Revista OCET Nº 019 Dic. DCCCXCII
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Revista OCET Nº 019 Dic. DCCCXCII
REVISTA Nº 019– DIC. 2010 “ORDEN CATÓLICA ESPAÑOLA DEL TEMPLE” ANNO TEMPLI DCCCXCII Sumario: PORTADA OTRAS ÓRDENES (Orden Monástica de San Jerónimo). LAS MARAVILLAS DE CHILE (Parque Nacional Laguna de San Rafael). LA BARCELONA MEDIEVAL (I). SITIOS CON ENCANTO (Restaurante Balansiya – Valencia). LAS BRUJAS DE SUGARRAMURDI (2ª Parte), PERSONAJES CÉLEBRES. (Pedro II El Católico de Aragón). HISTORIA DE LA ESPADA (2ª Parte). RINCON TEMPLARIO (Sin Jesús no hay Navidad). ¡¡¡VA DE CINE!!! (Natividad). LA BASILICA DE SAINT-NAZAIRE Y SAINT-CELSE – CARCASSONE. Editorial: Jaume Mestres i Capitán. Director de edición. Federico Leiva i Paredes. Editor. Colaboradores: Gerardo Arturo González Escobedo. (Prior OCCTCH-OCET) Publicación de artículos: Email: [email protected] Publicación de noticias y otros en nuestro blog: Email: [email protected] Contactos: www.ocet.org.es [email protected] [email protected] http://templariosdecristo.blogspot.com/ EDITA: OCET (Orden Católica Española del Temple). Orden Monástica de San Jerónimo La Orden de San Jerónimo u Ordo Sancti Hieronymi es una orden religiosa con ramas masculina y femenina, aprobada en 1373 en Aviñón por el papa Gregorio XI. Los monjes son los jerónimos, jerónimas en el caso de las mujeres. El padre fundador de esta tradición espiritual es San Jerónimo. Una de las personalidades más enérgicas, de los genios más poderosos y de los corazones más magnánimos que Dios haya creado para su gloria. Fue un gran enamorado de Cristo y puso todo su empeño en conocerle más y en imitarle mejor. De aquí sus dos grandes ideales: la Sagrada Escritura y la vida monástica. Con este afán entre manos, vivió unos pocos años en el desierto de Calcis y, después de otras andaduras, se retira a Belén, donde funda un monasterio en el que se dedica a las alabanzas divinas, y a estudiar la Palabra de Dios y la penitencia. Allí acabaría sus días alrededor del año 419 0 420. Pero su espíritu pervive en el tiempo por su fama de santidad y por sus escritos, medios de que se sirvió la Providencia para que durante el siglo XIV diversos grupos de hombres, en España y en Italia, con deseos de vida perfecta, inspirándose en la vida y enseñanzas del santo, intentaran vivir su carisma bajo distintos aspectos, dando origen a otros tantos institutos de vida consagrada. Nos situamos, pues, en el siglo XIV español. Un siglo decadente bajo todos los aspectos, también el religioso y eclesial. Pero suenan gritos de reforma. Y aquí es donde hay que colocar los orígenes de la Orden de San Jerónimo, que es uno de los primeros frutos de esa reforma deseada. Diseminados por distintos puntos de la geografía ibérica surgen grupos de ermitaños que profesan especial devoción y tienen un gran deseo de imitar al santo. Estos ermitaños, entre los que destacan Pedro Fernández Pecha y Fernando Yáñez de Figueroa, después de varios años de vida eremítica, consideraron que sería más provechoso atarse con los lazos de alguna regla aprobada y deciden abrazar la vida cenobítica. Gregorio XI les concede esta gracia el 18 de octubre de 1373, les otorga la Regla de San Agustín, les permite que puedan hacer constituciones propias y que se llamen hermanos o ermitaños de San Jerónimo. Desde entonces comienza la evolución por constituir en monacato regular lo que con tanta espontaneidad nacía. Ya en 1415, fecha de la unión de la Orden, pueden contarse veinticinco monasterios. Siguen las fundaciones, principalmente en el siglo XVI, hasta llegar a cuarenta y ocho monasterios cuando llega la revolución liberal del siglo XIX, habitados entonces por unos mil monjes, que se ven obligados a abandonar para siempre sus monasterios. La suerte de estas casas fue muy diversa: los más acabaron en ruinas, otros fueron rescatados por la Iglesia o entregados a otras órdenes religiosas, otros quedaron convertidos en cualquier cosa: fábrica de cerveza, cebadero de cerdos, fincas de recreo... Pero cuando todavía no habían transcurrido los cien años que el derecho eclesiástico señala para la prescripción canónica, gracias a las oraciones y a las ayudas de las monjas jerónimas, a las que no había afectado la exclaustración, en 1925 se obtiene de la Santa Sede un rescripto de restauración, y ésta comienza en el Monasterio de Santa María del Parral, en Segovia. Mas la república de 1931 y la guerra civil de 1936-1939 y dificultades de diverso género obstaculizaron la marcha, hasta que pudo constituirse el gobierno general en 1969. En la actualidad existen dos comunidades, una en Santa María del Parral y otra en San Jerónimo de Yuste (Cáceres).La Orden Jerónima es una institución monástica, de tendencia puramente contemplativa, que en soledad y silencio, en asidua oración y animosa penitencia, pretende llevar a sus monjes a la unión con Dios, consciente, por otro lado, de que cuanto más intensa sea esta unión por su propia donación en la vida monástica, tanto más espléndida se hace la vida de la Iglesia y más vigorosamente se fecunda su apostolado. Santa María del Parral En este clima, la vida del monje jerónimo se desarrolla dedicando la mañana al trabajo, medio normal para subvenir a sus necesidades, para ayudar al hermano necesitado y para mantener el equilibrio interior. La tarde la dispone para dedicarse con asiduidad a ejercicios de vida contemplativa e intelectual: oración lectura, estudio... Y en el curso del día, santificando todas las horas, la celebración cantada de la Liturgia de las Horas -las alabanzas divinas- y la Misa Conventual, primordial ocupación del jerónimo, que orienta toda su manera de vida, sus leyes y costumbres. Por otra parte, la hospitalidad es la forma más expresiva de la caridad del monje con el prójimo. La experiencia tiene demostrada que es una forma exquisita y eficaz de apostolado. Es gratificante observar que, en medio de un mundo que introduce inquietud y disipación en el corazón del hombre, hay quienes, creyentes o no creyentes, llaman a la puerta del monasterio con el anhelo de vivir un tiempo en la soledad monástica para buscar al menos la paz interior. Por eso la caridad pastoral impone a la comunidad monástica una fraterna acogida a todo el que quiera compartir seriamente su vida, siempre que queden garantizados dentro del monasterio la soledad, el silencio y el orden. Junto a los Jerónimos, surgen las Jerónimas. Todo un linaje de claras y virtuosas mujeres que siguen sus huellas, como en otro tiempo las santas Paula y Eustaquia siguen a Jerónimo. La cosa comienza en Toledo. Un grupo de mujeres de santa vida, entre las que destacan doña María García y doña Mayor Gómez, empiezan ejercitándose en obras de humildad y caridad y, por fin, se retiran a una casa de su propiedad para consagrar sus vida a Dios en oración y penitencia. Alma de esta floración es fray Pedro Fernández Pecha que en 1374 fundaba el Monasterio de Santa María de La Sisla en las proximidades de la ciudad. Él las atiende, las orienta y les va perfilando su modo de vida en todo semejante a la recién fundada Orden de San Jerónimo. Este primer brote dio origen al Monasterio de San Pablo de "beatas de San Jerónimo", como se las comenzó a llamar. Se mantienen con gran fama de observancia y santidad y propagan por distintos lugares de España. En la actualidad existen 17 monasterios, la mayoría de los cuales, a pesar de sus muchos avatares a través del tiempo, perseveran desde su fundación. Otros son de fundación reciente. Real Monasterio de Yuste Los jerónimos se extendieron a Portugal. Igual que en Castilla, recibieron el favor de los reyes por su austeridad y espíritu de penitencia. El rey Manuel I de Portugal les confió el Monasterio de Nª Sª de Belén en Lisboa, conocido como Monasterio de los Jerónimos, una de las cumbres del estilo manuelino. Fue construido para panteón real. Santa María de Belém Con más de quinientos años de antigüedad, esta joya del estilo manuelino es uno de los monumentos más destacados de Portugal Todo un monumento a la grandeza de la Era de los Descubrimientos, el Monasterio de Santa María de Belém, tal su nombre original, fue construido al regreso de Vasco da Gama de su histórica aventura marítima. El montante obtenido con el comercio de las especias impulsó al rey Manuel I a solicitar a la Santa Sede la autorización para la construcción de un gran monasterio a la entrada de Lisboa, en las márgenes del Tajo. Manuel I quería, en realidad, utilizarlo como panteón para la dinastía real Avis-Beja, por él iniciada. Las obras comenzaron en 1501 y se extendieron durante todo el siglo XVI. Durante su construcción se sucedieron prestigiosos arquitectos: Diogo de Boitaca, João de Castilho, Diogo de Torralva y Jerónimo de Ruão son algunos de los que participaron en la obra. Manuel I eligió a los monjes jerónimos para ocupar el monasterio, quienes tenían entre otras, la función de rezar por el rey y dar asistencia espiritual a los marinos y navegantes que partían al descubrimiento de nuevas tierras. La orden de los jerónimos se disolvió en 1833 y el monasterio quedó desocupado y fue incorporado a los bienes del Estado. Hasta 1940 funcionó allí la Casa Pia de Lisboa, institución solidaria destinada a los niños. El impresionante conjunto, cuya fachada se extiende más de 300 metros, sufrió en el siglo XIX una serie de transformaciones, luego de una de las cuales el sector de los dormitorios pasó a ser la sede del Museo de Antropología. El portal sur es el centro visual de la fachada que corre paralela al río. Nuestra Señora de Belém es la figura central en la suntuosa decoración, rodeada de una multitud de profetas, apóstoles y santos. Se reproducen escenas de la vida de San Jerónimo, y el Arcángel San Miguel domina el conjunto desde lo alto. Aunque ricamente decorada esta es sólo una puerta lateral. La puerta principal se encuentra al oeste. Sobre ella hay escenas del nacimiento de Cristo, a la izquierda esculturas del rey Manuel I y San Jerónimo y a la derecha, de su segunda esposa, la reina María, y San Juan Bautista. Por ella se accede a la nave de la Iglesia de Santa María de Belém, en la cual destacan delgadas columnas que sostienen una impresionante bóveda nervada de 29 x 19 metros sin apoyatura central. A