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Exposiciones temporales en CajaGRANADA Aquí, junto al agua. Nicaragua. Rafael Trobat Sendero a la modernidad. Pintura española de los siglos XIX y XX. Colección Gerstenmaier Manchas de luz. Ser mujer en el Holocausto Obra Social AQUÍ, JUNTO AL AGUA. NICARAGUA Rafael Trobat El trabajo comienza en 1990 con el fin de la Revolución Popular Sandinista y termina en 2008 tras el regreso al poder de Daniel Ortega, uno de los líderes del movimiento armado que, tras derrocar al dictador Somoza en 1979, gobernó el país durante más de una década. Trobat utiliza esa etapa de transición como telón de fondo para realizar un retrato de la sociedad nicaragüense que se aleja voluntariamente de los avatares políticos. El título de la obra, Aquí, junto al agua, uno de los posibles significados del nombre del país en lengua indígena náhuatl, hace referencia a la importancia del agua en la geografía, historia e identidad nicaragüenses y pone de manifiesto la voluntad del autor de ofrecer un relato desde dentro. El paso. San Jorge, 2003. Trobat Solentiname. Isla Macarrón, 1990. Trobat En colaboración con el Centro Andaluz de la Fotografía, el Centro Cultural CajaGRANADA Memoria de Andalucía, exhibe, hasta el 14 de abril, las instantáneas que, durante dieciocho años, han captado el objetivo de Rafael Trobat. Ochenta imágenes en blanco y negro, que resumen el proyecto fotográfico que el autor ha desarrollado en el país centroamericano, en un período de tiempo que comienza en 1990 con el fin de la Revolución Popular Sandinista y termina en 2008 tras el regreso al poder de Daniel Ortega, uno de los líderes del movimiento armado que, tras derrocar al dictador Somoza en 1979, gobernó el país durante más de una década. Trobat utiliza esa etapa de transición como telón de fondo para realizar un retrato de la sociedad nicaragüense que se aleja voluntar iamente de los avatares políticos. Guardianes de Santo Domingo. Managua, 1991. Trobat Voy a Nicaragua por circunstancias personales. Tuve la oportunidad y la aproveché. A principios de los 90, además, estaba iniciándome en la fotografía. Quería disfrutar del arte fotográfico, al mismo tiempo que viajaba a un país desconocido en busca de aventura. A partir de ese primer viaje se va forjando un vínculo cada vez más profundo con el país. Mi deseo es captar imágenes que hagan justicia a lo que a mí me había impresionado de Nicaragua, que no tenía mucho que ver con lo que difundían los medios de comunicación. Al principio, es la mirada del viajero. Poco a poco, esa mirada va cambiando y se hace más compleja. Quería indagar en la personalidad de los nicaragüenses y al mismo tiempo mostrar la evolución de una sociedad que experimenta grandes cambios estructurales. Y eso implicaba trabajar a largo plazo. Mi mirada no debía ser la típica. • Las instantáneas que usted capta, por tanto, de este país no son casuales… Claro, de alguna manera, Aquí junto al agua es el fruto de mi amor por la fotografía, mi devoción por el pueblo nicaragüense y un gran deseo de hacer las cosas bien, siendo consciente de que las buenas fotos cuesta mucho trabajo conseguirlas. Al mismo tiempo, el deseo de ofrecer una visión profunda y compleja, exige tiempo. He intentado evitar, por tanto, un retrato superficial de Nicaragua. • ¿Qué encontrará el espectador en la exposición Aquí junto al Agua. Nicaragua? La muestra exhibe los casi veinte años de trabajo que he dedicado a este país centroamericano. Son imágenes que pretenden contar cómo es la vida en un momento importante en la historia de Nicaragua. El trabajo comienza justo en 1990, con el fin de la Revolución Popular Sandinista, cuando Nicaragua deja de ser noticia inter nacional. Una impor tante sucesión de acontecimientos hacen que, desde finales de los años 70, Nicaragua no deje de estar en el ojo informativo internacional. Se había creado una visión un tanto tópica, que no se corresponde en absoluto con lo que yo me encuentro cuando viajo por primera vez a Nicaragua. • ¿Por qué opta por Nicaragua y no otros países latinoamericanos? De la selección de imágenes que el espectador encontrará en esta exposición, sorprende que están desprovistas de