Revista OCET Nº 019 Dic. DCCCXCII

Transcripción

Revista OCET Nº 019 Dic. DCCCXCII
REVISTA Nº 019– DIC. 2010
“ORDEN CATÓLICA ESPAÑOLA DEL TEMPLE”
ANNO TEMPLI DCCCXCII
Sumario:
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PORTADA
OTRAS ÓRDENES (Orden Monástica de San Jerónimo).
LAS MARAVILLAS DE CHILE (Parque Nacional Laguna de San Rafael).
LA BARCELONA MEDIEVAL (I).
SITIOS CON ENCANTO (Restaurante Balansiya – Valencia).
LAS BRUJAS DE SUGARRAMURDI (2ª Parte),
PERSONAJES CÉLEBRES. (Pedro II El Católico de Aragón).
HISTORIA DE LA ESPADA (2ª Parte).
RINCON TEMPLARIO (Sin Jesús no hay Navidad).
¡¡¡VA DE CINE!!! (Natividad).
LA BASILICA DE SAINT-NAZAIRE Y SAINT-CELSE – CARCASSONE.
Editorial:
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Jaume Mestres i Capitán. Director de edición.
Federico Leiva i Paredes. Editor.
Colaboradores:
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Gerardo Arturo González Escobedo. (Prior OCCTCH-OCET)
Publicación de artículos:
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Email: [email protected]
Publicación de noticias y otros en nuestro blog:
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Email: [email protected]
Contactos:
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www.ocet.org.es
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http://templariosdecristo.blogspot.com/
EDITA: OCET (Orden Católica Española del Temple).
Orden Monástica de San Jerónimo
La Orden de San Jerónimo u Ordo Sancti Hieronymi
es una orden religiosa con ramas masculina y femenina,
aprobada en 1373 en Aviñón por el papa Gregorio XI. Los
monjes son los jerónimos, jerónimas en el caso de las
mujeres.
El padre fundador de esta tradición espiritual es
San Jerónimo. Una de las personalidades más enérgicas,
de los genios más poderosos y de los corazones más
magnánimos que Dios haya creado para su gloria. Fue un
gran enamorado de Cristo y puso todo su empeño en
conocerle más y en imitarle mejor. De aquí sus dos
grandes ideales: la Sagrada Escritura y la vida monástica.
Con este afán entre manos, vivió unos pocos años en el
desierto de Calcis y, después de otras andaduras, se retira
a Belén, donde funda un monasterio en el que se dedica a
las alabanzas divinas, y a estudiar la Palabra de Dios y la
penitencia.
Allí acabaría sus días alrededor del año 419 0 420.
Pero su espíritu pervive en el tiempo por su fama de
santidad y por sus escritos, medios de que se sirvió la Providencia para que durante el siglo XIV
diversos grupos de hombres, en España y en Italia, con deseos de vida perfecta, inspirándose en la
vida y enseñanzas del santo, intentaran vivir su carisma bajo distintos aspectos, dando origen a
otros tantos institutos de vida consagrada. Nos situamos, pues, en el siglo XIV español. Un siglo
decadente bajo todos los aspectos, también el religioso y eclesial. Pero suenan gritos de reforma. Y
aquí es donde hay que colocar los orígenes de la Orden de San Jerónimo, que es uno de los
primeros frutos de esa reforma deseada. Diseminados por distintos puntos de la geografía ibérica
surgen grupos de ermitaños que profesan especial
devoción y tienen un gran deseo de imitar al santo.
Estos ermitaños, entre los que destacan Pedro
Fernández Pecha y Fernando Yáñez de Figueroa, después
de varios años de vida eremítica, consideraron que sería
más provechoso atarse con los lazos de alguna regla
aprobada y deciden abrazar la vida cenobítica. Gregorio XI
les concede esta gracia el 18 de octubre de 1373, les
otorga la Regla de San Agustín, les permite que puedan
hacer constituciones propias y que se llamen hermanos o
ermitaños de San Jerónimo. Desde entonces comienza la
evolución por constituir en monacato regular lo que con
tanta espontaneidad nacía.
Ya en 1415, fecha de la unión de la Orden, pueden
contarse veinticinco monasterios. Siguen las fundaciones,
principalmente en el siglo XVI, hasta llegar a cuarenta y
ocho monasterios cuando llega la revolución liberal del
siglo XIX, habitados entonces por unos mil monjes, que se
ven obligados a abandonar para siempre sus monasterios.
La suerte de estas casas fue muy diversa: los más
acabaron en ruinas, otros fueron rescatados por la Iglesia
o entregados a otras órdenes religiosas, otros quedaron
convertidos en cualquier cosa: fábrica de cerveza, cebadero de cerdos, fincas de recreo...
Pero cuando todavía no habían transcurrido los cien años que el derecho eclesiástico señala
para la prescripción canónica, gracias a las oraciones y a las ayudas de las monjas jerónimas, a las
que no había afectado la exclaustración, en 1925 se obtiene de la Santa Sede un rescripto de
restauración, y ésta comienza en el Monasterio de Santa María del Parral, en Segovia. Mas la
república de 1931 y la guerra civil de 1936-1939 y dificultades de diverso género obstaculizaron la
marcha, hasta que pudo constituirse el gobierno general en 1969.
En la actualidad existen dos comunidades, una en Santa María del Parral y otra en San
Jerónimo de Yuste (Cáceres).La Orden Jerónima es una institución monástica, de tendencia
puramente contemplativa, que en soledad y silencio, en asidua oración y animosa penitencia,
pretende llevar a sus monjes a la unión con Dios, consciente, por otro lado, de que cuanto más
intensa sea esta unión por su propia donación en la vida monástica, tanto más espléndida se hace
la vida de la Iglesia y más vigorosamente se fecunda su apostolado.
Santa María del Parral
En este clima, la vida del monje jerónimo se desarrolla dedicando la mañana al trabajo,
medio normal para subvenir a sus necesidades, para ayudar al hermano necesitado y para
mantener el equilibrio interior. La tarde la dispone para dedicarse con asiduidad a ejercicios de vida
contemplativa e intelectual: oración lectura, estudio... Y en el curso del día, santificando todas las
horas, la celebración cantada de la Liturgia de las Horas -las alabanzas divinas- y la Misa
Conventual, primordial ocupación del jerónimo, que orienta toda su manera de vida, sus leyes y
costumbres. Por otra parte, la hospitalidad es la forma más expresiva de la caridad del monje con el
prójimo.
La experiencia tiene demostrada que es una forma exquisita y eficaz de apostolado. Es
gratificante observar que, en medio de un mundo que introduce inquietud y disipación en el
corazón del hombre, hay quienes, creyentes o no creyentes, llaman a la puerta del monasterio con
el anhelo de vivir un tiempo en la soledad monástica para buscar al menos la paz interior. Por eso
la caridad pastoral impone a la comunidad monástica una fraterna acogida a todo el que quiera
compartir seriamente su vida, siempre que queden garantizados dentro del monasterio la soledad,
el silencio y el orden.
Junto a los Jerónimos, surgen las Jerónimas. Todo un linaje de claras y virtuosas mujeres
que siguen sus huellas, como en otro tiempo las santas Paula y Eustaquia siguen a Jerónimo. La
cosa comienza en Toledo. Un grupo de mujeres de santa vida, entre las que destacan doña María
García y doña Mayor Gómez, empiezan ejercitándose en obras de humildad y caridad y, por fin, se
retiran a una casa de su propiedad para consagrar sus vida a Dios en oración y penitencia. Alma de
esta floración es fray Pedro Fernández Pecha que en 1374 fundaba el Monasterio de Santa María de
La Sisla en las proximidades de la ciudad. Él las atiende, las orienta y les va perfilando su modo de
vida en todo semejante a la recién fundada Orden de San Jerónimo.
Este primer brote dio origen al Monasterio de San Pablo de "beatas de San Jerónimo", como
se las comenzó a llamar. Se mantienen con gran fama de observancia y santidad y propagan por
distintos lugares de España. En la actualidad existen 17 monasterios, la mayoría de los cuales, a
pesar de sus muchos avatares a través del tiempo, perseveran desde su fundación. Otros son de
fundación reciente.
Real Monasterio de Yuste
Los jerónimos se extendieron a Portugal. Igual que en Castilla, recibieron el favor de los
reyes por su austeridad y espíritu de penitencia. El rey Manuel I de Portugal les confió el
Monasterio de Nª Sª de Belén en Lisboa, conocido como Monasterio de los Jerónimos, una de las
cumbres del estilo manuelino. Fue construido para panteón real.
Santa María de Belém
Con más de quinientos años de antigüedad, esta joya del estilo manuelino es uno de los
monumentos más destacados de Portugal Todo un monumento a la grandeza de la Era de los
Descubrimientos, el Monasterio de Santa María de Belém, tal su nombre original, fue construido al
regreso de Vasco da Gama de su histórica aventura marítima.
El montante obtenido con el comercio de las especias impulsó al rey Manuel I a solicitar a la
Santa Sede la autorización para la construcción de un gran monasterio a la entrada de Lisboa, en
las márgenes del Tajo. Manuel I quería, en realidad, utilizarlo como panteón para la dinastía real
Avis-Beja, por él iniciada. Las obras comenzaron en 1501 y se extendieron durante todo el siglo
XVI. Durante su construcción se sucedieron prestigiosos arquitectos: Diogo de Boitaca, João de
Castilho, Diogo de Torralva y Jerónimo de Ruão son algunos de los que participaron en la obra.
Manuel I eligió a los monjes jerónimos para ocupar el monasterio, quienes tenían entre otras,
la función de rezar por el rey y dar asistencia espiritual a los marinos y navegantes que partían al
descubrimiento de nuevas tierras. La orden de los jerónimos se disolvió en 1833 y el monasterio
quedó desocupado y fue incorporado a los bienes del Estado. Hasta 1940 funcionó allí la Casa Pia
de Lisboa, institución solidaria destinada a los niños.
El impresionante conjunto, cuya fachada se extiende más de 300 metros, sufrió en el siglo
XIX una serie de transformaciones, luego de una de las cuales el sector de los dormitorios pasó a
ser la sede del Museo de Antropología.
El portal sur es el centro visual de la fachada que corre paralela al río. Nuestra Señora de
Belém es la figura central en la suntuosa decoración, rodeada de una multitud de profetas,
apóstoles y santos. Se reproducen escenas de la vida de San Jerónimo, y el Arcángel San Miguel
domina el conjunto desde lo alto. Aunque ricamente decorada esta es sólo una puerta lateral.
La puerta principal se
encuentra al oeste. Sobre ella hay
escenas del nacimiento de Cristo, a
la izquierda esculturas del rey
Manuel I y San Jerónimo y a la
derecha, de su segunda esposa, la
reina María, y San Juan Bautista.
