasta la presencia de edificios de nueva construcción
junto a otros semiderruidos. Llama la atención que el interior de las casas, con sus cortinas,
sus muebles y la vida misma que sigue, no se corresponda a veces con el exterior
destrozado, a veces con el ladrillo sin más. Junto a los restos de un edificio, a veces en su
propia planta baja, se ha instalado un pequeño comercio que permita vivir dignamente a una
familia. Tiene mérito este seguir con la vida pese a todo.
Y bueno, después de pasear y pasear, hacer compras (por cierto, admiten euros,
marcos convertibles y kunas croatas, aunque estas últimas a un cambio bastante
desfavorable) y miles de fotos, volvemos al apartamento a descansar un ratito. Esta ciudad
estará, sin duda, entre nuestras favoritas, no sólo por su historia, también por su enclave,
el río Neretva poniendo sonido a todos los rincones, su luz, su ambiente, sus muhecines
(cuando llaman a la oración, cantan igual de bien que los muhecines turcos),… También hay
algunos mendigos, aunque no tantos como en SARAJEVO.
Cuando oscurece, volvemos a salir para ver la ciudad iluminada, con los comercios
cerrados, sin apenas turistas por las calles, parece una ciudad completamente distinta.
Regresamos a cenar al apartamento y vemos que, justo en la entrada, hay un par de
restaurantes con la música un poco fuerte y muchos jóvenes aprovechando que es Sábado.
Esperamos que se acuesten pronto y nos permitan dormir.
Hoy ha hecho un día estupendo, aunque con demasiado calor al mediodía.
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12/04/09, Domingo. Más de Bosnia y Herzegovina: MOSTAR – BLAGAJ –
NECRÓPOLIS DE RADIMLJA – MEĐJUGORJE – CASCADAS KRAVICA – POČITELJ –
MOSTAR. 179,9 km. 7 h 37’.
Tras desayunar, salimos poco antes de las 9 y ya la temperatura está por 17º. ¡Qué
suerte estamos teniendo con el tiempo!
Hoy vamos a visitar el sur del país. La primera visita va a ser a BLAGAJ. Una vez
allí, seguimos un camino asfaltado que desciende hasta el Río Buna y dejamos el coche al
final (N 43º 15' 23.53" E 17º 54' 06.04"), en una zona donde hay varios restaurantes y
chiringuitos que todavía están cerrados. Aquí nace el río, que sale de una caverna llamada
Vrelo Bune, situada al fondo de un espectacular acantilado de 200 metros de altura. El
paisaje es precioso y el agua, a estas alturas de la primavera y con el calorcito que está
haciendo, fluye imparable desde el nacimiento del río y se convierte en varias cascadas
unos metros más abajo. Algunas de las terrazas de los restaurantes están anegadas debido
al gran caudal que lleva el río. Justo al lado de la caverna hay un Monasterio Derviche
(Dervish tekke), del siglo XVI, cuyo interior no podemos visitar porque todavía no han
abierto. Desde aquí hay una bonita vista de la caverna. Cruzamos el río por un puente de
madera y tomamos una pequeña vereda que parte a la espalda de los restaurantes y que
conduce cerca de la caverna; desde aquí tenemos la mejor panorámica del monasterio. Hay
un cartel explicando la historia del monasterio, escrito en varios idiomas, entre ellos el
español.
Ponemos rumbo ahora a STOLAC, en busca de una necrópolis muy peculiar. La
encontramos 400 metros antes de llegar a esta población, a la derecha, junto a un amplio
aparcamiento (N 43º 05' 34.35" E 17º 55' 25.10"): es la Necrópolis de Radimlja, formada
por más de 100 tumbas medievales llamadas “stećci” (en singular “stećak”). Estas tumbas,
que están por todo el país, son su símbolo más legendario y pertenecen a un grupo bosnio
cristiano que se autodenominaba “los cristianos correctos” que no creía en la crucifixión de
Jesucristo. Al llegar los otomanos, la mayoría se convirtió al Islam y el resto se integró con
los cristianos católicos o con los cristianos ortodoxos. Hay unas 60.000 tumbas de este
tipo en el país, de las que unas 10.000 están decoradas. Se levantaron entre los siglos XII y
XV. Al otro lado de la carretera también hay algunas. Después de la visita, nos dirigimos a
STOLAC, donde hay un Castillo, pero está en la más completa de las ruinas.
La mayoría de los edificios religiosos que hay en este país son musulmanes, pero
ahora nos encaminamos hasta el mayor centro de peregrinación católico de BOSNIA Y
HERZEGOVINA: MEĐJUGORJE. Según cuenta, en 1981 la Virgen María se apareció aquí,
en la ladera de un monte, a seis adolescentes y continúa haciéndolo (a 3 de ellos, todos los
días, y a los otros 3, una vez al año). Aunque el Vaticano no ha reconocido esta apariciones,
es el lugar más visitado del país. La carretera para llegar es bastante mala (de todas
formas, tenemos la impresión de que nos liamos y cogimos por demasiadas comarcales, ya
que no es posible que las carreteras que cogimos pasen docenas y docenas de autobuses).
Nada más llegar, empezamos a ver carteles anunciando “sobe” por todas partes, así como
una auténtica riada de peregrinos, algunos “disfrazados” de Virgen María. Nos cuesta
encontrar aparcamiento, pero lo logramos. Vamos a la Iglesia de San Juan, epicentro de
las peregrinaciones; ha debido terminar la misa de las doce porque en dirección contraria a
la nuestra vienen cientos de personas vestidas con sus mejores galas o con camisetas con
alusiones a la Virgen. La iglesia es bonita, más por fuera que por dentro, y está abarrotada
porque se está celebrando otra misa. Justo al lado hay unos servicios públicos que nos son
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de gran ayuda. Hace muchíííísimo calor. La calle principal del pueblo, que pasa por delante
de la iglesia, está atestada de comercios donde venden artículos religiosos: rosarios, aguas
benditas, estampas, medallas, imágenes de todos los tamaños, incluso de 2 metros de alto,…
hasta hay tiendas donde venden hábitos y casullas. También hay restaurantes de todos los
estilos y la oferta de alojamientos es enorme. A unos kilómetros de aquí, en medio del
monte, se encuentra el lugar donde se producen las apariciones, pero pasamos de subir.
Nos vamos ahora a un sitio más fresquito: las Cascadas Kravica. Para ello, vamos
primero hasta LJUBUŠKI y una vez allí preguntamos. Como no nos entienden, enseñamos
una foto de las cascadas y, por señas, nos indican cómo llegar (aún tendremos que
preguntar dos veces más, pero las encontramos); están a unos 7 km . Se nos presentan
magníficas, con un caudal inmenso. Caen sin reparos, salpicándonos con minigotitas que nos
refrescan de inmediato. La vegetación está también exuberante y apenas si hay gente.
Dejamos el coche aparcado en el camino (N 43º 09’ 23.46” E 17º 36’ 28.08”) y bajamos
andando. Después de verlas y de sacarles montones de fotos, nos sentamos en una mesa de
un chiringuito que aún no está operativo, y eso que la estación está ya bastante avanzado, y
nos comemos el pic-nic que habíamos preparado para la ocasión. Las cascadas están
formadas por el Río Trevižat y se encuentran cerca de la frontera croata. Tienen 100
metros de anchura y 25 de caída. Hay zonas habilitadas para bañarse y para acampar. Se
está la mar de bien, pero una vez que hemos comido y descansado, no queda más remedio
que irnos.
Volvemos a MOSTAR, pero esta vez por la carretera principal E-73, ya que a la ida,
con tal de ver lo que queríamos ver, hemos estado casi todo el tiempo por comarcales
infames.
A los pocos kilómetros, a la derecha, vemos un pueblo que no teníamos incluido en
nuestro itinerario y que nos llama la atención por sus bonitas casas de piedra, su mezquita
en alto y su enclave en general, así que, en cuanto podemos, damos la vuelta y nos
disponemos a visitarlo. Se llama POČITELJ (900 habitantes) y está en cuesta, como casi
todos los pueblos bonitos. Casi al mismo tiempo, llegan dos autobuses que sueltan una horda
de turistas franceses y con ellos subimos hasta la Mezquita Hajji Alija (Hadži-Alijina
Džamija), edificada en 1563. Parece todo muy turístico. Hay vendedores ambulantes
(mujeres y niños) que ofrecen mandarinas (¡qué bien huelen!) y frutas desecadas en
cartuchos de papel. Muchos de los edificios de la ciudad, de los siglos XVI y XVII, fueron
destruidos por el ejército croata durante la guerra, ya que aquí tuvo lugar uno de los
episodios más sangrientos de la misma. Todos los turistas visitan (por fuera, ya que está
cerrada) la mezquita cuya belleza radica, más que en sí misma, en el paisaje que se divisa
desde ella. Bastante más arriba hay una Ciudadela, pero no subimos porque estamos
cansados y hace mucho calor. La verdad es que este pueblo ha sido una gran sorpresa que
no nos esperábamos.
Seguimos hasta MOSTAR, dejamos el coche en la puerta del apartamento y nos
vamos a dar un paseo, recorriendo de nuevo los lugares que visitamos ayer (los edificios que
estaban cerrados, continuaban cerrados). Regresamos más tarde al apartamento para
descansar y comenzar a recoger las cosas y, al anochecer, salimos a cenar mientras
escuchamos cantar al muhecín llamando a la oración. Cenamos en una terraza con vistas al
puente (24,00 €), y luego volvemos a casa a dormir. Así nos despedimos de MOSTAR, de
momento.
