la voz del cuyun - Gobierno de la Provincia de San Luis

Transcripción

la voz del cuyun - Gobierno de la Provincia de San Luis
LA VOZ DEL CUYUN
Cosmovisión del hombre en la
literatura cuyana
Amelia Arellano
INDICE
Presentación..................................................................................................... 2
A modo de introducción .................................................................................. 3
LA VOZ DEL CUYUN PARTE I ........................................................................ 3
“La identidad del cuyano y su relacion ......................................................... 3
LOS OJOS DEL CUYUN ................................................................................... 3
Des-barrancas en Cuyo................................................................................ 4
PROFETAS EN SU TIERRA.............................................................................. 4
LA TEORIA DEL ICEBERG............................................................................... 6
Qué hechos muestra y cuáles oculta la post-modernidad........................ 6
Como ser feliz en siete lecciones................................................................ 8
El oficio de escribir....................................................................................... 9
EL NOSOTROS CUYANO............................................................................... 10
No hay cosa que no se sepa ni tiento que no se corte............................ 11
LOS POETAS DE ACA ................................................................................... 13
LA VOZ DEL CUYUN PARTE II ..................................................................... 17
“Profetas en su tierra”................................................................................ 17
JESUS LIBERATO TOBARES ........................................................................ 17
(Profeta de la tierra nuestra) ...................................................................... 17
Sueños y penas de Jesús Liberato Tobares ............................................ 32
JORGE LEONIDAS ESCUDERO .................................................................... 33
(El Profeta de los ojos tristes) ................................................................... 33
Habla la cordillera ....................................................................................... 49
HECTOR DAVID GATICA ............................................................................... 50
(La Rioja Profunda)..................................................................................... 50
El hombre, el quirquincho y el quebracho .............................................. 63
LUCIA CARMONA........................................................................................... 65
(Una casa extraña y deslumbrante) .......................................................... 65
Lucía Carmona barre .................................................................................. 73
TERESITA FLORES ........................................................................................ 74
(Maga de la cocina y de la palabra) ........................................................... 74
Noche de epifanía ....................................................................................... 83
EPILOGO ......................................................................................................... 84
Carta Abierta a los Profetas en su tierra................................................... 84
Dedicado a Paloma Lucía y Agustín,
esperanza viviente
“... y estos fueron los días iniciales,
horas de horror, pero también de fiesta
porque el polen viril los fecundaba
violentando clausura de fronteras...”
“Digo los primeros días” Un hombre dice su pequeño país –
Antonio Esteban Agüero
Presentación
El presente volumen es el resultado de un proyecto en el que la autora
resultara beneficiaria de las Becas Arte Siglo XXI implementado por el
Gobierno de la Provincia de San Luis.
A través de estas páginas se ha querido rescatar el pensamiento y la obra
literaria de cinco grandes de la Cultura Cuyana.
El Nuevo Cuyo integra cuatro provincias: San Luis, San Juan, La Rioja y
Mendoza, aunque La Rioja mira al NOA y Mendoza no escapa a la influencia
de la gran urbe.
¿Por qué la Voz del Cuyun? Porque la palabra de estos autores permite
conocer el universo provinciano, con sus diferencias y sinonimias y proyectan
el terruño natal hasta hacerlo universal.
Sirva esta humilde contribución literaria como un homenaje justiciero a estos
hombres y mujeres que trabajan tan comprometidamente por la cultura de su
país.
La Autora
A modo de introducción
Esta producción consta de dos partes por exigencias metodológicas pero en
realidad ambas responden a un mismo análisis: la cosmovisión del hombre y
de la vida de Cuyo por parte de reconocidos autores de la región.
En la primera parte se intenta conjugar una dialéctica entre lo general y lo
particular. El eje articulador es la Identidad del cuyano y su relación con el
contexto iberoamericano.
En la segunda parte del libro se realiza un rastreo de la obra de cada autor
denominados PROFETAS EN SU TIERRA, estos, desde su singularidad, nos
muestran los nexos con un concepto de identidad más amplio.
Se analizan las tramas infinitas de influencias y concatenaciones cuyo producto
es un esquema teórico basado en una experiencia concreta.
También se incluye una entrevista personal a cada uno de los PROFETAS
intentando descubrir al SER HUMANO que subyace en sus creaciones
intentando develar una historia personal que es en última instancia un producto
social. Es de destacar que la producción fue posible no solo por la consulta
bibliográfica y las entrevistas formales, sino por la apertura y calidez de cada
uno de los autores seleccionados.
¡Gracias a los aportes y disponibilidad de los autores que hicieron posible esta
sistematización!
¡Gracias en nombre del pueblo cuyano y en el mío propio por ser trabajadores
comprometidos con la cultura nacional!
¡Gracias por ser referentes éticos tan necesarios para el momento histórico que
le toca vivir a nuestra juventud!
La Autora
LA VOZ DEL CUYUN
PARTE I
“LA IDENTIDAD DEL CUYANO Y SU
RELACION CON EL CONTEXTO
IBEROAMERICANO”
LOS OJOS DEL CUYUN
Nuestro país sufriente. Desbarrancándose. Ante tanto dolor, no pocas veces
sentimos que el piso cede, que nos desbarrancamos, que nos quedamos sin
apoyo, sin sostén. Mas, surge el poder transformador de la poesía y nos
deslizamos en un improvisado tobogán en las barrancas de Cuyo, volviendo a
ser un niño, abrazando con esperanza el país que amamos y nos espera... con
nuestros ojos sostenidos por otros ojos... los ojos del Cuyun.
Des-barrancas en Cuyo
Entre la muchedumbre de barrancas.
Yo.
Desbarrancándome.
Hacia el sur.
“Barranca abajo”
Mi potro corazón desenfrenado.
Fugitivo.
Socavón de venas desterradas.
Mi vasta geografía, inexplorada.
Barrancas. Noche oscura. Soledad.
Mi cintura se expande en Buenos Aires.
Ceñido entre mis brazos, el Litoral espera.
Los barrancos del Norte, se despeñan
en el eco de una quena furtiva.
Y el Sur ¡Ah, el Sur! Doliente Sur
Invencido. Blancas rosas de hielo.
Insepultas.
Y entre tanto esplendor, tanto dolor,
mi potro corazón
desbarrancado en Cuyo.
Latido mineral. Savia de piedra.
Hembra sin apellido. Madre tierra.
Estruendoso silencio de barrancas
y entre ellos tus ojos,
tus ojos del Cuyun.
PROFETAS EN SU TIERRA
“En nombre de América, para todos vosotros
levanto perpendicularmente mi diestra
hago el sublime, inmortal ademán
para todos los hogares y viviendas humanas”
Walt Whitman Canto del Poeta-
Esta producción no pretende, en modo alguno, ser una antología, intenta
acercarse a una investigación de la cosmovisión del hombre en la literatura
cuyana. Se procura que la misma tenga un carácter objetivo, más,
seguramente estará teñida de subjetividad y respondiendo al esquema
conceptual y referencial de la autora.
Se intentará demostrar mediante el rastreo y sistematización de la obra de
reconocidos poetas cuyanos, que más allá de la producción literaria se
encuentra el HOMBRE, con su propia visión del mundo y de la vida.
Partimos de la hipótesis que pese a su particularidad y diversidad existe un
entramado común que hace a la identidad cuyana y las historias que se
deslizan en su poesía, desde su singularidad, entrelazan historias personales,
con historias sociales.
Estos autores son cuyanos, tan americanos como universales. Hay
muchos más, la lista sería interminable pero hemos intentado acotar nuestro
universo de discurso construyendo un perfil que los define e incluye sin que
esto implique definiciones simplificadoras.
Dicho perfil incluye:
- El arraigo a la tierra de Cuyo, que los vio nacer y en donde fueron
construyendo su pertenencia y construyendo su subjetividad.
- La poesía basada en la experiencia, siendo el paisaje el nexo
entre el hombre y el mundo.
- En su obra es fundamental el papel de la historia. Historia que
comienza antes de constituirse el Cuyun. Para ello apelan a la memoria
colectiva.
- Un reconocimiento generalizado de todo un pueblo que ve
reflejadas en ellos sus características identitarias.
Son contemporáneos, comparten nuestro tiempo y espacio, Cuyo, año
2004; por ello no incluimos poetas que ya no están entre nosotros.
Desde este lugar es, entonces, que se los ha denominado:
PROFETAS EN SU TIERRA:
Ellos son:
- Jorge Leonidas Escudero San Juan
- Jesús Liberato Tobares San Luis (Si bien a este escritor se lo
conoce más por historiador, folclorólogo, etc., lo incluimos porque
demostraremos que en todas sus producciones se encuentra casi
desapercibida una intensa veta poética.)
- Héctor David Gatica La Rioja
Se incluye también, desde la óptica de género:
- Teresita Flores La Rioja
- Lucía Carmona La Rioja
En la provincia de Mendoza, indudablemente influida por las características
de gran urbe que va adquiriendo, no se han encontrado poetas que respondan
al citado encuadro de trabajo. No obstante, tenemos pleno convencimiento de
que en Mendoza se encuentran excelentes poetas.
*******
Uno de los objetivos de este trabajo es DESMITIFICAR. Creemos que
despojándonos de mitos lograremos el afianzamiento de la identidad nacional.
No acordamos con “el estigma del poeta provinciano”. Tampoco negamos la
dialéctica entre Capital Federal y Provincias. Ser poeta de Buenos Aires o del
interior es sobre todo ser trabajador de la cultura sudamericana. Se intentara
romper con el mito de que “nadie es profeta en su tierra”, por el contrario, son
trabajadores reconocidos en sus provincias. Su protagonismo guarda el saber
de quiénes somos los argentinos en general y los cuyanos en particular, dado
que sus relatos tienen la riqueza de lo vivo y testimonial producto de la mezcla
de sangres en América Latina.
Con esta ruptura también intentaremos terminar con el mito de lo “natural”.
Su poesía surge de una realidad concreta en movimiento y en continua
contradicción. Sus trabajos permiten conectarnos con el asombro, con
interrogantes con la interpelación de la realidad y la interpretación de los
hechos. También, sus creaciones nos invitan a interrogarnos sobre el papel de
la historia. Si es un hecho pasado o es un quehacer concreto, un hecho social
vigente, en donde el pasado de la comprensión del presente y permite
vislumbrar el futuro.
La poesía de estos hombres y mujeres, portavoces de nuestra sociedad no
solo produce una resonancia emocional sino que la emoción, la identificación
se articulan con el análisis científico de la estructura de una organización social
que ha determinado sus experiencias. Se da lo que dice Rainer María Rilke:
“La poesía no es solo fruto de los sentimientos, es experiencia”.
Los personajes, los colores, olores, sabores del paisaje dejan una profunda
huella en nuestra subjetividad al encontrar parte de nuestras historias en ellos,
huellas que nos proponemos andar y desandar, recorrer los caminos del
paisaje humano y de la naturaleza, en donde encontraremos vivencias
universales pero perfumadas con nuestra singularidad.
LA TEORIA DEL ICEBERG
Qué hechos muestra y cuáles oculta la post-modernidad
“Poetas y mendigos, músicos y profetas, guerreros y
malabaristas... la interpretación de nuestra realidad
con esquemas ajenos, solo contribuye a tornarnos cada
vez más desconocidos, menos libres, cada vez más
solitarios”.
Gabriel García Márquez
El fin del milenio nos encuentra con un mundo en donde se proclama la
muerte de las ideologías. Para aquellos que transitamos los 70` con la
esperanza de un mundo mejor aun no hemos renunciado a una cultura popular,
dinámica, a la que puedan acceder la mayor cantidad de personas posibles.
Creemos que consciente o inconscientemente cada uno es portador de una
ideología y el mensaje que trae aparejado “la muerte de las ideologías” encubre
absoluta y paradójicamente un contenido ideológico e ideologizante.
Se propone una cultura globalizada, homogénea, ahistórica. La
globalización intenta homogeneizar lo heterogéneo, generalizar lo particular,
igualar la alteridad. Se pierde la dialéctica entre los opuestos, entre otros, grupo
e individuo, pobreza / riqueza, presente / pasado, escepticismo / proyecto,
alineación / conciencia, contenido / forma. Un debate común en estos días es si
es necesario que el lector común entienda o no lo que se escribe.
Según Ricardo Piglia:
“Para mi la claridad es una aspiración de
forma. El mejor escritor es aquél que puede
decir lo que piensa del modo más claro posible”.
Si pensamos que en el libro hay una comunicación ente el lector y el
escritor, ambos están unidos por una dinámica infinita que hace que el lector se
transforme y transforme la realidad en que vive. Desde este lugar no adherimos
a un mensaje elaborado de tal modo que es una síntesis cerrada que no
permite pensar y pensarse, imaginar, cuestionar.
Rosa Montero, escritora española, dice que la literatura del siglo XX es
evidentemente la literatura del caos, de la esquizofrenia, del descuartizamiento
de nuestra identidad. Este fenómeno se refleja en la creación de algunos
poetas, cuya característica no solo es el hermetismo, sino la escisión, la
fragmentación.
Estas producciones surgen de una realidad concreta con un discurso
hegemónico: el de la post-modernidad.
Isidoro Blainstein compara la poesía con la teoría del iceberg:
“La poesía es el máximo común
denominador y el mínimo común múltiplo, todo
pasa por la poesía: es como Dios. Además es lo
latente lo que sugiere la famosa teoría del
iceberg de Heminway que dice que para que un
iceberg flote dos tercios deben estar sumergidos
y un tercio es lo que se ve.”
La post-modernidad nos plantea que aceptemos la fragmentación de lo
existente. Subyace una renuncia a la comprensión de los nexos, de las
relaciones, de la causalidad.
Esto implica también una renuncia a un pensamiento creador desde el cual
busquemos relaciones que se dan desde una multiplicidad causal y que desde
allí comprendamos el movimiento entre lo objetivo y lo subjetivo.
Es importante comprender que como sujetos inmersos dentro de un
contexto social este fenómeno de esquizofrenización nos abarca y atraviesa de
allí la importancia de construir una mirada crítica que evite un riesgo mayor: la
fractura de nuestra identidad.
“Vamos a contarles la historia de un viaje, la
historia de un explotador y dos explotados.
Observen atentamente el comportamiento de esa
gente. Les parecerá extraño aunque reconocible.
Desconfíen del gesto más trivial y en apariencia
sencillo y sobre todo examinen lo habitual. No
acepten sin discusión las costumbres heredadas.
Ante los hechos cotidianos, por favor no digan
“es natural”. En una época de confusión
organizada, de desorden decretado, de
arbitrariedad planificada...nunca digan “es
natural”... para que todo pueda ser cambiado.”
Bertold Bretch La excepción y la regla.
Estas nuevas formas de subjetividad, al no tener en cuenta la singularidad,
las diferencias plantean como valor supremo la realización personal, escriben,
diría Leonidas Escudero, para “sacar crías para el olvido”.
El riesgo que implica una cultura globalizada es un hecho irreversible,
quizás por eso mismo surgen con más fuerza movimientos que tienden al
afianzamiento de la regionalización, no entendida como una contraposición
entre lo regional y lo universal, sino como el sentido de pertenencia a una
cultura nacional que tiene en los valores su base de sustentación.
En estos movimientos están incluidos los hombres y mujeres que se han
constituido como PROFETAS EN SU TIERRA. Analizan desde su poesía, la
mayoría de las veces en forma inconsciente, esta realidad histórica y social en
la que se sustenta nuestra identidad, con un protagonista esencial: el hombre
situado.
Como ser feliz en siete lecciones
Nuestra identidad es el producto de un Ayer y un Hoy.
América Latina antes y durante la conquista. América Latina Hoy. Se cierra
un largo ciclo histórico, se abre otro y nos encuentra en la actualidad con una
gran incertidumbre ante el porvenir. Se potencian las vivencias de inseguridad
y el interjuego entre escepticismo y proyecto, en donde el polo predominante es
el escepticismo con una vivencia que se desparrama como un virus: la
desesperanza. No obstante, el impulso a la vida es más fuerte y surge la
necesidad de creer en algo, de fabricar ídolos, de buscar refugios. Surge la
necesidad de la magia.
Paralelamente, salen al mercado libros que dan respuestas a estas
inquietudes y autores y editoriales con éxito rotundo no vacilan en dar recetas
para ser feliz y surgen libros con títulos que atrapan: “Como ser feliz en siete
lecciones”, “Como ser feliz e influir sobre las personas”, “Como conseguir el
éxito”, “Como ser feliz con su pareja”, etc., etc. Y así miles de textos circulan de
mano en mano simplificando problemas que son de alta complejidad.
El tema quizás sea plantearse:
•
¿Por qué en país con un millón y medio de analfabetos y varios
millones de personas que no tienen acceso a los libros, las editoriales se
preocupan más por vender libros que por captar lectores?
• ¿Porqué las editoriales venden libros que son de dudosa calidad
literaria y que son proclamados best sellers y autores consagrados solo
por la cantidad de ediciones vendidas?
Esto refleja la gran crisis que atraviesa nuestra sociedad. Quizás se dé
lo que dice Woody Allen en “Celebrity”:
No hay mejor diagnóstico para saber si una
sociedad es fuerte o débil, que viendo quiénes
adopta como célebres”.
Las industrias editoriales informan que los libros que más se editan son
aquellos considerados best sellers y cuyas condiciones de producción han
sido analizadas previamente, también lo que tiende a incrementarse es la
producción literaria de las provincias, aunque la edición sea hecha en
Buenos Aires. La mayoría de las veces son temas puntuales de sus
regiones, los géneros son diversos: ensayo, investigación, poesía, etc.
(Fuente: Revista Lea, año 2001).
Con respecto a la poesía, pese a ser considerada culturalmente
prestigiosa, en este momento está pasando por una disyuntiva. Por un lado,
se la considera valiosa y por otro lado, casi no tiene público, no tiene
consumo masivo. De este modo, los lectores de poesía son los mismos.
El oficio de escribir
“Solo soy un obrero que trabaja sobre el oscuro yunque
de su canto, con la luz de la voz, como los otros
con su martillo de cristal, llorando”
Antonio Esteban Agüero.
Pese a que la complejidad de la crisis impacta, no aquieta las mentes,
sentimientos y haceres de los que eligieron este oficio.
No se duda que la escritura es una herramienta que puede servir para
construir nuevos caminos colectivos para América Latina. Se apela a la
memoria. Se vuelve a las fuentes. Se retoman claves históricas. No se
destierra la esperanza activa. Apostamos a la vida:
“La poesía si no se identifica con la
vida no es poesía la reivindicación poética
implica la reivindicación del hombre... el
poeta es la sensación, la intuición y a veces
la imaginación”.
“Juanele” Ortiz, poeta entrerriano.
Algunos poetas saben que la poesía es un oficio que excede al hecho
meramente catártico. Un oficio. Uno más. Solitario. Mal retribuido. A veces
desestructurante. Sin un marco jurídico que regule las producciones.
Un oficio más, como tantos. Pero lo siguen celebrando:
“Si me palmearan en la espalda
y me preguntaran de improviso,
diría sin ponerme colorado
soy poeta.
Entonces a colocarse en la cola;
Con el albañil, con el matasellos de las sucursales,
Con el mozo del café”.
Luis Lucci, poeta argentino (1921-2000)
EL NOSOTROS CUYANO
Según aportes del escritor sanluiseño Jesús Liberato Tobares, no hay
coincidencia de los autores en cuanto a la etimología del vocablo CUYUN;
sí parece haber acuerdo en que los primitivos habitantes de cuyo fueron
denominados cuyunches, que fue derivando a lo que hoy conocemos como
cuyanos. Podríamos, pues, arriesgar:
NOSOTROS LOS CUYUNCHES
¿De dónde y cómo fue constituyéndose este NOSOTROS que nos
diferencia pero a la vez nos incluye?
Cuyo estuvo originalmente integrado por las provincias de Mendoza,
San Luis y San Juan, luego al incluirse la Rioja (polémica mediante), se le
adjudica el nombre de Nuevo Cuyo.
Sabemos que esta división es política y lo que nos hermana, no es la
pertenencia a una región geográfica exclusivamente, sino que esto nos lleva
a replantearnos quiénes somos los latinoamericanos en general y los
argentinos, en este caso cuyanos, en particular. El sentirse perteneciente al
continente latinoamericano implica un planteo complejo y amplio, incluye el
análisis de un fenómeno cultural y social proveniente de una fusión de
razas, etnias y culturas. Significa ingresar en otra historia, LA VERDADERA
HISTORIA, que no profundizaremos acá por razones obvias.
Cuyo, incluido dentro del escenario latinoamericano, no escapa a las
características de la nación, identificándose pero además diferenciándose.
Argentina, como país de Latinoamérica, se diferencia de otros que tienen
otras condiciones históricas. Por ejemplo lo referido al tema de la pobreza.
Argentina en algún momento fue “el granero del mundo”. Nuestra
generación alcanzó a vislumbrarlo. Vivida como tierra de prosperidad, de
progreso, cobijó a otros países, en su mayor parte europeos que escapaban
al horror de la guerra. Estos inmigrantes fueron incluyéndose en la extensa
geografía del país.
El Cuyun, entonces, tampoco escapa a esta situación. A los primitivos
habitantes, a los verdaderos dueños de la tierra, que ya habían sufrido un
proceso de exterminio y colonización, se les suman los “gringos”. Los
criollos y los gringos unificaron sus esfuerzos en el canto laborioso hacia la
tierra, trabajaron la tierra y de ella vivieron.
La tierra pródiga floreció a raudales en las viñas de La Rioja, Mendoza y
San Juan, en los cerros y valles de San Luis, especialmente en su
producción caprina.