cada lado de la nave se encuentran las tumbas de Vasco da Gama y del poeta Luis de Camões. Al otro extremo de la nave se encuentra la capilla mayor, construida en 1572, donde se encuentra el panteón real. Los restos de Manuel I y su segunda esposa, la reina María, y Joao III, su hijo, con su esposa, Catalina de Austria, descansan aquí junto a todos sus hijos. La tumba de Sebastián I está vacía; el joven rey nunca regresó de la batalla de Alcazarquivir... Llaman la atención un extravagante mausoleo sostenido por elefantes y las pinturas con escenas de la Pasión de Cristo y la Adoración de los Magos, obras de Lourenço Salzedo. Los claustros estaban destinados al aislamiento y la oración. De forma cuadrangular y dispuesto en dos plantas, está completamente decorado con motivos manuelinos: esferas armilares, cuerdas marineras, cruces de la Orden de Cristo, imágenes religiosas. Desde 1985 se encuentra en el ala norte la tumba del poeta Fernando Pessoa. En el refectorio, adosado a la cara oeste del claustro, pueden admirarse una serie de azulejos con escenas del Antiguo y Nuevo Testamento que decoran la parte inferior de las paredes, bajo unos gruesos cordones de piedra. Hacia el este se accede a la Sala Capitular, donde se encuentra la tumba del notable historiador portugués Alexandre Herculano, y a la amplia Sacristía abovedada, decorada con cuadros representando escenas de la vida de San Jerónimo que datan de principios del siglo XVII. Entre la nave de la iglesia y los claustros estaban las puertas de doce confesionarios. El monje, que llegaba desde el claustro y el penitente, que entraba por la iglesia, estaban separados por grillas de hierro. De esta forma se aseguraba la asistencia de la confesión a los marineros y peregrinos. Por el piso superior de los claustros se accedía al coro alto de la iglesia, donde los monjes debían permanecer 7 horas diarias dedicándose a la oración, los cánticos y los oficios religiosos. Aquí destacan especialmente los trabajos de madera tallada. (Por FLP) Parque Nacional Lagunas de San Rafael Imponente. Majestuosa. Así es la Laguna San Rafael, un magnífico escenario. Uno de los paisajes más hermosos de Chile y del mundo. Una experiencia singular es la travesía por los fiordos australes. El Parque Nacional Laguna San Rafael tiene una superficie de 1.742.00 hectáreas y está ubicado en la zona litoral de Aysén, ocupando parte de la península de Taitao, además de un amplio sector continental a la altura del Golfo de penas. Se encuentra en la provincia de Aysén, comuna de Aysén, provincia de General Carrera, comuna de Chile Chico, provincia de Capitán Prat, comuna de Tortel y Cochrane. Con 1.742.000 ha. de extensión, este parque es el más grande de Aysén, e incluye la totalidad de los Campos de Hielo Norte que dan origen a innumerables ríos y lagunas. En el parque se encuentra la cumbre más alta de los Andes Australes, el Monte San Valentín (4.058 msnm). Sobre éste y otros cerros se extiende el campo de hielo dando origen a 19 ventisqueros. Y es por aquél que lleva su nombre, que el parque se ha hecho famoso. Impresionante resulta ver a los enormes bloques de hielo desprenderse del ventisquero y caer estrepitosamente al agua de la laguna. Si bien es cierto el Glaciar San Rafael que nace en el Cerro San Valentín que con 4.058 mts. constituye el pico más alto de los Andes australes y que desemboca en la Laguna San Rafael luego de 45 Km. de recorrido. el Ventisquero y la Laguna son su mayor atractivo. Este parque alberga una rica gama de aves, tanto marinas como terrestres, entre las que destacan el albatros ceja negra, pato huala, cisne de cuello negro, y cormorán, entre muchos otros. También se pueden observar toninas, lobos de un pelo, chungungos y elefantes marinos. Hermosos paisajes de hielos milenarios, aguas cristalinas y enormes montes es parte de lo que ofrece el Parque Nacional Laguna de San Rafael a los que osan aventurarse en una navegación que, sin duda, es algo inolvidable. Incorporado en 1979 a la red mundial de reservas de la biosfera de la UNESCO por sus valores naturales, el parque reúne la totalidad de los Campos de Hielo Norte donde se originan numerosos ventisqueros,ríos y lagunas. La Laguna de San Rafael está rodeada por un perímetro boscoso de gran vegetación, de notros, ciruelillos, canelos, mañíos, tepas, ciprés de la guaitecas y coigües (Común, de Chiloé y de Magallanes). Incluso, son muchas las plantas que crecen sobre la masa orgánica en descomposición. En la rica flora es posible observar coicopihues, chilcos, chaurra, nalcas, musgos y una especie de verónica que tiene la particularidad de crecer sólo aquí y en Nueva Zelanda. La avifauna es variada, pudiéndose observar el pato anteojillo, caranca, ganso silvestre, tordos, remolineras, martín pescador, caranchos y cisnes de cuello negro. Entre los mamíferos destacan pudú, güiña, chungungo, zorro culpeo y huemul. Existe además una hermosa fauna submarina, que destaca por su variedad y colorido, entre las que cabe mencionar estrellas, moluscos y una rara especie de coral. En la Laguna de San Rafael se mezclan las aguas del mar con las provenientes de deshielos y de lluvia. No son particularmente ricas en nutrientes orgánicos, lo que se refleja en su relativa escasez de peces. Uno de los más comunes es el róbalo, que resiste las bajísimas temperaturas de la Laguna San Rafael. Sus atracciones son, navegar entre hielos eternos, glaciares y espejos de agua; observar hermosas especies animales que habitan el lugar, aventurarse por los bosques del Parque Nacional Laguna San Rafael y, por supuesto, tener la oportunidad de tomarse un whisky con hielos milenarios recién extraídos de la laguna constituyen, sin duda, el mayor atractivo de este maravilloso destino. Tampoco se pueden olvidar las entretenidas actividades que se pueden realizar como montañismo, observación panorámica, fotografía, pesca, navegación, entre muchas otras. Sin duda este es el lugar ideal para los amantes de la naturaleza y la aventura. La gran variedad de actividades recreativas para realizar no le dejarán tiempo para aburrirse. Una de las principales es la navegación con catamaranes y goletas que realizan la excursión al parque avanzando al sur para ingresar al Fiordo Aysén; continúan su recorrido por el Canal Costa hasta internarse en el Estuario Elefantes y finalmente entran en la Laguna San Rafael. El paisaje es verdaderamente hermoso durante toda la navegación y provoca una inolvidable sensación al contemplar la majestuosidad de las cumbres que rodean los canales. Para quienes gustan del velerismo, los canales también son un especial atractivo. Otro imperdible es la observación de la rica flora y fauna del parque con especies como toninas, chungungos, lobos de un pelo, elefantes marinos y variadas aves. La flora no se queda atrás ofreciendo una densa población de árboles, arbustos y hierbas. Estos maravillosos paisajes son también el paraíso para la fotografía. Los safaris fotográficos cobran cada vez más adeptos. Otra actividad a realizar es el tracking con el sendero de excursión de 5.500 mts. de longitud aproximadamente. También es posible hacer escalamiento y montañismo, siendo una gran entretención para los más aventureros. La pesca también es una actividad importante que adquiere un atractivo especial en este sobrecogedor paisaje. La Laguna de San Rafael, fue descubierta en 1575 por Bartolomé Díaz Gallardo al explorar el Golfo de Penas. A la laguna se le dio el nombre de San Rafael porque el día en el cual llegó allí Díaz Gallardo era el que, según el calendario, estaba dedicado al santo. En la actualidad mide aproximadamente 16 Km. de largo por 11 de ancho, fue descrita por primera vez hace sólo 300 años, por el navegante español Antonio de Vea. En ese entonces el glaciar no alcanzaba a llegar a orillas de la laguna San Rafael. Era necesario desembarcar y caminar por el valle para tocar el frente de hielo. Posteriormente, en 1873, el comandante Enrique Simpson constató que la masa glaciar ocupaba casi tres cuartas partes de la Laguna San Rafaell. En apenas 200 años, el frente del glaciar había avanzado más de 10 kilómetros. No obstante, pronto éste inició una veloz retirada y en 1950 la masa de hielo apenas penetraba un par de kilómetros en la Laguna San Rafael. Retrocediendo a una velocidad de 150 a 200 metros anuales, en 1982 el frente del glaciar ya había comenzado a replegarse hacia el valle y en 1985 la pared de hielo estaba casi medio kilómetro más atrás, enmarcándose este proceso dentro de la disolución general de las masas de hielo que se observa en el hemisferio sur. Es probable que en pocos años más la masa de hielo se haya retirado por completo de la Laguna San Rafael, con lo cual el paisaje de la zona cambiaría radicalmente. La Laguna de San Rafael está ubicada frente a una importante falla geológica, en una zona donde la corteza terrestre sufre constantes cambios, especialmente de choque y desplazamiento. Al parecer, en esta región habrían ocurrido una serie de terremotos, los más importantes en 1837, 1910 y 1930, a consecuencia de lo cual el terreno cercano al macizo andino habría descendido varios metros. Como resultado de ello las aguas invadieron los terrenos antes ocupados por densos bosques, como hoy lo testimonian infinidad de troncos muertos. Acercarse al glaciar es una tarea difícil. Para ello es necesario sortear infinidad de témpanos que ocultan bajo el agua su inmenso tamaño. Al acercarse a la gran pared de hielo, el escenario se vuelve cada vez más sobrecogedor. Cuando se desprende un trozo de hielo del glaciar se produce un ruido estremecedor y también es un espectáculo impresionante el surgimiento de enormes masas de hielo provenientes de la base del glaciar, gigantescos bloques que alcanzan el tamaño de un edificio. Luego de desprenderse, los hielos quedan flotando libremente en la Laguna de San Rafael y adoptan formas increíblemente bellas, cual imponentes esculturas de cristal. El volumen que ocupa el hielo bajo el agua, es casi nueve veces mayor que el hielo sobre la superficie y por ello los témpanos constituyen una de las mayores amenazas para los barcos, que deben buscar cautelosamente el correcto track de la navegación. Gerardo A. González Escobedo (Prior OCCTCH) (I) Creación