la voz del cuyun - Gobierno de la Provincia de San Luis
Transcripción
la voz del cuyun - Gobierno de la Provincia de San Luis
LA VOZ DEL CUYUN Cosmovisión del hombre en la literatura cuyana Amelia Arellano INDICE Presentación..................................................................................................... 2 A modo de introducción .................................................................................. 3 LA VOZ DEL CUYUN PARTE I ........................................................................ 3 “La identidad del cuyano y su relacion ......................................................... 3 LOS OJOS DEL CUYUN ................................................................................... 3 Des-barrancas en Cuyo................................................................................ 4 PROFETAS EN SU TIERRA.............................................................................. 4 LA TEORIA DEL ICEBERG............................................................................... 6 Qué hechos muestra y cuáles oculta la post-modernidad........................ 6 Como ser feliz en siete lecciones................................................................ 8 El oficio de escribir....................................................................................... 9 EL NOSOTROS CUYANO............................................................................... 10 No hay cosa que no se sepa ni tiento que no se corte............................ 11 LOS POETAS DE ACA ................................................................................... 13 LA VOZ DEL CUYUN PARTE II ..................................................................... 17 “Profetas en su tierra”................................................................................ 17 JESUS LIBERATO TOBARES ........................................................................ 17 (Profeta de la tierra nuestra) ...................................................................... 17 Sueños y penas de Jesús Liberato Tobares ............................................ 32 JORGE LEONIDAS ESCUDERO .................................................................... 33 (El Profeta de los ojos tristes) ................................................................... 33 Habla la cordillera ....................................................................................... 49 HECTOR DAVID GATICA ............................................................................... 50 (La Rioja Profunda)..................................................................................... 50 El hombre, el quirquincho y el quebracho .............................................. 63 LUCIA CARMONA........................................................................................... 65 (Una casa extraña y deslumbrante) .......................................................... 65 Lucía Carmona barre .................................................................................. 73 TERESITA FLORES ........................................................................................ 74 (Maga de la cocina y de la palabra) ........................................................... 74 Noche de epifanía ....................................................................................... 83 EPILOGO ......................................................................................................... 84 Carta Abierta a los Profetas en su tierra................................................... 84 Dedicado a Paloma Lucía y Agustín, esperanza viviente “... y estos fueron los días iniciales, horas de horror, pero también de fiesta porque el polen viril los fecundaba violentando clausura de fronteras...” “Digo los primeros días” Un hombre dice su pequeño país – Antonio Esteban Agüero Presentación El presente volumen es el resultado de un proyecto en el que la autora resultara beneficiaria de las Becas Arte Siglo XXI implementado por el Gobierno de la Provincia de San Luis. A través de estas páginas se ha querido rescatar el pensamiento y la obra literaria de cinco grandes de la Cultura Cuyana. El Nuevo Cuyo integra cuatro provincias: San Luis, San Juan, La Rioja y Mendoza, aunque La Rioja mira al NOA y Mendoza no escapa a la influencia de la gran urbe. ¿Por qué la Voz del Cuyun? Porque la palabra de estos autores permite conocer el universo provinciano, con sus diferencias y sinonimias y proyectan el terruño natal hasta hacerlo universal. Sirva esta humilde contribución literaria como un homenaje justiciero a estos hombres y mujeres que trabajan tan comprometidamente por la cultura de su país. La Autora A modo de introducción Esta producción consta de dos partes por exigencias metodológicas pero en realidad ambas responden a un mismo análisis: la cosmovisión del hombre y de la vida de Cuyo por parte de reconocidos autores de la región. En la primera parte se intenta conjugar una dialéctica entre lo general y lo particular. El eje articulador es la Identidad del cuyano y su relación con el contexto iberoamericano. En la segunda parte del libro se realiza un rastreo de la obra de cada autor denominados PROFETAS EN SU TIERRA, estos, desde su singularidad, nos muestran los nexos con un concepto de identidad más amplio. Se analizan las tramas infinitas de influencias y concatenaciones cuyo producto es un esquema teórico basado en una experiencia concreta. También se incluye una entrevista personal a cada uno de los PROFETAS intentando descubrir al SER HUMANO que subyace en sus creaciones intentando develar una historia personal que es en última instancia un producto social. Es de destacar que la producción fue posible no solo por la consulta bibliográfica y las entrevistas formales, sino por la apertura y calidez de cada uno de los autores seleccionados. ¡Gracias a los aportes y disponibilidad de los autores que hicieron posible esta sistematización! ¡Gracias en nombre del pueblo cuyano y en el mío propio por ser trabajadores comprometidos con la cultura nacional! ¡Gracias por ser referentes éticos tan necesarios para el momento histórico que le toca vivir a nuestra juventud! La Autora LA VOZ DEL CUYUN PARTE I “LA IDENTIDAD DEL CUYANO Y SU RELACION CON EL CONTEXTO IBEROAMERICANO” LOS OJOS DEL CUYUN Nuestro país sufriente. Desbarrancándose. Ante tanto dolor, no pocas veces sentimos que el piso cede, que nos desbarrancamos, que nos quedamos sin apoyo, sin sostén. Mas, surge el poder transformador de la poesía y nos deslizamos en un improvisado tobogán en las barrancas de Cuyo, volviendo a ser un niño, abrazando con esperanza el país que amamos y nos espera... con nuestros ojos sostenidos por otros ojos... los ojos del Cuyun. Des-barrancas en Cuyo Entre la muchedumbre de barrancas. Yo. Desbarrancándome. Hacia el sur. “Barranca abajo” Mi potro corazón desenfrenado. Fugitivo. Socavón de venas desterradas. Mi vasta geografía, inexplorada. Barrancas. Noche oscura. Soledad. Mi cintura se expande en Buenos Aires. Ceñido entre mis brazos, el Litoral espera. Los barrancos del Norte, se despeñan en el eco de una quena furtiva. Y el Sur ¡Ah, el Sur! Doliente Sur Invencido. Blancas rosas de hielo. Insepultas. Y entre tanto esplendor, tanto dolor, mi potro corazón desbarrancado en Cuyo. Latido mineral. Savia de piedra. Hembra sin apellido. Madre tierra. Estruendoso silencio de barrancas y entre ellos tus ojos, tus ojos del Cuyun. PROFETAS EN SU TIERRA “En nombre de América, para todos vosotros levanto perpendicularmente mi diestra hago el sublime, inmortal ademán para todos los hogares y viviendas humanas” Walt Whitman Canto del Poeta- Esta producción no pretende, en modo alguno, ser una antología, intenta acercarse a una investigación de la cosmovisión del hombre en la literatura cuyana. Se procura que la misma tenga un carácter objetivo, más, seguramente estará teñida de subjetividad y respondiendo al esquema conceptual y referencial de la autora. Se intentará demostrar mediante el rastreo y sistematización de la obra de reconocidos poetas cuyanos, que más allá de la producción literaria se encuentra el HOMBRE, con su propia visión del mundo y de la vida. Partimos de la hipótesis que pese a su particularidad y diversidad existe un entramado común que hace a la identidad cuyana y las historias que se deslizan en su poesía, desde su singularidad, entrelazan historias personales, con historias sociales. Estos autores son cuyanos, tan americanos como universales. Hay muchos más, la lista sería interminable pero hemos intentado acotar nuestro universo de discurso construyendo un perfil que los define e incluye sin que esto implique definiciones simplificadoras. Dicho perfil incluye: - El arraigo a la tierra de Cuyo, que los vio nacer y en donde fueron construyendo su pertenencia y construyendo su subjetividad. - La poesía basada en la experiencia, siendo el paisaje el nexo entre el hombre y el mundo. - En su obra es fundamental el papel de la historia. Historia que comienza antes de constituirse el Cuyun. Para ello apelan a la memoria colectiva. - Un reconocimiento generalizado de todo un pueblo que ve reflejadas en ellos sus características identitarias. Son contemporáneos, comparten nuestro tiempo y espacio, Cuyo, año 2004; por ello no incluimos poetas que ya no están entre nosotros. Desde este lugar es, entonces, que se los ha denominado: PROFETAS EN SU TIERRA: Ellos son: - Jorge Leonidas Escudero San Juan - Jesús Liberato Tobares San Luis (Si bien a este escritor se lo conoce más por historiador, folclorólogo, etc., lo incluimos porque demostraremos que en todas sus producciones se encuentra casi desapercibida una intensa veta poética.) - Héctor David Gatica La Rioja Se incluye también, desde la óptica de género: - Teresita Flores La Rioja - Lucía Carmona La Rioja En la provincia de Mendoza, indudablemente influida por las características de gran urbe que va adquiriendo, no se han encontrado poetas que respondan al citado encuadro de trabajo. No obstante, tenemos pleno convencimiento de que en Mendoza se encuentran excelentes poetas. ******* Uno de los objetivos de este trabajo es DESMITIFICAR. Creemos que despojándonos de mitos lograremos el afianzamiento de la identidad nacional. No acordamos con “el estigma del poeta provinciano”. Tampoco negamos la dialéctica entre Capital Federal y Provincias. Ser poeta de Buenos Aires o del interior es sobre todo ser trabajador de la cultura sudamericana. Se intentara romper con el mito de que “nadie es profeta en su tierra”, por el contrario, son trabajadores reconocidos en sus provincias. Su protagonismo guarda el saber de quiénes somos los argentinos en general y los cuyanos en particular, dado que sus relatos tienen la riqueza de lo vivo y testimonial producto de la mezcla de sangres en América Latina. Con esta ruptura también intentaremos terminar con el mito de lo “natural”. Su poesía surge de una realidad concreta en movimiento y en continua contradicción. Sus trabajos permiten conectarnos con el asombro, con interrogantes con la interpelación de la realidad y la interpretación de los hechos. También, sus creaciones nos invitan a interrogarnos sobre el papel de la historia. Si es un hecho pasado o es un quehacer concreto, un hecho social vigente, en donde el pasado de la comprensión del presente y permite vislumbrar el futuro. La poesía de estos hombres y mujeres, portavoces de nuestra sociedad no solo produce una resonancia emocional sino que la emoción, la identificación se articulan con el análisis científico de la estructura de una organización social que ha determinado sus experiencias. Se da lo que dice Rainer María Rilke: “La poesía no es solo fruto de los sentimientos, es experiencia”. Los personajes, los colores, olores, sabores del paisaje dejan una profunda huella en nuestra subjetividad al encontrar parte de nuestras historias en ellos, huellas que nos proponemos andar y desandar, recorrer los caminos del paisaje humano y de la naturaleza, en donde encontraremos vivencias universales pero perfumadas con nuestra singularidad. LA TEORIA DEL ICEBERG Qué hechos muestra y cuáles oculta la post-modernidad “Poetas y mendigos, músicos y profetas, guerreros y malabaristas... la interpretación de nuestra realidad con esquemas ajenos, solo contribuye a tornarnos cada vez más desconocidos, menos libres, cada vez más solitarios”. Gabriel García Márquez El fin del milenio nos encuentra con un mundo en donde se proclama la muerte de las ideologías. Para aquellos que transitamos los 70` con la esperanza de un mundo mejor aun no hemos renunciado a una cultura popular, dinámica, a la que puedan acceder la mayor cantidad de personas posibles. Creemos que consciente o inconscientemente cada uno es portador de una ideología y el mensaje que trae aparejado “la muerte de las ideologías” encubre absoluta y paradójicamente un contenido ideológico e ideologizante. Se propone una cultura globalizada, homogénea, ahistórica. La globalización intenta homogeneizar lo heterogéneo, generalizar lo particular, igualar la alteridad. Se pierde la dialéctica entre los opuestos, entre otros, grupo e individuo, pobreza / riqueza, presente / pasado, escepticismo / proyecto, alineación / conciencia, contenido / forma. Un debate común en estos días es si es necesario que el lector común entienda o no lo que se escribe. Según Ricardo Piglia: “Para mi la claridad es una aspiración de forma. El mejor escritor es aquél que puede decir lo que piensa del modo más claro posible”. Si pensamos que en el libro hay una comunicación ente el lector y el escritor, ambos están unidos por una dinámica infinita que hace que el lector se transforme y transforme la realidad en que vive. Desde este lugar no adherimos a un mensaje elaborado de tal modo que es una síntesis cerrada que no permite pensar y pensarse, imaginar, cuestionar. Rosa Montero, escritora española, dice que la literatura del siglo XX es evidentemente la literatura del caos, de la esquizofrenia, del descuartizamiento de nuestra identidad. Este fenómeno se refleja en la creación de algunos poetas, cuya característica no solo es el hermetismo, sino la escisión, la fragmentación. Estas producciones surgen de una realidad concreta con un discurso hegemónico: el de la post-modernidad. Isidoro Blainstein compara la poesía con la teoría del iceberg: “La poesía es el máximo común denominador y el mínimo común múltiplo, todo pasa por la poesía: es como Dios. Además es lo latente lo que sugiere la famosa teoría del iceberg de Heminway que dice que para que un iceberg flote dos tercios deben estar sumergidos y un tercio es lo que se ve.” La post-modernidad nos plantea que aceptemos la fragmentación de lo existente. Subyace una renuncia a la comprensión de los nexos, de las relaciones, de la causalidad. Esto implica también una renuncia a un pensamiento creador desde el cual busquemos relaciones que se dan desde una multiplicidad causal y que desde allí comprendamos el movimiento entre lo objetivo y lo subjetivo. Es importante comprender que como sujetos inmersos dentro de un contexto social este fenómeno de esquizofrenización nos abarca y atraviesa de allí la importancia de construir una mirada crítica que evite un riesgo mayor: la fractura de nuestra identidad. “Vamos a contarles la historia de un viaje, la historia de un explotador y dos explotados. Observen atentamente el comportamiento de esa gente. Les parecerá extraño aunque reconocible. Desconfíen del gesto más trivial y en apariencia sencillo y sobre todo examinen lo habitual. No acepten sin discusión las costumbres heredadas. Ante los hechos cotidianos, por favor no digan “es natural”. En una época de confusión organizada, de desorden decretado, de arbitrariedad planificada...nunca digan “es natural”... para que todo pueda ser cambiado.” Bertold Bretch La excepción y la regla. Estas nuevas formas de subjetividad, al no tener en cuenta la singularidad, las diferencias plantean como valor supremo la realización personal, escriben, diría Leonidas Escudero, para “sacar crías para el olvido”. El riesgo que implica una cultura globalizada es un hecho irreversible, quizás por eso mismo surgen con más fuerza movimientos que tienden al afianzamiento de la regionalización, no entendida como una contraposición entre lo regional y lo universal, sino como el sentido de pertenencia a una cultura nacional que tiene en los valores su base de sustentación. En estos movimientos están incluidos los hombres y mujeres que se han constituido como PROFETAS EN SU TIERRA. Analizan desde su poesía, la mayoría de las veces en forma inconsciente, esta realidad histórica y social en la que se sustenta nuestra identidad, con un protagonista esencial: el hombre situado. Como ser feliz en siete lecciones Nuestra identidad es el producto de un Ayer y un Hoy. América Latina antes y durante la conquista. América Latina Hoy. Se cierra un largo ciclo histórico, se abre otro y nos encuentra en la actualidad con una gran incertidumbre ante el porvenir. Se potencian las vivencias de inseguridad y el interjuego entre escepticismo y proyecto, en donde el polo predominante es el escepticismo con una vivencia que se desparrama como un virus: la desesperanza. No obstante, el impulso a la vida es más fuerte y surge la necesidad de creer en algo, de fabricar ídolos, de buscar refugios. Surge la necesidad de la magia. Paralelamente, salen al mercado libros que dan respuestas a estas inquietudes y autores y editoriales con éxito rotundo no vacilan en dar recetas para ser feliz y surgen libros con títulos que atrapan: “Como ser feliz en siete lecciones”, “Como ser feliz e influir sobre las personas”, “Como conseguir el éxito”, “Como ser feliz con su pareja”, etc., etc. Y así miles de textos circulan de mano en mano simplificando problemas que son de alta complejidad. El tema quizás sea plantearse: • ¿Por qué en país con un millón y medio de analfabetos y varios millones de personas que no tienen acceso a los libros, las editoriales se preocupan más por vender libros que por captar lectores? • ¿Porqué las editoriales venden libros que son de dudosa calidad literaria y que son proclamados best sellers y autores consagrados solo por la cantidad de ediciones vendidas? Esto refleja la gran crisis que atraviesa nuestra sociedad. Quizás se dé lo que dice Woody Allen en “Celebrity”: No hay mejor diagnóstico para saber si una sociedad es fuerte o débil, que viendo quiénes adopta como célebres”. Las industrias editoriales informan que los libros que más se editan son aquellos considerados best sellers y cuyas condiciones de producción han sido analizadas previamente, también lo que tiende a incrementarse es la producción literaria de las provincias, aunque la edición sea hecha en Buenos Aires. La mayoría de las veces son temas puntuales de sus regiones, los géneros son diversos: ensayo, investigación, poesía, etc. (Fuente: Revista Lea, año 2001). Con respecto a la poesía, pese a ser considerada culturalmente prestigiosa, en este momento está pasando por una disyuntiva. Por un lado, se la considera valiosa y por otro lado, casi no tiene público, no tiene consumo masivo. De este modo, los lectores de poesía son los mismos. El oficio de escribir “Solo soy un obrero que trabaja sobre el oscuro yunque de su canto, con la luz de la voz, como los otros con su martillo de cristal, llorando” Antonio Esteban Agüero. Pese a que la complejidad de la crisis impacta, no aquieta las mentes, sentimientos y haceres de los que eligieron este oficio. No se duda que la escritura es una herramienta que puede servir para construir nuevos caminos colectivos para América Latina. Se apela a la memoria. Se vuelve a las fuentes. Se retoman claves históricas. No se destierra la esperanza activa. Apostamos a la vida: “La poesía si no se identifica con la vida no es poesía la reivindicación poética implica la reivindicación del hombre... el poeta es la sensación, la intuición y a veces la imaginación”. “Juanele” Ortiz, poeta entrerriano. Algunos poetas saben que la poesía es un oficio que excede al hecho meramente catártico. Un oficio. Uno más. Solitario. Mal retribuido. A veces desestructurante. Sin un marco jurídico que regule las producciones. Un oficio más, como tantos. Pero lo siguen celebrando: “Si me palmearan en la espalda y me preguntaran de improviso, diría sin ponerme colorado soy poeta. Entonces a colocarse en la cola; Con el albañil, con el matasellos de las sucursales, Con el mozo del café”. Luis Lucci, poeta argentino (1921-2000) EL NOSOTROS CUYANO Según aportes del escritor sanluiseño Jesús Liberato Tobares, no hay coincidencia de los autores en cuanto a la etimología del vocablo CUYUN; sí parece haber acuerdo en que los primitivos habitantes de cuyo fueron denominados cuyunches, que fue derivando a lo que hoy conocemos como cuyanos. Podríamos, pues, arriesgar: NOSOTROS LOS CUYUNCHES ¿De dónde y cómo fue constituyéndose