Lamentablemente, tenemos que hablar en pasado porque al
establecerse una pobreza estructural, el campo en donde se concentraban
importantes producciones de Cuyo, fue uno de los sectores más castigados.
También fue vulnerada nuestra identidad. La gente emigra del campo a la
ciudad con las esperables consecuencias del desarraigo. Además,
lentamente, se va estableciendo una incertidumbre que también se
globaliza y se desparrama como un virus, como una peste. Aquí cabe
realizar un paréntesis y un análisis de una dialéctica contraria a la que
veníamos desplegando: conocer el pasado para vislumbrar el futuro. El
porvenir se plantea aquí de modo que si no tenemos una concepción de
futuro, no podemos capitalizar nuestro pasado. Esto genera un gran desafío
a los trabajadores de la cultura y entre ellos, nosotros, los poetas, los
escritores cuyanos.
En este recorte obligado y ya fundamentado, nos encontramos que
nuestros PROFETAS desarrollan en su obra literaria, en proceso
inconsciente, la mayoría de las veces, una de las bases de la teoría del
conocimiento: un hombre situado. El papel de la historia y de la experiencia.
En sus magníficas creaciones vemos transformada la experiencia. En sus
magníficas creaciones vemos transformada la experiencia en conocimiento,
se cristaliza la intuición del Poeta. Reiteramos lo que Rainer María Rilke, el
poeta alemán ya profetizaba en 1800, que la poesía es un compromiso vital,
inclaudicable y no tan solo una mera expresión literaria. Por eso ante el
generalizado concepto de que el poema es fruto de los sentimientos, él nos
decía que eran experiencia.
No hay cosa que no se sepa ni tiento que no se corte
La voz del CUYUN se deja de oír en la palabra oral y/o escrita de estos
hombres y mujeres. La idea es nutrirse de sus conocimientos, por un lado, y
por otro, lograr una mirada de Cuyo desde lo múltiple.
Todos son diferentes pero tienen algo en común que los hermana. Son
trabajadores de la cultura, entendiendo ésta como un accionar del ser
humano desde un tiempo, un espacio, y en grupo socialmente determinado.
Estos PROFETAS, portavoces de su pueblo cuyano, dan un marco
conceptual y referencial, de lo que es la poesía en cuyo en este aquí y
ahora.
********
EL CUYUN y los CUYUNCHES, pueblos tan diferentes y tan iguales,
personas tan diferentes y tan iguales. Nuestros PROFETAS desde su
singularidad, parten desde el CUYUN, abarcando con ojos oscuros y mirada
clara, nuestro país, con una vocación apasionada: de utilizar la palabra
como herramienta puesta al servicio del pueblo; así, afianzando el sentido
de mismidad dado por la pertenencia a una tierra que los vio nacer.
Creemos que son fundamentalmente dos áreas que permiten la
construcción de esa pertenencia: la familia y el trabajo. De esa manera, el
cuyano no adquiere el lenguaje, adquiere un lenguaje. Adquiere un
lenguaje, un habla, una tonada.
“No tenemos bandera que nos cubra
tremolando en el aire de la plaza,
ni canción que nos diga entre los pueblos
cuando suene el clarín y la proclama
desanude las últimas cadenas
y destruya el alambre y la muralla,
pero tenemos esta luz secreta,
esta música nuestra soterrada,
este leve clamor, esta cadencia,
este cuño solar; esta venganza,
este oscuro puñal inadvertido,
este perfil oral, esta campana,
este mágico son que nos describe,
esta flor en la voz: nuestra Tonada.”
“Digo la Tonada” Un Hombre Dice Su Pequeño País
Antonio Esteban Agüero
Es en el seno de la familia donde se van construyendo nuestras matrices
de aprendizaje. Vamos aprendiendo a ser lo que somos, en donde somos,
con quién somos, en un hacer concreto. También aprendemos a
conectarnos con el mundo mediante una acción planificada: el trabajo. Un
tema tan crucial en nuestros días merece un análisis aparte, vasto y
exhaustivo.
Unificados desde el origen en el proceso de la colonización, proceso
denso, complejo, doloroso, nos encontramos con esta parte de nuestra
historia, hecho vital, vigente en donde coexisten fenómenos que preceden
al colonizador, los de antes y los de ahora, con aquellas tradiciones
ancestrales procedentes de los verdaderos dueños de la tierra.
Creemos necesario hacer constar que en los troncos originales
mezclados posteriormente con corrientes inmigratorias, se reconoce la
influencia del mestizaje del indio con el español, etc., etc., pero lo que está
negado son los aportes del continente negro.
Así mismo también, así lo creemos, está menoscabada nuestra “raza
criolla”, no pocas veces se la descalifica con epítetos como “vagos”, “flojos”,
“quedados”. Quizás dentro de la región de Cuyo sea San Luis la que se
inscribe más den dicha caracterización. La lectura queda así simplificada,
hacemos análisis reduccionistas de hechos complejos en donde tiene un
papel fundamental la historia.
De este modo vamos construyendo el NOSOTROS.
NOSOTROS LOS CUYUNCHES, tenemos una historia vivida en común,
con facetas diferentes, pero una historia colectiva encarnada en relatos,
música, danzas, refranes, dichos que permiten encontrarse y encontrarnos.
A modo de ejemplo es común observar, especialmente en la zona rural
de Cuyo, que persisten viejas ceremonias en donde coexiste lo viejo con lo
nuevo.
Los conmueven hermosos viejas criollas, con piel apergaminada, con
ojos y trenzas oscuros, cuyas cabezas lucen bellísimos pañuelos de
procedencia española, con vestidos de origen coreano y zapatillas pseudoyanquis. Cerca de ellos descansan caballos y perros, ambos herencia de la
colonización y estos últimos, ahora sus amigos, utilizados en la conquista
como una infalible arma para la exterminación. También están sus nietos,
algunos de ojos oscuros como la tierra, pero también hay otros de ojos
claros como el cielo.
Del mismo modo, en sus viviendas, se observa el fenómeno de tal fusión
por lo que es común encontrar un santo de origen europeo, con un santo
negro, la Difunta Correa, el Santo de la Quebrada o la Virgen de la
Carrodilla.
Una costumbre que casi se ha perdido es el relato de cuentos o hechos.
Aún nos parece escuchar “Las aventuras de Pedro Urdemales”, “La viuda
negra”, “el familiar”, etc. también dichos y/o refranes que han ido
colaborando a la formación de una conciencia crítica o por el contrario para
seguir ocultando una realidad que es desmentida por los hechos.
Por ello, NOSOTROS LOS CUYUNCHES, nos alimentamos de una
historia, que a veces no está escrita pero está guardada en el arcón de la
memoria. Y aunque a veces sentimos que “estamos atados de pies y
manos”, sabemos por que nos lo enseñó la experiencia que “no hay cosa
que no se sepa ni tiento que no se corte”.
LOS POETAS DE ACA
Son nuestros. Son de acá. Su poesía podrá gustar o no a algunos pero
lo innegable es que no pasan inadvertidos. Hay un punto en el que se hace
visceral, que toca nuestro cuerpo, nuestra sangre, una parte de nuestra
mismidad.
Entre los míos sus poemas llegan a ser canciones:
“El ochenta por ciento de los míos,
no sabe ni leer, ni escribir
y los poemas, yendo de boca en boca
llegan a ser canciones,
allá, entre los míos, los poemas
llegan a ser banderas,
lo mismo que entre ustedes, allá lejos”
Nazim Himket Antología poética 1976
En la estructura de sus poemas hay una dialéctica permanente entre lo
abstracto y lo concreto, con predominancia de este último polo, porque la
realidad a veces impacta de tal modo que parece ser indescriptible y, aún
teñidas de subjetividad, las imágenes y palabras son tan fuertes que se
hacen tangibles. Y cuando Teresita flores nos cuenta que a Manuel Reyes
le han robado el agua, sentimos que no solo a el le han robado, también a
nosotros y una blasfemia se nos vuelve de la boca por temor que nos salga
de ella un diablo, quizá una salamandra.
Agua robada
“A Manuel Reyes le robaron el agua,
su hora de humedad
escrita en los relojes,
la que debía brotar de las acequias.
Atajaron, taimados,
las femeninas gotas frescas,
la promesa del maíz y la legumbre,
su jornal de esperanza
transformado en el pan del alimento.
Pensativo, enojado de a ratos,
sordo al vegetal que tiembla,
Manuel ciñe sus manos a la pala
con que hiere la tierra.
Quizás un diablo le saldrá por la boca,
una salamandra si blasfema,
luego se aleja meditando
en la espesura de la huerta.
A Manuel Reyes le robaron el agua...
...Pero a cuántos
el robó la primavera”.
“Agua robada” – Ocupante del mundo - Teresita Flores
La poesía de estos PROFETAS, nos permite acceder a acontecimientos
de la vida de sus co-terráneos, de su propia vida que en última instancia es
la nuestra ya que compartimos un tiempo y un espacio común.
El paisaje es otro tema que hace foco en sus obras. Describen el paisaje
del hombre y del mundo.
Se articula lo externo, lo geográfico, con lo interno, con el espacio
íntimo, con el dolor de fondo pero como instancia ética, de crecimiento
espiritual. El dolor, la nostalgia se transforma en “voz de pájaros y rumor de
vientos”.
Leónidas Escudero, el profeta de ojos tristes, nos ofrece una profunda
visión de la belleza para nombrar las cosas y en nuestra boca se mezcla el
sabor dulce de la algarroba con el acre de los salitrales cuando nos invita,
por ejemplo, a buscar los rastros de su bisabuelo:
“Salí a buscarlo al campo por si acaso
quedaban rastros del bisabuelo criollo
que parece azotó los llanos de La Rioja,
al este de San Juan y anduvo cuerudo
en lo que fuera...
...ni señas, la tierra empedernida
lo escondía en salitrales, monte achaparrado,
rabia de sol y azul despavorido.
Entonces ya vencido entré a pegar la vuelta
y a que se enfriara el motor
paré ante una ceja del monte.
Bajé a caminar un poco cuando créanme,
lo encontré a mi bisabuelo.
Estaba entre algarrobos y chañares
voz de pájaros y rumor de viento.
Hablamos de todo y cuando nos despedimos
me dio un puñado de algarrobas,
y ahí lo dejé, en sus propias raíces”.
El rastro de mi bisabuelo” Senderear- Leónidas Escudero
Sus voces hablan de la pertenencia a la tierra que los vio nacer y nos
muestran verdades inapelables de una historia que les tocó vivir.
Ingresando en la poesía de Lucía Carmona desearíamos ser pan,
oraciones secretas, pechos repletos para alimentar a la madre y al hijo y
aunque “un silencio superior al espacio viste el cuerpo fragoroso de la nada”
y pese a que su testimonio nos conmociona, nos conmueve, nos desgarra,
a la vez, nos permite apoderarnos de una vivienda de armonía y movimiento
suficiente para vislumbrar el antídoto contra la desmemoria: “A lo lejos, las
montañas azules resguardarán al pueblo del olvido”.
“Una mujer avanza por la senda de piedras,
lleva en brazos el hambre y un niño de su seno.
Aire de antigüedad como si desde el cielo
surgiera una voluntad de esperanzas
Que balancea el sueño y lo detiene.
Nadie llegará hoy con pan a nuestra puerta.
Solo los viejos rezan oraciones secretas...
...Corre el viento en una pulsación del pasado
cuando un día cualquiera, una hora cualquiera
la tristeza desnuda las épocas,
el sonido avanza en dirección opuesta a los sentidos
y un silencio superior al espacio
viste el cuerpo fragoroso de la nada...
...A lo lejos, las montañas azules
resguardarán al pueblo de su olvido.”
“Casi égloga en Vichingasta” Regresos Lucía Carmona
La poesía de estas personas es testimonio nítido de una época histórica.
Ingresar en ella significa la mayoría de las veces conectarnos con un
proceso doloroso que toca parte de nuestra propia historia. Cuando Héctor
David Gatica nos permite acceder a sus “Días insólitos”, la primera
sensación que nos invade es la de estar vivo y de plantearnos “por algo ha
de ser” ya sea porque nadie muere antes de las víspera o porque, como
dicen muchos jóvenes, que a veces no perdonan a los vivos, “algo no
habrán hecho”. Su poesía habla de cárceles, de uniformes, armas, muchas
armas, manos quemadas o libros quemados que es lo mismo y que va in
crescendo hasta llegar a un clímax con el cual comprendemos que esta
época ya pasó pero que debemos guardarla celosamente en el cofre de la
memoria.
Por algo ha de ser
Allanamientos detenciones rastrillajes secuestros
el corazón da un salto cuando suena el timbre
cuando golpean la puerta
tras ese golpe la visita que se espera
no es una visita querida
tras ese golpe se presume la separación
un uniforme un arma muchos uniformes muchas armas
la cárcel la incomunicación la tortura
la enfermedad la muerte
día y noche pesa este temor
este miedo que se lo va construyendo minuto a minuto
calle a calle casa a casa habitación a habitación
y todos andamos con la angustia en la boca y en el pecho
en la mirada y en las manos
quemamos libros o los enterramos cuando
se acerca cada nuevo rastrillaje
por adivinanza
qué puede o qué no puede ser subversivo
se esquiva a los parientes de los presos o a los que fueron
cesanteados
por algo ha de ser se dice
entre nosotros nos damos la mano para destruirnos
es garantía personal pertenecer a los medios de
información
Y hay sumo cuidado en no hablar mal
de lo que no se puede hablar bien.
“Por algo ha de ser”- Los días insólitos Héctor David Gatica
Pese a ser poetas provincianos, son también poetas universales.
Deberíamos plantearnos si la polémica que se establece entre lo universal y
lo regional, no dilematiza la contradicción y genera un pseudo antagonismo.
Nos interrogamos sobre la importancia de promover debates más cruciales
como por ejemplo, lo referido a cuestiones políticas y culturales de gran
envergadura.
De replantearse, cuál debe ser el rol del escritor en este tiempo. Y surge
potente, “como un cross en la mandíbula”, al decir de Arlt, la voz de un
escritor, que si bien no se define como poeta, lo hemos incluido por que en
toda su obra se puede rastrear un alto vuelvo poético, Jesús Liberato
Tobares
“El escritor, todo escritor, debe estar al
servicio de los altos intereses de la nación. Si la
política es entendida como la realización del bien
común, este es el puesto de lucha del escritor, que
debe abandonar cualquier posición de aislamiento
para luchar junto a su pueblo por su libertad y
bienestar, fustigando a los exploradores... el
quehacer de los escritores debe servir para
descalificar a quienes, con espíritu oportunista,
sirven a los déspotas y a los tiranos”.
Revista Virorco Nº14,2002
LA VOZ DEL CUYUN
PARTE II
“PROFETAS EN SU TIERRA”
JESUS LIBERATO TOBARES
(Profeta de la tierra nuestra)
Jesús Liberato Tobares
Su obra
Cuando accedemos a la vasta obra literaria del Dr. Jesús Liberato
Tobares nos preguntamos ¿por que?, la respuesta fluye rápidamente: para
compartir la experiencia de este hombre, eslabón entre pasado y presente y
sobre todo como legado a generaciones futuras.
Jesús Liberato Tobares es un científico que ha dedicado su vida a
indagar la esencia del pasado Sanluiseño en la riqueza perdurable de las
tradiciones folklóricas, contextualizado en la exuberancia del paisaje, del
hombre y su tierra. No conocemos en nuestra provincia otro representante
apasionado de esta estirpe exploradora que lo lleva a rescatar del olvido a
recónditos lugares y territorios de nuestra historia provincial, por ende a la
historia del hombre de san Luis.
“No hay mas que una historia, la historia del hombre.
Todas las historias nacionales no son más que capítulos
de esta historia mayor”.
Rabindranath Tagore
Su lugar de origen, San Martín, parece ser premonitorio porque siempre
esta presente en él el afán por la independencia y libertad de los pueblos, y
al servicio de ellos está puesta su palabra.
Gran parte de su prolífica obra alrededor de una treintena de libros más
artículos, notas, prólogos, está sistematizada en producciones que
evidencian sus intereses polifacéticos. Incluyen temas diversos, historia,
etnografía, zoología, botánica, toponimia, etc., pero es indudable que el
folklore es el que le debe sus más valiosos aportes.
Se debe destacar lo testimonial, el poder volcar en sus informaciones los
aportes de la oralidad. Su sistematización teórica so n producto de una
práctica concreta, en la cual debemos destacar los viajes del autor por
zonas sólo accesibles en la monta de un animal, una mula, un caballo, etc.
Sería ingrato no hacer constar que su compañera, la que lo acompaña
no sólo en estas tareas sino en la vida, es su esposa.
También es destacable la actitud de descentramiento y respeto por las
fuentes originales, el poder ayudar a estos hombres y mujeres, sus
informantes, a ser protagonistas de una historia compartida. De este modo
sus identidades se ven reforzadas al figurar en el libro con nombre y
apellido. Ignoramos si Jesús Liberato Tobares sabe que estas personas al
encontrarse en la obra, se encuentran con ellos mismos, son.
Es evidente su vocación naturalista, también sus cualidades docentes y
didácticas, por lo tanto es común encontrar en sus escritos, glosarios, con el
nombre científico, etimológico y caracterización del concepto que alude.
Sucede lo mismo cuando se refiere a un lugar geográfico poco conocido,
infaltables son sus aclaraciones y referencias lingüísticas o toponímicas. El
valor innegable de estos datos dan a su obra un alto valor documental.
Su esquema conceptual y referencial está teñido de su tenacidad
incansable, más allá de la vida y de la muerte.
“Gracias a los poetas, a los escritores, a los
músicos, a los pintores; hoy somos dueños de
formas y palabras supérstite más allá de la vida
y de la muerte.”
Jesús Liberato Tobares
“Noticias para la historia de los pueblos de San Luis” (Pág. 18).
A través de la lectura de sus textos nos re-encontramos con paisajes
que hemos observado con la mirada de lo “natural”, de lo obvio y es
profundo el re-encuentro con olores, colores, sabores que hacen a una
parte de nuestra identidad.
“Leones con alas de paloma”
Sabemos que en la realidad hay cosas que se muestran, otras que se
ocultan, que se metamorfosean, que la dialéctica entre figura y fondo es
permanente.
Tal pareciera ser el caso de Jesús Liberato Tobares. La piel oscura de
su rostro contrasta con su blanca cabellera. Su apariencia es formal, cortés,
a veces adusta. Se esconde detrás de unos grandes anteojos. A veces,
pocas veces, se los quita; no hay que mirar sus ojos sino su mirada, ésta
denuncia chispeante su agudo sentido del humor. Cuando sonríe sus
dientes blanquísimos, le iluminan el rostro. Tiene la sana costumbre de
reírse de sí mismo, a veces alude a su color.
Es una oportunidad una filmación había salido oscura, así se lo
comunicamos y él, riendo dice “¿Cómo podría salir tratándose de mí?”
Quizás por ello sus íntimos le dicen cariñosamente “el Negro”.
El sonríe y sus dientes brillan, como granos de choclo o de mazamorra.
“Granos blancos tiene el maíz
¿Por qué será? ¿Por qué será?
Porque la luna es de plata
Porque los changos cantaban
¡Kusiya!¡Kusiya!”
Atahualpa Yupanki “La Capataza” (pág.34).
Producto de su tierra puntana se define como un poco “huraño” habría
que ver si en esta definición esta implícito el profundo respeto por los
tiempos y los espacios de los otros “para no estorbar, al que pasa buscando
un mundo mejor”.
“Me aporrearon las tormentas
me castigó el agua y sol.
Por eso me he criado
huraño como la planta de hachón”.
Su serenidad no debe confundirse con displicencia. Es un escritor
apasionado, de lectura imprescindible para los interesados en el San Luis
de antaño y en el contemporáneo.
No obstante su ecuanimidad y serenidad, puede coordinar una mesa de
trabajo, o elaborar un discurso, con firmeza, con pasión, con energía, con
enojo y exaltación, al denunciar situaciones de opresión social. Lo realiza
con realidad y convicción conceptual e ideológica. También puede ser
solidario acompañante de numerosos escritores que lo buscan porque se
sienten honrados que el “profeta” prologue sus libros.
“No voy a caer en la presuntuosidad de creerme un profeta en mi tierra”.
Dijo en una oportunidad, más en el III Encuentro Regional de Poetas y
Escritores del Nuevo Cuyo su presencia fue recibida con un aplauso tan
apretado, cálido y prolongado que no nos cabe la menor duda que Jesús
Liberato Tobares tiene el reconocimiento popular que lo hace “un profeta en
su tierra”.
A veces suele ser muy tierno como cuando habla de sus nietos por
ejemplo y su corazón se vuelve “tibio capullo de luz que alumbra su
atardecer”.
Sus manos también son denunciantes, cuando las mueve nos hablan de
su sensibilidad, de su vuelo, nos remiten a las palabras de Confucio
refiriéndose a los hombres “algunos son leones con alas de palomas”.
Tiene al decir del poeta Agüero un perfil oral nítido y aunque utilice
correctamente las “s” y las “r”, el acento del Norte de su San Martín natal
denuncia ese “magnífico son”.
“Este perfil oral, esta campana
este magnífico son que nos describe
esta flor en la voz: nuestra tonada”.
Antonio Esteban Agüero
Es de destacar que dentro de los acentos sanluiseños, la tonada
“nortina” es uno de los más marcados y renuentes a modificar.
Como característica sobresaliente de su personalidad y que se refleja en
su obra es la gran capacidad de observar el hombre, al mundo y a la vida.