del escudo de Cataluña En el momento de la caída del Imperio Romano, en Barcelona se establecieron los Visigodos, Ataúlfo, su rey, en el S. V la hizo capital de su imperio que se extendía desde la Galia a Hispania. Cuando la capital del reino visigodo fue trasladada de Barcelona Toledo, Barcelona ocupó un papel secundario. Fue invadida por los musulmanes en el S. VIII, y en 801 fue conquistada por los francos al frente de ellos estaba Luís El Piadoso. Fue es ese momento cuando se trazó el destino de Barcelona. El Garraf se convirtió en la frontera con la España musulmana y Barcelona se convirtió en la avanzada del imperio militar franco, la llamada marca Hispánica. Los francos dividieron la marca en condados al mando de un marqués, que en repetidas ocasiones fue el Conde de Barcelona. Hagamos un poco de historia de los gobernantes: Wifredo el Velloso: (878-897) mantuvo hereditario el título de Conde de Barcelona, recibido de su padre y unió bajo su mandato a otros cuatro Condados catalanes. Wifredo Borrell: (897-911) Extendió sus dominios al sur del río Llobregat Sunyer: (897-947) consolidó las posesiones del Penedés Borrell II: (947-992) fue atacado por Almanzor, que destruyó Barcelona en el 985, pidió auxilio al rey franco, no siento atenida su demanda (como siempre los franceses tan buenos vecinos) tuvo que abandonar su soberanía. Debido a este hecho, Barcelona pasó a ser capital de un estado independiente en el año 988. Como anécdota o leyenda se dice que a la inminente entrada de Almanzor en Barcelona, las monjas de Monasterio de Sant Pere de les Puel-les, se cortaron la nariz para que de esta manera no fueran violadas por las huestes musulmanas ante tal fealdad, pero…., le salió mal, las degollaron a todas. Ramón Borrell: (992-1018) Berenguer Ramón I: (1018-1035) y Ramón Berenguer I El Viejo (1035-1076) consiguieron de una forma definitiva la hegemonía del Condado independiente de Barcelona, el País que pronto recibiría el nombre de Catalunya, La Catedral románica fue el monumento que señala su consolidación como capital de Catalunya, siguiendo así hasta nuestros días, Se conservan restos arqueológicos de esta catedral y del Palacio Condal. Ramón Berenguer II: (1076-1082) y Berenguer Ramón (1076-1096) los dos hermanos reinaron conjuntamente, completaron los dominios catalanes de Barcelona. Ramón Berenguer III El Grande (Este Conde fue Caballero Templario) (1096-1131) engrandeció de una forma considerable los dominios. Con su matrimonio unió Catalunya al Condado de Provenza. Arrebató a los musulmanes Balaguer y Tarragona e hizo tributario al gobernador de Mallorca e Ibiza. Ramón Berenguer IV: (1131-1162) extendió sus dominios sobre el Languedoc con el de Bearn. Conquistó Lleida y Tortosa (que fueron plazas Templarías). Por matrimonio, unió Catalunya con Aragón. Alfonso I de Barcelona (II de Aragón): hijo del anterior (1162-1196) Empezó la lista de los Condes Reyes Catalanes. Unió Catalunya, Aragón y la Provenza. Bearn, Bigorra, Carcassone, Beziers, Nimes y Niza. Pedro I El Católico (II de Aragón): su hijo (1196-1213) Fue soberano de toda la parte sur de la Francia actual. Perdió la vida en la cruza contra los albigenses en Muret, cerca de Tolosa. A consecuencias de este desastre. los dominios de las Casa de Barcelona. Que hasta entonces habían constituido en estado en los Pirineos, quedaron reducidos a la parte peninsular En el territorio francés solo conservaron el Rosellón, el territorio de la Vall d´Aran y Montpellier. Por esta época, Barcelona todavía encerrada en los muros romanos, tenía ya un número importante de suburbios o villas, a extramuros. Jaime I El Conquistador; (1213-1276) cambió la forma de la Casa de Barcelona y, en lugar de buscar territorios hacia el norte, se dedicó al dominio del Mediterráneo. En 1129 conquistó Mallorca (con la ayuda de un contingente de la Orden del Temple), en 1235, Ibiza, y en 1238 el Reino de Valencia, (también ayudado por Los Templarios). A partir de entonces, la Casa de Barcelona aglutinó cuatro coronas: la del Condado Soberano de Barcelona, llamado Principado de Catalunya, las coronas reales de Aragón, Mallorca y Valencia. Bajo su reinado, se extendió extraordinariamente Barcelona, construyéndose una segunda muralla que acogía los barrios de Sant Pere y Santa María del Mar. Pedro II El Grande (III de Aragón): (1276-1285) completó la política marítima de su iniciada por su antecesor, anexionando Sicilia, que quedo unida a la dinastía Barcelonesa hasta el S. XV. Este rey inició la construcción de les Drassanes o astilleros Barceloneses (actualmente magníficamente conservadas). Alfonso II (III de Aragón): (1285-1291) continuó la misma política de las expediciones mediterráneas. Jaime II El Justo: (1291.1327) durante su reinado se marcó el apogeo de la dinastía Real de Barcelona y de la cultura catalana medieval. Recibió el dominio de Cerdeña y Córcega. En su reinado fueron construidas las más importantes iglesias góticas de Barcelona y el Monasterio de Pedralbes. Alfonso III (IV de Aragón) (1327-1336) puso la primera piedra de la iglesia gótica de Santa María del Mar. Pedro III El Ceremonioso (IV de Aragón) (1336-1387) llevó a cabo una política imperialista, reuniendo bajo su mando los dominios de las distintas ramas de la Casa de Barcelona en Mallorca, el Rosellón, Sicilia y Cerdeña, recibiendo de los almogávares la soberanía sobre Grecia (recordemos que al mando de los almogávares estaba Roger de Flor, Almirante de la marina Templaría en su día, posteriormente asesinado). Construyó la parte principal y relevante del Palacio Real Mayor (Saló del Tinell) completó Les Drassanes e hizo construir una tercera muralla que ya incluía el barrio de El Raval, al otro lado de la Rambla. Juan I: (1387-1396) llamado “amador de la gentileza” por ser una amante del arte, la literatura y los deportes. Implantó en Barcelona el refinamiento de la corte francesa y fundó la fiesta “dels Jocs Florals”. Martín I El Humano: (1396-1410) hermano del anterior, presidió la construcción del Hospital de la Santa Creu. Fue el último rey de la dinastía de Barcelona, murió sin sucesión, el compromiso de Caspe otorgó sus reinos al nieto de Pedro El Ceremonioso. Con Martín el Humano termina la dinastía de los Condes y reyes de la Casa de Barcelona. El Condado de Barcelona, creado por los reyes francos de la dinastía Carolingia, se convirtió en hereditario desde Wilfredo el Velloso. En el 988, su descendiente Borrell II se declaró soberano independiente. Desde mediados del S. XI la dinástica de los Condes de Barcelona gobernó en toda Catalunya. En el S. XII, Ramón Berenguer III ciñó la corona de Provenza y su hijo Ramón Berenguer IV asumió el título de Príncipe de Aragón. La dinastía adquirió dignidad real con su hijo Alfonso I. La Casa de Barcelona tuvo trece reyes, que convirtieron la ciudad, entre los S. XI y XV en la capital del imperio marítimo. Posteriormente con la llegada de distintas dinastías Barcelona perdió la capitalidad de la monarquía, hecho que continúa en nuestros días. Durante más de cinco siglos el Mons Taber fue sede de la monarquía catalana y centro político de la confederación de estados acogidos bajo esta institución. La Catedral y el Palacio Real simbolizan las dos cimas de la sociedad medieval de Barcelona. Decadencia Durante el S. XVI aún continuaron residiendo en el Mons Taber los lugartenientes de Carlos V y Felipe II, pero en esta misma época se trasladaron hacia la zona marítima de Barcelona, allí se instalaron los virreyes hasta 1714 y posteriormente las capitanías generales. El antiguo Palacio Real fue convertido en convento. El barrio medieval quedo sumido en el olvido. Biografías de los Reyes más relevantes de la Barcelona Medieval ATAÚLFO. Rey de los visigodos entre 410 al 415. Hijo de Alarico II de la dinastía baltínga fue nombrado rey a la muerte de su primo y cuñado. Alarico I Se desconoce el nombre de su primera esposa de las que tuvo seis hijos. Su segunda esposa, Gala Placídia era hija del emperador romano Teodosio I el Grande De 410 al 412 se conoce muy poco de su vida, se sabe que cuando fue coronado tenía la intención de destruir el poderío romano y fundar un Imperio Gótico. Emigró con su pueblo a Italia y dirigiéndose a las Galias. En el 412 contacta con el emperador Honorio y firma una alianza. Este fue el comienzo del reino visigodo como estado permanente. Se le considera como el artífice del poder político visigodo. En enero de 414 se casa con Gala Placídia, que tenía como prisionera, en Narbona, por el rito romano. Esta unión produjo la ira de Honorio, cortándole los víveres procedentes de los puertos en su poder, lo que obliga a Ataúlfo a abandonar la Galia en el 415 en dirección a Hispania. A principios del 415 es asesinado, no se sabe exactamente quién fue el responsable del regicidio. WILFREDO EL VELLOSO (GIFRÉ EL PILÓS). Hijo de Sunifredo de Urgel, Conde de Urgel y la Cerdanya (886-897) por Luis el Piadoso y de Barcelona, Girona, Narbona, Nimes, Agde, Beziers y Magalona en 844 por el rey franco Carlos el Calvo. Wilfredo pertenecía a un linaje hispanogodo de la región de Carcassone (se dice que nació cerca de Prades, en el Condado del Conflent, actualmente el Roselló francés). Conde de Urgel y Cerdanya en 870, recibe en 8678 los condados de Barcelona, Girona y Besalú de manos de los reyes carolingios. Wilfredo fue el último Conde de Barcelona designado por los monarcas francos y el primero que legó sus estados a sus hijos. De esta forma se crea la base patrimonial de la Casa Condal de Barcelona. A él se le tiene que atribuir la independencia de los Condados Catalanes respecto al reino franco creando una vasta base patrimonial. Una de las acciones más relevantes fue la repoblación de la plana de Vic (878-881) una extensa “tierra de nadie” situada entre los dominios carolingios y los musulmanes, posteriormente se convertiría en el Condado de Osona. Allí fueron fundados los monasterios de Ripio y Sant Joan de les Abadesas, restaurando el Obispado de Vic. La leyenda dice que era hijo de Wifredo de Arria, caballero de la villa del mimo nombre, cerca de Prades e el Conflent, era uno de los soldados de la Septenania baja soberanía franca. Por lo tanto la tradición ha situado el nacimiento de Wilfredo en ésa localidad conocida