ERES DE SAN GABRIEL definitivo
Transcripción
ERES DE SAN GABRIEL definitivo
José de Jesús Guzmán Mora 2 Miembro de la Asociación de Cronistas Municipales del Estado de Jalisco, A. C. Eres de San Gabriel, si… Primera edición, 2013 Diseño de portada y producción digital: José de Jesús Guzmán Mora. Cronista vitalicio de San Gabriel, Jalisco. e-mail: [email protected] Fotografía de portada: Armando Corona R. © 2013, José de Jesús Guzmán Mora. Derechos reservados conforme a la Ley, la presentación y disposición en conjunto de esta obra son propiedad del autor. Ninguna parte de esa obra puede ser reproducida sin el consentimiento escrito del autor. Hecho en México / Made in México. 3 PRESENTACION San Gabriel, Jalisco, es un antiguo pueblo lleno de historias, de arraigadas costumbres, de amplia cultura y bonitas tradiciones. Este pueblo es un lugar de belleza extraordinaria, que emana tradición, es un lugar inspirador, que siempre ha dado un ambiente cálido, agradable, apacible, que recibe a sus visitantes con los brazos abiertos para que disfruten de sus múltiples atractivos, su arquitectura, su historia, su rica gastronomía, sus artesanías, sus coloridas y alegres fiestas y todo lo que hace de él un pueblo que cautiva desde el primer vistazo. Cuando vengas a San Gabriel, disfrútalo, aquí encontrarás una mano amiga. ¡Bienvenido! Las siguientes remembranzas sobre San Gabriel y sus pobladores son solo una pequeña muestra de tantas y tantas cosas que hicimos en nuestra infancia y juventud. Son recuerdos que aún permanecen frescos en nuestra memoria, pero que ahora convertidos en añoranzas quisiéramos que volviera el tiempo atrás. Quienes viven en el extranjero suspiran cada vez que recuerdan el lugar de su origen y cada cosa que hicieron en este pueblo, pero que lejos de su patria, quisieran volar para venir a su terruño y revivir todos los alegres momentos de su infancia y juventud. Cercano está el día en que lo puedan hacer. Como muestra de cariño a los gabrielenses esparcido en la faz del mundo, reciban este humilde obsequio titulado “ERES DE SAN GABRIEL, si…” bajo formato electrónico, lo que sin duda facilitará que llegue a todos los hombres libres y de buenas costumbres que quieran compartirlo. Reciban un abrazo fraternal El autor 4 Eres de San Gabriel, si… de niño te bañaste en “Las juntas” o en algunos de los charcos del río, junto con tus amigos y disfrutaste mucho el paseo tirándole pedradas a las iguanas y a las torcacitas con tu resortera. Tu mamá te preparaba para que llevaras unos ricos tacos de frijoles fritos y agua fresca, era uno de los mejores paseos que siempre recordarás. Contra presa en Jiquilpan Por las tardes, después de salir de la escuela, te ibas a bañar junto con tus amigos a las albercas de doña Chuy Robles, tu máximo refrigerio era tu coca cola y unas galletas saladas con chile jalapeño. De chiquillo o chiquilla jugabas con tus amigos de la cuadra al trompo, fútbol en la calle, el balero, las canicas, la encantados, rayuela, los al cinto, al bote escondido, al listón, al patín del diablo, los quemados, júntate con dos, a las cebollitas en el poste de la luz, al bebeleche, a la choya, la matatena, al avioncito, al shangai, a los encantados; en el callejón agarrabas alumbradores y te los untabas en tu ropa para que resplandeciera el color verde fosforescente. Amarrabas los mayates de una pata con hilo y los ponías a volar. 5 Antigua calle 5 de Junio Recuerdas las tardes de fútbol en la Plaza de Comercio, donde más de alguna vez, tú y tus compañeros, le quebraron las ollas y cazuelas a doña Nacha y los vidrios de la gasolinera de don Lupe Rodríguez “el viejo”. Antigua gasolinera “Servicio Rodríguez” De niño te gustaba vender por las calles el pan de don Gonzalo Anguiano López y que además de tu comisión monetaria te pagara tus servicios con una gran bolsa de pan para llevar a tu casa. Pan de San Gabriel 6 Junto con tus mejores amigos fuiste a la loma, por las tardes de febrero y marzo, a volar papalotes, y más de alguna vez se rompió el hilo y no pudiste encontrar tu papalote. San Gabriel desde la loma Acompañado de tu mejor amigo o amiga subiste al Cerrito de la Cruz para cortar clavellinas o garambullos