También es profundamente intuitivo quizás desde allí se desprenda esa
veta poética, que a veces pasa desapercibida pero recorre toda su obra.
Diríamos con Aldo Pellegrini: “Era poseedor de una peculiar sensibilidad
que lo inducía a poetizar implacablemente todo lo que veía”.
De ahí que su vuelo poético más alto, aparentemente involuntario,
surge, como las vertientes de sus ríos no pocas veces en relatos de
carácter histórico y de investigación. A modo de ejemplo en el libro “Folklore
sanluiseño”, en un relato histórico referido a las postas y diligencias surge la
pasión por su tierra americana que no opaca su vuelo lírico.
“...bueno es que de tarde en tarde nos bajemos del
automóvil a pisar estos terrones que guardan
verdaderos misterios de la historia; que nos bajemos
a pisar la tierra a probar el sabor de los pastos, a
experimentar en la cara el azote agreste del
pampero, y estoy seguro que sentiremos subir desde
la planta de los pies un temblor de patria vieja; de
patria olvidada y ruda pero heroica y legendaria”.
“Folklore sanluiseño” Jesús Liberato Tobares – (pág. 71)
Otro texto de rigurosa investigación histórica pero que toca su corazón
de poeta es “Rincón de Rosales”, así llamado el pueblo que lo vio nacer,
San Martín, desde 1872 y así, paso a paso surge la poesía, eso si, hay que
rastrearla:
“La noche de mi pueblo viene del Norte y entra por
esa calle trayendo la música del arroyo, el olor a
menta, el croar de las ranas y el zumbido de un
pájaro lagunero que nunca he podido saber como se
llama”.
“Rincón de Rosales” Jesús Liberato Tobares (pág. 149)
Por momentos la crónica se vuelve autoreferencial y tiene sonoridad de
campanas.
“Y cuando la muerte apagó la última luz en los
ojos de un hombre y una mujer, desde la alta
torre doblaron las campanas. Don Modesto
escribía en el cielo azul el réquiem de despedida.
Nunca el pueblo tuvo discursos para decir adiós.
Solo hablaron las campanas.”
“Rincón de Rosales” Jesús Liberato Tobares (pág.153)
“...Cuando al alba, a grito limpio
despertábamos al cerro,
temblor de animal antiguo
nos sacudía por dentro.
Y nos dejaba en la boca
Un gusto amargo el silencio.
Así se cobraba el amo el sudor
De los mineros...”
“Gente de mi pago” (pág. 12)
Jesús Liberato Tobares desde su prosa, o su poesía define el lugar del
escritor:
“No sólo poema o prosa para los dioses o
los próceres... sino también literatura que rescate
los sentimientos, la expresión, las vicisitudes y los
sueños de los que no tienen o no pueden usar el
precioso don de la palabra...”
Revista Virorco – El perfil del escritor del siglo XXI (pág. 25)
De este modo su concepción del hombre está generada en la realidad,
en el caso anterior una realidad que le toca vivir: la opresión del minero.
Tobares a cada momento, desde distintos lugares defiende la libertad,
siente que un hombre sin libertad no puede realizar su destino, ni su
auténtica personalidad.
América Infinita
El ideario americanista de un escritor supera las limitaciones del
americanismo romántico, la exaltación de la naturaleza, de los dioses, pone
su énfasis en el “hombre”.
Rescata por lo tanto el valor de la historia y de la memoria colectiva, no
puede escapar a su oficio de historiador tampoco de poeta, como lo
demuestra la fantástica producción que figura a continuación.
América infinita
Cuando era de noche todavía
los dioses bautizaron estos ríos
que andaban por la tierra acariciando
los puquíos de su origen.
Cuando era de noche todavía.
Así nacieron el Chutunza y el Conlara
en cuyas márgenes rudas manos alfareras
modelaron sencillas tinajitas.
Así nació Ulbara en cuyas voces reconozco
las flautas de caña de los Incas,
y el Uspara que a la sombra de los talas
armoniza el silencio
con las trovas de zorzales y monjitas.
El padre sol doró las cumbres
de cerros sonoros como el trueno:
Tomolasta, Virorco, Sololosta,
Intihuasi, Pancanta, Gigantillo.
En las laderas grises
alzaron su punta de lanza los chaguares
y la zampa y el jume protegieron
de tímido clamor y de ceniza
La Cañada del Balde y Bebedero,
La Pampa de las Salinas.
En las lomadas tibias
despertaron el paico milagrero,
el quiscaluro frutal, la calaguala,
el molle beber y la altamisa.
Y en los oscuros guaicos la totora
y la presencia misteriosa de la chilca.
En esos nombres que vienen de tan lejos
me habita esta América infinita.
Hija de Manco Cápac y Viracocha,
de Atahualpa, de Huascar y Yupanqui;
América de la sal y de la schelita.
Tierra de la luz y la esperanza
que nunca acaba de curar
el ñandutí de las heridas.
América descuartizada a cuatro rumbos
en la sangre de Tupac Amarú y de Lautaro;
desgarrada en las encomiendas y en las mitas.
Tibia paloma anochecida en los yerbales.
En las fazendas, en los cafetales y en las minas.
Por andar tiempo adentro
como un pájaro ciego
no conozco tu vasta geografía.
Sólo me habita esos nombres íntimos
que macollan en la luz de la calandria
y en el humilde lamento de la urpila.
Y de allí me viene esta memoria
dulce y estremecida.
América digo cuando nombro el Conlara
y se me vuelve copla el Virorco y la Chilca;
en racimo de cuarzo la luna en Intihuasi
y el cachiyuyo la flor de La Salina.
Me acarician con sus voces el paico y la totora
el molle y la schelita.
En esos nombres que vienen de tan lejos
me habita esta América infinita.
Jesús Liberato Tobares “Calandrias de septiembre” (pág. 67)
La planta de hachón
Debido a la imposibilidad de realizar un análisis exhaustivo de una obra
tan abarcativa hemos realizado un recorte en la misma intentando rastrear
la veta poética. No obstante no podemos eludir el despliegue dramático que
hace cúspide en su narrativa en donde nos encontramos con los
sentimientos más primitivos del hombre, el miedo, el dolor, la desesperanza,
la impotencia, la traición, la muerte. Pareciera que se anima a esbozar
sentimientos atávicos que se expresan a través de este libro. No sólo está
lo siniestro o la expresión de oscuro dolor, también está lo luminoso.
La música y el canto, no desde lo explícito están presentes en su obra.
Especialmente los poemas que figuran en “Calandrias de Septiembre” que
toman la forma de coplas, versos parecieran que están llamando un
“musiquero” que acompañe el vuelo de las calandrias poniendo cadencias
musicales a la voz de su autor.
Finalmente, la síntesis autobiográfica perfecta de él mismo la realiza a
través de su poesía.
Como el hachón
Quisiera ser de apariencia
como la planta de hachón,
espina brava por fuera
por adentro corazón
Me aporrearon las tormentas
me castigó el agua y el sol,
por eso me he criado huraño
como la planta de hachón.
Me planto junto al camino
solitario y soñador
sin estorbar al que pasa
buscando un mundo mejor.
Amalaya quien pudiera
como la planta de hachón
ser camino y caminante
en el aire y en la flor.
Con paciencia y sin maldad
hace del llanto canción
y buscar con alto empeño
los rumbos del corazón.
Creciendo siempre derecho
como la planta de hachón.
Jesús Liberato Tobares “Calandrias de Septiembre” (pág. 59)
Quizás Jesús Liberato Tobares, el profeta de mi tierra aun no se da
cuenta de que ya es camino y caminante... en el aire en la flor... que ya es
camino seguro, confiable, referente necesario para nuevas generaciones.
Jesús Liberato Tobares se ha convertido sin pretenderlo en modelo y
maestro de miles de escritores al postular la autenticidad literaria como
expresión del hombre para elevarlo y redimir a los pueblos.
Los jóvenes escritores lo siguen, como siguen la verdad, la libertad, la
vida.
“Creemos que el escritor que no nutre de
humanismo sus letras, comete una fuerte
deslealtad al oficio.
Tenía razón Antonio Esteban Agüero: la noche
que fusilen canciones y poetas por alta traición a
la cultura y a la vida, lo único que nos puede
salvar es nuestra total fidelidad a este a veces
humilde pero siempre hermoso destino de
escritores.”
Jesús Liberato Tobares San Luis Primavera de 1999.
Revista Virorco El perfil del escritor del siglo XXI.
Entrevista en un clima mágico
San Luis, Agosto de 2000
Cuando leemos en algún libro de su numerosa producción, los datos
biográficos de Jesús Liberato Tobares, nos encontramos con el literato,
poeta, historiador, folclorólogo, con el “Doctor Tobares”. Es nuestro deseo
intentar compartir una faceta no muy conocida, la que acerca el hombre al
niño, una historia riquísima, que determinó que Jesús Liberato sea quien es,
es decir, su identidad.
El recibimiento es cálido aunque despojado de histrionismo, aun
conserva la calma y esa actitud tan particular del hombre de campo, mezcla
de dureza y ternura. A medida que va deshilvanando recuerdos, de a
poquito la habitación se llena de magia. El lugar se transforma; los
numerosos libros de su estudio desaparecen y se va llenando de
presencias. Están sus padres, abuelos, mineros, arrieros. Las mariposas
vuelan por el espacio, una se asienta tímidamente en su hombro, como
intuyendo la mansedumbre del hombre. El techo se transforma en cielo y la
alfombra en pasto. Invade el espacio un intenso olor a menta, a peperina, a
jarilla, crines al viento. El sillón se metamorfosea y toma la forma de caballo,
mula parda. Un barrilete vuela en lo alto. El hombre se encuentra con el
niño, un niño que trabaja. Trabajo que no es “yugo” sino que está asociado
al goce, a la pasión, a lo lúdico, a la libertad.
“Triste debe ser para un hombre no saber
quienes son sus padres; hoja volandera que el
viento arrastra a su capricho para depositarla
en oscuros rincones huérfanos de afectos.”
Jesús Liberato Tobares
“Noticias para la historia de los pueblos de San Luis”
Dice José Martí que los hombres como los árboles deben venir de suelo
fértil y raíces profundas, tal es el caso del árbol Tobares-Véliz.
Octubre, mes de las rosas. San Martín, Dpto. San Martín, San Luis. Los
olmos se veían más verdes y el campanario más blanco. Su savia
empujaba la vida. El día 15, del año 1929 en el día de Santa Teresa de
Jesús, Doña Gregoria Deolinda Véliz, fué implosión florecida en retoño.
Nacía Jesús Liberato Tobares Véliz, el que mas tarde diría:
“Bueno es que la existencia de nuestros
pueblos se haga memoria perdurable. Porque el
día que olvidemos de dónde venimos y
renunciemos a nuestro andar hacia el futuro,
habremos muerto para siempre. No seremos nada
en la vida y en la historia.”
Entrevista, Agosto de 2000.
Regresa en el tiempo, Jesús Liberato se conecta con otro espacio y sus
ojos oscuros brillan ante la presencia de una ausencia que no es tal, su
padre Don Liberato Tobares Amaya, de quien no solo hereda el nombre
sino su amor por la tierra. Se detiene en la infancia, aspira al olor a madre, a
padre, a abuelos: Timoteo Tobares, Ceferina Amaya, Rosario Véliz, Dolores
Véliz.
“Como un rezo por mis cuatro abuelos viva
memoria que nunca ha de morir”
(Rincón de Rosales, Jesús Liberato Tobares)
San Martín cobijó su infancia y su
“Nací en San Martín, mis padres eran gente del
lugar, los Tobares y Véliz eran originales de la
zona. Las vivencias más importantes de mi vida se
dieron allí.”
Entrevista, Agosto de 2000.
Los relatos desbordan de magia y de pasión. Producto autóctono de su
tierra, Jesús Liberato. Su relato testimonial, vivido, sentido, puede ser duro y
punzante como la espina de algarrobo, como cuando habla de la
incomprensión de la gente o el dolor de su hermano, pero también sabroso
y tierno como una algarroba madura cuando habla de su pueblo: “La noche
en mi pueblo viene del norte y entra por esa calle trayendo la música del
arroyo, el olor a menta, el croar de las ranas y el zumbido de un pájaro
lagunero que nunca he podido saber como se llama”.
Arreando sueños y penas
montando en manso caballo
Jesús Liberato va.
Para ahorrar camino y tiempo
En el bosque de la vida
Va buscando los atajos.
Si hay caminos se transitan,
Si no por donde se pueda.
“Los arreos y las minas fueron muy importantes
para mí... había que llevar las vacas y traerlas
buscando el mejor pasto... en el arreo siempre
anduve prendido... trabajaban cinco personas,
eran muy diestros en la tarea del arreo y muy
hábiles para enlazar.”
Entrevista, Agosto 2000.
Regresa en el tiempo Jesús Liberato, y vuelve a recorrer caminos
serranos.
“Se requiere conocer muy bien los lugares, las
sendas; hay bosques espinosos, árboles duros
como los espinillos, tintitacos, algarrobos. El
arriero siempre va por caminos conocidos y si no,
como decía su padre, se arrea por donde se
pueda. El arriero conoce los atajos para ahorrar
camino y tiempo, se prefieren los caminos
conocidos porque a veces el arreo se hace de
noche...”
Entrevista, Agosto de 2000
Y los ojos oscuros del hombre ríen y se iluminan por la llamita de una
fogata que el no pudo prender:
“...A veces para ahorrar tiempo cuando se
acercaba la mañana, mandaban a dos hombres
para esperarlos con mate o con café. A veces
lloviznaba y me mandaban a mí, me daban una caja
de fósforos y se reían de mí porque me gastaba la
caja de fósforos y no podía prender el fuego, ellos
en un momento, con unas pajitas y palitos hacían
una llamarada tremenda...Eran grandes
conocedores del tiempo: “Hoy no va haber viento”,
“no va a llover”, “desensillemos que va a llover y
puede caer piedra” y siempre acertaban, eran
mejores predictores del tiempo que el servicio
meteorológico”.
Entrevista, Agosto de 2000.
Goza con el recuerdo. “Todas estas experiencias me marcaron para
siempre”... Y vuelve a sentir en su rostro la lluvia de recuerdos, el olor a
pasto mojado vuelve a ver el cielo, cuando una tras otra las nubes lo van
cubriendo.
La penita del arriero
Es como el cielo nublado, está pero no parece;
pena antigua, pena nueva,
Flamea en el pajonal,
Y él, aunque aún no lo sabe,
Prendiendo fuego en la lluvia va rastreando utopías.
Montando la mula parda
En esta doble relación, con otros hombres y con la naturaleza, otra
vivencia que lo determinó fueron las minas y por ende el minero. Entramos
aquí a un viejo, ancestral problema: el de la tierra. Parafraseando a don
Atahualpa Yupanqui podemos decir: “las penas son del minero y las minas
son ajenas”
El relato de Jesús Liberato, sigue y describe esta cotidianidad como sólo
podría hacerlo alguien que como él vivió la experiencia:
“...Las minas de `Cerro Horqueta´... había que
recorrer dieciocho kilómetros de sierra, caminos
muy ásperos, salíamos a la madrugada con
quince burros cargados de fideos, pañuelos de
cuello, papel de fumar, alpargatas, aceite verde,
ventosas, linimento verde, genioles, hule...,
elementos que dejaban en una cantina. Se hacía
allí pan casero, tabletas y pasteles riquísimos. En
ese camino había dos boliches y los caramelos,
pastillas o galletas sabían a otro sabor, distintos
a los del pueblo. Llegábamos a Cerro Horqueta a
las diez más o menos... paisaje imponente, cerros
que son altísimos y al fondo, el Río Grande. Hay
una gran cascada que mete mucha bulla por lo
que hay que hablar a los gritos. Se sacaba
wolfran y cuarzo... Se dinamita con un cartucho
pequeño, conectado a una mecha en un hueco
hecho con un barreno...gritan - ¡fuego! -, Porque
las piedras saltan muy lejos. Es un espectáculo.
Las piedras se desparraman en el aire y forman
como una flor... El mineral se traía en burro y se
vendía a los gerentes de las minas de la zona, que
eran extranjeros. El hombre quedaba con una
magra ganancia y los que se enriquecían eran las
empresas exportadoras.
El minero era gente pobre, sin educación, los
sábados y domingos se gastaban todo porque se
quedaban a divertirse y a tomar vino”.
Entrevista, Agosto de 2000.
Su mirada se oscurece por el recuerdo pero donde está la sombra está
la luz ¿Cómo olvidar en esa etapa a la mula parda? ¡Ah, la mula parda!
“Hace poco revolviendo unos papeles me
encontré con el certificado de la mula parda...
Como los caminos eran muy ásperos los hombres
iban en mula, animal que tiene un andar más
suave y resistente, yo, primero iba a caballo,
hasta que un día me planté y le dije a mi padre
`No voy más sino me compran una mula´ así es
que me prestan la mula parda. Era tan hermosa,
que no la quería devolver, la escondía en un
potrero, en otro, para desorientarlos hasta que un
día mi padre me conminó a entregarla. Al final,
en vista de mi intransigencia me la compró.”
Entrevista, Agosto de 2000.
Apenitas amanece
Ensilla su mula parda
Va al encuentro del minero
Pobre y sediento de vino.
Cambia tu pena, mi hermano
Por esta flor mineral,
Que el fragor del Río Grande
Ya anuncia tu libertad.
Un dolor
“He conocido el minero de la zona, también sus
enfermedades y su hambre”. Hay énfasis y dolor en lo que dice.
Tranco a tranco, paso a paso
Llega de nuevo el dolor
Pero ahora las espinas
Clavan en su corazón.
No es el algarrobo, espinillo ni espina del árbol duro
Es el hambre de su hermano
Es la exclusión y el olvido.
Pobreza de ayer, pobreza de hoy. Pero Jesús Liberato no se rinde, sigue
luchando por lo que considera justo. Su esperanza está puesta en un
proyecto de escuelas agrarias presentadas por el Gobernador de la
Provincia.
“Como se va a decir no hay que desarraigar la
tierra, si no se les provee de medios para que se
queden... estas escuelas servirían para que la
juventud pueda arraigarse y aplicar en su tierra los
conocimientos adquiridos: manejo del suelo,
cuidado del ganado, ovino, caprino, etc..., para
que el campo no quede sin servicios. Él lo sabe
por que lo ha vivido, la expulsión de brazos
jóvenes, se debe a la falta de trabajo. Quizás los
programas destinados al agro, aun no se dan
cuenta que es más costosa la pérdida de una
fuerza de trabajo que generar fuentes de trabajo
en la zona”.
Entrevista, Agosto de 2000.
Un amor...
No es convencional Jesús Liberato. Tampoco lo son sus respuestas.
Ante la pregunta “¿Un amor?”, guarda un pequeñísimo silencio y su
discurso se enciende de pasión:
“Un amor... los caballos, variados caballos. Creo
que primero me enamoré de los caballos que de las
mujeres... Hasta hoy los sueño, siento su presencia, su
olor... me correspondía las atenciones y se me refregaba...
pasión he sentido por los caballos... Los petisos eran los
más ligeros del mundo.”
Y cuando termina el día
Y cierra sus ojos negros
En alborada de infancia
Viene galopando un sueño
Sueña con crines al viento
Y refriegues de pasión
¡Vuela caballito mío
Que una esperanza me espera!
Un sueño color azul
Es un agradecido de la vida Jesús Liberato, una vida en la que se
conjugan alegrías, dolores y sueños.
-“Una alegría... la llegada de mis hijos”.
-“Un sueño... se me han cumplido muchos”.
Quedarían algunos, por ejemplo que la gente de mi
pago llegue a tener lo que yo he tenido. Que puedan
estudiar, realizarse...”
Entrevista, Agosto de 2000.
En la vida de este hombre hubo constantes y variables. Una constante
es el cielo: “cielo azul de San Luis y de San Martín, también vistas de lejos
las montañas se ponen azules”.
Cerros allá, cerros aquí, cielo allá, cielo azul aquí, hombre aquí, niño
allá, un niño que trabaja pero que también juega.
“Todavía me fascinan las bolitas de mis nietos.
Tenían filamentos internos de color que parecían
un caleidoscopio y las bolitas hechas de
rulemanes parecían un mundo pequeño...
También los barriletes. Llegamos hasta elevarlos
Con una velita. Eran un símbolo de libertad. Amo
la libertad. Cuando se cortaba algún hilo
salíamos a buscarlo, algunos se perdían para
siempre. Hilos que se cortaban, sueños que
perduran... ”
Entrevista, Agosto de 2000.
Tienen colores sus sueños
Azul cerro, cerro azul.
Pájaro libre en el cielo,
Flamea su barrilete,
“¡Que no se corten tus hilos!
-va rezando Liberato-
son los hilos de mis sueños
que no se corten te pido”.
La entrevista va a terminar... “Si tiene tiempo le sigo contando...” Al
hombre le cuesta alejarse de su infancia, pero los sueños son realidad, mas
la realidad no es sueño y se hace necesario volver a nuestra realidad,
nuestra cotidianidad.
El escenario se va modificando las presencias pasan a ser internas, la
mariposa posada en su hombro regresa a su corazón, corazón grande y
generoso que ama la libertad y sueña y lucha por la libertad del hombre.
... Y cuentan los lugareños de San Martín que a veces en luna llena se
divisa, allá lejos, como viniendo del cerro Horqueta, montado en una mula
parda, con su cabello blanco y su pañuelo al cuello, la figura de Don
Liberato Tobares Amaya. Y el viento se vuelve brisa y trae una voz que
dice: “Yo te bendigo hijo” y su bendición cubre el cielo y la tierra, alcanza un
barrilete y se desliza a raudales por el Río Grande.