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El tiempo sigue soleado, con calor, aunque a medianoche ha comenzado a llover.
13/04/09, Lunes. Por aquí seguimos: MOSTAR – VISOKO – TRAVNIK – JAJCE –
BANJA LUKA. 335,9 km. 8h.
Desayunamos, recogemos y, a las siete y media, con 15º y el cielo nublado, dejamos
MOSTAR con pesar: ha sido una de las ciudades que llegan al corazón, por su enclave, por
su historia, por su arquitectura,… nadie debería perdérsela. Vamos agotando las jornadas
en BOSNIA Y HERZEGOVINA. Hoy es una de las de casi tránsito, en dirección a
ESLOVENIA. Queremos hacer noche en BANJA LUKA, pero antes haremos alguna paradita
por el camino.
La primera es en VISOKO (50.000 habitantes). Desde SARAJEVO hay una
autopista de peaje (creemos que la única del país), aunque de momento sólo han construido
25 km., pero están haciendo más. Podemos circular por ella a 130 km/h (en el resto del país
no se puede pasar de 70-80 km/h). Cuesta 1,5 km (0,77 €). En los alrededores de esta
ciudad se encuentra el llamado Valle de las Pirámides, ya que existen algunas colinas que,
según desde donde se miren, se asemejan a una pirámide. Un empresario local, llamado
Semir Osmanagic, que se autodenomina arqueólogo, aunque no lo es, está realizando
excavaciones en ellas ya que asegura que bajo las colinas hay pirámides enterradas. La
comunidad científica internacional rechaza esta posibilidad y muestra su preocupación
porque estas excavaciones pueden destruir los restos arqueológicos que puedan haber en la
zona. Siguiendo los carteles anunciadores, subimos con el coche por un camino de tierra
donde hay una excavación y un solo operario. Tenemos la sensación de que todo es un timo y
lo que vemos no nos convence en absoluto, así que damos la vuelta y nos marchamos. Ni
siquiera hacemos fotos.
Nuestro siguiente destino es TRAVNIK (27.000 habitantes), ubicada en el Valle
del Río Lasva, que está flanqueado por el Monte Vlasic, al norte, y por el Monte Vilenica,
al sur. Siguiendo las indicaciones que llevan al centro de la ciudad, subimos una empinada
cuesta en cuya parte superior dejamos el coche. Hay poca gente en la calle pero nos miran
con cara de pocos amigos, al parecer no les gustan los forasteros. Van vestidos a la usanza
turca, de hecho, ésta fue la principal ciudad del imperio otomano en esta zona. Hay varias
Mezquitas, como la Jeni Džamija o la Varoška Džamija, y una Fortaleza (Stari Grad
Kaštel), y es la ciudad más musulmana del país. Damos un paseo buscando la Mezquita
Suleymania o Multicolor (Sulejmanija o Šarena Džamija), así llamada por las pinturas
policromadas que luce en sus fachadas, pero no la encontramos. Al fin, desistimos y nos
marchamos cuando, como tantas otras veces, la mezquita aparece ante nosotros (N 44º 13'
35.87" E 17º 40' 11.02"), cuando ya no la buscábamos. Está al otro lado de la carretera
principal, que divide la ciudad en dos, en la parte nueva que, por cierto, está mucho más
animada: hay gente por los bares, tomando una copa en las terrazas de los bares, hay
tiendas y mucha actividad; además, nadie nos mira mal. La Mezquita Multicolor fue
construida en 1757, destruida por un incendio, y reconstruida en 1815; fue en esta
reconstrucción cuando se añadieron los frescos, tanto interiores como exteriores, aunque
sólo podemos ver estos últimos ya que la mezquita está cerrada. Nos llama la atención la
cantidad de cementerios que hay, tanto dentro de la ciudad como en los alrededores,
ocupando laderas enteras; la mayoría de las tumbas están fechadas entre 1992 y 1993, y es
que estamos al filo de la zona serbia del país, que lanzó durísimos ataques contra la zona
bosnio-musulmana, intentando hacer una limpieza étnica, y la verdad es que casi lo
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consiguen. Las miles de lápidas que hay diseminadas por las laderas de las montañas,
atestiguan que aquí debieron pasarlo muy, muy mal en aquella despreciable guerra fraticida.
Tal vez por eso sus habitantes se hayan vuelto tan huraños.
Vamos ahora hasta JAJCE (23.700 habitantes). Aquí se encuentra la Cascada Pliva
(Pliva Vodopad), que aspira a formar parte del Patrimonio de la Humanidad, pero que no nos
parece merecedora de este galardón, ya que está muy sucia (botellas de plástico, basura,…)
y rodeada de obras. No es que sea fea, es que hay cascadas mucho más bonitas que no son
Patrimonio de la Humanidad y que se lo merecen más que ésta (sin ir más lejos, las Cascadas
Kravica que vimos ayer). Se encuentra en pleno centro de la ciudad y se disfruta de una
buena vista desde un mirador que se halla junto a una gasolinera, justo a la entrada; desde
aquí se ve perfectamente su caída de 27 metros sobre el Río Vrbas. Cruzamos por un
puente a la otra parte de la cascada y el panorama cambia totalmente: está repleta de
bares, restaurantes, tiendas de regalos, heladerías, gente a mogollón. Atravesamos la
puerta de piedra que da acceso a la Fortaleza y vemos el Campanario de San Lucas y lo
que queda de la Iglesia de Santa María. También nos asomamos al mismo filo de la
cascada, lo que nos permite apreciar mejor su suciedad; se ve que aquí hay bastante
turismo, por lo que deberían cuidarla mejor ya que es uno de sus atractivos. Cae una ligera
llovizna.
Aquí finaliza la parte musulmana del país, ya que de inmediato entramos en la zona
serbia (REPUBLIKA SRPSKA). Las mezquitas desaparecen y dan paso a iglesias ortodoxas
(las católicas siguen en franca minoría). La grafía cirílica comienza a aparecer en las
indicaciones de las carreteras, en lo rótulos de los comercios, en los nombres de las
calles,… La carretera tiene muchas curvas, se vuelve montañosa y el firme está en mal
estado, además llueve. Nos pegamos un buen susto cuando el coche patina, quizá debido a un
bache y a la lluvia, e invadimos el carril contrario; menos mal que no venía nadie de frente,
de lo contrario no estaríamos contando esto ahora. La carretera discure pegada al Río
Vrbas y hacemos algunas paradas para disfrutar de sus meandros y del color verde
turquesa que se pueden apreciar perfectamente desde algunos miradores que hay en la
carretera.
Finalmente, llegamos a BANJA LUKA (196.000 habitantes), donde pretendemos
pasar la noche. A la entrada vemos un hotel, en una calle lateral, pero continuamos hacia el
centro; damos varias vueltas con el coche y no vemos ni una “soba” ni un hotel modesto (hay
algunos pero tienen una pinta muy lujosa), por lo que regresamos en busca del que habíamos
visto al llegar. Se llama “Hotel Ideja”; aparcamos en doble fila y Jose va a preguntar el
precio: 114 km (58,46 €), desayuno incluido. Es más caro de lo que estamos acostumbrados
a pagar pero visto que no hay otra cosa, al menos nosotros no la hemos encontrado,
aceptamos. La recepcionista sale a la calle y para el tráfico para que, marcha atrás,
aparquemos el coche en un sitio que hay justo frente al hotel (N 44º 46' 02.98" E 17º 11'
08.78"). Subimos el equipaje (no hay ascensor)y al entrar en la habitación: ¡sorpresa!: es
toda una “suite”, con 2 baños, una cama enooooorme, 3 sofás, una mesa preciosa para 6
personas, con sillas rococós, sobre una alfombra estupenda, grandes espejos colgados de
las paredes, y hasta un secreter; la superficie total es posible que sea la misma de nuestra
casa en CÁDIZ (unos 80 m2). Son muy curiosas las numerosas lámparas que cuelgan del
techo, ya que el interruptor lo tienen en la misma lámpara y no en la pared; nos ha costado
tiempo y risas descubrirlo. Lo primero que hacemos es comer en esa mesa tan suntuosa (son
las tres y media): embutidos españoles regados con un buen vino bosnio. ¡Viva el lujo! (ya
que hemos pagado lo que hemos pagado, vamos a disfrutarlo).
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Después de comer, salimos a pasear y conocer la ciudad. Estamos a unos diez
minutos andando del centro y el tiempo ha mejorado considerablemente. La ciudad, que de
hecho funciona como la verdadera capital del país (la oficial es SARAJEVO), tiene una gran
Avenida y una calle peatonal (Gospodska ulica) que discurre paralela a ella; es en esta
última donde discurre la vida urbana: está repleta de tiendas de ropa, comercios, bancos,
bares y restaurantes. Es evidente que esta comarca es mucho más rica que el resto del
país. A mitad de la calle hay una plaza donde se alza la preciosa Iglesia de Cristo el
Salvador (Hram Hrista Spasitelja), que está siendo restaurada. No podemos ver por dentro
esta bonita iglesia ortodoxa de ladrillos, pero por fuera es sumamente bonita. Al final de la
calle se encuentra la futurista Catedral de San Buenaventura (Katedrala Sv.
Bonaventure), construida usando un estilo arquitectónico de última generación; ésta sí que
podemos verla por dentro y, la verdad, es que no está mal: por fuera es más bien feílla, peo
por dentro es acogedora y clara Su campanario no pasa desapercibido. Casi al lado, se
encuentra la Iglesia serbio-ortodoxa de San Trojan (Crkva Sv. Trojice), edificada en un
estilo más tradicional y que contrasta con la anterior. La ciudad posee numerosos parques
bien arbolados. Una cosa que nos llama la atención es que los carteles indicadores que hay
en la ciudad están escritos en inglés o en caracteres cirílicos. Después de pasear un buen
rato, nos sentamos en una de las terrazas de la Calle Gospodska ulica a tomarnos algo y a
ver pasar la gente. Esta ciudad nos está resultando muy agradable.