Por ella se accede a la nave de la
Iglesia de Santa María de Belém, en
la
cual
destacan
delgadas
columnas que sostienen una
impresionante bóveda nervada de
29 x 19 metros sin apoyatura
central. A cada lado de la nave se
encuentran las tumbas de Vasco da
Gama y del poeta Luis de Camões.
Al otro extremo de la nave se encuentra la capilla mayor, construida en 1572, donde se
encuentra el panteón real. Los restos de Manuel I y su segunda esposa, la reina María, y Joao III, su
hijo, con su esposa, Catalina de Austria, descansan aquí junto a todos sus hijos. La tumba de
Sebastián I está vacía; el joven rey nunca regresó de la batalla de Alcazarquivir... Llaman la
atención un extravagante mausoleo sostenido por elefantes y las pinturas con escenas de la Pasión
de Cristo y la Adoración de los Magos, obras de Lourenço Salzedo.
Los claustros estaban destinados al aislamiento y la oración. De forma cuadrangular y
dispuesto en dos plantas, está completamente decorado con motivos manuelinos: esferas
armilares, cuerdas marineras, cruces de la Orden de Cristo, imágenes religiosas. Desde 1985 se
encuentra en el ala norte la tumba del poeta Fernando Pessoa.
En el refectorio, adosado a la cara oeste del claustro, pueden admirarse una serie de
azulejos con escenas del Antiguo y Nuevo Testamento que decoran la parte inferior de las paredes,
bajo unos gruesos cordones de piedra. Hacia el este se accede a la Sala Capitular, donde se
encuentra la tumba del notable historiador portugués Alexandre Herculano, y a la amplia Sacristía
abovedada, decorada con cuadros representando escenas de la vida de San Jerónimo que datan de
principios del siglo XVII.
Entre la nave de la iglesia y los claustros estaban las puertas de doce confesionarios. El
monje, que llegaba desde el claustro y el penitente, que entraba por la iglesia, estaban separados
por grillas de hierro. De esta forma se aseguraba la asistencia de la confesión a los marineros y
peregrinos.
Por el piso superior de los claustros se accedía al coro alto de la iglesia, donde los monjes
debían permanecer 7 horas diarias dedicándose a la oración, los cánticos y los oficios religiosos.
Aquí destacan especialmente los trabajos de madera tallada.
(Por FLP)
Parque Nacional Lagunas de San Rafael
Imponente. Majestuosa. Así es la Laguna San Rafael, un magnífico escenario. Uno de los
paisajes más hermosos de Chile y del mundo. Una experiencia singular es la travesía por los
fiordos australes.
El Parque Nacional Laguna San Rafael tiene una superficie de 1.742.00 hectáreas y está
ubicado en la zona litoral de Aysén, ocupando parte de la península de Taitao, además de un amplio
sector continental a la altura del Golfo de penas. Se encuentra en la provincia de Aysén, comuna de
Aysén, provincia de General Carrera, comuna de Chile Chico, provincia de Capitán Prat, comuna de
Tortel y Cochrane.
Con 1.742.000 ha. de extensión, este parque
es el más grande de Aysén, e incluye la totalidad de
los Campos de Hielo Norte que dan origen a
innumerables ríos y lagunas. En el parque se
encuentra la cumbre más alta de los Andes
Australes, el Monte San Valentín (4.058 msnm).
Sobre éste y otros cerros se extiende el
campo de hielo dando origen a 19 ventisqueros. Y
es por aquél que lleva su nombre, que el parque se
ha hecho famoso. Impresionante resulta ver a los
enormes bloques de hielo desprenderse del
ventisquero y caer estrepitosamente al agua de la
laguna.
Si bien es cierto el Glaciar San Rafael que
nace en el Cerro San Valentín que con 4.058 mts.
constituye el pico más alto de los Andes australes y
que desemboca en la Laguna San Rafael luego de
45 Km. de recorrido. el Ventisquero y la Laguna son
su mayor atractivo. Este parque alberga una rica
gama de aves, tanto marinas como terrestres, entre
las que destacan el albatros ceja negra, pato huala,
cisne de cuello negro, y cormorán, entre muchos
otros. También se pueden observar toninas, lobos
de un pelo, chungungos y elefantes marinos.
Hermosos paisajes de hielos milenarios, aguas cristalinas y enormes montes es parte de lo
que ofrece el Parque Nacional Laguna de San Rafael a los que osan aventurarse en una navegación
que, sin duda, es algo inolvidable. Incorporado en 1979 a la red mundial de reservas de la biosfera
de la UNESCO por sus valores naturales, el parque reúne la totalidad de los Campos de Hielo Norte
donde se originan numerosos ventisqueros,ríos y lagunas.
La Laguna de San Rafael está rodeada por un perímetro boscoso de gran vegetación, de
notros, ciruelillos, canelos, mañíos, tepas, ciprés de la guaitecas y coigües (Común, de Chiloé y de
Magallanes). Incluso, son muchas las plantas que crecen sobre la masa orgánica en
descomposición. En la rica flora es posible observar coicopihues, chilcos, chaurra, nalcas, musgos
y una especie de verónica que tiene la particularidad de crecer sólo aquí y en Nueva Zelanda.
La avifauna es variada, pudiéndose observar el pato anteojillo, caranca, ganso silvestre,
tordos, remolineras, martín pescador, caranchos y cisnes de cuello negro. Entre los mamíferos
destacan pudú, güiña, chungungo, zorro culpeo y huemul. Existe además una hermosa fauna
submarina, que destaca por su variedad y colorido, entre las que cabe mencionar estrellas,
moluscos y una rara especie de coral.
En la Laguna de San Rafael se
mezclan las aguas del mar con las
provenientes de deshielos y de lluvia. No
son particularmente ricas en nutrientes
orgánicos, lo que se refleja en su relativa
escasez de peces. Uno de los más
comunes es el róbalo, que resiste las
bajísimas temperaturas de la Laguna San
Rafael.
Sus atracciones son, navegar entre
hielos eternos, glaciares y espejos de agua;
observar hermosas especies animales que
habitan el lugar, aventurarse por los
bosques del Parque Nacional Laguna San
Rafael y, por supuesto, tener la oportunidad
de tomarse un whisky con hielos
milenarios recién extraídos de la laguna
constituyen, sin duda, el mayor atractivo de este maravilloso destino. Tampoco se pueden olvidar
las entretenidas actividades que se pueden realizar como montañismo, observación panorámica,
fotografía, pesca, navegación, entre muchas otras. Sin duda este es el lugar ideal para los amantes
de la naturaleza y la aventura.
La gran variedad de actividades recreativas para realizar no le dejarán tiempo para aburrirse.
Una de las principales es la navegación con catamaranes y goletas que realizan la excursión al
parque avanzando al sur para ingresar al Fiordo Aysén; continúan su recorrido por el Canal Costa
hasta internarse en el Estuario Elefantes y finalmente entran en la Laguna San Rafael.
El paisaje es verdaderamente hermoso durante toda la navegación y provoca una inolvidable
sensación al contemplar la majestuosidad de las cumbres que rodean los canales. Para quienes
gustan del velerismo, los canales también son un especial atractivo. Otro imperdible es la
observación de la rica flora y fauna del parque con especies como toninas, chungungos, lobos de
un pelo, elefantes marinos y variadas aves. La flora no se queda atrás ofreciendo una densa
población de árboles, arbustos y hierbas.
Estos maravillosos paisajes son también
el paraíso para la fotografía. Los safaris
fotográficos cobran cada vez más adeptos. Otra
actividad a realizar es el tracking con el sendero
de excursión de 5.500 mts. de longitud
aproximadamente. También es posible hacer
escalamiento y montañismo, siendo una gran
entretención para los más aventureros. La
pesca también es una actividad importante que
adquiere un atractivo especial en este
sobrecogedor paisaje.
La Laguna de San Rafael, fue descubierta
en 1575 por Bartolomé Díaz Gallardo al explorar
el Golfo de Penas. A la laguna se le dio el
nombre de San Rafael porque el día en el cual
llegó allí Díaz Gallardo era el que, según el calendario, estaba dedicado al santo. En la actualidad
mide aproximadamente 16 Km. de largo por 11 de ancho, fue descrita por primera vez hace sólo 300
años, por el navegante español Antonio de Vea. En ese entonces el glaciar no alcanzaba a llegar a
orillas de la laguna San Rafael. Era necesario desembarcar y caminar por el valle para tocar el
frente de hielo. Posteriormente, en 1873, el comandante Enrique Simpson constató que la masa
glaciar ocupaba casi tres cuartas partes de la Laguna San Rafaell. En apenas 200 años, el frente del
glaciar había avanzado más de 10 kilómetros. No obstante, pronto éste inició una veloz retirada y
en 1950 la masa de hielo apenas penetraba un par de kilómetros en la Laguna San Rafael.
Retrocediendo a una velocidad de 150 a 200 metros anuales, en 1982 el frente del glaciar ya había
comenzado a replegarse hacia el valle y en 1985 la pared de hielo estaba casi medio kilómetro más
atrás, enmarcándose este proceso dentro de la disolución general de las masas de hielo que se
observa en el hemisferio sur. Es probable que en pocos años más la masa de hielo se haya retirado
por completo de la Laguna San Rafael, con lo cual el paisaje de la zona cambiaría radicalmente.
La Laguna de San Rafael está ubicada frente a una importante falla geológica, en una zona
donde la corteza terrestre sufre constantes cambios, especialmente de choque y desplazamiento.
Al parecer, en esta región habrían ocurrido una serie de terremotos, los más importantes en 1837,
1910 y 1930, a consecuencia de lo cual el terreno cercano al macizo andino habría descendido
varios metros. Como resultado de ello las aguas invadieron los terrenos antes ocupados por
densos bosques, como hoy lo testimonian infinidad de troncos muertos.
Acercarse al glaciar es una tarea difícil. Para ello es necesario sortear infinidad de témpanos
que ocultan bajo el agua su inmenso tamaño. Al acercarse a la gran pared de hielo, el escenario se
vuelve cada vez más sobrecogedor. Cuando se desprende un trozo de hielo del glaciar se produce
un ruido estremecedor y también es un espectáculo impresionante el surgimiento de enormes
masas de hielo provenientes de la base del glaciar, gigantescos bloques que alcanzan el tamaño de
un edificio.
Luego de desprenderse, los hielos quedan flotando libremente en la Laguna de San Rafael y
adoptan formas increíblemente bellas, cual imponentes esculturas de cristal. El volumen que ocupa
el hielo bajo el agua, es casi nueve veces mayor que el hielo sobre la superficie y por ello los
témpanos constituyen una de las mayores amenazas para los barcos, que deben buscar
cautelosamente el correcto track de la navegación.