Sueños y penas de Jesús Liberato Tobares
Arreando sueños y penas Jesús Liberato va.
Para ahorrar camino y tiempo,
montado en manso caballo,
en el bosque de la vida va buscando los atajos.
Si hay caminos se transitan
si no por dónde se pueda.
Tienen colores sus sueños, azul cielo, cerro azul...
Pájaro libre en el cielo, flamea su barrilete:
“Que no se corten tus hilos”,
va rezando Liberato,
“Son los hilos de mis sueños, que no se corten te pido.”
Apenitas amanece ensilla su mula parda
va al encuentro del minero
pobre, sediento de vino.
Cambia tu pena mi hermano por esta flor mineral,
que el fragor del Río Grande
ya anuncia tu libertad.
Tranco a tranco, paso a paso,
llega de nuevo el dolor
pero ahora las espinas clavan a su corazón.
No es algarrobo, espinillo, ni espina del árbol duro,
es el hambre de su hermano, es la exclusión y el olvido.
Y cuando termina el día y cierra sus ojos negros,
en alborada de infancia
viene galopando un sueño.
Sueña con crines al viento y refriegues de pasión.
“¡Vuela caballito mío que una esperanza me guía!”
La penita del arriero,
pena antigua, pena nueva,
es como el cielo nublado, está pero no parece,
flamea en el pajonal y él,
aunque aún no lo sabe,
prendiendo fuego en la lluvia
utopías va rastreando.
Amelia Arellano
JORGE LEONIDAS ESCUDERO
(El Profeta de los ojos tristes)
JORGE LEONIDAS ESCUDERO
“...A esto q´ estoy escribiendo le falta
claridá intrínseca,
más por atrevimiento lo traslado al papel
y aunque me queda lejos llegar
lo intento...”
“Pájaro Llamador” Endeveras J. L. Escudero
Ingresar a la obra literaria de J. L. Escudero significa desafiar las leyes
naturales del tiempo y el espacio. Significa además, ingresar en un laberinto
en el cual no sabemos si encontraremos el camino de regreso o quizás
quedaremos atrapados en la intrincada trama de la transgresión, absurda y
veraz, mágica y apasionante pero sobre todo, tan potente y vital que nos
conmociona y anonada.
Constituye un desafío al pensamiento de la lógica formal y no pocas
veces caminar al borde de un abismo en el cual se conjugan postulados
científicos con contenidos mágicos. Nos lleva a planteos existenciales que
no siempre tienen respuesta.
“¿Adónde va el amor? ¿Qué busca en nosotros?
Pobre de mi entonces, víctima de él
Porque me usa de puente para ir a no se.”
Verlas venir (pág.61)
Otras veces nos enfrenta con los misterios de la vida, con la finitud, con
la levedad.
“Una pluma de pájaro en el patio alcé.
Maravillado.
Quise ahí ver el misterio de la vida pero
¿quién sabe eso?”
“Misterio” Endeveras (pág.13).
Su poesía por momentos nos desestructura, pero no es una
desestructuración esquizofrenizante, muy por el contrario produce una
desestructuración necesaria para una nueva estructuración que nos eleva a
una síntesis perfecta: LA POESIA.
Plantea con poderío irrefutable el sentido de nuestra enigmática
presencia en el mundo. De ahí que las definiciones implícitas en su poesía
nos abarcan y atraviesan al afirmar el carácter inasible e imprevisible de la
misma.
Hay una sola forma de acercarse a la poesía de Escudero: dejándose
conmover con ella, despojándose de la técnica, permitiéndose llevar por la
emoción y por sobre todo asumiéndose como incompletos, vulnerables,
falibles; humanos. Y es precisamente por ese camino que llegamos al
concepto de la mismidad, ser uno en otros. Únicos, irrepetibles pero en
función del otro y de la naturaleza.
El poeta Escudero nos enfrenta con la dicha de poder captar ese
momento, efímero, fugaz pero maravilloso que es el encuentro del hombre
consigo mismo, con otros hombres y con la naturaleza, a la cual trasforma y
a la vez se transforma.
El profeta de ojos tristes
Acceder a la vida y obra de este profeta de ojos tristes y sonrisa de niño
es, de algún modo enfrentarse con una paradoja.
Los plásticos aún no han podido retratarlo. ¿Cómo retratar esta paradoja
con nombre de Leonidas? “sin acento a lo criollo, así se llamaba mi padre.”
Lo paradojal recorre toda su obra, también la ironía. Partiendo que
ambas son condiciones casi constantes en su vida resulta un poco solo un
poco más asequible descubrirlo en su obra.
Si se lo observa con detenimiento nos encontramos con un hombre de
figura pequeña, con aire de indefensión, con sonrisa de niño y cuyos ojos
reflejan la tristeza de los siglos.
Pero nuestra percepción es desmentida, cuando observamos, o cuando
él permite el ingreso a ese lugar, su mutación. Instantánea, veloz, como un
“refucilo”. Se levanta ágil, como un felino no es casual que el gato sea una
figura común en su campo semántico y su sonrisa toma un tinte picaresco,
agudo, sagaz y no puede desmentir con palabras lo que su cuerpo expresa:
una apasionada declaración de amor a la vida. De ahí que cuando ironiza
sobre la tristeza nos preguntemos: ¿Ríe llorando o llora riendo?
Tiene la saludable costumbre de reírse de sí mismo. Así también se ríe
de la vida... y de la muerte. Este juego se repite a lo largo de su producción
y es precisamente, el juego, lo lúdico que forma una parte muy importante
de su vida lo que posibilita esta transformación, este salto de lo siniestro a
lo maravilloso.
“A los cara pálida
los vi llegar y estuvieron esperando aquí
en el patio de mi casa pero
no me reuní con ellos, tuvieron que irse...
...y los pálidos huyeron defraudados
sin poder acompañarme al.
Tendrá que ser en algotra oportunidá
mejor para ustedes y peor para mi.”
“Chosca” Verlas venir (pág. 27)
Pese que reconoce que va “camino a las palideces” nos encontramos
con una estremecida certeza: J. L. Escudero ya trascendió la condición
humana. Ya es inmortal. Su lenguaje con su espacialísima singularidad se
hace universal y se prolonga más allá de las fronteras de su espacio y de su
tiempo.
Nos interrogamos sobre la vivencia terrible que debe ser sentir por un
lado que el poema de uno ya no es de uno, ya no le pertenece, ya es
inmortal y por otro lado asumirse como finito y humano.
De esa misma condición de finitud se desprende el miedo,
metamorfoseado que a veces se condensa en la figura de perros.
¿Podríamos arriesgar, a nivel simbólico que los perros corren a los gatos?
“Me han salido años por todas partes
y los galgos se me en el rostro precipitan.
De haber alguna cueva me acuestaría
Pero es nula tal posibilidad
en esta llanura...”
“Zozobramiento” A otro hablar (pág. 112)
“Los perros a la luna hablan excesos
relatan acontecimiento opuestos
a la felicidad, o mejor dicho
al oírlos se acurrucan
los viejos en sus camas
y se hacen la señal de la cruz
p´ q´ la guadaña no los encuentre...
...Acállense,
les digo desde la ventana,
no insistan en tales asuntos,
dejen de avisarle a la muerte
que estoy escondido aquí”
“Perros laten” Basamento cristalino (pág.32)
¿Alguien podría dudar que la poesía es buen escondite para la muerte?
Cuando el poeta recita con voz grave y pausada:
“Dicen que a los muertos las uñas
le siguen creciendo
eso me asusta porque ya me veo encajonado
sin poder cortármelas.
Luego pregunto. ¿Cómo haría entonces
p´ seguir fabricando la esperanza que hoy fabrico?”
“Espera y desesperarás” Caballazo a la sombra (pág.98)
Inevitablemente provoca hilaridad ¿Quizás sea como defensa de lo
siniestro? ¿De la convicción de que también seguimos ese camino?
Y el poeta se presta al juego de la risa, con ironía, con osadía.
Nos preguntamos qué posibilita este juego, el poeta, como siempre
anticipa su respuesta:
“Después me asesinaron nuevamente
para que estuviera más muerto.
Después en la garganta me brotó una rama de sauce”
“Canto del yerno pasmado” A otro hablar (pág.19).
He aquí lo maravilloso. La transformación. La síntesis perfecta entre lo
infinito y la finitud.
La poesía Escuderiana, impactante, denunciante, desgarrante a veces,
nos permite transitar en un mismo camino el dolor y el goce.
La vivencia estética ante el objeto transformado es tan fuerte que a
veces la figura se desdibuja ante la belleza del fondo, tal como lo expresa
en su poema “La vida” A otro hablar (pág.20).
Lloro de retamos grises
Toda la poesía de Escudero está impregnada de melancolía y una vez
más, es en la tristeza que aparece la trágica oposición entre lo deseable y lo
inalcanzable. Entre las presencias y las ausencias:
“Y pregunto que fue de esos amigos. Los llamo:
¡Eh! ¡Ehhh! ¿Están todavía están? ´El eco
me trae un lloro de retamos grises ´”.
Aguaiten (pág.63)
Cae la lluvia de ceniza que opaca los tonos de los retamos de San Juan
cuando la voz de Jorge Leonidas Escudero se hace oír.
Habla lento y sin estridencias. No grita nos preguntamos si grita para
adentro porque sus ojos toman el tono exacto de los retamos grises:
“Con la tristeza me relaciono mas después que
he llegado a los altos años de la vida. He
filosofado sobre la vida. Si uno profundiza se
nace y se muere. Podríamos decir desde un
pesimismo casi natural ¿para qué estamos tanto
acá?. Para evolucionar. La evolución natural de
la humanidad no creo que sea visible o
entendible, porque las cosas negativas que
vemos en la actualidad nos hacen pensar que
desde el tiempo del hombre primitivo hasta
ahora no se ha evolucionado en un sentido
capital o ideal como habríamos deseado. Pese a
esto vale la pena vivir en cuanto es un continuo
descubrir cosas que aunque uno sepa que va a
morir, el afán de seguir descubriendo lo
satisface a uno.”
Entrevista con la autora San Juan Abril 2004.
El mismo redacta su posible epitafio:
“hoy merece el recuerdo de algunos poquísimos
los que entienden que el suyo
fue un empecinado ejercicio para Ver.”
“Posible epitafio” Endeveras (pág. 69).
Escudero es un poeta absolutamente intuitivo. Sabe que el artista es un
portavoz de su pueblo que él es, él con otros, y que sus asuntos, en este
caso el dolor, no sólo es de él sino de muchos, tal vez por eso su voz toma
la voz de los desposeídos denunciando el destino del minero, del hombre
del campo, de todo un pueblo.
El poeta tiene una aguda percepción necesaria para poder percibir al
otro.
A un sin gritar, asume el concepto ético del dolor...”
A otro hablar (pág.43)
Elaborar el duelo asumirse como sufriente y humano.
“habría que gemir como sirena...”
A otro hablar – (pág45).
El poeta que dice no tener otra Universidad que la calle despliega el
concepto de represión que puede llevar a “insomnios hasta que te anide la
locura”.
Sintetizar la contradicción. Nada de olvidos.
Un dolor... su mirada se fija en un punto indefinido regresa en el tiempo
y su voz suena grave toda la soledad y la tristeza del mundo parece
condensarse en ella:
“Un dolor imborrable, la muerte de mi esposa.
Pobrecita, sufrió mucho. Yo tenía y tengo
sentimiento de culpa. Según Freud el sentimiento
mas generalizado de la humanidad es la culpa.
No es lo ideal, pero la culpa queda.”
Entrevista con la autora san Juan abril 2004.
“I visto cosas bonitas y otras fieras
porque así es el mundo y el asombro
nos deja con la boca abierta...
...Todo esto vi cuando lo saqué
de entre las piedras
escarbando como quirquincho.”
“Escarbamiento” Endeveras (pág.51).
“...Mas.
Ausculto esto y es antiguo asunto
Propio del deshojamiento. Los árboles
cuando han dicho también el verano
empiezan a deshojarse y quedan desnudos.”
Aguatien (pág.51).
Así, en su filosofía absolutamente propia y personal y hasta algunos
dirían excéntrica, lo que prevalece es el criterio de la experiencia y con ella
del sentido común que hace que continuamente despliegue la dialéctica
entre conocimiento científico y conocimiento vulgar, entre teoría y práctica.
Condimentado con la fina ironía que lo acompaña permanentemente
sistematiza involuntariamente su teoría sobre el conocimiento, un
conocimiento basado en una práctica concreta y no un saber abstraído de
la realidad, basado solamente en la teoría y así surge el Leonidas
apasionado fustigando al saber libresco despojado de la experiencia, “ratas
de archivo” como él los llama.
También ironizando, se refiere a los análisis reduccionistas de
fenómenos complejos como puede ser la desocupación. Es común que
tales análisis los hagan pseudo filósofos que abundan en nuestro tiempo
que tienen la cabeza vacía y la panza llena.
El poeta no manifiesta su simpatía por los libros de aforismos,
autoayuda, etc. pero en su obra se deslizan involuntariamente lecturas de la
realidad que tienen que ver con lo empírico y que trasciende lo meramente
individual, basadas en prácticas sociales colectivas y milenarias.
Encubiertamente en sus poemas encontramos parábolas o encubiertas
enseñanzas como en el caso que tiene que ver con la aceptación de las
diferencias y el descentramiento de sí mismo.
Los muertos que vos matáis...
“Las ideologías no han muerto. Están con
buena salud pero en nombre de ellas a veces se
llega a la violencia y no se puede armonizar”
Entrevista San Juan Abril 2004
La pasión de Escudero no es una pasión ingenua muy por el contrario
devela, denuncia.
Sabe que hay ideologías que están al servicio de la vida pero que
también hay otras “que elevan a inocentes para fosilizarlos” por eso el poeta
toma una postura, una posición y la defiende con su literatura, será por eso
que su poesía gusta a los jóvenes que se identifican con él en la rebeldía
propia del adolescente que puede tomar dos caminos el de construir “la
utopía de un país libre y hermoso” o el de destruir y destruirse.
“... Y en librarse de eso veo a jóvenes que
hacen arcadas y no consiguen
botar el anzuelo. Sería bueno
una mano en la frente ponerles, ayudarlos
a que vomiten”
“Ideologías y trampas” Senderear (pág. 31)
El poeta sabe que cada uno, lo quiera o no es portador de una ideología,
también sabe que el arte, en este caso la literatura están teñidos de
contenidos ideológicos. Dado que no hay un arte escéptico o neutral él se
define desde un lugar y lo declama, con dolor. Lo contextualiza en tiempo y
espacio, Argentina, 25 de mayo de 2002 en su poesía “Dolor Patrio” Verlas
venir (pág.67)
En el marco conceptual del poeta pese a que no tiene formación
universitaria se nota que hay contenidos teóricos que él ha incorporado y
que articulados con una práctica concreta se realimentan mutuamente. De
aquí que en su lectura de la realidad no escapa los emergentes del post
modernismo: globalización, cultura ligth, disociación:
“Me estoy partiendo en dos:
uno alquila balcones ante la comparsa
y el otro espera ver detrás de las cáscaras.
...el hombre se esquizofreniza
en pos de lo inalcanzable...
...Entonces yo pregunto:
¿No habrá otra manera de ir al país donde
que no sea poniendo los ojos bizcos?”
“El esquizo” A otro hablar (Pág. 83)
El poeta erige su voz, con la pasión que le amerita su compromiso ético:
Lo único válido en el arte es el encuentro
sincero con el otro, es la expresión de las
intuiciones para lo cual se emplea en poesía el
fondo que es la temática y la forma que es el
modo de decirlo. Pero fuera de esa búsqueda
que es la expresión absoluta como yo lo llamo,
están los malabarismos que se hacen, las
expresiones novedosas de algunos grupos que
forman ciertas escuelas como por ejemplo se
hizo en el pasado con las llamadas vanguardias
literarias donde si han dejado algo es poco
frente a la idea general de la poesía es una
trascripción posible, que no siempre se puede
porque nos topamos con lo inefable, con lo que
no se puede expresar pero es posible en la
poesía un acercamiento a la expresión total. El
poeta expresa el mundo y sus intuiciones y de
esta forma cumple con la ampliación de su
conciencia.”
Entrevista San Juan Abril 2004
Reiteramos, su poesía lo quiera o no lleva implícita una postura
ideológica.
“Porque te dijeron esto es así e asau
vos agarraste por donde había más gente
y aplaudiste a lo tonto.
Así anda la historia consabida de siempre,
loj rico po un lau ustedes po el otro
loj pobre a la común fosa no más
y el jefe a la statua.
Esto ha sido por loj discursiadore
Que hacen con la gente pomada y nosotro
Me me me, corderos, gracias señor
No vamo a descarriarno usté manda.
Es miseria política
o robo a la vista por os caradura
os que se las ingenian para a mansalva
robarte pan de la boca.
Dejante que la vida está difícil abundan
Venir estos a sacarte lo poco. Por eso
No siai sonso, tuto,
Si das la mano a loj astuto vas a quemarte.
“Tuto”, Endeveras (Pág. 43)
Búsquedas
“¿Pero es que qué culpa tengo yo si
al revés de lo que opina tanta gente
me complace buscar lo que no encuentro?”
“Destino” Endeveras (pág. 9)
“Aquí yo, en la búsqueda eterna”
Carta a la autora (03/07/04).
El tema de la búsqueda es una constante en la obra de Jorge Leonidas
Escudero, de la palabra, del amor, de los misterios del cosmos, del origen
del hombre, de la fortuna.
La Búsqueda de La Palabra
El poeta Escudero es un buscador, de allí, quizás “la búsqueda eterna”.
La herramienta del escritor es la palabra y allí ya nos encontramos con
un primer obstáculo. Ratificamos dolorosamente esa incompletud cuando
queremos referirnos a su obra. Nos encontramos con que las palabras no
alcanzan, con “la orfandad de palabras” “con que las palabras se han vuelto
hueras” o les da vergüenza mostrarse.
A veces, solo a veces, las palabras llegan sólo hay que estar atentos
para “verlas venir”.
“No escribo poemas “para” escribo poemas
cuando siento necesidad y así conversar
fraternalmente con algún caminante que pasa.
Verlas venir. Y sí, a las palabras que
siguen las vi venir desde el fondo de nosotros”.
Verlas venir (pág.7)
El pájaro canta hasta morir
El autor sabe que sólo se alcanza lo relativo más él sigue cantando y
llamando la palabra aunque sabe que a lo “absoluto nunca se llega pero
alcanza p´ vislumbrar que es la búsqueda”.
En su último libro “Endeveras” el poeta sigue llamando la palabra.
“A esto que estoy escribiendo le falta
claridá intrínseca,
más por atrevimiento lo traslado al papel
y aunque me queda lejos llegar
lo intento.
Como si fuera un capricho esto de ir a cazar
perdices en la oscuridá,
tiro tiros de tinta y yerro,
continúo mastico palabras en se me atoran
y así camino.
Créanme que si aparece la resonancia
Comeremos perdices.
Un entendido dijo que tal vez
Si gritara contra los muros escucharía
El esperado eco, por eso
Corro de aquí a allá, pido permiso
Y aunque no me lo dan insisto.
Mientras tanto alimento al pájaro llamador
A ver si atrae pájaros del absoluto.
Y entiéndase que a ahí nunca se llega
Pero alcanza para vislumbrar qué es la búsqueda.”
“Pájaro llamador” Endeveras (pág. 7)
“Ese perfil oral, esa tonada”
Cuando el poeta Sanjuanino alude al hombre, Antonio Esteban Agüero,
no habla “del hombre” sino de un hombre situado en un espacio y en un
tiempo histórico, Cuyo, fin y principio del milenio. Un hombre inmerso en su
cotidianidad, diferente de otras regiones, con un modo de hablar particular
aunque en las cuatro provincias del Nuevo Cuyo haya diferencia a decir de
Agüero, en “la tonada”. Nos encontramos por ende con la singularidad de
los códigos del lenguaje cuyano. De este modo nos introduce un recurso
que asombra a algunos y maravilla a otros: el registro de la oralidad con la
cual su poesía no es “cualquier poesía” sino que hay que descifrarla,
releerla o “leer en voz alta” como dice su amigo, el poeta Trombino.
El que esté ajeno a los códigos cuyanos, a la fonética y musicalidad de
la tonada cuyana, el que no haya interactuado con el hombre de Cuyo,
especialmente de la zona rural, le cuesta llegar de modo inmediato a lo
esencial de su poesía.
De esta manera propone, involuntariamente, un paradigma del lenguaje
que va en contraposición de “los nuevos paradigmas” en donde el lenguaje
es reducido a la lingüística clásica y despojado de su carácter concreto
producido histórico y socialmente; adquiere de este modo una significación
objetiva, con función referencial, no obstante “para sentirlo” hay que romper
con el modelo impuesto, de signos y señales arbitrarios, universales,
ahistóricos.
“Estas irregularidades, no es cuestión deliberada
no lo hago para diferenciarme de otros sino que
intento transmitir lo oral en la letra escrita.”
Entrevista con la autora San Juan Abril 2004.
“No te vayas, golondrina,
es mejor quedarse”.
Antonio Esteban Agüero.
El poeta propone el arraigo a la tierra natal, sabe también que el campo
está pasando por una severa crisis y el hombre de campo emigra a la
ciudad, no pocas veces esa ciudad era Buenos Aires, decimos era porque
los bonaerenses están mirando las provincias como referente de hogar y
seguridad que no siempre se encuentra.