este NOSOTROS que nos diferencia pero a la vez nos incluye? Cuyo estuvo originalmente integrado por las provincias de Mendoza, San Luis y San Juan, luego al incluirse la Rioja (polémica mediante), se le adjudica el nombre de Nuevo Cuyo. Sabemos que esta división es política y lo que nos hermana, no es la pertenencia a una región geográfica exclusivamente, sino que esto nos lleva a replantearnos quiénes somos los latinoamericanos en general y los argentinos, en este caso cuyanos, en particular. El sentirse perteneciente al continente latinoamericano implica un planteo complejo y amplio, incluye el análisis de un fenómeno cultural y social proveniente de una fusión de razas, etnias y culturas. Significa ingresar en otra historia, LA VERDADERA HISTORIA, que no profundizaremos acá por razones obvias. Cuyo, incluido dentro del escenario latinoamericano, no escapa a las características de la nación, identificándose pero además diferenciándose. Argentina, como país de Latinoamérica, se diferencia de otros que tienen otras condiciones históricas. Por ejemplo lo referido al tema de la pobreza. Argentina en algún momento fue “el granero del mundo”. Nuestra generación alcanzó a vislumbrarlo. Vivida como tierra de prosperidad, de progreso, cobijó a otros países, en su mayor parte europeos que escapaban al horror de la guerra. Estos inmigrantes fueron incluyéndose en la extensa geografía del país. El Cuyun, entonces, tampoco escapa a esta situación. A los primitivos habitantes, a los verdaderos dueños de la tierra, que ya habían sufrido un proceso de exterminio y colonización, se les suman los “gringos”. Los criollos y los gringos unificaron sus esfuerzos en el canto laborioso hacia la tierra, trabajaron la tierra y de ella vivieron. La tierra pródiga floreció a raudales en las viñas de La Rioja, Mendoza y San Juan, en los cerros y valles de San Luis, especialmente en su producción caprina. Lamentablemente, tenemos que hablar en pasado porque al establecerse una pobreza estructural, el campo en donde se concentraban importantes producciones de Cuyo, fue uno de los sectores más castigados. También fue vulnerada nuestra identidad. La gente emigra del campo a la ciudad con las esperables consecuencias del desarraigo. Además, lentamente, se va estableciendo una incertidumbre que también se globaliza y se desparrama como un virus, como una peste. Aquí cabe realizar un paréntesis y un análisis de una dialéctica contraria a la que veníamos desplegando: conocer el pasado para vislumbrar el futuro. El porvenir se plantea aquí de modo que si no tenemos una concepción de futuro, no podemos capitalizar nuestro pasado. Esto genera un gran desafío a los trabajadores de la cultura y entre ellos, nosotros, los poetas, los escritores cuyanos. En este recorte obligado y ya fundamentado, nos encontramos que nuestros PROFETAS desarrollan en su obra literaria, en proceso inconsciente, la mayoría de las veces, una de las bases de la teoría del conocimiento: un hombre situado. El papel de la historia y de la experiencia. En sus magníficas creaciones vemos transformada la experiencia. En sus magníficas creaciones vemos transformada la experiencia en conocimiento, se cristaliza la intuición del Poeta. Reiteramos lo que Rainer María Rilke, el poeta alemán ya profetizaba en 1800, que la poesía es un compromiso vital, inclaudicable y no tan solo una mera expresión literaria. Por eso ante el generalizado concepto de que el poema es fruto de los sentimientos, él nos decía que eran experiencia. No hay cosa que no se sepa ni tiento que no se corte La voz del CUYUN se deja de oír en la palabra oral y/o escrita de estos hombres y mujeres. La idea es nutrirse de sus conocimientos, por un lado, y por otro, lograr una mirada de Cuyo desde lo múltiple. Todos son diferentes pero tienen algo en común que los hermana. Son trabajadores de la cultura, entendiendo ésta como un accionar del ser humano desde un tiempo, un espacio, y en grupo socialmente determinado. Estos PROFETAS, portavoces de su pueblo cuyano, dan un marco conceptual y referencial, de lo que es la poesía en cuyo en este aquí y ahora. ******** EL CUYUN y los CUYUNCHES, pueblos tan diferentes y tan iguales, personas tan diferentes y tan iguales. Nuestros PROFETAS desde su singularidad, parten desde el CUYUN, abarcando con ojos oscuros y mirada clara, nuestro país, con una vocación apasionada: de utilizar la palabra como herramienta puesta al servicio del pueblo; así, afianzando el sentido de mismidad dado por la pertenencia a una tierra que los vio nacer. Creemos que son fundamentalmente dos áreas que permiten la construcción de esa pertenencia: la familia y el trabajo. De esa manera, el cuyano no adquiere el lenguaje, adquiere un lenguaje. Adquiere un lenguaje, un habla, una tonada. “No tenemos bandera que nos cubra tremolando en el aire de la plaza, ni canción que nos diga entre los pueblos cuando suene el clarín y la proclama desanude las últimas cadenas y destruya el alambre y la muralla, pero tenemos esta luz secreta, esta música nuestra soterrada, este leve clamor, esta cadencia, este cuño solar; esta venganza, este oscuro puñal inadvertido, este perfil oral, esta campana, este mágico son que nos describe, esta flor en la voz: nuestra Tonada.” “Digo la Tonada” Un Hombre Dice Su Pequeño País Antonio Esteban Agüero Es en el seno de la familia donde se van construyendo nuestras matrices de aprendizaje. Vamos aprendiendo a ser lo que somos, en donde somos, con quién somos, en un hacer concreto. También aprendemos a conectarnos con el mundo mediante una acción planificada: el trabajo. Un tema tan crucial en nuestros días merece un análisis aparte, vasto y exhaustivo. Unificados desde el origen en el proceso de la colonización, proceso denso, complejo, doloroso, nos encontramos con esta parte de nuestra historia, hecho vital, vigente en donde coexisten fenómenos que preceden al colonizador, los de antes y los de ahora, con aquellas tradiciones ancestrales procedentes de los verdaderos dueños de la tierra. Creemos necesario hacer constar que en los troncos originales mezclados posteriormente con corrientes inmigratorias, se reconoce la influencia del mestizaje del indio con el español, etc., etc., pero lo que está negado son los aportes del continente negro. Así mismo también, así lo creemos, está menoscabada nuestra “raza criolla”, no pocas veces se la descalifica con epítetos como “vagos”, “flojos”, “quedados”. Quizás dentro de la región de Cuyo sea San Luis la que se inscribe más den dicha caracterización. La lectura queda así simplificada, hacemos análisis reduccionistas de hechos complejos en donde tiene un papel fundamental la historia. De este modo vamos construyendo el NOSOTROS. NOSOTROS LOS CUYUNCHES, tenemos una historia vivida en común, con facetas diferentes, pero una historia colectiva encarnada en relatos, música, danzas, refranes, dichos que permiten encontrarse y encontrarnos. A modo de ejemplo es común observar, especialmente en la zona rural de Cuyo, que persisten viejas ceremonias en donde coexiste lo viejo con lo nuevo. Los conmueven hermosos viejas criollas, con piel apergaminada, con ojos y trenzas oscuros, cuyas cabezas lucen bellísimos pañuelos de procedencia española, con vestidos de origen coreano y zapatillas pseudoyanquis. Cerca de ellos descansan caballos y perros, ambos herencia de la colonización y estos últimos, ahora sus amigos, utilizados en la conquista como una infalible arma para la exterminación. También están sus nietos, algunos de ojos oscuros como la tierra, pero también hay otros de ojos claros como el cielo. Del mismo modo, en sus viviendas, se observa el fenómeno de tal fusión por lo que es común encontrar un santo de origen europeo, con un santo negro, la Difunta Correa, el Santo de la Quebrada o la Virgen de la Carrodilla. Una costumbre que casi se ha perdido es el relato de cuentos o hechos. Aún nos parece escuchar “Las aventuras de Pedro Urdemales”, “La viuda negra”, “el familiar”, etc. también dichos y/o refranes que han ido colaborando a la formación de una conciencia crítica o por el contrario para seguir ocultando una realidad que es desmentida por los hechos. Por ello, NOSOTROS LOS CUYUNCHES, nos alimentamos de una historia, que a veces no está escrita pero está guardada en el arcón de la memoria. Y aunque a veces sentimos que “estamos atados de pies y manos”, sabemos por que nos lo enseñó la experiencia que “no hay cosa que no se sepa ni tiento que no se corte”. LOS POETAS DE ACA Son nuestros. Son de acá. Su poesía podrá gustar o no a algunos pero lo innegable es que no pasan inadvertidos. Hay un punto en el que se hace visceral, que toca nuestro cuerpo, nuestra sangre, una parte de nuestra mismidad. Entre los míos sus poemas llegan a ser canciones: “El ochenta por ciento de los míos, no sabe ni leer, ni escribir y los poemas, yendo de boca en boca llegan a ser canciones, allá, entre los míos, los poemas llegan a ser banderas, lo mismo que entre ustedes, allá lejos” Nazim Himket Antología poética 1976 En la estructura de sus poemas hay una dialéctica permanente entre lo abstracto y lo concreto, con predominancia de este último polo, porque la realidad a veces impacta de tal modo que parece ser indescriptible y, aún teñidas de subjetividad, las imágenes y palabras son tan fuertes que se hacen tangibles. Y cuando Teresita flores nos cuenta que a Manuel Reyes le han robado el agua, sentimos que no solo a el le han robado, también a nosotros y una blasfemia se nos vuelve de la boca por temor que nos salga de ella un diablo, quizá una salamandra. Agua robada “A Manuel Reyes le robaron el agua, su hora de humedad escrita en los relojes, la que debía brotar de las acequias. Atajaron, taimados, las femeninas gotas frescas, la promesa del maíz y la legumbre, su jornal de esperanza transformado en el pan del alimento. Pensativo, enojado de a ratos, sordo al vegetal que tiembla, Manuel ciñe sus manos a la pala con que hiere la tierra. Quizás un diablo le saldrá por la boca, una salamandra si blasfema, luego se aleja meditando en la espesura de la huerta. A Manuel Reyes le robaron el agua... ...Pero a cuántos el robó la primavera”. “Agua robada” – Ocupante del mundo - Teresita Flores La poesía de estos PROFETAS, nos permite acceder a acontecimientos de la vida de sus co-terráneos, de su propia vida que en última instancia es la nuestra ya que compartimos un tiempo y un espacio común. El paisaje es otro tema que hace foco en sus obras. Describen el paisaje del hombre y del mundo. Se articula lo externo, lo geográfico, con lo interno, con el espacio íntimo, con el dolor de fondo pero como instancia ética, de crecimiento espiritual. El dolor, la nostalgia se transforma en “voz de pájaros y rumor de vientos”. Leónidas Escudero, el profeta de ojos tristes, nos ofrece una profunda visión de la belleza para nombrar las cosas y en nuestra boca se mezcla el sabor dulce de la algarroba con el acre de los salitrales cuando nos invita, por ejemplo, a buscar los rastros de su bisabuelo: “Salí a buscarlo al campo por si acaso quedaban rastros del bisabuelo criollo que parece azotó los llanos de La Rioja, al este de San Juan y anduvo cuerudo en lo que fuera... ...ni señas, la tierra empedernida lo escondía en salitrales, monte achaparrado, rabia de sol y azul despavorido. Entonces ya vencido entré a pegar la vuelta y a que se enfriara el motor paré ante una ceja del monte. Bajé a caminar un poco cuando créanme, lo encontré a mi bisabuelo. Estaba entre algarrobos y chañares voz de pájaros y rumor de viento. Hablamos de todo y cuando nos despedimos me dio un puñado de algarrobas, y ahí lo dejé, en sus propias raíces”. El rastro de mi bisabuelo” Senderear- Leónidas Escudero Sus voces hablan de la pertenencia a la tierra que los vio nacer y nos muestran verdades inapelables de una historia que les tocó vivir. Ingresando en la poesía de Lucía Carmona desearíamos ser pan, oraciones secretas, pechos repletos para alimentar a la madre y al hijo y aunque “un silencio superior al espacio viste el cuerpo fragoroso de la nada” y pese a que su testimonio nos conmociona, nos conmueve, nos desgarra, a la vez, nos permite apoderarnos de una vivienda de armonía y movimiento suficiente para vislumbrar el antídoto contra la desmemoria: “A lo lejos, las montañas azules resguardarán al pueblo del olvido”. “Una mujer avanza por la senda de piedras, lleva en brazos el hambre y un niño de su seno. Aire de antigüedad como si desde el cielo surgiera una voluntad de esperanzas Que balancea el sueño y lo detiene. Nadie llegará hoy con pan a nuestra puerta. Solo los viejos rezan oraciones secretas... ...Corre el viento en una pulsación del pasado cuando un día cualquiera, una hora cualquiera la tristeza desnuda las épocas, el sonido avanza en dirección opuesta a los sentidos y un silencio superior al espacio viste el cuerpo fragoroso de la nada... ...A lo lejos, las montañas azules resguardarán al pueblo de su olvido.” “Casi égloga en Vichingasta” Regresos Lucía Carmona La poesía de estas personas es testimonio nítido de una época histórica. Ingresar en ella significa la mayoría de las veces conectarnos con un proceso doloroso que toca parte de nuestra propia historia. Cuando Héctor David Gatica nos permite acceder a sus “Días insólitos”, la primera sensación que nos invade es la de estar vivo y de plantearnos “por algo ha de ser” ya sea porque nadie muere antes de las víspera o porque, como dicen muchos jóvenes, que a veces no perdonan a los vivos, “algo no habrán hecho”. Su poesía habla de cárceles, de uniformes, armas, muchas armas, manos quemadas o libros quemados que es lo mismo y que va in crescendo hasta llegar a un clímax con el cual comprendemos que esta época ya pasó pero que debemos guardarla celosamente en el cofre de la memoria. Por algo ha de ser Allanamientos detenciones rastrillajes secuestros el corazón da un salto cuando suena el timbre cuando golpean la puerta tras ese golpe la visita que se espera no es una visita querida tras ese golpe se presume la separación un uniforme un arma muchos uniformes muchas armas la cárcel la incomunicación la tortura la enfermedad la muerte día y noche pesa este temor este miedo que se lo va construyendo minuto a minuto calle a calle casa a casa habitación a habitación y todos andamos con la angustia en la boca y en el pecho en la mirada y en las manos quemamos libros o los enterramos cuando se acerca cada nuevo rastrillaje por adivinanza qué puede o qué no puede ser subversivo se esquiva a los parientes de los presos o a los que fueron cesanteados por algo ha de ser se dice entre nosotros nos damos la mano para destruirnos es garantía personal pertenecer a los medios de información Y hay sumo cuidado en no hablar mal de lo que no se puede hablar bien. “Por algo ha de ser”- Los días insólitos Héctor David Gatica Pese a ser poetas provincianos, son también poetas universales. Deberíamos plantearnos si la polémica que se establece entre lo universal y lo regional, no dilematiza la contradicción y genera un pseudo antagonismo. Nos interrogamos sobre la importancia de promover debates más cruciales como por ejemplo, lo referido a cuestiones políticas y culturales de gran envergadura. De replantearse, cuál debe ser el rol del escritor en este tiempo. Y surge potente, “como un cross en la mandíbula”, al decir de Arlt, la voz de un escritor, que si bien no se define como poeta, lo hemos incluido por que en toda su obra se puede rastrear un alto vuelvo poético, Jesús Liberato Tobares “El escritor, todo escritor, debe estar al servicio de los altos intereses de la nación. Si la política es entendida como la realización del bien común, este es el puesto de lucha del escritor, que debe abandonar cualquier posición de aislamiento para luchar junto a su pueblo por su libertad y bienestar, fustigando a los exploradores... el quehacer de los escritores debe servir para descalificar a quienes, con espíritu oportunista, sirven a los déspotas y a los tiranos”. Revista Virorco Nº14,2002 LA VOZ DEL CUYUN PARTE II “PROFETAS EN SU TIERRA” JESUS LIBERATO TOBARES (Profeta de la tierra nuestra) Jesús Liberato Tobares Su obra Cuando accedemos a la vasta obra literaria del Dr. Jesús Liberato Tobares nos preguntamos ¿por que?, la respuesta fluye rápidamente: para compartir la experiencia de este hombre, eslabón entre pasado y presente y sobre todo como legado a generaciones futuras. Jesús Liberato Tobares es un científico que ha dedicado su vida a indagar la esencia del pasado Sanluiseño en la riqueza perdurable de las tradiciones folklóricas, contextualizado en la exuberancia del paisaje, del hombre y su tierra. No conocemos en nuestra provincia otro representante apasionado de esta estirpe exploradora que lo lleva a rescatar del olvido a recónditos lugares y territorios de nuestra historia provincial, por ende a la historia del hombre de san Luis. “No hay mas que una historia, la historia del hombre. Todas las historias nacionales no son más que capítulos de esta historia mayor”. Rabindranath Tagore Su lugar de origen, San Martín, parece ser premonitorio porque siempre esta presente en él el afán por la independencia y libertad de los pueblos, y al servicio de ellos está puesta su palabra. Gran parte de su prolífica obra alrededor de una treintena de libros más artículos, notas, prólogos, está sistematizada en producciones que evidencian sus intereses polifacéticos. Incluyen temas diversos, historia, etnografía, zoología, botánica, toponimia, etc., pero es indudable que el folklore es el que le debe sus más valiosos aportes. Se debe destacar lo testimonial, el poder volcar en sus informaciones los aportes de la oralidad. Su sistematización teórica so n producto de una práctica concreta, en la cual debemos destacar los viajes del autor por zonas sólo accesibles en la monta de un animal, una mula, un caballo, etc. Sería ingrato no hacer constar que su compañera, la que lo acompaña no sólo en estas tareas sino en la vida, es su esposa. También es destacable la actitud de descentramiento y respeto por las fuentes originales, el poder ayudar a estos hombres y mujeres, sus informantes, a ser protagonistas de una historia compartida. De este modo sus identidades se ven reforzadas al figurar en el libro con nombre y apellido. Ignoramos si Jesús Liberato Tobares sabe que estas personas al encontrarse en la obra, se encuentran con ellos mismos, son. Es evidente su vocación naturalista, también sus cualidades docentes y didácticas, por lo tanto es común encontrar en sus escritos, glosarios, con el nombre científico, etimológico y caracterización del concepto que alude. Sucede lo mismo cuando se refiere a un lugar geográfico poco conocido, infaltables son sus aclaraciones y referencias lingüísticas o toponímicas. El valor innegable de estos datos dan a su obra un alto valor documental. Su esquema conceptual y referencial está teñido de su tenacidad incansable, más allá de la vida y de la muerte. “Gracias a los poetas, a los escritores, a los músicos, a los pintores; hoy somos dueños de formas y palabras supérstite más allá de la vida y de la muerte.” Jesús Liberato Tobares “Noticias para la historia de los pueblos de San Luis” (Pág. 18). A través de la lectura de sus textos nos re-encontramos con paisajes que hemos observado con la mirada de lo “natural”, de lo obvio y es profundo el re-encuentro con olores, colores, sabores que hacen a una parte de nuestra identidad. “Leones con alas de paloma” Sabemos que en la realidad hay cosas que se muestran, otras que se ocultan, que se metamorfosean, que la dialéctica entre figura y fondo es permanente. Tal pareciera ser el caso de Jesús Liberato Tobares. La piel oscura de su rostro contrasta con su blanca cabellera. Su apariencia es formal, cortés, a veces adusta. Se esconde detrás de unos grandes anteojos. A veces, pocas veces, se los quita; no hay que mirar sus ojos sino su mirada, ésta denuncia chispeante su agudo sentido del humor. Cuando sonríe sus dientes blanquísimos, le iluminan el rostro. Tiene la sana costumbre de reírse de sí mismo, a veces alude a su color. Es una oportunidad una filmación había salido oscura, así se lo comunicamos y él, riendo dice “¿Cómo podría salir tratándose de mí?” Quizás por ello sus íntimos le dicen cariñosamente “el Negro”. El sonríe y sus dientes brillan, como granos de choclo o de mazamorra. “Granos blancos tiene el maíz ¿Por qué será? ¿Por qué será? Porque la luna es de plata Porque los changos cantaban ¡Kusiya!