la grandeza del poder… Sus fotografías son el reflejo de un pueblo, y de su testimonio. A mí no me interesa el poder por el poder. Lo que quiero es contar historias que tienen como protagonistas a seres humanos, independientemente del estrato social al que pertenezcan. Después de pasar muchos años en el país, de adentrarme en sus costumbres, en su cotidianeidad, y a fuerza de relacionarme con sus gentes, he intentado llegar a la raíz buscando aquellas manifestaciones que pongan de manifiesto la personalidad de los nicaragüenses. Para mí, las tradiciones y los ritos guardan mucho de la esencia de un pueblo, y ello es particularmente evidente en Nicaragua, donde ha habido un profundo mestizaje cultural. Pero en Nicaragua hay una realidad social que no se puede obviar, consecuencia de una arraigada pobreza, y es el fuerte contraste entre las clases sociales. He querido reflejar también esta dualidad pero huyendo de maniqueísmos. Porque, al final, estoy retratando personas. • Muchas de estas imágenes son verdaderamente sorprendentes… Si hay algo que caracteriza al pueblo nicaragüense, junto con una admirable capacidad para sobreponerse a todo tipo de desgracias, es la intensidad con la que viven cada momento. De alguna manera, en esta selección de imágenes, he captado creencias, ritos y hábitos que no se corresponden con los nuestros. Y que, para nosotros, pueden ser verdaderamente extraños. Pero mi objetivo es que cualquier nicaragüense, a la vez que se identifica con estas instantáneas, no deje de sorprenderse. • En qué se fija a la hora de decidir qué va a fotografiar y que desea transmitir en cada fotografía. Los protagonistas de mis fotografías son siempre personas que, por una causa u otra, me llaman la atención, casi siempre en función de una determinada situación. Pero la clave del trabajo está en dejarse sorprender por la realidad, huyendo en lo posible de las ideas preconcebidas. Y poner de manifiesto en cada imagen el carácter misterioso de la fotografía. Intento plantear el trabajo como una sucesión de interrogantes y no tanto como afirmación, porque realmente no tenemos certezas, y es más saludable dudar. Así que prefiero que el espectador se invente su propia historia a partir de lo que le sugieren las imágenes y no imponer una interpretación única y cerrada de la realidad. • A la vista de algunas de las fotografías, usted ha tenido prácticamente que introducirse dentro de las escenas… Ello es consecuencia de la voluntad de hacer un trabajo desde dentro. Y los logros no son más que el fruto de la experiencia y del tiempo dedicados. Los fotógrafos sabemos que, en ocasiones, una buena imagen la proporciona la sorpresa con la que los fotografiados reaccionan ante la cámara, pero, en otras, es simplemente el resultado de una presencia continua, en la que los personajes se olvidan del fotógrafo y terminan comportándose con total naturalidad. Una vez que te ganas la confianza del entorno, a veces, y muy de vez en cuando, se producen pequeños milagros que propician imágenes como Gloria, Marvin, King Kong y su Chocoyo –Managua, 1996–; La pasión –Managua, 1998– o Las conejitas –Matagalpa, 2002–. Aquí junto al agua. Nicaragua. Rafael Trobat Del 11 de febrero al 14 de abril. Centro Cultural CajaGRANADA Memoria de Andalucía. Sala de exposiciones temporales. Avda. de la Ciencia, 2. 18006 Granada. Horario: de martes a sábado de 12.00 a 14.00 h y de 17.00 a 20.00 h. Domingos y festivos de 11.00 a 15.00 h. Lunes cerrado. Entrada gratuita. El pino de Béjar REGOYOS Y VALDÉS, Darío c. 1900 Óleo/lienzo, 54,5 x 35 cm Formado en el taller de Carlos de Haes, Darío de Regoyos será uno de los renovadores de la pintura de paisaje en el fin de siglo. Conocedor del impresionismo, su paleta abunda en colores terrosos y trazos de pincelada corta y minuciosa. Retrato de Isabel Herraud SOROLLA Y BASTIDA, Joaquín 1898 Óleo sobre lienzo, 106,5 x 84,5 cm La retratada aparece sentada en tres cuartos y girada hacia el espectador en una pose algo forzada, distinguida pero sin envaramiento, gracias a la sencilla indumentaria no exenta de simbología. Trabajado con una pincelada muy suelta, el fondo en tonos pardos se muestra deudor del retrato de Velázquez y