problemas respiratorios en quelonios. diagnóstico y tratamiento

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problemas respiratorios en quelonios. diagnóstico y tratamiento
PROBLEMAS RESPIRATORIOS EN QUELONIOS. DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
Joanna Hedley BVM&S DZooMed (Reptilian) DipECZM (Herpetology) MRCVS
Royal Veterinary College
Beaumont Sainsbury Animal Hospital, Royal College Street, London, NW1 0TU
Reino Unido
Los quelonios están sorprendentemente bien adaptados a tolerar niveles bajos de oxígeno, y tienen una
gran capacidad de metabolismo anaeróbico y una baja tasa metabólica. Ello significa, en cambio, que los
signos de problemas respiratorios tales como disnea suelan verse en el curso tardío de la enfermedad, lo
que puede ser todo un desafío de cara al tratamiento.
Antes de revisar los problemas respiratorios que podemos ver, es importante comprender la singular
anatomía respiratoria de estas especies. El tracto respiratorio superior de los quelonios es corto y poco
desarrollado, y el aire entra por los orificios nasales y pasa a través de las coanas hacia la cavidad oral.
La glotis se encuentra en la base de la lengua y lleva a la tráquea, que tiene anillos cartilaginosos
completos. La tráquea se bifurca en la zona craneal del cuello y los dos bronquios se dirigen a los dos
pulmones multicamerales. No hay diafragma y la presencia del caparazón limita la expansión de los
pulmones. Por tanto, cualquier líquido en la cavidad celómica o agrandamiento de cualquier otro órgano
celómico puede causar disnea. La ventilación sucede por el movimiento de las extremidades y músculos
pectorales y los animales pueden seguir respirando normalmente incluso cuando se ha comprometido la
integridad del caparazón.
Los problemas del tracto respiratorio superio son comunes en quelonios, a menudo secundarios a
déficits de manejo o nutricionales. Las bajas temperaturas, déficit de vitaminas (en particular la
hipovitaminosis A) o una ventilación inadecuada predisponen a infecciones respiratorias. La evaluación
de un paciente quelonio con signos de problemas respiratorios debería empezar, por tanto, con una
historia completa que incluya las condiciones de cría y dieta y una exploración clínica completa porque
es habitual que haya problemas concurrentes.
La presentación más común es la tortuga terrestre con "síndrome de goteo nasal". Los signos pueden
incluir la secreción nasal, conjuntivitis, estomatitis, letargo y anorexia. Puede haber varios agentes
infecciosos implicados, pero los dos patógenos más comunes son los herpesvirus y Mycoplasma
agassizii [2]. Ambos patógenos están extendidos en la población en cautividad y también se han
identificado en quelonios salvajes. Ciertas especies parecen más susceptibles que otras, en particular la
tortuga rusa (Testudo horsfieldii). Los brotes suelen ocurrir cuando se mezclan especies.
La infección con herpesvirus causan signos en el tracto respiratorio superior, en particular pueden
observarse placas caseosas en la cavidad oral, mientras que la infección con Mycoplasma es más de
esperar que cause conjuntivitis. Sin embargo, ambas infecciones pueden suceder de forma concurrente.
El diagnóstico suele basarse en las pruebas PCR con muestras obtenidas con hisopos de la conjuntiva o
cloaca, aunque también pueden hacerse pruebas con suero. El tratamiento de ambas infecciones suele
dirigirse a mejorar el manejo y tratar los signos clínicos en lugar de eliminar la infección. Se ha utilizado
el aciclovir para el tratamiento de la infección con herpesvirus. Pueden emplearse fluoroquinolonas,
tetraciclinas y macrólidos para el tratamiento de la infección con Mycoplasma. El lavado nasal con suero
o antibióticos tópicos también puede ser útil [3]. Sin embargo, los animales infectados se consideran
portadores crónicos y los signos pueden recrudecerse en ocasiones de estrés o inmunosupresión.
Más recientemente parece que los ranavirus están emergiendo como una nueva amenaza para los
quelonios. Pueden verse afectadas varias especies, incluyendo las tortugas de caja (Terrapene carolina
carolina), tortugas gopher (Gopherus polyphemus) y las tortugas estrelladas de Birmania (Geochelone
platynota)[4]. Los signos clínicos son similares a los observados en las infecciones del tracto respiratorio
superior con herpesvirus o micoplasmas. El tratamiento solo es de soporte.