actualmente como Ria en el Rosellón francés. Pero estudios posteriores de los monjes benedictinos autores de “Histoire genérale de Languedoc” se considera que Wilfredo era hijo del ya mencionado Sunifredo, noble hispanogodo. La investidura por parte de Carlos El Calvo en 870, de Wilfredo como Conde de Urgel y Cerdanya y de su hermano Miró como Conde de Conflent. Rebelándose Bernardo de Gothia contra Carlos el Calvo, Wilfredo el Velloso ayudado por su hermano Miró, esto pudo pasar a principios del 878, la rebelión fracasó. En agosto en el Concilio de Troyes presidido por el Papa Juan VIII y por el rey Luís el Tartamudo se tomaron decisiones religiosas y políticas. Estuvieron presentes Wilfredo el Velloso, Miró, Suñer II y Oliba II como personalidades políticas, y los Obispos de Elna, Girona, Barcelona y Urgel como eclesiásticas de la Gothia. Wilfredo fue investido Conde de Barcelona. Osona, Girona y Besalú siendo separados los de Narbona, Beziers y Agde. SU hermano Miró recibió el Condado de Rosellón. Wilfredo cedió la administración de Besalú a su hermano Radulfo (878-920) Sunifedro será abad de Arlés y Riculfo Obispo de Elna. MUERTE DE WIFREDO EL VELLOSO En 883 o 884 los musulmanes se sintieron amenazados por la expansión de Wifredo el Velloso, que estableció posiciones en Cardona, Osona, Bergadá y en Vall de Lord y puertos avanzados en el Valle de Cervelló al sur del río Llobregat. La frontera del Condado pasaba al norte de Solsona, posiblemente por Besora, Tantallatge y Correá; la de Berga, por Sorba, Gargalla y Serrateix; y la de Osona, por Cardona, Manresa y Montserrat. Por lo cuál Lérida fue fortificada por los Banu Qasi. Wilfredo lo tomó como una provocación atacando la ciudad gobernada por el valí Ismail ibn Musa. El ataque fracasó, haciendo los musulmanes una matanza entre los atacantes. El sucesor de Ismail, Lobo Ibn Muhammad atacó Barcelona un tiempo después. Wilfredo moriría en la lucha el 11 de agosto de 897, sus restos reposan en el Monasterio de Ripoll. A Wilfredo se le atribuye el origen de la bandera de Catalunya, la Cuatribarrada, esta leyenda tiene su origen en este texto “…pidió el conde Iofre Valeroso al emperador Lois que le diese armas que pudiese traher en el escudo, que llevaba dorado sin ninguna divisa. Y el emperador viendo que había sido en aquella batalla tan valeroso que, con muchas llagas que recibiera, hiziera maravillas en armas, llegándose a él, y mojóse la mano derecha de la sangre que le salía al conde, y passó los quatro dedos ansí ensangrentados encima del escudo dorado, de alto a baxo, haciendo quatro rayas de sangre, y dixo “Estas seran vuestras armas conde” Y de allí tomó las quatro rayas, o bandas, de sangre en el campo dorado, que son las armas de Cathaluña, que ágora dezimos de Aragón” RAMÓN BERENGUER III. Hijo de Ramón Berenguer II, sucediéndole como Conde de Barcelona. Después de un tiempo de gobernar con su tío Berenguer Ramón II “El Fratricida” que murió en la Primera Cruzada posiblemente en 1099, pasó el Condado a su cargo, asesorado por un consejo de nobles. Este grupo de barones estaba encabezado por Gerau Alemany de Cervelló, Guillém Ramón de Moncada y Ponç Guieraru de Cabrera, entre otros más. Uno de los proyectos de esa época fue la conquista de Tortosa (recordemos la actuación de los Templarios en la misma). Debido a la juventud e inexperiencia de Ramón, le fue dado el mando de la campaña a Arnau II de Pallars Sobirá. Parece ser que Tortosa fue asediada en 1095, no se pudo conquistar. Por su parte Ramón Berenguer encabezó un ataque a Oropesa en 1098, con la intención de ayudar a los musulmanes rebeldes al gobierno del Cid Campeador. Pero fue levantado el asedio posiblemente debido a un pacto entre Ramón Berenguer y el Cid, que concluyó con el compromiso de Ramón Berenguer con María, una de las hijas del Cid. MARTÍN I de ARAGÓN, El HUMANO Nació en Girona en 1356 y murió en Barcelona en 1410. Segundo hijo de Pero IV de Aragón y de Leonor de Sicilia. Martín contrajo matrimonio en 1372 con María de Luna hija de Don Lope, el primer conde de Luna, naciendo en 1374 su primer hijo y heredero Martín el Joven. En 1375 fallece su madre, heredando los derechos de Sicilia, reforzando su posición mediante el matrimonio entre su hijo y heredero con María de Sicilia. Dado que los dos eran menores de edad, l matrimonio no se celebró hasta 1390. Martín I sería nombrado señor y regente de Sicilia en 1380. Su reinado estuvo marcado por el Cisma de Occidente que dividía la cristiandad desde 1378- Fue partidario de los papas de Aviñón, que le apoyaron en su pretensión al reino de Sicilia frente a los Anjou, partidarios de los papas de Roma. Martín falleció en Barcelona el 31 de mayo de 1410el trono estaba sin descendencia legítima, abriéndose un intervalo de dos años en el surgieron disputas por el otro hasta seis pretendientes, entre ellos Fadrique de Luna y se solucionó en 1412 con el Compromiso de Caspe que sería elegido. Jaume Mestres y Capitán Restaurante Balansiya El restaurante Balansiya abrió sus puertas en febrero de 2004 en un apacible paseo peatonal ajardinado de la zona Universitaria dels Taronjers convirtiéndose en el primer restaurante árabe de tradición andalusí en Valencia. Para conocer la cocina árabe más exquisita no es necesario cruzar el estrecho, en Valencia el Restaurante Balansiya nos ofrece una cocina magrebí de máxima calidad. Es un viaje en el tiempo hacia uno de nuestros pasados más esplendorosos. Al Andalus fue la cuna de una de las culturas más refinadas del mundo. La gastronomía era un placer, una fuente de salud, un viaje de dimensiones misteriosas. En el restaurante Balansiya, que toma el nombre de la Valencia musulmana, se recuperan nuestras raíces culinarias con la cocina halal y el sabor andalusí. Aquí encontramos para deleite de nuestro paladar bebidas desaparecidas como el xarab, que era un delicioso y refrescante cóctel de frutas, especias, flores y hierbas; ingredientes desgraciadamente marginados como las flores o algunas plantas; elaboraciones de platos olvidados como el antecesor del gazpacho o los fideos secos y también algunos postres de la tradición andalusí que se han mantenido hasta nuestros días, el arroz con leche, al arnadí, los turrones o los pestiños. La calidad de los ingredientes es de primera. Alimentos frescos cuidadosamente seleccionados en los mejores mercados de la ciudad o traídos de Marruecos, Francia y Egipto, completamente saludables, si aditivos, conservantes ni colorantes por lo que los olores, texturas y sabores son los propios y genuinos. . Al mismo tiempo merece ser destacado el hamza exquisito respeto por la tradición con la que se cocinan los platos. La elaboración a cargo de Rachid Ben-Hamza Zhim Candil, profesional de la cocina árabe-andalusí desde hace más de diez años nos ofrece la posibilidad de disfrutar lo esencial de nuestra herencia árabe. Hasta el último detalle del ambiente y la decoración nos conduce a nuestro pasado. La vajilla que se utiliza es la vidriada andalusí, las telas fueron hechas expresamente para el restaurante en telares de descendientes de andalusíes y hay una impresionante alfarería bereber hecha por las mujeres del Riff que se remonta a la Protohistoria. Por Gabriel Mediano Arribas ª Dejamos la primera parte de este monográfico dedicado al Proceso Inquisitorial de Zugarramurdi, cuando los acusados eran conducidos a la prisión de Logroño. Este proceso duraría dos años, es decir, hasta el año 1610. De los treinta y un brujos encausados solo quedaron dieciocho ya que hubo dos epidemias y murieron, y los cadáveres se guardaron cuidadosamente para después echarlos a la hoguera. Había más gente que estaba implicada pero no confesaban ser brujos y esos también fueron procesados, así que hacían un total de cincuenta y tres personas. Doce mujeres fueron quemadas en la hoguera. A los demás se les impuso otras penas. Son de conocimiento público los “suaves” medios de persuasión empleados por la Inquisición. Los acusados comenzaron a charlar hasta por los codos, ya sea por la tortura o por la simple amenaza de ella. Además, delatando y firmando o poniendo una cruz, porque la mayoría eran analfabetos, declaraciones que les ponían delante y que no entendían por estar aterrados, semiinconscientes o, simplemente, porque estaban escritas y leídas en castellano, lengua que desconocían, ya que en esa zona y en esa época se hablaba sólo el euskera, salvaban su vida. No era esto una solución total porque se comprenderá cuál sería el futuro en una pequeña aldea de una persona que había confesado ser bruja, por más perdón de la Inquisición que hubiera habido. El ostracismo, o la muerte civil. Marcados para siempre, ellos y sus familias. Las acusaciones así como las confesiones son tan absurdas e increíbles, que sólo pudieron ser creíbles en audiencias ya predispuestas a escuchar esas confabulaciones, por ser de público conocimiento las atrocidades antinaturales atribuidas a los brujos. Envenenamientos, creación de tempestades, necrofagia, vampirismo, sacrificios rituales. En los aquelarres, palabra de origen vasco que significa “prado del chivo” ocurría de todo de orden sexual y criminal. Los inquisidores no debieron quedar muy convencidos de la existencia de brujería en Zugarramurdi porque, de los cuarenta encarcelados, sólo quemaron a ocho, que o bien no quisieron arrepentirse ni delatar a nadie o no se les dio la oportunidad, mas cuatro fallecidos en prisión por causas naturales a quienes quemaron después de muertos. Los objetivos se lograron: se calmó la agitación popular, persuadiéndoles de que ya no había más brujos en la zona; se reafirmó la autoridad de la Inquisición para castigar brujos, herejes y demás; se proporcionó una macabra diversión al pueblo, se dice que acudieron cerca de 20.000 personas a Logroño, llegadas hasta de reinos vecinos. Como resultado del Auto de Fe, además de los ajusticiados, hubo de todo: azotados, desterrados, condenados a prisión perpetua, a remar en galeras por varios años, todo el arsenal, para servir de ejemplo y diversión al pueblo presente. Estas fueron las penas leves aplicadas a los arrepentidos y a los delatores. Hubo algunas absoluciones, pero ya se sabe a qué costo social. Confiscación de bienes, a casi todo el mundo. Era la primera