¿Y ahora qué? ¡Ya está! Ya sabemos quién será el próximo

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¿Y ahora qué? ¡Ya está! Ya sabemos quién será el próximo
¿Y ahora qué?
¡Ya está! Ya sabemos quién será el próximo presidente del Paraguay hasta el 2018,
y como están conformadas las bancadas que, con los votos de sus integrantes,
definirán gran parte de nuestro destino en estos años.
Como nunca antes, en esta campaña nos pusimos en contacto con la cruda realidad.
Como nunca antes los candidatos coincidieron tanto en los diagnósticos y las
propuestas. Está muy claro y además lo sabemos todos. Los vergonzosos índices de
pobreza, el lamentable resultado de la educación, los escandalosos robos y
aprovechamiento del aparato del estado de todos los partidos en el gobierno, la
triste realidad de muertes evitables, la indignación de las obras públicas mal
ejecutadas y la impotencia de presenciar tantas luchas políticas, mientras las
urgencias y la ineficiencia explotan en nuestras caras. Todos los candidatos y todas
las propuestas compartieron una visión de las urgencias y con algunos matices, de
las soluciones.
Escuchando embriagados en algunos casos y desconfiados en otros, tantos datos y
propuestas fáciles de decir me traía a la memoria el famoso chiste político en el que
un grupo de manifestantes, portando pancartas frente a un candidato que hacía un
discurso, donde se leía: “Basta de realidades ¡queremos promesas!”. Pero no nos
culpo… ¿Quién no quería escuchar las maravillas que se van a hacer y lo lindo que
va a quedar todo, por fin?
Es que nunca antes en una campaña se le dedicó tanto tiempo a las propuestas,
gracias a diversas iniciativas de la sociedad civil los candidatos tuvieron que tener
programas de gobierno y tuvieron que exponerlos, y contestar preguntas sobre las
soluciones y las posibilidades de llevarlas a cabo.
Tuvieron que enfrentar algo de la desconfianza y la duda que cunde ante tantas
palabras bien dichas, tantas esperanzas despertadas y la cruda realidad que nos
devela el comportamiento de los políticos y administradores públicos una vez que
están en los cargos.
Con los ruidos de los festejos de los ganadores aún resonando en nuestras cabezas,
vamos despertando a la realidad y buscando las señales del cambio tan prometido.
En cada gesto, en cada discurso, en cada nombramiento esperamos ver la
capacidad de gestionar el cambio de los ganadores y la voluntad política de los
perdedores, para apoyar el desarrollo del País que nos proponían en sus campañas.
Terminó el tiempo de prometer y empezó el de hacer, la gente espera que se
cumplan las promesas y se conviertan en realidades de cambio y progreso para
todos.
¡Nos prometieron, nos ilusionaron, se comprometieron y nos hicieron soñar!
En el 2018, al entregar el poder al sucesor, solo queremos que digan:
¡PROMESA CUMPLIDA!
Patricias dos Santos, socia ADEC