Gerardo A. González Escobedo (Prior OCCTCH)
(I)
Creación del escudo de Cataluña
En el momento de la caída del Imperio Romano, en Barcelona se establecieron los
Visigodos, Ataúlfo, su rey, en el S. V la hizo capital de su imperio que se extendía desde la Galia a
Hispania. Cuando la capital del reino visigodo fue trasladada de Barcelona Toledo, Barcelona
ocupó un papel secundario. Fue invadida por los musulmanes en el S. VIII, y en 801 fue
conquistada por los francos al frente de ellos estaba Luís El Piadoso.
Fue es ese momento cuando se trazó el destino de Barcelona. El Garraf se convirtió en la
frontera con la España musulmana y Barcelona se convirtió en la avanzada del imperio militar
franco, la llamada marca Hispánica. Los francos dividieron la marca en condados al mando de un
marqués, que en repetidas ocasiones fue el Conde de Barcelona. Hagamos un poco de historia de
los gobernantes:
Wifredo el Velloso: (878-897) mantuvo hereditario el título de Conde de Barcelona, recibido
de su padre y unió bajo su mandato a otros cuatro Condados catalanes.
Wifredo Borrell: (897-911) Extendió sus dominios al sur del río Llobregat
Sunyer: (897-947) consolidó las posesiones del Penedés
Borrell II: (947-992) fue atacado por Almanzor, que destruyó Barcelona en el 985, pidió auxilio
al rey franco, no siento atenida su demanda (como siempre los franceses tan buenos vecinos) tuvo
que abandonar su soberanía. Debido a este hecho, Barcelona pasó a ser capital de un estado
independiente en el año 988.
Como anécdota o leyenda se dice que a la inminente entrada de Almanzor en Barcelona, las
monjas de Monasterio de Sant Pere de les Puel-les, se cortaron la nariz para que de esta manera no
fueran violadas por las huestes musulmanas ante tal fealdad, pero…., le salió mal, las degollaron a
todas.
Ramón Borrell: (992-1018)
Berenguer Ramón I: (1018-1035) y Ramón Berenguer I El Viejo (1035-1076) consiguieron de
una forma definitiva la hegemonía del Condado independiente de Barcelona, el País que pronto
recibiría el nombre de Catalunya, La Catedral románica fue el monumento que señala su
consolidación como capital de Catalunya, siguiendo así hasta nuestros días, Se conservan restos
arqueológicos de esta catedral y del Palacio Condal.
Ramón Berenguer II: (1076-1082) y Berenguer Ramón
(1076-1096) los dos hermanos reinaron conjuntamente,
completaron los dominios catalanes de Barcelona.
Ramón Berenguer III El Grande (Este Conde fue
Caballero Templario) (1096-1131) engrandeció de una forma
considerable los dominios. Con su matrimonio unió
Catalunya al Condado de Provenza. Arrebató a los
musulmanes Balaguer y Tarragona e hizo tributario al
gobernador de Mallorca e Ibiza.
Ramón Berenguer IV: (1131-1162) extendió sus dominios
sobre el Languedoc con el de Bearn. Conquistó Lleida y
Tortosa (que fueron plazas Templarías). Por matrimonio,
unió Catalunya con Aragón.
Alfonso I de Barcelona (II de Aragón): hijo del anterior
(1162-1196) Empezó la lista de los Condes Reyes Catalanes.
Unió Catalunya, Aragón y la Provenza. Bearn, Bigorra,
Carcassone, Beziers, Nimes y Niza.
Pedro I El Católico (II de Aragón): su hijo (1196-1213) Fue soberano de toda la parte sur de la
Francia actual. Perdió la vida en la cruza contra los albigenses en Muret, cerca de Tolosa. A
consecuencias de este desastre. los dominios de las Casa de Barcelona. Que hasta entonces
habían constituido en estado en los Pirineos, quedaron reducidos a la parte peninsular
En el territorio francés solo conservaron el Rosellón, el territorio de la Vall d´Aran y Montpellier. Por
esta época, Barcelona todavía encerrada en los muros romanos, tenía ya un número importante de
suburbios o villas, a extramuros.
Jaime I El Conquistador; (1213-1276) cambió la forma de la Casa de Barcelona y, en lugar de
buscar territorios hacia el norte, se dedicó al dominio del Mediterráneo.
En 1129 conquistó Mallorca (con la ayuda de un contingente de la Orden del Temple), en 1235, Ibiza,
y en 1238 el Reino de Valencia, (también ayudado por Los Templarios).
A partir de entonces, la Casa de Barcelona aglutinó cuatro coronas: la del Condado
Soberano de Barcelona, llamado Principado de Catalunya, las coronas reales de Aragón, Mallorca y
Valencia. Bajo su reinado, se extendió extraordinariamente Barcelona, construyéndose una
segunda muralla que acogía los barrios de Sant Pere y Santa María del Mar.
Pedro II El Grande (III de Aragón): (1276-1285) completó la política marítima de su iniciada
por su antecesor, anexionando Sicilia, que quedo unida a la dinastía Barcelonesa hasta el S. XV.
Este rey inició la construcción de les Drassanes o astilleros Barceloneses (actualmente
magníficamente conservadas).
Alfonso II (III de Aragón): (1285-1291) continuó la misma política de las expediciones
mediterráneas.
Jaime II El Justo: (1291.1327) durante su reinado se marcó el apogeo de la dinastía Real de
Barcelona y de la cultura catalana medieval. Recibió el dominio de Cerdeña y Córcega. En su
reinado fueron construidas las más importantes iglesias góticas de Barcelona y el Monasterio de
Pedralbes.
Alfonso III (IV de Aragón) (1327-1336) puso la primera piedra de la iglesia gótica de Santa
María del Mar.
Pedro III El Ceremonioso (IV de Aragón) (1336-1387) llevó a cabo una política imperialista,
reuniendo bajo su mando los dominios de las distintas ramas de la Casa de Barcelona en Mallorca,
el Rosellón, Sicilia y Cerdeña, recibiendo de los almogávares la soberanía sobre Grecia
(recordemos que al mando de los almogávares estaba Roger de Flor, Almirante de la marina
Templaría en su día, posteriormente asesinado). Construyó la parte principal y relevante del Palacio
Real Mayor (Saló del Tinell) completó Les Drassanes e hizo construir una tercera muralla que ya
incluía el barrio de El Raval, al otro lado de la Rambla.
Juan I: (1387-1396) llamado “amador de la gentileza” por
ser una amante del arte, la literatura y los deportes. Implantó en
Barcelona el refinamiento de la corte francesa y fundó la fiesta
“dels Jocs Florals”.
Martín I El Humano: (1396-1410) hermano del anterior,
presidió la construcción del Hospital de la Santa Creu. Fue el
último rey de la dinastía de Barcelona, murió sin sucesión, el
compromiso de Caspe otorgó sus reinos al nieto de Pedro El
Ceremonioso. Con Martín el Humano termina la dinastía de los
Condes y reyes de la Casa de Barcelona.
El Condado de Barcelona, creado por los reyes francos de
la dinastía Carolingia, se convirtió en hereditario desde Wilfredo
el Velloso. En el 988, su descendiente Borrell II se declaró
soberano independiente. Desde mediados del S. XI la dinástica
de los Condes de Barcelona gobernó en toda Catalunya.
En el S. XII, Ramón Berenguer III ciñó la corona de Provenza y su hijo Ramón Berenguer IV
asumió el título de Príncipe de Aragón.
La dinastía adquirió dignidad real con su hijo Alfonso I. La Casa de Barcelona tuvo trece
reyes, que convirtieron la ciudad, entre los S. XI y XV en la capital del imperio marítimo.
Posteriormente con la llegada de distintas dinastías Barcelona perdió la capitalidad de la
monarquía, hecho que continúa en nuestros días.
Durante más de cinco siglos el Mons Taber fue sede de la monarquía catalana y centro
político de la confederación de estados acogidos bajo esta institución. La Catedral y el Palacio Real
simbolizan las dos cimas de la sociedad medieval de Barcelona.
Decadencia
Durante el S. XVI aún continuaron residiendo en el Mons Taber los lugartenientes de Carlos
V y Felipe II, pero en esta misma época se trasladaron hacia la zona marítima de Barcelona, allí se
instalaron los virreyes hasta 1714 y posteriormente las capitanías generales. El antiguo Palacio
Real fue convertido en convento. El barrio medieval quedo sumido en el olvido.
Biografías de los Reyes más relevantes de la Barcelona Medieval
ATAÚLFO. Rey de los visigodos entre 410 al 415. Hijo de Alarico II de la dinastía baltínga fue
nombrado rey a la muerte de su primo y cuñado. Alarico I
Se desconoce el nombre de su primera esposa de las que tuvo seis hijos. Su segunda
esposa, Gala Placídia era hija del emperador romano Teodosio I el Grande
De 410 al 412 se conoce muy poco de su vida, se sabe que cuando fue coronado tenía la
intención de destruir el poderío romano y fundar un Imperio Gótico. Emigró con su pueblo a Italia y
dirigiéndose a las Galias.
En el 412 contacta con el emperador Honorio y firma una alianza. Este fue el comienzo del
reino visigodo como estado permanente. Se le considera como el artífice del poder político
visigodo.
En enero de 414 se casa con Gala Placídia, que tenía como prisionera, en Narbona, por el rito
romano. Esta unión produjo la ira de Honorio, cortándole los víveres procedentes de los puertos en
su poder, lo que obliga a Ataúlfo a abandonar la Galia en el 415 en dirección a Hispania. A
principios del 415 es asesinado, no se sabe exactamente quién fue el responsable del regicidio.
WILFREDO EL VELLOSO (GIFRÉ EL PILÓS). Hijo de Sunifredo de Urgel, Conde de Urgel y la
Cerdanya (886-897) por Luis el Piadoso y de Barcelona, Girona, Narbona, Nimes, Agde, Beziers y
Magalona en 844 por el rey franco Carlos el Calvo.
Wilfredo pertenecía a un linaje hispanogodo de la
región de Carcassone (se dice que nació cerca de Prades,
en el Condado del Conflent, actualmente el Roselló
francés).
Conde de Urgel y Cerdanya en 870, recibe en 8678
los condados de Barcelona, Girona y Besalú de manos de
los reyes carolingios.
Wilfredo fue el último Conde de Barcelona
designado por los monarcas francos y el primero que legó
sus estados a sus hijos. De esta forma se crea la base
patrimonial de la Casa Condal de Barcelona.
A él se le tiene que atribuir la independencia de los
Condados Catalanes respecto al reino franco creando una
vasta base patrimonial. Una de las acciones más relevantes
fue la repoblación de la plana de Vic (878-881) una extensa
“tierra de nadie” situada entre los dominios carolingios y
los musulmanes, posteriormente se convertiría en el
Condado de Osona. Allí fueron fundados los monasterios
de Ripio y Sant Joan de les Abadesas, restaurando el
Obispado de Vic.