¡Kusiya!” Atahualpa Yupanki “La Capataza” (pág.34). Producto de su tierra puntana se define como un poco “huraño” habría que ver si en esta definición esta implícito el profundo respeto por los tiempos y los espacios de los otros “para no estorbar, al que pasa buscando un mundo mejor”. “Me aporrearon las tormentas me castigó el agua y sol. Por eso me he criado huraño como la planta de hachón”. Su serenidad no debe confundirse con displicencia. Es un escritor apasionado, de lectura imprescindible para los interesados en el San Luis de antaño y en el contemporáneo. No obstante su ecuanimidad y serenidad, puede coordinar una mesa de trabajo, o elaborar un discurso, con firmeza, con pasión, con energía, con enojo y exaltación, al denunciar situaciones de opresión social. Lo realiza con realidad y convicción conceptual e ideológica. También puede ser solidario acompañante de numerosos escritores que lo buscan porque se sienten honrados que el “profeta” prologue sus libros. “No voy a caer en la presuntuosidad de creerme un profeta en mi tierra”. Dijo en una oportunidad, más en el III Encuentro Regional de Poetas y Escritores del Nuevo Cuyo su presencia fue recibida con un aplauso tan apretado, cálido y prolongado que no nos cabe la menor duda que Jesús Liberato Tobares tiene el reconocimiento popular que lo hace “un profeta en su tierra”. A veces suele ser muy tierno como cuando habla de sus nietos por ejemplo y su corazón se vuelve “tibio capullo de luz que alumbra su atardecer”. Sus manos también son denunciantes, cuando las mueve nos hablan de su sensibilidad, de su vuelo, nos remiten a las palabras de Confucio refiriéndose a los hombres “algunos son leones con alas de palomas”. Tiene al decir del poeta Agüero un perfil oral nítido y aunque utilice correctamente las “s” y las “r”, el acento del Norte de su San Martín natal denuncia ese “magnífico son”. “Este perfil oral, esta campana este magnífico son que nos describe esta flor en la voz: nuestra tonada”. Antonio Esteban Agüero Es de destacar que dentro de los acentos sanluiseños, la tonada “nortina” es uno de los más marcados y renuentes a modificar. Como característica sobresaliente de su personalidad y que se refleja en su obra es la gran capacidad de observar el hombre, al mundo y a la vida. También es profundamente intuitivo quizás desde allí se desprenda esa veta poética, que a veces pasa desapercibida pero recorre toda su obra. Diríamos con Aldo Pellegrini: “Era poseedor de una peculiar sensibilidad que lo inducía a poetizar implacablemente todo lo que veía”. De ahí que su vuelo poético más alto, aparentemente involuntario, surge, como las vertientes de sus ríos no pocas veces en relatos de carácter histórico y de investigación. A modo de ejemplo en el libro “Folklore sanluiseño”, en un relato histórico referido a las postas y diligencias surge la pasión por su tierra americana que no opaca su vuelo lírico. “...bueno es que de tarde en tarde nos bajemos del automóvil a pisar estos terrones que guardan verdaderos misterios de la historia; que nos bajemos a pisar la tierra a probar el sabor de los pastos, a experimentar en la cara el azote agreste del pampero, y estoy seguro que sentiremos subir desde la planta de los pies un temblor de patria vieja; de patria olvidada y ruda pero heroica y legendaria”. “Folklore sanluiseño” Jesús Liberato Tobares – (pág. 71) Otro texto de rigurosa investigación histórica pero que toca su corazón de poeta es “Rincón de Rosales”, así llamado el pueblo que lo vio nacer, San Martín, desde 1872 y así, paso a paso surge la poesía, eso si, hay que rastrearla: “La noche de mi pueblo viene del Norte y entra por esa calle trayendo la música del arroyo, el olor a menta, el croar de las ranas y el zumbido de un pájaro lagunero que nunca he podido saber como se llama”. “Rincón de Rosales” Jesús Liberato Tobares (pág. 149) Por momentos la crónica se vuelve autoreferencial y tiene sonoridad de campanas. “Y cuando la muerte apagó la última luz en los ojos de un hombre y una mujer, desde la alta torre doblaron las campanas. Don Modesto escribía en el cielo azul el réquiem de despedida. Nunca el pueblo tuvo discursos para decir adiós. Solo hablaron las campanas.” “Rincón de Rosales” Jesús Liberato Tobares (pág.153) “...Cuando al alba, a grito limpio despertábamos al cerro, temblor de animal antiguo nos sacudía por dentro. Y nos dejaba en la boca Un gusto amargo el silencio. Así se cobraba el amo el sudor De los mineros...” “Gente de mi pago” (pág. 12) Jesús Liberato Tobares desde su prosa, o su poesía define el lugar del escritor: “No sólo poema o prosa para los dioses o los próceres... sino también literatura que rescate los sentimientos, la expresión, las vicisitudes y los sueños de los que no tienen o no pueden usar el precioso don de la palabra...” Revista Virorco – El perfil del escritor del siglo XXI (pág. 25) De este modo su concepción del hombre está generada en la realidad, en el caso anterior una realidad que le toca vivir: la opresión del minero. Tobares a cada momento, desde distintos lugares defiende la libertad, siente que un hombre sin libertad no puede realizar su destino, ni su auténtica personalidad. América Infinita El ideario americanista de un escritor supera las limitaciones del americanismo romántico, la exaltación de la naturaleza, de los dioses, pone su énfasis en el “hombre”. Rescata por lo tanto el valor de la historia y de la memoria colectiva, no puede escapar a su oficio de historiador tampoco de poeta, como lo demuestra la fantástica producción que figura a continuación. América infinita Cuando era de noche todavía los dioses bautizaron estos ríos que andaban por la tierra acariciando los puquíos de su origen. Cuando era de noche todavía. Así nacieron el Chutunza y el Conlara en cuyas márgenes rudas manos alfareras modelaron sencillas tinajitas. Así nació Ulbara en cuyas voces reconozco las flautas de caña de los Incas, y el Uspara que a la sombra de los talas armoniza el silencio con las trovas de zorzales y monjitas. El padre sol doró las cumbres de cerros sonoros como el trueno: Tomolasta, Virorco, Sololosta, Intihuasi, Pancanta, Gigantillo. En las laderas grises alzaron su punta de lanza los chaguares y la zampa y el jume protegieron de tímido clamor y de ceniza La Cañada del Balde y Bebedero, La Pampa de las Salinas. En las lomadas tibias despertaron el paico milagrero, el quiscaluro frutal, la calaguala, el molle beber y la altamisa. Y en los oscuros guaicos la totora y la presencia misteriosa de la chilca. En esos nombres que vienen de tan lejos me habita esta América infinita. Hija de Manco Cápac y Viracocha, de Atahualpa, de Huascar y Yupanqui; América de la sal y de la schelita. Tierra de la luz y la esperanza que nunca acaba de curar el ñandutí de las heridas. América descuartizada a cuatro rumbos en la sangre de Tupac Amarú y de Lautaro; desgarrada en las encomiendas y en las mitas. Tibia paloma anochecida en los yerbales. En las fazendas, en los cafetales y en las minas. Por andar tiempo adentro como un pájaro ciego no conozco tu vasta geografía. Sólo me habita esos nombres íntimos que macollan en la luz de la calandria y en el humilde lamento de la urpila. Y de allí me viene esta memoria dulce y estremecida. América digo cuando nombro el Conlara y se me vuelve copla el Virorco y la Chilca; en racimo de cuarzo la luna en Intihuasi y el cachiyuyo la flor de La Salina. Me acarician con sus voces el paico y la totora el molle y la schelita. En esos nombres que vienen de tan lejos me habita esta América infinita. Jesús Liberato Tobares “Calandrias de septiembre” (pág. 67) La planta de hachón Debido a la imposibilidad de realizar un análisis exhaustivo de una obra tan abarcativa hemos realizado un recorte en la misma intentando rastrear la veta poética. No obstante no podemos eludir el despliegue dramático que hace cúspide en su narrativa en donde nos encontramos con los sentimientos más primitivos del hombre, el miedo, el dolor, la desesperanza, la impotencia, la traición, la muerte. Pareciera que se anima a esbozar sentimientos atávicos que se expresan a través de este libro. No sólo está lo siniestro o la expresión de oscuro dolor, también está lo luminoso. La música y el canto, no desde lo explícito están presentes en su obra. Especialmente los poemas que figuran en “Calandrias de Septiembre” que toman la forma de coplas, versos parecieran que están llamando un “musiquero” que acompañe el vuelo de las calandrias poniendo cadencias musicales a la voz de su autor. Finalmente, la síntesis autobiográfica perfecta de él mismo la realiza a través de su poesía. Como el hachón Quisiera ser de apariencia como la planta de hachón, espina brava por fuera por adentro corazón Me aporrearon las tormentas me castigó el agua y el sol, por eso me he criado huraño como la planta de hachón. Me planto junto al camino solitario y soñador sin estorbar al que pasa buscando un mundo mejor. Amalaya quien pudiera como la planta de hachón ser camino y caminante en el aire y en la flor. Con paciencia y sin maldad hace del llanto canción y buscar con alto empeño los rumbos del corazón. Creciendo siempre derecho como la planta de hachón. Jesús Liberato Tobares “Calandrias de Septiembre” (pág. 59) Quizás Jesús Liberato Tobares, el profeta de mi tierra aun no se da cuenta de que ya es camino y caminante... en el aire en la flor... que ya es camino seguro, confiable, referente necesario para nuevas generaciones. Jesús Liberato Tobares se ha convertido sin pretenderlo en modelo y maestro de miles de escritores al postular la autenticidad literaria como expresión del hombre para elevarlo y redimir a los pueblos. Los jóvenes escritores lo siguen, como siguen la verdad, la libertad, la vida. “Creemos que el escritor que no nutre de humanismo sus letras, comete una fuerte deslealtad al oficio. Tenía razón Antonio Esteban Agüero: la noche que fusilen canciones y poetas por alta traición a la cultura y a la vida, lo único que nos puede salvar es nuestra total fidelidad a este a veces humilde pero siempre hermoso destino de escritores.” Jesús Liberato Tobares San Luis Primavera de 1999. Revista Virorco El perfil del escritor del siglo XXI. Entrevista en un clima mágico San Luis, Agosto de 2000 Cuando leemos en algún libro de su numerosa producción, los datos biográficos de Jesús Liberato Tobares, nos encontramos con el literato, poeta, historiador, folclorólogo, con el “Doctor Tobares”. Es nuestro deseo intentar compartir una faceta no muy conocida, la que acerca el hombre al niño, una historia riquísima, que determinó que Jesús Liberato sea quien es, es decir, su identidad. El recibimiento es cálido aunque despojado de histrionismo, aun conserva la calma y esa actitud tan particular del hombre de campo, mezcla de dureza y ternura. A medida que va deshilvanando recuerdos, de a poquito la habitación se llena de magia. El lugar se transforma; los numerosos libros de su estudio desaparecen y se va llenando de presencias. Están sus padres, abuelos, mineros, arrieros. Las mariposas vuelan por el espacio, una se asienta tímidamente en su hombro, como intuyendo la mansedumbre del hombre. El techo se transforma en cielo y la alfombra en pasto. Invade el espacio un intenso olor a menta, a peperina, a jarilla, crines al viento. El sillón se metamorfosea y toma la forma de caballo, mula parda. Un barrilete vuela en lo alto. El hombre se encuentra con el niño, un niño que trabaja. Trabajo que no es “yugo” sino que está asociado al goce, a la pasión, a lo lúdico, a la libertad. “Triste debe ser para un hombre no saber quienes son sus padres; hoja volandera que el viento arrastra a su capricho para depositarla en oscuros rincones huérfanos de afectos.” Jesús Liberato Tobares “Noticias para la historia de los pueblos de San Luis” Dice José Martí que los hombres como los árboles deben venir de suelo fértil y raíces profundas, tal es el caso del árbol Tobares-Véliz. Octubre, mes de las rosas. San Martín, Dpto. San Martín, San Luis. Los olmos se veían más verdes y el campanario más blanco. Su savia empujaba la vida. El día 15, del año 1929 en el día de Santa Teresa de Jesús, Doña Gregoria Deolinda Véliz, fué implosión florecida en retoño. Nacía Jesús Liberato Tobares Véliz, el que mas tarde diría: “Bueno es que la existencia de nuestros pueblos se haga memoria perdurable. Porque el día que olvidemos de dónde venimos y renunciemos a nuestro andar hacia el futuro, habremos muerto para siempre. No seremos nada en la vida y en la historia.” Entrevista, Agosto de 2000. Regresa en el tiempo, Jesús Liberato se conecta con otro espacio y sus ojos oscuros brillan ante la presencia de una ausencia que no es tal, su padre Don Liberato Tobares Amaya, de quien no solo hereda el nombre sino su amor por la tierra. Se detiene en la infancia, aspira al olor a madre, a padre, a abuelos: Timoteo Tobares, Ceferina Amaya, Rosario Véliz, Dolores Véliz. “Como un rezo por mis cuatro abuelos viva memoria que nunca ha de morir” (Rincón de Rosales, Jesús Liberato Tobares) San Martín cobijó su infancia y su “Nací en San Martín, mis padres eran gente del lugar, los Tobares y Véliz eran originales de la zona. Las vivencias más importantes de mi vida se dieron allí.” Entrevista, Agosto de 2000. Los relatos desbordan de magia y de pasión. Producto autóctono de su tierra, Jesús Liberato. Su relato testimonial, vivido, sentido, puede ser duro y punzante como la espina de algarrobo, como cuando habla de la incomprensión de la gente o el dolor de su hermano, pero también sabroso y tierno como una algarroba madura cuando habla de su pueblo: “La noche en mi pueblo viene del norte y entra por esa calle trayendo la música del arroyo, el olor a menta, el croar de las ranas y el zumbido de un pájaro lagunero que nunca he podido saber como se llama”. Arreando sueños y penas montando en manso caballo Jesús Liberato va. Para ahorrar camino y tiempo En el bosque de la vida Va buscando los atajos. Si hay caminos se transitan, Si no por donde se pueda. “Los arreos y las minas fueron muy importantes para mí... había que llevar las vacas y traerlas buscando el mejor pasto... en el arreo siempre anduve prendido... trabajaban cinco personas, eran muy diestros en la tarea del arreo y muy hábiles para enlazar.” Entrevista, Agosto 2000. Regresa en el tiempo Jesús Liberato, y vuelve a recorrer caminos serranos. “Se requiere conocer muy bien los lugares, las sendas; hay bosques espinosos, árboles duros como los espinillos, tintitacos, algarrobos. El arriero siempre va por caminos conocidos y si no, como decía su padre, se arrea por donde se pueda. El arriero conoce los atajos para ahorrar camino y tiempo, se prefieren los caminos conocidos porque a veces el arreo se hace de noche...” Entrevista, Agosto de 2000 Y los ojos oscuros del hombre ríen y se iluminan por la llamita de una fogata que el no pudo prender: “...A veces para ahorrar tiempo cuando se acercaba la mañana, mandaban a dos hombres para esperarlos con mate o con café. A veces lloviznaba y me mandaban a mí, me daban una caja de fósforos y se reían de mí porque me gastaba la caja de fósforos y no podía prender el fuego, ellos en un momento, con unas pajitas y palitos hacían una llamarada tremenda...Eran grandes conocedores del tiempo: “Hoy no va haber viento”, “no va a llover”, “desensillemos que va a llover y puede caer piedra” y siempre acertaban, eran mejores predictores del tiempo que el servicio meteorológico”. Entrevista, Agosto de 2000. Goza con el recuerdo. “Todas estas experiencias me marcaron para siempre”... Y vuelve a sentir en su rostro la lluvia de recuerdos, el olor a pasto mojado vuelve a ver el cielo, cuando una tras otra las nubes lo van cubriendo. La penita del arriero Es como el cielo nublado, está pero no parece; pena antigua, pena nueva, Flamea en el pajonal, Y él, aunque aún no lo sabe, Prendiendo fuego en la lluvia va rastreando utopías. Montando la mula parda En esta doble relación, con otros hombres y con la naturaleza, otra vivencia que lo determinó fueron las minas y por ende el minero. Entramos aquí a un viejo, ancestral problema: el de la tierra. Parafraseando a don Atahualpa Yupanqui podemos decir: “las penas son del minero y las minas son ajenas” El relato de Jesús Liberato, sigue y describe esta cotidianidad como sólo podría hacerlo alguien que como él vivió la experiencia: “...Las minas de `Cerro Horqueta´... había que recorrer dieciocho kilómetros de sierra, caminos muy ásperos, salíamos a la madrugada con quince burros cargados de fideos, pañuelos de cuello, papel de fumar, alpargatas, aceite verde, ventosas, linimento verde, genioles, hule..., elementos que dejaban en una cantina. Se hacía allí pan casero, tabletas y pasteles riquísimos. En ese camino había dos boliches y los caramelos, pastillas o galletas sabían a otro sabor, distintos a los del pueblo. Llegábamos a Cerro Horqueta a las diez más o menos... paisaje imponente, cerros que son altísimos y al fondo, el Río Grande. Hay una gran cascada que mete mucha bulla por lo que hay que hablar a los gritos. Se sacaba wolfran y cuarzo... Se dinamita con un cartucho pequeño, conectado a una mecha en un hueco hecho con un barreno...gritan - ¡fuego! -, Porque las piedras saltan muy lejos. Es un espectáculo. Las piedras se desparraman en el aire y forman como una flor... El mineral se traía en burro y se vendía a los gerentes de las minas de la zona, que eran extranjeros. El hombre quedaba con una magra ganancia y los que se enriquecían eran las empresas exportadoras. El minero era gente pobre, sin educación, los sábados y domingos se gastaban todo porque se quedaban a divertirse y a tomar vino”. Entrevista, Agosto de 2000. Su mirada se oscurece por el recuerdo pero donde está la sombra está la luz ¿Cómo olvidar en esa etapa a la mula parda? ¡Ah, la mula parda! “Hace poco revolviendo unos papeles me encontré con el certificado de la mula parda... Como los caminos eran muy ásperos los hombres iban en mula, animal que tiene un andar más suave y resistente, yo, primero iba a caballo, hasta que un día me planté y le dije a mi padre `No voy más sino me compran una mula´ así es que me prestan la mula parda. Era tan hermosa, que no la quería devolver, la escondía en un potrero, en otro, para desorientarlos hasta que un día mi padre me conminó a entregarla. Al final, en vista de mi intransigencia me la compró.” Entrevista, Agosto de 2000. Apenitas amanece Ensilla su mula parda Va al encuentro del minero Pobre y sediento de vino. Cambia tu pena, mi hermano Por esta flor mineral, Que el fragor del Río Grande Ya anuncia tu libertad. Un dolor “He conocido el minero de la zona, también sus enfermedades y su hambre”. Hay énfasis y dolor en lo que dice. Tranco a tranco, paso a paso Llega de nuevo el dolor Pero ahora las espinas Clavan en su corazón. No es el algarrobo, espinillo ni espina del árbol duro Es el hambre de su hermano Es la exclusión y el olvido. Pobreza de ayer, pobreza de hoy. Pero Jesús Liberato no se rinde, sigue luchando por lo que considera justo. Su esperanza está puesta en un proyecto de escuelas agrarias presentadas por el Gobernador de la Provincia. “Como se va a decir no hay que desarraigar la tierra, si no se les provee de medios para que se queden... estas escuelas servirían para que la juventud pueda arraigarse y aplicar en su tierra los conocimientos adquiridos: manejo del suelo, cuidado del ganado, ovino, caprino, etc..., para que el campo no quede sin servicios. Él lo sabe por que lo ha vivido, la expulsión de brazos jóvenes, se debe a la falta de trabajo. Quizás los programas destinados al agro, aun no se dan cuenta que es más costosa la pérdida de una fuerza de trabajo que generar fuentes de trabajo en la zona”. Entrevista, Agosto de 2000. Un amor... No es convencional Jesús Liberato. Tampoco lo son sus respuestas. Ante la pregunta “¿Un amor?”, guarda un pequeñísimo silencio y su discurso se enciende de pasión: “Un amor... los caballos, variados caballos. Creo que primero me enamoré de los caballos que de las mujeres... Hasta hoy los sueño, siento su presencia, su olor... me correspondía las atenciones y se me refregaba... pasión he sentido por los caballos... Los petisos eran los más ligeros del mundo.” Y cuando termina el día Y cierra sus ojos negros En alborada de infancia Viene galopando un sueño Sueña con crines al viento Y refriegues de pasión ¡Vuela caballito mío Que una esperanza me espera! Un sueño color azul Es un agradecido de la vida Jesús Liberato, una vida en la que se conjugan alegrías, dolores y sueños. -“Una alegría... la llegada de mis hijos”. -“Un sueño... se me han cumplido muchos”. Quedarían algunos, por ejemplo que la gente de mi pago llegue a tener lo que yo he tenido. Que puedan estudiar, realizarse...” Entrevista, Agosto de 2000. En la vida de este hombre hubo constantes y variables. Una constante es el cielo: “cielo azul de San Luis y de San Martín, también vistas de lejos las montañas se ponen azules”. Cerros allá, cerros aquí, cielo allá, cielo azul aquí, hombre aquí, niño allá, un niño que trabaja pero que también juega. “Todavía me fascinan las bolitas de mis nietos. Tenían filamentos internos de color que parecían un caleidoscopio y las bolitas hechas de rulemanes parecían un mundo pequeño... También los barriletes. Llegamos hasta elevarlos Con una velita. Eran un símbolo de libertad. Amo la