“Mucha gente sostiene que hay que irse a Buenos
Aires para trascender, yo creo que si uno se queda
se encuentra con la natural visión en donde se está
consustanciado con sus cosas, con su lugar
entonces si se desarraiga como muchos no puede
interpretar lo real y cierto de las cosas del lugar
donde se vive deben tener la filosofía de pensar que
es ahí donde está su vida.”
“Hay diferencias entre las provincias de Cuyo, por
cierto también muchas semejanzas como el hecho
de participar en una región y sus tradiciones. Hay
un toque especial en cada provincia el dejo en el
habla, algunas comidas...”
Entrevista San Juan Abril 2004.
La flor de la higuera
“Hijo:
Espantado de todo, me refugio en ti.
Tengo fe en el mejoramiento humano, en la vida
futura, en la utilidad de la virtud y en ti.
Si alguien te dice que estas páginas se parecen
a otras páginas, diles que te amo demasiado
Para profanarte así... estos riachuelos
han pasado por mi corazón.
¡Lleguen al tuyo!
José Marti Ismaelillo (pág.7).
La lectura de la poesía de Escudero, plantea un desafío. En un primer
momento nos impacta. Impacto necesario para entrar en crisis. Para romper
con la cotidianidad que encubre la realidad. Como decíamos anteriormente
es una poesía que devela, desorienta, muestra, transgrede. Quizás por eso
mucha gente joven lo sigue, porque hay muchos, muchísimos jóvenes que
aún miran para arriba para ver la flor de la higuera.
Porque hay muchos que aún creemos en las utopías, en la
transmutación de lo imposible, porque consideramos que la muerte es el
olvido y escudero propone el “no olvido”, propone la vida de la palabra.
“Escarben debajo de las cáscaras busquen
la palabra única...
y alegría, festejos, alegría
porque el cazador de palabras
vive para no matarlas”.
“Caza furtiva” Aguaiten (pág. 17)
A los que eligieron como oficio el arte de escribir les dice:
“Que intente escribir lo que intente. Cuando llega
el pálpito, lo vea así: viene de golpe, como un
relámpago. Que lo ponga en la hoja, como sea.
Que lo guarde un poquito de tiempo y que
después lo vea, despacito, para ver si lo
conforma. Ver si es lo que en el fondo quería
decir, se va a dar cuenta que tiene que cambiar
palabras, tachar unas, poner otras; ahí es cuando
se va acercando realmente a la esencia que ha
buscado en la expresión poética.”
Entrevista con la autora San Juan Abril 2004.
Sus palabras despiertan en el escritor, en el poeta
Interrogantes tales como ¿para qué escribir?, ¿por qué escribir?,
¿para quién escribir? Planteos que los poetas, escritores o
escribidores debemos debatir basados en un práctica concreta,
como lo expresa en su poema “Los escribidores”.
LA BÚSQUEDA DE LA FORTUNA
El juego de la espera
Para el juego expone la misma teoría que aplica al acto de escribir, al
más puro acto intuitivo, a la “caza del momento”. En mi caso se asecha la
palabra, en otro la fortuna. El secreto es esperar, el destello fugaz, el
“pálpito” como él dice.
En “la loca creencia de vencer el azar” ha elaborado varias teorías
algunas basadas en la matemática, otras en el esoterismo y la adivinación.
Otra quizás la más difícil “intentar hacer consciente lo inconsciente”.
“El zorro no premedita, asecha,
y salta sobre la presa en el momento oportuno...
acércate a la mesa como idiota
como si estuvieras ajeno a todo
y coloca la apuesta donde tu corazón diga ¡ah!”
La emoción y la adrenalina puesta en el acto del juego implica una
didáctica permanente entre la satisfacción y la frustración en la cual cuando
se pierde no es una pérdida total si no una espera.
Para el poeta el juego tiene claves subyacentes. A través de él se
aprende un rol, no sólo se busca el placer de la descarga sino perfeccionar
la técnica pero llega un momento en que la técnica no basta es aquí donde
entran los contenidos mágicos, esotéricos a los que hacemos referencia y
que estos rituales, actitudes se registran en la postura del cuerpo ya que
quizás no lo seduce la posibilidad de adquirir fortuna sino que la seducción
está puesta en el universo del juego en sí y por sí mismo.
También la búsqueda de la fortuna se relaciona con uno de sus grandes
amores, la Cordillera.
Así es que su actividad de cateador de minerales marca una impronta
que está presente en toda la poesía. En este juego la naturaleza no olvida
al hombre por lo tanto no sólo están las minas sino el minero con su triste
destino de buscar una fortuna que sabe de antemano, no será para él.
La ciudad y sus ruidos aturden, es verdad pero el poeta dice aturdirse de
azulidades.
LA BUSQUEDA DEL AMOR
La curva de los tontos
Aparece de nuevo la sensualidad del juego puesta en otro objeto sujeto:
la mujer. Las posibilidades, lo deseado, lo negado, el peligro y el goce
siempre toman la forma de dos pares contradictorios, antagónicos, perder o
ganar.
Pero así como la búsqueda de la fortuna tiene un destino incierto,
también el amor representa un desencuentro permanente, lo inalcanzable,
lo añorado, lo imposible.
“Así hasta se extinguen los amores”
Por momentos pareciera que alcanza el amor pero cuando el poeta da
un paso el amor da dos se escapa, huye y lo “usa de puente para ir a no
sé”, Verlas venir (pág. 61).
Y así como no hay recetas para el juego, la fortuna tampoco las hay
para el amor, aunque un cartel nos avise ¿para qué? dice el poeta “si el
amor es ciego y no hay forma de evadir” la curva de los tontos, como él le
llama.
¿Un amor? Aunque la pregunta parece tomarlo desprevenido hace
silencio, luego se levanta con rapidez y dice “le contesto con un poema”:
“Barrio de la Chilquilla, San Juan de entonces,
nubes de un rosa de confitería y al fondo
mi niñez.
Vez que daba una vuelta a la vuelta manzana
hallaba la alegría puesta en cualquier esquina.
Se me iba la boca por saludar a todos,
se me iban los ojos tras de los volantines.
Después es que partí en busca del tesoro
y por un viento oscuro se me tapó la vista,
caí en soledades, se me dobló el codo
en vino mentiroso pero estoy de regreso.
No sé si pueda allá sobre tapias del fondo,
a la niñita flaca del amor primero
entregarle, tomá, esta flor de chilquilla,
última flor de un tiempo que no vuelve”
“Barrio de Chilquilla” Endeveras (pág. 73)
Luego como hablando consigo mismo continúa:
“He tenido pocos amores creo que el más
importante es el de la adolescencia allá lejos,
en la niñez por eso lo he puesto en ese poema.”
Entrevista con la autora san Juan Abril 2004.
Conversando
La tarde sanjuanina acalla sus voces para albergar presencias en la
casa ubicada en “Los cuyanos 241 Este”. Jorge Leonidas Escudero abre su
casa y su corazón... y regresa. Vuelve a los albores de su infancia se
levanta ágil como un felino (cuya presencia es común en sus producciones).
Su agilidad desmiente el calendario toma una fotografía y nos la entrega, se
observa en ella un niño montado en un burro:
“Esta es mi infancia. Cuando era un niño de 4
años mi padre fue empleado como jefe de correo
en Tuncunucu, era 1924 o 25. Este lugar me
marcó y desde que estuve no me desprendí más de
la vida del campo. Esta es mi infancia repite y
lee poema 81 (Aguatien). El kilómetro 0 de mis
andanzas por allí empecé en ese burro.”
Nos habla de los juegos de la infancia “jugaba a que iba a caballo
montado en un palo de escoba” y sus juegos parecen tener una relación
causal con sus 14 años en la roca y en la montaña, a la cual es imposible
acceder sin animal de monta.
“Después el juego se me hizo cierto, después pasé
a los caballos y luego a las mulas para ir a la
Cordillera”.
Hablamos de su relación con la tristeza, con el dolor, con el amor, nos
preguntamos y le preguntamos qué hace que ese hombre nacido en 1920
abandone sus estudios para irse de cateador. Por qué comienza a publicar
a los 50 años, cuando desde niño estuvo conectado con el acto de escribir.
Jorge Leonidas Escudero responde lo que él quiere y como él quiere y
cuando él quiere, a veces su respuesta es una sonrisa, un gesto, la lectura
de un poema. Hay que descifrar sus respuestas lo mismo que su poesía.
Pero hay algo evidente, contundente, inevitable que el poeta siempre estuvo
y está en la búsqueda.
“Vale la pena vivir en cuanto es un continuo
descubrir cosas. Hay que buscarlas claro. Aunque
sabe que va a la muerte el afán de seguir
descubriendo lo satisface a uno.”
Entrevista con la autora San Juan Abril 2004.
Ser mueve como escribe por lo tanto es imposible una entrevista
estructurada por momentos interrumpe el diálogo (“apague” y señala el
grabador).
Por momentos interrumpe el diálogo y nos sorprende: ya sea buscando
un libro que nos regala que es la novela de Margarita Mugnos de Escudero
“La maestrita de los llanos”, escrita por su madre. Y cuenta anécdotas de un
fenómeno que es común en la zona cuyana, el cambio de nombre en el
Registro Civil: “Escribieron Mugnos por Muñoz”.
O bien mostrándonos con la misma pasión que muestra sus poemas
piedras que están prolijamente conservados en una vitrina y que
observándolos uno no puede dejar de pensar en los mineros, en los
pirquineros que “rajuñaron montañas hasta saberse piedras”.
Los recuerdos van poblando la amplia habitación, están las presencias
pero también las ausencias, los amigos que ya no están.
“Me ha entristecido su ausencia, son dos, C. Guido
Escudero que se suicidó cuando tenía 24 años (yo
tenía 23) y Rufino Martínez, poeta sanjuanino muy
amigo mío son ausencias que no se suplen”.
Entrevista con la autora San Juan Abril 2004.
No obstante el sonido del teléfono a menudo interrumpe el relato. Son
los amigos de ahora, que lo llaman, que lo respetan, que lo cuidan, que
admiran la persona y su obra.
La tarde va cayendo casi inadvertidamente nos trasladan al patio,
prolijamente cuidado, allí también se respira la tranquilidad de Tuncunucu,
el aire puro de la montaña, el canto del benteveo.
La voz se hace más grave y sus ojos se velan de distancia cuando habla
de la Cordillera, se pregunta “¿Qué pasa?... ”
El sabe que la Cordillera lo espera, siempre lo espera, que la separación
es temporaria.
Habla la cordillera
“Manera de quererte piedra pelada, digo
hasta perdérseme la vista
en azules oeste...”
¿Qué pasó? J. Leonidas Escudero
“Verlos venir”
Yo venía sumisa de la blanca comarca de la escarcha,
Adherida a mi piel la quietud de los siglos.
En las grietas secretas anidaba un deseo dormido
(¿Por qué será que el deseo y la nieve queman?)
Yo, espera congelada.
Vos, eterna búsqueda de abismos insondables
incendiado por fuegos que no esperan.
(Hay fuegos que queman mas que el fuego)
Fue la intemporalidad. Quizás el viento.
Montado en tu delirio escalaste las crestas escarpadas
y en flores congeladas fue posible el ENCUENTRO
¡Ay, si mi pétreo corazón hablase!
Blanco vellón de oveja. Lirio blanco en invierno
Círculo de amor sin fin.
“Cielo y cumbres abrazados”
Yo, la materia; vos, el misterio.
Y en medio de los dos un puñal silencioso e incierto
clavándonos el pecho.
(Hay silencios que queman más que el fuego
y heridas que no duelen).
Amelia Arellano
HECTOR DAVID GATICA
(La Rioja Profunda)
HECTOR DAVID GATICA
Héctor David Gatica es una de las más importantes voces, no sólo de la
poesía riojana sino de la poesía argentina:
Su tarea cultural, riquísima, abarca una práctica concreta que comienza
en los llanos de su Rioja natal y una importante sistematización de su labor
literaria.
Entrar en la obra de Héctor David Gatica es entrar en La Rioja profunda,
en la “Rioja escondida”. Es recorrer La Rioja de Ariel Ferraro, de Pedro
Verón y otros ¡tantos!
Es caminar entre zampas y talas. Es donde coexiste la espina del
cardón y su flor, espina florecida en milagro perfumado.
Es acceder al universo del puma y de la cabra, de la jarilla y la retama.
Del hornero y la calandria. De la ciudad y el campo. A la comarca de su
canto encendido en guitarras. Es dejarnos embriagar por la música de sus
poemas, que más que poemas ya son canciones.
“...A ¿qué como venía?
¡no me pregunten, no!
El pájaro no sabe de músicas y canta”.
“Imposición a la greda” Ariel Ferraro.
El poeta nos permite ingresar al “reino de la pichana” a las “tardes
amarillas” de Lugones.
“Me conmueve el amarillo, en el campo
todo es amarillo, la pichana, la brea, la tusca, es un
color que se nos mete por el color de la flora
muestra... por el color de los rayos al ponerse el sol,
por el olor al jarillal, por el color y la forma en que
se hacía la luna...”
Entrevista con la autora La Rioja 2004.
Citando a Nacho Chazarreta, trabajador de la cultura, riojano podríamos
decir que el poeta Gatica logra “hacer resucitar de entre los muertos los
tajos de la vida para tejer con ellos los tientos del recuerdo”.
Se interroga por ejemplo sobre la fascinación que le producen las bolitas
de color:
“Sentía que había un color, una cosa imprecisa
que me hacía sentir feliz, no sabía qué era... ¿De
qué mundo me llega esto, así, de golpe?”
Entrevista con la autora La Rioja 2004.
Y la sonrisa asombrada se acurruca en el recuerdo. El caleidoscopio que
simbolizan las bolitas de color es una imagen que en cierto modo refleja la
producción del autor, en donde el universo esférico pero también circular es
recorrido permanentemente por el movimiento, el color, la forma y sobre
todo el candor de un niño. Un niño que creció acompañado por el sabor de
duraznos tempraneros, a pan casero, a madre.
“...Ay madre...
hasta: que salga olor a su pan en mis palabras...”
“La casa” Memoria de los llanos pág. 24
Hombre, pájaro, flor
Para poder acceder a la poesía de Héctor David Gatica es necesario
desnudarse, regresar en el tiempo, volver a ser niño; despojarse de
prejuicios, dudas o misterios. Es casi imprescindible dejarse conmover. Sólo
así se sabrá si encontramos la resonancia necesaria para vibrar en nuestra
mismidad.
En su obra literaria nos encontramos, somos, nos reconocemos no sólo
como cuyanos sino como argentinos, latinoamericanos porque el poeta
pinta con maestría un paisaje histórico que nos toca vivir. Allí está el sabor a
pan casero, a algarrobas “choclas”, a piquillín pero también está el sabor,
acre salino, a pobreza, a “nunca más”.
Nos preguntamos, qué hace que cuando este hombre de grandes
anteojos, con aspecto de intelectual, recita con voz serena, pero potente y
vital, el auditorio calle, el viento calle, la respiración se detenga. Cualquiera
sea el tono emotivo que despierta su poesía el proceso siempre es el
mismo: primero, nos conectamos con lo diáfano y sencillo de este hombre,
“un campesino”, como él suele definirse. Luego la melodía va in crescendo
hasta alcanzar un climax emocional... hasta llegar a ser “hombre y pájaro y
flor”...
El poeta, con su simplicidad da la respuesta. El fenómeno identificatorio
es posible porque su obra se basa en la experiencia, no sólo en un saber
libresco, donde, a veces, suele sobrar técnicas y faltar alma.
“Toda mi obra se debe a la gente con la cual he
convivido, sobre todo esa gente de trabajo fuerte
que aparece tanto en mi poesía. Toda esa gente ha
tenido una enorme influencia sobre mi vida. Por
ejemplo a través de los aradores, sembradores.
Sembrando, tirando la semilla. Gente grande
desafiando el calor. Escuchando sus cuentos,
cuando tiraban sus caronas para dormir, en la
noche. Aradores, carreros, hacheros... los llegué a
querer de tal modo, que cuando me fui a la ciudad
nunca llegué a tener amigos tan entrañables. Ellos
no me podían hablar de libros, de autores, sí del
tiempo, de la sequía, si llovía, si se moría alguna
hacienda.
Me enriquecieron tanto, más que cualquier hombre
ilustrado. Y aún sigue, cuando estoy al lado de ellos
siento un gran respeto, un gran afecto. Por eso he
tratado de que lo que yo escribiera, lo entendiera el
hombre más humilde. Que importan los críticos, los
especialistas de arte si la gente para la que yo hago
lo mío no lo entiende.
Saber por ejemplo que Verna Miranda, un hombre
que apenas llegó a segundo grado, que nunca
escribió ni una carta, en su lecho, el libro que tenía,
hasta quedar dormido, bajo su almohada era
`Memoria de los llanos´.
Entonces, eso es lo que realmente quiero, que esa
gente me entienda. Por ejemplo carreros que
conocían bien su oficio se sintieron conmovidos en
`Fundadores del olvido...´”.
Entrevista, La Rioja, septiembre 2004.
“...El carro es el padre de la casa...
Traquetea el bostezo del camino largo
con barandas de polvo
sed callada y guadalosa
que se bebe la voz...
Tres toneladas de carbón
lleva en el carro a los cerrillos
distante treinta leguas.
Tres toneladas pesa el sol
el tranco de las bestias
y silencio del desierto.
...Seis pesos cobrará por tonelada
sin contar el descuento que le hará el basculero
y hay que pagar el agua y la encerrada
y hacer gasto en cantina.
Envolverá el dinero en el pañuelo
bien atado
pero a veces
después de siete días de hondas huellas
volverá con las arrugas del pañuelo solamente
y un tufo a vino largo y a sudor...”
Memoria de los llanos (pág. 68).
“El carro es el padre de la casa” dice el poeta Gatica ¡cuanta sabiduría
es esa simple expresión!
El carro era el transporte, el que proveía alimento, el que acarreaba
sueños. Hoy, casi en desuso con la emigración del campesino joven a la
ciudad. Este fenómeno se observa mucho en la provincia de san Luis, en
donde no sólo el campo perdió su fuerza de trabajo joven sino que el carro
también adoptó otra función. No pocas veces es usado como depósito o
como improvisado gallinero.
Raíces de un tiempo sin regreso
La producción de Gatica está impregnada por el fervor de lo autóctono,
fervor que no sólo comienza en su infancia, en Villa Nidia sino que traspasa
los límites de espacio y tiempo para reconstruir la historia de La Rioja que
tiene que ver con la historia de nuestro país. No la historia oficial sino
aquella que comienza antes. Una historia que comienza con los verdaderos
dueños de la tierra en donde el conquistador no sólo se apropió de los
hombres sino de la tierra y sus frutos.
La tierra... siempre la tierra y el conquistador siempre el mismo que no
sólo nos despojó de una historia, de la tierra, de la transparencia del aire,
del silbido del viento, del olor de la hierba mojada en las mañanas
insomnes.
Es necesario aquí hacer un alto y reflexionar, esta historia de despojo
¿es historia pasada? ¿O continúa sutilmente, inadvertidamente, como una
víbora que se desliza en silencio?
“...Pero ¡Ay! Dice el poeta que están cerradas
las compuertas de tus sueños...”
Cuando la viña sea tuya – Memoria de los llanos – (pág. 214).
Toda la obra de este poeta es un grito de alerta. Una propuesta de
develar lo oculto. De reemplazar la mirada ingenua, que no tiene que ser
con la ingenuidad del cactus o la calandria, por una mirada que incluya la
historia no como un hecho pasado sino como un suceder actual, vigente, en
donde el poeta, el artista tiene un rol preponderante, un imperativo ético:
desocultar... quizás entender “que la carga que una llama alza en Socompa
es la misma que pesa en nuestro abuelo”...
Esa es la propuesta: Alzando el corazón que aún nos queda sano quizás
reconozcamos nuestra sangre.
Este, mi mundo.
Héctor David Gatica sabe que una de las formas de romper con los
mandatos de homogeneización del fenómeno de las globalización es donde
es posible sólo un tipo de vida es oponerle la singularidad de la vida
cotidiana, en este caso el de Villa Nidia. Ese escenario fue el primer hábitat
en donde el poeta fue estableciendo sus primeras relaciones, construyendo
su subjetividad.
Ese ámbito físico que el creador describe magistralmente no sólo tiene
una significación externa sino que tiene una dimensión psicológica, se
incorpora al espacio interno. Son espacios significados, móviles, así el
Norte, el Sur, el este, y el oeste no sólo son puntos cardinales son puntos
de referencia de una infancia feliz.
Solamente el que ha vivido o compartido las experiencias de la gente de
la zona rural sabe que el ritmo del tiempo y el espacio se ordenan en
función de los ciclos naturales el tiempo de la algarroba, de las heladas, de
la siembra. Estos ciclos naturales también tienen que ver con nuestros
propios ciclos vitales en donde la realidad aparece teñida por tonos
afectivos, por presencias internas que siguen siendolo aunque ya no estén.
En la obra de Gatica están todos.
Si “pasamos lista” como dice León Felipe encontramos respuestas a sus
preguntas. ¿Están todos los animales? ¿están los árboles? ¿están todas las
razas? En primer lugar está él. No el poeta. El hombre.
“...Besemos al Amor; hay que matarlo
antes que las palomas vuelen
y que las madres paran...”
“Evangelio según San Juan”, Himnos farisaicos.
Y no pudieron matar al Amor y volaron las palomas y Delia Durán,
fecundad por Celso Gatica, parió un niño en Villa Nidia, La Rioja en 1935.