La leyenda dice que era hijo de Wifredo de Arria,
caballero de la villa del mimo nombre, cerca de Prades e el
Conflent, era uno de los soldados de la Septenania baja
soberanía franca. Por lo tanto la tradición ha situado el
nacimiento de Wilfredo en ésa localidad conocida
actualmente como Ria en el Rosellón francés. Pero
estudios posteriores de los monjes benedictinos autores
de “Histoire genérale de Languedoc” se considera que
Wilfredo era hijo del ya mencionado Sunifredo, noble
hispanogodo.
La investidura por parte de Carlos El Calvo en 870,
de Wilfredo como Conde de Urgel y Cerdanya y de su
hermano Miró como Conde de Conflent.
Rebelándose Bernardo de Gothia contra Carlos el
Calvo, Wilfredo el Velloso ayudado por su hermano Miró,
esto pudo pasar a principios del 878, la rebelión fracasó. En
agosto en el Concilio de Troyes presidido por el Papa Juan
VIII y por el rey Luís el Tartamudo se tomaron decisiones
religiosas y políticas. Estuvieron presentes Wilfredo el
Velloso, Miró, Suñer II y Oliba II como personalidades
políticas, y los Obispos de Elna, Girona, Barcelona y Urgel
como eclesiásticas de la Gothia.
Wilfredo fue investido Conde de Barcelona. Osona,
Girona y Besalú siendo separados los de Narbona, Beziers
y Agde. SU hermano Miró recibió el Condado de Rosellón.
Wilfredo cedió la administración de Besalú a su
hermano Radulfo (878-920) Sunifedro será abad de Arlés y Riculfo Obispo de Elna.
MUERTE DE WIFREDO EL VELLOSO
En 883 o 884 los musulmanes se sintieron amenazados por la expansión de Wifredo el
Velloso, que estableció posiciones en Cardona, Osona, Bergadá y en Vall de Lord y puertos
avanzados en el Valle de Cervelló al sur del río Llobregat.
La frontera del Condado pasaba al norte de Solsona, posiblemente por
Besora, Tantallatge y Correá; la de Berga, por Sorba, Gargalla y Serrateix; y la de
Osona, por Cardona, Manresa y Montserrat. Por lo cuál Lérida fue fortificada por
los Banu Qasi. Wilfredo lo tomó como una provocación atacando la ciudad
gobernada por el valí Ismail ibn Musa. El ataque fracasó, haciendo los
musulmanes una matanza entre los atacantes.
El sucesor de Ismail, Lobo Ibn Muhammad atacó Barcelona un tiempo
después. Wilfredo moriría en la lucha el 11 de agosto de 897, sus restos reposan
en el Monasterio de Ripoll.
A Wilfredo se le atribuye el origen de la bandera de Catalunya, la
Cuatribarrada, esta leyenda tiene su origen en este texto “…pidió el conde Iofre
Valeroso al emperador Lois que le diese armas que pudiese traher en el escudo,
que llevaba dorado sin ninguna divisa. Y el emperador viendo que había sido en
aquella batalla tan valeroso que, con muchas llagas que recibiera, hiziera
maravillas en armas, llegándose a él, y mojóse la mano derecha de la sangre
que le salía al conde, y passó los quatro dedos ansí ensangrentados encima del
escudo dorado, de alto a baxo, haciendo quatro rayas de sangre, y dixo “Estas
seran vuestras armas conde” Y de allí tomó las quatro rayas, o bandas, de
sangre en el campo dorado, que son las armas de Cathaluña, que ágora
dezimos de Aragón”
RAMÓN BERENGUER III. Hijo de Ramón Berenguer II, sucediéndole como Conde de
Barcelona. Después de un tiempo de gobernar con su tío Berenguer Ramón II “El Fratricida” que
murió en la Primera Cruzada posiblemente en 1099, pasó el Condado a su cargo, asesorado por un
consejo de nobles. Este grupo de barones estaba encabezado por Gerau Alemany de Cervelló,
Guillém Ramón de Moncada y Ponç Guieraru de Cabrera, entre otros más.
Uno de los proyectos de esa época fue la conquista de Tortosa (recordemos la actuación de
los Templarios en la misma). Debido a la juventud e inexperiencia de Ramón, le fue dado el mando
de la campaña a Arnau II de Pallars Sobirá. Parece ser que Tortosa fue asediada en 1095, no se
pudo conquistar. Por su parte Ramón Berenguer encabezó un ataque a Oropesa en 1098, con la
intención de ayudar a los musulmanes rebeldes al gobierno del Cid Campeador. Pero fue
levantado el asedio posiblemente debido a un pacto entre Ramón Berenguer y el Cid, que concluyó
con el compromiso de Ramón Berenguer con María, una de las hijas del Cid.
MARTÍN I de ARAGÓN, El HUMANO
Nació en Girona en 1356 y murió en Barcelona en 1410. Segundo
hijo de Pero IV de Aragón y de Leonor de Sicilia. Martín contrajo
matrimonio en 1372 con María de Luna hija de Don Lope, el primer conde
de Luna, naciendo en 1374 su primer hijo y heredero Martín el Joven.
En 1375 fallece su madre, heredando los derechos de Sicilia,
reforzando su posición mediante el matrimonio entre su hijo y heredero
con María de Sicilia. Dado que los dos eran menores de edad, l matrimonio
no se celebró hasta 1390. Martín I sería nombrado señor y regente de
Sicilia en 1380.
Su reinado estuvo marcado por el Cisma de Occidente que dividía la
cristiandad desde 1378- Fue partidario de los papas de Aviñón, que le
apoyaron en su pretensión al reino de Sicilia frente a los Anjou, partidarios
de los papas de Roma.
Martín falleció en Barcelona el 31 de mayo de 1410el trono estaba sin descendencia legítima,
abriéndose un intervalo de dos años en el surgieron disputas por el otro hasta seis pretendientes,
entre ellos Fadrique de Luna y se solucionó en 1412 con el Compromiso de Caspe que sería
elegido.
Jaume Mestres y Capitán
Restaurante Balansiya
El restaurante Balansiya abrió sus puertas en febrero de
2004 en un apacible paseo peatonal ajardinado de la zona
Universitaria dels Taronjers convirtiéndose en el primer
restaurante árabe de tradición andalusí en Valencia.
Para conocer la cocina árabe más exquisita no es
necesario cruzar el estrecho, en Valencia el Restaurante
Balansiya nos ofrece una cocina magrebí de máxima calidad. Es
un viaje en el tiempo hacia uno de nuestros pasados más
esplendorosos. Al Andalus fue la cuna de una de las culturas
más refinadas del mundo. La gastronomía era un placer, una
fuente de salud, un viaje de dimensiones misteriosas.
En el restaurante Balansiya, que toma el nombre de la
Valencia musulmana, se recuperan nuestras raíces culinarias
con la cocina halal y el sabor andalusí.
Aquí encontramos para deleite de nuestro paladar
bebidas desaparecidas como el xarab, que era un delicioso y
refrescante cóctel de frutas, especias, flores y hierbas;
ingredientes desgraciadamente marginados como las flores o
algunas plantas; elaboraciones de platos olvidados como el antecesor del gazpacho o los fideos
secos y también algunos postres de la tradición andalusí que se han mantenido hasta nuestros
días, el arroz con leche, al arnadí, los turrones o los pestiños.
La calidad de los ingredientes es de primera. Alimentos frescos cuidadosamente
seleccionados en los mejores mercados de la ciudad o traídos de Marruecos, Francia y Egipto,
completamente saludables, si aditivos, conservantes ni colorantes por lo que los olores, texturas y
sabores son los propios y genuinos.
. Al mismo tiempo merece ser destacado
el hamza exquisito respeto por la tradición con la
que se cocinan los platos. La elaboración a cargo
de Rachid Ben-Hamza Zhim Candil, profesional
de la cocina árabe-andalusí desde hace más de
diez años nos ofrece la posibilidad de disfrutar lo
esencial de nuestra herencia árabe.
Hasta el último detalle del ambiente y la
decoración nos conduce a nuestro pasado. La
vajilla que se utiliza es la vidriada andalusí, las
telas fueron hechas expresamente para el
restaurante en telares de descendientes de
andalusíes y hay una impresionante alfarería
bereber hecha por las mujeres del Riff que se
remonta a la Protohistoria.
Por Gabriel Mediano Arribas
ª
Dejamos la primera parte de este
monográfico dedicado al Proceso Inquisitorial
de Zugarramurdi, cuando los acusados eran
conducidos a la prisión de Logroño.
Este proceso duraría dos años, es decir,
hasta el año 1610. De los treinta y un brujos
encausados solo quedaron dieciocho ya que
hubo dos epidemias y murieron, y los
cadáveres se guardaron cuidadosamente para
después echarlos a la hoguera. Había más
gente que estaba implicada pero no
confesaban ser brujos y esos también fueron
procesados, así que hacían un total de
cincuenta y tres personas. Doce mujeres
fueron quemadas en la hoguera. A los demás
se les impuso otras penas.
Son de conocimiento público los
“suaves” medios de persuasión empleados por
la Inquisición. Los acusados comenzaron a
charlar hasta por los codos, ya sea por la tortura o por la simple amenaza de ella. Además,
delatando y firmando o poniendo una cruz, porque la mayoría eran analfabetos, declaraciones que
les ponían delante y que no entendían por estar aterrados, semiinconscientes o, simplemente,
porque estaban escritas y leídas en castellano, lengua que desconocían, ya que en esa zona y en
esa época se hablaba sólo el euskera, salvaban su vida. No era esto una solución total porque se
comprenderá cuál sería el futuro en una pequeña aldea de una persona que había confesado ser
bruja, por más perdón de la Inquisición que hubiera habido. El ostracismo, o la muerte civil.
Marcados para siempre, ellos y sus familias.
Las acusaciones así como las confesiones son tan absurdas e increíbles, que sólo pudieron
ser creíbles en audiencias ya predispuestas a escuchar esas confabulaciones, por ser de público
conocimiento las atrocidades antinaturales atribuidas a los brujos. Envenenamientos, creación de
tempestades, necrofagia, vampirismo, sacrificios rituales. En los aquelarres, palabra de origen
vasco que significa “prado del chivo” ocurría de todo de orden sexual y criminal.
Los inquisidores no debieron quedar muy convencidos de la existencia de brujería en
Zugarramurdi porque, de los cuarenta encarcelados, sólo quemaron a ocho, que o bien no
quisieron arrepentirse ni delatar a nadie o no se les dio la oportunidad, mas cuatro fallecidos en
prisión por causas naturales a quienes quemaron después de muertos. Los objetivos se lograron:
se calmó la agitación popular, persuadiéndoles de que ya no había más brujos en la zona; se
reafirmó la autoridad de la Inquisición para castigar brujos, herejes y demás; se proporcionó una
macabra diversión al pueblo, se dice que acudieron cerca de 20.000 personas a Logroño, llegadas
hasta de reinos vecinos.