No hemos contado que cuando llegamos a esta ciudad, de mayoría serbia, un coche
que venía detrás con varios jóvenes en su interior se ha puesto a tocarnos el claxón, al
adelantarnos nos han hecho gestos de victoria, levantando el pulgar y sonriendo. Suponemos
que habrán visto nuestra matrícula y nos estaban felicitando porque ESPAÑA no ha
reconocido la independencia de KOSOVO con respecto a SERBIA. O vete a saber, a lo
mejor es que eran de Villaconejos de Abajo.
Compramos unas cervezas frías y regresamos a la habitación para cenar. Cerca del
hotel hay un Castillo (Kastel) que vemos por fuera. Aunque ha estado lloviznando todo el
día, al final ha salido el sol. Hoy es nuestro último día en este acogedor país que tanto ha
sufrido y que tantas cosas buenas y bonitas nos ha ofrecido.
14/04/09, Martes. A conocer Eslovenia: BANJA LUKA – ŠKOFJA LOKA
(ESLOVENIA) – LJUBLJANA - ŠKOFJA LOKA. 349,3 km. (hasta Škofja Loka). 5h
31’.
Nos levantamos sin prisas, hoy nos vamos de BOSNIA Y HERZEGOVINA. El
desayuno del hotel no es gran cosa pero nos basta. Recogemos y pagamos la habitación: una
parte en marcos convertibles, para acabar con los que nos quedan, y el resto en euros;
aceptan sin problemas. Nos ponemos en marcha poco antes de las nueve, con 15º de
temperatura y el cielo despejado. Paramos en una gasolinera para echar gasoil (1 litro =
1,33 km = 0,68 €) pero no nos aceptan la visa a la hora para pagar, así que le damos euros,
pero sólo acepta billetes, monedas no (debe ser el único lugar del país que no las acepta),
por lo que le pagamos algunos céntimos con los marcos convertibles que habíamos guardado
para la colección. Al menos el gasolinero nos indica con claridad (en bosnio, pero con
claridad) por dónde se sale de la ciudad.
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Nada más salir, cogemos la E-661 que, durante 6 km. es una autovía gratuita por la
que se puede circular a 100 km/h. A 60 km. se encuentra GRADIŠKA, junto en la frontera.
Aquí está el gasoil al mismo precio que en BANJA LUKA. Mientras aguardamos la cola, se
nos acercan varias señoras que venden labores de ganchillo, almidonadas y todo; también
hay niños pidiendo. Esta es la única frontera en la que hemos tenido que guardar cola (unos
10’); hay cola en ambos sentidos. Tras un rápido control de pasaportes, salimos de BOSNIA
Y HERZEGOVINA, cruzamos el Río Sava y llegamos a la frontera croata. Otra pequeña
cola y otro control de pasaportes. Entramos en CROACIA oficialmente a las 10:20 horas.
Volvemos a tener operativo el TomTom.
A los pocos kilómetros, enlazamos con la autopista de peaje E-70 que, circunvalando
ZAGREB, nos lleva hasta ESLOVENIA. Antes de llegar a la frontera, paramos en una
gasolinera y nos gastamos las kunas que nos quedan en comprar cervezas y vino. Al salir de
CROACIA, ni siquiera nos miran los pasaportes. Hay otra cola para entrar en ESLOVENIA,
algo que hacemos a las 12:28 horas. Menos mal que ya tenemos la “vinjeta” que nos permite
circular gratuitamente por todas las autopistas del país (lo de gratuitamente es un decir
porque hemos pagado 35,00 euros por ella).
El paisaje, prácticamente llano en CROACIA, se va volviendo cada vez más
montañoso a medida que avanzamos en ESLOVENIA. Pasamos de largo LJUBLJANA y
dejamos que el TomTom nos lleve hasta nuestro destino: un pequeño pueblo monumental
llamado ŠKOFJA LOKA, donde pernoctaremos las cuatro jornadas que estaremos en este
país. Lo hemos elegido porque está muy bien ubicado, en el centro de lo que vamos a visitar,
lo que lo convierte en un centro de operaciones perfecto. El TomTom no reconoce una
autopista nueva que han hecho y nos lleva por comarcales; bueno, así conocemos la
ESLOVENIA profunda.
Llegamos a ŠKOFJA LOKA (22.000 habitantes) pasadas las dos de la tarde. Hace
calor. Damos un paseo por el centro y no vemos ni un solo cartel anunciando “sobe” o
apartamentos (que es lo que vamos buscando, ya que así nos permite prepararnos los
desayunos y las cenas y es dinero que nos ahorramos); de hecho, sólo vemos un hotel. Nos
dirigimos a la Oficina de Turismo, que está en la plaza principal, llamada Mestni trg, y le
preguntamos en inglés a la señora que está allí si conoce algún apartamento que podamos
alquilar; nos dice que sí, que está a dos edificios de distancia. Telefonea al dueño, habla con
él en esloveno y, nos dice que sí, que el apartamento está libre pero que tenemos que
esperar una hora a que lo preparen y que cuesta 50,00 € diarios; aunque es más caro que lo
hemos estado pagando, le decimos que aceptamos porque no hemos visto otra cosa, además,
ya sabíamos que ESLOVENIA es más cara que el resto de los países de la antigua
Yugoslavia. La señora nos pide los pasaportes, rellena una ficha con nuestros datos y nos los
devuelve.
Aprovechamos para dar un paseo mientras hacemos tiempo. Justo al lado de la
Oficina de Turismo hay un supermercado donde compramos nuestras primeras cervezas
eslovenas, que están bien frías; nos las tomamos mientras paseamos. La mayoría de los
monumentos de esta ciudad se encuentran en esta plaza y en una calle que discurre
paralela, más abajo: Spodnji trg. Así, vemos la Casa Homan (Homanova hiša) compuesta por
tres edificios; tras el terremoto de 1511, fue restaurada en estilo gótico aunque
conservando algunos elementos renacentistas, la Iglesia Parroquial de San Jacobo
(Župnijska cerkev sv. Kakoba), edificada en el siglo XV en estilo gótico, a su lado la Escuela
(Šola), con su inconfundible arco, cuyos orígenes se remontan al siglo XIII, la Antigua
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Clerecía (Staro župnišče), reconstruida a mediados del siglo XVIII, el Antiguo
Ayuntamiento (Stari rotovž), del siglo XVI, la Casa Žigon (Žigonova hiša), también
edificada en el siglo XVI, la Casa Martin (Martinova hiša) y las Murallas del siglo XIV,
todas ellas situadas en la calle Mestni trg. Desde aquí hay una bonita vista del Castillo
Loka (Loški grad), del siglo X, aunque quedó totalmente destruido durante el terremoto de
1511, por lo que el edificio actual es una restauración del original. Bajamos hasta la paralela
Spodnji trg, donde vemos la Iglesia de Špital (Špitalska cerkev), construida en el siglo
XVI en estilo gótico, y un Granero (Kašča)del siglo XV. La información que traíamos hablaba
maravillas de este pueblo medieval, pero no nos parece que sea para tanto; está bien, pero
nada más. Está situado en la confluencia de los Ríos Selška Sora y Poljanska Sora.
Poco antes de las tres, regresamos a la Oficina de Turismo y nos dice la señora que
el apartamento ya está preparado. Nos pide que la acompañemos, para lo que cierra con
llave la oficina y nos guía hasta un edificio que está un par de casas más allá. Comenzamos a
subir escaleras y la impresión que nos da es deprimente, tanto la escalera como el patio
central están hechos polvo y estamos a punto de marcharnos; se ve que fue en su día una
casa noble pero está pidiendo a gritos una restauración. Por fin llegamos hasta el tercer
piso y nos presenta al dueño del apartamento, ubicado en una buhardilla; lo vemos y
sorprendentemente está muy bien: nuevo, limpio, bien amueblado, con baño propio, una
pequeña cocina, luminoso, bonita vista de la calle y del castillo,…, en definitiva, que
aceptamos. Emprendemos la ardua labor de ir hasta el coche (la plaza donde está el
apartamento y sus alrededores son peatonales), subir el equipaje por una señora cuesta,
empinadísima, y después subir los tres pisos, pero lo conseguimos (el microondas lo dejamos
en el coche). Ya está, el campamento base preparado. Por fin podemos comer, que estamos
exhaustos. Suponemos que la señora de la Oficina de Turismo se lleva una comisión de esto,
porque sino no se entiende que cierre la oficina y nos acompañe hasta el apartamento
subiendo por escaleras los tres pisos, lo normal hubiera sido que el dueño bajase a la
oficina a recogernos y fuese él el que nos llevase hasta el apartamento. En fin, todo el
mundo tiene derecho a buscarse la vida honradamente. La verdad es que, de no ser por ella,
no hubiésemos encontrado el apartamento nunca porque carece de indicadores.