Los problemas del tracto respiratorio inferior también pueden observarse en quelonios, a menudo
secundarios a déficits de manejo o nutricionales. La pulmonía es el problema más común y y puede
haber varios patógenos implicados, incluyendo bacterias gramnegativas, hongos y virus [5]. Por
desgracia, los signos tales como letargo o
anorexia pueden ser leves y a menudo se observan únicamente en el curso tardío de la enfermedad. Las
causas menos comunes de disnea incluyen los traumatismos, neoplasia, colapso bronquial y
enfermedad parasitaria [6, 7]. También deberían descartarse las causas no respiratorias de disnea. La
respiración con la boca abierta suele ser un mal indicador de pronóstico.
La radiografía es útil para establecer la extensión de la enfermedad, en particular las proyecciones lateral
y craneocaudal con los rayos horizontales, aunque el diagnóstico por la imagen avanzado es preferible si
está disponible. El lavado traqueal para obtener muestras para citología y cultivo es una posibilidad. Sin
embargo, la endoscopia es mucho más útil para evaluar la enfermedad, obtener muestras y el
tratamiento. En quelonios medianos o grandes, puede insertarse un pequeño endoscopio por la tráquea
para evaluar las vías aéreas. La endoscopia directa de los pulmones también puede realizarse mediante
celioscopia o taladrando un pequeño agujero en el caparazón. Esto puede ser especialmente útil para
permitir el drenaje de cualquier líquido y aplicar tratamiento tópico directamente sobre las lesiones [8]. Lo
ideal sería que el tratamiento de la pulmonía se basara en un cultivo y antibiograma, pero normalmente
implica la administración de antibióticos o antifúngicos y antiinflamatorios. La nebulización con suero
fisiológico también puede ser útil para rehidratar el moco en el tracto respiratorio como soporte de las
defensas naturales del quelonio. De forma alternativa, también pueden administrarse antibióticos,
antifúngicos o mucolíticos por esta vía. El tratamiento de soporte intensivo (como la fluidoterapia y
suplementos nutricionales) suele ser necesario para estos pacientes porque muchos pueden haber
estado debilitados y anoréxicos durante todo este tiempo. Suele ser necesario un tratamiento prolongado
y es fundamental corregir cualquier factor de manejo o nutrición predisponente.
BIBLIOGRAFÍA
1. Perry SF: Lungs, comparative anatomy, functional morphology and evolution. En: Gans, Carl,
and Gaunt, Abbot S., (eds) :Biology of the Reptilia. Volume 19. Morphology G. Visceral Organs.
Society for the Study of Amphibians and Reptiles, Ithaca, New York, 1198, 1-92.
2. Soares JF, Chalker VJ, Erles K, Holtby S, Waters M, McArthur S. Prevalence of Mycoplasma
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Journal of Zoo and Wildlife Medicine 2004; 35(1):25-33.
3. McArthur S: Upper Respiratory Tract Disease. En: McArthur S, Wilkinson R et al (eds): Medicine
and Surgery of Tortoises and Turtles, Oxford, Blackwell Publishing, 2004, 369-371.
4. Johnson AJ, Pessier AP et al. Ranavirus infection of free-ranging and captive box turtles and
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5. Murray MJ: Pneumonia and Lower Respiratory Tract Disease. En: Mader D (ed): Reptile
Medicine and Surgery, 2nd Edition, Missouri, Saunders Elsevier, 2006; 865-877.
6. Meyer J, Richter B, Gressl H: Bilateral Bronchial Collapse in a Hermann's Tortoise (Testudo
hermanni boettgeri). Journal of Herpetological Medicine and Surgery 2012; 22(1):17-21.
7. Garner MM, Gardiner CH et al: Intranuclear coccidiosis in tortoises: nine cases. Veterinary
Pathology 2006; 43(3):311-20.
8. Hernandez-Divers SJ: Pulmonary candidiasis caused by Candida albicans in a Greek tortoise
(Testudo graeca) and treatment with intrapulmonary amphotericin B. Journal of Zoo and Wildlife
Medicine 2001; 32(3):352-9.

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