el nacimiento del guadalquivir

Transcripción

el nacimiento del guadalquivir
REVISTA VELEZANA. Vélez Rubio (Almería). Nº 26, 2007, p. 133-140
EL NACIMIENTO DEL GUADALQUIVIR
Juan LÓPEZ MARTOS
Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos
Director del Instituto del Agua en Andalucía
El río Guadalquivir
va entre naranjos y olivos
Los dos ríos de Granada
bajan de la nieve al trigo
F. García Lorca
R
esulta a veces realmente curioso,
cómo algo que tenemos profundamente asumido por razones profesionales, cobra cierta notoriedad
pública causándonos una gran
sorpresa. Esto fue lo que me ocurrió
en el primer trimestre del pasado
año, cuando de una forma ingenua
suscité el recuerdo, primero en la prensa almeriense y
después en la andaluza, sin olvidar algún medio de difusión nacional, de la vieja polémica sobre cual sea el río
principal de la cuenca hidrográfica del Guadalquivir.
Ahora, la prestigiosa Revista Velezana me ha
pedido volver sobre el tema, así que aquí me tienen
gustosamente dispuesto a hacer unas precisiones
sosegadas relativas a la principal cuenca hidrográfica
andaluza, todas las provincias andaluzas participan en
ella, y a su río principal1.
ALGUNAS PRECISIONES CONCEPTUALES
Antes de entrar en el caso concreto del Guadalquivir, parece necesario fijar claramente unos cuantos
conceptos esenciales para la materia que nos ocupa:
Me encontraba yo en Almería con un doble
objetivo, conocer la situación de un proyecto de
investigación que la Universidad de Almería estaba
desarrollando por encargo del Instituto del Agua de
Andalucía y, por otra, viajar a la comarca de los Vélez, donde el acuífero que abastece a Vélez Rubio
presenta algún problema en relación con la calidad
del agua. En un breve encuentro con los medios de
comunicación de Almería hice una leve referencia al
origen del río Guadalquivir situándolo en un paraje del
término de María: “la cañada de Cañepla”. Ahí quedó
la cuestión, cuando al día siguiente, estando reunido
con las autoridades municipales de Vélez Rubio para
tratar el asunto que desde Sevilla me había llevado
hasta el territorio más nororiental de Andalucía, me
vi sorprendido por un aluvión de llamadas desde toda
España, que inquirían detalles sobre mi afirmación
relativa al nacimiento del Guadalquivir. La cuestión
tuvo incluso repercusión escolar, pues un alumno de
enseñaza primaria (último curso) del Colegio Público “Ignacio Sánchez Megías” de Sevilla hizo saber
a su profesora que por la televisión se daba como
nacimiento del Guadalquivir un lugar distinto del que
ella les había enseñado; el conflicto escolar se saldó
con una conferencia que impartí a los alumnos de
dicho centro.
133
La cuenca alta del
Guadalquivir representada en un mapa de 1795
(Tomás López).
LÓPEZ MARTOS, Juan
cuenca hidrográfica, río principal y nacimiento de un
río.
Según el diccionario de la Real Academia, cuenca
es el “territorio cuyas aguas afluyen todas a un mismo
río lago o mar”. Siguiendo esta pauta geográfica la ley
española de aguas de 1985 entiende por cuenca hidrográfica “el territorio en que las aguas fluyen al mar a
través de una red de cauces secundarios que convergen
en un cauce principal único”, todavía hoy la “Directiva
marco europea para la política de aguas”2 ha modificado
la definición de cuenca, pero este cambio no afecta a las
reflexiones que van a seguir. La precisión legal española
obliga a distinguir en la confluencia de dos ríos cual es
el principal, lo que, a su vez, nos lleva a considerar distintos criterios clasificatorios que se apoyan a su vez en
disciplinas científicas diversas tales como: la hidrología, la
geografía, la ordenación territorial, la geología y también la
historia, que en casos como éste acaba siendo el criterio
dominante. Acudiendo a la misma fuente encontramos
para nacimiento la siguiente definición: “sitio o lugar
donde brota un manantial”, por lo que si esos caudales
alumbrados dan lugar a una corriente continua, el lugar
referido donde aparece el manantial se convierte en el
nacimiento del río; así, se considera como nacimiento
tradicional del Guadalquivir la fuente del barranco de
los Teatinos, en la Sierra de Cazorla, que puede verse
en la figura nº 1, aunque la fotografía está realizada en
época de estiaje. Se ha de hacer notar que la calificación
de este manantial como el nacimiento del Guadalquivir
viene arrastrada por la decisión previa, por las razones
que más adelante se comentarán, de considerar como
río principal de la cuenca, en la confluencia del Guadiana
Menor al Alto Guadalquivir.