libertad. Cuando se cortaba algún hilo salíamos a buscarlo, algunos se perdían para siempre. Hilos que se cortaban, sueños que perduran... ” Entrevista, Agosto de 2000. Tienen colores sus sueños Azul cerro, cerro azul. Pájaro libre en el cielo, Flamea su barrilete, “¡Que no se corten tus hilos! -va rezando Liberato- son los hilos de mis sueños que no se corten te pido”. La entrevista va a terminar... “Si tiene tiempo le sigo contando...” Al hombre le cuesta alejarse de su infancia, pero los sueños son realidad, mas la realidad no es sueño y se hace necesario volver a nuestra realidad, nuestra cotidianidad. El escenario se va modificando las presencias pasan a ser internas, la mariposa posada en su hombro regresa a su corazón, corazón grande y generoso que ama la libertad y sueña y lucha por la libertad del hombre. ... Y cuentan los lugareños de San Martín que a veces en luna llena se divisa, allá lejos, como viniendo del cerro Horqueta, montado en una mula parda, con su cabello blanco y su pañuelo al cuello, la figura de Don Liberato Tobares Amaya. Y el viento se vuelve brisa y trae una voz que dice: “Yo te bendigo hijo” y su bendición cubre el cielo y la tierra, alcanza un barrilete y se desliza a raudales por el Río Grande. Sueños y penas de Jesús Liberato Tobares Arreando sueños y penas Jesús Liberato va. Para ahorrar camino y tiempo, montado en manso caballo, en el bosque de la vida va buscando los atajos. Si hay caminos se transitan si no por dónde se pueda. Tienen colores sus sueños, azul cielo, cerro azul... Pájaro libre en el cielo, flamea su barrilete: “Que no se corten tus hilos”, va rezando Liberato, “Son los hilos de mis sueños, que no se corten te pido.” Apenitas amanece ensilla su mula parda va al encuentro del minero pobre, sediento de vino. Cambia tu pena mi hermano por esta flor mineral, que el fragor del Río Grande ya anuncia tu libertad. Tranco a tranco, paso a paso, llega de nuevo el dolor pero ahora las espinas clavan a su corazón. No es algarrobo, espinillo, ni espina del árbol duro, es el hambre de su hermano, es la exclusión y el olvido. Y cuando termina el día y cierra sus ojos negros, en alborada de infancia viene galopando un sueño. Sueña con crines al viento y refriegues de pasión. “¡Vuela caballito mío que una esperanza me guía!” La penita del arriero, pena antigua, pena nueva, es como el cielo nublado, está pero no parece, flamea en el pajonal y él, aunque aún no lo sabe, prendiendo fuego en la lluvia utopías va rastreando. Amelia Arellano JORGE LEONIDAS ESCUDERO (El Profeta de los ojos tristes) JORGE LEONIDAS ESCUDERO “...A esto q´ estoy escribiendo le falta claridá intrínseca, más por atrevimiento lo traslado al papel y aunque me queda lejos llegar lo intento...” “Pájaro Llamador” Endeveras J. L. Escudero Ingresar a la obra literaria de J. L. Escudero significa desafiar las leyes naturales del tiempo y el espacio. Significa además, ingresar en un laberinto en el cual no sabemos si encontraremos el camino de regreso o quizás quedaremos atrapados en la intrincada trama de la transgresión, absurda y veraz, mágica y apasionante pero sobre todo, tan potente y vital que nos conmociona y anonada. Constituye un desafío al pensamiento de la lógica formal y no pocas veces caminar al borde de un abismo en el cual se conjugan postulados científicos con contenidos mágicos. Nos lleva a planteos existenciales que no siempre tienen respuesta. “¿Adónde va el amor? ¿Qué busca en nosotros? Pobre de mi entonces, víctima de él Porque me usa de puente para ir a no se.” Verlas venir (pág.61) Otras veces nos enfrenta con los misterios de la vida, con la finitud, con la levedad. “Una pluma de pájaro en el patio alcé. Maravillado. Quise ahí ver el misterio de la vida pero ¿quién sabe eso?” “Misterio” Endeveras (pág.13). Su poesía por momentos nos desestructura, pero no es una desestructuración esquizofrenizante, muy por el contrario produce una desestructuración necesaria para una nueva estructuración que nos eleva a una síntesis perfecta: LA POESIA. Plantea con poderío irrefutable el sentido de nuestra enigmática presencia en el mundo. De ahí que las definiciones implícitas en su poesía nos abarcan y atraviesan al afirmar el carácter inasible e imprevisible de la misma. Hay una sola forma de acercarse a la poesía de Escudero: dejándose conmover con ella, despojándose de la técnica, permitiéndose llevar por la emoción y por sobre todo asumiéndose como incompletos, vulnerables, falibles; humanos. Y es precisamente por ese camino que llegamos al concepto de la mismidad, ser uno en otros. Únicos, irrepetibles pero en función del otro y de la naturaleza. El poeta Escudero nos enfrenta con la dicha de poder captar ese momento, efímero, fugaz pero maravilloso que es el encuentro del hombre consigo mismo, con otros hombres y con la naturaleza, a la cual trasforma y a la vez se transforma. El profeta de ojos tristes Acceder a la vida y obra de este profeta de ojos tristes y sonrisa de niño es, de algún modo enfrentarse con una paradoja. Los plásticos aún no han podido retratarlo. ¿Cómo retratar esta paradoja con nombre de Leonidas? “sin acento a lo criollo, así se llamaba mi padre.” Lo paradojal recorre toda su obra, también la ironía. Partiendo que ambas son condiciones casi constantes en su vida resulta un poco solo un poco más asequible descubrirlo en su obra. Si se lo observa con detenimiento nos encontramos con un hombre de figura pequeña, con aire de indefensión, con sonrisa de niño y cuyos ojos reflejan la tristeza de los siglos. Pero nuestra percepción es desmentida, cuando observamos, o cuando él permite el ingreso a ese lugar, su mutación. Instantánea, veloz, como un “refucilo”. Se levanta ágil, como un felino no es casual que el gato sea una figura común en su campo semántico y su sonrisa toma un tinte picaresco, agudo, sagaz y no puede desmentir con palabras lo que su cuerpo expresa: una apasionada declaración de amor a la vida. De ahí que cuando ironiza sobre la tristeza nos preguntemos: ¿Ríe llorando o llora riendo? Tiene la saludable costumbre de reírse de sí mismo. Así también se ríe de la vida... y de la muerte. Este juego se repite a lo largo de su producción y es precisamente, el juego, lo lúdico que forma una parte muy importante de su vida lo que posibilita esta transformación, este salto de lo siniestro a lo maravilloso. “A los cara pálida los vi llegar y estuvieron esperando aquí en el patio de mi casa pero no me reuní con ellos, tuvieron que irse... ...y los pálidos huyeron defraudados sin poder acompañarme al. Tendrá que ser en algotra oportunidá mejor para ustedes y peor para mi.” “Chosca” Verlas venir (pág. 27) Pese que reconoce que va “camino a las palideces” nos encontramos con una estremecida certeza: J. L. Escudero ya trascendió la condición humana. Ya es inmortal. Su lenguaje con su espacialísima singularidad se hace universal y se prolonga más allá de las fronteras de su espacio y de su tiempo. Nos interrogamos sobre la vivencia terrible que debe ser sentir por un lado que el poema de uno ya no es de uno, ya no le pertenece, ya es inmortal y por otro lado asumirse como finito y humano. De esa misma condición de finitud se desprende el miedo, metamorfoseado que a veces se condensa en la figura de perros. ¿Podríamos arriesgar, a nivel simbólico que los perros corren a los gatos? “Me han salido años por todas partes y los galgos se me en el rostro precipitan. De haber alguna cueva me acuestaría Pero es nula tal posibilidad en esta llanura...” “Zozobramiento” A otro hablar (pág. 112) “Los perros a la luna hablan excesos relatan acontecimiento opuestos a la felicidad, o mejor dicho al oírlos se acurrucan los viejos en sus camas y se hacen la señal de la cruz p´ q´ la guadaña no los encuentre... ...Acállense, les digo desde la ventana, no insistan en tales asuntos, dejen de avisarle a la muerte que estoy escondido aquí” “Perros laten” Basamento cristalino (pág.32) ¿Alguien podría dudar que la poesía es buen escondite para la muerte? Cuando el poeta recita con voz grave y pausada: “Dicen que a los muertos las uñas le siguen creciendo eso me asusta porque ya me veo encajonado sin poder cortármelas. Luego pregunto. ¿Cómo haría entonces p´ seguir fabricando la esperanza que hoy fabrico?” “Espera y desesperarás” Caballazo a la sombra (pág.98) Inevitablemente provoca hilaridad ¿Quizás sea como defensa de lo siniestro? ¿De la convicción de que también seguimos ese camino? Y el poeta se presta al juego de la risa, con ironía, con osadía. Nos preguntamos qué posibilita este juego, el poeta, como siempre anticipa su respuesta: “Después me asesinaron nuevamente para que estuviera más muerto. Después en la garganta me brotó una rama de sauce” “Canto del yerno pasmado” A otro hablar (pág.19). He aquí lo maravilloso. La transformación. La síntesis perfecta entre lo infinito y la finitud. La poesía Escuderiana, impactante, denunciante, desgarrante a veces, nos permite transitar en un mismo camino el dolor y el goce. La vivencia estética ante el objeto transformado es tan fuerte que a veces la figura se desdibuja ante la belleza del fondo, tal como lo expresa en su poema “La vida” A otro hablar (pág.20). Lloro de retamos grises Toda la poesía de Escudero está impregnada de melancolía y una vez más, es en la tristeza que aparece la trágica oposición entre lo deseable y lo inalcanzable. Entre las presencias y las ausencias: “Y pregunto que fue de esos amigos. Los llamo: ¡Eh! ¡Ehhh! ¿Están todavía están? ´El eco me trae un lloro de retamos grises ´”. Aguaiten (pág.63) Cae la lluvia de ceniza que opaca los tonos de los retamos de San Juan cuando la voz de Jorge Leonidas Escudero se hace oír. Habla lento y sin estridencias. No grita nos preguntamos si grita para adentro porque sus ojos toman el tono exacto de los retamos grises: “Con la tristeza me relaciono mas después que he llegado a los altos años de la vida. He filosofado sobre la vida. Si uno profundiza se nace y se muere. Podríamos decir desde un pesimismo casi natural ¿para qué estamos tanto acá?. Para evolucionar. La evolución natural de la humanidad no creo que sea visible o entendible, porque las cosas negativas que vemos en la actualidad nos hacen pensar que desde el tiempo del hombre primitivo hasta ahora no se ha evolucionado en un sentido capital o ideal como habríamos deseado. Pese a esto vale la pena vivir en cuanto es un continuo descubrir cosas que aunque uno sepa que va a morir, el afán de seguir descubriendo lo satisface a uno.” Entrevista con la autora San Juan Abril 2004. El mismo redacta su posible epitafio: “hoy merece el recuerdo de algunos poquísimos los que entienden que el suyo fue un empecinado ejercicio para Ver.” “Posible epitafio” Endeveras (pág. 69). Escudero es un poeta absolutamente intuitivo. Sabe que el artista es un portavoz de su pueblo que él es, él con otros, y que sus asuntos, en este caso el dolor, no sólo es de él sino de muchos, tal vez por eso su voz toma la voz de los desposeídos denunciando el destino del minero, del hombre del campo, de todo un pueblo. El poeta tiene una aguda percepción necesaria para poder percibir al otro. A un sin gritar, asume el concepto ético del dolor...” A otro hablar (pág.43) Elaborar el duelo asumirse como sufriente y humano. “habría que gemir como sirena...” A otro hablar – (pág45). El poeta que dice no tener otra Universidad que la calle despliega el concepto de represión que puede llevar a “insomnios hasta que te anide la locura”. Sintetizar la contradicción. Nada de olvidos. Un dolor... su mirada se fija en un punto indefinido regresa en el tiempo y su voz suena grave toda la soledad y la tristeza del mundo parece condensarse en ella: “Un dolor imborrable, la muerte de mi esposa. Pobrecita, sufrió mucho. Yo tenía y tengo sentimiento de culpa. Según Freud el sentimiento mas generalizado de la humanidad es la culpa. No es lo ideal, pero la culpa queda.” Entrevista con la autora san Juan abril 2004. “I visto cosas bonitas y otras fieras porque así es el mundo y el asombro nos deja con la boca abierta... ...Todo esto vi cuando lo saqué de entre las piedras escarbando como quirquincho.” “Escarbamiento” Endeveras (pág.51). “...Mas. Ausculto esto y es antiguo asunto Propio del deshojamiento. Los árboles cuando han dicho también el verano empiezan a deshojarse y quedan desnudos.” Aguatien (pág.51). Así, en su filosofía absolutamente propia y personal y hasta algunos dirían excéntrica, lo que prevalece es el criterio de la experiencia y con ella del sentido común que hace que continuamente despliegue la dialéctica entre conocimiento científico y conocimiento vulgar, entre teoría y práctica. Condimentado con la fina ironía que lo acompaña permanentemente sistematiza involuntariamente su teoría sobre el conocimiento, un conocimiento basado en una práctica concreta y no un saber abstraído de la realidad, basado solamente en la teoría y así surge el Leonidas apasionado fustigando al saber libresco despojado de la experiencia, “ratas de archivo” como él los llama. También ironizando, se refiere a los análisis reduccionistas de fenómenos complejos como puede ser la desocupación. Es común que tales análisis los hagan pseudo filósofos que abundan en nuestro tiempo que tienen la cabeza vacía y la panza llena. El poeta no manifiesta su simpatía por los libros de aforismos, autoayuda, etc. pero en su obra se deslizan involuntariamente lecturas de la realidad que tienen que ver con lo empírico y que trasciende lo meramente individual, basadas en prácticas sociales colectivas y milenarias. Encubiertamente en sus poemas encontramos parábolas o encubiertas enseñanzas como en el caso que tiene que ver con la aceptación de las diferencias y el descentramiento de sí mismo. Los muertos que vos matáis... “Las ideologías no han muerto. Están con buena salud pero en nombre de ellas a veces se llega a la violencia y no se puede armonizar” Entrevista San Juan Abril 2004 La pasión de Escudero no es una pasión ingenua muy por el contrario devela, denuncia. Sabe que hay ideologías que están al servicio de la vida pero que también hay otras “que elevan a inocentes para fosilizarlos” por eso el poeta toma una postura, una posición y la defiende con su literatura, será por eso que su poesía gusta a los jóvenes que se identifican con él en la rebeldía propia del adolescente que puede tomar dos caminos el de construir “la utopía de un país libre y hermoso” o el de destruir y destruirse. “... Y en librarse de eso veo a jóvenes que hacen arcadas y no consiguen botar el anzuelo. Sería bueno una mano en la frente ponerles, ayudarlos a que vomiten” “Ideologías y trampas” Senderear (pág. 31) El poeta sabe que cada uno, lo quiera o no es portador de una ideología, también sabe que el arte, en este caso la literatura están teñidos de contenidos ideológicos. Dado que no hay un arte escéptico o neutral él se define desde un lugar y lo declama, con dolor. Lo contextualiza en tiempo y espacio, Argentina, 25 de mayo de 2002 en su poesía “Dolor Patrio” Verlas venir (pág.67) En el marco conceptual del poeta pese a que no tiene formación universitaria se nota que hay contenidos teóricos que él ha incorporado y que articulados con una práctica concreta se realimentan mutuamente. De aquí que en su lectura de la realidad no escapa los emergentes del post modernismo: globalización, cultura ligth, disociación: “Me estoy partiendo en dos: uno alquila balcones ante la comparsa y el otro espera ver detrás de las cáscaras. ...el hombre se esquizofreniza en pos de lo inalcanzable... ...Entonces yo pregunto: ¿No habrá otra manera de ir al país donde que no sea poniendo los ojos bizcos?” “El esquizo” A otro hablar (Pág. 83) El poeta erige su voz, con la pasión que le amerita su compromiso ético: Lo único válido en el arte es el encuentro sincero con el otro, es la expresión de las intuiciones para lo cual se emplea en poesía el fondo que es la temática y la forma que es el modo de decirlo. Pero fuera de esa búsqueda que es la expresión absoluta como yo lo llamo, están los malabarismos que se hacen, las expresiones novedosas de algunos grupos que forman ciertas escuelas como por ejemplo se hizo en el pasado con las llamadas vanguardias literarias donde si han dejado algo es poco frente a la idea general de la poesía es una trascripción posible, que no siempre se puede porque nos topamos con lo inefable, con lo que no se puede expresar pero es posible en la poesía un acercamiento a la expresión total. El poeta expresa el mundo y sus intuiciones y de esta forma cumple con la ampliación de su conciencia.” Entrevista San Juan Abril 2004 Reiteramos, su poesía lo quiera o no lleva implícita una postura ideológica. “Porque te dijeron esto es así e asau vos agarraste por donde había más gente y aplaudiste a lo tonto. Así anda la historia consabida de siempre, loj rico po un lau ustedes po el otro loj pobre a la común fosa no más y el jefe a la statua. Esto ha sido por loj discursiadore Que hacen con la gente pomada y nosotro Me me me, corderos, gracias señor No vamo a descarriarno usté manda. Es miseria política o robo a la vista por os caradura os que se las ingenian para a mansalva robarte pan de la boca. Dejante que la vida está difícil abundan Venir estos a sacarte lo poco. Por eso No siai sonso, tuto, Si das la mano a loj astuto vas a quemarte. “Tuto”, Endeveras (Pág. 43) Búsquedas “¿Pero es que qué culpa tengo yo si al revés de lo que opina tanta gente me complace buscar lo que no encuentro?” “Destino” Endeveras (pág. 9) “Aquí yo, en la búsqueda eterna” Carta a la autora (03/07/04). El tema de la búsqueda es una constante en la obra de Jorge Leonidas Escudero, de la palabra, del amor, de los misterios del cosmos, del origen del hombre, de la fortuna. La Búsqueda de La Palabra El poeta Escudero es un buscador, de allí, quizás “la búsqueda eterna”. La herramienta del escritor es la palabra y allí ya nos encontramos con un primer obstáculo. Ratificamos dolorosamente esa incompletud cuando queremos referirnos a su obra. Nos encontramos con que las palabras no alcanzan, con “la orfandad de palabras” “con que las palabras se han vuelto hueras” o les da vergüenza mostrarse. A veces, solo a veces, las palabras llegan sólo hay que estar atentos para “verlas venir”. “No escribo poemas “para” escribo poemas cuando siento necesidad y así conversar fraternalmente con algún caminante que pasa. Verlas venir. Y sí, a las palabras que siguen las vi venir desde el fondo de nosotros”. Verlas venir (pág.7) El pájaro canta hasta morir El autor sabe que sólo se alcanza lo relativo más él sigue cantando y llamando la palabra aunque sabe que a lo “absoluto nunca se llega pero alcanza p´ vislumbrar que es la búsqueda”. En su último libro “Endeveras” el poeta sigue llamando la palabra. “A esto que estoy escribiendo le falta claridá intrínseca, más por atrevimiento lo traslado al papel y aunque me queda lejos llegar lo intento. Como si fuera un capricho esto de ir a cazar perdices en la oscuridá, tiro tiros de tinta y yerro, continúo mastico palabras en se me atoran y así camino. Créanme que si aparece la resonancia Comeremos perdices. Un entendido dijo que tal vez Si gritara contra los muros escucharía El esperado eco, por eso Corro de aquí a allá, pido permiso Y aunque no me lo dan insisto. Mientras tanto alimento al pájaro llamador A ver si atrae pájaros del absoluto. Y entiéndase que a ahí nunca se llega Pero alcanza para vislumbrar qué es la búsqueda.” “Pájaro llamador” Endeveras (pág. 7) “Ese perfil oral, esa tonada” Cuando el poeta Sanjuanino alude al hombre, Antonio Esteban Agüero, no habla “del hombre” sino de un hombre situado en un espacio y en un tiempo histórico, Cuyo, fin y principio del milenio. Un hombre inmerso en su cotidianidad, diferente de otras regiones, con un modo de hablar particular aunque en las cuatro provincias del Nuevo Cuyo haya diferencia a decir de Agüero, en “la tonada”. Nos encontramos por ende con la singularidad de los códigos del lenguaje cuyano. De este modo nos introduce un recurso que asombra a algunos y maravilla a otros: el registro de la oralidad con la cual su poesía no es “cualquier poesía” sino que hay que descifrarla, releerla o “leer en voz alta” como dice su amigo, el poeta Trombino. El que esté ajeno a los códigos cuyanos, a la fonética y musicalidad de la tonada cuyana, el que no haya interactuado con el hombre de Cuyo, especialmente de la zona rural, le cuesta llegar de modo inmediato a lo esencial de su poesía. De esta manera propone, involuntariamente, un paradigma del lenguaje que va en contraposición de “los nuevos paradigmas” en donde el lenguaje es reducido a la lingüística clásica y despojado de su carácter concreto producido histórico y socialmente; adquiere de este modo una significación objetiva, con función referencial, no obstante “para sentirlo” hay que romper con el modelo impuesto, de signos y señales arbitrarios, universales, ahistóricos. “Estas