Como resultado del Auto de Fe, además de los ajusticiados, hubo de todo: azotados,
desterrados, condenados a prisión perpetua, a remar en galeras por varios años, todo el arsenal,
para servir de ejemplo y diversión al pueblo presente. Estas fueron las penas leves aplicadas a los
arrepentidos y a los delatores. Hubo algunas absoluciones, pero ya se sabe a qué costo social.
Confiscación de bienes, a casi todo el mundo. Era la primera medida que se tomaba al detener a un
sospechoso.
Lamentablemente del archivo de la antigua
Inquisición de Logroño ha desaparecido la parte más
considerable, porque en el siglo XIX, al tiempo de la
guerra de la Independencia, fue objeto de destrucción.
Así pues, no se poseen la suma de documentos que se
relacionan con el famosísimo auto de fe de 1610, y
durante mucho tiempo no se habló de él. Lo que sí ha
llegado a nosotros es una relación de los hechos
impresa y reimpresa luego varias veces, con notas de
Moratín. Esta Relación refleja el punto de vista de dos
de los tres jueces y provocó el revuelo
correspondiente. Tuvo incluso ecos literarios y
artísticos.
En esta Relación se habla de los antecedentes
que influyeron en los jueces. La fama de la montaña de
Navarra como país lleno de brujas viene arraigada de
fines del siglo XV. Los literatos españoles se hacen
eco de ella. Y en algún modo, esta fama, fundada en
hechos más o menos legendarios, sirven para
justificar actuaciones reales. El miedo a las brujas y
brujos estaba muy extendido en la zona vasconavarra,
pese a que alguna autoridad eclesiástica, ya desde
antiguo, había querido prevenir con sus escritos
contra la tendencia a dar una realidad absoluta a lo
que se decía de sus actuaciones. Pero estos discretos
avisos, que arrancaba de tiempos muy anteriores al
Medioevo, chocaban, no sólo con las preocupaciones
vulgares o populares, sino también con la tesis mantenida en distintas partes de Europa desde el
siglo XIV por muchos jueces, tanto civiles como eclesiásticos, que escribieron libros
perniciosísimos sobre el particular: con el "Malleus maleficarum" a la cabeza, haciendo gala de una
credulidad inconmensurable. Hay, pues, que echar un tanto de culpa a los libros eruditos y menos
a las opiniones vulgares, cuando se busca el origen de ciertas actuaciones, como la que tuvieron
dos de los inquisidores de Logroño.
En la Relación se especifica que el 13 de febrero
de 1609 los inquisidores de Logroño, don Alonso Becerra
Holguin y don Juan de Valle Alvarado, escribían al
Consejo de la General Inquisición de Madrid, remitiendo
los procesos de seis brujas y brujos. El 12 de enero
anterior habían recibido noticia de una gran complicidad
de brujos y brujas del pueblo de Zugarramurdi, que
consideran, inexactamente, situado en "Navarra la baxa".
Vistos los autos, se instruyeron sobre el asunto,
estudiando lo provisto por el Consejo en estos casos y
también las cartas relativas a otros hechos parecidos de
1526 (14 de septiembre) y 1555 (12 de septiembre y 2 de
octubre).
La cabeza de la complicidad era una tal Graciana
de Yriart con dos hijas y dos yernos, que, en efecto,
habían confesado al vicario de Zugarramurdi que eran
brujos y apóstatas. Pero luego se presentaron en Logroño
y en la audiencia que se les dio a cada uno, aisladamente,
dijeron que iban a pedir justicia, porque en realidad, no
eran tales brujos: "dijeron, añaden los inquisidores, que
venían en busca de su verdad porque la justicia de
aquella tierra procedía contra ellos y los quería hacer grandes castigos porque habían confesado
ante el Vicario y otras personas que eran brujos, pero que ellos no lo eran y que les levantaban
falsos testimonios y que si ellos lo habían dicho y confesado era porque los apretaron y
amenazaron mucho si no los decían afirmándolo todos y cada uno por sí".
Lo bueno es que el hombre que había llevado a Graciana, sus hijas y yernos a Logroño como
guía fue recibido también por los inquisidores mismos y declaró contra aquéllos, diciendo que eran
brujos en efecto, pero que en Zugarramurdi no había justicia que los atacase. Como Graciana y sus
parientes querían acogerse al trato benigno que se daba a los acusados de brujos que se
presentaban espontáneamente al Santo Oficio, y las acusaciones eran fuertes y como, por otra
parte, eran pobres, los inquisidores ordenaron su prisión y resolvieron enviar los autos con las
calificaciones de la culpa encontrada a Madrid, antes de que la prisión se llevara a efecto.
El 11 de marzo de 1600 contestaron los señores del Consejo de Madrid, indicando en su
breve carta los nombres de algunos de los encausados principales. Devolvían las causas e incluían
un papel con un cuestionario dividido en catorce preguntas que decía:
Cuevas de Zugarramurdi
"Preguntas que se han de hacer a los reos y testigos en materia de brujas”.
1. En que días tenían las juntas y cuanto tiempo estaban en ellas y a qué hora iban y volvían
y si estando allá o yendo o viniendo oían campanas o perros o gallos del lugar más cercano y a
cuanto estaba el lugar más cercano de la parte donde se juntaban.
2. Si sabían los días y horas en que se habían de juntar; o, si había alguna persona que las
avisaba y llamaba y quien era.
3. Si tenían maridos, o mujeres, padres o madres, parientes y criados y si dormían en un
mismo aposento y si las echaban de menos alguna vez o veces o que es la causa porque no las
echaban de menos o si alguno de los susodichos las han reñido por esto.
4. Si criaban de leche y si llevaban las criaturas consigo, o; a quien las dejaban
encomendadas o que es lo que hacían de ellas.
5. Si iban vestidas o desnudas y donde dejaban los vestidos y si los hallaban en la misma
parte o en otra.
6. Cuanto tiempo tardaban en ir desde sus casas al lugar de las juntas y que espacio y
trecho hay hasta allá y si topaban a ida o vuelta con algunas personas y si iban deprisa o despacio
por sus pies o en pies ajenos cada una a la ida y a la vuelta y si estando en las juntas vieron pasar
o atravesar por la parte donde se hacían algunos caminantes pastores u otras personas.
7. Si yendo o viniendo a las dichas juntas o estando en ellas por nombrar el nombre de I.H.S
(Jesucristo) o por otra causa se han deshecho las juntas o quedándose en el camino sin poder el
demonio darles más ayuda.
8. Si se juntan para ir a dichas juntas y en que parte y si dicen algunas palabras y cuáles y
con qué ungüento y de que se hace y quien la hace y si tienen el ungüento o las cosas de que se
hace y diciendo que la tienen la harán buscar y hallado lo muestren a médicos y boticarios para que
declaren la confección de que está hecha y los efectos que naturalmente pueden nombrar.
9. Si para ir era necesario que se untasen o si fueron alguna vez y podían ir sin untarse.
10. Si entre junta y junta se comunicaban unos con otros tratando de lo que había pasado en
la junta o juntas y de cuando había de haber otra junta o de otras cosas tocantes a esto.
11. Si se confesaban en ese tiempo y si
confesaban estas cosas a sus confesores y
cuantas veces las confesaron y si recibían el
Santísimo Sacramento y cuantas veces lo
hicieron y si decían oraciones de cristianos y
cuáles.
12. Si tenían por cierto que iban corporalmente
a las dichas juntas o si con el dicho ungüento
se adormiesen y se les imprimen las dichas
cosas en la imaginación o fantasía.
13. Si resultaban muertes de niños o de otras
personas, o haber sacado los corazones a los
niños, se procure verificar estos delitos y actos
con testigos.
14. Cuando examinen algún testigo o
pregunten los cómplices y a cada uno
cómplices le pregunten lo mismo para
contestan en los actos y delitos y
complicidad, para que mejor se
reo le
de los
ver si
en la
pueda
averiguar y aclarar la verdad."
Este cuestionario refleja la opinión de muchos de los inquisidores españoles que, ya en el siglo
XVI, no sólo dudaban de la realidad de los actos atribuidos a las brujas, sino que creían que, en su
mayoría, eran ilusiones, aunque a veces diabólicas. Podía incluso admitirse que en casos obraba
sobre su conciencia alguna materia o sustancia natural, extraída de hierbas.
(Por FLP)
La pasada semana otro nuevo libro editado por la OCET ocupó
nuestra biblioteca.
En esta ocasión el hermano Jaume Mestres nos deleita con las
imágenes captadas por el objetivo de su cámara y nos lleva a recorrer
la Cataluña del siglo XII-XIII.
Es el Volumen V de la colección “La Cataluña Templaría”, que
sin duda se convierte en una pequeña joya de cualquier biblioteca y
que como siempre podrá encontrar y reservar en nuestra web.
UNIDAD NAVIDEÑA
Este año tras una iniciativa, (no
importa de quien), se ha confeccionado una felicitación de Navidad
internacional, firmada por varias congregaciones de la Orden del
Temple, entre las que se encuentran la OSMTH, SMOTH-MIT, SOMTH,
Commenda Templaría San Giovanni Baptista, Magnus Prioratus
Chilenum Templi, y la participación especial de la >soberana y Militar
Orden Hospitalaria de San Ignacio de Loyola, con ello se pretende
dar un mensaje de Paz y Amor y de Unidad Templaría.
Este año quizás vino tarde la idea, pero esperamos que el año
venidero seamos muchos más los que firmemos este mensaje de
unidad.
SOLEMNE INVESTIDURA DE LA SMOTH-MIT
Los días 12 y 13 de noviembre los hermanos de la SMOTH-MIT celebraron su segunda y
última investidura del año. Sin necesidad de publicitar el evento a los cuatro vientos, sin grandes
anunciados, vinieron a demostrar que cuando las cosas se hacen bien y con fe, todo sale como
debe de salir, sin sorpresas. Lamentablemente la OCET no pudo estar presente por problemas
personales, pues según noticias que
nos han llegado, han sido unas jornadas
inolvidables, llenas de fraternidad.
No podía salir nada mal dado que
la Reliquia de la Cruz Pectoral de
Berenguer de Bellvis, último Maestre de
Aragón, que protegió en todo momento
la investidura. Felicidades a los nuevos
caballeros.
(Por FLP)
Pedro II El Católico de Aragón
Pedro II de Aragón, el Católico (Huesca, julio de 11781 Muret (actual Francia) 13 de septiembre de 1213), rey de Aragón,
conde de Barcelona (1196-1213) y señor de Montpellier (12041213). Hijo de Alfonso II el Casto de Aragón y Sancha de Castilla
y de Polonia.
Nació en el mes de julio de 1178 en Huesca, ciudad en la
que estaba su padre Alfonso II que ese mismo mes otorgó al
menos dos documentos. Recibió el bautismo en la catedral de
Huesca. Su infancia transcurrió en la capital altoaragonesa
criado por su ama Sancha de Torres.