Después de almorzar, volvemos bajar a la Oficina de Turismo y le preguntamos a la
señora cómo podemos ir a LJUBLJANA en autobús, ya que no tenemos más ganas de
conducir. Nos busca en internet los horarios y los precios y nos indica en un plano la
ubicación de la parada de autobuses (está a dos pasos). Una vez en la Estación de
Autobuses, vemos que hay unas máquinas que venden billetes, pero está todo en esloveno; le
preguntamos a un chaval que estaba allí si habla inglés, nos dice que sí, y le pedimos que nos
explique como podemos comprar dos billetes hasta LJUBLJANA; se pone a trastear en la
máquina, pero no consigue averiguarlo, así que nos dice que mejor le compremos los billetes
al conductor. Casi de inmediato, llega el autobús y le compramos los billetes al conductor,
que habla un correcto inglés (12,40 €, dos billetes ida y vuelta). El autobús tarda 40’ y está
lloviendo todo el trayecto.
Al llegar a LJUBLJANA (270.000 habitantes) escampa y ya no vuelve a llover. Es
una ciudad tranquila y agradable, fácil de pasear: sin cuestas y sin excesivo tráfico (a pesar
de ser la capital del país). En diez minutos llegamos a la Plaza Prešeren (Prešernov trg),
epicentro de la ciudad. Aquí se encuentran la Oficina de Turismo y algunos monumentos
importantes como el famoso Puente Triple (Tromostovje): desde 1280, había en este lugar
un puente de madera, que fue reconstruido en 1657 tras un incendio; en 1842, el arquitecto
italiano Giovanni Pico construyó el actual puente central, de piedra; entre 1929 y 1932, el
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arquitecto esloveno Jože Plečnik añadió a ambos lados, sendos puentes peatonales para
evitar el “cuello de botella” que se formaba en el central, tomando así su aspecto actual (y
su nombre). Es uno de los símbolos de la ciudad. En esta plaza se halla también la Iglesia
Franciscana de la Anunciación (Frančiškanska cerkev Marijinega oznanjanja), del siglo
XVII, pintada con un llamativo color rosado, aunque su interior no es gran cosa. A su lado,
uno de los bellos edificios modernistas que salpican la ciudad: la Casa Urbanc, finalizada en
1903. La verdad es que la mayoría de los edificios modernistas que conforman esta plaza
son bastante bonitos.
Desde aquí se ven las bellas arcadas del Mercado Central (Centralna Tržnica), que
a esta hora se encuentra vacío, y la silueta del imponente Castillo (Ljubljanski grad), al que
no subimos porque suponemos que ya estará cerrado; nos conformamos con verlo desde
abajo, que no es poco; el castillo ya es mencionado en textos de 1144, sufrió numerosos
añadidos y restauraciones a lo largo de los años y actualmente se utiliza para bodas y actos
culturales. Desde 2007 se puede subir en funicular. Muy cerca de aquí se encuentra la
bonita y barroca Catedral de San Nicolás (Stolna Cerkev sv. Nikolaja), del siglo XVIII,
cuyo interior es espléndido (frescos, altar, órgano, púlpito,…), así como su elaborada puerta
de acceso, hecha de bronce (pesa un montón y, por eso, cuesta abrirla). También muy cerca
se encuentra otro de los símbolos de la ciudad: el Puente de los Dragones (Zmajski most),
aunque no lo vimos porque se nos olvidó (ya tenemos una excusa para volver a esta bonita
ciudad).
Seguimos paseando hasta la Plaza del Ayuntamiento (Mestni trg), en cuyo centro
se alza la Fuente de Robba (Robbov vodnjak), del siglo XVIII. Tras la fuente se encuentra
el Ayuntamiento (Mestna hiša), del siglo XVIII. A lo largo de esta plaza se alzan numerosos
Edificios barrocos que rivalizan entre sí en belleza. Poco a poco, la plaza se va estrechando
hasta convertirse en la Calle Stari trg, en la que también hay bonitos edificios, que
desemboca en la Plaza Levštikov trg; aquí se encuentra la Iglesia de San Jacobo (Cerkev
sv. Jakoba), del siglo XVII.
Regresamos a la Oficina de Turismo por la Ribera del río: dos calles paralelas, una
a cada orilla, en la que abundan las cafeterías, los pubs, las cervecerías, los restaurantes,
las terracitas y los bellos edificios. Como ha estado lloviendo hasta hace poco, están
montando de nuevo las terrazas, secando mesas y sillas, quitando los charcos de agua con
cepillos y preparándolo todo para recibir a los clientes; ¡qué trajín!. Cuando no llueve, debe
haber una extraordinaria animación en esta zona. Uno de los puentes que permite enlazar
ambas orillas es el Puente de los Zapateros (Čevljarski most), construido en 1932.
De nuevo en la Plaza Prešeren, tomamos ahora la Calle Woltova Ulica, plagada de
espléndidos edificios. Llegamos a la Plaza del Congreso (Kongresni trg), un poco
destartalada, tal vez por el hecho de encontrarse en obras. Al otro lado de la plaza está la
Universidad (Univerza v Ljubljani), edificada en 1902 en estilo neo-renacentista; es más
bonita por fuera que por dentro. Justo enfrente se halla la sede de la Academia
Filarmonica (Slovenska filharmonija), de 1701, en cuya puerta hay muchas personas,
suponemos que esperando a que comience algún espectáculo musical. Un poco más adelante,
está el curioso edificio modernista que aloja la Biblioteca Nacional y Universitaria
(Narodna in univerzitetna knjižnica); parece ser que por dentro es muy bonito, pero no
podemos comprobarlo porque está cerrado.
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Volvemos de nuevo a la Plaza Prešeren y, como ya está comenzando a anochecer,
regresamos a la Estación de Autobuses (que está delante de la Estación de Ferrocarril),
paseando por la Calle Mikiošićeva, en la que hay preciosos Edificios Modernistas, como el
que alberga al Banco Cooperativo de Negocios (Zadružna gospodarska banka), de color
rosa y con unas ventanas pintadas con arabescos de colores. Conforme nos acercamos a la
estación, empiezan a aparecer “kebabs” unos al lado de otros.
Preguntamos al conductor del autobús que va a ŠKOFJA LOKA y nos dice, en un
correcto inglés, que falta media hora para que salga, así que entramos en la Estación de
Ferrocarril y vamos a la cantina, que está casi vacía, a tomarnos una cerveza (pivo) y una
copa de vino (vino) (3,90 € ambos). De pronto, se nos acerca un simpático sesentón con
muchas ganas de charlar que, en un inglés chapurreado, nos dice que le encanta ESPAÑA,
que conoce TORREMOLINOS, MALLORCA, el vino, la paella… ESPAÑA es el paraíso según
él. Nos reímos juntos un rato y, a la hora prevista, nos despedimos y subimos al autobús,
que nos lleva a ŠKOFJA LOKA. Una vez aquí, compramos dos “kebabs” (6,00 €) en la propia
Estación de Autobuses y damos buena cuenta de ellos en el apartamento.
Hoy hemos tenido el primer día de lluvia del viaje, aunque nos ha pillado en el
autobús, por lo que no ha interferido para las visitas. A ver mañana qué tal se porta el
tiempo. Tenemos una buena vista del Castillo iluminado desde la habitación.
15/04/09, Miércoles. La maravillosa naturaleza eslovena: ŠKOFJA LOKA – BLED GARGANTA DE VINTGAR – VALLE DE BOHINJ – RIBČEV LAZ –
CASCADA SLAP SAVICA – RADOVLJICA – KRANJ - ŠKOFJA LOKA.
189,9 km. 9h 51’.
Aunque ha llovido esta noche, el día amanece despejado. Desayunamos y partimos a
las ocho y media, con 9º de temperatura. Hemos descubierto que, frente al apartamento,
hay una panadería que hace un exquisito pan con queso, que nos acompañará los próximos
días.
Vamos en primer lugar a visitar BLED (5.500 habitantes), pequeño pueblo
superturístico, plagado de sobes, apartamentos y hoteles, y situado al pie del Lago Bled
(Blejsko jezero), un lago glaciar de color verde esmeralda y aguas limpias y claras que
quitan el sentido. Dentro del lago hay una pequeña Isla donde se halla la barroca Iglesia de
Santa Mª de la Asunción (se puede alquilar una barca, llamadas “pletna”, para ir por 12 €).
En el lago se reflejan el Castillo y las cumbres nevadas de los Alpes Julianos. Aparcamos y
damos un paseo por la orilla del lago, haciendo mil fotos; el paisaje es precioso y la
tranquilidad absoluta, aunque en temporada alta aquí no debe caber ni un alma. Llegamos
hasta la neogótica Iglesia de San Martín, levantada en 1904, bonita por fuera y bonita por
dentro. Regresamos al coche y subimos al Castillo (Blejski grad), pensando que tendríamos
una buena vista del lago, y así es, pero hay que venir por la tarde porque ahora tenemos el
Sol de cara. Cuesta 7,00 € entrar, pero pasamos, ya que lo que nos interesaba era el
panorama y no su interior.
