protagonismo se torna evidente, avasallando de paso cualquier
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protagonismo se torna evidente, avasallando de paso cualquier
No quiero a través de esta ponencia presentar un memorial de agravios, ni mucho menos que se conv¡erta en un lamento naufrago gue se pueda perder en los límites territoriales de Ia isla. A través de este escrito queremos simplemente despertar la conciencia individual de los jueces y fiscales para que se convierta en una conciencia colectiva. Como punto de partida recordemos las sensibles palabras de pietro calamandeil cuando en su obra elogio de un abogado a los jueces nos ubica en el plano de lo terrenal advirtiendo que un Juez, entendamos un fiscal, es una persona de carne y hueso que sufre las vicisitudes de cualquier humano, que tiene ambiciones, que se debate entre proyectos, que goza de lo que le puede producir placer, que una decisión judicial acertada producto de un esfuerzo mental lo puede llevar al éxtasis y que bien puede ser aniquilado a través de las consecuencias derivadas de una decisión infortunada, muchas de las cuales no corresponden al producto de la impericia, de la falta de conocimiento o del descuido, si no simplemente de los aspectos cotidianos que rodean a ese ser humano, valga decir, asuntos famíliares, económicos, quebrantos de salud, e incluso afectos o desafectos persona les. Nuestra amada patria pone a prueba en el diario discurrir el temple y la forja que reviste a sus funcionarios judiciales cuando bajo su ponderación deben resolver desde los asuntos más sencillos hasta los de mayor complejidad, de lo humilde a lo encumbrado, de lo evidente a lo enmarañado, de lo anónimo al show mediático que brindan las cámaras y las redes sociales, donde protagonismo se torna evidente, avasallando de paso cualquier limitante que intente el el funcionario manejar en aras de respetar el orden jurídico y una decisión ajustada a derecho y la equidad. Difícil la tarea de asumir cuando el legislador no es claro en sus leyes, cuando estas están salpicadas de intereses mezquinos y personales, asertos estos que se develaron en permanentes y recientes hechos que ocultaban intenciones funestas, con elagravante de seguir siendo anónimos esos seres que arropados en el poder quisieron hacer de la justicia una bacanal de privilegios, o cuando la norma es particular y no general, cuando se expide para atender presiones del capital o de sectores privilegiados, cuando en ella se enmascaran las verdaderas intenciones o cuando se producen a espaldas de quienes administramos justicia, donde es exótica nuestra convocatoria a los debates o de haber recibido invitación, nuestros aportes no son atendidos, erigiéndose una vez mas como depositarios del poder y la soberbia Le es fácil al legislador expedir normas que no responden a la verdadera esencia social, que no consultan su constitucionalidad, que son descontextualizadas del ordenamiento juridico, que no son una respuesta a la política criminal y que afectan la convívencia ciudadana, hecho este que igualrnente se torna ostensible cuando es el Juez quien aplicando esa norma queda en la picota publica como el culpable de esos desaciertos o de la maraña legislativa. La pregunta entonces es paladina. Debe ser enrostrado el juez cuando su decisión se ajusta a la norma. Es responsable de las decisiones que se tomaron con apoyo en esa normatividad. Merece el juez el reproche social avalado por los medios de comunicación cuando las determinaciones riñen con la convicción de una aparente injusticia? Fueron culpables los jueces laborales cuando tuvieron que abordar los conflictos derivados de la liquidacion de los sindicatos de establecimientos tales como la antigua Caja Agraria y el Departamento Administrativo de Seguridad, entidad esta ultima que tr¡stemente celebre ha pasado a la historia delincuecial como el laboratorio donde se urdieron y ejecutaron las tareas para interferir en la vida privada de los asociados y de manera especial a las altas cortes? Se nos puede atribuir responsabilidad frente al desquiciamiento de las pirámides que fueron toleradas y admitidas a ciencia y pacíencia por