medida que se tomaba al detener a un sospechoso. Lamentablemente del archivo de la antigua Inquisición de Logroño ha desaparecido la parte más considerable, porque en el siglo XIX, al tiempo de la guerra de la Independencia, fue objeto de destrucción. Así pues, no se poseen la suma de documentos que se relacionan con el famosísimo auto de fe de 1610, y durante mucho tiempo no se habló de él. Lo que sí ha llegado a nosotros es una relación de los hechos impresa y reimpresa luego varias veces, con notas de Moratín. Esta Relación refleja el punto de vista de dos de los tres jueces y provocó el revuelo correspondiente. Tuvo incluso ecos literarios y artísticos. En esta Relación se habla de los antecedentes que influyeron en los jueces. La fama de la montaña de Navarra como país lleno de brujas viene arraigada de fines del siglo XV. Los literatos españoles se hacen eco de ella. Y en algún modo, esta fama, fundada en hechos más o menos legendarios, sirven para justificar actuaciones reales. El miedo a las brujas y brujos estaba muy extendido en la zona vasconavarra, pese a que alguna autoridad eclesiástica, ya desde antiguo, había querido prevenir con sus escritos contra la tendencia a dar una realidad absoluta a lo que se decía de sus actuaciones. Pero estos discretos avisos, que arrancaba de tiempos muy anteriores al Medioevo, chocaban, no sólo con las preocupaciones vulgares o populares, sino también con la tesis mantenida en distintas partes de Europa desde el siglo XIV por muchos jueces, tanto civiles como eclesiásticos, que escribieron libros perniciosísimos sobre el particular: con el "Malleus maleficarum" a la cabeza, haciendo gala de una credulidad inconmensurable. Hay, pues, que echar un tanto de culpa a los libros eruditos y menos a las opiniones vulgares, cuando se busca el origen de ciertas actuaciones, como la que tuvieron dos de los inquisidores de Logroño. En la Relación se especifica que el 13 de febrero de 1609 los inquisidores de Logroño, don Alonso Becerra Holguin y don Juan de Valle Alvarado, escribían al Consejo de la General Inquisición de Madrid, remitiendo los procesos de seis brujas y brujos. El 12 de enero anterior habían recibido noticia de una gran complicidad de brujos y brujas del pueblo de Zugarramurdi, que consideran, inexactamente, situado en "Navarra la baxa". Vistos los autos, se instruyeron sobre el asunto, estudiando lo provisto por el Consejo en estos casos y también las cartas relativas a otros hechos parecidos de 1526 (14 de septiembre) y 1555 (12 de septiembre y 2 de octubre). La cabeza de la complicidad era una tal Graciana de Yriart con dos hijas y dos yernos, que, en efecto, habían confesado al vicario de Zugarramurdi que eran brujos y apóstatas. Pero luego se presentaron en Logroño y en la audiencia que se les dio a cada uno, aisladamente, dijeron que iban a pedir justicia, porque en realidad, no eran tales brujos: "dijeron, añaden los inquisidores, que venían en busca de su verdad porque la justicia de aquella tierra procedía contra ellos y los quería hacer grandes castigos porque habían confesado ante el Vicario y otras personas que eran brujos, pero que ellos no lo eran y que les levantaban falsos testimonios y que si ellos lo habían dicho y confesado era porque los apretaron y amenazaron mucho si no los decían afirmándolo todos y cada uno por sí". Lo bueno es que el hombre que había llevado a Graciana, sus hijas y yernos a Logroño como guía fue recibido también por los inquisidores mismos y declaró contra aquéllos, diciendo que eran brujos en efecto, pero que en Zugarramurdi no había justicia que los atacase. Como Graciana y sus parientes querían acogerse al trato benigno que se daba a los acusados de brujos que se presentaban espontáneamente al Santo Oficio, y las acusaciones eran fuertes y como, por otra parte, eran pobres, los inquisidores ordenaron su prisión y resolvieron enviar los autos con las calificaciones de la culpa encontrada a Madrid, antes de que la prisión se llevara a efecto. El 11 de marzo de 1600 contestaron los señores del Consejo de Madrid, indicando en su breve carta los nombres de algunos de los encausados principales. Devolvían las causas e incluían un papel con un cuestionario dividido en catorce preguntas que decía: Cuevas de Zugarramurdi "Preguntas que se han de hacer a los reos y testigos en materia de brujas”. 1. En que días tenían las juntas y cuanto tiempo estaban en ellas y a qué hora iban y volvían y si estando allá o yendo o viniendo oían campanas o perros o gallos del lugar más cercano y a cuanto estaba el lugar más cercano de la parte donde se juntaban. 2. Si sabían los días y horas en que se habían de juntar; o, si había alguna persona que las avisaba y llamaba y quien era. 3. Si tenían maridos, o mujeres, padres o madres, parientes y criados y si dormían en un mismo aposento y si las echaban de menos alguna vez o veces o que es la causa porque no las echaban de menos o si alguno de los susodichos las han reñido por esto. 4. Si criaban de leche y si llevaban las criaturas consigo, o; a quien las dejaban encomendadas o que es lo que hacían de ellas. 5. Si iban vestidas o desnudas y donde dejaban los vestidos y si los hallaban en la misma parte o en otra. 6. Cuanto tiempo tardaban en ir desde sus casas al lugar de las juntas y que espacio y trecho hay hasta allá y si topaban a ida o vuelta con algunas personas y si iban deprisa o despacio por sus pies o en pies ajenos cada una a la ida y a la vuelta y si estando en las juntas vieron pasar o atravesar por la parte donde se hacían algunos caminantes pastores u otras personas. 7. Si yendo o viniendo a las dichas juntas o estando en ellas por nombrar el nombre de I.H.S (Jesucristo) o por otra causa se han deshecho las juntas o quedándose en el camino sin poder el demonio darles más ayuda. 8. Si se juntan para ir a dichas juntas y en que parte y si dicen algunas palabras y cuáles y con qué ungüento y de que se hace y quien la hace y si tienen el ungüento o las cosas de que se hace y diciendo que la tienen la harán buscar y hallado lo muestren a médicos y boticarios para que declaren la confección de que está hecha y los efectos que naturalmente pueden nombrar. 9. Si para ir era necesario que se untasen o si fueron alguna vez y podían ir sin untarse. 10. Si entre junta y junta se comunicaban unos con otros tratando de lo que había pasado en la junta o juntas y de cuando había de haber otra junta o de otras cosas tocantes a esto. 11. Si se confesaban en ese tiempo y si confesaban estas cosas a sus confesores y cuantas veces las confesaron y si recibían el Santísimo Sacramento y cuantas veces lo hicieron y si decían oraciones de cristianos y cuáles. 12. Si tenían por cierto que iban corporalmente a las dichas juntas o si con el dicho ungüento se adormiesen y se les imprimen las dichas cosas en la imaginación o fantasía. 13. Si resultaban muertes de niños o de otras personas, o haber sacado los corazones a los niños, se procure verificar estos delitos y actos con testigos. 14. Cuando examinen algún testigo o pregunten los cómplices y a cada uno cómplices le pregunten lo mismo para contestan en los actos y delitos y complicidad, para que mejor se reo le de los ver si en la pueda averiguar y aclarar la verdad." Este cuestionario refleja la opinión de muchos de los inquisidores españoles que, ya en el siglo XVI, no sólo dudaban de la realidad de los actos atribuidos a las brujas, sino que creían que, en su mayoría, eran ilusiones, aunque a veces diabólicas. Podía incluso admitirse que en casos obraba sobre su conciencia alguna materia o sustancia natural, extraída de hierbas. (Por FLP) La pasada semana otro nuevo libro editado por la OCET ocupó nuestra biblioteca. En esta ocasión el hermano Jaume Mestres nos deleita con las imágenes captadas por el objetivo de su cámara y nos lleva a recorrer la Cataluña del siglo XII-XIII. Es el Volumen V de la colección “La Cataluña Templaría”, que sin duda se convierte en una pequeña joya de cualquier biblioteca y que como siempre podrá encontrar y reservar en nuestra web. UNIDAD NAVIDEÑA Este año tras una iniciativa, (no importa de quien), se ha confeccionado una felicitación de Navidad internacional, firmada por varias congregaciones de la Orden del Temple, entre las que se encuentran la OSMTH, SMOTH-MIT, SOMTH, Commenda Templaría San Giovanni Baptista, Magnus Prioratus Chilenum Templi, y la participación especial de la >soberana y Militar Orden Hospitalaria de San Ignacio de Loyola, con ello se pretende dar un mensaje de Paz y Amor y de Unidad Templaría. Este año quizás vino tarde la idea, pero esperamos que el año venidero seamos muchos más los que firmemos este mensaje de unidad. SOLEMNE INVESTIDURA DE LA SMOTH-MIT Los días 12 y 13 de noviembre los hermanos de la SMOTH-MIT celebraron su segunda y última investidura del año. Sin necesidad de publicitar el evento a los cuatro vientos, sin grandes anunciados, vinieron a demostrar que cuando las cosas se hacen bien y con fe, todo sale como debe de salir, sin sorpresas. Lamentablemente la OCET no pudo estar presente por problemas personales, pues según noticias que nos han llegado, han sido unas jornadas inolvidables, llenas de fraternidad. No podía salir nada mal dado que la Reliquia de la Cruz Pectoral de Berenguer de Bellvis, último Maestre de Aragón, que protegió en todo momento la investidura. Felicidades a los nuevos caballeros. (Por FLP) Pedro II El Católico de Aragón Pedro II de Aragón, el Católico (Huesca, julio de 11781 Muret (actual Francia) 13 de septiembre de 1213), rey de Aragón, conde de Barcelona (1196-1213) y señor de Montpellier (12041213). Hijo de Alfonso II el Casto de Aragón y Sancha de Castilla y de Polonia. Nació en el mes de julio de 1178 en Huesca, ciudad en la que estaba su padre Alfonso II que ese mismo mes otorgó al menos dos documentos. Recibió el bautismo en la catedral de Huesca. Su infancia transcurrió en la capital altoaragonesa criado por su ama Sancha de Torres. En líneas generales, el reinado de Pedro II estuvo dedicado a la política en los territorios transpirenaicos con limitados resultados y finalmente fracasada, lo que, aparte de la merma crónica de recursos financieros y el endeudamiento de la corona durante su reinado, determinó una menor