La ramificación del cauce principal de una cuenca
hasta constituir la red hidrográfica de la misma nos
llevará a unos primeros arroyos, que forman la parte
inicial del sistema de drenaje, una especie de cabellos
de agua, que acaban dando lugar a aquél, sin que se
produzca, por la naturaleza impermeable del terreno,
un afloramiento hídrico brusco, un manantial que
sitúe físicamente en el terreno el nacimiento del río.
En la figura nº 2 se puede ver la red de drenaje de la
cuenca del Guadalquivir; en ella se comprueba cómo
la cabecera del río Guadiana Menor, considerado hoy
como afluente del Guadalquivir, aunque según nuestra
opinión es el río principal de la cuenca, penetra en
la comarca de los Vélez perteneciente a la provincia
de Almería. Asimismo, hay una red capilar de arroyos
y ramblas que, partiendo del término de Nervio, en
Albacete, y de Moratalla, en Murcia, penetran en la
provincia de Granada, donde en el altiplano Huéscar-Puebla de D. Fadrique infiltran sus aguas en el
acuífero del mismo nombre. Se trata, pues, de una
cuenca endorreica, que vuelve a tributar sus aguas
a la red superficial del Guadiana Menor, a través de
los manantiales Bugéjar, hoy prácticamente seco por
La superficie de la cuenca del Guadalquivir se distribuye entre cuatro Comunidades Autónomas: Andalucía, Castilla la Mancha, Extremadura y Murcia;
provincialmente la cuenca se extiende por doce provincias, entre ellas las ocho andaluzas, de la siguiente manera: del Sevilla 13.706 km.2, Jaén
13.152 km.2, Córdoba 11.135 km.2, Granada 9.960 km.2, Ciudad Real 3.308 Km.2, Huelva 2.552 Km.2, Badajoz 1.411 km.2, Albacete 800 km.2,
Cádiz 532 km.2, Málaga 489 km.2, Almería 229 km.2, Murcia 116 km.2.
2
La Directiva Marco de Aguas define en su Artículo 2 la cuenca hidrográfica como “la superficie de terreno cuya escorrentía superficial fluye en su
totalidad a través de una serie de corrientes, ríos y, eventualmente, lagos hacia el mar por una única desembocadura, estuario o delta”.
1
134
EL NACIMIENTO DEL GUADALQUIVIR
Mapa de toda la cuenca
la sobreexplotación del acuífero, Parpacén y Fuencaliente, cuyos caudales están sufriendo una fuerte
merma por la misma causa, lo que en el caso del
último citado empieza a generar un cierto grado de
conflicto en Huéscar, dado el uso recreativo que de
este manantial hacen sus habitantes.
también los caminos, que normalmente seguían el curso
de los ríos, y venían asimismo a prejuzgar la decisión
sobre la determinación del cauce principal, como se ha
indicado con anterioridad. Este otro criterio hace aún
más extraña la elección del alto Guadalquivir frente al
Guadiana Menor.
Desde la funcionalidad de las comunicaciones
terrestres, en las que tanta influencia tenían y tienen
los valles de los ríos, también refleja la figura cómo
el Guadalquivir actual nos lleva sólo al corazón de
la Sierra de Cazorla, podría decirse al respecto de
aquéllas que este valle es el camino a ninguna parte,
mientras que, a través del Guadiana Menor, se puede
llegar con cierta facilidad desde la Bética a la costa
mediterránea.
