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Exposiciones
temporales en
CajaGRANADA
Aquí, junto al agua.
Nicaragua.
Rafael Trobat
Sendero a la modernidad.
Pintura española de
los siglos XIX y XX.
Colección Gerstenmaier
Manchas de luz.
Ser mujer en el
Holocausto
Obra Social
AQUÍ, JUNTO AL
AGUA. NICARAGUA
Rafael Trobat
El trabajo comienza en 1990 con el fin de la
Revolución Popular Sandinista y termina en 2008
tras el regreso al poder de Daniel Ortega, uno de los
líderes del movimiento armado que, tras derrocar al
dictador Somoza en 1979, gobernó el país durante
más de una década. Trobat utiliza esa etapa de
transición como telón de fondo para realizar un
retrato de la sociedad nicaragüense que se aleja
voluntariamente de los avatares políticos.
El título de la obra, Aquí, junto al agua, uno de los
posibles significados del nombre del país en lengua
indígena náhuatl, hace referencia a la importancia
del agua en la geografía, historia e identidad
nicaragüenses y pone de manifiesto la voluntad del
autor de ofrecer un relato desde dentro.
El paso. San Jorge, 2003. Trobat
Solentiname. Isla Macarrón, 1990. Trobat
En colaboración con el Centro Andaluz de la Fotografía,
el Centro Cultural CajaGRANADA Memoria de Andalucía,
exhibe, hasta el 14 de abril, las instantáneas que, durante
dieciocho años, han captado el objetivo de Rafael Trobat.
Ochenta imágenes en blanco y negro, que resumen el
proyecto fotográfico que el autor ha desarrollado en el
país centroamericano, en un período de tiempo que
comienza en 1990 con el fin de la Revolución Popular
Sandinista y termina en 2008 tras el regreso al poder de
Daniel Ortega, uno de los líderes del movimiento armado
que, tras derrocar al dictador Somoza en 1979, gobernó
el país durante más de una década. Trobat utiliza esa
etapa de transición como telón de fondo para realizar
un retrato de la sociedad nicaragüense que se aleja
voluntar iamente de los avatares políticos.
Guardianes de Santo Domingo. Managua, 1991. Trobat
Voy a Nicaragua por circunstancias personales. Tuve la
oportunidad y la aproveché. A principios de los 90,
además, estaba iniciándome en la fotografía. Quería
disfrutar del arte fotográfico, al mismo tiempo que viajaba
a un país desconocido en busca de aventura. A partir
de ese primer viaje se va forjando un vínculo cada vez
más profundo con el país. Mi deseo es captar imágenes
que hagan justicia a lo que a mí me había impresionado
de Nicaragua, que no tenía mucho que ver con lo que
difundían los medios de comunicación. Al principio, es
la mirada del viajero. Poco a poco, esa mirada va
cambiando y se hace más compleja. Quería indagar en
la personalidad de los nicaragüenses y al mismo tiempo
mostrar la evolución de una sociedad que experimenta
grandes cambios estructurales. Y eso implicaba trabajar
a largo plazo. Mi mirada no debía ser la típica.
• Las instantáneas que usted capta, por tanto, de
este país no son casuales…
Claro, de alguna manera, Aquí junto al agua es el fruto
de mi amor por la fotografía, mi devoción por el pueblo
nicaragüense y un gran deseo de hacer las cosas bien,
siendo consciente de que las buenas fotos cuesta mucho
trabajo conseguirlas. Al mismo tiempo, el deseo de
ofrecer una visión profunda y compleja, exige tiempo.
He intentado evitar, por tanto, un retrato superficial de
Nicaragua.
• ¿Qué encontrará el espectador en la exposición
Aquí junto al Agua. Nicaragua?