atención a la frontera hispánica, logrando apenas alguna posición avanzada en territorio andalusí, como Mora de Rubielos (1198), Manzanera (1202), Rubielos de Mora (1203), Camarena (1205) y Serreilla, El Cuervo, Castielfabib y Ademuz (1210), si bien jugó un papel político de apoyo a una acción cristiana conjunta que frenara la fuerza del poder almohade en la península, y participó activamente junto a Alfonso VIII de Castilla y Sancho VII de Navarra en la campaña que culminó en la batalla de Las Navas de Tolosa 1212, un triunfo cristiano, según muchos decisivo, y de gran resonancia ya en aquellos momentos. Pedro II renovó el vasallaje de Aragón a San Pedro (al igual que ya hicieran tiempo atrás Sancho Ramírez y Pedro I) con su coronación por el papa Inocencio III en el monasterio de San Pancracio de Roma en noviembre de 1204, adquiriendo también el compromiso de la concesión al Papado de una suma anual. Esta política de legitimación papal le convirtió en el primer monarca del reino que fue coronado y ungido. A partir de él y por concesión de la Santa Sede en bula dictada el 6 de junio de 1205, los monarcas aragoneses serán coronados en la Seo de Zaragoza de manos del arzobispo de Tarragona tras solicitar la corona al Papa (formalidad que implicaba el permiso de Roma), haciéndose extensiva esta prerrogativa a las reinas en 1206. Casado en 1204 con María de Montpellier, un matrimonio guiado por sus intereses en el mediodía francés que le proporcionó la soberanía sobre la ciudad de Montpellier, su escasa vida marital estuvo a punto de crear una situación de crisis sucesoria por falta de heredero. La reina María dio finalmente un hijo, Jaime I, que garantizó la continuidad de la dinastía aunque hubo un intento de divorcio, que el Papa no concedió, para casarse con María de Montferrato, heredera nominal del reino cruzado de Jerusalén, por entonces inexistente ya en la práctica, Pedro II no renunció a la política en Occitania y con él se dan, a la vez, la culminación y el fracaso de esa política en la Corona de Aragón que, heredada de la casa condal de Barcelona desde el siglo XI y las campañas con ayuda de magnates ultrapirenaicos de Alfonso I de Aragón, su padre Alfonso II había acrecentado en su doble condición de Conde de Barcelona y Rey de Aragón. Ramón Berenguer I había iniciado, en oposición a los condes de Tolosa, una política de penetración en Occitania del condado de Barcelona con la adquisición de los territorios de los condados de Carcasona y Rasés (más tarde perdidos a manos de los Trencavel),, que continuó en el siglo XII con Ramón Berenguer III y IV consolidando su posición en la zona como condes de Provenza y obteniendo, entre 1130 y 1162, el vasallaje de numerosos señores en la zona. Alfonso II, en el contexto de expansión almohade (que actuaba de freno a la expansión hacia el sur en la Península Ibérica), pero ahora también como primer soberano titular de la Corona de Aragón (lo que le proporcionaba una base de poder territorial más amplia) había reforzado su presencia en Occitania frente al expansionismo del condado de Tolosa y estuvo “a punto de crear un reino pirenaico que englobara las cuencas del Ebro y del Garona”. Pedro II será quien con más decisión lo intentará hacer realidad, culminando la tradición dinástica occitana ahora en un nuevo contexto de alianzas ante el intento de expansión en la zona de otra monarquía rival, la francesa. Así pues, pese a que el condado de Provenza, perteneciente a la Casa de Barcelona, había sido asignado a su hermano Alfonso II de Provenza, Pedro II mantuvo su actividad en aquel complejo tablero de intereses marcado por su atomización política, el intento de expansión francesa sobre ella, el desarrollo del catarismo y los consiguientes conflictos con el Papa interesado en erradicarlo e imponerse en la zona. Así pues, pese a que el condado de Provenza, perteneciente a la Casa de Barcelona, había sido asignado a su hermano Alfonso II de Provenza, Pedro II mantuvo su actividad en aquel complejo tablero de intereses marcado por su atomización política, el intento de expansión francesa sobre ella, el desarrollo del catarismo y los consiguientes conflictos con el Papa interesado en erradicarlo e imponerse en la zona. En 1206. A lo largo de los siglos XII y XIII, la influencia del catarismo, una confesión cristiana con orígenes en Asia Menor y los Balcanes (paulicianos y bogomilos), se había ido extendiendo en el occidente latino y consolidado con fuerza en la llamada Occitania o territorios del actual mediodía francés, donde se estructuró una Iglesia cátara con varios obispados y cuyo epicentro era la zona de la ciudad de Albi, por lo que también se le denomina movimiento albigense. La situación de coexistencia con esta iglesia rival, tolerada por los poderes de la zona (situación favorecida por la atomización del poder político y la ausencia de un centro de poder efectivo en Occitania, nunca logrado por el condado de Tolosa), amenazaba allí la hegemonía de la Iglesia romana. Al mismo tiempo la prosperidad occitana despertaba la ambición expansionista de la monarquía francesa de los Capetos y de sus baronías de la Isla de Francia, dispuestos a servirse de cualquier argumento para intervenir en los territorios de la Langue d'oc. Por su parte, el papa Inocencio III encontraba en la monarquía francesa el medio más favorable de atajar la «herejía» y reducir a sus prosélitos a la obediencia a Roma, por lo que se mostró siempre complaciente y predispuesto a favorecer las empresas del rey francés, a quien también apoyará en la batalla de Bouvines y en sus conflictos con Inglaterra. De esta comunión de intereses surgió la cruzada contra los albigenses que se empezó a fraguar a inicios del siglo XII y que finalmente el papa predicó en toda la cristiandad latina, con especial éxito en la Isla de Francia, legitimando al monarca francés en su política expansiva al enviar contra los territorios occitanos, considerados heréticos por Roma, un poderoso ejército mandado por Simón de Montfort bajo la denominación de Cruzada. El acontecimiento que desató el conflicto fue el asesinato en enero de 1208 de Pierre de Castelnau, enviado a Toulouse como legado papal para mediar en nombre de Roma, que indujo al Papa a excomulgar al conde de Toulouse y promulgar la cruzada contra los albigenses. La guerra «relámpago» en 1209 se dirigió inicialmente contra los vizcondados de la dinastía occitana Trencavel, donde se produjo la brutal toma de Beziers, con una matanza generalizada sin distinción de credo que quedó luego ilustrada en la célebre frase atribuida por las crónicas al legado papal Arnaud Amaury. Esta fase inicial de la cruzada acaba con el sitio y la subsiguiente toma de la ciudad de Carcasona en el verano de 1209, tras lo cual le eran otorgadas al cruzado francés Simón de Montfort, por el propio legado papal, las tierras sometidas de la familia Trencavel. Desde sus nuevas posesiones mantendría una política de ataques y asaltos a los señoríos de la zona (incluido el fracasado intento de toma de Toulouse en 1211) y comenzaba la persecución y quema de cátaros a través de la Inquisición, creada expresamente por Roma en 1184 con el objetivo de erradicar la llamada herejía cátara o albigense. La situación creada generó entre los poderes occitanos un sentimiento de amenaza y repulsa ante la intervención francesa y la cruzada que era propicio para que Pedro II el Católico, como rey y vasallo del Papado desde 1204, pudiera obtener una posición de prestigio en la zona actuando como intercesor ante el Papado y protector ante Simón de Montfort (ya en la toma de Carcasona de 1209 evitó una matanza negociando con los cruzados una expulsión de los cátaros), prestigio acrecentado con su participación exitosa contra los musulmanes en las Navas de Tolosa. Habiendo obtenido el vasallaje del conde de Toulouse, Raimundo VI, y de otros poderes de la zona, desplegó una política de pacificación concertando el matrimonio de su hijo, el futuro Jaime con la hija de Simón de Monfort, entregándole a éste, como garantía, la tutela del joven príncipe y único heredero del linaje, que permaneció en Carcasona. Asimismo negoció con Arnaud Amaury, ahora obispo de Narbona y también presente en la campaña de las Navas, la convocatoria de un sínodo en Lavaur para intentarla reconciliación. LA CÉLEBRE BATALLA DE MURET Tras el fracaso de la reconciliación entre occitanos y Simón de Montfort, Pedro II se declaró protector de los señoríos occitanos amenazados y de Toulouse. Pese a que su hijo permanecía bajo tutela en poder de Simón de Montfort y la excomunión de Inocencio III, que había optado finalmente por apoyar la causa francesa, reunió finalmente un ejército aragonés y catalán con el que pasó los Pirineos y junto a los aliados occitanos puso cerco a la ciudad de Muret, donde acudió Simón de Montfort. Partiendo de una situación ventajosa en cuanto a fuerzas y avituallamientos, en la campaña, parece ser, sus huestes actuaron con precipitación y desorganización sin esperar la llegada de todos los contingentes. Resultaría muerto al ser aislado por los caballeros franceses en un combate en el que el rey ocupaba una posición de peligro en la segunda escuadra, en lugar, según era lo habitual, de situarse en la retaguardia. La muerte del rey trajo el desorden y la desbandada entre las fuerzas tolosanoaragonesas y la consiguiente derrota. Muret supuso el fracaso y abandono de las pretensiones de la Corona de Aragón sobre los territorios ultrapirenaicos y, según el autor Michel Roquebert, el final de la posible formación de un poderoso reino aragonésoccitano que hubiera cambiado el curso de la historia de España. Languedoc Excomulgado por el mismo el Papa que lo coronó, permaneció enterrado en los Hospitalarios de Toulouse, hasta que en 1217 el Papa Honorio III autorizó el traslado de sus restos al panteón real de Santa María de Sigena en Huesca, donde fue enterrado fuera del recinto sagrado. Muerto Pedro II, Simón de Monfort mantenía aún en custodia a Jaime, el heredero al trono, que había quedado en ese mismo año de 1213 huérfano de padre y de madre, al morir también la reina María de Montpellier con sólo 33 años en Roma, donde había viajado para defender la indisolubilidad de su matrimonio. Ante esta