En la citada figura puede verse cómo el Guadiana
Menor, a partir de la confluencia con el “Guadalquivir oficial”, se dirige hacia el Sureste bordeando por el Suroeste
la Sierra de Cazorla. Nada más superar la confluencia
con el Fardes, que se nutre de las nieves de la vertiente
septentrional de Sierra Nevada, el cauce da un giro brusco
y toma una clara dirección hacia el este, teniendo en su
margen derecha las laderas meridionales de las sierras
de El Pozo y Cazorla; por la margen izquierda los bordes
de la cuenca coinciden con los límites del altiplano BazaHuéscar, las sierras de Baza y de Las Estancias. En el
giro brusco antes mencionado se ha ubicado la presa
del Negratín, el segundo gran embalse de la cuenca del
Guadalquivir tras Iznájar. Estos dos embalses, junto al
Tranco, constituyen la base del abastecimiento de las
principales zonas regables de la cuenca.
Por otra parte, también desde la perspectiva de las
comunicaciones, el valle del Guadalimar, que se une al
Guadalquivir aguas abajo del Guadiana Menor por la
margen derecha, marca una clara vía de comunicación
entre la Bética y la costa mediterránea valenciana.
Hay que entender la función hidrológica de la Cañada de Cañepla, como uno de esos primeros cabellos
de agua que empiezan a conformar el río de Orce,
primero, el Guadiana Menor, después, y, finalmente, el
Guadalquivir, sin que deje de haber en el propio Guadiana Menor varias confluencias que pudieran originar
discusiones análogas en cuanto a la elección del río
principal, pero sin duda se trataría ya de polémicas de
inferior categoría.
En la figura nº 3 se ofrece un plano de la cuenca del
Guadiana Menor a escala 1/500.000. Se han indicado
Como veremos más adelante, ante la elección del
actual Guadalquivir como río principal de la cuenca en
la confluencia del Guadiana Menor, estamos ante una
decisión discordante, no ya con criterios científicos posteriores al siglo XIII, cuando los reyes de Castilla y sus
asesores empezaron a considerar que el Alto Guadalquivir era el famoso Wad-al-Kevir de los musulmanes, sino
con lo que venían pensando romanos y musulmanes,
para los cuales el eje Guadalquivir-Guadiana Menor
era una auténtica arteria vital para la propia Bética y su
conexión mediterránea.
135
LÓPEZ MARTOS, Juan
Cuenca del Guadiana Menor.
LAS PRIMERAS REFERENCIAS HISTÓRICAS
Los navegantes fenicios y griegos se acercaron
a la desembocadura del Guadalquivir en la época
tartésica, cuando iban a la búsqueda de materias
primas, especialmente metales. Los intercambios comerciales con los tartesios se realizaban en la citada
desembocadura, pues ni ellos tenían interés especial
por adentrarse río arriba, ni aquéllos se lo habrían
permitido, pues la cabecera del río era el lugar de
procedencia de los materiales objeto del intercambio,
que procedían del macizo montañoso de la Oróspeda,
nuestras actuales sierras de Cazorla, el Pozo, Segura,
Alcaraz y la Sagra.
A estos pueblos les siguieron otros de carácter
conquistador, cartagineses y romanos, que sí se interesaron en adentrarse por el valle de aquel río de tanta
importancia y renombre. No obstante, la preocupación
por la determinación de las “fuentes del Betis” sólo
empieza a explicitarse por los geógrafos griegos que
acompañaron a los romanos; es con ellos con los que
se plantea de un modo científico la búsqueda de las
fuentes del río.
El interés principal de los cartagineses era estratégico; buscando sobre todo vías de penetración, cuyo
conocimiento guardaban celosamente, encontraron finalmente dos caminos que les llevaban al Mediterráneo,
el del Guadalimar-Guadalmena, que enlazaba con el
Júcar, y el del Guadiana Menor, que con poca dificultad
permitía el acceso a la cuenca del Segura y, por último,
a Cartagena, como puede verse en la figura número 3.
Como paradoja, el valle que a la postre sería considerado el del río principal sólo conducía a los hermosos e
intrincados bosques de Cazorla.
136
Entre los testimonios greco-romanos más importantes se pueden citar los de: Polibio, para quien el
río se originaba en la meseta, pudiéndose suponer
que se refería al valle del Guadalimar y su afluente el
Guadalmena; para Posidonio nacía en las montañas sin
precisar mucho más, y para Estrabón el origen había
que situarlo en la Oróspeda. Como concluye Gonzalez
Barberán en su espléndido trabajo incluido en el libro
Guadalquivires “los geógrafos se limitaron a considerar
en bloque la cabecera múltiple del Guadalquivir desde
Cástulo, considerando fuentes del gran río todos los
otros confluyentes aguas arriba, ya el complejo Guadalimar-Guadalmena, ya el conjunto Alto GuadalquivirGuadiana Menor”.