La muestra exhibe los casi veinte años de trabajo que
he dedicado a este país centroamericano. Son imágenes
que pretenden contar cómo es la vida en un momento
importante en la historia de Nicaragua. El trabajo
comienza justo en 1990, con el fin de la Revolución
Popular Sandinista, cuando Nicaragua deja de ser noticia
inter nacional. Una impor tante sucesión de
acontecimientos hacen que, desde finales de los años
70, Nicaragua no deje de estar en el ojo informativo
internacional. Se había creado una visión un tanto tópica,
que no se corresponde en absoluto con lo que yo me
encuentro cuando viajo por primera vez a Nicaragua.
• ¿Por qué opta por Nicaragua y no otros países
latinoamericanos?
De la selección de imágenes que el espectador
encontrará en esta exposición, sorprende que están
desprovistas de la grandeza del poder… Sus
fotografías son el reflejo de un pueblo, y de su
testimonio.
A mí no me interesa el poder por el poder. Lo que quiero
es contar historias que tienen como protagonistas a
seres humanos, independientemente del estrato social
al que pertenezcan. Después de pasar muchos años en
el país, de adentrarme en sus costumbres, en su
cotidianeidad, y a fuerza de relacionarme con sus gentes,
he intentado llegar a la raíz buscando aquellas
manifestaciones que pongan de manifiesto la
personalidad de los nicaragüenses. Para mí, las tradiciones
y los ritos guardan mucho de la esencia de un pueblo,
y ello es particularmente evidente en Nicaragua, donde
ha habido un profundo mestizaje cultural. Pero en
Nicaragua hay una realidad social que no se puede
obviar, consecuencia de una arraigada pobreza, y es el
fuerte contraste entre las clases sociales. He querido
reflejar también esta dualidad pero huyendo de
maniqueísmos. Porque, al final, estoy retratando personas.
• Muchas de estas imágenes son verdaderamente
sorprendentes…
Si hay algo que caracteriza al pueblo nicaragüense, junto
con una admirable capacidad para sobreponerse a todo
tipo de desgracias, es la intensidad con la que viven
cada momento. De alguna manera, en esta selección
de imágenes, he captado creencias, ritos y hábitos que
no se corresponden con los nuestros. Y que, para
nosotros, pueden ser verdaderamente extraños. Pero mi
objetivo es que cualquier nicaragüense, a la vez que se
identifica con estas instantáneas, no deje de
sorprenderse.
• En qué se fija a la hora de decidir qué va a fotografiar
y que desea transmitir en cada fotografía.
Los protagonistas de mis fotografías son siempre
personas que, por una causa u otra, me llaman la
atención, casi siempre en función de una determinada
situación. Pero la clave del trabajo está en dejarse
sorprender por la realidad, huyendo en lo posible de las
ideas preconcebidas. Y poner de manifiesto en cada
imagen el carácter misterioso de la fotografía. Intento
plantear el trabajo como una sucesión de interrogantes
y no tanto como afirmación, porque realmente no
tenemos certezas, y es más saludable dudar. Así que
prefiero que el espectador se invente su propia historia
a partir de lo que le sugieren las imágenes y no imponer
una interpretación única y cerrada de la realidad.
• A la vista de algunas de las fotografías, usted ha
tenido prácticamente que introducirse dentro de
las escenas…
Ello es consecuencia de la voluntad de hacer un trabajo
desde dentro. Y los logros no son más que el fruto de
la experiencia y del tiempo dedicados. Los fotógrafos
sabemos que, en ocasiones, una buena imagen la
proporciona la sorpresa con la que los fotografiados
reaccionan ante la cámara, pero, en otras, es simplemente
el resultado de una presencia continua, en la que los
personajes se olvidan del fotógrafo y terminan
comportándose con total naturalidad. Una vez que te
ganas la confianza del entorno, a veces, y muy de vez
en cuando, se producen pequeños milagros que
propician imágenes como Gloria, Marvin, King Kong y su
Chocoyo –Managua, 1996–; La pasión –Managua, 1998–
o Las conejitas –Matagalpa, 2002–.
Aquí junto al agua. Nicaragua.
Rafael Trobat
Del 11 de febrero al 14 de abril.