irregularidades, no es cuestión deliberada no lo hago para diferenciarme de otros sino que intento transmitir lo oral en la letra escrita.” Entrevista con la autora San Juan Abril 2004. “No te vayas, golondrina, es mejor quedarse”. Antonio Esteban Agüero. El poeta propone el arraigo a la tierra natal, sabe también que el campo está pasando por una severa crisis y el hombre de campo emigra a la ciudad, no pocas veces esa ciudad era Buenos Aires, decimos era porque los bonaerenses están mirando las provincias como referente de hogar y seguridad que no siempre se encuentra. “Mucha gente sostiene que hay que irse a Buenos Aires para trascender, yo creo que si uno se queda se encuentra con la natural visión en donde se está consustanciado con sus cosas, con su lugar entonces si se desarraiga como muchos no puede interpretar lo real y cierto de las cosas del lugar donde se vive deben tener la filosofía de pensar que es ahí donde está su vida.” “Hay diferencias entre las provincias de Cuyo, por cierto también muchas semejanzas como el hecho de participar en una región y sus tradiciones. Hay un toque especial en cada provincia el dejo en el habla, algunas comidas...” Entrevista San Juan Abril 2004. La flor de la higuera “Hijo: Espantado de todo, me refugio en ti. Tengo fe en el mejoramiento humano, en la vida futura, en la utilidad de la virtud y en ti. Si alguien te dice que estas páginas se parecen a otras páginas, diles que te amo demasiado Para profanarte así... estos riachuelos han pasado por mi corazón. ¡Lleguen al tuyo! José Marti Ismaelillo (pág.7). La lectura de la poesía de Escudero, plantea un desafío. En un primer momento nos impacta. Impacto necesario para entrar en crisis. Para romper con la cotidianidad que encubre la realidad. Como decíamos anteriormente es una poesía que devela, desorienta, muestra, transgrede. Quizás por eso mucha gente joven lo sigue, porque hay muchos, muchísimos jóvenes que aún miran para arriba para ver la flor de la higuera. Porque hay muchos que aún creemos en las utopías, en la transmutación de lo imposible, porque consideramos que la muerte es el olvido y escudero propone el “no olvido”, propone la vida de la palabra. “Escarben debajo de las cáscaras busquen la palabra única... y alegría, festejos, alegría porque el cazador de palabras vive para no matarlas”. “Caza furtiva” Aguaiten (pág. 17) A los que eligieron como oficio el arte de escribir les dice: “Que intente escribir lo que intente. Cuando llega el pálpito, lo vea así: viene de golpe, como un relámpago. Que lo ponga en la hoja, como sea. Que lo guarde un poquito de tiempo y que después lo vea, despacito, para ver si lo conforma. Ver si es lo que en el fondo quería decir, se va a dar cuenta que tiene que cambiar palabras, tachar unas, poner otras; ahí es cuando se va acercando realmente a la esencia que ha buscado en la expresión poética.” Entrevista con la autora San Juan Abril 2004. Sus palabras despiertan en el escritor, en el poeta Interrogantes tales como ¿para qué escribir?, ¿por qué escribir?, ¿para quién escribir? Planteos que los poetas, escritores o escribidores debemos debatir basados en un práctica concreta, como lo expresa en su poema “Los escribidores”. LA BÚSQUEDA DE LA FORTUNA El juego de la espera Para el juego expone la misma teoría que aplica al acto de escribir, al más puro acto intuitivo, a la “caza del momento”. En mi caso se asecha la palabra, en otro la fortuna. El secreto es esperar, el destello fugaz, el “pálpito” como él dice. En “la loca creencia de vencer el azar” ha elaborado varias teorías algunas basadas en la matemática, otras en el esoterismo y la adivinación. Otra quizás la más difícil “intentar hacer consciente lo inconsciente”. “El zorro no premedita, asecha, y salta sobre la presa en el momento oportuno... acércate a la mesa como idiota como si estuvieras ajeno a todo y coloca la apuesta donde tu corazón diga ¡ah!” La emoción y la adrenalina puesta en el acto del juego implica una didáctica permanente entre la satisfacción y la frustración en la cual cuando se pierde no es una pérdida total si no una espera. Para el poeta el juego tiene claves subyacentes. A través de él se aprende un rol, no sólo se busca el placer de la descarga sino perfeccionar la técnica pero llega un momento en que la técnica no basta es aquí donde entran los contenidos mágicos, esotéricos a los que hacemos referencia y que estos rituales, actitudes se registran en la postura del cuerpo ya que quizás no lo seduce la posibilidad de adquirir fortuna sino que la seducción está puesta en el universo del juego en sí y por sí mismo. También la búsqueda de la fortuna se relaciona con uno de sus grandes amores, la Cordillera. Así es que su actividad de cateador de minerales marca una impronta que está presente en toda la poesía. En este juego la naturaleza no olvida al hombre por lo tanto no sólo están las minas sino el minero con su triste destino de buscar una fortuna que sabe de antemano, no será para él. La ciudad y sus ruidos aturden, es verdad pero el poeta dice aturdirse de azulidades. LA BUSQUEDA DEL AMOR La curva de los tontos Aparece de nuevo la sensualidad del juego puesta en otro objeto sujeto: la mujer. Las posibilidades, lo deseado, lo negado, el peligro y el goce siempre toman la forma de dos pares contradictorios, antagónicos, perder o ganar. Pero así como la búsqueda de la fortuna tiene un destino incierto, también el amor representa un desencuentro permanente, lo inalcanzable, lo añorado, lo imposible. “Así hasta se extinguen los amores” Por momentos pareciera que alcanza el amor pero cuando el poeta da un paso el amor da dos se escapa, huye y lo “usa de puente para ir a no sé”, Verlas venir (pág. 61). Y así como no hay recetas para el juego, la fortuna tampoco las hay para el amor, aunque un cartel nos avise ¿para qué? dice el poeta “si el amor es ciego y no hay forma de evadir” la curva de los tontos, como él le llama. ¿Un amor? Aunque la pregunta parece tomarlo desprevenido hace silencio, luego se levanta con rapidez y dice “le contesto con un poema”: “Barrio de la Chilquilla, San Juan de entonces, nubes de un rosa de confitería y al fondo mi niñez. Vez que daba una vuelta a la vuelta manzana hallaba la alegría puesta en cualquier esquina. Se me iba la boca por saludar a todos, se me iban los ojos tras de los volantines. Después es que partí en busca del tesoro y por un viento oscuro se me tapó la vista, caí en soledades, se me dobló el codo en vino mentiroso pero estoy de regreso. No sé si pueda allá sobre tapias del fondo, a la niñita flaca del amor primero entregarle, tomá, esta flor de chilquilla, última flor de un tiempo que no vuelve” “Barrio de Chilquilla” Endeveras (pág. 73) Luego como hablando consigo mismo continúa: “He tenido pocos amores creo que el más importante es el de la adolescencia allá lejos, en la niñez por eso lo he puesto en ese poema.” Entrevista con la autora san Juan Abril 2004. Conversando La tarde sanjuanina acalla sus voces para albergar presencias en la casa ubicada en “Los cuyanos 241 Este”. Jorge Leonidas Escudero abre su casa y su corazón... y regresa. Vuelve a los albores de su infancia se levanta ágil como un felino (cuya presencia es común en sus producciones). Su agilidad desmiente el calendario toma una fotografía y nos la entrega, se observa en ella un niño montado en un burro: “Esta es mi infancia. Cuando era un niño de 4 años mi padre fue empleado como jefe de correo en Tuncunucu, era 1924 o 25. Este lugar me marcó y desde que estuve no me desprendí más de la vida del campo. Esta es mi infancia repite y lee poema 81 (Aguatien). El kilómetro 0 de mis andanzas por allí empecé en ese burro.” Nos habla de los juegos de la infancia “jugaba a que iba a caballo montado en un palo de escoba” y sus juegos parecen tener una relación causal con sus 14 años en la roca y en la montaña, a la cual es imposible acceder sin animal de monta. “Después el juego se me hizo cierto, después pasé a los caballos y luego a las mulas para ir a la Cordillera”. Hablamos de su relación con la tristeza, con el dolor, con el amor, nos preguntamos y le preguntamos qué hace que ese hombre nacido en 1920 abandone sus estudios para irse de cateador. Por qué comienza a publicar a los 50 años, cuando desde niño estuvo conectado con el acto de escribir. Jorge Leonidas Escudero responde lo que él quiere y como él quiere y cuando él quiere, a veces su respuesta es una sonrisa, un gesto, la lectura de un poema. Hay que descifrar sus respuestas lo mismo que su poesía. Pero hay algo evidente, contundente, inevitable que el poeta siempre estuvo y está en la búsqueda. “Vale la pena vivir en cuanto es un continuo descubrir cosas. Hay que buscarlas claro. Aunque sabe que va a la muerte el afán de seguir descubriendo lo satisface a uno.” Entrevista con la autora San Juan Abril 2004. Ser mueve como escribe por lo tanto es imposible una entrevista estructurada por momentos interrumpe el diálogo (“apague” y señala el grabador). Por momentos interrumpe el diálogo y nos sorprende: ya sea buscando un libro que nos regala que es la novela de Margarita Mugnos de Escudero “La maestrita de los llanos”, escrita por su madre. Y cuenta anécdotas de un fenómeno que es común en la zona cuyana, el cambio de nombre en el Registro Civil: “Escribieron Mugnos por Muñoz”. O bien mostrándonos con la misma pasión que muestra sus poemas piedras que están prolijamente conservados en una vitrina y que observándolos uno no puede dejar de pensar en los mineros, en los pirquineros que “rajuñaron montañas hasta saberse piedras”. Los recuerdos van poblando la amplia habitación, están las presencias pero también las ausencias, los amigos que ya no están. “Me ha entristecido su ausencia, son dos, C. Guido Escudero que se suicidó cuando tenía 24 años (yo tenía 23) y Rufino Martínez, poeta sanjuanino muy amigo mío son ausencias que no se suplen”. Entrevista con la autora San Juan Abril 2004. No obstante el sonido del teléfono a menudo interrumpe el relato. Son los amigos de ahora, que lo llaman, que lo respetan, que lo cuidan, que admiran la persona y su obra. La tarde va cayendo casi inadvertidamente nos trasladan al patio, prolijamente cuidado, allí también se respira la tranquilidad de Tuncunucu, el aire puro de la montaña, el canto del benteveo. La voz se hace más grave y sus ojos se velan de distancia cuando habla de la Cordillera, se pregunta “¿Qué pasa?... ” El sabe que la Cordillera lo espera, siempre lo espera, que la separación es temporaria. Habla la cordillera “Manera de quererte piedra pelada, digo hasta perdérseme la vista en azules oeste...” ¿Qué pasó? J. Leonidas Escudero “Verlos venir” Yo venía sumisa de la blanca comarca de la escarcha, Adherida a mi piel la quietud de los siglos. En las grietas secretas anidaba un deseo dormido (¿Por qué será que el deseo y la nieve queman?) Yo, espera congelada. Vos, eterna búsqueda de abismos insondables incendiado por fuegos que no esperan. (Hay fuegos que queman mas que el fuego) Fue la intemporalidad. Quizás el viento. Montado en tu delirio escalaste las crestas escarpadas y en flores congeladas fue posible el ENCUENTRO ¡Ay, si mi pétreo corazón hablase! Blanco vellón de oveja. Lirio blanco en invierno Círculo de amor sin fin. “Cielo y cumbres abrazados” Yo, la materia; vos, el misterio. Y en medio de los dos un puñal silencioso e incierto clavándonos el pecho. (Hay silencios que queman más que el fuego y heridas que no duelen). Amelia Arellano HECTOR DAVID GATICA (La Rioja Profunda) HECTOR DAVID GATICA Héctor David Gatica es una de las más importantes voces, no sólo de la poesía riojana sino de la poesía argentina: Su tarea cultural, riquísima, abarca una práctica concreta que comienza en los llanos de su Rioja natal y una importante sistematización de su labor literaria. Entrar en la obra de Héctor David Gatica es entrar en La Rioja profunda, en la “Rioja escondida”. Es recorrer La Rioja de Ariel Ferraro, de Pedro Verón y otros ¡tantos! Es caminar entre zampas y talas. Es donde coexiste la espina del cardón y su flor, espina florecida en milagro perfumado. Es acceder al universo del puma y de la cabra, de la jarilla y la retama. Del hornero y la calandria. De la ciudad y el campo. A la comarca de su canto encendido en guitarras. Es dejarnos embriagar por la música de sus poemas, que más que poemas ya son canciones. “...A ¿qué como venía? ¡no me pregunten, no! El pájaro no sabe de músicas y canta”. “Imposición a la greda” Ariel Ferraro. El poeta nos permite ingresar al “reino de la pichana” a las “tardes amarillas” de Lugones. “Me conmueve el amarillo, en el campo todo es amarillo, la pichana, la brea, la tusca, es un color que se nos mete por el color de la flora muestra... por el color de los rayos al ponerse el sol, por el olor al jarillal, por el color y la forma en que se hacía la luna...” Entrevista con la autora La Rioja 2004. Citando a Nacho Chazarreta, trabajador de la cultura, riojano podríamos decir que el poeta Gatica logra “hacer resucitar de entre los muertos los tajos de la vida para tejer con ellos los tientos del recuerdo”. Se interroga por ejemplo sobre la fascinación que le producen las bolitas de color: “Sentía que había un color, una cosa imprecisa que me hacía sentir feliz, no sabía qué era... ¿De qué mundo me llega esto, así, de golpe?” Entrevista con la autora La Rioja 2004. Y la sonrisa asombrada se acurruca en el recuerdo. El caleidoscopio que simbolizan las bolitas de color es una imagen que en cierto modo refleja la producción del autor, en donde el universo esférico pero también circular es recorrido permanentemente por el movimiento, el color, la forma y sobre todo el candor de un niño. Un niño que creció acompañado por el sabor de duraznos tempraneros, a pan casero, a madre. “...Ay madre... hasta: que salga olor a su pan en mis palabras...” “La casa” Memoria de los llanos pág. 24 Hombre, pájaro, flor Para poder acceder a la poesía de Héctor David Gatica es necesario desnudarse, regresar en el tiempo, volver a ser niño; despojarse de prejuicios, dudas o misterios. Es casi imprescindible dejarse conmover. Sólo así se sabrá si encontramos la resonancia necesaria para vibrar en nuestra mismidad. En su obra literaria nos encontramos, somos, nos reconocemos no sólo como cuyanos sino como argentinos, latinoamericanos porque el poeta pinta con maestría un paisaje histórico que nos toca vivir. Allí está el sabor a pan casero, a algarrobas “choclas”, a piquillín pero también está el sabor, acre salino, a pobreza, a “nunca más”. Nos preguntamos, qué hace que cuando este hombre de grandes anteojos, con aspecto de intelectual, recita con voz serena, pero potente y vital, el auditorio calle, el viento calle, la respiración se detenga. Cualquiera sea el tono emotivo que despierta su poesía el proceso siempre es el mismo: primero, nos conectamos con lo diáfano y sencillo de este hombre, “un campesino”, como él suele definirse. Luego la melodía va in crescendo hasta alcanzar un climax emocional... hasta llegar a ser “hombre y pájaro y flor”... El poeta, con su simplicidad da la respuesta. El fenómeno identificatorio es posible porque su obra se basa en la experiencia, no sólo en un saber libresco, donde, a veces, suele sobrar técnicas y faltar alma. “Toda mi obra se debe a la gente con la cual he convivido, sobre todo esa gente de trabajo fuerte que aparece tanto en mi poesía. Toda esa gente ha tenido una enorme influencia sobre mi vida. Por ejemplo a través de los aradores, sembradores. Sembrando, tirando la semilla. Gente grande desafiando el calor. Escuchando sus cuentos, cuando tiraban sus caronas para dormir, en la noche. Aradores, carreros, hacheros... los llegué a querer de tal modo, que cuando me fui a la ciudad nunca llegué a tener amigos tan entrañables. Ellos no me podían hablar de libros, de autores, sí del tiempo, de la sequía, si llovía, si se moría alguna hacienda. Me enriquecieron tanto, más que cualquier hombre ilustrado. Y aún sigue, cuando estoy al lado de ellos siento un gran respeto, un gran afecto. Por eso he tratado de que lo que yo escribiera, lo entendiera el hombre más humilde. Que importan los críticos, los especialistas de arte si la gente para la que yo hago lo mío no lo entiende. Saber por ejemplo que Verna Miranda, un hombre que apenas llegó a segundo grado, que nunca escribió ni una carta, en su lecho, el libro que tenía, hasta quedar dormido, bajo su almohada era `Memoria de los llanos´. Entonces, eso es lo que realmente quiero, que esa gente me entienda. Por ejemplo carreros que conocían bien su oficio se sintieron conmovidos en `Fundadores del olvido...´”. Entrevista, La Rioja, septiembre 2004. “...El carro es el padre de la casa... Traquetea el bostezo del camino largo con barandas de polvo sed callada y guadalosa que se bebe la voz... Tres toneladas de carbón lleva en el carro a los cerrillos distante treinta leguas. Tres toneladas pesa el sol el tranco de las bestias y silencio del desierto. ...Seis pesos cobrará por tonelada sin contar el descuento que le hará el basculero y hay que pagar el agua y la encerrada y hacer gasto en cantina. Envolverá el dinero en el pañuelo bien atado pero a veces después de siete días de hondas huellas volverá con las arrugas del pañuelo solamente y un tufo a vino largo y a sudor...” Memoria de los llanos (pág. 68). “El carro es el padre de la casa” dice el poeta Gatica ¡cuanta sabiduría es esa simple expresión! El carro era el transporte, el que proveía alimento, el que acarreaba sueños. Hoy, casi en desuso con la emigración del campesino joven a la ciudad. Este fenómeno se observa mucho en la provincia de san Luis, en donde no sólo el campo perdió su fuerza de trabajo joven sino que el carro también adoptó otra función. No pocas veces es usado como depósito o como improvisado gallinero. Raíces de un tiempo sin regreso La producción de Gatica está impregnada por el fervor de lo autóctono, fervor que no sólo comienza en su infancia, en Villa Nidia sino que traspasa los límites de espacio y tiempo para reconstruir la historia de La Rioja que tiene que ver con la historia de nuestro país. No la historia oficial sino aquella que comienza antes. Una historia que comienza con los verdaderos dueños de la tierra en donde el conquistador no sólo se apropió de los hombres sino de la tierra y sus frutos. La tierra... siempre la tierra y el conquistador siempre el mismo que no sólo nos despojó de una historia, de la tierra, de la transparencia del aire, del silbido del viento, del olor de la hierba mojada en las mañanas insomnes. Es necesario aquí hacer un alto y reflexionar, esta historia de despojo ¿es historia pasada? ¿O continúa sutilmente, inadvertidamente, como una víbora que se desliza en silencio? “...Pero ¡Ay! Dice el poeta que están cerradas las compuertas de tus sueños...” Cuando la viña sea tuya – Memoria de los llanos – (pág. 214). Toda la obra de este poeta es un grito de alerta. Una propuesta de develar lo oculto. De reemplazar la mirada ingenua, que no tiene que ser con la ingenuidad del cactus o la calandria, por una mirada que incluya la historia no como un hecho pasado sino como un suceder actual, vigente, en donde el poeta, el artista tiene un rol preponderante, un imperativo ético: desocultar... quizás entender “que la carga que una llama alza en Socompa es la misma que pesa en nuestro abuelo”... Esa es la propuesta: Alzando el corazón que aún nos queda sano quizás reconozcamos nuestra sangre. Este, mi mundo. Héctor David Gatica sabe que una de las formas de romper con los mandatos de homogeneización del fenómeno de las globalización es donde es posible sólo un tipo de vida es oponerle la singularidad de la vida cotidiana, en este caso el de Villa Nidia. Ese escenario fue el primer hábitat en donde el poeta fue estableciendo sus primeras relaciones, construyendo su subjetividad. Ese ámbito físico que el creador describe magistralmente no sólo tiene una significación externa sino que tiene una dimensión psicológica, se incorpora al espacio interno. Son espacios significados, móviles, así el Norte, el Sur, el este, y el oeste no sólo son puntos cardinales son puntos de referencia de una infancia feliz. Solamente el que ha vivido o compartido las experiencias de la gente de la zona rural sabe que el ritmo del tiempo y el espacio se ordenan en función de los ciclos naturales el tiempo de la algarroba, de las heladas, de la siembra. Estos ciclos naturales también tienen que ver con nuestros propios ciclos vitales en donde la realidad aparece teñida por tonos afectivos, por presencias internas que siguen siendolo aunque ya no estén. En la obra de Gatica están todos. Si “pasamos lista” como dice León Felipe encontramos respuestas a sus preguntas. ¿Están todos los animales? ¿están los árboles? ¿están todas las razas? En primer lugar está él. No el poeta. El hombre. “...Besemos al Amor; hay que matarlo antes que las palomas vuelen y que las madres