JERARQUIZACIÓN HIDROLÓGICA Y
TOPONIMIA
Después de la breve referencia histórica hecha sobre las fuentes del Betis, se va considerar seguidamente
la cuestión en el marco geográfico e hidrológico.
Los criterios hidrológicos para ir determinando
la jerarquía de los cursos fluviales, según se avanza
hacia la cabecera de la cuenca hidrográfica, tienen
como elementos básicos, en la confluencia de dos
corrientes fluviales, los siguientes: caudal, superficie
vertiente, longitud del río hasta su cabecera y pendiente del curso fluvial. Sin embargo, antes de conocer
los valores de estos parámetros para cada una de
las corrientes que confluyen, los avatares históricos, sociales y económicos del territorio han podido
establecer una toponimia discordante con la nueva
evidencia hidrológica; toponimia que sería absurdo,
al mismo tiempo que imposible, tratar de cambiar. No
obstante, sí que es importante conocer cuál sea la
función hidrológica de cada cauce concurrente, y tam-
EL NACIMIENTO DEL GUADALQUIVIR
bién cuáles hayan sido las causas que han permitido
establecer una jerarquización histórica discordante
con la que geográficamente correspondía3.
Según se remonta el río desde la desembocadura las confluencias por la margen derecha, no
presentan problemas hasta llegar al río Guadalimar;
puesto que los ríos que bajan de Sierra Morena tienen
todos menor caudal que el denominado tronco del
Guadalquivir, un recorrido mucho más corto y una
mayor pendiente. No obstante, desde la perspectiva
geológica el río Guadalimar, junto con su afluente el
Guadalmena, tiene también algún argumento importante para su opción como río principal de la cuenca.
En efecto, el río Guadalquivir y el Guadalimar-Guadalmena discurren a lo largo de la falla que bordea
por el sur y el este la meseta castellano-manchega.
Esta gran falla del Guadalquivir, puesta en cuestión
por Fontboté4, quien, no obstante, indicó la necesidad
de seguir investigando este accidente tectónico, que
marca muy claramente el contacto entre los materiales paleozóicos de Sierra Morena y los mesozóicos
del Mioceno de la depresión bética. Este contacto
rectilíneo coincide por otra parte con los cursos bajo
y medio del Guadalquivir y con el del GuadalimarGuadalmena. Con posterioridad, el profesor de la
Universidad de Granada, Dr. González Lodeiro, ha
confirmado la hipótesis del Dr. Fontboté, demostrando
que, en lugar de una falla, se trata de una flexión de
los materiales paleozóicos del borde de la meseta
sobre los que se depositan los materiales cenozóicos
y mesozóicosde la depresión bética5.
Teatinos
Por la margen izquierda se presentan dos puntos
conflictivos, desde el interés por dilucidar cuál sea en
ambas confluencias el cauce principal de la cuenca
hidrográfica. El primer lugar donde puede plantearse
la controversia es en la unión del Guadalquivir y del
Genil, en las cercanías de Palma del Río y, el segundo,
en el tramo superior del río, frente al asentamiento de
la hermosa ciudad de Úbeda, al pie de cuya loma unen
sus aguas el Guadalquivir y el Guadiana Menor.
LA DISPUTA DE LOS GEÓGRAFOS
ANDALUSÍES
Aunque en una primera aproximación a la confluencia
entre el Guadalquivir y el Genil caben pocas dudas sobre
la jerarquía fluvial de las dos corrientes que allí concurren;
dada la importancia que los hechos históricos acaban
teniendo sobre estos procesos de jerarquización fluvial, y
dadas asimismo la importancia que en su día tuvo el reino
nazarí y la singularidad del Genil con su régimen nival;
todavía hoy, pese a los indicios del cambio climático y lo
más palpables de la urbanización en torno a la estación
de ski, hay ventisqueros permanentes, se ha preferido
analizar esta confluencia también con los criterios científicos que se vienen utilizando en este trabajo.