Centro Cultural CajaGRANADA Memoria de
Andalucía. Sala de exposiciones temporales.
Avda. de la Ciencia, 2. 18006 Granada.
Horario: de martes a sábado de 12.00 a 14.00 h
y de 17.00 a 20.00 h. Domingos y festivos de
11.00 a 15.00 h. Lunes cerrado. Entrada gratuita.
El pino de Béjar
REGOYOS Y VALDÉS, Darío
c. 1900
Óleo/lienzo, 54,5 x 35 cm
Formado en el taller de Carlos de Haes, Darío de Regoyos será
uno de los renovadores de la pintura de paisaje en el fin de
siglo. Conocedor del impresionismo, su paleta abunda en
colores terrosos y trazos de pincelada corta y minuciosa.
Retrato de Isabel Herraud
SOROLLA Y BASTIDA, Joaquín
1898
Óleo sobre lienzo, 106,5 x 84,5 cm
La retratada aparece sentada en tres cuartos y girada hacia el
espectador en una pose algo forzada, distinguida pero sin
envaramiento, gracias a la sencilla indumentaria no exenta de
simbología. Trabajado con una pincelada muy suelta, el fondo en
tonos pardos se muestra deudor del retrato de Velázquez y Goya,
maestros a los que Sorolla admiraba profundamente.
Bosque
MIR TRINXET, Joaquín
Gouache/ papel pegado a cartón, 22 x 29,5 cm
Esta obra fue pintada en los primeros años del siglo XX, lo que nos da idea
de su modernidad. El paisaje, casi una excusa pictórica, aparece
descompuesto con un cromatismo y unas formas muy próximas a la
abstracción. Por su fiereza expresiva, esta reformulación guarda vínculos
con los fauves franceses.
Sendero a la modernidad. Pintura española de
Paisaje
ANGLADA CAMARASA, Hermenegildo
c. 1936
Óleo/lienzo, 33,5 x 44,5 cm
Este pequeño paisaje de rica textura, exuberante cromatismo y simplificación
de formas, muestra la ligazón del arte de Anglada Camarasa con las corrientes
postimpresionistas y simbolistas que tanto le influyeron a comienzos de
siglo. Muy característico es el celaje de grandes nubes barrocas con gran
densidad matérica, verdaderas protagonistas de la pieza.
Dos mujeres de espalda
NONELL Y MONTURIOL, Isidro
Carbón, aguada, tinta y gouache/ papel, 31 x 23 cm
La obra del catalán Isidro Nonell suele tomar como
protagonistas a los desheredados y gente modesta. Son muy
conocidos sus trabajos sobre gitanas y mujeres sencillas
como las de este dibujo que muestra, además, las cualidades
técnicas del artista: su gusto por la monumentalidad, la vista
de personajes que dan la espalda al espectador y el trazo
quebradizo en las formas.
Vista trasera de Santa Maria de la Salute en Venecia
RICO ORTEGA, Martín
Óleo/lienzo, 88 x 65 cm
Exquisita vista veneciana de Martín Rico que deja patente su
habilidad para la composición paisajística; riqueza de detalle,
luminosidad, cierta artificiosidad y preciosismo. Heredero del
precozmente fallecido Mariano Fortuny, Rico fue pintor de éxito
con piezas muy del gusto de una clientela adinerada de gustos
aburguesados, pero anclado en un estilo de difícil
pervivencia frente al impresionismo en auge.
Angustias con mantilla blanca y abanico
ZULOAGA ZABALETA, Ignacio
1913
Óleo/lienzo, 93 x 73 cm
Zuloaga fue uno de los grandes retratistas españoles de comienzos de
siglo, muy requerido tanto en Europa como EEUU. Sus obras resumen el
sentir de una época poniendo de manifiesto el gusto por tipos,
indumentarias, tradiciones y paisajes netamente castellanos que, aderezados
de un matizado recuerdo al Greco, le hicieron representante de la llamada
veta brava, junto a otros pintores como Gutiérrez Solana.