En líneas generales, el reinado de Pedro II estuvo
dedicado a la política en los territorios transpirenaicos con
limitados resultados y finalmente fracasada, lo que, aparte de la
merma crónica de recursos financieros y el endeudamiento de la
corona durante su reinado, determinó una menor atención a la
frontera hispánica, logrando apenas alguna posición avanzada
en territorio andalusí, como Mora de Rubielos (1198), Manzanera
(1202), Rubielos de Mora (1203), Camarena (1205) y Serreilla, El
Cuervo, Castielfabib y Ademuz (1210), si bien jugó un papel
político de apoyo a una acción cristiana conjunta que frenara la
fuerza del poder almohade en la península, y participó
activamente junto a Alfonso VIII de Castilla y Sancho VII de
Navarra en la campaña que culminó en la batalla de Las Navas
de Tolosa 1212, un triunfo cristiano, según muchos decisivo, y
de gran resonancia ya en aquellos momentos.
Pedro II renovó el vasallaje de Aragón a San Pedro (al igual que ya hicieran tiempo atrás
Sancho Ramírez y Pedro I) con su coronación por el papa Inocencio III en el monasterio de San
Pancracio de Roma en noviembre de 1204, adquiriendo también el compromiso de la concesión al
Papado de una suma anual. Esta política de legitimación papal le convirtió en el primer monarca del
reino que fue coronado y ungido. A partir de él y por concesión de la Santa Sede en bula dictada el
6 de junio de 1205, los monarcas aragoneses serán coronados en la Seo de Zaragoza de manos del
arzobispo de Tarragona tras solicitar la corona al Papa (formalidad que implicaba el permiso de
Roma), haciéndose extensiva esta prerrogativa a las reinas en 1206.
Casado en 1204 con María de Montpellier, un matrimonio guiado por sus intereses en el
mediodía francés que le proporcionó la soberanía sobre la ciudad de Montpellier, su escasa vida
marital estuvo a punto de crear una situación de crisis sucesoria por falta de heredero. La reina
María dio finalmente un hijo, Jaime I, que garantizó la continuidad de la dinastía aunque hubo un
intento de divorcio, que el Papa no concedió, para casarse con María de Montferrato, heredera
nominal del reino cruzado de Jerusalén, por entonces inexistente ya en la práctica,
Pedro II no renunció a la política en Occitania y con él se dan, a la vez, la culminación y el
fracaso de esa política en la Corona de Aragón que, heredada de la casa condal de Barcelona desde
el siglo XI y las campañas con ayuda de magnates ultrapirenaicos de Alfonso I de Aragón, su padre
Alfonso II había acrecentado en su doble condición de Conde de Barcelona y Rey de Aragón.
Ramón Berenguer I había iniciado, en oposición a los condes de Tolosa, una política de
penetración en Occitania del condado de Barcelona con la adquisición de los territorios de los
condados de Carcasona y Rasés (más tarde perdidos a manos de los Trencavel),, que continuó en
el siglo XII con Ramón Berenguer III y IV consolidando su posición en la zona como condes de
Provenza y obteniendo, entre 1130 y 1162, el vasallaje de numerosos señores en la zona.
Alfonso II, en el contexto de
expansión almohade (que actuaba de freno
a la expansión hacia el sur en la Península
Ibérica), pero ahora también como primer
soberano titular de la Corona de Aragón (lo
que le proporcionaba una base de poder
territorial más amplia) había reforzado su
presencia
en
Occitania
frente
al
expansionismo del condado de Tolosa y
estuvo “a punto de crear un reino pirenaico
que englobara las cuencas del Ebro y del
Garona”. Pedro II será quien con más
decisión lo intentará hacer realidad,
culminando la tradición dinástica occitana
ahora en un nuevo contexto de alianzas
ante el intento de expansión en la zona de
otra monarquía rival, la francesa.
Así pues, pese a que el condado de
Provenza, perteneciente a la Casa de
Barcelona, había sido asignado a su
hermano Alfonso II de Provenza, Pedro II
mantuvo su actividad en aquel complejo tablero de intereses marcado por su atomización política,
el intento de expansión francesa sobre ella, el desarrollo del catarismo y los consiguientes
conflictos con el Papa interesado en erradicarlo e imponerse en la zona.
Así pues, pese a que el condado de Provenza, perteneciente a la Casa de Barcelona,
había sido asignado a su hermano Alfonso II de Provenza, Pedro II mantuvo su actividad en aquel
complejo tablero de intereses marcado por su atomización política, el intento de expansión
francesa sobre ella, el desarrollo del catarismo y los consiguientes conflictos con el Papa
interesado en erradicarlo e imponerse en la zona. En 1206.
A lo largo de los siglos XII y XIII, la influencia del catarismo, una confesión cristiana con
orígenes en Asia Menor y los Balcanes (paulicianos y bogomilos), se había ido extendiendo en el
occidente latino y consolidado con fuerza en la llamada Occitania o territorios del actual mediodía
francés, donde se estructuró una Iglesia cátara con varios obispados y cuyo epicentro era la zona
de la ciudad de Albi, por lo que también se le denomina movimiento albigense. La situación de
coexistencia con esta iglesia rival, tolerada por los poderes de la zona (situación favorecida por la
atomización del poder político y la ausencia de un centro de poder efectivo en Occitania, nunca
logrado por el condado de Tolosa), amenazaba allí la hegemonía de la Iglesia romana.
Al mismo tiempo la prosperidad occitana despertaba la ambición expansionista de la
monarquía francesa de los Capetos y de sus baronías de la Isla de Francia, dispuestos a servirse de
cualquier argumento para intervenir en los territorios de la Langue d'oc. Por su parte, el papa
Inocencio III encontraba en la monarquía francesa el medio más favorable de atajar la «herejía» y
reducir a sus prosélitos a la obediencia a Roma, por lo que se mostró siempre complaciente y
predispuesto a favorecer las empresas del rey francés, a quien también apoyará en la batalla de
Bouvines y en sus conflictos con Inglaterra. De esta comunión de intereses surgió la cruzada
contra los albigenses que se empezó a fraguar a inicios del siglo XII y que finalmente el papa
predicó en toda la cristiandad latina, con especial éxito en la Isla de Francia, legitimando al
monarca francés en su política expansiva al enviar contra los territorios occitanos, considerados
heréticos por Roma, un poderoso ejército mandado por Simón de Montfort bajo la denominación de
Cruzada.
El acontecimiento que desató el conflicto fue el asesinato en enero de 1208 de Pierre de
Castelnau, enviado a Toulouse como legado papal para mediar en nombre de Roma, que indujo al
Papa a excomulgar al conde de Toulouse y promulgar la cruzada contra los albigenses. La guerra
«relámpago» en 1209 se dirigió inicialmente contra los vizcondados de la dinastía occitana
Trencavel, donde se produjo la brutal toma de Beziers, con una matanza generalizada sin distinción
de credo que quedó luego ilustrada en la célebre frase atribuida por las crónicas al legado papal
Arnaud Amaury.
Esta fase inicial de la cruzada acaba con el sitio
y la subsiguiente toma de la ciudad de Carcasona en el
verano de 1209, tras lo cual le eran otorgadas al
cruzado francés Simón de Montfort, por el propio
legado papal, las tierras sometidas de la familia
Trencavel. Desde sus nuevas posesiones mantendría
una política de ataques y asaltos a los señoríos de la
zona (incluido el fracasado intento de toma de
Toulouse en 1211) y comenzaba la persecución y
quema de cátaros a través de la Inquisición, creada expresamente por Roma en 1184 con el objetivo
de erradicar la llamada herejía cátara o albigense.
La situación creada generó entre los poderes occitanos un sentimiento de amenaza y
repulsa ante la intervención francesa y la cruzada que era propicio para que Pedro II el Católico,
como rey y vasallo del Papado desde 1204, pudiera obtener una posición de prestigio en la zona
actuando como intercesor ante el Papado y protector ante Simón de Montfort (ya en la toma de
Carcasona de 1209 evitó una matanza negociando con los cruzados una expulsión de los cátaros),
prestigio acrecentado con su participación exitosa contra los musulmanes en las Navas de Tolosa.
Habiendo obtenido el vasallaje del conde de Toulouse, Raimundo VI, y de otros poderes de la zona,
desplegó una política de pacificación concertando el matrimonio de su hijo, el futuro Jaime con la
hija de Simón de Monfort, entregándole a éste, como garantía, la tutela del joven príncipe y único
heredero del linaje, que permaneció en
Carcasona. Asimismo negoció con Arnaud
Amaury, ahora obispo de Narbona y también
presente en la campaña de las Navas, la
convocatoria de un sínodo en Lavaur para
intentarla reconciliación.
LA CÉLEBRE BATALLA DE MURET
Tras el fracaso de la reconciliación
entre occitanos y Simón de Montfort, Pedro II
se declaró protector de los señoríos
occitanos amenazados y de Toulouse. Pese a
que su hijo permanecía bajo tutela en poder
de Simón de Montfort y la excomunión de
Inocencio III, que había optado finalmente por
apoyar la causa francesa, reunió finalmente
un ejército aragonés y catalán con el que
pasó los Pirineos y junto a los aliados
occitanos puso cerco a la ciudad de Muret,
donde acudió Simón de Montfort. Partiendo
de una situación ventajosa en cuanto a
fuerzas y avituallamientos, en la campaña,
parece ser, sus huestes actuaron con
precipitación y desorganización sin esperar
la llegada de todos los contingentes.
Resultaría muerto al ser aislado por los
caballeros franceses en un combate en el que
el rey ocupaba una posición de peligro en la
segunda escuadra, en lugar, según era lo
habitual, de situarse en la retaguardia. La
muerte del rey trajo el desorden y la
desbandada entre las fuerzas tolosanoaragonesas y la consiguiente derrota. Muret
supuso el fracaso y abandono de las
pretensiones de la Corona de Aragón sobre
los territorios ultrapirenaicos y, según el
autor Michel Roquebert, el final de la posible
formación de un poderoso reino aragonésoccitano que hubiera cambiado el curso de la
historia de España.
Languedoc
Excomulgado por el mismo el Papa que lo coronó, permaneció enterrado en los
Hospitalarios de Toulouse, hasta que en 1217 el Papa Honorio III autorizó el traslado de sus restos
al panteón real de Santa María de Sigena en Huesca, donde fue enterrado fuera del recinto sagrado.
Muerto Pedro II, Simón de Monfort mantenía aún en custodia a Jaime, el heredero al trono,
que había quedado en ese mismo año de 1213 huérfano de padre y de madre, al morir también la
reina María de Montpellier con sólo 33 años en Roma, donde había viajado para defender la
indisolubilidad de su matrimonio.