situación, los nobles aragoneses y catalanes posiblemente solicitaran la restitución del joven heredero a Simón de Montfort. Se envió una embajada del reino a Roma para pedir la intervención de Inocencio III quien, en una bula y por medio del legado Pedro de Benevento, exigió contundentemente a Simón de Montfort la entrega de Jaime que se produjo finalmente en Narbona en la primavera de 1214, donde le esperaba una delegación de notables de su reino, entre los cuales se encontraba Guillem de Montrodó, maestre del Temple en Aragón encargado de su tutela. Siendo un niño, Jaime I de Aragón cruzará por primera vez los Pirineos para ser, junto a su primo, Ramón Berenguer V de Provenza, formado y educado con los templarios de Aragón en Monzón, deteniéndose antes en Lérida, donde le juran fidelidad unas Cortes conjuntas de Aragón y Cataluña. Cuenta la leyenda que en la batalla de Muret había una clara consigna avalada por una buena recompensa, matar al rey, Simón de Montfort sabía que si caía el soberano la batalla estaba ganada. Los soldados buscaban todos al rey, pero claro cubierto con la cota de malla y el yelmo no era fácilmente reconocible, comenzó a surgir un reclamo al que el rey acudiría, se empezó a oír: “El rey es un cobarde que se esconde entre sus soldados y el yelmo, no da la cara”, mientras atacaban a uno de considerable estatura que creyeron el rey, el monarca al oír y ver esto, descubriéndose grito: “El rey soy yo”, a lo cual cayeron sobre él todos los que pudieron dándole muerte. (Por FLP) (2ª Parte) La espada consta de la hoja y la empuñadura. El término de vaina designa la cubierta de la hoja de la espada, donde reposa cuando no está en uso. Hoja: Tres tipos de ataques pueden realizarse con la hoja: punzar, cortar y rasgar. La hoja puede tener doble filo o un solo filo; esta última puede tener un falso filo cerca de la punta. Al manejar la espada, el filo verdadero o lado más largo es el que se usa para punzadas en recto o estocadas, mientras que el filo falso o lado más corto se emplea para contraatacar. Algunas empuñaduras tienen el filo en la parte más larga, en tanto que las empuñaduras más simétricas permiten el intercambio del lado corto y del lado largo simplemente girándola. La hoja puede tener muescas o acanalamientos conocidos como fullers o abatanadores, que dan ligereza a la hoja y permiten a su vez mantenerla fuerte y rígida. La hoja puede estrecharse de forma más o menos aguzada hacia la punta, utilizada para punzar. La parte de la hoja entre el centro de percusión (CoP) y la punta se le conoce como punto débil de la hoja. La sección entre el centro de balance (CoB) y la empuñadura es conocida como punto fuerte de la hoja. La sección entre el CoP y el CoB es la parte media de la hoja. El ricasso u hombro es la pequeña sección de la hoja inmediata hacia la guarda que se encuentra completamente sin filo, y puede ser presionada con un dedo para aumentar el control de la punta. Muchas espadas no tienen ricasso. En algunas armas largas, como la Zweihänder alemana, una cubierta de piel envuelve al ricasso, y un espadachín puede extender ahí su dedo para manejar mejor la espada en combate cercano. El ricasso contiene normalmente la marca del herrero de la espada. En las hojas japonesas, esta marca aparece en la espiga (parte de la hoja que se extiende dentro de la empuñadura) bajo el mango. En el caso de una espiga de cola de rata, el herrero de la espada suelda una delgada vara al final de la hoja hacia la guarda. Esta varita llega hasta la empuñadura (finales del siglo XX y construcciones posteriores). Esto ocurre de manera más común en réplicas decorativas, o espadas baratas de ornato. Las espadas tradicionales no usan este método de construcción, ya que puede romperse fácilmente el punto de soldadura. En la elaboración tradicional, el herrero de la espada forja la espiga como parte de la espada. Las espigas tradicionales van a través de la empuñadura, dándole mayor durabilidad que la espiga cola de rata. Los herreros colocan dicha espiga al final del pomo de la espada, o en ocasiones sueldan la empuñadura con la espiga y la parte final de esta la atornillan al pomo de la espada. Este estilo es conocido como de espiga estrecha u oculta. Las réplicas modernas, menos tradicionales, de las espadas tienen en ocasiones el pomo atornillado, o una nuez del pomo sujeta la empuñadura y permiten desmantelarla. La espiga completa (más común en cuchillos y machetes) tiene el mismo ancho que la hoja y cuenta con el mismo grosor del mango. En las espadas europeas o asiáticas vendidas en la actualidad, muchas espadas anunciadas como de espiga completa son en realidad de espiga cola de rata. A partir del siglo XVIII, la espada se creó para cortar, esto es, la parte afilada de la hoja se curvaba con un radio igual a la distancia del cuerpo del espadachín que la iba a usar. Esto permitía que la hoja tuviera un efecto de sierra más que de simple corte. En las espadas europeas, que se usan con toda la longitud del brazo, su radio de curvatura era de aproximadamente un metro. Las espadas de Medio Oriente, al usarse con el brazo flexionado, tenían un radio más pequeño. Empuñadura. Por empuñadura se comprende toda la parte de la espada que permite el control y manejo de la hoja y consiste del mango, el pomo y una guarda simple o elaborada. Las espadas de la era post-vikinga constaban únicamente de una guarda cruzada (llamada empuñadura en cruceta). El pomo, además de mejorar el balance de la espada y del mango, podía usarse como un instrumento de ataque en el corto alcance. El pomo también podía tener borlas o nudos de la espada. La espiga es la extensión de la estructura de la hoja a través de la empuñadura. Espadas de un solo filo y espadas de doble filo. Como ya se ha indicado anteriormente, los términos espada larga, gran espada y la Claymore gaélica se relacionan a una era en especial, y cada término designa un tipo particular de espada. Una espada es en sentido estricto una hoja recta de doble filo diseñada para cortar y rasgar. Sin embargo, de manera general, el término se ve modificado por las diversas influencias culturales. Casi todos los investigadores designan a las espadas de un solo filo, como las armas asiáticas, con la palabra de espada, por el prestigio que comparten de sus contrapartes europeas. Los europeos también se refieren de manera frecuente a sus espadas de un solo filo como espadas, incluyendo a los sables y floretes. Los otros términos (cimitarra, mandoble, florín, tranchete, chafalote, espada mortuoria) son para referirse en esencia al mismo tipo de arma, pero la diferencia de nombre se debe a sus distintos usos en distintas épocas. Espadas a una mano. Espadas de la Edad del Bronce, longitud 60 cm, un solo filo. Espadas de la Edad del Hierro, Xifos, Gladius y Jian, similares en forma a las espadas de la Edad del Bronce. Spatha longitud de 80 a 90 cm. El arma clásica de la Europa medieval, de entre 85 y 115 cm. Espada suiza Baselard del Medioevo tardío, Cinquedea italiana del Renacimiento y la Katzbalger alemana esencialmente reintrodujeron la funcionalidad de la Spatha, coincidiendo con el fuerte movimiento cultural de la emulación del mundo clásico. Las espadas de cortar y rasgar del Renacimiento, parecidas a las antiguas espadas pero mejor balanceadas para un mejor corte. Las espadas ligeras para duelo, como la daga y la espada pequeña, aún vigentes hoy en día. Espada corta japonesa o Wakizashi. La Ida de la tribu yoruba del oeste de África. También usada como espada a dos manos. La Cimitarra árabe, similar al shamshir persa. El Kalis o Kris del este de la India, con una hoja de doble filo de 80 a 90 cm. La Katana de Japón, con una hoja de un sólo filo, orientada fuertemente hacia el corte. La Ninjato, también japonesa, era recta, un poco más larga en el mango y un poco más corta en la hoja, haciéndola levemente tosca pero mucho más practica dependiendo de la habilidad del usuario; los espías y a la vez asesinos profesionales del Japón feudal conocidos como Ninjas, la utilizaban mas como herramienta que como arma en sí, debido a su estricto entrenamiento en evitar el conflicto y el combate innecesario. (Por María de la Sierra) ¡Sin Jesús no hay Navidad! En estos vertiginosos tiempos que nos ha tocado vivir parece que está de moda todo aquello que nada o poco tenga que ver con Jesús, con la Religión Católica y con la Iglesia. Una prueba reminiscente de ello es la proliferación de fiestas paganas o infieles que se han ido acomodando en nuestro país. Una por la cantidad ingente de emigrantes y por la diversidad de culturas, otra por la pasividad de unos gobernantes de medio pelo como son los que gobiernan España desde hace muchos años. Y eso sin contar con fiestas infieles que ahora aparecen en los almanaques de alguna comunidad española, o la fiesta de Halloween , no señor aquí honramos a los difuntos y ese día lo dedicamos a rogar por ellos, no a disfrazarnos y enviar a nuestros niños a casa de los vecinos a pedir chuches. Recuerdo cuando para los españoles Papa Noel tan solo era un muñequito muy simpático que algunos, los que ponían Árbol de Navidad, colgaban en él, o en cualquier sitio de la casa haya donde hubiese adornos navideños. Hoy ese señor de rojo con barba blanca ya no nos parece tan simpático a muchos, ya se le ve en demasiados sitios, que vas al centro comercial, allí está, si vas aquí te lo encuentras, si vas allá igualmente, lo vemos en los balcones a tamaño real. Sin embargo cada vez hay menos belenes públicos, gracias a las asociaciones de belenistas y a muchos aficionados esta tradición perdura. Por eso yo desde aquí quiero pediros que mantengáis la tradición, que la transmitáis a vuestros hijos. Yo por el momento así lo seguiré haciendo y religiosamente y como manda la tradición lo montaré el día de la Purísima y ahí estará hasta el día de la Candelaria, en el mes de febrero. Yo como cada año montaré este impresionante Belén, que no solamente mide 4X3 mts., sino que además está totalmente realizado a mano, de forma artesanal, y ahí en la imagen os dejo la muestra. Y por favor recordar siempre que… ¡Sin Jesús no hay Navidad! (Por FLP) Natividad, una película agradable y correcta, bienintencionada y de factura convencional, apropiada para estas