Todo cuanto sabemos de este personaje, también conocido con los
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Todo cuanto sabemos de este personaje, también conocido con los
LEÓN Todo cuanto sabemos de este personaje, también conocido con los nombres de León Hispano y León de España, se desprende de la única obra que de él hemos conservado. Se trata de una carta sobre el cómputo pascual dirigida a cierto arcediano Sesuldo. El documento, editado por Krusch a finales del siglo XIX, es particularmente importante por ser uno de los primeros testimonios que dan fe de la utilización de la tabla pascual de Dionisio el Exiguo en Hispania. Por el encabezamiento de la epístola, sabemos que León era monje, aunque desconocemos desde dónde escribía. Krusch identificó al destinatario, el arcediano Sesuldo, con el obispo homónimo de Ampurias que suscribió las actas de los concilios IV (633) y VI (638) de Toledo. También se debe a este editor la datación de la misiva en el año 627, fecha que hoy en día ha adquirido carta de naturaleza. No obstante, pese a que las conclusiones de Krusch gozan de una aceptación casi unánime, no hay que olvidar que se mueven única y exclusivamente en el terreno de la conjetura. En este sentido, el obispo de Ampurias Sesuldo (cuyo nombre aparece también como Sisuldo en las actas conciliares) no sólo no participó en el VI Concilio de Toledo, sino que por el orden que guarda su firma entre los asistentes al IV (633) algunos estudiosos creen que accedió a la dignidad episcopal poco antes del año 620 (García Moreno). De ser cierto este último extremo, y si se mantiene el año del 627 como la fecha de redacción de la carta, difícilmente podremos identificar al arcediano Sesuldo con el obispo de Ampurias del mismo nombre. O la carta es anterior a la fecha señalada por Krusch, o estamos ante dos personajes distintos. De la misiva se deduce que el arcediano Sesuldo había escrito al monje León solicitando cierto asesoramiento sobre el método más seguro para determinar la fecha de celebración de la Pascua. Este tema, de suma importancia para la Iglesia cristiana, acarreó numerosos problemas durante los primeros siglos del cristianismo, pues al ser la Pascua una fiesta de carácter móvil, no siempre era fácil calcular en qué día debía celebrarse. Se idearon varios sistemas que no siempre fueron satisfactorios. Además, el hecho de que la Iglesia de Alejandría y la de Roma utilizasen diferentes métodos de cómputo implicó que en ocasiones la Pascua no fuese celebrada el mismo día en todos los rincones de la cristiandad. La carta del monje León no ofrece propiamente una tabla para hallar el día en que se debe celebrar la Pascua, sino que se limita a recomendar uno de los métodos existentes, concretamente el de Dionisio el Exiguo, presentándolo como el más fiable de todos. En este sentido, León critica de forma genérica las demás tablas pascuales porque difieren entre sí, al tiempo que desecha la elaborada por Victorino de Aquitania a mediados del s. V por ofrecer para cada año dos fechas de Pascua distintas. Por contra, recomienda encarecidamente a Sesuldo el método de cómputo confeccionado por Teófilo de Alejandría y su sucesor, Cirilo. En realidad, aunque León no lo menciona explícitamente, se refiere al sistema de cálculo ideado por Dionisio el Exiguo en el año 525 d. C. Esta forma de citar no es extraña en modo alguno, pues la tabla pascual que Dionisio inventó circuló al principio y en diversos sitios de Occidente bajo el nombre del patriarca alejandrino Teófilo († 412 d. C.) y de su sucesor Cirilo († 444 d. C.). Este método de cómputo elaborado por Dionisio terminó imponiéndose sobre los demás, siendo utilizado por la Iglesia hasta el siglo XVI. BIBLIOGRAFÍA 1. EDICIONES (CPL 2300) KRUSCH, B., Studien zur christlich-mittelalterlichen Chronologie. 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