paran...” “Evangelio según San Juan”, Himnos farisaicos. Y no pudieron matar al Amor y volaron las palomas y Delia Durán, fecundad por Celso Gatica, parió un niño en Villa Nidia, La Rioja en 1935. “No sé a qué hora ni cómo nací. Si sé que mi madre tuvo a sus hijos en el campo y que había un partero que atendía en la casa, como todos los que nacen en el campo. ...Recuerdos bellísimos... se da lo que dice Rilke, que el enriquecimiento tiene que ver con lo que se da en la infancia:... indescriptible, jugar en la arena de aquella calle que posaba. `Memoria de los llanos´ tiene que ver con esa infancia... Estaba seguro que faltaba algo por eso aparece el tercer libro. Recuerdos imborrables, salía cada día al atardecer, con un cuaderno, un lápiz y una linterna y los perros... volvería a vivir así mi infancia, esa niñez libre, con mis padres, hermanos, gente del campo. ” Entrevista con la autora La Rioja 2004. ¿Están todos los animales? Los primeros animales en la América de la conquista fueron los hombres que mediante una tardía bula papal Sublimus Deus del Papa Pablo III (1537) afirmará que los indígenas eran hombres y por lo tanto tenían alma. Los animales que como el caballo, fueron traídos por Colón en su segundo viaje ayudando al exterminio pasan a ser con el tiempo un compañero inseparable del hombre de campo. “Debe de ser muy triste estar de a pie en el campo porque los caballos nos permiten transitar las distancias. Eran bellísimos. Yo nombro a algún yeguarizo en algún poema...” Entrevista con la autora La Rioja 2004. Otro animal que el conquistador se valió como herramienta de devastación fue el perro. Se los usó para la “perreada”. ¿Quién diría que este animal pasaría a ser abnegado defensor y compañero de su amo? En su niñez es una constante la presencia de animales no sólo convencionales como puede ser el perro, el caballo o el gato. “... ¡ Los lechuzos que yo crié! a veces las viejas le tienen tanto miedo, los criaba desde chiquitos, le ponía Ricardito I, Ricardito II, a veces se iban, algunos volvían. Solían estar al lado mío cuando yo estaba escribiendo, moviendo la cabecita y mirando para todos lados... ” Entrevista con la autora La Rioja 2004. ¿Están todos los árboles? El poeta Gatica describe con pasión la interacción del hombre con la naturaleza, de modo que su lectura no sólo regocija sino que tiene fuerza necesaria para vivir como nuestras esas escenas; nos trae el olor a los jarillales, a las tuscas, al cardón, le da a su universo una dimensión tan profunda que nos transporta a su Rioja y nos permite como él el retorno a un tiempo feliz. Juegos que vienen de antes ...Y el poeta se traslada a la ciudad y ¡tantos! Resuenan con su voz para decirse: “También yo he debido dejar el campo”. La poesía del “profeta” tiene que ver con lo lúdico con el goce estético, con el placer. Con la materia amasada y transformada por las manos. Con la concepción de trabajo. Con la actitud hacia el trabajo que comienza en la niñez y que no tiene que ver con el sometimiento y la esclavitud sino con un espacio de libertad y creatividad y con un alto grado de pertenencia y cooperación al grupo. “Atento a los mensajes de las nubes” y al olor del jarillal anunciador de lluvias, nuestro padre nos hacía levantar que abriéramos acequias al canto de los sapos y al terrón de las chacras. O bien calentada al rojo la marca en el estiercol nos arengaba en los corrales donde enlazábamos terneros y fuertes ventarrones, ventarrones del norte, poderosos.” “La casa” Obras Completas (Pág. 123). Esta actitud a la que hacíamos referencia por permitir comprender el singular fenómeno que se da cuando el poeta recita, se establece también allí un lazo lúdico en su más genuina expresión. La comunicación con el receptor permite un juego dialéctico entre actor y receptor, solo posible porque el que escucha vibra del mismo modo que el que habla. “Prefiero lugares chicos para recitar. Aunque la gente se vaya enojada porque no puede entrar. Allí siento que hay una comunicación en la mirada. Siento si el otro está atento, aburrido y me permite alagar o acortar lo que digo. La gente cree que tengo una excelente memoria, una memoria de animal, dice, por dentro me río porque lo que tengo es la camiseta sudada. La declamación la hago por vocación porque antes De dársela a la gente se la di al campo, a la selva, al viento, a los pájaros, ellos fueron mi primer escenario. Mi primer escenario fue el andar horas y horas por el campo diciendo poemas. Sentía que debía llegar a mi gente, no como cadáveres sino como cosas vivas que vibran en mí y que yo vibro en ellas. No hay un solo recital que se repita. Si yo no sintiera no se daría este lazo que establezco con el público, esa entrega. Los distintos tonos de mi voz no tienen que ver con una formación académica sino que la voy volcando como la siento. Me interesa que la gente se quede masticando ciertas palabras, no quiero las cosas apuradas... ” Entrevista con la autora La Rioja 2004. Cuando el poeta habla de su Villa Nidia natal no sólo nos muestra su esquema referencial sino que nos posibilita analizar la cotidianidad de La Rioja que podemos hacerla extensiva a las familias de Cuyo en donde ciertas características que analizamos en este texto no sólo sedan en las familias rurales sino que las familias de la ciudad no han escapado a la influencia del ámbito campesino, aunque hayan construido su pertenencia a la ciudad. La obra del poeta nos permite evaluar la estructura de lo vincular, de los grupos y como se van organizando las experiencias de los hombres y mujeres a los que él alude. También nos permite establecer criterios de comparación en cuanto al papel de la necesidad: vemos que cuando nos alejamos de Villa Nidia que puede ser cualquier villa, cualquier pueblo también nos vamos alejando de la satisfacción de la necesidad a tal punto que nos permite inferir que cada día la necesidad se acerca más a un destino en donde sistemáticamente se ven frustradas, una y otra vez, nuestras necesidades. Esto inevitablemente nos lleva al tema de las clases sociales, plantearnos cual es nuestra postura respecto de ello. Nos lleva interrogarnos sobre, si el hecho de pertenecer a una clase social media, cada vez más desvastada y empobrecida excluye la posibilidad de realizar una mirada que desoculte “la realidad”. En el poema “jugando” Obras Completas (Memoria de los llanos) (Pág. 109), no sólo se muestra la diferencia de las clases sociales sino un tipo de estructura familiar en años anteriores al siglo actual en donde surge la nueva modalidad de familias: la familia ensamblada. También a lo largo de la obra del poeta se muestra una conducta común en ese tipo de familias, la obediencia incuestionable al padre. Estas familias generalmente eran extensas, la casa donde se nacía era muchas veces en la que se moría, con lazos afectivos muy consolidados y con una práctica religiosa que no sólo se hacía en las iglesias sino en el hogar. “Y al llegarnos la noche por el portón abierto todos reunidos mis padres, mis siete hermanos rezábamos a ese Dios de campo afuera.” Obras Completas (pág. 125). No sólo en el rezo se comulgaba, también en la ceremonia del mate y aunque el trabajo generalmente estaba dividido por género existía una comunicación, íntima, vital, más allá de la palabra hablada. Y al analizar el área de trabajo en la zona rural no podemos dejar de mencionar la figura reverente del maestro rural... y una nostalgia de guardapolvos blancos nos acaricia el alma. Los maestros cumplen no solamente el rol adjudicado por el estado sino otros no sólo adjudicados por el pueblo sino asumidos tales como consejero, cura, psicólogo, mediador, etc. El maestro era el depositario de la confianza de padres e hijos, en donde la herramienta venerada era la palabra. La palabra como documento, como garantía no sólo de instrucción sino de respeto y patriotismo. Y los niños devoraban distancias, en burro, a pie desafiando la escarcha y el sol, alimentándose de maíz tostado, algarroba a torta casera. ¡Que desgracia! ¡Ay de mí! ¿En nuestra casa? (Lady Macbeth W. Shakespeare). Leyendo “Los días insólitos” de Héctor David Gatica nos preguntamos qué Dios protector de los llanos salvó sus escritos. Nos congratulamos también que no hayan ardido como los leños de las fogatas de San Juan. Algunas manos fueron protagonistas de la opción salvar lo creado. En otros casos, decidieron por nosotros y no sólo quemaron nuestros escritos sino las manos... y las alas... El miedo cundió como una peste, y algunas familias no vacilaron en salvar la vida de sus hijos y sacrificar en cenizas sus escritos. Más, para el que escribe, sus poemas son la vida y no sólo nos cubrieron las cenizas sino que la escena dantesca se asemeja a aquellas pesadillas de las cuales queremos despertar y no podemos; y aún después de despiertos nos queda una sensación vigente, torturante, sorprendente. Los que transitamos los años de la dictadura, aunque nuestra militancia fuera sólo el amor, no podemos dejar de identificarnos con esa pena y elaborar el duelo asumiendo el “concepto ético del dolor” como dice Leonidas Escudero. Luego del horror la gloriosa transformación de lo siniestro en este maravilloso acto reparatorio como es la poesía de Gatica. “Verde que te quiero verde” dice Gatica citando a Lorca, uniformes verdes, cabelleras verdes, falcon verde. Pero también brotes verdes, esperanza verde, testimonios reverdecidos. No llores por mí Argentina Algunos eligieron el exilio, muchos no alcanzaron a elegir, otros se quedaron. No pudieron salvarse del peor de los exilios, el exilio interno. Algunos se fueron para otros lugares, otros para otra vida, los que quedaron también tuvieron que sufrir el estigma. “Algo no había hecho”... por ejemplo sobrevivir. ¡Aleluya poeta Gatica po los poemas sobrevivientes! Las presencias suplen las ausencias. Aunque sean presencias que ya se fueron, más hay ausencias que siguen siéndolo: “...Una ausencia... Mi hermana mayor Nydia... sabía que me faltaba algo hasta que un día anduvo todo el día rondándome el poema hasta que una tarde me salió de un tirón; no sé si es ausencia o presencia”. Entrevista con la autora La Rioja 2004. “...La bautizaron Nydia barría los patios y leía novelas a mis padres... ...odiábamos a la hermana mayor ordenarnos alzar esas basuras como cosas juntadas por su escoba de jarilla. La odiábamos a la mañana Y la amábamos por la tarde si leía en voz alta...” “La casa” (fragmento). Como veníamos desarrollando, hay ausencias que se incorporan de tal manera a nuestro mundo interno que pasan a ser parte de nuestra mismidad, tal es el caso de la abuelita Antonina, de las que nos habla Héctor David Gatica. “Mi abuelita Antonia no fue una mujer fue una trenza colocándome palabras desconocidas”. “La abuela” Obras Completas (pág.101). También sucede así con ausencias que las cubre una lluvia de nostalgias y una necesidad insatisfecha: “Estoy muy cerca de escritores que ya se han ido de este mundo. Esas sí son ausencias porque no puedo compartir experiencias por ejemplo Daniel Moyano, que anduve recorriendo los llanos, que es gente de mi tierra. Hay ausencias que se sienten, fuerte, quizás las empecé a sentir desde el tiempo del proceso, el exilio, la muerte, cosas muy dolorosas, muy fuertes. Yo cantaba y tocaba la guitarra con dos amigos Arturo Leyes y el Bocha Ludueña, anduvimos por tantos ranchos humildes haciendo alegrar la gente. Que se me han ido muy pronto. Éramos tres y yo quedé solo. Por eso hay ausencias y ausencias.” Entrevista con la autora La Rioja 2004. Hay ausencias y ausencias, hay ausencias que tienen sabor a nostalgia otras que piden testimonios de no olvidos, de “nunca más”. Nunca más un pañuelo blanco, nunca más el genocidio, nunca más. Algunos eligieron el doble juego de la ausencia, ausencia en el exilio y ausencia en la espera de los que quedaron. Algunos pudieron reunirse nuevamente con los seres amados, otros, no. Algunos lograron resistir, otros no pudieron, puede ser una madre, un padre, hoy todos somos hijos. Argentina nuevamente avasallada, nuevamente violada, no sólo mataron a los muertos también quedaron doy testimonio muertos en vida. Argentina del desgarro, también Argentina de la esperanza, de la resistencia, sutil, casi inadvertida como aquellos helechos que increíblemente nacen de la piedra como dice el poeta: “Con un poco de barro y una semilla se puede inaugurar una flor. Con un basural y unas gotas de sudor se puede parir un pueblo.” América de aquí (fragmento) (pág. 202). El Amor Nos preguntamos el por qué internarnos en la obra de Gatica nos produce sentimiento en donde la conjugación de la vida y la muerte nos produce dolor pero a la vez placer. Qué hace que sus versos tengan la diafanidad del agua clara pero al mismo tiempo la intensidad del fragoroso viento de La Rioja. ¿Por qué Gatica describe magistralmente los días del horror, de ayer, de hoy? Gatica puede describir el odio porque ha ejercido el amor. Dice José Marti: “Da el amor versos claros y sonoros y no sé por qué es en esas horas de florescencia, sentimiento, grata congoja, vigor pujante y generoso rebase del espíritu.” El gran poeta latinoamericano explica el por qué de los versos claros y sonoros del poeta Gatica. Su vigor pujante y generoso. Porque el amor en Gatica no es sólo una idea, es una práctica, una militancia: “El amor fue naciendo, con la que ahora es mi mujer, Noelia, un poco a la manera de “Gracia plena” al decir de José Pedroni. El tiempo del noviazgo, del casamiento, la llegada de los hijos. Todo eso me dando este material. Lamentablemente perdí parte de el, especialmente en lo referente a los chicos porque fue coincidente con la época del proceso, pero estoy contento porque marcó un tiempo muy feliz de mi vida, poeta el encanto a un hijo, la chiquita que es hija del corazón. Pero mi hijo Pablo le escribió a poco de llegar un poema bellísimo.” Entrevista con la autora La Rioja 2004 Esos poemas son un remanso, una sombra en los desiertos salineros, uno puede elegir la metamorfosis. Ser pájaro, rama, flor... acaso una leona enamorada. La obra y vida del poeta Gatica guardan una relación simbiótica, su producción encierra la concreción de la certeza. Sólo desde allí parado en la experiencia y realimentado por la teoría puede definir el rol del poeta y de la poesía. “Para la poesía no hay disciplina que valga, quizás se la pueda hacer con una novela. Pero la poesía no tiene horarios ni dios, si no la atendés bien se te va... (y recuerda sonriente)... me dijeron que la poesía es una niña muy celosa si no la atiende se va y no vuelve más... Influencias sobre la poesía... dice un autor “la generación espontánea no existe”. Lo primero que llega a mi son las lecturas de mi hermana y recién después algunos poetas argentinos, americanos, también algunos clásicos europeos... Recuerdo que había escrito como cien o doscientas poesías y uno se siente como dice el Quijote, “el mejor del mundo” pero un Inspector de Escuela, que eran hombres muy preparados, me dejó un librito chiquito. Por qué me lo habrá dejado. Me di cuenta que lo que había escrito no servía de nada. Yo escribo para mi gente. Me cuesta mucho la poesía oscura, me cuesta entenderla, muchas veces me he dicho alcanzo esas alturas, otras veces me pregunto si el autor entiende lo que quiere decir. Por eso yo prefiero la poesía limpia que deja ver hasta la última piedrita... ...También debo reconocer que hay muchos autores, especialmente de literatura universal y europea, que no los entendía pero vibraba a lo loco. Había algunos que hasta me hacían llorar. He leído mucho sobre lo regional, Ariel Ferrara decía, e insistía que había que leer los clásicos, he leído y lo sigo haciendo lecturas universales y también lo regional.” Entrevista con la autora La Rioja 2004. Hacer reír a Dios a carcajadas Y no sólo el poeta Gatica hace reír a Dios a carcajadas sino que lo sacude, le ofrece los borbotones de su sangre y le tiemblan las manos cuando advierte que “Saulo” tiene una carta suya en sus entrañas. El poeta sigue apostando a la fe, a los sueños, a las utopías hechas realidades. “...Un sueño... completar poesías que tengo. También un sueño imposible volver a Villa Nidia, ahí tengo muchos árboles amigos que les puse nombres... hay un quebracho que le puse Felipe Cabañez en homenaje a un hachero de aquel tiempo que me acompaña bastante... ¿se le podrán poner velas a los árboles?... creo que las empresas de amor no pueden hacerse solas, he recorrido La Rioja con amigos a veces acostándome al alba... Ahora estoy trabajando con una tarea que ya lleva 12 años: Integración Cultural Riojana” en donde incluyo artistas de trece departamentos... ...Alguien dijo si quieres hacer reír a Dios a carcajadas, contale de tus proyectos...” Entrevista con la autora La Rioja 2004. Es verdad, las empresas de amor no pueden hacerse solas, en algunas acompañaron al poeta para salvar sus escritos, un quirquincho y un quebracho. El hombre, el quirquincho y el quebracho Cuentan los lugareños que cuando las fogatas de San Juan se apagaban huyendo del tridente, solo la humanidad como pecado, un hombre depositó su pena de cristal de roca. Indefensa, al pie de un quebracho. Conocedor de la maraña humana. Testigo del espanto y de la muerte, da atroces exterminios, en su corteza, cada arruga nueva era de dolor antiguo, las bestias, muchas veces, son más piadosas que los hombres. Pero, es de árbol poder reconocerlo, lágrimas de tanino derramó cuando en las tibias tardes de La Rioja, vio florecer el corazón humano. Eran hombres tan buenos, como la hierba buena, En sus brazos se posaban los pájaros y sus manos desgranaban memorias. Un quirquincho viejo acompañaba. Compartían la tierra, la soledad del llano y el milagro. Vigilaron los puntos cardinales del día y de la noche. Cuando la polvareda, precursora de las hordas salvajes hería el horizonte, El quirquincho improvisaba un canto de tierra entre sus manos. El quebracho, en enhiesta quietud, vigilaba. Pasaron las vendimias calladas, en tiempo montaraz de los miedos secretos. No volvió la metástasis del odio. Pero llegó la lluvia ¿otro sepulcro de agua? El quirquincho se desangro las uñas, el quebracho las ramas. En el útero bendecido de la tierra, construyeron un santuario de pircas y de ideas. Un día volvió el hombre. En su pena, toda la mansedumbre del niño cuando duerme. Las jarillas reverentes se inclinan dando paso a la procesión del hombre, del quirquincho y del quebracho. ...en el cáliz de cristal de roca yace, vívido, el 5º mandamiento. Amelia Arellano. LUCIA CARMONA (Una casa extraña y deslumbrante) LUCIA CARMONA La obra poética de Lucía Carmona nos enfrenta a desafíos que si bien representan el universo poético de la autora, son en última instancia los nuestros, por eso su poesía conmueve, moviliza, desgarra. Puede hacernos vibrar en laberintos de placer o descender, en su viaje sin regreso, al infierno de Dante. La problemática que plantea es la que involucra a nuestra mutable e incompleta humanidad, los que llegan a la raíz existencial del hombre, el tiempo, la muerte, la eternidad. Realizar un análisis crítico de la producción de Lucía Carmona y recalcó la diferencia, no una crítica literaria no es posible en un análisis, porque cada campo semántico nos remite a otro y aunque hay momentos en que parece que encontramos el hilo de Ariadna, nos detienen jeroglíficos de sal, paredes de llanto, lluvias de fuego, aludes hechos vuelos de sangre y fluir de pájaros, ríos de sed, marañas de manos dispersando cenizas, con el sexo expuesto, lacerado, con la presencia ausente del niño... con Dios. Por lo tanto debido a exigencias metodológicas se debe acotar el análisis pero nos permitimos dejar planteados temas cruciales en la obra de la autora que nos parecen susceptibles de futuras investigaciones. Por ejemplo, se impone un análisis más abarcativo del tema del vuelo, complejo e ineludible, se lo podría profundizar desde la óptica de los sueños y del psiquismo ascensional. El vuelo está presente en Lucía Carmona en un lenguaje potente, vigoroso, cuasi trágico pero aliviado por la sensación de levedad. Quizás aquí cabría lo que dice Nietzche: “El que enseñe a volar a los hombres del porvenir habrá desplazado todos los límites, para él los límites mismos volarán por el aire: bautizaría pues de nuevo a la Tierra, la llamará “la Leve”. Las barreras son para los que no saben volar.” Su poesía registra tonos. No solo las significaciones y simbolizaciones sino que en algunos poemas los títulos se hacen admonitorios, resuenan según el tono emocional del lector (tal vez también de la autora). Por supuesto esta resonancia emocional nunca es la misma. Por ello cada poema es muy difícil de fragmentar. Representa una unidad en sí mismo, por tal motivo nos hemos permitido transcribirlo en la mayoría, en su totalidad. Lo contrario nos estaría dando un “corpus poético” incompleto. Otro núcleo temático a analizar sería