fechas por su mensaje religioso y humano, que gustará a un público amplio por su tono amable y complaciente, y también por la cuidada ambientación No resulta fácil llevar a la pantalla una historia tan popular como la vida de Jesucristo, y no sólo porque sea conocida por todos en sus más nimios detalles sino porque cada espectador se habrá forjado su propia visión de los hechos, que difícilmente coincidirá con la que el director de turno le muestre. Además, un tema religioso siempre es susceptible de levantar ampollas al afectar a lo más hondo de la persona, y es fácil que uno se sienta decepcionado si esperaba mayor profundidad espiritual en el dibujo de los personajes o una fidelidad escrupulosa a los textos y a la tradición, o por el contrario porque deseara una mayor libertad y riqueza imaginativa al interpretar lo que los Evangelios han dejado sin apuntar. La historia comienza con el Rey Herodes (rey de Judea durante el reinado de César Augusto) y su temor a que se cumpliera la profecía del Mesías del Antiguo Testamento. Obsesionado con la idea de perder su reinado, ordenó la infame Masacre de los Inocentes, es decir, el asesinato de todos los niños varones de menos de dos años en la ciudad de Belén. Siguiendo el rastro de la profecía, la película retrocede un año al Santo Templo de Jerusalén. Dirección: Catherine Hardwiche. País: USA. Año: 2006. . Género: Drama. Reparto: Keisha Castle-Hughes, (María), Oscar Issac (José), Hiam Abass (Ana), Shaun Toub (Joaquín), Alexander Siddig (Arcángel Gabriel), Nadim Sawaha (Melchor), Eriq Ebouaney (Baltasar), Stefan Kalipha (Gaspar), Said Amadis (Tero), Stanley Townsend (Zacarías), Ciarán Hinds (Herodes), Shohreh Aghdashloo (Isabel). Guión: Mike Rich. Producción: Wyck Godfrey y Marty Bowen. Música: Mychael Danna. Fotografía: Elliot Davis. (Por FLP) (CARCASSONE) En el año 800 aC. la ciudad de Carcassone, situada en una colina, se convirtió en un importante centro comercial. La ciudad empezó a ser importante estratégicamente cuando los romanos fortificaron la colina sobre el 100 aC. convirtiéndolo en un centro administrativo de la colonia “Julia Carcaso”, posteriormente denominada como “Carcasun y Carcaso” . Las murallas de septentrión son de esa época. Sobre el S. VII, fue ocupada por los visigodos, construyendo más fortificaciones, aún conservadas. Los ataques perpetrados por los francos fueron rechazados con éxito. Los musulmanes tomaron Carcassone en el 725, el rey Pepino el Breve los expulsó en el 759, cediéndola a Bellón, primer Conde de Carcassone y fundador de las ramas dinásticas de las casas Condales de Barcelona y Occitania (recordemos que varios condes de Barcelona fueron Templarios) y descendiente de la nobleza visigoda. El condado fue heredado por su hijo Guisclafredo de Carcassone, en el año 810 que murió sin descendencia, pasando a manos de su hermano Oliba I, a su muerte le sucedió su hijo Alfredo I de Carcassone. En 1067 por un matrimonio pasó a ser propiedad de Raimundo Bernardo de Trencavel, vizconde de Albi y de Nimes. En siglos venideros los Trencavel formaron alianzas unas veces con los Condes de Barcelona y otras con los de Tolosa. A finales del S. XII, el vizconde de Carcassone era feudatario del rey de Aragón, Alfonso II. Los Trencavel construyeron el castillo condal y la basílica de San Nazario. Carcassone destacó en la cruzada contra los albigenses cuando la ciudad era un feudo de los cátaros. En agosto de 1209 el ejército cruzado de Simón de Montfort rindió la ciudad después de quince días de asedio, tomando prisionero a Raimundo Roger de Trencavel, convirtiéndose en el nuevo vizconde, amplió las fortificaciones y Carcassone se convirtió en una ciudadela de la frontera entre Francia y la Corona de Aragón. En el año 1213, la batalla de Muret entre Simón de Monfort y el rey Pedro II de Aragón fue ganada por el primero, marcando el principio de la dominación del los reyes de Francia sobre Occitania. En 1240 Ramón Trencavel II hijo de Ramón Roger de Trencavel hizo el intento de reconquistar sus antiguas posesiones, no consiguiéndolo fue expulsado junto con los que le apoyaron. Carcassone pasó a estar de una forma definitiva bajo el mando del rey de Francia en 1247, cuando Ramón Trencavel II renunció definitivamente a su título de vizconde entregado el sello familiar. Luís IX, perdonó a los que secundaron la revuelta y les fue permitido volver a Carcassone, pero debían quedarse en la orilla occidental del río, fundándose así la parte nueva de la ciudad al pié de la colina, llamada la “Ciudad Baja o la Bastída de San Luís”. Luís IX y su sucesor, Felipe III, construyeron las fortificaciones exteriores, por ese tiempo la fortaleza era considera como inexpugnable. Durante la Guerra de los Cien Años, Eduardo, El Príncipe Negro, no pudo tomar la fortaleza hasta 1355, aunque si tomaron la ciudad baja. Se cree que la primera iglesia fue construida en el S. VI bajo el reinado de Theodoric, regente del reinado de los visigodos. El primer escrito en que menciona esta iglesia se remonta al año 925. El 12 de junio de 1096, el papa Urbano II viaja a Carcassone para bendecir la catedral de Saint-Nazaire y Saint-Celse. El edificio se terminó en la primera mitad del S. XII. Actualmente solo subsiste la nave y los laterales de la catedral románica. El crucero y el coro gótico fueron construidos donde se asentaba el coro románico en 1269, fecha en la cual, Luís IX concede al obispo el derecho de sobrepasar en tres metros y cincuenta cms. Sobre la vía pública. Los trabajos se concluyen en el S. XIV bajo los episcopados de Pierre de Rochefort (13001321) y de Pierre Rodier (1323-1321). Probablemente en la 2ª década del S. XII se abriera una puerta al nivel de la tercera bovedilla del lateral norte. BODEVA DE LA NAVE – S. XI y XII: La nave románica está compuesta de seis bovedillas. La nave solo estaba iluminada al principio por estrechos ventanales abiertos en las paredes colaterales y también por pequeños orificios abiertos en la pared oeste. La decoración de los capitales es variada, molduras, palmetas, lazos, etc. La nave se une con el crucero gótico, que reemplazó al románico en 1270. CRUCERO Y CORO – de 1269 1330 y S. XVII: Fueron edificados en el lugar del coro románico entre 1269 y 1330. Tiene 36 metros de largo, cada brazo está compuesto de tres bovedillas rectangulares terminadas al este en tres capillas. Dichas capillas están decoradas con grandes vitrales, algunos datan del S. XIV. ROSA SUR – principios del S. XIV: La rosa sur del crucero gótico contiene las armas del obispo Pierre de Rochefort . Los colores son más claros que los de la rosa norte, lo matices se funden en color malva. La cruz central representa a Cristo Rey, contiene animales que simbolizan a los cuatro evangelistas y a los padres de la Iglesia. Pedro se reconocible por las llaves del cielo y de la tierra, Pablo por su espada. VITRALES DEL CORO (S. XIII-XIX): Cinco vitrales iluminan el coro, con la vida de Cristo en el centro del S. XVI. Las columnas de ábside y el coro contienen 22 estatuas representando a los apóstoles a la virgen y varios santos. TUMBA DEL OBISPO RADULPHE- S. XIII: La tumba del obispo Razouls o Radulphe (1255 1266) fue descubierta en 1839, en la capilla que el prelado había hecho construir en 1260. En la pared occidental su esfinge se despega del medio -relieve de un nicho. Revestido de ornamentos, sujeta un báculo y bendice con la mano derecha. Debajo, bajo un friso de hojas, tres líneas dan información sobre la muerte del obispo. La parte inferior del sarcófago representa a doce canónigos rodeando la cama del difunto, mientras una mujer ora. El jefe de la obra se permitió la licencia de poner un ángel desternillándose de risa. TUMBA DE PIERRE DE ROCHEFORT S. XIV y XIX: Este obispo descendía probablemente de una familia hereje de la Montaña Negra. Durante su mandato la catedral recibe la rosa sur y se termina la bóveda del crucero sur. Su tumba está situada en la capilla entre la nave y el crucero norte. El obispo está representado en la pared oeste rodeado del archidiácono de la diócesis de Pons de Castillón y del Archiduque Gasc de Rochefort. PIEDRA DE ASEDIO: Es un fragmento de bajo-relieve que representa un asedio, en la pared oeste del crucero, data de la primera mitad del S. XIII. Varias hipótesis se han formulado acerca de lo que representa este relieve, principalmente de la muerte de Simón de Montfort. Violet le Duc y varios de sus sucesores ha discrepado sobre su autenticidad. ÁRBOL DE JESSE – Finales del S. XIII o principios del XIV: La capilla de la Virgen, en el brazo norte del crucero, está iluminada por un vitral consagrado árbol de Jesse, alegoría genealógica del pueblo cristiano a través de la ascendencia de Cristo. Esta vidriera se ha de ver en forma ascendente. Debajo, en el centro Jesé está dormido, de su costado sale el árbol genealógico que representa los siete antecesores principales de Jesús, el rey David, Salomón, Roboam, Abias, Asá, Josafat Joram. Al lado de cada antecesor los profetas miras las diferentes generaciones subiendo hasta la llegada del Mesías. En el tímpano de la ventana, Cristo aparece entre la Virgen y el apóstol Juan. ÁRBOL DE LA VIDA- Principios del S. XIV y 1853: La capilla Sainte-Croix, está iluminada por una vidriera consagrada al árbol de la vida, tomado de las meditaciones de San Bonnaventure (1221-1274) acerca de las virtudes de Cristo. El tronco central se eleva y sus ramas conducen a las doce virtudes. En la cima del árbol Cristo aparece clavado sobre la cruz. Se convierte así en el árbol de la vida eterna. ÓRGANO – de 1637-1639, 1680-1687, 1772-1775 y 1982-1985: Pasadas las guerras de religión. El obispo Vitalis de Lestang (1621-1652) ordena instalar un órgano por Crespín Verniole. De esa época es la parte central de la caja, realizada por dos ebanistas carcasoneses, Jean Rigail y Jean Melair. El órgano fue reconstruido en 1680 y 1687 por Jean de Joyeuse, ampliado, en 1772-1775, por Jean de Cavaillé. De 1900 a 1904, Michel Roger altera el instrumento dejando intactos la mayor parte de la cañonería. Vuelve a ser restaurado en 1982 1895 por Barthélemy Formentelli, quién retorno el material de origen e hizo una copia de la cañonería antigua. Jaume Mestres y Capitán (Fotografías originales) Edita OCET