El TomTom nos lleva
Vintgar), situadas en el límite
amplio aparcamiento situado a
cerca de la carretera 634, una
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ahora hasta la cercana Garganta de Vintgar (Soteska
del Parque Nacional Triglav (Triglavski Narodni Park). El
la entrada de la garganta se encuentra a 4 km. de BLED,
vez pasado SPODNJE GORJE (N 46º 23’ 34.56” E 14º 05’
29
05.88”) y está muy bien indicado. La entrada cuesta 4,00 € por persona. La garganta,
formada por el Río Radovna, mide 1.600 metros y el recorrido es prácticamente llano. Hay
una pasarela de madera, que discurre sobre el río, pegada a la pared de la garganta (en
algunos tramos, colgada de la pared), y que cruza varias veces de una orilla a otra mediante
unos puentes también de madera. A la ida tardamos 45’ (por aquello de las fotos) y a la
vuelta 30’. El río forma incontables cascadas que hacen rugir al agua y generar montañas de
espuma que, a veces, cae sobre nosotros. El agua, cuando no está blanca como la nata, tiene
un color verde esmeralda, absolutamente transparente. El paseo es delicioso e
impresionante. En su parte final, la garganta se abre y el río se calma y se ensancha. Más
adelante, una presa forma otra cascada y al final hay un último gran salto de 26 metros de
altura, llamado Cascada Šum. Un puente de madera nos permite disfrutar de esta cascada
desde arriba, viendo cómo cae bajo nuestros pies y cómo el río se interna en un boscoso
valle con los Alpes Julianos nevados al fondo. El regreso (otros 1.600 metros) se hace por
el mismo camino, lo que nos permite disfrutar nuevamente de esta maravilla de la
Naturaleza. Ha sido una gran sorpresa, ya que no nos esperábamos que esta garganta fuese
tan impresionante.
Desde aquí nos vamos directos al Valle de Bohinj, un valle glaciar de 20 km. de
longitud en plenos Alpes Julianos. Se encuentra dentro del Parque Nacional Triglav
(Triglavski Narodni Park). En su interior destaca el Lago Bohinj (Bohinjsko jezero), el
mayor del país, con 4,1 km. de largo y 1,2 km. de ancho. En uno de sus extremos se
encuentra la pequeña localidad de RIBČEV LAZ, donde se alza la Iglesia de San Juan
Bautista (Cerkev Sv. Janeza Krstnika), edificada entre los siglos XV y XVI, cuyo interior
no podemos ver por encontrarse cerrada. El silencio y la tranquilidad en esta zona son
absolutos, aunque por lo que hemos leído, en verano hay un bullicio tremendo. Las aguas del
lago son un remanso de paz, con algunos patos nadando, y un cielo azul reflejándose en las
mismas junto a las montañas nevadas y a los numerosos abetos. Desde aquí salen numerosas
rutas de senderismo de un par de horas de duración.
Hay un embarcadero desde el que parten barcos con destino a UKANC, localidad a
la que vamos en coche. Desde aquí parte una bien señalizada carretera, bastante estrecha,
que sube hasta un aparcamiento-restaurante donde dejamos el coche (3,00 €); hay nieve
por los alrededores. Ahora toca caminar, cuesta arriba, hasta la Cascada Slap Savica. Al
poco de comenzar a subir, llegamos a la taquilla donde debemos pagar 2,40 € por persona.
El camino está bien delimitado, con 552 escalones y algunos trechos en rampa, pero merece
la pena subir por lo bonita que es. Estamos de suerte, pues al ser ahora primavera es
cuando más agua trae. Conforme vamos subiendo, el río que llevamos a la derecha empieza a
tomar más inclinación y a formar pequeños saltos; la vista del valle es cada vez más bonita.
Tras 25’ de ascenso, llegamos a la cascada, que tiene un primer salto de 38 metros, en un
ángulo de 50º, y luego otro salto casi vertical de 51 metros; es la más famosa y visitada del
país. Se encuentra encajonada al fondo de una estrecha garganta. La bajada la hicimos en
25’. Con la entrada hacen un 15% de descuento en el barco del lago y en el teleférico que
sube hasta el Monte Vogel, de 1.540 metros de altura, y que ofrece una bonita panorámica
del valle y del lago, aunque en estas fechas aún no está en funcionamiento.
Hambrientos tras el ejercicio, bajamos hasta el lago y paramos junto a la preciosa
Iglesia del Espíritu Santo (Podružna Cerkev Sv. Duha ob Jezeru), de 1744, que es tan
bonita por fuera como por dentro. Justo enfrente, hay un pequeño embarcadero de madera
donde nos sentamos a comernos el pic-nic que llevamos, con unas vistas preciosas del lago.
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Estamos a 21º. Los alrededores del lago son muy turísticos y hay mucha oferta de
alojamiento de todo tipo y de lugares para comer.
Nuestro siguiente destino está previsto que sea la Cascada Slap Boca, la mayor del
país, con 144 metros de alto y 18 de ancho, que pasa por debajo de la carretera que va de
ŽAGA a BOVEC (N 46º 19’ 05.65” E 13º 29’ 39.37”), y luego el Valle del Soča, desde el
que se pasa en poco kilómetros de 400 metros de altitud a los 1.611 del Paso de Vršič, el
más alto de ESLOVENIA, pero eso nos puede suponer unas 4 horas de carretera de
montaña, por lo que pensamos que ya hemos visto muchas cascadas en otros viajes y que no
merece la pena tanta paliza por una más, así que desistimos de ir a verla.
Vamos ahora a RADOVLJICA (6.000 habitantes), situada en la confluencia de los
Ríos Sava Bohinjka y Sava Dolinka. Aparcamos y, caminando, llegamos al eje central del
pueblo, la Plaza Linhartov trg, en la que se alzan bonitos Edificios con curiosas Pinturas
Murales dibujadas en sus fachadas, y que son la seña de identidad del pueblo. Al final de
esta calle hay una plaza en la que se encuentra la Iglesia de San Pedro (Cerkev Sv. Peter).
Hay varios Miradores desde los que se divisa una preciosa vista de los nevados Alpes
Julianos. Este pueblo es muy, muy tranquilo
Nuestro última visita de hoy es KRANJ (53.000 habitantes). Comenzamos la visita a
su casco antiguo por la peatonal Calle Prešernova ulica; aquí se halla la Oficina de
Turismo, donde nos dan un plano malísimo, con los monumentos cambiados de orden. En esta
calle hay varios edificios bonitos así como algunas iglesias; destaca la Iglesia de San
Kanciján (Cerkev Sv. Kancijana), edificada en estilo gótico en el siglo XV. Al final de la calle
se halla la Iglesia de la Peste (Podružnicna Cerkev na Pungertu), del siglo XV, aunque el
campanariose añadió en el siglo XVIII y, a su lado, una antigua Torre defensiva llamada
Pungert. Ante ellos han instalado un pequeño parque con juegos para niños. Retrocedemos y
nos desviamos un poco a la izquierda para ver la Iglesia del Rosario (Roženvneski klanec) y
una bonita Arcada de piedra que se encuentra justo delante de ella. Volvemos al coche, no
sin antes ver la Casa Mitničarska (Mitničarska hiša), una de las más bonitas de la ciudad.
Desde un cercano Puente disfrutamos de una hermosa panorámica de los Alpes Julianos.
Volvemos ya a casa, cansados pero encantados y embriagados por tanta Naturaleza,
por tanto aire limpio y fresquito, por esa agua que brota de todas partes, escandalosa y
abundante. Algunos tramos del paisaje nos recuerdan al que aparece en las cajas de lápices
de colores “Alpino”, que usábamos de pequeños.
Nos está gustando ESLOVENIA. Hoy, haciendo balance prematuro, aún no
queremos pensar en el final de las vacaciones; nos ha costado evaluar a los 3 países que
estamos recorriendo esos días. Cada uno tiene lo suyo: MONTENEGRO, el bonito fiordo y
un futuro por delante; BOSNIA Y HERZEGOVINA, repetimos, nos ha llegado al corazón:
SARAJEVO y MOSTAR han sabido cómo hacerlo; su futuro se nos antoja más complicado
porque tienen un fenomenal lío territorial, religioso y étnico aún por resoler. Deseamos y
esperamos que su futuro sea apacible y próspero. Y de momento, ESLOVENIA, la rica, la
del norte, la de los paisajes espléndidos y ciudades limpias y con nivel europeo parece lo
más estable de todo; también, claro, lo más caro. Sin duda, para disfrutar de principio a fin
del viaje.
De nuevo en ŠKOFJA LOKA, aparcamos enfrente de la Estación de Autobuses
(hay un amplísimo aparcamiento gratuito), compramos huevos, espárragos, calabacines,
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cebolla y champiñones y cenamos un exquisito revuelto regado con cerveza y vino del país.
Salvo un pequeño chaparrón que cayó a las 5 de la tarde, el Sol ha lucido todo el día y ha
hecho calor.
16/04/09, Jueves. Montañas nevadas y verdes valles: ŠKOFJA LOKA – ALPES
JULIANOS – P.N. LOGARSKA DOLINA – VELENJE – CELJE – PTUJ – SLOVENSKE
KONJICE - ŠKOFJA LOKA. 392,7 km. 10h 19’.
A las nueve menos cuarto, con 10º de temperatura y cielo soleado, partimos hacia el
Parque Nacional Logarska Dolina. Para ello, tomamos la carretera comarcal 210, en
dirección a AUSTRIA. Conforme nos vamos aproximando, se hace más notoria la presencia
de las altas montañas, repletas de nieve, que conforman los Alpes Julianos. Poco a poco,
vamos ascendiendo, atravesando pequeños pueblecitos, con nieve a ambos lados de la
carretera. Hacemos varias paradas para fotografiar la enorme mole montañosa de los
Alpes. A las 09:53, llegamos al Puerto de Jezerski (Jezerski vrh, en alemán
Seebergsattel) donde se encuentra la frontera de AUSTRIA, que cruzamos sin que nadie
nos pida un solo papel. A partir de aquí, el asfalto mejora notablemente e iniciamos el
descenso por una carretera de montaña repleta de curvas, muchas curvas, pero preciosa. A
5 km. de la frontera aparece un cruce a la derecha que nos llevará, de nuevo, a
ESLOVENIA, tras 8 km. de ascenso. Esta carretera es realmente impresionante. A las
10:24 volvemos a entrar en ESLOVENIA, sin que veamos un solo policía en la frontera.