Aline
MADRAZO Y GARRETA, Raimundo
Acuarela y gouache/ papel, 51 x 37,5 cm
Heredero de una dinastía de pintores, Raimundo de
Madrazo fue excelente retratista. En este trabajo, que por
sus características parece pensado para la ilustración de
alguna revista, retrata una vez más a su modelo favorita,
Aline Masson, ubicándola en un interior decorado
ricamente donde la protagonista aparece en una pose
relajada. La composición la cierra una orla floral de factura
tan delicada como toda la pieza.
los siglos XIX y XX. Colección Gerstenmaier
Hasta el 6 de junio, se puede contemplar la muestra
Sendero a la modernidad. Pintura española de los siglos
XIX y XX. Colección Gerstenmaier, en el Centro de
Exposiciones CajaGRANADA-Puerta Real. La exposición,
organizada por la Obra Social de CajaGRANADA, y con
Marisa Oropesa como comisaria, exhibe obras de
autores de gran relevancia como Joaquín Sorolla,
Ignacio Zuloaga, Darío de Regoyos, Isidro Nonell,
Raimundo de Madrazo o Anglada Camarasa.
Procedente del Museo de la Ciudad de Madrid, llega a
Granada la exposición Sendero a la modernidad. Pintura
española de los siglos XIX y XX. Colección Gerstenmaier. Se
trata de una oportunidad única para adentrarse en un
período normalmente reconocido por la influencia de
Goya, en el que, además, se inicia un género de paisaje
que sustituye la atmósfera de irrealidad del paisajismo
romántico, por una incipiente observación natural. Y la
colección Gerstenmainer, que se podrá contemplar
ahora en esta muestra organizada por la Obra Social de
CajaGRANADA, recoge ampliamente esa variedad de
estilos con presencia paisajística.
En esta muestra –citando sólo a algunos– están presentes
grandes artistas de finales del siglo XIX y de comienzos
del XX, como Martín Rico, Aureliano de Beruete o Darío
Regoyos; la escuela paisajista mediterránea, cuyo máximo
exponente es Joaquín Sorolla; la determinante escuela
paisajista catalana, también de finales de siglo XIX, con
figuras como Joaquín Mir o Eliseo Meifrén; otros
representantes del modernismo catalán como Nonell o
Anglada Camarasa. Es, por tanto, una magnífica ocasión
para realizar un recorrido por el arte español de finales
del XIX y comienzos del siglo XX.
Un siglo fructífero para el arte
Considerado como uno de los siglos más convulsos de
la Historia de España, social y políticamente hablando,
y fuertemente influenciado por la invasión napoleónica,
el siglo XIX ofrece una de las épocas más fructíferas para
la Historia del Arte de nuestro país. Durante años,
diferentes generaciones de artistas españoles dirigen
su mirada hacia los movimientos artísticos que tenían
lugar en países como Francia, con un ritmo mucho más
dinámico que en nuestro país y que son consecuencia
de la diversidad de movimientos culturales y sociales
que se están produciendo.
La situación de los pintores paisajistas sufrió una
profunda reestructuración en el siglo XIX, alejándose de
la visión oficialista de la Real Academia de Bellas Artes
de San Fernando, así como de la esencia romántica que
imperaba. Progresivamente, se van abriendo camino
miradas más realistas como la de Carlos de Haes, presente
en la exposición con su obra Los picos de Europa.
Discípulos de Haes, en esta muestra, el espectador
también tendrá ocasión de disfrutar de algunas de las
telas de Aureliano de Beruete como Grindewald o
Murallas de Ávila, próximas al Impresionismo; así como
del legado de Darío de Regoyos que, con un personal
estilo postimpresionista, concibe obras como El pino de
Béjar o La playa de Almería de noche.
También con un marcado carácter postimpresionista, y
no exento de simbolismo, de Hermenegildo Anglada
Camarasa, el espectador hallará obras como La Masía y
Paisaje de olivos en Mallorca –que se exhibe por primera
vez desde que fue adquirida para la Colección
Gerstenmainer–.