Goya, maestros a los que Sorolla admiraba profundamente. Bosque MIR TRINXET, Joaquín Gouache/ papel pegado a cartón, 22 x 29,5 cm Esta obra fue pintada en los primeros años del siglo XX, lo que nos da idea de su modernidad. El paisaje, casi una excusa pictórica, aparece descompuesto con un cromatismo y unas formas muy próximas a la abstracción. Por su fiereza expresiva, esta reformulación guarda vínculos con los fauves franceses. Sendero a la modernidad. Pintura española de Paisaje ANGLADA CAMARASA, Hermenegildo c. 1936 Óleo/lienzo, 33,5 x 44,5 cm Este pequeño paisaje de rica textura, exuberante cromatismo y simplificación de formas, muestra la ligazón del arte de Anglada Camarasa con las corrientes postimpresionistas y simbolistas que tanto le influyeron a comienzos de siglo. Muy característico es el celaje de grandes nubes barrocas con gran densidad matérica, verdaderas protagonistas de la pieza. Dos mujeres de espalda NONELL Y MONTURIOL, Isidro Carbón, aguada, tinta y gouache/ papel, 31 x 23 cm La obra del catalán Isidro Nonell suele tomar como protagonistas a los desheredados y gente modesta. Son muy conocidos sus trabajos sobre gitanas y mujeres sencillas como las de este dibujo que muestra, además, las cualidades técnicas del artista: su gusto por la monumentalidad, la vista de personajes que dan la espalda al espectador y el trazo quebradizo en las formas. Vista trasera de Santa Maria de la Salute en Venecia RICO ORTEGA, Martín Óleo/lienzo, 88 x 65 cm Exquisita vista veneciana de Martín Rico que deja patente su habilidad para la composición paisajística; riqueza de detalle, luminosidad, cierta artificiosidad y preciosismo. Heredero del precozmente fallecido Mariano Fortuny, Rico fue pintor de éxito con piezas muy del gusto de una clientela adinerada de gustos aburguesados, pero anclado en un estilo de difícil pervivencia frente al impresionismo en auge. Angustias con mantilla blanca y abanico ZULOAGA ZABALETA, Ignacio 1913 Óleo/lienzo, 93 x 73 cm Zuloaga fue uno de los grandes retratistas españoles de comienzos de siglo, muy requerido tanto en Europa como EEUU. Sus obras resumen el sentir de una época poniendo de manifiesto el gusto por tipos, indumentarias, tradiciones y paisajes netamente castellanos que, aderezados de un matizado recuerdo al Greco, le hicieron representante de la llamada veta brava, junto a otros pintores como Gutiérrez Solana. Aline MADRAZO Y GARRETA, Raimundo Acuarela y gouache/ papel, 51 x 37,5 cm Heredero de una dinastía de pintores, Raimundo de Madrazo fue excelente retratista. En este trabajo, que por sus características parece pensado para la ilustración de alguna revista, retrata una vez más a su modelo favorita, Aline Masson, ubicándola en un interior decorado ricamente donde la protagonista aparece en una pose relajada. La composición la cierra una orla floral de factura tan delicada como toda la pieza. los siglos XIX y XX. Colección Gerstenmaier Hasta el 6 de junio, se puede contemplar la muestra Sendero a la modernidad. Pintura española de los siglos XIX y XX. Colección Gerstenmaier, en el Centro de Exposiciones CajaGRANADA-Puerta Real. La exposición, organizada por la Obra Social de CajaGRANADA, y con Marisa Oropesa como comisaria, exhibe obras de autores de gran relevancia como Joaquín Sorolla, Ignacio Zuloaga, Darío de Regoyos, Isidro Nonell, Raimundo de Madrazo o Anglada Camarasa. Procedente del Museo de la Ciudad de Madrid, llega a Granada la exposición Sendero a la modernidad. Pintura española de los siglos XIX y XX. Colección Gerstenmaier. Se trata de una oportunidad única para adentrarse en un período normalmente reconocido por la influencia de Goya, en el que, además, se inicia un género de paisaje que sustituye la atmósfera de irrealidad del paisajismo romántico, por una incipiente observación natural. Y la colección Gerstenmainer, que se podrá contemplar ahora en esta muestra organizada por la Obra Social de CajaGRANADA, recoge ampliamente esa variedad de estilos con presencia paisajística. En esta muestra –citando sólo a algunos– están presentes grandes artistas de finales del siglo XIX y de comienzos del XX, como Martín Rico, Aureliano de Beruete o Darío Regoyos; la escuela paisajista