“No sé a qué hora ni cómo nací. Si sé que mi
madre tuvo a sus hijos en el campo y que había un
partero que atendía en la casa, como todos los
que nacen en el campo.
...Recuerdos bellísimos... se da lo que dice Rilke,
que el enriquecimiento tiene que ver con lo que se
da en la infancia:... indescriptible, jugar en la
arena de aquella calle que posaba. `Memoria de
los llanos´ tiene que ver con esa infancia... Estaba
seguro que faltaba algo por eso aparece el tercer
libro. Recuerdos imborrables, salía cada día al
atardecer, con un cuaderno, un lápiz y una
linterna y los perros... volvería a vivir así mi
infancia, esa niñez libre, con mis padres,
hermanos, gente del campo. ”
Entrevista con la autora La Rioja 2004.
¿Están todos los animales?
Los primeros animales en la América de la conquista fueron los hombres
que mediante una tardía bula papal Sublimus Deus del Papa Pablo III
(1537) afirmará que los indígenas eran hombres y por lo tanto tenían alma.
Los animales que como el caballo, fueron traídos por Colón en su
segundo viaje ayudando al exterminio pasan a ser con el tiempo un
compañero inseparable del hombre de campo.
“Debe de ser muy triste estar de a pie en el
campo porque los caballos nos permiten transitar
las distancias. Eran bellísimos. Yo nombro a
algún yeguarizo en algún poema...”
Entrevista con la autora La Rioja 2004.
Otro animal que el conquistador se valió como herramienta de
devastación fue el perro. Se los usó para la “perreada”. ¿Quién diría que
este animal pasaría a ser abnegado defensor y compañero de su amo?
En su niñez es una constante la presencia de animales no sólo
convencionales como puede ser el perro, el caballo o el gato.
“... ¡ Los lechuzos que yo crié! a veces las viejas le
tienen tanto miedo, los criaba desde chiquitos, le
ponía Ricardito I, Ricardito II, a veces se iban,
algunos volvían. Solían estar al lado mío cuando yo
estaba escribiendo, moviendo la cabecita y mirando
para todos lados... ”
Entrevista con la autora La Rioja 2004.
¿Están todos los árboles?
El poeta Gatica describe con pasión la interacción del hombre con la
naturaleza, de modo que su lectura no sólo regocija sino que tiene fuerza
necesaria para vivir como nuestras esas escenas; nos trae el olor a los
jarillales, a las tuscas, al cardón, le da a su universo una dimensión tan
profunda que nos transporta a su Rioja y nos permite como él el retorno a
un tiempo feliz.
Juegos que vienen de antes
...Y el poeta se traslada a la ciudad y ¡tantos! Resuenan con su voz para
decirse: “También yo he debido dejar el campo”.
La poesía del “profeta” tiene que ver con lo lúdico con el goce estético,
con el placer. Con la materia amasada y transformada por las manos. Con
la concepción de trabajo. Con la actitud hacia el trabajo que comienza en la
niñez y que no tiene que ver con el sometimiento y la esclavitud sino con un
espacio de libertad y creatividad y con un alto grado de pertenencia y
cooperación al grupo.
“Atento a los mensajes de las nubes”
y al olor del jarillal anunciador
de lluvias, nuestro padre nos hacía levantar
que abriéramos acequias al canto de los sapos
y al terrón de las chacras.
O bien
calentada al rojo la marca en el estiercol
nos arengaba en los corrales
donde enlazábamos terneros y fuertes ventarrones,
ventarrones del norte, poderosos.”
“La casa” Obras Completas (Pág. 123).
Esta actitud a la que hacíamos referencia por permitir comprender el
singular fenómeno que se da cuando el poeta recita, se establece también
allí un lazo lúdico en su más genuina expresión. La comunicación con el
receptor permite un juego dialéctico entre actor y receptor, solo posible
porque el que escucha vibra del mismo modo que el que habla.
“Prefiero lugares chicos para recitar. Aunque la
gente se vaya enojada porque no puede entrar.
Allí siento que hay una comunicación en la
mirada. Siento si el otro está atento, aburrido y
me permite alagar o acortar lo que digo. La
gente cree que tengo una excelente memoria, una
memoria de animal, dice, por dentro me río
porque lo que tengo es la camiseta sudada. La
declamación la hago por vocación porque antes
De dársela a la gente se la di al campo, a la selva,
al viento, a los pájaros, ellos fueron mi primer
escenario. Mi primer escenario fue el andar horas
y horas por el campo diciendo poemas. Sentía que
debía llegar a mi gente, no como cadáveres sino
como cosas vivas que vibran en mí y que yo vibro
en ellas. No hay un solo recital que se repita. Si
yo no sintiera no se daría este lazo que establezco
con el público, esa entrega. Los distintos tonos de
mi voz no tienen que ver con una formación
académica sino que la voy volcando como la
siento. Me interesa que la gente se quede
masticando ciertas palabras, no
quiero las cosas apuradas... ”
Entrevista con la autora La Rioja 2004.
Cuando el poeta habla de su Villa Nidia natal no sólo nos muestra su
esquema referencial sino que nos posibilita analizar la cotidianidad de La
Rioja que podemos hacerla extensiva a las familias de Cuyo en donde
ciertas características que analizamos en este texto no sólo sedan en las
familias rurales sino que las familias de la ciudad no han escapado a la
influencia del ámbito campesino, aunque hayan construido su pertenencia a
la ciudad.
La obra del poeta nos permite evaluar la estructura de lo vincular, de los
grupos y como se van organizando las experiencias de los hombres y
mujeres a los que él alude.
También nos permite establecer criterios de comparación en cuanto al
papel de la necesidad: vemos que cuando nos alejamos de Villa Nidia que
puede ser cualquier villa, cualquier pueblo también nos vamos alejando de
la satisfacción de la necesidad a tal punto que nos permite inferir que cada
día la necesidad se acerca más a un destino en donde sistemáticamente se
ven frustradas, una y otra vez, nuestras necesidades. Esto inevitablemente
nos lleva al tema de las clases sociales, plantearnos cual es nuestra postura
respecto de ello. Nos lleva interrogarnos sobre, si el hecho de pertenecer a
una clase social media, cada vez más desvastada y empobrecida excluye la
posibilidad de realizar una mirada que desoculte “la realidad”. En el poema
“jugando” Obras Completas (Memoria de los llanos) (Pág. 109), no sólo se
muestra la diferencia de las clases sociales sino un tipo de estructura
familiar en años anteriores al siglo actual en donde surge la nueva
modalidad de familias: la familia ensamblada. También a lo largo de la obra
del poeta se muestra una conducta común en ese tipo de familias, la
obediencia incuestionable al padre. Estas familias generalmente eran
extensas, la casa donde se nacía era muchas veces en la que se moría,
con lazos afectivos muy consolidados y con una práctica religiosa que no
sólo se hacía en las iglesias sino en el hogar.
“Y al llegarnos la noche por el portón abierto
todos reunidos
mis padres, mis siete hermanos
rezábamos a ese Dios de campo afuera.”
Obras Completas (pág. 125).
No sólo en el rezo se comulgaba, también en la ceremonia del mate y
aunque el trabajo generalmente estaba dividido por género existía una
comunicación, íntima, vital, más allá de la palabra hablada.
Y al analizar el área de trabajo en la zona rural no podemos dejar de
mencionar la figura reverente del maestro rural... y una nostalgia de
guardapolvos blancos nos acaricia el alma. Los maestros cumplen no
solamente el rol adjudicado por el estado sino otros no sólo adjudicados por
el pueblo sino asumidos tales como consejero, cura, psicólogo, mediador,
etc. El maestro era el depositario de la confianza de padres e hijos, en
donde la herramienta venerada era la palabra. La palabra como documento,
como garantía no sólo de instrucción sino de respeto y patriotismo. Y los
niños devoraban distancias, en burro, a pie desafiando la escarcha y el sol,
alimentándose de maíz tostado, algarroba a torta casera.
¡Que desgracia! ¡Ay de mí! ¿En nuestra casa?
(Lady Macbeth W. Shakespeare).
Leyendo “Los días insólitos” de Héctor David Gatica nos preguntamos
qué Dios protector de los llanos salvó sus escritos. Nos congratulamos
también que no hayan ardido como los leños de las fogatas de San Juan.
Algunas manos fueron protagonistas de la opción salvar lo creado. En otros
casos, decidieron por nosotros y no sólo quemaron nuestros escritos sino
las manos... y las alas...
El miedo cundió como una peste, y algunas familias no vacilaron en
salvar la vida de sus hijos y sacrificar en cenizas sus escritos. Más, para el
que escribe, sus poemas son la vida y no sólo nos cubrieron las cenizas
sino que la escena dantesca se asemeja a aquellas pesadillas de las cuales
queremos despertar y no podemos; y aún después de despiertos nos queda
una sensación vigente, torturante, sorprendente.
Los que transitamos los años de la dictadura, aunque nuestra militancia
fuera sólo el amor, no podemos dejar de identificarnos con esa pena y
elaborar el duelo asumiendo el “concepto ético del dolor” como dice
Leonidas Escudero.
Luego del horror la gloriosa transformación de lo siniestro en este
maravilloso acto reparatorio como es la poesía de Gatica.
“Verde que te quiero verde” dice Gatica citando a Lorca, uniformes
verdes, cabelleras verdes, falcon verde.
Pero también brotes verdes, esperanza verde, testimonios reverdecidos.
No llores por mí Argentina
Algunos eligieron el exilio, muchos no alcanzaron a elegir, otros se
quedaron. No pudieron salvarse del peor de los exilios, el exilio interno.
Algunos se fueron para otros lugares, otros para otra vida, los que
quedaron también tuvieron que sufrir el estigma. “Algo no había hecho”...
por ejemplo sobrevivir. ¡Aleluya poeta Gatica po los poemas sobrevivientes!
Las presencias suplen las ausencias. Aunque sean presencias que ya
se fueron, más hay ausencias que siguen siéndolo:
“...Una ausencia... Mi hermana mayor Nydia...
sabía que me faltaba algo hasta que un día
anduvo todo el día rondándome el poema hasta
que una tarde me salió de un tirón; no sé si es
ausencia o presencia”.
Entrevista con la autora La Rioja 2004.
“...La bautizaron Nydia
barría los patios
y leía novelas a mis padres...
...odiábamos a la hermana mayor ordenarnos
alzar esas basuras como cosas
juntadas por su escoba de jarilla.
La odiábamos a la mañana
Y la amábamos por la tarde si leía en voz alta...”
“La casa” (fragmento).
Como veníamos desarrollando, hay ausencias que se incorporan de tal
manera a nuestro mundo interno que pasan a ser parte de nuestra
mismidad, tal es el caso de la abuelita Antonina, de las que nos habla
Héctor David Gatica.
“Mi abuelita Antonia no fue una mujer
fue una trenza
colocándome palabras desconocidas”.
“La abuela” Obras Completas (pág.101).
También sucede así con ausencias que las cubre una lluvia de
nostalgias y una necesidad insatisfecha:
“Estoy muy cerca de escritores que ya se han ido de
este mundo. Esas sí son ausencias porque no puedo
compartir experiencias por ejemplo Daniel
Moyano, que anduve recorriendo los llanos, que es
gente de mi tierra. Hay ausencias que se sienten,
fuerte, quizás las empecé a sentir desde el tiempo
del proceso, el exilio, la muerte, cosas muy
dolorosas, muy fuertes. Yo cantaba y tocaba la
guitarra con dos amigos Arturo Leyes y el Bocha
Ludueña, anduvimos por tantos ranchos humildes
haciendo alegrar la gente. Que se me han ido muy
pronto. Éramos tres y yo quedé solo. Por eso hay
ausencias y ausencias.”
Entrevista con la autora La Rioja 2004.
Hay ausencias y ausencias, hay ausencias que tienen sabor a nostalgia
otras que piden testimonios de no olvidos, de “nunca más”. Nunca más un
pañuelo blanco, nunca más el genocidio, nunca más.
Algunos eligieron el doble juego de la ausencia, ausencia en el exilio y
ausencia en la espera de los que quedaron. Algunos pudieron reunirse
nuevamente con los seres amados, otros, no.
Algunos lograron resistir, otros no pudieron, puede ser una madre, un
padre, hoy todos somos hijos.
Argentina nuevamente avasallada, nuevamente violada, no sólo mataron
a los muertos también quedaron doy testimonio muertos en vida.
Argentina del desgarro, también Argentina de la esperanza, de la
resistencia, sutil, casi inadvertida como aquellos helechos que
increíblemente nacen de la piedra como dice el poeta:
“Con un poco de barro y una semilla
se puede inaugurar una flor.
Con un basural y unas gotas de sudor
se puede parir un pueblo.”
América de aquí (fragmento) (pág. 202).
El Amor
Nos preguntamos el por qué internarnos en la obra de Gatica nos
produce sentimiento en donde la conjugación de la vida y la muerte nos
produce dolor pero a la vez placer. Qué hace que sus versos tengan la
diafanidad del agua clara pero al mismo tiempo la intensidad del fragoroso
viento de La Rioja. ¿Por qué Gatica describe magistralmente los días del
horror, de ayer, de hoy? Gatica puede describir el odio porque ha ejercido el
amor.
Dice José Marti:
“Da el amor versos claros y sonoros y no sé por
qué es en esas horas de florescencia, sentimiento,
grata congoja, vigor pujante y generoso rebase del
espíritu.”
El gran poeta latinoamericano explica el por qué de los versos claros y
sonoros del poeta Gatica. Su vigor pujante y generoso. Porque el amor en
Gatica no es sólo una idea, es una práctica, una militancia:
“El amor fue naciendo, con la que ahora es mi
mujer, Noelia, un poco a la manera de “Gracia
plena” al decir de José Pedroni. El tiempo del
noviazgo, del casamiento, la llegada de los hijos.
Todo eso me dando este material.
Lamentablemente perdí parte de el, especialmente
en lo referente a los chicos porque fue coincidente
con la época del proceso, pero estoy contento
porque marcó un tiempo muy feliz de mi vida,
poeta el encanto a un hijo, la chiquita que es hija
del corazón. Pero mi hijo Pablo le escribió a poco
de llegar un poema bellísimo.”
Entrevista con la autora La Rioja 2004
Esos poemas son un remanso, una sombra en los desiertos salineros,
uno puede elegir la metamorfosis. Ser pájaro, rama, flor... acaso una leona
enamorada.
La obra y vida del poeta Gatica guardan una relación simbiótica, su
producción encierra la concreción de la certeza. Sólo desde allí parado en la
experiencia y realimentado por la teoría puede definir el rol del poeta y de la
poesía.
“Para la poesía no hay disciplina que valga,
quizás se la pueda hacer con una novela. Pero la
poesía no tiene horarios ni dios, si no la atendés
bien se te va... (y recuerda sonriente)... me
dijeron que la poesía es una niña muy celosa si no
la atiende se va y no vuelve más...
Influencias sobre la poesía... dice un autor “la
generación espontánea no existe”. Lo primero
que llega a mi son las lecturas de mi hermana y
recién después algunos poetas argentinos,
americanos, también algunos clásicos europeos...
Recuerdo que había escrito como cien o
doscientas poesías y uno se siente como dice el
Quijote, “el mejor del mundo” pero un Inspector
de Escuela, que eran hombres muy preparados,
me dejó un librito chiquito. Por qué me lo habrá
dejado. Me di cuenta que lo que había escrito no
servía de nada.
Yo escribo para mi gente. Me cuesta mucho la
poesía oscura, me cuesta entenderla, muchas
veces me he dicho alcanzo esas alturas, otras
veces me pregunto si el autor entiende lo que
quiere decir. Por eso yo prefiero la poesía limpia
que deja ver hasta la última piedrita...
...También debo reconocer que hay muchos
autores, especialmente de literatura universal y
europea, que no los entendía pero vibraba a lo
loco. Había algunos que hasta me hacían llorar.
He leído mucho sobre lo regional, Ariel Ferrara
decía, e insistía que había que leer los clásicos,
he leído y lo sigo haciendo lecturas universales y
también lo regional.”
Entrevista con la autora La Rioja 2004.
Hacer reír a Dios a carcajadas
Y no sólo el poeta Gatica hace reír a Dios a carcajadas sino que lo
sacude, le ofrece los borbotones de su sangre y le tiemblan las manos
cuando advierte que “Saulo” tiene una carta suya en sus entrañas.
El poeta sigue apostando a la fe, a los sueños, a las utopías hechas
realidades.
“...Un sueño... completar poesías que tengo.
También un sueño imposible volver a Villa Nidia,
ahí tengo muchos árboles amigos que les puse
nombres... hay un quebracho que le puse Felipe
Cabañez en homenaje a un hachero de aquel
tiempo que me acompaña bastante... ¿se le
podrán poner velas a los árboles?...
creo que las empresas de amor no pueden hacerse
solas, he recorrido La Rioja con amigos a veces
acostándome al alba... Ahora estoy trabajando
con una tarea que ya lleva 12 años: Integración
Cultural Riojana” en donde incluyo artistas de
trece departamentos...
...Alguien dijo si quieres hacer reír a Dios a
carcajadas, contale de tus proyectos...”
Entrevista con la autora La Rioja 2004.
Es verdad, las empresas de amor no pueden hacerse solas, en algunas
acompañaron al poeta para salvar sus escritos, un quirquincho y un
quebracho.
El hombre, el quirquincho y el quebracho
Cuentan los lugareños que cuando las fogatas de San Juan se
apagaban
huyendo del tridente, solo la humanidad como pecado,
un hombre depositó su pena de cristal de roca.
Indefensa, al pie de un quebracho.
Conocedor de la maraña humana.
Testigo del espanto y de la muerte, da atroces exterminios,
en su corteza, cada arruga nueva era de dolor antiguo,
las bestias, muchas veces, son más piadosas que los hombres.
Pero, es de árbol poder reconocerlo, lágrimas de tanino derramó
cuando en las tibias tardes de La Rioja, vio florecer el corazón
humano.
Eran hombres tan buenos, como la hierba buena,
En sus brazos se posaban los pájaros y sus manos desgranaban
memorias.
Un quirquincho viejo acompañaba.
Compartían la tierra, la soledad del llano y el milagro.
Vigilaron los puntos cardinales del día y de la noche.
Cuando la polvareda, precursora de las hordas salvajes hería el
horizonte,
El quirquincho improvisaba un canto de tierra entre sus manos.
El quebracho, en enhiesta quietud, vigilaba.
Pasaron las vendimias calladas, en tiempo montaraz de los miedos
secretos.
No volvió la metástasis del odio.
Pero llegó la lluvia ¿otro sepulcro de agua?
El quirquincho se desangro las uñas, el quebracho las ramas.
En el útero bendecido de la tierra,
construyeron un santuario de pircas y de ideas.
Un día volvió el hombre.
En su pena, toda la mansedumbre del niño cuando duerme.
Las jarillas reverentes se inclinan
dando paso a la procesión del hombre, del quirquincho y del
quebracho.
...en el cáliz de cristal de roca yace, vívido, el 5º mandamiento.
Amelia Arellano.
LUCIA CARMONA
(Una casa extraña y deslumbrante)
LUCIA CARMONA
La obra poética de Lucía Carmona nos enfrenta a desafíos que si bien
representan el universo poético de la autora, son en última instancia los
nuestros, por eso su poesía conmueve, moviliza, desgarra. Puede hacernos
vibrar en laberintos de placer o descender, en su viaje sin regreso, al
infierno de Dante.
La problemática que plantea es la que involucra a nuestra mutable e
incompleta humanidad, los que llegan a la raíz existencial del hombre, el
tiempo, la muerte, la eternidad. Realizar un análisis crítico de la producción
de Lucía Carmona y recalcó la diferencia, no una crítica literaria no es
posible en un análisis, porque cada campo semántico nos remite a otro y
aunque hay momentos en que parece que encontramos el hilo de Ariadna,
nos detienen jeroglíficos de sal, paredes de llanto, lluvias de fuego, aludes
hechos vuelos de sangre y fluir de pájaros, ríos de sed, marañas de manos
dispersando cenizas, con el sexo expuesto, lacerado, con la presencia
ausente del niño... con Dios.
Por lo tanto debido a exigencias metodológicas se debe acotar el
análisis pero nos permitimos dejar planteados temas cruciales en la obra de
la autora que nos parecen susceptibles de futuras investigaciones. Por
ejemplo, se impone un análisis más abarcativo del tema del vuelo, complejo
e ineludible, se lo podría profundizar desde la óptica de los sueños y del
psiquismo ascensional. El vuelo está presente en Lucía Carmona en un
lenguaje potente, vigoroso, cuasi trágico pero aliviado por la sensación de
levedad. Quizás aquí cabría lo que dice Nietzche:
“El que enseñe a volar a los hombres del
porvenir habrá desplazado todos los límites,
para él los límites mismos volarán por el aire:
bautizaría pues de nuevo a la Tierra, la llamará
“la Leve”. Las barreras son para los que no
saben volar.”
Su poesía registra tonos. No solo las significaciones y simbolizaciones
sino que en algunos poemas los títulos se hacen admonitorios, resuenan
según el tono emocional del lector (tal vez también de la autora). Por
supuesto esta resonancia emocional nunca es la misma. Por ello cada
poema es muy difícil de fragmentar. Representa una unidad en sí mismo,
por tal motivo nos hemos permitido transcribirlo en la mayoría, en su
totalidad. Lo contrario nos estaría dando un “corpus poético” incompleto.