Obras de Sorolla y Zuloaga
De comienzos del siglo XX, encontramos a los grandes
representantes de las dos grandes corrientes estilísticas
del momento, Joaquín Sorolla e Ignacio Zuloaga,
espléndidos retratistas con grandes dotes de realismo.
Forman parte de la exposición, Retrato de Isabel Herraud,
del valenciano Joaquín Sorolla, así como al Angustias
con mantilla blanca y abanico, del genial Ignacio Zuloaga.
“En las dos piezas, el espectador tendrá ocasión de
observar la importancia del manejo de las luces de las
luces y las sombras, del uso del color, y la tradición
retratística española”, afirma Marisa Oropesa, comisaria
de la exposición.
El Modernismo, otro de los movimientos de gran
importancia a finales del siglo XIX y comienzos del XX,
también está presente en la muestra, con autores como
Isidro Nonell o Joaquín Mir. Junto a ellos, Eliseo Meifrén,
con la obra Vista de Barcelona desde el Tibidabo.
Muchos de los artistas que consiguieron hacer de este
período comprendido entre el último tercio del siglo
XIX y la primera década del siglo XX, una etapa de gran
dinamismo e importantes legados pictóricos en las
corrientes estéticas del momento, han sido reunidos
durante años por el coleccionista Hans Rudolf
Gertstenmainer, empresario alemán que, afincado
desde hace tiempo en Mallorca, ha hecho del
coleccionismo de arte una pasión personal, con clara
vocación pública, de la que podremos disfrutar, hasta
el mes de junio, en el Centro de Exposiciones
CajaGRANADA-Puerta Real.
Sendero a la modernidad.
Pintura española de los siglos XIX y XX.
Colección Gertstenmaier
Del 18 de marzo al 6 de junio.
Centro de Exposiciones CajaGRANADA-Puerta
Real. Acera del Casino, 9. 18009 Granada.
Horario: de martes a viernes de 18.00 a 21.00 h.
Sábados, Domingos y festivos de 12.00 a 14.00 y
de 18:00 a 21:00 h. Lunes cerrado. Entrada gratuita.
MANCHAS DE LUZ. SER MUJER EN EL HOLOCAUSTO
El testimonio de las víctimas del Holocausto
La muestra Manchas de luz. Ser mujer en el Holocausto recoge, hasta el 30 de mayo, los testimonios de diferentes mujeres
que sufrieron en primera persona las consecuencias del Holocausto, a través de diecisiete proyecciones multimedia
del Museo Yad Vashem y un vídeo artístico de la prestigiosa fotógrafa israelí Michal Rovner
El Centro Cultural CajaGRANADA Memoria de Andalucía
acoge, en colaboración con el Instituto de Estudios de
la Mujer de la Universidad de Granada, hasta el próximo
30 de mayo, la exposición de Yad Vashem –Autoridad
para el Recuerdo de los Mártires y Héroes del
Holocausto–, la exposición Manchas de luz. Ser mujer en
el Holocausto, que es posible gracias a la iniciativa del
proyecto “DiGEC. Discriminación, Genocidio y Exterminio
Cultural: Un Estudio sobre la Literatura del Holocausto
y la Recuperación de la Memoria”, del Ministerio de
Ciencia e Innovación, y del proyecto “CuRe. Cuerpos Reescritos: dolor y violencia en escritoras y personajes
femeninos de la literatura de mujeres”.
La exposición ya ha visitado otros emplazamientos
como Dresde o Viena
La muestra, en la que también se podrá escuchar de
fondo la música de la virtuosa violinista Alma Rosé –que
dirigió una orquesta femenina en el campo de
concentración de Auschwitz–, y en la que se exhiben
diecisiete proyecciones multimedia de Yad Vashem, y
una video creación de la prestigiosa fotógrafa israelí
Michal Rover, intenta revelar la dimensión humana que
subyace al relato histórico. De la narrativa total del
Holocausto, la exposición se centra en las víctimas judías,
y dentro de este contexto, crea un espacio para la singular
voz de las mujeres.