Continuamos descendiendo hasta llegar al valle central del Parque Nacional
Logarska Dolina. Estamos a 18º aunque sopla un viento fresquito. Este valle, de origen
glaciar, mide 7 km. de longitud y 250 m. de ancho de media. En él hay más de 20 cascadas.
Una vez allí, y tras deleitarnos un buen rato contemplando el hermoso paisaje, nos dirigimos
al fondo del valle, donde hay un pequeño aparcamiento del que parte un sendero que lleva,
en diez minutos, a la Cascada Slap Rinka, que tiene una caída de 105 metros, aunque
bastante estrecha. Lamentablemente, es tal la cantidad de nieve que hay acumulada (más
de un metro de espesor), que resulta imposible caminar por la misma si no se llevan
raquetas (¿dónde se ha visto que dos gaditanos lleven raquetas para la nieve en el coche?),
por lo que volvemos a subir al coche y regresamos por el mismo camino. Por cierto, por esta
zona hay diversas rutas de cicloturismo y de senderismo.
Unos tres kilómetros más adelante, cogemos una desviación que sale a la derecha y
que nos lleva directos al Hotel Plesnik, donde aparcamos. Tras él, cae la Cascada Slap
Palenk. Para alcanzarla debemos caminar unos cinco minutos. Esta cascada es un típico
ejemplo de cascada estacional alpina, cuya configuración cambia según las lluvias; su altura
total es de 78 metros. La verdad es que se ve más bonita desde el aparcamiento que al pie
de la misma. Este parque nacional es una maravilla, lástima no haber venido una semana más
tarde, cuando la nieve se haya derretido y se pueda disfrutar al 100% de su maravillosa
naturaleza.
Continuamos circulando por la preciosa carretera que discurre paralela al Río
Savinja, salimos del Parque Nacional y llegamos a VELENJE (38.000 habitantes), pueblo
que se supone que tiene un bonito castillo; subimos hasta él pero, es tal el bosque que lo
rodea, que casi no se ve. Hay docenas de caravanas y de autocaravanas aparcadas a su
alrededor y resulta imposible hacerle una foto, así que optamos por marcharnos. Estamos a
23º.
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Nuestro próximo destino es la cercana CELJE (50.000 habitantes), la tercera
ciudad del país. Llegamos sin problemas al centro histórico, donde tenemos que dar un par
de vueltas hasta que encontramos aparcamiento, a orillas del Río Savinja; por 1,00 €
podemos estar dos horas. Damos un breve paseo, pero el hambre nos vence, por lo que
regresamos al coche, sacamos el pic-nic que llevamos y nos sentamos en un banco, en un
bonito parque que está al lado, con vistas al río. Después de comer, comenzamos la visita: en
la otra orilla del río se alza la Iglesia de Santa Cecilia (Cerkev sv. Cecilije), a la que se
accede a través de una escalinata cubierta, aunque no llegamos a subir. Junto al lugar
donde hemos dejado el coche se encuentra la Torre del Agua (Vodni stolp), del siglo XV,
así llamada porque muestra una marca que indica la altura a la que llegó el agua en la
desastrosa riada de 1672; esta torre formaba parte de las Murallas Medievales de la
ciudad. Muy cerca se haya la Iglesia de San Daniel (Cerkev sv. Danijela), edificada en el
siglo XIII en estilo románico, pero reconstruida varias veces a lo largo de la historia en
diferentes estilos. Seguimos paseando por esta agradable ciudad, repleta de bellos
edificios, como el que alberga al Banco de Crédito Popular (Ljudska posojilnica). Vemos
también la Iglesia de la Asunción de la Virgen María (Cerkev Marijinega vnebovzetja),
construida en el siglo XIII, aunque ha sido bastante modificada, el edificio que alberga la
Diputación (Narodni Dom), un palacio neorenacentista, edificado en 1897, que fue el centro
cultural, político y social de la burguesía de la ciudad. Uno de los edificios más bonitos y
pintorescos de la ciudad es el Ayuntamiento (Celjski Dom), levantado en 1907 en estilo
neogótico alemán; alberga la Oficina de Turismo. Frente a él se alza el bonito palacio
renacentista que acoje a la Caja de Ahorros Municipal (Celjska Mestna Hranilnica),
construido en 1864 en estilo vienés. Desde aquí, a lo lejos, sobre una colina, se vislumbra el
Castillo (Stari grad). Nos ha resultado muy agradable y bonita esta ciudad.
Nuestro siguiente destino es PTUJ (23.000 habitantes), la ciudad más antigua de
ESLOVENIA. Aparcamos en el centro (1,00 € = 100 minutos) y vemos la Iglesia Parroquial
de San Jorge (Župno cerkev sv. Jurija), construida en el siglo IX y que ha sufrido
numerosas reformas hasta el siglo XIX, aunque manteniendo su carácter gótico. Delante de
ella se alza la espigada Torre de la Ciudad (Mestni stolp), levantada en 1556 y restaurada
en 1830 (en la actualidad alberga una cafetería). Frente a la torre encontramos la lápida
funeraria de 5 m. de altura de Marcus Valerius Verus, Mayor de la ciudad durante el siglo
II, y que es conocida como el Monumento de Orfeo (Orfejev spomenik); durante la Edad
Media sirvió como picota. Desde aquí, bajamos a la Plaza Mestni trg, formada por
preciosos edificios entre los que destaca el del Ayuntamiento (Mestna hiša), de 1907.
Desde aquí vamos al Convento Minorita (Minoritski samostan), construido en el siglo XIII y
reformado en el XVII, que tiene un amplio claustro. De este pueblo nos han gustado sus
fachadas y su enclave, y su paseo ha sido muy agradable.
De vuelta a casa, paramos en SLOVENSKE KONJICE (13.500 habitantes), pero la
verdad es que nos limitamos a hacer un recorrido en coche, ya que no parece tener mayor
interés; tal vez sea debido al cansancio acumulado.
El caso es que regresamos a la autopista, con la “Vinjeta” pegada que nos permite
circular libremente por todas las autopistas del país. Lo más bonito de hoy ha sido el
camino por los Alpes Julianos y el fabuloso tiempo que hemos disfrutado (sol todo el día). Y
así, damos por concluido un bello día mas que, como siempre, termina en la tranquilidad del
apartamento, donde nos preparamos una cena en condiciones para compensar el pic-nic frío
del mediodía. Hasta mañana.
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17/04/09, Viernes. Eslovenia subterránea: ŠKOFJA LOKA – CASTILLO DE
PREDJAMA - CUEVA DE POSTOJNA – CUEVA DE ŠKOCJAN - ŠKOFJA LOKA.
248,1 km. 9h 52’.
A las seis de la mañana, hora a la que empiezan a sonar las campanas de todas las
iglesias del país sin piedad, llueve considerablemente. ¡Qué bien!, el coche lo va a agradecer
porque está cubierto por una capita de mugre que impide ver su color. Pensando en las dos
jornadas venideras, madrugadoras porque son las del retorno, hoy nos hacemos los
remolones en la cama durante bastante tiempo, más de una hora.
Finalmente nos levantamos, desayunamos y salimos. Son las nueve de la mañana y
estamos a 11º. Volvemos a comprar el exquisito pan con queso que hacen en la panadería que
está enfrente del apartamento y partimos. Este viaje es de contrastes: ayer subimos a lo
más alto de ESLOVENIA, a los Alpes Julianos, y hoy vamos a descender a lo más bajo, a
cuevas que horadan las entrañas mismas de la tierra. El casi verano del que hemos
disfrutado hasta ahora, más al sur, ha dado paso a un tiempo otoñal, con una temperatura
de varios grados menos, mucha más humedad, nubes y claros y lluvia intermitente. Es lo que
tiene el norte; aunque sea el norte del sur de Europa. Aprovechando el buen tiempo, hemos
ido realizando en primer lugar aquellas visitas que estaban al aire libre (lagos, montañas,
cascadas,…) y que requerían de cierta bonanza climatológica. Al final, y a pesar de algunas
lloviznas intermitentes y vespertinas, hemos podido verlo todo.
Hoy vamos a visitar la ESLOVENIA subterránea, no sólo porque esté lloviendo, sino
porque es lo único que nos queda por ver de este maravilloso país; para ello nos dirigimos
por autopista hacia el Parque Nacional Postojnska, donde se encuentra la Cueva de
Postojna (Postojnska jama) la segunda más larga del mundo, con 20 km. llenos de
estalactitas y estalagmitas que discurren a 20 metros sobre el Río Pivka (el río se vuelve
subterráneo al llegar a la cueva). Siguiendo las abundantes indicaciones, llegamos al amplio
parking gratuito (N 45º 46’ 50.98” E 14º 12’ 11.04”) y vamos caminando hasta la taquilla.
Hay todo un emporio de tiendas y bares a precios astronómicos. Las visitas se realizan a las
10, 12, 14 y 16 horas; como son algo más de las 10, la taquillera nos recomienda comprar el
billete combinado Cueva de Postojna – Castillo de Predjama, visitar antes el castillo y luego
volver para recorrer la cueva. La entrada para la cueva cuesta 20,00 € por persona (un
atraco), la del castillo 8,00 €, y las dos juntas 26,00 €; hacemos caso a la taquillera y nos
gastamos 52,00 € en las entradas combinadas.
Volvemos al parking que, por cierto, tiene una zona habilitada para que las
autocaravanas puedan permanecer 24 horas, incluyendo pernocta, electricidad, agua y
vaciado de aguas negras, por 14,00 € diarios.