mediterránea, cuyo máximo exponente es Joaquín Sorolla; la determinante escuela paisajista catalana, también de finales de siglo XIX, con figuras como Joaquín Mir o Eliseo Meifrén; otros representantes del modernismo catalán como Nonell o Anglada Camarasa. Es, por tanto, una magnífica ocasión para realizar un recorrido por el arte español de finales del XIX y comienzos del siglo XX. Un siglo fructífero para el arte Considerado como uno de los siglos más convulsos de la Historia de España, social y políticamente hablando, y fuertemente influenciado por la invasión napoleónica, el siglo XIX ofrece una de las épocas más fructíferas para la Historia del Arte de nuestro país. Durante años, diferentes generaciones de artistas españoles dirigen su mirada hacia los movimientos artísticos que tenían lugar en países como Francia, con un ritmo mucho más dinámico que en nuestro país y que son consecuencia de la diversidad de movimientos culturales y sociales que se están produciendo. La situación de los pintores paisajistas sufrió una profunda reestructuración en el siglo XIX, alejándose de la visión oficialista de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, así como de la esencia romántica que imperaba. Progresivamente, se van abriendo camino miradas más realistas como la de Carlos de Haes, presente en la exposición con su obra Los picos de Europa. Discípulos de Haes, en esta muestra, el espectador también tendrá ocasión de disfrutar de algunas de las telas de Aureliano de Beruete como Grindewald o Murallas de Ávila, próximas al Impresionismo; así como del legado de Darío de Regoyos que, con un personal estilo postimpresionista, concibe obras como El pino de Béjar o La playa de Almería de noche. También con un marcado carácter postimpresionista, y no exento de simbolismo, de Hermenegildo Anglada Camarasa, el espectador hallará obras como La Masía y Paisaje de olivos en Mallorca –que se exhibe por primera vez desde que fue adquirida para la Colección Gerstenmainer–. Obras de Sorolla y Zuloaga De comienzos del siglo XX, encontramos a los grandes representantes de las dos grandes corrientes estilísticas del momento, Joaquín Sorolla e Ignacio Zuloaga, espléndidos retratistas con grandes dotes de realismo. Forman parte de la exposición, Retrato de Isabel Herraud, del valenciano Joaquín Sorolla, así como al Angustias con mantilla blanca y abanico, del genial Ignacio Zuloaga. “En las dos piezas, el espectador tendrá ocasión de observar la importancia del manejo de las luces de las luces y las sombras, del uso del color, y la tradición retratística española”, afirma Marisa Oropesa, comisaria de la exposición. El Modernismo, otro de los movimientos de gran importancia a finales del siglo XIX y comienzos del XX, también está presente en la muestra, con autores como Isidro Nonell o Joaquín Mir. Junto a ellos, Eliseo Meifrén, con la obra Vista de Barcelona desde el Tibidabo. Muchos de los artistas que consiguieron hacer de este período comprendido entre el último tercio del siglo XIX y la primera década del siglo XX, una etapa de gran dinamismo e importantes legados pictóricos en las corrientes estéticas del momento, han sido reunidos durante años por el coleccionista Hans Rudolf Gertstenmainer, empresario alemán que, afincado desde hace tiempo en Mallorca, ha hecho del coleccionismo de arte una pasión personal, con clara vocación pública, de la que podremos disfrutar, hasta el mes de junio, en el Centro de Exposiciones CajaGRANADA-Puerta Real. Sendero a la modernidad. Pintura española de los siglos XIX y XX. Colección Gertstenmaier Del 18 de marzo al 6 de junio. Centro de Exposiciones CajaGRANADA-Puerta Real. Acera del Casino, 9. 