el tema del llanto, cósmico, sideral, que adquiere por momentos el carácter de ritos de purificación y una condensación del desamparo humano. Deja de ser una apreciación romántica para pasar a ser una expresión de dolor visceral nacida de la necesidad de una desesperada paz interior, quizás inalcanzable. Solo posible si establecemos una dialéctica entre la esperanza y el escepticismo, entre el horror y el esplendor, entre la vida y la muerte, tal como la autora plasma en su obra una dialéctica sombría del tiempo. Acaso sea verdad, Lucía Carmona no es una poeta para ser leída por todos, tal vez algunos queden presos de una extraña angustia que es a la vez placer. Puede que se de los que dice otro gran poeta coterráneo “Hay poesía que no entiendo pero vibro cuando la leo” (Héctor David Gatica). Desplegamos en este apartado la hipótesis de que Lucía Carmona es una casa, “La Casa” y así como no se puede recorrer su casa en un momento fugaz o en presurosos días tampoco su obra. Hay que descubrirla despacio, transitarla, bucear en ella y avanzar, volver hacia nuestra interioridad, animarse... seguir en la búsqueda. “Hay un niño pendiendo de los arcos” La obra de Lucía Carmona está recorrida por símbolos que adoptan distintas formas y tonos emocionales, pareciera que con ello, la autora, intenta liberarse de una obsesión inevitable: la muerte. La muerte, que no es sino una dolorosa y desgarrante lucha por la vida. Todas las vivencias que se desprenden de ello y que la poeta expresa magistralmente, no quedan en una mera abstracción sino que se puede relacionar con un sentir originado y enriquecido por experiencias vitales y sociales del mundo contemporáneo. El mundo en que nos tocó nacer. “...La causa de mi nacimiento no es precisa nadie sabe como aconteció que del Génesis surgiera la muerte sin la ambivalencia necesaria para quemar la edad y clavar árboles al borde de la tierra...” Poema I “Y Dios entre los páramos”- pág.12 El protagonista, el actor, el portavoz de la creadora pero también nos toca a cada uno esas vivencias paramáticas que quizás esconden muy en su interior, el pudor, para no mostrar a un mundo tan materializado la hondísima fe que aliente en el fondo de su corazón. Los desolados argumentos, cuyo poderío es tan desgarrante nos remiten al niño pero a su vez a la niña: “Me recuerdo como una criatura sobreprotegida con una extraña angustia que no ubicaba y que me acompañó siempre. Creo que tomé conciencia de esta situación un día al volver de la escuela, alrededor de los diez años... vi la transformación. ...Una niña acomplejada, amante de los libros... en primer grado superior me conecto con la poesía... yo generaba ideas malas... se me da por pensar `sos una mala mujer´... venía otra vez la idea mala hasta que un día mamá me pega...” Entrevista La Rioja Octubre de 2004. El castigo también está presente en la poesía de la autora pero igualmente, la recompensa. Actos reparatorios sostenidos por presencias internas que hacen de continente. “... Hijos de españoles, mi abuelo poeta, analfabeto, minero. Rubio de ojos celestes, Martín Zamora... Mi hermana María grifo que se abre y mana...” Entrevista La Rioja Octubre de 2004. Febrilmente “Era como un hombre que oye una lengua maravillosa y, febrilmente se propone a escribir poesía en esa lengua” Rainer María Rilke. Pareciera que ya en la primera infancia de Lucía Carmona comienzan a perfilarse esos túneles de angustia que hacía que la niña necesariamente mutara la máscara de la descarnada desnudez del dolor por otra socializada. “Una imagen... preparada para ir a un baile a los 18 años, me miro la cara bañada en lágrimas y se produce allí la gran entrega...” Entrevista La Rioja Octubre de 2004. Borges dice: “El proceso poético es misterioso, hay que dejarlo obrar por su cuenta.” Lucía Carmona ha ingresado en este misterio y su tristeza “Tantos dolores, tantos”, estremece nuestro ser en sus profundidades, se revela a la idea “del no ser”. Desde allí, su lucha, que no es sino una forma de escapar a la angustia de la transitoriedad de la vida. La poeta no se deja apresar por ese fatalismo existencial y abre en sus poemas y en su casa- ventanas para la metafísica de la esperanza. ¿A dónde nos quiera llevar la autora con sus palabras que conmocionan? ¿Ha develado el misterio del proceso poético? Ella misma dice no saberlo y lo reconoce: “Quizás mi poesía no sea de hoy sino del futuro”. Lo único que sabe y así lo demuestra, en su obra y en su vida, que la esperanza supera a la angustia como valor límite de la existencia humana. Es la prédica de la propia inmortalidad contra la muerte física. Es oponer la perdurabilidad a la transitoriedad. Encuentra en el dolor las fuentes nutricias de esa lengua maravillosa que luego haría vibrar a miles de personas; el pensamiento mágico, propio de la infancia, no la abandonaría nunca: “La poesía llegó a mí desde la niñez como por sorpresa, mágicamente. Mis juegos eran eso: leer y fabricar pensamientos que me parecían inconfesables. Con la adolescencia tomó cuerpo esa otra presencia que ya no me abandonaría nunca: el poema.” Cuestionario Poesía Argentina Contemporánea, Pág. 5656. Con el afán separatista de ideologías dominantes, se establece una falsa antinomia entre lo regional y lo universal. Ya nadie puede dudar que la poesía de Lucía Carmona trasciende lo regional, pero también es verdad que su subjetividad se fue gestando en su Chilecito natal, también su destino de poeta. Allí se nutrió de los rumores y silencios que la llevan “a la instauración del ser por la palabra”, al decir de Martín Heidegger. De esas primeras imágenes surgen las posteriores simbologías. “Respecto a la creación poética en sí, considero que es el impulso creativo el nunca podrá soslayarse y en él se amalgaman la experiencia personal y el ámbito en el que transcurre la existencia”. Cuestionario Poesía Argentina Contemporánea, Pág. 5656. “Hay un paisaje antiguo de bordes oscilantes adherido a la piel del alma”, dice César Rosales. En este paisaje antiguo están los lugares geográficos que luego se internalizan y dan voz a los poemas, en “Pueblos de la Memoria” están Famatina, La Ensenada, Vichigasta y otros tantos pueblos que eternizó en sus poemas, también está Miguel Nieto, hermano de los sueños. También están los ríos sonoros que le permitieron conectarse con su paisaje mudo. Está el río de Heráclito, sabedor de ritos antiguos que le dan una impronta a sus poemas: el movimiento. Y desde allí un sonido, un canto y un tiempo distinto. Tonos distintos. El mismo poema. El mismo río del viejo Heráclito. El mismo. Pero siempre diferentes. En el poema siguiente se observa perfectamente el tránsito del estimulo externo al mundo interno de la autora. “Era el río crecido a la siesta, el río pardo llevando la basura del pueblo y era la infancia a cuestas dos ojos que miraban sin ver y dos manos levantando los tarros, las maderas las cañas. La creciente en verano era una fiesta de barros y soledades.” “Río de la infancia” – Pueblos de la memoria - pág. 14 Inmerso en la geografía del paisaje está el HOMBRE al que Lucía Carmona canta meditando los enigmas de la vida. Más un perfume de fresias particulariza el poema y no sólo está el hombre como una abstracción poética sino que define rotundamente hombres y mujeres concretos que interactúan con ellos mismos, con la naturaleza, con la estructura social que les tocó vivir. La autora define el rol transformador de la poesía no en “la realidad” sino en una realidad, antigua, anterior a nosotros y que existe independientemente de nuestra propia existencia. También define desde ese lugar el papel del conocimiento, ya que no se puede modificar una realidad que no se conoce. Por ello, no solo define la realidad sino el rol del poeta. “Pese a lo aparentemente abstracto del mundo de la creación poética creo que el rol del poeta en la sociedad actual debe ser activo, aunque parezca inadvertido. Un rol transformador permanente de la realidad que nos toca vivir. La poesía es y debe ser una transformadora absoluta de la realidad cultural si tenemos en cuenta que los orígenes orales de la cultura nacional fueron poéticos y además que la poesía verdadera siempre buceará las profundidades del ser y su identidad.” Cuestionario Poesía Argentina Contemporánea, pág.5656. Lucía Carmona no es una mujer, es una casa. Una casa con laberintos inescrutables, a veces oscura y fantasmal, con espacios vacíos llenos de antiguas voces con la sed y el deseo de un siervo herido. Abierta o cerrada. Con un niño ausente que deambula trayendo frescuras de azahares. Con espejos que reflejan las presencias mutantes, espejos por los que se entra pero a la vez se sale. Con leños siempre ardientes que iluminan las infinitas telarañas que atrapan figuras dantescas. Con un silencio a voces. A veces vacía. A veces poblada. Tapada. O con la desnudez que proclaman los pechos y el sexo liberados. La casa, la mujer, “una mitad de símbolo y una mitad de arena”. Todo es posible, todo, hasta volver a nacer en primavera, tal como lo detalla magníficamente en el poema “Otra vez primavera” Otras vigilias pág.93. Y una postura ideológica, subrepticia se desliza en la poesía de la autora, en este caso, lo referido al papel de la memoria. No solo a la memoria individual sino colectiva. Una postura ante la vida y la historia que al decir de Martí, los pueblos que no saben de dónde vienen no saben a donde van. Para ello un recurso es el válido: apelar a la memoria. “Por mi pobre tributo ante los muertos en mi casa se estrena siempre la memoria y el pasado es una desasida respiración genética algo que se dibuja sin lastimar siquiera como si se trazara en remansos de sangre. Por eso estas paredes van cercando los cuerpos con una proximidad llena de intuiciones y de olvidos”. “De las nuevas memorias” Tiempos de la casa- pág.60. Yo creo en las visitas de Dios “...Yo creo en las visitas de Dios creo en su cercanía siempre secreta. Nunca existe un sonido que quiere la corriente ardorosa...”. Poema 10 Y Dios entre los páramos, pág. 24 Todos buscamos un camino que nos aleje de la oscuridad, que nos lleve a la luz, esta luz en la artista toma la forma de Dios. Por ello es que su arte poético tiene raíces tan profundas como las tiene su fe. Lucía Carmona puede desafiar “los febriles espectros” “La eterna daga que asesino las flores de la tierra”. “La portentosa magia del desastre” (Memorial de la piedra, pág. 29). La poeta parece querer probarnos que el mundo tiene un misterioso sentido, y que los hombres, mortales e imperfectos, pueden alcanzar de algún modo la grandeza y eternidad. Testimonia que podemos “lavar la podredumbre”. “...para volver a ser nacidos y no muertos...” “El primer testimonio” – Y Dios entre los páramos, página 52. Rostro sobre la piedra (o piedra sobre el rostro) Existen cierto tipo de producciones en las cuales el autor intenta liberarse de obsesiones que no resultan claras ni para el mismo ignoro si este es el caso y aparecen en forma explícita o metamorfoseadas en símbolos o contenidos oníricos. Tal parece ser en este caso la piedra, muchas veces piedra de sal... En sus poemas decíamos, es una constante, la piedra y el agua... la sal. La sal como símbolo de fugacidad de la vida, efímera, quebradiza, sedienta de eternidad pero a la vez eterna. La piedra... donde a través de sus jeroglíficos pueden leerse las huellas de la historia, las grandezas y miserias del hombre, su avaricia y generosidad, su crueldad y bonanza. Es aquí, en el elemento piedra en donde quizás sea posible descifrar “la palabra”. En donde se encuentra el conjuro contra el tiempo. Quizás sea un universo accesible, totalmente, solo para la autora. Un mundo de piedra, doloroso y ardiente que no obstante le permite refugiarse en el poema. Se intenta solo dar una aproximación sobre su obra que corrobore la hipótesis que venimos desplegando ya que analizar todos los poemas que refieren a dicha temática, sería motivo de una selección o antología aparte. Y los símbolos se conjugan, madre, sal, llanto, sed... sed de Rioja y de Madre. (Y La Rioja mujer Madre de sal Pág. 11) Es en “Dios entre los páramos” desde un proceso que se manifiesta como aparente abstracción, donde empieza a consolidarse nítida la clara dialéctica entre percepción y dimensión simbólica. La posibilidad de decodificar el proceso de abstracción se da por la incorporación de elementos descriptivos que hacen alusión al mundo externo. “Te llevaré hasta la piedra, que graba la magnífica muerte” También a veces toma la forma de arena o barro que le permite realizar a la autora la mayor de las síntesis: el final y el comienzo. “Reflejados solo somos regreso perpetuo”. Memorial de la piedra (pág. 29) En “Pueblos de la memoria” el círculo que comienza en el “Tejido milenario” se va ajustando. Ya se percibe allí un símbolo claro, nítido, no obstante siempre en búsqueda, porque como dice la poeta, si se deja de buscar, muere el poema. Así nos encontramos con la piedra como elemento de eternidad y fugacidad, reducidos a veces al último leptón, pero siendo esta llegada un nuevo punto de partida. “vale la pena... vale la pena el poema... buscar proyección... el género más puro es el poema... si se deja de buscar, muere el poema...” Entrevista. La Rioja, octubre de 2004. Y concluye con un tono menos apocalíptico, se abre paso el “instinto” como ella menciona en otro poema, ese antiguo sentimiento deslumbrado que es la vida. “Los hombres de la piedra llevan entonces en los ojos un pueblo de luz resucitada” Los cuatro elementos Podría establecerse, desde algún lugar, un punto de contacto entre la poesía de Olga Orozco y Lucía Carmona ya que ambas apelan a lo esencial. Pero Ginferrer dice refiriéndose a la primera y que se adecua a Lucía Carmona: “A lo esencial poético, más también a lo esencial de nuestra condición. Sus imágenes no sólo conmueven y sobrecogen sino que nos dice qué somos y en qué consiste el ser” y arriesgándonos podríamos decir que Lucía Carmona agrega un tercer elemento, “como podríamos ser”. En la antigüedad, poetas y profetas eran seres dotados del don supremo de la palabra, el de vaticinar. Así, en Lucía Carmona encontramos contenidos que como Jano Bifronte tienen dos caras contrapuestas, una mira hacia el pasado, otra hacia el porvenir. “Sin el momento mágico no se puede vivir, este amor es el que me da energía. Se me da mucho el vaticinio en la poesía... Quizás no escriba para el presente... Quizás mis lectores sean del futuro”. Entrevista – La Rioja, Septiembre de 2004. La raíz y la esencia misma del arte poético de la autora, marca la ansiosa búsqueda de lo esencial del hombre. También la alusión a Jano Bifronte se podría aplicar a estas dos fases de Lucía Carmona: su poesía luminosa y a la vez oscura. Como artista profundamente intuitiva trata de descifrar uno de los mayores misterios de la humanidad, la dualidad en el hombre. Recrea entonces, el amor y el odio, el goce y el placer, las esperanzas y los sueños. Condensa esos aspectos en regiones dominadas por las pasiones del cuerpo mortal pero a la vez aspirando a la eternidad del espíritu. Otro elemento inmemorial que acompaña la piedra es el fuego, fuego refugiado debajo de la piedra. Es en el poema “Elegía de la sal” en donde la sed, se toca con el agua, el agua con el aire, el aire con el fuego, el fuego con la tierra. (“Elegía de sal” pág. 22- “Pueblos de la memoria”.) La obra literaria de Lucía Carmona, en su desgarrante fascinación, refleja la vida de la creadora que cree en la vida de la poesía. Con el tiempo esto adquiere más vigor y firmeza ahondándose cada vez más a su raíz, quizás como modo de barrer la tristeza de los blancos salitrales riojanos y emerger en flores de eternidad, acaso en la amarilla flor de la pichana. Lucía Carmona barre Por el callejón de las tristezas con una pena antigua enredada en su pelo en desvelos descalzos, avanza Lucía Carmona. Entre sus brazos, un niño ausente y una carga de pichanas frescas. Carga también un mundo de destierros ¡Ah! ¿Por qué partir? Al irse se ha llevado el canto luminoso de la noche. No se escucha el grito silencioso de la casa amada que ha callado sus voces. Un rocío oscuro y fantasmal languidece la flor de los naranjos. Hunde su rostro en el manojo fresco el olor es más dulce que la vida ¿Es el niño, la casa o la amarilla flor de la pichana? Con ellas barrerá no solo el patio de su casa sino esa congoja que le aprieta el pecho Barre su casa Lucía Carmona e insomne, va encendiendo testimonios de estrellas en su noche. Habrá otros niños, otros naranjales Y al lado de su sombra custodiando Como lluvia de luz, allí estará la casa. Amelia Arellano TERESITA FLORES (Maga de la cocina y de la palabra) TERESITA FLORES Teresita Flores es la última profeta objeto de análisis de este texto. No podría ser de otro modo. El postre se come al final. Es la más dulce de las profetas. También la más sabrosa. Dulce Teresita Flores. No podríamos llamarla de otro modo, Teresa por ejemplo. Tampoco le cabría otro apellido. Es una dicha poder ingresar en la obra de esta mujer, de esta maga de la cocina y de la palabra. Es lamentable que por exigencias formales, no se pueda profundizar los dos tomos de “Cocina Riojana”, ya que cada libro por su profundidad, originalidad, excelencia, ameritan cada uno un estudio separado. Imposible tampoco soslayarlo totalmente, ya que en dichas obras están sistematizados magistralmente los fundamentos epistemológicos de toda su producción. Con ellos la autora nos abre, no solo las puertas de su casa, sino de su cocina y los provincianos sabemos que solo dejamos ingresar a la cocina a los amigos. ¡Ay, se me hace agüita la boca! Toda su producción está recorrida con lo básico, lo primitivo, lo nutricio, con la necesidad primaria de alimento y con la satisfacción de esa necesidad tantas veces postergada... A veces por un hambre de siglos al decir de su amigo, su hermano como ella lo nombra. “Yo tengo esta forma extraña de mirarte tu tienes esa forma extraña de nombrarte madre continente de maíz y arena que te viene de sangre de exiliados abuelos que traían un hambre de siglo en los huesos...” José Cayetano Tello- Poeta Mendocino. En las obras aludidas nos conectamos con una parte de nuestra identidad, oculta en algún lugar del recuerdo. Es esas prácticas nos encontramos, encontramos al Otro y regresamos al lugar de la infancia. Su obra, toda su obra, tiene sabor, perfume, textura. Podría creerse que ambas producciones son un libro de recetas más. Si, indudablemente encontramos recetas culinarias, pero también hallamos recetas para rescatar la memoria del olvido, diferenciar lo esencial de lo superficial, demostrar que nuestra América existe con sus particularidades y que la pertenencia se construye en primer lugar, por la fidelidad al pago donde nacimos. Demostrar que pese a los dolores que ha sufrido, América Latina, se puede. Con acento esdrújulo, la poeta proclama apasionadamente que “se puede morir en el intento”; que podemos resistir a la invasión globalizadora con lectura-alimento. Morir de cara al sol “No me pongan en el oscuro a morir como un traidor ¡Yo soy bueno y como bueno moriré de cara al sol!”