La carretera que va al Castillo de Predjama (Predjamski Grad), estrecha, con
muchas curvas y relativamente bien indicada, mide 9,4 km. y en ella hay muchas “sobes” y
apartamentos (en realidad las hay en todos los alrededores de la cueva). Dejamos el coche
en el parking gratuito que hay a la entrada (N 45º 48’ 56.68” E 14º 08’ 03.79”) y
disfrutamos de la original estructura del castillo, edificado en el siglo XIII en la entrada
de una gran cueva y que usa como muros las propias paredes de la cueva (la cueva se llama
Jama pod Predjamskim gradom, que significa “Cueva bajo el castillo”). Lo cierto es que todo
lo que el castillo tiene de bonito, curioso e interesante por fuera, lo tiene de feo, insípido y
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mal amueblado por dentro. Si lo hubiésemos sabido no habríamos comprado la entrada, ya
que basta con verlo por fuera, su interior no vale nada. Al entrar nos dan un folleto en
español que nos sirve para enterarnos de que el castillo cuelga a 123 metros de altura
sobre el Río Lokve y fue restaurado a finales del siglo XX. El acceso se realiza a través de
un puente levadizo, lo que lo convierte en una fortaleza inexpugnable de 6 plantas. Bajo el
castillo hay una gruta (que se puede visitar si se pagan otros 6,00 €), de la que se han
explorado ya más de 13 km. de galerías y que servía de vía de escape para los habitantes
del castillo en caso de asedio. Junto al parking hay un viejo tilo bajo el cual, se dice que
está enterrado Erasmo Lueger, una especie de Robin Hood local, que vivió en el castillo en
la segunda mitad del siglo XV. Al lado del tilo está la Iglesia de María de los Siete Dolores,
del siglo XV.
Regresamos a la Cueva de Postojna (Postojnska jama) por el mismo camino,
dejamos el coche en el parking y subimos hasta la entrada; son las 11:30 y ya hay una cola
considerable (¡y eso que estamos en temporada baja!). La temperatura en el interior de la
cueva es de 8º, por lo que hay que ir abrigados (se pueden alquilar abrigos por 3,00 € justo
antes de subir a los trenes). El acceso al interior de la cueva se hace en unos mini-trenes
eléctricos, sin techo, que se internan en la cueva unos 2 km. a una velocidad considerable
(es muy peligroso levantarse o sacar los brazos porque el tren pasa muy cerca de las rocas)
lo que hace que se sienta frío. El recorrido dura unos 10 minutos. En cada tren caben unas
100 personas y salen dos trenes simultáneamente. Los trenes finalizan su recorrido en una
gran cavidad donde todo el mundo baja; hay carteles con el nombre de los idiomas en los
que se va a realizar la visita guiada (no hay en español, al parecer, si lo quieres, tienes que
solicitarlo un día antes, y no se puede hacer la visita por libre), por lo que nos dirigimos al
cartel que pone “Italiano”. Al comprar la entrada nos dieron un folleto en español, pero no
hay bastante luz para poder leerlo. A los pocos minutos llega nuestro guía que nos dice que
no se pueden hacer fotos; a fin de evitar conflictos, optamos por quedarnos al final del
grupo (no mucho, porque detrás venía el guía de alemán) y hacer fotos y filmar sin que el
guía nos vea (si haces las fotos con cierto disimulo no te dice nada, lo que pasa es que hay
gente que las hace en sus propias narices y el hombre se ve obligado a llamarles la
atención). Somos varios los que decidimos quedarnos al final; con 1.600 ASA no hace falta
usar el flash, que es lo que más mosquea a los guías.
El recorrido andando, de algo más de 1 km. de longitud, perfectamente adaptado
para sillas de rueda y cochecitos de bebé (tiene pintura antideslizante en el suelo y ni un
solo escalón), es una sucesión de subidas y bajadas durante 1 hora y 40 minutos, en la que
se ven miles de estalactitas y estalagmitas a cual más bonita, formadas por la filtración del
agua durante millones de años, que forman un paisaje hermoso y espectacular.
Especialmente bonitas son un tipo de estalactitas (las que cuelguan del techo), conocidas
como “cortinas”, ya que parecen realmente cortinas, con sus pliegues y todo. Otras veces
tienen forma de finísimos spaghettis; a veces las estalactitas y las estalagmitas se funden
y forman columnas. Las que son más claras están “vivas”, es decir, siguen creciendo, en
cambio, las que son más oscuras están “muertas” ya que no reciben aportes de agua y sobre
ellas se deposita el polvo. Por cierto, la velocidad de crecimiento es de 1 a 10 mm. cada
siglo, aunque la verdad es que cada vez que visitamos una cueva, el guía de turno nos dice
una cifra distinta. Lo que está claro es que crecen muy lentamente y no hay que tocarlas en
ningún momento para no estropear un trabajo de siglos por parte de la Naturaleza.
El guía nos explica que estamos en una región llamada KARST, que se extiende
entre TRIESTE y POSTOJNA, formada por roca muy porosa (caliza, dolomía, etc.)
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denominada roca cárstica, y que hay más de 7.000 cuevas en los alrededores, la mayoría sin
explorar aún. También abundan los sumideros, simas, ríos y lagos subterráneos. De los 20
km. de galerías que se han descubierto en esta cueva, algunas son secas y otras están
permanentemente inundadas; muchas de estas galerías han sido modeladas por el Río Pivka.
La cueva fue descubierta oficialmente en 1818 por Luka Čeč, natural de la zona, aunque en
la entrada hay “graffitis” del siglo XIII y algunos restos arqueológicos encontrados
demuestran que estuvieron habitadas hace 50.000 años. En 1872 se instaló el primer
trenecito y, en 1884, se hizo eléctrico (hay fotos e la entrada de los primeros trenes y la
verdad es que da un poco de miedo subir en ellos). En la actualidad, unas 600.000 personas
visitan la cueva cada año.
Entre la fauna que habita en esta cueva (escarabajos, saltamontes, arañas,
cangrejos, ciempiés, etc), destaca el “proteus anguinus” (vulgo “pez humano”), especie de
salamandra ciega, sin pigmentación en la piel, de unos 30 cm. de longitud, que respira por
branquias y se alimenta de animales microscópicos; habitan en las cavernas carsticas de
esta zona y viven 100 años. En laboratorio son ovíparos, aunque se desconoce como se
reproducen en su ambiente natural. Se supone que hay una especie de acuario donde se
pueden contemplar y cada dos meses son reemplazados por otros ejemplares, pero nosotros
no vimos ese acuario. La visita finaliza con la exhibición del esqueleto de un Mamencosaurio
(Mamenchisaurus hechuanensis), un saurópodo de 22 m. de longitud (la mitad corresponden
al cuello) y 4 m. de altura; es el mayor animal que jamás ha vivido en Eurasia, aunque no
creemos que habitara dentro de esta cueva. Volvemos a subir al tren y regresamos a la
salida, donde intentan vendernos, sin éxito, unas fotos que nos han hecho (carísimas).
A pesar de que la entrada es carísima, quien venga a ESLOVENIA no puede
perderse esta visita, y de eso se aprovecha el gobierno esloveno.
Volvemos al coche y programamos el TomTom para que nos lleve a nuestro próximo
destino; la Cueva de Škocjan (Škocjanske jame), declarada Patrimonio de la Humanidad
por la UNESCO y ubicada en el Parque Nacional del mismo nombre. Llegamos sin problemas
(se encuentra cerca, casi al lado de la frontera italiana, y muy bien señalizada) y dejamos el
coche en un aparcamiento gratuito (N 45º 39’ 45.74” E 13º 59’ 20.39”). Las visitas,
guiadas, son en Abril a las 10, 13 y 15:30 horas (entre Junio y Septiembre hay una visita a
las horas en punto desde las 10 a las 17). Como son apenas las dos de la tarde,
aprovechamos para comernos unos bocadillos mientras esperamos a que abran la taquilla. La
visita dura una hora y media, se recorren 3 km. a una profundidad máxima de 138 m. y la
temperatura en el interior de la cueva es de 12º. La entrada cuesta 12,00 € por persona.
Con puntualidad, las dos guías nos piden que las sigamos; caminamos un rato por la
carretera y descendemos hasta la entrada de la cueva. Allí hacen dos grupos, uno en
italiano y otro en inglés. Como en la anterior cueva fuimos con el grupo de italianos,
decidimos irnos con los ingleses para cambiar de idioma, pero la presencia de un grupo de
ruidosos adolescentes británicos hace que, al final, nos vayamos con los italianos.
Hay quien califica a la cueva, descubierta en el siglo XIX, como una gran garganta
subterránea, y no le falta razón, lo que visitamos es el cauce bajo tierra del Río Reka
(permanece 34 km. bajo la superficie hasta volver a aflorar cerca de la costa adriática),
que ha erosionado la piedra después de cientos de miles de años, creando un complejo
subterráneo espectacular que une once cavidades. El camino, no apto para personas en sillas
de ruedas, va colgado literalmente de las paredes de un profundo y estrecho cañón; bajo
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nuestros pies se intuye (no podemos decir que se ve, porque la luz es escasa) y, en
ocasiones, se escucha, la presencia del río. La poca iluminación, unida a las gotas de agua
que flotan en el ambiente debido a las numerosas cascadas, dan un aspecto fantasmagórico
al recorrido. Se trata de algo digno de ver, un fenómeno natural que jamás hemos visto en
otros lugares (y mira que hemos viajado por más de 60 países). Aquí tampoco dejan hacer
fotos, pero aunque dejaran es realmente difícil hacerlas: el flash no sirve para nada, ya que
las distancias son muy largas, y se necesita como mínimo 1.600 ASA y un trípode (o una
buena barandilla donde apoyar la cámara); así y todo es realmente complicado sacar buenas
fotos con tan poca luz (algunas hemos hecho); afortunadamente, la retina de nuestros ojos
se habitúa rápidamente a estas condiciones lumínicas y nos permite disfrutar de tan
impresionante belleza. También hay estalactitas, estalagmitas y cortinas de piedra, pero
pasan desapercibidas por la impresionante majestuosidad de la garganta (y porque las
hemos visto mejores en la cueva anterior). Uno de los momentos más espectaculares es el
cruce de un puente artificial, iluminado con candilejas, que pasa a 146 metros por encima
del río (aunque ha habido crecidas del río que han llegado a sobrepasar el puente) en una
cavidad enorme. La sensación de que somos una nimiedad se acentúa a cada paso.