18009 Granada. Horario: de martes a viernes de 18.00 a 21.00 h. Sábados, Domingos y festivos de 12.00 a 14.00 y de 18:00 a 21:00 h. Lunes cerrado. Entrada gratuita. MANCHAS DE LUZ. SER MUJER EN EL HOLOCAUSTO El testimonio de las víctimas del Holocausto La muestra Manchas de luz. Ser mujer en el Holocausto recoge, hasta el 30 de mayo, los testimonios de diferentes mujeres que sufrieron en primera persona las consecuencias del Holocausto, a través de diecisiete proyecciones multimedia del Museo Yad Vashem y un vídeo artístico de la prestigiosa fotógrafa israelí Michal Rovner El Centro Cultural CajaGRANADA Memoria de Andalucía acoge, en colaboración con el Instituto de Estudios de la Mujer de la Universidad de Granada, hasta el próximo 30 de mayo, la exposición de Yad Vashem –Autoridad para el Recuerdo de los Mártires y Héroes del Holocausto–, la exposición Manchas de luz. Ser mujer en el Holocausto, que es posible gracias a la iniciativa del proyecto “DiGEC. Discriminación, Genocidio y Exterminio Cultural: Un Estudio sobre la Literatura del Holocausto y la Recuperación de la Memoria”, del Ministerio de Ciencia e Innovación, y del proyecto “CuRe. Cuerpos Reescritos: dolor y violencia en escritoras y personajes femeninos de la literatura de mujeres”. La exposición ya ha visitado otros emplazamientos como Dresde o Viena La muestra, en la que también se podrá escuchar de fondo la música de la virtuosa violinista Alma Rosé –que dirigió una orquesta femenina en el campo de concentración de Auschwitz–, y en la que se exhiben diecisiete proyecciones multimedia de Yad Vashem, y una video creación de la prestigiosa fotógrafa israelí Michal Rover, intenta revelar la dimensión humana que subyace al relato histórico. De la narrativa total del Holocausto, la exposición se centra en las víctimas judías, y dentro de este contexto, crea un espacio para la singular voz de las mujeres. Estrategias para vivir Manchas de luz no aborda la temática de la mujer como víctima de los campos de concentración, sino que trata de evidenciar las estrategias de estas mujeres para vivir y para conservar su dignidad como seres humanos, ofreciendo una perspectiva de cuestiones como la feminidad, la alimentación, la amistad, la fe, la maternidad, el amor, la creatividad, el cuidado al prójimo, la vida cotidiana o la resistencia y partisanos. Ofrece, así, el impresionante testimonio de cerca de cincuenta mujeres que, con nombre y apellido, han ofrecido su relato sobre la manera en que vivieron el Holocausto. El Holocausto fue un proceso histórico de gran violencia y de aniquilación del pueblo judío, por los nazis y sus colaboradores. Al final de un camino plagado de crueldad indescriptible, la muerte aguardaba a todos los judíos, incluso a muchos que habían dejado de serlo y a los que tenían algún antepasado judío. Pero, en algunos aspectos, ese mismo tétrico camino fue diferente si se trataba de mujeres, hombres o niños. Más de tres millones de mujeres, adolescentes y niñas fueron masacradas durante el Holocausto. La ideología nazi se propuso la aniquilación total de la “raza” judía. Las mujeres, como procreadoras, fueron un objetivo esencial de la destrucción. La mayoría de las mujeres judías se desenvolvían en el seno de una sociedad patriarcal conservadora, en la cual el hombre era el jefe de la familia y la mujer se consagraba a las labores tradicionales del hogar o contribuía parcialmente al sustento familiar. Debido a esta inserción social, no encontramos mujeres dentro del liderazgo o la conducción comunitaria. Durante el Holocausto, las mujeres judías asumieron el rol esencial dentro de la familia, que bien puede definirse como “aferrarse a la vida” e intentar sobrevivir a cualquier precio. Salvo el mínimo indispensable, en esta exposición, no se relata cómo los nazis y sus colaboradores se ensañaron con ellas, sino que se enfatizan las actitudes y reacciones de las mujeres judías ante las trágicas situaciones que debieron afrontar. El espectador ha de ser consciente de que el Holocausto llevó la maldad humana a extremos jamás conocidos. Por lo tanto, las reacciones de las mujeres judías ante tan violenta perversidad fueron muy amplias y diversas. Las reacciones aparecen ordenadas por temas. A veces se trata de respuestas individuales, y en otras ocasiones se pueden apreciar actitudes que involucran a colectivos de féminas. El papel de la mujer adulta La madurez llegaba rápidamente durante el Holocausto. Las jóvenes muchachas asumían roles de mujeres adultas. Muchos de los ancianos murieron en los guetos y los sobrevivientes fueron asesinados durante la liquidación de éstos. Por lo tanto, el énfasis en la exposición se pone sobre la mujer adulta: aquélla que por su edad podía tomar