y divisar desde lo alto el panorama de este hermoso pueblo. San Gabriel Se llegaba el mes de noviembre y te gustaba subir al Cerro Viejo para mirar de cerca el monumento a Cristo Rey y quedarte a misa, aprovechando al final para sentarte en la ‘silla del diablo’. Monumento a Cristo Rey 7 Te fuiste sin permiso de tus padres a cortar guamúchiles, pitayas y ciruelas en el mes de mayo, con alguno de tus amigos, regresando hasta cerca del atardecer. Guamúchiles, pitayas y ciruelas Si recuerdas que cada 3 de mayo “Día de la Santa Cruz” visitabas todas las cruces del pueblo, especialmente la de la Capilla del Cerrito para participar en la Sagrada eucaristía. Capilla del Cerrito de la Cruz Te fuiste muchas tardes de junio a alguna de las huertas a cortar mangos verdes y disfrutarlos con limón, sal y chile, llevando una buena bolsa de ellos a tu casa. Los mangos verdes 8 De jovencito tu mamá te mandaba prender, por las noches, la estufa de petróleo para preparar una canela y acompañarla con galletas de animalitos y tacos de frijoles con tortillas recalentadas. Antigua estufa de petróleo De muchacho tus papás te mandaron a la leña al cerro y aprovechabas para cortar nopales, guayabas de arroyo, matar iguanas acompañado de tu perro. Los nopales del cerro Disfrutaste un choco milk, un jugo de zanahoria o un raspado de nieve de leche con ciruela o de jamaica en el puesto de don Vicente ‘el birote’, mientras escuchabas algunas canciones en la vieja rockola, quizá también disfrutaste de unas tortas y unas tostadas muy sabrosas. Don Vicente Villalvazo 9 Disfrutaste una de tantas noches el pozole caldudo que vendía en la Plaza del Comercio doña María Matías la esposa de don Jesús González Ramírez, o los sopitos, las enchiladas y los tacos dorados de doña Maura la partera; de la cenaduría de Joselín, que tenía la salsa picante en botellas de refresco; los antojitos mexicanos de con Mari Espinoza, la birria exquisita del siempre alegre y dicharachero Andrés Galindo el burro que por las noches se establecía en el portal de los Villa; si pasabas por ahí decía: “pásenle a cenar, si no traen dinero ahí después… ahí después cenan”. Plaza del comercio De jovencito, especialmente los domingos, te quedabas saliendo de misa de niños, en el puesto de don Felipe ‘el churrero’ para alquilar y leer el cuento de Kalimán, Capulinita, El Santo o el de Memín Pingüin, mientras saboreabas uno de sus deliciosos churros. Los churros de don Felipe Revistas 10 De niña ibas por las tardes engalanada de blanco, con tu vestido de la primera comunión, a ofrecerle flores a la Virgen en el mes de mayo, y tus hermanos lo hacían en el mes de junio para el Sagrado Corazón. Ofrecimiento de flores De niño te tocó ver que el alumbrado público en el pueblo era tan deficiente que la gente decía que “para encontrar un foco prendido, tenías que prender un cerillo”. Alumbrado público en San Gabriel De niño disfrutabas las fiestas religiosas del frío mes de enero y te acuerdas de los buscapiés que tenían el castillo y el torito a los que siempre toreabas sintiéndote el héroe de toda la chiquillería. Los famosos castillos de las fiestas de enero 11 Recuerdas que alguna vez saliste en la fiesta religiosa del mes de enero vestido en alguna alegoría bíblica, el día de la peregrinación de tu barrio y te tuviste que quedar a oír el sermón en la misa de en la noche en la parroquia que está dedicada al Señor de la Misericordia de Amula, pero con unas enormes ganas de salirte para ir a dar vueltas a la plaza. Carros alegóricos Tienes más de 40 años, y de niño te tocó cada domingo, ir al cine “Olimpia” de don Javier Arámbula y de gritarle “cácaro” cuando la cinta se “cortaba”; te gustaban los comerciales navideños y los de la coca cola que ponía en el intermedio. Cine Olimpia 12 De jovencito te tocó asistir a la Casa de la Juventud para escuchar las noches de aficionados al canto o a ver alguna obra de teatro que preparan las señoritas Arias que eran las más entusiastas de este arte. Casa de la Juventud De niña o niño fuiste a la doctrina al Colegio Independencia en donde te preparaban para la primera comunión las monjas que allí vivían y escuchaste cuentos fantasiosos acerca del Padre sin