Al final del recorrido, salimos a la superficie y tenemos una buena subida (unos 500
escalones), con una bellísima panorámica, hasta llegar a un tren cremallera que nos lleva
hasta el aparcamiento donde tenemos el coche. Es difícil decir si esto ha sido lo más bonito
de ESLOVENIA, pero seguro que ha sido lo más impresionante junto a la Garganta de
Vintgar.
Regresamos al apartamento, cenamos de nuevo kebab y a dormir, que mañana nos
esperan kilómetros y kilómetros de carretera. Aunque ha hecho un poco de frío, apenas si
ha llovido.
Todas las noches hemos escuchado al propietario del apartamento acostando a sus
hijos, que duermen en una habitación contigua, pero hoy no está, es una lástima porque nos
hubiese gustado pagarle y tener eso adelantado para mañana, se ve que se ha ido de fin de
semana a alguna parte.
18/04/09, Sábado. Salida muy complicada: ŠKOFJA LOKA – FIGUERAS (ESPAÑA).
1.367,2 km. 14h 16’.
Hoy toca madrugar, ya que empezamos el retorno a CÁDIZ. Lo haremos en dos días:
hoy llegaremos hasta FIGUERAS (GERONA) y mañana ya estaremos en casa. Suena el
despertador a las 6 y hoy no nos podemos hacer los remolones. Desayunamos, recogemos y,
muy diligentes, a las siete menos cuarto estamos listos para partir. El dueño del
apartamento, que vive en la puerta de al lado, no está, así que le dejamos el dinero de estas
cuatro noches (200,00 €) encima de la mesa de la habitación, y las llaves en la cerradura.
Nos vamos y cerramos una segunda puerta que hay en el mismo rellano, la cual sólo
se puede abrir con una de las llaves que hemos dejado en la primera puerta. ¿Llevamos
todo?, ¿sí?, pues cerramos. Empezamos a bajar y ¡¡¡horror!!! hay una tercera puerta, que
siempre ha estado abierta, pero ahora está cerrada, cuya llave está colgada en la primera
puerta, a la que no podemos acceder porque hemos cerrado la segunda. En resumen,
estamos atrapados entre la segunda y la tercera puerta, ambas cerradas, con todo el
equipaje, y las llaves las hemos dejado en la primera. Sólo nos queda la posibilidad de llamar
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a la puerta del único vecino que vive en ese tramo. Lo malo es que es Sábado y son las siete
menos cuarto de la mañana, ¡menuda gracia! Llamamos al timbre pero no abre nadie; nos
hemos pegado un tremendo madrugón para nada. Habrá que esperar a que venga alguien y
abra, lo que significa que llegaremos a FIGUERAS a las tantas. Después de 10 minutos de
tocar el timbre y de toquetear todo, por si hubiese otra salida, y empezar a desesperarnos,
sale al fin el vecino, soñoliento y en pijama, con cara de no comprender nada. ¡Qué faena le
hemos hecho! Le explicamos todo en inglés pero, aparte de ser una historia bastante rara,
el pobre hombre se cae de sueño y le cuesta un poco entender. Al menos no está enfadado.
Tras un rato de explicaciones y disculpas por haberlo despertado, coge su llave y nos abre
la tercera puerta, la que siempre estaba abierta excepto ahora, la única que se interpone
entre nosotos y la calle. Nos deshacemos en disculpas y agradecimientos y bajamos el
equipaje. Al final, sólo hemos perdido diez minutos, aunque nos hemos llevado un buen
susto. Muchas gracias, señor vecino.
Nos vamos de ESLOVENIA. Programamos el TomTom hasta NOVA GORICA, para
transitar el máximo posible por este país, ya que tenemos las autopistas pagadas, y así
evitarnos pagar parte de las italianas. Esta noche ha llovido, y ahora hay bastante niebla
(no se ven los Alpes), aunque una hora más tarde ya se ha quitado y luce un buen Sol con
algunas nubes. Tomamos la desviación hacia NOVA GORICA, pero vemos que se acaba la
autopista, así que damos la vuelta y continuamos hacia TRIESTE (ITALIA). Antes de llegar
llenamos el depósito de gasoil ya que aquí es más barato.
Al llegar a ITALIA, a las ocho y cuarto, cambiamos en el TomTom el mapa de
Europa del Este por el de Europa del Oeste, y nos indica que hasta FIGUERAS aún nos
queda la friolera de 1.249 km. Bueno, pues música y tranquilidad. Al menos vamos por
autopistas y no estamos atrapados en un tramo de escalera. Además, aquí no hay que llevar
encendidas las luces, que por cierto, alumbran bastante poco.
A las tres y veinte entramos en FRANCIA (nos llueve durante un par de horas) y a
las nueve menos cuarto de la noche en ESPAÑA. Tenemos que ir con la luz larga porque la
de cruce no funciona (a ver si van a tener razón los policías que nos pararon pensando que
no las llevábamos encendidas). A las nueve y cuarto llegamos al “Hotel Los Ángeles” de
FIGUERAS (el mismo donde estuvimos a la ida), reservado en destinia.com por 38,89 €
(más 8,00 € del parking) y conseguimos la última plaza que les quedaba en el aparcamiento.
No merece la pena este hotel porque tiene un acceso complicado y un aparcamiento pésimo.
Subimos sólo una parte del equipaje, nos duchamos, comemos algo en la habitación y
nos acostamos. Estamos agotados, y mañana hay que madrugar otra vez.
19/04/09, Domingo. Regresamos a casa. FIGUERAS – CÁDIZ. 1.256,4 km. 12h 58’.
Suena el despertador a las seis, desayunamos en la habitación, bajamos y, poco
antes de las siete de la mañana, con 14º y el día despejado, salimos.
El trayecto discurre sin incidentes. Pasamos por VALENCIA y MANZANARES.
Llueve un poco al pasar por la provincia de JAÉN. A las ocho menos diez llegamos a casa,
con 19º y buen tiempo. Hay que pensar en el próximo viaje. Por cierto, mañana tenemos que
ir a trabajar.
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VALORACIÓN FINAL DEL VIAJE
COSAS POSITIVAS:
MONTENEGRO:
•
•
•
•
•
•
Las “sobe” y los “apartmani” son una original forma de alojamiento a muy buen
precio.
Es un país barato.
El tiempo estuvo extraordinario.
Las playas tienen arena, no como las croatas que sólo tienen piedras o plataformas
de cemento.
El mar y el paisaje son preciosos.
Los montenegrinos son muy amables.
BOSNIA Y HERZEGOVINA:
•
•
•
A pesar de lo mal que lo pasaron en la guerra, se les ve con ganas de superarlo y de
rehacer sus vidas. Son luchadores natos.
Es un país muy barato.
Tiene muchas cosas que ver, no sólo Mostar y Sarajevo que es lo único que visita la
mayoría de la gente que viene (normalmente en una excursión de un día desde
Dubrovnik).
ESLOVENIA:
•
•
Buena red de autopistas y carreteras.
Los eslovenos conducen de una forma muy respetuosa.
COSAS NEGATIVAS:
MONTENEGRO:
•
•
•
•
Las carreteras no son buenas.
Los conductores montenegrinos adelantan en cualquier sitio.
La policía de tráfico es bastante corrupta.
La nieve nos impidió ver bien el P.N. de Lovće y el P.N. de Durmitor.
BOSNIA Y HERZEGOVINA:
•
•
•
La destrucción originada por la guerra.
Las carreteras son malas, aunque están haciendo una autopista de peaje entre
Sarajevo y Zenica. No hay una sola rotonda en el país.
Es un país bastante pobre al que le va a costar recuperarse, debido a las profundas
divisiones (políticas, religiosas y étnicas) que padece.
ESLOVENIA:
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•
•
Los precios son parecidos a los españoles.
La entrada a las cuevas es excesivamente cara.
LO IMPRESCINDIBLE DEL VIAJE:
MONTENEGRO:
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•
•
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•
•
Kotor y el fiordo.
Sveti Stefan.
El casco antiguo de Budva.
El Monasterio de Ostrog.
La carretera E-65 entre Podgorica y Kolašin.
El Parque Nacional Durmitor.
El Cañón del Río Tara.
El color verde esmeralda del mar.
BOSNIA Y HERZEGOVINA:
•
•
•
•
•
El puente de Višegrad.
Sarajevo, especialmente el Barrio Turco.
Mostar.
La necrópolis de Radimlja.
Las Cascadas Kravice.
ESLOVENIA:
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•
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•
•
•
•
Ljubljana.
El Lago de Bled.
La Garganta de Vintgar.
La Cascada Slap Savica.
La Cueva de Postojna.
La Cueva de Škocjan.
Celje.
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