decisiones y que se sentía comprometida con el grupo que la rodeaba. Esas mujeres se debatían entre el compromiso hacia su familia –el esposo y los hijos– y la responsabilidad debida a los padres ancianos. En muchos casos, se hicieron cargo de otros grupos de necesitados. La mayoría de ellas se ocuparon de sí mismas sólo en casos extremos, actuando instintivamente y no acorde con sus respectivas personalidades. Y ADEMÁS… Una de las situaciones típicas en las fases iniciales de la guerra, especialmente en Europa oriental, era la captura de hombres para ser empleados en trabajos forzados o bien la huida de éstos hacia el Este. La fuga era consecuencia de la opinión generalizada según la cual la ocupación nazi era peligrosa para los hombres, pero que no afectaría a las mujeres y niños. En ambas situaciones y en otras que tuvieron lugar, muchas mujeres quedaron abandonadas a su suerte junto con los niños y los ancianos, y todos ellos pasaron a ser mayoría dentro de la población de los guetos. También en los casos en que los hombres permanecieron junto a sus familias, su impotencia al no poder seguir siendo los encargados del sustento, los conmocionó psicológicamente y su rol de jefes de familia se vio profundamente afectado. Consecuentemente, y pese a la difícil situación, las mujeres asumieron el rol de proveedoras de alimentos y de encargadas del mínimo y normal funcionamiento de la familia. Emmanuel Ringelblum, el historiador que compiló los documentos del gueto de Varsovia, escribió acerca de la mujer en su diario: “...el futuro historiador deberá dedicar una página singular a la mujer judía durante la guerra. Ella ocupará un lugar especial por su valentía y entereza. Gracias a ella, miles de familias lograron sobreponerse al horror de estos tiempos.” La identificación de las mujeres con los niños por parte del medio social, pero también por parte de las mujeres mismas, operó como fuerza motivadora, aunque muchas veces también las condujo a la muerte junto a sus niños. La mujer que sobrevivía al exterminio masivo pasaba a formar parte de la fuerza laboral esclava de los nazis e ingresaba al mundo de los campos de concentración. Allí, sobre todo en los campos exclusivos para mujeres, en los que la expectativa de vida no pasaba de tres meses, la mujer intentó restaurar su identidad psicológica, después de que fuera despojada de todos los componentes de su individualidad, de su familia y de la concepción de vida que componían su subjetividad anterior. CENTRO CULTURAL CajaGRANADA MOTRIL C/ José Felipe Soto, 1 A. Motril. Tel. 958 601 127 En este contexto de adversidad, las mujeres procuraron sobrevivir relacionándose con otras mujeres, en lo que se denominaron “familias alternativas”, unidas por las ansias de vivir, pase lo que pase. En un lugar que las privó de todo raciocinio, las mujeres en el Holocausto aprendieron a ser sabias. Allí donde no tuvieron fuerzas, aportaron entereza. Y allí donde ni ellas y tampoco sus familias tuvieron derecho a vivir; las mujeres fueron a la muerte, dando significado a cada minuto adicional de vida. Son las voces de esas mujeres, lo que la exposición Manchas de luz pretende hacer oír, exhibiendo sus historias personales. Manchas de luz. Ser mujer en el Holocausto (de Yad Vashem) Del 16 de febrero al 30 de mayo. Centro Cultural CajaGRANADA Memoria de Andalucía. Sala de exposiciones temporales. Avda. de la Ciencia, 2. 18006 Granada. Horario: de martes a sábado de 12.00 a 14.00 h y de 17.00 a 20.00 h. Domingos y festivos de 11.00 a 15.00 h. Lunes cerrado. Entrada gratuita. SALA DE EXPOSICIONES CajaGRANADA JAÉN Paseo de la Estación, 6. 23001 Jaén. Exposición: RICARDO RUIZ NICAR. LA BELLEZA DE LA REALIDAD. Del 18 al 31 de marzo Martes a domingos de 18 a 21 h. ATEMPORALIDAD. TRINIDAD GUADIX Del 11 de marzo al 11 de abril Martes a domingos de 18 a 21 h. Exposición: FRANCISCO CARRILLO. PINTURAS. Del 6 al 20 de abril Martes a domingos de 18 a 21 h . Centro Cultural CajaGRANADA Memoria de Andalucía Avda. de la Ciencia, 2, 18006 Granada. T. 958 22 22 57 www.memoriadeandalucia.es HORARIO De Martes a Sábado: de 10:00 a 14:00 horas y de 16:00 a 19:00 horas (Lunes cerrado) Domingos y festivos: de 11:00 a 15:00 horas.