parte del Estado? Son culpables los jueces de família cuando encuentran que el legislador derogo de manera expresa todo un capitulo de las guardas que se erigian como una verdadera lnstitución de protección a los derechos de los niños?. O son culpables de hacer gravosa la situación de los interdictos cuando se les impone la designación de un contador publico a sabiendas que aquellos en oportunidades carecen incluso de los mínimos recursos para sobrevivir? Seremos culpables entonces frente a la derogatoria de tramites especiales que permitían procedimientos expeditos para defínir filiaciones? Y, si esto es así, somos culpables del represa miento de los procesos? Y que decir de la normatividad penal. El gobierno de turno y el organo legislativo buscando protagonismo expiden normas que lejos de solucionar el conflicto social, lo que logra es la inseguridad jurídica emitiendo normas que aparentan endurecimiento de penas que al tiempo ameritan rebajas a las cuales se han acogido reconocidos personajes con sofisticada carrera delincuecial. Acaso son los jueces y fiscales quienes han implementado las normas que regulan la negociación de la pena. Somos nosotros quienes reglamentamos la detención domiciliaria, los brazaletes y la vigilancia electronica. Somos quienes fallamos en la cadena de custodia y en la oportunidad de las aprehensiones y capturas. Somos responsables de la falta o errada política penitenciaria cuando las cárceles están abarrotadas de internos y esa imagen repercute en la justicia frente a un velo de humo que se sierne en el represa miento. Las cámaras están atentas a captar cualquier movimiento que pueda servir de prueba para incriminarnos, creando de esta suerte sordidas historias con las que se buscan argumentos para fundamentar defensas que trascienden en los medios, logrando la atención mediática de la comunidad y despertando en los órganos de vigilancia el fundamento para investigarnos. Lejanos entonces de cualquier reproche emprendemos nuestras labores con la convicción de estar siempre amparados en la norma. Sin embargo, nuestras decisiones son materia de recriminación, de censura e incluso de burla, en cuya tarea también ha participado el ejecutivo como cuando a la sazón por orden del ministro Valencia Cosió se dispuso que todos los jueces que hubieren tenido la desgracia de conocer de procesos,relacionados con detencion domiciliaria o de brazaletes electronicos merecían investigación, anticipando de paso la condena, evidenciando de esta suerte una autentica cacería de brujas y tramites que solo en la inquisición tenían cabida. Se invirtió entonces el legitimo derecho de la presunción de inocencia donde al juez le correspondía descartar su responsabilidad. Con ello y produciendose eco en los entes de control y en la propia sala disciplinaria del Consejo superior de la Judicatura se adelantaron las investigaciones, incrementando de paso la congestión pero, lo mas grave, agraviando a sus jueces y de paso a la administración de justicia. El. Resultado final, el archivo de los procesos frente a la falta de pruebas que realmente los incriminara. Todo lo anter¡or nos conduce a preguntarnos. Que interés tiene el estado en la suerte de sus jueces. O mejor, alestado solo le importa su producción. Se han diseñado esguemas de producción mínima donde los parametros desbordan la carga laboral, donde no se considera el incremento poblacional, ni la complejidad de los problemas sociales, ni mucho menos la sofisticacion de las modalidades delictuales, o la complejidad de los actos o contratos juridicos que van de la mano con comunicaciones. el desarrollo de la informatica y las Para cumplir con esos retos los jueces y fiscales debemos desbordar en tareas, sacrificando de paso la vida en familía, exponiendo nuestra seguridad y enfrentando los resultados de nuestras decisiones. Al estado no le interesa el costo de los sacrificios y dedicación de sus jueces y fiscales. Al estado le interesa una producción traducida en cifra numérica, donde se exige certeza y se sacrifica calidad. Empero, si llega a fallár, son implacables con la persecución, con la vigilancia y sin lugar a dudas con la sanción. Sabe