cabeza, y de la Mano peluda que allí se aparecían. El Colegio “Independencia” y el templo del Santuario guadalupano De niño te llevaron tus padres vestidos de indito el 12 de diciembre a postrarse a los pies de la Virgen de Guadalupe en el templo del Santuario y saliendo de misa disfrutaste de un ponche caliente, una caña, una mandarina o una jícama con sal, limón y 13 chile. ¿Recuerdas las empanadas coloradas de don Domingo Flores? Cuando cursaste la educación primaria tu Maestra o Maestro te enseñó a elaborar un trabajo manual que luego formó parte de la exposición de fin de curso escolar en donde tus padres manifestaron su orgullo por tener un hijo bien trabajador. Escuela de niños Recuerdas con nostalgia a los Maestras Cata Gómez, Chela Zamora, Heladia García, Soco Cobián, Lola Castañeda, Tina Velasco, Irma Zamora, dirigidas por la Mimi Trujillo que daban clases en la Escuela “Edmundo Figueroa”, o a la Maestra Tere Corona, al Profesor Pepe Trujillo, al Profe Pancho Estrada de La Guadalupe que daban clases en la Escuela de Niños. Te mandaron a comprar un litro de petróleo a la tienda de don Fidencio Rodríguez, y te pusieron a lavar la bombilla, a prender el aparato de petróleo para iluminar las oscuras noches en tu casa; o durante la mañana tu abuela te mandaba al molino de don Miguel “el cabezón” que estaba por la calle Independencia, junto al 14 río, o al de don Odilón Benavides por el barrio de Las Olas Altas. Y qué tal ir temprano al birote con doña Toña, la esposa de don Luis Anguiano “la kika”. De niño escuchaste por las noches las radionovelas de Kalimán, Chucho el Roto, Porfirio Cadena el Ojo de vidrio, Ahí viene Martín Corona y otras más, en el viejo radio de pilas de tu abuelo. Aprendiste a jugar futbolitos, dominó, pull y carambola en el billar de Lucio Cuevas, que estaba en el Portal Corona frente a la Plaza de Armas. Portal Corona Fuiste a la loma el 29 de junio, día de San Pedro y San Pablo, y disfrutaste de unos ricos tacos de camarón y un sabroso ponche de granada aderezado con nuez o pepino picado, cantaste a voz en cuello la canción Rayando el Sol de Juan Díaz Santana; aquella que dice: del puente me devolví bañado en lágrimas... y al volver a casa te cenaste los ‘tacos paseados’ que les sobraron después de haberlos compartido con tus amigos en aquella lluviosa tarde de junio. 15 Por puro gusto subiste al campanario, a tocar las campanas de la parroquia durante las fiestas de enero, sobre todo aquellas veces en que se daba el repique anunciado el inicio y el final del novenario al Señor de Amula. Parroquia con su campanario Si durante tus años mozos conociste, a don Vicente Osorio “el sacristán”, que duró más de 38 años de servicio en la parroquia del Señor de Amula, allí fue donde trabajó hasta 1989. Durante el mes de mayo disfrutaste de una ‘faustina’ con Carlucho, aquellas faustinas que llevaban vino, ciruelas y jugo de naranja que creó don Fausto de la Torre el dueño de la casa del Portal Guerrero, que vendía Seven y Pepsi. Don Fausto de la Torre y su faustina 16 De chiquillo escuchaste atónito la leyenda del Cerro Viejo o la de las Piedras Niñas, esas formaciones rocosas que están cerca de Jiquilpan, y que al paso de los siglos adquirieron la silueta de personas, hasta verlas el día de hoy como si fueran unas verdaderas jovencitas. Las piedras niñas de Jiquilpan Acompañaste a tus padres, durante tu infancia, a la vecina población de Jiquilpan por el camino viejo, a comprar cachaza y cañas tatemadas, recordarás que a sus moradores les decimos “los guajeros” y que ellos de cariño y en reciprocidad nos dicen “los triperos”; a los de La Guadalupe bautizamos como los “los calabaceros”. Jiquilpan, Jalisco Te aprendiste de memoria la composición de ‘el tiope’ llamada Corrido de San Gabriel que popularizaran los del Cuarteto San Gabriel, donde tocaban ‘el rene’, ‘el tacuache’, ‘la turra’ y don Leoncio Estrada, el sastre. Quinteto San Gabriel 17 Si al calor de unos buenos ponches de granada cantaste y bailaste el Son de San Gabriel aquella vieja canción que compusiera don José González, el del violín, que formó junto con sus hijos el ‘Mariachi González’, te acordarás que su grito de batalla era: “Comuéstas mi