En el cuadro número 1 figuran las características
geográficas e hidrológicas que nos pueden permitir,
desde la perspectiva estrictamente hidrográfica, dilucidar cuál sea el cauceprincipal de los dos que confluyen
en Palma del Río, el Guadalquivir y el Genil.
Los datos del cuadro nº 1 no dejan lugar a dudas
de cuál sea el río principal en la confluencia que se está
considerando; sin embargo, algunos geógrafos musulmanes granadinos, pese a la clara opción del famoso
geógrafo Al-Idrisi a favor del Guadalquivir y en contra
del Genil, entre los que se puede citar a Ibn Abd al-Rabbihi y al poderoso Ibn al-Jatib, apostaban por el Genil.
Se puede comprender desde la perspectiva política del
segundo, gran visir de Muhamad V, que considerara al
río de su reino como el principal, pues la realidad política
le era claramente favorable, ya que en este momento,
finales del siglo XIV, siguiendo a González Barberán
“su sultán ponía condiciones a Castilla, dictaba sus
órdenes a Marruecos y Tremecén, y construía el patio
de los Leones”.
AL BORDE DE LA ORÓSPEDA
Si se sigue remontando el río nos encontramos
con otro punto conflictivo, cuando este abandona en
A este efecto fue decisivo el bloqueo que sufrieron las huestes del “Adelantado de Cazorla” en el paso de Tíscar en su intento de conquistar Baza y
las tierras del Guadiana Menor, decidiendo los reyes cristianos una geografía al margen de este río, que, como dice González Barberán, “como un
cristiano nuevo advenedizo, no tuvo más remedio que unirse políticamente a la geografía redimida por el Rey Santo, con silenciosa modestia de
afluente”.
4
El profesor Fonboté, maestro de tantos excelentes geólogos en la Universidad de Granada, concluye en un trabajo de 1977 sobre la geología de la
cuenca del Guadalquivir, al ocuparse de la famosa falla “Hasta ahora no se dispone de ninguna observación directa que pruebe o niegue su existencia.
Se trata simplemente de una deducción lógica, coherente con los hechos bien establecidos, pero falta aún una prueba definitiva. Sea como sea, los
hechos en cuestión son suficientemente significativos para que la hipótesis de la existencia de tal falla pueda ser considerada como plausible
5
Para el profesor Orozco, asimismo de la Universidad de Granada, “…el límite norte de la Depresión del Guadalquivir tiene un trazado casi rectilíneo.
Este límite separa materiales paleozóicos y mesozóicos del basamento de Sierra Morena (sector meridional del Macizo Ibérico) de los sedimentos
cenozóicos de la Depresión del Guadalquivir. Con frecuencia se ha denominado a este lineamiento “falla del Guadalquivir”(tal vez por el contraste
entre la dirección del mismo, aproximadamente N70ºE, y las directrices estructurales de la parte meridional del Macizo Ibérico, sensiblemente
NOSE), los datos recientes, cada vez más numerosos, de sondeos mecánicos y de perfiles sísmicos parecen indicar que la base hercínica se hunde
más o menos suavemente hacia el Sureste por debajo de los materiales que rellenan la Depresión. Además la supuesta “falla” no se ha localizado
claramente en el campo, por lo que no ha podido ser cartografiada en mapas geológicos detallados, ni se han medido sus características geométricas
ni sus rasgos cinemáticos ( estrías, acanaladuras).Parece pues que el límite norte de la Depresión, por donde discurre el Guadalquivir, sería una flexión
del basamento que se hunde progresivamente hacia el Sur, de manera similar a lo que ocurre en el margen pasivo de una cuenca de antepaís.
3
137
LÓPEZ MARTOS, Juan
Detalle del plano Andaluziae Nova (1606), donde se resalta la importancia del curso del Guadalquivir.
Cuadro nº 1 Confluencia Guadalquivir-Genil
Cauce fluvial
Guadalquivir
Genil
Superficie cuenca Longitud cauce
km.2
Km
32.687
475
8.278
361
Aportación
media hm3/año
3.866
1.101
Pendiente
0.00229
0,00586
Precipitación
media mm.
591
556
Fuente: Plan Hidrológico del Guadalquivir. Elaboración propia.
su margen izquierda la vecindad de las campiñas miocenas y empieza a discurrir entre Sierra Morena y las
Béticas, se trata de la confluencia entre el Guadalquivir
y el Guadalimar, ya estudiada anteriormente desde una
perspectiva geológica.