Ante esta situación, los nobles aragoneses y catalanes posiblemente solicitaran la
restitución del joven heredero a Simón de Montfort. Se envió una embajada del reino a Roma para
pedir la intervención de Inocencio III quien, en una bula y por medio del legado Pedro de
Benevento, exigió contundentemente a Simón de Montfort la entrega de Jaime que se produjo
finalmente en Narbona en la primavera de 1214, donde le esperaba una delegación de notables de
su reino, entre los cuales se encontraba Guillem de Montrodó, maestre del Temple en Aragón
encargado de su tutela.
Siendo un niño, Jaime I de Aragón cruzará por primera vez los Pirineos para ser, junto a su
primo, Ramón Berenguer V de Provenza, formado y educado con los templarios de Aragón en
Monzón, deteniéndose antes en Lérida, donde le juran fidelidad unas Cortes conjuntas de Aragón y
Cataluña.
Cuenta la leyenda que en la batalla de Muret había una clara consigna avalada por una buena
recompensa, matar al rey, Simón de Montfort sabía que si caía el soberano la batalla estaba ganada.
Los soldados buscaban todos al rey, pero claro cubierto con la cota de malla y el yelmo no era
fácilmente reconocible, comenzó a surgir un reclamo al que el rey acudiría, se empezó a oír: “El rey
es un cobarde que se esconde entre sus soldados y el yelmo, no da la cara”, mientras atacaban a
uno de considerable estatura que creyeron el rey, el monarca al oír y ver esto, descubriéndose
grito: “El rey soy yo”, a lo cual cayeron sobre él todos los que pudieron dándole muerte.
(Por FLP)
(2ª Parte)
La espada consta de la hoja y la empuñadura. El término de vaina designa la cubierta de la
hoja de la espada, donde reposa cuando no está en uso.
Hoja: Tres tipos de ataques pueden
realizarse con la hoja: punzar, cortar y rasgar. La
hoja puede tener doble filo o un solo filo; esta última
puede tener un falso filo cerca de la punta. Al
manejar la espada, el filo verdadero o lado más largo
es el que se usa para punzadas en recto o
estocadas, mientras que el filo falso o lado más
corto se emplea para contraatacar. Algunas
empuñaduras tienen el filo en la parte más larga, en
tanto que las empuñaduras más simétricas permiten
el intercambio del lado corto y del lado largo
simplemente girándola.
La
hoja
puede
tener
muescas
o
acanalamientos conocidos como fullers o abatanadores, que dan ligereza a la hoja y permiten a su
vez mantenerla fuerte y rígida. La hoja puede estrecharse de forma más o menos aguzada hacia la
punta, utilizada para punzar. La parte de la hoja entre el centro de percusión (CoP) y la punta se le
conoce como punto débil de la hoja. La sección entre el centro de balance (CoB) y la empuñadura
es conocida como punto fuerte de la hoja. La sección entre el CoP y el CoB es la parte media de la
hoja. El ricasso u hombro es la pequeña sección de la hoja inmediata hacia la guarda que se
encuentra completamente sin filo, y puede ser presionada con un dedo para aumentar el control de
la punta. Muchas espadas no tienen ricasso. En algunas armas largas, como la Zweihänder
alemana, una cubierta de piel envuelve al ricasso, y un espadachín puede extender ahí su dedo
para manejar mejor la espada en combate cercano.
El ricasso contiene normalmente la marca del herrero de la espada. En las hojas japonesas,
esta marca aparece en la espiga (parte de la hoja que se extiende dentro de la empuñadura) bajo el
mango. En el caso de una espiga de cola de rata, el herrero de la espada suelda una delgada vara al
final de la hoja hacia la guarda. Esta varita llega hasta la empuñadura (finales del siglo XX y
construcciones posteriores). Esto ocurre de manera más común en réplicas decorativas, o espadas
baratas de ornato. Las espadas tradicionales no usan este método de construcción, ya que puede
romperse fácilmente el punto de soldadura.
En la elaboración tradicional, el herrero de la espada forja la espiga como parte de la
espada. Las espigas tradicionales van a través de la empuñadura, dándole mayor durabilidad que la
espiga cola de rata. Los herreros colocan dicha espiga al final del pomo de la espada, o en
ocasiones sueldan la empuñadura con la espiga y la parte final de esta la atornillan al pomo de la
espada. Este estilo es conocido como de espiga estrecha u oculta.
Las réplicas modernas, menos tradicionales, de las espadas tienen en ocasiones el pomo
atornillado, o una nuez del pomo sujeta la empuñadura y permiten desmantelarla. La espiga
completa (más común en cuchillos y machetes) tiene el mismo ancho que la hoja y cuenta con el
mismo grosor del mango. En las espadas europeas o asiáticas vendidas en la actualidad, muchas
espadas anunciadas como de espiga completa son en realidad de espiga cola de rata.
A partir del siglo XVIII, la espada se creó para cortar, esto es, la parte afilada de la hoja se
curvaba con un radio igual a la distancia del cuerpo del espadachín que la iba a usar. Esto permitía
que la hoja tuviera un efecto de sierra más que de simple corte. En las espadas europeas, que se
usan con toda la longitud del brazo, su radio de curvatura era de aproximadamente un metro. Las
espadas de Medio Oriente, al usarse con el brazo flexionado, tenían un radio más pequeño.
Empuñadura. Por empuñadura se comprende toda la parte de la espada que permite el
control y manejo de la hoja y consiste del mango, el pomo y una guarda simple o elaborada. Las
espadas de la era post-vikinga constaban únicamente de una guarda cruzada (llamada empuñadura
en cruceta). El pomo, además de mejorar el balance de la espada y del mango, podía usarse como
un instrumento de ataque en el corto alcance. El pomo también podía tener borlas o nudos de la
espada. La espiga es la extensión de la estructura de la hoja a través de la empuñadura.
Espadas de un solo filo y espadas de doble filo. Como ya se ha indicado anteriormente, los
términos espada larga, gran espada y la Claymore gaélica se relacionan a una era en especial, y
cada término designa un tipo particular de espada. Una espada es en sentido estricto una hoja
recta de doble filo diseñada para cortar y rasgar. Sin embargo, de manera general, el término se ve
modificado por las diversas influencias culturales. Casi todos los investigadores designan a las
espadas de un solo filo, como las armas asiáticas, con la palabra de espada, por el prestigio que
comparten de sus contrapartes europeas.
Los europeos también se refieren de manera
frecuente a sus espadas de un solo filo como espadas,
incluyendo a los sables y floretes. Los otros términos
(cimitarra, mandoble, florín, tranchete, chafalote,
espada mortuoria) son para referirse en esencia al
mismo tipo de arma, pero la diferencia de nombre se
debe a sus distintos usos en distintas épocas.
Espadas a una mano. Espadas de la Edad del
Bronce, longitud 60 cm, un solo filo. Espadas de la
Edad del Hierro, Xifos, Gladius y Jian, similares en
forma a las espadas de la Edad del Bronce. Spatha
longitud de 80 a 90 cm. El arma clásica de la Europa
medieval, de entre 85 y 115 cm.
Espada suiza Baselard del Medioevo tardío,
Cinquedea italiana del Renacimiento y la Katzbalger
alemana esencialmente reintrodujeron la funcionalidad
de la Spatha, coincidiendo con el fuerte movimiento
cultural de la emulación del mundo clásico.
Las espadas de cortar y rasgar del Renacimiento,
parecidas a las antiguas espadas pero mejor
balanceadas para un mejor corte.
Las espadas ligeras para duelo, como la daga y
la espada pequeña, aún vigentes hoy en día. Espada corta japonesa o Wakizashi. La Ida de la tribu
yoruba del oeste de África. También usada como espada a dos manos. La Cimitarra árabe, similar al
shamshir persa. El Kalis o Kris del este de la India, con una hoja de doble filo de 80 a 90 cm. La
Katana de Japón, con una hoja de un sólo filo, orientada fuertemente hacia el corte.
La Ninjato, también japonesa, era recta, un poco más larga en el mango y un poco más corta
en la hoja, haciéndola levemente tosca pero mucho más practica dependiendo de la habilidad del
usuario; los espías y a la vez asesinos profesionales del Japón feudal conocidos como Ninjas, la
utilizaban mas como herramienta que como arma en sí, debido a su estricto entrenamiento en evitar
el conflicto y el combate innecesario.
(Por María de la Sierra)
¡Sin Jesús no hay Navidad!
En estos vertiginosos tiempos que nos ha
tocado vivir parece que está de moda todo aquello
que nada o poco tenga que ver con Jesús, con la
Religión Católica y con la Iglesia.
Una prueba reminiscente de ello es la
proliferación de fiestas paganas o infieles que se han
ido acomodando en nuestro país. Una por la
cantidad ingente de emigrantes y por la diversidad
de culturas, otra por la pasividad de unos
gobernantes de medio pelo como son los que
gobiernan España desde hace muchos años. Y eso
sin contar con fiestas infieles que ahora aparecen en
los almanaques de alguna comunidad española, o la
fiesta de Halloween , no señor aquí honramos a los difuntos y ese día lo dedicamos a rogar por
ellos, no a disfrazarnos y enviar a nuestros niños a casa de los vecinos a pedir chuches.
Recuerdo cuando para los españoles Papa Noel tan solo era un muñequito muy simpático
que algunos, los que ponían Árbol de Navidad, colgaban en él, o en cualquier sitio de la casa haya
donde hubiese adornos navideños. Hoy ese señor de rojo con barba blanca ya no nos parece tan
simpático a muchos, ya se le ve en demasiados sitios, que vas al centro comercial, allí está, si vas
aquí te lo encuentras, si vas allá igualmente, lo vemos en los balcones a tamaño real.
Sin embargo cada vez hay menos belenes públicos, gracias a las asociaciones de belenistas
y a muchos aficionados esta tradición perdura. Por eso yo desde aquí quiero pediros que
mantengáis la tradición, que la transmitáis a vuestros hijos. Yo por el momento así lo seguiré
haciendo y religiosamente y como manda la tradición lo montaré el día de la Purísima y ahí estará
hasta el día de la Candelaria, en el mes de febrero. Yo como cada año montaré este impresionante
Belén, que no solamente mide 4X3 mts., sino que además está totalmente realizado a mano, de
forma artesanal, y ahí en la imagen os dejo la muestra.
Y por favor recordar siempre que… ¡Sin Jesús no hay Navidad!
(Por FLP)
Natividad, una película agradable y correcta,
bienintencionada y de factura convencional,
apropiada para estas fechas por su mensaje
religioso y humano, que gustará a un público
amplio por su tono amable y complaciente, y
también por la cuidada ambientación
No resulta fácil llevar a la pantalla una
historia tan popular como la vida de Jesucristo, y
no sólo porque sea conocida por todos en sus
más nimios detalles sino porque cada espectador
se habrá forjado su propia visión de los hechos,
que difícilmente coincidirá con la que el director de
turno le muestre. Además, un tema religioso
siempre es susceptible de levantar ampollas al
afectar a lo más hondo de la persona, y es fácil
que uno se sienta decepcionado si esperaba
mayor profundidad espiritual en el dibujo de los
personajes o una fidelidad escrupulosa a los
textos y a la tradición, o por el contrario porque
deseara una mayor libertad y riqueza imaginativa
al interpretar lo que los Evangelios han dejado sin
apuntar.