Otro núcleo temático a analizar sería el tema del llanto, cósmico, sideral,
que adquiere por momentos el carácter de ritos de purificación y una
condensación del desamparo humano. Deja de ser una apreciación
romántica para pasar a ser una expresión de dolor visceral nacida de la
necesidad de una desesperada paz interior, quizás inalcanzable. Solo
posible si establecemos una dialéctica entre la esperanza y el escepticismo,
entre el horror y el esplendor, entre la vida y la muerte, tal como la autora
plasma en su obra una dialéctica sombría del tiempo.
Acaso sea verdad, Lucía Carmona no es una poeta para ser leída por
todos, tal vez algunos queden presos de una extraña angustia que es a la
vez placer. Puede que se de los que dice otro gran poeta coterráneo “Hay
poesía que no entiendo pero vibro cuando la leo” (Héctor David Gatica).
Desplegamos en este apartado la hipótesis de que Lucía Carmona es
una casa, “La Casa” y así como no se puede recorrer su casa en un
momento fugaz o en presurosos días tampoco su obra. Hay que descubrirla
despacio, transitarla, bucear en ella y avanzar, volver hacia nuestra
interioridad, animarse... seguir en la búsqueda.
“Hay un niño pendiendo de los arcos”
La obra de Lucía Carmona está recorrida por símbolos que adoptan
distintas formas y tonos emocionales, pareciera que con ello, la autora,
intenta liberarse de una obsesión inevitable: la muerte. La muerte, que no
es sino una dolorosa y desgarrante lucha por la vida. Todas las vivencias
que se desprenden de ello y que la poeta expresa magistralmente, no
quedan en una mera abstracción sino que se puede relacionar con un sentir
originado y enriquecido por experiencias vitales y sociales del mundo
contemporáneo. El mundo en que nos tocó nacer.
“...La causa de mi nacimiento
no es precisa
nadie sabe
como aconteció que del Génesis
surgiera la muerte
sin la ambivalencia necesaria
para quemar la edad
y clavar árboles al borde de la tierra...”
Poema I “Y Dios entre los páramos”- pág.12
El protagonista, el actor, el portavoz de la creadora pero también nos
toca a cada uno esas vivencias paramáticas que quizás esconden muy en
su interior, el pudor, para no mostrar a un mundo tan materializado la
hondísima fe que aliente en el fondo de su corazón.
Los desolados argumentos, cuyo poderío es tan desgarrante nos
remiten al niño pero a su vez a la niña:
“Me recuerdo como una criatura sobreprotegida
con una extraña angustia que no ubicaba y que
me acompañó siempre.
Creo que tomé conciencia de esta situación un
día al volver de la escuela, alrededor de los diez
años... vi la transformación.
...Una niña acomplejada, amante de los libros...
en primer grado superior me conecto con la
poesía... yo generaba ideas malas... se me da por
pensar `sos una mala mujer´... venía otra vez la
idea mala hasta que un día mamá me pega...”
Entrevista La Rioja Octubre de 2004.
El castigo también está presente en la poesía de la autora pero
igualmente, la recompensa. Actos reparatorios sostenidos por presencias
internas que hacen de continente.
“... Hijos de españoles, mi abuelo poeta,
analfabeto, minero. Rubio de ojos celestes, Martín
Zamora... Mi hermana María grifo que se abre y
mana...”
Entrevista La Rioja Octubre de 2004.
Febrilmente
“Era como un hombre que oye una lengua
maravillosa y, febrilmente se propone a escribir
poesía en esa lengua”
Rainer María Rilke.
Pareciera que ya en la primera infancia de Lucía Carmona comienzan a
perfilarse esos túneles de angustia que hacía que la niña necesariamente
mutara la máscara de la descarnada desnudez del dolor por otra
socializada.
“Una imagen... preparada para ir a un baile a
los 18 años, me miro la cara bañada en
lágrimas y se produce allí la gran entrega...”
Entrevista La Rioja Octubre de 2004.
Borges dice: “El proceso poético es misterioso, hay que dejarlo obrar por
su cuenta.”
Lucía Carmona ha ingresado en este misterio y su tristeza “Tantos
dolores, tantos”, estremece nuestro ser en sus profundidades, se revela a la
idea “del no ser”. Desde allí, su lucha, que no es sino una forma de escapar
a la angustia de la transitoriedad de la vida. La poeta no se deja apresar por
ese fatalismo existencial y abre en sus poemas y en su casa- ventanas para
la metafísica de la esperanza.
¿A dónde nos quiera llevar la autora con sus palabras que
conmocionan?
¿Ha develado el misterio del proceso poético?
Ella misma dice no saberlo y lo reconoce: “Quizás mi poesía no sea de
hoy sino del futuro”.
Lo único que sabe y así lo demuestra, en su obra y en su vida, que la
esperanza supera a la angustia como valor límite de la existencia humana.
Es la prédica de la propia inmortalidad contra la muerte física. Es
oponer la perdurabilidad a la transitoriedad.
Encuentra en el dolor las fuentes nutricias de esa lengua maravillosa
que luego haría vibrar a miles de personas; el pensamiento mágico, propio
de la infancia, no la abandonaría nunca:
“La poesía llegó a mí desde la niñez como por
sorpresa, mágicamente. Mis juegos eran eso: leer
y fabricar pensamientos que me parecían
inconfesables. Con la adolescencia tomó cuerpo
esa otra presencia que ya no me abandonaría
nunca: el poema.”
Cuestionario Poesía Argentina Contemporánea, Pág. 5656.
Con el afán separatista de ideologías dominantes, se establece una
falsa antinomia entre lo regional y lo universal. Ya nadie puede dudar que la
poesía de Lucía Carmona trasciende lo regional, pero también es verdad
que su subjetividad se fue gestando en su Chilecito natal, también su
destino de poeta. Allí se nutrió de los rumores y silencios que la llevan “a la
instauración del ser por la palabra”, al decir de Martín Heidegger. De esas
primeras imágenes surgen las posteriores simbologías.
“Respecto a la creación poética en sí, considero
que es el impulso creativo el nunca podrá
soslayarse y en él se amalgaman la experiencia
personal y el ámbito en el que transcurre la
existencia”.
Cuestionario Poesía Argentina Contemporánea, Pág. 5656.
“Hay un paisaje antiguo de bordes oscilantes adherido a la piel del alma”,
dice César Rosales. En este paisaje antiguo están los lugares geográficos
que luego se internalizan y dan voz a los poemas, en “Pueblos de la
Memoria” están Famatina, La Ensenada, Vichigasta y otros tantos pueblos
que eternizó en sus poemas, también está Miguel Nieto, hermano de los
sueños.
También están los ríos sonoros que le permitieron conectarse con su
paisaje mudo.
Está el río de Heráclito, sabedor de ritos antiguos que le dan una impronta
a sus poemas: el movimiento. Y desde allí un sonido, un canto y un tiempo
distinto. Tonos distintos. El mismo poema. El mismo río del viejo Heráclito.
El mismo. Pero siempre diferentes.
En el poema siguiente se observa perfectamente el tránsito del estimulo
externo al mundo interno de la autora.
“Era el río crecido a la siesta,
el río pardo llevando
la basura del pueblo
y era la infancia a cuestas
dos ojos que miraban sin ver
y dos manos
levantando los tarros, las maderas
las cañas.
La creciente en verano
era una fiesta
de barros y soledades.”
“Río de la infancia” – Pueblos de la memoria - pág. 14
Inmerso en la geografía del paisaje está el HOMBRE al que Lucía Carmona
canta meditando los enigmas de la vida. Más un perfume de fresias
particulariza el poema y no sólo está el hombre como una abstracción poética
sino que define rotundamente hombres y mujeres concretos que interactúan
con ellos mismos, con la naturaleza, con la estructura social que les tocó vivir.
La autora define el rol transformador de la poesía no en “la realidad” sino en
una realidad, antigua, anterior a nosotros y que existe independientemente de
nuestra propia existencia. También define desde ese lugar el papel del
conocimiento, ya que no se puede modificar una realidad que no se conoce.
Por ello, no solo define la realidad sino el rol del poeta.
“Pese a lo aparentemente abstracto del
mundo de la creación poética creo que el rol del
poeta en la sociedad actual debe ser activo,
aunque parezca inadvertido. Un rol
transformador permanente de la realidad que nos
toca vivir. La poesía es y debe ser una
transformadora absoluta de la realidad cultural si
tenemos en cuenta que los orígenes orales de la
cultura nacional fueron poéticos y además que la
poesía verdadera siempre buceará las
profundidades del ser y su identidad.”
Cuestionario Poesía Argentina Contemporánea, pág.5656.
Lucía Carmona no es una mujer, es una casa. Una casa con laberintos
inescrutables, a veces oscura y fantasmal, con espacios vacíos llenos de
antiguas voces con la sed y el deseo de un siervo herido.
Abierta o cerrada. Con un niño ausente que deambula trayendo frescuras
de azahares. Con espejos que reflejan las presencias mutantes, espejos por
los que se entra pero a la vez se sale.
Con leños siempre ardientes que iluminan las infinitas telarañas que atrapan
figuras dantescas.
Con un silencio a voces. A veces vacía. A veces poblada.
Tapada. O con la desnudez que proclaman los pechos y el sexo liberados.
La casa, la mujer, “una mitad de símbolo y una mitad de arena”.
Todo es posible, todo, hasta volver a nacer en primavera, tal como lo detalla
magníficamente en el poema “Otra vez primavera” Otras vigilias pág.93.
Y una postura ideológica, subrepticia se desliza en la poesía de la autora,
en este caso, lo referido al papel de la memoria. No solo a la memoria
individual sino colectiva. Una postura ante la vida y la historia que al decir de
Martí, los pueblos que no saben de dónde vienen no saben a donde van. Para
ello un recurso es el válido: apelar a la memoria.
“Por mi pobre tributo ante los muertos
en mi casa se estrena siempre la memoria
y el pasado es una desasida respiración genética
algo que se dibuja sin lastimar siquiera
como si se trazara en remansos de sangre.
Por eso estas paredes van cercando los cuerpos
con una proximidad llena de intuiciones y de olvidos”.
“De las nuevas memorias” Tiempos de la casa- pág.60.
Yo creo en las visitas de Dios
“...Yo creo
en las visitas de Dios
creo en su cercanía
siempre secreta.
Nunca existe un sonido
que quiere la corriente ardorosa...”.
Poema 10 Y Dios entre los páramos, pág. 24
Todos buscamos un camino que nos aleje de la oscuridad, que nos lleve a
la luz, esta luz en la artista toma la forma de Dios.
Por ello es que su arte poético tiene raíces tan profundas como las tiene su
fe.
Lucía Carmona puede desafiar “los febriles espectros” “La eterna daga que
asesino las flores de la tierra”. “La portentosa magia del desastre” (Memorial de
la piedra, pág. 29).
La poeta parece querer probarnos que el mundo tiene un misterioso
sentido, y que los hombres, mortales e imperfectos, pueden alcanzar de algún
modo la grandeza y eternidad. Testimonia que podemos “lavar la
podredumbre”.
“...para volver a ser
nacidos
y no muertos...”
“El primer testimonio” – Y Dios entre los páramos, página 52.
Rostro sobre la piedra (o piedra sobre el rostro)
Existen cierto tipo de producciones en las cuales el autor intenta liberarse
de obsesiones que no resultan claras ni para el mismo ignoro si este es el caso
y aparecen en forma explícita o metamorfoseadas en símbolos o contenidos
oníricos. Tal parece ser en este caso la piedra, muchas veces piedra de sal...
En sus poemas decíamos, es una constante, la piedra y el agua... la sal. La
sal como símbolo de fugacidad de la vida, efímera, quebradiza, sedienta de
eternidad pero a la vez eterna. La piedra... donde a través de sus jeroglíficos
pueden leerse las huellas de la historia, las grandezas y miserias del hombre,
su avaricia y generosidad, su crueldad y bonanza.
Es aquí, en el elemento piedra en donde quizás sea posible descifrar “la
palabra”. En donde se encuentra el conjuro contra el tiempo. Quizás sea un
universo accesible, totalmente, solo para la autora. Un mundo de piedra,
doloroso y ardiente que no obstante le permite refugiarse en el poema.
Se intenta solo dar una aproximación sobre su obra que corrobore la
hipótesis que venimos desplegando ya que analizar todos los poemas que
refieren a dicha temática, sería motivo de una selección o antología aparte.
Y los símbolos se conjugan, madre, sal, llanto, sed... sed de Rioja y de
Madre. (Y La Rioja mujer Madre de sal Pág. 11)
Es en “Dios entre los páramos” desde un proceso que se manifiesta como
aparente abstracción, donde empieza a consolidarse nítida la clara dialéctica
entre percepción y dimensión simbólica.
La posibilidad de decodificar el proceso de abstracción se da por la
incorporación de elementos descriptivos que hacen alusión al mundo externo.
“Te llevaré hasta la piedra,
que graba la magnífica muerte”
También a veces toma la forma de arena o barro que le permite realizar a la
autora la mayor de las síntesis: el final y el comienzo. “Reflejados solo somos
regreso perpetuo”. Memorial de la piedra (pág. 29)
En “Pueblos de la memoria” el círculo que comienza en el “Tejido milenario”
se va ajustando. Ya se percibe allí un símbolo claro, nítido, no obstante
siempre en búsqueda, porque como dice la poeta, si se deja de buscar, muere
el poema. Así nos encontramos con la piedra como elemento de eternidad y
fugacidad, reducidos a veces al último leptón, pero siendo esta llegada un
nuevo punto de partida.
“vale la pena... vale la pena el
poema... buscar proyección... el género
más puro es el poema... si se deja de
buscar, muere el poema...”
Entrevista. La Rioja, octubre de 2004.
Y concluye con un tono menos apocalíptico, se abre paso el “instinto” como
ella menciona en otro poema, ese antiguo sentimiento deslumbrado que es la
vida.
“Los hombres de la piedra
llevan entonces
en los ojos un pueblo
de luz resucitada”
Los cuatro elementos
Podría establecerse, desde algún lugar, un punto de contacto entre la
poesía de Olga Orozco y Lucía Carmona ya que ambas apelan a lo esencial.
Pero Ginferrer dice refiriéndose a la primera y que se adecua a Lucía Carmona:
“A lo esencial poético, más también a lo esencial de nuestra condición. Sus
imágenes no sólo conmueven y sobrecogen sino que nos dice qué somos y en
qué consiste el ser” y arriesgándonos podríamos decir que Lucía Carmona
agrega un tercer elemento, “como podríamos ser”.
En la antigüedad, poetas y profetas eran seres dotados del don supremo de
la palabra, el de vaticinar. Así, en Lucía Carmona encontramos contenidos que
como Jano Bifronte tienen dos caras contrapuestas, una mira hacia el pasado,
otra hacia el porvenir.
“Sin el momento mágico no se puede vivir,
este amor es el que me da energía. Se me da
mucho el vaticinio en la poesía... Quizás no
escriba para el presente... Quizás mis lectores
sean del futuro”.
Entrevista – La Rioja, Septiembre de 2004.
La raíz y la esencia misma del arte poético de la autora, marca la ansiosa
búsqueda de lo esencial del hombre.
También la alusión a Jano Bifronte se podría aplicar a estas dos fases de
Lucía Carmona: su poesía luminosa y a la vez oscura. Como artista
profundamente intuitiva trata de descifrar uno de los mayores misterios de la
humanidad, la dualidad en el hombre. Recrea entonces, el amor y el odio, el
goce y el placer, las esperanzas y los sueños. Condensa esos aspectos en
regiones dominadas por las pasiones del cuerpo mortal pero a la vez aspirando
a la eternidad del espíritu.
Otro elemento inmemorial que acompaña la piedra es el fuego, fuego
refugiado debajo de la piedra.
Es en el poema “Elegía de la sal” en donde la sed, se toca con el agua, el
agua con el aire, el aire con el fuego, el fuego con la tierra. (“Elegía de sal” pág.
22- “Pueblos de la memoria”.)
La obra literaria de Lucía Carmona, en su desgarrante fascinación, refleja la
vida de la creadora que cree en la vida de la poesía. Con el tiempo esto
adquiere más vigor y firmeza ahondándose cada vez más a su raíz, quizás
como modo de barrer la tristeza de los blancos salitrales riojanos y emerger en
flores de eternidad, acaso en la amarilla flor de la pichana.
Lucía Carmona barre
Por el callejón de las tristezas
con una pena antigua enredada en su pelo
en desvelos descalzos, avanza Lucía Carmona.
Entre sus brazos, un niño ausente
y una carga de pichanas frescas.
Carga también un mundo de destierros
¡Ah! ¿Por qué partir?
Al irse se ha llevado el canto luminoso de la noche.
No se escucha el grito silencioso de la casa amada
que ha callado sus voces.
Un rocío oscuro y fantasmal languidece la flor de los naranjos.
Hunde su rostro en el manojo fresco
el olor es más dulce que la vida
¿Es el niño, la casa o la amarilla flor de la pichana?
Con ellas barrerá no solo el patio de su casa sino esa congoja que
le aprieta el pecho
Barre su casa Lucía Carmona
e insomne, va encendiendo
testimonios de estrellas en su noche.
Habrá otros niños, otros naranjales
Y al lado de su sombra custodiando
Como lluvia de luz, allí estará la casa.
Amelia Arellano
TERESITA FLORES
(Maga de la cocina y de la palabra)
TERESITA FLORES
Teresita Flores es la última profeta objeto de análisis de este texto. No
podría ser de otro modo. El postre se come al final. Es la más dulce de las
profetas. También la más sabrosa.
Dulce Teresita Flores. No podríamos llamarla de otro modo, Teresa por
ejemplo. Tampoco le cabría otro apellido.
Es una dicha poder ingresar en la obra de esta mujer, de esta maga de la
cocina y de la palabra.
Es lamentable que por exigencias formales, no se pueda profundizar los dos
tomos de “Cocina Riojana”, ya que cada libro por su profundidad, originalidad,
excelencia, ameritan cada uno un estudio separado. Imposible tampoco
soslayarlo totalmente, ya que en dichas obras están sistematizados
magistralmente los fundamentos epistemológicos de toda su producción. Con
ellos la autora nos abre, no solo las puertas de su casa, sino de su cocina y los
provincianos sabemos que solo dejamos ingresar a la cocina a los amigos.
¡Ay, se me hace agüita la boca!
Toda su producción está recorrida con lo básico, lo primitivo, lo nutricio, con
la necesidad primaria de alimento y con la satisfacción de esa necesidad
tantas veces postergada... A veces por un hambre de siglos al decir de su
amigo, su hermano como ella lo nombra.
“Yo tengo esta forma extraña de mirarte
tu tienes esa forma extraña de nombrarte
madre continente de maíz y arena
que te viene de sangre de exiliados abuelos
que traían un hambre de siglo en los huesos...”
José Cayetano Tello- Poeta Mendocino.
En las obras aludidas nos conectamos con una parte de nuestra identidad,
oculta en algún lugar del recuerdo.
Es esas prácticas nos encontramos, encontramos al Otro y regresamos al
lugar de la infancia.
Su obra, toda su obra, tiene sabor, perfume, textura.
Podría creerse que ambas producciones son un libro de recetas más. Si,
indudablemente encontramos recetas culinarias, pero también hallamos
recetas para rescatar la memoria del olvido, diferenciar lo esencial de lo
superficial, demostrar que nuestra América existe con sus particularidades y
que la pertenencia se construye en primer lugar, por la fidelidad al pago donde
nacimos. Demostrar que pese a los dolores que ha sufrido, América Latina, se
puede. Con acento esdrújulo, la poeta proclama apasionadamente que “se
puede morir en el intento”; que podemos resistir a la invasión globalizadora con
lectura-alimento.
Morir de cara al sol
“No me pongan en el oscuro
a morir como un traidor
¡Yo soy bueno y como bueno
moriré de cara al sol!”.
José Marti – Poeta cubano – “Versos sencillos”.
La obra literaria de Teresita Flores se gesta como manifestación de un gran
desprendimiento, de una postura y un compromiso con su prójimo. De este
modo no solo refleja sabiamente “la palabra” sino una vocación de servicio.
Pareciera que la personalidad y la obra de la autora presentan lazos
indisolubles, su pasión, su fuerza, su compromiso no nos permiten una lectura
superficial ni una pasividad contemplativa. Implican un desafío ético: La
posibilidad y la voluntad de mezclar ingredientes con nuestras manos y desde
allí transformar con actitud creadora la realidad en un mundo bien para los que
nos sucederán.
Es imprescindible destacar en sus postulados el papel resignificado de la
HISTORIA, ya que a nuestro continente no solo le robaron el oro sino la
memoria vaciando de contenido la verdadera historia.
La poeta “destapa las ollas” “levantan las lápidas de bronce” para demostrar
que los poetas pueden con su voz más que los discursos y los textos
académicos de la historia oficial.
“Las palabras de los verdaderos poemas
os dan más que muchos poemas,
os brindan elementos para que vosotros mismos
concibáis poemas, religiones, guerra, paz
conducta, historia, ensayos, vida cotidiana y lo demás”.
Walt Whitman – Canto del poeta – pág. 131.
Desde el lugar del poema define el oficio de escribir:
“Todo poema es compromiso y es causa. Si
quien escribe tienen real vocación, si posee el
ESTRO o NUMEN debe cultivarlo y
comprometerse, de lo contrario, abandone
porque se equivocará... hay que comunicar y
ser fiel a sus principios. Respetar el mensaje y
la palabra. ”
Entrevista La Rioja septiembre 2004.
Teresita Flores en su obra literaria ha conseguido lo que todo hombre desea
y quiere: quedarse. Puede que ella desaparezca de esta vida, pero no lo hará
su pensamiento ni su práctica revolucionaría.
