Petardos de largo alcance desde Alcalá de

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Petardos de largo alcance desde Alcalá de
Petardos de largo alcance desde Alcalá de Guadaíra (12)
Juan F. Vergara, sociólogo y escritor
Alemania vuelve a ser imperialista
Un viejo amigo, admirador de Alemania, me decía: ¿Sabes por qué
Alemania ha florecido en todos los campos de la ciencia, la industria, las
letras y las artes? Y sin esperar respuesta se adelantaba diciendo: “Porque
siempre ha tenido muchos millones de habitantes”. Ése es el secreto de
Alemania, que son muchos más. Personalmente tengo el corazón partío
entre mi admiración política por el pueblo francés y mi admiración del
trabajo por el alemán. En el Catolicismo del sur el trabajo es un “castigo
divino” y en la protestante Alemania, el trabajo es un “don divino”. Las
noticias económicas siempre vienen de Alemania porque las políticas han
sido catastróficas a lo largo de la historia plagada de guerras que llegaron a
su cenit con Hitler. La actual descomposición del SPD y la izquierda
alemana tiene mucho que ver con las posiciones populistas que está
tomando la señora Angela Merkel. El populismo es demagogia, es decir,
mentir para aumentar el nacionalismo, en este caso, el alemán. La señora
Merkel se bajó las bragas populistas en mayo pasado, ante 1500 militantes
de su partido, diciendo:
Es importante que en países como Grecia, España y Portugal la gente no
puede jubilarse antes que en Alemania…..No podemos tener una moneda
común y que uno tenga muchos días de fiesta, y otros muy pocos….
Alemania sólo ayudará si los otros se esfuerzan…
Según la OCDE (2009) la media de trabajo anual de los trabajadores
alemanes es de 1390 horas. Sin vacaciones, eso significa 5,5 horas por día.
Con 30 días de vacaciones anuales serían 6,26 horas. Pero muchos
alemanes no trabajan a tiempo completo, sino a tiempo parcial o en
miniempleos, por lo que la semana de trabajo es mucho menor. No hay un
solo país del sur de Europa en el que los trabajadores tengan un tiempo de
trabajo anual menor que el de los alemanes. En España, la media de horas
anuales de trabajo por trabajador es de 1654, en Portugal de 1710, en Italia
de 1773 y en Grecia, la que más, con 2119 horas.
Lo mismo en materia de vacaciones. Según cifras del Instituto Alemán de
Economía (IDW, Nº 43/2009) el período mínimo de vacaciones en Grecia
es de 23 días, más 10 festivos. En España de 22 días más 14 festivos. En
Italia 28 más 11. En Alemania son 24 días más 10,5 festivos. Es decir,
Alemania está ligeramente por detrás de España e Italia, pero por delante
de Grecia. Sin embargo, quienes tienen empleo pleno, gozan, gracias a los
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convenios, de una media de 29,1 días de vacaciones. Sumados a los 10,5
festivos, salen 39,6 días de vacaciones en Alemania.
Y en cuanto a la jubilación, según Eurostat 2009, son muy parecidas: 62,6
años en Alemania, 62,0 en España, 62,3 en Grecia y 62,8 en Italia. Algunos
de esos países han adoptado la reforma a los 67 años como horizonte, igual
que Alemania. Aunque España la cumplirá antes.
Alemania no es la paganini de Europa. Ese es otro mito. En el fondo de
rescate del euro de 700 mil millones, Alemania es la que más paga en cifras
absolutas por la sencilla razón de que es el país más poblado con 80
millones y con la mayor economía de la eurozona con el 30%. El mayor
pagador de la eurozona es Luxemburgo con 398 euros por habitante.
Alemania queda muy lejos con 265 euros, en el sexto puesto sobre
diecisiete. Según el porcentaje de su PIB dedicado al esfuerzo común, aún
más atrás: Alemania se va al décimo puesto, con Malta como líder y por
detrás de Portugal, Estonia, Eslovenia, Italia y España.
La manipulación demagógica orquestada por el gobierno alemán y los
medios de comunicación (hasta el “serio” Die Zeit) es muy peligrosa
porque están promoviendo el resentimiento desde el Tratado de Roma de
1957 y contra Alemania en toda Europa porque está liderando una
competición europea en recortes del bienestar y promocionando la
discriminación mediante falsedades. El filósofo alemán vivo más conocido
es Jürgen Habermas que lo califica de “berlusconización de Alemania”.
Su posición imperialista “propone” al resto de países de la eurozona
armonizar las políticas fiscales, laborales y sociales para mejorar la
competitividad y desvincular los salarios de la inflación,… Así nivela las
políticas de ingresos de los trabajadores, sean planes sociales, legislación
laboral, salarios, presión tributaria o negociaciones colectivas, para crear
una masa laboral continental a precio único.
El famoso “Pacto de competitividad” alemán recoge seis puntos que
tendrán que aplicarse a rajatabla:
1. Reformar sus constituciones para limitar el endeudamiento público
por ley. Alemania ya lo ha hecho y el PPSOE también.
2. Ajustar sus sistemas de pensiones a la evolución demográfica. En
concreto, que todos los países retrasen la edad de jubilación a los 67
años.
3. Abolir todas las cláusulas automáticas de actualización salarial
vinculada a la inflación. Estas cláusulas todavía existen en España,
Bélgica, Austria y Portugal.
4. Armonizar los criterios de aplicación del impuesto de sociedades.
Irlanda rechazó aumentarlos.
5. Reconocer los títulos profesionales nacionales a nivel europeo.
6. Crear mecanismos de gestión de posibles crisis bancarias a nivel
nacional.
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La burguesía alemana se asegura que si su país va a financiar la zona euro,
Europa se configurará de acuerdo a sus intereses. Uno de los elementos que
permiten comprender la situación de Alemania dentro de Europa es la
diferencia estructural del capitalismo alemán con el capitalismo anglosajón.
Las políticas anglosajonas impulsan la desregulación, la deslocalización y
una redistribución asimétrica de la riqueza nacional favoreciendo el
crecimiento del sector financiero-especulativo y la contracción de los
sectores manufactureros. En contraste, las políticas alemanas sostienen un
sector productivo amplio, eficaz y muy especializado. Las políticas
neocorporativistas y mercantilistas germánicas se deducen de esos factores
estructurales, cuyo punto central es la repetición del mecanismo de
keynesianismo bélico de “llorarle al vecino”, plasmada en contratos
comerciales depredadores de su “espacio vital” utilizados por el nazismo
triunfante y aplicado ahora sobre el nuevo “lebensraum” (hábitat) que es la
Unión Europea. El petardo de largo alcance lo tiro desde la calle Mairena
contra la banca alemana que es la que manda en la Unión Europea.
El eje franco-alemán fue la base de la creación de ésta Europa y el
populismo de la derecha alemana lo empieza a romper. Recordemos que ni
Francia ni Alemania apoyaron la ocupación de Irak. Mientras que, con la de
Libia, Alemania se abstuvo junto a los países emergentes por dos motivos.
El primero porque Libia es su cuarto proveedor de petróleo, pero el de más
calidad y el segundo por sus intereses en África.
Tres siglos antes de Cristo, el filósofo griego Epicuro de Samos decía:
¿Quieres ser rico? Pues no te afanes en aumentar tus bienes, sino en
disminuir tu codicia.
Publicado en La Voz de Alcalá
Nº 322 del 15 al 30 de septiembre de 2011
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