niño”. El famoso ponche de granada Disfrutaste por mucho tiempo, en tus años de infancia la rica comida de este pueblo: el sabroso chocolate en agua acompañado de ricas empanadas, los ricos tamales de carne con chile rojo, las enchiladas dulces rellenas de picadillo de carne de cerdo, las tortitas de chinchayote, la carne con chile verde, los frijoles refritos con manteca, los tacos de camarón que se acompañaban con pulque, la calabaza cocida con panocha para tomarla con leche recién ordeñada. Si en las fiestas o en las bodas te dieron de comer en aquellos tiempos el pepián, mole con pollo y sopa de arroz. La birria El pepián 18 Si recuerdas que tus papás preparaban los “calmantes” con chicharrones de puerco, se “hacían las once” con el sabroso ponche de granada o de arrayán, se disfrutaba del mezcal de las tabernas del pueblo en un ‘cuernito’ y se acompañaban con una botana a base de rodajas de naranja, de pepino y de cebolla, a los que se les ponía sal, limón y chile verde al que le llamaban “pico de gallo”. Mezcal Pico de gallo Fuiste en enero a la plaza de toros “El toreo” propiedad de don Justo Arámbula, que estaba junto a las bodegas, y te diste tremendos sustos cuando se brincaba el toro, o porque algún borracho se bajaba a jinetear o a torear con un poncho o su sombrero. Los toros 19 Si disfrutaste de la serenata dominical en el kiosco con los integrantes de la Banda de música “Ireneo Monroy”, que empezaba saliendo de misa de las ocho de la noche y al compás de la música diste vueltas alrededor de la plaza buscando al amor de tu vida o por lo menos a la mamá de tus chiquillos, a las muchachas se les ponía confeti o se les pedía acompañarlas para dar una vuelta juntos. Kiosco en la plaza de armas Si de chiquillo tuviste la oportunidad de ir juntar pasojo de burro y caballo para vendérselos a los ladrilleros: a don Rodolfo Vázquez por el camino viejo a Jiquilpan o a don Lorenzo Blanco por el rio junto a la colonia de los negros. Los burros Si algún día fuiste a matar güilotas, torcacitas e iguanas al campo; que luego fueron guisadas por tu mamá, aderezadas con una salsa 20 de tomate del molcajete y completabas tu manjar con tortillas hechas a mano recién saliditas del comal, a esas güilotas hasta los huesitos les tronaban. Güilotas en salsa Si recuerdas con cariño este pueblo mágico en el que había solo unos cuantos coches y las calles lucían su típico empedrado. Las antiguas calles de San Gabriel Si te llega melancolía la por no escuchar muy seguido las campanadas del templo del Santuario, de la capilla de la Sangre de Cristo, y el alegre repique de la parroquia al Señor de la Misericordia de Amula. Capilla Sangre de Cristo y templo del Santuario 21 Si recuerdas las grandes crecidas del Río Salsipuedes, en tiempos de lluvias, crecida que la gente aprovechaba para sacar leña lazándola con una soga, luego la ponían a secar al Sol y se aprovechaba para producir fuego y cocinar las tortillas en el comal de barro. Río Salsipuedes y Puente Montenegro Si te desayunaste más de alguna vez, unos tamales de ceniza y un vaso de leche bien fría, de aquellos tamales que hacía doña Plácida López Robledo y que a su muerte continuó con esa tradición su hija doña Elba Guzmán López. Tamales de ceniza 22 Si conoces la leyenda de la fundación de nuestro pueblo, según la cual en 1576, ocurrió “una fuerte erupción que causó notables estragos” de parte del Volcán “El Colima”, y los habitantes del antiguo pueblo de Amula emigraron, unos hacia Zapotitlán y otros a Xiquilpa, éstos últimos fundaron el pueblo de San Gabriel, trayendo consigo la milagrosa imagen del Señor de la Misericordia de Amula. Señor de la Misericordia de Amula Si te sabes de memoria del “Himno al Dulce Nombre” y conoces que en 1924, el Presbítero don Lorenzo Plasencia, adscrito a la Vicaría de Jiquilpan compuso la letra, mientras que la música fue compuesta por el organista de la parroquia don Antonio Castañeda Figueroa. Si te sientes orgullosos de ser paisano de Juan Rulfo, Blas Galindo y Fray José Mojica, tres hijos ilustres de este pueblo que tienen fama a nivel mundial, por haber destacado en la literatura, la música y la religión, respectivamente. Rulfo Galindo Mojica