Es compromiso, es causa dice la autora- no es casual, entonces, que en
sus libros figure un elemento imposible de descartar en la gastronomía: la
cacerola. Tampoco es casual el vaticinio inconsciente, anticipatorio del
protagonismo de las cacerolas y del hambre del pueblo, que derrocaron un
poder corrupto en diciembre del 2001.
Lirio Silvestre
Su cosmovisión del hombre, del mundo y de la vida trasciende los límites de
La Rioja. Su planteo es asumirnos como HOMBRES, como entes significativos
de la sociedad en la que transcurren nuestros días.
Si bien ellas nos advierte sobre la falacia de ciertas antinomias, por ejemplo,
la establecida entre lo universal y regional, es indudable el sello que se observa
en sus producciones de su Sanagasta natal.
“Creo que lo regional también es parte del
universo. Descreo de las diferencias así
planteadas. José Martí escribió un solo libro
sobre Cuba y sin embargo es universal...
Hasta los seis años viví en Sanagasta. Luego mi
Familia se reinstaló en la ciudad de La Ripoja
Donde ingresé a primer grado en la Escuela
Normal Dr. Pedro Ignacio de Castro Barros...
Era un trece de mayo...”
Entrevista La Rioja septiembre 2004.
Como tantos poetas provincianos, su nacimiento se da en un pueblo en
forma natural. Los nacimientos se dan como resultado de la vocación de vida,
tal como un lirio silvestre.
“Mi nacimiento se dio en forma natural
en el pueblo no había médicos por lo
tanto el parto fue asistido por una
persona del lugar.”
Entrevista La Rioja septiembre 2004.
La obra poética de Teresita Flores se inicia en la niñez. Aún no sistematiza
su poesía, pero la vive, la siente, intensamente. No se apresura, como las
estaciones cumple ciclos, abona, nutre su tierra para que esta florezca en
primavera.
En esa primera niñez comienza una impronta que recorre toda su obra, el
perfume: No solo a claveles y jazmines, sino a chocolate, a comida... a Niña
Rosa.
“Recuerdo mi niñez tranquila, junto a
mis padres y hermanos, el gran patio
de la casa familiar, los jardines donde
mi madre cultivaba jazmines y
claveles, las comidas con las visitas, el
chocolate de los días patrios; los
mimos que nos prodigaba la niñera a
la que llamábamos Niña Rosa; los
juegos en ronda bajo la luz de una luna
enorme... Mi padre tenía amigos como
el Doctor Wenceslao Frías,
Gobernador de La Rioja, con quien
Conversaba largamente, mientras mis
Hermanos y yo curioseábamos desde
Lejos, claro. Sanagasta era entonces
una villa veraniega de modo que en
época estival había mucha gente
agradable con la que compartíamos
paseos en las montañas.”
Entrevista La Rioja septiembre 2004.
Ella misma nos acerca su palabra en el poema “Rondas bajo la luz de una
luna enorme”, pág. 40 “Primeros destierros”.
Desde sus juegos infantiles se puede rastrear un concepto teórico práctico
que confluyen en una actitud de participación, ya que en esas primeras
experiencias aparece el OTRO, en las rondas, en el encuentro.
También emerge lo circular, una espiral que se va a enriquecer
dialécticamente en su vida posterior y que a su vez hace posible que el otro
también lo haga.
Decíamos, una actitud. Una actitud lúdica, creativa, la autora juega con las
palabras, juega con los ingredientes... juega...juega.
“Los juegos eran inocentes y variados:
no había TV así que jugábamos a las
rondas, a los muñecos, a las
escondidas, a las adivinanzas... aún
tengo en mi memoria esas canciones
que nos hacían tan felices”.
Entrevista La Rioja septiembre 2004.
Como observamos, sus juegos eran paradigmáticos. Por ese motivo, para
acceder a la obra de Teresita Flores es necesario conectarse primero con la
parte de niño. Hay juegos de asociación en sus creaciones, la poeta, a veces,
se esconde en la palabra y hay que salir a buscarla. Otras veces nos
escondemos en la palabra de la autora y... ¡el que no se escondió se jodio!
También las adivinanzas están en forma explícita en su prosa, en la poesía
hay que descifrarla. Hay que jugar a las adivinanzas, lo peor es que ella adivina
la nuestra antes que la enunciemos.
En los juegos está también el canto, por supuesto. La poeta es en sí misma
un canto a la vida. Indicios infantiles preanuncian lo que más tarde sería su
obra literaria.
“Un personaje, mi tío abuelo, Don
Nicolás Andrada que solía cantar
coplas y construir juguetes para
nosotros. Era un viejo de ojos pícaros
generoso y alegre...”
Entrevista La Rioja septiembre 2004.
El canto ha acompañado a la humanidad, desde la antigüedad, no sólo
como expresión liberadora, sino como modo de resistir a la soledad, por
ejemplo tal como la poeta lo manifiesta en sus poemas.
No solo de pan vive el hombre
El tema del alimento es crucial en la producción literaria de la autora.
Momentos de un todo, condicionado biográfica y temporalmente.
Dicho tema puede ser abordado desde tres aspectos, el alimento como vida
trascendente: el alimento vital sería la fe. El alimento desde el acto literario
como esperanza y exorcismo. El alimento propiamente dicho, que tiene que ver
con una realidad tangible, palpable, resignificada.
Nos interrogamos cuales son las fuentes que nutren este tema, en el
esquema conceptual de la autora. Indudablemente son raíces de un tiempo
remoto. El alimento como elemento nutriente básico y el alimento a través de
los libros de la literatura de la palabra.
“Una imagen... mi padre, serio,
adusto, buen lector... Una
presencia... la tía Amalia Andrada de
86 años que era para mi y mis
hermanos como el hada madrina...
Llegaba a nuestra casa con su cesta
de higos, sus dulces, uvas frescas y
empanadillas. Su ternura nos
acompaña en este recuerdo a pesar
del tiempo que pasó. Alta, blanca y
hermosa. Coqueta y perfumada. Su
caricia era gloria, su palabra, amor.
De sus manos recibí el primer libro
de mi vida: “La cabaña del Tío Tom,
aún lo conservo.”
Entrevista La Rioja septiembre 2004.
El ideario humano, filosófico, sociológico y estético de Teresita Flores no
está unívocamente determinado por corrientes filosóficas, si bien reconoce la
influencia de algunos autores, luego se sumarían muchos más.
“Fue indudable la influencia de
Manuel J. Castilla. Edgar Allan Poe
influyó en el encuentro con la magia.
¡Becquer en el amor! Alfonsina
Storni por su valentía... y tantos
otros!!!
Todos mis poemas son parte de mí
misma... laten como late el mundo de
hoy, cambios, cibernética, nueva
dirección del pensamiento, sin
embargo nadie debe olvidar que el
amor es eterno y todo lo puede”
Entrevista La Rioja septiembre 2004
La autora realiza una síntesis literaria como forma de respuesta de su
espíritu a las múltiples causas que le brinda la naturaleza, tal como lo expresa
Martí en referencia a otro autor:
“Se sumergió en la naturaleza y
surgió de ella radiante... miró con
ojos propios el Universo y habló un
lenguaje propio... no alquiló su
mente, ni su lengua ni su conciencia.
En ella fue enteramente digno el ser
humano”
Su poesía, decíamos, emerge de la realidad que nos ha tocado vivir, una
realidad que como ella denuncia con maestría en sus textos, tiene una herencia
de vasallaje, injusticia que se inicia en la conquista. Matrices de sometimiento y
de despotismo que aún subyacen en nuestra época. De allí que desde su
producción literaria se oponga a la aceptación pasiva, a las imposiciones, al
renunciamiento del ideal de justicia y pone su palabra excelsa al servicio de la
libertad del hombre. No lo hace desde un planteo abstracto, sus actores son
hombres y mujeres despojados de su dignidad, de la tierra y sus frutos, del
agua... “y una blasfemia asoma a nuestra boca, un diablo, una salamandra
quizás”, tal como lo expresa el poema “Agua robada”, Ocupante del mundo,
pág. 31.
En toda su sistematización científica y artística, la idea de Dios está
íntimamente ligada a su amor por el hombre por ello asume su actividad
cultural como deber humano pero a la vez como impulso trascendente.
También es de ese humanismo esencial surge su convencimiento que el bien y
el mal, la verdad y la belleza tienen relación el concepto de Dios y del BIEN.
Esta actitud implica un descentramiento de sus propias virtudes para
asumirse como sufriente y humana, esto la lleva, a su vez al lugar del OTRO.
La otredad se resignifica en ella, se hace voz de todos, denuncia en y con otros
referentes que como ella “escriben sus poemas de caña sobre la espalda
morena de su pueblo”.
Porque Manuel Aldonate, poeta de Monteros, al igual que la poeta:
“...Su vida nombra
la concavidad de la belleza,
los sudores obreros
la lluvia sorda de patrones injustos
y cada naranja de Monteros”
“Safra para Manuel Aldonate”
Primeros destierros, pág. 47
Pastel de papas
Sólo una mezcla homogénea de harina, manos femeninas y sale como por
arte de magia la inocente masa que no muestra lo mucho que tiene adentro, las
palabras de Martí podrían aplicarse a su pastel de papas, acaso a la misma
autora.
“Quien tiene mucho adentro necesita poco afuera”
José Martí
Muchos son los ingredientes, sólo algunos, necesariamente indispensables,
la papa, hija de América; la carne, símbolo de la Argentina en algún momento
llamado el granero del mundo. ¿Lo demás? Huevos, cebollas, condimentos,
etc. ¡Ah! Indispensable una pizca de amor.
Teresita Flores tiene mucho amor adentro, desde allí defiende la igualdad
de los hombres, hijos de una misma madre, no importan las razas, las
religiones, las lenguas. “Nada importa el lenguaje”, dice en “Nodriza de fuego” –
Ocupante del mundo.
Tampoco importa el color de la piel... y se erige en una apasionada defensa
de las tan negadas raíces negras al decir de Nicolás Guillén.
“... que ya verás inquieta junto a la fresca orilla
la dulce sombra oscura del abuelo que huye,
el que rizó por siempre tu cabeza amarilla...”
“El abuelo”, Nicolás Guillén.
Separados, siempre separados, los del sur, los del norte, los de Cuyo, los
del NOA, los negros y los blancos... La estrategia es la misma... separar. Pero
Teresita Flores trae testimonios rotundos en donde estos polos aparentemente
antagónicos, en un momento se encuentran, por ejemplo, en el hambre, tal
como lo testimonia en varios de sus poemas.
Uno de los sufrimientos mayores del alma es el que proviene de la lucha por
la libertad. Las rejas que aprisionan pueden ser externas, pero la mayoría de
las veces, internas; el dolor, presente en toda la obra de Teresita Flores, va
adoptando distintas formas: expresión del padecimiento humano, pero sobre
todo dolor existencial que se manifiesta en imágenes, metáforas, símbolos...
“Todos es supremo, todo” dice la poeta en su poema I de “Incandescencias”.
En el poema X de ese mismo libro, se alcanza un climax emocional cuando
ausculta el terrible misterio de la experiencia terrenal, apoyándose en la
pronunciación del Nombre que muchas veces sirve como exorcismo contra el
angustioso tránsito por la tierra.
Este sentimiento doloroso al tomar la forma de testimonio del desgarro
social, es una advertencia no sólo para los oprimidos sino para los opresores.
Así lo pinta en forma magnífica en el poema “La estatua”, La calle y otros
sueños, pág. 35.
Nos preguntamos como resuelve la autora esta contradicción entre placer y
dolor; indudablemente no es por el camino de la razón, es por el camino de la
fe y el arte. Es allí donde encuentra por momentos, espacios de comunión total
consigo misma, con los otros y con su creador.
La búsqueda se da por la poesía como un fin en sí mismo. Pero previo al
encuentro, se da un proceso doloroso, desestructurante, crucial, el encuentro
consigo mismo.
En este reencuentro hay simbolizaciones que nos hablan de la función
trascendente del arte y su relación con lo sagrado. Nos encontramos con
vuelos, alas, túneles. Dejando de lado la interpretación psicoanalítica del vuelo,
símbolo del deseo voluptuoso, estos símbolos se asocian más con la atracción
de la luz, del paraíso, causa de los deseos de espiritualidad y pureza en el
sentido más acabado, “resplandor entregado inmensamente solo” nos dice la
poeta en el poema “Por la última tarde”, Ocupante del mundo, pág. 70.
Sus planteos son revelación, profecía, anticipación de la realidad, nos
permite sentir que el tiempo y el dolor son apenas antesala para acceder a otro
nivel. Así, la poeta se salva y nos salva de quedar atrapados en la alienación y
el dolor como tantos otros artistas. “Nadie entierre las alas bajo las piedras
grises”.
Esta rememoración de la tristeza y el gozo por su superación no excluye su
preocupación por el espacio social, el descreimiento por el actual sistema de
gobierno. Como no angustiarse, si mientras los poetas escriben en dolorosa
soledad, al decir de Arlt, el país se nos cae a pedazos. Desde allí sus
reflexiones apasionadas.
Las mujeres, “la mitad del cielo”
Ineludible mencionar una presencia infaltable en la obra de la autora, la
mujer. Tan es así que en el excelente y original trabajo que es “La cocina
Riojana”, no solo ayuda a las mujeres a enriquecer el mundo de la cocina, sino
a clarificar las ideas, a veces muy confusas que tienen sobre si mismas.
La autora explica con gran claridad a través de anécdotas, testimonios,
poemas, las diferentes cuestiones abordadas por las mujeres americanas. No
solo en el plano ideológico o material como transformadora de la realidad sino
también de ellas mismas.
No es, de ninguna manera, una propuesta feminista, sino que realiza un
análisis crítico de las relaciones que las mujeres han mantenido con la
sociedad, con la familia, con los hombres.
Hay un paso inevitable, lacerante a veces, que es asumirse como mujer y
desde allí con todos los roles que nos ha tocado asumir. Es asumirse con lo
esencial femenino. Desde allí, únicamente desde allí se darán los sucesivos
encuentros o desencuentros posteriores.
La poeta lo sabe, por eso la identificación con su género comienza con una
reflexión existencial alusiva a sí misma. Con una pregunta onda, desgarrante:
“¿soy?”, Ocupante del mundo, pág. 51.
También se hace referencia al amor y la poeta puede hacerlo porque ha
pasado la advertencia de Rainer María Rilke.
“...Son los más difíciles... requieren una fuerza grande y madura...”
Así, no es de ningún modo convencional su alusión al amor... el amor, ese
duende..., como ella lo llama.
También desde el amor denuncia la diferencia y los prejuicios entre clases
sociales “Entre las señoras de buches como crestas” y aquella que nació y
creció como los yuyos en la intrincada selva de la vida, Macaria, a la que le
dedica el fantástico poema “La promesa del hijo”, Ocupante del mundo, pág.
32.
Tampoco la presencia de Celina Naranjo es casual, en ella se asocia el
trabajo con el placer y los símbolos son necesariamente el pan, la harina.
Al estar la mujer, está el niño. Real o fantaseado es, en la vida de la mujer,
atávico mandato, goce sin fin. A veces dos veces madre como en el poema
“Pequeña canción para Elías”. También está la mujer poeta y desde el poema
que alude a otra, Teresita Flores, poeta y mujer, nos dice que cuando se vaya,
volverá algún día, cuando cese la ausencia.
Volverá, vestida de machi, de mendiga o de diosa.
Noche de epifanía
Se diría que ha firmado un pacto con la tierra.
Vestida de machi, de mendiga o de diosa
germinó salitrales con cimientes de piedra.
Cerró los ojos de la noche,
abrió las arterias de la luz y anuló los espejos.
Hoy, encadenada está a un peñasco de penas
Y le duelen las manos y le duele el despojo de la tierra
Solo queda la sed, voraz, hambrienta.
Hervideros de hormigas, socavan la savia de los huesos
Y apagan el latido mineral.
Un clamor universal convoca.
Deberá cumplir su propia profecía.
Toma la cruz del sur, la extiende entre sus brazos.
El cuchillo del viento montaraz, desgarra.
Un latido de alas.
En su cara morena, almendras transparentes
Humedecen los terrones oscuros, esponjas insaciables.
El niño se alimenta de la vida en los pechos maternos
¡Ah!, el olor a la leche de sus pechos ingrávidos
¡Ah!, el olor de la tierra mojada.
Noche de epifanía.
Los azahares riojanos deslizan en los ojos morenos
Toboganes de luz.
Iluminan la noche de los niños
Zapatitos de espera en la puerta de la casa.
¡Ay, Rioja de mis amores!
Dejo en tus puertas lo que más amo,
El suspiro tembloroso de la tierra.
Amelia Arellano.
EPILOGO
Carta Abierta a los Profetas en su tierra
He comprobado que en sus producciones hay características que
responden a Cuyo pero también sé que las generalizaciones suelen
homogeneizar, ahistorizar, por lo tanto debo singularizar:
Comienzo por vos, profeta nuestro, orgullo de nuestro ser sanluiseño. ¿Qué
aprendí de vos, mi admirado y respetado maestro? Que hay que amar las
cosas nuestras, que no hay que desdeñar el pago donde se nació. Que es una
irreverencia decir que seis años de nuestra vida transcurridos en un pueblo es
un accidente. Que tengo que confiar más en los hechos que en las palabras
(por ejemplo cuando dices que no caerás en la presunción de creerte profeta
en su tierra y el aplauso contundente, respetuoso e ilimitado de tu pueblo así lo
confirma). Que debo confesar que a veces soy escéptica y que como Santo
Tomás debo ver para creer. Por ello cuando hablabas extasiado de cómo las
rosas mosquetas crecían, como por arte de magia, en la piedra pelada, tuve
que trasladarme a San Martín y comprobar que el milagro es posible. Aprendí
que el hecho de escribir es un imperativo ético, un oficio que implica un
compromiso con la palabra. Aprendí, según tu prólogo en “Pequeño Universo
de San Luis” que la mujer que lloraba aquella noche en los basurales era una
alondra tibia. “No era cualquier mujer la que lloraba”... Era yo.
Sigo con vos, querido amigo, profeta de ojos tristes, aprendí de vos, entre
otras tantas cosas, tu humildad, tu predisposición a la palabra, la frescura de
tus octogenarios reverdeceres, tu serenidad. Tu pasión para jugarse en la vida,
aunque sea en una sola ficha... tu capacidad ilimitada de amar. Y vos sabes,
como lo decís tan sabiamente, que en esta carta mis palabras no alcanzan.
Quizás no alcancen nunca, pero tengo la dicha, eternizada, de haber
construido un lazo único, singular, profundo, de admiración.
Querido, querido David ¿podré decirte algo que no te hayan dicho? Aprendí
que tu poesía no sólo es testimonio, denuncia, también arrullo para el sueño de
mi niña. Que no es necesario ir hasta la fronda sino que ésta puede venir hasta
nosotros con el amarillo perfume de la brea, del chañar, de la jarilla. Aprendí
que a través del culto de la memoria, no habrá pañuelos blancos ni “Nunca
Más”. Aprendí, definitivamente, que no todo esta perdido si hay poetas como
vos que trabajan en la memoria activa. Aprendí, pese a asumir mi condición
humana a ser rama, pájaro, viento del oeste, acaso una leona enamorada.
Que puedo decirte a vos Lucía, luz de luna, luciérnaga, lucimos tu palabra
excelsa. Quizás trabajar con ustedes, las mujeres, fue lo más difícil por la
identificación desde el género. Algunos decían que no te ajustabas al perfil,
quizás sea verdad en parte. Pero, digo, ¿qué es la realidad? ¿o es que acaso
no existen muchas realidades, arcaicas, futuras? Tu poesía me ha enfrentado
en forma contundente, dolorosa a veces, a mi desnudez, la más profunda, a “la
insoportable levedad del ser” pero también con la levedad del vuelo que puede
desafiar cualquier jaula, incluso la humana. Tus palabras apelan a lo esencial
poético y no sólo tu casa quedará en la memoria eterna, también vos. Una cosa
es cierta, haz logrado lo que todo hombre desea y teme a la vez, quedarse más
allá de la muerte.
Mi amada maga de la cocina y la palabra ¿me creerás si te digo que tu
sortilegio me ha tocado? Que desde que te conocí, “me posee La Rioja
tercamente”. Desde que tuve la dicha de poder ingresar en tu cocina como
espacio real o simbólico, aprendí allí, recetas con pócimas infalibles, entre
otras, antídotos contra la desmemoria y el desamor. Que hay un condimento
imprescindible sin el cual todas las recetas fallan: una pizca de amor. También
me recordaste que las mujeres podemos parir un pueblo con sólo desearlo, que
las mujeres somos “la mitad del cielo”.
Sé que ésta obra está teñida de subjetividad, no me interesa demasiado.
Me hago cargo... Eso sí, los hechos que aquí figuran son veraces, los
documentos en los que me basé, son testimonios sólido del pueblo argentino al
que amo tanto y ustedes representan. También soy conciente que a este libro
le falta amalgama, pero les pido su compasiva comprensión dado que en once
meses he debido transitar cinco universos diferentes... Y, sí..., debo confesarlo,
hay espacios poéticos suyos a los que no he podido acceder. Quizás en este
texto encuentren desvaríos pero quiero que sepan que al estar tan
compenetrada con ustedes por casi un año, significó para mí, una experiencia
intransferible. Un regocijo significó darme cuenta donde, con quiénes y para
qué vivo.
Les pido un abrazo a la distancia como yo los abrazo con mi poesía.
Con ustedes, siempre.
Amelia Arellano
San Luis, 30 de noviembre 2004.
***FIN***

Documentos relacionados