Word La Gran Parada

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Word La Gran Parada
LA GRAN PARADA DEL B-747
Al igual que los vehículos, los aviones tienen que pasar por ciertas inspecciones cada cierto tiempo, las cuales son bastante
estrictas ya que se examinan minuciosamente cualquier centímetro del avión, tanto sea en la estructura exterior como en la
interior. Pero comencemos por el principio:
Hangar nº 5 de La Muñoza.
Todo comienza en La Muñoza, y justamente en el Hangar nº 5. Este hangar es solamente para los 747.
Su tamaño es realmente enorme, ya que tiene una superficie de 12.356 m. cuadrados. Este hangar fue construido en 1973, aunque fue
modificado en 1982.
LA LLEGADA DEL AVIÓN
Cuando al 747 le toca su revisión (cada 60 meses aproximadamente), una vez que entra en el hangar, entran en servicio cerca de 280
profesionales que someterán al avión a todo tipo de pruebas, las cuales comienzan por el decapado total de la pintura
del exterior, revisión o cambio de los motores, tren de aterrizaje y mandos de vuelo. La cabina del pasaje también sufre en la
revisión, ya que igual que las demás partes, ésta es también desmontada para procurar que no existan fisuras en el fuselaje.
A parte de revisar el avión, los motores son desmontados y probados nuevamente, incluso suelen ser cambiados por otros, lo que supone
que cada vez que un avión pasa este tipo de revisiones es como si saliera de fabrica, ya que se considera que tiene
0 horas de vuelo. Los motores, una vez revisados o cambiados, son expuestos a duras pruebas en los denominados bancos de pruebas de
motores, en los cuales dichos motores lo darán todo de sí y más.
Al igual que los motores, al tren de aterrizaje también se le realizan las pruebas de funcionamiento adecuadas, las cuales son tanto las de
que bajen y suban correctamente como las de resistencia cuando entran en contacto con el suelo.
Las alas también son probadas para que todos sus mecanismos funcionen correctamente, “ alerones, flaps, etc.”, y también se pone a
prueba la resistencia de dicha ala, ya que en los despegue y durante el vuelo, las alas de un avión suelen curvarse tanto que si alguien se
fijara llegarían a pensar que se rompen, pero la verdad es que son bastante flexibles.
Veamos bajo estas líneas, 2 secuencias del ala de un avión; una en vuelo y la otra en pleno aterrizaje:
Otra parte que se desmonta completamente es la cabina de pasajeros, a la cual se le sacan las butacas, revestimientos tanto del techo como
del suelo e incluso se retiran las ventanillas.
En lo que a la electrónica nos referimos, los especialistas en este apartado deben de revisar centenares de Kilómetros de cable, y en el caso
del 747, rondan los 250 Km. Una vez realizado todo este trabajo, el cual suele durar 1 mes y medio, con mas de 1400 herramientas y que
tiene un valor de mas de 600 millones de las antiguas pesetas, y de las cuales casi 100 millones solo piezas, se vuelve a pintar el avión
utilizando 160 Kg de pintura.
Pero no con esto, la revisión queda realizada, ahora viene una de las partes mas arriesgadas, la de probar el aparato.
Estas no son unas pruebas cualquiera, en ellas se somete al avión a situaciones límite, cosas que creemos que no pueden pasar en la vida
real pero que, si ocurren, tanto pilotos como avión deben estar preparados y, eso sí, que todo funcione.
La prueba más peligrosa en sí es cuando los pilotos paran los motores y los vuelven a poner en marcha en pleno vuelo.
También se prueba el avión al máximo, realizándole virajes pronunciados e incluso se fuerza el tren de aterrizaje.