La historia comienza con el Rey Herodes
(rey de Judea durante el reinado de César
Augusto) y su temor a que se cumpliera la profecía
del Mesías del Antiguo Testamento. Obsesionado
con la idea de perder su reinado, ordenó la infame
Masacre de los Inocentes, es decir, el asesinato de
todos los niños varones de menos de dos años en
la ciudad de Belén. Siguiendo el rastro de la
profecía, la película retrocede un año al Santo
Templo de Jerusalén.
Dirección: Catherine Hardwiche.
País: USA.
Año: 2006.
.
Género: Drama.
Reparto: Keisha Castle-Hughes, (María),
Oscar Issac (José), Hiam Abass (Ana), Shaun Toub
(Joaquín), Alexander Siddig (Arcángel Gabriel),
Nadim
Sawaha
(Melchor),
Eriq
Ebouaney
(Baltasar), Stefan Kalipha (Gaspar), Said Amadis
(Tero), Stanley Townsend (Zacarías), Ciarán Hinds
(Herodes), Shohreh Aghdashloo (Isabel).
Guión: Mike Rich.
Producción: Wyck Godfrey y Marty Bowen.
Música: Mychael Danna.
Fotografía: Elliot Davis.
(Por FLP)
(CARCASSONE)
En el año 800 aC. la ciudad de Carcassone, situada en una colina, se convirtió en un
importante centro comercial.
La ciudad empezó a ser importante estratégicamente cuando los romanos fortificaron la
colina sobre el 100 aC. convirtiéndolo en un centro administrativo de la colonia “Julia Carcaso”,
posteriormente denominada como “Carcasun y Carcaso” . Las murallas de septentrión son de esa
época.
Sobre el S. VII, fue ocupada por los visigodos, construyendo más fortificaciones, aún
conservadas. Los ataques perpetrados por los francos fueron rechazados con éxito.
Los musulmanes tomaron Carcassone en el 725, el rey Pepino el Breve los expulsó en el 759,
cediéndola a Bellón, primer Conde de Carcassone y fundador de las ramas dinásticas de las casas
Condales de Barcelona y Occitania (recordemos que varios condes de Barcelona fueron
Templarios) y descendiente de la nobleza visigoda.
El condado fue heredado por su hijo Guisclafredo de Carcassone, en el año 810 que murió
sin descendencia, pasando a manos de su hermano Oliba I, a su muerte le sucedió su hijo Alfredo I
de Carcassone.
En 1067 por un matrimonio pasó a ser propiedad de Raimundo Bernardo de Trencavel,
vizconde de Albi y de Nimes. En siglos venideros los Trencavel formaron alianzas unas veces con
los Condes de Barcelona y otras con los de Tolosa. A finales del S. XII, el vizconde de Carcassone
era feudatario del rey de Aragón, Alfonso II. Los Trencavel construyeron el castillo condal y la
basílica de San Nazario.
Carcassone destacó en la cruzada contra los albigenses cuando la ciudad era un feudo de
los cátaros. En agosto de 1209 el ejército cruzado de Simón de Montfort rindió la ciudad después
de quince días de asedio, tomando prisionero a Raimundo Roger de Trencavel, convirtiéndose en el
nuevo vizconde, amplió las fortificaciones y Carcassone se convirtió en una ciudadela de la
frontera entre Francia y la Corona de Aragón. En el año 1213, la batalla de Muret entre Simón de
Monfort y el rey Pedro II de Aragón fue ganada por el primero, marcando el principio de la
dominación del los reyes de Francia sobre Occitania.
En 1240 Ramón Trencavel II hijo de Ramón Roger de Trencavel hizo el intento de
reconquistar sus antiguas posesiones, no consiguiéndolo fue expulsado junto con los que le
apoyaron. Carcassone pasó a estar de una forma definitiva bajo el mando del rey de Francia en
1247, cuando Ramón Trencavel II renunció definitivamente a su título de vizconde entregado el
sello familiar.
Luís IX, perdonó a los que secundaron la revuelta
y les fue permitido volver a Carcassone, pero debían
quedarse en la orilla occidental del río, fundándose así la
parte nueva de la ciudad al pié de la colina, llamada la
“Ciudad Baja o la Bastída de San Luís”.
Luís IX y su sucesor, Felipe III, construyeron las
fortificaciones exteriores, por ese tiempo la fortaleza era
considera como inexpugnable. Durante la Guerra de los
Cien Años, Eduardo, El Príncipe Negro, no pudo tomar
la fortaleza hasta 1355, aunque si tomaron la ciudad
baja.
Se cree que la primera iglesia fue construida en el
S. VI bajo el reinado de Theodoric, regente del reinado
de los visigodos. El primer escrito en que menciona esta
iglesia se remonta al año 925.
El 12 de junio de 1096, el papa Urbano II viaja a
Carcassone para bendecir la catedral de Saint-Nazaire y
Saint-Celse.
El edificio se terminó en la primera mitad del S.
XII. Actualmente solo subsiste la nave y los laterales de la catedral románica. El crucero y el coro
gótico fueron construidos donde se asentaba el coro románico en 1269, fecha en la cual, Luís IX
concede al obispo el derecho de sobrepasar en tres metros y cincuenta cms. Sobre la vía pública.
Los trabajos se concluyen en el S. XIV bajo los episcopados de Pierre de Rochefort (13001321) y de Pierre Rodier (1323-1321).
Probablemente en la 2ª década del S. XII se abriera una puerta al nivel de la tercera bovedilla
del lateral norte.
BODEVA DE LA NAVE – S. XI y XII: La nave
románica está compuesta de seis bovedillas. La
nave solo estaba iluminada al principio por
estrechos ventanales abiertos en las paredes
colaterales y también por pequeños orificios
abiertos en la pared oeste. La decoración de los
capitales es variada, molduras, palmetas, lazos, etc.
La nave se une con el crucero gótico, que
reemplazó al románico en 1270.
CRUCERO Y CORO – de 1269 1330 y S. XVII:
Fueron edificados en el lugar del coro románico
entre 1269 y 1330. Tiene 36 metros de largo, cada
brazo está compuesto de tres bovedillas
rectangulares terminadas al este en tres capillas.
Dichas capillas están decoradas con grandes
vitrales, algunos datan del S. XIV.
ROSA SUR – principios del S. XIV: La rosa
sur del crucero gótico contiene las armas del
obispo Pierre de Rochefort . Los colores son más
claros que los de la rosa norte, lo matices se funden
en color malva. La cruz central representa a Cristo
Rey, contiene animales que simbolizan a los cuatro
evangelistas y a los padres de la Iglesia. Pedro se
reconocible por las llaves del cielo y de la tierra,
Pablo por su espada.
VITRALES DEL CORO (S. XIII-XIX): Cinco
vitrales iluminan el coro, con la vida de Cristo en el
centro del S. XVI. Las columnas de ábside y el coro contienen 22 estatuas representando a los
apóstoles a la virgen y varios santos.
TUMBA DEL OBISPO RADULPHE- S. XIII: La
tumba del obispo Razouls o Radulphe (1255 1266) fue
descubierta en 1839, en la capilla que el prelado había
hecho construir en 1260. En la pared occidental su
esfinge se despega del medio -relieve de un nicho.
Revestido de ornamentos, sujeta un báculo y bendice
con la mano derecha. Debajo, bajo un friso de hojas,
tres líneas dan información sobre la muerte del obispo.
La parte inferior del sarcófago representa a doce
canónigos rodeando la cama del difunto, mientras una
mujer ora. El jefe de la obra se permitió la licencia de
poner un ángel desternillándose de risa.
TUMBA DE PIERRE DE ROCHEFORT S. XIV y XIX:
Este obispo descendía probablemente de una familia
hereje de la Montaña Negra. Durante su mandato la
catedral recibe la rosa sur y se termina la bóveda del
crucero sur. Su tumba está situada en la capilla entre la
nave y el crucero norte. El obispo está representado en
la pared oeste rodeado del archidiácono de la diócesis
de Pons de Castillón y del Archiduque Gasc de
Rochefort.
PIEDRA DE ASEDIO: Es un
fragmento
de
bajo-relieve
que
representa un asedio, en la pared oeste
del crucero, data de la primera mitad del
S. XIII. Varias hipótesis se han
formulado acerca de lo que representa
este relieve, principalmente de la muerte
de Simón de Montfort. Violet le Duc y
varios de sus sucesores ha discrepado
sobre su autenticidad.
ÁRBOL DE JESSE – Finales del S.
XIII o principios del XIV: La capilla de la
Virgen, en el brazo norte del crucero,
está iluminada por un vitral consagrado
árbol de Jesse, alegoría genealógica del
pueblo cristiano a través de la
ascendencia de Cristo. Esta vidriera se
ha de ver en forma ascendente. Debajo,
en el centro Jesé está dormido, de su
costado sale el árbol genealógico que representa los siete antecesores principales de Jesús, el rey
David, Salomón, Roboam, Abias, Asá, Josafat Joram. Al lado de cada antecesor los profetas miras
las diferentes generaciones subiendo hasta la llegada del Mesías. En el tímpano de la ventana,
Cristo aparece entre la Virgen y el apóstol Juan.
ÁRBOL DE LA VIDA- Principios del S. XIV y 1853: La capilla Sainte-Croix, está iluminada por
una vidriera consagrada al árbol de la vida, tomado de las meditaciones de San Bonnaventure
(1221-1274) acerca de las virtudes de Cristo. El tronco central se eleva y sus ramas conducen a las
doce virtudes. En la cima del árbol Cristo aparece clavado sobre la cruz. Se convierte así en el árbol
de la vida eterna.
ÓRGANO – de 1637-1639, 1680-1687, 1772-1775 y 1982-1985: Pasadas las guerras de religión.
El obispo Vitalis de Lestang (1621-1652) ordena instalar un órgano por Crespín Verniole. De esa
época es la parte central de la caja, realizada por dos ebanistas carcasoneses, Jean Rigail y Jean
Melair. El órgano fue reconstruido en 1680 y 1687 por Jean de Joyeuse, ampliado, en 1772-1775, por
Jean de Cavaillé. De 1900 a 1904, Michel Roger altera el instrumento dejando intactos la mayor
parte de la cañonería.
Vuelve a ser restaurado en 1982 1895 por Barthélemy Formentelli, quién retorno el material de
origen e hizo una copia de la cañonería antigua.
Jaume Mestres y Capitán
(Fotografías originales)
Edita OCET

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