. José Marti – Poeta cubano – “Versos sencillos”. La obra literaria de Teresita Flores se gesta como manifestación de un gran desprendimiento, de una postura y un compromiso con su prójimo. De este modo no solo refleja sabiamente “la palabra” sino una vocación de servicio. Pareciera que la personalidad y la obra de la autora presentan lazos indisolubles, su pasión, su fuerza, su compromiso no nos permiten una lectura superficial ni una pasividad contemplativa. Implican un desafío ético: La posibilidad y la voluntad de mezclar ingredientes con nuestras manos y desde allí transformar con actitud creadora la realidad en un mundo bien para los que nos sucederán. Es imprescindible destacar en sus postulados el papel resignificado de la HISTORIA, ya que a nuestro continente no solo le robaron el oro sino la memoria vaciando de contenido la verdadera historia. La poeta “destapa las ollas” “levantan las lápidas de bronce” para demostrar que los poetas pueden con su voz más que los discursos y los textos académicos de la historia oficial. “Las palabras de los verdaderos poemas os dan más que muchos poemas, os brindan elementos para que vosotros mismos concibáis poemas, religiones, guerra, paz conducta, historia, ensayos, vida cotidiana y lo demás”. Walt Whitman – Canto del poeta – pág. 131. Desde el lugar del poema define el oficio de escribir: “Todo poema es compromiso y es causa. Si quien escribe tienen real vocación, si posee el ESTRO o NUMEN debe cultivarlo y comprometerse, de lo contrario, abandone porque se equivocará... hay que comunicar y ser fiel a sus principios. Respetar el mensaje y la palabra. ” Entrevista La Rioja septiembre 2004. Teresita Flores en su obra literaria ha conseguido lo que todo hombre desea y quiere: quedarse. Puede que ella desaparezca de esta vida, pero no lo hará su pensamiento ni su práctica revolucionaría. Es compromiso, es causa dice la autora- no es casual, entonces, que en sus libros figure un elemento imposible de descartar en la gastronomía: la cacerola. Tampoco es casual el vaticinio inconsciente, anticipatorio del protagonismo de las cacerolas y del hambre del pueblo, que derrocaron un poder corrupto en diciembre del 2001. Lirio Silvestre Su cosmovisión del hombre, del mundo y de la vida trasciende los límites de La Rioja. Su planteo es asumirnos como HOMBRES, como entes significativos de la sociedad en la que transcurren nuestros días. Si bien ellas nos advierte sobre la falacia de ciertas antinomias, por ejemplo, la establecida entre lo universal y regional, es indudable el sello que se observa en sus producciones de su Sanagasta natal. “Creo que lo regional también es parte del universo. Descreo de las diferencias así planteadas. José Martí escribió un solo libro sobre Cuba y sin embargo es universal... Hasta los seis años viví en Sanagasta. Luego mi Familia se reinstaló en la ciudad de La Ripoja Donde ingresé a primer grado en la Escuela Normal Dr. Pedro Ignacio de Castro Barros... Era un trece de mayo...” Entrevista La Rioja septiembre 2004. Como tantos poetas provincianos, su nacimiento se da en un pueblo en forma natural. Los nacimientos se dan como resultado de la vocación de vida, tal como un lirio silvestre. “Mi nacimiento se dio en forma natural en el pueblo no había médicos por lo tanto el parto fue asistido por una persona del lugar.” Entrevista La Rioja septiembre 2004. La obra poética de Teresita Flores se inicia en la niñez. Aún no sistematiza su poesía, pero la vive, la siente, intensamente. No se apresura, como las estaciones cumple ciclos, abona, nutre su tierra para que esta florezca en primavera. En esa primera niñez comienza una impronta que recorre toda su obra, el perfume: No solo a claveles y jazmines, sino a chocolate, a comida... a Niña Rosa. “Recuerdo mi niñez tranquila, junto a mis padres y hermanos, el gran patio de la casa familiar, los jardines donde mi madre cultivaba jazmines y claveles, las comidas con las visitas, el chocolate de los días patrios; los mimos que nos prodigaba la niñera a la que llamábamos Niña Rosa; los juegos en ronda bajo la luz de una luna enorme... Mi padre tenía amigos como el Doctor Wenceslao Frías, Gobernador de La Rioja, con quien Conversaba largamente, mientras mis Hermanos y yo curioseábamos desde Lejos, claro. Sanagasta era entonces una villa veraniega de modo que en época estival había mucha gente agradable con la que compartíamos paseos en las montañas.” Entrevista La Rioja septiembre 2004. Ella misma nos acerca su palabra en el poema “Rondas bajo la luz de una luna enorme”, pág. 40 “Primeros destierros”. Desde sus juegos infantiles se puede rastrear un concepto teórico práctico que confluyen en una actitud de participación, ya que en esas primeras experiencias aparece el OTRO, en las rondas, en el encuentro. También emerge lo circular, una espiral que se va a enriquecer dialécticamente en su vida posterior y que a su vez hace posible que el otro también lo haga. Decíamos, una actitud. Una actitud lúdica, creativa, la autora juega con las palabras, juega con los ingredientes... juega...juega. “Los juegos eran inocentes y variados: no había TV así que jugábamos a las rondas, a los muñecos, a las escondidas, a las adivinanzas... aún tengo en mi memoria esas canciones que nos hacían tan felices”. Entrevista La Rioja septiembre 2004. Como observamos, sus juegos eran paradigmáticos. Por ese motivo, para acceder a la obra de Teresita Flores es necesario conectarse primero con la parte de niño. Hay juegos de asociación en sus creaciones, la poeta, a veces, se esconde en la palabra y hay que salir a buscarla. Otras veces nos escondemos en la palabra de la autora y... ¡el que no se escondió se jodio! También las adivinanzas están en forma explícita en su prosa, en la poesía hay que descifrarla. Hay que jugar a las adivinanzas, lo peor es que ella adivina la nuestra antes que la enunciemos. En los juegos está también el canto, por supuesto. La poeta es en sí misma un canto a la vida. Indicios infantiles preanuncian lo que más tarde sería su obra literaria. “Un personaje, mi tío abuelo, Don Nicolás Andrada que solía cantar coplas y construir juguetes para nosotros. Era un viejo de ojos pícaros generoso y alegre...” Entrevista La Rioja septiembre 2004. El canto ha acompañado a la humanidad, desde la antigüedad, no sólo como expresión liberadora, sino como modo de resistir a la soledad, por ejemplo tal como la poeta lo manifiesta en sus poemas. No solo de pan vive el hombre El tema del alimento es crucial en la producción literaria de la autora. Momentos de un todo, condicionado biográfica y temporalmente. Dicho tema puede ser abordado desde tres aspectos, el alimento como vida trascendente: el alimento vital sería la fe. El alimento desde el acto literario como esperanza y exorcismo. El alimento propiamente dicho, que tiene que ver con una realidad tangible, palpable, resignificada. Nos interrogamos cuales son las fuentes que nutren este tema, en el esquema conceptual de la autora. Indudablemente son raíces de un tiempo remoto. El alimento como elemento nutriente básico y el alimento a través de los libros de la literatura de la palabra. “Una imagen... mi padre, serio, adusto, buen lector... Una presencia... la tía Amalia Andrada de 86 años que era para mi y mis hermanos como el hada madrina... Llegaba a nuestra casa con su cesta de higos, sus dulces, uvas frescas y empanadillas. Su ternura nos acompaña en este recuerdo a pesar del tiempo que pasó. Alta, blanca y hermosa. Coqueta y perfumada. Su caricia era gloria, su palabra, amor. De sus manos recibí el primer libro de mi vida: “La cabaña del Tío Tom, aún lo conservo.” Entrevista La Rioja septiembre 2004. El ideario humano, filosófico, sociológico y estético de Teresita Flores no está unívocamente determinado por corrientes filosóficas, si bien reconoce la influencia de algunos autores, luego se sumarían muchos más. “Fue indudable la influencia de Manuel J. Castilla. Edgar Allan Poe influyó en el encuentro con la magia. ¡Becquer en el amor! Alfonsina Storni por su valentía... y tantos otros!!! Todos mis poemas son parte de mí misma... laten como late el mundo de hoy, cambios, cibernética, nueva dirección del pensamiento, sin embargo nadie debe olvidar que el amor es eterno y todo lo puede” Entrevista La Rioja septiembre 2004 La autora realiza una síntesis literaria como forma de respuesta de su espíritu a las múltiples causas que le brinda la naturaleza, tal como lo expresa Martí en referencia a otro autor: “Se sumergió en la naturaleza y surgió de ella radiante... miró con ojos propios el Universo y habló un lenguaje propio... no alquiló su mente, ni su lengua ni su conciencia. En ella fue enteramente digno el ser humano” Su poesía, decíamos, emerge de la realidad que nos ha tocado vivir, una realidad que como ella denuncia con maestría en sus textos, tiene una herencia de vasallaje, injusticia que se inicia en la conquista. Matrices de sometimiento y de despotismo que aún subyacen en nuestra época. De allí que desde su producción literaria se oponga a la aceptación pasiva, a las imposiciones, al renunciamiento del ideal de justicia y pone su palabra excelsa al servicio de la libertad del hombre. No lo hace desde un planteo abstracto, sus actores son hombres y mujeres despojados de su dignidad, de la tierra y sus frutos, del agua... “y una blasfemia asoma a nuestra boca, un diablo, una salamandra quizás”, tal como lo expresa el poema “Agua robada”, Ocupante del mundo, pág. 31. En toda su sistematización científica y artística, la idea de Dios está íntimamente ligada a su amor por el hombre por ello asume su actividad cultural como deber humano pero a la vez como impulso trascendente. También es de ese humanismo esencial surge su convencimiento que el bien y el mal, la verdad y la belleza tienen relación el concepto de Dios y del BIEN. Esta actitud implica un descentramiento de sus propias virtudes para asumirse como sufriente y humana, esto la lleva, a su vez al lugar del OTRO. La otredad se resignifica en ella, se hace voz de todos, denuncia en y con otros referentes que como ella “escriben sus poemas de caña sobre la espalda morena de su pueblo”. Porque Manuel Aldonate, poeta de Monteros, al igual que la poeta: “...Su vida nombra la concavidad de la belleza, los sudores obreros la lluvia sorda de patrones injustos y cada naranja de Monteros” “Safra para Manuel Aldonate” Primeros destierros, pág. 47 Pastel de papas Sólo una mezcla homogénea de harina, manos femeninas y sale como por arte de magia la inocente masa que no muestra lo mucho que tiene adentro, las palabras de Martí podrían aplicarse a su pastel de papas, acaso a la misma autora. “Quien tiene mucho adentro necesita poco afuera” José Martí Muchos son los ingredientes, sólo algunos, necesariamente indispensables, la papa, hija de América; la carne, símbolo de la Argentina en algún momento llamado el granero del mundo. ¿Lo demás? Huevos, cebollas, condimentos, etc. ¡Ah! Indispensable una pizca de amor. Teresita Flores tiene mucho amor adentro, desde allí defiende la igualdad de los hombres, hijos de una misma madre, no importan las razas, las religiones, las lenguas. “Nada importa el lenguaje”, dice en “Nodriza de fuego” – Ocupante del mundo. Tampoco importa el color de la piel... y se erige en una apasionada defensa de las tan negadas raíces negras al decir de Nicolás Guillén. “... que ya verás inquieta junto a la fresca orilla la dulce sombra oscura del abuelo que huye, el que rizó por siempre tu cabeza amarilla...” “El abuelo”, Nicolás Guillén. Separados, siempre separados, los del sur, los del norte, los de Cuyo, los del NOA, los negros y los blancos... La estrategia es la misma... separar. Pero Teresita Flores trae testimonios rotundos en donde estos polos aparentemente antagónicos, en un momento se encuentran, por ejemplo, en el hambre, tal como lo testimonia en varios de sus poemas. Uno de los sufrimientos mayores del alma es el que proviene de la lucha por la libertad. Las rejas que aprisionan pueden ser externas, pero la mayoría de las veces, internas; el dolor, presente en toda la obra de Teresita Flores, va adoptando distintas formas: expresión del padecimiento humano, pero sobre todo dolor existencial que se manifiesta en imágenes, metáforas, símbolos... “Todos es supremo, todo” dice la poeta en su poema I de “Incandescencias”. En el poema X de ese mismo libro, se alcanza un climax emocional cuando ausculta el terrible misterio de la experiencia terrenal, apoyándose en la pronunciación del Nombre que muchas veces sirve como exorcismo contra el angustioso tránsito por la tierra. Este sentimiento doloroso al tomar la forma de testimonio del desgarro social, es una advertencia no sólo para los oprimidos sino para los opresores. Así lo pinta en forma magnífica en el poema “La estatua”, La calle y otros sueños, pág. 35. Nos preguntamos como resuelve la autora esta contradicción entre placer y dolor; indudablemente no es por el camino de la razón, es por el camino de la fe y el arte. Es allí donde encuentra por momentos, espacios de comunión total consigo misma, con los otros y con su creador. La búsqueda se da por la poesía como un fin en sí mismo. Pero previo al encuentro, se da un proceso doloroso, desestructurante, crucial, el encuentro consigo mismo. En este reencuentro hay simbolizaciones que nos hablan de la función trascendente del arte y su relación con lo sagrado. Nos encontramos con vuelos, alas, túneles. Dejando de lado la interpretación psicoanalítica del vuelo, símbolo del deseo voluptuoso, estos símbolos se asocian más con la atracción de la luz, del paraíso, causa de los deseos de espiritualidad y pureza en el sentido más acabado, “resplandor entregado inmensamente solo” nos dice la poeta en el poema “Por la última tarde”, Ocupante del mundo, pág. 70. Sus planteos son revelación, profecía, anticipación de la realidad, nos permite sentir que el tiempo y el dolor son apenas antesala para acceder a otro nivel. Así, la poeta se salva y nos salva de quedar atrapados en la alienación y el dolor como tantos otros artistas. “Nadie entierre las alas bajo las piedras grises”. Esta rememoración de la tristeza y el gozo por su superación no excluye su preocupación por el espacio social, el descreimiento por el actual sistema de gobierno. Como no angustiarse, si mientras los poetas escriben en dolorosa soledad, al decir de Arlt, el país se nos cae a pedazos. Desde allí sus reflexiones apasionadas. Las mujeres, “la mitad del cielo” Ineludible mencionar una presencia infaltable en la obra de la autora, la mujer. Tan es así que en el excelente y original trabajo que es “La cocina Riojana”, no solo ayuda a las mujeres a enriquecer el mundo de la cocina, sino a clarificar las ideas, a veces muy confusas que tienen sobre si mismas. La autora explica con gran claridad a través de anécdotas, testimonios, poemas, las diferentes cuestiones abordadas por las mujeres americanas. No solo en el plano ideológico o material como transformadora de la realidad sino también de ellas mismas. No es, de ninguna manera, una propuesta feminista, sino que realiza un análisis crítico de las relaciones que las mujeres han mantenido con la sociedad, con la familia, con los hombres. Hay un paso inevitable, lacerante a veces, que es asumirse como mujer y desde allí con todos los roles que nos ha tocado asumir. Es asumirse con lo esencial femenino. Desde allí, únicamente desde allí se darán los sucesivos encuentros o desencuentros posteriores. La poeta lo sabe, por eso la identificación con su género comienza con una reflexión existencial alusiva a sí misma. Con una pregunta onda, desgarrante: “¿soy?”, Ocupante del mundo, pág. 51. También se hace referencia al amor y la poeta puede hacerlo porque ha pasado la advertencia de Rainer María Rilke. “...Son los más difíciles... requieren una fuerza grande y madura...” Así, no es de ningún modo convencional su alusión al amor... el amor, ese duende..., como ella lo llama. También desde el amor denuncia la diferencia y los prejuicios entre clases sociales “Entre las señoras de buches como crestas” y aquella que nació y creció como los yuyos en la intrincada selva de la vida, Macaria, a la que le dedica el fantástico poema “La promesa del hijo”, Ocupante del mundo, pág. 32. Tampoco la presencia de Celina Naranjo es casual, en ella se asocia el trabajo con el placer y los símbolos son necesariamente el pan, la harina. Al estar la mujer, está el niño. Real o fantaseado es, en la vida de la mujer, atávico mandato, goce sin fin. A veces dos veces madre como en el poema “Pequeña canción para Elías”. También está la mujer poeta y desde el poema que alude a otra, Teresita Flores, poeta y mujer, nos dice que cuando se vaya, volverá algún día, cuando cese la ausencia. Volverá, vestida de machi, de mendiga o de diosa. Noche de epifanía Se diría que ha firmado un pacto con la tierra. Vestida de machi, de mendiga o de diosa germinó salitrales con cimientes de piedra. Cerró los ojos de la noche, abrió las arterias de la luz y anuló los espejos. Hoy, encadenada está a un peñasco de penas Y le duelen las manos y le duele el despojo de la tierra Solo queda la sed, voraz, hambrienta. Hervideros de hormigas, socavan la savia de los huesos Y apagan el latido mineral. Un clamor universal convoca. Deberá cumplir su propia profecía. Toma la cruz del sur, la extiende entre sus brazos. El cuchillo del viento montaraz, desgarra. Un latido de alas. En su cara morena, almendras transparentes Humedecen los terrones oscuros, esponjas insaciables. El niño se alimenta de la vida en los pechos maternos ¡Ah!, el olor a la leche de sus pechos ingrávidos ¡Ah!, el olor de la tierra mojada. Noche de epifanía. Los azahares riojanos deslizan en los ojos morenos Toboganes de luz. Iluminan la noche de los niños Zapatitos de espera en la puerta de la casa. ¡Ay, Rioja de mis amores! Dejo en tus puertas lo que más amo, El suspiro tembloroso de la tierra. Amelia Arellano. EPILOGO Carta Abierta a los Profetas en su tierra He comprobado que en sus producciones hay características que responden a Cuyo pero también sé que las generalizaciones suelen homogeneizar, ahistorizar, por lo tanto debo singularizar: Comienzo por vos, profeta nuestro, orgullo de nuestro ser sanluiseño. ¿Qué aprendí de vos, mi admirado y respetado maestro? Que hay que amar las cosas nuestras, que no hay que desdeñar el pago donde se nació. Que es una irreverencia decir que seis años de nuestra vida transcurridos en un pueblo es un accidente. Que tengo que confiar más en los hechos que en las palabras (por ejemplo cuando dices que no caerás en la presunción de creerte profeta en su tierra y el aplauso contundente, respetuoso e ilimitado de tu pueblo así lo confirma). Que debo confesar que a veces soy escéptica y que como Santo Tomás debo ver para creer. Por ello cuando hablabas extasiado de cómo las rosas mosquetas crecían, como por arte de magia, en la piedra pelada, tuve que trasladarme a San Martín y comprobar que el milagro es posible. Aprendí que el hecho de escribir es un imperativo ético, un oficio que implica un compromiso con la palabra. Aprendí, según tu prólogo en “Pequeño Universo de San Luis” que la mujer que lloraba aquella noche en los basurales era una alondra tibia. “No era cualquier mujer la que lloraba”... Era yo. Sigo con vos, querido amigo, profeta de ojos tristes, aprendí de vos, entre otras tantas cosas, tu humildad, tu predisposición a la palabra, la frescura de tus octogenarios reverdeceres, tu serenidad. Tu pasión para jugarse en la vida, aunque sea en una sola ficha... tu capacidad ilimitada de amar. Y vos sabes, como lo decís tan sabiamente, que en esta carta mis palabras no alcanzan. Quizás no alcancen nunca, pero tengo la dicha, eternizada, de haber construido un lazo único, singular, profundo, de admiración. Querido, querido David ¿podré decirte algo que no te hayan dicho? Aprendí que tu poesía no sólo es testimonio, denuncia, también arrullo para el sueño de mi niña. Que no es necesario ir hasta la fronda sino que ésta puede venir hasta nosotros con el amarillo perfume de la brea, del chañar, de la jarilla. Aprendí que a través del culto de la memoria, no habrá pañuelos blancos ni “Nunca Más”. Aprendí, definitivamente, que no todo esta perdido si hay poetas como vos que trabajan en la memoria activa. Aprendí, pese a asumir mi condición humana a ser rama, pájaro, viento del oeste, acaso una leona enamorada. Que puedo decirte a vos Lucía, luz de luna, luciérnaga, lucimos tu palabra excelsa. Quizás trabajar con ustedes, las mujeres, fue lo más difícil por la identificación desde el género. Algunos decían que no te ajustabas al perfil, quizás sea verdad en parte. Pero, digo, ¿qué es la realidad? ¿o es que acaso no existen muchas realidades, arcaicas, futuras? Tu poesía me ha enfrentado en forma contundente, dolorosa a veces, a mi desnudez, la más profunda, a “la insoportable levedad del ser” pero también con la levedad del vuelo que puede desafiar cualquier jaula, incluso la humana. Tus palabras apelan a lo esencial poético y no sólo tu casa quedará en la memoria eterna, también vos. Una cosa es cierta, haz logrado lo que todo hombre desea y teme a la vez, quedarse más allá de la muerte. Mi amada maga de la cocina y la palabra ¿me creerás si te digo que tu sortilegio me ha tocado? Que desde que te conocí, “me posee La Rioja tercamente”. Desde que tuve la dicha de poder ingresar en tu cocina como espacio real o simbólico, aprendí allí, recetas con pócimas infalibles, entre otras, antídotos contra la desmemoria y el desamor. Que hay un condimento imprescindible sin el cual todas las recetas fallan: una pizca de amor. También me recordaste que las mujeres podemos parir un pueblo con sólo desearlo, que las mujeres somos “la mitad del cielo”. Sé que ésta obra está teñida de subjetividad, no me interesa demasiado. Me hago cargo... Eso sí, los hechos que aquí figuran son veraces, los documentos en los que me basé, son testimonios sólido del pueblo argentino al que amo tanto y ustedes representan. También soy conciente que a este libro le falta amalgama, pero les pido su compasiva comprensión dado que en once meses he debido transitar cinco universos diferentes... Y, sí..., debo confesarlo, hay espacios poéticos suyos a los que no he podido acceder. Quizás en este texto encuentren desvaríos pero quiero que sepan que al estar tan compenetrada con ustedes por casi un año, significó para mí, una experiencia intransferible. Un regocijo significó darme cuenta donde, con quiénes y para qué vivo. Les pido un abrazo a la distancia como yo los abrazo con mi poesía. Con ustedes, siempre. Amelia Arellano San Luis, 30 de noviembre 2004. ***FIN***