Maquetación 2

Asociaciones Sacerdotales
Hermandad de sacerdotes
operarios diocesanos
del Corazón de Jesús
1. El 22 de mayo de 2008 la Congregación para El Clero erigió a la
Hermandad de Sacerdotes Operarios en ASOCIACIÓN CLERICAL, INTERNACIONAL Y PÚBLICA, dotándola de la facultad de incardinar los clérigos
socios que sean necesarios para atender los apostolados propios de la asociación, y al mismo tiempo, aprobando los estatutos de la asociación.
2. Al mismo tiempo se dice en el Decreto que se erige para favorecer en la
Iglesia la santificación de los sacerdotes.
3. Se trata de una asociación no muy numerosa, fundada en 1883 por el
Beato Manuel Domingo y Sol. Como él no deseaba fundar una institución religiosa sino una agrupación de sacerdotes seculares, a la manera de lo que
intentaron San Juan de Ávila o S. Juan Kancio, solamente se le concedió en
1898 un Decretum Laudis de la Hermandad pero sin aprobar las
Constituciones. En 1927, se reconoce a la Hermandad como Sociedad de
Vida común sin Votos y en 1952 pasa a ser aprobada como Instituto Secular
de derecho Pontificio. Finalmente, como hemos indicado en mayo de 2008
se erige como Asociación Clerical.
4. Este recorrido histórico demuestra, por una parte, las dificultades que tuvo
para ser reconocida como una asociación puramente sacerdotal y, por otra,
el deseo siempre vivo entre los operarios, heredado del fundador de ser:
Una Asociación puramente sacerdotal: Sacerdotes y sólo sacerdotes;
Sin votos que los equipararía a religiosos;
Diocesanos; al servicio de las diócesis y de la Iglesia universal...
5. Hoy es Una asociación de sacerdotes seculares cuyos miembros se
unen con el vínculo de la cariad y de una dirección común, para lograr
más fácilmente su santificación en medio del mundo y promover con
mayor eficacia en las diócesis los intereses de la gloria de Dios
(Estatutos, 3).
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Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos
6. Los miembros de la Hermandad, además de la obligación de observar el
celibato inherente a su estado, se comprometen a la obediencia y a la práctica de la pobreza.
7. La fuerza y los nervios de la Hermandad son:
La selección de sus miembros;
La fidelidad personal y comunitaria de las normas de vida;
La espontánea abertura de corazón y la correspondiente corrección fraterna;
La vida y trabajo en equipo:
Como medio privilegiado para ofrecer el testimonio de sacerdotes operarios;
Como signo de fraternidad sacerdotal;
Como nota de la auténtica organización de la Hermandad.
La vida y trabajo en equipo , expresión de la vida fraterna y testimonio de fraternidad sacerdotal”, constituye un aspecto esencial de la espiritualidad;
Facilita la corresponsabilidad de todos en el logro del crecimiento integral;
8. La espiritualidad del operario es Puramente sacerdotal, que tiene su
fuente en el sacramento del Orden, encuentra su expresión plena y su
alimento en la Eucaristía y se centra en el amor a Jesús Sacramentado,
reparador de Dios y redentor de los hombres (Estatutos. 5).
Espiritualidad que se alimenta y se sintetiza en la caridad pastoral;
Que le exige al operario vivir una espiritualidad eucarística profunda.
9. La obediencia es prescrita como promesa y debe ser completa y cordial y
se ha de concretar en una Disponibilidad espontánea y universal.
10. El operario tiene práctica del desprendimiento y pobreza, pero sin
voto (Estatutos, 44). El Directorio concreta cómo se debe vivir con actitud de
vigilancia y austeridad, evitando las manifestaciones contrarias al espíritu de
pobreza. El operario administra y usa sus ingresos y al final de cada año
informa de su empleo al superior correspondiente.
11. Elemento esencial de los miembros de la Asociación es la unión.
Sacerdotes, sí, diocesanos. Pero unidos y a ser posible trabajando en grupo
era el pensamiento del Fundador. Sin categorías ni diferencias.
12.- Los objetos de la Asociación. El fomento, sostenimiento y cuidado de las
vocaciones eclesiásticas, religiosas y apostólicas; la formación cristiana de la
juventud; y el incremento del espíritu de reparación y devoción al Corazón de
Jesús, especialmente en la Eucaristía
13. La formación de los operarios ha de ser la de todo sacerdote diocesano
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como base; Consiguiendo todos títulos superiores; adquiriendo alguna de las
especialidades eclesiásticas y las que ayudan a los objetos de la Hermandad
y con una formación permanente global y continua.
El Fundador nos decía que no estamos destinados a salvarnos solos y que
el Sacerdote no podía entrar sólo en el cielo; o entraba con otros o no entraba.
Lope Rubio Parrado
Ex Director General de la Hermandad
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