De la consideración de los datos del citado cuadro
caben pocas dudas sobre la primacía fluvial del Guadalquivir sobre el Guadalimar, puesto que el primero
tiene una superficie aportadora que duplica la del Guadalimar, con un exceso aún de 533 km2. En cuanto a
longitud, la del Guadalquivir supone el 130% de la del
Guadalimar.
En el cuadro nº 2 se presentan las características
hidrológicas y geográficas de las cuencas de ambos
ríos en el punto de su confluencia, en las cercanías
de Torreblascopedro, cuando el Guadalimar acaba de
abandonar la vecindad de la Loma de Úbeda e intenta
penetrar en plena depresión bética.
Por lo que respecta a la aportación de recursos
hídricos también es muy superior la del Guadalquivir
1.187 Hm3/año, frente a 605 Hm3/año la del Guadalimar. Aunque la pendiente de ambos es muy similar, es
algo menor la del Guadalquivir. La precipitación media
es prácticamente igual en ambas cuencas.
Cuadro nº 2 Confluencia Guadalquivir-Guadalimar
Cauce fluvial
Guadalquivir
Guadalimar
Superficie cuenca Longitud
km.2
cauce Km
10.985
5.226
Aportación
media hm3/año
235
180
Fuente: Plan Hidrológico del Guadalquivir. Elaboración propia.
138
1.187
605
Pendiente
0,00526
0,00537
Precipitación
media mm.
592
597
EL NACIMIENTO DEL GUADALQUIVIR
día, por mor de las aportaciones
sólidas procedentes principal,
pero no exclusivamente, de la
cuenca del Guadiana Menor,
se ha convertido en un humedal
de excelentes condiciones para
la avifauna, lo que ha hecho
inviable la construcción de una
nueva presa de embalse denominada Úbeda la Vieja.
La cuenca alta del Guadiana Menor en un plano de Próspero Verbom, 1721.
LA CONTROVERSIA PRINCIPAL
Como ya se ha indicado con anterioridad, el principal problema para dilucidar cuál sea el río principal de
la cuenca hidrográfica del Guadalquivir se presenta en
la confluencia con el Guadiana Menor, que se produce
inmediatamente aguas arriba del embalse de Doña
Aldonza, cuya finalidad es hidroeléctrica; si bien hoy
En la confluencia citada la
cuenca del Guadiana Menor es
5,38 veces la del Guadalquivir y
la longitud del Guadiana Menor
es asimismo mayor que la del
Guadalquivir: 152 km. frente a
124 km. La aportación del Guadiana
Menor es sólo ligeramente superior a
la del Guadalquivir (9%), lo que se explica por la inferior
precipitación media de la cuenca del Guadiana Menor
473 mm./año, frente a 876 mm./año de la otra cuenca.
Es claro pues que el río principal es el Guadiana Menor,
aunque las razones históricas anteriormente explicitadas hayan concedido el rango principal al Guadalquivir
actual.
Cuadro 3 Confluencia Guadalquivir-Guadiana -Menor
Cauce fluvial
Guadalquivir
Guadiana Menor
Superficie cuenca Longitud
km.2
cauce Km
1.347
124
7.251
152
Aportación
media hm3/año
455
497
Pendiente
0,01040(1)
0,01074
Precipitación
media mm.
876
473
(1) Como hay un salto de 180 m., la pendiente real en la confluencia con el Guadiana Menor es 0,00931.
Fuente: Plan Hidrológico del Guadalquivir. Elaboración propia.
LA CABECERA DEL GUADIANA MENOR
Remontando el curso del Guadiana Menor se
alcanza un cañón singular donde se ha construido un
gran embalse denominado El Negratín, que regula las
aportaciones de toda la cabecera del Guadiana Menor.
Estas aportaciones son muy dispares, siendo mucho
más importantes las procedentes de los macizos calcáreos que constituyen la vertiente sur oriental de la
Sierra de Cazorla, donde se originan en “nacimientos”
varios cauces fluviales: Guadalentín, Castril, Guardal.