acaso el estado cuantos jueces han enilegado sus vidas por el cumplimiento de su deber. Conoce el estado cuantos jueces han solucionado el problema habitacional. Se ha preocupado por saber cuantos han perdido su vivienda o cuantos estan a punto de perderlas frente al mercado depredador de los creditos. Sabe cuantos se han infartado. Esta atento a las crisis de su salud cuando ni siquiera en los complejos como en el nemqueteba existe un esquema de respuesta in mediata a una crisis?. Esta enterado de quienes están amenazados y si de saberlo ha dado una respuesta inmediata brindándole protección a el y a su familia. Sentimos envidia de la buena cuando a entidades como las fuerzas militares, al congreso y de oficiales como encopetrol de manera automática, se les revisa todos estos esquemas, brindándoles el marco de salud integral para sus miembros y el de toda su familia, cuando gozan de programas habitacionales con creditos blandos y oportunidades para adquirirlas, cuando observamos que frente a un riesgo de amenaza se activa todo el aparato para su proteccion, en fin, cuando se les reconoce sus esfuerzos y como respuesta inmediata se les revisa su nivelación salarial y se les brinda la oportunidad de ascender sin que ello sea considerado y censurado como un carrusel, al cual legítimamente tienen derecho, al paso que en nuestro caso se descalifique al punto de consíderlo punible no obstante el hecho de contar con grandes calidades, de ser parte activa del poder judicial por muchos años, de contar con hojas de vida pulcras y de haberle servido a la nacion con abnegacion y sacrificio. Hoy invitamos al consejo superior de la judicatura a contar con sus jueces y fiscales como un grupo de amigos en cuyo trabajo y produccion se fundamenta su existencia. el Consejo Superior de la judicatura no tiene la razón de ser si no em razón de nuestro trabajo, razón por la cual no puede emprender nuestra persecución con base en estadísticas irracionales en elentendido que si bien es cierto han mejorado algunas condiciones de trbajo, no es menos cierto que las exigencias van en directa proprcion con la optima atención de nuestras necesidades. No puede esa entidad continuar erradamente en la conviccion de ser el supremo rector en desconocimiento de las necesidades y díficultades. Debe centrar su trabajo en la búsqueda de soluciones haciendo mas fácil la tarea, proveyendo lo necesario, insístiendo en un tratamiento digno a sus funcionarios, logrando la nivelación salarial, reduciendo la burocracia e incrementando el numero de juzgados que aligere nuestra carga, sin olvidar desde luego políticas da salud, seguridad, vivienda y por que no, de recreación. lnvitamos igualmente a las cortes en quienes recae la esencia del tercer poder para que como bastiones defiendan los intereses de sus jueces y no sucumban en la critica dañina de los medios y elejecutivo. Exhotamos igualmente al ejecutivo para que cese en su tarea de interferir, desconocer e intervenir en nuestras decisiones. Finalmente, exhortamos al legislativo a efecto de asumir con gallardía su papel, dejando de largo sus propios ¡ntereses y recobrando su inteligencia perdida para emitir leyes que sean la respuesta a la realidad nacional. Exhotamos igualmente a los medios de comunicacion para que con responsabilidad cumplan con su función de informar con apego a la realidad, sin evidenciar su interés morboso y dañino de cesgarla con un interés de obtener primicias o de servir de tontos útiles a los juicios de farándula. que en sus informes se recoja la percepción social con apoyo en una información real y en el supuesto de gue contemos con opt¡mas condiciones personales y laborales y que los medios de comunicación reporten la realidad de Exigimos de entidades como excelencia en la justicia nuestra producción, recordando que solo se conocen los supuestos desaciertos gue con razón o sin razón enlodan nuestra imagen. No pueden esas entidades estar al servicio de los entes depredadores que buscan interferir en nuestras decisiones. Ojala los sentidos clamores del simposio logrados con el embrujo y la magia de la isla lleguen a oídos del gobierno y no queden como una eterna quimera.