Estrategias para vivir
Manchas de luz no aborda la temática de la mujer como
víctima de los campos de concentración, sino que trata
de evidenciar las estrategias de estas mujeres para vivir
y para conservar su dignidad como seres humanos,
ofreciendo una perspectiva de cuestiones como la
feminidad, la alimentación, la amistad, la fe, la maternidad,
el amor, la creatividad, el cuidado al prójimo, la vida
cotidiana o la resistencia y partisanos. Ofrece, así, el
impresionante testimonio de cerca de cincuenta mujeres
que, con nombre y apellido, han ofrecido su relato sobre
la manera en que vivieron el Holocausto.
El Holocausto fue un proceso histórico de gran violencia
y de aniquilación del pueblo judío, por los nazis y sus
colaboradores. Al final de un camino plagado de crueldad
indescriptible, la muerte aguardaba a todos los judíos,
incluso a muchos que habían dejado de serlo y a los
que tenían algún antepasado judío. Pero, en algunos
aspectos, ese mismo tétrico camino fue diferente si se
trataba de mujeres, hombres o niños.
Más de tres millones de mujeres, adolescentes y niñas
fueron masacradas durante el Holocausto. La ideología
nazi se propuso la aniquilación total de la “raza” judía.
Las mujeres, como procreadoras, fueron un objetivo
esencial de la destrucción.
La mayoría de las mujeres judías se desenvolvían en el
seno de una sociedad patriarcal conservadora, en la cual
el hombre era el jefe de la familia y la mujer se consagraba
a las labores tradicionales del hogar o contribuía
parcialmente al sustento familiar. Debido a esta inserción
social, no encontramos mujeres dentro del liderazgo o
la conducción comunitaria. Durante el Holocausto, las
mujeres judías asumieron el rol esencial dentro de la
familia, que bien puede definirse como “aferrarse a la
vida” e intentar sobrevivir a cualquier precio.
Salvo el mínimo indispensable, en esta exposición, no
se relata cómo los nazis y sus colaboradores se ensañaron
con ellas, sino que se enfatizan las actitudes y reacciones
de las mujeres judías ante las trágicas situaciones que
debieron afrontar. El espectador ha de ser consciente
de que el Holocausto llevó la maldad humana a extremos
jamás conocidos. Por lo tanto, las reacciones de las
mujeres judías ante tan violenta perversidad fueron muy
amplias y diversas. Las reacciones aparecen ordenadas
por temas. A veces se trata de respuestas individuales,
y en otras ocasiones se pueden apreciar actitudes que
involucran a colectivos de féminas.
El papel de la mujer adulta
La madurez llegaba rápidamente durante el Holocausto.
Las jóvenes muchachas asumían roles de mujeres
adultas. Muchos de los ancianos murieron en los guetos
y los sobrevivientes fueron asesinados durante la
liquidación de éstos. Por lo tanto, el énfasis en la
exposición se pone sobre la mujer adulta: aquélla que
por su edad podía tomar decisiones y que se sentía
comprometida con el grupo que la rodeaba.
Esas mujeres se debatían entre el compromiso hacia su
familia –el esposo y los hijos– y la responsabilidad debida
a los padres ancianos. En muchos casos, se hicieron
cargo de otros grupos de necesitados. La mayoría de
ellas se ocuparon de sí mismas sólo en casos extremos,
actuando instintivamente y no acorde con sus
respectivas personalidades.