El resto de la cuenca vertiente la constituyen la Hoya
de Baza y el altiplano de Huéscar, así como las sierras
que circundan este accidente del denominado curso
intrabético: Baza, Estancias, María; esta zona, de una
pluviometría más baja, da lugar consecuentemente a
menores aportaciones. Esta circunstancia se refleja
ya en el plano reproducido en la figura nº 3, que, al
representar la cuenca del Guadiana Menor, prescinde
prácticamente del territorio de la margen izquierda.
Desde el emplazamiento del embalse de Negratín
hacía aguas arriba, en la toponimia de la zona se pierde
la denominación Guadiana Menor, que es sustituida
por nombres diversos en los distintos tramos del río:
así, a partir de la confluencia con el Castril se llama
Guardal; después, al producirse un giro claro hacia el
norte, el ramal norteño conserva el nombre, el otro de
mayor cuenca se denomina Galera y, algo más aguas
arriba, Orce.
En la fig. 4, que recoge la cuenca del Guadiana
Menor aguas arriba del Negratín, puede verse toda
la red drenante de las dos zonas de la cuenca antes
escritas. En la citada figura se aprecia un curso fluvial
que va recibiendo aportaciones tanto de la Sierra de
Cazorla como de las sierras del borde sur-oriental, se
trata del río Guardal que, en su confluencia con el río
Castril, tiene una cuenca de 940 km2 frente a 345 km2
de este último.
Al avanzar hacia la cabecera se van produciendo
nuevas confluencias entre cursos fluviales de características similares, aunque siempre los que provienen de
Cazorla tiene aportaciones mayores.
139
LÓPEZ MARTOS, Juan
Representación actual Representación
de parte de la actual de parte de
cuenca del Guadiana la
Menor,
las
cuencaentre
del Guadiana
Menor, entre
provincias de Granada las
y Almería
(Baza,
provincias
de Granada y Almería
).
SGE, 1:200.000).
(Baza, SGE, 1:200.000
En el pueblo de Castilléjar, el río Guardal, con el
giro al norte ya descrito, pierde su vocación de drenar
las dos zonas de la cabecera y se dirige claramente
hacía el norte siguiendo una orientación pudiéramos
decir cazorleña. Siguiendo pues el curso que se orienta
claramente hacía el este, que ahora se denomina río
Galera, nos encontramos con una nueva confluencia
ciertamente más problemática a la hora de decidir cuál
sea el cauce principal. Esta confluencia entre el río
Galera y el río Huéscar se produce en las cercanías del
pueblo de Galera, allí no encontramos que ninguno de
los dos cursos que se unen, conserva la característica
que hasta ahora se venía considerando, la de drenar
las dos zonas que se han diferenciado la vertiente de
Cazorla y el borde sur-oriental. Se trata, por una parte,
del río Huéscar o Barbatas, de orientación norte-sur,
con una cuenca de 221 km2, y el propio río Galera, más
adelante río de Orce, que se prolonga hacia la Cañada
de Cañepla con unacuenca de 563 km2.
Pese a la diferencia superficial entre las cuencas
del Barbatas y del Orce, las aportaciones de ambos, así
como sus longitudes en la confluencia son similares,
aunque son superiores las del río Barbatas, que recibe,
mediante los manantiales Parpacén y Fuencaliente,
desagües naturales del acuífero Huéscar-Puebla, las
140
aportaciones en su momento superficiales generadas
en las ramblas de Albacete y Murcia.
Con un criterio hidrológico es, pues, el río Barbatas
el cauce principal de la cabecera del Guadiana Menor.
Ahora bien, con un criterio político territorial, desde
una perspectiva andaluza, también podría considerarse como origen del Guadiana Menor la Cañada de
Cañepla, que recoge las aportaciones almerienses al
Guadalquivir.
A MODO DE CONCLUSIÓN
Parece conveniente concluir, en aras de la armonía, que no se pretende en modo alguno desvirtuar la
importancia del Guadalquivir actual, ni mucho menos
trasladar el título “oficial“ de un río a otro, sería un empeño vano e inútil, entre otras cosas porque la historia
es la que va configurando la toponimia. Se ha tratado
de valorar la importancia fluvial de cada río y de rendir
un homenaje a un río al que no se le hace justicia con
su nombre, pues cuando pierde su identidad al entregar
sus aguas al río principal “oficial” no es tan menor como
su nombre pudiera indicar.
Granada, Marzo, 2007

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