Y ADEMÁS…
Una de las situaciones típicas en las fases iniciales de la
guerra, especialmente en Europa oriental, era la captura
de hombres para ser empleados en trabajos forzados o
bien la huida de éstos hacia el Este. La fuga era
consecuencia de la opinión generalizada según la cual la
ocupación nazi era peligrosa para los hombres, pero que
no afectaría a las mujeres y niños. En ambas situaciones
y en otras que tuvieron lugar, muchas mujeres quedaron
abandonadas a su suerte junto con los niños y los ancianos,
y todos ellos pasaron a ser mayoría dentro de la población
de los guetos. También en los casos en que los hombres
permanecieron junto a sus familias, su impotencia al no
poder seguir siendo los encargados del sustento, los
conmocionó psicológicamente y su rol de jefes de familia
se vio profundamente afectado. Consecuentemente, y
pese a la difícil situación, las mujeres asumieron el rol de
proveedoras de alimentos y de encargadas del mínimo
y normal funcionamiento de la familia.
Emmanuel Ringelblum, el historiador que compiló los
documentos del gueto de Varsovia, escribió acerca de
la mujer en su diario: “...el futuro historiador deberá
dedicar una página singular a la mujer judía durante la
guerra. Ella ocupará un lugar especial por su valentía y
entereza. Gracias a ella, miles de familias lograron
sobreponerse al horror de estos tiempos.”
La identificación de las mujeres con los niños por parte
del medio social, pero también por parte de las mujeres
mismas, operó como fuerza motivadora, aunque muchas
veces también las condujo a la muerte junto a sus niños.
La mujer que sobrevivía al exterminio masivo pasaba a
formar parte de la fuerza laboral esclava de los nazis e
ingresaba al mundo de los campos de concentración.
Allí, sobre todo en los campos exclusivos para mujeres,
en los que la expectativa de vida no pasaba de tres
meses, la mujer intentó restaurar su identidad psicológica,
después de que fuera despojada de todos los
componentes de su individualidad, de su familia y de la
concepción de vida que componían su subjetividad
anterior.
CENTRO CULTURAL CajaGRANADA MOTRIL
C/ José Felipe Soto, 1 A. Motril. Tel. 958 601 127
En este contexto de adversidad, las mujeres procuraron
sobrevivir relacionándose con otras mujeres, en lo que
se denominaron “familias alternativas”, unidas por las
ansias de vivir, pase lo que pase.
En un lugar que las privó de todo raciocinio, las mujeres
en el Holocausto aprendieron a ser sabias. Allí donde
no tuvieron fuerzas, aportaron entereza. Y allí donde ni
ellas y tampoco sus familias tuvieron derecho a vivir; las
mujeres fueron a la muerte, dando significado a cada
minuto adicional de vida. Son las voces de esas mujeres,
lo que la exposición Manchas de luz pretende hacer oír,
exhibiendo sus historias personales.
Manchas de luz. Ser mujer en el Holocausto
(de Yad Vashem)
Del 16 de febrero al 30 de mayo.
Centro Cultural CajaGRANADA Memoria de
Andalucía. Sala de exposiciones temporales.
Avda. de la Ciencia, 2. 18006 Granada.
Horario: de martes a sábado de 12.00 a 14.00 h
y de 17.00 a 20.00 h. Domingos y festivos de
11.00 a 15.00 h. Lunes cerrado. Entrada gratuita.
SALA DE EXPOSICIONES CajaGRANADA JAÉN
Paseo de la Estación, 6. 23001 Jaén.
Exposición:
RICARDO RUIZ
NICAR. LA BELLEZA
DE LA REALIDAD.
Del 18 al 31 de marzo
Martes a domingos de
18 a 21 h.
ATEMPORALIDAD. TRINIDAD GUADIX
Del 11 de marzo al 11 de abril
Martes a domingos de 18 a 21 h.
Exposición:
FRANCISCO
CARRILLO.
PINTURAS.
Del 6 al 20 de abril
Martes a domingos de
18 a 21 h .
Centro Cultural CajaGRANADA Memoria de Andalucía
Avda. de la Ciencia, 2, 18006 Granada. T. 958 22 22 57
www.memoriadeandalucia.es
HORARIO De Martes a Sábado: de 10:00 a 14:00 horas y
de 16:00 a 19:00 horas (Lunes cerrado)
Domingos y festivos: de 11:00 a 15:00 horas.

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